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° 3
Roberto Levillier
Mundus Novus
Roberto Levilliec
M U N D U S N O V U S
N.? 3
S E R I E VERDE
EDICIONES DE LOS
ANALES
DE LA UNIVERSIDAD
DE CHILE
D I R E C T O R :
Guillermo Feliú Cruz
S E C R E T A R I O DE P U B L I C A C I O N E S :
Juan Uribe Echevarría
C I N C O S E R I E S :
Serie Negra
F I L O S O F I A
Serie Roja
L E T R A S
Serie Verde
H I S T O R I A
Serie Gris
A R T E
Serie Azuí
C I E N C I A S
Roberto Levillier
Mundus Novus
EDICIONES DE LOS A N A L E S
DE LA UNIVERSIDAD DE CHILE
1 b Í3 ''r
Edición de 500 ejemplares.
Compuesta é impresa en los
T alleres Gráficos de la
I M P R E N T A C H I L E ,
calle Teatinos -760, Santiago
de Chile. Proyectó la
cubierta y la tipografía
MAURICIO AMSTER
ROBERTO LEVILLIER
Mundu s Novus
ibéricos en el Atlántico, el Indico y el
LA CARTA DE VESPUCIO QUE Pacífico. Múltiples tratados de principios
REVOLUCIONO LA GEOGRAFIA del siglo X V I permiten apreciar además,
como repercutieron las revelaciones de
(1503-1528) Vespucio en los cosmógrafos de la época.
Sin estos tesoros espirituales de historia y
E S T E ensayo sobre Mundus Nouus se bibliografía, nos habría sido imposible
concebir siquiera este ensayo.
circunscribe a los veinticinco años com- La curiosidad universal se mantuvo
prendidos entre la primera edición de la firme en torno a Vespucio en gran parte
carta en latín y la francesa de 1528. El del siglo X V I , pero después de las tras-
análisis de todas ellas y las traducciones, cendentes novedades de Copérnico, Ke-
hasta nuestros días, llenarían un libro. pler y Galileo, cubrió la rutina de la vida
Ofrecemos este f r u t o de nuestra investiga- diaria la viva sorpresa despertada por el
ción, después de haber consultado en la descubrimiento de un cuarto continente.
Biblioteca Nacional y la Mostra Vespu- La rotación diurna de nuestro globo de
ciana de Florencia y en el Museo Británi- occidente a oriente, su movimiento anual
co de Londres, los rarísimos ejemplares en torno al sol, el círculo de la elíptica
todavía accesibles al estudioso. La Mos- que éste describe en la esfera celeste en un
tra había reunido ediciones pertenecientes año; las variaciones de la luna; las reglas
a grandes repertorios de Italia y del ex- del desplazamiento de los astros en el es-
tranjero K La Biblioteca expuso manus- pacio, las leyes mecánicas de la caída de
critos inéditos. El British Muse.um posee los cuerpos, el movimiento de la tierra y
ocho de las doce ediciones latinas de Mun- tantas otras revelaciones hasta el e pur si
dus Novus, cuatro de las doce alemanas, y muoae de Galileo, fueron causas para que
ejemplares del Paesi Nouamente Retrovati la atención de los cosmógrafos y astróno-
en italiano, latín, alemán y francés. Por mos se encauzara por otros rumbos.
mucho que represente esta riqueza, n o es
sino una parte mínima de las fuentes del Hacia mediados del siglo X V I I I , en
Museo relativas a los descubrimientos razón del hallazgo de cartas suyas desco-
nocidas renació el interés por Vespucio;
pero se perdió de vista hasta entonces su
título primitivo a la gratitud de la huma-
1
El Catálogo de esa magnífica exposición fué nidad. Por el contrario, los ataques a su
preparado por el Dr. Sergio J. Martini, de la Bi- primer viaje y al nombre del continente
blioteca Nacional <de Florencia, miembro de la Co- alteraron el justo concepto de su acción.
misión Organizadora, presidida por el Dr. Alberto Esto ocurrió muchos años después de
Giraldi. H a dividido en secciones, analizado y des-
cripto acertadamente, gracias a amplios conoci- muerto, cuando lo pensado y escrito por
mientos, los testimonios de la vida y la actividad él en Mundus Novus ya había cuidado de
de Vespucio, sus relaciones de viaje, manuscritas su glorificación. Las noticias eran revolu-
e impresas, los atlas, los planisferios y los globos, cionarias. Revelaban por primera vez es-
las ediciones de Tolomeo, los testimonios de la crí-
tica relativa a Vespucio del siglo X V I al XX, las tos secretos de la naturaleza: las nuevas
obras astronómicas y cosmográficas, los instru- tierras descubiertas forman un continen-
mentos^ náuticos exhibidos, y la documentación te independiente; es lícito llamarlas un
etnográfica y económica. Ha añadido, además, nu-
merosas ilustraciones de mapas, cubiertas de edi-
nuevo mundo; los antípodas son habita-
ciones raras, y reproducido en facsímil, manuscri- bles por los blancos; las gentes de esas
tos de gran interés. tierras son casi todos caníbales, sin dioses,
ni reyes. Vespucio indica en la primera tellana, y no fué suficiente. E n 1508 se
edición de París, con el gráfico de un crea en Castilla para Su Eminencia el
triángulo recto, que la posición de la gen- cargo de Piloto Mayor. Qué servicios no
te que habita las nuevas tierras hasta 50° habría prestado, y cuánto se esperaría de
Sur, es en relación a la que vive en Lis- su saber, para que el Rey lo prefiriese a
boa como la hipotenusa que partiendo Juan de la Cosa, a los Pinzón y a Juan
del zenit de Lisboa, en 40° Norte, se une Díaz de Solís. La misceránea de viajes de
al zenit de 50° S. formando los catetos, ultramar de España y Portugal hecha por
un triángulo recto. Usa los términos ver- Montalboddo con el título genérico de
tex capitis nostci (Lisboa) y vertex ca- Paesi Nouamente Retrovati incluye el
páis illorum (o sea la cima de la cabeza 3.er viaje de Vespucio relatada en Mun-
nuestra con la de las gentes de las nuevas dus Novus, y alcanza en pocos años 16
tierras australes). Desde la segunda edi- ediciones, italianas, latinas, alemanas y
ción, hecha por Sessa en Venecia, oectex ca- francesas. Por fin, aunque muy olvidado
páis se transformó en zenit 2. de los historiadores, se destaca el gesto hi-
dalgo de gratitud, que refiere Giulio Ne-
Estas cuatro novedades aislaron a gri en su Istoria degli scrittore fiorentini.
Vespucio de los demás nautas, y lo eleva- Según sus. informaciones, el Rey D o n
ron a una notoriedad sin par, acaso algo Manuel habría mandado suspender en la
exagerada, n o porque hubiese hecho más catedral-basílica de Lisboa "en perpetua
que otros, sino porque ningún español, memoria de nuestro Américo y como in-
portugués o italiano innovó en geografía, mortal trofeo, la nave que había avanza-
contra la tradición de Tolomeo, concre- do tan gloriosamente la conquista".
tándolo como él lo hizo. Fué en Floren-
L o que hizo Vespucio fué dirigir la vi-
cia el envío de las antorchas de la comu-
sión de los nautas hacia las tierras aus-
na, a su casa, por "amplificador del glo-
trales y hacer progresar la conquista de
b o " ; es en 5 años, de 1503 a 1508 y en
ellas hasta 50° de latitud, preparando así
nueve ciudades, doce ediciones latinas de
la ruta a ' Magallanes, que reconoció ex-
Mundus Nouus y en el mismo espacio de presamente en Patagonia, en* 1519, la
tiempo, en ¡siete ciudades germanas, doce precedencia del florentino, en ese suelo.
ediciones en alemán. Amberes produce Quienes limitan a 32°, el viaje, olvidan
una edición en holandés y otros arreglos ese inobjetable testimonio, e igualmente
en la misma lengua y en inglés. E n Lore- el de los mapas 3 .
na, en 1507, aparece en la Cosmographia
Insaciables de noticias se mostraban los
Introductio del Gimnasio vosgiano, su
hombres ante el descubrimiento de un
últifha carta, la Lettera, traducida al la-
cuarto continente, tantos siglos ignorado.
tín con el título de: Quattuor Naoegatio-
No concluían de sorprenderse. No ha gra-
nes, Incluido en esa obra que conoce siete
vitado carta alguna en la historia del
ediciones en un año, aparece también por mundo, como Mundus Novus, con tan
primera vez un mapa del mundo fechado asombrosas novedades. El shock era ex-
en 1507 y firmado Waldseemuller, donde
las nuevas tierras son denominadas Amé-
rica. Vespucio había recibido en Espa-
* Es referido por López de Gomara, Cap. 92.
ña el homenaje de la nacionalidad cas- Instado Magallanes a dejar la Tierra de Marzo
por su tripulación, replicó que proyectaba perma-
necer allí, hasta que el tiempo y la luz favoreciesen
2
La edición de Sessa, de 1504, considerada _ la la continuación del viaje. Agregó que todos tenían
segunda en el tiempo, fué la primera en cambiar alimentos y agua, posibilidades de caza y pesca, y
alrededor del triángulo: vertex capitis illorum y habrían de aguantarse, como lo habían hecho he-
vertex capitis nostri por zenit nostrum y zénit illo- roicamente los españoles en sus anteriores empre-
rum, Las ediciones posteriores adoptaron esas mo- sas. Insistiendo los soldados y oficiales, repuso
dificaciones. Sessa, después de imprimir parte de que hasta esa región había llegada Américo Ves-
la tirada, sacó el clisé del triángulo, por parecerle pucio, y que le daría vergüenza volver sin haber
demasiado pequeño y lo agrandó, como puede ob- progresado. Seguiría pues adelante hasta 65 gra-
servarse, comparando los dos ejemplares del Museo dos si fuera necesario, hasta dar con el paso al
otro m a r . . . ( L a Tierra de Marzo figura en los
Británico. N o son dos ediciones, como han creído
mapas por 45 ó 46 grados S . ) Véase América la
algunos bibliógrafos, sino dos tiradas. Véase sobre
bien llamada (R. L.) Kraft. Bs. As., 1948.
este t e n » e» nota 6 : Harrisse Ruge Sabin.
plicable. Los antiguos habían hecho un tas familiares a connacionales eminentes.
mito de las tierras que algunos imagina- Así, otros muchos disfrutarían en su pa-
ban en la región antàrtica. Creían que si tria de las buenas nuevas. Si durante si-
el hombre blanco llegaba a ellas, no po- glos quedaron recluidas en archivos, las
dría habitarlas. Las flotas del Infante cartas del 18 de julio de 1500, de Cabo
Don Enrique al sobrepasar el Cabo Bo- Verde de 1501, la de Lisboa 1502, y la
jador, y Bartolomé Díaz al contornear en Fragmentaría de 1503 (!) hubo de al-
1488 los 35 grados del Cabo Agujas, canzar Mundus Novus a Lorenzo Pier
vencieron el prejuicio que pesaba sobre las Francesco de Médicis, en París, donde re-
aguas, pero hasta 1502 en que las cara- presentó a Milán y luego a Florencia, an-
belas de D o n Manuel penetraron, pega- te Carlos V I I I y Luis X I I 4 . Fué este
das o no a la costa, una latitud S.S.O. de potentado, seguramente, quién resolvió pu-
50° nadie sabía que las tierras descubier- blicarla; el veronés, Padre Gíovanni Gio-
tas pertenecían a un continente y se igno- condo, la tradujo al latín sin alterar su
raba que fuese factible vivir en los antí- carácter de carta, y Baligault y Lambert,
podas. Los pilotos, capitanes o marinos, la editaron. El opúsculo apareció en 1503,
de los muchos que iban en esa expedición en pequeño formato, con la indicación al
portuguesa, desaparecieron sin dejar una final de que iocundus fué el traductor.
línea sobre el tema. Vespucio fué el pri- Gualterio Lud, en su Speculi Orbis Suc-
mero en presentar esas verdades, el único cintis publicado en Estrasburgo, en 1507,
que las comunicara a otros. Pronto, esos identifica el interpres. Leemos la frase si-
otros fueron todos. Por el carácter f u n d a - guiente: "Circula por las librerías cierta
mental y la vasta escala cósmica de los pieza de versos de nuestro vosgiano Ring-
problemas que toca Mundus Novus, fué mann sobre el mismo tema" (era el poe-
tenido su autor por los sabios, como la ma de Ringmann agregado a De Ora A n -
mayor autoridad de su tiempo. L o de- tárctica) in libello Vespucci per iocun-
muestra sobradamente la literatura cos- dum Veronenscm qui apud Venetos archi-
mográfica germana del X V I . El mérito tecti muñere fungitur ex-italico in latinum
que se le reconocía no era sólo el de haber sermonem verso impressum, "impreso en
navegado y descubierto, eso lo compartía el opúsculo de Vespucio, traducido del
con los marinos de Castilla y Portugal, italiano en lengua latina por el veronés
de quienes, como Colón, había aprendido Giocondo, que ejerce en Veñecia las f u n -
su náutica, era el haber traído sobre es- ciones de arquitecto" 5 . La referencia á
trellas, climas, árboles e indígenas, de ese Giocondo como arquitecto en Venecía, es
nuevo mundo, nociones hasta entonces correcta, pues en ese año de 1507, estaba
insospechadas, contrarias a Tolomeo. Faci- de vuelta en dicha ciudad y ejercía en ella
litaba una visión ampliada de la máquina su oficio, pero hay más que decir sobre
del globo, y abría el conocimiento de nue- este hombre, de gran fama.
vas vías oceánicas y nuevas tierras. Nuevo,
nuevo, todo era nuevo, y la práctica ratifi-
có la exacta verdad de cuanto dijera. Nada 4
Desjardins. Négociations diplomatiques de la
había inventado, aumentado o reducido. France avec la Toscane du XVe siècle. París, 1859.
Nadie pensaría en atribuir al florentino, la Ross. Lives of the early Medicis as told by tkeir
altura científica de un Toscanellí o un correspondcnce. .London, 1910. Pieraccini G. Le
Copérnico; pero tampoco puede dejar de stirpe de Medici di Caffagiolo. Firenze, 1947. Véase
también Varnhagen : Schöner et Apian. Viena,
reconocérsele la posesión de la alta cultu- 1872.
ra italiana de su tiempo y una fuerza in- B
Esta prueba objetiva y desinteresada des-
tuitiva que le permitió captar en lo indi- carta para siempre entre los críticos y bibliógrafos
visible verdades de máximo interés para de buena fe, la absurda versión de los traductores
la humanidad. Por otra parte no fué de la edición alemana 'de Mundus Novus y la de
Redouer, traductor al francés, del Paesi, según la
egoísta, no reservó sus descubrimientos cual Giocondo significaba alegre. Hemos tomado
para engarzarlos como noticias-joyas en esas ilustraciones del ejemplar del Museo Britá-
tratados propios. Los transmitió en car- nico, único existente. Fué impreso por J. Gruninger
en Estrasburgo, en 1507.
Fray Gióvanni Giocondo, nació en vimiento editorial, asociado necesariamen-
Verona hacia 1433. Fué siempre llamado te a la gloria de D o n Manuel, desequili-
Fray Giocondo o Iocundus. Al señalarse bró para siempre la realidad, inclinando
como arquitecto de primer orden, fué so- la atención del mundo hacia la novedad
licitado por Papas, Reyes y Señorías. El que tanto la agitó. Más tarde se serenó la
Senado de Venecia, para evitar que se ce-
visión de lo que había hecho Portugal, y
gasen las lagunas de la ciudad . . . ; el
Emperador Maximiliano, para realizar ocupó Vespucio su justo sitio dentro de
obras de importancia en Verona. Carlos la obra gigantesca de España.
V I I I lo conoció probablemente, en Ita-
lia, en 1,494, y lo llevó con otros artis- I.—EDICIONES LATINAS
tas a Francia. T r a b a j ó en Amboise y en COMPARADAS
Blois, y reformó en París, la grandiosa
Iglesia del Convento de Saint Jacques. El El problema de la primera impresión
15 de octubre de 1499, se derrumbó el de Mundus Novus, parece resuelto. T o d o
puente de madera de Notte Dame. Fué concurre para que así sea. Los más céle-
Gióvanni Giocondo quien dirigió la obra bres bibliógrafos, excepción hecha de
de reparación, cargando el puente de pe-' Vignaud, han hallado múltiples razones
quenas tiendas de ambos lados, como en para formular esa conclusión. Humboldt,
el Ponte Vecchio, de Florencia. d'Avezac, Brunet, Camus, C 1 a u d i n ,
Quedó en París hasta principios de Church, Fumagalli, Haebler, Harrisse, W .
1507, y fué luego a Venecia. Le encomen- J. Meyer, Panzer, Proctor, Ruge, Sabin,
dó el Dogo los trabajos del canal y el es- Varnhagen, Trubenbach, Webber, coinci-
pléndido depósito público, conocido co- den en que la edición de París de Félix
mo Fondaco de Tedeschi, decorado por el (Baligault) y Lambert, es, en 1503, la
Tiziano y Giorgione. Era célebre también primera 6 . Varnhagen recordó que el des-
como latinista; publicó en Venecia, once tinatario de la carta de Vespucio era en
cartas de Plinio, que tuvo la suerte de des- 1502, Embajador de Florencia en París.
cubrir en una biblioteca de París. Fué
maestro de griego y de latín, del reputado
poeta Scaligero, y quedan ediciones suyas 0
De esos partidarios de que la edición Lambert,
de los Comentarios de César y de obras de de París, es la primera, son las siguientes obras
Julíus Obsequens y Aurelius Victor. Lla- de historia y bibliografía : Panzer. Annalen typo-
gruphici, 14 vol. Nuremberg, 1793. Camus. Mémoi-
mado a Roma por Julio II, para conti- res sur De Bry, y Collection des grands et des
nuar los obras de Bramante en la Basílica petits voyages. Paris, 1802. Panzer : Zusatse su
Vaticana, murió allí en 1515. Suerte tu- den annalen. Leipzig, 1802. Humboldt: Examen
vo en realidad Vespucio, que su carta al critique de l'histoire de la géographie de l'ancien
Médicis fuese trasladada al latín por tan continent. Paris, 1836. Brunet : Manuel du libraire.
Paris, 1863. D'Avezac : Martin Hylacomylus Walt-
eminente humanista. zeemiiller. Paris, 1867. Vernhagen : Schöner et
Apian. Vienne, 1872. Harrisse: Bibliotheca Ameri-
La lengua latina contribuyó a que el cana Vetustissima. N e w York, 1866. Additions.
trabajo de Vespucio se difundiese de in- Paris, 1872. Sabin : Americana Bibliotheka. (28
mediato en el m u n d o culto de la época. vol.) N e w York, 1885. Proctor: Catalogue of Bri-
Otra circunstancia no menos favorable tish Museum XV Century books. (4 vol.). London,
1895. Claudin: Histoire de l'imprimerie-en France
fué la aparición coetánea de dos versiones au XVe et XVe siècles. (4 vol.). Paris, 1910-1914.
germanas; una en Basilea y otra en Es- Church : Catalogue of books. 1907. Haebler : Ty-
trasburgo. Ellas dieron lugar a una vasta penrepertorium. R u g e : Aelteres kartographisches
literatura científica. En todas, recuerdan material in deutscher bibliotheken. Gottingen, 1916.
Meyer : Die französischen Drucker und verleger-
frontispicios, títulos o textos, la parte que seschcn, 1926. Peschel, Truben'bach y Webber tam-
cupo al soberano por cuyo mandato se bién concuerdan en que la edición de París es la
realizó la expedición austral. Debe desta- primera. Fumagalli en Bibliografía del Vespucci e
carse el hecho de que el interés provocado del Tosconelli, 1898, y Vignaud en Americ Vespuce.
Paris, 1916, atribuyen la primera edición a Floren-
por la descripción del alto viaje de Ves- cia, sin la posibilidad de indicar editor, pero a juz-
pucio, separó esa hazaña de sus contem- gar por la descripción de ella, sería la de Sessa de
poráneas y extendió el prestigio de la po- Venecia, o sea la segunda, identificada según Sa-
tencia que sirvió. A su vez, el amplio mo- bin, por Wilfred Voynitch en 1921, a raíz de haber
MUNDUS Novus 9
Traducción Basilea
BASILEA 1.» 1505 Michael Furter (Von der neü gefunden)
AUGSBURGO .. . 2.» 1505 Johann Schonsperger (Von der neüw gefunden^
MUNICH 3.* 1505 Johann Schobser (Von der neüwen gefundi
N U R E M B E R G A . . .. 4" 1506 W o l f g a n g Hueber (Von der neu gefunden)
NUREMBÉ.RGA .. .. 5.' 1505 W o l f g a n g Hueber (Von der new gefunden)
Traducción Estrasbturgo
ESTRASBURGO . . 1.* 1505 Matías H u p f u f f (Von den nüwen insulern
LEIPZIG .. 2.» 1505 W o l f g a n g Muller (Von den nawen insulen)
ESTRASBURGO . . 3.« 1506 Matías H u p f u f f (Von der nüwen Insulen]
LEIPZIG .. 4.' 1506 Martín Landessbergk (Von den newen Insulen)
LEIPZIG .. 5.» 1506 Martín Landessbergk (Von den newen Insulen)
M A G D E B U R G O . .' 6.* 1506 Jacob Winter (Van den nygen Insulen)
ESTRASBURGO . . 7.» 1508 Matías H u p f u f f (Von den nüwen Insulen^
Edición Holandesa
AMBERES 1508 Johann Doesborgh (Van der niewer werelt...) in 4to. (16 pág.)
28
Ofrecemos a continuación una lista de las prin- Waldseemüller, Sandracourt y el apoyo de Renato
cipales obras científicas aparecidas en Europa en de Lorena. Siguen luego G. L u d : Speculi Orbis
el primer tercio del siglo X V I , relativas a pro- Succinctis Estrasburgo, 1507, y Globus Mundi. Es-
blemas de cosmografía. Citamos por ahora las trasburgo, 1509. Padre F. Albertiifi: Opusculum
que consultamos en el Museo Británico. De ellas de Mirabilibus. Roma, 1510. A. Vadiano (J. W a t t ) :
reproduciremos en otro ensayo las nociones refe- Hobes lector hic libello. Viena, 1515. Carta a Ro-
rentes a Vespucio y al N u e v o Mundo. Este traba- dolfo Agrícola, 1514, Johann Schöner: Luculentti-
jo de investigación permitirá descubrir la reperr sima quaedam terrae totus descriptio. Nuremberg,
cusión de Mundus Novus y de Quattuor Naviga- 1515. Solinus J.: Polyhistoria. Viena, 1520. Pedro
tiones, en los cosmógrafos de la época, así fuera Apiano: Cosmographiae Introductio. Amberes,
en libros donde aspiraban a reflejar una visión 1520. Cosmographicus Uber, 1524. Ioannis Camer-
renacentista del globo, como en tratados destina- tis: Narratione et vita di Solinus, 1520 (Influye
dos a la cátedra. Todos ellos son conocidos por el famoso mapa de Apiano). Glareano Loritis:
las descripciones hechas por eruditos como H u m - Novo Compendio. 1527. Simón Grineus: Novus
boldt, Harrisse, d'Avezac, Sabin, Church y Gallois. Orbis Regionum. 1532, Munster: De Insularum
Sin embargo, esa labor de colmenero de ir reco- costnographica. 1537. El Dyalogus de Stamler, de
giendo en obras anteriores a Copérnico y Galileo 1506,' tiene interés; y será utilizado, así como el
las nociones que interesan a América y a la Cos- Phisices Compendium de Pedro Margallo, publi-
mografía, quedaba aún por hacer. Son la Cosmo- cado en Salamanca, en 1520, primera obra, impresa
graphiae Introductio, y Quattuor Navigationes de en España, que trate de América y Vespucio.
1507, cuyas novedades se difunden en latín, gra- 27
Am. 1. b. 11. Tomo I, págs. 90, 131, 180, 194,
cias a la cooperación de Ringmann, los Lud,
y 230.
sus rutas marítimas, la posición de las tie- de poner en manos de Sessa la versión la-
rras nuevas y los mapas que las representa- tina de Lambert hecha por el P. Giocon-
ban; pero el ingenio de Venecia, amenaza- do. La había utilizado ese impresor én'ese
da en sus intereses y la tenacidad de los co- mismo año.
merciantes de Florencia, Amberes y Augs- Trevisano servía a Venecia y convenía
burgo pudieron siempre más. D o n Manuel, lógicamente a la República, que los co-
a pesar de su ley condenando a muerte a merciantes y financistas de la Península co-
quienes sacasen cartas náuticas o relatos de nociesen lo que desde lejanos mares y
viajes de sus oficinas, no pudo evitar que nuevas tierras pudiese repercutir sobre el
Trevisano hiciese llegar al Dogo descrip- porvenir amenazado de quien tuvo hasta
ciones escritas y gráficas de los Colón, y entonces el monopolio del comercio de las
cartas de Pinzón, Niño y Vespucio. T a m - especias. Su interés era en realidad el de su
poco se arredró el embajador Cantino, patria. En los años que nos ocupan, los
que envió a su soberano Ercole d'Este primeros de 1500, fué Domingo Pisani el
en Ferrara, uno de los primeros planisfe- embajador de Venecia en España y Por-
rios con la indicación de las nuevas tie- tugal. De él es la famosa noticia del re-
rras. Canerio, como es bien sabido, fué a greso del viaje Coelho-Vespucio. Avisaba
manos de Renato de Lorena y si hoy de Zaragoza al Duce, haber recibido una
existen en Pesaro y en Fano dos de los carta de Giovanni Francesco Affaitadi de
mapamundis que derivan de los viajes de 10 de septiembre 1502, de Lisboa, avisán-
Vespucio como el de la Oliveríana y el dole que había llegado la flota enviada el
Maiollo de 1504, será porque alguien los año anterior a la tierra de los papagayos
supo sonsacar. Muestran todos las nuevas y que habían descubierto 2500 mía di
tierras. costa nova ne mai aver trovato fin de
Los hombres cultos del Estado de Ve- ditta costa. Son las 6 0 0 leguas de Mun-
necia parecían estar pendientes de los des- dus Novusi, y las mismas 6 0 0 inscritas
cubrimientos en ambas Indias. Viven en en uno de los esquicios de Zorzi en el
él, en 1507, Vercellese, Sessa, Monseñor manuscrito de Ferrara, y el Álbérico de
Vicentino, Montalboddo, Fray Giovanni Florencia. T a l es el recorrido de la costa
Giocondo, Trevisano y Alejandro Zor- atlántica reiteradamente puntualizado por
zi. N o es, pues extraño que ellos ha- Vespucio. Era función especial de Trevi-
yan tenido su parte en la elaboración del sano en la misión, cuidar la parte geográ-
Libretto, o en la segunda edición latina fica y obtener como mejor pudiera, los
de Mundus Novus, o en la composición antecedentes informativos accesibles. Le
de los Paesi o en otras versiones italianas costaba a veces reunirlos, y no sin peligro
de la carta de Vespucio. Tampoco sor- de arresto o de vida, como lo escribió él
prende que una copia manuscrita de ésta mismo una vez a sus jefes. L o demuestran
se encuentre en la Biblioteca Nacional de cartas suyas harto elocuentes. Nadie pue-
Florencia y otra en la Comunal de Ferra- de dudar después de leerlas, que era un ex-
ra, a pocos kilómetros de distancia de celente miembro del "intelligence service"
Modena o de Mantua, donde Ercolano veneciano y que por la fuerza de las cir-
d'Este, Duque de ese estado, hubo de re- cunstancias era a la vez uno de los hom-
cibir el planisferio de Cantino. En el Li- bres mejor informados de Europa acerca
bretto de 1504 figuraban navegaciones de de los viajes de ultramar. . . que no per-
Colón, los Pinzón y Niño, pero n o la tenecían a su país. Fué probablemente por
tercera de Vespucio, probablemente por- el bien de ella y de él, que después de al-
que Trevisano prefirió separar ese viaje gunos éxitos demasiado ruidosos, hubo de
del- florentino hecho en carabelas del Rey abandonar la Península y regresar a la su-
de Portugal, de los de España, y publi- ya. Se calcula que este traslado ocurrió por
carlas aisladamente. Gracias- a averigua- 1504 o poco después. En ese tiempo entre-
ciones hechas existen evidencias de que garía o haría llegar a Vercellese el material
Trevisano originó la edición de Vercelle- para el Libretto y a Sessa el texto latino
se de 1504 y aún cuando no tengamos de Mundus Novus.
pruebas seguras, no nos parece descamina-
do atribuir también al veneciano, la idea N o se detuvo en tan poco, sin embar-
go; su ardor daba para más. Hubo de ser
suya la idea de editar los viajes a ambas Las obras de Zorzi son dos. Una, titu-
Indias, en una, sola obra. Nadie como él lada Albérico, de cuatro tomos manuscri-
poseía una visión cabal del conjunto, ga- tos en los cuales se encuentran añadidos
nada después de años de contacto con algunos opúsculos impresos. Su Mundus
nautas, en Lisboa, Cádiz y Sevilla. Ni Novus fué descubierto en uno de esos có-
Montalboddo, ni Zorzi, habían escrito digos. El ejemplar de la Biblioteca Comu-
una línea sobre este complejo tema. T r e - nal fué hallado y señalado por Baldelli
visano hubo de comunicarles su propósi- Boni en 1827 en II Milione de Marco Po-
to y darles además los medios científicos lo, Harrisse lo mencionó en B. A. V. en
de realizarlo. Cartas de viajes portugueses, 1866, y G. Ferraro lo copió e imprimió
cartas de viajes castellanos, sólo él las co^ titulándolo: Relazione del scoperte fatte
nocía, sólo él tenía copias de ellas; pero el da C. Colombo, de A. Vespucci e da altri
problema de los idiomas dificultaba una dal 1492 al 1506. Este pequeño manus-
buena traducción italiana. Y ya existían
crito 28 contiene en su libro octavo titula-
12 ediciones de Mundus Novus en latín
do Delli Antipodi, la carta de Vespucio al
y 12 en alemán. ¿Quedaría Italia rezaga-
Médicis 29 . El mismo material vuelve a en-
da, siendo suyos Cadamosto, Colón y
contrarse en la otra obra de Florencia, pe-
Vespucio? Felizmente se encontraba en
Venecia ese año, el Padre Giovanni Gio- ro únicamente en el primer tomo. Por
condo qui^n, según el propio Vespucio, ejemplo, el libro V I I I : De los Antípodas
había traducido su carta original del ita- es igual al anterior o sea, reitera el Mundus
liano al latín. M u y natural era que los in- Novus de Vespucio, y reproduce los mis-
teresados en una versión romana, acudie- mos esquicios marginales. Siguen luego
sen a este ilustre vecino. otros muchos relatos de viajes, extraños a
nuestro tema. Comparando los manuscritos
En la Venecia de 1507, quedaron así de Ferrara y Florencia, no creemos, como
asociados cuatro espíritus cultos, para di- Desimoni, que uno sea de Zorzi y el otro
vulgar los hechos magnos que habían re- de Trevisano. La caligrafía es de Zorzi
volucionado la geografía y creado una nue- en ambas obras, si bien se percibe en años
va imagen del globo. Gracias a Trevisano, avanzados de Albérico el deterioro pro-
a Giocondo, a Francanzano de Montalbod- ducido por la edad. Crino se interesó par-
do y a Zorzi, quedarían reunidos por orden ticularmente por los dibujos, tres de los
cronológico en una colección, no sólo los cuales han sido atribuidos por Wieser a
viajes impresos ya en el Libretto de Ver- Bartolomé Colón, con toda justeza, cree-
cellese y en el Mundus Novus de Sessa,
mos 30 . Los reprodujo en Schizzi Carto-
sino muchos más. P o r primera vez apa-
tografici inedito dei primi ani dèlia sco-
recería así visible la ilación lógica de na-
perta del America. Vignaud se ocupó de
vegaciones que muchos ignoraban y que
paso, de Zorzi, y no parece haber tenido
otros conocían dispersas a pesar de haber
respondido su realización a una exigencia noticia de los cuatro tomos de Florencia.
imperante de continuidad. El estudio más extenso que se haya he-
Antes de hablar del Paesi, que fué obra cho de ambos manuscritos, es el de Alma-
de rápida resonancia y difusión mundial gia: Intorno a quattro codici fiorentini e
debemos consagrar alguna atención a los ad uno ferrarese del erudito veneziano
relatos de viaje reunidos por el conocido Alessandro Zorzi 31 . Piensa que Zorzi es-
erudito veneciano Alejandro Zorzi y par-
ticularmente a su excelente versión de 28
Biblioteca Comunale: ci. II. 10.
28
Mundus Novus. Estriba la razón en que Gracias a la presencia en Florencia, en la Mos-
ésta y Paesi nacieron de la misma fuente, tra Vespucciana, del Mundus Novus de Zorzi ( F e -
rrara) y de la versión contenida en Alberico, de
si bien fué causa su contemporaneidad pa-
propiedad de la Biblioteca Nacional, hemos podido
ra que se creyera a la que permaneció ma- confrontar los dos manuscritos. Esto nos permite
nuscrita, una mera copia de la más famo- certificar que sólo existen entre ellos insignifican-
sa. Analizar los orígenes e intentar una tes diferencias de forma.
30
definición de semejanzas y diferencias nos Los publicamos en 1948 en Am. 1. b. 11., como
parece medida previa al examen aislado de Bartolomé Colón, sin reparar en que procedían
de Zorzi.
de Paesi. 31
Revista Bibliofilia X V . Florencia, 1936,
tuvo eji relación personal con Trevisano y los dos textos, que Giocondo tradujo la
que de él recibió los manuscritos que uti- carta del español a la lengua romana, re-
lizó Vercellese después en el Libretto. Es- chaza ese aserto basándose en que Vespu-
tima a Paesi publicación independiente. cio no escribía en castellano y las edicio-
Atribuye, como otros michos eruditos nes latinas atribuyen al arquitecto veronés
ese libro a Fracanzano de Montalboddo y la traducción originaría del italiano al la-
juzga que procede, como el de Zorzi, de tíi^. Termina juzgando que Zorzi tenía
Mundus Nouus de una versión ítalo-vé- precedencia y que M o n t a l b o d d o reprodu-
neta. jo después en Paesi el texto de aquél, tra-
Para comprobar si la versión del tercer ducido de la edición latina. Almagia sugie-
viaje del Paesi, concordaba con la latina de re que ambos trabajos proceden de una
Lambert y la de Zorzi, hicimos reprodu- fuente común, pero la atribuye a un
cir fotográficamente la primera edición de testo ítalo-véneto, fonte comune al testo
las dos primeras y el manuscrito pertinente de Ferrara e aquello dei Paesi. E stato for-
de Florencia, del veneciano. Además, pa- se il Trevisano. N o acertamos a com-
ra mejor confrontar, fueron nuevamen- prender por qué razón se apartan los dos
te colacionadas esas tres versiones en Flo- maestros de tres declaraciones enunciadas
rencia y en .Londres juntamente con una por Zorzi y Montalboddo sobre el p u n t o
nueva de la carta manuscrita de Ves- en discusión. Escribe el primero en el úl-
pucio, llamada de Lisboa 1502 o Barto- timo párrafo de su versión: De spagnola
lozzi. Nos servirá ese acercamiento de in lengua romana el Iocondo interprete
fuentes para demostrar una vez por todas questa epistola baveva traducía. Está en
la superioridad de Mundus Novus b a j o un todo de acuerdo con Montalboddo,
cualquiera de sus formas, tanto en jerar- donde en un párrafo similar se lee: De
quía de conceptos como en volumen de in- spagnola in lengua romana el Iocondo in-
formaciones. En la carta de Lisboa, faltan terprete questa epistola ha traducía . . •
las nociones novísimas de continentalídad, Además, así se abre el Paesi: El Novo
habitabilidad de los antípodas y otras de Mondo de Lengue spagnole interpretato
índole cosmográfica que dieron a Mundus in idioma ro. Libro Quinto. Es muy pro-
Novus su difusión y su fama. Ambas car- bable que Vignaud y Almagia no recor-
tas son del florentino, pero la comparación daron, en el momento en que descartaban
honesta y no fragmentaría de ellas lo de- estas declaraciones, que Giocondo estaba
muestra claramente: Vespucio, por alguna en Venecia con Trevisano, Montalboddo
razón, se contrajo al escribir la carta de y > Zorzi, y que Trevisano pudo haber
Lisboa 1502 y se extendió sin reserva en traído de España una versión castellana
la otra. Consiste pues la diferencia entre hecha sobre la base del original italiano
ambas, en que confió al Médicis, .en Mun- de Vespucio.
dus Novus y no en la Bartolozzi, la pri-
N o hay duda de que a raíz de los des-
micia de pensamientos que le daba el dere-
cubrimientos de ultramar africanos, ame-
cho de llamarse descubridor de verdades
ricanos y asiáticos, tanto D o n Manuel co-
cósmicas.
mo Don Fernando y sus Casas de Sevilla
Otro p u n t o por considerar es: ¿cuál y Lisboa sabían muy bien vigilar a los es-
fué el idioma de la versión utilizada por pías, prohibir la evasión de documentos
Zorzi en su Albérico y en el manuscrito marítimos e incautarse de los cuadernos de
de Ferrara? y ¿cuál el modelo que pueda bitácora y de los esquicios traídos a bordo.
haber servido a Fracanzano de Montal- Con la ley severísima se difundiría lo que
boddo, para los Paesi? La semejanza del ellos autorizasen, por lo menos dentro del
contenido y la contemporaneidad de am- propio país. Pero hemos visto por la acti-
bas obras ha creado entre los eruditos una tud de Don Manuel, en Roma y Alemania,
perplejidad natural que carece todavía de que el sigilo en el exterior, tenía sus lími-
solución, por falta de evidencia decisiva. tes. En 1493, aparece después de la recon-
Vignaud percibió el problema, pero no le quista de Granada y el regreso exitoso de
dedicó tiempo 32 . Aún cuando concreten Colón, el "In laudem Serenissimi Ferdi-
mandi Hispanias Regis Bethicae & Regni
82
Granatae Obsidio victoria & triumphus
Op. cit. Pág. 18.
et de insults in mati Indico". Y hubo de seguido el litoral de esa tierra casi 7 0 0 le-
ser con el consentimiento de D o n Fernan- guas encontró en esos pueblos una sola
do que parece haber posado para la cu- lengua, bautizó muchos, y avanzando ha-
bierta, con todos sus escudos. En muy cia el sur llegó a 53 grados de altura del
análoga postura presentan las ediciones polo antàrtico y habiendo hallado gran-
alemanas de Mundus Nouus a Don Ma- des fríos en el mar volvió a la patria".
nuel. Lo plausible es pensar que los Cierra el acta manifestando que esos da-
opúsculos más antiguos y valiosos de Es- tos le fueron dados por los capitanes y
paña y Portugal desaparecieron con el pilotos de los barcos de dicha expedición.
tiempo. Unos recuerdos de Henry Ste- Esos pormenores corroboran, en lo esen-
vens respaldan ese juicio. En sus Histori- cial, el itinerario del viaje Coelho-Vespu-
cal and Geographical Notes 33 informa cio, y evidencian que Fernández tenía in-
que un notario alemán radicado en Lis- formes de buena fuente. Encontramos
boa, con el nombre de Valentín Fernán- también en el Catálogo Bibliográfico de
dez, imprimió y editó en esa ciudad, en la Agencia General de Colonias publica-
1502, una colección de relatos de viajes do en Lisboa, en 1943, una mención de
de Marco Polo, Nicolo Conti, Santo Valentim Fernández como admirador de
Stephano, etc. Pretendía incitar a la gen- los descubrimientos marítimos de los por-
te a un mayor interés por las navegacio- tugueses, y como coleccionista de varias
nes a las Indias. El libro alude también a relaciones que forman 5 parte " d o seu ad-
Colón, a los Cabotos y al ansiado regre-
míravel Ms. que perteneceu ' a Conrado
so de Cortereal de su segundo viaje. Ste-
Peutinger de Augsburgo, e acha-se hoje
vens lo describe como un magnífico in-
na Biblioteca do estado, de Munique.
folio, no indica su título y calcula que
Esta sendo publicado pela Academia Por-
fué la primera miscelánea del Renacimien-
to. Agrega que se tradujo al castellano, tuguesa de Historia".
publicándose en Sevilla en 1503. Si no Nos hemos extendido en estos puntos
medía algún error de interpretación, esta de interés general, por que no podemos
miscelánea habría sido efectivamente la admitir que el público hispánico perma-
primera. Hemos buscado en la bibliogra- neciese indiferente a la gesta heroica que
fía antigua, tanto portuguesa como espa- iban desarrollando bajo sus ojos, sus pro-
ñola, y en tratados modernos, sin encon- pios hermanos, en mares y tierras lejanas.
trar mención de tales códices. Sin embar- T a n t o en Burgos como en Valladolid y
go Valentim Fernández es bien conocido. Sevilla, y en Oporto, como en Lisboa y
Fontaura da Costa menciona en A ma~ Coimbra, hubieron de exigirse noticias, y
rinharia dos descobrimentos 34 su Reper- los Reyes y sus Ministros hubieron de
torio dos tempos y también un Roteiro darlas en medida pertinente. N o resulta
famoso, pero no recuerda la colección de así extraño que a pesar de n o conocerse
viajes. Repite no obstante un testimonio actualmente impresos castellanos, o ma-
del P. Kunstmann de 1860 en que este nuscritos de Mundus Nouus en esa len-
geógrafo trae a colación un acta notarial gua, haya poseído Trevisano, después de
de Fernández de 1503, certificando el años en España, una copia fidedigna. Las
envío de un yacaré a Brujas por algún tres afirmaciones de Montalboddo y de
miembro de la tripulación de Coelho- Zorzi de que el texto de la carta de Vcs-
Vespucio al volver del gran viaje austral. pucio derivaba de una traducción del es-
Ese documento, según Kunstmann se en- pañol hecha por Giocondo son atendibles
cuentra en Stuttgart en la Biblioteca Na- y los fundamentos alegados en su contra
cional. Comienza con la descripción del por Vignaud, para descartarlos, nos pare-
viaje de Cabral ( 1 5 0 0 ) y sigue así: cen inconsistentes.
"Después de dos años, otra escuadra ar- La versión italiana entregada a Zorzi
mada por el mismo Cristianísimo Rey y a Montalboddo h u b o de ser una, pero
(Portugal) destinada a ese fin habiendo ellos la alteraron luego en detalles por ser
distintas sus finalidades. El primero am-
pliaba así la colección de viajes iniciada
" Newhaven 1870. Pág. 31. con los primeros del Libretto; el segundo
31
Lisboa, 1939. afrontaba una obra de vasta divulgación
destinada a la clase culta de Italia. Zorzi cia del Africa o sea Cabo Verde, hasta el
modificó algunas ffases y palabras al pa- nuevo continente, era de 700 leguas. Ins-
sarlas en limpio en su libro. Montalboddo cribe igualmente las 3 0 0 leguas que Ves-
procedió en forma periodística, introdu- pucio creía haber andado por la costa
ciendo en su versión de Mundus Novus norte, y en el litoral dirigido hacia me-
una serie de subtítulos destinados a es- diodía registra 600 leguas. N o le parece,
clarecer al lector, pero ajenos al texto co- sin embargo, a Zorzi, que esas ilustracio-
mo puede comprobarse en las ediciones nes sean suficientes. Quiere también indi-
latinas y alemanas de la carta. La versión car hasta qué latitud llegó la expedición
española traída por Trevisano hubo de y cómo se encuentra situada esa larga tie-
ser fidedigna; concuerdan salvo pequeñas rra austral, a la que no se le encontró fin.
divergencias con la traducción latina he- Con ese propósito, construye su esquicio
cha por el mismo Giocondo, en 1503, en de la página 8. Allí se ve un trozo de la
París. El fondo es idéntico y las diferen- península hispánica con los nombres de
cias nimias. Deseábamos dejar fijado es- Lisbona y Cádiz. Y cuando en el texto
te punto, hasta ahora desatendido, antes alude Vespucio a los cuerpos celestes que
de tratar de las ediciones de los Paesi. tanto admira, inscribe Zorzi en margen:
N o nos separaremos de Zorzi sin refe- 8 Stelle y Tre canopi. Más abajo, donde
rirnos a tres dibujos suyos añadidos al el florentino explica que después de cru-
texto de Mundus Novus, por ser notables zar il tropico dil Capricornio, trovassimo
corroboraciones gráficas de ideas expresa- il polo antartico elevato da lo horizonte:
das o de hechos cumplidos por Vespucio. 50 gradi estando entonces a unos
Vea el lector los esquicios de las páginas grados del círculo antárctico, interpreta
6 y 8 del manuscrito de Zorzi. Ya lo ob- Zorzi esos términos en su gráfico, y así
servó Almagia: recuerdan mapas del tipo vemos, en un punto, los 8 gr. en que él
de Cantino y Canerio. Y como no había calculaba el comienzo del continente por
de ser así, cuando el planisferio enviado rumbo SSO. En la línea de costa que re-
por el embajador Cantino a Ercole d'Este presenta también el recorrido de las cara-
estaba precisamente en Ferrara, a dos pa- belas, inscribe Mundus Novus y al final:
sos de Venecia. Zorzi hubo de trazar sus distantia de la equinoccial 50 gr. En se-
dibujos teniéndolo bajo los ojos, en el guida se lee debajo: polo antarcticus. Es-
Palacio del Duque, o en Mantua. Por eso tos dos sencillos dibujos de 1507 son de
deja que desear la línea de costa, rectilí- extraordinario interés, porque represen-
nea como la de Cantino en vez de incli- tan la única evocación contemporánea del
nada hacía S.S.O., como Hamy, Pesaro, itinerario de Vespucio, en forma gráfica.
Maíollo y Kunstmann II. Pero fuera de Los mapas que derivan de este famoso pe-
ese desliz, la interpretación gráfica del riplo de 1501-1502 han indicado las cos-
viaje de 1 5 0 1 - 1 5 0 2 confirma el texto de tas descubiertas y los nombres de acciden-
Vespucio de que navegaron hasta la ve- tes bautizados por los navegantes, pero
cindad de 50° australes. Como ocurre con ninguno asoció a las líneas: texto, como
ciertos mapas conviene invertirlos para ningún texto, salvo éste, agregó a lo es-
entenderlos. En pág. 6 se ve a la derecha crito, lo gráfico. Esta realización de Zor-
un trozo de costa marcado Africa. De un
zi fija la posición de las tierras nuevas y
punto situado al sur, llamado Punta Ca-
revela en qué viaje y con qué nauta se
bo Verde sale una línea oblicua sobre la
descubrió. Es un testimonio más, grave
cual se lee Leg. 700. Ella topa con otra,
y concordante, de que las carabelas de
que representa la costa norte del Brasil.
Sigue unas leguas: 300, y forma ángulo Vespucio navegaron (como lo dice en
con la costa atlántica en la cual indica el Mundus Novus, y en la carta de Lisboa
dibujante: leg. 600. Debajo de dicho án- 1502) a poca distancia de la costa, y por
gulo se lee mondo novo. Para el caso de Lebeche (SSO) hasta la vecindad de 50°
que el lector no entendiese la coincidencia australes. Tiene particular valor además,
de este mapa en miniatura, con el itine- ese testimonio, cuando se piensa que de-
rario, lo coloca el autor frente al texto trás de Zorzi estaba Trevisano, experto
donde explica el florentino que la distan- en viajes de España y Portugal. Si Ves-
pucio se hubiese apartado de la costa en
32°, como lo expresa la Lettera, por ra- mondo et per questa rasone nui i quali
zón de Estado, lo habría sabido el vene- habitamo Leusippo circa alla linea equi-
ciano por los propios tripulantes que fre- noctiale gradi 39 e mezzo in la latitudine
cuentaba. En consecuencia la edición lati- septentrionale semo a quelli i quali gran-
na de Sessa, de 1504, el Paesi de 1507, y di 50 habitano o/fra quella modesima li-
los manuscritos de Zorzi y sus dibujos, nea in la meridiale longheza angutarmen-
no habrían coincidido en un* rumbo úni- te gradi V in la linea, trasversale et a ciò
co, costero, hasta 50° S. La fuente de in- che piii chiaramente intendi: la perpendi-
formación de Trevisano, no era Vespucio cular linea la quale de mentre chi nui
solamente, sino otras muchas, corrobora- Stemo recti dallo eminente ponto del cielo
das en años de residencia en España y al vertice, nostro depende in el capo nostro,
Portugal. A Trevisano como a Zorzi les aquelli depende in lato et in elle coste per
preocupaba exclusivamente reflejar la ver- la qual cosa se fa che nui siamo in la li-
dad. Ningún interés podría llevarlos a al- nea recta ma essi in la 'linea trasversale et
terar u omitir. El Río Cananor, último la forma se faze de uno triangolo ortho-
accidente bautizado por los navegantes en gono de la quale linea nui tenemo la per-
Patagonia, entre 46 y 47 grados, tampo- pendicular congiunta con Vangalo recto et
co habría sido registrado por Canerio, quelli l'altra linea che c base congiunta a
Kunstmann II y Maiollo ante de Wald- ditto ángulo et la hipotemisia alla nostra
seemüller en 1507. N o corresponde vol- et alla loro se distende tocando le cime
ver aquí al zarandeado problemji de la la- delle ditte due linee come per la figura
titud máxima, alcanzada en tierra o en qui soto scripta apare et queste cose della
mar, pero tanto por lo que dijeron con- cosmographia diete per hora sono diete a
36
temporáneos de Vespucio como Crético, sufitientia" .
Pasqualigo, Affaitadi, Pisani, Rondinelli,
Valentim Ferdinand y Empoli en cartas La traducción es ésta: es pues cosa
u otros testimonios desde Lisboa y Bur- manifiesta, haber navegado nosotros la
gos, y lo que repitieron después Ruysch, cuarta parte dñ Mundo. Y por esta ra-
Magallanes y López de Gomara 3 5 no zón nosotros, los que habitamos en Lis-
queda sombra de duda de que le faltó po- boa cerca de la línea equinoccial 39 gra-
co a la expedición portuguesa orientada dos y medio de latitud septentrional, es-
por Vespucio, para descubrir el estrecho. tamos encima de aquellos que habitan a
los 50 grados de latitud meridional, más
Zorzi no se limita a aclarar la posición allá de la misma línea, angixlarmente en el
de las tierras, el itinerario del viaje y el quinto grado en la línea transversal; y
término extremo alcanzado; aborda tam- para que esto más claramente entiendas,
bién uno de los puntos de cosmografía la línea perpendicular que mientras nos-
tocados por Vespucio, y con un tercer di- otros estamos derechos nuestro vértice es-
bujo,- esclarece en forma inconfundible tá suspendido sobre nuestra cabeza desde
su sentido. Esto es lo que explica Vespu- el más alto punto del cielo, a aquéllos
cio a propósito de la posición de las gen- cae de lado y aún en los costados de lo
tes del nuevo continente, en relación a las cual resulta que nosotros estamos en la
de Lisboa: en la parte titulada en el Pae- línea recta y ellos en la transversal, for-
si: Forma de la cuarta parte de la tierra mando un triángulo ortogonal, del cual
descubierta: "manifesta cosa é adonque nosotros estamos en la perpendicular (que
nui haver nqvicato la quarta parte del forma el ángulo recto; y ellos en la otra
línea que forma la base de dicho ángulo,
a5 y la hipotenusa hacia ellos y hacía nos-
' Ruysch, en el Tolomeo de Beneventano, de
1508, repite Cananor, y además anuncia en una otros tiende los vértices) como por la fi-
leyenda que los portugueses habían llegado a 50° gura resúltará evidente. Y dichas estas
de latitud austral. Magallanes, en lucha con tri- cosas de la cosmografía, son más que su-
pulantes deseosos de interrumpir el viaje y volver ficientes.
a España, les recordó que hasta entonces nada ha-
bían hecho, que Vespucio alcanzó esos parajes, y Vespucio, para sintetizar sus explicacio-
que él no regresaría, sin haber pasado más ade-
lante y cumplido el fin propuesto. Como ya lo
nes y razonamientos, ofrece en su Mun-
dijimos en la nota 3, López de Gomara, en su
Historia, relata detalladamente el episodio. Cap. 92. 38
Véase más adelante el texto de Paesi.
dus Novus el dibujo de un triángulo así magna, la diferencia entre ambos iti-
isósceles rectángulo, cuya hipotenusa baja nerarios, presenta no obstante un trián-
del Norte de Lisboa al cénit de la gente gulo rectángulo invertido, pero de pro-
del Nuevo Mundo. (Véase ilustración 1 3 ) . porciones y forma análogas al de Vespu-
N o cabe otra interpretación de dicho cio, lo que no puede ser. Las etapas adop-
gráfico, sino la que concreta el florenti- tadas en el trabajo que comentamos son
no ál ofrecerlo. Las palabras que añade Lisboa 40°N., al Brasil 32°S.; luego
son bien claras: Vértex capitis nostri, in- 32°S. a 50°S. en 9 o de longitud O; por
dican el lugar en el cual se sitúa Vespucio fin 50°S. a 40°N„ en 9 o de longitud O.
al escribir su carta: Lisboa en 39°30', Nos La coordenada de 50°S y 9 0 O., estaría
es la vertical que va de Lisboa al centro situada a 1000 leguas de longitud, de la
de la tierra, illi indica, en 50°S :j la verti- tierra, citada en Mundus Novus y señala-
cal o el radio terrestre dirigido desde el da como punto de encuentro en el trián-
centro de la tierra al lugar en que vive gulo de Vespucio. Claro está por allí, en
aquella gente nueva, y Vertex capitis illo- ese abismo austral, alejado eternamente
rum es el p u n t o que recae sobre la cabeza de todo tránsito marítimo, quedarían
o el costado de esa gente. La hipotenusa también sepultados los títulos del floren-
une el cénit de Lisboa con el cénit de esa tino al descubrimiento del Río de la Pla-
gente en 50°S. ta y la Patagonia, pero el triángulo ofre-
N o se trata de un problema abstracto, cido coh tal finalidad, o sea para indicar
el triángulo de Vespucio( fig. 13) es re- la posición de la flota en el mar y no la
flejo fiel y corroboración del texto suyo. gente en la tierra nueva, no puede con
Por lo tanto es inadmisible separar uno tales etapas, ser rectángulo, ni identificar-
de otro, alterar en otro triángulo los ele- se con el de Vespucio, ni hacer la demos-
mentos de ambos y pretender que éste si- tración deseada. La discrepancia entre am-
gue siendo expresión del florentino. Sin I bos, y la prueba cartográfica son impe-<
embargo, esa paradoja o incongruencia, dimentos insalvables. El ensayo no pros-
como quiera llamársele, parece haber ten- pera, y la paradoja temeraria se desplo-
tado a un defensor de Solís 37 que impu- ma por su propia inconsistencia.
ta a Vespucio conclusiones extravagantes,
incompatibles con las de su espontáneo Interesará seguramente al lector cono-
esclarecimiento. Utiliza para interpretar cer testimonios que han revelado desde el
el triángulo cartas ajenas a Mundus No- siglo X V I , hasta hoy, comprensión ple-
vus, recolecta en ellas referencia^ extem- na del dibujo-síntesis de Mundus Novus.
poráneas, , desconoce otras fuentes, como J o h a n n Doesborgh quiso dar realismo
es la cartografía, a pesar de su fuerza pro- a la relación establecida por Vespucio,
batoria, o acaso por temerla; y omite entre la posición de la gentfe de Lisboa y
igualmente otros testimonios históricos la del nuevo mundo, y la expresó con per-
todos los cuales respaldan el viaje descrip- sonajes europeos e indios (fig. 1 4 ) .
to en Mundus Novus. Se aparta por fin Zorzi, en su Albérico, como en el ma-
de lo que es capital en dicha carta, o sea nuscrito de Ferrara, repite a Vespucio, pe-
la derrota del viaje hasta 50°S., a lo lar- ro agregando operaciones demostrativas de
go de la costa (68° de longitud) plegán- que el gráfico representa la posición en
dose a quienes antes de la demostración 39°30' N., de la gente de Lisboa y la po-
de los mapas y su toponimia, erraron, sición en 50° S., de la^gente de las tierras
creyendo que Vespucio había doblado en descubiertas. (Véase ilustración 1 6 ) . ' D i -
32° desde el Brajsil, por S.S.E., hasta buja el eje de la tierra, y luego del centro
50°S. El, omitiendo toda, mención de del diámetro traza sobre la línea equi-
gente y tierra, vocablos esenciales que tan- noccial un ángulo de 39J^ grados. Ei ra-
to el texto de la cita cosmográfica como dio se dirige por N.O., hasta la superficie
el triángulo, utilizan, los suplanta en su de la tierra, indicando la latitud de Lis-
interpretación por mar y flota. Siendo boa. Describe luego al S. de la equinoc-
cial, otro radio de un ángulo de 50° y lo
37
dirige hacia S.S.O., hasta la superficie
Pedro S. Casal: Américo Vespucio y las de la tierra. Es la altura de "los que ha-
costas argentinas y uruguayas. Buenos Aires, 1953.
bitan a 50° de la latitud S.". E n su totali-
dad, el ángulo formado, suma 90 grados V.—MUNDUS NOVUS EN PAESI
o sea la cuarta parte del círculo máximo NOVAMENTE RETROVATI
de la tierra. Hacia el infinito, tira de uno
a otro cénit la hipotenusa del triángulo La primera colección de viajes conoci-
ortogonal del cual nosotros estamo£ en da fué como dijimos ya el Libretto de
la perpendicular que forma el ángulo rec- Vercellese. Y merece señalarse un progre-
to y ellos en la otra línea que forma la so, concordante con el que se observa en
base de dicho ángulo. El dibujo repro- los conocimientos geográficos, después de
duce exactamente el texto vespuciano. Mundus Novus. La obra mencionada es de
Además, Zorzi, Olisippo (Lisboa) donde 1504 y lleva el título de Libretto de tutta
el cateto septentrional se junta con la tie- la navigatione De Re de Spagna de le Iso-
rra. Y donde termina el cateto meridional le Et terreni Notamente Trovati. En
inscribe: novo mondo. Este suplemento 1507 ya no trata Montalboddo de islas
aclaratorio, viene a p u n t o para ratificar y de tierras sino de paesi. El concepto de
que la gente del nuevo mundo situada en continentalidad enunciado por el fioren-
50° de una costa S.S.O.; no puede con- tino por primera vez, y exclusivamente en
vertirse, como quisiera el Sr. Casal, en una Mundus Novus, ha sido admitido y
flota situada a 50°, directamente al sur de triunfa. Los viajes contenidos en la nue-
Lisboa. va colección señalan los progresos de am-
El Profesor Almagia al referirse al grá- bas coronas, en ambas Indias. Después de
los periplos de Colón, Pinzón, Vasco de
fico, lo comenta así: "il testo a stampa
Gama, Ojeda, Vespucio, Cabrai, aparecen
dei Paesi ha la figura di un triangolo ret-
las primeras imágenes de los descubri-
tangolo intesa mostrare la posiziones dei
mientos en Juan de la Cosa y en Reinel,
paesi scoperti da Vespuci rispetto ai nostri
y el concepto de los Colón en los esqui-
(zenit illorum e zenit nostrum). Nel ma- cios de Bartolomé, conocidos gracias a
noscritto di Ferrara si ritrova pure, deli- Zorzi. Es el equivalente del Libretto. Pe-
neata a penna questo triangolo, ma, per ro después de nuevas exploraciones de Co-
maggior chiarezza, si aggiunge un'altra lón, Coelho, Vespucio, conocemos a Pe-
figura nella quale lo stesso triangolo e saro, Hamy, Cantino, Kunstmann II,
inserito in una circonferenzo, onde mos- Canerio, Maiollo, Rosello, Contarini-Ro-
trare la situazione del novo mondo ris- selli,. Waldseemüller, Egerton y Ruysch.
petto a Lisbona ai poli, et ali, Equatore". Y no pasamos de 1508. Es el equivalente
El eminente geògrafo revela simultanea- del Paesi, que divulga navegaciones capa-
mente su fe en la altura austral, alcanza- ces de dar al lector una visión de países y.
da en los antípodas, por Vespucio 38 . mares nuevos y complementar con ellas
Ramusio, unos 50 años después de las nociones truncas legadas desde siglos,
Zorzi, precisó en su propia colección de por Tolomeo.
viajes y a su modo la idea. La forma, no
El título dado a su miscelánea por Mon-
deja lugar a dudas. Es el sentido que le talboddo es: Paesi novamente retrovati et
dió Vespucio, el mismo que representaron Novo Mondo da Alberico Vespucio fioren-
Doesborgh, Zorzi, Almagia y el que le tino intitulato, o sea: "Países nuevamente
atribuímos. (Véase ilustración 1 5 ) . descubiertos y el Nuevo Mundo así titula-
Nos hemos alargado en el comentario do por Albérico Vespucio, florentino". La
del aporte de Zorzi a la historia del tercer curiosidad mundial no se sació, entre 1503
viaje para destacar cuánto se le debe por y 1508, con las 25 ediciones de la carta ya
haber corroborado con sus gráficos el iti- publicada, suelta, en latín, alemán y ho-
nerario de 1 5 0 1 - 1 5 0 2 y confirmado con landés. Esta nueva colección, destinada a
esos testimonios, la' veracidad del texto extender en Italia el conocimiento de las
de Mundus Novus, relativo a la latitud navegaciones de ultramar y de los nave-
austral, alcanzada por Vespucio, a lo lar- gantes más célebres, fué un éxito, como
go de la costa patagónica. puede deducirse de las 16 ediciones del
Paesi, entre 1507 y 1528. La inclusión de
38
Véase su monografía, pág. 27. Mundus Novus en esa miscelánea, a los
cuatro años de haber aparecido por prime- Acaso ese encabezamiento lusitano haya
ra vez, ratifica la 'confianza general en su sido consecuencia de una ayuda oficial
veracidad. Las diferencias perceptibles en- acordada a los editores. La traducción, que
tre la primera edición de París de 1503, en algún biobliógrafo cree ser de origen portu-
latín, y la del Paesi de 1507, en italiano, gués, fué bien recibida, lanzando el autor
son pocas. otra edición el mismo año en París 4 0 .
T u v o años de tiempo para apreciar la Los alemanes tuvieron a un Jobsten
resonancia de la fama de Vespucio, fuera Ruchamer que pasó la versión del Paesi al
de cuanto pudo saber por Trevisano y Gio- alemán, con el título de Newe unbekanthe
condo. Gozaba el florentino en esa época landte, etc., y George Stuckz la feditó en
de un prestigio superior al de sus predece- Nuremberga en 1508. Humboldt halló mu-
sores y contemporáneos. U n hecho lo evi- chos errores y descuidos, entre otros éste,
dencia: Cadamosto es en Paesi el primero que tiene gracia: la carta dirigida a Loren-
en el tiempo y ocupa los capítulos 1 a 4 7 zo Pietri Médici en Florencia es traducida
en 80 páginas. Cintra, Vasco de Gama y por Ruchamer: Lorenzo Pietri artzte zu
Cabral, pasan de 48 a 61 con 32 páginas. Florencia: Médico en Florencia. Esta ver-
El final de Cabral se extiende de 61 a 84 sión se editó por segunda vez, adaptándola
en 28 páginas. Colón, N i ñ o y Los Pinzo- Henníng Ghetel al dialecto de la Baja Sa-
nes ocupan de 84 a 113 en 46 páginas. jorna, con el título^ de Nye unbekande lan-
Vespucio va del capítulo 114 al 124, ocu- de 41.
pando tan sólo 14 páginas. El libro termi- En París, donde ya habían circulado 4
na con una miscelánea de cartas que llevan ediciones latinas de Mundus Novus, inte-
del capítulo 125 al 143 y ocupan 36 pá- resó en forma notable la colección Montal-
ginas. El total es de 236 páginas, de las boddo y sea por esa carta, sea por el inte-
que corresponden solo 14 a Vespucio. Sin rés general provocado por los viajes de ul-
embargo prescindiendo de los demás na- tramar, aparecieron 6 ediciones francesas
vegantes, menciona Montalboddo única- en pocos años. La traducción de Mathurin
mente al florentino eri la portada: Paesi de Redouer, es desgraciadamente mala.
novamente retrovati et novo mondo da
La primera edición parece haber sido de
Alberico Vespucio florentino intitulato. El
1510 y hecha por la Veuve Trepperel. Se
hecho revela la existencia de una fama bien
vendía en la rué Neusve notré dame a
asentada. La misma extraordinaria publi-
t'enseigne de l'escu de France. N o indica
cidad de esta obra en varios idiomas habría
editor, pero el bibliógrafo Silvestre des-
facilitado el descubrimiento de cualquier
cubrió que Trepperel, librero fallecido en
falsificación. Este Paesi italiano acentuó el
1508 era el dueño de esa casa y que su
interés del público por las navegaciones
viuda hubo de editar la obra en 1510 y
océanicas, pues se agotaron 6 ediciones en
1515 42 . Ambas son de igual formato y
pocos años. La primera fué editada por Vi-
de igual número de páginas. La tercera
centino en Vícenza en 1507. Jacobo Scin-
edición también de 1515 es de Jehan
zenzeler imprimió 3, en Milán en 1508,
Janot con quien la viuda se casó. Gallíot
1512 y 1519. Zorzi de Rusconi difundió
du Pré, lanzó otra edición en 1516. N o es
2 en Venecía en 1517 y 1521 39 .
in 4to. como las tres anteriores, sino in
N o había de faltar quien se preocupase 8vo. El título es: Le Nouveau Monde. . .
de pasar esta importante colección a la len- en vez de S'ensuyt le nouveau monde. . .
gua de los sabios. El año de 1508 t r a d u j o La quinta edición de 1521, de Philippe
el Padre Archangelo Madrignano al latín le Noir y la sexta de 1528 de Denis Ja-
y editó en Mil'án, el Itinerarium Portugal- not, volvieron al formato in 4to. y al tí-
lensium e Lusitania in India & Inde in Oc- tulo de las tres primeras.
cidentem & demun ad aquilonem. N o res-
ponde en realidad ese título al cabal conte-
nido del libro, ya que si contiene viajes 40
Cree Harrisse que fué traducido -de un ori-
portugueses, figuran también otros, hechos ginal portugués.
por Colón, Pinzón y Niño, para Castilla. 41
Véase Humboldt, Ruge, Harrisse, Saibin. Op.
cit.
42
Véase Brunet, Silvestre, Renouard, Harrisse,
" Véase Harrisse, Ruge. Sabin, Vígnaud. Op. cit. Ruge, Sabin, op. cit.
Damos, en forma de cuadro, la lista 16 versiones más, de Mundus Novas,
de las impresiones y traducciones de Pae- añadidas a las 25 anteriores =•= 41 en 25
si. Publicadas en diversos países, implican años.
Ediciones italianas
Texto de Montalboddo.
1.» ed. Vicenza 1507 Vicentino Paesi novamente retrovati 240 p. 4to.
>» ,,
2.' " Milán 1508 Sciíuenzeler 166
», ,,
3.' j, », », », »>
,, ,, »,
1512 " 150
» » »
4.® " Venecia 1517 Zorzi de Rusconi 248 " 8vo.
5.» " Milán 1519 Scinzenzeler 158 " 4to.
6.' " Venecia 1521 Zorzi de Rusconi i, » »» 248
J Ì >>
Traducción latina
Texto del P. Archangelo Madrignano
1.' ed. Milán 1508 P. Archangelo M. Itinerarium Portugallensium 176 p. Fol.
2.» " París 1508 " " " " 176 " "
Traducción alemana
Texto de Jobsten Ruchamer
1.'ed. Nureimberga 1508 George Stuchs Newe unbekanthe landte, etc. 136 p. Fol.
2.» " " 1508 Henning Ghetel Nye unbekande lande 136 " "
Traducción francesa
Texto de Mathurin de Redouer
1.* ed. París 1510 ( ? ) Veuve Trepperel (?) S'ensuyt le Nouveau Monde. 176 p. 4to.
2.' " " 1515 " " " " " " 176 " "
3> " " 1515 Jehan Janot " " " " 174 " ''
4.« " " 1516 Galliot du Pré Le Nouveau Monde 264 " 8vo.
5.* " " 1521 Philippe le Noir S'ensuyt le nouveau Monde 176 p. 4to.
6.' " " 1528 Denis Janot " " " " 176 " "
E l b e r i c h m í p ü c c í H m r c t i o
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FIG. 11. Esquicio del tercer viaje de Vespucio, en leguas, según Zorzi, en
Albcrico, en margen de su versión de Mundus Novus.
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FIG. 12. Esquicio del tercer viaje de Vespucio, en grados, según Zorzi, en
Alberico, en margen de su versión de Mundus Novas.
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FIG. 13. Primera edición de Mundus Novus. 1503. Triángulo que resume una
explicación cosmográfica de Vespucio al Medicis.
Fie,. 14. Primera edición holandesa de Muiuius Xovus, 1508. Gráfico en el
cual Doesborgh señala la posición de la gente de Lisboa en 40° N., con
relación a la gente de la costa del nuevo mundo descubierto por Vespucio
por 5i >> S. S. O.
FIG. 15. Pacsi novamentc rctrovati. Edición de R a m u d o . 1550. Interpretación
gráfica del triángulo, análoga a la del editor holandés.
FIG. 16. Gráfico de Alejandro Zorzi, en su Albcrico (1507). Expone en él,
los cálculos con los cuales Vespucio construyó el triángulo destinado a
demostrar el rumbo y alcance de su viaje hasta 50° S., en la costa del
nuevo mundo, y la posición geográfica de la gente de Lisboa en relación
con la de aquella tierra.
70 ' O d, Br 60°
7 . — D R . RODOLFO OROZ : Don Marcelino Menéndes 1.—JULIO MOLINA MÜLLER: Las ideas estéticas
y Pelayo y la poesía latina. en Artes Plásticas de Menéndes y Pelayo.