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Los modos de adquisición de la propiedad son los hechos jurídicos, de los cuales el
derecho positivo hace depender el nacimiento del pleno señorío de una persona sobre una
cosa. Los clásicos distinguían entre modos de adquisición de, a) derecho civil, solemnes y
formales, reservados a los «civis», y modos de b) derecho natural o de gentes, comunes a
todos los pueblos. Tal distinción, aunque no tuviera valor práctico alguno después de la
concesión de la ciudadanía a todos los súbditos del imperio, es, sin embargo, conservada
en el derecho justinianeo.
Los intérpretes han sustituido tal distinción por la de modos originarios y modos
derivativos, según que la adquisición tenga lugar por una relación directa con la cosa
(ocupación, accesión, especificación, confusión, conmixtión, adquisición de los frutos,
adjudicación, usucapión), o bien con base a una relación con el anterior propietario
(mancipado, in iure cessio, traditio).
Cuando la cosa, derecho u obligación, es traspasada de un titular a otro; hay una relación
jurídica preexistente; hay un traspaso de un dominio que puede ser pleno o con ciertas
limitaciones, siendo el principio general que nadie puede transmitir a otro más derechos de
los que él mismo tuviere “Nemo plus juris ad alium transferre potest, quam ipse haberet"
(Ulpiano).
En virtud que la adquisición es ocasionada por un hecho o por un acto jurídico, debemos
estudiarlos, ya que la adquisición importa una relación de derecho.
HECHO JURÍDICO
Los hechos son aquellos acontecimientos que ocurren en nuestro mundo y como
consecuencia de los mismos estos pueden o no tener incidencia en el mundo del Derecho,
así nos encontramos con los hechos jurídicos y los hechos no jurídicos. Los hechos no
jurídicos como se puede apreciar en su misma denominación, son aquellos
acontecimientos que cuando ocurren o suceden, estos no importan al derecho, ya que los
efectos que producen estos hechos no son relevantes jurídicamente y por ende no son
tomados por el derecho, por ejemplo: el sacar la basura fuera de la casa, hacer una
caminata, lavar la ropa, etc.
En conclusión, los hechos jurídicos son aquellos que pueden ser producto de la naturaleza
o del hombre, pero que sus efectos van a tener trascendencia en el campo del derecho.
Si nosotros definimos los hechos jurídicos como los acontecimientos que producen
consecuencias jurídicas podremos clasificarlos en:
ACTO JURÍDICO.
Las leyes en los distintos países y en las diferentes épocas reconocen al individuo el poder
de dirigir sus intereses propios por medio de su voluntad adecuadamente expresada.
Este poder de las personas, sean individuales o jurídicas, tiene como vehículo más
importante, el acto jurídico. En un acto jurídico, la voluntad de la persona es esencial.
Haciendo una distinción entre hecho jurídico y acto jurídico, un hecho jurídico no tiene
porque ser voluntario ni controlable por la persona. Por lo tanto, todos los actos jurídicos
son hechos jurídicos, pero no todos los hechos jurídicos son actos jurídicos.
Podemos definir pues el acto jurídico, como el instrumento ordinario a que recurren las
personas para regir por sí mismas sus intereses dentro de los límites de la ley. También
podemos definirlo como el acto voluntario lícito que tiene por finalidad establecer entre las
personas relaciones jurídicas; crear, modificar, transferir, conservar o aniquilar derechos.
Para muchos autores la expresión acto jurídico resulta sinónima de negocio jurídico, por lo
que no corresponde ninguna diferencia. Para otros en cambio existe un criterio
diferenciativo, así en el acto jurídico interviene la voluntad que actúa como un elemento
cuyos presupuestos, modos y consecuencias están previamente establecidos por el
derecho, en el negocio jurídico en cambio, la voluntad juega más libremente, hay un juego
más libre de la voluntad.
CLASIFICACIÓN.
1. Unilaterales o bilaterales.
3. Onerosos o gratuitos. Los primeros establecen una ventaja económica que se adquiere
por contraprestación de un desprendimiento patrimonial, en los segundos la ventaja se
realiza sin contraprestación.
4. Inter vivos o mortis causa. Los primeros tienen eficacia en vida de las partes, los
segundos regulan sus efectos para después de la muerte del disponente.
6. Principales o accesorios. Los primeros existen por sí mismos, los segundos dependen
de una obligación principal.
7. De derecho estricto o de buena fe. Los primeros concluyen conforme a los modos
establecidos por el derecho, en los segundos la validez queda supeditada a la resolución
del pretor.
8. Simples o complejos. Los simples producen un sólo efecto jurídico, los complejos más
de un efecto jurídico.
9. Positivos o negativos. Los positivos tienen por objeto un "Facere", "Dare" o "Praestare".
Los negativos un "Non Facere".
Elementos Esenciales. Son aquellos sin los cuales no puede existir el acto o negocio
jurídico, por ello se denominan también requisitos:
1. La manifestación de voluntad.
Existen unos requisitos o presupuestos de la voluntad; que el sujeto pueda realizar el acto
por tener capacidad; que quiera realizarlo (Volición efectiva); que manifiesta esa voluntad
en forma expresa; oral o escrita; tácita o por medio de otro (Representación) y por último
que no haya dolo o violencia (Con libertad).
2. El objeto.
Se entiende por objeto la cosa o derecho sobre el cual las partes crean, modifican,
transmiten o extinguen una relación jurídica. Según Paulo el objeto consiste en:
"Prestare"', entrega para uso o tenencia sin transmitir la propiedad ni crear un derecho
sobre ella;
Los requisitos o presupuestos del objeto son: debe ser lícito, es decir, ni contrario al
derecho ni a las buenas costumbres; debe ser posible, es decir, factible tanto material
como jurídicamente; determinado o determinable, la determinación puede ser específica, el
esclavo Sficho, o genérica (Peso, número o medida).
3. La Causa.
4- La forma.
Este elemento aparece sólo cuando el acto o negocio es solemne y en el antiguo Derecho
romano la regla general era la solemnidad, generalmente ritos verbales "Certa et sollemnia
verba".
Elementos Naturales. Están en la naturaleza misma del acto o negocio pero no resultan
necesarios para concebirlo. Aunque las partes no lo mencionen, ellos están implícitos,
pero por no ser esenciales, las partes pueden determinar expresamente su exclusión.
Ejemplos de ellos serían las garantías de evicción, vicios ocultos, etc.
Elementos Accidentales. Son aquellos que las partes pueden legalmente incorporar al acto
o negocio y cuya existencia ni es esencial ni se presume, dependen de la voluntad y
normalmente son las condiciones, el plazo, el modo y las cláusulas penales "Stipulatio
Penae" y en general los distintos factores que se puede agregar a un contrato:
A. "Dies certus an certus quando". (Te daré un caballo en Enero) se sabe qué sucederá y
cuándo.
B. "Dies certus an incertus quando". (Te daré un caballo cuando muera Simplicio) Se sabe
qué ocurrirá pero no se sabe cuándo.
C. "Dies incertum an certus quando". (Te daré un caballo cuando cumplas 20 años). No se
tiene certeza si ocurrirá, pero de ocurrir, se sabe cuándo.
D. "Dies incertus an incertus quando". (Te daré un caballo el día que se case Simplicio).
No se sabe si ocurrirá y tampoco cuándo ocurrirá.
3. Modo. Sirve para designar una cláusula agregada a los actos de liberalidad, por medio
de la cual se impone al beneficiario un comportamiento determinado. Ej.: Que sea
Simplicio mi heredero, pero que en la hacienda construya una iglesia.
La nulidad está ligada manera absoluta a la idea de las formas del negocio jurídico, o que
las personas sean incapaces, o carezcan de alguno de los otros elementos esenciales. El
acto se considera inexistente y por tanto no susceptible de confirmación, es de pleno
derecho y puede ser invocada por cualquiera.
En la anulabilidad el acto o negocio existe, y en principio produce los efectos jurídicos que
se propusieron las partes, pero éstas pueden pedir su anulación, o decretarla el
magistrado debido a un obstáculo jurídico existente. Los actos anulables son susceptibles
de confirmación.
REPRESENTACIÓN.
Existen casos en los cuales la manifestación de voluntad es realizada por persona distinta
y estamos en presencia de la representación.
Cuando el representante obra en nombre y por cuenta del representado, estamos frente a
la denominada representación directa, todos los efectos jurídicos resultantes del acto se
producen en la persona del representado.
Cuando el representante obra a cuenta del representado pero a nombre propio, estamos
frente a la representación indirecta, los efectos del acto se producen en el representante,
esta última fue la que utilizaron los romanos.
1. La acción de los "Filiifamiliaes"; mujer "Inmanus" y esclavos que adquieren sin noticia
del "Pater", lo adquirido ingresa al patrimonio de éste; pero en cambio no lo pueden
obligar, salvo la decisión del pretor de establecer en aras de la equidad las "Actiones
adirecticiae qualitatis"
3. La actuación del tutor y del curador, explicable por una "Fiducia", relación de confianza
basada en la Fides.
4. La figura del "Procurator", persona extraña que se ocupa de los negocios de otra,
incluso adquiría la posesión.
VICIOS DE LA VOLUNTAD.
1. El Error. Falso conocimiento o ausencia de idea verdadera que se tiene sobre el acto o
negocio, o sobre un aspecto esencial del mismo. Este error es llamado de hecho "Error
facti". Existe el error de derecho “Error Juris" que versa sobre la ignorancia o ausencia de
conocimiento de las reglas jurídicas objetivas, por seguridad jurídica el error de derecho es
inexcusable, pero en Roma puede ser invocado por ciertas personas: soldados, rústicos,
mujeres, menores, etc.
A. Error in negotio. Existe cuando hay un desacuerdo entre lo que las partes han querido
celebrar y lo realmente manifestado. Ejemplo: Simplicio entrega una cosa a Tiburcio en
depósito y éste cree recibirla en donación.
B. Error in personae. Existe cuando se realiza el negocio con una persona distinta de
aquélla con la cual se quería celebrar el mismo. La sola equivocación sobre el nombre no
resulta esencial, cuando el error recae sobre las cualidades entonces si puede acarrear la
nulidad.
C. "Error in corpore". Existe cuando el negocio se ha realizado sobre un objeto distinto del
que creía celebrarlo. Yo creo comprar al esclavo Lucio y el vendedor cree venderme al
esclavo Simplicio. El mero error sobre el nombre del objeto no es esencial.D. "Error in
substantia". Recae sobre las características esenciales del objeto del negocio. Creo
comprar una barra de oro y se me vende una de cobre. Los juristas romanos tuvieron
divergencias sobre este error, así diferían Ulpiano, Marcelo y Juliano.
E. "Error in quantitate". El error recae sobre la cuantía del objeto, sobre aumento o
disminución, aparece generalmente en la "Stipulatio". Me prometes diez; te prometo cinco.
Es nulo si el vendedor cree por 1.000 y el comprador por 500. Pero al contrario no es nulo.
B. El dolo debe ser causa determinante de la realización del acto (Dolo principal, para
diferenciarlo del dolo incidental, en cuyo caso el acto se realiza, aunque con ciertas
modificaciones).
D. No debe haber dolo de ambas partes (El dolo de uno se subsume en el dolo del otro).
Para que la violencia sea vicio del consentimiento se requiere: que sea injusta; que el mal
amenazado sea grave e inminente; que la amenaza sea seria, capaz de impresionar a una
persona normal y que la intimidación sea utilizada como medio para la realización del acto.