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Descubre el potencial del aceite de

lavanda
1 octubre, 2014 por admin Deja un comentario

En esta nueva entrada de plantas medicinales, os traemos un nuevo aceite


esencial lleno de propiedades. Como ya vimos con el aceite de timol y todo su
potencial curativo, el aceite de lavanda pone a nuestra disposición toda la
bioquímica vegetal de la que, por supuesto, ¡nos vamos a aprovechar!

La lavanda (Lavandula officinalis)


Índice del artículo [hide]
 1 La lavanda (Lavandula officinalis)
o 1.1 Composición química del aceite de lavanda
 2 Remedios caseros del aceite de lavanda
 3 ¿Se puede hacer aceite de lavanda casero?
 4 El uso del aceite de lavanda en la agricultura
o 4.1 Artículos relacionados

Nos encontramos con otra planta medicinal y aromática de origen


mediterráneo. Pertenece a la familia Lamiaceae y es considerado como un
arbusto por su gran contenido en partes leñosas.

Desde la antigüedad ya conocían parte de su potencial, aunque hoy y gracias a


las investigaciones científicas, podemos aumentar su rango de aplicación.
Estamos seguros que a día de hoy no se ha descubierto todo el potencial de los
aceites esenciales, incluido el aceite de lavanda.

Aun así, tenemos que decir que no sólo los extractos vegetales se extraen
de Lavandula officinalis, ya que dentro del género Lavandula hay muchas
opciones. Cada especie tiene unos contenidos químicos distintos. Así, por
ejemplo, Lavandula latifolia también tiene aplicaciones medicinales.

Composición química del aceite de lavanda

o Geraniol
o Alcanfor
o Cineol
o Borneol
o Alfa pineno
o Beta pineno
o Cariofileno
o Canfeno
o Guaiazuleno
o Lineol

De entre todos estos componentes, el que en más cantidad se encuentra es


el alcanfor(36%) y el cineol (33%). En concreto, el alcanfor posee propiedades
antisépticas, analgésicas, antiprurítica y rubefaciente. Las mayores cantidades
de esta sustancia también las podemos encontrar en el alcanforero
(Cinnamomum camphora), un árbol de grandes dimensiones de origen asiático.

Sumado estas propiedades más las que también encontramos en el resto de


elementos, hacen del aceite de lavanda una versátil arma para combatir una
gran cantidad de problemas.

Remedios caseros del aceite de lavanda


Hemos recogido y agrupado una serie de remedios caseros para aliviar alguno
de los siguientes síntomas:

Efecto relajante

Si queremos relajar y tonificar nuestra piel y músculos, podemos aplicar sobre la


zona a tratar unas gotas de aceite de lavanda, el cual frotaremos repetidas
veces hasta que se absorba toda la solución.

Evitar el hinchazón y dolor de las picaduras de insectos

Aunque también veremos plantas aromáticas que repelen insectos, si hemos


llegado demasiado tarde, el aceite de lavanda puede ayudarnos a reducir la
inflamación y el dolor ocasionado por la picadura de insectos como el mosquito,
la avispa, la abeja, etc.

Hidratación de la piel

Si tenemos la piel seca y necesitamos hidratarla, el extracto de lavanda puede


ayudarnos a suavizar nuestra piel. Aplicaremos unas cuantas gotas en la zona
a tratar y posteriormente masajearemos para que la mezcla se absorba
naturalmente por la piel.

Labios agrietados

Con la llegada del frío, los primeros síntomas que sufrimos son los labios resecos
y cortados. Podemos aliviar el escozor y rehidratarlos aplicando unas cuantas
gotas de aceite de lavanda sobre ellos. ¡Problema solucionado!

Repeler polillas y otros insectos


¿Te acuerdas del contenido en alcanfor de la lavanda? Pues también tiene su
aplicación en los armarios. Aplicaremos unas cuantas gotas de este aceite
esencial sobre algodón o algún trapo que no vayamos a usar y lo dejaremos en
una esquina de nuestros armarios o cajones. Las polillas no se atreverán a atacar

tu ropa.

Quemaduras por el Sol

Si nos pasamos mucho tiempo en la playa tomando el Sol y no hemos tomado


las medidas necesarias para proteger nuestra piel, la lavanda puede ayudarnos
a remediar las quemaduras solares como si de un after-Sun se tratase. Aplica y
masajea suavemente la zona quemada y deja que se rehidrate naturalmente.

¿Se puede hacer aceite de lavanda casero?


Como se suele decir, todo lo casero siempre se aprovecha mejor. El proceso de
“extracción” del aceite de lavanda no requiere medios extraordinarios ni
maquinaria industrial. Mediante una técnica simple que a continuación vamos a
ver, podréis aprovechar todos los beneficios de la lavanda para poder utilizar
por vía tópica.

1. Necesitaremos flores frescas de lavanda. Nuestra planta en casa o en el


jardín podrá ayudarnos a proporcionarnos las cantidades que necesitamos.
Un puñado bastará para disponer un tarro de este aceite.
2. Dejaremos secar las flores recién recolectadas durante unas horas.
3. Cogeremos aceite de oliva o aceite de almendras, que será aquel que
recoja todo el aroma y el potencial de la lavanda extraída.
4. Machacamos las flores de lavanda con un mortero. También podemos
cubrirlas con un trapo y darle con una espátula de cocina.
5. Calentamos el aceite a fuego lento y cuando esté caliente añadimos poco
a poco las flores de lavanda machacadas.
6. Dejamos la mezcla 2 horas hasta que todos los ingredientes estén
completamente mezclados.
7. Reposamos el aceite, lo colamos y lo introducimos en un frasco de cristal.

Ya tendríamos listo un aceite de lavanda casero listo para aplicar sobre nuestra
piel, hidratarla, relajar nuestras articulaciones y músculos, aliviar quemaduras

solares y evitar hinchazones producidas por la picadura de ciertos insectos.

Eso sí, una recomendación importante es conservar dicho aceite de lavanda en


un lugar oscuro y seco. La luz puede hacer perder las propiedades de la lavanda.

El uso del aceite de lavanda en la agricultura


Es normal que de una planta de la que se pueden extraer
tantos polifenoles también puedan tener aplicación sobre las plantas. La
lavanda presenta cierta acción insecticida, de forma curativa para las plantas,
aunque es más común su uso como repelente. Al contrario del timol (el aceite
del tomillo)del que sí se ha demostrado un efecto insecticida y fungicida, el
aceite de lavanda es “menos potente”.

De cualquier forma, podemos obtener sus beneficios en nuestras plantas de la


siguiente manera:

1. Hervir 100 gramos de planta fresca sobre 1 litro de agua. Se utiliza pura y
sin diluir y se aplica directamente sobre las plantas que queramos proteger.
2. Fermentar 1 kg de lavanda sobre 10 litros de agua. Una vez esté
fermentando, diluiremos la mezcla al 10 % y aplicaremos con un
pulverizador directamente sobre las plantas.

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