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El gen egoísta

El Libro

El gen egoísta: las bases biológicas de nuestra conducta (The Selfish Gene en inglés), es una obra divulgativa sobre la
teoría de la evolución, escrita por Richard Dawkins en 1976 (hace 42 años). En ella se interpreta la evolución de las especies
desde el punto de vista genético y no individual o racial, a la vez que pone en evidencia la falsedad de los argumentos
de la teoría de selección de grupos. Lo que proponía no dejaba de ser una nueva perspectiva (centrada en el gen) de la
misma teoría de la evolución.

Dawkins, zoólogo especializado en comportamiento animal y en teoría de la evolución, explica con profundidad y
objetividad las bases evolutivas del comportamiento de los animales y del ser humano. Contribuyó enormemente a la
sociobiología.

El gen ‘egoísta’

'El gen egoísta' es un 'argumento apasionado' a favor de la selección natural. Según la teoría del gen egoísta, el gen es
la unidad evolutiva fundamental.

El egoísmo constituye una metáfora con la que Dawkins explica que la probabilidad de que un gen prospere, depende de
su capacidad de adecuación al medio. No se refiere al adjetivo que califica el comportamiento humano de quienes sólo
piensan en sí mismos, sino que describe los mecanismos de que disponen los genes para asegurar su supervivencia y
transmitirse a la próxima generación.

Con estas premisas, Dawkins explica las relaciones sociales: la agresión, la guerra de sexos, el racismo, el conflicto
generacional, e incluso la plausibilidad del altruismo.

La teoría

En las primeras líneas de 'El gen egoísta', Dawkins contaba que si un alienígena llegara a la tierra y quisiera juzgar la
madurez intelectual de la civilización, le bastaría solo una pregunta: "¿Han descubierto ya la evolución?".

La teoría de Dawkins establece que son los genes —y no los individuos— los agentes sobre los que opera la evolución.

El propósito de Dawkins es examinar la biología del altruismo y del egoísmo. Demuestra que el factor importante en la
evolución no es el bien de la especie o grupo, como tradicionalmente se entiende, sino el bien del individuo o gen. En
palabras del biólogo americano Butler, la gallina no es más que un invento del huevo para poder producir más huevos".

Existe, siempre según Dawkins, una interpretación errónea del altruismo: este se da, según las ideas tradicionales, por el
bien de la especie, lo que se conoce como teoría de selección de grupos, que viene a decir que la selección natural actúa
sobre la especie. Un individuo no sería más que un "peón" que se sacrificaría por el bien de la especie.

La alternativa es la selección de genes (o selección de individuo): los individuos altruistas llegan a extinguirse en beneficio
de los egoístas, que predominarán en el grupo. Los genes han construido una gran variedad de "máquinas" para prosperar
explotándolas, de modo que un gen puede ser considerado como una unidad que sobrevive a través de un gran número
de cuerpos sucesivos e individuales. Así, un gen es definido como una porción de material cromosómico que, potencialmente,
permanece durante suficientes generaciones como para servir como una unidad de selección natural. El individuo es
demasiado grande y efímero como para ser considerado unidad de selección. Un gen es considerado bueno, es decir, que
permanece muchas generaciones, si vela por sí mismo, si es egoísta. La evolución será el proceso por el que algunos genes
se hacen más numerosos y otros disminuyen en el acervo genético.

Por tanto, el comportamiento está regido por el egoísmo de los genes de cada organismo, y no por el altruismo de cada
individuo con respecto a los demás miembros de su especie.

En cuanto al hombre, para él es el único organismo capaz de hacer frente y llevar la contraria a los dictados de los genes
egoístas, gracias a nuestra consciencia. La mayoría de las características que resultan inusitadas en el hombre se deben a
la cultura, que Dawkins también pretende tratar como una unidad de transmisión, aunque con unos mecanismos particulares.

En sus propias palabras, para una comprensión del hombre moderno se debe descartar al gen como única base de nuestras
ideas sobre la evolución, también estaría la cultura. La cultura actúa como un replicador que se instaura en el cerebro y
persiste generación tras generación parasitándolo.
"Somos máquinas de supervivencia, autómatas programados a ciegas con el fin de perpetuar la existencia de los egoístas
genes que albergamos en nuestras células." Un gen de un organismo sigue existiendo si dicho ser se reproduce. Y, puesto
que los genes son la base de la herencia en la reproducción sexual, los genes que proporcionen ventajas reproductivas
para el individuo al que pertenezcan los alelos, tenderán a ser heredados por un número cada vez mayor de individuos.

Bases científicas

Menciona las leyes de la genética de Mendel, redescubiertas magnamente en 1900.

Invoca, además, a Ronald Fisher, quien utilizando modelos matemáticos, demostró cómo la variación continua podía
originarse con la intervención de una gran cantidad de material genético discreto. Había nacido la síntesis neodarwinista,
la integración de la teoría de la evolución de Darwin y la genética de Mendel.

¿Darías la vida por tu hijo o hija?

He ahí la supervivencia de los genes egoístas.

El autor

Richard Dawkins (Nairobi, 26 de marzo de 1941) es un etólogo, zoólogo, teórico evolutivo y divulgador científico británico.
Fue profesor de etología (ciencia que estudia el comportamiento animal) en la Universidad de Oxford y Titular de la
“Cátedra Charles Simonyi de Difusión de la Ciencia” en esta Universidad hasta el año 2008.
Ha escrito numerosos artículos y publicaciones científicas sobre las relaciones entre la evolución y la conducta social de los
animales.
Es autor de El gen egoísta, obra publicada en 1976, que popularizó la evolución enfocada en los genes, y que introdujo
los términos meme y memética. En 1989, Dawkins volvió a publicar su libro, con dos nuevos capítulos y notas finales a los
capítulos originales, en las que se hace pequeñas autocorrecciones y se defiende de los ataques sufridos tras la primera
edición.
En 1982, hizo una contribución original a la ciencia evolutiva con la teoría presentada en su libro El fenotipo extendido, que
afirma que los efectos fenotípicos no están limitados al cuerpo de un organismo, sino que pueden extenderse en el ambiente,
incluyendo los cuerpos de otros organismos. Desde entonces, su labor divulgadora escrita le ha llevado a colaborar
igualmente en otros medios de comunicación, como varios programas televisivos sobre biología evolutiva, creacionismo y
religión.
En su libro El espejismo de Dios, Dawkins sostenía que era casi una certidumbre que un creador sobrenatural no existe y que
la creencia en un dios personal podría calificarse como un delirio, como una persistente falsa creencia, sostenida tenazmente
a pesar de la gran evidencia en contra. Dawkins se muestra de acuerdo con la observación hecha por Robert M. Pirsig en
relación a que “cuando una persona sufre de una alucinación se le llama locura. Cuando muchas personas sufren de una
alucinación se le llama religión”. Hasta enero de 2010, la versión en inglés de “El espejismo de Dios” había vendido más
de dos millones de ejemplares.

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