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Juzgado N° 4
Secretaría N° 7
#16012499#115294393#20160212095120554
prolongaron entre los días 17 de junio y 15 de julio de 2009. Decisión que no fue
cuestionada por la recurrente.
Sin embargo, a fin de dar tratamiento a las cuestiones planteadas en
esta instancia creo conveniente detallar con exactitud los días y cantidad de horas
que la actora estuvo sin suministro eléctrico.
En ese sentido, del informe del ENRE que figura a fs. 74/98,
especialmente de fs. 95 mana la fecha y hora de inicio del corte de energía, la de
finalización y la duración en minutos del mismo.
Podemos observar que el día 17/6/09, el corte de energía eléctrica tuvo
una duración de nueve horas y media, desde las nueve de la mañana hasta las seis de
la tarde. El 25/6/09, el corte comenzó a la media noche y finalizó a la una y cuarenta
y seis de la mañana, es decir se extendió por una hora y media y durante la noche,
sin afectar las horas diurnas. El día 30/6/09 hubo dos cortes: de nueve y media de la
mañana a doce y cuarenta y seis del mediodía y, el otro, de trece y veinte hasta cerca
de las diez de la noche, con una duración de doce horas aproximadamente y
afectando el horario diurno. El 13/7/09, comenzó a las cinco de la tarde de ese día y
finalizó a las 5 de la mañana del día siguiente, con una continuidad de 12 horas.
Finalmente, el 15/7/09 sucedieron tres cortes: el primero de ellos, comenzó a las
diez de la mañana y el último finalizó a las ocho y cuarto de la noche, con una
duración total de ocho horas, pero que en realidad afectó casi toda la jornada.
En resumen, concluyo que de los cinco días detallados, cuatro días
fueron los más afectados por el corte de suministro, pues el 25/6/09 sólo duró una
hora durante la noche. Resultando una totalidad del corte de 42 horas.
5.- Respecto de la indemnización material, es preciso admitir el
incremento de gastos que significó en la vida de la actora el corte de la energía, en
particular, por cuanto ello comporta la necesidad de realizar pequeñas erogaciones
extras para satisfacer los requerimiento de la vida cotidiana -en general, gastos no
documentados- entre los que se mencionan la adquisición de alimentos ya
preparados en casas de comida, el reemplazo de alimentos perecederos, la provisión
de materiales sustitutivo de la energía faltante, entre otras perturbaciones con
consecuencias económicas (cfr. esta Sala, causas 6134/00 del 18/12/01 y 9186/00
del 26/2/2002; Sala III, causa 7359/00 del 20/12/01, entre otras).
Ante este panorama, y puesto que es admisible la determinación del
quantum en forma presuntiva en los términos del art. 165 del Código Procesal,
parece razonable la ponderación efectuada por el juez de primera instancia, por lo
cual propongo la confirmación de lo decidido sobre el punto.
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Poder Judicial de la Nación
CAMARA CIVIL Y COMERCIAL FEDERAL- SALA I
6.- Con relación al quantum del resarcimiento por daño moral, debe
recordarse que el caso se rige por el art. 522 del Código Civil, aplicable a supuestos
de incumplimiento contractual, lo cual exige apreciar las circunstancias que
rodearon al mismo (esta Sala, causas 5162 del 17/5/88, 7568/92 del 3/10/95; Sala II,
causa 11.701/95 del 9/9/97, entre otras).
Entiendo que las molestias e incomodidades que la interrupción del
servicio ocasionó a la accionante -que al momento de los hechos contaba con 56
años de edad (ver fs. 4) y que vivía en el primer piso- exceden las que de ordinario
debe soportar una de las partes del contrato ante la inejecución temporaria de las
obligaciones de la otra, habida cuenta la índole de la prestación comprometida por la
demandada, de imprescindible necesidad para el desarrollo de la vida moderna.
Por ello, atendiendo a las circunstancias en que se verificó la
contingencia y el tiempo de duración de la incomodidad, entiendo equitativo
también el monto otorgado por el a quo a fin de indemnizar el rubro en cuestión, por
lo cual estimo justo confirmar lo decidido sobre el punto en la sentencia apelada.
7.- Finalmente, la actora insiste en su derecho a percibir un
resarcimiento/sanción en concepto de daño punitivo, en los términos de la reforma a
la ley 24.240, artículo 52 bis. Ahora bien: la admisión de una pena privada está
estrechamente vinculada con la idea de prevención de ciertos daños mediante una
sanción ejemplar y al desmantelamiento de los efectos de los actos ilícitos que, por
su gravedad o por sus consecuencias, requieren algo más que la indemnización
resarcitoria de los perjuicios causados (Stiglitz Rubén S. y Pizarro Ramón,
Reformas a la Ley de Defensa del Consumidor, La Ley 2009-B-p. 949).
Sentados así los lineamientos generales, creo que en este caso no
resulta procedente la aplicación de la multa pretendida ya que no encuentro en el
actuar de Edesur un motivo con entidad suficiente para justificarla. En tal sentido, la
conducta antijurídica no resulta suficiente de por sí para hacer pesar sobre el
incumplidor una pena que, al margen de encontrarse regulada expresamente en el
art. 52 bis de la Ley N° 24.240, no deja de revestir un carácter de excepción dentro
del ámbito del derecho de daños, cuya principal función es atender a la posición de
la víctima (conf. esta Sala, causa 3695/11 del 12/11/13, voto Dr. Francisco de las
Carreras.).
8.- Por lo expuesto, propongo: Confirmar la sentencia apelada, con
costas por su orden dado que no ha mediado contradictorio (art. 70 –ex 68-, 2°
párrafo, del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación, texto según ley 26.939,
Digesto Jurídico Argentino).
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La doctora María Susana Najurieta adhiere al voto que antecede.
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