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Origen, medida

En comparación con la penetración del hombre en el espacio interestelar los


intentos realizados hasta ahora para penetrar en el interior de la tierra son
extremadamente modestos. Hasta hoy se ha conseguido perforar un total de 10
km. De profundidad. Así pues y por así decirlo se ha logrado rascar la pátina
superior de la tierra, cuyo radio es de 6.370 Km. No obstante, se está bien
informado –lo que sorprende- sobre todo el interior de la tierra. La sismología
puede reclamar para sí la parte principal del avance en esta área del conocimiento
humano. Tomando como base el registro de las ondas sísmicas en la superficie
terrestre, se determinó su extensión en el interior de la tierra. De esta forma se
sabe hoy que la tierra está constituida de tres capas: el núcleo, el manto y
corteza terrestre.

Las proporciones geométricas de estos tres elementos hacen que la tierra se


asemeje a un huevo, en el que la capa exterior o corteza de roca compacta,
debido a su pequeño espesor de sólo unos 50 km. Bajo los continentes e
incluso de 20 km. Bajo los océanos, puede compararse a la cáscara de huevo.

Esta cáscara a similitud de un huevo hervido para “picnic” se encuentra


fragmentada en placas o plataformas de la corteza terrestre . Las placas
conocidas a la fecha son 17: del Caribe, Cocos, Nazca, Sudamericana,
Norteamericana, del Pacífico, Bering, Euroasiática, China, Filipina, Indo-
australiana, Antártica, Scotia, Africana, Somalí, Arábiga y del Irán.

Cuando dos placas se separan el espacio que queda entre ellas es rellenado con
lava caliente proveniente de la parte superior del manto, la cual al solidificarse da
lugar a la formación de nueva corteza. Dado que éste proceso de formación de
nueva corteza es continuo y que el material ferroso que contiene la lava toma la
orientación del campo magnético terrestre antes de solidificarse, hay evidencias
históricas sobre el desarrollo de la nueva corteza, en particular en los fondos
marinos. Numerosas expediciones de inmersión y perforación han revelado con
ayuda de investigaciones de rocas y mediciones magnéticas, que el fondo de los
océanos es tanto más antiguos cuanto más se aleja uno hacia ambos lados desde
las fosas centrales o dorsales. La velocidad del desarrollo de los fondos marinos se
estima en uno a seis centímetros, por año, haciendo que las placas se desplacen y
choquen entre ellas.

Sí, como se ha indicado en muchas zonas aumenta la corteza terrestre, es


necesario que en otros puntos desaparezca material de la corteza mediante algún
proceso. Entre tanto se conocen ya estos procesos y la zona en que se produce.
Se caracteriza por una actividad sísmica y volcánica particularmente acentuadas a
los bordes de las placas.

El diagrama de ubicación de los epicentros de los terremotos que han ocurrido en


un cierto período en el mundo puede ser empleado para dibujar los bordes de las
placas con bastante detalle.

Existen tres formas fundamentales de interacción entre las placas:

a. Extrusión: Se produce cuando dos placas se alejan y está asociado con la


formación de nueva corteza en los fondos marinos.
b. Subducción: Se produce cuando dos placas convergen. Se sabe que se
produce a lo largo de la costa de Chile (Arica – Península de Taitao) entre
las placas de Nazca y Sudamericana.
c. Transcursión: Se produce cuando una placa se desplaza con respecto a
otra y puede ocurrir entre dos placas oceánicas o entre un océano y un
continente, como por ejemplo en Norteamérica entre la placa del Pacífico y
el continente Americano.
En el caso particular de la sismicidad de la ciudad de San Francisco, en California,
ella es producida por el desplazamiento relativo de las placas del Pacífico y
Norteamericana, en su borde de contacto materializado en la superficie por la falla
de San Andrés, a través de un mecanismo de transcursión.

Después del sismo de San Francisco de 19006 se


designó una comisión del Estado de California para
la investigación de los daños del terremoto. En 1908
su presidente Andrew C. Lawson sugirió una
interpretación geológica para el mecanismo que
originó el terremoto de San Francisco, la que dio
lugar posteriormente en forma cuantitativa a la
teoría del rebote elástico para el origen de los terremotos postulada por el
ingeniero Harry F. Reid.

La bahía de San Francisco tenía levantamientos topográficos realizados en 1851 –


1866, 1874 – 1882 y 1906 – 1907. El terremoto de 1906 ocurrió
antes de la tercera triangulación y demostró que esto produjo un
desplazamiento de 6.30 m. a lo largo de la falla de San Andrés. Los
puntos restantes mostraban desplazamientos noroeste o sureste,
dependiendo si el punto se encontraba al lado del océano o al lado
del continente con respecto a la falla de San Andrés.

La deducción obvia fue que los lados de la falla se habrían


desplazado durante el terremoto de 1906. Sin embargo Reid fue más
allá, considerando los desplazamientos promedios que se habían producido a
través de la falla y sugiriendo que el movimiento se había debido al “ rebote
elástico” de las deformaciones que se habían acumulado en las rocas antes del
terremoto.

Esta teoría del rebote elástico es


concordante con la teoría de las
placas. En el caso particular de
Chile, su sismicidad se debe a la
colisión frontal entre la placa de
Nazca y Sudamericana. En este
caso una de las dos plataformas
tiene que sumergirse bajo la otra,
haciéndolo por varias razones la
plataforma oceánica de Nazca. La línea divisora entre ambas plataformas está
marcada en la superficie por una profunda fosa (Fosa marina) que se genera por el
proceso de inmersión.

La actividad sísmica se produce por el hecho de que ambas plataformas, en su


movimiento deslizante de 10cm. Por año, continuamente se enganchan en algunas
partes, permaneciendo la placa marina de Nazca colgada durante tanto tiempo
como tarda la energía acumulada de
tensión en superar el rozamiento
quedando libre en un movimiento
brusco o rebote elástico.

En el caso particular de Chile en que


su sismicidad está asociada a un
mecanismo de subducción de la
placa de Nazca bajo la
Sudamericana, la falla que produce los terremotos no es superficial como es el
caso de la falla de San Andrés.

A diferencia de los terremotos de California, Estados Unidos, las fallas que produce
los terremotos en Chile se encuentran bajo el continente en la zona de contacto de
las placas de Nazca y Sudamericanas, siendo por ello invisibles al hombre.

La placa de Nazca en su avance a razón de 10cm. Por año con respecto al


continente queda trabada en algunas zonas por decenas de años antes de que
ocurra un terremoto destructor.

Se denomina hueco sísmico a una zona en que en el pasado han ocurrido


terremotos importantes y que en la actualidad no demuestran actividad sísmica
destructora.

Uno de los huecos sísmicos más importantes del país lo constituía hasta la
ocurrencia del 3 de marzo de 1985, el hueco sísmico de Valparaíso. De acuerdo
con la historia sísmica de la zona se sabía que habían ocurrido grandes sismos
destructores en el mar frente a Valparaíso en 1647, 1730, 1822 y 1906.

Ello daba un período de retorno promedio para éstos terremotos de 85 años,


motivo por el cual se esperaba la ocurrencia de un terremoto de magnitud de
Richter 8.3 – 8.5 con epicentro marítimo frente a Valparaíso. Otro ejemplo de
hueco sísmico importante lo constituye la zona de la placa de Nazca en las
vecindades de Arica, que se encuentre trabada desde la ocurrencia del último gran
terremoto de Arica de 1877, hace más de 100 años.
Medidas de los terremotos.

Uno de los aspectos de mayor interés para la protección sísmica de las


construcciones e identificar cuantitativamente la capacidad destructiva de los
terremotos. Desde fines del siglo pasado hasta el presente se vienen haciendo
importantes esfuerzos para definir medidas de la destructividad o liberación de
energía por rebote elástico del terremoto.

La escala de intensidad de Mercalli Modificada corresponde a la medida del


efecto que tuvo sobre las estructuras el terremoto en un lugar o la forma en que fue
percibido por los seres humanos. Es una escala cerrada de 12 grados, en que
cada grado es identificado por determinados efectos en las estructuras. Así por
ejemplo el grado VII de la escala Mercalli Modificada queda definido por: “dificultad
para mantenerse de pie. Lo sienten los conductores de vehículos. Daños con grieta
del adobe, algún daño en la albañilería sin pilares ni cadenas, desprendimiento de
los estucos, caída de las chimeneas y monumentos. Grietas en los suelos
húmedos y en laderas escarpadas”.
En la escala de Mercalli Modificada los
daños estructurales se producen del
grado VII hacia arriba. Para grados
superiores a VII se individualiza el efecto
que produce el terremoto en el adobe, la
albañilería sin refuerzo, la albañilería con
refuerzo, etc.
En Chile existe una red de informantes de
intensidades, quienes hacen llegar desde
todo el país su información al
Departamento de Geología y Geofísica de
la Universidad de Chile. De más de mil
intensidades informadas para sismos
destructores durante este siglo, llama la
atención que ellas en general no superan
la intensidad X. Además la intensidad varía
de ciudad en ciudad y dentro de una
misma ciudad dependiendo del efecto de
amplificación de lo suelos.

Uniendo los puntos de igual intensidad


se pueden trazar curvas y isosistas
que encierran zonas de igual
intensidad.

Las distintas intensidades de la escala


Mercalli Modificada que se apreciaron en
la ciudad de Santiago para el reciente sismo de marzo, debido al efecto de
amplificación dinámica de los suelos de diferentes calidades de la ciudad,
hacen posible zonificar o “microzonificar” a ésta de acuerdo a los efectos
sísmicos. Estos mapas de microzonificación deben ser incorporados por los
arquitectos a los planos reguladores de las ciudades, pues ellos expresan el
comportamiento cualitativo esperado del distinto tipio de vivienda, especialmente
de uno y dos piso en un sismo destructor futuro. La incorporación de estos mapas
permite evitar catástrofes masivas en zonas restringidas de la ciudad como ocurrió
en el sismo de México 19 de septiembre de 1985. Cabe destacar que este sismo
muy similar a lo ocurrido el 3 de marzo en Chile, produjo un efecto devastador en
la ciudad de México a una distancia de 400 Km. Del epicentro (equivaldría a tener
daños similares en la ciudad de Concepción para el sismo del 3 de marzo) en una
zona de 4,5 por 4,5 Km. Debido a la amplificación dinámica de los suelos de mala
calidad del antiguo lago Texcoco.
El origen del terremoto se produce en el
foco o hipocentro, bajo la superficie a una
profundidad de esta, conocida como
profundidad focal. Se denomina epicentro a la
proyección vertical del foco sobre la
superficie. De acuerdo a la profundidad focal
los terremotos se dividen en: superficiales con
profundidades hasta 100 Km. Y profundos con
profundidades de 300 a 600 km.

La distancia que media entre una ciudad o


lugar y el epicentro se denomina distancia
epicentral.
La sismología usa como su instrumento de
medida al sismógrafo, que es un instrumento
de registro contínuo de los desplazamientos que
sufre el suelo en un lugar como consecuencia de
la actividad sísmica.

El registro de estos instrumentos permite


identificar la llegada de distintos tiempos de
ondas sísmicas correspondiente a la transmisión
de la energía desde el foco hasta el lugar de
registro.

Las ondas sísmicas se dividen en dos tiempos:

ondas del cuerpo, que se propagan esencialmente en el


interior de la tierra y ondas superficiales que se pro-
pagan en la superficie terrestre y que se desarrollan a
partir de la llegada de las ondas de cuerpo.

Las ondas de cuerpo son a su vez de dos


tipos: ondas primarias o comprensionales, que
producen variaciones volumétricas, y ondas secundarias o de corte, que producen
deformaciones de corte perpendiculares a la dirección de propagación de las ondas.

Las ondas comprensionales llegan primero que las de corte y de ahí la deno-
minación de ondas primarias y secundarias. Las ondas sísmicas superficiales se
dividen en ondas de Rayleigh y ondas de Love. Las ondas de Rayleigh tienden a
distorsionar la superficie, describiendo cada partícula del suelo un movimiento
elíptico retrógrado.
Estas ondas se atenúan rápidamente con la profundidad. Las ondas de Love se
generan en el contacto de dos medios geológicos a través de una interfase
horizontal. Las ondas de Love se producen deformación de corte en la superficie.

La Magnitud de Richter es otra medida de la capacidad destructora de


terremotos de uso universal. A diferencia de la escala de Mercalli Modificada, su
valor es único para el terremoto, no varía de ciudad en ciudad, pues ella está
relacionada con la energía liberada en el rebote elástico de las placas.

La escala de Richter a diferencia de la escala


de Mercalli se basa en las medidas
instrumentales de la amplitud máxima y
es “única” para un terremoto, pues mide
indirectamente la energía liberada por el
terremoto en el foco. Así por ejemplo la
magnitud de Richter del evento principal del
terremoto del 27 de febrero 2010 fue 8,8.

La magnitud de Richter, enuncia en 1931 por


Charles Richter, corresponde al logaritmo de
la amplitud máxima medida en un sismógrafo
estándar Wood Anderson. La magnitud de
Richter, en la forma que fue definida, no
obstante corresponde a una escala abierta, se
satura para grandes terremotos, situación que
ocurrió para el terremoto de Valdivia del 22 de
mayo de 1960, que es el terremoto de mayor
energía liberada de este siglo.

Otra medida instrumental de gran uso en el diseño sismorresistente lo constituye la


aceleración máxima del suelo. Las aceleraciones del suelo son medidas por
instrumentos que se denominan “acelerógrafos de movimiento fuerte”, ya que
estos instrumentos a diferencia de los sismógrafos solo se activan cuando ocurren
terremotos en el umbral del daño.

Las aceleraciones se pueden medir tanto a nivel del suelo como en los distintos
niveles de los edificios.

La medida más usada en ingeniería para evaluar el riesgo sísmico de un


lugar es el valor máximo de la aceleración del suelo.
En Chile se dispone de una
red de 50 acelerógrafos
desde Arica a Puerto Montt,
con mayor densidad en la zona
central del país. Así es como el
sismo del 3 de marzo de 1985
fue registrado por 35
instrumentos desde Los Vilos
hasta Chillán.

Fue la primera vez que un


conjunto de instrumentos
modernos estaban instalados,
permitiendo registrar por primera
vez un terremoto de magnitud de
Richter 7,8 la ciudad epicentral,
la ciudad de Llolleo donde la
intensidad de Mercalli Modificada
alcanzó VIII. En esta ciudad las aceleraciones máximas en dos direcciones
horizontales ortogo-nales
alcanzaron a 0.667 g. y 0.434 g.
en tanto que el sentido vertical
se midió 0.857 g. Donde g
corresponde a la aceleración de
gravedad. Dicho de otro modo,
las fuerzas verticales en Llolleo
alcanzaron un 85% hacia arriba
del peso de los edificios. Vale
decir los edificios por breves
instantes se aliviaron llegando a
pesar solo un 15% de su peso
total.

También se midieron aceleraciones máximas medidas para el sismo del 3 de


marzo indican por su parte valores desusualmente altos en sentido vertical y por
otra valores altos de las aceleraciones horizontales con niveles moderados del
daño.

Comparando sismos californianos de aceleraciones máximas horizontales


similares, en general se observa que los niveles de daño observados son
notoriamente mayores a los registrados en Chile. Esta es una de las grandes
interrogantes que el Departamento de Ingeniería Civil de la Universidad de Chile
ha venido investigando en la última década, esto es la aparente menor
destructividad de los terremotos que ocurren en zonas de subducción, como es el
caso de Chile y el área epicentral del terremoto de México del 19 de septiembre de
1985. Si esta característica es propia de los terremotos chilenos, sería posible
diseñar estructuras igualmente seguras a las del Estado de California, pero más
económicas.

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