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Actas del Primer Congreso Nacional de Historia de la Construcción, Madrid, 19-21 septiembre 1996,

eds. A. de las Casas, S. Huerta, E. Rabasa, Madrid: I. Juan de Herrera, CEHOPU, 1996.

La iglesia como lugar de la música

Jaime Navarro Casas


Juan José Sendra Salas

A nuestro entender, el análisis arquitectónico de la ti- Con el fin de procurar el entendimiento de la espe-
pología eclesial resulta incompleto si no sc incluye la cial relación entre el tipo eclesial y la música, en par-
valoración del comportamiento acústico. Esto, que ticular, y la acústica, en general, a lo largo de la his-
puede ser considerado como una afirmación general toria de la construcción, se presenta este trabajo.
válida, cualquiera que sea el modelo de edificio estu-
diado, se manifiesta con claridad en la «Iglesia», que
durante mucho tiempo ha sido «el lugar cedido para LA ARQUITECTURA ESPECIALIZADA
la música».
Sin embargo, resulta difícil encontrar alusiones al Cada actividad humana ha tenido siempre una res-
probJema acústico de estos espacios en la historio- puesta arquitectónica, generando modelos de edifi-
grafía arquitectónica y musical, a pesar de disponer cios. Museos, bibliotecas, oficinas, escuelas, tea-
de una gran cantidad de fuentes documentales que tros..., cualquier ocupación distinta a la vivienda,
versan sobre la relación entre arquitectura y música. produce arquitecturas especializadas, específicas.
De hecho, la terminología musical está prescnte en la Cada época da una respuesta estilística o funcional
literatura arquitectónica: ritmo, armonía, cadencia, distinta, pero la simple apreciación de sus plantas y
etc. Nos llaman poderosamente la atención, las esca- secciones las hacen reconocibles en su especificidad,
sas referencias que los arquitectos y los músicos ha- al contemplar 1as distintas tipologías propias del mo-
cen de las cualidades acústicas de los lugares de in- delo. Esta es una constante intrínseca de la arquitec-
terpretación de la música. tura, imprescindible para la definición espacial.
Un autor tan analítico como Pevsner, dedica al tea- Resulta sorprendente, tras una ret1exión tan ele-
tro todo un capítulo de su Historia de las tipologías mental, encontrar que en la historia de la arquitectura
arquitectónicas, I sin apenas mencionar el problema no se haya llegado a definir un lugar, una arquitec-
acústico; siendo el teatro, sobre todo, un lugar para ver tura para la música, hasta, prácticamente, este siglo.
y oír a unos actores.2 Sólo en ocasiones muy excepcio- Únicamente encontramos un referente posible en el
nales nos encontramos con alguna personalidad de un Odeón griego, tipo del que se tiene una escasa docu-
mundo u otro (arquitectura o música) que se mani- mentación.4 Salvando este casi desconocido antece-
fiesta objetivamente sensible al ámbito no propio (mu- dente (de importancia menor, ya que griegos y roma-
sical o arquitectónico). Paradigmática resulta la figura nos consideraban la música, sobre todo, como una
de J. M. García de Paredes, melómano arquitecto, manifestación festiva, para acompañamiento de la
yerno de Falla,3 en cuya persona vemos aunada la co- danza), no nos encontramos más que con edificios de
mún preocupación por arquitectura y música. usos diferentes al musical; en ellos la presencia de la
382 J. Navarro, J. J. Sendra

música no tiene más que un valor accesorio o com- primer gran condicionante: la proximidad de ese
plementario. oyente a la fuente sonora, sin la cual difícilmente se
Hay que esperar a principios de nuestro siglo para producirá esa emoción de la que hablamos.
ver nacer el Auditorio o Palacio de la Música, preci- Por otra parte, como la historia de la música se ha
samente en un momento en el que, prácticamente, las encargado de demostrar, sin un soporte escrito o per-
propuestas plásticas y las necesidades físicas de la manente, la transmisión de los conceptos musicales
música hacen perfectamente prescindible un lugar está condenada a moverse en círculos pequeños y
especial para la música, sino es por cl aforo. La mú- poco evolutivos. Juglares, trovadores, músicos de
sica actual, que utiliza el apoyo electro-acústico y la corte y salones no pueden llegar a desarrollar una
grabación como elementos comunes de expresión, no teoría musical. Sin embargo, en el ámbito de la mú-
necesita de espacios muy cualificados, o por decido sica religiosa, donde colectivos más amplios de per-
de otra manera, los problemas no son ya arquitectó- sonas (religiosas) tienen un interés en mantener y
nicos. salvaguardar determinadas practicas musicales, la
En el inmenso intervalo de tiempo que media entre música encuentra el ámbito adecuado para crecer y
el Odeón y el Auditorio, la Iglesia ocupa el sitio más desarrollarse; y lo hará de una manera espectacular.
destacado, entre los diferentes mode10s de edificios, Es en los monasterios donde nace la escritura musi-
como lugar que ve nacer y acoge, temporalmente, a cal y donde nacen también las primeras formas musi-
la música. Este hospedaje marca una impronta funda- cales «artísticas».
mental, que ha de ser tenida en cuenta para entender El Papa Gregorio Magno, pontífice del 590 al 604,
la historia de la construcción de las iglesias y de la ordenó recopilar las plegarias, hasta entonces trans-
música, en general. Para lograr un mejor conoci- mitidas de manera oral, y dejarlas en forma manus-
miento de la interrelación entre música e Iglesia, ha- crita, coordinando además dichos cantos con los ri-
remos una serie de consideraciones sobre las claves tos. Gregorio, de familia hacendada, había sido antes
que la facilitan. monje y en los monasterios debió conocer las formas
de canto que explotaban las características acústicas
de locales muy reverberantes, cuyos ancestros se re-
LA MÚSICA: SU ORIGEN Y EVOLUCIÓN montan a los cantos judaico s de las sinagogas. Esta
labor de unificación de las formas musicales, por una
Reconocida siempre como la más abstracta o inmate- parte, y de difusión a los distintos países donde se
rial de las artes, la música está presente en cada cul- encuentra asentado el cristianismo, por otra, provoca
tura como manifestación y expresión de todos los es- unos de los puntos de arranque de la música occiden-
tados anímicos del hombre. Pero nos interesa aquí tal como manifestación artística: el canto gregoriano.
destacar, con independencia de otros contenidos, El gregoriano como forma musical consiste en un
cómo la música tiene un carácter que se desarrolla en desarrollo melódiCD diatónico y de ritmo libre, de
el tiempo, es decir, en un momento determinado, y tipo silábico, es decir, que cada sílaba del texto se
durante ese momento es capaz de producir un tipo de canta sobre una o dos notas mantenidas en tiempos
sensación y emoción de una intensidad muy superior muy largos. En la relación entre este tipo de música y
a las percibidas a través de otras artes. Ello es de- el lugar en que se canta, está el germen del naci-
bido, fundamentalmente, al vehículo utilizado como miento de la polifonía. Se puede afirmar que es éste
medio de transmisión: <<lavibración física». Este ca- uno de los momentos clave de una auténtica relación
mino supone una una perturbación física, una acción entre música y arquitectura, a 10 largo de la historia.
mecánica que no solamente es percibida por el oído, El gran tiempo de reverberación, característico del
sino por todo el cuerpo. De ahí la facilidad de la mú- templo románico, provoca la simultaneidad, en el
sica para producir estados anímicos: alegría, tristeza, oído del espectador, de notas distintas al unísono.
euforia, nostalgia,... Ello no sólo condiciona la cadencia melódica sino
En realidad, queremos hacer hincapié sobre el ca- que procuró a lo largo del tiempo, una cierta educa-
rácter de la acción directa de la fuente de sonido so- ción y familiarización con los sonidos polifónicos.
bre el oyente, como generador del gran atractivo que En efecto, la persistencia sonora de las distintas notas
el ser humano tiene por la música. Pero ello exige un de la melodía conduce a desarrollos melódicos, es-
La iglesia como lugar de la música 383

tructurados de tal fonna que la simultaneidad de no- van a dedicarse exclusivamente a la música religiosa,
tas se solucione sobre determinados armónicos. Por sino que desarrollarán sus ideas musicales en temas
consiguiente, el lugar (la iglesia medieval) es la prin- profanos. Al mismo tiempo, utilizarán melodías pro-
cipal causa de que la música siga una dirección de- fanas como inspiración para la música sacra.5 Este
terminada (la polifonía). La acústica influye en el trasvase entre manifestaciones musicales producirá
desarrollo de la música. un enriquecimiento mutuo, a la vez que propiciará un
La iglesia es un lugar en el que la música se hos- desarrollo en paralelo. La música profana pasará al
peda de manera circunstancial. No es el lugar desti- salón palaciego (del que nacerá la música de cámara)
nado a la música, pero sí es el utilizado por aquellos y de ahí, debido a su éxito, pasará al teatro, buscando
músicos que la entienden enmarcada en el servicio un mayor aforo. Como consecuencia de estos cam-
religioso. Para cuando se logre la autonomía de la bios de localización, surgirá la música para orquesta,
música, se habrán cambiado ya tanto las formas mu- dadas las dimensiones de los teatros y la necesidad
sicales como arquitectónicas, desapareciendo la sin- de mantener unos niveles sonoros mínimos sobre el
tonía que se dio entre Románico y Gregoriano. Sin espectador.
embargo, los lazos creados entre música e iglesia en La música de orquesta y, sobre todo, la ópera, pro-
ese período habrán de permanecer, pese a todas las ducirán una auténtica hipertrofia del teatro, lo que
evoluciones posteriores. El énfasis ceremonial que la ocasionará, en muchos casos, un funcionamiento ina-
música aporta al rito religioso, así como la carga de decuado de este recinto, tanto para el uso teatral
solemnidad y grandiosidad que se introduce con la como para el musical. Aparecerán así los primeros
música, hacen que ésta se convierta en un referente auditorios, en cuya primera definición formal tendrán
de prestigio dentro de la iglesia. Surgen los músicos mucha influencia los tipos teatrales. La necesidad de
de las iglesias, quienes, con independencia de su «inventar» el nuevo espacio, así como los primeros
condición de clérigos, tienen un carácter profesional (y sonoros) fracasos de los primeros auditorios, for-
y especializado. Ellos son los encargados de introdu- zarán el nacimiento de la disciplina denominada
cir la música instrumental en la iglesia; en particular, Acústica Arquitectónica, a finales del siglo XIX.
el órgano, instrumento cuya sonoridad y característi- En nuestros días, la tecnología de grabación y au-
cas tímbricas le confieren una especial idoneidad dición es ya de tal calidad, que obliga a músicos y ar-
para el espacio eclesial. quitectos a replantear algunas cuestiones. La posibili-
No obstante, las complejas y ricas formas musica- dad de dejar una obra grabada, para ser oída con gran
les propias del Renacimiento, así como las caracte- fidelidad cuantas veces se desee, desdramatiza la ne-
rísticas espaciales de las nuevas corrientes arquitec- cesidad de control que los compositores han tenido
tónicas, ponen de manifiesto que ya la música siempre sobre su obra y la manera en que debe inter-
necesita encontrar otro sitio, que la iglesia sólo re- pretarse.
sulta adecuada como lugar para la música si se trans-
forma para la ocasión, en las grandes solemnidades.
La autonomía de la música y su alto grado de des- EL CORO Y EL ÓRGANO EN LA IGLESIA: SU ORIGEN Y
arrollo, producen formas musicales que no pueden EVOLUCIÓN
ser apreciadas en locales tan reverberante s como las
iglesias. Esto provoca, por un lado, que, para las pa- El carácter clandestino e ilegal de la iglesia cristiana
redes y techos interiores de las iglesias, se prefieran de los siglos 1 y 1I, obligó a los primeros cristianos a
acabados más absorbentes y/o difusores sonoros tener sus reuniones de culto en las casas de sus
(grandes colgaduras de telas, por ejemplo) y, por miembros. La ley romana, particularmente respe-
otro, que los músicos propongan otros lugares para tuosa con los lugares de enterramiento, dio a estos
interpretar su música. primeros cristianos la oportunidad de usar sus ce-
Por otra parte, desde que aparecen los músicos de menterios como lugares de reunión y culto. En Roma
iglesia, la música profana va a verse afectada por la existían galerías subterráneas, <<lascatacumbas», an-
fuerza de arrastre del crecimiento de la música sacra. tiguas minas de terreno volcánico usado por los ro-
En efecto, estos músicos profesionales, que entien- manos como materia prima de sus morteros hidráuli-
den el arte musical como su principal ocupación, no cos. Los cristianos las ocuparon para sus
384 J. Navarro, J. J. Sendra

enterramiento s, abriendo nuevas galerías y convir- En las iglesias cristianas de las catacumbas, se le
tiéndolas también en lugares de culto. Estas catacum- daba el nombre de coro al lugar reservado delante del
bas tendrán una influencia decisiva en el desarrollo altar para los cantos sagrados. Más tarde, al ocupar
posterior de la iglesia. El sonido de ritos y cantos de- las basílicas, se emplazó el coro en el crucero o se
bía reverberar largamente por entre las galerías, dispuso tras el altar, como en San Silvestre o San Lo-
como corresponde a la «acústica de la cueva».6 renzo Extramuros, en Roma.
Cuando, en el siglo III d. c., el cristianismo hubo En las iglesias bizantinas, en las que prevalece la
de plantearse la definición de un espacio como tem- planta central eruciforme, el coro se ubica en el cru-
plo, adoptó como modelo espacial la basl1ica, edifi- cero, debajo de la cúpula, con los inconvenientes
cio civil romano, sin ninguna relación con la religión acústicos derivados de esta ubicación. Quizás, este
romana, que servía de forma aceptable a los fines peor comportamiento acústico puede ser una de las
principales de esa comunidad en aquella época: las causas del menor desarrollo de la música sacra en la
necesidades propias del culto, la propagación de la fe cultura oriental.
y la enseñanza de la religión. De hecho, al utilizar En muchas iglesias medievales el coro se locali-
este mismo espacio como lugar de culto y de cate- zaba en la nave principal, cerrándose con una verja o
quesis, la importancia de la comprensión de la pala- con una balaustrada, apoyada en las columnas latera-
bra, del mensaje hablado, resultaba crucial. les. Esta disposición es propia de las iglesias mona-
De la tradición hebraiea, la iglesia primitiva cris- cales, en las que el coro está formado por toda la co-
tiana heredó el gusto por la entonación de fragmentos munidad de monjes. Ellos son los auténticos
de textos sagrados. Estas salmodias no tenían, en ocupantes de la nave; la asistencia de fieles es inexis-
principio, ningún interés musical, más allá del valor tente o es considerada de importancia menor para el
enfático sobre el rito y de la consecución de estados ritual. Muchas catedrales adoptarán también esta dis-
anímicos transcendentes o semihipnóticos (manifes- posición, dándole al coro esta situación preferente
tación ésta muy común en los ritos de muchas religio- por su valor escultórico. En estos monumentales es-
nes). Este efecto debía de estar muy reforzado por la pacios, el coro termina siendo el pretexto para el
atmósfera envolvente creada en espacios muy rever- «amueblamiento» del interior, adquiriendo carácter
berantes, como podían ser las iglesias prerrománicas. escultórico y obviando los requerimientos funciona-
No debía de ser tan importante el texto cantado como les o acústicos.
el estado conseguido por oficiantes y oyentes, con el El gótico cierra el coro con muros muy decorados
mantenimiento persistente de notas muy prolongadas. y con sillerías (series de sillas), que solían estar en
Sin embargo, por secundario que sea el pape] con- doble altura: coro alto, para los canónigos y coro
cedido a la música, en este caso al canto, la tendencia bajo, para los clérigos. La elevación del coro sobre el
natural hacia el perfeccionamiento de sus valores es- nivel de la planta suele ser producto de la existencia
téticos y emotivos, hará surgir pronto un repertorio de una cripta. Estas piezas funcionan, prácticamente,
de formas musicales más o menos sencillas, pero de como un volumen dentro de otro volumen, con dos
gran implantación, que más tarde sería recogido por ventajas de tipo acústico: los cantores se oyen unos a
el Papa Gregario en su conocido Antiphonarum Cen- otros como si estuvieran en un recinto pequeño y los
tom.7 Además de otros logros, este precursor de la sonidos salen fuera del coro completamente mezcla-
escritura musical originará la institucionalización de dos, como si la fuente sonora fuera única.
la figura del coro en la liturgia y, por ende, el esta- Sin embargo, dependiendo del uso de la iglesia,
blecimiento de un lugar para el coro en la iglesia. encontramos esta situación (coro en la nave) convi-
El término coro se refiere tanto al conjunto de per- viendo con el coro en el ábside y, a veces, coexis-
sonas agrupadas para cantar, como al lugar donde és- tiendo ambos coros en una misma iglesia. Cuando
tas se reúnen. Para ejecutar bien, los cantores necesi- esto ocurría, el del ábside era ocupado por los sacer-
tan verse entre ellos; pero, sobre todo, oírse. Por ello, dotes, adoptando el nombre de presbiterio, siendo el
se disponen en círculo o en D, sobre paredes traseras otro ocupado por los cantores.
que reflejen el sonido. El coro, como conjunto de vo- El Renacimiento incorpora una ordenación de la
ces, tiene su origen formal en la tragcdia griega, aun- decoración del coro de la nave central en los grandes
que su sentido no fuera estrictamente musical. templos, adoptando los nuevos cánones estéticos. No
La iglesia como lugar de la música 385

obstante, tanto el Renacimiento, como posterior- dos, no empieza a darse apoyo instrumental a dichos
mente el Barroco, tienen una clara vocación de elimi- cantos. Y no será hasta principios del siglo XVI, con
nar el coro de la nave central, al considerarlo un obs- la obra de Cavazzoni, organista en Urbino, Venecia y
táculo en la percepción de] espacio único y para la Padua, cuando la música instrumental se libere de la
perspectiva, valores éstos muy superiores a los acús- vaca] y alcance verdadera autonomía.
ticos en la jerarquía mantenida por los arquitectos de De todos los instrumentos, es el órgano, por sus
la época. Además, los cantores ya no son clérigos, especiales características, el destinado a erigirse en el
sino grupos más o menos profesionalizados, para los instrumento litúrgico por excelencia. Su potencia y
que no se precisa ya el protagonismo de los coros de amplio registro tímbrico están en la base de este
clérigos. éxito, por lo que conviene detenemos en él con cierto
Estos grupos de cantores estaban en ocasiones in- detalle.
tegrados por niños o niñas formados en los hospicios. Organum, en latín, designa cualquier instrumento.
Por eIJo se les buscaba una situación elevada sobre el En particular, designa un instrumento que compendia
plano del suelo, de forma que no pudieran ser vistos (o imita) a todos los demás. El órgano está com-
por los fieJes. Las voces de los niños venidas desde puesto por tres elementos fundamentales, la tubería,
la zona superior de ]a iglesia tenían un marcado valor e] teclado y el sistema propulsor. Parece que, en los
efectista, muy propio de la época. Particular prestigio primeros órganos, el sistema propulsor estaba re-
IJegaron a adquirir en Venecia los coros de los Ospe- suelto mediante un sistema de agua, por lo que di-
dali,s hasta e] punto de que el ritual social de ]a chos órganos adoptaban el nombre de hidraulas u ór-
época pasaba por la asistencia obligada y periódica a gano hidráulico. Su invención se atribuye a
sus funciones dominicales. Ello favoreció el auge Ktesibios, un barbero de Alejandría en el siglo II
musical veneciano, que llegó a rivalizar musical- a.c., partiendo para eIJo de la flauta de Pan. Con no
mente con Roma. muchas diferencias, éste es e] órgano que describe
La nueva disposición del coro en un segundo ni- Vitrubio.
vel, normalmente a] fondo de la nave central, era El hidraulos desaparece en Occidente con la inva-
acústicamente más favorable al estar mucho más pró- sión bárbara, igual que el órgano neumático, más
ximo al techo, con lo que los cantores se escuchan senciIJo que aquél, a] ser accionado por fueIJes. En
mejor entre eJlos y el sonido, tanto e] directo como el Bizancio se mantuvo bajo muy diversas formas, utili-
reflejado, llega a los oyentes desde arriba. La crea- zándose en todo tipo de ceremonias y festejos, de-
ción de una atmósfera mística estaba garantizada con bido a su gran potencia. Su técnica de construcción
estas condiciones, puesto que el oyente no ve de se desarrolló de tal forma, que se fabricaban incluso
dónde procede el sonido. Esto último, no obstante, portátiles. Éste es el origen del órgano positivo (del
debiera ser considerado como un inconveniente acús- latín pana: poner en algún sitio). Estos últimos son
tico. los que vuelven a entrar en Occidente, traídos por los
Sin embargo, ]a iglesia reformista, en su afán por embajadores bizantinos, como regalos a las cortes
«humanizar» la religión, opta por un coro situado europeas medievales.
prácticamente entre los fieles, en una invitación per- Por ello, la iglesia bizantina asoció el órgano al
manente a que éstos se sumen al canto. Aparece así paganismo, considerándolo como instrumento propio
e] «coral» Juterano (sencillo y popular), al que el de circos y fiestas, no apto para ser usado en el culto.
mundo católico responde con el «oratorio»9. Sin embargo, los bárbaros de Occidente, a quienes el
La irrupción de los instrumentos musicales en las órgano no evocaba recuerdo alguno, quedaron fasci-
iglesias es muy tardía. La mayoría de ellos estaba re- nados ante un instrumento tan versátil y potente, no
lacionada con actividades profanas, cuando no paga- encontrando ningún inconveniente para introducirlo
nas, por lo que, comúnmente, eran rechazados en la 5n su música sacra. Carlomagno, en el 8] 1, hace ve-
liturgia. Por otra parte, ya hemos señalado anterior- nir a artesanos griegos para que los construyan en su
mente que el mayor interés de ]a primera iglesia cris- corte y, a su vez, les enseñen a construirlo. Más
tiana no era, precisamente, el aspecto musical del tarde, sabemos que Ludovico Pío, en Alemania, en-
canto litúrgico. Hasta la aparición del Ars Nava en la carga la construcción de un gran órgano para la cate-
Edad Media, con cantos litúrgicos ya muy elabora- dral de Aquisgrán.
386 J. Navarro, J. J. Sendra

En la primera mitad del siglo X, el uso del órgano escala de los grandes templos, de manera que su
ya está generalizado en toda Europa, aunque con ma- comportamiento sonoro fuera como el de un instru-
yor profusión en Alemania. En el s. XIV aparecen mento nOlmal en una sala de dimensiones normales:
órganos muy perfeccionados, con la inclusión de los todo el local se «llena» de sonido, de tal forma que
teclados «pedales», que amplían la extensión del ins- no tiene importancia el lugar donde se sitúe.
trumento.
Pero con todo, es la imponente presencia de la tu-
bería, y su versatilidad para la ornamentación, lo que CONCLUSIONES
permite al órgano adoptar un lugar preeminente en la
iglesia, pues pasa a ser considerado como un ele- A la vista de lo anteriormente expuesto, pode-
mento de prestigio de la misma. Catedrales e iglesias mos concluir en primer lugar que, para el análisis
competirán por disponer del órgano mas elaborado histórico de los diferentes tipos eclesiales, es im-
hasta el momento. Si a eJlo unimos el hecho de que, portante tener en cuenta aspectos propios de la
con un único instrumento (e instrumentista), se pue- Acústica Arquitectónica. En segundo lugar, que la
den Jlenar de sonido espacios tan amplios como los existencia del canto litúrgico origina la inclusión
eclesiales, hallaremos la clave de su éxito. del coro como una pieza importante en la tipolo-
Como hemos dicho anteriorente, los primeros ór- gía eclesial, marcada en su definición y ubicación
ganos que se introducen en la iglesia son de carácter por una serie de consideraciones, entre ellas prin-
portátil, por lo que su ubicación suele hacerse sin cipalmente las acústicas. De hecho, cuando el
mayor dificultad, allí donde convenga. Sin embargo, coro se sitúa en la nave, son fundamentalmente
cuando comienzan a aumentar de tamaño en bús- problemas acústicos los que conducen a la inclu-
queda de mayor potencia y espectacularidad, necesa- sión de un verdadero recinto dentro del espacio
riamente se hacen fijos y pasan a formar parte de la interno global. Por último, la música sacra instru-
ornamentación y arquitectura del templo. EIJo plan- mental introduce en la iglesia el órgano, que, a di-
tea el problema de su situación. ferencia del coro, no se plantea el problema acús-
Durante el Renacimiento, con el auge musical de tico en la definición formal del espacio eclesial,
la polifonía, tenemos testimonios de que se utiliza- ni siquiera en la fijación de la posición del órgano
ron juegos de coros y órganos buscando efectos so- en el templo. Más bien hay una aceptación por
noros sorprendentes. Quizás, el más conocido sea el parte de los compositores, que someten sus obras
caso de S. Marcos en Venecia, en donde se colo- musicales a las «malas condiciones» acústicas de
caba un coro y un órgano en ambos lados de la nave las iglesias.
transversal, utilizado por músicos como GabrieJli o
Monteverdi, y más tarde, en el Barroco, por Vi-
valdi.
NOTAS
En las grandes catedrales, con el coro en el alTan-
que de la nave, el órgano, su arquitectura de tubería,
1. Pevsner, N., Historia de las tipologías arquitectónicas.
será utilizada, además, como cerramiento de dicho Ed. Gustavo Gili. Barcelona 1979.
coro. En iglesias de menor tamaño, se dispondrá en 2. Aunque citemos a Pevsner, igual referencia podríamos
alguna pared lateral, pasando a ocupar más tarde, hacer sobre L. Benevolo, P. Frankl u otros autores, es-
junto con el coro, la parte superior del fondo de la pecialmente de nuestro siglo, a partir del cual se toma
nave principal. conocimiento de la existencia de la disciplina conocida
Esta «ubicuidad» del órgano en la iglesia, induce a COl110«Acústica Arquitectónica».
pensar que la solución «tecnológica» (aumento de la 3. Esta circunstancia debió ser decisiva en la orientación
personal y profesional que citamos.
potencia del órgano) tuvo más fortuna que la solu-
4. La inmensa mayoria de los textos sobre arquitectura
ción arquitectónica (buscar un lugar que favoreciera griega o romana se limitan a constatar su existencia.
la sonoridad del órgano en el templo); es decir, dada S. En ocasiones, se trata de la misma pieza musical que
la posibilidad que tiene el órgano de aumentar su po- simplemente cambia de nombre, como la anónima
tencia sonora aumentando su sistema propulsor y su «chanson» L'homme armé que Dufay convierte en la
tubería, resultaba más sencillo construir órganos a misa A ve Regina Coelorum.
La iglesia como lugar de la música 387

6. Forsyth, M., Building ji,r music. Cambridge University y niñas, que llegaron a tener maestros de la talla de Vi-
Press.Cambridge. valdi.
7. Centone era para los romanos una especie de cobertor 9. No obstante, la terminología no es muy precisa y encon-
confeccionado con retales diversos cosidos juntos. tramos muchas alternativas como pasión, pasión-orato-
8. Hospicios en los que se daba formación musical a niños rio, oratorio-pa.s'Ü5n,...

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