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DERECHO NOTARIAL Y REGISTRAL – APUNTES DE CLASE

Clase 12/08/2015 – Dra. Rojas Torres

DERECHO NOTARIAL - DEFINICIÓN


El derecho notarial es un derecho abstracto y específico en cuanto al formalismo
por encima de la magistratura por el carácter que tiene el notariado. Comenzó a
desarrollarse en el antiguo Egipto con los escribas, que eran más importantes
incluso que el faraón porque sabían escribir y redactar. Eran los que plasmaban los
hechos y sus consecuencias.
➢ El derecho notarial es el conjunto de preceptos y conceptos que regulan y
versan sobre la forma instrumental, la organización de la función y de la
actividad del notario en relación a aquella. Se debe regir por las normas del
CCyC, basándose más que nada en las leyes propias de los Colegios de
Escribanos, aplicando en el asesoramiento de clientes el CCyC, no
pudiéndose apartar de las leyes de los colegios.
➢ El derecho notarial es el conjunto de normas que disciplinan, subjetiva,
objetiva y funcionalmente el notariado (Pelozzi)

HISTORIA DEL DERECHO NOTARIAL


En un principio, surge de autor anónimo. Cuando moría, de acuerdo a dónde lo
hubiera escrito, seguía perdurando el mensaje escrito en ese instrumento. Era un
instrumento simple, sencillo, que no gozaba de fe pública: NO ERA UN
INSTRUMENTO NOTARIAL.
Para que ese instrumento gozara de fe pública, era necesario inscribirlos en
determinados registros públicos, adquiriendo autenticidad a partir de ese
momento.
En la época de los romanos, los notarios se llamaban “tabelion”, y su función era la
redacción y el asesoramiento. Eran especialistas en instrumentos. Justiniano
expresa que cuando el tabelion (a quien le da carácter de testigo calificado) y los
testigos del acto y las partes hubieran fallecido, debía estarse a lo que surgiera del
instrumento, siendo éste una especie de esbozo de la escritura.
Esa función de tener fe se trasladó a los registros, pero tengamos en cuenta que NO
se trataba de la actual fe pública registral. En ellos se inscribían los instrumentos,
quedando constituida la fe en el instrumento. Esta característica es la autenticidad,
que dio origen a la figura del notario, porque luego de la fe pública, el último
escalón o grado del proceso que se alcanza es el notario, quien ejerce esa función
para lograr un resultado: el objeto, que es el instrumento notarial.
FENÓMENO NOTARIAL
Su nota típica es la escritura pública, porque es la voluntad expresada por los
sujetos con intervención de un oficial público denominado notario.
La función del escribano es una función jurídica y legal y también es pública, pero
los contenidos sobre los que recae su labor son de carácter privado. Nuestro país se
encuentra dentro del NOTARIADO LATINO, donde la notaría es una función pública
a cargo de un profesional del derecho. Le interesa al Estado desde el punto de vista
del orden público. Interesa a la sociedad y a los terceros como posibles adquirentes
y también como destinatarios del documento. Es una función legal porque la fe
notarial es atribuida por la ley y SÓLO al instrumento notarial que tiene fe
legitimada. Tiene contenidos privados porque el instrumento en sí se refiere a
actos, hechos y negocios jurídicos que realizan sujetos dentro del marco de los
derechos privados. También se extiende a los organismos estatales.

OPERACIONES NOTARIALES DE EJERCICIO

La función notarial cumple diferentes etapas para llegar al fin determinado, el


instrumento notarial. El notario debe cumplirlas en su procedimiento de formación
hasta lograr el acto notarial que éste constituye, que describe su actividad. Hay dos
sectores: de derecho material (calificación, legalización y legitimación), y de
derecho formal (configuración o redacción, autenticación y autorización).
Ejemplo: COMPRA DE INMUEBLE DE LOS PADRES PARA SU HIJO- El notario tiene
que indagar e interpretar la voluntad de los padres (para saber que quieren), y, de
acuerdo a lo averiguado, cambia la textura del contrato. Ahí es donde el notario
CALIFICA y lo imputa a determinada norma jurídica, que se va a concretar en ese
acto. Cómo lo hace? Averigua si se trata de una gestión de negocios del patrimonio
del hijo, o de un acto propio de los requirentes con una estipulación a favor del hijo.
Debe investigar si el hijo es mayor o menor, si tiene la patria potestad, si es impúber
y el dinero es de él, calificará el acto como compraventa. Si el dinero es de los
padres, estamos frente a una donación tácita del dinero y una compraventa a favor
del niño. Simultáneamente, va a tener que aplicar las normas legales. Si es una
gestión de negocios, si es una estipulación, una compraventa, una donación, etc.
Tiene que transmitir el inmueble, configurar el negocio jurídico en el instrumento,
preparando, para que sea formalmente eficaz, la escritura pública. Una vez que la
redacta, tiene que leerla y explicarla en una audiencia especial (acto de la escribanía
donde se realice la compraventa). Luego de leerlo y explicarlo, AUTORIZA con su
firma ese negocio jurídico: una vez que firman las partes, el escribano firma,
momento en el que le imprime al instrumento notarial FE PÚBLICA. Esto se llama
LEGITIMACIÓN. Debe también justificar la relación de las partes. Todo esto es el
requisito de fondo del acto jurídico.
OPERACIONES DE FONDO MATERIAL
Las operaciones materiales afectan el fondo (acto o negocio del que se trata). Se
dividen en tres: CALIFICACIÓN, LEGALIZACIÓN (referido a la validez, es el encuadre
legal) y LEGITIMACIÓN (recae sobre la eficacia, su valor fundamental va a ser para la
vida posterior del acto notarial).

OPERACIONES NOTARIALES FORMALES


Hace a lo externo. Se exteriorizan en el instrumento notarial: CONFIGURACIÓN
(poner por escrito lo que se ha interpretado, lo que ha percibido y lo que ha
realizado a consecuencia de la rogación sobre un negocio jurídico determinado),
AUTENTICACIÓN (va a autenticar los hechos y dichos propios y de sus requirentes
registrados en el documento notarial) y AUTORIZACIÓN (el notario suscribe y firma
el documento notarial, dándole la impronta de instrumento público).
Clase de 03/08/2015 – Esc.. Rolando Rodríguez

UNIDAD UNO:
FORMA Y PRUEBA
Forma: sentido amplio y estricto del concepto. Forma y prueba: distinción. El
formalismo en el derecho. Su evolución. Ventajas e inconvenientes. Forma y publicidad:
diferenciación. Estudio del artículo 973 del Código Civil. Carácter de su enunciación.
Formas legales o voluntarias. Principio de libertad de formas (art. 974 Código Civil).
Clasificación de los actos formales: doctrina clásica y moderna clasificación tripartita.
Excepciones. Efectos de la omisión de las formas.

Forma es toda exteriorización del acto. Según Llambías, forma del acto jurídico es la
manera como se exterioriza la voluntad del sujeto respecto del objeto, en orden a la
consecución del fin jurídico propuesto. En un sentido amplio, conforme resultaba del
art. 913 del CCVélez, sin exteriorización de la voluntad del sujeto no hay voluntad, sino
propósito mental (ningún hecho tendrá el carácter de voluntario sin un hecho exterior
por el que se manifieste la voluntad). Llambías diferencia entre la forma legal y la forma
esencial. Forma esencial es la manera como se exterioriza la voluntad del sujeto. Forma
legal el conjunto de solemnidades exigidas por la ley, se impone, a nivel relativo (ad
probationem) o a nivel esencial (ad solemnitatum). Si no se cumplen con las formas
exigidas ad solemnitatum, no existe acto, ya que la forma se confunde con la esencia
del acto. En el caso que la forma sea exigida de manera relativa, no se invalida el acto,
ya que va a tener efectos jurídicos, pero no el específico de dicho acto.

El art. 284 CCyC establece la libertad de formas y el art. 285 CCyC se refiere a la forma
legalmente impuesta.

ARTÍCULO 284.- Libertad de formas. Si la ley no designa una forma determinada


para la exteriorización de la voluntad, las partes pueden utilizar la que estimen
conveniente. Las partes pueden convenir una forma más exigente que la impuesta
por la ley.

ARTÍCULO 285.- Forma impuesta. El acto que no se otorga en la forma exigida por
la ley no queda concluido como tal mientras no se haya otorgado el instrumento
previsto, pero vale como acto en el que las partes se han obligado a cumplir con la
expresada formalidad, excepto que ella se exija bajo sanción de nulidad.

Este último habla de una forma relativa (“… no se otorga en la forma exigida por la
ley…”), confundiendo el instrumento con la forma. Debería decir “si la forma del acto
no es la exigida en forma relativa… pero vale como acto…, excepto que ésta se exija de
manera absoluta”.

La forma escrita a la que se refiere el art. 286 CCyC existe en instrumentos públicos,
privados y en los particulares, incluyéndose la reproducción por distintos medios
técnicos.

ARTÍCULO 286.- Expresión escrita. La expresión escrita puede tener lugar por
instrumentos públicos, o por instrumentos particulares firmados o no firmados,
excepto en los casos en que determinada instrumentación sea impuesta. Puede
hacerse constar en cualquier soporte, siempre que su contenido sea representado
con texto inteligible, aunque su lectura exija medios técnicos.

Cuándo se exige la escritura pública? En el CCVélez, el viejo art. 1184 enumeraba


los contratos que exigían escritura pública en once (11) incisos. En el nuevo CCyC, se
regula la libertad de formas (art.1017 CCyC) y reduce la exigencia de escritura
pública a cuatro (4) incisos. El art. 1016 exige para las modificaciones posteriores de
un contrato, las mismas formalidades del contrato original.

ARTICULO 1015.- Libertad de formas. Sólo son formales los contratos a los cuales
la ley les impone una forma determinada.
ARTICULO 1016.- Modificaciones al contrato. La formalidad exigida para la
celebración del contrato rige también para las modificaciones ulteriores que le
sean introducidas, excepto que ellas versen solamente sobre estipulaciones
accesorias o secundarias, o que exista disposición legal en contrario.
ARTICULO 1017.- Escritura pública. Deben ser otorgados por escritura pública:
a) los contratos que tienen por objeto la adquisición, modificación o extinción de
derechos reales sobre inmuebles. Quedan exceptuados los casos en que el acto es
realizado mediante subasta proveniente de ejecución judicial o administrativa;
b) los contratos que tienen por objeto derechos dudosos o litigiosos sobre
inmuebles;
c) todos los actos que sean accesorios de otros contratos otorgados en escritura
pública;
d) los demás contratos que, por acuerdo de partes o disposición de la ley, deben
ser otorgados en escritura pública.

Se diferencian dos categorías de formas: forma de ser y forma de valer. La forma de


ser es la forma de la declaración de voluntad y como tal, es constitutiva de la
estructura del negocio y de la declaración de la voluntad negocial (requisito del
negocio). Sin esta forma, el acto no nace. La forma de valer es la que otorga una
mayor eficacia a la declaración de la voluntad y con ella, al negocio jurídico. No es
constitutiva, no es requisito del negocio, que ya ha nacido, pero hay que hacerlo
valer. Es forma de eficacia.

En nuestro derecho positivo se puede afirmar que, en principio, en los actos


jurídicos la forma actúa como forma de valer (por ej. art. 1017 CCyC), siendo
excepcionales los casos de forma de ser (por ej. art. 1552 CCyC).

Por ejemplo, la escritura, en el caso de la compraventa de inmuebles, puesto que


ésta nace antes que la escritura (contrato no formal, pero para que pueda producir
sus efectos propios – transferencia del dominio – debe otorgarse la escritura
pública), y al haber nacido, la compraventa obliga a las partes y puede ser exigido su
cumplimiento coactivamente (art. 1018 CCyC).

ARTICULO 1018.- Otorgamiento pendiente del instrumento. El otorgamiento


pendiente de un instrumento previsto constituye una obligación de hacer si el
futuro contrato no requiere una forma bajo sanción de nulidad. Si la parte
condenada a otorgarlo es remisa, el juez lo hace en su representación, siempre
que las contraprestaciones estén cumplidas, o sea asegurado su cumplimiento.

En otro supuesto, el caso de la donación gratuita de inmueble, la escritura pública


actúa como forma de ser, ya que sin ella la donación no nace, tal como lo prevé el
art. 1552 CCyC, ya que no cumple con la forma constitutiva pedida por la norma. No
hay donación sin escritura, ya que el mencionado artículo establece que debe
hacerse por escritura pública, bajo pena de nulidad.

ARTICULO 1552.- Forma. Deben ser hechas en escritura pública, bajo pena de
nulidad, las donaciones de cosas inmuebles, las de cosas muebles registrables y las
de prestaciones periódicas o vitalicias.

EFECTOS DE LA OMISIÓN DE LAS FORMAS

SOLEMNES ABSOLUTOS: La omisión de su cumplimiento traduce en un acto nulo,


que por la materia y el fundamento del orden público de la solemnidad, harán que
esa nulidad sea absoluta.
SOLEMNES RELATIVOS: se sanciona en principio con una nulidad relativa, que es
subsanable. Permite la conversión del negocio (produciendo efectos patrimoniales
no deseados) aún cuando el acto sea nulo, a menos que la nulidad del instrumento
conlleve la del acto.

NO FORMALES: son válidos pero inoponibles.

TEORÍA DEL TÍTULO Y EL MODO

ARTICULO 1892.- Título y modos suficientes. La adquisición derivada por actos


entre vivos de un derecho real requiere la concurrencia de título y modo
suficientes.
Se entiende por título suficiente el acto jurídico revestido de las formas
establecidas por la ley, que tiene por finalidad transmitir o constituir el derecho
real.
La tradición posesoria es modo suficiente para transmitir o constituir derechos
reales que se ejercen por la posesión. No es necesaria, cuando la cosa es tenida a
nombre del propietario, y éste por un acto jurídico pasa el dominio de ella al que
la poseía a su nombre, o cuando el que la poseía a nombre del propietario,
principia a poseerla a nombre de otro. Tampoco es necesaria cuando el poseedor
la transfiere a otro reservándose la tenencia y constituyéndose en poseedor a
nombre del adquirente.
La inscripción registral es modo suficiente para transmitir o constituir derechos
reales sobre cosas registrables en los casos legalmente previstos; y sobre cosas no
registrables, cuando el tipo del derecho así lo requiera.
El primer uso es modo suficiente de adquisición de la servidumbre positiva.
Para que el título y el modo sean suficientes para adquirir un derecho real, sus
otorgantes deben ser capaces y estar legitimados al efecto.
A la adquisición por causa de muerte se le aplican las disposiciones del Libro
Quinto.

El art. 1892 CCyC es una síntesis de la teoría del título y el modo. El título suficiente
(por ej. escritura pública) es aquel que está revestido del modo y la forma. Necesito
de la tradición posesoria como modo suficiente para adquirir el derecho real. En el
caso de modos constitutivos, la inscripción registral hace nacer el derecho (por ej.,
registro del automotor).

FORMA Y PRUEBA – DISTINCIÓN

La forma hace al ser mismo del acto y está unida a su celebración, pues de ella
depende la existencia de aquel. La prueba, en cambio, plantea la justificación de la
existencia del acto en una etapa posterior a su celebración. Ambas apuntan a lo
externo y sensible del acto jurídico.

Sus diferencias son:

i. La forma es un elemento constitutivo del acto jurídico, la prueba no.


ii. La forma es contemporánea al acto, pues está unida a su celebración u
otorgamiento. La prueba, normalmente, es posterior a dicho evento.
iii. La forma es necesaria (elemento constitutivo del acto). La prueba, si el
acto no es negado o desconocido, no lo es.
iv. La forma alude a la exteriorización del acto jurídico. La prueba puede ser
necesaria para acreditar un hecho jurídico (por ej. nacimiento, defunción).
v. La ausencia o irregularidad de la forma provoca la invalidez o ineficacia
estructural del acto mismo. La prueba hace a la eficacia funcional del acto
(su ausencia no lo anula pero lo hace ineficaz).

En los actos documentados por instrumento público, la forma y la prueba se


complementan y superponen. Lo mismo sucede con los actos formales absolutos,
donde la validez del acto depende del empleo de una solemnidad determinada para
su celebración, que a su vez, será su elemento de prueba.

OPONIBILIDAD

La adquisición o transmisión de derechos reales no son oponibles mientras no haya


publicidad suficiente (art. 1893 CCyC).

ARTICULO 1893.- Inoponibilidad. La adquisición o transmisión de derechos reales


constituidos de conformidad a las disposiciones de este Código no son oponibles a
terceros interesados y de buena fe mientras no tengan publicidad suficiente.
Se considera publicidad suficiente la inscripción registral o la posesión, según el
caso.
Si el modo consiste en una inscripción constitutiva, la registración es presupuesto
necesario y suficiente para la oponibilidad del derecho real.
No pueden prevalerse de la falta de publicidad quienes participaron en los actos,
ni aquellos que conocían o debían conocer la existencia del título del derecho real.

La publicidad registral no es lo único que existe. En algunos casos, se requiere


publicidad posesoria y publicidad registral. La publicidad es una manifestación,
significa que esa declaración debe ser hecha cognoscible al público, a terceros. La
publicidad es una carga de la forma.

Clase del 10/08/2015 – Dr. Rodríguez


UNIDAD DOS: INSTRUMENTOS PÚBLICOS Concepto. Distintas tesis. Casos de
instrumentos públicos. Doctrina y jurisprudencia. Las escrituras públicas y sus
copias; demás instrumentos públicos autorizados por los escribanos y/o
funcionarios públicos: actas judiciales y asientos en los libros del Registro del Estado
Civil y Capacidad de las Personas. Otros documentos enumerados en el art. 979 del
Código civil que no son instrumentos públicos. Carácter de la enumeración.
Requisitos.

Se han intentado distintas definiciones de instrumento público:

• MACHADO: acto escrito por determinados funcionarios o ciertos actos en


que éstos intervienen y la ley considera auténticos y que hacen fe para todos
cuando se han llenado ciertas solemnidades.
• SALVAT: el otorgado con las formalidades que la ley establece en presencia
de un oficial público a quien la ley confiere la facultad de autorizarlo.
• LLAMBÍAS: los instrumentos otorgados con las formalidades que la ley
establece, en presencia de un oficial público a quien la ley confiere la
facultad de autorizarlos, se denominan instrumentos públicos.
• SPOTA: El instrumento público tiene por principal nota característica la de
haber sido otorgado ante un órgano estatal que posee atribuciones por ley
para darle autenticidad, es decir, para conferirle efectos propios de la fe
pública en lo que atañe a las circunstancias de haberse formulado la
declaración de voluntad y realizados los hechos jurídicos cumplidos por él o
que ante él sucedieron.
• BORDA: es el otorgado con intervención de un oficial público con las
formalidades que la ley establece.
Los actos jurídicos se clasifican en formales absolutos o formales relativos. En
principio el CCyC consagra la libertad de formas como principio general en materia
de contratos (Artículo 1015: Libertad de formas. Solo son formales los contratos a los
cuales la ley les impone una forma determinada. - Artículo 284: Libertad de formas. Si
la ley no designa una forma determinada para la exteriorización de la voluntad, las
partes pueden utilizar la que estimen conveniente. Las partes pueden convenir una
forma más exigente que la impuesta por la ley). Si el futuro contrato exige una
forma pero sin pena de nulidad, se convierte para las partes, en caso de no cumplir
con la forma en una obligación de hacer (Artículo 1018: Otorgamiento pendiente del
instrumento. El otorgamiento pendiente de un instrumento previsto constituye una
obligación de hacer si el futuro contrato no requiere una forma bajo sanción de nulidad. Si
la parte condenada a otorgarlo es remisa, el juez lo hace en su representación, siempre que
las contraprestaciones estén cumplidas, o sea asegurado su cumplimiento.) El principio
general es que si no se cumple con la forma no se produce el efecto propio del
instrumento público. La jurisprudencia ha dicho que en los contratos solemnes o
cuya forma es impuesta por la ley ad solemnitatum, la omisión de la forma priva al
contrato de sus efectos propios, pero no es obstáculo para que en ciertos casos el
contrato produzca efectos diferentes. En los casos en que la omisión de la forma
priva al contrato de sus efectos propios, pero le asigna otros—es decir se produce la
conversión del acto jurídico en un acto distinto — el contrato es solemne relativo o
la forma es solemne relativa (CNCiv., sala C, 10/7/1974, JA, 24 -1 974 -3 91).
En los casos en que se trate de un acto formal absoluto, la forma se confunde con la
sustancia del acto jurídico, no rige el principio de conversión formal y el acto es nulo
(por ejemplo, la donación de inmueble debe realizarse por escritura pública bajo
pena de nulidad). Si no se trata de un acto formal absoluto, si no se cumple con la
forma, dicho acto no produce el efecto que le es propio. Si la forma exigida es
escritura pública, no puede ser ésta remplazada ni siquiera por otro instrumento
público. Es decir, el efecto de la omisión de forma, cuando la solemnidad es relativa,
rige el pcpio. de conversión, transformándolo en una obligación de hacer.
Salvat diferencia el acto instrumental del acto instrumentado. Mientras el primero
se refiere al ámbito de las formas (por ej. escritura pública), el segundo es el
contenido, la sustancia del mismo (se trata del negocio jurídico sustancial, en el
ejemplo de la escritura, la fuente causal del derecho real). El art. 1892 CCyC sienta
reglas generales de adquisición de derechos reales. Presenta dos facetas: por un
lado los aspectos formales y por el otro, en sus últimos dos renglones establece que
para que exista título y modo suficiente, no sólo deben darse las condiciones de
forma, sino que también se deben dar condiciones de fondo, capacidad y
legitimación.
Artículo 1892: Título y modos suficientes. La adquisición derivada por actos entre vivos de
un derecho real requiere la concurrencia de título y modo suficientes.
Se entiende por título suficiente el acto jurídico revestido de las formas establecidas por la
ley, que tiene por finalidad transmitir o constituir el derecho real.
La tradición posesoria es modo suficiente para transmitir o constituir derechos reales que se
ejercen por la posesión. No es necesaria, cuando la cosa es tenida a nombre del propietario,
y éste por un acto jurídico pasa el dominio de ella al que la poseía a su nombre, o cuando el
que la poseía a nombre del propietario, principia a poseerla a nombre de otro. Tampoco es
necesaria cuando el poseedor la transfiere a otro reservándose la tenencia y
constituyéndose en poseedor a nombre del adquirente.
La inscripción registral es modo suficiente para transmitir o constituir derechos reales sobre
cosas registrables en los casos legalmente previstos; y sobre cosas no registrables, cuando el
tipo del derecho así lo requiera.
El primer uso es modo suficiente de adquisición de la servidumbre positiva.
Para que el título y el modo sean suficientes para adquirir un derecho real, sus otorgantes
deben ser capaces y estar legitimados al efecto.
A la adquisición por causa de muerte se le aplican las disposiciones del Libro Quinto.
Según Salvat, cuando hablamos de título, tenemos dos acepciones:
A. Formal: título es la escritura pública (art. 1017 CCyC);
B. Sustancial: título va a hacer referencia al negocio jurídico fuente causal del
derecho real, el cual deberá ser otorgado por persona capaz, legitimada al
efecto.

La adquisición derivada del derecho real requiere de la causa fuente de la


adquisición que se identifica con el título y la causa eficiente que es la tradición;
faltando cualquiera de ellos no hay derecho real. El título es el acto jurídico que
reúne los requisitos de fondo y de forma para transmitir el derecho real de que se
trate, debe emanar del titular del derecho real que se transmite, que a su vez tenga
la capacidad suficiente para ello, según surge del penúltimo párrafo del artículo
bajo análisis. El modo suficiente es aquel que, unido al título suficiente, hace
adquirir no sólo el dominio sino también aquellos derechos reales que se ejercen
por la posesión. Si no existiera el título suficiente para transmitir el dominio, la
tradición podrá hacer adquirir sólo la posesión pero no el derecho real.

En el nuevo CCyC el art. 1184, que enumeraba los actos jurídicos para los que se
requería escritura pública, fue remplazado por el art. 1017.
Artículo 1017: Escritura pública. Deben ser otorgados por escritura pública:
a) los contratos que tienen por objeto la adquisición, modificación o extinción de
derechos reales sobre inmuebles. Quedan exceptuados los casos en que el acto es realizado
mediante subasta proveniente de ejecución judicial o administrativa;
b) los contratos que tienen por objeto derechos dudosos o litigiosos sobre inmuebles;
c) todos los actos que sean accesorios de otros contratos otorgados en escritura
pública;
d) los demás contratos que, por acuerdo de partes o disposición de la ley, deben ser
otorgados en escritura pública.

INSTRUMENTOS PÚBLICOS

En el derecho positivo argentino existe una controversia sobre la conceptualización


del instrumento público, según la teoría sobre la que se base el autor. Las distintas
tesis son:

• TESIS AMPLIA: considera que basta la intervención de agente o funcionario


público para que exista instrumento público. Considera con amplitud el
concepto de oficial público atribuyendo carácter de instrumento público a
toda expresión de forma escrita de la administración. Tesis sostenida por
SPOTA, descartada por la mayoría de la doctrina porque cualquier cosa sería
instrumento público y bastaría sólo esa intervención para generarlo y a sus
consecuencias.
• TESIS RESTRINGIDA: considera que es necesario para que haya instrumento
público que una ley (en sentido material y formal) que tipifique los
instrumentos públicos, así como también la existencia de una ley que
confiera la facultad específica de otorgar esta clase de instrumentos, el
cumplimiento de las formas establecidas por ley y de los requisitos legales
de validez. La única autoridad que puede otorgar la facultad de producir
actos dotados de autenticidad es el legislador. Otros autores señalan que
creer que todo funcionario público puede producir instrumentos públicos
sólo es posible si se olvida que tal funcionario debe estar investido de la
potestad de dar fe – función fedataria (crítica a la TESIS AMPLIA).
• TESIS INTERMEDIA: considera demasiado estricto, sobre todo en cuanto se
refiere a actuaciones administrativas, el requisito del dictado de una ley y
extiende a otros casos la posibilidad de que se creen instrumentos públicos
(disposiciones emanadas de órgano administrativo). CASSAGNE considera
que el instrumento público es una especie del género documento público.
Sostiene que son instrumentos públicos los emanados de órganos
administrativos que se caracterizan por su autenticación o refrendo, cuyo
valor probatorio es el asignado por el artículo 296 CCyC (ex arts. 993, 994, y
995 CCVélez) en cuanto hacen plena fe hasta que sean argüidos de falsedad
entre las partes y frente a terceros, de las enunciaciones o actos jurídicos
relativos al objeto principal del instrumento. Pero también puede atribuir
autenticidad al documento su publicación en el BO y además, por excepción
una norma legal o reglamentaria puede otorgar plena fe del instrumento a
un acto con la sola constancia de su suscripción por el órgano actuante,
siempre que se hayan cumplido los recaudos propios de los actos formales.

La determinación de si estamos en presencia o no de un instrumento público es


importante en cuanto a que éstos tienen una característica fundamental que es el
principio de autenticidad˃ Artículo 296: Eficacia probatoria. El instrumento público
hace plena fe:
a) en cuanto a que se ha realizado el acto, la fecha, el lugar y los hechos que el oficial
público enuncia como cumplidos por él o ante él hasta que sea declarado falso en juicio civil
o criminal;
b) en cuanto al contenido de las declaraciones sobre convenciones, disposiciones, pagos,
reconocimientos y enunciaciones de hechos directamente relacionados con el objeto
principal del acto instrumentado, hasta que se produzca prueba en contrario. Es decir, el
instrumento público se prueba a sí mismo, su valor probatorio tiene una
prerrogativa exorbitante sobre los demás instrumentos, que es la fe pública.

CONCEPTO DE INSTRUMENTO PÚBLICO DE LA CÁTEDRA


Instrumento público es todo aquel autorizado por un oficial público①, en
ejercicio de la función fedataria②, dentro del ámbito de su competencia③, con
las formalidades y requisitos de la ley④, y que por ello es auténtico⑤ y
completo⑥.
① “autorizar”, elemento técnico. Se requiere la firma del oficial público al
momento de la creación del instrumento.
② el funcionario público debe estar investido de función fedataria atribuida por el
Estado.
③ el oficial público actúa dentro de competencia: 1) MATERIAL, que implica el
ámbito de actuación sustancial del funcionario público (por ejemplo, un escribano
no puede celebrar un casamiento); y 2) TERRITORIAL, aptitud para ejercer la
competencia material en un ámbito territorial o circunscripción.
④ debe cumplir con las formalidades y requisitos de la ley porque de no hacerlo,
no cumple sus efectos o puede sancionarse con nulidad (art. 1018 CCyC).
⑤ el principio de autenticidad está receptado en el art. 296 CCyC (ex 993 CCIV). El
instrumento público se prueba a sí mismo, es “verdad oficial”.
⑥ principio de completitividad (como los títulos de crédito), ya que no requiere
remitirse a otra documental.

CASOS DE INSTRUMENTOS PÚBLICOS

En el CCVélez, el art. 979 enumeraba once incisos pero su sola enumeración no los
hacía instrumentos públicos. Fue remplazado por el actual art. 289, que los
sintetiza. Se trata de una enumeración meramente ejemplificativa, siendo
instrumento público cualquier documento que corresponda
Artículo 289: Enunciación. Son instrumentos públicos:
a) las escrituras públicas y sus copias o testimonios;
b) los instrumentos que extienden los escribanos o los funcionarios públicos con los
requisitos que establecen las leyes;
c) los títulos emitidos por el Estado nacional, provincial o la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires, conforme a las leyes que autorizan su emisión.

La fe pública puede ser notarial, administrativa o judicial. La primera está presente


en el instrumento público autorizado por notario público (art. 289 inc. a) y primera
parte del inc. b)). Las dos últimas son las contempladas por la segunda parte del
inc. b) art. 289 “los instrumentos que extienden… los funcionarios públicos con los
requisitos que establecen las leyes;”. Se trata de requisitos sustanciales y formales,
contemplados en el art. 290 CCyC.

Artículo 290: Requisitos del instrumento público. Son requisitos de validez del instrumento
público:
a) la actuación del oficial público en los límites de sus atribuciones y de su competencia
territorial, excepto que el lugar sea generalmente tenido como comprendido en ella;
b) las firmas del oficial público, de las partes, y en su caso, de sus representantes; si alguno
de ellos no firma por sí mismo o a ruego, el instrumento carece de validez para todos.
En referencia al inciso a):
• Atribuciones son aquellas que según ley -o costumbre, en algunos casos
concretos y reconocidos-le están encomendadas yen razón de ello, no puede
dejar de cumplirlas. La doctrina las trata comúnmente como competencia
material. Respecto a la competencia territorial, esa función, su "puesta en
práctica" de la actividad, como fedatario, la puede ejercer solamente en el
territorio que se le ha asignado. El notario debe obrar dentro del parámetro
de sus atribuciones y las atribuciones encomendadas a éste las debe ejercer
en el ámbito o espacio asignado por ley. Como caso exclusivamente
excepcional a esta regla, se admite el ejercicio funcional en un territorio que
aunque no sea el asignado originariamente, es tenido en cuenta como si
estuviere comprendido dentro de la competencia territorial delimitada.
• El escribano o notario es un profesional del derecho en ejercicio de una
función pública. Como requisito de validez del instrumento, se exige la firma
del oficial, de las partes y si correspondiere, de la firma a ruego cuando el
otorgante no sabe o no puede firmar. De faltar alguna de ellas el
instrumento es nulo para todos.

Artículo 291: Prohibiciones. Es de ningún valor el instrumento autorizado por un


funcionario público en asunto en que él, su cónyuge, su conviviente, o un pariente suyo
dentro del cuarto grado o segundo de afinidad, sean personalmente interesados.
Asegura la independencia del registro notarial o el funcionario público en
general. Hace a la objetividad de la función, protegiendo el principio de
imparcialidad.

Artículo 292: Presupuestos. Es presupuesto para la validez del instrumento que el oficial
público se encuentre efectivamente en funciones. Sin embargo, son válidos los actos
instrumentados y autorizados por él antes de la notificación de la suspensión o cesación
de sus funciones hechos conforme a la ley o reglamento que regula la función de que se
trata. Dentro de los límites de la buena fe, la falta de los requisitos necesarios para su
nombramiento e investidura no afecta al acto ni al instrumento si la persona
interviniente ejerce efectivamente un cargo existente y actúa bajo la apariencia de
legitimidad del título.
Se refiere a la competencia temporal. Las leyes notariales prevén la habilitación
para el ejercicio de la función notarial, y en el ámbito de la función pública en
general los actos de toma de posesión de cargo -a través del nombramiento- dan
lugar al inicio de las actividades del escribano o funcionario y del cómputo de la
antigüedad de la determinada función todo esto hasta el cese por causas previstas
en las leyes - renuncia, jubilación, retiro, mal desempeño, entre otras o por causas
intempestivas -fallecimiento-. Para que el acto encuadre dentro de los presupuestos
de validez, debe el oficial o escribano encontrarse efectivamente en funciones.
Siguiendo una regla de protección de las instrumentaciones en general, se mantiene
la validez y vigencia de los actos instrumentados y autorizados por escribanos o
funcionarios públicos antes que les haya sido notificada la suspensión o cesación de
funciones. El segundo párrafo del artículo posiciona al principio de la buena fe para
evitar que un exceso formal impida la validez de un acto instrumentado con estas
características.

Artículo 293: Competencia. Los instrumentos públicos extendidos de acuerdo con lo que
establece este Código gozan de entera fe y producen idénticos efectos en todo el territorio
de la República, cualquiera sea la jurisdicción donde se hayan otorgado.
Aplicación directa del principio constitucional del artículo séptimo de nuestra Carta
Magna, cuando allí se afirma que los actos públicos y procedimientos judiciales en
una provincia gozan de entera fe en las demás, dejando librado al congreso la
posibilidad de sanción de leyes generales que determinen los alcances y los efectos
de esa libre circulación, a los efectos de alcanzar la eficacia legal y probatoria que
los mismos producirán en otra jurisdicción.

Artículo 294: Defectos de forma. Carece de validez el instrumento público que tenga
enmiendas, agregados, borraduras, entrelíneas y alteraciones en partes esenciales, si no
están salvadas antes de las firmas requeridas.
El instrumento que no tenga la forma debida vale como instrumento privado si está firmado
por las partes.
Si se vulneran las formas, el instrumento es pasible de anulabilidad. Las leyes locales
en general, y las notariales en particular, prevén métodos correctores de
instrumentos o escrituras que pueden aplicarse para alcanzar la plena validez y
eficacia. Advertidos los errores de forma, el escribano, notario o funcionario público
correspondiente debe salvar los defectos de forma, ante la presencia de las partes y
antes del otorgamiento y autorización correspondiente. La segunda parte del
artículo, pretende salvaguardar -en sintonía con las reglas legales, académicas y
jurisprudenciales vigentes- la voluntad de las partes, dándole al instrumento que no
reúna las formas debidas la posibilidad de que tenga validez y vigencia como
instrumento privado, el que luego las partes tendrán que convertir elevándolo a la
forma legal prevista para que el mismo, si bien válido y vigente entre ellas, alcance
la eficacia de ley.

Artículo 295: Testigos inhábiles. No pueden ser testigos en instrumentos públicos:


a) las personas incapaces de ejercicio y aquellas a quienes una sentencia les impide ser
testigo en instrumentos públicos;
b) los que no saben firmar;
c) los dependientes del oficial público;
d) el cónyuge, el conviviente y los parientes del oficial público, dentro del cuarto grado y
segundo de afinidad;
El error común sobre la idoneidad de los testigos salva la eficacia de los instrumentos en que
han intervenido.
La ley civil no admite que todas las personas sean testigos, por cuanto la capacidad,
argumenta Armella, debe ser el rasgo característico del testigo. La
constitucionalización del derecho privado disminuyó las incapacidades previstas por
la ley -partiendo del supuesto que dice que todos tenemos capacidades diferentes
al momento de ejercer actos específicos. El último párrafo ampara la validez del
documento, evitando que caiga el negocio jurídico que el contiene ante el error
común acerca de la idoneidad del testigo que intervino en el acto -en base a la
calificación de su comportamiento y de las apariencias-, se salva su eficacia.

Art. 296. Eficacia probatoria. El instrumento público hace plena fe: a) en cuanto a que se ha
realizado el acto, la fecha, el lugar y los hechos que el oficial público enuncia como
cumplidos por él o ante él hasta que sea declarado falso en juicio civil o criminal;
b) en cuanto al contenido de las declaraciones sobre convenciones, disposiciones, pagos,
reconocimientos y enunciaciones de hechos directamente relacionados con el objeto
principal del acto instrumentado, hasta que se produzca prueba en contrario.
Hacen plena fe los instrumentos públicos de la realización del acto, fecha y lugar.
Por su parte, la enunciación de los hechos que el oficial público enuncia como por él
cumplidos o que ante él han ocurrido o se han desarrollado, también hacen plena fe
por cuanto es su propia investidura lo que permite que el valor probatorio sea
verdaderamente fuerte. Siempre que se expresa esto último, se hace especial
referencia a la materialidad de los actos cumplidos por el mismo o en presencia del
oficial, y no de la sinceridad que a dichos acto corresponde. La Corte Suprema de La
Nación Argentina ha resuelto que la redargución de falsedad tiene por objeto
destruir la eficacia de un instrumento público ofrecido como elemento probatorio y
requiere la impugnación previa del instrumento público, la que debe ser efectuada
al contestar el traslado conferido de la documentación acompañada o cuando se le
exhibe para su reconocimiento. Distinguimos en los instrumentos públicos las
declaraciones auténticas y las autenticadas. Las auténticas, que son las que emite el
oficial, escribano, notario o funcionario público hacen plena fe hasta que sean
redargüidas de falso según ya tuvimos ocasión de analizar tan siquiera
sucintamente. Las otras declaraciones, denominadas comúnmente autenticadas,
son aquellas que tienen valor en el instrumento, pero que no necesitan ser
redargüidas de falsas, precisamente porque son las manifestadas por personas que
no tienen el don indelegable de la dación de fe. Las declaraciones de las partes
acerca de las convenciones, disposiciones, pagos, reconocimientos y enunciaciones
de hechos relacionados con el objeto principal del acto instrumentado, caerán por
cualquier prueba en contrario. La plena fe que emana del instrumento público no
ampara, dice con acierto Orelle, la sinceridad de lo manifestado por los
intervinientes en el instrumento.

Artículo 297: Incolumidad formal. Los testigos de un instrumento público y el oficial público
que lo autorizó no pueden contradecir, variar ni alterar su contenido, si no alegan que
testificaron u otorgaron el acto siendo víctimas de dolo o violencia.
Este artículo protege la fe pública que emana del instrumento. Llambías se refiere a
una garantía de fe que se ha querido asignar al instrumento, y que consiste en el
impedimento exigido por la ley para que el oficial público y los testigos puedan
contradecir las constancias obrantes en el documento, con el fin de resguardar la
seguridad del instrumento legítimamente creado.

OTROS DOCUMENTOS QUE NO SON INSTRUMENTOS PÚBLICOS – CARÁCTER Y


ENUMERACIÓN

El art. 979 del CCVélez enumeraba en distintos incisos cuáles eran instrumentos
públicos. Pero no sólo por estar mencionados en él eran instrumentos públicos, ya
que algunos eran instrumentos emitidos por el estado en ejercicio de su función. El
actual artículo 289 no conceptualizó tampoco el instrumento público y los resume
en sólo tres incisos.
Artículo 289: Enunciación. Son instrumentos públicos: a) las escrituras públicas y sus copias
o testimonios; b) los instrumentos que extienden los escribanos o los funcionarios públicos
con los requisitos que establecen las leyes; c) los títulos emitidos por el Estado nacional,
provincial o la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, conforme a las leyes que autorizan su
emisión.

La enumeración del art. 289 es meramente enunciativa ya que todo documento


que cumpla con los requisitos de tipificación, autorizado por un funcionario público
en ejercicio de sus atribuciones y función fedataria, cumpliendo las formas
prescriptas por ley, es instrumento público.

Clase del 24/08/2015 – Esc. R. Rodríguez

UNIDAD TRES: VALOR PROBATORIO DEL INSTRUMENTO PUBLICO Fuerza probatoria


del instrumento público. Autenticidad. Fe público. Hechos: 1) realizados por el oficial
público y 2) pasados en presencia del oficial público. Hechos autenticados y auténticos.
Declaraciones del notario: I) Actos propios: 1) del mundo interior y 2) del mundo
exterior; II) Actos ajenos. Declaraciones de las partes. Valor probatorio: 1)
Enunciaciones dispositivas, 2) Enunciaciones directas y 3) Las simplemente
enunciativas. El art. 987 del Código Civil: mutación formal, requisitos.

ARTÍCULO 296.- Eficacia probatoria. El instrumento público hace plena fe:


a) en cuanto a que se ha realizado el acto, la fecha, el lugar y los hechos que el oficial público
enuncia como cumplidos por él o ante él hasta que sea declarado falso en juicio civil o criminal;
b) en cuanto al contenido de las declaraciones sobre convenciones, disposiciones, pagos,
reconocimientos y enunciaciones de hechos directamente relacionados con el objeto principal del
acto instrumentado, hasta que se produzca prueba en contrario.

El art. 993 CCVélez receptaba el principio de autenticidad. El art. 296 CCyC recepta los arts.
993, 994 y 995 CCVélez. El instrumento público se utiliza como instrumento de prueba.
Goza de FE PÚBLICA hasta su redargución de falsedad (inc. a) art. 296 CCyC), y plena fe del
contenido hasta caer por prueba en contrario (inc. b) art. 296 CCyC).

El acto instrumental se refiere a omitir aspectos formales que causan la nulidad del
instrumento público. El acto instrumentado es el negocio jurídico que contiene dicho
instrumento. En el contenido del instrumento público están comprendidas la declaración
del agente público y la declaración de las partes.

AUTENTICIDAD se refiere al instrumento considerado en sí mismo. El principio fundamental


es que el IP que está en condiciones regulares prueba por sí mismo su carácter de tal. Goza
de la presunción de autenticidad que merece la actuación del oficial público interviniente,
abonada por su firma y sello. El que desee impugnarlo deberá probar su falsedad.
El decir que goza de FE PÚBLICA es dar una protección especial a lo narrado. Atañe al
contenido del documento. Se trata de estudiar su valor probatorio y de distinguir con
precisión cuáles de sus aspecto están amparados por la FE PÚBLICA (que sólo son atacables
mediante un procedimiento especial: querella de falsedad) y cuales por carecer de dicha
protección pueden ser impugnados mediante simple prueba en contrario. Es decir, hay que
diferenciar entre el IP per se, que se prueba a sí mismo (autenticidad como su característica
esencial) del contenido del IP, donde hay que averiguar qué valor tiene y respecto de
quienes es operable.

HECHOS

1. Hechos realizados por el oficial público. Hechos auténticos. Como efecto natural
de su función, al actuar el oficial dentro de su competencia y observando las
formalidades prescriptas, el documento lleva una verdad impuesta (ej.: que se ha
constituido en un domicilio, que ha dado lectura al documento, etc.). Las
menciones de estos hechos están amparadas por la Fe Pública, la disyuntiva está
entre verdad y falsedad. Se llama FE PUBLICA a esa protección especial de lo
narrado. En cuanto a su valor probatorio, constituyen verdad impuesta. Tienen
eficacia erga omnes. Se impugna por querella de falsedad, se puede intentar por vía
principal o incidental en la acción civil. Si se promueve acción penal, tiene por
objeto sancionar al autor de la falsedad que ha cometido el delito y, en segundo
lugar, invalida el instrumento falso.
2. Hechos pasados en presencia del oficial público. Son hechos percibidos por él. Se
da fe de hechos percibidos por el sujeto fedante. Los hechos que constituyen actos
de vista (presencia física de los intervinientes, actos de entrega de dinero,
exhibiciones de títulos) tienen eficacia erga omnes y sólo pueden ser desvirtuados
por acción de redargución de falsedad. Con respecto a los actos de oído, lo
declarado queda autenticado en cuanto al hecho de haber percibido el notario la
declaración. Lo que ampara la fe pública en estos casos es la declaración, NO su
contenido y sinceridad.

HECHOS AUTÉNTICOS Y HECHOS AUTENTICADOS


1. Hechos auténticos: son los que el oficial público presencia y percibe o los que él
mismo realiza (realizados por el oficial público y pasados en presencia del oficial
público), generalmente se insertan en la expresión “doy fe”. Gozan de presunción
de autenticidad calificada (fe pública) que sólo puede desvirtuarse por sentencia
judicial que declare su falsedad.
2. Hechos autenticados: son los que, no obstante no gozar de la certidumbre en
cuanto a su sinceridad, quedan autenticados por el contexto en que son
manifestados (el instrumento público). Auténtico es el hecho de haberse efectuado
la declaración y accesoriamente queda autenticado su contenido. Caen por prueba
en contrario.
ACTOS DEL NOTARIO

Es básicamente lo que el propio notario narra en el instrumento público (declaraciones del


oficial público). Comprenden dos clases: los propios (que a su vez pueden ser del mundo
interior y del mundo exterior) y los ajenos (de vista y oído).

1. Actos propios:
a. Del mundo interior: razonamientos del oficial público sobre hechos o
derechos, surgen de su propia consciencia, totalmente subjetivos, y por
ende, no están amparados por la fe pública. Estas apreciaciones carecen de
autenticidad y, por lo mismo, no cabe impugnarlas por acción de falsedad.
Son válidos o ineficaces, o simplemente exactos o erróneos. Son hechos
que al notario sólo le ha sido posible enunciar como opinión individual
suya. El notario no puede dar fe de un acto o contrato sin emitir juicio
acerca de la capacidad de los contratantes, la identidad de los mismos, la
naturaleza del acto y, en su caso, la legitimación. Estos cuatro juicios
quedan cubiertos por la fe pública, como lo quedan sin discusión los
hechos que el notario ve u oye previo requerimiento de su ministerio. Se
establece una presunción que admite prueba en contra sin necesidad de la
acción de falsedad.
b. Del mundo exterior: ejecutados por el notario que producen las llamadas
menciones auténticas. Son materiales, salen de la consciencia del notario.
En este caso, como en los pasados en su presencia, reposa la plena fe de
los instrumentos públicos que no puede ser destruida por simple prueba
en contrario.
2. Actos ajenos: comprenden los actos percibidos por el notario a través de la vista y
el oído. Son cumplidos, realizados por las partes y no por el oficial público, aunque
llevados a cabo en su presencia. En la escritura, los de vista consisten en
comparencia, daciones, exhibiciones. Los de oído versan sobre declaraciones. Lo
declarado queda autenticado accesoriamente por el principio de inmediación, pero
esa autenticidad se refiere al hecho de haberse efectuado la declaración. Si lo
declarado es inexacto no hay falsedad imputable al notario.
Declaraciones de las partes: comprende lo que las partes dicen al notario (acto
ajeno percibido por el oído). Pueden tener distintos contenidos:
1. En cuanto al hecho material de haberse efectuado, hecho perceptible por
el oficial público. Declaraciones que quedan autenticadas, gozan de fe
pública y su impugnación debe realizarse mediante redargución de
falsedad.
2. En cuanto a su contenido, la plena fe emana del instrumento público, no
ampara la sinceridad de lo manifestado por los intervinientes en el
instrumento.
3. En cuanto a su valor probatorio, la doctrina ha clasificado estas en:
a. Enunciaciones dispositivas: se refieren al hecho o acto jurídico que
ha querido comprobarse, nos da relación de él, su naturaleza, sus
condiciones, etc. Y no se las podría suprimir sin alterarlo
fundamentalmente. Tienen valor entre las partes, frente a los
terceros y sus sucesores singulares. Puede impugnarse la
sinceridad de estas declaraciones por simple prueba en contrario.
b. Enunciaciones directas: enunciaciones de hechos o actos jurídicos
directamente relativas al acto jurídico que forma el objeto
principal. Hacen plena fe entre las partes y respecto de terceros, se
encuentran accidentalmente en el IP, y podrían suprimirse sin que
por ello modifique su naturaleza o sus condiciones. Su límite es
que no pueden perjudicar a terceros ni servir de título constitutivo
de un derecho que ninguna de las partes podría establecer en
detrimento de un tercero.
c. Simplemente enunciativas: son las manifestaciones de las partes
sobre hechos ocurridos antes de otorgarse el IP. No tienen relación
directa con el negocio jurídico que se celebra. La fe pública cubre
sólo el hecho de haberse hecho la declaración en presencia del
notario, pero no supone prueba de su veracidad.

Art. 987 CC: El acto emanado de un oficial público, aunque sea incompetente, o que no
tuviera las formas debidas, vale como instrumento privado, si está firmado por las partes,
aunque no tenga las condiciones y formalidades requeridas para los actos extendidos
bajo formas privadas.
Se encuentra relacionado con los arts. 260 (Acto voluntario) y 294 (Defectos de forma) del
nuevo CCyC de la Nación.
ARTÍCULO 260.- Acto voluntario. El acto voluntario es el ejecutado con discernimiento,
intención y libertad, que se manifiesta por un hecho exterior.
El artículo guarda relación con el art. 897 CC. Solamente sustituye la palabra “hecho” del
texto anterior por la de “acto”, pero en ambos casos los elementos de la voluntad son
idénticos. Para ser reputado como voluntario es preciso que el acto sea ejecutado con
discernimiento, intención y libertad y, al propio tiempo, que se exteriorice. Los tres
primeros requisitos constituyen los elementos internos de la voluntad y el cuarto, el
elemento externo; si falta alguno de ellos, el acto será nulo. La configuración de los
elementos internos del acto se presume, el que alegue lo contrario deberá probar que se
presentan algunas de las causas obstativas.

ARTÍCULO 294.- Defectos de forma. Carece de validez el instrumento público que tenga
enmiendas, agregados, borraduras, entrelíneas y alteraciones en partes esenciales, si no
están salvadas antes de las firmas requeridas.
El instrumento que no tenga la forma debida vale como instrumento privado si está
firmado por las partes.
Las leyes notariales, en especial, y las locales tienen previstos los modos de corregir los
instrumentos públicos o las escrituras ante errores inevitables propios del quehacer
humano. De ahí que en el propio acto escriturario es deber del escribano otorgante dar
lectura al instrumento a viva voz, un momento previo a la firma de la escritura en el que
pueden aparecer defectos como equivocaciones en la identificación de los comparecientes,
una numeración errada, una modalidad que debía estar precedida por una preposición
negativa, y tanto otros casos que pueden presentarse. Tal obligación, que forma parte del
acto a celebrarse, suple la mayor de las veces el error: el escribano realiza la enmienda
pertinente o el entrelineado necesario de puno y letra, previamente a la firma de los
comparecientes al acto. Va de suyo que para que estas correcciones surtan el efecto
propiciado deben realizarse en el propio instrumento público o en la escritura que contiene
el motivo del acto jurídico a celebrarse. Una vez advertido el funcionario público
interviniente de los errores señalados, debe salvar los defectos formales ante la presencia
de las partes, antes de la autorización correspondiente y otorgamiento.
La conversión del instrumento público defectuoso en instrumento privado apunta a
respetar la voluntad de las partes intervinientes proporcionando al instrumento con
defectos de formalidades la posibilidad de que tenga validez y vigencia como instrumento
privado. Son las partes quienes, de continuar con su voluntad creadora, dotan al
documento de la forma legal prevista con vistas a que este, conforme a su validez,
consolide su eficacia legal.
Lo novedoso del CCyC es haber fundido dos artículos del Código de Vélez en uno solo.

CONTRADOCUMENTO

Existen simulaciones lícitas y otras ilícitas. El art. 298 CCyC regula la figura del
contradocumento (simulación lícita). Se recurre a la simulación lícita en
circunstancias, para obtener de su aplicación un mejor resultado, tendiente a
asegurar la voluntad y más que ello, la verdadera intención de las partes al realizar
un acto, la bonificación y seguridad en la circulación de títulos, documentos o
instrumentos varios, etc. este principio tiene un límite impuesto más que por la ley,
por el propio derecho: el daño a terceros interesados -los que verdaderamente
tienen interés legítimo- de buena fe.

Artículo 298: Contradocumento. El contradocumento particular que altera lo expresado en


un instrumento público puede invocarse por las partes, pero es inoponible respecto a
terceros interesados de buena fe.

Dada la apariencia de veracidad que surge del instrumento público, debe


protegerse a los terceros de buena fe que confían en tal apariencia. Por tanto, si
bien el contradocumento no requiere formalidad alguna, sólo será oponible a tales
terceros cuando se otorgue por instrumento público y se confiera a éste algún tipo
de publicidad. Si se deja salvado en la escritura que existe un contradocumento el
tercero no puede alegar buena fe, ya que al haber dejado constancia de su
existencia el escribano mediante nota marginal e inscripción en el RPI no lo puede
desconocer. El tercero interesado de buena fe es aquel que se ve afectado por la
mutación que genera el contradocumento, habiéndose comprobado que no tenía
conocimiento de su existencia.

Clase del 31/08/2015 –

UNIDAD CUATRO: INSTRUMENTOS PRIVADO. FECHA CIERTA Requisitos.


Firma. Firma a ruego. Impresión digital. Firma simulada. Firma en los distintos
ejemplares de un mismo instrumento. Eximición de la obligación de
reconocimiento de ciertos instrumentos. Oportunidad en que pueden ser
firmados. Firma en blanco. Valor. Oposición al contenido. Prueba. Alcance de la
nulidad de las declaraciones. Instrumentos sustraídos. Prueba. Excepción.
Libertad de formas. Doble ejemplar. Casos de innecesaridad. Omisión.
Ineficacia. Ejecución ulterior. Saneamiento del vicio. Valor del instrumento
privado reconocido. Capacidad para reconocer firmas. Consecuencias del
desconocimiento. Fecha cierta. Casos. Carácter de la enumeración legal. Cartas
misivas. Doctrina y jurisprudencia.

Definición: instrumento otorgado por las partes sin intervención del oficial público,
a través de una forma escrita relativa, imperando el principio de libertad de las
formas (art. 284 CCyC). Normalmente no se va directamente al instrumento público.
Faz dinámica: todo comienza en una obligación, resulta un contrato, se formaliza en
un contrato. El boleto de compra-venta es un pre-contrato, porque el título del
derecho real es la escritura pública.
Los instrumentos particulares que se encuentran firmados, se denominan
instrumentos privados. En cambio, los instrumentos particulares que no lo están se
llaman “instrumentos particulares no firmados”. Estos comprenden todo escrito no
firmado, entre otros, los impresos, los registros visuales o auditivos de cosas o
hechos, y los registros de la palabra y la información, cualquiera que sea el medio
empleado (art. 287 CCyC).
Un requisito esencial para la validez de los instrumentos privados, no expresado
taxativamente en el CCyC, es la firma de las partes. En cuanto a la firma, siempre
implica expresión de consentimiento por escrito (algunos autores hablan de
expresión grafológica). Si implica consentimiento y es una forma de expresión
escrita, se trata de un elemento que hace a la inteligibilidad del texto (CSJN).

ARTÍCULO 313.- Firma de los instrumentos privados. Si alguno de los firmantes de


un instrumento privado no sabe o no puede firmar, puede dejarse constancia de la
impresión digital o mediante la presencia de dos testigos que deben suscribir
también el instrumento.
La impresión digital es firma? Cuando la persona no sabe o no puede firmar. Esa
imposibilidad puede ser permanente —como, por ejemplo, en el caso del
analfabeto— o, simplemente de carácter transitorio o accidental —por ejemplo, el
caso del sujeto que se ha fracturado su mano hábil—. La solución que da el artículo
es que puede dejarse constancia de la impresión digital. En tal caso, esa impresión
digital tiene idéntica validez que la firma? El título del artículo podría abrigar la duda
respecto de si los instrumentos signados digitalmente sean auténticos instrumentos
privados. Repárese que dicho título reza “firma de los instrumentos privados”, lo
que podría conducir a interpretar que estamos en presencia de instrumentos de
dicha naturaleza. Sin embargo, la última parte del art. 314 CCyC zanja cualquier
discusión sobre el particular: el documento signado con la impresión digital vale
como principio de prueba por escrito y puede ser impugnado en su contenido.
Esto significa que los instrumentos signados con la impresión digital no constituyen
verdaderos instrumentos privados, sino que caen bajo la órbita de los instrumentos
particulares no firmados.
• La persona analfabeta no puede firmar: El presente artículo impone que si el
firmante de un instrumento privado no sabe o no puede firmarlo, puede
dejar constancia de la impresión digital o mediante la presencia de dos
testigos que también deben suscribir el acto.
• Si la firma implica consentimiento, debe estar colocada al pie del
documento. La firma sólo otorga validez a la parte del documento que está
encima o delante de la firma, sin ser válida las adiciones que aparecen
debajo o detrás de ella. Cuando en la redacción del documento se ha
utilizado hasta el último renglón de la página, la firma puede estamparse en
el margen en ese caso.

Artículo 314: Reconocimiento de la firma.


Todo aquel contra quien se presente un instrumento cuya firma se le atribuye
debe manifestar si ésta le pertenece. Los herederos pueden limitarse a manifestar
que ignoran si la firma es o no de su causante. La autenticidad de la firma puede
probarse por cualquier medio.
El reconocimiento de la firma importa el reconocimiento del cuerpo del
instrumento privado. El instrumento privado reconocido, o declarado auténtico
por sentencia, o cuya firma está certificada por escribano, no puede ser
impugnado por quienes lo hayan reconocido, excepto por vicios en el acto del
reconocimiento. La prueba resultante es indivisible. El documento signado con la
impresión digital vale como principio de prueba por escrito y puede ser
impugnado en su contenido.
Así como los instrumentos públicos gozan de una presunción de autenticidad (art.
296 CCyC), los privados carecen de ella, por lo que es necesario generar un
procedimiento legal que permita atribuir a determinado sujeto su autoría. Ésta es la
finalidad del reconocimiento de firma, ya que una vez reconocida ésta el
instrumento cobrará para las partes similar fuerza probatoria que los instrumentos
públicos, por lo que no podrá ser impugnado por quienes lo hayan reconocido (o
por aquellos a quienes se les atribuya la firma por sentencia judicial). De no existir
reconocimiento espontáneo, es indispensable recurrir a la vía judicial, para lo cual
las normas procesales regulan el respectivo procedimiento. Si el citado concurre a
reconocer firma, debe hacerlo en forma personal. Si, por el contrario, no responde
al requerimiento, su silencio permitirá atribuirle la autoría del documento, ya que
es éste uno de los supuestos en que el silencio es considerado manifestación de la
voluntad por existir un deber de expedirse -impuesto por la ley (art. 263 CCyC). Este
deber no se impone a los herederos del firmante ya que éstos pueden declarar que
no saben si la firma corresponde al causante, sin que ello implique que se la deba
tener por reconocida. Por último, en caso de que la firma fuese negada por la
persona a quien se atribuye, será necesario recurrir a la prueba por peritos,
procedimiento también regulado por los códigos de forma. Como consecuencia de
este proceso se dictará la sentencia que lo declare auténtico, lo que implicará el
reconocimiento forzoso. Operado el reconocimiento de la firma por cualquiera de
los procedimientos descriptos, se atribuye al firmante el contenido del documento
en forma integral. Cabrá al interesado demostrar que el documento fue alterado
después de su firma, en cuyo caso será de aplicación el artículo 316 CCyC. Las leyes
notariales de las distintas demarcaciones han regulado los procedimientos para la
certificación de firmas. Estas reglamentaciones imponen que el escribano debe
actuar con inmediación, es decir que la firma debe ser puesta en su presencia, no
pudiendo certificar por cotejo (como ocurre con las certificaciones expedidas por
entidades bancarias que comprueban la similitud entre la firma que certifican y la
que obra en sus registros). Las legislaciones locales exigen que, dado que respecto
de toda actuación notarial debe existir requerimiento de la parte, el mismo se
instrumente mediante un acta que el escribano labrará en el protocolo o en un libro
que se lleve al efecto. Dicha acta de requerimiento debe ser firmada por quien
solicite la certificación en forma coetánea con la imposición de la firma objeto de la
certificación. Ello será de gran utilidad si fuese necesario posteriormente efectuar
alguna pericia respecto de la firma certificada. El reconocimiento de autenticidad a
la firma certificada por escribano no debe confundir los efectos de este tipo de
documento con los propios del instrumento público. En este caso los únicos
documentos que revisten carácter de instrumento público (art. 289, inc. b) son la
certificación que emite el escribano y, en su caso, el acta que labra en su protocolo
o libro. En modo alguno transforma en público al documento en el cual obra la
firma, por lo que tampoco esta intervención notarial hace responsable al escribano
por la redacción del mismo ni imprime fe pública a ninguna de las expresiones
contenidas en ese instrumento.

ARTÍCULO 315.- Documento firmado en blanco. El firmante de un documento en


blanco puede impugnar su contenido mediante la prueba de que no responde a
sus instrucciones, pero no puede valerse para ello de testigos si no existe principio
de prueba por escrito. El desconocimiento del firmante no debe afectar a terceros
de buena fe. Cuando el documento firmado en blanco es sustraído contra la
voluntad de la persona que lo guarda, esas circunstancias pueden probarse por
cualquier medio. En tal caso, el contenido del instrumento no puede oponerse al
firmante excepto por los terceros que acrediten su buena fe si han adquirido
derechos a título oneroso en base al instrumento.
La naturaleza jurídica es la de mandato. Si se rellena en forma contraria a la
voluntad del firmante, la Jurisprudencia ha dicho que se deben probar la firma en
blanco, las instrucciones dadas y que el mandatario actuó en contrario a ellas. La
norma habilita al firmante de un documento en blanco a impugnar su contenido. No
podrá valerse de la prueba testimonial, excepto que exista principio de prueba por
escrito. Los derechos de los terceros de buena fe quedan debidamente
resguardados frente a la eventualidad de que se impugne el documento. La
apariencia que ha generado el obrar del firmante del documento y de la persona
que lo completó no podría perjudicar los derechos que legítimamente adquirió
quien procedió a contratar en esos términos. Cuando el documento firmado en
blanco es sustraído contra la voluntad de quien lo guardaba, su contenido no puede
oponerse al signatario del instrumento. El firmante tiene que demostrar que el
documento le ha sido sustraído. Se puede valer de cualquier medio probatorio para
verificar ese extremo. El instrumento puede estar en manos del propio firmante o
de un tercero. Lo importante no es quién lo tenía, sino la sustracción contra la
voluntad de su guardador. Pero los terceros que acrediten su buena fe y sean a
título oneroso no pueden ser perjudicados. Cuando hay sustracción del documento,
la buena fe no se presume y el tercero que la alega tiene la carga de demostrarla.

ARTÍCULO 314.- Reconocimiento de la firma. Todo aquel contra quien se presente


un instrumento cuya firma se le atribuye debe manifestar si ésta le pertenece. Los
herederos pueden limitarse a manifestar que ignoran si la firma es o no de su
causante. La autenticidad de la firma puede probarse por cualquier medio. El
reconocimiento de la firma importa el reconocimiento del cuerpo del instrumento
privado. El instrumento privado reconocido, o declarado auténtico por sentencia,
o cuya firma está certificada por escribano, no puede ser impugnado por quienes
lo hayan reconocido, excepto por vicios en el acto del reconocimiento. La prueba
resultante es indivisible. El documento signado con la impresión digital vale como
principio de prueba por escrito y puede ser impugnado en su contenido.
El reconocimiento de la firma en un instrumento privado importa el reconocimiento
del contenido del mismo, salvo alteraciones materiales en el documento. Opera el
principio de indivisibilidad: si se reconoce, el sentido del reconocimiento es integral.
Qué valor tiene el instrumento privado reconocido judicialmente? Su valor es
probatorio. Siempre va a ser instrumento privado. Lo que nace como instrumento
privado SIEMPRE va a ser privado. Pero si se quiso realizar un instrumento público
pero no se logró, si hay firma de las partes, vale como instrumento privado (salvo
los casos de forma absoluta). El reconocimiento judicial de un instrumento privado
no lo convierte en público. En general, desde la órbita procesal, el efecto judicial en
principio, del reconocimiento de la firma, implica el reconocimiento del contenido.
La prueba que resulta del reconocimiento de los instrumentos privados es
indivisible y probará tanto a favor como en contra del reconociente y a la vez
también probará tanto a favor como en contra de la parte que pretendió su
reconocimiento. Se trata de un supuesto en el que existe obligación legal de
expedirse (art. 919 CC y art. 263 CCyC). La incomparecencia al acto de
reconocimiento implica que el juez puede atribuirle la autoría de la firma. Pero el
deber de comparecer se circunscribe a la persona a la que se le pretende atribuir la
autoría. No se encuentran constreñidos a expedirse los terceros ni tampoco los
herederos. En ese caso, el eventual silencio que estos pudieran guardar, carece de
relevancia y no puede constituirse en un antecedente desfavorable a sus intereses.
Tratándose de personas jurídicas, la citación debe hacerse al representante legal. En
caso de haber sido citado un representante distinto al que insertó la firma, puede
manifestar que ignora quién colocó la firma, en cuyo caso corresponde acudir al
mecanismo de la prueba pericial. Cuando el instrumento privado ha sido reconocido
voluntariamente, por decisión judicial o porque su firma se encuentra certificada
ante escribano, no cabe la impugnación por las personas que lo han reconocido. Es
una derivación de la teoría de los actos propios y del principio de buena fe. La
impugnación es viable cuando existen vicios en el acto de reconocimiento. En tal
caso, sobre el impugnante recaerá la carga de demostrar haber sido víctima de
error, dolo o violencia.

ARTÍCULO 317.- Fecha cierta. La eficacia probatoria de los instrumentos privados


reconocidos se extiende a los terceros desde su fecha cierta. Adquieren fecha
cierta el día en que acontece un hecho del que resulta como consecuencia
ineludible que el documento ya estaba firmado o no pudo ser firmado después. La
prueba puede producirse por cualquier medio, y debe ser apreciada rigurosamente
por el juez.
La fecha cierta genera en el instrumento privado la oponibilidad de un derecho
personal frente a un tercero de la misma manera que la publicidad genera la
oponibilidad de un derecho real frente a terceros. Prevalece siempre el contrato
que tenga fecha cierta oponible. Los instrumentos privados aún después de
reconocidos no prueban contra terceros la verdad de la fecha expresada en ellos.
La exigencia de la fecha cierta tiene por objeto salvar a los terceros del fraude que
las partes podrían cometer antedatando los instrumentos privados. Entre las partes
la validez de la firma importa la autenticidad de todo el instrumento, es decir, una
vez reconocido, no queda a los otorgantes otro medio para impugnar la validez de
la fecha que la prueba en contrario. El nuevo régimen del CCyC se inclina por
afirmar que la fecha cierta se adquiere cuando acontece un hecho del que resulta
como consecuencia ineludible que el documento ya estaba firmado o no pudo ser
firmado después. Deja así un margen discrecional al juez para valorar si el
documento estaba o no fechado, pero la prueba debe analizarse rigurosamente.
Qué efecto produce la certificación de firmas en el instrumento privado? Se genera
un desdoblamiento: la certificación de firmas tiene naturaleza de instrumento
público (fe pública), pero el resto del documento sigue siendo un instrumento
privado no amparado por la fe pública. La jurisprudencia ha sostenido que si el
tercero tenía certeza indubitable de la existencia del documento, éste era oponible.

ARTÍCULO 316.- Enmiendas. Las raspaduras, enmiendas o entrelíneas que afectan


partes esenciales del acto instrumentado deben ser salvadas con la firma de las
partes. De no hacerse así, el juez debe determinar en qué medida el defecto
excluye o reduce la fuerza probatoria del instrumento.
Se impone que las correcciones de distinto tipo que se realicen al instrumento
privado se realicen bajo firma de las partes. Si aparecieran raspaduras, enmiendas o
entrelíneas que no estuvieran salvadas de ese modo, se deja a la valoración judicial
en qué medida ello afecta el valor probatorio.
ARTÍCULO 318.- Correspondencia. La correspondencia, cualquiera sea el medio
empleado para crearla o transmitirla, puede presentarse como prueba por el
destinatario, pero la que es confidencial no puede ser utilizada sin consentimiento
del remitente. Los terceros no pueden valerse de la correspondencia sin
asentimiento del destinatario, y del remitente si es confidencial.
La correspondencia goza, en nuestro país, de una fuerte protección constitucional.
La correspondencia puede presentarse como prueba por el destinatario, pero la que
es confidencial no puede ser utilizada sin el consentimiento del remitente. Aunque
obre en poder del destinatario, para su difusión se requiere la conformidad del
autor intelectual de la correspondencia, es decir, del remitente. Cuando se trata de
terceros que desean utilizar la correspondencia confidencial, deben procurar la
conformidad de destinatario y remitente. El caso se asimila a la prueba testimonial,
porque se trata de manifestaciones ajenas a las partes del proceso.

ARTÍCULO 319.- Valor probatorio. El valor probatorio de los instrumentos


particulares debe ser apreciado por el juez ponderando, entre otras pautas, la
congruencia entre lo sucedido y narrado, la precisión y claridad técnica del texto,
los usos y prácticas del tráfico, las relaciones precedentes y la confiabilidad de los
soportes utilizados y de los procedimientos técnicos que se apliquen.
Aquí se fijan las pautas de interpretación de los documentos particulares, es decir
de aquellos que no se encuentran firmados por las partes. Su valor probatorio
deber ser apreciado por el juez y, a tal fin, se determinan una serie de pautas que
no son excluyentes, como la congruencia entre lo sucedido y narrado, la precisión y
claridad técnica del texto, los usos y prácticas del tráfico, las relaciones precedentes
y la confiabilidad de los soportes utilizados y de los procedimientos técnicos que se
apliquen. Gran parte de las directivas están orientadas a los documentos
electrónicos, que han sido definidos como toda representación en forma
electrónica de un hecho jurídicamente relevante susceptible de ser recuperado en
forma humanamente comprensible. Cuando se trate de un documento electrónico
que se firme mediante la aplicación de firma digital (art. 288 y ley 25.506) será
considerado instrumento privado por cuanto la firma digital surte los mismos
efectos que la ológrafa y por tanto ese instrumento cumple con el requisito de la
firma impuesto por el artículo 287, independientemente del soporte en el que se
emita.

Clase del 04/08/2015 – Esc. Ana Los Arcos

UNIDAD CINCO: DOCUMENTOS NOTARIALES. CLASIFICACIÓN Originales y


reproducciones. Protocolares y extra protocolares. División de los protocolares.
Documentos complementarios. Documentos extra protocolares. Otros documentos
notariales: certificados, notas, constancias y cargos.

Debemos realizar una distinción entre documentos (género) e instrumentos


(especie).
El documento es toda cosa que es producto de un acto humano perceptible con los
sentidos de la vista y del tacto, que sirve de prueba histórica indirecta y
representativa de un hecho cualquiera. Puede ser declarativo-representativo
cuando contenga una declaración de quien lo crea u otorga o sólo suscribe, o
meramente representativo cuando no contiene una declaración (cuadros,
fotografías).

Instrumento es el objeto por el cual se nos muestra la declaración de voluntad de


una persona a la cual se le atribuyen efectos jurídicos. Esos efectos jurídicos
creación de obligación, modificación, transmisión o extinción de derechos.

Los INSTRUMENTOS PÚBLICOS se encuentran taxativamente enumerados en el art.


289 CCyC. Y el art. 290 CCyC determina los requisitos que deben cumplir para ser
considerados tales.

ARTÍCULO 289.- Enunciación. Son instrumentos públicos:


a) las escrituras públicas y sus copias o testimonios;
b) los instrumentos que extienden los escribanos o los funcionarios públicos con
los requisitos que establecen las leyes;
c) los títulos emitidos por el Estado nacional, provincial o la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires, conforme a las leyes que autorizan su emisión.
ARTÍCULO 290.- Requisitos del instrumento público. Son requisitos de validez del
instrumento público:
a) la actuación del oficial público en los límites de sus atribuciones y de su
competencia territorial, excepto que el lugar sea generalmente tenido como
comprendido en ella;
b) las firmas del oficial público, de las partes, y en su caso, de sus representantes;
si alguno de ellos no firma por sí mismo o a ruego, el instrumento carece de
validez para todos.

DOCUMENTOS NOTARIALES son los instrumentos públicos autorizados por el


notario en el ejercicio de su función fedataria, dentro de su competencia, con las
formalidades de la ley y por ello, es auténtico y completo.

i. Autorizado por notario en ejercicio de su función fedataria: es la dación de


fe pública delegada por el Estado al funcionario, ejerciendo su competencia.
ii. Con las formalidades de la ley: para que cada tipo de documento tenga
validez, es preciso que se hayan cumplido con las formas prescriptas por la
ley.
iii. Auténtico: principio de autenticidad que establece que el instrumento
público, per se, hace plena fe.
iv. Completo: no necesitan remisión alguna.
No todo lo firmado por el notario constituye documento notarial (no son
documentos notariales la solicitud de certificaciones, pedidos de informes, etc.).

Existen distintos tipos de instrumentos públicos: INSTRUMENTOS PÚBLICOS


ADMINISTRATIVOS (son de derecho privado), INSTRUMENTOS PÚBLICOS DE
DERECHO PÚBLICO (expedientes administrativos), INSTRUMENTOS PÚBLICOS
JUDICIALES (autoriza el Secretario del Juzgado), INSTRUMENTOS PÚBLICOS
NOTARIALES (la escritura es el IPN por excelencia).

INSTRUMENTOS PRIVADOS Y PARTICULARES

El nuevo CCyC los incluye en la Sección VI, Capítulo V, Título IV del libro Primero
“Instrumentos privados y particulares”. Los instrumentos privados son aquellos que
llevan firma. Los instrumentos particulares son los que no llevan firma.

La exigencia de doble ejemplar no es más un requisito en el código, pero su


exigencia de mantiene por la vigencia de la Ley de Defensa del Consumidor. La firma
en los mismos ya no es un requisito esencial, y puede ser remplazada por la huella
digital o por la presencia de testigos

ARTÍCULO 313.- Firma de los instrumentos privados. Si alguno de los firmantes de


un instrumento privado no sabe o no puede firmar, puede dejarse constancia de la
impresión digital o mediante la presencia de dos testigos que deben suscribir
también el instrumento.

ELEMENTOS DEL DOCUMENTO NOTARIAL

CORPORALIDAD: en el documento notarial, la corporalidad es el protocolo para las


escrituras públicas y actas. La suministra el estado (a través del Colegio), y es de
titularidad de éste. Son hojas móviles.

AUTOR: respecto de los documentos en general, existen distintas teorías (del autor,
de la formación y del pensamiento). El autor del documento notarial es el notario.
En él hay manifestaciones del escribano y de las partes, auténticas y autenticadas
(art. 296 CCyC).

ARTÍCULO 296.- Eficacia probatoria. El instrumento público hace plena fe:


a) en cuanto a que se ha realizado el acto, la fecha, el lugar y los hechos que el
oficial público enuncia como cumplidos por él o ante él hasta que sea declarado
falso en juicio civil o criminal;
b) en cuanto al contenido de las declaraciones sobre convenciones, disposiciones,
pagos, reconocimientos y enunciaciones de hechos directamente relacionados con
el objeto principal del acto instrumentado, hasta que se produzca prueba en
contrario.

Manifestaciones auténticas: son las realizadas por el oficial público o pasadas ante
él (art. 296 inc. a) CCyC). La declaración del notario está amparada por plena fe,
alcanzada por la fe pública hasta redargución de falsedad. El notario da plena fe de
los hechos.
Manifestaciones autenticadas: realizadas por las partes al escribano (art. 296 inc. b)
CCyC). Éste no sabe si es cierto o falso. Da plena fe del contenido. Cae por prueba
en contrario.

CONTENIDO DEL DOCUMENTO: existen dos teorías (teoría de la expresión y teoría


de la representación). El documento es un papel escrito que representa o expresa el
pensamiento del autor, perceptible por la lectura, sobre hechos naturales o hechos
o actos humanos materiales destinados a producir efectos jurídicos. Documentos
notariales son instrumentos públicos. Es notarial todo documento todo documento
con las formalidades de ley, autorizado por notario, en ejercicio de sus funciones y
dentro de los límites de su competencia.

Clase del 18/08/2015 – Esc. Ana Los Arcos – UNIDAD V

UNIDAD CINCO: DOCUMENTOS NOTARIALES. CLASIFICACIÓN Originales y


reproducciones. Protocolares y extra protocolares. División de los protocolares.
Documentos complementarios. Documentos extra protocolares. Otros documentos
notariales: certificados, notas, constancias y cargos.

LOS DOCUMENTOS NOTARIALES

ORIGINALES ≠ REPRODUCCIONES
Tiene que ver con la genuidad del documento notarial.
DOCUMENTO ORIGINAL
El escribano no actúa de oficio sino por rogación (a requerimiento). Va preparando
el acto jurídico que se va a volcar en una escritura, que se imprime en el protocolo,
que tiene que estar validado y rubricado, teniendo en cuenta la cronología (para
que sea un acto válido). La unidad del acto es firmada por las partes y autorizada
por el escribano con su firma, que le da validez como instrumento notarial.
El escribano otorga el acto y tiene una visión directa y mediata de lo que va
sucediendo. ES LA FACULTAD FEDANTE. Tiene validez en la medida que sea un acto
de su competencia (material, territorial, temporal, válidamente designada).
Principios de evidencia y coetaneidad.
REPRODUCCIONES
Primera copia o testimonio. Se trata de la transcripción literal del acto que se
otorgó, en un papel especial (hojas de testimonio o concuerda, fotocopia del
protocolo con una hoja con una leyenda especial). Es importante para la circulación,
su razón de ser es el acto original, transcripto de forma literal, con un agregado,
indicando cuantas firmas hay y quienes firman, a qué fojas está pasada la escritura y
de qué protocolo se habla, y nota de concuerda. Siempre esta primera copia se
emite para alguien. Tiene una especie de fe derivada, en cuanto al acto, pero de fe
originaria en cuanto al contenido del documento. El art. 289 inc. a) CCyC establece
que estas copias son instrumentos públicos.
ARTÍCULO 289.- Enunciación. Son instrumentos públicos:
a) las escrituras públicas y sus copias o testimonios;
b) los instrumentos que extienden los escribanos o los funcionarios públicos con los requisitos que
establecen las leyes;
c) los títulos emitidos por el Estado nacional, provincial o la Ciudad Autónoma de Buenos Aires,
conforme a las leyes que autorizan su emisión.

ORIGINALES
PROTOCOLARES: Un documento puede ingresar al protocolo de varias formas. No siempre
resulta la transcripción del acto, existen otras formas de protocolización, como
incorporación, transcripción e incorporación, acta de protocolización.
EXTRA PROTOCOLARES: Están fuera del protocolo, circulan en original, y no queda
constancia en la escribanía ni documentación respaldatoria. Las características de los
mismos son:
a) Son instrumentos públicos (art.289 inc.) CCyC)
b) Están autorizados por notario en ejercicio de sus funciones dentro de su
competencia
c) Forma y contenido: tienen una forma prescripta según el tipo de documento del
que se trate
d) Tienen fe pública originaria
e) Principio de inmediación.
Generalmente se extiende o autoriza en un solo ejemplar. No obstante ello, existe un
documento extra protocolar que tiene una especie de registración, que es la certificación
de firmas. Se utiliza un acta por cada documento, el escribano da fe de que se trata de esa
persona, identifica a la misma por conocimiento o por un documento idóneo (en principio
el DNI). Las certificaciones tienen fecha cierta y correlatividad. El requirente debe dejar la
firma registrada en el libro de firmas. El anexo es una especie de certificado, firmado por el
escribano (se especifica en qué libro está registrada la firma – Res. Consejo Directivo del
Colegio de Escribanos de la Prov. De La Pampa del 1/11/1984 y 1/03/1986).
Uno de los grandes efectos de la certificación de firmas es que da fecha cierta (art. 317
CCyC).
ARTICULO 317.- Fecha cierta. La eficacia probatoria de los instrumentos privados reconocidos se
extiende a los terceros desde su fecha cierta. Adquieren fecha cierta el día en que acontece un
hecho del que resulta como consecuencia ineludible que el documento ya estaba firmado o no
pudo ser firmado después.
La prueba puede producirse por cualquier medio, y debe ser apreciada rigurosamente por el juez.

DOCUMENTOS PROTOCOLARES

Los instrumentos protocolares se dividen en: escrituras, actas y documentos


complementarios.
ESCRITURAS: documento protocolar por excelencia, reglamentada en los arts. 299 al 309
CCyC, que estipulan requisitos para su validez. Contienen actos jurídicos.
ACTAS: En el viejo CCom. existían las actas de protesto, pero en el nuevo CC no se
mencionaban. El nuevo CCyC habla específicamente de las actas en los arts. 310 a 312.
Tienen por objeto la comprobación de hechos. Las actas, además de los requisitos de las
escrituras públicas, tienen otros adicionales. Debe existir un requirente. En su contenido se
debe especificar título, número, fecha, lugar, requerimiento de que se compruebe el hecho.
Se divide en dos partes: 1) requerimiento, y 2) diligencia (donde el escribano da
cumplimiento al requerimiento). Es un instrumento público, autorizado por notario
competente, a requerimiento de una persona con interés legítimo y que, fundamentada en
los principios de su función imparcial e independiente, pública e inmediata, tiene por
objeto constatar la realidad o verdad de un hecho que el notario ve, oye o percibe por sus
sentidos. Su finalidad principal es ser instrumento de prueba en un proceso judicial. El
notario no puede hacer apreciaciones subjetivas, tiene que ser lo más objetivo posible. No
puede actuar en forma clandestina. Existen actas de comprobación, de inventario, de
notificación, etc. El art. 312 CCyC establece que el valor probatorio de las actas se
circunscribe a los hechos que el notario tiene a la vista, no tiene contenido negocial.

ARTÍCULO 312.- Valor probatorio. El valor probatorio de las actas se circunscribe a los hechos que
el notario tiene a la vista, a la verificación de su existencia y su estado. En cuanto a las personas, se
circunscribe a su identificación si existe, y debe dejarse constancia de las declaraciones y juicios
que emiten. Las declaraciones deben referirse como mero hecho y no como contenido negocial.

DOCUMENTOS COMPLEMENTARIOS: dependen de la existencia de una escritura o un acta,


ya que las complementan, con posterioridad a su autorización, por texto separado, pero
forman parte del mismo documento.
1. Por técnica instrumental para la integración del contenido: medios para alcanzar
determinados fines. Por ejemplo, la diligencia de un acta por documento separado,
notificación de la revocación de un poder.
2. Por la incolumidad profesional: permite al escribano subsanar de oficio algunos
errores u omisiones, que no sean esenciales a la escritura. El escribano constata él
mismo, sin afectar la voluntad de las partes.
3. Por deber profesional: mediante el uso de notas marginales, notas o constancias
que hace el escribano por deberes que cumplir. Por ejemplo, dejar constancia de la
expedición de primera copia o testimonio (obligación del escribano), constancia de
inscripción de un inmueble o una sociedad. NOTA MARGINAL – DEFINICIÓN:
Atestaciones o constancias firmadas por el escribano o funcionario autorizado,
fuera del texto de la escritura, al margen o pie de la misma, sobre hechos, datos o
circunstancias de diversas naturaleza, que tienen relación con su contenido o con
determinadas obligaciones que deben ser cumplidas por el autorizante. En ningún
caso pueden alterar las declaraciones de voluntad de las partes ni subsanar o
completar los elementos sustanciales exigidos por las leyes.
4. Complementarios que se incorporan a la escritura: poder, estatuto, autorización
para la realización del acto.

DOCUMENTOS EXTRA PROTOCOLARES

ACTAS: establecidas por las legislaciones locales. Especie de acta de constatación de


domicilio. El viejo CC establecía, en su art. 3666 referido al testamento cerrado, la
necesidad de que el escribano labrara un acta extra protocolar en el sobre cerrado donde
se encontraba ese pliego, entregado al notario, con la presencia de testigos (que debían ser
residentes). En el nuevo CCyC se ha eliminado el testamento cerrado como forma de
testar.
CERTIFICADOS: se trata de documentos otorgados SÓLO por el notario, sin la presencia de
persona alguna, que autentican hechos (y NO actos jurídicos) y sólo contienen
declaraciones del escribano. La diferencia fundamental entre certificados y actas consiste
en que en las últimas hay declaraciones de las partes o de los sujetos instrumentales, en
tanto en los primeros hay únicamente declaraciones del escribano. Por ejemplo,
certificaciones de firmas puestas en su presencia en un instrumento privado.
NOTAS: las notas extra protocolares sirven en particular para hacer referencia a
documentos otorgados o para subsanar errores u omisiones o como reproducción de las
consignadas en la matriz. Se trata de una nota original del protocolo traspolada al
testimonio. Por ejemplo, cuando se deja constancia en el título de un inmueble que éste
fue vendido a determinada persona, por determinada escritura, autorizado por
determinado escribano.
CONSTANCIAS: Se confunden con las notas extra protocolares y tienen finalidad análoga.
CARGOS: atestación hecha por el escribano en un escrito firmado, que le ha sido entregado
en determinado día y hora.
NOTAS EXTRA PROTOCOLARES
Se trata de notas marginales del protocolo traspoladas al testimonio. Por ejemplo,
en una compra-venta, el título de propiedad del vendedor se pasa al comprador. El
notario pone una nota marginal del título original (que ya no tiene validez) para
publicitar su venta.

Clase del 11/08/2015 – Esc. Carmen Sierra

UNIDAD SEIS: PROTOCOLO NOTARIAL. ESCRITURAS PÚBLICAS Registro. Protocolo


notarial. Concepto. Diferentes tipos. Apertura. Rubricación. Sellado. Foliatura.
Numeración. Orden cronológico. Elementos materiales. Cierre. Notas marginales.
Conservación e integridad. Pérdida o extravío. Reconstrucción. Reserva.
Encuadernación. Archivo. Requisitos del art. 1001 del Código Civil. Naturaleza y objeto
del acto. Nombre y apellido de los otorgantes. Mayoría de edad. Estado de familia.
Domicilio o vecindad. Lugar. Fecha. Lectura. Enmiendas. Otorgamiento. Autorización.
Unidad de acto. Testigos. Clases. Diferencias o no entre los testigos instrumentales o
testamentarios. Evolución legislativa.

El protocolo, en principio, no es un libro, se forma con folios sueltos que se


compran en el Colegio de Escribanos. El original de una escritura es la matriz que
queda en el protocolo, lo que circula es la copia o testimonio.

El art. 998 del Código de Vélez fue remplazado por el Art. 300 del nuevo CCyC.

Art. 300. Protocolo. El protocolo se forma con los folios habilitados para el uso de
cada registro, numerados correlativamente en cada año calendario, y con los
documentos que se incorporan por exigencia legal o a requerimiento de las partes
del acto. Corresponde a la ley local reglamentar lo relativo a las características de
los folios, su expedición, así como los demás recaudos relativos al protocolo, forma y
modo de su colección en volúmenes o legajos, su conservación y archivo.

No define lo que es el protocolo, sino que apunta a cómo está conformado. El art.
998 del viejo código recibió muchas críticas. Veles hablaba de registro y protocolo
como sinónimos. Esto no es correcto: registrar (asentar) o registro se refiere, en
materia notarial a la unidad en la que actúa cada escribano.

El art. 300 CCyC separa protocolo de registro.

PROTOCOLO – DEFINICIONES – 1) Pelosi: conjunto ordenado de documentos


notariales matrices; 2) Gattari: conjunto anual de folios habilitados y de
documentos, notariales o no, autorizados o intervenidos por oficial público, que
según normas legales deben ser coleccionados para conservar y resguardar los
derechos que registran facilitando su reproducción; 3) Conjunto ordenado de
instrumentos públicos matrices, originales o incorporados, autorizados por el
notario durante el año calendario.

PROTOCOLO Y LIBRO - Existen dos sistemas: a) el de Libro, que es el protocolo


cerrado a priori; y b) de colección endógena: protocolo abierto, cerrado a posteriori,
ya que se forma como un libro después del año calendario.

El art.300 CCyC hace una remisión a las leyes locales para regular lo pertinente o
relativo a los requisitos: características de los folios, expedición, recaudos, cómo se
colecciona, conservación y archivo.

Los arts. 286 y 28 CCyC plantean la posibilidad futura del protocolo en soporte
digital.
Art. 286. Expresión escrita. La expresión escrita puede tener lugar por instrumentos
públicos, o por instrumentos particulares firmados o no firmados, excepto en los
casos en que determinada instrumentación sea impuesta. Puede hacerse constar en
cualquier soporte, siempre que su contenido sea representado con texto inteligible,
aunque su lectura exija medios técnicos.

Art. 288. Firma. La firma prueba la autoría de la declaración de voluntad expresada


en el texto al cual correspor.de, Debe consistir en el nombre del firmante o en un
signo.

La Ley 49 de la provincia de La Pampa establece:

Artículo 60.- El escribano formará cuadernos de diez sellos notariales del valor que determine la ley
de sellos. Están numerados correlativamente y llevarán además su foliatura en letras y guarismos.
Artículo 61.- Los cuadernos referidos en el artículo anterior antes de ser utilizados deberán ser
rubricados por el Colegio de Escribanos. Tal rúbrica deberá estamparse en la parte superior de las
hojas del cuaderno una vez anotados los cuadernos y numeración de sellados en el libro a que se
refiere el artículo siguiente.
Artículo 62.- El Colegio de Escribanos llevará un “Libro de Rúbricas de Cuadernos de Escribanos”,
en el que se anotarán cronológicamente las rúbricas que se efectúen, dejando constancia del nombre y
apellido del escribano, número de cuadernos que presenta y numeración de los sellos que los
componen. Los escribanos titulares de Registro o los adscriptos, solicitarán en forma auténtica la
rúbrica de los cuadernos haciendo constar su número correlativo.
Artículo 63.- Toda escritura debe extenderse en cuadernos que estén en las condiciones prefijadas.

El protocolo es uno sólo. Algunas leyes orgánicas facultan a que el escribano haga
dos secciones, dividiendo los documentos en cuanto a su naturaleza.

El protocolo se abre y se cierra con una nota (de apertura y de cierre


respectivamente). La nota de apertura se coloca en el primer folio del año. La única
escritura que no se inicia en cabeza de folio es la primera del año, porque lo hace
inmediatamente después de la nota de apertura. Esa nota no necesariamente se
realiza el primer día del año, sino cuando se confecciona la primera escritura. La
nota de cierre se realiza el último día del año. En ella se indican la cantidad de folios
que se utilizaron y se inutilizan los no usados.

Artículo 64.- El protocolo se abrirá poniendo una nota que diga “Registro número...Protocolo del
año...”. Será cerrado el último día del año con certificado que exprese hasta que folio queda escrito, el
número de escrituras que contiene y serán inutilizados bajo firma los folios que quedaren en blanco
del último cuaderno empleado.

HABILITACIÓN DE FOLIOS
El art. 300 habla de habilitación de folios, no de rúbrica. Los folios de protocolo son
expedidos por los respectivos colegios notariales y tienen diferentes recaudos que
permiten asegurar su dificultosa falsificación. La norma impone la numeración
correlativa por año calendario.
ARTÍCULO 300.- Protocolo. El protocolo se forma con los folios habilitados para el uso de cada registro,
numerados correlativamente en cada año calendario, y con los documentos que se incorporan por exigencia
legal o a requerimiento de las partes del acto. Corresponde a la ley local reglamentar lo relativo a las
características de los folios, su expedición, así como los demás recaudos relativos al protocolo, forma y modo de
su colección en volúmenes o legajos, su conservación y archivo.

FORMACIÓN DEL PROTOCOLO

El protocolo es anual, y se forma por cuadernos de diez (10) folios habilitados,


terminando el primero siempre con el guarismo finalizado en uno (1). Se lleva un
registro de provisión de cuadernos. Los folios no usados se inutilizan.

Qué pasa cuando no alcanzan las hojas? La Ley 9020 en su artículo 144 permite el
uso de cuadernos no habilitados para esos casos: se deben usar hojas romaní,
continuando la escritura en la misma, debiendo comprar en las48 hrs. siguientes un
cuaderno que va a ser inutilizado por el Colegio de Escribanos, quien a su vez,
interviene las hojas utilizadas.

Ley 9020 - Art. 144.- En caso de urgencia podrá continuarse o iniciarse una escritura o acta en un cuaderno o
cuadernos no habilitados, cuyas características sean similares a los de actuación protocolar. Producido el evento,
el o los cuadernos deberán ser presentados para su registro dentro de los tres (3) días hábiles de la fecha del o
de los documentos.

INTEGRACIÓN DEL PROTOCOLO

Artículo 67 - El protocolo se integrará con los siguientes elementos:


a) Los folios habilitados para el uso exclusivo de cada registro y numerados
correlativamente en cada año calendario, los que se guardarán hasta su
encuadernación en cuadernos que contendrán diez folios cada uno.
b) Los documentos que se incorporaren por imperio de la ley o a requerimiento de
los comparecientes o por disposición del notario.
c) Los índices que deban unirse.

El artículo 300 en su primera parte determina cómo debe estar integrado el


protocolo, y, debido a su alcance nacional, implica que todas las legislaciones
locales deberán respetar dicha norma, que estatuye calidades específicas (folios,
numeración anual y documentos que se incorporen).
FOLIATURA
Corresponde destacar que el mencionado art. 300 CCyC habla de “folios
habilitados”, lo que implica que deberán reunir calidades especiales. La numeración
de las hojas es correlativa, anual, debiendo respetar la correlatividad del papel
sellado.
El art. 998 del CC hablaba de la numeración, refiriéndose, según la doctrina, al
número de escritura. El art. 300 CCyC habla de folios numerados. La numeración de
las escrituras debe hacerse en letras. A continuación, viene el epígrafe, donde se
detalla la naturaleza del acto y las partes que comparecen.

ELEMENTOS MATERIALES DEL PROTOCOLO:


1. El papel
2. La grafía: elemento dinámico en el que se extiende la escritura, debe
garantizar la perdurabilidad y permanencia de la tinta.
3. Enmiendas: sí o sí deben estar hechas de puño y letra del escribano.
4. Notas marginales o protocolares: se trata de manifestaciones que hace el
escribano. Son post escriturarias. Certificado notarial (instrumento público).
Ejemplo de nota clásica: a) expedición de primer testimonio, b) inscripción
en el registro de propiedad cuando se trata de un inmueble, c) correcciones
advertidas luego de haber sido firmadas por las partes. El art. 148 de la Ley
9020 establece que no pueden modificarse por nota todo: no se modifican
los datos esenciales o altera la declaración de voluntad de las partes. Para
ello, debe hacerse una escritura rectificativa.
CONSERVACIÓN, GUARDIA Y CUSTODIA
El protocolo es del estado y la guarda y custodia del escribano. Existen normas
específicas para los casos en que se pierde el protocolo. El art. 1011 CC regulaba la
posibilidad de reconstruirlo. Actualmente no existe un artículo equivalente en el
CCyC, pudiendo reconstruirse por medio de la reproducción del acto, o recurriendo
a la inscripción registral en el Registro de la propiedad inmueble.
Art. 1.011. Si el libro del protocolo se perdiese y se solicitare por alguna de las partes que se
renovase la copia que existía, o que se ponga en el registro para servir de original, el juez
puede ordenarlo con citación y audiencia de los interesados, siempre que la copia no
estuviese raída ni borrada en lugar sospechoso, ni en tal estado que no se pudiese leer
claramente. (CC Vélez)
Los Colegios Notariales tienen la función de inspección, pero nunca pueden
observar sobre el fondo de los actos, pudiendo meterse en la forma en que se
extendió.
Todas las leyes notariales establecen normas en cuanto a la reserva y exhibición del
protocolo, los que pueden ser exhibidos sólo bajo orden judicial, a pedido de parte
y a pedido de otro escribano (por ejemplo, cuando necesita hacer un estudio de
título).
En principio, el protocolo no puede salir de la notaría, salvo excepciones.
En nuestro país, la encuadernación es posterior, al año siguiente. El escribano
mantiene bajo su custodia los protocolos de los últimos cinco años, remitiendo el
resto al archivo de los Colegios de Escribanos correspondientes. Así mismo,
confecciona un índice para que sea más práctico buscar, con expresión de los
nombres de los otorgantes, naturaleza del acto, fecha y folio.
Clase del 25/08/2015 –

UNIDAD SEIS: PROTOCOLO NOTARIAL. ESCRITURAS PÚBLICAS Registro. Protocolo


notarial. Concepto. Diferentes tipos. Apertura. Rubricación. Sellado. Foliatura.
Numeración. Orden cronológico. Elementos materiales. Cierre. Notas marginales.
Conservación e integridad. Pérdida o extravío. Reconstrucción. Reserva.
Encuadernación. Archivo. Requisitos del art. 1001 del Código Civil. Naturaleza y objeto
del acto. Nombre y apellido de los otorgantes. Mayoría de edad. Estado de familia.
Domicilio o vecindad. Lugar. Fecha. Lectura. Enmiendas. Otorgamiento. Autorización.
Unidad de acto. Testigos. Clases. Diferencias o no entre los testigos instrumentales o
testamentarios. Evolución legislativa.

Se mantiene la caracterización de las escrituras como instrumento público (naturaleza


jurídica)
Art. 289. — ≪Enunciación≫. Son instrumentos públicos:
a) las escrituras públicas y sus copias o testimonios;
b) los instrumentos que extienden los escribanos o los funcionarios públicos con los
requisitos que establecen las leyes;
c) los títulos emitidos por el Estado nacional, provincial o la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires, conforme a las leyes que autorizan su emisión.

Tanto el inc. a) como el inc. b) están referidos a los instrumentos que extienden los
escribanos y los funcionarios públicos de conformidad con la normativa legal. Allí se ubican
no solo las escrituras públicas, sino también las actas, las actuaciones judiciales, los
expedientes administrativos, las partidas expedidas por el Registro de las Personas, etc.
La copia simple no es instrumento público. La escritura pública se encuentra regulada desde
el art. 299 al 309 CCyC.
Art. 299. — ≪Escritura pública. Definición. La escritura pública es el instrumento matriz
extendido en el protocolo de un escribano público o de otro funcionario autorizado para
ejercer las mismas funciones, que contienen uno o más actos jurídicos. La copia o
testimonio de las escrituras públicas que expiden los escribanos es instrumento público y
hace plena fe como la escritura matriz. Si hay alguna variación entre esta y la copia o
testimonio, se debe estar al contenido de la escritura matriz.
La diferencia fundamental con las actas es que estas últimas no contienen actos jurídicos.
Gattari la define como todo instrumento matriz cuyo contenido original es un acto o
negocio jurídico. Las características son que se trata de un instrumento público, autorizado
por notario, otorgada por las partes (no todas). La diferencia entre notario y escribano es
que el primero se encuentra a cargo de un registro notarial, el segundo es quien tiene el
título.
Los requisitos de la escritura se encuentran establecidos en el art. 301 CCyC.
Art. 301. — Requisitos. El escribano debe recibir por si mismo las declaraciones de los
comparecientes, sean las partes, sus representantes, testigos, cónyuges u otros
intervinientes. Debe calificar los presupuestos y elementos del acto, y configurarlo
técnicamente. Las escrituras públicas, que deben extenderse en un único acto, pueden ser
manuscritas o mecanografiadas, pudiendo utilizarse mecanismos electrónicos de
procesamiento de textos, siempre que en definitiva la redacción resulte estampada en el
soporte exigido por las reglamentaciones, con caracteres fácilmente legibles.
En los casos de pluralidad de otorgantes en los que no haya entrega de dinero, valores o
cosas en presencia del notario, los interesados pueden suscribir la escritura en distintas
horas del mismo día de su otorgamiento. Este procedimiento puede utilizarse siempre que
no se modifique el texto definitivo al tiempo de la primera firma.
No existe en el CC de Vélez un equivalente a este artículo. Contiene las operaciones de
ejercicio. En la primera audiencia notarial, el notario recibe la declaración de las personas
que le deben contar. El escribano debe calificar y analizar, darle forma jurídica, lo que
determina la necesidad de inmediación (presencia del escribano - Principio de inmediación:
debe recibir él mismo las declaraciones de las partes). La función notarial actual debe
cumplir y proteger el derecho, un concepto que incluye la ley, los principios, las
constituciones, los tratados con jerarquía de derechos humanos -piénsese por ejemplo, la
incidencia y proyección que el notario o escribano puede dar a los derechos de las niñas,
niños y adolescentes por la enorme cantidad de actos que celebra en presencia o ausencia
de menores, que impactan directamente en su voluntad entro otras instituciones de
vanguardia. Debe calificar, es decir, dar forma jurídica, analizar la capacidad de las partes,
su legitimación, la necesidad del asentimiento conyugal, interpretando siempre la voluntad
de las partes. La calificación es un juicio personal y por lo tanto indelegable. Es autónomo,
porque nadie puede imponérselo al notario, de obligada alternativa Pues ofrece sólo dos
caminos: o autoriza o deniega el documento y normativamente reglado porque el alcance
de la calificación notarial encuentra asidero en las leyes respectivas. Debe volcar en el
instrumento, hacer la escritura (documentación). El escribano es el principal intérprete de
la voluntad de las partes. Dentro de esa interpretación, reviste el notario la característica de
la imparcialidad. Porque no defiende, sino que asesora igualmente a todos los
comparecientes. El asesoramiento imparcial notarial a través de la adecuada calificación del
tema rogado en su escribanía, evita, por sobre todas las cuestiones, conflictos en el futuro.
A notaria abierta, juzgado cerrado, decía el-ilustre jurista español Costa.
Unidad de acto: convoca a las partes y lee la escritura. Esta unidad de acto abarca tiempo,
persona y lugar: lectura del instrumento, otorgamiento (firma de las partes) y autorización
(firma del escribano). Se permiten excepciones a la unidad de acto (unidad relativa):
cuando existe pluralidad de otorgantes, no hay entrega de dinero o cosas al escribano, no
se debe modificar. Etchegaray describe la unidad de acto como la presencia conjunta de
todos los comparecientes, de los testigos en caso de corresponder y del notario; lectura del
documento; expresión del consentimiento de los otorgantes, firma de los mismos o firma a
ruego en caso de ser necesario; firma de los testigos instrumentales en caso de
corresponder y autorización y sello notarial. La falta de cumplimiento del principio de
unidad de acto no acarrea nulidad, pero si, como bien advierte Etchegaray puede facilitar o
allanar el camino para la interposición de una acción de falsedad ideológica.

Art. 302. Idioma. La escritura pública debe hacerse en idioma nacional. Si alguno
de los otorgantes declara ignorarlo, la escritura debe redactarse conforme a una
minuta firmada, que debe ser expresada en idioma nacional por traductor público,
y si no lo hay, por intérprete que el escribano acepte. Ambos instrumentos deben
quedar agregados al protocolo.
Los otorgantes pueden requerir al notario la protocolización de un instrumento
original en idioma extranjero, siempre que conste de traducción efectuada por
traductor púbico, o intérprete que aquél acepte. En tal caso, con el testimonio de
la escritura, el escribano debe entregar copia certificada de ese instrumento en el
idioma en que está redactado.
Ante el supuesto de otorgantes que desconozcan el idioma nacional debe confeccionarse
una minuta firmada por ellas en presencia del escribano que da fe del acto, y del
reconocimiento de firmas que hicieran, si no lo hubieren firmado en su presencia. La
minuta tiene que estar convertida al idioma nacional por traductor público debidamente
colegiado -lo que inclusive permite la actividad posterior a la traducción de la legalización
de firmas-, aunque de acuerdo a la última jurisprudencia, puede inclusive confeccionarla un
intérprete si es que el idioma es un regionalismo, o una mezcla de estilos, etc. Todo debe
quedar agregado al protocolo, y además, se prevé la posibilidad que los otorgantes
requieran al notario la protocolización de un instrumento original en idioma extranjero,
siempre que conste de una traducción efectuada por traductor o intérprete según lo
referido con anterioridad.

Art. 303. Abreviaturas y números. No se deben dejar espacios en blanco, ni utilizar


abreviaturas, o iniciales, excepto que estas dos últimas consten en los documentos
que se transcriben, se trate de constancias de otros documentos agregados o sean
signos o abreviaturas científicas o socialmente admitidas con sentido unívoco.
Pueden usarse números, excepto para las cantidades que se entregan en presencia
del escribano y otras cantidades o datos que corresponden a elementos esenciales
del acto jurídico.
Se trata de una especie de ley orgánica. Principio general para los instrumentos públicos y
esencial para las escrituras públicas: protección de la intangibilidad del texto, por un lado, a
través de la imposibilidad de agregación posterior de palabras, párrafos, frases o escritos
luego de la autorización correspondiente (de ahí la imposibilidad de dejar espacios en
blanco) y de la claridad expositiva del autor del mismo, por el otro, tendiente a no dejar
dudas a las argumentaciones o interpretaciones que posteriormente puedan hacerse del
texto escriturario. Este artículo busca seguridad en el documento. Excepciones: las
abreviaturas y las iniciales pueden sin embargo utilizarse en las escrituras públicas, si
constan en los documentos que se transcriben -la transcripción de fe es siempre fiel o si se
tratare de constancias de otros documentos agregados, o que sean signos o abreviaturas
científicas o socialmente admitidas con sentido unívoco (por ejemplo, AFIP); además puede
recurrirse a la utilización de números únicamente cuando lo que se exprese en las
escrituras no sean cantidades que se entregan en presencia del escribano y otras
cantidades o datos que se corresponden a la teoría general del acto ya referida.

Art. 304. Otorgante con discapacidad auditiva. Si alguna de las personas


otorgantes del acto tiene discapacidad auditiva, deben intervenir dos testigos que
puedan dar cuenta del conocimiento y comprensión del acto por la persona
otorgante. Si es alfabeta, además, la escritura debe hacerse de conformidad a una
minuta firmada por ella y el escribano debe dar fe de ese hecho. La minuta debe
quedar protocolizada.
Rivera sostiene que este artículo “difiere notablemente de las reglas consolidadas por la
doctrina y jurisprudencia mayoritaria, al exigir la presencia de dos testigos que puedan dar
cuenta del conocimiento y la comprensión del acto por la persona otorgante. Más aun
cuando luego el artículo continuó diciendo que si la persona es alfabeta –que para la Real
Academia Española el término significa "que sabe leer y escribir"- la escritura debe hacerse
de conformidad con una minuta firmada por ella y el escribano debe dar fe del hecho, para
luego proceder a su protocolización. Se supone que el supuesto a que es alfabeta se refiere
a que tiene plena aptitud para comparecer, simplemente, al acto de instrumentación. Y si
sabe leer y escribir, lo que supone de antemano, una tan siquiera mínima actitud de
comprensión en los términos de derechos humanos a los que nos referimos, ¿qué sentido
tienen los testigos si no fueran éstos expertos o calificados?... La sordera puede reconocer
límites como todas las capacidades especiales o diferentes: hay gente más o menos sorda,
lo que no significa que no sea capaz de comprender, mucho más sabiendo leer y escribir. Lo
que abre la vía para otra interpretación del artículo: que la primera parte se refiera a quien
padezca discapacidad auditiva que no sea alfabeto. Ahí entonces, estamos en presencia de
una persona con incapacidad de ejercicio, que según lo previsto en el art. 24 inc. c) del
presente Código quien necesitará de una sentencia judicial que así lo declare, si es que se
mantiene la categoría incapacidad ya conocida del conocido como sordomudo que no
puede darse a entender por escrito.”

Art. 305. Contenido. La escritura debe contener:


a) lugar y fecha de su otorgamiento; si cualquiera de las partes lo requiere o el
escribano lo considera conveniente, la hora en que se firma el instrumento;
b) los nombres, apellidos, documento de identidad, domicilio real y especial si lo
hubiera, fecha de nacimiento y estado de familia de los otorgantes; si se trata de
personas casadas, 'se debe consignar también si lo son en primer caso posteriores
nupcias y el nombre del cónyuge, si resulta relevante en atención a la naturaleza
del acto; si el otorgante es una persona jurídica, se debe dejar constancia de su
denominación completa, domicilio social y datos de inscripción de su constitución
si corresponde;
c) la naturaleza del acto y la individualización de los bienes que constituyen su
objeto;
d) la constancia instrumental de la lectura que el escribano debe hacer en el acto
del otorgamiento de la escritura;
e) las enmiendas, testados, borraduras, entrelíneas, u otras modificaciones
efectuadas al instrumento en partes esenciales, que deben ser realizadas de puño
y letra del escribano y antes de la firma;
f) la firma de los otorgantes, del escribano y de los testigos si los hubiera; si
alguno de los otorgantes no sabe o no puede firmar, debe hacerlo en su nombre
otra persona; debe hacerse constar la manifestación sobre la causa del
impedimento y la impresión digital del otorgante.
Ex artículo 1001 del CC Vélez. Enumera todos los requisitos de la escritura. Resulta
importante contraponerlo con el art 309 CCyC (Nulidad), ya resultan pocos los
incumplimientos que generan nulidad, el resto generará responsabilidad del
escribano, pero no nulidad.
a) Lugar y fecha de su otorgamiento: las escrituras se pueden autorizar
cualquier día (hábil o inhábil). La hora es necesaria en los testamentos, si no
es optativa. El lugar y la fecha establecen la competencia del notario desde
lo temporal y lo territorial. La delimitación temporal en nuestra provincia
funciona por departamentos. Debe aclarar el lugar físico donde se
encuentra. Determina la ley aplicable, la capacidad, legitimación y orden
cronológico. Se trata de un requisito esencial, si falta, produce la nulidad de
la escritura. El lugar y la fecha del otorgamiento es un requisito esencial
para la validez de la escritura. Asimismo, el lugar debe estar comprendido
en la competencia territorial del escribano.
b) Los datos esenciales: necesidad de precisar con claridad los datos
generalmente considerados como esenciales en las escrituras públicas
(individualización de las partes). Lo novedoso radica en que ya no se exige al
escribano dar fe de que conoce a los otorgantes como único supuesto, sino
que la identidad se justifica también por la exhibición que se haga ante él
del documento idóneo, y previa individualización del documento que se
agrega al protocolo —reproduciendo con la pertinente certificación las
partes pertinentes. Se debe consignar:
i. El nombre y apellido completos (el uso de seudónimo es permitido
cuando es conocido en la vida social y el acto jurídico se refiere a ese
entorno). Si existe error, por tratarse de una parte esencial de la
escritura, debe corregirse por medio de una escritura certificatoria.
La total ausencia del nombre y apellido de modo que no pueda
individualizarse al otorgante, origina la nulidad de la escritura por
revestir este requisito el carácter de esencial. Cuando medien
errores u omisiones parciales que no originen confusión acerca de la
identidad de otorgante, la doctrina, en el contexto del ex 1001, es
uniforme en reconocer la validez de la escritura, sin perjuicio de que
deba subsanarse el error (que debe hacerse exclusivamente en sede
judicial, salvo que las partes otorgantes se pongan de acuerdo para
hacer la rectificación mediante una nueva escritura).
ii. Documento de identidad. La norma no especifica cuál documento de
identidad debe mencionarse, pero según lo establece la Ley 17671,
las personas se identifican a través del DNI. También debe
consignarse la CUIT/CUIL/CDI (el artículo 3° bis de la ley registral
nacional 17.801, incorporado por la ley 25.345, no se podrán
inscribir documentos en los cuales se omita la clave de identificación
fiscal, la que estará vinculada con el Documento Nacional de
Identidad).
iii. Domicilio de los otorgantes. El requisito es el domicilio, regulado por
los artículos 73, 74 y 75. El artículo que se comenta establece que
debe consignarse el domicilio real, es decir aquel en que la persona
reside actualmente, o si se trata de un acto vinculado con su
actividad profesional o económica, el lugar donde desarrolla ésta
(art. 73). Éste es el domicilio que identifica a quien otorga la
escritura. Si la persona desea establecer un domicilio para el
ejercicio de los derechos y obligaciones que emanen del acto, podrá
requerir que se consigne también un domicilio especial (art. 75), el
que puede no tener ninguna relación con su lugar de residencia o
desempeño de actividad (por ejemplo, el estudio de su abogado). La
inclusión de domicilio especial no excluye la obligatoriedad de
consignar el real. El escribano no da fe pública del domicilio, el
otorgante es quien lo manifiesta al escribano, y éste no tiene por
función controlar la veracidad de ese dato. Si se omite consignar el
domicilio no determina nulidad de la escritura.
iv. Fecha de nacimiento. El ex art. 1001 CC Vélez exigía consignar si era
mayor de edad. dato filiatorio muy importante ya que permite evitar
la posibilidad de confusión entre personas homónimas y facilitará,
además, que el escribano cumpla con precisión su función
calificadora de la capacidad en lo que hace a la edad del otorgante.
La omisión de este requisito no ocasionará la nulidad del acto (art.
309), sin perjuicio de la ineficacia que puede derivar por falta de la
edad requerida por el otorgante.
v. Estado de familia. Es la posición que a cada individuo le corresponde
dentro del respectivo grupo familiar. Cuando el código se refiere a
estado de familia exige el estado civil. Tiende a la correcta
identificación del sujeto, pero además, en todos aquellos actos que
impliquen modificación del patrimonio, tendrá importancia para
calificar los aspectos vinculados con el régimen patrimonial del
matrimonio. Lorenzetti sostiene que, en virtud de la incorporación
de dos regímenes patrimoniales del matrimonio, sería conveniente
consignar también el régimen por el que se ha optado a fin de
determinar la capacidad o legitimación para disponer de ciertos
bienes, la necesidad del consentimiento conyugal, etc. En el caso de
las personas casadas, divorciadas o viudas consignar el grado de
nupcias y el nombre del cónyuge o ex cónyuge debe agregarse
cuando resulte relevante en atención a la naturaleza del acto. Así, si
se trata de un poder para efectuar trámites, el estado civil es
irrelevante y es sólo un dato de identificación más. En el caso de una
compra es esencial consignar los datos del cónyuge. La tarea del
notario no incluye verificar los datos de estado civil, son los
otorgantes quienes declaran al escribano su estado civil y éste
vuelca a la escritura tal información. El escribano no da fe porque se
trata de una declaración de las partes. Su ausencia no causa nulidad,
aunque puede originar responsabilidad profesional del notario.
c) Naturaleza y objeto del acto: La ley exige que se precise el negocio o hecho
jurídico que ella debe acreditar. La naturaleza comprende la clase de
contrato celebrado (donación, compraventa, etc.) para determinar los
principios a los que obedece el acto. El objeto es la materia del contrato, la
cosa o el hecho que debe cumplirse, la individualización de los bienes en las
obligaciones de dar. Si se omite no genera la nulidad de la escritura. La
plena fe que emana del instrumento público se extiende al hecho de
haberse ejecutado el acto, de las convenciones, disposiciones, pagos, etc.
contenidos en él, pero no a la sinceridad de las declaraciones o
celebraciones efectuadas por las partes. La clase del acto realizado surgirá
de la interpretación de su contenido y no del nombre que le hayan dado las
partes.
d) Constancia instrumental de la lectura: El notario debe decir que la leyó. Lo
que presupone la obligación previa de haber cumplido este procedimiento.
La omisión de esta mención en la escritura no ocasiona su nulidad (art.
309). Sin embargo puede causarla la demostración de que la escritura no
fue leída, en cuyo caso no se trataría de una nulidad formal sino de fondo
por encontrarse viciado el consentimiento. Es importante que lo diga, ya
que al tratarse de la narración de un hecho realizado por él, se encontraría
alcanzado por la fe pública lo que implicaría que, si se quiere decir que no lo
hizo, deberá recurrirse a la acción de redargución de falsedad (Pelosi).
e) Correcciones al texto (enmiendas, tachaduras, testados, escritura entre
líneas): si en el contenido de la escritura existen borraduras, entrelineados,
enmiendas u otras modificaciones que se le hubieran realizado, el escribano
debe salvarlas “de puño y letra”, y antes de la firma del acto escriturario.
Con este requisito se asegura la intervención y control personal del
escribano. La existencia de enmiendas no afecta la escritura con tal de que
estén debidamente salvadas. A este fin, el escribano escribe con su lapicera
al final del texto y antes de la firma. Por ejemplo, “entre líneas ‘tal cosa’
vale”. Las tachaduras deben ser efectuadas de modo que pueda leerse lo
que estaba escrito. Ello se salva diciendo “‘lo testado’ no vale”. Las leyes
locales en general, y las notariales en particular, prevén métodos
correctores de instrumentos o escrituras que, ante las inevitables
equivocaciones propias del error humano, puedan aplicarse para de esa
forma alcanzar la plena validez y eficacia. A esto responde la proyección de
las enmiendas, las borraduras -comúnmente denominado sobre raspado-,
las entrelíneas, los testados, y demás alteraciones que ofrecen diferentes
soluciones en las leyes especiales respectivas. Lógicamente que el método
previsto, para que sea tal y sea eficaz, requiere de cierto presupuesto
impostergable: que las mismas se realicen en el instrumento, contenedor
del hecho u acto jurídico, antes de la/las firmas correspondientes.
Advertidos los errores de forma, el escribano, notario o funcionario público
correspondiente debe salvar los defectos de forma, ante la presencia de las
partes y antes de otorgamiento y autorización correspondiente. el
instrumento público en el que se hubiesen alterado partes esenciales sin
haberse salvado tal alteración es nulo de nulidad absoluta. La circunstancia
de que el instrumento sea nulo no implica necesariamente la nulidad del
acto jurídico que el instrumento contiene, salvo que determinada forma
instrumental esté prescripta bajo sanción de nulidad. En este último
supuesto la nulidad del instrumento generará la del acto, dado que éste sin
la forma requerida no surte efecto alguno (nulidad refleja). Los otorgantes
o comparecientes deberán firmar después de que el escribano, de su puño y
letra, haya realizado esas enmiendas.
f) Otorgamiento o firma de las partes: Es un requisito esencial de las
escrituras públicas. Sin firma no hay instrumento, ni público ni privado. No
hay que firmar todas las hojas por tratarse de un instrumento público. Debe
tenerse por válida la firma ilegible, la que tenga errores ortográficos y la que
se estampa con las iniciales, si esa es la manera habitual de firmar. Una vez
leída la escritura, los otorgantes deben manifestar su consentimiento con lo
leído, lo que se realiza a través del estampado de su firma. Su omisión
genera la nulidad del acto. Firma a ruego: ante la imposibilidad de firma o
suscripción por uno de los comparecientes, se establece la posibilidad que
otra persona lo haga en su nombre, debiéndose hacer constar la
manifestación sobre la causa del impedimento y la impresión digital del
otorgante. El código derogado exigía que el firmante a ruego no fuera uno
de los testigos, lo que se admitía en el caso de los testamentos. El artículo
305 CCyC omite toda mención al respecto, por lo que pareciera que en el
caso, muy poco frecuente, de que en la escritura participen testigos
instrumentales, alguno de ellos puede firmar a ruego de un otorgante.
Cuando se utilice la firma a ruego debe incluirse una manifestación del
mismo sujeto cuya firma es reemplazada por la firma a ruego en la que
exprese cuál es el motivo por el que no puede firmar. Quien debe expresar
su imposibilidad de firmar es el propio otorgante, por lo que no cabe al
escribano comprobar la veracidad de sus dichos. El artículo exige además
que quien no pueda firmar estampe su impresión digital, no exigiendo que
sea de un dedo determinado.
g) Autorización o firma del escribano: Se trata de un requisito esencial, sin
firma del notario, no hay instrumento público. Para parte de la doctrina, ni
siquiera habría acto. El acto de autorización implica imponer a la escritura la
autoridad proveniente de la función pública que el Estado le confirió; por lo
que ese documento cobra desde ese instante un valor semejante a los
documentos del Estado. La autorización implica que el escribano asume la
autoría del documento y, en consecuencia, la responsabilidad que respecto
del mismo le cabe. Las normas locales regulan los aspectos formales de la
autorización, exigiendo que el escribano acompañe su firma con un sello
que debe ser previamente registrado en los organismos de contralor para
ser utilizado exclusivamente en los actos que impliquen ejercicio funcional.

ARTÍCULO 306.- Justificación de identidad. La identidad de los comparecientes


debe justificarse por cualquiera de los siguientes medios:
a. por exhibición que se haga al escribano de documento idóneo; en este caso, se
debe individualizar el documento y agregar al protocolo reproducción certificada
de sus partes pertinentes;
b. por afirmación del conocimiento por parte del escribano.

La certeza sobre la identidad de los sujetos que concurren a conformar el acto


jurídico que la escritura tiende a instrumentar es de su esencia. Para que el acto
despliegue los efectos jurídicos que está destinado a producir es necesario
atribuirlos a la esfera jurídica de determinadas personas físicas o jurídicas. Por
tanto, cuando las partes actúan por sí es necesario asegurarse que ellos mismos
han expresado su voluntad. Cuando las partes actúen a través de representantes,
sea que se trate de representación legal, voluntaria u orgánica, sólo la correcta
identificación de quienes la ejerzan permitirá imputar al representado los efectos
del acto (art. 359).
a) Documento idóneo: el documento que se exhiba al escribano deberá
permitirle verificar su concordancia con la persona que comparece ante él, a fin
de que pueda arribar a la conclusión de que se trata de la misma persona. Éste
será el fundamento del juicio de identidad que volcará en la escritura. Según lo
dispuesto por la Ley 17671, se trata del DNI, aunque, en virtud de que se
mantiene provisoriamente la vigencia de las LE y LC, también podría el notario
aceptar los mencionados para justificar la identidad de los comparecientes. En
el caso en que, dadas las características del documento exhibido, el escribano
considere a éste insuficiente para arribar a una conclusión certera acerca de la
identidad de la persona, deberá requerir elementos complementarios.
b) Identificación por conocimiento: Es éste el procedimiento que en forma
excluyente exigía el código derogado en su versión original. Consiste en la
convicción respecto de la identidad del compareciente a la que el escribano
llega por el trato que ha mantenido con la persona. Ese trato podrá ser
exclusivamente personal o bien de naturaleza social que permita al escribano
guiarse por la creencia socialmente generalizada de que esa persona es quien
dice ser.
Cualquiera que sea el procedimiento utilizado para identificar a las partes, la
aseveración del escribano al respecto constituye un juicio de certeza y por tanto no
se halla amparado por la fe pública.

ARTÍCULO 307.- Documentos habilitantes. Si el otorgante de la escritura es un


representante, el escribano debe exigir la presentación del documento original
que lo acredite, el que ha de quedar agregado al protocolo, excepto que se trate
de poderes para más de un asunto o de otros documentos habilitantes que hagan
necesaria la devolución, supuesto en el cual se debe agregar copia certificada por
el escribano. En caso de que los documentos habilitantes ya estén protocolizados
en el registro del escribano interviniente, basta con que se mencione esta
circunstancia, indicando folio y año.
Cuando el otorgante de una escritura actúe como representante de otro, debe
acreditar su personería exhibiendo el documento original que lo inviste de dicha
representación, el que debe agregarse al protocolo. La noción de compareciente no
se compadece esencialmente con la noción de parte, porque puede naturalmente
comparecer un represente que no es ni forma parte de lo esencial del acto
instrumentado, ya sea porque actúa como mandatario, como representante legal,
social o voluntario, etc. En caso de que el otorgante de la escritura en
representación de otra persona esté investido de un poder para más de un asunto,
o que se presente con documento habilitante que requiera que el escribano se lo
devuelva, debe agregarse al protocolo una copia certificada de dichos poderes u
otros documentos habilitantes. Plantea un tercer supuesto y es que el poder de
representación para la celebración del acto se haya extendido en el mismo
protocolo del escribano a cargo de ese Registro Notarial, por lo que basta con
mencionar el número de escritura, folio del protocolo y la fecha en que dicho poder
se otorgó por escritura. No obstante las leyes notariales expresan que el notario
debe comprobar el alcance de la representación invocada y hacer constar la
declaración del representante sobre su vigencia.

ARTÍCULO 308.- Copias o testimonios. El escribano debe dar copia o testimonio de


la escritura a las partes. Ese instrumento puede ser obtenido por cualquier medio
de reproducción que asegure su permanencia indeleble, conforme a las
reglamentaciones locales. Si alguna de las partes solicita nueva copia, el escribano
debe entregarla, excepto que la escritura contenga la constancia de alguna
obligación pendiente de dar o de hacer, a cargo de otra de las partes. En este caso,
se debe requerir la acreditación en instrumento público de la extinción de la
obligación, la conformidad del acreedor o la autorización judicial, que debe
tramitar con citación de las partes del acto jurídico.
Siempre tiene que tenerse en cuenta quiénes son las personas con derecho a pedir
copia, y la primera regla general es que la copia o testimonio no puede expedirse a
nadie más que no tenga interés legítimo en obtenerla. Recordemos que los registros
notariales son públicos, es cierto, pero para quien tiene interés legítimo. De manera
que sólo las partes, los herederos, los acreedores o cualquier orden de autoridad
judicial competente son las vías a las que debe recurrir el notario para fundamentar
su expedición de copia o testimonio en el grado que fueran. De otra forma, inclusive
muchas veces frente a requerimientos intempestivos de instituciones sin autoridad
para realizarlos, el notario puede ser objeto de denuncia por violación de secreto
profesional, violencia sobre el hábeas data, etc. El artículo prevé que el notario no
expida copia cuando de la escritura resultan obligaciones pendientes de dar o de
hacer a cargo de alguna otra parte. En ese caso, deberá requerirse la extinción de la
obligación mediante instrumento auténtico, la conformidad del acreedor o la
correspondiente autorización judicial para poder expedir la copia o testimonio.

Art. 309. Nulidad. Son nulas las escrituras que no tengan la designación del
tiempo y lugar en que sean hechas, el nombre de los otorgantes, la firma del
escribano y de las partes, la firma a ruego de ellas cuando no saben o no pueden
escribir y la firma de los dos testigos del acto cuando su presencia sea requerida.
La inobservancia de las otras formalidades no anula las escrituras, pero los
escribanos o funcionarios públicos pueden ser sancionados.
Sólo los supuestos establecidos en este artículo generan nulidad de la escritura. Son
aplicables también los arts. 290 a 294 de los Actos Jurídicos. Se puede caer en
nulidad instrumental pero que el acto jurídico sea válido. En caso que el requisito de
forma sea esencial y la forma exigida es escritura pública, la nulidad del instrumento
público se proyecta a la nulidad del acto (NULIDAD REFLEJA). Las causales de
nulidad son enumeradas en este artículo de forma taxativa: no existen otras
causales de nulidad de escritura pública.
Los actos jurídicos pueden ser ineficaces en razón de su nulidad (art. 382) y las
nulidades pueden ser absolutas cuando contravienen el orden público (art. 386) y
totales cuando se extienden a todo el acto. Las causales de nulidad de la escritura
establecidas en el presente artículo provocan su nulidad absoluta y total. Se trata de
elementos configurantes, por lo tanto, el incumplimiento u omisión de los recaudos
que la escritura pública debe contener, enumerados en este artículo, produce la
ineficacia del acto jurídico por nulidad absoluta y total. La escritura pública, por ser
un instrumento público, se encuentra alcanzada por todas las causales de invalidez
que nulifican tal instrumento (incompetencia material y territorial del notario, falta
de firmas, competencia en razón de las personas, competencia temporal, salvados
de partes esenciales y testigos inhábiles).

TESTIGOS

La presencia de testigos, hoy por hoy, no tiene mayor sentido, ya que se entiende
que la actuación del notario ya cumple una dación de fe. Los testigos son personas
capaces que presencian el otorgamiento de un acto y carecen de interés en el
mismo. Da testimonio de un hecho, lo atestigua, presencia o adquiere directo y
verdadero conocimiento de un acto. Son comparecientes en el acto de que se trate,
y deben ser identificados e individualizados, así como acreditar su capacidad
(ARTICULO 295.- Testigos inhábiles. No pueden ser testigos en instrumentos públicos:
a) las personas incapaces de ejercicio y aquellas a quienes una sentencia les impide ser
testigo en instrumentos públicos; b) los que no saben firmar; c) los dependientes del
oficial público; d) el cónyuge, el conviviente y los parientes del oficial público, dentro del
cuarto grado y segundo de afinidad. El error común sobre la idoneidad de los testigos
salva la eficacia de los instrumentos en que han intervenido.)
En un sentido amplio, se distinguen en testigo instrumental (percibe el hecho –
función de comprobación) y testigo procesal (representa el hecho por el percibido).
En nuestro país, la Ley 15875 suprimió los testigos en el otorgamiento de escrituras
públicas e hizo opcional su intervención para cuando el escribano lo considere
conveniente, o cuando lo requieran las partes o cuando lo exija la ley (por ejemplo,
en materia testamentaria – art. 2479 CCyC). Referido estrictamente a los
instrumentos públicos, la doctrina los clasifica en:
a) Testigos instrumentales: todos los testigos del acto mismo que se celebra,
cuya presencia es exigida por la ley;
b) Testigos de conocimiento: actualmente desaparecidos. Anterior a la sanción
del nuevo CCyC, eran uno de los medios utilizados para dar fe de
conocimiento, exigidos por la ley en algunas ocasiones al sólo efecto de
justificar la idoneidad de las partes que otorgaban el acto;
c) Testigos honorarios: testigos que concurren al acto por razones de afecto o
amistad, por ejemplo, en actos de celebración de matrimonios, de asunción
de cargos, etc.
Aun cuando se considere que la presencia de testigos es una formalidad
innecesaria, en la medida en que se recurra a ella, el testigo debe reunir
determinadas condiciones que aseguren que su intervención cumpla debidamente
su función. Toda persona puede ser testigo con las exclusiones que la norma fija. En
primer término, en el artículo que se comenta se excluye a las personas incapaces
de ejercicio (art. 23), es decir a las enumeradas en el artículo 24: persona por nacer;
menores de 18 años (art. 25), salvo que se hubieran emancipado por matrimonio
(art. 27), y personas declaradas incapaces por sentencia judicial (art. 32 in fine). En
todos los casos la ley presume que estas personas no reúnen las aptitudes
necesarias para ejercer por sí mismas sus derechos, por lo que, en su beneficio, las
sujeta a una representación necesaria. Tal disminución justifica entonces que no se
las convoque como testigos instrumentales para atestiguar lo que ha ocurrido en el
acto en que se celebró un acto jurídico Se han eliminado algunos supuestos
contenidos en el artículo 990 del código derogado: a) los religiosos: respecto de
éstos, se ha suprimido en este Código toda restricción a su capacidad; b) los
comerciantes fallidos no rehabilitados: la limitación que la declaración de quiebra
genera sobre el comerciante fallido implica el desapoderamiento de sus bienes, lo
que es totalmente ajeno a la posibilidad de que éste actúe como testigo; c) los que
no tengan domicilio o residencia en el lugar: esta exigencia también se establecía en
el artículo 3654 respecto de los testigos en los testamentos por acto público y
tendía a que los testigos fueran conocidos del oficial público, lo que aseguraba su
individualización. La falta de idoneidad del testigo ocasionará la nulidad con
carácter absoluto del acto en el cual el testigo es requerido. Sin embargo puede
ocurrir que las partes, actuando de buena fe, hayan confiado en que el testigo era
hábil, como ocurre cuando una persona incapaz de ejercicio por padecer de una
enfermedad mental se encuentre en un intervalo lúcido y actuando como una
persona normal participa del acto. Aquí el error común permite mantener la validez
del acto. Esto tiende a proteger la buena fe de las partes y la apariencia jurídica
aplicando el principio de conservación del acto. Se ha entendido que lo que debe
valorarse es la buena fe de las partes, por lo qué el conocimiento que tuviera el
oficial público de la inhabilidad no invalida el acto, sin perjuicio de la
responsabilidad disciplinaria que pueda caber al funcionario por haber admitido la
participación del testigo inhábil. La entidad del error sólo puede ser valorada en
sede judicial. La finalidad del CCyC es restringir lo menos posible el ejercicio de la
capacidad de las personas y promover su autonomía. En el artículo bajo estudio
referimos exclusivamente a los testigos instrumentales. Cuando la ley dispone que
el instrumento deba otorgarse ante testigos, su presencia y firma es requisito de
validez. La capacidad para ser testigo instrumental es su habilidad —o sea, su
capacidad como tal— y comprende a toda persona no comprendida por las
exclusiones de la ley. En tanto, por el art. 12 Convención de los Derechos de las
Personas con Discapacidad (Ley 26378) se presume el ejercicio de la capacidad
jurídica. La constitucionalización del derecho privado se desarrolla en el inciso 1) de
este artículo. Ello, al referirse a las personas incapaces de ejercicio y a aquellas con
restricciones o limitaciones a la capacidad de ejercicio declaradas en una sentencia
judicial. En el caso de aquellas personas a quienes se ha restringido por sentencia su
capacidad jurídica, su imposibilidad para ser testigo especialmente debe constar en
la sentencia. Coincide en lo pertinente con el primer y segundo párrafo del art. 32
CCyC.

PARTES DE LA ESCRITURA PÚBLICA


Los escribanos no tienen un formato específico que deban seguir.
Encabezamiento: Nro. y epígrafe (naturaleza de las partes y
naturaleza del acto, lugar, fecha, hora, notario, registro

Comparecencia: Nominación de comparecientes,


identificación (art. 306 CCyC), identificación y caracter de su
intervención (por sí o por otro) - LEGITIMACIÓN SUBJETIVA

Declaración de partes: debe ser trascendente al acto que se


pretende instrumentar. Exposición, estipulación,
declaraciones complementarias, datos personales,
consentimiento conyugal.

Constancias notariales: vuelca el estudio del título,


legitimación (de personería - legitima la representación),
constancias impositivas, certificados de registro.

CIERRE

UNIDAD SIETE: CLASES DE OTORGANTES Diferencia entre comparecientes, requirente,


otorgante y parte. Otorgante: 1) que no conoce el idioma nacional; 2) sordomudo,
mudo y sordo; 3) ciego y 4) que no sabe y/o no puede firmar. Secuencia operativa en
actor entre vivos o de última voluntad. Minutas. Firma a ruego. Impresión digital.

CLASES DE OTORGANTES
1. Comparecientes: casi al principio de la escritura, el escribano dice quienes
comparecen. Son todos los que se encuentran al momento de otorgar el
acto. Gattari dice que sin comparencia de los sujetos de la escritura pública,
no existe ésta. Salvo el caso de protocolización ordenada judicialmente, ya
que no requiere comparecientes. Son los que activan la función notarial.
Puede tener un interés directo o indirecto. Comparece a suscribir la escritura
por sí con interés directo o por otro, con interés indirecto. La comparecencia
se funda en la rogación o requerimiento previo de uno o varios sujetos, que
por hipótesis deben estar de acuerdo, ya que el desacuerdo constituye la
competencia material del juez.
I. Requirente: Quien requiere la intervención en el acto. La función notarial
siempre es requerida, nunca de oficio. El requerimiento siempre deberá ser
previo al hecho o al acto de que se trate. No será necesario que en el texto
del instrumento conste expresamente el requerimiento, pues éste se
entenderá implícito. No lo exige ninguna ley en materia de escrituras
públicas. Pero en materia de actas, por el contrario, es necesario dejar
constancia en el instrumento público de dicho requerimiento, el cual deberá
ser expreso, preciso y determinado. La legitimación para actuar del
escribano, llega hasta donde llega el requerimiento. No se aceptan
supuestos de “comedido notarial”. Así, el acta consta de dos momentos: a)
el requerimiento al notario, y b) la diligencia comprobatoria. El requirente es
un solicitante de la actuación notarial. El requerimiento es la solicitud que se
le efectúa al notario para que éste actúe. El principal efecto del
requerimiento es la traba de la relación jurídico-notarial. Esta relación nace,
según parte de la doctrina, desde el requerimiento (responsabilidad
extracontractual), mientras que otro sector sostiene que nace desde la
aceptación del requerimiento (responsabilidad contractual).
II. Otorgantes: las personas que otorgan el acto. Puede ser o no parte del
mismo, porque un otorgante puede venir en representación de la parte,
otorgando el acto en representación de otra persona y los efectos directos
del acto no repercuten en su patrimonio. Es el que da el consentimiento
formal para la realización del acto, ese consentimiento lo expresa
otorgando, firmando. No siempre es parte del acto, porque es sujeto
instrumental que puede tener interés directo (cuando suscribe por sí mismo)
o indirecto (cuando suscribe por otro, con facultad suficiente para hacerlo).
a) Otorgante que no conoce el idioma nacional (art. 302
CCyC - Idioma. La escritura pública debe hacerse en idioma
nacional. Si alguno de los otorgantes declara ignorarlo, la
escritura debe redactarse conforme a una minuta firmada, que
debe ser expresada en idioma nacional por traductor público, y si
no lo hay, por intérprete que el escribano acepte. Ambos
instrumentos deben quedar agregados al protocolo.
Los otorgantes pueden requerir al notario la protocolización de un
instrumento original en idioma extranjero, siempre que conste de
traducción efectuada por traductor público, o intérprete que aquél
acepte. En tal caso, con el testimonio de la escritura, el escribano
debe entregar copia certificada de ese instrumento en el idioma
en que está redactado.) La minuta es un instrumento privado
redactado en el idioma de origen (extranjero), que tendrá los
elementos esenciales del acto que se otorgará (contiene la síntesis
del contrato que las partes se proponen celebrar), firmada por
quien no conoce el idioma, y debe ser traducida al idioma nacional
por traductor público o por intérprete aceptado por el escribano.
La minuta y su traducción deben quedar incorporadas al protocolo.
En el caso de los testamentos por escritura pública, se remite al art.
302 del CCyC (Art. 2479: Requisitos. El testamento por acto
público se otorga mediante escritura pública, ante el escribano
autorizante y dos testigos hábiles, cuyo nombre y domicilio se
deben consignar en la escritura. El testador puede dar al
escribano sus disposiciones ya escritas o sólo darle por escrito o
verbalmente las que el testamento debe contener para que las
redacte en la forma ordinaria. En ningún caso las instrucciones
escritas pueden ser invocadas contra el contenido de la escritura
pública. Concluida la redacción del testamento, se procede a su
lectura y firma por los testigos y el testador. Los testigos deben
asistir desde el comienzo hasta el fin del acto sin interrupción, lo
que debe hacer constar el escribano. A esta clase de testamento
se aplican las disposiciones de los Artículos 299 y siguientes.)
b) Otorgantes con capacidad auditiva reducida: Algunos
autores sostienen que deben tener una discapacidad auditiva
absoluta. Si la persona es alfabeta, debe existir una minuta
firmada por él, que luego debe incorporarse al protocolo. El
artículo establece la obligación de leer, dejándose constancia
de que la leyó si es alfabeta. Si es analfabeta, se supone que
debería requerirse la presencia de un intérprete por señas. La
ley exige la presencia de dos testigos, los que deberán
acreditar que la persona con discapacidad auditiva tomó
conocimiento y comprendió el acto de que se trate.
(ARTICULO 304.- Otorgante con discapacidad auditiva. Si alguna
de las personas otorgantes del acto tiene discapacidad auditiva,
deben intervenir dos testigos que puedan dar cuenta del
conocimiento y comprensión del acto por la persona otorgante. Si
es alfabeta, además, la escritura debe hacerse de conformidad a
una minuta firmada por ella y el escribano debe dar fe de ese
hecho. La minuta debe quedar protocolizada.)
2. Partes: es quien tiene un interés propio. Alude al interés presente en el
negocio, es el titular del derecho subjetivo, ostenta un mismo interés en un
negocio jurídico que puede o no tener contraparte. Puede ser uno solo o
pluralidad de intervinientes. Cuando las partes no saben o no pueden firmar,
la ley posibilita que otra persona distinta suscriba el documento a petición o
instancias de aquéllas (Art. 305 – La escritura debe contener… inc. f) la
firma de los otorgantes, del escribano y de los testigos si los hubiera; si
alguno de los otorgantes no sabe o no puede firmar, debe hacerlo en su
nombre otra persona; debe hacerse constar la manifestación sobre la
causa del impedimento y la impresión digital del otorgante.) Si bien el
artículo no la llama de ese modo, se trata de la firma a ruego. El texto actual
enuncia los dos supuestos de la firma de una persona por otra, cita al que no
sabe leer (analfabeto) y al que no puede (por encontrarse imposibilitado). La
norma no distingue quién puede firmar por él, por lo que se impone
interpretar que nada obsta a que lo haga cualquier otro compareciente.
Armella sostiene que “el ejercicio de la función pública notarial impone la
custodia de la seguridad jurídica y la paz social, que se construyen mediante
cada uno de los negocios jurídicos que se celebran en el ámbito notarial.(…)
se entiende de buena práctica que la persona humana que suscriba la
escritura pública en nombre de la persona humana que no sabe o no puede
firmar, lo sea aquel que esta última designe, ajena al negocio jurídico que se
celebra, para no ostentar ni iguales ni contrarios derechos de los de la
persona por quien otorga el acto.” En la escritura se debe consignar
expresamente cual es el impedimento para que el otorgante firme. Además,
debe estampar su impresión digital, que servirá para aseverar la
comparecencia de la persona que no suscribe el instrumento público. El
notario dejará constancia de a quién corresponde el dedo y expresa el
nombre, apellido, edad, estado civil de la persona que firmó por el impedido
y hace constar el medio de su identificación (art. 79 de la ley 404, CABA –
Redactada la escritura, presentes los otorgantes y, en su caso, los demás
concurrentes y los testigos, cuando se los hubiere requerido o lo exigiere la
ley, tendrán lugar la lectura, firma y autorización, con arreglo a las
siguientes normas: (…) c) Si alguno de los comparecientes no supiere o no
pudiere firmar, sin perjuicio de hacerlo a ruego otra persona, estampará su
impresión digital, dejando constancia el notario del dedo a que
correspondiere y los motivos que le hubieren imposibilitado firmar, con
sujeción a la declaración del propio impedido. Si, por cualquier
circunstancia, permanente o accidental, no pudiere tomarse de ningún
modo la impresión digital, el autorizante lo hará constar y dará razones del
impedimento. El notario expresará nombre y apellido, edad, estado civil y
vecindad del firmante a ruego y hará constar el medio de su
identificación.). La ley local exige un certificado médico que acredite el
motivo por el que no puede firmar transitoria o permanentemente. (Artículo
75.- Si alguno de los interesados supiere firmar, pero no pudieren hacerlo,
el escribano hará constar en la escritura la causa del impedimento con
agregación del certificado médico que acredite la imposibilidad invocada.)
El art. 2480 CCyC establece la firma a ruego en los testamentos por acto
público. (Art. 2480. — Firma a ruego. Si el testador no sabe firmar, o no
puede hacerlo, puede hacerlo por él otra persona o alguno de los testigos.
En este caso los dos testigos deben saber firmar. Si el testador sabe firmar
y manifiesta lo contrario, el testamento no es válido. Si sabiendo firmar, no
puede hacerlo, el escribano debe explicitar la causa por la cual no puede
firmar el testador.). Código Civil y Comercial Comentado – Rivera: “(…) Si el
testador no puede firmar, este art. 2480 establece que el escribano debe
explicitar la causa de por qué no puede hacerlo, repitiéndose aquí la
discusión acerca de quién manifiesta la causa de la imposibilidad de firma,
debiendo estarse a lo resuelto por la doctrina y jurisprudencia en el régimen
anterior, es decir que el escribano debe dejar constancia de lo expresado
por el testador, sin ahondar en mayores requerimientos de explicaciones.
Por supuesto, si así lo desea el testador o lo considera conveniente el
escribano, puede acompañarse a la escritura un certificado médico, sin que
su falta ocasione ningún tipo de nulidad del acto. Por último, en caso de
manifestarse falsamente por el testador que no sabía firmar, procede la
invalidez del testamento, al igual que en el Código derogado.”

Clase del 01/10/2015 – Dra. Carmen Sierra


UNIDAD OCHO: FE DE CONOCIMIENTO Concepto. Evolución. Fe de
individualización y fe de identificación. Teorías. Sistemas. Carácter del requisito.
Omisión. Extensión. Medios para arribar a la convicción racional: directos y
supletorios. Jurisprudencia.

Artículo 306: Justificación de identidad. La identidad de los comparecientes debe


justificarse por cualquiera de los siguientes medios:
a) por exhibición que se haga al escribano de documento idóneo; en este caso, se debe
individualizar el documento y agregar al protocolo reproducción certificada de sus partes
pertinentes;
b) por afirmación del conocimiento por parte del escribano.

Fe de conocimiento es la necesidad de que el escribano tenga la certeza de que las


personas que intervienen en el acto sean quienes dicen ser.
En el código velezano, se preveía la fe de conocimiento, que en origen, era de trato
y fama, pero luego de muchos debates interesantes, se reformula el artículo que se
refería a esta institución notarial, en el año 2006, que pasa a denominarse fe o
justificación de la identidad. Saucedo afirma que el cambio de denominación -fe de
conocimiento/fe o justificación de la identidad- no cambia la verdadera naturaleza
jurídica notarial que es un juicio de valor que el notario o escribano realiza al
autorizar un documento. La exhibición del documento idóneo, se refiere a la
exhibición de los documentos contenidos en las leyes respectivas, o sea, hasta hoy
libreta cívica, libreta de enrolamiento y documento nacional de identidad. Sin
embargo, este resultado no prohíbe o deja de admitir, que el notario, para alcanzar
el convencimiento en los casos que así lo requiera, puede valerse de cuantos otros
documentos también se consideren idóneos para la justificación de identidad,
aunque no sean los previstos por las leyes que protegen la identificación de.las
personas. Entonces, cumplida la exhibición del documento legal e idóneo, pueden
existir otros que ayuden a la correcta aseveración: cedula policial, pasaporte, carnet
de conductor, tarjeta de crédito, carnet de socio del club, en fin, cuantos sean
necesarios para probar la buena y prudente diligencia notarial a la hora de cumplir
con el mencionado inciso. Culmina el deber agregando al protocolo, como también
es habitual, la reproducción certificada en sus partes pertinentes. En definitiva, el
documento que se exhiba al escribano deberá permitirle verificar su concordancia
con la persona que comparece ante él, a fin de que pueda arribar a la conclusión de
que se trata de la misma persona. Éste será el fundamento del juicio de identidad
que volcará en la escritura. Se ha discutido cuáles son los documentos que revisten
carácter de idóneos desde el punto de vista legal. La ley 17.671 que crea el
Documento Nacional de Identidad en su artículo 13 establece que la presentación
de este documento será obligatoria en todas las circunstancias en que sea necesario
probar la identidad de las personas, agregando que el mismo no podrá ser suplido
por ningún otro documento de identidad. El artículo 57 mantiene provisoriamente
la vigencia de la Libreta de Enrolamiento y la Libreta Cívica. De una interpretación
estricta del texto legal se desprendería que el único documento que reviste
"idoneidad legal" es el Documento Nacional de Identidad. Se ha sostenido que
deben considerarse aptos para el cumplimiento de esta norma la llamada Cédula de
Identidad del Mercosur y el Pasaporte. En el caso en que, dadas las características
del documento exhibido, el escribano considere a éste insuficiente para arribar a
una conclusión certera acerca de la identidad de la persona, deberá requerir
elementos complementarios.
También se encuentra prevista, para la justificación de identidad, la posibilidad de
afirmación de conocimiento del escribano, algo también relativamente habitual en
las escribanías con personas que concurren asiduamente en búsqueda de
respuestas, en donde en razón del trato, se los exime de las justificaciones
mencionadas anteriormente, consignándose tal situación en la escritura respectiva.
Cualquiera que sea el procedimiento utilizado para identificar a las partes, la
aseveración del escribano al respecto constituye un juicio de certeza y por tanto no
se halla amparado por la fe pública. La omisión de la declaración del escribano
respecto de que ha identificado a las partes y el medio que utilizó para ello no es
causa de nulidad (art. 309). Tampoco la ocasiona no haber agregado la copia de las
partes pertinentes del documento que exige este artículo. Ello es independiente de
que, en caso de que existiera sustitución de personas, es decir, quien otorgue el
acto fuera alguien distinto de quien dijo ser, se originará una nulidad sustancial por
estar viciado uno de los elementos esenciales del acto.

La certificación o dación de fe de conocimiento ha de ser, más que un testimonio, la


calificación o el juicio que el notario formula o emite basado en una convicción
racional que adquiere por los medios que estime adecuados, actuando con
prudencia y cautela (Segundo Congreso Internacional del Notariado Latino en
Madrid en 1950). Se trata del medio técnico y jurídico notarial por el cual el oficial
público identifica física y documentalmente a las personas.

En el CCVélez antes de la reforma de 2006, conforme a los arts. 1001 y 1002, el


oficial público que autorizaba el instrumento debía conocer personalmente al
compareciente o recurrir a los llamados testigos de conocimiento. La sanción de la
Ley 26140 en el año 2006, suprime la mención en el art. 1001 CCIV de fe de
conocimiento, y agrega al art. 1002 la posibilidad de justificar la identidad por
documento idóneo exhibido al escribano.

En el nuevo CCyC, el art. 306 regula la justificación de identidad en dos incisos,


desaparece la posibilidad de justificar la identidad por testigos y mantiene la
exhibición de documento idóneo (ver referencia a los mismos en párrafos
anteriores) y la afirmación del escribano de que conoce a los comparecientes. La
elección de los medios para identificar a los mismos la hace el notario.

Primero le corresponde al escribano calificar la idoneidad del documento exhibido


en dos aspectos: 1) jurídico: debe tratarse de un documento que sirva para
identificar a la persona (Ley 17671 art. 13 y 57); y 2) físico: que el documento sirva
para decir que la persona es la que tiene en frente.
Afirmación de conocimiento por parte del escribano.

Inicialmente la cuestión no fue conflictiva, ya que en la vida tribal, pequeños


poblados y ciudades nacientes, unos y otros se conocían y todos sabían todo de
todos, por lo que se producía espontáneamente la individualización sin error
posible. El conocer era el único medio para llegar a la individualización. El
crecimiento de las ciudades tornó paulatinamente más difícil esta práctica, hasta
convertirla casi en imposible. Aparecen los testigos de conocimiento. Cuando el
notario asegura conocer a una persona lo que está afirmando es que esa persona es
tenida por tal en la vida ordinaria y en el círculo de sus relaciones, por lo que se
trata de una cuestión de notoriedad. Según Bueres, la expresión “fe de
conocimiento” es errónea, ya que se trata en realidad de la identificación de los
otorgantes, tras un serio proceso de investigación para su constancia en el
documento. Identificar es determinar que una persona es la misma que supone que
es. Para Ponde, la expresión es errónea también, pero sostiene que el oficial público
debe individualizar a los otorgantes. Identificar es hacer que dos o más cosas
distintas aparezcan como una misma. El notario pretende aislar a un ser dentro de
la especie humana para asegurarse de quién es y eso es individualizar. El notario da
fe de su individualización, siendo el conocimiento uno de los medios utilizados para
ello. Otros medios para lograrlo serían cotejar la firma en documentos indubitados,
pedir otro documento, requerir testigos de conocimiento.
Su naturaleza jurídica es la de ser un juicio que formula el notario. No está
amparado por la fe pública. Se trata de una obligación de resultado.

UNIDAD NUEVE: ACTUACIONES POR REPRESENTANTES


Concepto de mandato, representación y poder. Clases de representación: legal y
convencional. Evolución del texto del art. 1003 del Código Civil. Concepto de poderes y
títulos habilitantes. Legalizaciones. Convención de La Haya de 1961. La apostilla. Clases
de poderes: general, especial, especial irrevocable o con efectos post mortem.
Agregación en original o no al protocolo. Omisión de la protocolización: efectos.
Evolución. Justificación de personería en el caso de representantes de asociaciones,
fundaciones, sociedades civiles y comerciales y autoridades estatales o eclesiásticas.

Concepto de mandato – Art. 1319 CCyC

Art. 1319. Definición. Hay contrato de mandato cuando una parte se obliga a
realizar uno o más actos jurídicos en interés de otra. El mandato puede ser conferido
y aceptado expresa o tácitamente. Si una persona sabe que alguien está haciendo
algo en su interés, y no lo impide, pudiendo hacerlo, se entiende que ha conferido
tácitamente mandato. La ejecución del mandato implica su aceptación aun sin
mediar declaración expresa sobre ella.
Es un encargo para realizar actos jurídicos entre vivos. Se requiere la colaboración
de otra persona. Se separa el interés que el mandante tiene en el acto de la
ejecución del mismo que tiene el mandatario. Los elementos del mandato son: 1)
existencia de dos voluntades, 2) el objeto del acto, que es la colaboración en sí –por
ejemplo, prestación-, 3) un interés, y 4) el titular del interés, que es sobre quien
repercuten los efectos del acto.

El mandato puede ser con representación o sin representación.

REPRESENTACIÓN

Art. 1320. — Representación. Si el mandante confiere poder para ser representado,


le son aplicables las disposiciones de los arts. 362 y siguientes. Aun cuando el
mandato no confiera poder de representación, se aplican las disposiciones citadas a
las relaciones entre mandante y mandatario, en todo lo que no resulten modificadas
en este Capítulo.

Se da cuando el mandate confiere poder al mandatario para que éste lo represente.


Se le aplican las disposiciones de los arts. 362 y ss.

ARTÍCULO 362.- Caracteres. La representación voluntaria comprende sólo los actos que el
representado puede otorgar por sí mismo. Los límites de la representación, su extinción, y
las instrucciones que el representado dio a su representante, son oponibles a terceros si
éstos han tomado conocimiento de tales circunstancias, o debieron conocerlas obrando
con cuidado y previsión.
ARTÍCULO 363.- Forma. El apoderamiento debe ser otorgado en la forma prescripta para
el acto que el representante debe realizar.
ARTÍCULO 364.- Capacidad. En la representación voluntaria el representado debe tener
capacidad para otorgar el acto al momento del apoderamiento; para el representante es
suficiente el discernimiento.
ARTÍCULO 365.- Vicios. El acto otorgado por el representante es nulo si su voluntad está
viciada. Pero si se ha otorgado en ejercicio de facultades previamente determinadas por
el representado es nulo sólo si estuvo viciada la voluntad de éste.
El representado de mala fe no puede aprovecharse de la ignorancia o la buena fe del
representante.
ARTICULO 366.- Actuación en ejercicio del poder. Cuando un representante actúa dentro
del marco de su poder, sus actos obligan directamente al representado y a los terceros. El
representante no queda obligado para con los terceros, excepto que haya garantizado de
algún modo el negocio. Si la voluntad de obrar en nombre de otro no aparece claramente,
se entiende que ha procedido en nombre propio.
ARTÍCULO 367.- Representación aparente. Cuando alguien ha obrado de manera de
inducir a un tercero a celebrar un acto jurídico, dejándolo creer razonablemente que
negocia con su representante, sin que haya representación expresa, se entiende que le ha
otorgado tácitamente poder suficiente.
A tal efecto se presume que:
a) quien de manera notoria tiene la administración de un establecimiento abierto al
público es apoderado para todos los actos propios de la gestión ordinaria de éste;
b) los dependientes que se desempeñan en el establecimiento están facultados para todos
los actos que ordinariamente corresponden a las funciones que realizan;
c) los dependientes encargados de entregar mercaderías fuera del establecimiento están
facultados a percibir su precio otorgando el pertinente recibo.
ARTÍCULO 368.- Acto consigo mismo. Nadie puede, en representación de otro, efectuar
consigo mismo un acto jurídico, sea por cuenta propia o de un tercero, sin la autorización
del representado. Tampoco puede el representante, sin la conformidad del representado,
aplicar fondos o rentas obtenidos en ejercicio de la representación a sus propios negocios,
o a los ajenos confiados a su gestión.
ARTÍCULO 369.- Ratificación. La ratificación suple el defecto de representación. Luego de
la ratificación, la actuación se da por autorizada, con efecto retroactivo al día del acto,
pero es inoponible a terceros que hayan adquirido derechos con anterioridad.
ARTICULO 370.- Tiempo de la ratificación. La ratificación puede hacerse en cualquier
tiempo, pero los interesados pueden requerirla, fijando un plazo para ello que no puede
exceder de quince días; el silencio se debe interpretar como negativa. Si la ratificación
depende de la autoridad administrativa o judicial, el término se extiende a tres meses. El
tercero que no haya requerido la ratificación puede revocar su consentimiento sin esperar
el vencimiento de estos términos.
ARTÍCULO 371.- Manifestación de la ratificación. La ratificación resulta de cualquier
manifestación expresa o de cualquier acto o comportamiento concluyente que
necesariamente importe una aprobación de lo que haya hecho el que invoca la
representación.
ARTÍCULO 372.- Obligaciones y deberes del representante. El representante tiene las
siguientes obligaciones y deberes:
a) de fidelidad, lealtad y reserva;
b) de realización de la gestión encomendada, que exige la legalidad de su prestación, el
cumplimiento de las instrucciones del representado, y el desarrollo de una conducta según
los usos y prácticas del tráfico;
c) de comunicación, que incluye los de información y de consulta;
d) de conservación y de custodia;
e) de prohibición, como regla, de adquirir por compraventa o actos jurídicos análogos los
bienes de su representado;
f) de restitución de documentos y demás bienes que le correspondan al representado al
concluirse la gestión.
ARTÍCULO 373.- Obligaciones y deberes del representado. El representado tiene las
siguientes obligaciones y deberes:
a) de prestar los medios necesarios para el cumplimiento de la gestión;
b) de retribuir la gestión, si corresponde;
c) de dejar indemne al representante.
ARTÍCULO 374.- Copia. Los terceros pueden exigir que el representante suscriba y les
entregue copia firmada por él del instrumento del que resulta su representación.
ARTÍCULO 375.- Poder conferido en términos generales y facultades expresas. Las
facultades contenidas en el poder son de interpretación restrictiva. El poder conferido en
términos generales sólo incluye los actos propios de administración ordinaria y los
necesarios para su ejecución.
Son necesarias facultades expresas para:
a) peticionar el divorcio, la nulidad de matrimonio, la modificación, disolución o
liquidación del régimen patrimonial del matrimonio;
b) otorgar el asentimiento conyugal si el acto lo requiere, caso en el que deben
identificarse los bienes a que se refiere;
c) reconocer hijos, caso en el que debe individualizarse a la persona que se reconoce;
d) aceptar herencias;
e) constituir, modificar, transferir o extinguir derechos reales sobre inmuebles u otros
bienes registrables;
f) crear obligaciones por una declaración unilateral de voluntad;
g) reconocer o novar obligaciones anteriores al otorgamiento del poder;
h) hacer pagos que no sean los ordinarios de la administración;
i) renunciar, transar, someter a juicio arbitral derechos u obligaciones, sin perjuicio de las
reglas aplicables en materia de concursos y quiebras;
j) formar uniones transitorias de empresas, agrupamientos de colaboración empresaria,
sociedades, asociaciones, o fundaciones;
k) dar o tomar en locación inmuebles por más de tres años, o cobrar alquileres
anticipados por más de un año;
l) realizar donaciones, u otras liberalidades, excepto pequeñas gratificaciones habituales;
m) dar fianzas, comprometer servicios personales, recibir cosas en depósito si no se trata
del necesario, y dar o tomar dinero en préstamo, excepto cuando estos actos
correspondan al objeto para el que se otorgó un poder en términos generales.
ARTICULO 376.- Responsabilidad por inexistencia o exceso en la representación. Si alguien
actúa como representante de otro sin serlo, o en exceso de las facultades conferidas por el
representado, es responsable del daño que la otra parte sufra por haber confiado, sin
culpa suya, en la validez del acto; si hace saber al tercero la falta o deficiencia de su
poder, está exento de dicha responsabilidad.
ARTÍCULO 377.- Sustitución. El representante puede sustituir el poder en otro. Responde
por el sustituto si incurre en culpa al elegir. El representado puede indicar la persona del
sustituto, caso en el cual el representante no responde por éste.
El representado puede prohibir la sustitución.
ARTÍCULO 378.- Pluralidad de representantes. La designación de varios representantes,
sin indicación de que deban actuar conjuntamente, todos o algunos de ellos, se entiende
que faculta a actuar indistintamente a cualquiera de ellos.
ARTÍCULO 379.- Apoderamiento plural. El poder otorgado por varias personas para un
objeto de interés común puede ser revocado por cualquiera de ellas sin dependencia de
las otras.
ARTÍCULO 380.- Extinción. El poder se extingue:
a) por el cumplimiento del o de los actos encomendados en el apoderamiento;
b) por la muerte del representante o del representado; sin embargo subsiste en caso de
muerte del representado siempre que haya sido conferido para actos especialmente
determinados y en razón de un interés legítimo que puede ser solamente del
representante, de un tercero o común a representante y representado, o a representante
y un tercero, o a representado y tercero;
c) por la revocación efectuada por el representado; sin embargo, un poder puede ser
conferido de modo irrevocable, siempre que lo sea para actos especialmente
determinados, limitado por un plazo cierto, y en razón de un interés legítimo que puede
ser solamente del representante, o de un tercero, o común a representante y
representado, o a representante y un tercero, o a representado y tercero; se extingue
llegado el transcurso del plazo fijado y puede revocarse si media justa causa;
d) por la renuncia del representante, pero éste debe continuar en funciones hasta que
notifique aquélla al representado, quien puede actuar por sí o reemplazarlo, excepto que
acredite un impedimento que configure justa causa;
e) por la declaración de muerte presunta del representante o del representado;
f) por la declaración de ausencia del representante;
g) por la quiebra del representante o representado;
h) por la pérdida de la capacidad exigida en el representante o en el representado.
ARTÍCULO 381.- Oponibilidad a terceros. Las modificaciones, la renuncia y la revocación
de los poderes deben ser puestas en conocimiento de los terceros por medios idóneos. En
su defecto, no son oponibles a los terceros, a menos que se pruebe que éstos conocían las
modificaciones o la revocación en el momento de celebrar el acto jurídico.
Las demás causas de extinción del poder no son oponibles a los terceros que las hayan
ignorado sin su culpa.

Se trata de una relación jurídica donde el representante ejecuta un negocio jurídico


en nombre del representado, de tal forma que el negocio se considera como si
hubiese sido celebrado por este último, y los derechos y obligaciones que emergen
del acto celebrado por el representante inciden inmediatamente sobre el
representado. La relación de representación es el vínculo directo que se forma
entre el representado y el tercero.

Los límites de la representación, su extinción, y las instrucciones que el


representado dio a su representante, son oponibles a terceros si estos han tomado
conocimiento de tales circunstancias, o debieron conocerlas obrando con cuidado y
previsión.

Art. 1321. Mandato sin representación. Si el mandante no otorga poder de


representación, el mandatario actúa en nombre propio pero en interés del
mandante, quien no queda obligado directamente respecto del tercero, ni éste
respecto del mandante. El mandante puede subrogarse en las acciones que tiene el
mandatario contra el tercero, e igualmente el tercero en las acciones que pueda
ejercer el mandatario contra el mandante.

El tercero cree que contrata con el mandatario porque no se da a conocer al


mandante (simulación, testaferro). Los efectos del contrato recaen sobre el
mandatario.

CLASES DE REPRESENTACIÓN

Art. 358. — Principio. Fuentes. Los actos jurídicos entre vivos pueden ser celebrados
por medio de representante, excepto en los casos en que la ley exige que sean
otorgados por el titular del derecho.
La representación es voluntaria cuando resulta de un acto jurídico, es legal cuando
resulta de una regla de derecho, y es orgánica cuando resulta del estatuto de una
persona jurídica. En las relaciones de familia la representación se rige, en subsidio,
por las disposiciones de este Capítulo.
Representación legal: llamada también necesaria. Son los casos en que un sujeto se
encuentra en imposibilidad jurídica de declarar la propia voluntad y de estipular por
sí un negocio jurídico porque es incapaz de obrar. La ley suple su incapacidad
confiando a otro sujeto el poder de declarar a nombre y en interés del incapaz,
como sucede con la representación que ejercen curadores, tutores y padres en
ejercicio de la patria potestad, con relación a incapaces, relativamente capaces y
menores de edad. Es la ley quien vincula a los sujetos representante y
representado.
Orgánica: La representación orgánica contempla los casos de representación de
personas jurídicas. Surgirá del estatuto, contrato, o instrumento legal que le diera
origen. El representante es el titular de un órgano, independiente de la existencia
de un poder (por ejemplo, en las SA el representante es el Presidente del directorio
-art. 268 Ley 19.550-, sin perjuicio que pueda darse poder a un tercero). "La
representación orgánica refiere a los casos de representación de sociedades, el
representante es el titular de un órgano, independientemente de la existencia de un
poder. Es un funcionario y no mero representante; su cargo es normalmente indelegable;
su actuación no está sujeta al poder sino al acto constitutivo y a los órganos de gobierno"
(Lorenzetti, Contratos, Parte Especial).

Teoría del órgano: la PJ tiene obligaciones y derechos. Su capacidad de ejercicio es


distinta a la de los miembros que la integran. La voluntad de los miembros que la
conforman es distinta a la voluntad de la PJ en sí. Las personas físicas (designadas
como autoridades de los órganos) actúan en representación de la persona Jurídica.
Cada órgano tiene una función determinada y facultades determinadas. Siempre se
debe requerir el estatuto y sus modificaciones, las actas que designen a las
autoridades y las que faculten la representación orgánica para actos particulares.
Todo ello nos permitirá determinar si el representante se encuentra actuando
conforme a sus facultades o en exceso de ellas. En este último caso, de producirse,
sería de aplicación la doctrina ultra vires (la Ley General de Sociedades ha
confirmado la posición doctrinaria de nuestro ordenamiento jurídico respecto de los
acuerdos ultra vires, prohibiendo de manera terminante cualquier exceso de los
administradores sobre la finalidad dispuesta por estatuto, estos no pueden tomar
decisiones simplemente contrarias o ajenas al objeto social porque serían ultra vires.
El segundo párrafo del artículo 38° de la LGS establece que serán nulos aquellos
acuerdos adoptados por la sociedad en conflicto con el pacto social o el estatuto, así
cuenten con la mayoría necesaria, si previamente no se ha modificado el pacto
social o el estatuto son sujeción a las respectivas normas legales y estatuarias. No
obstante ello, el artículo 12° de la LGS, en su primer párrafo, plasma la protección
que otorga la ley al tercero de buena fe que contrata con la sociedad. Si los
representantes de una sociedad celebran determinados actos o contratos dentro de
los límites de las facultades que le han sido conferidos, pero comprometiéndola en
negocios u operaciones no comprendidas en su objeto social, aquellos deben ser
cumplidos por la sociedad. El segundo párrafo del artículo 12° de la LGS dispone que
los socios o administradores, según sea el caso, responden frente a la sociedad por
los daños y perjuicios que ésta haya experimentado como consecuencia de acuerdos
adoptados con su voto y en virtud de las cuales se pudiera haber autorizado la
celebración de actos que extralimitan su objeto social y que la obligan frente a co-
contratantes y terceros de buena fe, sin perjuicio de la responsabilidad penal que
pudiese corresponderles.)

PODER
Es un acto jurídico unilateral y recepticio, que, en principio debería ser otorgado por
escrito (porque se puede pedir copia firmada del instrumento- ver art. 374 CCyC).
No se establece una forma determinada del otorgamiento, pero en el caso de
ciertos actos jurídicos se exige que sean otorgados por escritura pública (por
ejemplo, poder otorgado para la compra de un inmueble). El mandante es quien
establece la extensión de su representación. El poder puede darse solo, nombrando
un representante para que eventualmente pueda sustituirnos, o unido a otro
negocio o negocios, que generalmente constituyen un negocio de gestión por el
cual el sujeto a quien se nombre representante se obliga a hacer algo, que le es
posibilitado por el otorgamiento. En virtud de la vinculación entre poderdante y
apoderado (aspecto interno del poder según Messineo), el mandatario tendrá
responsabilidad ante el mandante por el cumplimiento de la gestión o procuración
que se le haya encargado (relacionado con las obligaciones y los deberes del
representante, art. 372 CCyC).

Sustitución de poder (art. 377 CCyC)


Art. 377. — Sustitución. El representante puede sustituir el poder en otro. Responde
por el sustituto si incurre en culpa al elegir. El representado puede indicar la persona
del sustituto, caso en el cual el representante no responde por este. El representado
puede prohibir la sustitución.
Art. 1327.Sustitución del mandato. El mandatario puede sustituir en otra persona la
ejecución del mandato y es responsable de la elección del sustituto, excepto
cuando lo haga por indicación del mandante. En caso de sustitución, el mandante
tiene la acción directa contra el sustituto prevista en los artículos 736 y
concordantes, pero no está obligado a pagarle retribución si la sustitución no era
necesaria. El mandatario responde directamente por la actuación del sustituto
cuando no fue autorizado a sustituir, o cuando la sustitución era innecesaria para la
ejecución del mandato.

La regla general es que el representante puede sustituir el poder en otra persona.


La sustitución puede maximizar la eficacia de la actuación del representante. El
representante traspasa las facultades que le otorga su representado a un tercero.
Este traspaso puede ser en forma total o parcial. El representante responderá por el
sustituto en los casos de que incurra en culpa en su elección (culpa in eligiendo). El
representado podrá indicar la persona que deberá sustituir al representante, en
cuyo caso la responsabilidad por la culpa en su elección caerá sobre él. Asimismo,
tiene la facultad excluyente de prohibir la sustitución del poder.

“A consecuencia de la sustitución autorizada y frente a las posibles


responsabilidades que se pudieran suceder como consecuencia de aquélla, se deja
en claro que: a) si la elección del sustituto fue a indicación del mandante, no le
cabe responsabilidad alguna al mandatario por tal elección; b) el mandante tiene
acción directa contra el sustituto (la prevista en los arts. 736 y SS.). Acción que
tiene por objeto las obligaciones derivadas de la sustitución (reclamar rendición de
cuentas, entrega del saldo, cumplimiento de las obligaciones y daños y perjuicios).
Ahora, con la consideración precisa de que la onerosidad presumida del mandato
(art. 1322) no juega, y por lo tanto no se encuentra obligado a pagarle retribución
alguna, si precisamente la sustitución no era necesaria, y c) el mandatario
responde directamente por la actuación del sustituto cuando no fue autorizado a
sustituir por tratarse aquélla de una gestión efectuada en contra de la voluntad del
dueño del negocio, y que también debe responder cuando la sustitución era
innecesaria para la ejecución del mandato, por resultar indiferente la misma a la
eficacia de la representación.” (Código Civil y Comercial de la Nación –
Lorenzetti)

ARTÍCULO 307 DEL CCYC DOCUMENTOS HABILITANTES (EX – ART. 1003 CCVÉLEZ)

Art. 307.- Documentos habilitantes - Si los otorgantes fuesen representados por


mandatarios o representantes legales, el notario expresará que se le han presentado
los poderes y documentos habilitantes, que anexará a su protocolo. Si fuese
menester la devolución de los mismos, o se tratare de poderes generales, hará
constar la circunstancia y agregará copia autenticada al protocolo. En caso de que
los poderes o documentos se hubieren otorgado en su oficina, o se hallaren
protocolizados en su registro, expresará este antecedente, indicando el folio y año
respectivo. La protocolización de documentos exigida por ley, se hará por resolución
judicial previa. El documento a protocolizarse será entregado al escribano público
que haya de realizar la diligencia, para que lo agregue a su protocolo, mediante un
acta que contenga solamente los datos necesarios para precisar la identidad del
documento protocolizado. El escribano público que haya efectuado la
protocolización, dará a los interesados los testimonios que se le pidieren.

La redacción original del art. 1003, exigía la transcripción de los poderes u otros
documentos públicos, salvo que estuvieran otorgados en el registro del mismo
escribano, en cuyo caso bastaba que diera fe de hallarse en un protocolo indicando
fojas en que se encontraban. La ley 9151 admitió el procedimiento de transcripción
sólo de la parte pertinente con indicación de la foja en los casos en que el poder
fuera otorgado en el mismo registro y en los casos de instrumentos protocolizados y
transcriptos con anterioridad en el protocolo. La Ley 15875 exigía sólo la exhibición
de los poderes y documentos habilitantes y su agregación por notario en el
protocolo, pero sin la necesidad de transcribir la parte pertinente.
Actualmente, la redacción del art. 307 CCyC mantiene la del art. 1003 según su
última modificación (por Ley 15875).

Los documentos habilitantes habilitan, valga la redundancia, a una persona para


actuar en nombre de otra: habilitan representación. El otorgante que es
representante debe presentar los documentos que así lo acrediten. En los casos de
ejercicio de responsabilidad parental, por ejemplo, deberá presentar la partida de
nacimiento. En caso de actuar por poder, deberá presentar el mismo. La norma
distingue si se trata de un poder especial para el acto que se otorga (en cuyo caso se
agrega al protocolo) o poderes generales (entonces, se hará constar dicha
circunstancia y se agregará copia autenticada del mismo al protocolo). El escribano
debe requerir la presentación del poder al representante y, en caso de que no la
presente, se lo tendrá por revocado.
Los documentos habilitantes comprenden tanto los documentos acreditativos de
procuraciones propiamente dichos (poderes) como negocios de asistencia,
autorización y asentimiento (por ejemplo, autorización especial otorgada por el juez
al padre para disponer de los bienes de su hijo). Documento habilitante es el
género, el poder es la especie.

La finalidad de los documentos habilitantes es: 1) justificar la legitimidad de la


personería del apoderado, 2) constituir documento acreditativo de que el acto se ha
realizado sin vicios, 3) prevenir contra la falsa invocación del mandato, 4)
oportunidad de hallar en el protocolo todos los elementos adecuados para juzgar la
validez y eficacia del acto, 5) publicitar la capacidad del representado en la
escritura.

Las intervenciones en sede notarial no se compadecen esencialmente con la noción


de parte. En muchos casos comparece al otorgamiento del acto de que se trate un
representante que no es ni forma parte del acto instrumentado, pudiendo actuar
como mandatario, representante legal, social o voluntario.

En los casos de representación societaria, su titulación habilitante debe justificarse


con la exhibición de originales de estatutos y sus modificatorias, actas de
asambleas, Directorio, reunión de socios, etc., que darán seguridad jurídica al acto
que se otorga. Si se trata de una representación legal, no sólo se debe justificar con
los documentos que garanticen la misma, sino que además, debe darse espacio a
las personas implicadas, como es el caso de los menores, a que expresen su
voluntad (Código Civil y Comercial de la Nación – Comentado – Graciela Medina-
Julio Rivera).

LEGALIZACIÓN

Es un instituto jurídico que relaciona el aspecto formal y la autenticidad exterior de


un instrumento, mediante el estampado de una certificación en el mismo. Avala el
documento desde su punto de vista externo. Es una actuación que proviene de
autoridad con competencia en la materia, para que el sello, firma y atestación
notarial revistan autoridad fuera de su demarcación. Es necesaria para que el
documento sea válido fuera de la provincia y la hace el Colegio de Escribanos. La
legalización no afecta la esencia del documento, su validez interna.

Constitución Nacional, Artículo 7º.- Los actos públicos y procedimientos judiciales de una
provincia gozan de entera fe en las demás; y el Congreso puede por leyes generales
determinar cuál será la forma probatoria de estos actos y procedimientos, y los efectos
legales que producirán.

CCyC, Art. 293. — Competencia. Los instrumentos públicos extendidos de acuerdo con lo
que establece este Código gozan de entera fe y producen idénticos efectos en todo el
territorio de la Republica, cualquiera sea la jurisdicción donde se hayan otorgado.
La Ley de defensa de la competencia exige la legalización por parte del Colegio de
Escribanos. Además, existe Jurisprudencia que establece que la personería invocada
carece de suficiencia si no está legalizada la firma del escribano autorizante en el
documento habilitante.

En el ámbito internacional, la legalización se enmarca como un proceso que avala y


certifica la autenticidad de los documentos en su faz externa para que sea válida
también en el extranjero.

Dependiendo del documento del que se trate, la legalización puede ser:

1. NOTARIAL.- La autoridad del Colegio de Escribanos certifica la firma y sello (y


la presencia físico-material del instrumento), señalando que coinciden con
las que registra el Colegio como pertenecientes a un escribano que se
encuentra en ejercicio de la función notarial.
2. ADMINISTRATIVA.- Se efectúa sobre un documento firmado y expedido por
algún funcionario de la administración pública, en cualquiera de sus
reparticiones y dependencias.
3. JUDICIAL.- Autenticación que recae sobre la firma del juez que suscribe un
fallo o sentencia, o sobre la firma de un Secretario del Juzgado.

La fundamentación de las legalizaciones es la de otorgar eficacia a un documento,


así como la garantía de su activa circulación fuera del ámbito territorial en el que el
documento fue creado. Cristina Armella señala que la eficacia es la capacidad o
virtualidad jurídica para que determinada actuación o acto desarrolle sus
consecuencias y efectos, sea contra terceros en general, sea entre las partes
otorgantes, fuera de la demarcación geográfica donde fue autorizada, de la misma
manera y calidad que los produce en su territorio original.

La legalización da la certeza de que quien signaba el documento en el momento de


su otorgamiento, se encontraba revestido de potestad fedante suficiente. Es claro
que mientras no se crucen los límites del territorio en el que tiene competencia el
funcionario que autorizó el instrumento, no se necesita legalización de tipo alguno.

La autoridad que legaliza los instrumentos notariales en última instancia es el


Estado local, pero las autoridades estaduales han otorgado dichas funciones en los
respectivos colegios notariales. Son los Colegios de Escribanos los que tienen, entre
otras funciones, la de legalizar los instrumentos autorizados por los notarios,
cumpliendo así con su función de fiscalización y control de los escribanos de su
demarcación territorial.

Los aspectos del instrumento notarial a legalizar están constituidos, básicamente,


por:

a) Firma del escribano, que debe ser igual a la registrada en el Colegio de


Escribanos (notario de la jurisdicción, investido de función pública,
habilitado para ello y en ejercicio de su cargo);
b) Sello colocado por el oficial público, que debe ser el mismo que el notario
tiene registrado en el Colegio respectivo;
c) Soporte papel, debiendo el documento haber sido labrado en sellos de
actuación notarial, habilitados en forma legal, para cada registro notarial en
fecha previa a su utilización por el escribano, debiendo estar las fojas
rubricadas por el Colegio;
d) Fecha, para verificar que el escribano que autorizó el documento que se
presenta para legalizar estuviera en pleno ejercicio de su función.

La autoridad legalizante puede denegar la legalización señalando aspectos


puntuales que deben corregirse (observaciones). Una vez solucionadas por el
escribano autorizante del documento, procede la institución a legalizar. Si el
notario, en principio, no puede solucionarlas, debe en primer lugar, terminar la
instancia administrativa ante el Colegio de Escribanos para recurrir en Segundo
término ante la Justicia Ordinaria.

La falta de legalización no afecta a la validez del documento pero sí a su eficacia, ya


que no produce efectos fuera del territorio donde fue otorgado. Para que el valor
probatorio y la plena fe notarial se trasladen en un instrumento público de una
demarcación territorial a otra, es imprescindible legalizar la firma del notario.

Legalizaciones de primer grado: es la legalización que extienden los colegios


notariales sobre la firma y sello del escribano y que habilitan al instrumento a
circular libremente en el tráfico jurídico por todo el territorio de la República
Argentina.

Legalizaciones de segundo grado: se trata de la certificación que sobre la


legalización que emitió el Colegio de escribanos efectúa un organismo de rango
superior. En el caso de nuestro país, ese órgano es el Ministerio de Relaciones
Exteriores y Culto. Permite al documento circular libremente fuera del país donde
fue suscripto. Simplemente atiende al aspecto externo del documento notarial.

PAÍSES NO VINCULADOS A LA CONVENCIÓN DE LA HAYA

Todos los instrumentos públicos que ingresan o egresan a/de nuestro país deben
cumplir ciertos recaudos formales que aseguren su autenticidad fedante. Estos
recaudos son:

INSTRUMENTOS QUE INGRESAN A LA ARGENTINA: 1) la firma del funcionario


público extranjero que autorizó el instrumento debe ser certificada por la autoridad
que corresponda según el país de origen, 2) la firma de la autoridad debe ser
autenticada por el Ministerio de Relaciones Exteriores del país donde se otorgó el
documento, 3) la suscripción del funcionario del Ministerio del país de origen debe
ser legalizada por el Cónsul Argentino en dicha nación, y 4) una vez llegado a la
Argentina, la firma del cónsul argentino debe ser autenticada por el Ministerio de
Relaciones Exteriores y Culto.
INSTRUMENTOS QUE EGRESAN DE LA REPÚBLICA ARGENTINA: 1) certificación de
la firma del funcionario público argentino por la autoridad competente, 2)
autenticación de la firma de esa autoridad por el Ministerio de Relaciones
Exteriores y Culto, 3) la suscripción del Ministerio debe ser legalizada por el cónsul
extranjero (del país al cual se enviará el documento) acreditado en la Argentina, y 4)
En el lugar de destino, la firma del cónsul extranjero en la Argentina deberá ser
autenticada por el Ministerio de Relaciones Exteriores de su país.

CONVENCIÓN DE LA HAYA

Para los países firmantes (estados parte) de esta convención se simplifica la


legalización. La Argentina ratificó el Convenio de La Haya en el año 1986. Simplificó
la cadena de legalizaciones diplomáticas y consulares, remplazándola por una única
autenticación, la apostilla. La apostilla consiste en un sello de forma cuadrada, que
es colocado por la autoridad respectiva en el instrumento público. Su título
(“Apostille. Convention de La Haya du 5 octobre 1961”) debe estar escrito siempre
obligatoriamente en idioma francés, mientras que su texto puede redactarse en el
idioma del país emisor (signatario de la Convención). Se realiza una única
legalización que consiste en una acotación efectuada por la autoridad competente
del Estado en el que se originó el documento. Esa acotación debe dar fe de la
autenticidad de la firma del funcionario, del carácter en que interviene el
autorizante del documento y de la identidad del sello que porta el instrumento (art.
3ro. Convención de La Haya). El sistema de apostilla no elimina el instituto de la
legalización, sino que simplifica el mismo. La autoridad competente para colocar la
apostilla en nuestro país es el Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio
Internacional y Culto, a través del Departamento de Legalizaciones. Dicho Ministerio
suscribió un Convenio con los Colegios Notariales de la República Argentina,
delegando en éstos la facultad legalizatoria, con la apostilla mediante el cual son los
mismos quienes estamparán el sello de la apostilla.

REPRESENTACIÓN VOLUNTARIA - CLASES DE PODERES

En el CCVélez se distinguía entre Poder General (art. 1880 CC - referido a todos los
negocios del mandante, atribuyendo sólo facultades para realizar actos de
administración) y Poder Especial (art. 1881 CC – referido a ciertos negocios en
particular conforme los enunciados en el artículo mencionado del CCVélez, limitado
a los actos para los que ha sido dado y no puede extenderse a otros).

El nuevo Código Civil y Comercial no realiza la distinción mencionada basada en el


instrumento, refiriéndose de este modo a poder otorgado en términos generales y
a facultades expresas para realizar actos en particular en el art. 375 CCyC.

Así entonces el poder puede ser general, y ello implicará la facultad de realizar los
actos propios de la administración ordinaria del representado y los necesarios para
su ejecución (quedando excluidos actos extraordinarios y de disposición), como así
también podrá contener facultades expresas para ciertos actos determinados.
Luego, la norma indica casos en los que una facultad expresa para realizarlos es
necesaria. En ella se advierte que se han incorporado los casos previstos por el art.
1881 del Cód. Civil a los cuales se ha ampliado su alcance (por ejemplo, en lo
relativo a bienes registrables no solo se refiere a inmuebles sino también a
cualquier otro, y asimismo, refiere no solo a constituir o cederlos, sino modificarlos,
transferirlos y extinguirlos), y hay casos novedosos (como los relativos al derecho de
familia). No se trata de la distinción de poder general y especial, sino de los
términos en que se otorgan las facultades dentro de cualquiera de estos dos tipos
de poderes; ya sea en términos generales (de administración y negocios necesarios
para su ejecución) o con cláusulas que expresamente determinen las facultades
otorgadas (enumeración de trece incisos que así lo requieren), justificado por la
naturaleza del acto de que se trata. La interpretación de las facultades es restrictiva.

ARTÍCULO 375.- Poder conferido en términos generales y facultades expresas. Las


facultades contenidas en el poder son de interpretación restrictiva. El poder conferido en
términos generales sólo incluye los actos propios de administración ordinaria y los
necesarios para su ejecución. Son necesarias facultades expresas para:
a. peticionar el divorcio, la nulidad de matrimonio, la modificación, disolución o liquidación
del régimen patrimonial del matrimonio;
b. otorgar el asentimiento conyugal si el acto lo requiere, caso en el que deben identificarse
los bienes a que se refiere;
c. reconocer hijos, caso en el que debe individualizarse a la persona que se reconoce;
d. aceptar herencias;
e. constituir, modificar, transferir o extinguir derechos reales sobre inmuebles u otros bienes
registrables;
f. crear obligaciones por una declaración unilateral de voluntad;
g. reconocer o novar obligaciones anteriores al otorgamiento del poder;
h. hacer pagos que no sean los ordinarios de la administración;
i. renunciar, transar, someter a juicio arbitral derechos u obligaciones, sin perjuicio de las
reglas aplicables en materia de concursos y quiebras;
j. formar uniones transitorias de empresas, agrupamientos de colaboración empresaria,
sociedades, asociaciones, o fundaciones;
k. dar o tomar en locación inmuebles por más de tres años, o cobrar alquileres anticipados
por más de un año;
l. realizar donaciones, u otras liberalidades, excepto pequeñas gratificaciones habituales;
m. dar fianzas, comprometer servicios personales, recibir cosas en depósito si no se trata del
necesario, y dar o tomar dinero en préstamo, excepto cuando estos actos correspondan al
objeto para el que se otorgó un poder en términos generales.

PODER ESPECIAL IRREVOCABLE Y PODER CON EFECTO POST-MORTEM


Art. 380. Extinción. El poder se extingue:
a) por el cumplimiento del o de los actos encomendados en el apoderamiento;
b) por la muerte del representante o del representado; sin embargo subsiste en caso de
muerte del representado siempre que haya sido conferido para actos especialmente
determinados y en razón de un interés legítimo que puede ser solamente del representante,
de un tercero o común a representante y representado, o a representante y un tercero, o a
representado y tercero;
c) por la revocación efectuada por el representado; sin embargo, un poder puede ser
conferido de modo irrevocable, siempre que lo sea para actos especialmente determinados,
limitado por un plazo cierto, y en razón de un interés legítimo que puede ser solamente del
representante, o de un tercero, o común a representante y representado, o a representante
y un tercero, o a representado y tercero; se extingue llegado el transcurso del plazo fijado y
puede revocarse si media justa causa;
d) por la renuncia del representante, pero éste debe continuar en funciones hasta que
notifique aquélla al representado, quien puede actuar por sí o reemplazarlo, excepto que
acredite un impedimento que configure justa causa;
e) por la declaración de muerte presunta del representante o del representado;
f) por la declaración de ausencia del representante;
g) por la quiebra del representante o representado;

h) por la pérdida de la capacidad exigida en el representante o en el representado.


Poder especial irrevocable.- Una de las causales de extinción del poder,
enumeradas en el artículo transcripto es la revocación del mismo por el mandante.
Así como su simple interés produce el nacimiento del vínculo representativo,
también determinará su extinción sin necesidad de expresar razón justificante
alguna. No obstante ello, el inc. c) prevé el mandato irrevocable siempre que: a)
Que se trate de negocios especiales. Se excluye así de plano la posibilidad de un
poder general irrevocable. Al decir de López Mesa, permitir ello implicaría una
cesión completa del patrimonio jurídicamente imposible. b) Limitado en el tiempo,
porque si se pactara una irrevocabilidad sine die, se afectaría la capacidad y la
libertad del titular del interés. c) Existencia de un interés legítimo, sea del
representante, de un tercero, común a representante y representado, o a
representante y un tercero, o a representado y tercero. Estará dado cuando esté
vinculado a otro negocio causal, o a una obligación, de modo que el poder sea un
mero instrumento para obtener la finalidad perseguida en ellos. La jurisprudencia
se ha inclinado hacia la libertad de revocar, requiriendo que para que sea
admisible la irrevocabilidad se den todos los requisitos y en forma concurrente.
Aun así, el poder irrevocable puede ser revocado si mediare “justa causa” (por
ejemplo, incumplimiento del representante de algunas de las obligaciones a su
cargo; art. 372 CCyC).
Poder con efecto post-mortem.- En el inc. b) del artículo transcripto el Código
prevé como regla la extinción del poder por muerte del representado o
representante, disolución que se justifica en la esencia intuitu persone del vínculo
que une a ambos y en la confianza que debe guiar la relación de las partes. A
continuación, se establece la excepción prevista para los casos de muerte del
representado cuando el poder fue conferido para actos especialmente
determinados y por una serie de intereses que el Código enumera. Es decir, el poder
subsiste aun luego de la muerte del representado si fue otorgado para actos
“especialmente determinados” (por ejemplo, transferir el dominio de cierto
inmueble a Patricia) y en razón de un interés legítimo (por ejemplo, cumplir con el
compromiso de venta asumido en favor de Patricia y que fuera instrumentado en
un boleto de compraventa). Precisamente, respecto a la subsistencia en interés
común, se entiende que se trata del encargo que comenzó a ejecutarse en vida del
representado pero que no plantea la hipótesis del peligro si no se continúa. La
justificación de la subsistencia está dada por el interés de ambas partes o de un
tercero, lo que aproxima esta figura a los negocios irrevocables por su naturaleza. El
efecto extintivo de la muerte es indiscutido. No obstante, la muerte del
representado no pone fin a la representación cuando el negocio debe ser cumplido
o continuado después de la muerte; debe ser continuado cuando comenzado
hubiere peligro en demorarlo (art. 1980). Sin embargo, todo ello es admitido
temporariamente, ya que se hace con el fin de no lesionar al propio representado (y
sus herederos). No se trata sólo de una facultad, ya que, a fin de que no se
produzcan perjuicios; la ley obliga al representante a continuar (art. 1969),
confiriéndole ultra actividad al negocio.

REPRESENTACIÓN LEGAL – Supuestos a tener en cuenta – Legislación de la


capacidad en el nuevo CCyC –
ARTÍCULO 24.- Personas incapaces de ejercicio. Son incapaces de ejercicio:
a. la persona por nacer;
b. la persona que no cuenta con la edad y grado de madurez suficiente, con el
alcance dispuesto en la Sección 2ª de este Capítulo;
c. la persona declarada incapaz por sentencia judicial, en la extensión dispuesta en
esa decisión.

La norma enumera a quienes resultan las personas incapaces de ejercer su


capacidad jurídica (capacidad de ejercicio, goce o de hecho). En estos casos, la
respuesta legal para suplir dicha incapacidad es la figura de la representación,
conforme regula el art. 100 y ss. CCyC. que reglamenta la tradicional
“representación de los incapaces” introduciendo un giro conceptual trascendente:
la consideración permanente de la condición de persona humana de aquel que no
puede ejercer por sí los actos jurídicos y, en consecuencia, la necesidad de
respetar el ejercicio de su derecho a ser oído y a participar en la medida posible
en la toma de decisiones. Son representantes de las personas por nacer, sus padres
—art. 101, inc. a) CCyC—, siendo la única distinción etaria que impone la nueva
normativa la que delimita entre niños y adolescentes, estableciendo el punto de
efracción en los 13 años de edad. El requisito normativo es mixto: la edad y la
madurez suficiente. El calificativo “suficiente” guarda relación con el acto de que se
trata: así, la suficiencia puede existir para ejercer un acto y tal vez estar ausente en
relación a otros —por ejemplo, es diversa la aptitud que se exige para el ejercicio de
actos personales y patrimoniales—. El sistema del CCyC requiere la evaluación del
caso concreto para determinar la aptitud: de debe considerar la posibilidad
personal de comprender, razonar, evaluar y finalmente decidir en relación al acto
concreto en juego. Para quien carezca de la edad y madurez suficiente para el
ejercicio del acto, se establece un régimen de representación: dado a los padres en
ejercicio de la responsabilidad parental y, supletoriamente, a la figura del tutor (art.
101, inc. b). Por último, el inc. c) hace referencia a la persona declarada incapaz por
sentencia judicial y en la extensión dispuesta en dicha resolución. La incapacidad
resulta una respuesta residual, excepcional y restrictiva —art. 31, inc. b)— que solo
procede cuando la alternativa menos gravosa de la “restricción a la capacidad”
resulte inadecuada frente a la absoluta imposibilidad de la persona de interactuar
con su entorno y expresar voluntad, al tiempo que el sistema de apoyos previsto
como inicial auxilio en favor del ejercicio de la capacidad aparezca insuficiente (arts.
32, 43 y concs.).

REPRESENTACIÓN DE LOS MENORES – RESPONSABILIDAD PARENTAL

ARTÍCULO 638.- Responsabilidad parental. Concepto. La responsabilidad parental es el


conjunto de deberes y derechos que corresponden a los progenitores sobre la persona y
bienes del hijo, para su protección, desarrollo y formación integral mientras sea menor de
edad y no se haya emancipado.

Son tres los elementos distintivos de esta norma: 1) la responsabilidad, como eje
fundante del conjunto de deberes y derechos de ambos progenitores; 2) el
reconocimiento del principio de coparentalidad en un pie de igualdad, sin
preferencias de un género sobre el otro, sean del mismo o diferente sexo; y 3) con
una clara finalidad: la protección, desarrollo y formación integral de los niños, niñas
y adolescentes, receptando el principio de autonomía progresiva, al incorporar el
desarrollo a la fórmula del art. 264 CC.

ARTÍCULO 639.- Principios generales. Enumeración. La responsabilidad parental se rige por


los siguientes principios:
a. el interés superior del niño;
b. la autonomía progresiva del hijo conforme a sus características psicofísicas, aptitudes y
desarrollo. A mayor autonomía, disminuye la representación de los progenitores en el
ejercicio de los derechos de los hijos;
c. el derecho del niño a ser oído y a que su opinión sea tenida en cuenta según su edad y
grado de madurez.

La titularidad de la responsabilidad parental refiere al conjunto de deberes y


derechos que la norma coloca en cabeza de los progenitores. Ambos, salvo los
supuestos de extinción o privación (arts. 699 y 700 CCyC y arts. 303 CC y concs.),
convivan o no, sean matrimonio o no, son titulares. Pero el ejercicio implica la
puesta en acto del contenido de tal conjunto de deberes y derechos, en la toma de
decisiones concretas orientadas a la protección, desarrollo y formación integral de
los hijos. El CCyC dispone que el ejercicio de la responsabilidad, tanto para los
padres que conviven como para los que no, es, por regla, compartido entre ambos
progenitores, más allá de con cuál de ellos conviva materialmente el/la hijo/a.

ARTÍCULO 641.- Ejercicio de la responsabilidad parental. El ejercicio de la responsabilidad


parental corresponde:
a. en caso de convivencia con ambos progenitores, a éstos. Se presume que los actos
realizados por uno cuentan con la conformidad del otro, con excepción de los supuestos
contemplados en el artículo 645, o que medie expresa oposición;
b. en caso de cese de la convivencia, divorcio o nulidad de matrimonio, a ambos
progenitores. Se presume que los actos realizados por uno cuentan con la conformidad del
otro, con las excepciones del inciso anterior. Por voluntad de los progenitores o por decisión
judicial, en interés del hijo, el ejercicio se puede atribuir a sólo uno de ellos, o establecerse
distintas modalidades;
c. en caso de muerte, ausencia con presunción de fallecimiento, privación de la
responsabilidad parental o suspensión del ejercicio de un progenitor, al otro;
d. en caso de hijo extramatrimonial con un solo vínculo filial, al único progenitor;
e. en caso de hijo extramatrimonial con doble vínculo filial, si uno se estableció por
declaración judicial, al otro progenitor. En interés del hijo, los progenitores de común
acuerdo o el juez pueden decidir el ejercicio conjunto o establecer distintas modalidades.

En los supuestos en los cuales un/a niño/a tenga doble vínculo filial, y se mantenga
la convivencia, el ejercicio de la responsabilidad parental está en cabeza de ambos
progenitores. En aquellos casos de cese de convivencia, como principio general,
también. Y en ambos supuestos se presume la conformidad de un progenitor
respecto de los actos realizados por el otro. Pero se admite, excepcionalmente, el
ejercicio unilateral o modalidades en el ejercicio conjunto, tanto por acuerdo de los
progenitores como por decisión judicial.

ARTÍCULO 643.- Delegación del ejercicio. En el interés del hijo y por razones
suficientemente justificadas, los progenitores pueden convenir que el ejercicio de la
responsabilidad parental sea otorgado a un pariente, sin perjuicio de lo establecido en el
artículo 674. El acuerdo con la persona que acepta la delegación debe ser homologado
judicialmente, debiendo oírse necesariamente al hijo. Tiene un plazo máximo de un año,
pudiendo renovarse judicialmente por razones debidamente fundadas, por un periodo más
con participación de las partes involucradas. Los progenitores conservan la titularidad de la
responsabilidad parental, y mantienen el derecho a supervisar la crianza y educación del
hijo en función de sus posibilidades.
Igual régimen es aplicable al hijo que sólo tiene un vínculo filial establecido.

La previsión que realiza este artículo es claramente de tipo excepcional, pues exige
la concurrencia de varios elementos. Esta delegación del ejercicio de la
responsabilidad parental debe ser en interés del hijo, debiendo las razones ser
justificadas, es decir expuestas y sometidas a valoración judicial. Pueden ser de
diferente tenor: un viaje prolongado de los progenitores, dificultades laborales que
entorpezcan un adecuado desenvolvimiento de la responsabilidad parental, o
complicaciones en la salud física o psíquica de los progenitores: todas circunstancias
puntuales y concretas, cuya principal característica sea la provisoriedad. No se trata
de una renuncia a la responsabilidad parental, sino una temporal delegación de su
ejercicio. Se ha impuesto la condición de pariente a quien le sea delegada la
responsabilidad parental, excluyendo así a otras personas que pudieran tener un
vínculo afectivo comprobable con los progenitores y cuya relevancia surge de la ley
26.061 y su decreto reglamentario (referentes afectivos).

ARTÍCULO 674.- Delegación en el progenitor afín. El progenitor a cargo del hijo puede
delegar a su cónyuge o conviviente el ejercicio de la responsabilidad parental cuando no
estuviera en condiciones de cumplir la función en forma plena por razones de viaje,
enfermedad o incapacidad transitoria, y siempre que exista imposibilidad para su
desempeño por parte del otro progenitor, o no fuera conveniente que este último asuma su
ejercicio. Esta delegación requiere la homologación judicial, excepto que el otro progenitor
exprese su acuerdo de modo fehaciente.

El CCyC regula las relaciones jurídicas que se generan en el ámbito de la familia


ensamblada, surgiendo así la figura del “progenitor afín”, cuya característica
esencial es la convivencia (matrimonial o no) con el progenitor que tiene a su cargo
el cuidado personal de un hijo/a (art. 672 CCyC). En este contexto, el art. 674 CCyC
prevé la posibilidad de delegación del ejercicio de la responsabilidad parental en el
progenitor afín, con determinadas características, que sin ser necesariamente
pariente asume la condición de posible sujeto de delegación. La forma prevista es la
de un convenio con homologación judicial, a cuyos fines resulta ineludible la
escucha de la opinión del hijo, sin diferenciar cuál sea la edad del mismo. Y se
impone un preciso límite temporal a esta delegación, evidenciando la connotación
de provisoriedad de la misma. No se trata de una renuncia o abandono en el
ejercicio de la responsabilidad parental, sino de una delegación, condicionada y
acotada en el tiempo, que dispone un plazo máximo legal de un año, debiendo
mensurarse en cada caso durante cuánto tiempo las razones esgrimidas justifican la
decisión.
ARTÍCULO 27.- Emancipación. La celebración del matrimonio antes de los dieciocho años
emancipa a la persona menor de edad. La persona emancipada goza de plena capacidad de
ejercicio con las limitaciones previstas en este Código. La emancipación es irrevocable. La
nulidad del matrimonio no deja sin efecto la emancipación, excepto respecto del cónyuge de
mala fe para quien cesa a partir del día en que la sentencia pasa en autoridad de cosa
juzgada. Si algo es debido a la persona menor de edad con cláusula de no poder percibirlo
hasta la mayoría de edad, la emancipación no altera la obligación ni el tiempo de su
exigibilidad.

El instituto de la emancipación importa por un lado la extinción de la


responsabilidad parental y a la vez la adquisición de plena capacidad de ejercicio, a
excepción de contadas restricciones que se mantienen en relación a actos jurídicos
determinados.

ARTÍCULO 28.- Actos prohibidos a la persona emancipada. La persona emancipada no


puede, ni con autorización judicial:

a. aprobar las cuentas de sus tutores y darles finiquito;

b. hacer donación de bienes que hubiese recibido a título gratuito;

c. afianzar obligaciones.

Si bien la emancipación importa una suerte de “adelantamiento” de la capacidad


civil, se preservan aquellos actos de entidad que pueden comprometer
patrimonialmente a la persona emancipada.

ARTÍCULO 29.- Actos sujetos a autorización judicial. El emancipado requiere autorización


judicial para disponer de los bienes recibidos a título gratuito. La autorización debe ser
otorgada cuando el acto sea de toda necesidad o de ventaja evidente.

La autorización se requiere para la disposición del bien, tanto a título gratuito como
oneroso; lo decisorio es que la recepción de los bienes por la persona menor de
edad haya sido por título gratuito. Se entiende que la autorización judicial será
otorgada —de corresponder— en los casos en que el acto sea a título oneroso, ya
que la donación se halla absolutamente prohibida en el segundo inciso del artículo
28 CCyC.

ARTÍCULO 30.- Persona menor de edad con título profesional habilitante. La persona
menor de edad que ha obtenido título habilitante para el ejercicio de una profesión puede
ejercerla por cuenta propia sin necesidad de previa autorización. Tiene la administración y
disposición de los bienes que adquiere con el producto de su profesión y puede estar en
juicio civil o penal por cuestiones vinculadas a ella.

El menor con título profesional habilitante tiene capacidad de administración y


disposición de los bienes que fueron obtenidos con el producto de dicho trabajo, así
como la asunción de las responsabilidades y derechos derivados de su ejercicio —en
el caso, la aptitud para presentarse y/o promover procesos penales y/o civiles
relacionados con la labor ejercida—. Estos bienes están excluidos del régimen
general de administración a cargo de los padres, que se regula en el CCyC a partir
del art. 677.

RESTRICCIONES A LA CAPACIDAD

En el CCyC el legislador se refiere a la restricción a la capacidad de las personas


mayores de edad cuando se den ciertas condiciones, las cuales deberán ser
evaluadas judicialmente, instituyendo un sistema de apoyos. La capacidad será el
principio a partir del cual, eventualmente, podrán disponerse restricciones
puntuales y no interdicciones generales sobre la capacidad.

ARTÍCULO 31.- Reglas generales. La restricción al ejercicio de la capacidad jurídica


se rige por las siguientes reglas generales:
a. la capacidad general de ejercicio de la persona humana se presume, aun cuando
se encuentre internada en un establecimiento asistencial;
b. las limitaciones a la capacidad son de carácter excepcional y se imponen siempre
en beneficio de la persona;
c. la intervención estatal tiene siempre carácter interdisciplinario, tanto en el
tratamiento como en el proceso judicial;
d. la persona tiene derecho a recibir información a través de medios y tecnologías
adecuadas para su comprensión;
e. la persona tiene derecho a participar en el proceso judicial con asistencia letrada,
que debe ser proporcionada por el Estado si carece de medios;
f. deben priorizarse las alternativas terapéuticas menos restrictivas de los derechos y
libertades.
ARTÍCULO 32.- Persona con capacidad restringida y con incapacidad. El juez puede
restringir la capacidad para determinados actos de una persona mayor de trece
años que padece una adicción o una alteración mental permanente o prolongada,
de suficiente gravedad, siempre que estime que del ejercicio de su plena capacidad
puede resultar un daño a su persona o a sus bienes.
En relación con dichos actos, el juez debe designar el o los apoyos necesarios que
prevé el artículo 43, especificando las funciones con los ajustes razonables en
función de las necesidades y circunstancias de la persona. El o los apoyos designados
deben promover la autonomía y favorecer las decisiones que respondan a las
preferencias de la persona protegida. Por excepción, cuando la persona se encuentre
absolutamente imposibilitada de interaccionar con su entorno y expresar su
voluntad por cualquier modo, medio o formato adecuado y el sistema de apoyos
resulte ineficaz, el juez puede declarar la incapacidad y designar un curador
ARTÍCULO 38.- Alcances de la sentencia. La sentencia debe determinar la extensión
y alcance de la restricción y especificar las funciones y actos que se limitan,
procurando que la afectación de la autonomía personal sea la menor posible.
Asimismo, debe designar una o más personas de apoyo o curadores de acuerdo a lo
establecido en el artículo 32 de este Código y señalar las condiciones de validez de
los actos específicos sujetos a la restricción con indicación de la o las personas
intervinientes y la modalidad de su actuación.

El nuevo sistema exige que al momento de la sentencia que eventualmente


involucre la restricción para la realización de determinados actos, el juez designe a
la/las persona/s o redes de apoyo que posibiliten y asistan a la persona en el
ejercicio de su capacidad. El CCyC sigue la línea imperativa de la CDPD, en pos del
control de convencionalidad obligado de las normas internas. La CDPD marca que
algunas personas con discapacidad necesitan ayuda para ejercer su capacidad
jurídica, no que precisan reemplazo y exclusión.

ARTÍCULO 39.- Registración de la sentencia. La sentencia debe ser inscripta en el


Registro de Estado Civil y Capacidad de las Personas y se debe dejar constancia al
margen del acta de nacimiento. Sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 45, los
actos mencionados en este Capítulo producen efectos contra terceros recién a partir
de la fecha de inscripción en el registro. Desaparecidas las restricciones, se procede
a la inmediata cancelación registral.
ARTÍCULO 43.- Concepto. Función. Designación. Se entiende por apoyo cualquier
medida de carácter judicial o extrajudicial que facilite a la persona que lo necesite la
toma de decisiones para dirigir su persona, administrar sus bienes y celebrar actos
jurídicos en general. Las medidas de apoyo tienen como función la de promover la
autonomía y facilitar la comunicación, la comprensión y la manifestación de
voluntad de la persona para el ejercicio de sus derechos. El interesado puede
proponer al juez la designación de una o más personas de su confianza para que le
presten apoyo. El juez debe evaluar los alcances de la designación y procurar la
protección de la persona respecto de eventuales conflictos de intereses o influencia
indebida. La resolución debe establecer la condición y la calidad de las medidas de
apoyo y, de ser necesario, ser inscripta en el Registro de Estado Civil y Capacidad de
las Personas.
ARTÍCULO 44.- Actos posteriores a la inscripción de la sentencia. Son nulos los
actos de la persona incapaz y con capacidad restringida que contrarían lo dispuesto
en la sentencia realizados con posterioridad a su inscripción en el Registro de Estado
Civil y Capacidad de las Personas.

Siguiendo la línea interpretativa integrativa que exige el art. 2° CCyC, los arts. 32, 38
y 49 imponen la designación de medidas de apoyo tras la decisión de restricción a la
capacidad. Sin embargo, no todas las medidas de apoyo requieren inscripción; ello
dependerá de cuáles son los actos restringidos y la función del apoyo. Así, por
ejemplo, sí lo será una sentencia que restrinja actos patrimoniales de disposición,
que deberá inscribirse en los registros pertinentes a los fines de la oponibilidad a
terceros y en relación a los actos jurídicos respectivos, que deberán practicarse
siguiendo las condiciones establecidas en la sentencia, bajo pena de nulidad.

ARTÍCULO 48.- Pródigos. Pueden ser inhabilitados quienes por la prodigalidad en la


gestión de sus bienes expongan a su cónyuge, conviviente o a sus hijos menores de
edad o con discapacidad a la pérdida del patrimonio. A estos fines, se considera
persona con discapacidad, a toda persona que padece una alteración funcional
permanente o prolongada, física o mental, que en relación a su edad y medio social
implica desventajas considerables para su integración familiar, social, educacional o
laboral. La acción sólo corresponde al cónyuge, conviviente y a los ascendientes y
descendientes.

Establece la posibilidad de solicitar la declaración judicial de inhabilitación para


aquella persona que por su prodigalidad, condición objetiva, que involucra el actuar
de la persona, independientemente de cuáles sean las causas —psíquicas, mala
administración, negligencia, dilapidación— exponga la amenaza de pérdida del
patrimonio de las personas protegidas. Las conductas abrazadas bajo la
configuración de prodigalidad provocan un perjuicio cierto y gravoso para las
personas protegidas por la norma: el grupo familiar del afectado. La declaración de
inhabilitación no tiene por fin amparar a la persona que es así declarada —el
pródigo—, sino a los miembros del grupo familiar tutelado, que se ven perjudicados
por la dilapidación del pródigo. Las personas protegidas por efecto de la declaración
resultan el cónyuge, el conviviente, los hijos menores de edad o hijos mayores con
discapacidad.

ARTÍCULO 49.- Efectos. La declaración de inhabilitación importa la designación de


un apoyo, que debe asistir al inhabilitado en el otorgamiento de actos de disposición
entre vivos y en los demás actos que el juez fije en la sentencia.

La declaración solo se extiende hasta la contención o control de aquellos actos


perjudiciales que motivan la declaración de inhabilitación, que son los actos de
disposición entre vivos ya que son estos los que ponen en riesgo la conservación del
patrimonio que la norma protege. El efecto de la declaración es la designación de
una figura de apoyo cuya función es la de asistencia para el otorgamiento de los
actos. Esta figura deberá ejercer su rol en el marco de las condiciones que
determine el juez en la sentencia de inhabilitación (art. 43, párr. 3). De ser
necesario, el juez puede restringir otros actos cuando puedan implicar un
compromiso patrimonial que justifique la restricción, dejándolo así establecido en la
sentencia.

TUTELA Y CURATELA

ARTÍCULO 100.- Regla general. Las personas incapaces ejercen por medio de sus
representantes los derechos que no pueden ejercer por sí.
ARTÍCULO 101.- Enumeración. Son representantes:
a. de las personas por nacer, sus padres;
b. de las personas menores de edad no emancipadas, sus padres. Si faltan los padres, o
ambos son incapaces, o están privados de la responsabilidad parental, o suspendidos en su
ejercicio, el tutor que se les designe;
c. de las personas con capacidad restringida, el o los apoyos designados cuando, conforme a
la sentencia, éstos tengan representación para determinados actos;
d. de las personas incapaces en los términos del último párrafo del artículo 32, el curador
que se les nombre.
ARTÍCULO 102.- Asistencia. Las personas con capacidad restringida y las inhabilitadas son
asistidas por los apoyos designados en la sentencia respectiva y en otras leyes especiales.
ARTÍCULO 103.- Actuación del Ministerio Público. La actuación del Ministerio Público
respecto de personas menores de edad, incapaces y con capacidad restringida, y de aquellas
cuyo ejercicio de capacidad requiera de un sistema de apoyos puede ser, en el ámbito
judicial, complementaria o principal.
a. Es complementaria en todos los procesos en los que se encuentran involucrados intereses
de personas menores de edad, incapaces y con capacidad restringida; la falta de
intervención causa la nulidad relativa del acto.
b. Es principal:
i. cuando los derechos de los representados están comprometidos, y existe inacción de los
representantes;
ii. cuando el objeto del proceso es exigir el cumplimiento de los deberes a cargo de los
representantes;
iii. cuando carecen de representante legal y es necesario proveer la representación.
En el ámbito extrajudicial, el Ministerio Público actúa ante la ausencia, carencia o inacción
de los representantes legales, cuando están comprometidos los derechos sociales,
económicos y culturales.

TUTELA
ARTÍCULO 110.- Personas excluidas. No pueden ser tutores las personas:
a. que no tienen domicilio en la República;
b. quebradas no rehabilitadas;
c. que han sido privadas o suspendidas en el ejercicio de la responsabilidad parental, o han
sido removidas de la tutela o curatela o apoyo de otra persona incapaz o con capacidad
restringida, por causa que les era atribuible;
d. que deben ejercer por largo tiempo o plazo indefinido un cargo o comisión fuera del país;
e. que no tienen oficio, profesión o modo de vivir conocido, o tienen mala conducta notoria;
f. condenadas por delito doloso a penas privativas de la libertad;
g. deudoras o acreedoras por sumas considerables respecto de la persona sujeta a tutela;
h. que tienen pleitos con quien requiere la designación de un tutor. La prohibición se
extiende a su cónyuge, conviviente, padres o hijos;
i. que, estando obligadas, omiten la denuncia de los hechos que dan lugar a la apertura de
la tutela;
j. inhabilitadas, incapaces o con capacidad restringida;
k. que hubieran sido expresamente excluidas por el padre o la madre de quien requiere la
tutela, excepto que según el criterio del juez resulte beneficioso para el niño, niña o
adolescente.
ARTÍCULO 117.- Ejercicio. Quien ejerce la tutela es representante legal del niño, niña o
adolescente en todas aquellas cuestiones de carácter patrimonial, sin perjuicio de su
actuación personal en ejercicio de su derecho a ser oído y el progresivo reconocimiento de
su capacidad otorgado por la ley o autorizado por el juez.
ARTÍCULO 120.- Actos prohibidos. Quien ejerce la tutela no puede, ni con autorización
judicial, celebrar con su tutelado los actos prohibidos a los padres respecto de sus hijos
menores de edad. Antes de aprobada judicialmente la cuenta final, el tutor no puede
celebrar contrato alguno con el pupilo, aunque haya cesado la incapacidad.
ARTÍCULO 121.- Actos que requieren autorización judicial. Además de los actos para los
cuales los padres necesitan autorización judicial, el tutor debe requerirla para los siguientes:
a. adquirir inmuebles o cualquier bien que no sea útil para satisfacer los requerimientos
alimentarios del tutelado;
b. prestar dinero de su tutelado. La autorización sólo debe ser concedida si existen garantías
reales suficientes;
c. dar en locación los bienes del tutelado o celebrar contratos con finalidad análoga por
plazo superior a tres años. En todos los casos, estos contratos concluyen cuando el tutelado
alcanza la mayoría de edad;
d. tomar en locación inmuebles que no sean la casa habitación;
e. contraer deudas, repudiar herencias o donaciones, hacer transacciones y remitir créditos
aunque el deudor sea insolvente;
f. hacer gastos extraordinarios que no sean de reparación o conservación de los bienes;
g. realizar todos aquellos actos en los que los parientes del tutor dentro del cuarto grado o
segundo de afinidad, o sus socios o amigos íntimos están directa o indirectamente
interesados.

CURATELA
ARTÍCULO 138.- Normas aplicables. La curatela se rige por las reglas de la tutela no
modificadas en esta Sección. La principal función del curador es la de cuidar a la persona y
los bienes de la persona incapaz, y tratar de que recupere su salud. Las rentas de los bienes
de la persona protegida deben ser destinadas preferentemente a ese fin.

Clase Dra. Carmen SIERRA – 13/10/2015


UNIDAD DIEZ: PROTOCOLIZACIONES Evolución legislativa del art.1003 del Código civil
Concepto. Clases: 1) Por orden judicial (especial tratamiento del caso del testamento
ológrafo y de los supuestos contemplados en los arts. 1211 y 3129 del Código Civil); 2)
Sin orden judicial. Requisitos. Efectos. Procedimientos. Instrumentos públicos y
privados. Leyes provinciales de defensa de jurisdicción.

PROTOCOLIZACIONES
El nuevo CCyC no regula la protocolización en sí misma, pero sí está prevista.
La protocolización es la colocación física de los documentos en el protocolo
(incorporación).

El art. 1003 CCVélez tuvo muchas modificaciones. Existía una discusión sobre si se
exigía la transcripción literal o no.

ARTÍCULO 1003: Si los otorgantes fuesen representados por mandatarios o representantes


legales, el notario expresará que se le han presentado los poderes y documentos
habilitantes, que anexará a su protocolo. Si fuese menester la devolución de los mismos, o
se tratare de poderes generales, hará constar la circunstancia y agregará copia autenticada
al protocolo. En caso de que los poderes o documentos se hubieren otorgado en su oficina, o
se hallaren protocolizados en su registro, expresará este antecedente, indicando el folio y
año respectivo. La protocolización de documentos exigida por ley, se hará por resolución
judicial previa. El documento a protocolizarse será entregado al escribano público que haya
de realizar la diligencia, para que lo agregue a su protocolo, mediante un acta que contenga
solamente los datos necesarios para precisar la identidad del documento protocolizado. El
escribano público que haya efectuado la protocolización, dará a los interesados los
testimonios que se le pidieren. (Artículo sustituido por art. 1, Ley 15875, B.O. 6/10/1961.)

La primera parte se relacionaba con la bolilla nueve en lo que se refiere a la


actuación por representantes, estableciendo diferencias en la incorporación al
protocolo según se trate de un poder general o de un poder especial otorgado para
el acto del que se trate.

La segunda parte se refería a la protocolización exigida por la ley, para lo cual era
necesaria una resolución judicial previa. El escribano debía hacer un acta de
protocolización donde constaran todos los datos necesarios para individualizar el
documento. En el CCyC, este tipo de protocolización no existe más.

CLASES DE PROTOCOLIZACIÓN EN EL NUEVO CÓDIGO CIVIL Y COMERCIAL

En su articulado el CCyC regula distintas clases de protocolización:

1. Legal: exigidas por ley, el escribano tiene la obligación de protocolizar (art.


302 - protocolización de escritura en idioma extranjero, el primer párrafo se
refiere a la protocolización de la minuta y la traducción, el segundo párrafo
se refiere a la protocolización del instrumento original en el idioma
extranjero, la doctrina dice que se trata de una protocolización voluntaria;
art. 304 – protocolización de minuta en caso de persona alfabeta con
discapacidad auditiva; art. 307 – actuación por representantes, en estos
casos el escribano debe exigir siempre la presentación del original)
2. Voluntaria: a pedido de las partes (art. 300 – ya en la integración del
protocolo está prevista la protocolización, pero no menciona la judicial ni la
decisión del escribano))
3. Judiciales: dispuestas por el juez por razones de conveniencia, o por orden
legal o protocolización del testamento consular (art. 2646), protocolización
de testamento ológrafo porque lo exigen las leyes procesales (art. 681
CPCCLP “Si los testigos reconocieren la letra y firma del testador, el juez
rubricará el principio y fin de cada una de las páginas del testamento y
designará un escribano que lo protocolice”.

PROTOCOLIZACIÓN JUDICIAL: Anteriormente, en lo que respecta a la transmisión


de dominio de un bien inmueble, el art. 1211 establecía que para que la tradición
produzca efectos, el documento debía ser protocolizado por orden judicial. En el
mismo sentido, regulaba el art. 3129 en lo referente a hipotecas constituidas en el
extranjero sobre bienes inmuebles existentes en nuestro territorio.
Actualmente, el art. 2667 CCyC regula sobre contratos realizados en el extranjero de
transmisión de derechos reales sobre inmuebles existentes en nuestro territorio,
determinando que no se necesita protocolización del documento en la medida que
se trate de un instrumento público y estuviera legalizado.

Artículo 2667: Derecho aplicable. Derechos reales sobre inmuebles. Los derechos reales
sobre inmuebles se rigen por la ley del lugar de su situación.
Los contratos hechos en un país extranjero para transferir derechos reales sobre inmuebles
situados en la República, tienen la misma fuerza que los hechos en el territorio del Estado,
siempre que consten en instrumentos públicos y se presenten legalizados.

TESTAMENTOS: En el caso del testamento ológrafo (redactado de puño y letra del


testador), el CCVélez preveía la obligatoriedad de que fuera protocolizado por
orden judicial. La doctrina discutía en cuanto a la referencia a “escribano actuario”,
algunos sostenían que se trataba de un notario, y otros decían que actuario es el
secretario del juzgado. Sin embargo, todos los códigos procesales regulan que se
trata de un notario. El nuevo CCyC no exige protocolización. Cuando se trata de un
testamento consular, estamos frente al único supuesto en que es necesaria la orden
judicial para su protocolización (art. 2646).

LEGALES – VOLUNTARIOS – JUDICIALES

En el marco de la escritura que se autoriza, se protocolizan los documentos (art. 300


CCyC). En el caso de la protocolización voluntaria y judicial, se elabora un acta de
protocolización, que es un instrumento público. Su finalidad es la conservación y
guarda del documento. El notario, en estos casos, es designado por los herederos o
el juez.

ARTÍCULO 984 CCVélez: El acto bajo firmas privadas, mandado protocolizar entre los
instrumentos públicos por juez competente, es instrumento público desde el día en que el
juez ordenó la protocolización.

La gran importancia de este artículo es que a un instrumento privado lo convertía


en instrumento público. No existe en el nuevo CCyC un artículo equivalente.

LEY 404 Reguladora de la Función Notarial en la CABA

En los arts. 89 y 90 regulan cómo funciona la protocolización de documentos en los


supuestos judiciales y voluntarios.

Artículo 89: Protocolización judicial – Exige la transcripción, pero la atenúa en la


última parte del inc. a) y en el inc. e).
Artículo 89 - Actas de protocolización. La protocolización de documentos públicos y privados
decretada por resolución judicial se cumplirá mediante las siguientes formalidades:
a) Se extenderá acta con la relación del mandato judicial y de los datos que identifiquen el
documento, el cual puede transcribirse. Si estuviere redactado en idioma extranjero, sólo se
transcribirá la traducción.
b) La transcripción será obligatoria cuando fuere ordenada por norma legal o resolución
judicial.
c) El documento se agregará al protocolo, cuando ello fuere posible, con las demás
actuaciones que correspondan.
d) No será necesaria la presencia y firma del juez que la hubiere dispuesto.
e) Si el documento protocolizado no hubiere sido transcripto, se lo reproducirá en la copia
del acta o se agregará a ella copia autenticada de aquél.
En las actas que tuvieren por objeto reunir los antecedentes judiciales relativos a títulos
supletorios o a subastas públicas, se relacionarán y transcribirán, en su caso, las piezas
respectivas y se individualizará el bien. Se dejará constancia de sus antecedentes y del
cumplimiento de los recaudos fiscales y administrativos que conformen el texto documental
del título y faciliten su registración cuando fuere necesario. El acta será firmada por el juez y
por el interesado cuando así lo dispusieren las normas procesales.
Artículo 90: Protocolización voluntaria – Jamás se produce la transformación del
instrumento privado en instrumento público. Lo fundamental de la protocolización
es la fecha cierta (ex art. 1035 “Aunque se halle reconocido un instrumento privado,
su fecha cierta en relación a los sucesores singulares de los partes o a terceros, será:
1) La de su exhibición en juicio o en cualquiera repartición pública para cualquier fin,
si allí quedase archivado;
2) La de su reconocimiento ante un escribano y dos testigos que lo firmaren;
3) La de su transcripción en cualquier registro público;
4) La del fallecimiento de la parte que lo firmó, o del de la que lo escribió, o del que
firmó como testigo.”). Los efectos que produce es la conservación del documento y
otorgar fecha cierta al mismo.

La protocolización NO suple la escritura pública. No tendrá más efecto que


asegurar su fecha y el del reconocimiento de firmas. En la protocolización, la fecha
cierta está amparada por la fe pública.

LEYES PROVINCIALES DE DEFENSA DE LA JURISDICCIÓN

Las leyes locales de casi todas las provincias imponían la protocolización de los
testamentos, declaratoria de herederos, y escrituras sobre transmisión de derechos
reales, todos ellos otorgados en otras provincias, como requisito previo a su
suscripción judicial o presentación en la provincia donde estaban situados los
bienes. A partir de 1935, la CSJN comenzó a declarar la inconstitucionalidad de tales
leyes con fundamento en el art. 7 CN (los actos públicos y procedimientos judiciales
en una provincia gozan de entera fe en las demás), condenando además, en varios
casos a restituir los impuesto e inclusive, honorarios pagados por la protocolización.
Clase 21/10/2015 –

UNIDAD ONCE: ACTOS PRE Y POST ESCRITURARIOS Estudio de títulos. Obtención de


certificados del Registro de la Propiedad Inmueble. Diferencia entre informe y
certificado. El llamado bloqueo registral. Plazos. Medidas cautelares. Certificados
administrativos: su pedido, informe, liberación. La Ley 22.247 para la Capital Federal.
Expedición de primera, segundo o ulterior copia (arts. 1006 al 1011 del Código Civil).
Inscripción. Pago de tributos. Guarda y conservación. Archivo de protocolos notariales.

El procedimiento de una escritura se compone de diligencias pre escriturales,


audiencia notarial (celebración del acto jurídico) y diligencias post escriturales.
Dentro de las diligencias pre escriturales encontramos el ESTUDIO DE TÍTULOS.
Es uno de los actos pre escriturarios al que debe dar cumplimiento el escribano,
comprende una de las obligaciones del notario. El escribano es responsable ante el
cliente y frente a terceros (si causa en este último caso un acto ilícito) por el
defectuoso estudio de títulos. Un grupo de juristas estima que se trata de un deber
jurídico de medios, ya que el notario solamente empeñaría prudencia y diligencia.
Otra parte de la doctrina, refiere que el escribano asume un deber de resultado.
Bueres es partidario de esta última tesis debido a la importancia que presenta la
tarea de examinar los títulos a efectos de dar acabada satisfacción a la función
pública delegada por el estado en el notario y no caer en una situación de
verdadera inseguridad jurídica. Es deber inexcusable del escribano efectuar el
estudio de títulos dirigidos a la validez y eficacia del negocio jurídico que autoriza.
Según algunos, tampoco estaría permitida la dispensa convencional por parte del
cliente ya que no se encuentra dentro de las condiciones disponibles por la
autonomía privada.
GATTARI sostiene que, fundada en la recopilación de antecedentes, es la relación
orgánica de los distintos actos y documentos jurídicos. Deben verificarse
críticamente en sus matrices u originales durante el período de la prescripción
corta, respecto de los bienes registrables con el objeto de determinar su seguridad.
SEGOVIA dice que se trata de una investigación retrospectiva, prolija, personal y
crítica del derecho invocado por una persona, que lo hace o no indubitablemente
titular de ese derecho, afirmando que la exteriorización de ese derecho está o no
libre de todo vicio o defecto formal.

Qué se estudia? La recopilación de antecedentes. Se va a estudiar la matriz, los


protocolos originales. Se pide el testimonio original y con sus datos, se ubica el
protocolo. Se va hacia atrás, recopilando todos los antecedentes de los títulos
(documentos notariales, judiciales o administrativos). Se estudia la forma pero
también el fondo en la medida que se pueda (que el acto no tenga vicio manifiesto
y que el documento tenga la forma correcta).

En el protocolo, se mira que la escritura cumpla con los requisitos de validez


establecidos en el art. 305 CCyC.
Artículo 305: Contenido. La escritura debe contener:
a) lugar y fecha de su otorgamiento; si cualquiera de las partes lo requiere o el escribano lo
considera conveniente, la hora en que se firma el instrumento;
b) los nombres, apellidos, documento de identidad, domicilio real y especial si lo hubiera,
fecha de nacimiento y estado de familia de los otorgantes; si se trata de personas casadas,
se debe consignar también si lo son en primeras o posteriores nupcias y el nombre del
cónyuge, si resulta relevante en atención a la naturaleza del acto; si el otorgante es una
persona jurídica, se debe dejar constancia de su denominación completa, domicilio social y
datos de inscripción de su constitución si corresponde;
c) la naturaleza del acto y la individualización de los bienes que constituyen su objeto;
d) la constancia instrumental de la lectura que el escribano debe hacer en el acto del
otorgamiento de la escritura;
e) las enmiendas, testados, borraduras, entrelíneas, u otras modificaciones efectuadas al
instrumento en partes esenciales, que deben ser realizadas de puño y letra del escribano y
antes de la firma;
f) la firma de los otorgantes, del escribano y de los testigos si los hubiera; si alguno de los
otorgantes no sabe o no puede firmar, debe hacerlo en su nombre otra persona; debe
hacerse constar la manifestación sobre la causa del impedimento y la impresión digital del
otorgante.

Se ven las nulidades, la capacidad de las personas (se debe consignar la fecha de
nacimiento, ya que ésta es la que, en principio, así lo determina), legitimación de las
partes, identidad de cosas (que lo que se haya vendido o transferido sea la misma
cosa). Se deben tener conocimientos de lo que debe mirar, legislación vigente,
posturas doctrinales y jurisprudenciales mayoritarias. Si no hay vicios, se deja
constancia. Si se encuentra algo que observar, se debe buscar la solución para
subsanar. Se deja constancia de cuál es el vicio y su posible solución. Puede
realizarlo el escribano referencista o el mismo que realiza la escritura. El
responsable último y mayor es el escribano que autoriza la escritura. Se busca evitar
que la persona sea molestada por una acción que pueda turbar su derecho.

NUEVO CÓDIGO CIVIL Y COMERCIAL

En la permuta, para evitar la evicción se renuncia a la acción de reivindicar la cosa y


se opta por compensar con un valor.

Artículo 1174: Evicción. El permutante que es vencido en la propiedad de la cosa que le fue
transmitida puede pedir la restitución de la que dio a cambio o su valor al tiempo de la
evicción, y los daños. Puede optar por hacer efectiva la responsabilidad por saneamiento
prevista en este Código.
En la donación se debe evitar la inoficiosidad. Por diez años va a ser un título
observable, pasible de acción de reivindicación.

Artículo 1565: Donaciones inoficiosas. Se considera inoficiosa la donación cuyo valor


excede la parte disponible del patrimonio del donante. A este respecto, se aplican los
preceptos de este Código sobre la porción legítima.

Plazos para estudio de títulos: En el nuevo CCyC está previsto que el estudio de
títulos hace a la buena fe del comprador. Parte de la doctrina sostiene que es
necesario estudiar títulos de veinte años para atrás (arts. 1899 y 2565). La mayoría
de la doctrina y la jurisprudencia sostienen que el plazo es el de prescripción breve,
es decir diez años (arts. 1898 y 2565).

Artículo 1898: Prescripción adquisitiva breve. La prescripción adquisitiva de derechos reales


con justo título y buena fe se produce sobre inmuebles por la posesión durante diez años. Si
la cosa es mueble hurtada o perdida el plazo es de dos años.
Si la cosa es registrable, el plazo de la posesión útil se computa a partir de la registración del
justo título.

Artículo 1899: Prescripción adquisitiva larga. Si no existe justo título o buena fe, el plazo es
de veinte años.
No puede invocarse contra el adquirente la falta o nulidad del título o de su inscripción, ni la
mala fe de su posesión.
También adquiere el derecho real el que posee durante diez años una cosa mueble
registrable, no hurtada ni perdida, que no inscribe a su nombre pero la recibe del titular
registral o de su cesionario sucesivo, siempre que los elementos identificatorios que se
prevén en el respectivo régimen especial sean coincidentes.

Artículo 2565: Regla general. Los derechos reales principales se pueden adquirir por la
prescripción en los términos de los Artículos 1897 y siguientes.

Justo título es aquel en el que se encuentran defectos de legitimación o capacidad.

SOLICITUD DE CERTIFICADOS

El registro tiene varias formas de publicidad:

A. INFORMES: noticia de lo que consta en el registro. No hace reserva de


prioridad.
B. DIRECTA
C. CERTIFICADOS REGISTRALES: constancia emanada del RPI a petición
de parte, que publicita la situación jurídica de los inmuebles y las personas,
procediendo al cierre registral. El CERTIFICADO DE INMUEBLE se
debe pedir sobre inmueble determinado, consignando nro. de matrícula,
naturaleza del acto (el acto debe ser determinado en el pedido), porcentaje del
bien, autorizado (escribano que va a autorizar la escritura), solicitante (puede
coincidir con el autorizado), titulares del dominio (sólo de la parte que realiza
el acto), inmuebles, observaciones. Se lleva al registro el pedido, se ingresa, y
se da la fecha de entrada a partir de la que comienzan a correr los plazos. La
consecuencia importante del certificado es la reserva de prioridad. El RPI se
encuentra radicado en Santa Rosa. Los certificados tienen una vigencia de 15
días corridos para los escribanos de Santa Rosa, 25 días corridos para
escribanos de La Pampa fuera de Santa Rosa y 30 días corridos para
escribanos del resto del país. El RPI puede sacar un certificado con
información sencilla, en cuyo caso se hace responsable, o puede sacar una
copia del folio real confeccionado según requerimientos del art. 12 de la Ley
Registral (Ley 17801 - Artículo 12. - El asiento de matriculación llevará la
firma del registrador responsable. Se redactará sobre la base de breves notas
que indicarán la ubicación y descripción del inmueble, sus medidas,
superficie y linderos y cuantas especificaciones resulten necesarias para su
completa individualización. Además, cuando existan, se tomará razón de su
nomenclatura catastral, se identificará el plano de mensura correspondiente
y se hará mención de las constancias de trascendencia real que resulten.
Expresará el nombre del o de los titulares del dominio, con los datos
personales que se requieran para las escrituras públicas. Respecto de las
sociedades o personas jurídicas se consignará su nombre o razón social,
clase de sociedad y domicilio. Se hará mención de la proporción en la
copropiedad o en el monto del gravamen, el título de adquisición, su clase,
lugar y fecha de otorgamiento y funcionario autorizante, estableciéndose el
encadenamiento del dominio que exista al momento de la matriculación. Se
expresará, además, el número y fecha de presentación del documento en el
Registro.) Si se hace la escritura dentro de los quince días (o plazo, según
jurisdicción del notario del que se trate), se tienen 45 días corridos para
presentar el testimonio para su inscripción. Luego seis meses para que salga
inscripta. Si no se hace, se pierde la reserva de prioridad (Ley Registral 17801
- Artículo 5º - Las escrituras públicas que se presenten dentro del plazo de
45 días contados desde su otorgamiento, se considerarán registradas a la
fecha de su instrumentación.) Se inscribe el día del ingreso, el efecto
retroactivo se refiere a que, dentro de los plazos establecidos, se inscribe con
la situación al momento del ingreso del pedido de certificado. Respecto al
CERTIFICADO DE INHIBICIONES, tiene los mismos efectos que el de
dominio. Para requerirlo, remplaza la matrícula por los datos particulares de
las personas (nombre, apellido y DNI). Los datos deben ser exactos para
evitar errores. Artículo 30. - El Registro tendrá secciones donde se anotarán:
a) La declaración de la inhibición de las personas para disponer libremente de
sus bienes;
b) Toda otra registración de carácter personal que dispongan las leyes
nacionales o provinciales y que incida sobre el estado o la disponibilidad
jurídica de los inmuebles.

D. MEDIDAS CAUTELARES: surgen ante la posibilidad que desapareciesen


bienes o disminuyese la responsabilidad patrimonial de un presunto deudor
en una causa judicial, alterando el estado de hecho existente al tiempo de
interponerse la demanda o la solicitud, que imposibilite o dificulte la
ejecución forzada o torne inoperantes los efectos de la resolución definitiva.
Pueden ser solicitadas antes o después de deducida la demanda, a menos
que de la ley surja que ésta deba entablarse previamente. Los requisitos
para que procedan son verosimilitud en el derecho (resulta suficiente
comprobar la apariencia o verosimilitud del derecho de quien la solicita, en
forma tal que sea factible prever que en el proceso se declarará su certeza),
peligro en la demora (peligro probable que, a raíz del transcurso del tiempo,
los efectos del fallo final resulten prácticamente inoperantes), y contra
cautela (debido a que la medida cautelar se otorga luego de un
procedimiento meramente informativo y de un conocimiento sumario, sin
previa audiencia de la parte afectada, la ley impone como requisito de
admisibilidad, una caución que asegure a la otra parte el resarcimiento de
los eventuales daños que le irrogue la medida solicitada – principio de
igualdad. No se exige contra cautela cuando quien pide la medida es el
estado, cuando la obligación estuviera documentada en instrumento público
o en instrumento privado con firma certificada por funcionario público
autorizado, o cuando el que la solicita cuenta con el beneficio de litigar sin
gastos).
a) EMBARGO: afecta uno o varios bienes del deudor o presunto deudor
al pago del crédito sobre el que versa un proceso de conocimiento,
individualizándolos con el fin de inmovilizarlos. Requiere una
disposición judicial que lo disponga. Puede ser preventivo (con miras
a asegurar la eficacia de la resolución judicial en un proceso, su plazo
de caducidad es de cinco años), ejecutivo (el juez debe acordar esta
medida en la primer providencia que dicte a raíz de la iniciación de
un proceso de ejecución fundado en un título judicial o extrajudicial,
no se halla supeditado a la prestación de contra cautela) o ejecutorio
(es el que resulta de la circunstancia de no haberse opuesto
excepciones al progreso de la ejecución o de haber sido ellas
desestimadas mediante sentencia firme). Las cosas embargadas
pueden ser objeto de los contratos siempre que se declare la
existencia del embargo, pero ese contrato resultará inoponible al
embargante y los derechos del adquirente quedan supeditados a las
resultas del proceso en que se trabó la medida. SE PUEDE
ESCRITURAR.
b) HIPOTECA: no se trata de una medida cautelar, sino de un gravamen
sobre el inmueble. SE PUEDE ESCRITURAR, quedando a salvo el
derecho del acreedor hipotecario (salvo que el nuevo titular del
dominio lo desinterese). En el caso de que la escritura se trate de una
nueva hipoteca, se estará al orden de la inscripción de cada una
(primero en el tiempo, primero en el derecho - prevalece la de grado
anterior).
c) INHIBICIÓN GENERAL DEL DEUDOR: En todos los caso en que
habiendo lugar a embargo, éste no se pudiera hacer efectivo (por no
conocerse los bienes del deudor o no cubrir éstos el importe
reclamado) se podrá solicitar contra aquél inhibición general de
vender o grabar sus bienes. Cuando se trata de bienes registrables, la
inhibición sólo será efectiva a partir de su anotación en el registro
que corresponda. NO SE PUEDE ESCRITURAR.
d) MEDIDA DE NO INNOVAR: Es una orden judicial de no realizar actos
físicos o jurídicos que alteren la situación de hecho o de derecho
existente al tiempo de la promoción del pleito, cuando la ejecución
de tales actos pudiera influir en la sentencia o convirtiera su
ejecución en ineficaz o imposible. Para que proceda es indispensable
que exista una causa pendiente. Habiéndola puede decretarse tanto
al inciarse el proceso como durante su curso. NO SE PUEDE
ESCRITURAR.
e) ANOTACIÓN DE LITIS: consiste en anotar en el Registro de la
Propiedad la existencia de un litigio que tiene por objeto el bien en
cuestión, con el objeto de informar a terceros que el bien referido es
litigioso, o sea, que quien promovió la demanda, y peticionó el
registro del juicio existente, pretende derechos sobre él. La doctrina
coincide en que la anotación de la litis no restringe las facultades de
disposición del dueño de la cosa, a diferencia de lo que sucede con el
embargo. De tal suerte es válida, por hipótesis, la venta o la
constitución de gravámenes que hiciera el titular registral cuyos
derechos sobre la cosa están controvertidos, pero el adquirente o el
titular de un derecho real de garantía –v. gr., el acreedor hipotecario-
no serán considerados de buena fe frente a quien, más tarde, venza
en el juicio en que se controvirtieron los derechos que, sobre la cosa,
ejercía ese titular registral. NO SE PUEDE ESCRITURAR.
E. CERTIFICADOS ADMINISTRATIVOS: se piden por solicitud escrita y lo que se
obtiene es un informe de carácter administrativo respecto de la deuda o su
cancelación. Se solicitan a la Dirección de Catastro, Dirección General de
Rentas y la Municipalidad donde el bien esté asentado. La Dirección General
de Catastro informa la situación real del bien, siendo lo más importante, los
valores fiscales del mismo. La DGR informa si registra o no deuda de
impuesto inmobiliario. La Municipalidad informa si se trata de un inmueble
urbano, la existencia o no de deuda municipal, y que los planos se
encuentren conforme a obra (para ello realizan una inspección ocular).

F. Una vez que se ha realizado todo el estudio de títulos, se puede


confeccionar la escritura.

RESERVA DE PRIORIDAD INDIRECTA

En las solicitudes de certificado, el registro dejará constancia de la fecha de su


presentación, del número correlativo que a cada uno corresponda (para determinar
el orden cronológico en que fueron presentadas). El RPI expedirá certificados
respetando dicho orden y en caso de que se expidan el mismo día sobre el mismo
inmueble, tendrá prioridad el primero. El art. 25 de la Ley 17801 dice “Artículo 25. -
Expedida una certificación de las comprendidas en los artículos anteriores, el
Registro tomará nota en el folio correspondiente, y no dará otra sobre el mismo
inmueble dentro del plazo de su vigencia más el del plazo que se refiere el artículo
5º, sin la advertencia especial acerca de las certificaciones anteriores que en dicho
período hubiere despachado. Esta certificación producirá los efectos de anotación
preventiva a favor de quien requiera, en el plazo legal, la inscripción del
documento para cuyo otorgamiento se hubiere solicitado.”

Se debe diferenciar entre certificado registral e informe de dominio. La diferencia es


que el certificado produce reserva de prioridad (mal llamado bloqueo registral) y es
un instrumento público administrativo. El informe no produce reserva de prioridad
y sólo informa la situación registral del dominio.

Las certificaciones pueden ser solicitadas por notarios y funcionarios judiciales y


administrativos autorizantes de documentos que constituyan, declaren, transmitan
o modifiquen derechos reales sobre inmuebles. La validez del asiento de reserva de
prioridad queda condicionada a la utilización del certificado por el mismo
funcionario que lo requirió, su adscripto o representante legal (art.68 Decreto
reglamentario Ley 17801).

El informe se solicita para averiguar la titularidad registral o los datos de filiación


que de ellos surjan de un inmueble determinado. En todos los casos se deja
constancia que carecen de reserva de prioridad y no serán válidos para actos que
constituyan, transmitan o modifiquen derechos reales.

ingreso del 180 días para


pedido de 15 días vigencia que la escritura
certificado certificado sea inscripta

día 13 - 45 días a contar


confecciona la del día enque se
escritura y autorizó la
autoriza escritura -
tiempo en el
que se debe
ingresar la
escritura al RPI
El RPI debe mantener la reserva por sesenta (60) días. Si se ingresa dentro de los
cuarenta y cinco (45) días de su otorgamiento la escritura para su inscripción,
entonces esa reserva se extiende hasta ciento ochenta (180) días más, plazo en el
que debe quedar inscripta.

ACTOS POST ESCRITURARIOS

A. Una vez autorizada la escritura, lo primero que se hace es dar el testimonio


o la primera copia para circulación. EXPEDICIÓN DE PRIMERA, SEGUNDA O
ULTERIORES COPIAS. Artículo 308: Copias o testimonios. El escribano debe dar
copia o testimonio de la escritura a las partes. Ese instrumento puede ser obtenido
por cualquier medio de reproducción que asegure su permanencia indeleble,
conforme a las reglamentaciones locales. Si alguna de las partes solicita nueva
copia, el escribano debe entregarla, excepto que la escritura contenga la constancia
de alguna obligación pendiente de dar o de hacer, a cargo de otra de las partes. En
este caso, se debe requerir la acreditación en instrumento público de la extinción de
la obligación, la conformidad del acreedor o la autorización judicial, que debe
tramitar con citación de las partes del acto jurídico (CCyC). Copia es la
reproducción literal del documento original, autorizada con las formalidades
de la ley, por notario competente. Deben contener el concuerda, que es la
certificación notarial a través de la cual deja constancia que es copia de su
original y tiene por finalidad aseverar la fidelidad de la transcripción y
también si es primera o ulterior copia. Se debe dar cumplimiento a los
elementos reales: exactitud (requiere que la transcripción sea fiel y exacta
del original) e integridad (requiere que la reproducción del documento
matriz sea total, sin quitar nada en particular). Quienes tienen derecho a
solicitar copia son las partes, cada centro de interés del negocio jurídico que
se instrumentó mediante la escritura, y sus sucesores singulares y
universales. Se emiten en hojas de actuación notarial. También puede ser
emitida mediante fotocopia del protocolo que se certifica, a la que se
agrega la hoja del concuerda. Según lo determinado en el artículo 289 inc.
a) CCyC, son instrumentos públicos. Si se piden otras copias por haber
perdido la primera, el escribano deberá darlas siempre que en la escritura
no conste alguna obligación pendiente de dar o de hacer, a cargo de otra de
las partes. De ser así, deberá requerir que acredite la extinción de la
obligación, la conformidad del acreedor o la autorización judicial (en
instrumento público). Ésta debe tramitar con citación de las partes del acto
jurídico.
B. LIBERAR CERTIFICADO: El escribano es agente de retención e información.
Debe retener el importe correspondiente a distintos tributos y depositarlo
donde corresponda. Si así no lo hacen, son solidariamente responsables. Los
impuestos que deberán retener son Sellado, ITIS y ganancias. Cada vez que
se transfiere un inmueble a título oneroso, la DGI cobra ITIS si el que
transfiere lo hace a título personal y el inmueble transferido esté destinado
a vivienda. Si el que transfiere es una sociedad o se trata de un inmueble
rural o un inmueble destinado a una explotación comercial, se transforma
en impuesto a las ganancias. Es agente de información ante la AFIP de todas
las escrituras que involucren inmuebles, y ante la UIF por todos los negocios
jurídicos que autorice. El notario está obligado a liberar los certificados que
previamente pidió y debe ser hecha por él ante los entes recaudadores
(DGR, Municipios, etc.). Las liberaciones se efectúan por cotejo del informe
de deuda con las boletas o planillas pagadas y pagando cuando no lo están.
La provincia o la municipalidad no permite que los inmuebles se transfieran
con deuda, el escribano debe retener los tributos adeudados para pagar los
impuestos y liberar los certificados.
C. INSCRIPCIÓN: Su valor consiste en el perfeccionamiento de la adquisición o
transmisión de derechos reales, porque a partir de ser inscriptos, son
oponibles a terceros. La inscripción como hecho publicita como
inoponibilidad a terceros. Ello se logra desde la fecha de la instrumentación
si la escritura ingresa al RPI dentro del plazo de 45 días desde su
otorgamiento. Existe jurisprudencia que responsabiliza por no inscribir en
tiempo, considerándola una infracción a los deberes del notario. El RPI no
inscribe si el testimonio no está intervenido por la DGR, como agente de
contralor (es quien controla si el escribano pagó impuestos y tributos
adeudados o que deben pagarse por el negocio jurídico del que se trate). La
inscripción se realiza en el registro por medio de una minuta, especie de
resumen de las partes más importantes de las escrituras y las que tienen
alcance registral. Nuestro RPI es un registro de inscripción (se inscriben las
partes más importantes que quedarán volcadas en el asiento). Artículo 28. -
En todo documento que se presente para que en su consecuencia se practique
inscripción o anotación, inmediatamente después que se hubiere efectuado, el
Registro le pondrá nota que exprese la fecha, especie y número de orden de la
registración practicada, en la forma que determine la reglamentación local. Quien
expida o disponga se expida segundo o ulterior testimonio de un documento ya
registrado, deberá solicitar al Registro ponga nota de la inscripción que había
correspondido al original. El Registro hará constar en las inscripciones o anotaciones
pertinentes, la existencia de los testimonios que le fueren presentados (Ley 17801).
Datos más importantes: nro. de matrícula, naturaleza del acto que se quiere
registrar, en la compraventa el adquirente y el transmitente, en la hipoteca
el acreedor y el hipotecante, monto, datos esenciales del inmueble
(nomenclatura y partida), datos de la escritura (nro. y fecha), datos del
certificado, datos del autorizante, datos del solicitante, observaciones.
D. El RPI recibe el testimonio y la minuta, y, en ejercicio de su poder de policía,
controla la cadena de transmisiones, la identidad del inmueble, los
consentimientos conyugales. Si no existen observaciones por parte del RPI,
lo inscribe. También puede rechazar la inscripción si existe una nulidad
absoluta y manifiesta (por ejemplo, donación por instrumento privado), u
observar (observación que deberá ser salvada dentro de los 180 días para
que opere la reserva de prioridad).
E. Guarda, conservación y archivo del protocolo notarial. Se trata de un deber
del notario por cinco años. Después de los cinco años de guarda por el
notario, pasan al archivo del Colegio de Escribanos. Artículo 67.- La custodia de
los protocolos correspondientes a las escrituras otorgadas durante los cinco (5) años
calendarios inmediatamente anteriores, estará a cargo de los escribanos titulares
de los respectivos Registros. Dentro de los treinta (30) días del vencimiento del plazo
señalado, los responsables deberán depositar los protocolos, debidamente
encuadernados, en el Archivo General de Tribunales o en el Archivo de Protocolos
Notariales del Colegio de Escribanos, según corresponda. Vencido este plazo, el
titular del Archivo intimará la entrega de los protocolos dentro de los noventa (90)
días, transcurridos los cuales el escribano responsable quedará automáticamente
suspendido en el Registro hasta el cumplimiento de la obligación. Transcurridos
ciento ochenta (180) días de la intimación, el titular del archivo solicitará el
secuestro y entrega judicial de los protocolos omitidos, debiendo hacer de
conocimiento del Colegio la situación en que se encuentre el Registro. El archivo de
los protocolos notariales continuará a cargo del Archivo General de los Tribunales
hasta el 1º de enero de 1973, en cuya fecha, o antes si el Colegio lo solicitara,
pasará a depender del Colegio de Escribanos (Ley 49 La Pampa).

BENEFICIO DE PRO.AS.

Cuando alguna persona no tiene medios para pagar tributos y quiere escriturar se
presenta ante PROAS a fin de acreditar que no puede hacer frente a los mismos. Y si
tiene una deuda de impuestos (inmobiliario y/o municipal), se le puede liberar en
forma condicional, para que se escriture con deuda, con el compromiso de pagar (es
como una venia para escriturar).

Clase 26/08/2015 –

UNIDAD DOCE: ACTAS. CERTIFICACIÓN DE FIRMA Acta. Concepto. Diferencia con la


escritura pública. Requisitos. Clases: 1) Por su forma: protocolares o extra protocolares
y 2) Por su objetivo: de comprobación; de notificación; de notoriedad, de inventario.
Certificación de firma. Concepto. Naturaleza jurídica. Fe de conocimiento. Certificación
de la impresión digital. Contenido del documento. Idioma extranjero. Lugar y fecha.
Libros de Requerimientos.

El CCVélez no regulaba las actas. El nuevo CCyC las regula en su artículo 310.
ARTÍCULO 310.- Actas. Se denominan actas los documentos notariales que tienen
por objeto la comprobación de hechos.

Etchegaray define las actas como un instrumento público, autorizado por notario
competente, a requerimiento de una persona, con interés legítimo y que tiene por
objeto constatar la realidad o verdad de un hecho que el notario ve, oye o percibe
por sus sentidos.

Frente al nuevo CCyC, se impone interpretar en conjunto los arts. 289, 299 y 310. Al
enunciarlos instrumentos públicos, el art. 289 menciona a los instrumentos que
extienden los escribanos o funcionarios públicos con los requisitos que establecen
las leyes”. Se entiende que las actas integran el género de los instrumentos
públicos, que en su aspecto sustancial contienen la comprobación de hechos. Esta
es la diferencia fundamental con las escrituras públicas, ya que las últimas
contienen uno o más actos jurídicos (actos que tienen por fin inmediato la
adquisición, modificación o extinción de relaciones o situaciones jurídicas –
contienen negocios jurídicos). En las actas se preconstituye prueba de un hecho que
no se mantiene en el tiempo. Formalmente las actas son escrituras porque se hacen
en el protocolo. Es decir, con el nuevo CCyC, todas las actas son protocolares. Parte
de la doctrina afirma que cuando el art. 311 expresa que “las actas están sujetas a
los requisitos de las escrituras públicas” se infiere que son actas protocolares, ya
que la escritura pública es el instrumento matriz extendido en el protocolo. Si bien
el art. 310 menciona la comprobación de hechos, se deberán confeccionar
respetando las formalidades impuestas todas sus especies: actas de notoriedad,
depósito, envío de correspondencia, protocolización, etc.

ARTÍCULO 311.- Requisitos de las actas notariales. Las actas están sujetas a los
requisitos de las escrituras públicas, con las siguientes modificaciones:
a. se debe hacer constar el requerimiento que motiva la intervención del notario y,
en su caso, la manifestación del requirente respecto al interés propio o de terceros
con que actúa;
b. no es necesaria la acreditación de personería ni la del interés de terceros que
alega el requirente;
c. no es necesario que el notario conozca o identifique a las personas con quienes
trata a los efectos de realizar las notificaciones, requerimientos y otras diligencias;
d. las personas requeridas o notificadas, en la medida en que el objeto de la
comprobación así lo permita, deben ser previamente informadas del carácter en que
interviene el notario y, en su caso, del derecho a no responder o de contestar; en
este último supuesto se deben hacer constar en el documento las manifestaciones
que se hagan; e. el notario puede practicar las diligencias sin la concurrencia del
requirente cuando por su objeto no sea necesario;
f. no requieren unidad de acto ni de redacción; pueden extenderse simultáneamente
o con posterioridad a los hechos que se narran, pero en el mismo día, y pueden
separarse en dos o más partes o diligencias, siguiendo el orden cronológico;
g. pueden autorizarse aun cuando alguno de los interesados rehúse firmar, de lo
cual debe dejarse constancia.

A partir del 1ro. de agosto de 2015 los notarios deben aplicar, al confeccionar un
acta notarial, en primer término lo dispuesto en el CCyC y luego la normativa local.
En el supuesto que exista contradicción entre lo establecido por el CCyC y la ley
local, prevalecerá el primero. En el supuesto que la ley local no contradiga los
términos de la norma nacional, pero exija más requisitos, deberán cumplirse los
exigidos por ambas fuentes. Respecto a las modificaciones en la confección de las
actas (en relación a la escritura), la normativa establece:
a. El notario no actúa de oficio, por lo que debe existir un requerimiento, una
solicitud de la intervención del funcionario público, el que debe quedar
perfectamente reflejado en el inicio del acta notarial (en las escrituras
públicas se presume). Este requerimiento es transcendente porque
contiene el objeto del acta que se cumplirá en la diligencia, debiendo incluir
la manifestación de si el requirente actúa en interés propio o de terceros. Se
trata de una manifestación, por lo que no tiene que ser probada, justificada
o acreditada.
b. No es necesaria la acreditación de la existencia y alcances de la
representación que invoca, pudiendo ésta ser legal, voluntaria u orgánica.
Esto tiene su razón de ser en que, habitualmente, las actas notariales se
solicitan en situaciones de urgencia, en tanto los hechos a comprobar
pueden ser efímeros.
c. Tiene que ver con la diligencia. Si el oficial público conoce a la persona
requerida o la puede identificar por medio de la exhibición del documento
idóneo, y tiene la oportunidad de obtener una fotocopia de éste, que luego
certificará de manera personal y la agregará al protocolo, podrá cumplir con
el mandato del art. 306, en caso contrario, este inciso lo libera del
cumplimiento de tal obligación.
d. La actuación del escribano público no puede nunca ser clandestina, razón
por la cual, si durante la diligencia tiene que interactuar con determinadas
personas humanas les debe imponer de su carácter y del objeto del
requerimiento, y debe quedar relatada expresamente en el texto del acta
notarial. Existen supuestos de comprobaciones en los cuales no es posible
hacerlo, lo que debe ser explicado en el texto del acta. También se les debe
informar el derecho de contestar o no las preguntas, respetándose el
principio constitucional de que nadie puede confesar contra sí mismo y el
principio de defensa en juicio. Si contesta, ello debe constar en el acta.
e. La diligencia posterior al requerimiento puede ser cumplida sin la
participación del requirente. En muchas oportunidades el propio objeto de
la comprobación hace innecesaria la participación de quién solicitó la
intervención notarial y, en otras, evita situaciones enojosas. Se sugiere que
el requirente suscriba el requerimiento previo al cumplimiento de la
diligencia y que se refleje su no intervención en el texto.
f. La diligencia puede realizarse en la sede de la notaría o fuera de allí, pero en
el territorio que abarca la competencia territorial del notario. La redacción
puede realizarse en el lugar de la verificación o con posterioridad pero debe
concluirse en el mismo día. Es posible que el objeto del requerimiento
impida su cumplimiento en una sólo diligencia, ameritando varias
diligencias. En ese caso, deberá seguirse el orden cronológico, y respetando
lo dispuesto en la primer parte de este inciso, ante la multiplicidad, cada
una de ellas debe concluir en el día.
g. Este inciso se aplica al cumplimiento de la o las diligencias. Si, concluida la
diligencia, alguna de las personas humanas se niegan a firmar, el notario
podrá autorizar el documento notarial de igual modo, dejando constancia
de ello en el texto del acta. La falta de una o más firmas bajo estas
circunstancias no la invalida.

CLASES DE ACTAS

Por su objeto, las actas se clasifican en:

• ACTAS DE CONSTATACIÓN O COMPROBACIÓN: tiene por finalidad acreditar


la realidad o la verdad de un hecho. Es necesario que el autorizante está en
presencia del hecho o la cosa que constituye el interés jurídico. Prueba por sí
misma lo que en ella se expresa: las actas, al igual que las escrituras, tienen
plena fe originaria.
• ACTAS DE NOTIFICACIÓN: importa la acción de dar noticia de una cosa o de
un hecho a una persona. Los aspectos que deben considerarse son el objeto
de la notificación, la persona del destinatario, el lugar en que la diligencia
debe practicarse. Las manifestaciones del notario contenidas en ellas tiene
carácter de instrumento público.
• ACTAS DE NOTORIEDAD: hechos cuyo conocimiento se basa en la
apreciación de la generalidad de las personas de una localidad o círculo
social, necesitan para ser admitidos como notorios que su notoriedad se
patentice por medio de un acto solemne y eficaz, debe ser consignado y
declarado por funcionario con facultad autenticadora. El notario da fe de lo
que es notorio y para ello se vale de medios adecuados, si desconoce el
hecho notorio, necesita investigar la notoriedad misma (constatación
personal, testigos, exhibición de documentos, etc.).
• ACTAS DE INVENTARIO: Neri las llama de protocolización. Tienen por objeto
incorporar al protocolo como objeto principal un determinado instrumento.
Pueden extenderse por mandamiento judicial o por rogación particular.

PARTES DEL ACTA

Las actas constan de dos partes: requerimiento y diligencia.

REQUERIMIENTO: se comienza en cabeza de folio y continúa con el orden


cronológico. El principio de rogación es esencial en la función notarial ya que no
puede actuar de oficio y ejercer la potestad que le fue conferida si no es por
solicitud de alguien. En principio, tal requerimiento debe fundarse en un interés
subjetivo, que merezca protección legal. Esto implica la existencia, que deberá
valorar el notario, de una relación entre el sujeto que solicita la intervención y el
objeto del acta a elaborar. El requerimiento actúa como el límite de la actuación del
escribano. También deberá analizar si lo requerido es un hecho lícito. La doctrina
recomienda que el notario se traslade a hacer el acta con el protocolo para que
quede expresado lo que constata en ese mismo momento. La Ley 49 de LP no
permite sacar el protocolo de la escribanía pero sí se puede llevar un cuaderno
formado por diez folios. Al requerimiento lo firman el notario y el requirente.

Naturaleza jurídica del requerimiento: es la situación jurídica que hace al


nacimiento de la vinculación notarial entre el requirente y el notario.
Artículo 69.- El protocolo no podrá extraerse de la oficina sino por causas de fuerza mayor y
por los motivos y en los casos que dispongan las leyes. El cuaderno corriente podrá ser
sacado por el escribano de su oficina, fuera de las horas hábiles de servicio público pero
dentro del lugar de sus funciones. En las horas hábiles sólo podrá ser extraído cuando así lo
exija la naturaleza del acto o circunstancias especiales.

DILIGENCIAMIENTO: Puede hacerse a continuación del requerimiento o luego de un


tiempo. No es indispensable que la diligencia siga a continuación del requerimiento,
y éste puede ser cumplido en una sola diligencia o en múltiples (depende de cuál
sea su objeto y la posibilidad de cumplirlo en un solo día o no). Puede ser realizada
dentro o fuera de la escribanía, puede empezar encabeza de folio o no, no requiere
la intervención del requirente. El notario debe dejar constancia de lo percibido lo
más objetivamente posible, sin hacer valoración crítica alguna. Un juez le da mayor
importancia a los sentidos mayores (vista y oído) que a los menores. No es
necesario acreditar personería ni el interés de tercero que alegue el requirente
(diferencia con la escritura). La diligencia puede incluir recursos personales. Además
del notario, pueden estar el requirente, el requerido, peritos, testigos y abogados.
Qué cosas hacen plena fe? (art. 296 CCyC) Que intervino el escribano, los hechos o
cosas que el escribano dice que ve, y lo que los abogados, peritos, testigos dicen,
pero no el contenido de lo que dicen (es decir, no su veracidad). Como recurso
formal, la diligencia debe estar redactada en tiempo presente y durante toda la
redacción hay que mantener el lugar y el tiempo. Cuando no puede realizarse por
algún motivo se labra un acta de frustración (diligencia frustrada). La diligencia
puede ser firmada sólo por el notario, sin necesidad de que alguien más la firme,
pero se debe dejar constancia de todos los sujetos que intervienen en el acto, y el
notario debe leerle al requerido el acta e invitarlo a firmar. En caso de que firme, se
habla de conformidad en el acta, no de otorgamiento, ya que hay otorgamiento
cuando existe un negocio jurídico. Se puede usar la fotografía como medio
informativo, pero el uso de cámaras ocultas está prohibido.
VALOR PROBATORIO DE LAS ACTAS

Judicialmente está muy discutido el valor probatorio de las actas notariales porque
para realizarla, al notario se le pagan honorarios y por lo tanto, se sostiene que
tienen mucha subjetividad.

Art. 312. Valor probatorio. El valor probatorio de las actas se circunscribe a los
hechos que el notario tiene a la vista, a la verificación de su existencia y su estado.
En cuanto a las personas, se circunscribe a su identificación si existe, y debe dejarse
constancia de las declaraciones y juicios que emiten. Las declaraciones deben
referirse como mero hecho y no como contenido negocial.

Se deben distinguir los hechos comprobados como tales de las conductas de las
personas humanas que puedan participar. Se circunscribe la prueba a los “hechos
que el notario tiene a la vista” y a la “verificación de su existencia y estado”. Es
decir, lo que tiene ante él, en su presencia, que abarca la existencia del hecho y su
estado, relatada objetivamente en el texto del acta. En cuanto a las personas, el
valor probatorio se circunscribe a su identificación, si existe. Las declaraciones se
vuelcan como meros hechos y no como contenido negocial, precisamente por la
propia naturaleza de las declaraciones, y por no revestir las solemnidades mínimas
requeridas por la legislación de fondo para que a través de las mismas se imponga
el principio de seguridad jurídica.

Habrá plena fe entonces, en los términos del art. 272 inc. 1º, de los hechos que el
notario tenga a la vista, con los alcances en ese artículo referidos, al que se remite
directamente. Las declaraciones, como las manifestaciones de las partes, se
someten a cualquier prueba en contrario.

CERTIFICACIÓN DE FIRMAS

Es el acto por el cual el fedatario, certifica que la firma corresponde a la persona que firma
realmente, comprobando la identidad de los mismos. Corresponde establecer que la
certificación de firma es en sí misma un instrumento público (art. 289 inc. b) CCyC).
Pero bien entendido que tal carácter no alcanza al contenido del instrumento que se
certifica, habida cuenta que el fedatario solamente se limita a dar fe de conocimiento de la
persona que lo suscribe, como del lugar y fecha en que lo hace en su Libro de
Requerimientos, y de nada más.
Artículo 289: Enunciación. Son instrumentos públicos: a) las escrituras públicas y sus copias
o testimonios; b) los instrumentos que extienden los escribanos o los funcionarios públicos
con los requisitos que establecen las leyes; c) los títulos emitidos por el Estado nacional,
provincial o la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, conforme a las leyes que autorizan su
emisión.
Gattari la define como el Instrumento público que en unidad de acto legitima las
firmas e impresiones digitales registrándolas en el protocolo o libro de
requerimientos con el fin de ser autenticadas por el oficial público cuando son
puestas ante él por personas de su conocimiento en un instrumento privado.

Siempre se realiza en base a instrumentos privados de las partes, el documento no


debe ser contrario al orden público, a la ley y a las buenas costumbres. Quien
requiere la certificación debe firmar ante el escribano y también el libro de
requerimientos. Cuando el notario certifica la firma no se ratifica el contenido del
documento. La certificación de firmas no cambia el carácter del documento que
sigue siendo privado.

Contenido del documento: Las actas deben contener nro. de acta, lugar y fecha,
requirente, nombre y apellido, tipo y nro. de documento y domicilio, carácter en
que interviene en el acto, naturaleza del o de los documento/s, manifestación de
que las firmas o impresiones digitales han sido puestas en presencia del escribano,
firma del requirente, firma y sello del escribano y nro. y sello de la hoja Anexo
utilizada. En el documento donde obraren la/s firma/s que se certifican, el escribano
dejará constancia con su firma y sello del nro. de foja que contenga la certificación y
procederá de ser posible a ligar ambas con el sello. En aquellos casos en que el
solicitante haya dejado constancia que actúa como representante legal o
convencional de otra persona, deberán contener la indicación de haber exhibido el
requirente la documentación habilitante, así como la expresión de que la misma le
confiere facultades suficientes para el acto de que se trate si ello constare el
escribano certificante. NO podrá certificarse la firma o impresión digital puestas en
papel, tarjeta o documento que carezca de lugar, fecha y motivos de su emisión. Si
el documento está redactado en idioma extranjero, se podrá acceder a la
certificación consignando dicha circunstancia en el acta de certificación que se
expida y en el acta de requerimiento. En caso que el notario no conociera el idioma,
se puede dejar constancia de ello en el acta o podrá exigir su previa traducción.
Ley 404 C.A.B.A.
Artículo 98 - En los certificados que tuvieren por objeto autenticar firmas e impresiones
digitales se hará constar los nombres y apellidos de los firmantes, el tipo y número de sus
documentos de identidad, el medio de identificación de los mismos y que las firmas o
impresiones digitales han sido puestas en presencia del notario autorizante. En caso de
autenticación de firmas o impresiones digitales puestas en documentos total o parcialmente
en blanco, el notario deberá hacer constar tales circunstancias. En el supuesto de
documentos redactados en idioma extranjero que el notario no conociere, deberá dejar
constancia de ello o podrá exigir su previa traducción, dejando también la constancia
respectiva. El Colegio de Escribanos reglamentará el procedimiento a aplicar para la
certificación de firmas e impresiones digitales y los documentos a utilizar para formalizar los
requerimientos. (Conforme al texto del artículo 30 de la Ley 3933, BOCBA Nº 3793, del
17/11/2011).
Artículo 99 - Salvo disposición legal expresa, el notario denegará la autenticación de
impresiones digitales en los documentos privados que, conforme con las normas legales,
deban ser firmados por las partes. También se excusará de actuar cuando estimare que el
contenido del documento es contrario a la ley, a la moral y a las buenas costumbres; o si
versare sobre actos jurídicos que requirieren, para su validez, documento notarial u otra
clase de instrumento público y estuviere redactado atribuyéndole los efectos de éstos.

El Libro de requerimientos contiene actas numeradas correlativamente que


deberán labrarse siguiendo un orden numérico y cronológico sin dejar actas
intermedias en blanco. Los notarios son directamente responsables de su integridad
y conservación mientras permanezcan en su poder. Cada libro tendrá 400 fojas
foliadas correlativamente. En la página que se inicie cada libro se pondrá el nombre
del responsable, número de registro, departamento, el nro. de hojas que lo
componen, el nro. de orden del libro, la fecha de habilitación y firma del consejero o
miembro de la Delegación. El Colegio de Escribanos al proveer los libros tomará
razón de la fecha de entrega, el nombre y apellido del escribano solicitante, su
carácter, el número de su registro, el nro. de orden del libro con relación a libros
entregados y el nro. o cantidad de hojas que lo integran. El libro debe permanecer
en el domicilio profesional del notario. En caso de quela firma o impresión digital
cuya certificación se requiera deba ser estampada en otro lugar, deberá consignarse
el lugar en que se realiza la diligencia y las razones que motivaron el traslado.

Clase del 28/09/2015 – Dr. Rodríguez

UNIDAD CATORCE: FALSEDAD CIVIL Y PENAL Falsedad material: falsificación,


alteración, supresión, Falsedad ideológica. Su diferencia con la simulación. Redargución
de falsedad. Normas procesales. Coexistencia de las acciones civil y penal. Intervención
del escribano. Efectos de la declaración de falsedad.

Con relación al documento notarial, si existe mutación de la verdad, hay lugar a la


falsedad.

Falsedad, según Pelosi, es toda “alteración de la verdad”. Esta expresión es criticada


porque en la simulación también hay una alteración de la verdad y no falsedad. En
el documento notarial puede afirmarse con mayor precisión que es la
contraposición de la autenticidad. El bien público protegido es la fe pública, propia
de los instrumentos públicos.

FALSEDAD CIVIL Y PENAL


Falsedad documental. Falsedad material e ideológica en el ámbito penal: quien
comete el delito es quien inserta o hace insertar algo falso (ideológica) o falsifica el
soporte (material). Es distinto reproducir íntegramente un documento falso que
reproducirlo parcialmente.

Falsedad ideológica en lo civil y la simulación. El art. 993 del CCVélez (que


receptaba el principio de autenticidad y plena fe hasta redargución de falsedad) lo
encontramos hoy en el art. 296 inc. a) CCyC.
Art. 296. Eficacia probatoria. El instrumento público hace plena fe: a) en cuanto a que se
ha realizado el acto, la fecha, el lugar y los hechos que el oficial público enuncia como
cumplidos por él o ante él hasta que sea declarado falso en juicio civil o criminal;
Tipifica la plena fe absoluta en cuanto al contenido. Desde el ámbito civil, los únicos
que pueden cometer la falsedad ideológica, el sujeto activo, son el notario y el
oficial público que tiene potestad fedataria. Se trata de aquellas hipótesis donde
hay alteración sustancial de la verdad o insinceridad intrínseca por funcionario
público o escribano. Si la comete el oficial público fedatario en ejercicio de esa
facultad fedataria, comete una insinceridad intrínseca, alterando la verdad
intrínseca de lo que está protegido por la fe pública.

La insinceridad del contenido de las declaraciones no está protegida por la plena fe


absoluta, y es simple plena fe, que cae por prueba en contrario.
Art. 296. Eficacia probatoria. b) en cuanto al contenido de las declaraciones sobre
convenciones, disposiciones, pagos, reconocimientos y enunciaciones de hechos
directamente relacionados con el objeto principal del acto instrumentado, hasta que se
produzca prueba en contrario.

Se diferencia con la simulación, ya que ésta es la alteración de la verdad intrínseca


cometida por las partes. Vincula dos esquemas: las partes pueden mentir y el
escribano no tiene que conocer la veracidad del contenido de la declaración de las
partes. Ello cae por simple prueba en contrario. La veracidad intrínseca de lo que
dicen las partes no le corresponde al escribano. Se debe iniciar una acción de
simulación.

CONTRADOCUMENTO. En el nuevo CCyC el contradocumento no es oponible a


terceros interesados de buena fe. Para que les sea oponible, el escribano debe
utilizar la nota marginal de publicidad del contradocumento, como también para la
publicidad de un derecho real (por ejemplo: se canceló la hipoteca). Con esa
publicidad ningún tercero va a poder invocar buena fe.

El CPCC establece que al momento de contestar la demanda, se debe plantear por


incidente la redargución de falsedad. Es procesalmente una modalidad para poder
invocar una acción. También puede plantearse como acción autónoma. El objeto de
prueba es mostrar la falsedad del escribano. Como acción autónoma tiene mayor
amplitud probatoria. El efecto, sea por vía de acción o por incidente, es la
ANULABILIDAD en tanto privar de los efectos de autenticidad del instrumento
público. Este efecto se produce cuando existe sentencia firme. La acción prescribe a
los dos años.

FALSEDAD CIVIL Y PENAL


Art. 296. Eficacia probatoria. El instrumento público hace plena fe: a) en cuanto a que se ha
realizado el acto, la fecha, el lugar y los hechos que el oficial público enuncia como
cumplidos por él o ante él hasta que sea declarado falso en juicio civil o criminal;
b) en cuanto al contenido de las declaraciones sobre convenciones, disposiciones, pagos,
reconocimientos y enunciaciones de hechos directamente relacionados con el objeto
principal del acto instrumentado, hasta que se produzca prueba en contrario.

El art. 993 CCVélez se encuentra reflejado en el inciso a) del artículo transcripto


precedentemente.

Con la acción civil de redargución de falsedad se considera fundamentalmente a la


cosa (aspecto objetivo o material), en cambio, cuando es de naturaleza penal, se
considera al autor (aspecto subjetivo).

El CP en el Libro II, Título XII Delitos contra la Fe pública, Capítulo III Falsificaciones
de documentos en general, establece:
• Falsificación del aspecto corporal o material
ARTÍCULO 292.- El que hiciere en todo o en parte un documento falso o adultere uno
verdadero, de modo que pueda resultar perjuicio, será reprimido con reclusión o prisión de
uno a seis años, si se tratare de un instrumento público y con prisión de seis meses a dos
años, si se tratare de un instrumento privado.
Si el documento falsificado o adulterado fuere de los destinados a acreditar la identidad de
las personas o la titularidad del dominio o habilitación para circular de vehículos
automotores, la pena será de tres a ocho años.
Para los efectos del párrafo anterior están equiparados a los documentos destinados a
acreditar la identidad de las personas, aquellos que a tal fin se dieren a los integrantes de
las fuerzas armadas, de seguridad, policiales o penitenciarias, las cédulas de identidad
expedidas por autoridad pública competente, las libretas cívicas o de enrolamiento, y los
pasaportes, así como también los certificados de parto y de nacimiento. (Artículo sustituido
por art. 9° de la Ley N° 24.410 B.O. 2/1/1995)
ARTICULO 294. - El que suprimiere o destruyere, en todo o en parte, un documento de modo
que pueda resultar perjuicio, incurrirá en las penas señaladas en los artículos anteriores, en
los casos respectivos.

• La falsificación ideológica
ARTICULO 293.- Será reprimido con reclusión o prisión de uno a seis años, el que insertare o
hiciere insertar en un instrumento público declaraciones falsas, concernientes a un hecho
que el documento deba probar, de modo que pueda resultar perjuicio.
Si se tratase de los documentos o certificados mencionados en el último párrafo del artículo
anterior, la pena será de 3 a 8 años. (Párrafo sustituido por art. 10° de la Ley N° 24.410 B.O.
2/1/1995)

En este capítulo se incrimina no sólo al autor del delito, sino también al que hiciere
uso del documento o certificado adulterado, que será reprimido como si fuera el
autor de la falsedad.

FALSEDAD MATERIAL Y FALSEDAD IDEOLÓGICA

FALSEDAD MATERIAL: Se trata de la falsedad corporal, contrafigura de la


autenticidad externa. Descansa sobre los elementos materiales: papel y grafía en su
aspecto estático y con sujeción a las leyes notariales. La alteración de las
formalidades extrínsecas, que pueden afectar la matriz o el primer testimonio,
provoca la falsedad material.

I. Falsificación o contrafacción: se trata de contrahacer o hacer un documento


semejante al genuino. Importa reproducir o imitar otro simulando que es el
verdadero. Por ejemplo: expedir una copia de una matriz inexistente, imitar
la firma, etc. El CP lo sanciona en el art. 292 (“el que hiciere en todo o en
parte un documento falso”).
II. Alteración: supone el documento formado que se lo modifica parcialmente.
Ataca la conservación de integridad del texto mencionado. El CP tipifica esta
figura como adulteración (Art. 292 CP “… o adulterare uno…”). Para realizar
esta figura se recurre al borrado, raspado, lavado, enmendado, agregados,
etc. La forma más común es introducir en un documento verdadero
cualquier alteración o intercalación que varíe su sentido jurídico.
III. Supresión: significa la destrucción en todo o en parte de un documento. El
CP la tipifica en el art. 294 “el que suprimiere o destruyere en todo o en
parte…”. Soler dice que no debe repararse en la materialidad del papel
destruido sino en el hecho de haberse suprimido una fuente de verdad que
tenía carácter documental. En consecuencia no basta la destrucción de una
copia sustituible de una escritura pública. Pelosi sostiene que por
destrucción se entiende hacerlo desaparecer del todo, aniquilar totalmente
la forma material o la grafía, reduciéndola a la nada o bien en parte, de
modo que los trazos restantes carezcan de significado o adquieran uno
diverso. A este respecto la Cámara Nacional Criminal y Correccional en fallo
del 30 de julio de 1963, declaró que si antes de la mutilación de la escritura
pública inserta en el protocolo del escribano actuante había expedido
testimonios a las partes, no se da la posibilidad de perjuicio requerida en el
delito de falsedad por supresión o destrucción de documentos. Hay ante
todo supresión cuando, sin obrar sobre la materialidad del documento o
sobre la escritura, el documento venga a ser puesto fuera de la
disponibilidad del derecho habiente, permanente o temporalmente, en su
conjunto o respecto de una parte de él. Por eso, la ocultación entra en la
noción "supresión" si no concreta otra hipótesis prevista en el mismo
artículo (ejemplo: sustracción). Hay además supresión cuando, aun sin
atacar a la material del documento, se haga en todo o en parte desaparecer
o resultar ilegible lo escrito.

Los casos más comunes de falsedad material de un documento notarial son los
siguientes:

a. Cuando se extiende la matriz en papel que no es el protocolo.


b. Copia simulada, esto es, expedición de un documento con fe transcriptiva o
de segundo o ulterior grado de documento matriz u original inexistente.
c. La firma no pertenece al notario a quien se atribuye su autoría.
d. La firma de los comparecientes y, en su caso, de los testigos, no
corresponden a las personas que se indican, o esas personas no existen.
e. Adulteración de todo o en parte de un documento notarial.
f. Destrucción de un documento autorizado por notario, con las reservas que
se desprenden del fallo referido. Con respecto a las alteraciones o
enmiendas en partes esenciales a que se refiere el art. 294 CCyC, hay que
distinguir los casos en que se ha omitido salvar al final de la escritura, lo que
pueda determinar la anulabilidad del documento, de las hipótesis en que
esas alteraciones se han hecho después del otorgamiento. En este caso sí
hay falsedad. Las mismas reglas son aplicables a las copias. Se infiere de lo
dicho que debe tenerse mucho cuidado con las rectificaciones que resulte
necesario hacer después de la firma de la escritura, aunque se salven "ex
post facto". Cuando esas mismas correcciones figuran en las copias surgen
indicios de que se han hecho con posterioridad, salvo que la copia se haya
extendido en la misma fecha del otorgamiento. Cuando ya firmada la copia
se advierte alguna discordancia con la matriz, en lugar de corregir el texto y
salvar al final, corresponde consignar nota firmada que establezca la dicción
literal de la palabra o frase que figura en la matriz.

FALSEDAD IDEOLÓGICA: Es el desvalor de la autenticidad interna. El contenido de


ésta en el documento notarial se integra con autenticaciones (hechos autenticados
por el escribano) y autenticidades (hechos auténticos por el escribano). Pelosi dice
que los hechos auténticos son las declaraciones, atestaciones o certificaciones del
notario relativas a los hechos que presencia o ejecuta en razón de su oficio y que
están amparados por la fe pública (art. 296 CCyC). Son las aseveraciones que
ordinariamente se insertan con la cita “doy fe”. Son hechos autenticados el
contenido de las declaraciones de los sujetos documentales. Auténtico es el hecho
de haberse efectuado la declaración y accesoriamente queda autenticado su
contenido. El contenido de esas declaraciones cae por simple prueba en contrario
(se debe interponer acción de simulación).

Del mundo interior (no fe


pública)
Propios:
Del mundo exterior (fe
púbica)
Actos del Notario

De vista y de oído (fe


Ajenos
pública)

No amparados por la fé
Declaraciones de las
pública - Acción de
partes
simulación

DIFERENCIA CON LA SIMULACIÓN: En toda declaración hay un querer interno y un


hecho externo por el que se exterioriza. Este último pertenece al mundo físico y es
objeto de autenticación simultánea y accesoriamente con la comparencia, lectura y
demás hechos presenciados o ejecutados por el notario. Pero entre el querer
interno y la declaración puede existir discordancia, insinceridad, que escapa a la fe
notarial y por ello a la falsedad. Estamos en el terreno de la simulación (art. 333
CCyC (ARTICULO 333.- Caracterización. La simulación tiene lugar cuando se encubre el
carácter jurídico de un acto bajo la apariencia de otro, o cuando el acto contiene cláusulas
que no son sinceras, o fechas que no son verdaderas, o cuando por él se constituyen o
transmiten derechos a personas interpuestas, que no son aquellas para quienes en realidad
se constituyen o transmiten.). La falsedad consiste en el testimonio mentido del oficial
público llamado a recibir el acto, cuando afirma que ocurrieron en su presencia
actos que no son verdaderas, pues existe una alteración de lo ocurrido. La
documentación falsa puede limitarse sólo a aquella parte del contenido del acto en
que el oficial público afirma directamente haberse realizado ciertas declaraciones y
actos en presencia suya y a la cual se limita la plena fe que la ley atribuye al acto
público. El notario no puede garantizar la sinceridad de los hechos de las partes ni
puede penetrar en su intención (por ejemplo, si cuando dicen vender en realidad
quieren donar). Por eso el acto público puede ser simulado sin ser falso. La
simulación mira siempre el elemento intelectual en la mente de los contratantes o
su voluntad íntima de realizar el acto, pero ésta es extraña a la fe pública del
instrumento notarial. La simulación disfraza el consentimiento y puede abarcar todo
el contenido del acto que expresa la convención. La falsedad ideológica altera la
verdad material de las declaraciones emitidas o de las circunstancias de los hechos,
y se limita a aquella parte destinada a dar plena fe, a la atestación de los hechos
ejecutados en presencia del funcionario público.

REDARGUCIÓN DE FALSEDAD

Es el procedimiento por el cual se busca demostrar la falsedad de un instrumento


público. Es el acto tendiente a obtener la declaración de invalidez de un documento
público o de un documento privado reconocido con carácter de autenticidad. Si se
trata de un documento público la falsedad puede ser ideológica o material. Si se
trata de un documento privado, sólo puede redargüirse por falsedad material, ya
que en éste no existe fe pública por lo tanto no puede haber falsedad ideológica.

Normas procesales: En el CPCC de La Pampa, se encuentra reglada la redargución


de falsedad en el art 377.
Artículo 377.- REDARGUCIÓN DE FALSEDAD.- La redargución de falsedad de un
instrumento público, tramitará por incidente que deberá promoverse dentro del
plazo de diez (10) días de notificado el auto que ordena la agregación del
documento. Será inadmisible si no se indican los elementos y no se ofrecen las
pruebas tendientes a demostrar la falsedad. Admitido el requerimiento, el juez
suspenderá el pronunciamiento de la sentencia, para resolver el incidente
conjuntamente con ésta. Será parte el oficial público que extendió el instrumento.-

Coexistencia de la acción civil y penal

De acuerdo a las reglas del art. 1775 CCyC y ss.


Acciones civil y penal
ARTICULO 1774.- Independencia. La acción civil y la acción penal resultantes del
mismo hecho pueden ser ejercidas independientemente. En los casos en que el
hecho dañoso configure al mismo tiempo un delito del derecho criminal, la acción
civil puede interponerse ante los jueces penales, conforme a las disposiciones de los
códigos procesales o las leyes especiales.
ARTICULO 1775.- Suspensión del dictado de la sentencia civil. Si la acción penal
precede a la acción civil, o es intentada durante su curso, el dictado de la sentencia
definitiva debe suspenderse en el proceso civil hasta la conclusión del proceso penal,
con excepción de los siguientes casos:
a) si median causas de extinción de la acción penal;
b) si la dilación del procedimiento penal provoca, en los hechos, una frustración
efectiva del derecho a ser indemnizado;
c) si la acción civil por reparación del daño está fundada en un factor objetivo de
responsabilidad.
ARTICULO 1776.- Condena penal. La sentencia penal condenatoria produce efectos
de cosa juzgada en el proceso civil respecto de la existencia del hecho principal que
constituye el delito y de la culpa del condenado.
ARTICULO 1777.- Inexistencia del hecho, de autoría, de delito o de responsabilidad
penal. Si la sentencia penal decide que el hecho no existió o que el sindicado como
responsable no participó, estas circunstancias no pueden ser discutidas en el proceso
civil.
Si la sentencia penal decide que un hecho no constituye delito penal o que no
compromete la responsabilidad penal del agente, en el proceso civil puede discutirse
libremente ese mismo hecho en cuanto generador de responsabilidad civil.
ARTICULO 1778.- Excusas absolutorias. Las excusas absolutorias penales no afectan
a la acción civil, excepto disposición legal expresa en contrario.
ARTICULO 1779.- Impedimento de reparación del daño. Impiden la reparación del
daño:
a) la prueba de la verdad del hecho reputado calumnioso;
b) en los delitos contra la vida, haber sido coautor o cómplice, o no haber impedido
el hecho pudiendo hacerlo.
ARTICULO 1780.- Sentencia penal posterior. La sentencia penal posterior a la
sentencia civil no produce ningún efecto sobre ella, excepto en el caso de revisión. La
revisión procede exclusivamente, y a petición de parte interesada, en los siguientes
supuestos:
a) si la sentencia civil asigna alcances de cosa juzgada a cuestiones resueltas por la
sentencia penal y ésta es revisada respecto de esas cuestiones, excepto que derive
de un cambio en la legislación;
b) en el caso previsto en el artículo 1775 inciso c) si quien fue juzgado responsable
en la acción civil es absuelto en el juicio criminal por inexistencia del hecho que
funda la condena civil, o por no ser su autor;
c) otros casos previstos por la ley.

De esto se desprende que, en principio, la falsedad penal envuelve a la civil, pero


ésta no comprende la primera. Si se condenó en el juicio criminal, el acusado ya no
podrá contestar en el juicio civil la existencia del hecho principal que constituye el
delito ni impugnar la culpa del condenado. La sentencia penal condenatoria debe
tener el carácter de definitiva. Absuelto el acusado en el juicio criminal, si la
sentencia dice que el hecho no existió o el acusado no lo cometió, no se podrá
alegar en el juicio civil la existencia del principal sobre el que recae la absolución. Si
la sentencia penal dice que el hecho no constituye un delito o que existe
responsabilidad penal del agente, puede seguirse el proceso civil para determinar la
existencia de responsabilidad civil.
Intervención del notario: Rivera ha dicho que en todos los casos la acción de
redargución de falsedad debe sustanciarse con todos los intervinientes en el acto,
incluso el oficial público, y en el marco de un proceso de conocimiento, excluyendo
de este modo los juicios ejecutivos. Nuestro CPCC LP establece que será parte el
oficial público que extendió el instrumento. El III Congreso Internacional del
Notariado Latino expresó “ninguna acción por responsabilidad podrá ser ejercida
contra un notario como consecuencia de la oposición a un acto que haya otorgado
sin llamárselo a intervenir en el juicio a fin de permitir salvaguardar eficientemente
sus derechos y legítimos intereses, evitándole así que se le imponga la autoridad de
cosa juzgada como resultado de un juicio al cual no sólo ha permanecido extraño
sino que inclusive ha podido ignorar”.

Efectos de la redargución de falsedad: Haciendo una interpretación literal de la


norma (art. 296 inc. a) “…hasta que sea declarado falso en juicio civil o criminal”),
interpuesta la acción civil o penal de falsedad, se suspende el valor probatorio de
autenticidad que le atribuye la fe pública al documento.

UNIDAD QUINCE: ORGANIZACIÓN DEL NOTARIADO. FUNCIÓN NOTARIAL Sistemas.


Notariado de tipo latino, del common law, estatizado. Sus variantes. Análisis
comparativo. Unión Internacional del Notariado Latino. Su génesis y evolución. Caso del
“notary public” de los E.E.U.U. Teorías acerca de la naturaleza de la función notarial:
funcionario público, profesional del derecho, profesional del derecho en ejercicio de
una función pública.

SISTEMAS

Dependen de la regulación legal que se adopte.

1. Sistema libre o anglosajón: se trata de un sistema precario, es un simple


certificante. Aquí encontramos la variante del llamado “notary public” que
funciona en EEUU. El nombramiento se lleva a cabo mediante la sola
acreditación de haber cumplido con los requisitos legales. El número de
profesionales es ilimitado y no hay demarcación territorial. El escribano no es
profesional de derecho, no tiene representación del Estado y no hay declaración
de fe pública. No existe el protocolo y los instrumentos no son auténticos
(deben convalidarse judicialmente). Es principio de prueba por escrito.
2. Estatizado: admite dos categorías. En ambos casos son pagados y designados
por el estado. La fuerza probatoria de los IP es absoluta y esa autenticidad
emana del estado.
a. Judicial: están equiparados a los jueces, dependen del Superior Tribunal.
El instrumento es plenamente auténtico, dan fe pública y el número es
limitado. No es necesario que sean profesionales del derecho. El
documento auténtico es oponible erga omnes y cae por redargución. El
protocolo es judicial.
b. Administrativo: son empleados del gobierno y se hallan sometidos al
comisario de justicia en materia disciplinaria. No es un profesional del
derecho.
3. Notariado de tipo latino: Es el sistema de Argentina. En el Congreso
Internacional del Notariado Latino de 1948 en Buenos Aires se dijo que el
escribano es un profesional que desempeña una función pública y obligación del
estado. La tarea es esencialmente legitimadora y los IP tienen fuerza probatoria
por sí mismos. Admite dos clases: a) notariado restringido (cupo de vacantes a
asignar, limitado, rige en casi todos los países que adoptaron este sistema), y b)
notariado libre (el nro. de plazas es irrestricto, basta que el interesado justifique
la satisfacción de recaudos legales y no hay demarcación geográfica, rige en
Uruguay). El notario es profesional del derecho, que obtiene potestad fedante.
La fe pública es especial, es por excelencia fedatario, los registros se establecen
según el nro. de habitantes, y las incompatibilidades aseguran el ejercicio de la
función notarial. La competencia específica está dada por el art. 290 inc. a)
CCyC. La fe pública es delegada por el estado al notario. Es una obligatoriedad
otorgar el servicio. El documento goza de autenticidad. Rige el principio de
protocolo (de propiedad del estado), donde se conserva el original (matriz) y
circulan copias o testimonios.

UNIÓN INTERNACIONAL DEL NOTARIADO LATINO

Nace en Buenos Aires en 1948 en el Primer Congreso Internacional. Es una


organización no gubernamental formada por las asociaciones profesionales de
setenta y tres países en cinco continentes cuyos sistemas notariales son de tipo
latino. Se fundó legalmente en el Segundo Congreso Internacional en Madrid en
1950. Fue constituida para promover, coordinar y desarrollar la actividad notarial en
el orden internacional, con la finalidad de asegurar, con una estrecha colaboración
entre los notariados, la dignidad e independencia de los mismos, para brindar un
mejor servicio a la comunidad. La UINL representa la totalidad de los notarios
latinos cuyos miembros son profesionales del derecho en ejercicio de una función
pública delegada por el Estado. Los notarios aconsejan a las partes de manera
independiente e imparcial. Confieren autenticidad a los documentos que redactan
en garantía de la seguridad jurídica.
TEORÍAS ACERCA DE LA NATURALEZA DE LA FUNCIÓN NOTARIAL

El notario como profesional del derecho reconoce su origen en el derecho romano,


afianzándose luego con el resurgimiento de los estudios romanísticos de las
universidades italianas.

Funcionarios públicos: (art. 10 de la Ley 12990 y art. 9 de la Ley 49) Es la postura


clásica y la más vieja. Mosset Iturraspe juzgaba aplicable el art. 1112 CCiv. Para
contemplar el deber de responder del notario. Este artículo fue remplazado con la
sanción del CCyC por los arts. 1764, 1765 y 1766, que establece que la
responsabilidad del Estado y los funcionarios públicos se rigen por las disposiciones
del derecho administrativo. Admitía que la responsabilidad del escribano con sus
clientes era contractual y con los terceros extracontractual. Diferenciación obsoleta
a partir de la unificación de la responsabilidad en el nuevo CCyC. Elena Hyghton de
Nolasco dice que hay una relación constante entre el escribano y el estado, en la
gestión que el estado tiene, entre otras funciones el ejercicio de la fe pública y lo
hace a través del notario y la ausencia de remuneración directa por parte del estado
no es significativa para excluir la calidad de funcionario público. El notario tiene la
representación del estado en el ejercicio de otorgar la fe pública que es función
atributiva y propia de éste. El estado es responsable por los actos del escribano. Hay
obligación de prestar el servicio.

Profesional liberal: la circunstancia de que esté en una actividad anexa al interés


social y de que se encuentre reglada no hace a la función pública. Esto no comunica
al notario el carácter de funcionario público. Responde como profesional por los
arts. 1716 y 1749 CCyC (ex art. 1109 CCiv.) y por medio propio. La reglamentación
del ejercicio es como la reglamentación de las otras profesiones donde se gobierna
la matrícula por medio de los Colegios de profesionales). Esta tesis es sostenida
entre otros por Pondé.

Tesis intermedia: Tesis mayoritaria. Propugna que el notario es un profesional del


derecho que desempeña una función pública. Porque actúa en nombre propio, no
percibe su remuneración por el Estado, se responsabiliza por sí mismo, Si es función
pública la autenticación, dar fe pública, pero ello está delegado por el Estado a este
profesional. La CSJN ha hablado de una concesión del Estado hacia el notario y “si
bien no caben dudas de que los escribanos cumplen como fedatarios una función
pública, es evidente que no se presentan las notas características de la relación de
empleo público, pues no existe dependencia orgánica respecto de los poderes
estatales cuyas plantas funcionales no integran, no están sometidos al régimen de
subordinación jerárquica que les es propio ni se dan a su respecto otras
características de un vínculo permanente con la administración. En tales
condiciones, caracterizó a los escribanos como profesionales del derecho afectados
a una actividad privada, pues la concesión que les otorga el Estado no importa
adjudicarles el rango de funcionarios públicos (Fallos: 306:2030) y, en consecuencia,
no están sujetos al discrecional poder con que cuenta el Estado para la organización
administrativa” (Fallo Franco - 2002). Se ha señalado con acierto que la tarea
fedante cumplida por el escribano cuando confecciona un documento incorporado
al protocolo y la de ser depositario y custodio de los registros son funciones
públicas. También lo es la labor asignada al notario por la Ley 17801 en relación con
la organización y funcionamiento del sistema registral, cuestión en la que está
interesado el orden público. Esto apareja importantes consecuencias:

a. El escribano no puede negarse arbitrariamente a prestar su ministerio;


b. Los escribanos asumen siempre deberes de fines;
c. No confecciona las escrituras en representación del estado, sino que lo hace en
nombre propio;
d. Tiene independencia profesional y de actuación;
e. La remuneración no es pagada por el Estado;
f. El cliente lo elige con libertad, no le es impuesto (como es el caso de los
funcionarios públicos);
g. El régimen de responsabilidad al que está sujeto es distinto del que gobierna al
funcionario público (el estado no es responsable por el accionar del escribano);
h. Tiene el deber jurídico de guardar el secreto profesional.

UNIDAD DIECISÉIS: COMPETENCIA NOTARIAL Concepto. Competencia material. Su


diferencia con la jurisdicción voluntaria. Competencia en razón del territorio. Casos de
prórroga legal en la legislación de fondo y leyes locales. El error común como fuente de
derecho. Competencia en razón de las personas. Parentesco. Interés personal.
Excepciones. Casos dudosos.

COMPETENCIA
La palabra competencia proviene del latín competeré que significa lo que nos
pertenece, se nos concede o nos corresponde. Se refiere tanto a la facultad misma
como al ejercicio de dicha cualidad. Braschi, siguiendo a Pelosi y Carnelutti, indica
que la misma es la capacidad legal que se otorga a una profesión, y que enmarca el
elemento núcleo de la función pública. Señala la marca, medida o esfera de
facultades y atribuciones específicas, propias de cada órgano u oficio.
Competencia es la facultad que la ley otorga a un órgano, función, persona o
institución para intervenir en un asunto determinado.

COMPETENCIA NOTARIAL
Es la facultad o aptitud del escribano para firmar y autorizar instrumentos públicos.
Capacidad que la ley otorga o da a quien cumple determinada función profesional
fedataria, para documentar y autorizar instrumentos públicos dotados de
autenticidad erga omnes.

La competencia del escribano puede provenir de la ley (actos de solemnidad


absoluta), de la ley y el contrato (actos de solemnidad relativa) o del contrato o
voluntad de las partes (actos no solemnes). No deben confundirse los términos
competencia y jurisdicción. La jurisdicción es la capacidad o facultad de administrar
justicia. El término se forma con las raíces iuris dictio, es decir, capacidad de decir el
derecho, aplicar el derecho, función que es propia de los jueces. En realidad
jurisdicción es la facultad de administrar justicia y la competencia fija los límites de
esa facultad. En cuanto a la jurisdicción voluntaria, Pelosi sostiene que en realidad
no es jurisdicción, Carnelutti habla de proceso voluntario y Bielsa dice que en todo
caso sería intervención judicial y no jurisdicción voluntaria, y que no es tan
voluntaria desde el momento que la ley está obligando a ir ante la justicia para
determinados asuntos (por ej. juicios sucesorios). La competencia es la aptitud legal
atribuida a un órgano o a una profesión, jurisdicción se refiere a la facultad de
administrar justicia.

Los aspectos de la competencia notarial son tres: 1) en razón de la materia, que es


llamada competencia funcional, 2) en razón del territorio, es decir competencia
geográfica, y 3) en razón de la persona o competencia personal.

Para poder hablar de validez de los instrumentos públicos, estos deben reunir una
serie de requisitos, entre ellos, el de competencia del oficial público. Este requisito
estaba receptado en el art. 980 CCiv., actualmente remplazados por el art. 290
CCyC.
Artículo 290: Requisitos del instrumento público. Son requisitos de validez del
instrumento público:
a) la actuación del oficial público en los límites de sus atribuciones y de su
competencia territorial, excepto que el lugar sea generalmente tenido como
comprendido en ella;
b) las firmas del oficial público, de las partes, y en su caso, de sus representantes; si
alguno de ellos no firma por sí mismo o a ruego, el instrumento carece de validez
para todos.

El inciso a) del mencionado artículo se refiere a la competencia material


(atribuciones) y territorial.

Competencia material o funcional: abarca todo el contenido de la fe pública


notarial y su instrumentación, además de ciertos actos que hacen al derecho
privado y al escribano como profesional y redactor de documentos, así como otras
intervenciones que integran el oportuno asesoramiento. El Primer Congreso
Internacional del Notariado Latino declaró que el notario latino es un profesional
del derecho encargado de una función pública consistente en recibir, interpretar y
dar forma legal a la voluntad de las partes, redactando los instrumentos adecuados
a ese fin y confiriéndoles autenticidad, conservar los originales de estos y expedir
las copias que den fe de su contenido. Pelosi indica que el contenido material de la
competencia está dado por cuatro puntos cardinales de la función notarial:
redacción, firma, conservación o custodia y expedición de copias en legal forma. Es
decir, el escribano debe efectuar la redacción del instrumento, luego autorizarlo y
expedir las copias necesarias o las que las partes hayan solicitado, finalizada esa
labor, debe conservar las matrices por el límite de tiempo impuesto por cada
colegio notarial hasta su envío al archivo.
Competencia en razón del territorio: Es la que se obtiene sobre determinada
demarcación del territorio. Se ejercita sobre el lugar geográfico exclusivo donde el
escribano debe realizar su actuación para que sus actos sean válidos. Cristina
Armella sostiene que la propia ley ha determinado una precisa demarcación
geográfica para el específico desarrollo de las funciones década clase de oficial
público. Fuera de la misma, los instrumentos autorizados no tienen valor. Esta
competencia señala estrictamente el territorio donde el notario puede y debe
ejercer su actuación y ministerio para que sus actos gocen de fe pública, siendo
irrelevante el domicilio de los requirentes del servicio notarial, el lugar de
cumplimiento de las obligaciones o el sitio de ubicación de los bienes (a excepción
de casos puntuales como la renuncia a la herencia y la extinción voluntaria del
contrato de trabajo). El principio general del art. 290 CCyC es que cada notario, si
bien lo es en todo el Estado Nacional, tendrá su competencia asignada a una cierta
parte del territorio. Su "puesta en práctica" de la actividad, como fedatario, la
puede ejercer solamente en el territorio que se le ha asignado. No afecta esto la
validez del documento que se autoriza, que tiene valor en toda la nación (art. 293
CCyC). Como caso exclusivamente excepcional a esta regla, se admite el ejercicio
funcional en un territorio que aunque no sea el asignado originariamente, es tenido
en cuenta como si estuviere comprendido dentro de la competencia territorial
delimitada. Esta excepción es clara: territorio que se considera está dentro de los
límites de la competencia. No es el caso de prórroga de jurisdicción, reconocidos
en leyes de naturaleza notarial o judicial, que tiene y presenta notorias diferencias
de acuerdo al caso concreto. En nuestra organización de carácter federal, si bien la
legislación de fondo fija determinadas atribuciones a los escribanos, la organización
del sistema notarial es una facultad no delegada por las provincias al Gobierno
central, por lo cual son éstas o bien el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires los que invisten al notario de la función. Por tanto, su ámbito de actuación se
limitará al territorio del Estado que lo invistió. Será facultad de quien lo nombró,
según la respectiva organización local, atribuirle dentro del territorio provincial un
determinado ámbito (en La Pampa, la competencia territorial de los notarios se
divide por departamentos – art. 9º Ley 49). Un escribano puede autorizar la venta
de una cosa situada fuera de su distrito siempre que la escritura la haga dentro del
mismo, pero no puede realizar un acta de constatación fuera de su distrito. Las
leyes locales exigían que esas escrituras (sobre inmuebles situados fuera de su
distrito) fueran protocolizadas en el lugar de la cosa, pero eso era inconstitucional,
contrario al espíritu del Art. 7 CN que establece “Art. 7º.- Los actos públicos y
procedimientos judiciales de una provincia gozan de entera fe en las demás; y el
Congreso puede por leyes generales determinar cuál será la forma probatoria de
estos actos y procedimientos, y los efectos legales que producirán.”

Las consecuencias del ejercicio de la función fedante fuera del distrito notarial que
tiene asignado un notario son, en principio: 1) sus actos no son válidos, 2) su
conducta es susceptible de reproche disciplinario por parte, en primer lugar, del
Colegio donde se halle matriculado, y 3) de encontrarse mérito suficiente, podría
responder también por daños y perjuicios que hubiera acarreado su accionar.

El artículo 9º de la Ley 49 de la provincia de La Pampa, en su parte final, regula la


prórroga territorial (legal) de la competencia del notario, determinando que el
Colegio puede autorizar a un notario a actuar fuera de su distrito cuando en el
lugar donde deba hacerlo no exista escribano o, existiendo, se encontraran de
licencia o sufrieran de algún impedimento legal para hacerlo (por ejemplo, en
razón de parentesco).

LEY 49 PROVINCIA DE LA PAMPA


Artículo 9º.- El Escribano de Registro es el funcionario público instituido para recibir y
redactar conforme a las leyes, los actos y contratos que le fueren encomendados y para dar
carácter de autenticidad a los hechos, declaraciones y convenciones que ante él se
desarrollen, formularen o expusieren, cuando para ello fuere requerida su intervención. Son
competentes para actuar dentro del departamento correspondiente a su domicilio legal,
asiento de su registro. Podrán sin embargo con expresa autorización del Colegio de
Escribanos, actuar en departamentos que no haya Escribanos, o en los que existiendo
Escribanos, estuvieren en uso de licencia, o se encontraren frente a impedimento legal
alguno (Parentesco, suspensión).
Artículo 10º.- Son deberes esenciales de los Escribanos de Registro:
a) La conservación y custodia en perfecto estado, de los actos y contratos por él
autorizados, así como de los protocolos respectivos mientras se hallen en su poder;
b) Expedir para las partes interesadas, testimonios, copias, certificados y extractos de las
escrituras otorgadas en su Registro, conforme a las disposiciones de las leyes vigentes;
c) Mantener el secreto profesional sobre todo acto en que intervenga en ejercicio de su
función. La exhibición de los protocolos sólo podrá hacerla a requerimiento de los
otorgantes o sus sucesores, de los actos en que hubieren intervenido; y por otros escribanos,
en los casos y formas que establezca el reglamento o por orden judicial;
d) Intervenir profesionalmente en los casos que fuera requerido, siempre que dicha
intervención no sea contraria a las leyes o no hallándose impedido por otras obligaciones
profesionales de igual urgencia.
Artículo 11.- Las escrituras y demás actos públicos sólo podrán ser autorizados por los
escribanos de Registro.
Artículo 12.- También compete a los escribanos de Registro, aunque no en forma exclusiva,
certificar la existencia de personas físicas o jurídicas, poner cargos a los escritos, expedir
testimonios sobre asientos o actos sobre libros comerciales, labrar toda clase de actas de
notoriedad, certificar la autenticidad de firmas personales o sociales o de impresiones
digitales, la vigencia de contratos, practicar inventarios y en general, intervenir en todos
aquellos actos que no requieran la formalidad de la escritura pública, en el modo y forma
que determinen las leyes procesales y el Reglamento Notarial.
Competencia en razón de las personas: los funcionarios públicos no pueden firmar
actuaciones donde intervengan sus parientes (art. 291 CCyC). Artículo 291:
Prohibiciones. Es de ningún valor el instrumento autorizado por un funcionario
público en asunto en que él, su cónyuge, su conviviente, o un pariente suyo dentro
del cuarto grado (de consanguinidad) o segundo de afinidad, sean personalmente
interesados. Carecen de valor los actos autorizados por un oficial público en asunto
en que él o sus parientes dentro del grado establecido estuvieren interesados en
forma personal. La razón de ser de esta prohibición es porque la ley encuentra que
el notario no podría ser objetivo, ya que estaría afectiva y subjetivamente vinculado
a las partes, o tener una motivación personal en el negocio. Se protege, sin duda
alguna, el principio de imparcialidad y objetividad, impidiéndole al escribano actuar
en razón de parentesco y/o de interés personal. La motivación que exista debe ser
propia, personal e influir de manera directa. La mayor parte de la doctrina sostiene
que la limitación la señala el interés expreso y directo, y que la prohibición de este
artículo no abarca los supuestos en que el apoderado en una escritura sea pariente
del escribano que autoriza la misma, siempre que el mandante sea un tercero. En el
caso que dicha escritura contuviese alguna disposición que pueda beneficiar al
escribano, el mismo no puede autorizarla ya que estaría vinculado en forma
personal, afectando el principio de objetividad.

LA INOBSERVANCIA DE LA COMPETENCIA, EN CUALQUIERA DE LOS ÁMBITOS QUE


FUERA, SEA ESTE MATERIAL, TERRITORIAL O PERSONAL, ACARREA LA NULIDAD DE
LA ACTUACIÓN DEL ESCRIBANO PÚBLICO.

COMPETENCIA TEMPORAL

Artículo 292: Presupuestos. Es presupuesto para la validez del instrumento que el


oficial público se encuentre efectivamente en funciones. Sin embargo, son válidos los
actos instrumentados y autorizados por él antes de la notificación de la suspensión o
cesación de sus funciones hechos conforme a la ley o reglamento que regula la
función de que se trata.
Dentro de los límites de la buena fe, la falta de los requisitos necesarios para su
nombramiento e investidura no afecta al acto ni al instrumento si la persona
interviniente ejerce efectivamente un cargo existente y actúa bajo la apariencia de
legitimidad del título.
Uno de los presupuestos de validez del instrumento es, en términos generales, la
actuación del oficial público "en los límites de sus atribuciones". Pues bien, una vez
establecidas y delimitadas esas atribuciones, debe derivarse de ese principio que el
oficial público se encuentre efectivamente en funciones. Sin duda alguna, esto
hace alusión a la competencia temporal del mismo. Las leyes notariales prevén la
habilitación para el ejercicio de la función notarial, y en el ámbito de la función
pública en general los actos de toma de posesión de cargo -a través del
nombramiento dan lugar al inicio de las actividades del escribano o funcionario y
del cómputo de la antigüedad de la determinada función todo esto hasta el cese por
causas previstas en las leyes -renuncia, jubilación, retiro, mal desempeño, entre
otras o por causas intempestivas -fallecimiento-. Tanto en los notarios o escribanos,
como en los funcionarios públicos existe entonces, una competencia temporal de
ejercicio, que tiene un inicio y un fin que pueden determinarse fácilmente. Es así
que para que el acto encuadre dentro de los presupuestos de validez, debe el oficial
o escribano encontrarse efectivamente en funciones. Siguiendo una regla de
protección de las instrumentaciones en general, se aplican los criterios previstos
tanto en el CCiv. como en la doctrina y jurisprudencia mayoritaria, que advierten de
la validez y vigencia de los actos instrumentados y autorizados por escribanos o
funcionarios públicos antes que les haya sido notificada la suspensión o cesación de
funciones que pueden también reconocer múltiples causas: mal desempeño,
alcance de la edad jubilatoria, etc. Finalmente, queda por advertir que el segundo
párrafo del artículo posiciona al principio de la buena fe para evitar que un exceso
formal impida la validez de un acto instrumentado con estas características. En
efecto, la falta de algún requisito necesario para el nombramiento o investidura no
afectará al acto ni al instrumento si la persona autorizante o interviniente realiza su
actividad desde un cargo existente y bajo la apariencia de legitimidad del título.
La nulidad de la designación podría ocasionar la invalidez de los actos en los cuales
éste hubiese intervenido ya que su investidura se basó en un acto ineficaz. Esta
interpretación rígida afectaría los intereses de los particulares interesados en tales
actos, quienes son totalmente ajenos a las falencias en el acto de designación. La
norma, considerando que los actos fueron otorgados bajo apariencia de legalidad
generada por el propio Estado, en protección de los particulares de buena fe,
mantiene la validez de los actos.

Clase del 23/09/2015 – Dra. Rojas Torres

UNIDAD XVII: DEBERES Y DERECHOS DEL ESCRIBANO. INHABILIDADES E


INCOMPATIBILIDADES. SECRETO, ÉTICA Y ASESORAMIENTO PROFESIONAL

Estudio del articulado al respecto de las leyes 12.990 de la Capital Federal y 49 de la


Provincia de La Pampa. El Decreto 205/93 de la Provincia de La Pampa. Secreto notarial:
concepto. Diferencia con el sigilo. Sujetos obligados a mantenerlo. Su violación como
delito penal. Requisitos para la configuración del tipo. Sanción por la divulgación. Ética
notarial: Su tratamiento legislativo. Publicidad. Competencia desleal. Trato con el
colega.

ESCRIBANO - Naturaleza jurídica: el escribano es un profesional del derecho en


ejercicio de la fe pública, delegada por el Estado (que es quien tiene el poder de
DAR FE).
Ley 49 LP - Artículo 9º.- El Escribano de Registro es el funcionario público instituido para recibir y
redactar conforme a las leyes, los actos y contratos que le fueren encomendados y para dar carácter de
autenticidad a los hechos, declaraciones y convenciones que ante él se desarrollen, formularen o
expusieren, cuando para ello fuere requerida su intervención. Son competentes para actuar dentro del
departamento correspondiente a su domicilio legal, asiento de su registro. Podrán sin embargo con
expresa autorización del Colegio de Escribanos, actuar en departamentos que no haya Escribanos, o en
los que existiendo Escribanos, estuvieren en uso de licencia, o se encontraren frente a impedimento
legal alguno (Parentesco, suspensión) -PRÓRROGA LEGAL.
Son requisitos para ser escribano ser abogado recibido con título habilitante, tener
probidad (idoneidad para el cargo y conducta y moralidad intachable), equidad
(donde hay un pleito no puede intervenir), moralidad (dado por el Tribunal de
disciplina y Juzgados por el Tribunal de ética). No puede recibir retornos (no se
pueden derivar casos). La moralidad se prueba con el Acta de notoriedad, especie
de audiencia para establecer el nivel de moralidad, y luego el Colegio de Escribanos
expide un acta donde dice que el escribano es notorio, pudiendo presentarse a
partir de ese momento a concursos.
Ley 49 Prov. La Pampa - Artículo 1º.- Para ejercer la profesión de escribano se requiere:
a) Ser argentino nativo o naturalizado y en éste último caso con una antigüedad no menor de 5 años;
b) Mayoría de edad;
c) Título de Escribano o Notario, o de abogado y escribano, o de abogado con certificación de
aprobación de las materias notariales, expedido o revalidado por universidad argentina;
d) Ser nativo de la Provincia o tener tres años ininterrumpidos de residencia en la misma;
e) Conducta, antecedentes y moralidad intachable, acreditados por autoridades competentes;
f) Hallarse inscripto en la matrícula profesional;
g) Estar colegiado;
h) La designación como titular o adscripto de un Registro notarial;

Al entrar en posición de su cargo, debe depositar una fianza para garantizar que sus
actuaciones no afectarán a terceros, la que será inembargable (art. 15 Ley 49 LP)
Artículo 15.- Los Escribanos de Registro, titulares o adscriptos, al entrar en posesión de su cargo,
deberán constituir ante el Colegio de Escribanos una fianza por la suma de quinientos mil pesos
($500,000), que podrá ser de carácter real o personal y deberá mantenerse vigente hasta dos años
después de haber cesado en el cargo. Esta fianza será inembargable por causas y obligaciones ajenas a
la presente Ley.
El Poder Ejecutivo queda facultado para actualizar periódicamente dichos montos.

No pueden ejercer funciones notariales (art. 3 Ley 49 LP)


Artículo 3º.- No pueden ejercer funciones notariales:
a) Los ciegos, los sordos, los mudos, y quienes adolezcan de defectos físicos o mentales que los
inhabiliten para el ejercicio profesional;
b) Los incapaces;
c) Los encausados por cualquier delito desde que se hubiera dictado su prisión preventiva y mientras
ella dure, siempre que no fuera motivada por hechos involuntarios o culposos;
d) Los condenados dentro o fuera del país por delitos que den lugar a la acción pública o por
contravención a las leyes nacionales de carácter penal, con excepción de las sentencias por actos
culposos o involuntarios o condenas en libertad condicional por exceso de legítima defensa;
e) Los fallidos y concursados no rehabilitados;
f) Los que por inconducta o graves motivos de orden personal o profesional fueran descalificados para
el ejercicio del notariado;
g) Los escribanos excluidos de la matrícula profesional en cualquier jurisdicción de la República o
suspendidos en el ejercicio de su cargo por el término de la suspensión.

Diferencia entre inhabilidades e incompatibilidades

Las inhabilidades son causales de prohibición para ejercer funciones notariales por
determinadas características personales. Atentan contra la eficacia del ejercicio
profesional y lesionan la dignidad del notariado. Pueden ser impedimentos para
acceder a la función o impedimentos sobrevinientes.
Las incompatibilidades garantizan la dedicación exclusiva (que hace al buen
desempeño de la función notarial) y la imparcialidad en su ejercicio.
El fundamento de ambas es la aptitud del notario y la dedicación de la función
notarial.
Los delitos contra la propiedad y la fe pública cometidos por un notario tienen como
consecuencia la inhabilidad perpetua o definitiva.
Artículo 6º.- El ejercicio del notariado es incompatible;
a) Con el ejercicio de la abogacía, procuración, martillero, corredor de comercio y de toda otra
profesión liberal y del notariado en otra jurisdicción, salvo cuando tenga título de abogado en cuanto a
las forenses en causas propias y el patrocinio o representación del cónyuge, padres e hijos;
b) Con el ejercicio del comercio o de la banca, sean por cuenta propia o como gerente, apoderado,
asociado o factor de terceros;
c) Con todo empleo judicial o de Ministerios Públicos;
d) Con todo cargo o empleo militar o eclesiástico;
e) Con todo cargo, empleo o función, etc. público o privado, remunerado de otra forma que no sea con
honorario profesional;
f) Con todo cargo, función o empleo no incompatible que le obligue a vivir fuera de la jurisdicción de
su domicilio legal y asiento de su registro, u obstaculice la atención regular del mismo.
La infracción a lo dispuesto en el inciso a) de este artículo, ya sea en forma ostensible o encubierta,
por sí o por interpósita persona, mediante la tramitación, gestión, contratación o corretaje de causas
judiciales, será penada con la destitución del cargo.

Deberes esenciales del notario (art. 10 y art. 14 Ley 49 LP)


Artículo 10º.- Son deberes esenciales de los Escribanos de Registro:
a) La conservación y custodia en perfecto estado, de los actos y contratos por él autorizados, así como
de los protocolos respectivos mientras se hallen en su poder;
b) Expedir para las partes interesadas, testimonios, copias, certificados y extractos de las escrituras
otorgadas en su Registro, conforme a las disposiciones de las leyes vigentes;
c) Mantener el secreto profesional sobre todo acto en que intervenga en ejercicio de su función. La
exhibición de los protocolos sólo podrá hacerla a requerimiento de los otorgantes o sus sucesores, de
los actos en que hubieren intervenido; y por otros escribanos, en los casos y formas que establezca el
reglamento o por orden judicial;
d) Intervenir profesionalmente en los casos que fuera requerido, siempre que dicha intervención no
sea contraria a las leyes o no hallándose impedido por otras obligaciones profesionales de igual
urgencia.

El notario ha de guardar el secreto profesional porque ello se relaciona con la


lealtad que todo profesional debe a sus requirentes. En caso de incumplir con el
secreto profesional no sólo les cabe responsabilidad civil sino también penal. Se
diferencia con el sigilo ya que éste se relaciona con lo sacramental, por tratarse del
secreto inviolable que un confesor debe guardar acerca de lo revelado a él. No cabe
quebrantarlo. En cambio el secreto profesional tiene excepciones, por ejemplo
exhibición de protocolos a los otorgantes o sucesores o por orden judicial. La
transgresión de este compromiso de conducta importa la vulneración de un
resultado. Sin defecto de la responsabilidad civil del notario, importa también
responsabilidad penal conforme lo dispuesto en los arts. 156 y 157 CP.
ARTICULO 156. - Será reprimido con multa de pesos mil quinientos a pesos noventa mil e
inhabilitación especial, en su caso, por seis meses a tres años, el que teniendo noticia, por razón de su
estado, oficio, empleo, profesión o arte, de un secreto cuya divulgación pueda causar daño, lo revelare
sin justa causa.
ARTICULO 157. - Será reprimido con prisión de un (1) mes a dos (2) años e inhabilitación especial
de un (1) a cuatro (4) años, el funcionario público que revelare hechos, actuaciones, documentos o
datos, que por ley deben ser secretos.

Están obligados a mantener el secreto profesional el notario y todos los


colaboradores de la notaría en cuanto a ellos concierne. Para la configuración del
delito es necesario no sólo la divulgación del secreto, sino que al mismo tiempo sea
sin justa causa y con la posibilidad que dicha divulgación cause daño a la persona o
a un tercero. Puede ser daño moral o material.

Artículo 13.- Los Escribanos de Registro son civilmente responsables de los daños y perjuicios
ocasionados a terceros por incumplimiento de las disposiciones del artículo 10º, sin perjuicio de su
responsabilidad penal o disciplinaria, si correspondiere.

Ética Notarial: este tema generalmente aparece contemplado en los reglamentos


notariales. Hay reglamentos que especifican que en el momento en que el
Escribano presta su juramento al asumir sus funciones se debe hacer mención a las
normas de ética. Las violaciones de éstas se consideran falta grave, determinantes
de sanciones. Falta de ética profesional son todos aquellos actos que afecten el
prestigio y decoro del cuerpo notarial o que fueren lesivos a la dignidad inherente a
la función. También el quebrantamiento de las normas de respeto y mutua
consideración que los escribanos se deben entre sí. Por ejemplo, son faltas de ética:
aconsejar a los requirentes la adopción de formas jurídicas o escriturarias
inadecuadas con el exclusivo propósito de obtener una mayor retribución, no rendir
cuentas de las sumas retenidas para asegurar el pago de las deudas impositivas en
términos razonables una vez inscriptos los títulos y/o liberados los certificados,
retener indebidamente títulos o documentos con miras a asegurarse la intervención
en nuevos negocios jurídicos.

Artículo 14.- Los Escribanos de Registro están obligados a concurrir asiduamente a su oficina y
no podrán ausentarse por más de ocho días sin previa autorización del Colegio de Escribanos.
En caso de enfermedad, ausencia u otro impedimento, el Escribano de Registro que no tuviere
adscripto podrá proponer al Colegio de Escribanos el nombramiento de un suplente, que actuará
en su reemplazo bajo la totalidad de responsabilidad del proponente.

Las medidas disciplinarias se encuentran dispuestas en el art. 51 Ley 49 LP, y van


desde una multa hasta la baja de la matrícula, el sumario se sustancia ante el
Colegio de Escribanos (con conocimiento del Tribunal de Superintendencia) y
pueden ser sometidas a revisación por el Tribunal de Superintendencia.
Artículo 51.- Las sanciones disciplinarias a que puedan ser sometidos los escribanos inscriptos en la
Matrícula, son los siguientes:
a) Apercibimiento;
b) Multa desde cincuenta mil hasta quinientos mil pesos;
c) Suspensión de tres días a un año;
d) Suspensión por tiempo indeterminado;
e) Privación del Ejercicio de la profesión;
f) Destitución del cargo.
El Poder Ejecutivo queda facultado para actualizar periódicamente dichos montos.

Los deberes del notario frente al cliente son actuar con imparcialidad, realizar
capacitaciones técnicas y jurídicas constantes, mantener secreto profesional, y
cobrar adecuadamente conforme al arancel estipulado. Frente a los colegas, tiene
el deber de mantener una competencia leal, solidaridad y asistencia recíproca.
Frente al Estado, tiene un deber social en virtud de que su función es una carga
social, así como también el deber de probidad. Frente al Colegio de Escribanos,
debe participar activamente, velar por el prestigio profesional y mantener la unidad
de grupo.

PUBLICIDAD: El escribano no puede hacer uso de una publicidad exagerada para


promocionar sus servicios, cualquiera sea su forma de expresión es una falta grave a
la ética profesional (por ejemplo, carteles luminosos). Se puede tener una tarjeta
con su nombre, matrícula y título. No puede compartir su oficina con comerciantes
ni tampoco utilizar un local inadecuado para la prestación del servicio público
notarial (relacionado con el deber de secreto profesional).

RESPONSABILIDAD: es la aptitud que tiene el sujeto de conocer y aceptar las


consecuencias dañosas de sus actos, por ello, la ley lo sanciona.

Clase del 14/09/2015 – Dra. Rojas Torres


UNIDAD XVIII - RESPONSABILIDAD CIVIL, PENAL, TRIBUTARIA Y DISCIPLINARIA DEL
ESCRIBANO
Responsabilidad civil: Concepto. Elementos. Teoría de la responsabilidad
contractual y extracontractual. Obligaciones de medio y de resultado.
Responsabilidad en el que hacer notarial. Responsabilidad penal: Delitos cometidos
en ocasión del ejercicio de la función notarial. Falsedad ideológica y material.
Violación del secreto profesional. Insolvencia fraudulenta. Interdependencia de las
acciones civil y penal. Responsabilidad tributaria: Fisco. Contribuyente. Sujetos
responsables. El escribano como agente de percepción y/o retención. Su
responsabilidad solidaria. Acción de repetición contra el sujeto obligado.
Responsabilidad disciplinaria: Régimen normativo. En la Capital Federal: Colegio de
Escribanos y Tribunal de Superintendencia. En la Provincia de La Pampa.

Los escribanos incurren en supuestos de responsabilidad por el solo hecho de ser


profesionales del derecho. Esto se relaciona con los deberes del notario. Tienen una
obligación de resultado. Su función específica es que el documento público sea
formalmente eficaz, que sirva para lo que fue hecho. Tiene una responsabilidad
contractual con los requirentes por su obra intelectual. Y una responsabilidad
extracontractual con los terceros. Existe una zona gris en el CCyC respecto de la
responsabilidad civil. La responsabilidad penal, tributaria y fiscal sigue igual. En
cuanto a la responsabilidad civil, se le puede iniciar acción de daños y perjuicios por
mala praxis.

Responsabilidad en general
Art. 1768. — ≪Profesionales liberales≫. La actividad del profesional liberal está sujeta a
las reglas de las obligaciones de hacer. La responsabilidad es subjetiva, excepto que se
haya comprometido un resultado concreto. Cuando la obligación de hacer se preste con
cosas, la responsabilidad no esta comprendida en la Sección 7a, de este Capítulo, excepto
que causen un daño derivado de su vicio. La actividad del profesional liberal no está
comprendida en la responsabilidad por actividades riesgosas previstas en el art. 1757.

Se trata de obligaciones de hacer, que generan una responsabilidad subjetiva,


debiendo existir dolo o culpa. La excepción a esta responsabilidad de hacer es
cuando existe promesa de resultado concreto. En el caso de la función notarial, se
encuentra ínsito en ella el resultado concreto.
Art. 774. — ≪Prestación de un servicio≫. La prestación de un servicio puede consistir:
a) en realizar cierta actividad, con la diligencia apropiada, independientemente de su
éxito. Las clausulas que comprometen a los buenos oficios, o a aplicar los mejores
esfuerzos están comprendidas en este inciso;
b) en procurar al acreedor cierto resultado concreto, con independencia de su eficacia;
c) en procurar al acreedor el resultado eficaz prometido. La clausula llave en mano o
producto en mano está comprendida en este inciso.
Si el resultado de la actividad del deudor consiste en una cosa, para su entrega se aplican
las reglas de las obligaciones de dar cosas ciertas para constituir derechos reales.

La función del notario estaría comprendida en la prestación de un servicio


destinado a procurar al requirente el resultado eficaz prometido.
Art. 1749. — ≪Sujetos responsables≫. Es responsable directo quien incumple una
obligación u ocasiona un daño injustificado por acción u omisión.

Se relaciona con el estudio de título que debe realizar el escribano antes de


autorizar una escritura cuyo negocio jurídico sea la constitución de un derecho real
sobre un inmueble.
Ley 17801 Artículo 23. - Ningún escribano o funcionario público podrá autorizar
documentos de transmisión, constitución, modificación o cesión de derechos reales sobre
inmuebles, sin tener a la vista el título inscripto en el Registro, así como certificación
expedida a tal efecto por dicha oficina en la que se consigne el estado jurídico de los
bienes y de las personas según las constancias registradas.
Los documentos que se otorguen deberán consignar el número, fecha y constancias que
resulten de la certificación.
El notario se exime de responsabilidad en razón de caso fortuito o fuerza mayor.
También lo hace por los hechos de un tercero, siempre que reúna las características
del caso fortuito.
Art. 1730. — ≪Caso fortuito. Fuerza mayor≫. Se considera caso fortuito o fuerza mayor al
hecho que no ha podido ser previsto o que, habiendo sido previsto, no ha podido ser
evitado. El caso fortuito o fuerza mayor exime de responsabilidad, excepto disposición en
contrario.
Este Código emplea los términos "caso fortuito" y "fuerza mayor" como sinónimos.
Art. 1731. — ≪Hecho de un tercero≫. Para eximir de responsabilidad, total o parcialmente,
el hecho de un tercero por quien no se debe responder debe reunir los caracteres del caso
fortuito.

RESPONSABILIDADES EN GENERAL

Todo lo referido a la responsabilidad de los escribanos se rige por las leyes locales.
En la provincia de La Pampa, la responsabilidad disciplinaria y administrativa está
reglada en la Ley 49.

El plazo de la prescripción de la acción de daños y perjuicios a terceros se modificó


a cinco años.

El estudio del título es distinto al estudio de títulos.

ESTUDIO DEL TÍTULO se refiere al estudio del instrumento, hace a todo lo que es la
función notarial para investigar los requisitos de fondo del título suficiente:
legitimación y capacidad. Se trata de una obligación del notario en cuanto a su
función, y no puede eximirse de ella.

ESTUDIO DE TÍTULOS se refiere al estudio de los antecedentes dominiales. No


existe una norma específica en la legislación civil, pero deriva del art. 23 de la ley
17801, en cuanto establece la obligación de pedir el informe de dominio. Sin hacer
estudio de títulos no se puede llegar al conocimiento del vendedor o donante para
evitar vicios en la escritura. El escribano puede ser eximido del estudio de títulos
por disposición de las partes, pero es muy necesario y conveniente realizarlo.
Bueres dice que el deber jurídico del estudio de títulos se trata de una obligación
funcional, inexcusable y no requiere de norma legal alguna que expresamente lo
diga. Alterini sostiene que no existe una norma específica al respecto, y puede optar
por hacerlo o no, siempre y cuando no obste a la transmisión real (no se tomen los
recaudos suficientes para la transmisión del derecho real).

CAPACIDAD. El escribano no se puede expedir respecto de la capacidad mental de


las partes, pero si advierte o tiene dudas respecto a la misma, puede negarse a
autorizar el acto.
LEY 49 de la provincia de La Pampa

El art. 27 establece que existe responsabilidad notarial en cuatro órdenes:

Administrativo (art. 28): se trata de incumplimiento de las leyes fiscales. Entiende


el Tribunal del que derive la ley específica.

Civil (art. 29): el incumplimiento deriva del mal desempeño de sus funciones y del
incumplimiento de la Ley 49, que ocasione daños y perjuicios a terceros

Profesional (art. 30): incumplimiento de la ley y los principios de ética profesional


en cuanto afecten la institución notarial, los servicios que le son propios y el decoro
del cuerpo notarial. Su conocimiento compete al Tribunal de Superintendencia y
Colegio de Escribanos.

Penal (art. 31): emerge de la actuación del escribano en actividades delictuosas.


Entenderán los tribunales competentes que establezcan las leyes penales.

El art. 32 Ley 49 establece que unas no son excluyentes de otras.

En todos los casos debe darse traslado al Colegio de Escribanos dentro de los diez
días de iniciada la acción por el juez, ya sea de oficio o a pedido de parte.
Artículo 51.- Las sanciones disciplinarias a que puedan ser sometidos los escribanos
inscriptos en la Matrícula, son los siguientes:
a) Apercibimiento;
b) Multa desde cincuenta mil hasta quinientos mil pesos;
c) Suspensión de tres días a un año;
d) Suspensión por tiempo indeterminado;
e) Privación del Ejercicio de la profesión;
f) Destitución del cargo.
El Poder Ejecutivo queda facultado para actualizar periódicamente dichos montos.
Artículo 52.- Denunciada o establecida la irregularidad el Colegio de Escribanos con noticia
del Tribunal de Superintendencia procederá a levantar un sumario con intervención del
inculpado, adoptando al efecto todas las medidas que estimare necesarias, debiendo el
sumario terminar dentro de los quince días de iniciado.
Artículo 53.- Terminado el sumario el Colegio de Escribanos deberá expedirse dentro de los
quince días subsiguientes. Si la pena aplicable es de apercibimiento, multa o suspensión
hasta un mes, dictará la correspondiente resolución de la que se dará inmediato
conocimiento al interesado a los efectos de la Apelación. No produciéndose ésta o
desestimándose el cargo, se ordenará el archivo de las actuaciones. Si el escribano
castigado apelare dentro de los cinco días de notificado se elevarán aquellas al Tribunal de
Superintendencia a sus efectos.
Toda resolución del Colegio de Escribanos a que el presente artículo se refiere es revisable
por el Tribunal de Superintendencia.
Artículo 54.- Si terminado el sumario la pena aplicable a juicio del Colegio de Escribanos
fuera superior a un mes de suspensión, notificará al inculpado y elevará las actuaciones al
Tribunal de Superintendencia el que dictará su fallo dentro de los treinta días de haber
tomado conocimiento del sumario.
En cualquier caso que la suspensión excediera de tres meses, el Colegio de Escribanos podrá
solicitar la suspensión preventiva del escribano inculpado.
Artículo 55.- Las sanciones disciplinarias se aplicarán con arreglo a las siguientes normas:
a) El pago de las multas deberá efectuarse en el plazo de diez días a partir de la notificación,
respondiendo de su efectividad la fianza otorgada por el escribano;
b) Las suspensiones se harán efectivas fijando el término durante el cual el Escribano no
podrá actuar profesionalmente;
c) La suspensión por tiempo indeterminado, privación del ejercicio de la profesión o
destitución, importará la cancelación de la Matrícula la vacancia del Registro y el secuestro
de los protocolos si se tratare de un escribano regente.
Artículo 56.- El escribano suspendido por indeterminado, no podrá ser reintegrado a la
profesión en un plazo menor de cinco años desde la fecha en que se pronunció el fallo, y ello
siempre que mediaren circunstancias especiales que justificaren la rehabilitación a juicio del
Tribunal de Superintendencia y oído el Colegio de Escribanos.
Artículo 57.- De las suspensiones por tiempo indeterminado, destitución y privación del
ejercicio de la profesión, deberá darse conocimiento al Poder Ejecutivo.

RESPONSABILIDAD POR DEUDAS FISCALES: Los escribanos son agentes de


retención, colaboradores del fisco por la inmediatez a la situación patrimonial que
observan.

RESPONSABILIDAD POR LOS HECHOS U OMISIONES DE LOS ADSCRIPTOS: Genérica


y objetivamente, responde el escribano por los hechos u omisiones del adscripto en
virtud de su deber de autorizar y fiscalizar. Las leyes notariales establecen que se
trata de una responsabilidad solidaria y subsidiaria. El notario incurre en estos casos
en culpa in eligendo y culpa in vigilando.

RESPONSABILIDAD PENAL NOTARIAL

Se trata de la responsabilidad del notario cuando haya incurse un delito, es decir,


comete o intenta cometer delitos atinentes a su profesión. Afecta únicamente al
notario, no es transmisible, no hay solidaridad entre titular y adscripto y tampoco
con los herederos. Sólo procede cuando comete la falsedad en forma deliberada, es
decir, tiene que haber dolo. El perjuicio ocasionado no sólo es el económico, porque
si el documento público es falso, no hay garantías. Puede ser imputado, procesado y
condenado y se sanciona con penas que van desde multas hasta privación de la
libertad. Generalmente se le suspende la matrícula hasta tanto se resuelva. En
general se encuentran dentro del capítulo contra la fe pública (arts. 292 a 296 CP).
En referencia a los delitos que afectan al documento como cosa, cuando el
documento es falso, cuando se lo altera o suprime o cuando se le insertan cláusulas
no verdaderas. Se trata de FALSEDAD MATERIAL cuando está en juego la imitación,
por supresión (se destruye u oculta), por adulteración, por confección de un
documento que aparentemente es verdadero (por ejemplo, se imita una firma o se
expide la copia que no coincide con una matriz). FALSEDAD IDEOLÓGICA es cuando
se afecta el contenido de una estructura, se crea un documento exteriormente
auténtico pero falso en su contenido (total o parcialmente). Según sostiene Abella,
el único que lo puede cometer es el escribano. Soler afirma que la falsedad
ideológica se da únicamente en los instrumentos públicos.

RESPONSABILIDAD CIVIL - CONCEPTO

Vínculo jurídico en virtud del cual un sujeto pasivo o deudor debe cumplir a favor de
un sujeto activo o acreedor una prestación indemnizatoria causada por el
incumplimiento de una obligación, un acto ilícito o por disposición de la ley. Su
fundamento constitucional es el art. 19 CN, que dice que las acciones de los
hombres que no perjudiquen a un tercero estarán exentos de la autoridad de los
magistrados, por lo que, a contrario sensu, cuando esas acciones perjudiquen a un
tercero, caerán bajo la decisión de un magistrado. La CSJN ha dicho que la
responsabilidad que fijan los artículos 1109 CCVélez (art. 1716 y 1749 CCyC) y art.
1113 CCVélez (arts. 1753, 1757 y 1758 CCyC) sólo consagra el principio general
establecido por el art. 19 CN que prohíbe a los hombres perjudicar los derechos de
un tercero.
Elementos: Los elementos de la responsabilidad civil son antijuricidad, daño,
relación de causalidad y factor de atribución (subjetivo u objetivo).

1. La antijuricidad en el CCyC se refiere al daño causado a otro por acción u


omisión si no se encuentra justificado (art. 1717 CCyC).
2. El daño debe ser resarcible y comprende el daño emergente (perjuicio
actual efectivamente sufrido) y el lucro cesante (ganancia que a
consecuencia del daño dejó de percibir). Puede ser actual o futuro, pero
debe ser siempre cierto. En los Fundamentos del nuevo CCyC aclaran que
“hay daño cuando se causa una lesión a un derecho o a un interés que no sea
contrario al ordenamiento, que comprende: a) el interés individual del legitimado
sobre su persona o su patrimonio; b) el interés respecto de los derechos de
incidencia colectiva”. El daño se encuentra definido en el art. 1737 CCyC.
3. Debe existir una relación de causalidad, un nexo causal, de causa-efecto entre el
hecho o conducta y el daño causado.
4. En cuanto al factor de atribución, puede ser dolo o culpa, salvo en el caso de
responsabilidad objetiva, que se encuentra determinado por ley. El art. 1721
establece: “Factores de atribución – La atribución de un daño al responsable puede
basarse en factores objetivos o subjetivos. En ausencia de normativa, el factor de
atribución es la culpa”. A la luz de esta directiva, es innegable que la
responsabilidad civil nace naturalmente y se configura con facilidad siempre que
aparece un factor subjetivo –la culpa o el dolo del autor del daño–, y que, en
cambio, la responsabilidad objetiva requiere una normativa específica, la
descripción legal de las situaciones que la vuelven operante.

RESPONSABILIDAD DEL NOTARIO: Responsabilidad contractual o


extracontractual?

El nuevo CCyC unifica la responsabilidad contractual y extracontractual o. más bien,


las regula conjuntamente. El art. 1716 CCyC dispone: Artículo 1716: Deber de
reparar. La violación del deber de no dañar a otro, o el incumplimiento de una
obligación, da lugar a la reparación del daño causado, conforme con las
disposiciones de este Código.

VIOLACIÓN DEL SECRETO PROFESIONAL

El art. 156 del CP dispone que el que teniendo noticia, por razones de su estado,
oficio, empleo o arte de un secreto cuya divulgación pueda causar daño, lo revelare
sin justa causa. En el artículo siguiente se prescribe la misma para el que divulgare
actuaciones o procedimientos que por la ley deben quedar secretos. La
materialidad del delito consiste en revelar el secreto, descubrirlo o manifestarlo,
pero revelarlo no es lo mismo que divulgarlo. La revelación puede ser hecha a una
sola persona, en cambio la divulgación consiste en publicar, extender o poner al
alcance del público una cosa. El escribano obligado al sigilo profesional incurre en
este delito al revelar sin justa causa los actos o contratos que autorice o
antecedentes o hechos que hubiere conocido en el ejercicio de su profesión, en
cuyo caso ha faltado a su grado de deber de lealtad. Se trata de un delito de
carácter privado.

ARTICULO 156. - Será reprimido con multa de pesos mil quinientos a pesos noventa mil e
inhabilitación especial, en su caso, por seis meses a tres años, el que teniendo noticia, por
razón de su estado, oficio, empleo, profesión o arte, de un secreto cuya divulgación pueda
causar daño, lo revelare sin justa causa.

(Nota Infoleg: multa actualizada por art. 1° de la Ley N° 24.286 B.O. 29/12/1993)

ARTICULO 157. - Será reprimido con prisión de un (1) mes a dos (2) años e inhabilitación
especial de un (1) a cuatro (4) años, el funcionario público que revelare hechos, actuaciones,
documentos o datos, que por ley deben ser secretos.

(Artículo sustituido por art. 7° de la Ley N° 26.388, B.O. 25/6/2008)

Se encuentra regulado el secreto profesional en todas las legislaciones provinciales


como uno de los deberes esenciales del notario.
Artículo 10º.- Son deberes esenciales de los Escribanos de Registro:
a) La conservación y custodia en perfecto estado, de los actos y contratos por él
autorizados, así como de los protocolos respectivos mientras se hallen en su poder;
b) Expedir para las partes interesadas, testimonios, copias, certificados y extractos de las
escrituras otorgadas en su Registro, conforme a las disposiciones de las leyes vigentes;
c) Mantener el secreto profesional sobre todo acto en que intervenga en ejercicio de su
función. La exhibición de los protocolos sólo podrá hacerla a requerimiento de los
otorgantes o sus sucesores, de los actos en que hubieren intervenido; y por otros escribanos,
en los casos y formas que establezca el reglamento o por orden judicial;
d) Intervenir profesionalmente en los casos que fuera requerido, siempre que dicha
intervención no sea contraria a las leyes o no hallándose impedido por otras obligaciones
profesionales de igual urgencia.
INSOLVENCIA FRAUDULENTA: Se encuentra prevista en el CP en el artículo 179,
entre los delitos contra la propiedad. El notario es partícipe necesario.-

ARTICULO 179. - Será reprimido con prisión de uno a cuatro años, el deudor no comerciante
concursado civilmente que, para defraudar a sus acreedores, hubiere cometido o cometiere
alguno de los actos mencionados en el artículo 176.

Será reprimido con prisión de seis meses a tres años, el que durante el curso de un proceso o
después de una sentencia condenatoria, maliciosamente destruyere, inutilizare, dañare,
ocultare o hiciere desaparecer bienes de su patrimonio o fraudulentamente disminuyere su
valor, y de esta manera frustrare, en todo o en parte, el cumplimiento de las
correspondientes obligaciones civiles.

PROCESO DISCIPLINARIO

Ley 49 (La Pampa)

TITULO CUARTO
DE LAS MEDIDAS DISCIPLINARIAS
Capítulo Único
Artículo 51.- Las sanciones disciplinarias a que puedan ser sometidos los escribanos
inscriptos en la Matrícula, son los siguientes:
a) Apercibimiento;
b) Multa desde cincuenta mil hasta quinientos mil pesos;
c) Suspensión de tres días a un año;
d) Suspensión por tiempo indeterminado;
e) Privación del Ejercicio de la profesión;
f) Destitución del cargo.
El Poder Ejecutivo queda facultado para actualizar periódicamente dichos montos.
Artículo 52.- Denunciada o establecida la irregularidad el Colegio de Escribanos con noticia
del Tribunal de Superintendencia procederá a levantar un sumario con intervención del
inculpado, adoptando al efecto todas las medidas que estimare necesarias, debiendo el
sumario terminar dentro de los quince días de iniciado.
Artículo 53.- Terminado el sumario el Colegio de Escribanos deberá expedirse dentro de los
quince días subsiguientes. Si la pena aplicable es de apercibimiento, multa o suspensión
hasta un mes, dictará la correspondiente resolución de la que se dará inmediato
conocimiento al interesado a los efectos de la Apelación. No produciéndose ésta o
desestimándose el cargo, se ordenará el archivo de las actuaciones. Si el escribano
castigado apelare dentro de los cinco días de notificado se elevarán aquellas al Tribunal de
Superintendencia a sus efectos.
Toda resolución del Colegio de Escribanos a que el presente artículo se refiere es revisible
por el Tribunal de Superintendencia.
Artículo 54.- Si terminado el sumario la pena aplicable a juicio del Colegio de Escribanos
fuera superior a un mes de suspensión, notificará al inculpado y elevará las actuaciones al
Tribunal de Superintendencia el que dictará su fallo dentro de los treinta días de haber
tomado conocimiento del sumario. En cualquier caso que la suspensión excediera de tres
meses, el Colegio de Escribanos podrá solicitar la suspensión preventiva del escribano
inculpado.
Artículo 55.- Las sanciones disciplinarias se aplicarán con arreglo a las siguientes normas:
a) El pago de las multas deberá efectuarse en el plazo de diez días a partir de la notificación,
respondiendo de su efectividad la fianza otorgada por el escribano;
b) Las suspensiones se harán efectivas fijando el término durante el cual el Escribano no
podrá actuar profesionalmente;
c) La suspensión por tiempo indeterminado, privación del ejercicio de la profesión o
destitución, importará la cancelación de la Matrícula la vacancia del Registro y el secuestro
de los protocolos si se tratare de un escribano regente.
Artículo 56.- El escribano suspendido por indeterminado, no podrá ser reintegrado a la
profesión en un plazo menor de cinco años desde la fecha en que se pronunció el fallo, y ello
siempre que mediaren circunstancias especiales que justificaren la rehabilitación a juicio del
Tribunal de Superintendencia y oído el Colegio de Escribanos.
Artículo 57.- De las suspensiones por tiempo indeterminado, destitución y privación del
ejercicio de la profesión, deberá darse conocimiento al Poder Ejecutivo.

Capítulo II
DEL TRIBUNAL DE SUPERINTENDENCIA
Artículo 34.- El gobierno y disciplina del notariado, corresponde al Tribunal de
Superintendencia y al Colegio de Escribanos, en el modo y forma previstos por ésta ley.
Artículo 35.- El Tribunal de Superintendencia estará compuesto por un Presidente, que lo
será el Presidente del Superior Tribunal de Justicia; dos vocales titulares designados
anualmente por el Superior Tribunal de Justicia de entre sus componentes; y dos vocales
titulares Escribanos de Registro, que no sean miembros del Consejo Directivo, y que se
designarán anualmente por la Asamblea General Ordinaria que celebrará el Colegio de
Escribanos con motivo de la renovación del Consejo Directivo.
Artículo 36.- Corresponde al Tribunal de Superintendencia ejercer la Dirección y vigilancia
sobre los escribanos de la Provincia, Colegio de Escribanos, Archivo y todo cuanto tenga
relación con el Notariado y con el cumplimiento de la presente ley, a cuyo efecto ejercerá su
acción por intermedio del Colegio de Escribanos, sin perjuicio de su intervención directa toda
vez que lo estime conveniente.
Artículo 37.- Conocerá en única instancia, previo sumario y oído el Colegio de Escribanos, de
los asuntos relativos a la responsabilidad profesional de los Escribanos cuando el mínimo de
la pena aplicable consista en suspensión por más de un mes.
Artículo 38.- Conocerá en general como Tribunal de apelación de todas las resoluciones del
Colegio de Escribanos y especialmente de los fallos que éste pronunciare en lo relativo a la
responsabilidad profesional de los escribanos, cuando la pena aplicada sea de suspensión
por un mes o inferior a ello.
Artículo 39.- El Tribunal de Superintendencia tomará sus decisiones por simple mayoría de
votos, inclusive el del Presidente, y sus miembros podrán excusarse o ser recusados por
iguales motivos que los previstos por la Ley Orgánica de la Justicia.
Artículo 40.- Elevado el sumario en los casos del artículo 37 o el expediente condenatorio,
en los del artículo 38, el Tribunal ordenará de inmediato las medidas de prueba y de
descargo si las considerare convenientes, y pronunciará su fallo en el término de treinta días
contados de la fecha de entrada del asunto al Tribunal.
Artículo 41.- La intervención fiscal en los asuntos que se tramitan en el Tribunal de
Superintendencia, estará a cargo del Colegio de Escribanos.

Clase del 05/10/2015-Dr. Rodríguez


UNIDAD VEINTIUNO: PUBLICIDAD 1.- Sistemas de publicidad. Registrales. Extra
registrales (en especial publicidad posesoria). Nociones de los registros de
automotores, de aeronaves, de buques, de semovientes, de minas, de derechos
intelectuales, de marcas de fábrica, comercio y agricultura, de patentes de
invención, de créditos prendarios y del registro mercantil.
2.- Publicidad inmobiliaria. La publicidad en el Código Civil. Leyes registrales locales.
Problema constitucional. Gravitación de la reforma al art. 2505 del Código Civil y de
la Ley 17.801. Efectos de la registración. Inscripción no constitutiva: sentido de la
expresión. Concepto de terceros (“poetius extranei”, interesado y registral).
Necesidad que el tercero sea de buena fe. Configuración de la buena fe: criterios
objetivo y subjetivo. Criterio del Derecho Argentino: Posición de Vélez Sarsfield y de
la legislación registral. ¿Es la inscripción un nuevo requisito o se trata de un mero
perfeccionamiento de la tradición?. ¿Es la tradición presupuesto de la inscripción en
el derecho vigente?. Importancia de la tradición. Funciones. Intentos de
armonización de la tradición con la inscripción registral. La publicidad en el Proyecto
de Código Civil de 1998.

A partir de la sanción y entrada en vigencia del nuevo CCyC se habla de publicidad


suficiente para lograr inoponibilidad de derecho real.
Artículo 1893: Inoponibilidad. La adquisición o transmisión de derechos reales constituidos
de conformidad a las disposiciones de este Código no son oponibles a terceros interesados y
de buena fe mientras no tengan publicidad suficiente.
Se considera publicidad suficiente la inscripción registral o la posesión, según el caso.
Si el modo consiste en una inscripción constitutiva, la registración es presupuesto necesario
y suficiente para la oponibilidad del derecho real.
No pueden prevalerse de la falta de publicidad quienes participaron en los actos, ni aquellos
que conocían o debían conocer la existencia del título del derecho real.

La publicidad no debe ser pensada solamente desde el punto de vista registral, sino
posesoria. El ex artículo 2505 CCiv fue remplazado por el Art. 1893 del CCyC. Existen
dos sistemas de publicidad: REGISTRALES Y EXTRA REGISTRALES.

En un sentido amplio, publicidad es la actividad dirigida a difundir y hacer notorio


un conocimiento. En un sentido menos amplio, consiste en la divulgación o
exteriorización de una situación jurídica para producir cognoscibilidad general. En
sentido más estricto y técnico por publicidad debemos entender el sistema de
divulgación encaminado a hacer cognoscible a todos determinadas situaciones
jurídicas.

Publicidad registral: es aquella publicidad jurídica que se obtiene por medio de un


órgano específico, el registro. Los registros son los organismos a través de los cuales
se produce publicidad jurídica tendiente a producir efectos.

Clases de registros

1. Registros de hechos: anota y da a conocer un hecho (por ejemplo: registro civil


cuando se da a conocer un nacimiento o muerte de una persona). Tiene como
finalidad facilitar la prueba de lo ocurrido.
2. Registro de Actos y contratos: el acto jurídico o el contrato no existen si no se
celebran en el registro en el cual quedan incorporados, por ejemplo el
matrimonio no existe si no se celebra en el Registro Civil y ante el oficial público.
También el registro notarial a cargo de un escribano: la escritura pública no
existe si no es autorizada por un escribano público.
3. Registro de documentos: se registra la cosa que contiene el hecho
(documento). Por ejemplo el registro de mandatos, el registro de testamentos.
4. Registro de títulos: se inscriben los títulos de los cuales surgen los actos y
contratos. El acto o contrato existe antes del registro.
5. Registro de derechos: no existe en nuestro sistema jurídico. Se aplica en el
sistema alemán donde se separa la causa del negocio del efecto, esto es, de la
transmisión, siendo esto último lo registrable.

Clasificación de los registros

1. Personales y reales: Es personal cuando su eje es el titular, pueden referirse a


los aspectos generales de la persona –Registro del Estado Civil. Los reales son
aquellos que se refieren al objeto de la registración, generalmente las cosas,
sean inmuebles o muebles. Los registros reales pueden ser de folio real, cuando
la unidad de registración es la cosa, o de folio personal cuando se los
individualiza por titulares del derecho.
2. De transcripción o de inscripción: En los primeros la registración se hace por
medio de la transcripción literal e íntegra del documento o por medio de su
incorporación o copia (por ej. registro de mandatos). En el de inscripción, el
asiento se practica realizando un extracto de las constancias que según la ley
deben ser publicadas.
3. Declarativos o constitutivos: En los registros declarativos, el derecho ya existe
antes de que ingrese el documento. La inscripción hace que ese derecho pase a
ser oponible a terceros (RPI). La inscripción es constitutiva cuando el derecho
nace con ella (en nuestro país, el Registro de la Propiedad del automotor).

La ley registral exige publicidad registral en relación a otros casos, los buques,
caballos de pura sangre de carreras, automotores, aeronaves.

SISTEMAS REGISTRALES
Hace referencia a las diferentes formas en que se pueden organizar los registros
inmobiliarios, así como también los diferentes efectos que en éstos pueden tener la
inscripción. Se pueden encontrar tres tipos de sistemas: el francés, el alemán y el
australiano o Torrens.

Las dos clasificaciones más importantes de los sistemas registrales son: la que
distingue entre declarativos y constitutivos (según la inscripción reconozca la
preexistencia del derecho y solamente le otorgue oponibilidad a terceros, o lo haga
existir, respectivamente) y la que diferencia los convalidantes de los no
convalidantes (según que la inscripción subsane o no los vicios de que adolezca el
título, respectivamente). Los sistemas declarativos y no convalidantes son
habitualmente adoptados en países que cuentan con un notariado de tipo latino,
como el nuestro (y que son mayoría en el mundo). Los otros, por el contrario,
conservan predicamento en países que se rigen por el Common Law. Dentro de los
sistemas constitutivos y convalidantes se divulgan especialmente dos variantes que
son las que gozaron de mayor predicamento durante bastante tiempo, basándose
ambos en determinadas ficciones que le permiten alcanzar el efecto saneatorio: son
el acta Torrens y el sistema abstracto o sistema alemán.

El creador del primero, ROBERT RICHARD TORRENS, propuso un sistema para


sanear la gran cantidad de títulos con vicios que existían en Australia, su país. Se
considera que en toda transmisión, el dominio del inmueble pasa de la propiedad
del transmitente a la de la Corona, y de ésta a la del adquirente (considerando esta
última adquisición como originaria y por lo tanto libre de vicios). Se completa el
sistema con una indemnización de elevado monto, que, funcionando a modo de
seguro, cubría los reclamos de los perjudicados por la convalidación El sistema
Torrens se aplica en algunos estados de Estados Unidos. En otros se utiliza el
sistema denominado seguro de títulos, en el que mediante la intervención de
compañías de seguros se garantiza el resarcimiento a quien se vea perjudicado.
Mientras el sistema Torrens conserva la última titularidad por el principio de
convalidación, el sistema del seguro de título sólo cubre la insolvencia del citado por
evicción sin obstaculizar la reivindicación.

El sistema alemán parte de desvincular al negocio causal de la transmisión del


dominio. Este último es el acto abstracto, que así, separado de su causa originaria
(por ejemplo, compraventa), no se ve afectado por los vicios de que adolezca el
negocio: éstos se repararán por vía indemnizatoria. El principio del consentimiento
es el otro elemento esencial del sistema. Significa que la situación registral sólo
variará a pedido de quien sea titular, y ese requerimiento evita al Registro la
incursión en la causa de la transmisión.

Desde el punto de vista económico, la más notoria desventaja de los sistemas


constitutivos y convalidantes es el costo de la indemnización o seguro que se debe
abonar para cubrir sus falencias, que los hacen notoriamente más gravosos que a
los sistemas como el nuestro.
El sistema registral inmobiliario argentino es declarativo, no convalidante, de
títulos, y adopta la técnica de inscripción y tracto sucesivo. La inscripción en materia
inmobiliaria constituye un nuevo requisito que, con fines de publicidad, se adiciona
al título y el modo. La inscripción no es una condición de validez del acto porque por
ella no opera la transferencia ni menos se cubren los vicios que padeciera. Estamos
ante una medida de publicidad. La inscripción no convalida el título nulo ni subsana
los defectos de que adoleciere según las leyes (Art. 4 ley 17801). La registración del
título no significa tener por acreditada la titularidad del derecho. En el ámbito
inmobiliario la registración es de títulos y no de derechos, y el principio de exactitud
considerado como presunción legal de correspondencia entre los asientos e
informaciones registrales y la realidad extra registral no ha sido receptado. Ni el
Código Civil ni la legislación registral mentan la presunta fe pública registral. La
protección que se brinda a los terceros adquirentes o subadquirentes difiere
esencialmente de la que se confiere en otros sistemas. El derecho argentino
siempre exige buena fe diligente y activa que presupone la investigación exhaustiva
y crítica de los antecedentes pertinentes del derecho, y la toma de la posesión o
constatación de su estado según el caso. Se ha decidido que “en nuestro sistema
legal, la efectiva publicidad registral cumplida en cada caso particular puede ser
desvirtuada en sus efectos mediante la prueba del conocimiento por el tercero de
que su actitud no se ajusta sinceramente al comportamiento debido”. Y también ha
sido resuelto que: “frente a la existencia de la confección de un asiento registral
sobre la base de un título falsificado, ni siquiera puede invocarse la función
publicitaria de dicho asiento”. No obstante el asiento no puede dejarse sin efecto
sin orden judicial.

El argumento jurídico más relevante en pro de nuestro sistema y de los que siguen
sus lineamientos es el funcionamiento combinado de los institutos de la reserva de
prioridad y la retro prioridad, gran invención argentina conocida vulgarmente con el
nombre de “bloqueo registral”, que brinda seguridad preventivamente (evitando el
conflicto) y no artificialmente (indemnizando luego del conflicto pero sin
solucionarlo).

NOCIONES DE LOS REGISTROS

Registro del automotor: la transmisión del dominio de los automotores deberá


formalizarse por instrumento público o privado y sólo producirá efectos entre las
partes y con relación a terceros desde la fecha de su inscripción en el registro. La
inscripción de buena fe de un automotor en el registro confiere al titular de la
mismo la propiedad del vehículo (constitutivo).

Registro de buques: la Ley de Navegación nro.20094 establece que los buques son
bienes registrables. Todos los actos constitutivos, traslativos o extintivos de la
propiedad o de otros derechos reales de un buque sólo producirán efectos respecto
de terceros desde su inscripción en el Registro Nacional de buques (declarativo).
Registro de semovientes: La ley de marcas y señales Nro. 22939 dice en su art. 4
que el registro del diseño de las marcas (dibujo) o señales (corte o incisión en la
oreja) confiere a su titular el derecho de uso exclusivo por el plazo que las
respectivas legislaciones locales establezcan, pudiendo ser prorrogado de acuerdo a
las mismas. Este derecho es transmisible y se prueba con el título extendido por la
autoridad competente y en su defecto por las constancias registrales. En los casos
de transmisión deberán efectuarse en el registro las anotaciones respectivas
(constitutivo).

Registro de propiedad intelectual: en él se inscribe todo contrato de edición,


traducción, compraventa, cesión, participación y cualquier otro vinculado con el
derecho de propiedad intelectual.

___________________________________________________________________

APUNTES DE CLASE 05/10/2015 – Dr. Rodríguez

La publicidad no sólo hay que pensarla desde el punto de vista registral, sino
también posesoria.

Existen dos sistemas publicitarios: registral (la publicidad se produce en el registro)


y extra registral (la publicidad se produce fuera del registro y no toda publicidad
extra registral es solamente posesoria). El derecho real se opone a través de la
publicidad registral, extra registral y/o cartular (inscripción en el documento).

Lo que interesa en cuanto a la oposición del derecho real son los terceros
interesados de buena fe, porque son los únicos que se verán afectados por la
mutación jurídico real.

El sistema publicitario argentino hay que verlo en tres etapas: sistema de Vélez, Ley
17711, y nuevo CCyC.

SISTEMA ORIGINAL DE VÉLEZ: Los elementos de constitución del derecho real


título y modo suficientes (si los tengo, tengo el derecho real). La tradición es un
medio de publicidad (publicidad posesoria). Para las hipotecas, prevé un registro de
hipotecas porque es el único derecho real que no se ejerce por posesión. En cuanto
a la oponibilidad, el derecho real se opone por posesión, el ejercicio fáctico del
mismo significa publicidad.

LEY 17711: Con la sanción de esta Ley en 1948, se modifica el art. 2505 CCiv., por la
redacción que tenía hasta la sanción del nuevo CCyC. (Art. 2.505. La adquisición o
transmisión de derechos reales sobre inmuebles, solamente se juzgará
perfeccionada mediante la inscripción de los respectivos títulos en los registros
inmobiliarios de la jurisdicción que corresponda. Esas adquisiciones o transmisiones
no serán oponibles a terceros mientras no estén registradas. CCiv). La redacción de
ese artículo generó confusión, surgiendo dos posiciones. Una, minoritaria, de los
registralistas, que sostenía que la registración era constitutiva del derecho real
(“perfeccionada”). Otra, mayoritaria, sostuvo que la inscripción es declarativa y no
convalidante del derecho real. El efecto declarativo de la inscripción no es un
elemento fundante del derecho real, sino que es una norma de publicidad y no
tiene que ver con el acto en sí ni con el derecho real. La inscripción es al sólo efecto
de la oponibilidad del derecho real a terceros. Siempre subsistirá la publicidad
posesoria. La reforma no limitaba ni eliminaba la posesión como publicidad.

Fallo Todros, voto de Alterini: rechaza la existencia de buena fe en el acreedor


hipotecario por su negligencia al no haber requerido una certera constatación del
estado de ocupación del inmueble. No es aplicable el art. 1051 CCiv. (Art. 1.051.
Todos los derechos reales o personales transmitidos a terceros sobre un inmueble
por una persona que ha llegado a ser propietario en virtud del acto anulado, quedan
sin ningún valor y pueden ser reclamados directamente del poseedor actual; salvo
los derechos de los terceros adquirentes de buena fe a título oneroso, sea el acto
nulo o anulable.) La registración no es constitutiva, ya que el RPI es sólo un registro
de títulos, no subsana los mismos ni inscribe derechos. (Artículo 4º - La inscripción no
convalida el título nulo ni subsana los defectos de que adoleciere según las leyes. (Ley
17801)) NUESTRO SISTEMA ES DECLARATIVO, NO CONVALIDANTE.

Anteproyecto de reforma CCiv: proponía que la inscripción en el RPI fuera


constitutiva del derecho real. Esa propuesta fue rechazada.

NUEVO CÓDIGO CIVIL Y COMERCIAL DE LA NACIÓN


El art. 2505 CCiv. Fue remplazado por el actual art. 1893 CCyC. Artículo 1893:
Inoponibilidad. La adquisición o transmisión de derechos reales constituidos de
conformidad a las disposiciones de este Código no son oponibles a terceros interesados y de
buena fe mientras no tengan publicidad suficiente.
Se considera publicidad suficiente la inscripción registral o la posesión, según el caso.
Si el modo consiste en una inscripción constitutiva, la registración es presupuesto necesario
y suficiente para la oponibilidad del derecho real.
No pueden prevalerse de la falta de publicidad quienes participaron en los actos, ni aquellos
que conocían o debían conocer la existencia del título del derecho real.

Este artículo habla de publicidad suficiente para lograr la oponibilidad,


estableciendo que la misma puede ser publicidad registral o posesoria, según el
caso, es decir, se debe estudiar en el caso concreto. La jurisprudencia ha fallado
que, en caso de conflicto entre la publicidad registral y la publicidad posesoria,
triunfa la primera en el tiempo siempre que haya buena fe.

Posibles conflictos:
1. Adquirentes con BCV y posesión vs. Tercero registral
2. Usucapientes
3. Adquirente en subasta con posesión

Vélez planteaba la tercería del mejor derecho. En el nuevo CCyC está especialmente
receptada la publicidad posesoria.
Ejemplos:

1. Se embarga un inmueble para ejecutar un cheque. Previo a la subasta se debe


verificar el estado de ocupación del inmueble. Si lo ocupa un poseedor
adquirente con BCV, se debe presentar en el expediente por tercería de mejor
derecho. Se discutió quien prevalecía, si el embargo inscripto o el poseedor con
BCV. La jurisprudencia dijo que si el adquirente con BCV demostraba que lo era
a título oneroso, de buena fe, que estaba en posesión de la cosa y tenía fecha
cierta, su derecho era oponible al embargante. Con esos requisitos, es
protegido, si demostraba publicidad posesoria con fecha anterior a la medida
cautelar.
2. Se subasta un inmueble. En subasta pública no se exige la forma por escritura
pública (ex art. 1184 CCiv - art. 1892 CCyC), pero sí el BCV que redacta el
martillero, siendo éste el único caso donde el BCV es título (modo: toma
posesión judicialmente). Artículo 1892: Título y modos suficientes. La adquisición
derivada por actos entre vivos de un derecho real requiere la concurrencia de título y
modo suficientes. Se entiende por título suficiente el acto jurídico revestido de las
formas establecidas por la ley, que tiene por finalidad transmitir o constituir el derecho
real. La tradición posesoria es modo suficiente para transmitir o constituir derechos
reales que se ejercen por la posesión.
3. En los casos de usucapión, se debe estudiar el modo. Si es modo originario de
adquisición, tanto el CCiv como el nuevo CCyC regulan que no se puede exigir al
usucapiente el título porque no existe ya que es un modo de adquisición
originario. Alcanza con la posesión por el tiempo que exige la ley. La sentencia
de usucapión es declarativa, no constitutiva. Declara una realidad extra registral.

LEYES REGISTRALES LOCALES

Antes de la sanción de la Ley 17711 que modificó el viejo art. 2505 CCiv., las leyes
locales exigían para la oponibilidad a terceros de las adquisiciones, modificaciones,
transferencias y extinciones de cualquier derecho real relativo a inmuebles, la
inscripción en el RPI. La CSJN dijo que esto era inconstitucional por violar el art. 75
inc. 12 de la CN, ya que se trataba de una materia delegada al Estado Nacional por
las provincias, y dicha exigencia no estaba prevista en la legislación de fondo. Con la
sanción de la Ley 17711 esta cuestión quedó zanjada.

CONCEPTO DE TERCEROS

Debemos distinguir entre tercero desinteresado, tercero interesado y tercero


registral.

Tercero desinteresado es la persona distinta a dos o más que intervienen en un


negocio jurídico. Son todos aquellos que no pueden ser perjudicados por los efectos
de las relaciones jurídicas enhebradas por otros, a las que pueden permanecer
extraños. Son los poenitus extranei.
Tercero interesado es todo aquel que cuente con un interés legítimo por el cual
podrían invocar la inoponibilidad del derecho real no inscripto: los sucesores
particulares, los titulares de otros derechos reales, la masa del concurso, los
acreedores privilegiados, etc.

Tercero registral es aquel tercero interesado que ha inscripto en el registro el


derecho que esgrime (por ejemplo, un embargo). Para esta tesis, un acreedor
quirografario recién se convertiría en beneficiario de la inoponibilidad cuando
reflejara su derecho en un registro.

Hay una primera posición sustentada por Alterini que entiende que debe
distinguirse entre terceros interesados y terceros desinteresados, siendo la
inscripción y en consecuencia la oponibilidad con relación a los primeros, es decir
los que tienen un interés legítimo como los sucesores particulares, los acreedores,
los titulares de otros derechos reales, etc. Hay una segunda posición que es la de
Adrogué que considera que terceros interesados son los registrales y en
consecuencia para estos es necesaria la inscripción, y finalmente hay una tercera
posición en la que está enrolado Villaro para quien la oponibilidad son los terceros
en general, ya que la ley no distingue entre terceros interesados y terceros
desinteresados. Por lo expuesto podemos concluir que título, tradición e
inscripción son necesarios para que la adquisición o transmisión real sea completa
y plena frente a terceros en general, con excepción claro está para la hipoteca en
la cual no hay tradición.

CONFIGURACIÓN DE LA BUENA FE

Para que un tercero pueda ser protegido debe ser interesado y de buena fe.

Existen dos criterios respecto de cómo se configura la buena fe. Un criterio


objetivo, que prescinde del conocimiento de hecho que los terceros tengan de la
disconformidad entre la realidad registral y la extra registral, y presume iure et de
iure la buena fe de aquellos cuando no se tomó en el registro razón de
determinadas situaciones jurídicas, es suficiente el pedido del certificado registral. Y
un criterio subjetivo, que sostiene que tiene especial relevancia el conocimiento de
hecho de la realidad registral.

Son necesarios ambos para configurar la buena fe. El criterio subjetivo exige la
realización de una actividad diligente en cuanto al título, a través del estudio de
títulos, y en cuanto al modo, a través de la verificación del estado de ocupación del
inmueble.

Título suficiente es aquel que cumple con los requisitos de fondo (otorgado por
persona capaz legitimada al efecto) y de forma (escritura pública). Modo suficiente,
según la redacción del CCyC es la tradición en el caso de los derechos reales que se
ejercen por posesión.
Artículo 1892: Título y modos suficientes. La adquisición derivada por actos entre vivos de
un derecho real requiere la concurrencia de título y modo suficientes.
Se entiende por título suficiente el acto jurídico revestido de las formas establecidas por la
ley, que tiene por finalidad transmitir o constituir el derecho real.
La tradición posesoria es modo suficiente para transmitir o constituir derechos reales que se
ejercen por la posesión. No es necesaria, cuando la cosa es tenida a nombre del propietario,
y éste por un acto jurídico pasa el dominio de ella al que la poseía a su nombre, o cuando el
que la poseía a nombre del propietario, principia a poseerla a nombre de otro. Tampoco es
necesaria cuando el poseedor la transfiere a otro reservándose la tenencia y
constituyéndose en poseedor a nombre del adquirente.
La inscripción registral es modo suficiente para transmitir o constituir derechos reales sobre
cosas registrables en los casos legalmente previstos; y sobre cosas no registrables, cuando el
tipo del derecho así lo requiera.
El primer uso es modo suficiente de adquisición de la servidumbre positiva.
Para que el título y el modo sean suficientes para adquirir un derecho real, sus otorgantes
deben ser capaces y estar legitimados al efecto.
A la adquisición por causa de muerte se le aplican las disposiciones del Libro Quinto.

La buena fe se demuestra entonces con la actividad diligente del escribano


interviniente y se configura con la legitimación del transmitente a través del estudio
de títulos y la verificación de la situación de hecho del inmueble (estado de
ocupación). Si no hay legitimación, no existe título suficiente y por lo tanto, no hay
derecho real. Si se tiene una venta a non dominus, no se aplica el art. 392 CCyC (ex
1051 CCiv).
Artículo 392: Efectos respecto de terceros en cosas registrables. Todos los derechos reales
o personales transmitidos a terceros sobre un inmueble o mueble registrable, por una
persona que ha resultado adquirente en virtud de un acto nulo, quedan sin ningún valor, y
pueden ser reclamados directamente del tercero, excepto contra el subadquirente de
derechos reales o personales de buena fe y a título oneroso.
Los subadquirentes no pueden ampararse en su buena fe y título oneroso si el acto se ha
realizado sin intervención del titular del derecho.

Siempre se necesita intervención del verus dominus, en el caso de instrumentos


totalmente falsos, el subadquirente de buena fe y título oneroso no está amparado
por este artículo, por lo que prospera la nulidad y/o la acción reivindicatoria. La
falsedad documental del título en sí genera nulidad absoluta.

La publicidad registral no perfecciona el título pero sí mejora la oponibilidad del


derecho real. La tradición no es presupuesto de la inscripción porque el RPI no es un
registro de hechos sino que registra sólo títulos. La tradición es modo suficiente de
adquisición y genera la publicidad posesoria (art. 1892 CCyC). Los intentos de
armonización de la tradición con la publicidad registral no funcionaron. La relación
real es una relación material y fáctica. En nuestro sistema prevalece la realidad
extra registral.
Clase del 17/10/2015 – Dr. Rodríguez

UNIDAD VEINTIDÓS: PRINCIPIOS DEL DERECHO INMOBILIARIO REGISTRAL ARGENTINO


(1º PARTE). 1.- Principios registrales adoptados por el sistema registral inmobiliario
vigente: inscripción, presunción de integridad, rogación, especialidad, legalidad, tracto
sucesivo, prioridad. 2.- Rechazo del principio de convalidación y no recepción del
principio de la fe pública registral (controversia). 3.- Inscripción. Situaciones jurídicas
registrables. Requisitos. Plazos (referencia a la Ley 20.089). Supuesto de los arts. 3135 –
primera parte – del Código civil y 20 de la Ley 17.801. Registro de anotaciones
personales. 4.- Presunción de integridad o completividad – remisión de los ítems 5 y 6.
5.- Rogación. Legitimados. Requisitos. Desistimiento. 6.- Especialidad. Matriculación. 7.-
Legalidad. Calificación del registrador, distintas posibilidades. Jurisprudencia Plenaria.
Recursos. 8.- Tracto sucesivo. Casos de tracto abreviado o comprimido.

Principios del derecho registral

1. Inscripción (art. 1893 CCyC y 2 Ley 17801): Consagrado normativamente en


forma expresa en el art. 1893 CCyC y el art. 2 Ley 17801. Establece que no habrá
oponibilidad del derecho real sobre inmueble sin la publicidad suficiente,
entendiendo por tal la publicidad registral sumada a la publicidad extra registral.
Artículo 1893: Inoponibilidad. La adquisición o transmisión de derechos reales
constituidos de conformidad a las disposiciones de este Código no son oponibles a
terceros interesados y de buena fe mientras no tengan publicidad suficiente. Se
considera publicidad suficiente la inscripción registral o la posesión, según el caso. Si el
modo consiste en una inscripción constitutiva, la registración es presupuesto necesario y
suficiente para la oponibilidad del derecho real. No pueden prevalerse de la falta de
publicidad quienes participaron en los actos, ni aquellos que conocían o debían conocer
la existencia del título del derecho real. - Artículo 2º - De acuerdo con lo dispuesto por
los artículos 1890, 1892, 1893 y concordantes del CÓDIGO CIVIL Y COMERCIAL DE LA
NACIÓN, para su publicidad, oponibilidad a terceros y demás previsiones de esta ley, en
los mencionados registros se inscribirán o anotarán, según corresponda, los siguientes
documentos:
a) Los que constituyan, transmitan, declaren, modifiquen o extingan derechos reales
sobre inmuebles;
b) Los que dispongan embargos, inhibiciones y demás providencias cautelares;
c) Los establecidos por otras leyes nacionales o provinciales.
2. Presunción de integridad: el registro se presume íntegro y exacto, pero de
carácter relativo ya que siempre prima la realidad extra registral sobre la
registral. Si existe discrepancia entre una y otra, se tiene inexactitud producida
por fuente endógena o exógena, documental o no documental, prima la
realidad extra registral.
3. Rogación: el registro no actúa de oficio, sino que lo hace siempre a petición de
parte con interés legítimo.
4. Especialidad: requiere la identificación del objeto del derecho real a través de la
cédula catastral. Si existe discordancia, se frena la registración.
5. Legalidad: es el filtro que analiza el documento que trae datos de la realidad
extra registral para mejorar la oponibilidad. Los documentos que se pretendan
inscribir en el RPI deben reunir los requisitos exigidos por las leyes para su
registración, a cuyo fin es preciso someter los mismos a un previo examen,
verificación o calificación realizada por el oficial registrador, para asegurar su
validez o perfección. Implica el control que realiza el oficial registrador del
documento, que no sólo se limita a la forma extrínseca sino que también califica
el contenido del acto. Debe respetarse la forma y la especialidad de la forma.
Debe rechazar el instrumento cuando se trata de documentos viciados de
nulidad absoluta y manifiesta. Artículo 9º - Si observare el documento, el Registro
procederá de la siguiente manera: a) Rechazará los documentos viciados de nulidad
absoluta y manifiesta; b) Si el defecto fuere subsanable, devolverá el documento al
solicitante dentro de los treinta días de presentado, para que lo rectifique. Sin perjuicio
de ello lo inscribirá o anotará provisionalmente por el plazo de ciento ochenta días,
contado desde la fecha de presentación del documento, prorrogable por períodos
determinados, a petición fundada del requirente. Si esto no estuviere de acuerdo con la
observación formulada, deberá solicitar el Registro que rectifique la decisión. Esta
solicitud implica la prórroga del plazo de la inscripción o anotación provisional si antes
no se hubiere concedido. Cuando la decisión no fuese rectificada podrá promoverse el
recurso o impugnación que correspondiere según la ley local, durante cuya
sustanciación se mantendrá vigente la inscripción o anotación provisional. La
reglamentación local fijará los plazos máximos dentro de los cuales deben sustanciarse
los recursos. Las inscripciones y anotaciones provisionales caducan de pleno derecho
cuando se convierten en definitivas o transcurre el plazo de su vigencia (Ley 17801 – la
inscripción provisoria es prorrogable por otros 90 días a pedido de parte). Fallo
Feidman: Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil (en pleno) - 27/07/1977 - Es un
antes y un después en la interpretación del principio de legalidad (artículo 8 de la ley
17.801). Ingresó al Registro de la Propiedad Inmueble una escritura a la que le faltaba el
asentimiento del cónyuge no disponiente y este no la inscribió por no cumplir con el
artículo 1277 del Código Civil. El escribano autorizante alegó que dicho artículo es una
norma de fondo y que en base a lo dispuesto por el art.8 de la 17.801 (“El Registro
examinará la legalidad de las formas extrínsecas de los documentos cuya inscripción se
solicite…”) debía inscribirlo. En un fallo plenario la Cámara de Apelaciones en lo Civil de
la Capital Federal dijo que el Registro de la Propiedad Inmueble está habilitado para
calificar el cumplimiento del artículo 1277 del Código Civil ya que el fin de dicho artículo
es la protección de la vivienda familiar y si el Registro no puede analizar su
cumplimiento, la finalidad de la ley podría no cumplirse. Hoy se cree que hay que salirse
de la idea de que el Registro solo califica la forma, en tanto analiza también la condición
de titulo inscribible, si posee nulidades manifiestas, el cumplimiento del tracto, si el
disponiente está inhibido, etc. El oficial registrador recibe el instrumento para su
inscripción, debe calificar el mismo. Si encuentra una nulidad absoluta y
manifiesta rechaza la inscripción. Si encuentra una nulidad relativa, subsanable,
inscribe provisionalmente por 180 días corridos, si dentro de ese plazo, se
subsana el documento, se mantiene la prioridad. Ese plazo es prorrogable por
otros por otros 90 días a pedido de parte interesada con la debida
fundamentación. Si se subsana en un plazo mayor, pierde la prioridad pero
puede inscribirse.
6. Tracto sucesivo: es un camino de legitimación que tiene dos facetas: una faz
registral (que exige la concatenación de asientos registrales donde cada
antecedente tiene un consecuente) y una faz extra registral (el tracto que más
interesa es el tracto sustancial, serie concatenada de negocios jurídicos
sustanciales que, cumplidas las formas, tiene la capacidad de apoyar la
mutación jurídico-registral). El tracto abreviado no es una excepción a este
principio, porque siempre va a haber un tracto sucesivo, sino una modalidad del
mismo. Se comprimen dos situaciones registrales en un mismo acto, en forma
simultánea (en el mismo asiento se ponen las dos operaciones sobre el mismo
inmueble). Artículo 14. - Matriculado un inmueble, en los lugares correspondientes al
folio se registrarán: a) Las posteriores transmisiones de dominio; b) Las hipotecas, otros
derechos reales y demás limitaciones que se relacionen con el dominio; c) Las
cancelaciones o extinciones que correspondan; d) Las constancias de las certificaciones
expedidas de acuerdo con lo dispuesto en los artículos 22, 24 y concordantes. Los
asientos mencionados en los incisos precedentes se llevarán por estricto orden
cronológico que impida intercalaciones entre los de su misma especie y en la forma que
expresa el artículo 12, en cuanto fuere compatible, con la debida especificación de las
circunstancias particulares que resulten de los respectivos documentos, especialmente
con relación al derecho que se inscriba.
Artículo 15. - No se registrará documento en el que aparezca como titular del derecho
una persona distinta de la que figure en la inscripción precedente. De los asientos
existentes en cada folio deberá resultar el perfecto encadenamiento del titular del
dominio y de los demás derechos registrados, así como la correlación entre las
inscripciones y sus modificaciones, cancelaciones o extinciones.
Artículo 16. - No será necesaria la previa inscripción o anotación, a los efectos de la
continuidad del tracto con respecto al documento que se otorgue, en los siguientes
casos:
a) Cuando el documento sea otorgado por los jueces, los herederos declarados o sus
representantes, en cumplimiento de contratos u obligaciones contraídas en vida por el
causante o su cónyuge sobre bienes registrados a su nombre;
b) Cuando los herederos declarados o sus sucesores transmitieren o cedieren bienes
hereditarios inscriptos a nombre del causante o de su cónyuge;
c) Cuando el mismo sea consecuencia de actos relativos a la partición de bienes
hereditarios;
d) Cuando se trate de instrumentaciones que se otorguen en forma simultánea y se
refieran a negocios jurídicos que versen sobre el mismo inmueble, aunque en las
respectivas autorizaciones hayan intervenido distintos funcionarios.
En todos estos casos el documento deberá expresar la relación de los antecedentes del
dominio o de los derechos motivo de la transmisión o adjudicación, a partir del que
figure inscripto en el Registro, circunstancia que se consignará en el folio respectivo.
El inc. a) se trata de una modalidad que sigue la línea de disposición del
causante, aplicado en obligaciones contraídas en vida por éste. El inc. b) se
refiere a la disposición de vender de los herederos o sus sucesores. Su
naturaleza jurídica es la de partición anticipada (desde el momento de la
apertura de la sucesión hasta la partición de bienes, la masa hereditaria se
encuentra en estado de indivisión). Todos los herederos deben prestar su
conformidad. Con la aplicación de este inciso se logra la venta de una parte del
acervo sucesorio. Si no se puede en la indivisión hereditaria materializar el
tracto, se pueden ceder los derechos hereditarios. El inc. c) se refiere a cuando
el documento sea consecuencia de particiones hereditarias. La inscripción de la
declaratoria de herederos implica la exteriorización de la indivisión hereditaria.
Convenio de partición: partición es el acto de adjudicación material, tiene
efecto retroactivo. Cuando pido el tracto no necesito conformidad. Si se
inscribió el convenio puedo pedir tracto. El inc. d) se refiere a las escrituras
simultáneas, cuando por ejemplo, en el mismo acto se hace compraventa
simultáneamente con hipoteca. Se usa un certificado registral y en el mismo
documento cumplimos los dos actos.

RECHAZO DEL PRINCIPIO DE CONVALIDACIÓN Y NO RECEPCIÓN DEL PRINCIPIO DE


LA FE PÚBLICA REGISTRAL

Fe pública registral: expresión del derecho registral propia de un sistema registral


de carácter constitutivo. El certificado que pide el escribano no tiene que ver con la
fe pública registral. A nivel registral, nunca va a haber convalidación. El art. 4 Ley
17801 dice que la inscripción no va a purgar los vicios que pueda tener el
documento inscripto o el acto contenido en él. La fe pública registral es una forma
de protección a ciertos terceros por las inexactitudes del registro. La jurisprudencia
ha dicho que el dominio se acredita con la respectiva escritura o testimonio
auténtico, siendo insuficiente a tal fin un informe o certificación registral, porque de
éste no surge quienes materializaron la transmisión ni la forma en que ella se
realizó, ni si se hizo efectiva la tradición. Con la sanción del art. 1051 CCiv por la ley
17711 surge una controversia en la doctrina para los casos en que la transmisión del
derecho real la hace un no propietario. Es decir, si aún en estos casos se protegía al
tercero subadquirente de buena fe y a título oneroso. La mayoría de la doctrina
sostenía que el art. 1051 no es aplicable a actos inexistentes, incluyendo en éstos a
los supuestos de actos en los cuales no ha intervenido el verdadero propietario. Con
la sanción del art. 392 CCyC esta controversia quedó zanjada, ya que en su último
párrafo queda expresamente aclarado este tema: el art. No se aplica en los casos en
que el que interviene en el acto no es el verdadero propietario. Artículo 392: Efectos
respecto de terceros en cosas registrables. Todos los derechos reales o personales
transmitidos a terceros sobre un inmueble o mueble registrable, por una persona que ha
resultado adquirente en virtud de un acto nulo, quedan sin ningún valor, y pueden ser
reclamados directamente del tercero, excepto contra el subadquirente de derechos reales o
personales de buena fe y a título oneroso. Los subadquirentes no pueden ampararse en su
buena fe y título oneroso si el acto se ha realizado sin intervención del titular del derecho.
Este artículo regula que si el acto antecedente es nulo o anulable, y existe un
tercero subadquirente de buena fe y a título oneroso, éste se encuentra protegido
contra la acción de nulidad y la acción reivindicatoria. Pero en su último párrafo
aclara que no rige este artículo en los casos en que no intervenga el verdadero
propietario del bien registrable.

SITUACIONES JURÍDICAS REGISTRABLES

Artículo 2º - De acuerdo con lo dispuesto por los artículos 1890, 1892, 1893 y
concordantes del CÓDIGO CIVIL Y COMERCIAL DE LA NACIÓN, para su publicidad,
oponibilidad a terceros y demás previsiones de esta ley, en los mencionados
registros se inscribirán o anotarán, según corresponda, los siguientes documentos:
a) Los que constituyan, transmitan, declaren, modifiquen o extingan derechos
reales sobre inmuebles;
b) Los que dispongan embargos, inhibiciones y demás providencias cautelares;
c) Los establecidos por otras leyes nacionales o provinciales.

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