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Thomas J.
Durante los últimos 60 años han sido muchos los autores y practitioners que han intentado determinar
qué es lo que hacen las empresas (privadas) que alcanzan la excelencia empresarial y que además son
más exitosas. Thomas J. Peters estaba interesado en saber que era lo que hacían las empresas de gran
tamaño y que además estaban establecidas por mucho tiempo. Peters era socio de una de las firmas
líderes en consultoría a nivel mundial (McKinsey and Company) y editó un libro de importancia (En
búsqueda de la excelencia) para todos aquellos interesados en las funciones de management y su impacto
en la performance organizacional.
Se basó originalmente en un listado proveniente de la revista “Fortune 500” donde se listaban las 500
empresas norteamericanas más grandes, y de acuerdo a un criterio basado en distintos indicadores se
eligieron finalmente 43 empresas. Estas empresas tenían que contar con un crecimiento y retorno
financiero por encima del promedio durante un plazo razonablemente largo (mas de 20 años) y debía ser
también reconocida en el mercado – dentro de su sector industrial – por innovación continua. En unas 20
empresas se realizaron entrevistas de profundidad a la dirección superior que se sumó a una abultada
información de cada empresa. El estudio tenía en cuenta la excelencia empresarial que lograban aquellas
empresas con períodos medianamente largos de tiempo (10 o más años) tanto en relación con mayores
niveles de rentabilidad como de crecimiento. Se tomaron indicadores como el crecimiento de los activos
y del patrimonio, el cociente entre el valor del mercado y el valor libro del patrimonio, el retorno sobre el
capital y el retorno sobre las ventas de la empresa.
El trabajo de Peters – desarrollado conjuntamente con Robert H. Waterman quien también era socio de
McKinsey and Company – estaba orientado a identificar aquellas variables que participan en el “proceso
de organización” – en el proceso diario dentro de la empresa, que hace de la organización una empresa
realmente innovadora.
La orientación principal de este trabajo de investigación estaba relacionada con lo que hacía la dirección
superior como desafío dentro de la empresa con el propósito de garantizar el éxito teniendo siempre en
cuenta la importancia de lidiar con un contexto turbulento que era superable como consecuencia de
fuerzas innovadoras. A tales efectos tanto a Peters como a Waterman no les pareció muy significativo
tener en cuenta aspectos formales que tienen todas las empresas, como el organigrama, el presupuesto,
el balance general, gráficos de control, manual de procedimientos y procesos, descripción de funciones y
responsabilidades, teniendo en cuenta que estas herramientas analíticas son mas bien conservadoras y
permitan apreciar mas el pasado que “visualizar” el futuro. En realidad estas herramientas tienen más
que ver con el planeamiento y control, el peso de la administración por sobre la promoción y
comercialización para conseguir más ingresos, y el esquema racional de estas técnicas y herramientas por
lo general dan origen a una cultura de baja experimentación y riesgo. Los aspectos arriba mencionados
tienen mas que ver con la organización mecanicista de Burns & Stalker, con la administración científica
de Taylor, los principios de administración de Henry Fayol, y con la organización burocrática de Max
Weber.
En lugar de los aspectos mencionados Peters y Waterman se dedicaron a considerar aquellas variables
que dentro del proceso organizacional están fuera de lo formal como por ejemplo la intuición, lo irracional,
lo informal. Para esto contaron con la colaboración de otros dos colegas – Anthony Athos y Richard Pascale
– identificaron 7 componentes interdependientes que denominaron las 7-S de McKinsey.
Estos componentes comenzaban todos con la letra “S” en inglés y se detallan a continuación:
3. Autonomía y entrepeneurship
La filosofía de la dirección y el estilo gerencial de las empresas exitosas en el tiempo se caracterizan por
no tener una supervisión demasiado estricta sobre las personas, al mismo tiempo que promueven la toma
de riesgos práctica y la competencia interna. Se caracterizan por tener muchas ideas creativas que se
orientan a convertirse en productos y servicios innovadoras, los cuales no todos llegan a tener éxito pero
que de ninguna manera desmotivan al promotor. Los autores sugieren que en esta característica en
particular el arreglo organizacional se asemeja en gran medida a la empresa orgánica de los autores Burns
& Stalker. Y dan a título de ejemplo a la empresa 3M que se jacta de ser una “colmena” de productos sin
igual, de primera clase.
Las empresas dan la idea a sus miembros de que “están todos en el mismo bote”, y que lo que hace cada
uno de ellos influye – tanto positiva como negativamente – sobre el resto. Y para ello hacen mención a
McDonald que se refiere a su planta de personal como “miembros de una tripulación”. Los superiores
tienen que estar también en el campo de juego (hacen mención al béisbol), bien cerca de cada uno de
los “jugadores”, prestando debida atención a lo que cada uno hace, formándolos para una performance
mejor y estableciendo los mejores estándares de productividad. Tratan de que la gente en el campo de
juego haga todo lo mejor posible de modo que el “equipo corporativo de la casa central” funcione al
mínimo en cada uno de los sectores descentralizados.
Los que están en la cúspide organizacional trabajan muy duro en mantener los valores organizacionales
y dedican mucho tiempo a ello durante sus conversaciones con el resto del personal. Dan muestras
concretas de alto involucramiento en los procesos organizacionales relevantes (desarrollo, ventas, servicio,
entre otros) exhibiendo como debe hacerse las cosas echando manos en el asunto. Para ejemplificar
decimos que los superiores entran a la fosa tal cual hacen los mecánicos de autos que salen engrasados
de ella.
Peters y Waterman sugieren que existen otros aspectos a los que considera de importancia secundaria
pero que también son significativos. Estos factores son complementarios a los anteriores pero no son
totalmente indispensables, pudiendo alcanzarse un nivel satisfactorio con “solamente dos de ellos” sin
llegar realmente a importar cuales de estos dos componentes se eligen. Peters y Waterman han
encontrado que en algunos casos algunas empresas de excelencia han logrado desarrollar todos estos
factores secundarios mientras que otras organizaciones – igualmente exitosas – sólo han desarrollado dos
o tres de ellas.
- Talento. Las empresas altamente exitosas se caracterizan por contar con personal altamente competente
pero además se diferencian por privilegiar la formación de nuevo talento empresarial y además por tener
una política orientada a retener la mejor gente (algunos estudios de campo de The Organization
Development Institute International, Latinamerica, no comparten estos hallazgos).
- Innovación. Las empresas más exitosas son aquellas capaces de desarrollar innovaciones en relación
con sus productos y servicios y también respecto de la forma (tecnología) de procesarlas dentro de la
organización.
- Liderazgo. Hay que contar con un cuerpo de líderes que sean capaces de impulsar el desarrollo de su
negocio y además de su propio personal. Los CEO – o stakeholders – deben ser capaces de construir
relaciones efectivas a través de las personas a todo nivel dentro de la organización y debe también ser
una fuente inspiradora para el resto del personal directivo y gerencial. La identificación de oportunidades
y de problemas en forma anticipada es una cualidad destacada en sus líderes.
- Crecimiento y Desarrollo organizacional. El mismo puede lograrse a través de la innovación y como
resultado de Agregar Valor lo que puede lograrse también a través de fusiones, adquisiciones y/o alianzas.
Algunos trabajos de campo de The Organization Development Institute International, Latinamerica
muestran otros resultados sugiriendo que el crecimiento y desarrollo organizacional de muchas de las
grandes empresas en Latinoamérica que sobresalen es en gran medida resultado de su gestión
“oligopolística”. Aún más, cuando las condiciones del terreno se tornan difíciles prefieren abandonar el
negocio como resultado de una venta o cierre definitivo.