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ESTRATEGIAS PEDAGÓGICAS PARA ABORDAR EL TEMA DE LA

MUERTE CON LOS NIÑOS DEL JARDÍN INFANTIL MI MUÑEQUERO

La muerte es un concepto, que en los preescolares con los que hemos tenido contacto no

se hace explícito en el currículo de Preescolar, ni en los demás espacios de interacción

niño-maestro, en el que el docente encargado de liderar estas temáticas necesita valerse de

herramientas pedagógicas para hallar la forma de hablar un tema que está relacionada con

la construcción subjetiva de la muerte; la respuesta que el docente da a la curiosidad sobre

la muerte viene dada por temor, por el conocimiento o el mismo desconocimiento que se

tiene frente a ella y apoyado en las experiencias vividas durante sus vidas, en la que se

verán reflejadas los mismos interés del maestro.

Así, en las actividades cotidianas de los niños y en sus juegos, estos muestran sus

inquietudes, curiosidades acerca del tema de la muerte y van generando interrogantes y

preguntas concretas que les hacen a los adultos o a sus pares.

El objetivo es fortalecer el ejercicio docente en el Jardín Infantil Mi Muñequero a partir

del diseño de estrategias pedagógicas que permitan abordar el tema de la muerte con los

niños de 3 a 5 años de edad.

Igualmente identificar la percepción que poseen las Docentes del Jardín Infantil Mi

Muñequero frente al tema de la muerte, fortalecer el quehacer docente en el Jardín Infantil

Mi Muñequero, mediante estrategias que posibiliten asumir el tema de la muerte desde

procesos cognitivos y afectivos de los niños de 3 a 5 años. Sensibilizar a la comunidad

educativa Jardín Infantil Mi Muñequero frente al tema de la muerte y su forma de abordarla

con los niños de 3 a 5 años de edad.


El infante y el adolescente es sujeto a las restricciones necesarias para asegurar el

respeto de sus derechos y el de los demás y para proteger la seguridad, la salud y la moral.

Los niños y adolescentes tienen derecho a buscar, recibir y difundir información e ideas a

través de los distintos medios de comunicación de que dispongan (Secretaría General de la

Alcaldía Mayor de Bogotá D.C. 2006).

Por otro lado, se hablará sobre las diferentes investigaciones que tratan el tema de la

muerte en el niño y su importancia en la enseñanza en el ámbito educativo; autores como

Ortiz

Escobar (2007) en su ensayo asume el tema de la muerte desde su dimensión

psicológica; retomando así las teorías del psicoanálisis y la epistemología genética

permitiendo comprender la elaboración subjetiva de dicho tema en el niño menor de siete

años. La contrastación de estas posturas permitirá conocer la manera que el niño va

enfrentando desde su desarrollo afectivo y cognitivo el tema de la muerte.

Así mismo, De la Herrán & Selva (2007). En su investigación afirma que tanto la

Psiquiatría como la Psicología infantil han dado pasos decisivos en el campo de la

elaboración significativa de la muerte en el niño, así como en el desarrollo de la atención

personal y familiar ante situaciones de pérdida y elaboración del duelo. Pero este proceso

no se ha dado todavía en la Pedagogía a la hora de contemplar la respuesta educativa ante

situaciones de muerte, desde el punto de vista de una educación preventiva y en cuanto a la

formación del profesorado: 24


La Pedagogía no se ocupa de educarnos convenientemente en este punto; la sociedad, la

familia., nadie lo hace. Simplemente se confía en que sea la vida, cuando nos afecta a cada

uno, la que nos presente esa cruda faceta de la misma” (De la Herrán Gasco et al. 2007)

Gonzales y De la Herrán (2010) En su Artículo sobre afirman que el concepto de muerte

y los miedos a enfrentar este tema pueden y deben ser objeto de educación. Consideran

estos dos autores que al mejorar uno de estos términos influirá en la mejora del otro.

El presente proyecto es de enfoque cualitativo, con un nivel de alcance descriptivo y

exploratorio.

En primer lugar, este trabajo será enfoque cualitativo, porque “se basa en métodos de

recolección de datos sin medición numérica, como las descripciones y las observaciones

para descubrir o afinar preguntas de investigación en el proceso de interpretación.”

(Hernández Sampieri Roberto, Collado Fernández Carlos & Baptista Lucio Pilar 2010).

Porque se basará explorar, indagar y conocer acerca de las percepciones que tienen las

docentes del Jardín Infantil Mi Muñequero frente a temas relacionados con la muerte; con

el objetivo de brindarle a ella estrategias lúdicas y pedagógicas que sean usadas con los

niños para que ellos puedan integrar este tema en su vida cotidiana y puedan asumir una

posición frente a esta.

Por otro lado este estudio se elabora con un nivel de alcance descriptivo y Exploratorio.

De acuerdo a Sampieri et al. (2010) el alcance descriptivo consiste en “describir

fenómenos, situaciones, contextos y eventos. Son útiles para mostrar con precisión los

ángulos o dimensiones de un fenómeno”. Además, Busca especificar las propiedades

importantes de personas, grupos comunidades o cualquier otro fenómeno que sea sometido

al análisis; es decir según este autor, estos estudios buscan saber quién, dónde, cuándo,
cómo y por qué de la problemática, principalmente miden o evalúan diversos aspectos,

dimensiones o componentes del fenómeno a investigar. Es así como en este proyecto de

investigación se pretende medir o recoger información, seleccionando una serie de datos y

percepciones acerca de los temas relacionados con la muerte recolectada por entrevistas y

observaciones que serán realizadas a las docentes del Jardín Infantil Mi Muñequero

En la búsqueda por identificar la percepción que poseen los maestros del Jardín Infantil

Mi Muñequero freten al tema de la muerte, pudimos encontrar que esta percepción es una

construcción cargada de sentimientos, emociones, que, en el general de estas docentes,

produce llanto, evasión y tristeza, pues cada una ha tenido acercamientos con la muerte

dolorosos, que hace brotar lagrimas mientras intentan hablar de ello. Lo que se ha

convertido en la causa para que ellas eviten por completo hablar de este tema con los niños,

pues como lo expresan durante los talleres: “no es necesario ni apropiado que los niños las

vean tristes por una razón que no saben cómo explicar” (Comunicación personal,

noviembre 16 de 2012). Lo que demuestra que la carga emocional al concepto de la muerte

es dada por el adulto, dependiendo de las experiencias, la cultura, la ideología que cada uno

tenga frente a esta.

REPRESENTACIÓN EN LA MUERTE EN EL NIÑO

La representación de la muerte en el niño es una construcción psíquica en el cual

participa el componente cognitivo y el componente subjetivo, donde se explica el desarrollo

de la comprensión de la muerte a nivel conceptual, abordando esta problemática desde

cuatros perspectivas: la cognitiva-evolutiva, la conductual, la psicoanalítica y la perspectiva

humanista que tienen como objetivo general analizar la representación de la muerte en el

niño como construcción psíquica y como objetivos específicos revisar los planteamientos
freudianos sobre el niño y su construcción psíquica, diferenciar la representación de la

muerte como un hecho de la vida anímica respecto de la muerte como fenómeno histórico

cultural y precisa la participación de las dimensiones cognitivas y subjetivas en la

construcción de la representación de la muerte en el niño teniendo en cuenta la teoría

psicoanalítica de Freud, la teoría humanista de Irvin D. Yalom, la teoría cognitiva-

conductual de Piaget, los diferentes representantes de la psicogenética y la psicología

experimental de Alexander y Adlerstein y los psicólogos norteamericanos a nivel local.

Por lo tanto, esta investigación se divide en cinco capítulos que explican: ¿cómo la

representación de la muerte en el niño obedece una construcción psíquica que articula lo

cognitivo y lo subjetivo? El primer capítulo trata del niño y su construcción psíquica donde

se analiza el concepto del niño al interior de la teoría psicoanalítica de Freud, el segundo la

muerte en su perspectiva histórico-cultural en donde se examina la forma como el sr

humano de acuerdo a la época histórica se enfrenta al problema de la muerte pasando por la

edad media hasta la posmodernidad, tercer capítulo trata el niño y la muerte desde el

desarrollo cognitivo de Piaget particularmente en la etapa sensorio motriz y preo

operacional, cuarto capítulo se analizan los cuentos como técnica para mostrar y enfrentar

al niño a la muerte y quinto capítulo se trabaja la articulación niño-muerte desde Freud.

En este mismo sentido, los estudios de Piaget desde la perspectiva cognitivo-conductual

sirvieron de apoyo teórico a posteriores investigaciones que centraron su interés sobre el

concepto de muerte del niño desde una perspectiva cognitivo-evolutiva y a otros

representantes de este tema como lo son: la psicología experimental a nivel local de tipo

descriptivo-experimental que arrojo resultados en relación al pensamiento, la emoción y el

comportamiento del niño en relación al tema de la muerte de Alexander y adlerstein (1960)


y el trabajo de los psicólogos norteamericanos cuyo propósito fue medir respuestas

emociones ante una palabra estimulo relacionada con la muerte o el trabajo de yalom

(1984) quien desde la psicología humanista aborda el tema de la muerte como uno de los

problemas nucleares de la experiencia humana o los estudios psicogenéticos de varios

autores como: Cousinet ( 1936) quien diferencia cuatro etapas para la aproximación del

niño al tema de la muerte, Giabicini (1955) quien considera que el concepto de la muerte

pasa de lo concreto a lo abstracto, Nagy (1948) que considera que el concepto de la muerte

en el niño evoluciona a la par de su desarrollo cognitivo, Childers (1971) habla sobre las

características de la muerte según la edad que aparece, koocher (1973) quien opina que no

se personifica y ni se da un género a la muerte y kane (1979) quien llevo a cabo un estudio

para comprender la naturaleza y el desarrollo del concepto de la muerte en el niño o la

perspectiva evolutiva de villa (1999) la cual abordo la concepción realizada de la muerte y

por último los estudios psicoanalistas de Anthony (1940) sobre el descubrimiento de la

muerte por parte de los niños y entre otros autores, dando como resultado una investigación

de corte cualitativo con un enfoque hermenéutico en el cual se utilizaron como estrategias

metodológicas: la revisión documental de Freud y de Piaget, la entrevista semiestructurada

y la entrevista al grupo focal del preescolar mañanitas con el grupo de transición

conformada por 12 niños de 5 a 6 años.

En conclusión, está investigación dio como resultado que la muerte es un fenómeno

histórico-cultural en contraste con la muerte como un hecho de la vida anímica y que Freud

y Piaget fueron uno de los pilares para poder entender y comprender como ve la muerte un

niño, como la representa o la imagen que tiene de ella.


INTRODUCCIÓN METODÓLOGICA A LA MUERTE Y LOS MIEDOS EN LA

EDUCACIÓN INFANTIL.

González I. & De la Herrán E. realizo un estudio sobre la introducción metodológica a la

muerte y los miedos en la educación infantil, donde abordaron diferentes temas

relacionados con el miedo y la muerte tales como: introducción pedagógica a la muerte, el

miedo y su educación; hacia una educación para la muerte, incluyendo el miedo y a la luz

del desarrollo infantil y por último, una introducción metodológica a la educación de los

miedos.

En este artículo presenta una breve definición del miedo, pero como una condición

normal del ser humano, es decir, que todos los individuos tenemos miedo en la vida ya sea

a la soledad, al fracaso, a la locura, a la muerte, a la autorrealización, a pesar por uno

mismo, a la responsabilidad o al compromiso, etc. pero esos miedos se pueden afrontar. El

miedo a la muerte corre paralelo al egocentrismo: éste impide distanciarse y sin hacerlo no

se puede contemplar la muerte sin alteración, por esto se debe educar y no debe ser un tabú

social y más allá del tabú a la muerte está la educación para la muerte que puede ayudar a

disolver y mejorar pero lo triste es que ésta lejos de una educación formal por distintas

razones como: carecen de tradición profesional en didáctica, alto grado de tergiversación

social (medios, ismos, culturas, etc.) de la muerte no facilita su comprensión directa, entre

otras razones. Es importante incluir la muerte en la enseñanza, la sociedad cada vez más

nos prepara para la vida, pero no enseña a estar preparado para la muerte.
FORMANDO EL CONCEPTO DE MUERTE EN EL NIÑO PREESCOLAR
El presente artículo muestra la importancia que tienen las experiencias personales,

familiares, sociales y educativas en el niño de preescolar teniendo en cuenta el concepto de

muerte para los niños y la transmisión de este concepto. Así mismo, el concepto de muerte

en el niño preescolar es de un pensamiento mágico y egocéntrico lo que provoca que el

niño vea a la muerte como algo muy diverso ya que la muerte está relacionada con sus

experiencias, las cuales se ven seriamente influenciadas por su contexto familiar, cultural,

social y espiritual mostrando la evolución que ha tenido el concepto de la muerte a lo largo

del tiempo.

Sin embargo, el concepto de muerte en los pequeños, proporciona una herramienta para

enfrentar una perdida, pero de una manera emocional, positiva si esta con sus familiares o

se lo explican de una forma adecuada, pero por el contrario si es de una forma negativa los

padres pueden olvidar o minimizarlo ante la pérdida al niño por lo cual la intervención del

profesor dentro del aula tambien puede ser un apoyo en el momento de hablarle al niño

sobre el concepto de la muerte ya que será el profesor el que le da sentido y comprensión

los tres componentes fundamentales de la muerte: irreversible, ausencia de las funciones

vitales y universal. Aunque todavía se le esconde al niño el concepto de muerte y lo que

conlleva esto y le explicamos otras cosas en vez de explicarle algo tan natural como es la

muerte reafirmando así la opinión de Philippe Ariès citado por Smud, Bernasconi (2000)

que dice: “Hoy los niños saben la fisiología del amor, el pene, el coito, pero cuando el

abuelo no está le dicen se fue de viaje. “, escondiendo la verdad de la muerte al niño

reafirmando el pensamiento social de que al niño se le debe explicar la muerte como:” se

fue de viaje” o “se fue al cielo” y de esta manera, la muerte se vive como el peor drama que
solo puede ser contado a condición de hacerlo una historia de chicos, de hijos como si

nuestros niños no fueran personas de criterio y capaces de analizar la situación y es ahí

donde vuelve a entrar el papel importante que tiene el profesor en el desarrollo del niño

para su vida cotidiana.

En este mismo sentido, este articulo lo que busca es informar a los profesores sobre el

duelo y sus características en el niño de preescolar para así brindar situaciones didácticas

que indaguen el concepto de muerte que tiene el niño de prescolar, proporcionando diversas

estrategias que faciliten la expresión de las emociones que surgen ante una perdida y formar

el concepto de muerte en el niño de preescolar, partiendo de sus creencias y costumbres.

Basándose en estos propósitos este artículo se fundamenta en los conceptos de muerte, niño

y muerte, estrategias de intervención para trabajar el concepto de muerte en preescolar y

abordaje tanatológico en preescolar sobre las teorías del desarrollo cognitivo de Piaget

(1989): socialización, pensamiento e intuitivo, modelo de las 5 etapas del duelo de

Elizabeth Kübler Ross, investigaciones de Sampieri y entre otros autores.

Esta investigación es de tipo exploratorio en la cual se realizaron dos entrevistas: una

entrevista abierta de ocho preguntas con una muestra de 34 alumnos, 15 niños de 5 años y a

20 niñas de 4 años y una entrevista abierta de siete preguntas con maestras de 2º y 3ero de

preescolar, de edades entre los 20 y los 55 años de edad con el fin de delimitar las

alternativas sin conocer las ideas, costumbres, creencias, mitos, tabús y toda aquella

información que tienen los niños y las maestras de preescolar respecto al concepto de la

muerte.

Concluyendo así la importancia de abordar el concepto de muerte en preescolar; con la

única finalidad de acompañar a nuestros niños en este proceso haciéndoles partícipes en la


elaboración de su propio duelo y las etapas del proceso de duelo que puede llegar a

experimentar el niño, a quien no se le debe restar importancia; por el contrario, se le debe

involucrar en las creencias y costumbres familiares teniendo en cuenta esto los profesores

son una pieza fundamental para acompañar al niño dentro de la escuela; ellos lo ayudarán a

resolver dudas y también le darán asesoría para que tome las mejores decisiones. Sin

embargo, el mismo profesor debe estar preparado para hacer una intervención oportuna, de

lo contrario podría generar conflictos en la vida actual y futura del niño por lo que me

queda claro, que los niños conocen el concepto de muerte nos guste o no y la mejor opción

y la más acertada es explicarles cuando un ser querido está muriendo, antes de generar

angustia o un conflicto emocional.

¿ENTENDEMOS LOS ADULTOS EL DUELO DE LOS NIÑOS?

El duelo infantil es muy diferente del adulto, y presenta una expresividad variable en

cada niño y en cada edad. A menudo, la información que los progenitores proporcionan al

niño sobre la muerte es escasa, tardía y equívoca. Además, suelen ocultar sus emociones

negando el impacto de la muerte, en un intento fallido de proteger al hijo del sufrimiento, lo

cual impide al menor expresar sus propios sentimientos y favorece la aparición de

psicopatologías presentes y futuras. Incluso en el ámbito escolar se aborda también

tímidamente el concepto de muerte por parte del profesorado.

Los niños a lo largo de su infancia pueden experimentar muchas pérdidas o muertes por

ejemplo la de sus abuelos, un tío, un hermano o incluso sus padres, por eso es necesario que

ante una pérdida de alguno de los miembros de la familia se le informe al menor de

inmediato, ya que ellos deben afrontar lo que sucede, ya que es parte de la vida y los padres

deben ir preparando a sus hijos acerca de lo que es el tema de la muerte y no esperar hasta
el momento crítico. Al niño perder a un ser querido, al igual que es adulto pasara por un

periodo de duelo, el cual es definido como un conjunto de representaciones mentales y

conductas vinculadas con una pérdida afectiva, cuyo objetivo es aceptar la realidad de la

pérdida y adaptarse al nuevo entorno. Es importante resaltar que en el niño, el proceso de

elaboración del duelo vendrá determinado por la etapa evolutiva del desarrollo en que se

encuentre, por su temperamento, su entorno social y, particularmente, por la actitud de los

adultos que le rodean. Suele ser más intermitente que en el adulto, reviviendo con

frecuencia la pérdida durante su periodo de crecimiento, especialmente en circunstancias

vitales trascendentes.

En investigaciones que se han realizado acerca de cómo los niños afrontan o viven el

duelo frente a la muerte, encontramos aportes de varios autores el primero de ellos es

Freud, quien propuso el primer modelo sobre psicología del duelo, diferenciando entre

duelo normal y patológico. En «Duelo y melancolía» (1917) desarrolló una pionera y sólida

teoría, defendiendo que el sufrimiento de la persona en duelo es debido a su apego con el

fallecido y su finalidad sería separar estos sentimientos hacia el objeto perdido para que el

«yo» quede liberado y pueda vincularse con otra persona viva. J. Piaget (1950) y M. Mahler

(1961). Destacaron por centrar sus investigaciones en las reacciones de pérdida en niños

preescolares, considerando el duelo como una parte integral del desarrollo del «yo».

J. Bowlby (1980). Ha aportado valiosas investigaciones sobre la necesidad maternal en

su famosa «teoría del apego», y sus catastróficas consecuencias en caso de separación por

fallecimiento parental. En la línea psicoanalista, describió también diversas fases en el

proceso de elaboración del duelo: Fase de entumecimiento o shock, fase de anhelo y

búsqueda, fase de desorganización y desesperanza y fase de reorganización. Se considera


resuelto el duelo en una familia cuando todos sus integrantes lo han resuelto, es decir,

cuando existe la capacidad de recordar a la persona fallecida sin llorar ni desconcertarse y

cuando se consiguen establecer relaciones nuevas y aceptar retos vitales. W.C. Kroen

(1996). Profundiza en el duelo infantil describiendo las distintas respuestas adaptativas en

cada etapa del desarrollo y propone pautas para favorecer un adecuado manejo de la

pérdida en el ámbito familiar.

En los últimos años, en el ámbito nacional, C.A. Monera Olmos (1999) ha publicado un

estudio descriptivo mediante encuestas realizadas a 1.511 escolares españoles de 4-14 años

de edad, analizando las actitudes y pensamientos que posee el niño respecto a la muerte, en

una interesante aportación psiquiátrica que establece un marco de referencia de normalidad

en nuestro medio. Mientras que en los adolescentes a situación de pérdida del ser querido se

le añade la superación de los cambios y conflictos personales propios de su etapa

madurativa. La necesidad de aislamiento, la presencia de sentimientos de culpa y el sentirse

incapaces de cumplir las expectativas familiares complican más aún el duelo.

Como conclusión, los padres presentan el reto de educar a sus hijos en la tolerancia con

respecto a la muerte, entendiendo su individualidad a la hora de elaborar su duelo,

acompañándoles con su presencia cercana, enseñándoles estrategias para afrontar la pérdida

de sus seres queridos (abuelos, progenitores, otros familiares, amigos) y, desde luego,

respetando su derecho a expresar sus sentimientos o emociones de la manera que ellos

quieran.
REPRESENTACIONES DE LA MUERTE EN UN GRUPO DE NIÑOS Y NIÑAS

DE 7 AÑOS PERTENECIENTES A LA INSTITUCIÓN EDUCATIVA AL

CONSEJO MUNICIPAL DE ITAGÜÍ

Medina J. (2016) Realizo un estudio sobre las representaciones de la muerte en un grupo

de niños y niñas de 7 años pertenecientes a la institución educativa al consejo municipal de

Itagüí.

Esta tesis tiene como objetivo describir las representaciones que el niño de 7 años de

edad tiene sobre la muerte, así mismo las señales, símbolos, signos e identificar las

imágenes mentales. Se tuvo en cuenta las teorías piagetianas sobre el pensamiento, que los

procesos del pasamiento cambian a lo largo de la infancia a la madurez y sus etapas en el

desarrollo cognitivo: sensorio motriz; pre-operacional, operación concreta y formal así

mismo tocaron temas relacionados con las representaciones según Piaget (1966) la

capacidad de representaciones aparecen en los niños en el periodo sensorio motriz; la

muerte como parte esencial de la vida: muerte propia, prohibida, ajena, súbita, desorbitada,

la privatización de la muerte Tizón (2004) señala que los cambios sociales y culturales se

hallan presentes en muchos aspectos de la vida cotidiana, y aunque la muerte y el duelo por

la pérdida siguen siendo una realidad colectiva y amaestrada y por último, el concepto de

muerte en los niños, Este estudio se evalúo desde distintas herramientas o técnicas:

observación directa, entrevista semi-estructurada, diario de campo y láminas temáticas.


PREVENCIÓN DE DUELO COMPLICADO EN NIÑOS “GUÍA DIDÁCTICA:

EL CAMINO EN EL DUELO”

A lo largo de su desarrollo, los niños, tienen que hacer frente a diversas pérdidas (el

destete, el fin de un ciclo escolar, etc.). En algunos casos, estos menores viven el

fallecimiento de un ser querido lo que desencadena un duelo intenso al que tienen que hacer

frente. Ante una pérdida el menor se sumerge en un estado de desequilibrio e inseguridad.

El duelo puede considerarse como un “conjunto de procesos psicológicos y psicosociales

que siguen a la pérdida de una persona con la que el sujeto en duelo, el deudo, estaba

psicosocialmente vinculado” (Tizón, 2004, p.19). Es una experiencia universal, dolora y

única, que necesita del esfuerzo por parte del doliente para asimilar lo acontecido (Barreto

y Soler, 2008).

Dada la complejidad del proceso de aceptación de la muerte, junto con los cambios que

el niño experimenta a lo largo de su desarrollo, este proyecto se centrará en trabajar cómo

viven la pérdida niños de seis a ocho años. De esta manera podremos aportar información

más específica, sin olvidarnos que los niños de este rango de edad, cuentan con la

capacidad cognitiva suficiente para comprender este fenómeno, y con la ayuda de los

adultos, pueden desarrollar estrategias que les permitan responder las dudas que se les

presenten.

Nuestra sociedad no recibe una educación adecuada que le ayude y prepare ante una

futura pérdida afectiva. Esto contribuye a que este suceso no se conciba como una fase más

de la vida, sino que tendemos a enfrentarnos a ella con miedo, sin experimentar las

emociones negativas propias de la pérdida con normalidad (Esquerda y Agustí, 2012).


En la literatura consultada se encontró que un 4% de niños han sufrido el fallecimiento

de uno de sus progenitores antes de los 15 años (Lewis 2002, en Lozano y Chaskel, 2009).

Este porcentaje aumentaría considerablemente si tenemos en cuenta los niños que han

vivido la pérdida de uno de sus abuelos.

Cabodevilla en 2007, determina que las personas durante las primeras etapas de su

desarrollo no han sido estimuladas y ayudadas para ser personas individuales, para que

puedan separar su identidad y así no tener dificultades para desprenderse de los objetos

queridos, resultándoles difícil la elaboración del duelo.

Las teorías más utilizadas en este artículo fueron:

Modelo psicoanalítico – Freud, en el libro “Duelo y melancolía”, publicado en 1917,

Freud realiza el primer acercamiento al duelo estableciendo unos límites con la melancolía.

Su modelo se inspira en la depresión. Defiende que ante la pérdida de un objeto amado

también se pierde una parte del yo del doliente, del mundo interno y de la estructura

personal de éste.

Modelo biológico – Engel y Parkes. Teniendo como referencia un modelo biológico,

postulan que el duelo es una disfunción psiquiátrica o una enfermedad, que deteriora el

estado de salud y del bienestar del deudo.

Modelo psicosocial - lindemann, kübler-ross y claplan. Las aportaciones realizadas por

Lindemann (1944) han sido imprescindibles para el desarrollo de teorías explicativas

posteriores y la concepción del duelo que tenemos actualmente. Los resultados de sus

trabajos le permitieron determinar las características de la aflicción aguda de pena (duelo):

molestias somáticas, preocupación por la persona que ya no está, culpa, reacciones


violentas, tendencia a asumir el rol o rasgos propios del fallecido y la pérdida de

capacidades y funciones.

Modelo biopsicosocial – Bowlby, (1993) realiza una explicación sobre el duelo,

siguiendo el modelo psicosocial, basándose en su Teoría del Apego. Esta aportación nos

sirve para conocer la intensidad de la relación que el menor establece con otra persona y la

importancia de la misma. Esta teoría sostiene, principalmente, la necesidad del ser humano

de establecer vínculos (lazos emocionales) con otras personas, con el fin de sentirse

protegido y seguro.

Modelo cognitivo - Worden en 1996, siguiendo un modelo cognitivista y al igual que

Lindemann, defiende que el deulo debe realizar una serie de tareas para superar una pérdida

afectiva. Sin establecer un obligado orden de realización de dichas tareas, existiendo

flexibilidad en la forma de adaptarse a la nueva realidad.

Modelo constructivista - Neimeyer (2001) basándose en la teoría constructivista,

defiende que tras la pérdida significativa el doliente pone en marcha la reconstrucción de

significados, desde su propia identidad hasta sus creencias previas. Estos significados

determinan la percepción e interpretación que cada persona tiene de los acontecimientos

vitales, así como la negociación que se hará sobre la realidad a la que el deudo se va a

enfrentar.

La metodología utilizada será explicativa (psicoeducativa), donde por medio de la

explicación de las nociones y aspectos básicos del duelo, de consejos de actuación y

ejemplos de situaciones futuras que un adulto se podrá encontrar, pretenderemos conseguir


que los usuarios de la misma, conozcan el proceso de duelo al que se van a enfrentar y

adquieran pautas de actuación adecuadas, para así poder ayudar al niño.

El principal objetivo de este proyecto será aportar a los adultos las nociones suficientes

para que sean unos buenos acompañantes en el duelo experimentado por los niños, prevenir

las posibles complicaciones del duelo, y tratar de garantizar que la evolución de este

proceso de duelo sea “normal”. El cumplimiento de nuestro objetivo general debe

acompañarse de la consecución de los siguientes objetivos específicos por los adultos.

La revisión que se llevó a cabo sobre los antecedentes y el estado actual del duelo

infantil, nos ha permitido conocer las características propias de este proceso, y de este

modo, ser más conscientes de las necesidades que estos deudos presentan tras sufrir una

pérdida.

DUELO INFANTIL POR LA MUERTE DEL PROGENITOR Y TRABAJO

SOCIAL. UNA PERSPECTIVA EVOLUTIVA

La muerte es un hecho biológico del que los seres humanos tenemos experiencia a lo

largo de la vida, pero en cuyo afrontamiento se han observado numerosas diferencias

individuales. El duelo se conceptualiza como el conjunto de procesos psicosociales que se

produce tras la muerte, sobre todo de personas con las que se está vinculado desde el punto

de vista afectivo, y que incluye cambios principalmente emocionales con manifestaciones

de frustración y dolor por la pérdida afectiva, junto con tristeza, aflicción, angustia,

desesperanza, etc. Las citadas diferencias individuales en el afrontamiento del fallecimiento

y posterior duelo se han tratado de explicar desde distintos modelos en función de factores

entre los que destaca la etapa evolutiva en la que se encuentra el doliente. En la infancia,
como en el resto de etapas, se darán diferentes tipos de pérdidas: relacionales, materiales o

meramente evolutivas. Es decir, se suele experimentar la pérdida de amigos, de juguetes,

cambios de vecindario, de colegio, entre otros. Esto supondría que algunos de sus procesos

de duelo podrían pasar desapercibidos. Es muy común también la muerte de los abuelos en

este momento evolutivo; y menos frecuente la pérdida de un progenitor o un hermano,

aunque a veces la del progenitor es temporal, principalmente por divorcio o separación de

los padres (Tizón, 2004).

Con el fin de analizar el desarrollo del tópico en nuestro ámbito lingüístico y de

intervención, se ha llevado a cabo una metodología de revisión bibliográfica sistemática. El

Diccionario de la Real Academia Española (2014) y en relación a una de las dos acepciones

del término, define el «duelo» en segundo lugar –por ser la más idónea para enmarcar el

presente trabajo– como las demostraciones que se hacen para manifestar el sentimiento que

se tiene por la muerte de alguien, diferenciándolo del luto que recoge un aspecto más social

y cultural. Sin embargo, en la actualidad y desde las Ciencias Sociales y de la Salud, se ha

propuesto que el proceso de duelo se conceptualizaría de manera más amplia que la relativa

a la muerte según diferentes tipos de pérdidas. Bowlby a partir de su modelo de apego

propuso cuatro: 1) fase de incredulidad y embotamiento de la sensibilidad; 2) de anhelo y

búsqueda de la figura perdida; 3) de desorganización y desesperanza; y 4) de mayor o

menor grado de reorganización (Centeno, 2013). Por su parte, en el trabajo de González

(2006) se recogen las propuestas de Parkes quien plantea también cuatro frases:

aturdimiento, búsqueda y anhelo, depresión y recuperación; desde el psicoanálisis, expone

la vivencia de una fase de negación inicial de la pérdida, seguida por un periodo de

preocupación en el que surgen los recuerdos y que finalizaría cuando la alianza con la
persona fallecida desaparece gradualmente. La recuperación se completaría cuando el

individuo comienza a dedicar su tiempo y energía a conocer a personas nuevas y a avanzar.

Mientras indica que Pollock explica sólo dos etapas: la primera que se caracteriza por una

fase aguda en la que aparece el shock, la aflicción y la separación; y la segunda que sería la

fase crónica o de reparación. Y, por otro lado, de Engel describe que el proceso se

compondría de seis fases: shock e incredulidad, desarrollo de la conciencia de pérdida,

restitución, resolución de la pérdida, idealización y resultado.

Por su parte Worden (2004), uno de los autores actuales más relevantes en el estudio del

duelo, entiende este proceso no como un periodo con diferentes etapas que habría que

atravesar sino como un cumplimiento de cuatro tareas: 1. Aceptar la realidad de la pérdida,

2. Trabajar las emociones y el dolor de la pérdida. Cada persona experimenta el dolor con

distinta intensidad y con sentimientos asociados diversos, 3. Adaptarse a un medio en el

que el fallecido está ausente. Hay tres áreas que se deben abordar: 1) adaptaciones externas,

la manera en que afecta la muerte a la vida cotidiana

2) adaptaciones internas, cómo influye la muerte en la imagen que tiene la persona de sí

mismo 3) adaptaciones espirituales, de qué forma modifica la muerte las creencias, los

valores del doliente.

4) Recolocar emocionalmente al fallecido y continuar viviendo. Se trata de encontrar un

vínculo continuo con la persona que murió que permita al superviviente seguir

recordándola mientras reanuda su vida. Esta tarea se podría complicar si se mantiene el

apego con quien falleció en lugar de formar otros lazos nuevos. El duelo es un proceso que

todo ser humano es capaz de enfrentar, incluso los/as niños/as desde edades muy

tempranas. Sin embargo, esta situación en la infancia deberá abordarse desde la


especificidad que supone el desarrollo cognitivo y emocional asociado a cada etapa

evolutiva, ya que su resolución inadecuada puede afectar hasta la vida adulta. Dicho

abordaje específico se hace especialmente relevante ante la muerte de un progenitor lo que

podría conllevar que el menor reciba menos cuidados y atenciones, al suponer esta pérdida

un periodo de reajuste sistémico para toda la familia y sobre todo para el progenitor

superviviente; su propia elaboración posibilitará a los hijos una adaptación emocional más

o menos eficaz ante el fallecimiento. Es necesario entonces que la intervención de los

profesionales esté fundamentada en una formación especializada y diseñada desde equipos

transdisciplinares, que conozcan este ámbito, con abordajes tanto para los/as hijos/as como

para las familias y a nivel individual y grupal, con especial hincapié en las estrategias

familiares que se han mostrado muy efectivas a la hora de que facilitar que los menores se

enfrenten de manera activa a este proceso.

AFRONTAMIENTO DE LA MUERTE DE UN NIÑO: los cuidados pediátricos

paliativos desde la Atención Primaria

Autores: Villalba Nogales J Pediatra. CS Guadarrama. Madrid, España.

Correspondencia: J Villalba. Correo electrónico: javier.villalba@salud.madrid.org Rev.

Pediatra Aten Primaria. 2015; 17:171-83. Publicado en Internet: 17/04/2015

Desde un punto de vista los cuidados paliativos pediátricos (CPP), que son los que

tratan del cuidado integral del niño en sus aspectos físicos, psíquicos, emocionales, sociales

y espirituales cuando se enfrenta a una enfermedad incurable, progresiva, incapacitante y

que suele terminar en la muerte precoz.


En los últimos años se ha aumentado el número de investigación relacionadas con el

afrontamiento y el proceso del duelo en los niños, sin embargo son escasos los estudios que

se ocupan de la percepción y afrontamiento de la muerte, a pesar de la importancia que

tiene un correcto afrontamiento de la muerte en los más pequeños, esta necesidad se

encuentra muy desatendida debido a que la muerte se ha convertido en un tabú social y

educativo.

Referente al concepto de enfermedad y muerte, depende de diferentes factores, entre

ellos el desarrollo cognitivo del niño y su propia experiencia por las vivencias de

enfermedades y muerte en parientes cercanos o adultos próximos.

En esta investigación se usa un abordaje multidisciplinar ya que se utiliza todos los

recursos disponibles frente a situaciones como el duelo y contempla medidas tanto

preventivas como paliativas en las que una correcta pedagogía de la muerte resulta un

elemento primordial. Cuando el objetivo asistencial es solo la curación de la enfermedad, se

dejan por el camino otros parámetros necesarios del proceso de salud. Cuando la curación

es el objetivo prioritario entre otros (prevención, diagnóstico, curación, rehabilitación,

acompañamiento)

Material y método: estudio cualitativo fenomenológico interpretativo, a partir de un

equipo multidisciplinar de profesionales que tratan simultáneamente al niño enfermo y a su

familia, desde un punto de vista integral, abarcando todas sus necesidades físicas y

psicológicas, personales o comunitarias. En su inicio han estado muy ligadas a la labor

hospitalaria e incluso la atención domiciliaria se realiza desde el ámbito del hospital.


EXPLÍCAME QUÉ HA PASADO Guía para ayudar a los adultos a hablar de la

muerte y el duelo con los niños.

Primera edición: Diciembre de 2011 Edición no venal © Fundación Mario Losantos del

Campo (FMLC) Autora: Loreto Cid Egea – Psicóloga y Psicoterapeuta Infantojuvenil

La Fundación Mario Losantos del Campo (FMLC) desarrolla su labor en los ámbitos

de la Salud y la Educación, Esta guía ha sido elaborada con el fin de ofrecer ayuda a todas

aquellas personas que están en contacto con niños y adolescentes, y necesiten abordar la

muerte de un ser querido.

La muerte es un concepto complejo y se tarda tiempo en conocer su significado total.

Los niños van a comprender y a reaccionar de diferentes maneras ante la muerte,

dependiendo de su edad, su momento evolutivo, sus experiencias vitales, su desarrollo

cognitivo, su grado de madurez, su mundo emocional y su capacidad de conceptualizar. Por

otra parte, el estilo de comunicación y las actitudes que la familia posea para afrontar la

muerte también influirán en la adquisición del significado y abordaje que el niño pueda ir

haciendo sobre la muerte.

El objetivo de esta guía, es tratar de dar respuesta y proporcionar informacion que pueda

ayudar a entender mejor las experiencias del duelo en niños y adolescentes, esto con el fin

de ofrecer recursos y herramientas que nos permitan afrontar la situación con confianza y

decisión.

En conclusión: del análisis anterior se aprecia la actuación de la Atención Primaria

dentro del equipo de Cuidados Paliativos Pediátricos en el afrontamiento del proceso de

enfermedad terminal y muerte de un niño, con consideraciones sobre las actitudes, la


comunicación, el proceso de duelo y el acompañamiento del niño y la familia en todas las

fases de la enfermedad y después de esta.

La fundación Mario Losantos del campo en su Guía EXPLICAME QUE HA PASADO

un proyecto aprendiendo a vivir explicando el morir, donde el autor Loreto Cid Egea

(2011) explica que la muerte es una realidad y el miedo es casi inevitable para todos, el

propósito de esta guía es proporcionar información que nos ayuda a entender mejor las

experiencias del duelo en los niños y adolescentes. También nos brinda herramientas, para

que puedan elaborar el duelo. La muerte de un ser querido genera un impacto, tanto que

crea una variedad de reacciones emocionales que se presentan a lo largo de todo el proceso:

angustia, tristeza, desesperación, impotencia. La manera de vivir la vida y de afrontar la

muerte va a estar condicionada por el entorno y el tiempo en el que vivimos, para ello es

importante disponer de recursos que nos ayuden a afrontar esta realidad de la mejor forma

posible.

ANALISIS GENERAL

Dentro de los anteriores artículos, podemos encontrar que tienen autores en común como

Piaget, Freud, Bowlby. Estos tres autores como se demuestra en los artículos han influido

de cierta manera con sus aportaciones acerca de cómo los niños viven o enfrentan el duelo

frente a una perdida. Piaget, nos habla de una perspectiva cognitiva-conductual, Freud

hablo acerca de una teoría psicoanalítica y Bowlby sobre la teoría del apego. Estas tres

teorías tienen en común que nos hablan acerca de cómo el niño a medida que va teniendo

un desarrollo evolutivo va enfrentando las pérdidas que tiene de una diferente manera, es

decir la reacción que tuvo a los 5 años de edad frente a la muerte de un familiar, no es la

misma reacción que tendrá a sus 9 o 10 años, ya que a medida del tiempo van cambiando y
cabe resaltar que ante el duelo reaccionan de distintas maneras y por lo tanto se necesita

que exista un educador que los oriente frente a lo que es el tema de la muerte. Por su parte

Bowlby sostiene, principalmente, la necesidad del ser humano de establecer vínculos (lazos

emocionales) con otras personas, con el fin de sentirse protegido y seguro, además hace

referencia a una serie de etapas o de fases por las que debe pasar el infante en su proceso de

duelo.

Por otro lado en algunos artículos encontramos a Tizón (2004) quien señala que los

cambios sociales y culturales se hallan presentes en muchos aspectos de la vida cotidiana, y

aunque la muerte y el duelo por la pérdida siguen siendo una realidad colectiva y

amaestrada, además menciona que es una experiencia universal, dolora y única, que

necesita del esfuerzo por parte del doliente para asimilar lo acontecido.

Por su parte Worden es uno de los autores actuales más relevantes en el estudio del

duelo, entiende este proceso no como un periodo con diferentes etapas que habría que

atravesar sino como un cumplimiento de cuatro tareas, sin establecer un obligado orden de

realización de dichas tareas, existiendo flexibilidad en la forma de adaptarse a la nueva

realidad.

Villalba J. (2015) en su estudio sobre el Afrontamiento de la muerte de un niño: los

cuidados pediátricos paliativos desde la Atención Primaria Analizamos la actuación de la

Atención Primaria dentro del equipo de Cuidados Paliativos Pediátricos en el afrontamiento

del proceso de enfermedad terminal y muerte de un niño, con consideraciones sobre las

actitudes, la comunicación, el proceso de duelo y el acompañamiento del niño y la familia

en todas las fases de la enfermedad y después de esta.


Loreto Cid Egea Psicóloga y Psicoterapeuta, el propósito de la guía EXPLICAME QUE

HA PASADO, ha sido elaborada con el fin de ofrecer ayuda a todas aquellas personas que

están en contacto con niños y adolescentes, y necesiten abordar la muerte de un ser querido.
REFERENCIAS

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Muerte Con Los Niños Del Jardín Infantil Mi Muñequero (tesis pre grado) Corporación

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Fundación Mario Losantos del Campo Avda. España, 17 2ª planta – 28100 Alcobendas

(Madrid) Tel.: (+34) 91 229 10 80 – Fax: (+34) 91 229 10 79www.fundacionmlc.org

fundacionmlc@fundacionmlc.org

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