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UNIVERSIDAD NACIONAL DEL SANTA

FACULTAD DE EDUCACIÓN Y HUMANIDADES


E.A.P. DERECHO Y CIENCIAS POLITICAS

TEMA:

EL MATRIMONIO

PROBLEMA:

LA CRISIS DEL MATRIMONIO COMO CONSECUENCIA DEL DECLIVE

EN LA PREFERENCIA PÚBLICA

CURSO:

DERECHO CIVIL III

PROFESOR:

NOEL VILLANUEVA CONTRERAS

CICLO:

III

INTEGRANTES:

 GOICOCHEA JALCA NADIESKA


 GUEVARA SALINAS SANDY
 MENDOZA ZAVALETA YASMIN
 RODRIGUEZ CAMPOS ADRIANELLY

MAYO - 2011
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A nuestros padres que con su


esfuerzo y dedicación nos han
inculcado valores, principios que
hoy en día nos ayuda a
desarrollarnos como personas y
seres humanos.

A nuestra profesora por esa ardua


labor que desempeña diariamente
al brindarnos horas de
conocimiento para lograr
completar nuestra profesión.

Al Señor nuestro Dios que nos llena


de esperanzas de un mundo mejor,
en donde reine la paz y la unión
entre las personas,
desapareciendo la avaricia,
melancolías y desamor. 3
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AGRADECIMIENTO

A nuestros padres por el apoyo brindado constantemente, el cual nos llena de


tranquilidad por tener a alguien que nos respalde y proteja.

Agradecemos también a nuestros profesores por la ardua dedicación y empeño


que brotan en cada clase, llenándonos de conocimientos, dándonos las armas
para enfrentarnos a la vida profesional.

Y a la E.A.P. Derecho y Ciencias Políticas por haber cooperado en el proceso de


realización de esta monografía puesto que ellos fueron nuestra unidad de análisis.

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PRESENTACIÓN

El presente trabajo monográfico ha sido elaborado de la recopilación de


bibliografía especializada orientándonos a plantearnos una
problemática que nos ayude a definir con precisión el matrimonio, ya
que discrepamos con las definiciones de algunos autores con respecto
a este acto.

Además hemos analizado a este acto desde una perspectiva histórica,


social, jurídica y religiosa para poder determinar los cambios drásticos
que hado el matrimonio a través de la historia.

Lo que nos conlleva a hacer esta investigación es la realidad percibida,


de donde nos surgen interrogantes que se aclaran con el presente
trabajo.

Es por ello que esperamos que la presente investigación satisfaga las


expectativas que este tema ha despertado en varias personas, y se
cumpla con el objetivo encomendado por el Dr.; para concluir sea a su
vez de gran utilidad para todo aquel que en algún momento coja esta
información, obtenga nuevos conocimientos.

ATTE. EL GRUPO

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INTRODUCCIÓN

En la vida del varón y de la mujer se da un momento en que, normalmente, brota el


amor o cualquier otro vínculo que los haga unirse. Llevados por ese sentimiento o
vínculo deciden entrar en una comunión estable de vida y formalizar legalmente. A
esta decisión, compromiso y formalización ante la ley se llama matrimonio.
El matrimonio y la familia se cuentan entre los bienes más valiosos de la humanidad
y este compromiso público al que nos referimos anteriormente, tiene una serie de
características que le distinguen de otras formas de relación interpersonales como
es la exclusividad, la permanencia y la unidad.
El estudio de esta figura legal se puede analizar de distintos ángulos, y es por ello
que se han elaborado diversas teorías entre las cuales destacamos la teoría de la
concepción mixta, pues es la que recoge nuestro ordenamiento jurídico.
Ahora bien, hoy en día podemos apreciar que los individuos al formar una familia
obvian la celebración del matrimonio optando por otras opciones (unión hecho, etc.)
siendo así que el presente grupo se ha planteado la siguiente problemática: LA
CRISIS DEL MATRIMONIO COMO CONSECUENCIA DEL DECLIVE EN LA
PREFERENCIA PUBLICA.

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1. ANTECEDENTES

Partiendo del Derecho romano podemos decir que el matrimonio es una consortium
omnis vitae, es decir, un convenio para toda la vida y llegamos a establecer que es
una institución tan antigua como el hombre mismo.

Es probable que en la mayoría de las etapas del desarrollo humano haya existido el
matrimonio. Shiskin nos dice que al salvajismo corresponde el matrimonio por
grupos; a la barbarie, el matrimonio sindiásmico; a la civilización, el matrimonio
monogámico con sus complementos de adulterio y prostitución.

En los pueblos primitivo podemos identificar que se practico 2 tipos de matrimonios:


por rapto y por compra; y pues a pesar de lo violento y lucrativo que caracterizo al
matrimonio en estas épocas ,se le considero como una acto muy serio del que
dependía la perpetuidad de la familia y de sus cultos, por eso, su celebración se
llevaba a efecto con mucha seriedad, ritualidades e inclusive sacrificios.

El matrimonio en el derecho antiguo, particularmente en Roma tuvo carácter


monogámico y admitió varias formas como: a) la confarreatio o matrimonio
reservado para patricios, que se cumplió en la presencia de la estatua de jupiter, de
un pontífice y de diez testigos; b) La coemptio o matrimonio por compra que al
principio fue efectiva y luego meramente simbolica; c) El usus, que fue la adquisición
de la mujer por una suerte de prescripción durante un año y que diera lugar a la
usurpatio trinoctti (abandono del lecho conyugal durante tres días al año).

Igualmente, el matrimonio cum manus consistió en una especie de adopción de la


mujer por el marido y, el matrimonio sine manus, en un concubinato tolerado.

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Asimismo en el derecho germano el matrimonio era una institución civil consistente
en la compra simbólica de la mujer, como es el caso de la gifta o matrimonio en la
puerta de la iglesia, que simbolizaba la transferencia de la potestad paterna a la
marital por la entrega de dinero, armas, ganado, etc. Con posteridad, el trueque
matrimonial quedo reducido a la mera promesa o desposorios.

En el derecho medieval, la regulación del matrimonio estaba bajo exclusiva


regulación de la Iglesia, hecho que se reafirmo en el concilio de Letrán (siglo XIII) y
de Trento (siglo XVI). Se consideraba el matrimonio como un contrato y como un
sacramento.

Aquí los que acordaban y planeaban la realización del matrimonio eran los padres
más no los interesados directamente. Tuvo un carácter indisoluble a excepción de
que uno de los cónyuges muera y como vemos esto se mantiene hasta hoy. Se
autorizo la realización de un llamado ``matrimonio articulo mortis´´ que no era otro
que el que se desarrolla por inminente peligro de muerte para lo cual se necesitaban
de solo 2 testigos y se podía obviar la presencia del eclesiástico.

Por estas épocas se practico la barragania que era un Contrato escrito de


convivencia entre hombre y mujer fuera del matrimonio pero con cierta estabilidad
carecia de la dignidad del matrimonio, no era moralmente aceptable y fue siempre
proscrita por la Iglesia. Sin embargo estas uniones tuvieron un carácter legal en
algunas legislaciones seculares de la época medieval. Se trataba de personas
solteras, separadas o viudas, pero nunca casadas ni con votos de celibato (clero).
A los hombres que así vivían se les denominaba "abarraganados" y a las mujeres,
"barraganas".

En el derecho moderno el edicto Nantes permitió a los protestante casarse por


medio de sus pastores pero en 1968 se les obligo a casarse nuevamente ante
sacerdotes católicos, es ahí donde se empieza la lucha para extraer al matrimonio
como concepto de sacramento.

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Es así que esta lucha se ve profundamente marcada en el siglo XVIII durante la
revolución francesa cuando el código de Napoleón la define como una institución
meramente civil, teniendo mucha influencia en las legislaciones del mundo en esa
época y hasta la actualidad.

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2. CONCEPTO Y FINALIDAD

2.1. CONCEPTO

Es imposible dar un concepto de matrimonio que resuma en sí todas las diferentes


regulaciones que, a lo largo de la historia y en los diferentes países, han definido
dicha institución. Algunos dicen que es un solo elemento, la unión sexual, el que
puede registrarse como común a todas estas distintas regulaciones.
Por lo tanto, para poder dar un concepto del matrimonio, es necesario partir del
derecho natural. Situándonos en ese plano podemos decir que el matrimonio es la
comunidad de vida, establecida entre dos personas, por libre decisión de su
voluntad y con carácter indisoluble, con el objeto de procrear hijos y educarlos, y de
asistirse recíprocamente.

Etimológicamente, deriva de la raíz latina “matris2, madre y “munim” carga o


gravamen que significaría carga o gravamen para la madre, por cuanto ella es
quien lleva el peso antes y después del parto; es decir, esta expresión se refiere
a que es la mujer quien lleva en el matrimonio la parte más difícil, ya que en
efecto ella concibe a los hijos, los educa, los cuida, atiende su formación, etc.

Planiol, sostiene: que “el matrimonio es el acto jurídico por el cual el hombre y la
mujer establecen entre sí una unión que la ley sanciona, y que puede romper por
su voluntad”. Aquí podemos darnos cuenta del libre consentimiento de las partes, la
legalidad y permanencia del vínculo que dos personas aptas, según la ley logra por
deseo propio.

Para José Arias el matrimonio “es la unión permanente, exclusiva y lícita del hombre
y la mujer”, lo que significa que sean respetados las exigencias legales de fondo y
forma.

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Messineo: dice “que el matrimonio es el núcleo elemental fundamento de la


familia”.Enneccerus, define al matrimonio, como la unión de un hombre y una mujer,
reconocida por la ley, investida de ciertas consecuencias jurídicas, y dirigidas al
establecimiento de una plena comunidad de vida.

Para nuestro código Civil (artículo 234°) el matrimonio “es la unión voluntaria
concertada por un varón y una mujer aptos para ella y formalizada con sujeción a
las disposiciones de este código, a fin de hacer vida en común. El matrimonio
representa el acuerdo libre de voluntades de un hombre y una mujer, sin este
acuerdo no hay matrimonio”.

En virtud al matrimonio la pareja se obliga a formar una comunidad doméstica, es


decir, vivir bajo un mismo techo, y prometen guardar fidelidad siempre el uno al otro.
Esta promes forma parte de la esencia del matrimonio y no puede ser excluida en
ningún caso. Claro está que es posible que se llegue a contraer matrimonio sin que
haya deseo de establecer la vida en común, sin embargo, el Derecho no toma en
cuenta dicha voluntad de excluir la vida conyugal.

Para nuestro estudio podemos decir en términos generales que el matrimonio es la


unión espiritual y corporal en forma permanente de un hombre y una mujer,
asociados bajo un mismo fin: la procreación y perfección de la especie, mutuo
auxilio y consecución de la más plena convivencia comunitaria, sancionada por la
ley y sólo disoluble, en los casos especificados.

El matrimonio es pues la base esencial de la familia y en esto se puede advertir que


no hay civilización alguna que no la reconozca: es de suma importancia como la
familia, pues está considerada como la célula primigenia de la sociedad.

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2.2. FINALIDAD

Con respecto a la finalidad del matrimonio, fue allí extinguido catedrático Dr.
Cornejo Chávez, en su obra derecho de familia, hace un estudio interesante sobre
este particular, que puede abordarse de dos formas:

Desde el punto de vista sociológico explicarte que:

a) La teoría de Kant enfatiza como finalidad del matrimonio la satisfacción del


instinto sexual. El apetito amoroso queda elevado así a la categoría de
fundamento principal de la unión conyugal; y esto resulta, en cuanto su
finalidad, colocando al nivel del concubinato, de la unión sexual esporádica y
aun de libre comercio carnal, fenómenos todos que persiguen también la
satisfacción del instinto sexual.
 Para Montaigne y Schopenhauer, el fin del matrimonio se ubica en el
bienestar de la prole concepción cuya aparente generosidad no
inutiliza el argumento de que la dignidad del ser humano se resiste a
admitir que una persona se convierta, sin voluntad o contra ella, en
instrumento al servicio de otra.
 Las teorías de Aristóteles y Tomás de Aquino, por último atribuye al
matrimonio doble propósito de un lado la procreación y subsiguiente
educación de la prole, y de otro el mutuo auxilio entre los cónyuges (el
Codex Iuris Canonici de 1984).
b) Paralelamente a la sociología, el derecho expresa ideas semejantes; y así,
mientras un sector de la doctrina llama la atención hacia el fin sexual del
matrimonio, otro recalca como finalidad del mismo la mutua ayuda de los
casados a través de una plena comunidad de vida.
En efecto, para el tratadista Planiol y Ripert, “el matrimonio crea una
asociación entre los dos casados, con obligaciones recíprocas pero su objeto
esencial es la creación de la familia. En el fondo no es otra cosa que la unión

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sexual reconocida por la ley” puesto que la procreación de los hijos crea
deberes a los Padres.
En cambio para el tratadista Eneccerus define: el matrimonio como “la
unión de un hombre y una mujer, reconocida por la ley, investida de ciertas
consecuencias jurídicas y dirigida al establecimiento de una plena comunidad
de vida”.
El concepto tinción Valverde, cuando sostiene que por el matrimonio,
“ el hombre y la mujer, asociado en una ventura perdurable unidad de vida
sancionada por la ley, se contemplan recíprocamente, y cumpliendo los fines
de la especie la perpetúan al traer a la vida una inmediata descendencia”.
c) Para el Doctor Cornejo Chávez, concluye que la doctrina jurídica alude dos
grandes fines: uno específico, la creación y educación de la prole y, otro
individual, el mutuo auxilio en una plena comunidad de vida.

Asimismo, para Bossert, Gustavo, dicen que el matrimonio “desde el


punto de vista sociológico constituye la institucionalización de las relaciones
que tienen por base en la unión intersexual.

Sólo pueden celebrarse entre un hombre y una mujer, y entre no más


de ellos dos estando subsistente el vínculo matrimonial. Se consagra la
monogamia en la familia, sistema matrimonial que rigen en gran parte de la
legislación de familia comparada.

En cuanto a la finalidad de matrimonio si tienen por entendido la


cohabitación, o sea, la mutua satisfacción sexual de la pareja. De esta
finalidad se deriva la de la procreación. Debe el matrimonio poder obtener
tales fines, aunque no son pocos los casos en que a la cohabitación sexual
no le sigue la procreación, ya sea por decisión mutua o unilateral, o por
causas ajenas a la voluntad del marido y la mujer.

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En la realidad humana puede convertirse el matrimonio en una ficción,


pero legalmente estará constituido. Esto se da cuando se deforma el
concepto de matrimonio para hacerlo servir a otros fines como, por ejemplo,
económico. Ello ocurre en el caso de que ambos cónyuges se casen para
asociar sus economías y está asociación, siendo lícita y considerada
jurídicamente como matrimonio, en sí no es, porque no se da la cohabitación
sexual.

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3. NATURALEZA JURIDICA

El hecho de arribar a tal abstracción conceptual del matrimonio implica la revisión


de diversos conceptos a los vinculados, como la voluntad de los contrayentes y
los diversos momentos y hecho históricos que van determinándolo en el tiempo
y conforman la explicación sobre su naturaleza jurídica.
En todos los casos de matrimonio celebrado, el papel de la voluntad de los
contrayentes ha sido determinante; no así en otros sistemas, ajenos al nuestro,
en los que se dan casos como los matrimonios por venta de la mujer, rapto y
acuerdo entre los progenitores.
En los sistemas jurídicos occidentales ha sido siempre indispensable la
manifestación de la voluntad de los contrayentes ante el ministro de la iglesia o
el oficial del registro civil.
Esta circunstancia ha llevado a concluir a nuestros autores que el matrimonio es
un acuerdo de voluntades y por lo tanto, constituye un contrato.
Al matrimonio no solo se le ha considerado como contrato a partir de actos de
afirmación política, sino que también importantes tratadistas le han dado tal
denominación. Señalan, además, que se trata del contrato mas antiguo; al ser
origen de la familia, lo remontan hasta lo albores de la humanidad.
El concepto del matrimonio como contrato tiene una larga tradición doctrinal y
cuenta con defensores importantísimos, tales como Marcel Planiol, quien lo
define como “la unión sexual del hombre y de la mujer, elevada a la dignidad
del contrato por ley, y de sacramento por la religión.”
Sin embargo, mas recientemente otros autores han objetado el carácter
contractual del matrimonio, sin desconocer el papel que la voluntad de los
contrayentes juegan en su celebración, entre estos autores figuran:
a) Leon Duguit, quien sostiene que el matrimonio constituye un acto jurídico
condición; es un acto jurídico por que es una declaración de la voluntad a la
que el derecho otorga determinados efectos. Es condición en tanto resulta
indispensable para el nacimiento de un estado jurídico previamente

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establecido, con derechos y deberes que no pueden ser alterados por las
partes.

b) Antonio Cicu, quien manifiesta que el matrimonio no es un contrato, ya que


no es la sola voluntad de los contrayentes la que lo crea; para que exista el
matrimonio se requiere que este sea declarado por el oficial del registro civil.
Por los tanto, aunque haya acuerdo de los interesados este no es suficiente,
puesto que sin el oficial de registro civil no hay matrimonio. Así el matrimonio
es un acto complejo poder estatal que requiere de la voluntad de los
contrayentes y la del Estado.

c) Houriou y Bonnecase, por su parte, sostiene que el matrimonio es una


institución jurídica, y por ella se entiende de una organización de reglas de
derecho unidas por un fin común a la que se someten los esposos al declarar
su voluntad en el acto de celebración.

En síntesis, los diversos autores distinguen en el matrimonio estas


características:
 Es un acto solemne.

 Es un acto complejo por la intervención del estado. Requiere de la


concurrencia de la voluntad de las partes y de la voluntad del Estado.

 Es un acto que parece su constitución requiere de la declaración del juez


del registro civil.

 En el, la voluntad de las partes no pueden modificar los efectos


previamente establecidos por el derecho, ya que solo se limita a aceptar
al estado de casado con todas sus implicaciones, queridas o no.

 Sus efectos se extienden mas allá de las partes y afectan a sus


respectivas familias y a sus futuros descendientes.

 Su disolución requieres de sentencia judicial o administrativa, no basta


con la sola voluntad de los interesados.

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 Muchos autores discuten sobre la doctrina acerca de la naturaleza jurídica


del matrimonio, las opiniones están divididas ya que unos tratadistas la
consideran como sacramento, otros como contrato, acto y algunos lo
elevan la categoría de una institución.

 El matrimonio como sacramento:

El derecho canónico ha considerado al matrimonio como la alianza por la cual el


hombre y la mujer constituyen entre sí un consorcio para toda la vida, ordenado por
su misma índole natural al bien de los cónyuges y a la generación y educación de
la prole.
La historia muestra que el matrimonio ha estado ligado a las ideas religiosas y que
el acto de su celebración ha sido revestido de formas rituales.
El matrimonio ha sido considerado como el medio de propagar la vida humana. A
través del matrimonio el hombre adquiere conciencia social cabal de ensanchar con
su obra los límites de la creación. Y como el Autor de Creación misma se identifica
como un ser superior y trascendente, es lógico que el hombre, que se siente llamado
a traer nuevos seres al mundo, experimente la necesidad de comunicarse con ese
Ser, superior y trascendente, de quien proviene su misterioso poder de propagar.
La idea de fecundidad ha estado siempre ligada a la vivencia religiosa, como lo
prueba el hecho de que la obtención de los frutos de la naturaleza ha estado
tradicionalmente rodeada de cultos especiales. Con mayor razón lo está el
matrimonio, en el cual judíos y gentiles, paganos y cristianos destacaron y exaltaron
el aspecto religioso, no siempre contemplado con la debida hondura por el hombre
de nuestro tiempo.
El cristianismo confirmó esta visión del matrimonio, y la Iglesia lo estableció como
uno de sus sacramentos. Al respecto el canon 1055 dice: "La alianza matrimonial...
fue elevada por Cristo Nuestro Señor a la dignidad de sacramento entre bautizados.
Por tanto entre bautizados no puede haber contrato matrimonial válido que no sea,
por eso mismo, sacramento". El Evangelio no modifica la esencia del matrimonio,

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sino que proclama la decisión divina de santificarlo, respetando sus bases
esenciales".

BELLUSCIO, en su obra ”Derecho de Familia” titula esta doctrina como concepción


contractual canónica, quien expresa que el matrimonio es una acto de celebración
inseparable, el cual se contrae entre bautizados; además menciona que es un
contrato pero se distingue de los demás por que es distinto por su origen, ya que es
un contrato natural, impuesto por la naturaleza en bien del genero humano; por el
consentimiento, que es tan esencial que no puede ser suplido por ninguna autoridad
humana ni hay tiempo de prescripción que pueda legalizar la unión sin
consentimiento; por su objeto principal, ya que sus efectos y los deberes que de el
derivan están determinados por la naturaleza y no pueden ser alterados por los
contrayentes, ni por la autoridad social; por su estabilidad y duración, ay que es
perpetuo o indisoluble, no admite rescisión por mutuo acuerdo ni disolución por
autoridad humana; por su excelencia, ya que es sagrado y religioso por naturaleza,
no simplemente civil y profano.

El hombre y la mujer que se casan contraen el compromiso de participar en la


propagación de la vida, de traer al mundo nuevos seres que ensalcen al Creador y
que, siendo cristianos, se incorporen a la Iglesia y la hagan más grande y más
perfecta. Por eso, al decir que el matrimonio es la unión de Cristo y su Iglesia, San
Pablo no formula una metáfora, sino que expresa una realidad: a través del
matrimonio llegarán las generaciones que habrán de sumarse a la adoración y
glorificación de Dios.

El signo sensible del sacramento es el consentimiento de los contrayentes para


colaborar en esa excelsa tarea de propagar la vida. Los elementos de todo
sacramento son la materia y la forma, y tales elementos se encuentran en el
matrimonio, representados por la voluntad real de contraer el vínculo, y la expresión
del consentimiento en las condiciones que la Iglesia determina, respectivamente.

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Los ministros son los propios contrayentes y no el sacerdote que bendice la unión.
En suma el matrimonio cristiano está revestido por la dignidad sacramental, que no
es sino una elevación de su propia sustancia natural, según la voluntad de Cristo.
Aunque esta noción de matrimonio no es unánimemente aceptada.

 El matrimonio como contrato

LEHMANN, HEINRICH dice que “el matrimonio es una institución contractual entre
marido y mujer jurídicamente reconocida y reglamentada, en orden a la comunidad
de vida y duradera”.

SOMARRIVA nos hace una diferencia total haciendo comparación entre el contrato
matrimonial y el contrato patrimonial del siguiente modo:

 En el contrato de matrimonio sólo pueden haber dos partes, en el contrato


patrimonial pueden ser más las partes contratantes.

 En el matrimonio las partes deben ser de sexo opuesto, en los contratos


patrimoniales pueden las partes pertenecer a un mismo sexo.

 El matrimonio es un contrato solemne, los contratos particularmente son


consensuales.

 El contrato matrimonial, no tiene aplicación el modo de extinguir obligaciones


llamado mutuo disenso, no puede dejarse sin efecto el matrimonio por la sola
voluntad de las partes; los contratos patrimoniales pueden dejar sin efecto
por este modo de extinguir.

 El matrimonio no acepta modalidades de ninguna especie; los efectos de los


contratos patrimoniales pueden modificarse por condición, plazo o modo.

 El contrato de matrimonio no puede resolverse; los patrimoniales sí.

 La capacidad para celebrar el matrimonio se determina por la pubertad en


los contratos patrimoniales, se determina por la mayoría de edad.

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 El menos de edad celebra personalmente el matrimonio; el cambio en los


contratos patrimoniales debe actuarse por medio de un representante legal
o persona autorizada.

 El error en la persona anula el matrimonio en los contratos patrimoniales; el


error en cuanto a la persona por lo general no es causal de nulidad.

 El dolo no tiene influencia en el consentimiento para contraer matrimonio; en


los contratos patrimoniales es vicio del consentimiento.

 En el matrimonio los deberes y derechos son recíprocos; en los contratos


patrimoniales fuera de los bilaterales no lo son.

 La nulidad del matrimonio no puede invocarse después del fallecimiento de


uno de los cónyuges, la nulidad de un contrato patrimonial puede solicitarse
antes o después del fallecimiento de las partes contratantes.

 Fallecido uno de los contrayentes, cesan sus derechos y obligaciones se


transmiten a los herederos.

 En los contratos patrimoniales es perfectamente posible obtener la ejecución


forzada de las obligaciones, cosa que no es posible el matrimonio.

Para PLANIOL, “es un contrato por el cual el hombre y la mujer establecen entre
ellos una unión, que la ley sancione y que ellos no pueden romper su voluntad”.
BOSSERT dice sobre el particular que “como acto jurídico, como acto humano y
voluntario, el matrimonio es un acto libre y personalísimo de los contrayentes.
Cuando se afirma que el matrimonio es un contrato se hace como queriendo
expresar que es indispensable para su perfeccionamiento el consentimiento de los
contrayentes.
El matrimonio como contrato sin dejar de reconocer la importancia mucho mayor del
casamiento respecto de los contratos en general, establece sin embargo que
participa de todos los elementos esenciales de éstos, y es por lo tanto apacible la
teoría de la nulidad de los contratos y de los vicios del consentimiento.

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La exactitud de estas posiciones se ha discutido: “el matrimonio se ha dicho, es algo
distinto y más allá de un contrato es una institución que no ha de rebajarse de
categoría de las relaciones jurídicas corrientes, otros han dicho que es una unión
porque crea regla y una situación permanente.
Por esta disidencia podemos decir que proviene de la concepción un tanto estrecha
que estos autores se forman del contrato. Debe entenderse con ese nombre, toda
unión de dos o varias voluntades con ánimo de crear derechos; ahora bien, el
matrimonio responde perfectamente a esa amplia definición. Sin duda crea un
régimen durable regido por un estatuto permanente, pero lo mismo ocurre con los
otros contratos: sociedad, asociación, mandato, arrendamiento, de que un acto
establezca un modus vivendi, no ha de deducirse que no sea un contrato, y aun
cuando tenga , para la iglesia, el valor de un sacramento, el legislador civil ha
reglamentado el matrimonio haciendo abstracción de orden confesional. Es
rigurosamente exacto el decir que se contrae matrimonio. La terminología corriente
esta de acuerdo con la realidad jurídica a la que se recubre y denuncia.
La circunstancia que podría hacerse valer en contra de la teoría, de la voluntad
individual se halla constituido por abundantes restricciones que reducen al
mínimum; su campo de acción no afecta, esencialmente, el carácter contractual del
matrimonio.
Ha de hacer presente que la concepción del matrimonio por contrato, tiene sus
raíces muy antiguas. Se descubre en la legislación jurídica romana, germánica y
canónica y persiste en el derecho napoleónico hasta principios del presente siglo,
en que se comenzó a hacer algunas criticas que se esbozó, el intento de sustituirlo
con otras ideas y especialmente con la del matrimonio institución.

 El matrimonio como institución

Esta doctrina constituye la lucha secular entre el poder civil y la Iglesia. Hubo un
tiempo en que el matrimonio era antes que todo y casi exclusivamente, una
institución religiosa y más específicamente católica. Esto por que la religión católica
tena valor de religión del Estado.

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Era la autoridad eclesiástica, el Derecho Canónico, quien reglamentaba el
matrimonio; eran los tribunales Eclesiásticos los que tenían calidad para proceder a
la celebración y la imposición del sacramento.

La naturaleza europea no podía tolerar indefinidamente esa actuación de la iglesia


en el terreno de institución vital para la sociedad civil. A partir del siglo XVI sus
esfuerzos tendieron a recobrar el terreno perdido a tenacidad de sus legisladores
que utilizaron a este efecto cantidades de teorías entre las cuales algunas fueron
inventadas por la necesidad de la causa, si bien al final, el monopolio de la iglesia
en el campo matrimonial se derrumbó.

La distención de lo espiritual y de lo corporal ha colocado las cosas en su verdadero


lugar: a la iglesia las causas de orden espiritual; pero al Estado únicamente a las
causas de orden temporal.

En Francia donde se inicio este movimiento, la revolución no tuvo necesidad de


grandes esfuerzos para realizar la secularización, del matrimonio, que era cosa ya
echa sobre este punto su obra fue verbal mas que efectiva. La Ley no considera al
matrimonio mas que como un contrato civil dejando a cada uno al cuidado de
ponerse a regla con su religión, cualquiera que esta sea siempre que lo juzgue
convenientemente, esta concepción civil y laica del matrimonio tenia que pasar al
C.C. convirtiéndose en una adquisición definitiva.

Aclarando en que consiste la figura del matrimonio como institución, debemos


expresar que con ello el matrimonio se gobierna por un conjunto orgánico e
indivisible de normas a las que debe someterse llanamente quienes deseen
casarse. Los pretendientes son enteramente libres para otorgar su consentimiento
y su adhesión a dichas normas, pero una vez celebrado el matrimonio su voluntad
es ya impotente y los efectos de la institución se producen automáticamente. La
relación matrimonial no podrá desde entonces, ser variada, interrumpida o concluida
ad libitum ni aun en el supuesto de que coincida plenamente las voluntades de
ambas y ellos diferencia, irreductible y básicamente el matrimonio de los contratos.

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Los sostenedores de estas tesis, dicen que no puede ser aplicada al matrimonio
todas las normas y principios a que se sujetan los contratos usuales, que se precisa
de una decisiva intervención constitutiva del Estado a través de un funcionario
especial y que dé base por todo ello elevar el matrimonio a la categoría de una
institución social y jurídica cuya principal característica seria la mas severa
supeditación de la voluntad individual a interés superiores de diversa índole

 Concepción mixta:

la teoría contractual pone el acento en el consentimiento de las partes expresado


en el acto de celebración; la institucional, por el contrario, en la inderogabilidad
por las partes del régimen legal a que quedan sometidas como consecuencias
de ese acto, del complejo de derechos y deberes de los cuales no pueden
apartarse. Fácil es advertir que su contraposición es en cierta medida falsa, ya
que la primera tiene en vista primordialmente el matrimonio acto, y la segunda
el matrimonio-estado.
A pesar de sostener la teoría de la institución o , mas aun, de ser el único de los
civilistas franceses que la pliaco al matrimonio, no dejo de advertir la situación
Bonnecase , quien, sin embargo, resto importancia al acto jurídico
considerándolo subordinado a la institución. Pero el intento de conciliar las dos
doctrinas proviene de Rouast , en la obra en que colaboro con Planiol y Ripert,
y fue luego admitido por Julliot de las Morandiere, por los Mazeaud, y por Marty
y Raynaud.

 Postura eclesiástica

El desacuerdo entre los criterios anteriores, han sido objeto de una atención de la
doctrina jurídica, la cual ha tratado de resolver apelando a una de las dos soluciones
principales:

a) Según algunos autores consideran que la discusión acerca de que si el


matrimonio es un contrato o no lo es, resulta ociosa. En efecto, si por
contrato se entiende solo obligatorio de orden patrimonial y compatible con
la amplia libertad de las partes para destruir el vinculo y regular todo su
cometido, el matrimonio no es un contrato; pero si se acepta el sentido lato
de esta palabra, la conclusión es que el matrimonio es un contrato, sin que
obste en contrario la imposibilidad de resolverlo por mutuo discenso en

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algunas legislaciones o de modificar su contenido por la obra de la voluntad
de las partes, pues ello no afecta a la esencia del contrato que además de la
declaración de las partes, requiera la intervención de aquel funcionario,
máxime cuando la intervención de este, más que constitutiva del matrimonio,
es de tipo notarial.

Esta concepción no es sino una vuelta a la teoría tradicional del matrimonio contrato.
Acaso la única verdad que trae es la de acentuar excesivamente el carácter sui
generis que el contrato tendría en materia matrimonial a punto tal que esta
convención o negocio jurídico bilateral, que no es de carácter patrimonial, que
excluye casi totalmente el libre juego de la voluntad de las partes para modificar,
sustituir, o poner fin a la realización a la que con tanto interés mira la naturaleza y
la sociedad, resulta difícil reconocer una versión del contrato corriente o tradicional.

b) Otros autores consideran que las dos concepciones en pugna no son


inconciliables y que cada una de ellas contienen elementos. La teoría del
matrimonio institución, tiene la ventaja de arrojar una luz viva sobre las
condiciones, efectos y nulidades del matrimonio, pero sin exagerar la parte
de verdad que contiene; y si bien es cierto que el matrimonio es algo mas
que un contrato, no hay que olvidar que goza de la naturaleza de este, ello
no excluye, sin embargo que el matrimonio sea una institución natural de
orden público.

Nosotros convenimos que el matrimonio es simultáneamente un contrato y


una institución y solo así se puede explicar todas sus características. Por que
es un contrato se explica la importancia preponderante que se da al
consentimiento inicial, la aplicabilidad, a lo menos parcial de la teoría de los
vicios del consentimiento, las circunstancias de que no todas las nulidades
son absolutas y el hecho medular en todo contrato de existir una convención
dirigida a crear obligaciones. Y por que el matrimonio es también una
institución se explica que sea obra del Estado, al mismo tiempo que de la
voluntad individual, pues los funcionarios del Registro Civil no solo autentican
la expresión volitiva de las partes, sino que celebran el matrimonio; que la

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UNIVERSIDAD NACIONAL DEL SANTA
teoría de la invalidez del matrimonio ni, en muchas de otras legislaciones,
pueden ponerle fin por el mutuo disenso y que se apliquen inmediatamente
las leyes a los matrimonios ya realizados, mientras que los efectos de los
contratos concluidos antes de regir determinada ley son respetadas en
principios por esta.
En síntesis, de acuerdo a esta concepción el matrimonio como acto es un
contrato, pero como estado es una verdadera institución.
Esta apreciación es la que acoge nuestra legislación civil porque sobre la
base del libre concierto de las voluntades que dé existencia a la unión de los
desposados y el concurrente acuerdo de los mismos, para allanar el camino
hacia la disolución del vinculo por mutuo disenso, preestablece la
intervención oficial y publica del funcionario del Estado y un intangible
estatuto que gobierna los requisitos, impedimentos y relaciones personales
y patrimoniales de los cónyuges, de los padres o los hijos, y los terceros con
la sociedad.

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4. CARACTERES JURIDICOS

El matrimonio como institución fundamental del derecho familiar, porque es su


fuente principal, ya que por él se crea la figura básica que da origen a la familia de
base matrimonial, y luego, porque sin matrimonio, no se concibe una comunidad
familiar fuerte y estable, representa una comunidad de vida.

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UNIVERSIDAD NACIONAL DEL SANTA
El matrimonio es un acto jurídico, en sentido estricto, por tanto de ejecución
instantánea, abstracta y realizada por medio de forma prescrita por la ley, como
solemne.

El matrimonio tiene por objeto y la unión del hombre con la mujer. De esta unión
minas y obligaciones recíprocas, sancionadas por la ley y que pesarán sobre ambos
esposos.

 Es una unión exclusiva dos. Y aquí se deriva el deber de fidelidad, ya que


cada cónyuge debe respeto y consideración al otro. No se admite que los
casados puedan mantener relaciones afectivas de carácter sexual con otras
personas distintas a su respectivo consorte. Hacerlo implicaría cometer
adulterio, que constituye causal de divorcio. Además, esta característica de
exclusividad del matrimonio no permite un matrimonio doble-simultáneo, o
sea descarta la bigamia, es el matrimonio uno solo y exclusivo (sistema
matrimonio monogámico).

 Es más, la unión conyugal es permanente y estable en el sentido que se


contrae nupcias con el propósito que perdure y que su estabilidad quede
garantizada por la ley. Desde esta perspectiva el vínculo matrimonial es
irrevocable como centro de seguridad ético y jurídico, lo que no debe
confundirse con la indisolubilidad que tiene otras connotaciones, (a diferencia
de otras clases de uniones como el concubinato, que son por lo General
inestables, variables).

El matrimonio es la unión de un varón y de una mujer legalmente sancionado por la


ley, lo cual supone en primer término, la aptitud legal para contraerlo y, luego, en
cumplimiento de ciertas formalidades establecidas por el ordenamiento jurídico.

Para hablar del matrimonio y ella sobreentendido que los pretendientes deben haber
alcanzado la pubertad ligan y expresa el jus connubi (salvo las excepciones
establecidas por la ley) lo que lleva implícita la procreación y las condiciones de

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plena responsabilidad para asumir deberes y obligaciones que la unión matrimonial
exige.

Representa una comunidad de vida: por cuanto los cónyuges hacer vida en común
para amarse, procrear hijos, educarlos, formarlos, apoyarse, respetarse,
comprenderse, etc. No solamente implica el hecho de la cohabitación si no mucho
más.

Este carácter está vinculado a otros dos aspectos como son la paternidad
responsable y la inseminación artificial.

La constitución política del estado expresa que el estado ampara la paternidad


responsable, lo que puede entenderse como un cierto control de la natalidad, que
es excesiva en el país o, la planificación familiar con métodos y procedimientos
adecuados, lo cual supone concebir un número determinado de hijos que este en
relación directa con la posibilidad económica de los Padres. La paternidad
responsable tiene incidencia directa sobre los niveles de pobreza que padece la
mayoría de la población.

La inseminación artificial se vincula también con la procreación como uno de los


fines del matrimonio. Lo que se está planteando-se refiere el maestro Cornejo
Chávez-es el significado que se da del acto pero creador de un ser humano a las
bases mismas de la relación conyugal y paterno-materno-filial y, en fin de cuentas,
a la posición del hombre frente al gran interrogante de su propia especifidad,
dignidad e intangibilidad y la legitimidad o ilegitimidad moral de manipulación
genética.

Más específicamente, concluye, se trata de ver que fines se persigue o que


necesidades se intenta satisfacer con el recurso de tales técnicas de la ciencia
contemporánea; y sí a ellas finalidad es y necesidades no pueden ser atendidas,
como por ejemplo a través de la adopción sí el derecho debiera permitir el empleo
de dichas técnicas, sólo en casos especiales y siempre que se trate de parejas
matrimoniales o también debiera permitirlo en parejas casadas o incluso a quien o

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quienes no formen una pareja (Cornejo Chávez, Héctor: “ los avances de la nueva
Genética”).

En la actualidad, existe la tendencia a utilizar la denominada producción humana


asistida, involucra a:

 La inseminación artificial tanto homóloga (fecundación de la mujer con semen


del marido con su consentimiento o sin el) como la heteróloga (fecundación
con semen de un tercero con el consentimiento del donante del marido, sin
su consentimiento o contra su voluntad).
 La fecundación extrauterino tanto homóloga, y la maternidad subrogada
entre otras (Rolando Peralta Andía Derecho de Familia pág. 84).

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5. TIPOLOGÍA MATRIMONIAL

A. Por la autoridad legal: el matrimonio puede ser de dos clases: el canónico y


el civil. El primero es el celebrado con arreglo a las prescripciones de la
iglesia católica, el mismo el casamiento. El segundo, en cambio es el

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realizado ante funcionario público competente conforme a la legislación
ordinaria civil.

El código civil de 1852 admite como válido y único el matrimonio Canónico


caracterizado por las notas de unidad, indisolubilidad y fecundidad.
En contraste los códigos civiles de 1936 y 1984 aceptan solo el matrimonio
de naturaleza civil, sin descuidar la eficacia de los partidas parroquiales
referentes a hechos realizados antes de 1936 (artículo 2115).

También existen otras formas matrimoniales tales como el anglicano, el


árabe, el gitano, etc., que no tienen trascendencia ni aplicación para nuestra
realidad.

B. Por la condición de los contrayentes.- el casamiento puede adoptar dos


modalidades: matrimonio en igualdad de derechos y matrimonios en
desigualdad de derechos. Todo depende si la legislación de determinado
país adopto o no el principio de la igualdad jurídica de los cónyuges o, en
contraste, admite dicha desigualdad.

El matrimonio en igualdad de derechos es el que se realiza en países


denominados desarrollados y democráticos donde no existen discriminación
de derechos aunque sea teóricamente. En contraste, los segundos tuvieron
aplicación en los pueblos antiguos y atrasados, y se denominaban
matrimonios morganáticos, de mano izquierda o de segundo orden.

Nuestra legislación si bien no indica con precisión el tipo de matrimonio


adoptado, debe entenderse que es el casamiento en igualdad de derechos,
desde que tal igualdad rige como uno de los principios del Derecho
Constitucional y Familiar, contemplados en los artículos 2 inciso 2 y 234
segundo párrafo respectivamente.

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C. En cuanto a su publicidad: el matrimonio puede asumir dos modalidades:
público y privada. La primera se realiza cumpliendo todas las solemnidades
establecidas por la ley. La privada, en cambio, con dispensa de algunos
requisitos justificados por las circunstancias.

Además, la primera como su nombre indica se lleva a efecto en forma notoria


ante el alcalde o funcionario competente y con asistencia de parientes,
amigos y demás relacionados sociales; mientras que la segunda sin
publicidad respectiva, en forma reservada y solo contando con parientes y
amigos de confianza.

El artículo 152 establece la dispensa de la publicación de avisos siempre que


mellen causas razonables, lo cual indica, que el matrimonio por norma
general es público y por excepción privado.

D. Por la circunstancias de su realización: los matrimonios pueden ser de dos


clases. los primeros se celebran entre el alcalde o funcionarios competentes
con todos los ordenamientos públicos establecidos, particularmente
cumpliendo con todas sus faces: declaración del proyecto matrimonial,
publicación del proyecto nupcial, declaración de capacidad de los
contrayentes, y la celebración del matrimonio mismo.

Mientras que los matrimonios extraordinarios se verifican en situaciones


especiales como cuando uno de los contrayentes se encuentra en inminente
peligro de muerte, situación en que puede celebrarse el casamiento sin las
formalidades legales que deben precederle, como el caso del matrimonio
celebrado en campaña o a bordo de naves o aeronaves.

Ahora bien, el código de manera general adopta los casamientos ordinarios


reglados a partir del artículo 148 y, por excepción los extraordinarios, como

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el matrimonio en peligro o riesgo de muerte, previstos en el numeral 168
sobre el que nos ocuparemos mas adelante.

E. Por sus efectos: los casamientos adoptan tres modalidades : el valido, el


invalido y el ilícito, cada uno de los cuales con las peculiaridades conocidas
que la doctrina y el Derecho positivo determinan.

Es valido el matrimonio cuando surte plenamente todos sus efectos por


haberse realizado con todas las formalidades exigidas por ley; resulta,
invalido cuando contrariamente no se ha celebrado observando las
prescripciones legales, consiguientemente son nulos o anulables; y, es ilícito
el matrimonio, si se contrajo contraviniendo el ordenamiento jurídico y sin
embargo no es invalido. Los casos de invalidez del matrimonio se regulan en
los articules 274 (nulidad) y dos 77 (anulabilidad), mientras que los ilícitos en
los artículos 283 y 286 del Código Civil vigente.

F. Otro Criterio.- La cruda realidad va mostrando nuevas formas matrimoniales


que el derecho deberá disciplinar, los mismos son los denominados
matrimonios simultáneos masivos, plurales, polígamos, y homosexuales,
cada uno de los cuales con características propias como se pasa a exponer.
Los matrimonios simultáneos son aquellos que aparecen por la poca mística
que ponen en los fines de la institución y por el hecho mismo que el desarrollo
social conlleva que las parejas rompan sus vínculos conyugales contrayendo
nuevas nupcias, por ejemplo en el caso de un varón que ha contraído dos
matrimonios y vive simultáneamente con las dos esposas, aunque en
domicilios distintos.

Por otro lado los matrimonios masivos o de grupo son aquellos que se
celebran tomando en cuenta la afinidad de las parejas sea vinculado con la
política, religión, la política, su cultura, etc., que ahora viene propiciando las
municipalidades.

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La doctrina ha acusado la precariedad de este acto, pues no solo no está


regulado en el código civil, sino que además en ellos se prescinde de algunas
formalidades que la ley señala como obligatorias.
Si bien esas omisiones pueden ser subsanadas, en muchos casos queda
expuesto a una eventual acción de nulidad.

Los matrimonios polígamos se forman por unidades familiares clandestinos


en que unas personas está vinculada matrimonialmente con dos o más
personas, de modo que la despenalización del adulterio ha sido el primer
paso, por eso no sin razón muchos afirman que nuestra legislación permite
este tipo matrimonial. Los matrimonios sucesivos o en serie surgen como
consecuencia de que una persona ha celebrado sucesivos actos
matrimoniales de carácter temporal, por eso se dice que de cuatros
matrimonios americanos algunos ya estuvieron en el altar.

El matrimonio homosexual o personas del mismo sexo tienen sus


antecedentes en 1989, cuando Dinamarca se convierte en el primer país que
reconoce formalmente estos matrimonios homosexuales, extendiendo su
legitimación social de la pareja de gays y de lesbianas, confiriéndolos
derechos en términos de herencia, impuestos y posesión común de
propiedades, con base al principio de igualdad. También se legaliza en
España y en México. Sin embargo existe consenso unánime en que no puede
incluirse en el concepto de familia las uniones homosexuales, pues se trata
de convivencias que contrastan frontalmente con las nociones de familia y
matrimonio y por qué contraviene uno de los aspectos esenciales de la
institución familiar: la perpetuación de la especie humana.

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6. REQUISITOS

Para que se dé el matrimonio como un acto legal, es necesario al igual que en los
actos jurídicos, reúna ciertos requisitos, que tienen que cumplir los contrayentes.

Estos requisitos pueden considerarse como condiciones necesarias para contraer


matrimonio los cuales son de forma y fondo: por deducción, al igual que muchos
tratadistas, podemos decir que quienes no reúnan estos requisitos o condiciones
están impedidos de contraer matrimonio; es aquí donde ya encontramos el
nacimiento de los impedimentos.

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Es decir, que si estudiásemos este aspecto desde el punto de vista positivo,
tendríamos que hablar de las condiciones necesarias de los contrayentes para
celebrar el matrimonio. Pero si lo ubicamos desde el campo negativo, lo haríamos
bajo el epígrafe de los impedimentos para la celebración del mismo. Pero, lo
importante es que, por uno y otro camino siempre se trata de un mismo fin: la
protección del matrimonio como acto jurídico en su celebración y como institución
en su consecución; ya que mediante la primera forma se oculta a unos y se impide
a otros; y de la segunda se impide a priori a unos, para entenderse que los demás
están facultados a realizar dicho acto, si así lo desean.

6.1. Requisitos de fondo

Pueden considerarse como insustituibles y son tres:

A. Diferencia de sexos

En nuestro ordenamiento jurídico, y en muchas legislaciones, el primer requisito, no


se menciona por la evidencia de uno de los fines que persigue el matrimonio, la
procreación; sin que sea indispensable, pero la ley exige que la unión sea de un
avron y de una mujer, en estricta consideración al principio monogámico que adopta
nuestro sistema, a despecho de que en realidad pueda darse como se tiene
expuesto precedentemente; además de los fundamentos razones morales, sociales
y religiosas de dicha institución.

La diferencia de sexo es pues la esencia del matrimonio, que el Derecho positivo no


ha hecho otra cosa que perfeccionar y reglamentar el acuerdo a su naturaleza, por
esto es una condición lógica y evidente.

El artículo 234º del Código Civil dice que el matrimonio es la unión voluntaria
concertada por un varón y una mujer, por tanto, no existe matrimonios
homosexuales, vale decir, entre varones ni entre mujeres. Se basa en principios
ético-morales que sustentan la unión matrimonial.

B. Edad mínima

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La edad mínima se considera si uno de los fines del matrimonio es la procreación,
es fundamental que para contraerlo se requiere poseer la capacidad genésica, pero,
teniendo en cuenta que esta no tiene límite cronológico fijo para todos y a fin de
evitar comprobaciones impracticables, las leyes se fijan siguiendo la tradición
romana de una edad de pubertad legal.

El derecho Romano fijaba la edad de 14 años para el varón y de 12 para la mujer,


en la actualidad estas edades se consideran excesivamente precoces.

Al combatir esta posición, PORTALIS manifiesta que es impolítico, el permitir a


seres apenas salidos de la esterilidad de la infancia, que perpetúen en generaciones
imperfectas su propia debilidad. De los matrimonios prematuros, sostenía entre
nosotros OLIVERA, nacen seres raquíticos que aumentan la cifra de la mortalidad
infantil, poniendo en peligro la salud aun la vida de la madre.

En el seno de la Comisión Reorganizadora del Código Civil, OLIVERA manifestó:


“los matrimonios prematuros, constituyen la fuente mas copiosa de los juicios de
divorcio como quiera que son generalmente el fruto de la experiencia, cuando no de
la imposición paterna o de la coacción moral, ejercida por extraños.”

Por las condiciones doctrinarias, contrarias a las edades fijadas, por el Derecho
Romano se explica la tendencia universal de legislar aumentando la edad de
pubertad legal, tendencia que encuentra mayor basamento en la consideración que
para contraer matrimonio, no se precisa únicamente la capacidad creadora, sino el
correspondiente desarrollo psíquico que permita apreciar la trascendencia del acto
y la magnitud de los deberes que de él se derivan.

De otro lado, los deberes y responsabilidades del matrimonio exigen una cierta
capacidad económica, que comúnmente no se alcanza hasta una edad
relativamente elevada, que no coincide con la edad genésica.

Desde el punto de vista jurídico no se halla una explicación satisfactoria a la


permisión, de antigua raigambre, por la que se reconoce el derecho de fundar una

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familia a quien no tiene todavía la plena capacidad de obrar, como si el negocio
matrimonial exigirá menos discernimiento que cualquiera de los actos jurídicos.

Los que apoyan la tendencia a elevar la edad de pubertad legal, basándose en que,
la posibilidad de contraer matrimonio a una edad muy temprana, estimula
perniciosamente la actividad genésica, en una aseveración sujeta a discusión.

Al habernos referido a esta segunda condición consideramos que es exigible como


se ha visto la capacidad genésica; pero está no siempre se alcanza a la misma edad
en todas las personas, por lo que debe fijarse una “edad de pubertad legal”.

Para la celebración de un matrimonio valido y licito (Ius connubi) se exige haber


alanzado la pubertad legal (18 años), lo que implica haber alanzado una triple
aptitud: física, psicológica y económica.

La primera, se expresa en la capacidad genésica de las personas; la segunda, en


la segunda, en la aptitud para entender la trascendencia sinal que tiene el
matrimonio y los deberes que de él se originan y; la tercera, en la capacidad
pecuniaria, necesarias para el sostenimiento de los miembros de la familia.

Ahora al referirnos a la anulabilidad la cual puede ser pedida por el Consejo de


Familia. Por otra parte el matrimonio contraído por un menor queda convalido
cuando este llega a su mayoría art. 277 inc. 1 “Del impúber.- La pretensión puede
ser ejercida por el luego de llegar a la mayoría de edad, por sus ascendientes si no
hubiesen prestado asentimiento para el matrimonio y, a falta de estos, por el consejo
de familia. No puede solicitarse la anulación después que el menor ha alcanzado
mayoría de edad, ni cuando la mujer ha concebido. Aunque se hubiera declarado la
anulación, los conyuges mayores de edad pueden confirmar su matrimonio. La
confirmación se solicita al Juez de Paz Letrado del lugar del domicilio conyugal y se
tramita como proceso no contencioso. La resolución que aprueba la confirmación
produce efectos retroactivos.”

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El requisito de la edad mínima también se justifica por razones de orden ético,
presumiéndose que ya tengan sentido de responsabilidad los futuros cónyuges y no
únicamente por razones de orden genésico o filosófico.

C. Libre consentimiento

Sobre el consentimiento matrimonial diremos que desde el derecho romano lo


decisivo para el matrimonio ha sido la affectio maritalis que viene hacer el propósito
de los contrayentes de tomarse y recibirse como marido y mujer. Sin el
consentimiento no hay matrimonio. El matrimonio es pues un acto que supone
voluntad y por tanto capacidad y consentimiento.

Todo acto voluntario se compone de dos elementos constitutivos:

 Cognoscitivo o inteligencia

 Volitivo o voluntad.

En otras palabras quiere decir “saber querer”.

El libre consentimiento matrimonial es un proyecto de vida en común que resulta de


la necesidad de colocarse, cada uno, en los roles que dentro de la institución les
corresponde. Así el matrimonio es una institución fundada en la voluntad de ambos
pretendientes, vale decir, que no podría celebrarse sin el libre y pleno
consentimiento de los mismos.

El libre consentimiento se tiene que considerar como esencial, en la protocolización


del acto por realizarse, ya que igual que en el acto jurídico, es indispensable prestar
el consentimiento, con mayor razón lo es en el matrimonio, por las consecuencias
sociales que este encierra, y por estar respaldado por el estado. Por estas
consideraciones, podemos decir que la expresión de voluntad tiene que ser libre,
sana y exenta de todo tipo de vicios que podrían acarrear su invalidez. Ya que como
veremos posteriormente la falta de voluntad o libre consentimiento, impide la
celebración del matrimonio, y si a pesar d esto, se celebra el matrimonio, este puede
ser declarado invalido.

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Resumiendo se dice que el libre consentimiento es la causa eficiente del vinculo
matrimonial que presupone la capacidad de los contrayentes que deben expresarlo
en forma escrita en la declaración del proyecto matrimonial.

6.2. Requisitos de Forma

Considerando que el matrimonio se realiza mediante un acto solemne es


conveniente dejar establecido que por lo mismo, es necesario cumplir con ciertos
requisitos exigidos por la ley, siempre buscando rodearlo de las garantías
indispensables, mediante el establecimiento de un trámite obligatorio, de esta forma
podemos distinguirla en tres momentos:

a. Los que preceden al matrimonio.

Los primeros están dados por los esponsales y la declaración de matrimonio; en


realidad, no se da siempre, o mejor dicho no tiene el carácter de obligatorio, que se
den los esponsales para contraer matrimonio, porque este se puede celebrar y es
válido, sin que se den los esponsales. En cambio si es obligatoria la declaración
matrimonial, ya que mediante estas podrán acreditar los contrayentes, estar aptos,
de acuerdo a los requisitos de ley, para contraer matrimonio. Esta declaración se da
mediante la formación de un expedientillo ante el funcionario competente designado
por la ley, incluyendo los documentos solicitados.

b. Los que se dan en la celebración misma.

Entre los segundos podemos citar, que se dan cuando se concluyen las
formalidades preparatorias; es decir, cuando los contrayentes han cumplido con
formar el expedientillo, están aptos para la celebración de la ceremonia, ante el
funcionario competente; que estén presente los testigos solicitados por la ley, y
cumplir con las formalidades del acto mismo; al respecto existe una dispensa o
excepción, cuando el matrimonio va a celebrarse in extremis, se obvian estos
trámites y requisitos, por consideraciones comprensibles.

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c. Los que se dan posteriormente a la celebración.

Las formalidades posteriores, se dan cuando concluido el acto tiene protocolizarse


el mismo, y asentarse por duplicado, ya que significa la única constancia de haberse
realizado el acto en la forma prescrita por la Ley, o cuando se den se cite inscribirlo
en los Registros Públicos.

Según el último párrafo del artículo cuarto de la Constitución de 1993: “la forma del
matrimonio y las causas de separación y de disolución son reguladas por la ley”.
Respecto a su interpretación no hay dos posiciones:

a) La que se comprende como a los requisitos de forma a la que nos hemos


referido ampliamente, es decir al conjunto de solemnidades que la ley
considera para el valor jurídico del vínculo matrimonial.

b) La que es entendida como clases de matrimonios, es decir al reconocimiento


legal que se hiciera al matrimonio religioso como al civil, así como la intención
de institucionalizar diferentes formas de celebración, como el caso de la
experiencia de nuestros aborígenes, con el servinacuy.

La adecuada interpretación del contenido constitucional está referida a la


primera posición. Lo contrario o sea la ausencia presupuestos estructurales
equivaldrían a la inexistencia o la invalidez del matrimonio, según los casos.

Según Belluscio para el matrimonio se necesita del cumplimiento de


los siguientes requisitos:

Para que exista matrimonio valido y licito es necesario la reunión de requisitos


intrínsicos o de fondo y extrínsecos o de forma.

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Los requisitos intrínsicos son la diversidad de sexo de los contrayentes, la
ausencia de impedimentos y el consentimiento de aquellos. Pero su falta no
tiene en todos los casos iguales consecuencias.

Así, la igualdad de sexo y la falta de consentimiento dan lugar a que no exista


matrimonio; la configuración de ciertos impedimentos y los vicios del
consentimiento, a que sea anulable, y la de otros impedimentos, simplemente a
la ilicitud, que puede derivar en otro tipo de sanciones.

En cuanto a los requisitos extrínsecos, sino se trata del fundamental, esto es,
que el consentimiento sea otorgado ente el oficial publico determinado por la ley,
cuta ausencia provoca inexistencia del matrimonio, su falta de cumplimiento
tampoco puede fundar anulación del matrimonio, según la posición doctrinal mas
difundida.

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7. EXTINCION

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Por la disolución o extinción desaparecen todas las obligaciones y derechos que
nacen del matrimonio, y que surgen los nuevos derechos regulados por el
derecho sucesorio.

El nacimiento y el fin de la sociedad conyugal, están expresamente señalados


por la ley, y no existen otras formas de nacimiento y de disolución de aquella.

La sociedad conyugal, y la ley no existen otras formas de nacimiento y de


disolución de aquella.

La sociedad conyugal empiezan por el matrimonio, este es un hecho


jurídicamente aceptado por todas las legislaciones del mundo, y si bien en
algunas legislaciones están taxativamente enumeradas en la ley, sin embargo,
no podemos desconocer de que todas las legislaciones lo incorporan
subyacentemente como principio.

Desde el punto de vista del Derecho las causas que producen la extinción o
disolución del vínculo matrimonial son:

1. Por muerte de uno de los cónyuges o de ambos, según el artículo 61 del


Código Civil vigente.

Es lógico que la muerte de uno de los cónyuges genere la ruptura del nexo
conyugal; producida la muerte de uno de los consortes el otro queda en la
condición de soltero, desligado matrimonialmente del fenecido; por consiguiente
puede contraer nuevas nupcias con tercera persona.

Para contraer nuevas nupcias no hay ningún problema tratándose del hombre,
solo deberá cumplir requisitos que la ley señala. En cambio en el caso de la
mujer viuda la situación es distinta, porque deberá respetar el “plazo de viudez”,
porque existe la posibilidad biológica de que hubiere quedado embarazada por
obra del marido o de que resultara embarazada por obra de persona distinta del
marido. Para evitar la confusión de la paternidad la legislación ha establecido el
plazo de viudez que en el caso la legislación peruana es de 300 días a partir del

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fallecimiento del marido; sin embargo esta regla tiene dos acepciones, es decir
que la viuda puede contraer nuevo matrimonio:

a) Cuando la viuda da a luz inmediatamente después de la muerte del


marido o antes de que se cumpla los 300 días.

Cuando resultare materialmente imposible que la mujer se halle embarazada por


obra del marido, en cuyo caso necesitaría de dispensa judicial para contraer nuevas
nupcias, según lo establece el artículo 243 penúltimo párrafo. (120).

La ley toma estas providencias para evitar una paternidad legítima dudosa, con
graves secuelas para la vida familiar y social ya que la ley presume que el hijo tenido
por mujer casada se reputa hijo de su marido.

El solo hecho de la muerte produce la disolución, sin necesidad de declaración o


inscripción alguna. Igualmente opera la disolución del vínculo conyugal de pleno
derecho sin necesidad de que el juez o autoridad alguna declare; pero cuando
hablamos de muerte nos referimos a la muerte física o muerte natural, no a la civil.

2.- Por declaración de muerte presunta. Esta causa está prevista en el artículo 63
del código civil vigente que a la letra dice: procede la declaración de muerte
presunta, sin que sea indispensable la de ausencia, a solicitud de cualquier
interesado o del ministerio público en los siguientes casos:

1.- cuando hayan transcurrido diez años desde las últimas noticias del
desaparecido o cinco si este tuviere más de ochenta años de edad.

2.- cuando hayan transcurrido dos años si la desaparición se produjo en


circunstancias constitutivas de peligro de muerte. El plazo corre a partir de
la cesación del evento peligroso.

3.- cuando exista certeza de la muerte, sin que el cadáver sea encontrado o
reconocido.

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3.- Por declaración del divorcio que disuelve el vínculo matrimonial según el
artículo 348 del código civil de |984. La doctrina universal acepta el divorcio como
una causa de ruptura del vínculo matrimonial.

Esta es una causa legal aceptada y regulada por el derecho, cuyos hechos deben
acreditarse plenamente en un proceso judicial especial y el juez debe declararlo
expresamente.

El divorcio que produce la disolución del vínculo matrimonial es el denominada


absoluto o vincular, fundada en cualquiera de las causales previstas taxativamente
por el ordenamiento jurídico. En este punto no se considera a la nulidad del
matrimonio como causal de la disolución porque según la doctrina general, los
matrimonios nulos son inexistentes jurídicamente y al declararse su nulidad no se
disuelven porque jurídicamente no han existido., no se les reconoce validez jurídica
y los contrayentes deben quedar en la condición de concubinos y los hijos en calidad
de ilegítimos (extramatrimoniales).

Son razones doctrinarias las que hacen considerar que no se ´puede estimar a la
nulidad como causal de disolución

a) 4.- Por declaración de invalidez en los casos en que el matrimonio es


nulo como en el artículo 274 incisos del 1 al 9; o de anulabilidad según el
artículo 277 en sus incisos del 1 al 8.

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8. JUICIO CRITCO

Analizando la historia del desarrollo del matrimonio podemos resaltar y


cuestionar cuan grande fue la intervención de la iglesia Católica. Puesto que
por años revistieron a éste un valor sagrado y ordenado por dios, que debería
cumplirse por todos los hombres; teniendo como requisito el estar bautizados.

Posterior a esto, al nacer el código de napoleón se reconoce al matrimonio


como una figura que debería ser amparada por la ley y no por la iglesia
quitándole su valor sacramental. Este código, de alguna manera; podemos
decir que se mantiene vigente puesto que ha servido de inspiración para
nuestro código actual y otras legislaciones.

Es por eso que como grupo definimos al matrimonio como la unión entre un
varón y una mujer, que por medio del libre albedrío manifiestan su voluntad,
siendo un compromiso mutuo, reconocido por la ley quien le otorga la facultad
de ejercer derechos y asumir deberes; además creemos que el matrimonio
posee un trasfondo de intereses conveniente para cada cónyuge, y
respaldamos que el matrimonio no garantiza la perpetuidad y estabilidad de
la familia ya que ésta es disoluble por la voluntad de cualquiera de las partes
interesadas, acogiéndose a los requisitos de las causales de extinción del
matrimonio o a la jurisprudencia pertinente.

Asimismo con esta definición apoyamos la postura de Enneccerus y


discrepamos con lo que sostiene Messineo al decir...“que el matrimonio es el
núcleo elemental fundamento de la familia” por que no necesariamente se
necesita de la celebración del acto matrimonial para que exista el núcleo
familiar ya que en la actualidad nuestro ordenamiento jurídico otorga y
reconoce a la convivencia un sentido jurídico.

Dando una perspectiva sociológica, en la actualidad el matrimonio ya no es


indispensable para la formación de una familia; prueba de ello es que
observamos a muchas parejas que se establecen sin acudir a un registro civil
o una municipalidad para formalizarse como tal.

Es por ello que nuestro código civil al ver la realidad de estos tiempos a
recogido por medio de la capacidad dinámica del Derecho a nuevas figuras;
para poder regular las nuevas tendencias.

Recurriendo a la naturaleza jurídica del matrimonio concordamos con la


concepción mixta que fusiona dos concepciones: la contractual e institucional;
ya que para que ocurra la celebración de este acto se necesita la

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manifestación y consentimiento de los contrayentes, los cuales no pueden
derogar el régimen que por propia voluntad han quedado sometidos.

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9.- CONCLUSIONES:

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● El matrimonio es una relación interpersonal que se sitúa en una profundidad
diferente a toda otra relación. Esto hace que toda otra comunicación interpersonal
anterior quede planificada por el amor matrimonial y que toda posterior quede
necesariamente coloreada por ella.

● El amor matrimonial abarca a toda la persona, no siendo sólo sentimiento, ley,


obligación, radicando en esa tierra la fidelidad. Una fidelidad creativa, abierta,
enriquecedora, que es ejercicio de la libertad y de la responsabilidad de la persona.

● Es una unión que provoca vida, que es creadora. Si es cierto que no pueden
identificarse sin más sexualidad y procreación, sería absolutamente ingenuo negar
que ambas estén estrechamente unidas.
Por otro lado, la fecundidad matrimonial, que se manifiesta normalmente a través
de los hijos, puede desarrollarse en otros terrenos como la acogida, la promoción
de las personas, el arte.

● El matrimonio está llamado a su publicidad, es decir, a que sea expresada


públicamente la relación de amor entre las dos personas a las que atañe, lo que
implica una cierta institucionalización.

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS:

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 MALLQUI, Max y MOMETHIANO, Eloy. “DERECHO DE FAMILIA”. UNMSM.
Edición Segunda 2004. Lima - Perú
 BELLUSCIO, Augusto. “MANUAL DE DERECHO DE FAMILIA”, tomo i
Quinta Edición. Editorial De Palma. Buenos Aires 1998.
 Revista de Derecho y Ciencia Política - UNMSM. Vol. 66 (N° 1 - Nº 2). Lima,
2009 - ISSN 0034-7949Revista de Derecho y Ciencia Política - UNMSM. Vol.
66 (N° 1 - Nº 2). Lima, 2009 - ISSN 0034-7949

INDICE

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DEDICATORIA…………………………………………………………………………………………………….……………………. 3

AGRADECIMIENTO………………………………………………………………………………………………………………….. 4

PRESENTACIÓN………………………………………………………………………………………………….…………………….. 5

INTRODUCCIÓN………………………………………………………………………………………………….…………………….. 6

CAPITULO I:

ANTECEDENTES…………………………………………………………………………………………………………… 8

CAPITULO II:

2.1. CONCEPTO……………………………………………………………………………………………………………. 12

2.2. FINALIDAD…………………………………………………………………………………………………………….. 14

CAPITULO III:

NATURALEZA JURIDICA …………………………………………………………………………………………………. 18

CAPITULO IV:

CARACTERES JURIDICOS…………………………………………………………………………………………………. 30

CAPITULO V:

TIPOLOGÍA MATRIMONIAL…………………………………………………………………………………………….. 34

CAPITULO VI:

REQUISITOS…………………………………………………………………………………………………………………... 40

CAPITULO VII:

EXTINCIÓN…………………………………………………………………………………………………………………….. 48

CAPITULO VIII:

JUICIO CRITICO……………………………………………………………………………………………………………….. 52

CAPITULO IX:

CONCLUSIONES……………………………………………………………………………………………………………… 55

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS……………………………………………………………………………………………………. 56

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