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HORTALIZAS
Según el Código Alimentario Argentino con el nombre genérico de Hortaliza, se entiende a
toda planta herbácea producida en la huerta, de la que una o más partes pueden utilizarse
como alimento.
Existen diferentes criterios para clasificar las hortalizas, uno de ellos es tener en cuenta que
parte de la planta es comestible. Según este criterio las hortalizas se clasifican en frutos,
bulbos, hojas y tallos verdes, flores, tallos jóvenes, legumbres y raíces. Dentro de estas
denominaciones se consideran varias especies.
Hortalizas de hoja: lechuga, repollo (col), repollo chino, col de Bruselas, ruibarbo, apio,
espinaca, acelga, col rizada, endivia, escarola, cebollín (cebollas verdes), endivia belga,
achicoria (radicchio), brotes germinados y otras hortalizas de hoja
Hortalizas de tallo: espárrago, col, rábano, hinojo y nopalitos
Hortalizas de flor: alcachofa, brócoli, coliflor
Hongos
Hortalizas de hojas
En general, estos productos son altamente perecederos y tienen tasas de respiración y
transpiración elevadas. Una excepción notoria es el repollo, ya que éste se puede almacenar
por períodos largos. En la siguiente imagen se observa como varia la tasa de respiración de
hortalizas de hojas maduras e inmaduras. Se puede apreciar que, a mayores temperaturas, la
tasa de respiración es más alta. Además, cuando la hortaliza se encuentra madura, la tasa de
respiración es más baja.
En el caso de las hortalizas de hojas, el aspecto visual (frescura y color verde característico)
determina la calidad nutricional de las mismas. En la imagen siguiente, se muestra la variación
en brócoli a tres temperaturas diferentes. Se observa que en el caso del brócoli un aspecto
verde y fresco es indicativo de su valor nutritivo.
Los cambios rápidos en las concentraciones de clorofila están estrechamente asociados con los
síntomas visuales del amarillamiento de las flores individuales; la vida útil se limita a 2 días a
20°C (68°F), 10 días a 10°C (50°F) y más de 30 días a 0°C (32°F). En forma similar, las
concentraciones de vitamina C (ácido ascórbico) y carotenoides (de los cuales
aproximadamente el 80% es pro Vitamina A o beta-caroteno), siguen los cambios de la
concentración de la clorofila.
La calidad postcosecha y vida útil de las hortalizas de hoja pueden verse afectadas
notablemente por las prácticas de cultivo y la selección de la variedad. Por ejemplo, diferentes
variedades de brócoli pueden variar en más del 50 % en su vida útil potencial.
Hortalizas de tallo
Hortalizas de flor
COSECHA
Aunque la determinación de la madurez hortícola varía según el producto, por lo general el
tamaño es el criterio principal. Para el caso de lechugas que no forman cabezas, el número de
hojas puede ser utilizado como índice de cosecha. Para cabezas de lechuga y col (repollo), la
solidez de la cabeza determina la madurez de cosecha.
Los dos sistemas de empaque (preparación a campo y galpón de empaque) no son excluyentes
entre sí, sino que en muchos casos existe una preparación parcial en el campo que luego se
completa en el galpón. En todos los casos, siempre la primera selección se realiza en el predio,
para la eliminación de las unidades con defectos severos, daños o enfermedades. La lechuga es
uno de los ejemplos de preparación en el campo en donde un equipo personas corta,
acondiciona y empaca. Cuando es destinada a mercados distantes, las cajas son transportadas
a plantas de preenfriamiento y almacenamiento refrigerado en donde son consolidadas sobre
tarimas de madera (pallets) u otras unidades de transporte.
Empaque a campo
Manejo post cosecha de hortalizas de hoja
Manejo post cosecha de hortalizas de tallo
Manejo post cosecha de hortalizas de flor
Los productos se seleccionan por su madurez y calidad, luego se cortan, recortan, envuelven,
empacan en cajas de cartón o envases de madera, transportan, enfrían, almacenan en cámaras
de refrigeración temporalmente antes de cargar o se cargan directamente y transportan al
mercado. El empacado en el campo generalmente permite obtener mayores rendimientos de
productos comercializables debido a que se reduce el daño mecánico, aunque el manejo poco
cuidadoso es una de las mayores causas de pérdidas durante la comercialización de hortalizas.
Operaciones en la empacadora
Un galpón de empaque puede definirse como un sitio protegido tanto para el producto como
para el personal que realiza el trabajo, creando un conjunto ordenado donde el producto fluye
para su acondicionamiento, permitiendo el manejo y supervisión en forma centralizada. Desde
el punto de vista operativo, es similar a la organización de una fábrica, donde la materia prima
proveniente del campo es sometida a una serie de operaciones secuenciales para terminar
como un producto empacado.
ENFRIAMIENTO
La conservación de hortalizas es altamente dependiente de la refrigeración, debido a la
influencia de ésta en factores como: la disminución de la actividad biológica del producto, la
disminución del crecimiento de microorganismos, la disminución de la pérdida de agua y la
conservación de nutrientes presentes en los vegetales.
Enfriamiento al vacío: en este método el agua absorbe calor a medida que se evapora
y por lo tanto produce el enfriamiento. Dicha evaporación es muy rápida a presión
atmosférica baja.
El producto se empaca, se estiba en pallets y se coloca en una cámara hermética
especial donde se ejerce un fuerte vacío. La cantidad de agua que se pierde no es
suficiente para afectar la calidad y vida de almacenamiento del producto. Puede
utilizarse para lechuga de cabeza, lechuga de hoja, espinaca, coliflor, repollo y otras
hortalizas de hoja.
Enfriamiento hidro-vacío: el enfriamiento es idéntico al anterior, con la diferencia de
que se inyecta agua de forma controlada antes de comenzar el enfriamiento. Con este
proceso se disminuye la pérdida de agua del producto. Se utiliza para apio y otras
hortalizas de hoja.
Hidro-enfriamiento: es un tipo de enfriamiento en el que las hortalizas se rocían o
sumergen en agua fría, con el objetivo de eliminar el calor de campo. Generalmente se
usan temperaturas de agua inferiores a las requeridas para el almacenamiento de los
productos; esto con el objetivo de obtener menores periodos de enfriamiento. Se usa
por ejemplo para alcachofa, espárragos, lechuga de hoja, apio, espinacas, algunas
cebollas verdes, poro y otras hortalizas de hoja.
Empacado con hielo y hielo-líquido: se usa hielo molido o cubos de hielo. Este método
es efectivo en aquellos productos empacados que no pueden ser enfriados con aire
forzado. El hielo se agrega a los contenedores y entre los empaques ya estibados.
El calor necesario para la fusión del hielo es cedido por el producto y el agua liberada
lo mantiene fresco. Ejemplos de dicho enfriamiento: brócoli, espinacas, perejil, cebolla
verde, col de Bruselas, entre otros.
Enfriamiento en cámaras de refrigeración: es el más antiguo y convencional. El
enfriamiento de los productos mediante este método se produce cuando éstos son
colocados dentro de una CF y son expuestos al aire frío producido. Para producir frío
es utilizada la evaporación de líquidos basada en la compresión y descompresión de un
fluido frigorífero, que pasa de líquido a gas y viceversa, absorbiendo el calor del medio
en el que se vaporiza a baja presión. La transferencia de calor es baja, debido a que el
aire frío circula libremente alrededor de los productos a velocidades relativamente
bajas. Consecuentemente, se requieren largos periodos para completar el
enfriamiento. Se utiliza principalmente para alcachofas y repollos.
Enfriamiento con aire forzado (AF): es una modificación de la refrigeración en CF, la
cual consiste básicamente en el paso forzado del aire a través del producto a
velocidades más altas, lo que incrementa el proceso de transferencia de calor y
consecuentemente reduce el tiempo de enfriamiento de los productos. Se utiliza
principalmente para coliflor y hasta cierto límite para otras hortalizas de hoja y tallo,
incluyendo germinados. En el caso de los champiñones, se usa aire forzado
humidificado para reducir el efecto deshidratante provocado por el movimiento rápido
del aire.
Para el almacenamiento a largo plazo, se requieren temperaturas cercanas a las óptimas para
maximizar la vida del producto y minimizar las pérdidas. En este tipo de almacenamiento
también es necesario minimizar la circulación del aire para un control adecuado de la
temperatura a fin de evitar la pérdida excesiva de agua.
La mayoría de las hortalizas de hoja, tallo y flor responden favorablemente a las atmósferas
modificadas. Atmósferas con bajos niveles de oxígeno (de 2 a 3% O2) favorecen una mayor vida
útil en casi todos los productos. Las recomendaciones para la modificación del CO2 varían más;
las puntas de espárragos, que se dañan fácilmente durante la selección y empacado, presentan
menos pudriciones cuando se almacenan en atmósferas con concentraciones elevadas de CO2.