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LA CONDONACIÒN.

La Condonación constituye una de las formas de extinción de la obligación


señaladas dentro del Código Civil Peruano de 1984 y dentro de la doctrina peruana son
múltiples las definiciones que se hacen sobre esta institución jurídica, pero de una u otra
forma el fondo es lo mismo.
Es por ello que FERRERO (2004) señala, “la condonación o remisión consiste en
la renuncia que el acreedor hace de su derecho de crédito, el condonante abdica de un
derecho por lo que la obligación se extingue. Mediante ella el acreedor libera de su
obligación, sin que sea satisfecho su interés” p 289).
Por su parte OSTERLING y CASTILLO (2008) señalan “en el ámbito del Derecho
Civil, condonar es perdonar una deuda o, en expresiones distantes, renunciar a un
crédito, con la anuencia del deudor. Así cuando el acreedor perdona una deuda, y el
deudor conviene con ello, se extingue la obligación a cargo de este último” p 755).
De la misma forma ALDEA (2007) señala “la condonación es sencillamente la
renuncia del acreedor (condonante) a solicitar su crédito que, conforme al sistema Civil
peruano, debe requerir necesariamente de la aceptación del deudor (condonado), para
que se produzca la extinción de la obligación” p 559). Estas son algunas de las
definiciones conceptuales que son referente a esta institución jurídica, que viene a ser la
condonación, esto es debido a que nuestro código civil no define esta institución y por
ende deja esta posibilidad a los juristas.
Nuestro Código Civil peruano en su articulo 1295 señala la EXTINCIÓN DE LA
OBLIGACIÓN POR LA CONDONACIÓN, de la siguiente manera “de cualquier modo
que se pruebe la condonación de la deuda efectuada de común acuerdo entre el acreedor
y el deudor, se extingue la obligación, sin perjuicio del derecho del tercero” como ya se
había advertido en el acápite anterior el legislador de 1984 no ha definido la condonación.
Siendo la condonación una de las formas de la extinción de la obligación se tiene
que tener en cuenta que es bilateral y no se puede sostener que solo el acreedor pone
fin la obligación por su sola voluntad ya que nuestro cuerpo normativo civil es tajante
en este aspecto al señalar en el art. 1295 (…la condonación de la deuda efectuada de
común acuerdo entre el acreedor y el deudor…) ya que requiere el convenio entre
ambas partes ; de lo contrario, no tendrá validez ni surtirá efecto, es decir, no
extinguirá la obligación.
Así por mucho que el acreedor insista en no cobrar su crédito y se lo
comunique a su deudor por medio de diversas vías (personalmente, por
teléfono, por facsímil, por correo electrónico, por carta notarial, etc.), si no
hay respuesta por parte del deudor en sentido afirmativo, la obligación
subsistirá y el deudor mantendrá su derecho a pagarla, consignando la
prestación en caso necesario. Por ello, desde que la condonación implica
consentimiento entre el acreedor y deudor, esta figura supone su contrato
(OSTERLING y CASTILLO, 2008, P. 756)

NATURALEZA JURÍDICA Y EFECTOS DE LA CONDONACIÓN.


Como todas las instituciones jurídicas del DERECHO, esta institución también cuenta
con su naturaleza jurídica y es señalada de la siguiente manera:
La condonación es un acto jurídico cuyo destino es extinguir una
relación jurídica obligacional. Es el perdón mutuamente convenido del pago
de la obligación. Constituye, pues, un típico acto jurídico, siendo éste, como
sabemos, la manifestación de voluntad directamente encaminada a la
producción de efectos jurídicos.
En este caso, se trata de un acto jurídico conformado por una
combinación de dos hechos jurídicos voluntarios y un presupuesto jurídico:
este último es la existencia de una deuda entre quienes van a realizar el acto,
mientras que los dos hechos jurídicos consisten en la manifestación de la
voluntad del acreedor de perdonar la deuda de su deudor y en la aceptación
del deudor de la remisión de su deuda Este conjunto de dos actos sumados al
presupuesto jurídico mencionado, forman, pues, un solo acto jurídico, el
mismo que se enmarca en su concepto básico: la manifestación de voluntad
con destino específico, en la cual se declara querer que se dé un efecto,
consistente en la extinción de una relación jurídica, que en el presente caso
es la relación deudor- acreedor respecto a la deuda que se condona, es decir,
la obligación existente.
El propósito expresado del o de los agentes es determinante y la ley le
asigna las consecuencias del acto. La figura bajo análisis, al ser, como hemos
explicado, resultado de la unión de varios elementos jurídicos -en los cuales
interviene más de una declaración de voluntad-, constituye lo que la doctrina
moderna denomina negocio jurídico, cuyo fin es regular los propios intereses
jurídicos (extinguir la deuda), y que, como la mayoría de negocios jurídicos,
puede tener consecuencias mediatas que afecten a terceros, las mismas que
no deben pasar de la esfera de las consecuencias normales de estos actos, ya
que habitualmente los negocios jurídicos también producen sus efectos
dentro del ámbito de quienes no intervienen en ellos.
El solo hecho de vivir en sociedad hace que usualmente cualquier
negocio jurídico entre dos personas afecte a la sociedad, en mayor o menor
grado. Pero si sobrepasa la simple irradiación lógica y natural de sus efectos,
e ingresa en el campo de los derechos de las personas ajenas a dicho negocio,
vulnerándolos, entonces, como expresáramos anteriormente, ello no puede
ser avalado por el Derecho. En pocas palabras, la condonación es un contrato
que se ubica en el Código Civil como forma de extinción de las obligaciones,
debido a que en el mismo no hay creación, sino únicamente extinción de
obligaciones. Siendo éste su rasgo esencial, el legislador consideró
conveniente, por razones sistemáticas, ubicar a la condonación dentro del
capítulo de extinción de las obligaciones. Se parte, como es obvio, del
presupuesto de la existencia de una deuda; luego, a efectos de dar inicio al
negocio o acto jurídico, el acreedor tiene la iniciativa de perdonar tal
obligación cuyo cumplimiento está a cargo de su deudor.
Cuando el deudor es comunicado de dicha decisión, se le abre la
posibilidad, ya descrita, de elegir si acepta ser perdonado o no. En caso
afirmativo, manifiesta su voluntad de aceptación y desde ese momento se
extingue la relación jurídica respecto de la deuda objeto de condonación.
(OSTERLING y CASTILLO, 2008, p. 755)

REQUISITOS.
podemos fijar en cuatro los caracteres de la condonación:
1. Bilateral: por cuanto no es suficiente l expresión de la voluntad del
renunciante.es necesaria la aceptación del deudor.
2. Abdicativa: ya que extingue el derecho del acreedor, sin transferirle
nada al deudor. Únicamente se extingue la obligación. Consiste en que el
acreedor abandona voluntariamente sus derechos. Ese es el único carácter
constante de la remisión de deuda; ser voluntaria del acreedor.
3. El beneficiario no debe ser sucesor del condonante, salvo que la
condonación signifique una sucesión legal.
4. Es de estricto derecho, por ello debe atenerse a lo que haya sido su
objeto. (FERRERO 2004, P. 290)

CASOS EN QUE NO PROCEDE LA CONDONACIÒN.


Aunque otros doctrinarios se mantienen callados sobre este tema existe otros que
sostiene o dan a conocer la improcedencia de la condonación en varios supuestos, ya que
no puede realizarse el acto de liberalidad como en los supuestos que está dentro de la
regulación del Código Civil.
Existen disposiciones no solo de orden civil, sino de distinta naturaleza
jurídica que prohíben al acreedor la condonación de la deuda, principalmente
por temas de interés social; a saber, se prohíbe la condonación en los
siguientes casos:
1. Cuando versa sobre las obligaciones alimenticias
2. Cuando se resulte ser por deudas que se deriven de infracciones penales
3. Cuando se refiera a las acreencias tributarias dentro de un proceso concursal
4. Cuando trate sobre deudas de carácter laboral, entre otros. (ALDEA,
2007, p. 563)

EXEGESIS DE LOS ARTICULOS PERTINENTES.

1. EXTINCION DE OBLIGACIONES POR CONDONACION


Articulo 1295.- de cualquier modo, que se pruebe la condonación de la
deuda efectuada de común acuerdo entre el acreedor y el deudor, se
extingue la obligación sin perjuicio del derecho de tercero.
De acuerdo con lo prescrito en el art. 1295 del Código Civil, a fin de que la
condonación surta su principal efecto (cual es extinguir la obligación) se requiere su
probanza, como señalan OSTERLING y CASTILLO (2008) que “por esta razón, tal
probanza debe de ser clara y objetiva (vía contrato escrito, o algún signo visible, como
la devolución del documento original en que consta la deuda) pudiendo ser material o
inmaterial, pero inequívoca” (p. 756)
“la condonación de la deuda requiere de la aceptación del deudor, el cual deberá
expresar su voluntad, ya que la obligación solamente se extingue si existe acuerdo entre
el acreedor y el deudor. Ello funciona tanto la condonación de inter vivos o mortis causa”
(FERRERO, 2004, P. 290).
Como ya se señaló en los acápites anteriores la condonación es un acto bilateral ya
que tanto el acreedor y el deudor tienen que estar en consenso para darle la extinción de
la obligación. Pero existe la posibilidad de que el deudor haciendo uso de su derecho no
quiera aceptar la condonación por más que el acreedor lo proponga, en este caso la
condonación no se podría configurar. A de tenerse en cuenta que la condonación no solo
extingue a las obligaciones de dar, sino, también a los de hacer y no hacer. Como señalan
OSTERLING y CASTILLO, “en conveniente precisar, aunque podría parecer evidente,
que el término “deuda” en el artículo 1295 no se circunscribe a obligaciones de dar,
sino abarca también a las obligaciones de hacer y a las de no hacer” (2008, p. 757).

2. CONDONACION DE UNO DE LOS GARANTES. EFECTOS


Articulo 1296.- la condonación a uno de los garantes no extingue la
obligación de deudor principal, ni la de los demás garantes. La
condonación efectuada a uno de los garantes sin asentimiento de los otros
aprovecha a todo, hasta que alcance la parte del garante en cuyo favor
realizó.

Como se sabe por regla en el Derecho el destino de la obligación accesoria no afecta


el de la principal. Es por ello que esta norma señala que la condonación de los garantes
no extingue la obligación del deudor principal. Es por ello que OSTERLING y
CASTILLO señalan que “la condonación de la deuda por el acreedor en favor del
deudor y aceptada por este, extingue la obligación (argumento del artículo 1295). Esto
implica la extinción de la deuda con todas sus garantías, como sabemos lo accesorio
sigue la suerte de lo principal” (2008, p. 758).
Es de diferenciarse como señalan en la doctrina de las garantías mancomunadas y las
garantías solidarias. En la primera la responsabilidad de los garantes no es integro
asumido por el deudor principal, sino cada uno de ellos responderá por su cuota parte,
autónoma y diferente de las demás, no resultando ninguno afectado por la condonación
en favor de los algunos de los otros; mientras que en las garantías solidarias la situación
es distinta. (OSTERLING Y CASTILLO, 2008).
“El deudor principal continua obligado a cumplir con la prestación en su integridad,
pues lo principal no puede seguir la suerte de lo accesorio” (ALDEA, 2007, P. 565)
3. CONDONACION CON INSTRUMENTO
Articulo 1297.- hay condonación de la deuda cuando el acreedor entrega al
deudor el documento original en que consta aquella, salvo que el deudor
pruebe que la ha pagado.
Esta norma establece que cuando el acreedor le entrega al deudor el documento
original al deudor se presume que está condonando la deuda, pero señala que existe una
presunción relativa (lo que en doctrina se conoce como presunción iuris tantum), en l que
el deudor puede probar que pago la deuda.
En consecuencia, para que opere la presunción se requiere:
 Que se entregue el documento original que contiene la obligación. Debemos
de entender que el documento la que hace referencia la ley es un documento
privado, pues, no es posible que se entregue el original de un documento público,
en especial el mas usual el notarial, pues, el original se encuentra en el registro
del notario.
 Que dicha entrega haya la haya efectuado voluntariamente el acreedor al
deudor. (FERRERO, 2004, P. 292)

Por su parte OSTERLING y CATILLO (2008) sostienen que “El referido precepto
señala que la simple entrega al deudor por parte del acreedor del documento original en
que consta la deuda, constituye remisión e la misma, con la única salvedad de que se
permite, en su caso, que el deudor pruebe el pago” (p.761. los mencionados autores
sostienen de la misma forma que.

Para que el supuesto se configure y se le puedan aplicar las consecuencias


jurídicas propias de la condonación, saber, la extinción de la obligación, es
indispensable que se cumplan tres condiciones: en primer lugar, que la
entrega del documento original haya sido hecha voluntariamente. en segundo
lugar, que la entrega haya sido hecha por el propio acreedor, pues solo de esta
forma podría haber motivo para establecer la presunción de que trata la ley.
Y, en tercer lugar, que la entrega haya sido realizada al mismo deudor. Si el
documento fuera entregado a otra persona, no seri claro ni indubitable que la
intención del acreedor fue la de liberar gratuitamente al deudor. OSTERLING
Y CASTILLO (2008, p 762)
4. PRESUNCION DE CONDONACION DE LA PRENDA
Articulo 1298.- La prenda en poder del deudor hace presumir su
devolución voluntaria, salvo prueba en contrario.
Antes de analizar lo prescrito por los artículos 1298 y 1299 del Código
Civil, ambos dedicados a regular el tema de la condonación de la prenda,
consideramos necesario aclarar que os mismos no obstante la entrada en
vigencia (30 de mayo de 2006) de la Ley de la Garantía Mobiliaria (Ley N.º
28677), aún se encuentran vigentes.
Aunque una visión preliminar y superficial podría llevarnos a la
conclusión de que la ley de la garantía mobiliaria a derogado implícitamente
dichos preceptos, por haber derogado el titulo del libro de lo Derechos Reales
dedicado a la prenda, así como las normas especiales sobre la materia, lo
cierto es que solo ha limitado tácitamente sus alcances.
Con estas premisas, el análisis de los artículos 1998 y 1299 se van a
concentrar en lo que se conoce como “prenda con desplazamiento”, por ser
esta la única viable en nuestros sistemas de garantías vigente.
Dentro de esta norma la presunción establecida es claramente iuris
tantum, condición jurídica establecida en forma expresa por la norma- dada
la frase final “salvo prueba en contrario”-, proveyéndose la posibilidad de que
la devolución de la prenda no hubiera sido voluntaria, sino hecha sin
asentimiento del acreedor. De ser este el supuesto, resulta claro que el
acreedor perjudicado tendría la posibilidad de demostrarlo, para que no se
genere los efectos jurídicos previstos por el precepto. (OSTERLING Y
CASTILLO, 2008, P. 764)
“La prenda se constituye con la entrega al acreedor, mientras que la condonación
de la misma se configura mediante la devolución al deudor, la cual por orden del articulo
1298 e presume en voluntaria si el bien está en posesión del obligado” (ALDEA, 2004,
P. 572)
5. CONDONACION DE PRENDA
Articulo 1299.- la devolución voluntaria de la prenda determina la
condonación de la misma, pero no la de la deuda.
Si bien la devolución voluntaria de la prenda se entiende como
condonación, por cuanto se entiende que la intención del acreedor ha sido la
de renunciar a la garantía que tenia a su favor para asegurar su crédito, ello
no conduce al extremo de considerar que ha renunciado también a la
acreencia. (FERRERO, 2004, p. 294).
Lo que el art. 1299 regula, no es mas que una renuncia a la prenda que
formula el acreedor prendario, pues la devolución voluntaria del bien
prendado es un acto incompatible y tácitamente contradictorio con la
voluntad de querer procurarse el pago de la obligación a través de la referida
garantía, razón por el cual es natural suponer que existe la intención de
condonar la prendar. (ALDEA, 2007, P. 574).
Dentro de la interpretación de este artículo se tiene que tener en cuenta que cuando
el acreedor devuelve voluntariamente la prenda al deudor solo quiere condonar a dicha
prenda, mas no a la obligación en general, ya que la deuda sigue subsistiendo. Es por
ello que con razón sostienen OSTERLING Y CASTILLO (2008) “que evidentemente la
extinción de la garantía no implica la extinción de la obligación garantizada” (p. 767).

Bibliografía.
OSTERLING PARODI, Felipe Y CASTILLO FREYRE Mario. Compendio de
Derecho de las Obligaciones, palestra editores Lima- 2008 primera edición
CÓDIGO CIVIL COMENTADO (comentan más de 209 especialistas en las diversas
materias del Derecho Civil), TOMO VI DERECHO DE OBLIGACIONES, Gaceta
Jurídica- 2007, segunda edición.
FERRERO COSTA, Raúl, Curso de Derecho de Obligaciones editora jurídica
Grijley E.I.R.L 2004, tercera edición actualizada.

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