Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
Con la conquista de la Magna Grecia por parte de Roma en el siglo III a.C., la influencia de la
cultura griega y, en particular, de la religión fue más intensa, hasta el punto de que los romanos
asimilaron sus dioses con los griegos, que tenían muchos rasgos comunes.
Busca en un diccionario los significados de estas palabras y descubre su relación con el panteón
grecorromano:
Volcán, diana, venéreo, viernes, erótico, cereal, apolíneo, martes, jovial, marcial, afrodisíaco,
jueves, hermético, ateneo.
Estos son los principales mitos relacionados con los orígenes de Roma.
LA LEYENDA DE ENEAS.
Después de un largo asedio de diez años, los griegos tomaron e incendiaron Troya. Eneas,
héroe troyano hijo de Venus y del mortal Anquises consiguió escapar con su familia y unos
pocos compañeros. El poeta Virgilio describió en su Eneida la patética huida de Eneas en la
noche de la destrucción de Troya: el héroe dejó atrás la ciudad incendiada llevando en los
hombros a su anciano padre, en una mano a su hijo Julo Ascanio y en la otra, a los dioses
Penates (dioses protectores de la familia); detrás le sigue su esposa Creusa. A partir de esta
escena, tres mujeres, Creusa, Dido y Lavinia, simbolizarán el pasado, el presente y el futuro
del héroe.
Durante la huida, Creusa quedó rezagada y se perdió. Cuando Eneas volvió para buscarla, se le
apareció su sombra y le anunció que había muerto y que otra esposa le esperaba en Occidente a
orillas del Tíber. Creusa, hija de los reyes troyanos, simboliza la Troya destruida; simboliza el
pasado y el pasado ya no existe. Por eso muere en la misma noche en la que Eneas comienza su
largo peregrinar.
► Dido, la alegría de vivir el presente.
Cuando los griegos se retiraron de las costas troyanas, Eneas mandó construir una escuadra y se
echó a la mar con sus compañeros sin dirección establecida. Navegó por el Egeo desde Tracia
hasta Creta, desde donde puso rumbo a Occidente. Cuando llegó al estrecho de Mesina, la
rencorosa diosa Juno (Hera) pidió al dios Eolo que desatara los vientos. Una horrible tempestad
destruyó la escuadra, apartó de su destino a Eneas y a sus compañeros, y los empujó a las playas
de Cartago. Allí fueron bien acogidos por la reina
Dido. Juno, que quería apartar a Eneas de Italia,
provocó el amor entre ellos; pero Venus recordó a
su hijo el destino que le esperaba y Eneas, a su
pesar, abandonó los litorales cartagineses.
Dido, loca de desesperación, se suicidó. El
presente siempre acaba de morir...
Procas, rey de Alba Longa, dejó el trono a sus dos hijos, Numitor y Amulio. Amulio encarceló a
su hermano y, para asegurarse el poder, asesinó a su sobrino Lauso e hizo ingresar a su sobrina
Rea Silvia en el colegio de las Vestales. Pero el dios Marte se enamoró de ella y, de su unión, la
muchacha dio a luz a dos gemelos: Rómulo y Remo.
Cuando Amulio se enteró, ordenó que los niños fueran depositados en una canastilla y arrojados
al Tíber; con la crecida del río, este se salió de su cauce y, cuando volvió a su lecho habitual,
dejó en tierra firme a los dos infantes al pie de un monte llamado Capitolio, en la explanada que
luego sería llamada Campo de Marte. Allí, una loba los amamantaba y un pájaro les llevaba
alimento sólido, hasta que fueron encontrados y adoptados por un matrimonio de pastores.
Cuando, al cumplir los dieciocho años, descubrieron su ascendencia regia, organizaron una
partida formada con prófugos escondidos en las colinas cercanas al río, destronaron y mataron a
Amulio y devolvieron el trono a su abuelo Numitor. Numitor cedió a sus dos nietos el lugar
donde habían sido recogidos por la loba para que fundaran una ciudad. Para determinar quién
sería el rey, un augur les acotó a cada uno de los gemelos un pedazo de cielo y les ordenó contar
las aves que lo cruzaran. Aquel que viera mayor número de pájaros sería el rey. Remo vio cinco;
Rómulo siete y, por tanto, fue proclamado rey.
Rómulo procedió a fundar su ciudad siguiendo el rito etrusco y trazó con un arado un surco que
simbolizaba las futuras murallas. Remo, decepcionado, traspasó el surco de un salto y Rómulo
defendió su ciudad matando al invasor. La leyenda se vuelve ejemplarizante: Roma ha sufrido
su primera invasión y el invasor debe pagarlo con la vida, aunque sea hermano del rey..
FUENTES: Villegas Guillén, Salvador- Barranco Camacho, Loren, Cultura Clásica, Bruño;
Navarro, José Luis- Rodríguez, José María, Cultura Clásica, Anaya.