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Actualmente son muchas las empresas que están invirtiendo mucho dinero en formar a
sus trabajadores en Inteligencia Emocional. Y esto es así porque se han dado cuenta de
que la clave del éxito, la clave de las ventas, está en el grado en el que los trabajadores de
una empresa conozcan y controlen sus emociones y sepan reconocer los sentimientos de
los clientes. Imaginen el caso de un vendedor que no tuviera habilidades de trato con el
público, un empresario sin motivación por su empresa o un negociador sin autocontrol.
A estas personas un Master en Harvard no les servirá de nada, porque tardarán poco el
echar a perder su trabajo por un mal conocimiento de sus emociones. Tengan en cuenta
que en las selecciones de personal se tiende cada vez más a poner al candidato en
situaciones incomodas o estresantes para ver su reacción. Los tiempos del simple test y
curriculum pasaron a la historia, puesto que es necesario ver cómo reacciona el individuo
ante las situaciones claveque se encontrará en su trabajo. El autor de la inteligencia
Emocional Daniel Goleman (1999), (citado por Fernando Sánchez 2000) determina que
las condiciones intelectuales. Determina que las condiciones intelectuales no son la única
garantía de éxito en el ámbito profesional del trabajo, sino tan sólo un factor, que unido a
las necesidades emocionales cubiertas del personal como equipo, desarrollará el
desempeño y los resultados de todo líder y trabajador motivándolo emocionalmente a ser
productivo. Una vez que una persona entra en una Organización para que pueda dar lo
mejor de sí, hacer bien su trabajo, que no sólo de su talento, sino que además lo haga con
entusiasmo y compromiso, se necesitan.
• Primero: que tenga sus útiles de trabajo y que sepa qué es lo que tiene que
hacer.
• Segundo: que sepa cómo hacerlo.
• Tercero: que sienta que lo que está haciendo tiene un valor significativo, que
él está contribuyendo y que se le reconozca por ello afectivamente.
Para ello, es preciso hacer el esfuerzo personal de enfrentarse a uno mismo. Se trata de
observarse en el "espejo implacable" que son los demás. En el presente curso, las prácticas
con el resto de participantes le ofrecerán la oportunidad de reconocerse para intentar
mejorar. Igual que para aprender a nadar es indispensable lanzarse al agua, también en el
terreno afectivo, por muy interesantes que sean las teorías, solamente logra cambios
efectivos en su carrera quién se implica en la práctica.
Control de los impulsos: Goleman define esta cualidad de la inteligencia emocional como
la capacidad de aplazar la satisfacción de un deseo en busca de un objetivo. En términos
psicoanalíticos, de lo que se trata es que el aparato psíquico pueda funcionar bajo el
régimen del principio de realidad a través del aplazamiento de la descarga.
Sociabilidad: Si las cuatro cualidades anteriores tienen relación con el conocimiento y el
control de las propias emociones, la sociabilidad tiene que ver en cambio con el
conocimiento y control de las emociones y estados de ánimo de los demás. En este punto,
Goleman nos dice que cuanto más hábiles seamos para interpretar las señales emocionales
de los demás (muchas veces sutiles, casi imperceptibles), mejor controlaremos las que
nosotros mismos transmitimos.
Así un profesional puede tener grandes conocimientos sobre su materia y un alto
coeficiente intelectual, pero si no sabe relacionarse con los demás, tener amigos o
'relacionarse', como se dice entre nosotros, sus posibilidades de éxito se verán muy
disminuidas. Por lo tanto, deberemos relativizar aquello de que "el conocimiento es
poder",
siempre y cuando lo entendamos como simple conocimiento teórico y no como una saber
acerca de las emociones de los demás.
Alejandra