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ESOTÉRICO-PRÁCTICOS
PARA EL
DESARROLLO INTERNO
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INDICE
Capítulo Página
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El desarrollo espiritual es algo que todo Ser humano debe alcanzar de una manera
progresiva por medio de las experiencias y de las Leyes Divinas. Cuando el individuo trabaja
voluntaria y conscientemente a favor de esas Leyes está colaborando en la Gran Obra de la
Divinidad y se une a ellas, y cuando se une a ellas se separa de lo material y personal para
sentirse uno con todos y con el Universo
Ha sido mi gran ilusión y deseo desde hace aproximadamente 20 años, poder encontrar
un libro donde aprender algo bueno y útil, y que me enseñara claramente cuál es el camino del
desarrollo espiritual, bien por métodos y técnicas, o bien por cualquier medio o escuela. La
Escuela la he encontrado pero el libro, aunque hay muchos similares, no ha sido así; quizás
sea un poco exigente pero la exigencia, cuando uno busca el desarrollo interno, no es mala. A
la vez, me he dado cuenta de la cantidad de personas que también están buscando lo que yo, y
eso me ha llevado a plantearme y a preguntarme a mí mismo, que por qué no lo escribo yo.
Cuando comencé a interesarme por el mundo de lo esotérico solía tener mi mente
entretenida en un mundo ilusorio y fantástico, -creo que como la mayoría cuando empezamos-
en el cual reinaban los maestros, místicos y personajes de buena voluntad que despertaban en
mí grandes y elevados ideales espirituales y de misterio sobre la vida y el Ser. Al cabo de unos
años me di cuenta de que ese mundo personal no tenía nada de real y que, por tanto, lo tenía
que construir yo dentro de mí, por mi propio esfuerzo y sacrificio. A partir de ahí todo mi afán
ha sido encontrar esos métodos para llevarlos a la práctica, pero a la vez trabajando por medio
del conocimiento esotérico para ver de qué manera puedo yo sacar provecho de mis
pensamientos y actitudes allá donde me encuentre.
Conocí diferentes centros y escuelas, leí y sigo leyendo muy buenos libros esotéricos
de verdaderos ocultistas investigadores de los mundos ocultos que han dejado una maravillosa
filosofía antes de pasar a los mundos invisibles - Max Heindel, Blavatsky, Steiner, Annie
Besant, Leadbeater, Dion Fortune, Alice Bailey y pocos más - Todos ellos han dejado una
maravillosa enseñanza que, según la humanidad vaya comprendiéndola, irá cambiando su
punto de vista sobre la vida, la muerte y el desarrollo que tiene que hacer para llegar a
completar su evolución. De todos ellos aprendí mucho y sigo aprendiendo pero todavía no he
encontrado el libro que he deseado tener en mis manos.
Creo que debería ser un libro pequeño, concreto, práctico, sencillo de leer para los que
empiezan a interesarse por el esoterismo pero, sobre todo, que sirva para que las personas
cambien su punto de vista sobre la humanidad y sobre la naturaleza. Según los ideales que yo
tengo, este libro debería servir para elevar el carácter hacia la comprensión, la tolerancia, la
devoción, el amor, los pensamientos y los sentimientos. Debería inclinar a ver el aspecto
espiritual del Ser Humano; debería servir para quitarnos los defectos y aumentar las virtudes;
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para descubrir el verdadero significado del altruismo y de la Fraternidad Universal; para unir
la personalidad con el Espíritu, el hombre con Dios…
Es mi intención con esta pequeña y humilde obra intentar ayudar a todas las personas
que tienen estos mismos ideales a conseguir desarrollar todas esas cualidades y virtudes en el
mayor grado posible en esta vida. Es cierto que nada se consigue sin esfuerzo y sacrificio y,
por lo tanto, cada uno debe esforzarse y trabajar de una manera persistente, metódica y
paciente - cargar con su cruz - pero deseo de todo corazón que las palabras, métodos, técnicas,
o simplemente conocimiento que voy a escribir, puedan ser los medios para que el que inicia
el “Sendero de perfección” encuentre esa Luz y ese estado de conciencia y de Paz interior que
todos deseamos.
Soy totalmente consciente de mis pocas cualidades como escritor, pero eso no impide
que exprese mis sentimientos y deseos a modo de colaboración con otros muchos ocultistas
esotéricos que el único afán que les movió y les mueve es ayudar a desarrollar la parte
espiritual y divina que todos llevamos dentro. No pretendo hacer un best-seller sino solamente
dejar escrito de la única manera que sé, lo mejor de mí mismo para que, algún día, sea ahora
o en el futuro, este conocimiento haga el efecto que deseo en las personas. Ese efecto no es ni
más ni menos que encontrar parte de esa Verdad que todos, tarde o temprano, tenemos que
descubrir para poder dirigirnos a ese Sendero de Perfección que nos llevará a la Libertad, al
Amor, a la Amistad y a la Fraternidad Universal.
La humanidad está en un momento delicado de su evolución y es fácil que se deje
llevar por tantas y tantas tentaciones que le pueden dejar rezagado con respecto a los que van
a la cabeza del desarrollo espiritual, por eso, ojalá que este libro también sirva, o al menos
caiga en manos de todos aquellos que, aunque no crean en el esoterismo, sean capaces de ver
y entender el mensaje que intento dar por medio de lo que me sale del corazón.
La devoción a ideales elevados, la concentración, la oración, la meditación, el
discernimiento y la retrospección son algunos de los métodos imprescindibles para el
desarrollo espiritual del Ser Humano actual. En este libro intentaré dar una idea clara sobre
todos ellos para que, por su práctica, pueda sacar el mayor provecho posible todo aquel que lo
intente. Decía el que para mí fue todo un ejemplo de desarrollo espiritual, Max Heindel: "Se
puede considerar vencido el que deja de intentarlo”, “Persistencia, siempre persistencia y al
final vencerás”
Mi mayor deseo para todo aquel que lea este libro es que tenga la suficiente capacidad
de entendimiento como para sacar el mayor provecho de él y, a su vez, ser una Luz que
alumbre el camino de la humanidad allá donde se encuentre; y que la meditación y el
discernimiento le acompañen desde el principio hasta el final.
Pido al lector que medite sobre las enseñanzas de este libro con una mente abierta, que
deje todos los conceptos e ideas anteriores a un lado e intente comprender el verdadero
significado de estas palabras que sólo tienen la intención de ayudar a las personas que las
lean. Este libro está dirigido a todas las personas sin distinción de raza, credo o religión, y si
tuviera que identificarlas con alguna enseñanza lo haría con las de Cristo porque tarde o
temprano todos tenemos que hacer que el niño Cristo nazca en nuestro interior.
Sin embargo, y como comprendo que cada uno está evolucionando en un nivel
diferente y eso hace que cada uno estemos buscando por diferentes sitios y medios, quiero
dejar claro una cosa. Actualmente hay grupos de personas que dicen contactar con
extraterrestres mensajeros de la paz o enviados para cambiar nuestra forma de pensar; otros
son contactados de Ángeles que les mandan formar grupos para dar las enseñanzas que
reciben; otros dicen ser maestros que tienen el poder de dar Iniciaciones o despertar poderes,
etc. Si eres de las personas que buscan esas cosas, deseas desarrollar poderes internos
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rápidamente, o eres de los que buscan un Maestro porque necesitas ser guiado y te tienen que
decir lo que tienes que hacer, entonces no encontrarás satisfacción en este libro.
Si buscas cambiar tu carácter, tu forma de vida, tu concepto sobre las personas y la
naturaleza, si deseas elevar tu conciencia hacia los mundos espirituales, si quieres
emanciparte para ser tú mismo en pensamiento, palabra y obra y, por último, si buscas el
contacto con tu verdadero Maestro interno, entonces lee este libro con interés y obtendrás un
gran beneficio espiritual. Cada palabra, cada frase y cada capítulo de él lo he escrito con la
intención de que cada persona que “busca” encuentre medios para trabajar por su propio
desarrollo y por el de la humanidad. Pero recuerda que, lo que buscas lo llevas dentro de ti, yo
no te voy a regalar nada, sólo te indicaré algunas formas de conseguirlo, eres tú quien debe
luchar y trabajar. “El que busca encuentra, el que pide recibe”, pero esta búsqueda tiene
recompensa cuando lo hacemos de corazón y de manera desinteresada. “El que tenga ojos que
vea y el que tenga oídos que escuche”
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INTRODUCCIÓN
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2º. ¿Cómo puede Dios pedir la misma responsabilidad a los que Él mismo pone casi en
la necesidad de robar para vivir, mientras que a otros no les falta de nada en la vida?
3º. Se dice en algunos libros de religión y algunas personas de ese entorno, que Dios
permite, destruye, castiga por toda la eternidad, o sólo salva a unos pocos de sus hijos. Si
como también dicen, Dios es Omnipotente, Omnisciente y Omnipresente ¿Cómo puede Dios
permitir la destrucción de sus hijos? Si es Amor ¿Por qué no va a salvar al resto de sus hijos si
nosotros mismos, imperfectos, lo haríamos? ¿Cómo les va a castigar a toda la eternidad de
sufrimiento si son parte de Él mismo y Él mismo les puso en su destino casi predispuestos
para hacer el mal? ¿Por qué mandó a su hijo para salvar a toda la humanidad si luego permite
que otros muchos se pierdan sin poner interés en remediarlo? ¿Puede ser destruido algo que es
parte de un Ser Omnipotente?
4º. El hombre, aún con lo imperfecto que es, tiene planes para prevenir que las
personas mueran en determinadas circunstancias, ¿Por qué no los va a tener Dios si su
Sabiduría es infinita? ¿No es lógico pensar que Dios tenga unas leyes que gobiernen la
evolución del hombre, así como ocurre con la naturaleza, para que todo sea cada vez más
perfecto?
Las Enseñanzas Esotéricas dicen que ningún Espíritu se pierde porque es parte de
Dios, que ése Espíritu renace, y que por medio de la Ley de Causa y Efecto - lo que sembréis,
cosecharéis - en cada vida obtiene lo que le corresponde en bien y en mal según las causas
que haya hecho en su anterior vida. Por lo tanto, el Ser humano es y tiene el resultado de sus
propias acciones y no el resultado de un Dios antojadizo. Dios no castiga sino que hace que
sus Leyes nos enseñen a ir por el camino más recto, - como nosotros hacemos con nuestros
hijos - esas Leyes nos traen los efectos de unas causas que cometimos para que a través de la
experiencia aprendamos a ser cada vez más espirituales, humanitarios y mejores instrumentos
de Dios en la Tierra.
Sólo las obras de la humanidad esclavizan a la humanidad; sólo las obras del ser
humano estorban al ser humano; sólo el mal uso de la voluntad, el libre albedrío y la mente
castigan al hombre. Hay una frase muy conocida en la Filosofía Oculta que dice: “Hombre,
conócete a ti mismo y conocerás a Dios”. El desarrollo espiritual trata de adelantar en cada
vida unos pasos en ese Sendero de vuelta al Padre, si el ser humano aprende a utilizar sus
cuerpos para su propio desarrollo y el de los demás, estará andando a pasos agigantados. Si
aprende a utilizar y practicar algunos de los diferentes métodos o técnicas de desarrollo, verá
que sus conceptos sobre la vida, el Ser, y la naturaleza cambian por completo obteniendo así
una vida interior más elevada que inclina a ser más benevolente, altruista y caritativo. Esa es
la primera meta que tenemos que alcanzar, y tengo la mi intención de ayudar con este libro a
todo aquel que lo desee.
Una de las cosas en que las enseñanzas esotéricas y la teología coinciden es en que,
como dijo Cristo, "Cosechamos lo que sembramos". La diferencia entre algunas religiones y
la enseñanza oculta es que las Leyes Divinas - Dios - no nos dan lo que merecemos como
castigo sino porque nos pertenece, ya que nosotros hemos sido los sembradores.
Si una persona en esta vida se desvía de su destino por causa del alcohol, y a su vez,
maltrata e impide que también se cumpla el destino y las posibilidades de desarrollo de su
esposa e hijos, esta creándose lo que en ocultismo llamamos un “mal karma” o mal destino,
dicho de otra manera, esta sembrando y creando causas que son negativas.
Ante este caso, las Leyes Divinas no le castigan sin más ni más, sino que la primera
lección que le enseñan es grabar en su conciencia el resultado del sufrimiento que tendrá en el
“purgatorio”, o sea, el dolor que sintieron su esposa e hijos por su maltrato. Cuando haya
sufrido todo esto, y lo una al resultado de otros sufrimientos y experiencias de otras vidas,
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habrá dado otro paso más en su evolución, pero lo habrá hecho por medio del sufrimiento y
no por medio de actos benévolos voluntarios; esta es una gran diferencia.
La segunda lección que tienen que aprender y que el Ego en su propio mundo y con su
conciencia libre de la influencia de los deseos acepta, es volver a unirse a esos Egos o
Espíritus que fueron esposa e hijos para que, de alguna manera, (como familia, amigos,
compañeros o jefe de trabajo), les pueda beneficiar materialmente por los perjuicios que les
causó en su anterior vida. Así actúa la Ley de Consecuencia, dándonos el resultado de
nuestras acciones y haciendo que cosechemos lo que sembramos, pero siempre de una
manera justa y sin maldad, porque en los mundos espirituales no existe el mal.
El mayor enemigo de la humanidad es la ignorancia, y por mucho que los Seres
espirituales que están por encima del hombre nos quieran ayudar, si el ser humano no aprende
por el correcto uso de su mente y el control de sus deseos, estos seres, con todo el dolor de su
corazón, no lo podrán hacer. Cuando ellos ven que una persona se esfuerza por quitarse vicios
y defectos e intenta elevar su desarrollo moral y espiritual, aunque no lo creamos, ellos
trabajan desde los mundos invisibles para darle todo su amor y hacer que esa nueva luz no se
apague y que cada vez brille más.
El hombre tiene dos caminos para aprender en esta vida: 1º. Por medio de sus
experiencias buenas o malas y, 2º. Por medio de las experiencias de los demás. En estos dos
casos es muy importante el uso del discernimiento, la observación, la meditación y otros
ejercicios que mencionaré en este libro.
Los Maestros espirituales y Guías de la humanidad desean que nuestra evolución sea
rápida y por el camino del bien, pero también respetan nuestro libre albedrío, y por lo tanto
“sufren” cuando el hombre comete tantos errores. Nosotros intentamos guiar a nuestros hijos
con todo nuestro amor, pero si ellos voluntariamente hacen algo que les causa dolor significa
que aprenderán de esa experiencia por medio del dolor y no por nuestra guía amorosa de
padres. De forma similar actúan estos Seres elevados, ellos no nos obligan, sino que como
padres nos quieren llevar por el mejor camino; en nosotros está hacerlo y aprovechar su ayuda
o no.
El resultado de todas estas experiencias, es lo que sacamos como fruto para la
próxima vida en forma de “Sabiduría” o “Conciencia", esta conciencia es la base de la
estructura mental, instinto, o deseos de elevación vida tras vida. Si quisiéramos saber hacia
dónde nos lleva la Ley del Karma, veríamos que su fin es mostrarnos que el Ser humano es
uno con Dios, que la humanidad debe conocerse a sí misma para conocer a Dios, y que debe
amarse a sí misma para amar a Dios. Pero para amar es necesario desarrollar todas las virtudes
que nos llevan al amor, y para conocernos tenemos que ser conscientes de estas Leyes y saber
que somos dueños de nuestro destino. Todo pensamiento, palabra y obra tendrán su efecto
sobre nosotros, por lo tanto, si deseamos elevarnos a los conceptos anteriores, debemos
empezar a cambiar nuestros deseos por nobles aspiraciones, para que la mente guiada por el
espíritu anheloso pueda alcanzar la meta de perfección cuanto antes.
Las aspiraciones, hábitos y deseos elevados de nuestra anterior vida, nos traen como
efecto, mayores posibilidades de desarrollo para esta, por eso, nuestro deber es cumplir las
aspiraciones de la vida pasada y crear otras nuevas y más elevadas. Si no lo hacemos así,
tendremos una gran lucha con nuestra conciencia, porque ella sabe que, como Espíritus, nos
comprometimos antes de renacer a cumplir una serie de obligaciones y a hacer otras cosas en
favor del desarrollo espiritual individual y de la humanidad. Si no lo cumplimos por dejarnos
llevar por nuestros deseos materiales y pasionales, estaremos interrumpiendo nuestro propio
desarrollo de una manera seria y grave.
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Así, la Ley de Causa y Efecto es perfecta, justa y amorosa puesto que actúa para
nuestro propio desarrollo. Nosotros somos nuestros propios carceleros y verdugos, o nuestros
propios Ángeles de la Guarda y Guías espirituales. Si hacemos mal a alguien nos lo hacemos
nosotros mismos; si robamos, nos robamos nosotros mismos; si no cuidamos nuestro cuerpo
físico –que es el Templo de Dios - nos saldrán enfermedades y así aprenderemos a valorarle;
si abusamos de la energía creadora por medio del sexo y de la mente sobre cualquier otra
persona, naceremos con un defecto físico o psíquico, y así sucesivamente. Esta Ley hace que
tomemos conciencia de los valores espirituales y materiales para que lo utilicemos en
nuestro desarrollo y el de los demás.
Tenemos y somos lo que nos corresponde y nos relacionamos con quienes tenemos
deudas pendientes de anteriores vidas, pero nuestro deber es quedar bien con todas las
personas y ayudar allá donde podamos de manera desinteresada. Esta Ley no la puede burlar
nadie, si el hombre colabora con ella encuentra dicha y recompensa, pero si no, encuentra
sufrimiento y castigo.
Nuestro deber es meditar y discernir para ver cuándo hacemos el bien y cuándo el mal,
cuándo hacemos el bien de corazón o cuándo por egoísmo. Nuestro deber es actuar de una
manera compasiva, justa, amable y sincera, porque así borramos de nuestro subconsciente
toda semilla del mal y hacemos que nazca y florezca el bien.
Yo os invito a reflexionar detenidamente sobre estas enseñanzas para que intentéis ver
el efecto de las causas que cometéis en vuestra vida diaria, pero, ¡cuidado! no os obsesionéis
con lo malo, ved también lo bueno y sabed que vuestras aspiraciones e intenciones son
posibilidades de desarrollo para el futuro. Cuidad vuestras actitudes con el prójimo, no
manifestéis odio, impulsividad, injusticia, cólera, ni cosas similares, eso os traerá los peores
efectos. Pensad que una vez sufrida una deuda o pagado un karma, ya no nos vuelve más;
pensad que las leyes de Dios están actuando en todo y constantemente; por lo tanto, si
colaboráis con ellas os traerán prosperidad, salud y grandes posibilidades de desarrollo. Si
queréis ver la Luz, abrid bien los ojos espirituales porque la tenéis dentro de vosotros mismos.
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CAPÍTULO I
Para hablar del desarrollo espiritual humano, debemos hablar antes, de las
herramientas o medios que éste tiene para poder expresarse en este mundo, y así experimentar
y tomar conciencia del resultado de sus acciones.
Es muy importante, llegado este punto, que olvidemos el concepto de que somos sólo
un cuerpo físico y comencemos a tomar conciencia de que somos un Espíritu que se
manifiesta por medio de diferentes envolturas, que a su vez, nos velan la verdadera conciencia
espiritual. Según comprendamos esto, veremos más claramente el error de pensar que somos
un cuerpo de materia densa, y las posibilidades de dominar nuestros hábitos, carácter y forma
de pensar. Este es el primer paso para que la humanidad exprese su conciencia “fuera del
cuerpo” y comience a manejar sus vehículos como mejor crea conveniente en su desarrollo
espiritual.
El verdadero Yo, es parte del Yo Universal, y sus cuerpos son las envolturas en las que
está encerrado. Lo más importante ahora es que ese "Yo" aprenda a dirigir sus cuerpos, que,
como si fueran un carruaje tirado por cuatro caballos, quieren ir donde les apetece. Ese Yo
Superior es un Ser con unas posibilidades latentes inimaginables para el hombre, esas
posibilidades deben ser transformadas en poderes dinámicos por medio de la voluntad y las
experiencias en el mundo físico. Según avanza la humanidad en su progreso espiritual, su
conciencia se eleva hacia otros planos espirituales y adquiere más poder. Según adquiere
poder y amplia su conciencia, así manifiesta ciertas facultades nuevas que se convertirán en
virtudes aquí en la Tierra.
Dice un axioma hermético que “Toda causa tiene su efecto y todo efecto tiene su
causa”, además, sabemos que lo primero que debe hacer el Ser humano es “conocerse a sí
mismo”. El cuerpo físico no puede ser el hombre, puesto que el cuerpo es “materia densa”
como cualquier otro objeto material, aunque con alguna diferencia en su composición no deja
de ser “materia muerta”; si no fuera por la vida que le anima sería un objeto inerte. Se ha
demostrado a través de experimentos con básculas muy precisas que en el momento de la
muerte, el cuerpo físico pierde peso, algo abandona el cuerpo. Entonces, lo lógico es pensar
que nosotros abandonamos ese cuerpo y lo que queda es un cadáver como cuando se mata a
un animal. Esto es lógico puesto que sabemos que la mente domina o hace lo que quiere con
el cuerpo y no el cuerpo con la mente.
Si imaginamos un cuerpo físico con vida, no veremos nada más que un “cuerpo que se
mueve”, sin sentido de ninguna clase ni orientación, entonces podemos llegar también a la
conclusión, de que el hombre no es ésa vida que anima el cuerpo físico; esto indica que la
“vida” es una energía que vitaliza y anima el cuerpo hasta un determinado año. Pero, vamos a
imaginarnos otro cuerpo que será la causa de nuestros sentimientos, deseos y emociones. Éste
tercer cuerpo es el que hace que el hombre desee cosas, sienta, tenga un incentivo para ir o
venir, que sienta emociones, odios, pasiones, y un largo etcétera. Ahora podemos ver que
tenemos un cuerpo físico con vida y que, además, se mueve en determinadas direcciones
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porque “desea” y “siente”. Si lo meditamos nos daremos cuenta rápidamente que este cuerpo
de “deseos”, tampoco puede ser el ser humano porque nosotros no actuamos dominados
totalmente por los deseos, pasiones y odios. La humanidad tiene la capacidad de dominar
muchos de sus deseos y controlar sus sentimientos y emociones, tiene voluntad para actuar en
el mundo.
Cuando el hombre ve que sus deseos, vicios, pasiones, odios y rencores perjudican su
bienestar y su salud, razona, y por medio de su voluntad comienza a cambiar de actitud en la
vida. Si la humanidad no tuviera mente, no podría hacer esto ni sería dueño de su vida y no
evolucionaría como lo hace. Sabiendo esto, podemos ver que nosotros también tenemos una
mente para dominar los deseos por medio del discernimiento y para dirigir nuestra vida de
una manera razonada y lógica.
Para la mayoría de las personas, el ser humano es un cuerpo físico que vive, tiene
deseos y emociones, y piensa. Para el ocultista, también tiene esos cuatro cuerpos o vehículos
de manifestación, pero el verdadero ser humano está por encima de ellos y tiene la posibilidad
de dominarlos y dirigirlos a su antojo. Veamos, todas las personas se habrán dado cuenta que
su mente, en un momento determinado, se ha puesto a pensar en "mil cosas a la vez” o está
“tarareando” una canción que ha oído y que ya no la quiere cantar porque le aburre; otras
veces nos damos cuenta de que nuestra mente está pensando en cosas absurdas y sin
importancia que no sirven para nada. Cuando esto ocurre, algunos dicen: ¡Qué tontería estaba
pensando yo! ¿Por qué estoy pensando en esto si no tiene importancia y no va conmigo?
¡No sé que hacer para quitarme esta canción de la cabeza!
Ahora nos podemos preguntar ¿Quién es ése, o eso, que se pregunta esas cosas y que
no puede dominar o controlar la mente? ¿Quién es ése que cuando se da cuenta de que está
pensando en algo que no quiere, corta ese pensamiento? ¿Quién es ése que cuando quiere
concentrarse para hacer algo utiliza la mente consciente, voluntaria y firmemente para hacer
con ella lo que desea y sacar provecho mediante su uso? Ese es el Ego o Yo Superior que
algunos llaman el verdadero Ser humano. Es el “Yo” que está por encima de los otros cuerpos,
el Espíritu velado por diferentes grados de materia que le impiden manifestarse tal y como es.
Esos velos son los deseos, pasiones, hábitos, la mente incontrolada, etc., y esos velos son los
que el Ego debe quitarse por medio de la evolución y desarrollo moral, mental y espiritual,
para poder manifestarse por medio de su vehículo más denso, el cuerpo físico.
Para hacer eso, debe cambiar todo lo negativo que tengan esos cuerpos y hacerlo
positivo y espiritual, eso es el “Desarrollo Espiritual Esotérico”, eso es “Conocerse a sí
mismo”, eso es “Conocer y crear causas” para hacer nuestro propio destino de una manera
consciente. Según el hombre descubre como son sus sentimientos y como piensa, así puede
cambiar su línea de conducta y empezar a recorrer el “Sendero de Retorno” que le llevará de
vuelta a casa.
El Ser humano es una vida de la “Vida Universal”, una mente de la “Mente Universal”
y una esencia de la “Esencia Universal”. Sus cuerpos son vehículos para su expresión en el
mundo físico; son un conglomerado o vida colectiva de millones de vidas que evolucionan
por medio de nuestra conciencia y cuerpo. Así mismo, nosotros lo hacemos por medio de la
Conciencia de Dios y su expresión física o manifestación material, ya que “En Dios vivimos,
nos movemos y tenemos nuestro ser.”
Cada uno de esos cuerpos pertenece a un mundo. El cuerpo físico compuesto de
materia física pertenece al mundo físico, y al morir, esta materia se vuelve a integrar en el
caos de átomos de donde surgió. El cuerpo vital o etérico es de materia más sutil, este cuerpo
pertenece a la parte etérica del mundo físico y es el clásico “fantasma” que se puede ver en los
cementerios, ya que es idéntico al cuerpo físico. El cuerpo emocional o de deseos, pertenece
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por medio de su mente, deseos, vida y cuerpo físico para experimentar y evolucionar, o dicho
de otra forma, para adquirir conocimiento y elevar su conciencia.
Algunos de los motivos principales por los que necesitamos estos cuerpos son:
1º. Porque necesitamos experimentar para poder evolucionar.
2º. Porque tenemos que perfeccionar esos cuerpos cada vez más, para sacar mayor
provecho de los mundos en los que evolucionamos.
3º. Porque tenemos que desarrollar la voluntad.
4º. Porque tenemos que espiritualizar el carácter.
5º. Porque debemos desarrollar la mente.
Lo mismo que aquí trabajamos durante el día y descansamos por la noche para
asimilar las experiencias diarias y para restaurar el cuerpo físico, así mismo renacemos,
aprendemos y experimentamos durante toda una vida para después, en esos mundos
invisibles, asimilar el fruto de la misma y unirlo a la “conciencia” que es el resultado de la
experiencia de las anteriores vidas. Lo mismo que un niño tiene que volver al colegio para
continuar su aprendizaje, también el hombre renace por medio de esos cuerpos para continuar
su desarrollo y evolución aquí en el mundo físico. Lo mismo que un niño hace los deberes o
estudia para grabar mejor lo que ha aprendido en clase, así mismo el Ego asimila lo bueno de
la vida pasada, borra los malos hábitos, aprende a obrar de una manera benévola y honesta, y
hace que en la próxima vida nos inclinemos con más fuerza hacia el desarrollo de las virtudes
espirituales para que la voz de nuestra conciencia sea más fuerte. Así pues, por medio de este
aprendizaje después de la muerte del cuerpo físico, estamos más evolucionados y renacemos
más preparados para hacer el bien en la humanidad, y comprender que todos somos hermanos
en espíritu y que nos tenemos que ayudar mútuamente porque todos tenemos que llegar al
mismo sitio.
Estos cuerpos son lo más preciado que tiene la humanidad ya que sin ellos no podría
evolucionar, por eso también debemos aprender a valorarlos comenzando con el físico.
Cuanto más vivamos, más oportunidades tendremos de aprender y de quitarnos deudas que
tenemos de otras vidas, si cuidamos el cuerpo por medio de no tomar substancias que alteren
la mente y que perjudiquen su organismo, estaremos haciendo una obra muy importante. Si no
abusamos o derrochamos la energía en esfuerzos físicos innecesarios, si no derrochamos la
energía sexual creadora e incluso mental, tendremos mas vitalidad y el cuerpo físico
funcionará mejor. Esta energía es creadora y gracias a ella pensamos y creamos, trabajamos y
procreamos. Si no nos dejamos llevar por las pasiones, la sensualidad, los vicios y deseos que
hacen grandes daños en el cuerpo astral, repercutiendo así en el cuerpo vital y en el sistema
nervioso, estaremos mejorando y cuidando también este cuerpo y daremos pie a que nuestros
deseos sean cada vez más elevados y espirituales. Si utilizamos la mente de una manera
concentrada, voluntaria y conscientemente, haremos sólo lo que verdaderamente deseamos
para nuestro bien y el de nuestros cuerpos, pero si la dejamos a su libre albedrío, se dejará
llevar por los deseos y estará en mil cosas a la vez para no sacar provecho de nada.
Por todo esto, es muy importante que dominemos y cuidemos nuestros cuerpos
porque, cuanto más lo hagamos, antes seremos más felices, antes descubriremos a nuestro
verdadero Ser, antes seremos unas personas tranquilas llenas de amor, paz, y buenos
sentimientos. Esa es la meta del Ser humano, y si no fuera por sus cuerpos no lo conseguiría,
por lo tanto, cuanto antes nos pongamos manos a la obra desde el puesto del propio Espíritu y
pongamos todo nuestro empeño en espiritualizar nuestros vehículos, antes les doblegaremos,
guiaremos y seremos las personas más felices del mundo.
Ahora estamos en una situación más provechosa para explicar detalladamente
cómo podemos sacar provecho de estos cuerpos para nuestro propio desarrollo espiritual.
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Veremos cómo, por medio de los cuerpos y su funcionamiento, la humanidad puede cambiar
sus costumbres, carácter y punto de vista sobre la humanidad y la naturaleza.
“Mantened claros estos principios y discernir diariamente en todo lo que hacéis, sentís
o pensáis, fijad vuestra meta en el Yo Superior e intentad sentir su influencia y guía”
CAPITULO II
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EL EGO
Nuestro Ego o, Yo Superior, tiene gran sabiduría como resultado de todas las
anteriores reencarnaciones desde que alcanzamos la individualización como seres humanos,
por lo tanto, sus experiencias son inmensas y su sabiduría grande, como resultado de esas
experiencias; en él está resumida toda la evolución pasada. El Ego nos está influenciando
constantemente por medio de lo que llamamos “conciencia” ya que, en esta conciencia, está
grabado todo el sufrimiento y felicidad que hemos recibido después de cada vida. Su deber es
advertirnos para que no volvamos a caer en los mismos errores que nos causaron sufrimiento,
y guiarnos hacia el desarrollo espiritual por medio de la comprensión y el discernimiento
entre lo bueno y lo malo. El Ego nos habla desde el Mundo del Pensamiento en forma de
vibraciones, que se transforman en sonido y color en los diferentes cuerpos inferiores, hasta
que llegan al cerebro como una voz casi imperceptible. Esas vibraciones son siempre buenas,
pero dependiendo de como pensamos y cuáles sean nuestros sentimientos y deseos, así se
transforman, y así las podemos recibir e interpretar para bien o para mal. Si el hombre tuviera
una vida más relajada e intentara tener más paz mental, sacaría gran provecho de estos
mensajes, ya que el Ego es “causa de todo bien”, y está deseando que nos esforcemos en hacer
el bien y aborrezcamos el mal para poder manifestarse tal y como es.
Cuando el Ser humano persiste en ser altruista, amoroso, comprensivo, tolerante, etc.,
está elevando la vibración de sus diferentes cuerpos y está purificando la materia de la que
están compuestos, esto hace que vaya haciendo camino para la unión de la material con lo
espiritual, de la persona con Dios. Si por el contrario, el Ser humano está lleno de malicia,
rencor, envidias y cosas similares, está atrayendo materia de ese grado de vibración hacia sus
cuerpos, y está obscureciendo y cerrando la puerta a los consejos y guía del Ego. Cuando el
hombre actúa así se pone en contra de las Leyes Divinas y de la evolución de su propio
espíritu.
Cuando el ser humano alcanza el grado de desarrollo espiritual necesario para
comprender estos principios filosóficos, y comienza a actuar de manera positiva, intentando
ver lo Divino y bello que existe en todo lo que nos rodea, es señal de que el Ego ha recorrido
mucho camino. Cuando el hombre piensa en sentido amoroso y desinteresado en su deseo de
crecimiento y actividad, y si trabaja consciente y voluntariamente, eleva su conciencia y poder
espiritual para que el Ego pueda manifestarse.
Así podemos ver que lo que es malo conlleva el germen de la destrucción y lo que es
bueno el de la salvación. Lo malo será transformado o destruido, lo bueno reinará como
Voluntad Divina en la conciencia de la humanidad. Todo lo bueno es evolución, es la parte
activa de la conciencia del Alma. Cuando el Ser humano domina sus vehículos inferiores y se
une a esa conciencia del Alma, está haciendo que nazca el Yo Superior. Sólo así seremos
conscientes de la Divinidad que está oculta en nuestro interior.
Según evoluciona la humanidad por medio del Renacimiento y la Ley de
Consecuencia, así se va convirtiendo el Ego en el conductor de sus vehículos, y les va
dirigiendo hacia nuevas y elevadas experiencias por medio de la cultura, religión, filosofía,
etc. El Ego intenta manifestar lo mejor de él mismo para que seamos instrumentos de amor y
sabiduría, y para que seamos medios de manifestación en la Obra Divina y así poder liberarse
de su atadura a la Tierra. Lo material se debe unir a lo espiritual, pero eso no puede ocurrir
hasta que el hombre, de una manera consciente, intencionada y voluntaria, sea creador de
todas las mejores virtudes humanas.
Según alimentamos el sentimiento de fraternidad, amor y altruismo, vamos
incrementando la conciencia espiritual y sentimos la presencia del Poder Supremo; según nos
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desarrollamos espiritualmente nos sentimos más unidos al género humano y más nos duele el
dolor ajeno. Cada individuo debe escuchar a su Yo Superior, debe intentar ponerse en su
puesto para identificarse con él, y sentir sus inspiraciones y enseñanzas para fortalecer sus
lazos de comunicación. Cuando confiamos en él, nos manda todo su amor y sabiduría en
forma de iluminación para que la compartamos con las demás.
Alguien se puede preguntar ¿Exige algo nuestro Yo Superior? Naturalmente que sí, él
quiere que no nos apeguemos a lo temporal y material por medio de deseos y pasiones; que
practiquemos el discernimiento para distinguir el bien del mal; que cuidemos nuestros cuerpos
de expresión puros y limpios para poder experimentar y aprender durante más tiempo aquí en
la tierra; que practiquemos y elevemos las virtudes humanas, y que tengamos confianza en
Dios.
Debemos desarrollar el “músculo espiritual”, y si queremos fortalecerle y utilizarle
para nuestro propio desarrollo, debemos empezar por autocontrolarnos y autodirigirnos para
aprovechar las oportunidades que nos surgen todos los días, y decir como alguien dijo “No
importa lo estrecha que sea la puerta y lo cargado de castigos que esté el camino, yo soy el
señor de mi destino y el capitán de mi alma”. Cuando nos llega el momento, en una
determinada vida, de comenzar voluntariamente a recorrer el Sendero que algunos llaman de
aceleración o retorno, debemos comenzar de una manera sistemática a erradicar las
indulgencias que tienden a estimular lo que pertenece al yo inferior. Nunca debemos expresar
nada que sepamos que es perjudicial para el desarrollo del Ego. Debemos aprender o controlar
todos los deseos y apetitos que pertenecen a lo físico, el temperamento, el carácter, y a utilizar
las actitudes de tendencia espiritual. Nuestro deber es poner en práctica nuestro conocimiento
espiritual ante cualquier circunstancia y prueba de la vida, pero además, debemos mantener
nuestra “casa” en orden y no dejar que entre ningún intruso en ella. Debemos tener la
seguridad de que nada se interponga entre nuestros deseos de elevación y nuestro Yo Superior.
Tarde o temprano, el que inicia el sendero de desarrollo espiritual, debe aprender a
sacrificarse en favor de su Yo Superior. Es el sacrificio de lo que desea la personalidad de lo
que se debe deshacer para el engrandecimiento del Espíritu. Cuando se hace ese sacrificio nos
damos cuenta que, lo que parecía ser perder una vida de disfrute no era tal, y que por el
contrario, descubrimos que hemos ganado una vida inmortal. Es cierto que debe hacerse una
ofrenda completa de todo lo que amamos y apreciamos, pero también es cierto que hallamos
una vida superior cuya felicidad es indescriptible, porque el sentimiento es tan profundo que
no se puede expresar.
Cuando nos sentimos felices gracias a nuestro desarrollo espiritual, no debemos bajar
la guardia ante las tentaciones y pruebas de la vida, además, es lógico que como efecto de
todo esto nos surja una importante preocupación, esta preocupación es que nada de nuestra
naturaleza nos obstaculice para ser expresión perfecta de ese Yo Superior. Somos su
instrumento que puede ser usado por su voluntad y debemos mantener esta actitud ante
nuestra vista como el estado de conciencia al que aspiramos. A través de su desarrollo, el ser
humano llega a un nivel en que se da cuenta de que uno de los deberes más importantes es
trabajar para el beneficio y sostenimiento de la humanidad. Este es uno de los pasos más
elevados porque para ello debe dejar de identificarse con las formas separadas y identificarse
con la Vida Una (que se expresa en vidas individuales) para intentar elevarlas a la perfección.
Identificándose así, debe trabajar enteramente por el bienestar y auxilio de sus semejantes y
de todo el mundo. La Vida es Divina en todos los niveles y tiene diferentes formas de
expresión, si ayudamos a la evolución en alguna parte del Todo, estaremos cooperando con el
Plan Divino.
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a él, o al menos, debemos tener cuidado para no entorpecer su desarrollo con nuestras
actitudes.
¿Nos hemos puesto a pensar hacia dónde se dirige el esfuerzo y desarrollo del Ego?
Como es lógico, hacia su unión con lo Divino y Primordial, hacia el Padre, hacia la
colaboración en la gran Obra del Logos; luego entonces, si nosotros nos esforzamos para
unirnos a nuestro Ego, debemos trabajar en la misma línea para el desarrollo de las virtudes y
poderes, para así ser más útiles en su servicio. Olvidándonos de nosotros mismos por el
trabajo desinteresado, crecemos como partes del Ego y a su vez como partes de Dios, de
modo que, no es pensando en nosotros mismos, sino luchando para favorecer y ayudar a otros
como más avanzamos hacia nuestra meta. La gran Idea es “El cumplimiento de la perfección
en la Gran Obra de Amor del Logos, nuestro Dios”. Naturalmente, que una de las primeras
cosas que tenemos que desarrollar para trabajar por esa unión con nuestro Ego, es tomar
conciencia de que existe en nosotros mismos, que somos nosotros mismos cuando intentamos
ser amorosos con los demás sabiendo que ellos también son hermanos nuestros en espíritu. Si
no podemos ver a Dios en nosotros mismos, no lo podremos ver en los demás, porque hasta
que no nos reconozcamos como tal, no nos responderá nuestro Dios interno; y si no nos
responde, no podremos actuar como instrumentos suyos en esta vida. Dicho de otro modo,
hasta que no seamos capaces de ver el lado noble y espiritual de todos los seres, y hasta que
no rechacemos todo lo vulgar e inferior que impide el desarrollo espiritual interno, no
podremos responder a nuestro Ego y entender la Vida Superior.
El camino que unifica el Yo Superior con el Yo Universal comienza con el inegoísmo,
el egoísmo es una de las barreras más altas que debemos superar, y sin embargo apenas lo
vemos. Si meditamos nuestra forma de pensar y de actuar en general, comprobaremos que el
egoísmo está en casi toda nuestra vida, aunque a veces nos cueste verlo. Algunas de las cosas
que un discípulo debe desarrollar y llevar a la práctica para luchar contra el egoísmo son la
humildad, la sencillez y el pasar desapercibido. El Ego siempre nos intenta decir que si
tenemos que tener egoísmo sea siempre por lo espiritual y no por lo material, porque lo
material es lo que le ata al renacimiento. Cuando el hombre se apega a lo material, debe vivir
con la intención de hacerlo como si fuera para su Yo Superior, o mejor dicho para Dios, -así
no caemos en el egoísmo- Nunca debe esperar que lo elogien, adulen ni nada parecido, porque
sabe que todo lo que es y tiene, es gracias a Dios.
El discípulo no busca el éxito, sino que si le viene lo acepta como premio de algo
bueno que ha hecho antes; no quiere ser el primero, simplemente cumplir con su trabajo,
deberes y responsabilidades; no trabaja para su beneficio propio, sino que lo hace pensando
en la humanidad porque sabe que su trabajo y posición también es gracias a otros; no piensa
en los resultados de sus obras, porque sabe que el deseo por lo material le esclaviza, por lo
tanto, trabaja para la humanidad y para Dios. Por eso está escrito: “Los últimos serán los
primeros” “El que quiera ser el primero que sea el último y el servidor de todos” “Buscad
primero el reino de Dios y su justicia, y todo lo demás se os dará por añadidura” Después de
analizar esto, podemos decir que el Ego intenta enseñarnos que el verdadero trabajo del
hombre es hacer todo con amor, como si fuera para Dios; que la mayor satisfacción es
“servir” allá donde podamos, porque lo que hagamos por la humanidad lo hacemos por Él; y
que; el mayor progreso lo hacemos por medio de actuar voluntaria, consciente, y
persistentemente.
Para corregir esto debemos comenzar con las cosas pequeñas, vencer el orgullo, el
odio, el rencor, la arrogancia, estos son los primeros pasos para hacernos fuertes. Según
controlemos nuestras debilidades y espiritualicemos nuestro carácter, iremos tomando fuerza
para superar otras cosas peores. Lo importante es ponerse a trabajar con la clara idea de que
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somos un Ego que intenta manifestarse plenamente, pero que se lo impide todo lo negativo de
nuestro carácter, actitudes y forma de afrontar la vida. Debemos hacernos a la idea de que
somos un centro de Amor que intenta beneficiar y ayudar a los demás, porque haciendo eso,
indirectamente nos beneficiamos nosotros mismos, pero ¡cuidado! No actuemos con esa
intención, porque eso sería una forma sutil de egoísmo.
La comunicación con nuestro propio Ego yace en nuestro corazón, así que, cuando
actuamos de corazón, lo estamos haciendo como el verdadero Ego. Si tenemos nuestra
conciencia puesta en todo lo que hacemos, estaremos actuando con toda nuestra mejor
intención para el desarrollo espiritual. Esto significa que derramamos toda nuestra fuerza en
lo que hacemos, la reforzamos y además, anulamos todo lo que se relaciona con la
personalidad; o sea, nos acercamos a la Verdad Divina y dominamos a lo inferior haciendo de
la personalidad una expresión del Yo Superior. Como Egos evolucionantes y hermanos del
prójimo, debemos tener siempre presente que actuar con el corazón en nuestra relación con
ellos, es dejar a un lado los intereses propios e intentar llegar al corazón de las cosas y de ellos
mismos para dar lo mejor que tenemos, de esta forma, la Fuerza Divina se realizará en
nosotros para hacernos cada vez más grandes servidores de la humanidad.
A lo largo del camino y según vamos dominando y transformando nuestro carácter,
temperamento y forma de ver la vida, vamos sintiendo cada vez más fuertemente el amor, la
buena voluntad y lo bello de las personas. En esa etapa ya echamos cómodamente a un lado
algunos de los aspectos de la personalidad que no nos gustan y actuamos guiándonos siempre
por nuestros mayores y más elevados ideales. Mostramos de manera más constante nuestro
espíritu de ayuda humanitaria, pero debemos tener cuidado porque siempre estaremos en
peligro de caer en nuevas tentaciones que creemos vencidas o en otras nuevas. Somos
tentados y probados para elevarnos y fortalecernos, y eso nos puede venir en forma de
aspiraciones materiales, de elevación y otras muchas pruebas que pueden hacer que renazca el
egoísmo, la arrogancia, la envidia o la simple crítica. Por lo tanto, debemos estar siempre
alerta y no olvidar nunca que cuando estamos en esta etapa del Sendero, los Maestros nos
observan esperando el momento en el que estemos preparados para ser sus discípulos.
Es bueno y trae excelentes resultados, hacerse a la idea de esta realidad, cuando
intentamos actuar como nuestro propio Yo Superior estamos aumentado la Luz espiritual, y
eso atrae la visión del Maestro. Si pensamos que podemos ser discípulos de un Maestro y
intentamos ser su instrumento para beneficio de la humanidad; si dejamos que su fuerza fluya
por nosotros sin adulterarla ni mancharla; y si hacemos todo lo posible para que este vínculo
no se rompa; veremos como nuestras actitudes en la vida cambian para el bien de nuestro
propio desarrollo. Naturalmente que para llevar a cabo esto, debemos tener siempre presente
la presencia del Maestro como supervisor de nuestras actividades y forma de pensar, además,
debemos estar siempre alerta para que nuestras cosas negativas no le lleguen e interrumpan la
conexión. Nuestro deber principal es estar serenos, pacíficos, haciendo que nuestros
sentimientos y pensamientos sean los más elevados porque, actuando así, antes nos
capacitaremos para estar cara a cara ante su presencia. En este caso nuestra mente y deseos
deben estar siempre a disposición del Maestro o, mejor dicho, deben ser sus instrumentos de
expresión aquí en la tierra.
Dicen los Maestros que siempre están observando a la humanidad para ver cuándo se
enciende una nueva luz en la oscuridad. Cuando las ven, no pueden dejar de observarla e
intentan ayudar a esa persona para no que no cese en sus esfuerzos en la decisión que ha
tomado, y para que esa pequeña luz se convierta en una llama que ilumine a los que le rodean.
De esa manera tiene que trabajar la persona que desea evolucionar, su persistencia en hacer el
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encontremos y consigamos esto, nuestra luz se unirá a la de los demás para poder actuar como
bienhechores de la humanidad que velan por el desarrollo espiritual. Debemos saber que en
esa “Hermandad” no caben las imperfecciones y, por lo tanto, el fuego del Amor de Dios debe
consumir todo lo opuesto a Él. Debemos ir siempre con estas verdades como si formaran
nuestro propio cuerpo y nos debemos rodear de un aura esplendorosa que no permita la
entrada de ninguna substancia corrupta producida por pensamientos impuros. Nuestros
sentidos internos se deben abrir a la perfección de las verdades espirituales y nuestra mente
debe estar iluminada por la Sabiduría Divina. Cuando lleguemos a este punto se despertaran
los poderes internos que nos harán invencibles, sufriremos una transformación y una
restauración que harán de nosotros un Ser de Luz, y nuestro cuerpo será la mansión del
Espíritu Divino.
MEDITACIÓN
Antes de nada y como para cualquier otra meditación y relajación, ponte en una
posición cómoda de tal manera que no tengas que estar pendiente de ninguna molestia, la
mejor posición es la que haga que te olvides cuanto antes de tu cuerpo físico. A continuación,
relaja todo tu cuerpo comenzando por los dedos de los pies, suelta todos los músculos e
imagina que tu sistema nervioso está bajo tu control y por lo tanto te obedece. Sigue relajando
todo tu cuerpo desde las piernas hasta el tronco, luego pasa a los dedos de las manos y brazos,
y a continuación relaja muy profundamente la zona de tu cuello, esto es muy importante.
Procura que tu columna esté más o menos recta y la barbilla un poco inclinada hacia adelante,
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luego termina por relajar toda la cabeza, párpados, mejillas, mandíbulas, frente, etc. Este no es
un libro de relajación y por eso sólo doy las líneas generales para que cada uno practique a su
manera o como mejor pueda.
Después de la relajación estarás mejor preparado para meditar sobre ti mismo como Yo
Superior. Una vez relajada también la mente y teniendo en cuenta que eres tú el dueño de la
misma, comienza el siguiente ejercicio: Comienza por repetir la frase “Yo soy Yo”, pero
intentando causar la sensación de que estas por encima de la mente y fuera del cuerpo. A
continuación añade estas otras frases “Yo no soy el cuerpo físico, soy su dueño y puedo hacer
con él lo que quiera” “Yo no soy mis deseos ni mis pasiones, yo estoy por encima de ellos y
las puedo transformar porque tengo el Poder del Espíritu” “Yo no soy mi mente y, por lo
tanto, puedo utilizarla para pensar cuando y lo que Yo quiera”.
Sin dejar de repetir “Yo soy Yo”, combinad estas palabras con las frases mencionadas
anteriormente, pero siempre con el sentimiento y la convicción de que verdaderamente tenéis
todo ese poder y estáis por encima de esos vehículos. Debéis hacer todo lo posible para
intentar sentiros por encima de ellos, utilizad la imaginación y la visualización si os hace
falta, pero el sentimiento debe ser de comprensión y el convencimiento, de que todo es verdad
y de que luego y a partir de la meditación, vais a poder hacer todo lo que meditéis. Meditad
sobre vuestra forma de ser en la vida diaria, y ved como el “Yo” no se puede manifestar
porque está velado por los deseos y por la mente. Meditad y ved de qué manera y cómo
muchísimas veces a diario, perdéis la oportunidad de doblegar estos instrumentos. Meditad y
comprender cómo y cuándo debéis imponeros sobre vuestros cuerpos para hacer lo que
vosotros queréis como Yo Superior. Estad atentos a no desviaros hacia otras cosas y
pensamientos, tenéis que utilizar la mente para lo que vosotros queráis y para crear los
sentimientos que creáis conveniente. Vosotros sois el Poder y como tal, tenéis que
identificaros con el Yo Universal, no caigáis en la tentación de pensar que vosotros hacéis las
cosas; pensad que “vuestro cuerpo hace lo que queréis; que vuestro cuerpo de deseos desea lo
que vosotros queréis sentir y desear; que vuestra mente piensa lo que vosotros queréis pensar;
y que podéis dominar siempre y en todo lugar a vuestros instrumentos.
Si queréis facilitar este ejercicio durante el día y desarrollar esa conciencia, intentad
observad cómo se expresan esos vehículos, estad pendientes de lo que hacéis para dominarlos,
guiarlos y educarlos. Debéis ser vosotros mismos, debéis llegar a dominarlos de tal manera
que sea el Yo Superior, quien se manifieste en pensamiento, palabra y obra. Dad libertad a
todos vuestros ideales elevados y espirituales y a vuestros deseos amorosos y desinteresados,
actuar siempre de una manera justa, honrada y noble, así manifestareis lo que verdaderamente
sois: “Una parte del Amor Infinito que se manifiesta con Sabiduría a través de su Inteligencia
y de sus Actividades en el mundo físico.
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CAPITULO III
LA MENTE
La mente es el primer vehículo que tiene el Ego para manifestarse desde su propio
plano, está compuesta de materia del Mundo Mental y es con esta materia con la que envuelve
sus ideas para crear sus “formas de pensamiento,” que dan origen a lo que quiere originar en
el mundo físico. La mente es el instrumento que utiliza el Ego para crear por medio del
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“voluntad” del Ego para hacerlo. Con esto quiero decir que el hombre tiene pleno poder sobre
su mente y no tiene que hacer nada más que aprender a dirigirla y controlarla, porque el Ego,
que al fin y al cabo somos nosotros mismos en lo más elevado del mundo mental, tiene
dominio sobre la mente por medio de la voluntad.
Sabiendo esto, debemos tener claro que el origen del pensamiento está en nosotros
mismos, que si no queremos pensar no lo hacemos, y que si queremos pensar bien, también lo
podemos hacer si aprendemos a observarla y a gobernarla para que no piense cuándo y cómo
quiera. El hombre es el dueño de la mente y no su esclavo, por eso no se debe dejar llevar por
cualquier pensamiento que penetre en su mente. Dicen que “como un hombre piensa en su
corazón, así es él”, esto es cierto porque el origen de la acción y de la palabra está en el
pensamiento, y si el pensamiento es positivo, creará sentimientos elevados que se
manifestaran en el cuerpo físico con un aspecto de paz y de tranquilidad. La persona que en
su pensamiento es feliz, bondadosa, altruista y generosa, tendrá un semblante de felicidad y
atraerá a las personas sin saber por qué, pero la que piensa en cosas negativas, de tristeza,
preocupaciones y odios, se manifestará en su cara con un efecto de amargura ante la vida y,
inconscientemente, no permitirá ni siquiera que nadie la ayude.
Cuando una persona crea un pensamiento, afecta a otros en bien o en mal según sea el
mismo y según estén las personas en la misma sintonía de vibración o no. Cuando una
persona manda un pensamiento a otra, ese pensamiento llega y penetra en el cuerpo mental de
la otra y la estimula hacia una determinada línea de conducta, pero lo mismo que nosotros
volveremos al Ser que nos creó, así nuestros pensamientos vuelven a nosotros y nos traen el
mensaje de la vida y experiencias que hayan tenido. Traerán grabados el bien o el mal que
hayan captado de esa persona o de otras con las cuales se haya puesto en contacto por medio
de sus mentes y, por lo tanto, repercutirán en nosotros también, para bien o para mal, así que
¿No deberíamos tener más cuidado con lo que pensamos?
Si nos acostumbramos a pensar lo que queremos, cuando queremos y como queremos,
seremos dueños de nuestro propio destino, porque gobernando el pensamiento cambiamos
nuestro carácter y temperamento; si cambiamos nuestro carácter cambiaremos nuestros
hábitos, y si cambiamos nuestros hábitos estamos creando un nuevo y mejor destino para la
vida futura. Esto, en el lenguaje astrológico, sería como decir que estamos creando la próxima
carta astral de nuestra vida futura, pero esta carta estaría llena de posibilidades de desarrollo
espiritual en todos los sentidos. Debemos ser dueños de la mente como cuando conducimos
un coche porque, tanto para pensar voluntariamente como para estar en guardia ante los
pensamientos intrusos, siempre tenemos que ser dueños de ella. Cuando queremos mandar
pensamientos de ayuda, cariño, comprensión, etc., a otra persona y lo hacemos con voluntad y
concentración podemos tener la seguridad de que le llegarán, sin embargo, también debemos
ser conscientes de que los pensamientos negativos de odio, rencor, y otros similares, también
les llegan y afectan para mal. En tal caso, la Ley de Consecuencia nos traerá a cada uno el
efecto del pensamiento que hayamos creado.
Debemos saber que la mente es poderosa, cuando la utilizamos de una manera
concentrada para estudiar o resolver cualquier cosa es una muestra de ello, la concentración es
una de las cosas que debemos practicar porque gracias a ella ampliamos la conciencia y nos
elevamos en el plano mental. En nuestra aura llevamos la materia de los pensamientos que
solemos crear, si nuestros pensamientos suelen ser elevados atraeremos pensamientos
elevados hacia nosotros y aumentaremos su vibración. Si no tenemos concentración o
dominio y nuestra mente se une a los deseos, iremos sembrando pensamientos dañinos allá
donde nos encontremos, por lo tanto, es conveniente utilizar la concentración para pensar
positivamente.
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También es importante saber que hay una atmósfera mental en todas partes, eso
significa que según sea la vibración de nuestros pensamientos, así nos sentiremos bien o mal
en el lugar que nos encontremos y así será la material mental que atraigamos y que, por tanto,
nos puede perjudicar o beneficiar. Se dice que una persona de pensamientos elevados no
aguantaría mucho tiempo en un lugar o ambiente de bajos deseos y pasiones sin caer en la
tentación. También dicen los verdaderos clarividentes, que si el ser humano viera lo que hay
en los sitios de alterne y vicio, no entraría en ellos porque tendría pánico y repugnancia hacia
todas las clases de espíritus y elementales que se concentran allí. Esto es así más que nada
porque estos elementales y espíritus se dedican a “pinchar” y estimular a las personas para
que sigan consumiendo y practicando toda clase de vicios que a ellos les gusta.
Las personas deben llevar siempre consigo su “Templo Mental” formado por
pensamientos de altruismo, amor, etc., deben ser fuertes ante las tentaciones y resistir con la
reserva que lleven en su aura. Además, todo aquél que pueda hará muy bien en construir un
templo en cualquier rincón de la casa, este templo hecho con sus mejores pensamientos y
sentimientos, será su refugio etérico-espiritual donde confortará su alma. Este templo creado
por medio de la oración, la devoción, la meditación y otras técnicas elevadas, puede llegar a
ser tal que cuando entremos en él notemos nuestra propia vibración espiritual que elevará
nuestros mejores sentimientos; este será el refugio del Alma para sus momentos de
decaimiento. Por consiguiente, como somos libres, cada uno puede utilizar su mente en
colaboración con su Ego o con su cuerpo de deseos, uno se elevará hacia lo espiritual y el otro
hará que descendamos a lo animal.
Sabiendo que la mente es un Poder Creador que tenemos a nuestro alcance, nos
deberíamos preguntar ¿Para qué debo usarla como tal? ¿Puedo cambiar mi vida por medio de
su buen uso? La respuesta sería: ¡Naturalmente que sí! Cuando nuestros pensamientos son
elevados y espirituales, ya lo estamos haciendo porque lo estamos grabando en el
subconsciente, y eso es como una orden para que en un futuro pueda manifestarse
físicamente. Los pensamientos de optimismo, cariño y similares son como un banco donde
estamos ahorrando, porque tarde o temprano recibiremos parte de esos ahorros como
beneficios propios, (Lo que sembréis cosechareis) pero en los casos de amor, lo recibiremos
con creces. Naturalmente que también debemos deshacernos de los malos pensamientos, y eso
no es fácil, pero existe un buen método, éste es el siguiente: “Cuando te venga un
pensamiento que no deseas, debes sustituirlo por otro de naturaleza espiritual y devocional o
simplemente concentrarte fuertemente en crear o inventar algo original y nuevo. (Una
oración, un poema, concentrarse en algún tema abstracto como por ejemplo la Cábala,
Cosmogénesis, la Astrología, o los símbolos ocultos que hay en el Tarot) El hecho es que, la
mente no puede pensar en varias cosas a la vez (lo mismo que dos objetos no pueden ocupar
el mismo espacio a la vez), por tanto, haciendo esto de una manera voluntaria y consciente
tendremos dominio sobre ese pensamiento. Cuando por medio de la repetición de este método
lo tengamos casi dominado, podremos ver que ya no lo practicamos y así se atrofiará mientras
fortalecemos otros pensamientos más elevados.
Debemos tener claro que según adquirimos dominio de nuestros cuerpos, también
adquirimos Poder Interno, o lo que es lo mismo, nos unimos más a nuestro propio Espíritu
que es, latentemente, Omnipotente como Dios Mismo, puesto que es parte suya. Cuanto más
nos elevamos por estos medios más influencia recibimos de los planos espirituales en forma
de intuición e inspiración, influencia que, por cierto, a veces nosotros mismos nos
preguntamos de dónde vienen. Así podemos ver claramente que por nuestra forma de pensar
podemos cambiar toda nuestra vida, carácter e incluso aspecto físico; los fracasos se
convierten en éxito y las tristezas en alegrías; sólo debemos hacer dos cosas:
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Antes de hablar deberíamos pensar más lo que vamos a decir, la relajación física y
mental armoniza los cuerpos y facilita la expresión del Alma. ¿Cuántas veces ofendemos al
día por no pensar antes lo que vamos a decir? Si nos pusiéramos en el puesto de los demás no
hablaríamos igual. Si llevamos esto a la práctica veremos que en poco tiempo habremos
avanzado bastante y sentiremos cierto regocijo interior por saber que ya no perjudicamos
tanto a los demás.
Se dice en ocultismo que debemos buscar el bien en todas las cosas y más aún si es en
las negativas, si meditamos esa frase podemos llegar a las siguientes conclusiones:
1ª. Practicándolo persistentemente llegaremos a conseguir no fijarnos en lo malo que veamos
o que oigamos a nuestro alrededor, esto a su vez implica no criticar y no crear pensamientos
negativos que perjudiquen al resto de las personas.
2ª. Así aumentamos la atmósfera mental positiva de nuestra aura y del lugar donde nos
encontremos, a la vez, beneficiamos a la humanidad por nuestra acción directa e indirecta.
3ª. También colaboramos con las Leyes Divinas y las Jerarquías que las administran.
4ª. Creamos causas nuevas que en algún momento vendrán a nosotros como efectos
beneficiosos y posibilidades de desarrollo.
5ª. Transmutamos el mal y así aumentamos el bien en los mundos espirituales, y colaboramos
para la eliminación de la maldad en los mismos.
6ª. Colaboramos con el mantenimiento de la salud del cuerpo físico.
7ª. Somos un ejemplo a seguir y despertamos cualidades similares en los demás.
8ª. Podemos hacer que nuestros posibles enemigos se vuelvan amigos.
9ª. Aplicándolo a nosotros mismos conseguiremos:
A. Elevar las virtudes y cualidades
B. Atrofiar todo lo que tenemos de negativo y perjudicial por medio de “no
practicarlo ni pensar en ello”.
10ª. Que practicando todo esto, no nos faltará el Aliento del Espíritu que nos ayudará a crear
un santuario en nosotros mismos, donde nos reconfortaremos en momentos de debilidad.
Si nos fijamos en lo malo solamente casi seguro que nos haga criticar, y eso hace que
esta fuerza mental y oral arrase con todo lo que se ponga delante de ella. Estas críticas no
llegan a ninguna parte ni benefician a nadie, sino que aumentan el mal en los mundos
inferiores. La crítica es una úlcera en el carácter y ésta debe ser eliminada cuanto antes
porque, si hemos de criticar, ha de ser en sentido de poner los medios necesarios para
remediar una situación negativa y ayudar a las personas en su progreso. Si sugerimos o
indicamos las faltas de los demás debe ser de manera que nuestra sugestión sea la mejor o la
más positiva solución para remediar ese problema, pero además, debe ser hecha de manera
que no se ponga ningún sentimiento personal en contra. Hay un medio para acostumbrarse a
no criticar o no ver lo malo en los demás, este es: “Estar siempre pendientes de ver el bien en
todas las cosas, personas y situaciones que nos rodean a pesar de lo adverso que pueda
parecer”. Esto construye una forma mental que con el tiempo se convertirá en una bendición
para nosotros en todos los sentidos, materiales y espirituales. “Elogiad todo lo bueno que
veáis en los demás, sea de importancia o no, sed comprensivos y tolerantes y por último,
perdonad todo, porque de esta manera os mantendréis perdonados”.
Debemos ser precavidos con el uso de la mente respecto a las creencias, estudios,
imaginación y cosas similares donde no estemos seguros de que son buenas, porque si no lo
hacemos formamos una especie de nube obscura o coraza que no permite que el Ego nos
aconseje y guíe. Un ejemplo de esto son las personas que se encierran en pensar en las
tristezas y el pesimismo, ellos no admiten consejos de nadie, ni reciben la influencia clara de
su Alma que les quiere guiar. También hay actualmente muchas personas que se encierran en
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un mundo de total fantasía, sólo porque se dejan llevar por su imaginación y por los libros y
enseñanzas que cada día proliferan más. Cierta persona puede traer la tendencia a interesarse
por las enseñanzas ocultas y los misterios, y quizás empiece por leer libros sobre el tema ovni
o por interesarse por los poderes del Espíritu con intenciones personales y egoístas. Si esta
persona se deja llevar por su imaginación y por otras personas que ya están metidas en ese
mundo, (que afirman que curan con gemas, colores, sonidos, arquetipos, chacras y un sin fin
de cosas más o le cuentan que hacen el viaje astral y son videntes) esta persona puede torcer
su posible destino e interés por la Verdad. Esta persona comienza a rodearse de pensamientos
que tienen que ver poco con la realidad espiritual y esto hace que acudan elementales de ese
tipo de vibración. A continuación empezará a trabajar para que esa clase de imaginación
aumente, y si está metida en algún grupo o centro donde se sumerja más en ese mundo, donde
“todo es por algo y por que tiene que ser así”, o la hacen pensar que ella puede conseguir todo
lo que quiera por el simple hecho de desearlo y sin explicarla cómo trabajan las Leyes
Divinas, etc., puede caer más aún en ese mundo irreal.
Lo positivo de todo esto es la experiencia, gracias a ella se dará cuenta que tiene que
aprender a discernir entre lo real y lo irreal, entre lo que es verdaderamente útil y lo que no, lo
que lleva al desarrollo espiritual o a lo contrario. Se dará cuenta de que no tiene tan fácilmente
al alcance de su mano todos esos poderes que dicen, que no es tan fácil conseguir tantas cosas
sobrenaturales, muchas veces se reirán de ella cuando diga muchas de las cosas que le cuentan
o que ha leído en los libros que ofrecen todo esto y más, con tal de vender o ganar dinero.
¿Sería el mundo como es si las personas que dicen que curan por tantos y tantos métodos, se
dedicaran a curar a todos sus familiares, amigos y otros muchos como acto de amor, o es que
deben de hacerlo a cambio de dinero? ¿Estaría el mundo como está si fuera cierto que hay
tanto vidente, contactados con seres espirituales y adivinadores del futuro por medio de bolas
de cristal y otras muchas cosas más, o es que hay que decirles de qué manera pueden ayudar a
la humanidad para evitar la delincuencia, droga, asesinatos, violencia, etc.? ¿No será que el
egoísmo está por encima de lo humanitario y fraternal, y se meten en ése mundo irreal y
fantasioso para engañar y sacar dinero por medio de decir que pueden desarrollar no sé
cuántos poderes, a todas las personas que pueden? Está claro que la ignorancia es el mayor
enemigo del hombre y ya es hora de que aprenda a gobernar y a utilizar a su mente.
Lo mismo que la mente nos traiciona dejándose llevar por el deseo del alcohol o de
cualquier cosa que nos guste y que debilite nuestra voluntad, también disfruta -si se la deja-
en ese mundo de poderes, viajes astrales y clarividencias, pero ¡Cuidado! muchas personas
han terminado muy mal de salud física y mental por ignorar dónde se meten. El
discernimiento y la meditación son muy importantes en el camino del esoterismo y el
ocultismo y lo que hoy muchos llaman magia blanca es más negra que blanca. Es bueno tener
presente lo que sigue: Magia negra es todo lo que pueda perjudicar a alguien y lo que se haga
en contra de su voluntad y con intención de dominarle o inducirle a hacer algo que él no desee
(amarres, hechizos, mandar pensamientos para hipnotizar a alguien o para inducirle en una
determinada dirección, etc.) Magia blanca es todo lo que hagamos por ayudar amorosa y
altruistamente a la humanidad. Es el acto de transformar el mal en bien, es actuar siempre con
la sana intención de ser un instrumento para la realización de la fraternidad en la Tierra, es
orar por los demás, mandar pensamientos y sentimientos de amor y de salud, es intentar ver
siempre la parte buena de las cosas que otros muchos ven mal. “Dirigir vuestra mente
siempre de una manera voluntaria y consciente hacia el bien de la humanidad y estaréis
haciendo magia blanca, y estaréis colaborando en la transformación del mal en bien junto
con las Jerarquías y Seres que están por encima del hombre común”
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Cuando creamos formas de pensamiento destructivas que nos limitan o si nos dejamos
influenciar y dominar por el mal o ideas falsas y fantasiosas estamos encarcelando al Ego y le
estamos impidiendo que nos hable, entonces nos limitamos a nosotros mismos y decimos que
la vida es triste y no merece ser vivida. Para luchar contra esto debemos crear formas de
pensamientos de optimismo, alegría, felicidad y otros similares, con el convencimiento de que
se manifestarán; estas formas mentales se unirán, por ser de la misma vibración, y crearán un
gran poder interno de tal fortaleza que acabará con esas rejas que no nos permiten vivir la
verdadera vida espiritual. Sólo los pensamientos erróneos bloquean el poder del Alma, si los
cambiamos veremos la vida desde otro punto de vista más elevado. La felicidad sólo reside en
la mente y por el control y substitución de los pensamientos es como obtenemos la clave de la
felicidad y el éxito en la vida.
Con respecto a este tema hay que mencionar dos principios metafísicos:
1º. Mantened la mente siempre positiva y alerta respecto a qué pensamientos tenéis, no
la tengáis inmóvil e inerte, el pensamiento positivo corta la influencia de los pensamientos
ajenos que os puedan penetrar; además, así mejorareis las condiciones mentales para la
materialización de las cosas.
2º. Cuando estéis en apuros o tengáis problemas, no continuéis creando formas de
pensamiento negativas sobre el problema, porque eso sólo os traerá depresión y tristeza,
cambiad los pensamientos a positivos y pensad en Dios, así construiréis una fortaleza para la
bondad y el éxito.
La fuerza del pensamiento es el medio más poderoso para obtener conocimiento del
mundo que nos rodea, por medio de la concentración el hombre se puede abrir paso a través
de cualquier obstáculo o llegar a descubrir lo más profundo de las cosas. El hombre inclinado
a despreciar su fuerza mental no sabe lo que hace y, por lo tanto, le será de muy poca ayuda y
utilidad. Con la mente construimos todo lo que verdaderamente somos, tanto visible como
invisible, según sea el desarrollo de nuestra conciencia, así seremos capaces de preparar el
destino de nuestra futura vida. Según pensamos así desarrollamos o no nuestros cuerpos y
auras y de acuerdo a como sean así atraeremos lo bueno o lo malo. Una mente franca, serena
y servicial dará lo mejor de sí misma para ayudar a los demás, será como un Ángel Guardián
de sus hermanos que cuida de no hacerles daño y de ayudar siempre que pueda, será como un
diapasón que por simpatía estimula a otro que está a su lado. Nuestros pensamientos unidos a
nuestros sentimientos son semillas que vamos sembrando para que puedan fructificar en otras
mentes, si amamos lo puro y buscamos lo bueno conservaremos y alimentaremos todo lo
bueno que hay en el Universo para que otros puedan alimentarse de ello por medio de su
cuerpo mental.
Algunas personas tienen vislumbres de lo que ocurre en el Mundo del Pensamiento,
incluso antes de contactar con el Maestro, nosotros también podemos comenzar a desarrollar
esto por diferentes medios. Lo primero que debemos saber es que cada vez que meditamos y
razonamos de una manera abstracta, nos situamos en las regiones superiores de este mundo, si
utilizamos la mente en estudios sobre Cosmogénesis, Cábala, Astrología, etc., estaremos
desarrollando la conciencia y la intuición, pero además, empezaremos a sentir la liberación de
otras muchas cosas que nos atan. Nuestra capacidad de abstracción será tal que la conciencia
se compenetrará con los poderes espirituales internos en estado de vigilia y así podremos
empezar a obtener algún vislumbre de ese mundo. En general la mente puede ser mejorada de
diferentes formas. La concentración es uno de los mejores métodos porque además del
beneficio de su práctica sobre cosas elevadas conseguimos liberarla de la influencia del
cuerpo de deseos que tiende a atarnos a lo material y pasional. También es interesante
mantener la mente abierta para que no se cristalice o fanatice en una sola línea de
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pensamiento. Las formas de pensamiento positivas deben mantenerse vivas y ser fortalecidas
por la acción porque, si no lo hacemos, estos pensamientos morirán y los elementales que los
animan y que en cierto modo nos ayudan y protegen, se irán a otro sitio o centro creador
mental para animar otros pensamientos positivos similares.
Verdaderamente no hay muchas personas que sepan o que tenga una idea clara del
poder de la mente, tanto para el bien como para el mal. Mucha gente piensa que por el hecho
de no hablar o decir lo que están pensando no hacen mal a nadie, ¡Están equivocados! La
mente es creadora de formas de pensamientos, estas formas son arquetipos de hechos que en
algún momento se manifestarán en el mundo físico, dependiendo de la fortaleza y repetición
que se haga de los mismos. Estos pensamientos se colorean de acuerdo al sentimiento que
hayamos puesto, si el pensamiento y el sentimiento es bueno, como es lógico, también nos
beneficiará en la salud y en el éxito dentro del mundo que nos rodea. Cuando creamos formas
de pensamiento de odio, envidia, temor, celos, etc., las emociones que le acompañan son
fuertes y esto puede alterar mucho el estado general de los cuerpos astral, vital y físico; esto a
su vez se puede manifestar como desequilibrio emocional, psíquico y como mala salud.
Cuando trabajamos positivamente con la mente surgen las emociones que nos causan
amor puro y gozo natural, por lo tanto su influencia es benéfica sobre nosotros mismos. Pero
también debemos asimilar esto con respecto al efecto que pueden causar nuestros
pensamientos en el resto de las personas. Cuando los pensamientos son malos, estimulan la
maldad en la mente ajena y le tientan para que actúe de esa forma y para que forme
pensamientos similares. Sabiendo esto, ¿Qué clase de pensamientos deberíamos crear?
Cuando los pensamientos son buenos son una bendición para la persona que por estar
en la misma vibración los capta, éstos la beneficiarán e inclinarán a hacer el bien, ¿No sería
maravilloso que todo el día estuviéramos creando pensamientos buenos?
Hay un método de innovación que no requiere ningún cambio importante respecto a la
casa o al ambiente que nos rodea, este cambio es superior al físico porque nos conduce al
crecimiento espiritual y requiere la práctica hasta conseguir los cambios en el interior.
Cualquiera puede cambiar su conciencia, no tiene que hacer nada más que cambiar sus
reacciones y actitudes para establecer otras nuevas vestidas con el Amor Crístico y el deseo de
servir. Se trata de dejar que se atrofien - por no practicarlo- las formas obstinadas e inflexibles
de pensar y actuar sobre nuevos ideales, por este medio puede conseguirse cambios físicos,
mentales y espirituales de una manera sorprendente, además transforma el ritmo y la armonía.
MEDITACIÓN
Antes de hacer una meditación es muy importante relajarse perfectamente, por lo tanto
comenzad por poneros cómodos y relajados como anteriormente habéis hecho, hasta
comprobar que nada os molesta y que tenéis totalmente controlado el cuerpo físico.
Comenzad a pensar que sois un Espíritu -como ya sabéis- que tiene varios cuerpos (físico,
vital, de deseos y mental) pero que, por encima de ellos, estáis vosotros y tenéis pleno
dominio sobre los mismos. Sois parte de Dios y tenéis todos sus poderes latentes para
desarrollarlos, en esta meditación vais a trabajar sobre el aspecto mental, pero sin olvidar que
sois como todas las demás personas.
Comenzad por analizar vuestra vida diaria y ver dónde y cómo soléis caer en cosas
que no queréis. A continuación, repetir con toda vuestra convicción y confianza: “Yo soy el
Poder de Dios, mi firmeza y equilibrio son fuertes, y por medio del valor y la confianza
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propia, puedo vencer y dominar esas situaciones incomodas”. A partir de ahí, empezad a
visualizar cómo vosotros, que sois una Vida manifestada por Dios, compenetráis el problema
para haceros uno con Él. La Vida de Dios es la vida Universal que todo lo compenetra y
transforma, vosotros estáis compenetrando el problema y transformándolo hacia un estado
más positivo y elevado. Vosotros sois armonía, paz, equilibrio, bondad, etc., ved como, según
lo compenetráis, lo vais transformando y cambiando, su respuesta es inmediata, vuestros
pensamientos e imágenes mentales se deben transformar en hechos. Repetid las palabras, pero
siendo totalmente conscientes de lo que decís para que eso ocurra; intentad sentir el resultado
de vuestra transmutación; observad como vuestro punto de vista ya no es el mismo de antes.
Sabéis que todo lo negativo puede ser transformado por la mente, y que cuanto más se repitan
estos ejercicios más fácil os será cambiar todos vuestros problemas; persistir en visualizar
cómo por vuestra voluntad, la mente trabaja para que os llegue el sentimiento de unidad y
armonía. No tengáis miedo en “soñar despiertos” para transformar todos vuestros problemas
con las personas y las cosas, ved cómo lo rodeáis y lo lleváis a vuestro interior y lo equilibráis
y armonizáis. No puede ser de otra manera, porque vosotros sois una vida transformadora
armónica y equilibrada. Controlad la mente para que no ande suelta, sujetadla con toda
vuestra voluntad para que no os arrastre, al principio costará pero cuando consigáis su
dominio será la más fiel servidora.
Las palabras dichas con convencimiento tienen mucho poder, pero la mente
concentrada y dirigida con un propósito determinado, pone en marcha una acción que, tarde o
temprano, se manifestará en el plano físico; aprended a controlarla y dirigirla y conseguiréis
el éxito deseado.
Si vuestro problema es laboral, podéis visualizaros a vosotros mismos emitiendo
pensamientos buenos sobre esa persona o motivo que os perjudica, tenéis que esforzaros en
ver como ese problema va cambiando por medio de vuestros pensamientos y sentimientos. Si
es una persona, enviadle pensamientos de amor, amistad y afecto; envolverle con ellos y ved
con vuestra imaginación como esa persona os sonríe. Visualizaros junto a él dándole vuestras
mejores vibraciones por medio de vuestra aura, los elementales de vuestros cuerpos se
encargarán de hacer que le lleguen, y de estimular su parte afectiva hacia vosotros.
Cuando se repite este ejercicio a menudo, estamos programando una serie de
acontecimientos para que cuando llegue ese momento real ocurra, o al menos, nos acordemos
del ejercicio y actuemos para que se produzca lo que deseamos. Cuando por medio de la
imaginación y la visualización, vemos y solucionamos un problema para que llegue a un buen
fin moral, mental y espiritual, podemos tener la seguridad de que tarde o temprano se
producirá -siempre y cuando aprovechemos las oportunidades de nuestra vida cotidiana- Es
conveniente que cada día imaginemos la situación mejor y de una manera más equilibrada,
armónica y bella; ved como ese problema responde positivamente a vuestras buenas
intenciones y pensamientos; ved como sus colores cambian de pardos y oscuros a colores
bellos y claros, ved como su aura aumenta y brilla cada día más.
Persistir en este ejercicio con el pleno convencimiento de que cuando llegue el
momento real del contacto físico con el problema o personas, os acordéis de esta práctica y
actuéis en consecuencia para que llegar a la meta que os habéis fijado.
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Los átomos simientes de cada cuerpo sirven para dos principales cosas:
1ª. “Para grabar las experiencias de las cuales sacamos después el fruto de la vida”.
Ejemplo: En el átomo físico estamos grabando constantemente todo lo que sucede a nuestro
alrededor para que, a la hora de la muerte, nos podamos llevar esa película que será la base
de nuestra actividad en el Purgatorio y en el Primer Cielo.
Las imágenes se graban por medio del aire que respiramos –como ocurre en las fotos,
- estas imágenes se mezclan con la sangre y llegan al corazón que es donde está el átomo,
después de la muerte nos lo llevamos al purgatorio del Mundo Astral, y ahí vemos las
imágenes y sentimos el sufrimiento que hemos causados a otros, para tomar conciencia de
nuestros errores y proponernos no volver a caer.
Una vez aborrecido el mal, ascendemos al Cielo y vemos otra vez la película para
hacer lo mismo respecto a las cosas buenas. De esta forma en cada vida grabamos y
asimilamos el fruto que será la base del futuro destino.
La 2ª acción importante del átomo es que: “Como después de cada vida elevamos su
vibración hacia la espiritualidad, –somos mejores- en el descenso para una nueva vida, ese
átomo actúa como un imán respecto a la materia que debemos atraer para formar los futuros
cuerpos”.
Si en la reencarnación teníamos ciertas tendencias negativas, y unas las hemos
superado en la vida física y otras las sufrimos y aprendemos la lección después de la muerte
por medio del sufrimiento, eso queda grabado en el átomo como “lecciones aprendidas” y,
por lo tanto, la vibración del átomo se eleva.
De esta forma y en el nuevo descenso, este átomo, atraerá materia para la formación
de unos cuerpos más elevados y puros y con más posibilidades de desarrollo espiritual,
intelectual y moral. Así el Ser humano aprende las lecciones, evoluciona, y renace cada vez
en un cuerpo más perfecto.
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CAPÍTULO IV
EL CUERPO DE DESEOS
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gente sabe, es que a partir de ahí, ese elemental vuelve hacia nuestro cuerpo pero
posiblemente aumentado por la maldad del otro. Así, esta persona estaría haciendo mal a otro,
incluso a otros con los cuales el elemental y pensamiento puede ponerse en contacto y a él
mismo porque la Ley le devuelve el mal que le corresponde.
Actualmente se están formando unas creencias que aumentan rápidamente por medio
de personas con poco discernimiento, con poca consideración por los demás y que sólo
buscan ganar dinero para satisfacer sus deseos egoístas. Estas creencias y enseñanzas en
forma de cursos, invitan a las personas a hacerse clarividentes, a hacer el viaje astral o incluso
a contactar con seres extraterrestres y similares que nos pueden dar poderes mentales o
iniciaciones. Otros, ofrecen enseñar a curar a los enfermos a cambio de dinero y por medio de
piedras, chacras, manos, símbolos, etc.; y otros más enseñan a desarrollar poderes por medio
de los Chacras o de la energía kundalini sin saber el gran peligro que eso conlleva. Si
buscamos la parte buena a todo esto podríamos decir que están atrayendo a mucha gente hacia
el mundo del ocultismo y algunos de ellos lo aprovecharan para después continuar con otras
cosas más serias y provechosas. Quizás algunas personas tengan en sus destinos pasar por
estas experiencias para aprender una determinada lección, pero de cualquier forma, creo que
con la Verdad y con las Ciencias Sagradas no se debe traficar ni cobrar dinero. No es fácil
imaginar a Jesús cobrando dinero por enseñar la Verdad a sus discípulos o por curar con sus
manos. Actualmente ha muerto Teresa de Calcuta y creo que es un deber mencionarla como
vivo ejemplo de lo que es uno de los caminos más duros y sacrificados para conseguir el
desarrollo interno espiritual, seguro que Teresa sólo pensaba en “Servir con Amor” y era
partidaria de la frase: “El que quiera ser el primero que sea el último y el servidor de todos”
Es mi sana intención y opinión decir a quienes buscan el desarrollo espiritual interno,
que no es necesario hacer todos esos cursos y pagar dinero a esas personas egoístas para
desarrollar el espíritu. Es conveniente saber que:
1ª. Ningún poder se le concede a la persona a cambio de dinero, si alguien lo obtiene
es porque ya ha trabajado en sus anteriores vidas para merecerlo.
2ª. Si alguna vez alguien despierta este poder en determinada persona será un Maestro
espiritual (Maestro es quien trabaja por el bien de la humanidad sin recibir nada a cambio y
que pasa desapercibido ante el mundo) después de observar al discípulo o tenerle a prueba
(desde los Planos Internos) para que desarrolle una serie de cualidades espirituales.
3ª. Los chacras son centros o sentidos del cuerpo astral, a los cuales se tiene que
adaptar el aspirante espiritual (como el niño se va adaptando y va desarrollando los sentidos
del cuerpo físico desde que nace) por medio de las enseñanzas de un Maestro, o al menos de
una persona clarividente.
4ª. Despertar esos poderes sin la ayuda o preparación adecuada y a través del
desarrollo espiritual de la persona, puede (como ya se han dado casos) causar la muerte o una
enfermedad mental para toda la vida.
5ª. El nivel que tiene la mayoría de la humanidad no permite viajar conscientemente
en los cuerpos etéricos ni utilizar esos supuestos poderes tal y como dicen, excepto ciertas
personas que por determinadas razones lo han desarrollado.
Por consiguiente, no son muy de fiar la mayoría de esas prácticas que hoy aconsejan
para conseguir todas esas cosas que algunos prometen conseguir, aunque, como cada uno es
libre de hacer lo que quiera, allá cada cual. Hay que respetar el libre albedrío y si una persona
admite de buen grado las ofertas de otro para conseguir poderes, allá él y lo que haga con su
dinero. Así colaboramos en la estafa, el engaño, el egoísmo y la ambición, y con muchas más
cosas que entorpecen la evolución y el desarrollo espiritual de las personas que, al fin y al
cabo, son ignorantes y no saben lo que hacen. También es cierto que las personas que pagan
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dinero para desarrollar esos supuestos poderes, se están dejando llevar por su cuerpo de
deseos, y por tanto, están aprendiendo una nueva lección que le será muy útil en esta vida y en
su próximo renacimiento.
El cuerpo de deseos es muy sensible a las impresiones externas mentales así como a
las nuestras propias, normalmente responde a todos los pensamientos con mucha actividad
interna y cambios de color; de aquí la importancia de dominarlo y transformarlo por medio de
deseos puros, amorosos y altruistas. Cuando nos ponemos a orar o a crear pensamientos
elevados estamos atrayendo materia de las regiones más elevadas del Mundo del Deseo y del
Mundo del Pensamiento. Si esto lo hacemos asiduamente acumularemos gran cantidad de esa
materia y se mostrará con un color casi uniforme en nuestro cuerpo astral; eso atraerá
elementales elevados y así seremos una fuente de buenas influencias respecto a las personas
con que nos juntamos. De aquí podemos sacar la conclusión de que el único medio natural
para desarrollar este cuerpo es por medio del esfuerzo continuo por parte de la persona para
ser mejor instrumento de Cristo. Como ya dije, cuando nuestros cuerpos brillan de pureza
vendrá el Maestro y desde los planos invisibles nos enseñará a manejarlos sin ningún peligro.
En líneas generales el Ser humano debería practicar todos los días algún método o
ejercicio que le ayude a desarrollar el espíritu. Todos, en algún momento, podemos tener un
enfado serio y entonces, si no estamos fortalecidos, se nos pegarán esos elementales del mal
que hacen de nuestro cuerpo su templo para el odio y otras negatividades. Cuando nos
ejercitamos a diario en este sentido nos estamos protegiendo de todo ese mal que está por
todos los sitios y que sólo afecta a quien se pone en sintonía con él.
Si una persona se pierde en la maldad, su cuerpo de deseos será un blanco fácil en las
sesiones espiritistas, será presa fácil de los peores deseos que haya donde se encuentre, y al
final, puede terminar obsesionado por algún espíritu para que haga cualquier cosa que incluso
podría arruinar su vida. Luego quizás diga “¿Pero qué he hecho yo?” y otras personas dirán
de él “¡ha perdido la cabeza, no es el de antes!” Esto es totalmente cierto, cuando uno se deja
llevar por los peores deseos puede llegar a cualquier cosa, de las cuales, después de algún
tiempo y cuando haya purificado un poco su cuerpo astral, se arrepentirá. Cuando alguien cae
en esto, su mente cede al dominio del cuerpo de deseos y no es capaz de razonar para ver su
error. También hay que decir que cuando una persona cae en algún vicio o maldad, le costará
mucho sufrimiento deshacerse de esa materia negativa de su cuerpo astral después de la
muerte, por consiguiente, ¿Qué beneficio nos trae dejarnos llevar por el mal o meternos a
hacer prácticas de las cuales no sabemos nada más que lo que nos cuentan determinadas
personas?
No es conveniente dejarse llevar por los deseos de poder y ambición, ni colaborar con
el egoísmo de otros que no saben lo que hacen. El discernimiento, la meditación y el
razonamiento son muy útiles ante la duda, es preferible quedarnos tal como somos y con la
buena intención de ser mejor, que meternos en un mundo aparentemente maravilloso o
fantástico para la satisfacción de nuestros deseos que sólo nos llevará a la pérdida económica
y otros problemas sociales. No es conveniente creer a ciegas ni siquiera lo que dice este libro,
cada cual está en un nivel evolutivo y por lo tanto, no a todos nos sirven los mismos consejos.
Es mejor meditar y discernir desde un punto de vista lógico y razonable y escuchar la voz de
la conciencia, entonces estaremos listos para tomar una decisión o para superar una tentación
o prueba.
Caer en vicios por ceder a nuestros deseos también nos perjudica de otra manera.
Supongamos que somos alcohólicos, toxicómanos, terroristas o cualquier otra cosa similar,
después de morir el cuerpo físico y pasar al mundo astral, nos podemos quedar durante un
tiempo en la parte etérica del mundo físico. Esto significa - y de hecho ocurre- que el
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mal, los Ángeles del destino le facilitarán el camino para que siga en el Sendero ayudando a la
humanidad.
De esta forma podemos ver que el hombre mismo es quien se obsesiona, se crea los
problemas, la mala salud, los vicios, los malos hábitos y un sinfín de cosas más. Las Leyes
Divinas actúan desinteresada e impersonalmente, dando a cada uno lo que busca o se merece.
El Ser humano puede hacerse libre y feliz viendo lo bueno y bello de todo lo que le rodea, o
puede encerrarse y esclavizarse con sus deseos egoístas y con su maldad. Así pues, podemos
decir que el hombre es el resultado de sus propios deseos, emociones, pensamientos y
acciones y que tiene lo que le corresponde.
No conviene quedarnos solamente a meditar con lo dicho sobre cada persona, es
aconsejable pensar en los efectos que causamos en los demás, así encontraremos respuesta a
muchos problemas que nos ocurren en la vida. Tener presente que “cada efecto tiene su causa
y cada causa tiene su efecto,” y el hombre está creando “causas” constantemente. ¿Qué
pasaría si fuéramos conscientes de todas las creaciones originales que hacemos de forma
voluntaria? o sea, que todo pensamiento, palabra y obra fueran creadas de forma consciente y
voluntaria. No crearíamos ni una sola causa o pensamiento de maldad y, por el contrario,
todos serían de altruismo, amor, amistad, simpatía, etc., entonces, ¿Qué es lo que nos impide
comenzar a intentarlo? “Meditad esto, intentad visualizar o imaginar todo lo mencionado, ved
el resultado de todo ello en vuestros trabajos y relaciones sociales, y recordar que el hábito se
hace por medio de la repetición y que con el hábito creamos un nuevo carácter pero, además,
creando un nuevo carácter construimos un nuevo destino”
Lo mencionado anteriormente no es más que una pequeña explicación de cómo el Ser
humano crea su karma individual y colectivo. Es también colectivo porque las Leyes que
rigen el universo hacen que los deseos y pensamientos de cada individuo, además de
reflejarse en su aura y tener su efecto sobre sí mismo, también se unan y se reflejen en el aura
del planeta hasta que, tarde o temprano, cause el efecto que corresponda en bien o en mal
sobre la humanidad que lo ha creado.
Habrá quien al leer estas líneas se pregunte (aunque ya está explicado en parte) que
cuál es la raíz de todo esto. La causa suele ser el “objeto del deseo” que estimula o hace que la
mente ponga su atención en él, pero en realidad no es tal, ya que el objeto de deseo no hace
nada más que invitarnos a desear o a actuar, porque el deseo no es director sino propulsor.
El ser humano es libre de pensar lo que quiera, por tanto puede centrar su mente en el
objeto de deseo y desearlo o incluso pasar a la acción; o bien, no hacerle caso y centrar la
mente y sus deseos en otro objeto o cosa más elevada, o incluso meditar sobre ese objeto que
no nos interesa para sacar conclusiones por medio de un razonamiento. El mecanismo es el
siguiente: El deseo tiene el poder de ser propulsor, y éste engendra al pensamiento, pero el
Ego que está por encima de la mente, puede actuar como director y centrar el pensamiento en
el objeto deseado o no hacerlo, por consiguiente podemos decir que, “el poder director del
pensamiento guía la acción”. Por el pensamiento podemos transmutar el deseo y en
consecuencia la acción y así, modelando el deseo, podemos ser dueños y no esclavos.
La base del karma es algo así como “el lazo que ata al deseador con el objeto
deseado”, esto es atar el Yo al No-Yo”. Cuando el hombre se deja llevar por sus deseos, se ata
a ellos y no tiene nada más que dos caminos para separarse: O bien, solo lo consigue por
medio de la acción o rompe el lazo de unión por medio de un razonamiento lógico y espiritual
para repudiar el objeto según sea su naturaleza. Este es el medio por el cual la humanidad se
ata a la Ley de Renacimiento. Dice Annie Besant en uno de sus libros maestros “La cosa
deseada se asimila al cuerpo del Yo y si es mala debemos eliminarla cueste lo que cueste, si
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no, tendrá que ser eliminada por la lenta acción del tiempo y del pesar”. “Solamente el fuerte
puede matarla, el débil ha de esperar a que crezca, fructifique y muera.”
Sabiendo todo esto, debemos tener claro que la humanidad se libera del renacimiento
según domine su cuerpo de deseos por medio de la mente, y según utilice su mente para crear
bien en el mundo. Si no lo hacemos así, sufriremos el efecto de los malos deseos en el
purgatorio y así aprenderemos que en la próxima vida debemos utilizar la mente para razonar
cuando nuestro cuerpo de deseos nos tiente.
Si nos damos cuenta del mecanismo y de cómo actúa, observaremos que nos podemos
valer de la fuerza del deseo para vencer al deseo, es decir, que la misma fuerza que hace que
nos atraiga un objeto de deseo que se puede convertir en un vicio perjudicial para nosotros, la
podemos utilizar para desear cosas que nos causen satisfacción espiritual. Estos a su vez se
opondrán a los deseos que nos causan dolor, y al final vencerán y harán que mueran. Dice el
Bhagavad Gita “Aún el mismo gusto abandona a quien persevera en la visión del Supremo
Ser”, ése es el valor de la devoción, el amor al Ser Supremo que destruye las ligaduras que
mantienen al corazón en esclavitud de los objetos del deseo. Cuando el hombre descubre la
vida o espiritualidad, se pone por encima del yo personal que se identifica y une a la forma
material. El hombre debe discernir entre lo espiritual y lo personal y así la energía de los bajos
deseos se transmutará en deseos superiores guiados por la mente. De esta forma aumenta y
toma fuerza la “Voluntad” que es un Divino atributo del Espíritu.
Uno de los métodos que podemos practicar es visualizar e imaginar la duradera
tristeza que nos puede causar los deseos, repugnar la imagen del pasajero placer que nos
causaría el deseo y, a la vez, imaginar el dolor que nos causaría en el purgatorio al no poder
satisfacerlo.
Cuando la persona desea elevarse hacia lo espiritual y comienza a practicar, desear y
pensar en cosas positivas para su desarrollo, aunque tenga materia grosera o de baja vibración
en su cuerpo de deseos, ésta no será vivificada más porque los deseos son más refinados. Sin
embargo, debe estar alerta porque los elementales que están en todos los sitios y pueden venir
de cualquier persona, pueden aferrarse a esa materia inactiva para vivificarla, por eso debe ser
fuerte para rechazar estos deseos como cosas extrañas hasta que mueran y le dejen libre.
También durante el sueño podemos ser tentados sobre un deseo o vicio que hemos vencido y
esto nos puede causar angustia inexplicable. Cuando soñamos así, significa que aún tenemos
cierta debilidad en el cuerpo de deseos y que debemos ponernos en guardia por si acaso
renacen.
Es conveniente tener en cuenta que normalmente tenemos dos medios para adquirir el
poder sobre el cuerpo de deseos. El primero es cuando la mente se ve vencida por los deseos
en la vida física y después sufre en el purgatorio. Después del sufrimiento viene la asimilación
de la lección, y así la voluntad se fortalece y se hace “Poder”. Este Poder es el que vence al
cuerpo de deseos poco a poco, o sea que, por cada derrota de la mente asimilamos poder para
la victoria sobre el cuerpo de deseos; así en la matriz del dolor se está formando el futuro
poder que nos hará vencedores. El otro medio es el de comenzar voluntaria y conscientemente
a trabajar durante el día y por la noche para conseguir esta misma victoria por medio del
ejercicio de la retrospección del que más adelante hablare de una manera amplia y concreta.
Hagamos un razonamiento sobre esa frase tan conocida por medio de algunos autores
ocultistas que dicen que hay que “matar el deseo”. El deseo es parte del hombre desde hace
millones de años, el deseo fue el principal motivo de la caída en la depravación y la maldad en
la época Atlante. El deseo gobernaba casi totalmente la mente del hombre que estaba recién
nacida, éste se dejaba dominar por el deseo egoísta y ese deseo le llevó a practicar toda clase
de maldades para su propio beneficio. Esa fue la más baja manifestación de deseo, o sea, el
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deseo de más baja vibración que ha sentido el hombre, sin embargo, y buscando la parte
buena que existe en todas las cosas (o como normalmente decimos que “no hay mal que por
bien no venga”) nos benefició en nuestro desarrollo como nos está beneficiando la “Caída del
hombre” porque, a través de la experiencia y el sufrimiento, adquirimos Sabiduría y
evolucionamos.
El deseo es imprescindible y NO hay que matarle, al menos en la etapa que estamos
actualmente. La humanidad evoluciona a través del deseo por medio de diferentes etapas, y se
debe valer del deseo para desarrollar su Espíritu. La primera etapa es, la del deseo egoísta, en
la cual, no deseamos nada más que lo que nos pueda servir o beneficiar sin pensar en los
demás. La segunda es la que lleva al Ser humano a actuar con el deseo de compartir, porque
ya es capaz de asimilar materia de deseos que hace que tenga sentimientos de colaboración y
ayuda. La tercera es cuando el ser humano descubre que hay una vida superior y comprende
que el deseo es el medio por el cual busca el conocimiento esotérico, místico o similares, que
elevan las vibraciones del cuerpo de deseos y empieza a transformar los deseos egoístas en
altruistas y más caritativos. La cuarta, sería la etapa en la que la humanidad descubre que el
deseo, unido a la aspiración y a los anhelos, es imprescindible para comenzar el Sendero de
Retorno. Ese deseo por lo elevado que le lleva a desarrollar la parte espiritual, es
imprescindible para el individuo que desea elevarse cada vez más hacia los mundos
espirituales. La quinta es la etapa en la que la humanidad comienza a “Matar el deseo” o más
bien a “dejar de desear”. En esta etapa, y pensando ya en cómo podemos dejar de renacer sin
que la Ley de Causa y Efecto nos ate a la rueda de renacimiento, debemos empezar a actuar
con la pura intención de servir o trabajar -en pensamiento, palabra y obra- pero sin deseo por
el efecto y recompensa que nos puedan traer nuestros actos y pensamientos. Cuando la
humanidad llega a esta etapa no debe desear, sino simplemente actuar con el único motivo de
trabajar como un deber y a modo de colaboración con el desarrollo y evolución de la
humanidad. Cuando el Ser humano actúe así dejará de atarse a la Tierra, porque estará
actuando como si su vida estuviera dedicada -a modo de donativo- a la humanidad y, por eso,
le Ley de Causa y Efecto no le obligará a recibir los efectos haciéndole renacer otras veces.
Además, sabiendo que lo que hacemos por la humanidad es como si lo hiciéramos para Dios,
llegamos a la conclusión, de que nuestra labor está dedicada a apresurar la evolución de la
humanidad y de Dios, y esto, queramos o no, nos trae el efecto de nuestras acciones, pero de
una forma muy diferente y más elevada de la que normalmente nos trae la Ley kármica.
Es cierto que la humanidad no está preparada para esta última etapa que he
mencionado, pero algunas personas ya lo han conseguido; otras también están trabajando y
terminando en la cuarta etapa. Es conveniente dejar claro, que el aspirante espiritual debe
comenzar cuanto antes a dominar, transformar y controlar sus deseos según las etapas
mencionadas, no es fácil, pero “el que no comienza no acaba” y “el que no persiste no vence”.
Solamente es vencido el que deja de intentarlo, y en este caso, y como ya he explicado,
nuestro trabajo principal está dirigido hacia el deseo.
Hay personas que son idealistas, y eso también puede ser útil para su desarrollo,
porque un ideal no es ni más ni menos que un concepto fijo en la mente, pero es un concepto
de naturaleza inspiradora que puede ser muy útil para guiar la conducta. El medio más eficaz
para crear un ideal es por medio de influir en el deseo. El mejor momento para crear un ideal
es cuando el cuerpo de deseos está relajado y la mente predispuesta para el trabajo espiritual.
Entonces, la persona debe meditar sobre la finalidad y la meta de su vida y de sus
aspiraciones, después de tener claro todo esto, debe escoger los medios y cualidades que va a
necesitar para llegar a su meta. Una vez que unifique todas sus cualidades en un sólo
concepto, debe representárselo todos los días de la manera más vigorosa posible, de tal
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manera que el ideal aparezca con toda claridad y lleno de belleza y nobleza para que sea
verdaderamente atractivo.
Así, cuando la tentación y los bajos deseos aparezcan, la persona abrazará con el
intenso amor de su corazón y con sus ansiosos brazos ese ideal formado por él mismo. Los
deseos superiores vencerán a los inferiores haciendo que la persona fortalezca su ideal y sus
nobles pensamientos para hacer que los bajos deseos pierdan poder hasta que mueran de
inanición. Así el hombre puede hacer de su enemigo un aliado y de los deseos unas alas que
le eleven al cielo.
A algunas personas les resulta más fácil luchar contra la naturaleza de deseos de la
siguiente manera: Se ponen a meditar e imaginar cómo caen en un determinado vicio (el que
quieren vencer) observan como ceden a las tentaciones de la manera más simple y absurda
porque ni siquiera intentan luchar contra ellas. Observan como cada vez ceden más a ese vicio
y se hunden porque están totalmente dominados y esclavizados, a continuación, ven como su
cuerpo enferma y cambia su forma hasta que, al fin, comprenden su inevitable muerte. Quien
tiene conocimientos ocultos o esotéricos puede continuar este método a partir del momento de
la muerte, imaginándose en el purgatorio sufriendo de una manera muy intensa por no poder
acceder a esos deseos de cosas materiales. Allí, el deseo existe y es más intenso porque no
tiene cuerpo físico que lo amortigüe, pero no puede obtener esos objetos del deseo que en su
vida física le satisfacían, quiere salir de ese lugar, pero sus deseos no se lo permiten y le atan
al mundo astral inferior donde está lo peor de la naturaleza humana y astral. Así, puede - y
debe- ver como cede a sus siniestros deseos, le puede costar muy caro porque, no sólo le
causan sufrimiento en la vida física y en el purgatorio, sino que en algún momento de su
desarrollo deberá vencer esa tentación voluntariamente, ya que él mismo cayó y por lo tanto
él mismo debe superarlo.
Este ejercicio de repulsión tiene el inconveniente de que cuando pensamos en esas
cosas repulsivas, atraemos materia astral de la misma vibración y nos puede perjudicar, si
después no nos fortalecemos con ejercicios y pensamientos espirituales, pero de todas formas,
se puede utilizar cuando no conseguimos dominar ese vicio por ningún otro medio.
El cuerpo astral o de deseos, también se le conoce como cuerpo emocional, y como tal,
también hay que comentar alguna cosa. La emoción es una fuerza motriz que aviva el
pensamiento e inclina a la acción, es el resultado de la acción del intelecto sobre los deseos.
Las emociones son poderosas y muchas personas se ven dominadas por ellas hasta terminar
en elevación o en caída, en alegría o tristeza. Es muy importante la práctica del discernimiento
para hallar el equilibrio ante las emociones, la razón es quién debe dominar, cuando una
persona llora por compasión hacia una amiga enferma, está siendo dominada por el cuerpo de
deseos, y aunque aparentemente esta actitud es positiva, en realidad no está haciendo bien
porque es más útil la ayuda moral y el razonamiento para buscar soluciones a la enfermedad,
que no dejarse llevar por esa emoción que puede perjudicar a la otra persona. Digamos que la
emoción es quien impulsa a la acción, pero esa acción debe estar controlada por el
discernimiento, así es como el Yo Superior, puede ser dueño y guía de las emociones y no su
víctima.
Las personas que se dejan llevar por las emociones, llenan su aura de esa determinada
vibración y a su vez crean una atmósfera similar en sus hogares, como resultado, ellos ven
todo a través de su aura o punto de vista emocional porque lo alteran antes de llegar a la
mente, la cual, no puede interpretarlo tal y como es en realidad. El mejor método para
dominar las emociones es la meditación, pero ésta debe hacerse en los momentos de mayor
relajación o nada más despertarse por la mañana, porque el Ego acaba de incorporarse al
cuerpo físico, y por lo tanto los cuerpos, y sobre todo el cuerpo de deseos, está más relajado.
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Dentro de los métodos que trataremos más adelante, estudiaremos uno que se
relaciona con las emociones, se trata de visualizar y programar nuestras actitudes ante
determinadas situaciones en que nos dejamos llevar por las emociones para luego intentar
estar todo el día pendiente para que cuando lleguen esos momentos, seamos nosotros quienes
podamos dirigir la situación por medio del control del cuerpo de deseos.
Hay quien opina y piensa, que la persona que en esas situaciones o actitudes utiliza la
mente y frena la lengua hasta tener bien claro lo que va a decir y pensar, es un iniciado en el
control de las emociones. “La verdad realza y la mentira deprime,” es mejor meditar y hablar
solamente cuando es necesario y siempre con la verdad y de manera suave y agradable. Los
chismes, las burlas y las críticas crean emociones frívolas y desgastan la energía mental y
moral, por eso, más vale “el buen callar que el necio hablar” porque en el silencio se
fortalecen, se equilibran y armonizan las emociones y así sujetamos la fuerza del carácter.
También es cierto que practicar el silencio nos puede llevar a la descortesía, el desánimo y al
desaliento hacia los demás, por lo tanto, debemos tenerlo siempre presente para actuar en
sentido equilibrado.
Otro método para dominar las emociones, es refrenar las acciones impulsivas. Hoy
estamos acostumbrados a actuar con prisas, sin embargo, en la mayoría de los casos no es
necesario, siempre tenemos tiempo para meditar y razonar con prudencia antes de pasar a la
acción; no es bueno actuar a raíz de un impulso emocional sin haber razonado el hecho con la
suficiente tranquilidad. El estímulo o impulso emocional parte de nosotros, pero es siempre
como respuesta a un estímulo externo, es una energía no razonada, que hace que nos
precipitemos, por tanto, hay que responder con reflexión y calma. La verdad es que nos gusta
lo fácil y no nos gusta refrenar las cosas que nos perjudican, pero el aspirante a la vida
superior, debe estar siempre luchando y renunciando incluso a ciertas emociones que
aparentemente no nos influyen negativamente. La meditación diaria, el discernimiento, el
razonamiento antes de hablar y no responder a los impulsos, son los mejores medios para
transformar las emociones peligrosas en nuestros más y mejores colaboradores.
Cuando la persona domina las emociones las puede utilizar para hacer una buena obra
con el prójimo, esto es, si nos encontramos o tenemos un problema con una persona muy
enfadada sus vibraciones de odio o de mal humor intentarán estimular nuestro cuerpo
emocional para que nosotros también nos enfademos y le respondamos. Así como el odio
despierta odio y el amor también estimula el amor, cuando ocurre un caso de estos debemos
refrenar el impulso de cólera y dejar que las vibraciones del contrario se estrellen contra
nuestro cuerpo emocional inalterable, además, si somos dueños de nuestras emociones
responderemos con amor y paciencia. Cuando respondemos firmemente, y de manera
automática a esas vibraciones emotivas, estaremos preparados para devolver “bien por mal”,
además, de esta forma colaboramos con los Hermanos Mayores y Guías de la humanidad en
su gran obra de limpiar la maldad que hay en el planeta. También y de manera individual,
podemos utilizar nuestro cuerpo emocional para mandar todos nuestros mejores sentimientos
a las personas que queremos y que nos necesiten.
¿Cuántas veces nos hemos visto debilitados para continuar en el sendero del desarrollo
interno, nos hemos quedado sin aspiraciones, sin anhelos de elevación, y no sabemos cómo
continuar? También aquí el cuerpo emocional nos puede ayudar mucho, si creamos las
emociones adecuadas y las unimos a un objeto de devoción, por medio del cual, sacaremos la
fuerza y el ímpetu necesario para continuar nuestro camino espiritual. Aunque hablaremos de
esto más adelante en la teoría de un ejercicio, se trata de trabajar con lo que llamamos
“Adoración”, o sea, dirigir nuestra admiración e intenso amor hacia un determinado Ser de
gran exaltación, porque, quien es capaz de amar y de admirar, posee una de las mayores
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fuerzas de la humanidad. Esto despierta en nosotros el amor y el estímulo, y hace que amemos
lo grande y prescindamos de lo pequeño, si a este gran ideal o Ser ejemplar, le hacemos parte
de nuestra vida, tendremos un gran motivo para actuar siempre de manera benevolente,
altruista y amorosa. Algunas personas verán más fácil hacer estas prácticas reverenciando a su
propio Yo superior, como si fuera su Guía espiritual o Ángel de la Guarda, quienes actúen así,
y amen y honren a ese Ser, estarán acercándose cada día más al vestíbulo de la Iniciación.
Según purificamos nuestros deseos y los hacemos más puros, ponemos a nuestra
disposición sus poderes, y lo mismo que un maestro orfebre comienza por familiarizarse con
sus herramientas y tarda mucho en hacerse hábil en su manejo, así nosotros por medio de la
purificación del cuerpo de deseos, empezaremos a dominarle y con el tiempo, a despertar sus
poderes. Este trabajo también se relaciona con las actividades nocturnas mientras el cuerpo
físico duerme, digamos que, cuanto más esfuerzo durante el día, mejores resultados en las
actividades nocturnas en el mundo astral; cuanto antes nos deshagamos de materia grosera
astral, antes tomaremos conciencia de ese mundo.
El que se encuentra en este nivel del Sendero, debe empezar ya y en serio a elevar sus
deseos hacia lo superior, debe intentar ser un Ser espiritual en sentimientos y deseos, para
olvidarse y dejar que se atrofien sus antiguos deseos animales. Debe dejar de estar a merced
de sus deseos y pasiones, y hacer que se conviertan en anhelos espirituales; debe darse cuenta
de que hasta ahora ha sido un esclavo de sus deseos, y a partir de ahora puede volar a cimas
más altas donde los deseos vayan todos dirigidos hacia cómo ayudar a la humanidad. Somos
libres de hacer lo que queramos, pero cuanto antes empecemos a trabajar, antes aceleraremos
nuestro desarrollo interno, y si en esta vida no conseguimos desarrollar esos poderes,
podemos tener la seguridad de que hemos avanzado a pasos agigantados, y que en otra los
obtendremos. El cuerpo de deseos debe ser nuestro fiel servidor, y no nosotros sus esclavos,
pero la única forma de conseguirlo es cambiando los deseos materiales por otros morales y
espirituales.
Si nuestra voluntad y mente trabajan sobre el cuerpo de deseos con la verdadera
intención de acelerar nuestro progreso espiritual, podemos decir que:
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personas, debemos brillar por nuestra buena voluntad, y una vez que lo consigamos,
podremos cumplir mejor con nuestros deseos.
Desarrollar el Amor es lo que más debemos desear, pero este amor es sólo aquel que
sale del alma y quiere manifestarse en todos los seres para satisfacer sus necesidades
espirituales; la riqueza que más debemos desear es aquella que nos permita tener muchas
oportunidades para servir y predicar la Verdad que conocemos; el Poder que debemos desear
es sólo aquel que nos sirva para elevar a la humanidad en lo moral y espiritual; la Fama no
deberíamos desearla, pero si nos viene, debemos aprovecharla para diseminar nuestro
conocimiento, sabiduría, y Amor por medio de conferencias, libros y cualquier otro medio; el
Anhelo que debemos tener, es el del servicio en pensamiento, palabra y obra, pero no para
satisfacernos a nosotros mismos, sino para beneficiar al prójimo.
Olvidarse de uno mismo para servir y ayudar a los demás es la verdadera meta, y para
ello, hay que empezar por ser amable, simpático, compasivo, servicial, etc., pero no de vez en
cuando, sino siempre y de corazón Hay quien opina que “el tiempo que no se aprovecha en
servir es tiempo perdido”. Cada vez que hacemos una buena obra porque ese es nuestro deseo,
estamos creando la oportunidad de que se produzca otra de mayor importancia, y esto
debemos practicarlo en la medida que nuestros deseos se purifican. Después viene otro paso
más, cuando conseguimos cumplir los deseos de servir y ayudar donde podamos, debemos
intentar crear una “unidad”, quiero decir que no basta con servir, sino que debemos
compenetrarnos con los demás por medio de nuestra aura, identificarnos, penetrar en sus
corazones y comprenderles. Se trata de: “Auxiliar, comprender, conocer y amar”, pero esto
siempre debe ser practicado con humildad, porque la humildad lleva a la Sabiduría. Está
escrito: “Sed humildes si queréis alcanzar la sabiduría, sed más humildes aún cuando la
halláis conseguido”
Se dice que el cuerpo de deseos es el gran tentador, y que si cedemos a su influencia
nos puede llevar a la perdición. El deseo, como todo en el universo, evoluciona, y esto lo
podemos ver si estudiamos la naturaleza personal del Ser humano de hoy y la comparamos
con la de hace unos siglos atrás. Cuando por el desarrollo espiritual pasado, el hombre
contacta con una escuela esotérica o mística en una vida, significa que es un alma madura, o
lo que es lo mismo, que se ha esforzado por superar y purificar su naturaleza personal y está
comenzando en el verdadero camino de la iniciación. Las Escuelas preparatorias, como por
ejemplo la Fraternidad Rosacruz de Max Heindel, representa y enseña el verdadero camino de
desarrollo interno para todo aquel que quiere esforzarse y sacrificarse para vencer
-principalmente- su naturaleza de deseos y comenzar a dirigir sus vehículos de una manera
voluntaria, consciente y emancipada de todo lo que le rodea.
Naturalmente que, hasta llegar aquí, el hombre ha sufrido mucho para purgar sus
deseos, y por eso debe empezar cuando antes a abandonar ese deseo material y egoísta que le
ata a la rueda de renacimiento. Yo no creo que se deba eliminar el deseo, sino solamente los
deseos materiales y egoístas, los deseos de conocimiento y crecimiento espiritual deben estar
presente en esta etapa, después vendrá el deseo de alcanzar al Maestro y la Iniciación;
además, debemos estudiar con qué sentimiento e intención deseamos las cosas, porque si es
con el deseo de ayudar a otros, tampoco se debería eliminar. El hombre debe desear trabajar
por la humanidad, pero identificándose con la vida universal que anima la forma para llevarla
a la perfección. El aspirante o discípulo debe despojarse del deseo de vida, pero de vida
personal, y sin embargo, debe tener el deseo único de estar o servir dónde y cómo Dios le
necesite, su deseo en este sentido será de ser un instrumento de la vida universal.
Esta es la gran diferencia, la humanidad de hace unos siglos y una gran mayoría de
hoy ayudan por egoísmo, y el Ser humano que inicia el sendero del desarrollo interno lo hace
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de corazón y con el único deseo de ayudar a las vidas que son parte de Dios para que alcancen
el desarrollo espiritual cuanto antes. Cuanto más evolucionada es la persona, más tolerante y
compasivo es con los demás. A medida que el hombre destruye en sí mismo el deseo de vida
separada, respeta cada vez más a los que la desean y comienza a adquirir el sentido de lo
eterno en todas las formas que le rodean.
En este Sendero, el aspirante debe llegar a un grado en que no desee la adquisición de
conocimiento espiritual y ni siquiera llegar al Maestro, sino simplemente ser un instrumento
de Dios. De esta forma se vuelve activo como los que tienen ambición, -pero sin tenerla- y
con el único fin de ser un canal de lo superior, así su energía es absorbida por Dios; ese es el
único y principal motivo para su vida.
Una vez puestos a trabajar por lo superior debemos abandonar progresivamente lo
inferior y vulgar, debemos perder lo bajo para ganar lo alto. En esta etapa nos damos cuenta
de que empezamos a vivir en la mente y cada vez menos en el deseo, ya hemos aprendido que
dejarse llevar por ciertos deseos, pasiones y sentimientos es innoble, por lo tanto,
comenzamos a dominar y a seleccionar estos aspectos del cuerpo astral. Después de un
tiempo de más elevado desarrollo, nos damos cuenta de que la mente tampoco nos satisface y
entonces buscamos la vida del Alma para mirar todas las cosas desde ese punto de vista.
Entonces puede surgir el “impedimento” del “deseo del propio desarrollo”, pero no debemos
dejarnos obstaculizar por ese deseo sino que nuestra actuación debe ser la de aceptar cumplir
correctamente con las oportunidades que se nos presentan pensando: “No es un trabajo para
mi desarrollo, sino un deber para con la humanidad y con Dios”
Otro deseo que debemos eliminar, es el de “ser superior a los demás”, debemos tener
cuidado porque, si lo tenemos o vuelve a renacer después de creerle vencido, significa que
todavía estamos en peligro de caer en ciertas tentaciones perjudiciales para nuestro desarrollo.
Ese sentimiento pertenece a la yo personalidad, por tanto, no debemos ceder a ella por el sólo
deseo de crecimiento para el propio beneficio. Así, cuando el aspirante supera el deseo de
crecimiento por encima de los demás, de donde puede surgir el menosprecio, el orgullo, la
arrogancia, etc., debe volverse indiferente y centrarse en el gozo que puede llevar a dar a los
demás, por medio de su ejemplar vida. De modo que no es pensando y deseando cosas para
nosotros mismos como debemos avanzar, sino luchando por el bienestar de los demás. Si
pensamos en nosotros, debe ser solamente con la intención de desarrollar las virtudes y
poderes para poder servir mejor porque, olvidándonos de nosotros mismos por el trabajo
desinteresado, crecemos como partes del Todo.
Si podemos concebirnos como parte de la humanidad y como conquistadores de
nuestro avance en pro de la misma y sin que exista pensamiento o deseo alguno del yo
inferior, entonces habremos elevado y purificado nuestro deseo convirtiéndolo en aspiración
que, en este caso, sí es completamente deseable. El aspirante que trabaja sin preocuparse por
sus propios intereses y procura estar en segunda línea o pasar desapercibido en la sociedad, no
será comprendido, porque la gente comprende y admira al de gran fuerza, conquistador y
famoso que causa impresión y se esfuerza por ser el primero. Para la gente, esta persona ha
conseguido el éxito y ha demostrado ser el más fuerte, pero el Aspirante puede ser mucho más
fuerte aún, y sin embargo no mostrará sus cualidades de ninguna forma porque no quiere
hacerse notar.
El trabajo o servicio a la humanidad sin deseo egoísta es servicio a Dios, porque la
comunicación con Dios está en el corazón mismo de las cosas, y el hombre que hace sus
“deberes” pensando en Dios, derrama toda su energía en ese mismo sentido y así aumenta la
Divina Fuerza que continuamente se está derramando por todas partes. De esta forma no hay
resultado personal en los mundos inferiores, pero con cada acto voluntario en esa línea se
[Escribir texto]
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acerca más a la verdadera vida del Espíritu y se convierte en mejor y más amplia expresión
de la Divinidad. De esta manera, no es correcto decir que no obtenga resultados, pero es que
en el Universo regido por las Leyes, nada puede quedar sin resultado, sin embargo, no hay
resultado tangible que le pueda beneficiar materialmente.
Hasta aquí hemos visto como, en las etapas del aspirante a la vida superior, debemos
eliminar los deseos personales y llevar a cabo los espirituales, es conveniente que cada uno
medite sobre sus deseos para ver cuáles debe fomentar y cuáles debe dejar morir de inanición.
Dijo un poeta que “El deseo es la base para formar un vicio, y el vicio es tan espantoso que
para rechazarlo no hay que hacer nada más que verlo, sin embargo, si lo vemos muy a
menudo nos familiarizamos y unimos a él, y así, lo que ocurre es que, primero resistimos al
deseo, después lo complacemos y, por último, lo abrazamos”. Como nosotros somos libres y
tenemos voluntad propia, podemos alimentar el deseo o utilizar esa misma fuerza para
combatirlo creando mentalmente un nuevo carácter moral y espiritual y llevarlo a la práctica
para que, por medio de la repetición, se consolide como un hábito o nuevo carácter.
“Si queréis vencer ciertos deseos, no los alimentéis pensando en ellos y comenzad a
desear otros contrarios pero sin permitir que la mente se centre en los anteriores.” Esto
requiere fuerza de voluntad pero con cada victoria se fortifica la misma, centrar vuestra mente
en el nuevo deseo y embellecerlo y sacarle el mayor provecho, eso le hará fuerte para que sea
la base de vuestro ideal y línea de actuación en la vida. Tened claro que la mayoría de las
cosas que hacemos están basadas en el hábito mientras que de lo que se trata es de crear un
nuevo hábito espiritual para conseguir atrofiar al otro deseo que no nos gusta. Ya he dicho que
la repetición crea el hábito, el hábito forma un nuevo carácter, y el carácter puede cambiar el
destino de la persona; pero para conseguir esto debéis repetir mucho las imágenes del nuevo
hábito y carácter y vivirlas y sentirlas para que se graven en el subconsciente y os recuerden la
línea de actuación a seguir. También y como es lógico, debe de haber persistencia, lo más
importante del dominio propio consiste en no dejarse llevar por el deseo y la impulsividad.”
MEDITACIÓN
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vencer los obstáculos del desarrollo interno. Intentad tener siempre presente los más elevados
ideales, para que por medio de la repetición mental y física, podáis incorporarlos a vuestra
naturaleza interna. No olvidéis que, como Egos, sois los verdaderos directores de la
personalidad, y si queréis, podéis vencer los deseos materiales con los espirituales.
CAPÍTULO V
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EL CUERPO VITAL
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En éste cuerpo circulan, como he dicho, varias energías, una procede de dentro y actúa
sobre los átomos, la segunda es la llamada fuego serpentino de kundalini, y la tercera
normalmente llamada vitalidad o prana, que absorbemos de la atmósfera y que podemos ver
como puntitos brillantes y vibrantes. Esta vitalidad procede del Sol, y aunque parezca que no
es así, el hombre carga su cuerpo vital durante el día, pero en días nublados se nota que el
hombre absorbe menos vitalidad, de ahí la importancia que tiene saber administrarla. Esta
vitalidad o “prana”, es absorbida por el vórtice o chacra que está a la altura del bazo en el
cuerpo vital, y aunque es brillante e incolora, cuando pasa por este centro se transforma en
siete colores relacionados con los siete rayos, que a su vez se relacionan con los otros cuerpos
superiores. Estos colores o tipos de energía, se distribuyen cada uno de ellos hacia una
determinada parte del cuerpo vital para cumplir su misión, pero el color que más suele verse
por todo el cuerpo es el rosado. Esta energía de color circula por todo el sistema nervioso y es
la vitalidad que se puede utilizar para sanar a otras personas.
El nerviosismo es efecto de la falta de vitalidad, y eso mismo ocurre con todos los
demás síntomas de enfermedades y dolores; cuando una persona enferma se pone en contacto
con otra que rebosa de salud, puede absorber su vitalidad y notar cierto bienestar. Cuando una
persona no se alimenta bien y no tiene los suficientes cuidados físicos y higiénicos o derrocha
mucha energía sin necesidad, se sentirá débil, fatigado y tendrá mareos o síntomas similares;
y como el cuerpo físico necesita de la vitalidad así como del alimento, si no pone remedio
envejecerá antes y tendrá mala salud.
Estos átomos de energía que circulan por el sistema nervioso van debilitándose según
cumplen su misión y su color se hace más pálido hasta que, al final, son expulsados del
cuerpo por los poros de la piel; esto es lo que normalmente llamamos el aura del cuerpo vital
que suele verse transformada en un color azul claro. Con el tiempo, el ser humano
aprovechará esta energía y la especializará para que cumpla una más perfecta misión en todo
el cuerpo vital y físico. Para ello debe empezar por tener una vida sana, una buena higiene,
alimentación sana y sin alcohol, tabaco ni nada que entorpezca o domine la mente ni a los
demás vehículos. Si a eso añadimos una vida sana moral y mental estaremos purificando
nuestro cuerpo vital.
Cada cuerpo etérico absorbe materia etérica, las personas que se ponen muy cerca de
otras absorben la materia etérea que estas expulsan. Así como ciertas personas pueden poner
vitalidad en el cuerpo etérico de otro, también pueden hipnotizar echando los éteres del
cerebro etérico y poner los suyos; y así como también, pueden sanar a alguien si esta enfermo,
también pueden transmitirle involuntariamente una enfermedad (todo depende del desarrollo
del que lo hace).
A estas alturas del libro, ya debemos tener claro que el Ego o Alma está por encima de
todos sus vehículos y que también utiliza el cuerpo vital o etérico para su expresión por medio
del cuerpo físico. Si el Ego puede (y debe) controlar la mente con su voluntad para saber
razonar y discernir, también debe dominar a través de la mente el cuerpo de deseos y
manejarle a favor de su propia evolución. También utiliza el Ego estas energías del cuerpo
vital para conectar los vehículos superiores al cuerpo físico y así poder manifestarse en la
Tierra para adquirir experiencia y asimilar el fruto para acelerar su desarrollo interno.
Sin este cuerpo vital no podría existir el cuerpo físico ni podríamos asimilar el fruto de
la vida, ya que es el asiento de la memoria y es donde gravamos toda nuestra vida desde que
nacemos hasta el momento de la muerte. Además, el Ego también sería incapaz de dominar al
cuerpo físico. A la hora de la muerte y como ocurre con el cuerpo físico, se desintegra y sus
éteres vuelven a sus elementos originales, eso mismo ocurre con los miembros amputados de
cualquier cuerpo físico, con la diferencia de que la parte etérica puede causar ciertas
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sensaciones (por ejemplo picor) como si la parte amputada aún estuviera en el cuerpo. Como
este cuerpo es la energía vital que mantiene vivo el físico, este gasta su energía con cada acto
que hacemos y palabras y pensamientos que creamos y expresamos, pero además, este cuerpo
está en lucha constante con el cuerpo de deseos que es el que principalmente nos perjudica
por medio del deseo y las tentaciones. Quien aprende a controlar sus actitudes y actividades y
quien controla sus deseos negativos y sabe dirigir su mente, si además practica la relajación,
sabrá almacenar energía y ganar bienestar y salud.
Como he dicho, este cuerpo está compuesto de cuatro éteres, pero los dos superiores
llamados “Luminoso” y “Reflector” son muy importantes en el desarrollo interno del Ser
humano. Por cada buena obra, deseo elevado y pensamiento amoroso que creamos, hacemos
una aportación a esos éteres que en realidad son los componentes del “Cuerpo del Alma” o
“Cristo interno.” Estos éteres son el fruto más elevado de nuestras experiencias en la vida, y
cuanto más nos esforzamos en llevar una vida espiritual de amor y servicio desinteresado,
más aumentamos su número y volumen y más bella será nuestra aura porque se irá
transformando hacia un color oro y azul.
Si alguien se pregunta que cómo anima el cuerpo etérico al físico, la respuesta es que
lo hace por medio de sus átomos prismáticos, estos átomos etéricos compenetran a los físicos
y les transmiten su vibración (vida) Estos átomos se mezclan con la sangre y circulan por todo
el cuerpo físico, pero si una persona corta la circulación sanguínea a un miembro del cuerpo,
por ejemplo el brazo, éste se dormirá y no le sentiremos porque los átomos etéricos del cuerpo
vital no circulan ni vitalizan el brazo con su vibración. Cuando vuelve a circular la sangre
sentimos un cosquilleo en ese miembro, significando esto, que el brazo etérico que ha
minimizado su vibración e incluso se ha salido del brazo físico, vuelve a tomar vida y a
compenetrar el mismo.
Cuando una persona está enferma, la vitalidad no circula bien por la parte del cuerpo
afectada y, a la vista de un clarividente, toma un color gris oscuro y un aspecto gelatinoso que
obstruye el sistema nervioso. Cuando por el efecto de la medicina, pases magnéticos de una
persona, o cualquier otro método, el cuerpo vital empieza a funcionar correctamente, pasa a
revitalizar y dar salud al cuerpo físico.
También hay que decir que algunas personas recomiendan hacer ejercicios
respiratorios o rítmicos y muchas veces no saben el peligro que encierran. Estos ejercicios
aceleran la vibración del cuerpo vital y como éste está conectado con los sentidos físicos y
con el sistema cerebro-espinal y nervioso puede causar un gran peligro a las personas. Esos
ejercicios respiratorios fueron dados por los guías espirituales de una raza y sus subrazas,
porque necesitan elevar la vibración de sus cuerpos. Es cierto que se sienten o experimentan
cosas que a ciertas personas les atrae, como por ejemplo sentirse fuera del cuerpo o flotando
sobre el suelo, pero repito, es muy peligroso. La vibración del cuerpo vital debe ser acelerada
por los buenos pensamientos, sentimientos y actitudes en la vida, eso acelera y acrecienta los
átomos superiores y estos nos darán a cada uno lo que merecemos en su momento. Estos
ejercicios producen mal porque desconectan los centros de los sentidos etéricos de las células
cerebrales, pero cuando la pureza de vida controla la energía (y principalmente la sexual) y la
eleva hacia el corazón evitando el aumento del éter vital, estaremos en el camino evolutivo
que nos llevará a desarrollar los poderes anímicos y espirituales que todos tenemos latentes.
Cuando a lo largo de un día de actividad gastamos mucha vitalidad y llega la noche
que debilita la energía solar, el hombre agota sus energías y como ya apenas tiene para
continuar sus actividades, decimos que tiene sueño o está cansado. Entonces, el fluido vital no
circula por los nervios y es necesario que el Ego salga con los vehículos superiores para
restaurar el cuerpo de deseos, el vital y el físico. Una vez restaurado el cuerpo de deseos en el
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mundo astral, restauramos el cuerpo vital introduciendo energía rítmica, la que a su vez, actúa
sobre el cuerpo físico eliminando todo lo que es un estorbo para la salud y la actividad del
nuevo día. Por eso, las personas que tienen preocupaciones o que por cualquier motivo no
duermen profundamente, no pueden restaurar perfectamente sus cuerpos. Esto es porque los
vehículos superiores se ven atados al físico obteniendo como resultado sueños absurdos, fruto
de la mezcla de imágenes del mundo físico y del astral. Como resultado, estas personas suelen
notar cansancio y sueño a la mañana siguiente.
La palabra clave del cuerpo vital es “repetición”, y por esta repetición sobre cosas
elevadas, es como comenzamos el camino hacia la vida superior (Esta es la clave que estoy
utilizando para escribir este libro). El mejor medio para poner en actividad espiritual el cuerpo
vital es por medio del amor y del servicio desinteresado a los demás, pero esto implica que
una vez despertado a esta vida superior nos pida "alimento”, o sea, que continuemos en esa
línea y por lo tanto luchemos contra lo inferior. Esta actividad influye muy directamente
sobre los éteres superiores, y cuanto más fortificados estén más poder tendremos sobre el
cuerpo físico y más facilitaremos la labor de crear un nuevo carácter y nuevos hábitos. Según
trabaja el Ego controlando su cuerpo de deseos por medio de la mente así aumenta el brillo y
volumen de estos éteres.
Las enseñanzas occidentales esotéricas enseñan que el desenvolvimiento espiritual
empieza en el cuerpo vital. Esto significa que cada vez que repetimos actos y pensamientos de
amor o similares, estamos creando un nuevo hábito que alimentará la formación del “Cuerpo-
Alma”. Así es como nuestro cuerpo brillará y los Maestros, que están siempre alerta para
ayudar a aquél que se esfuerza por vivir la vida superior, nos ayudarán a conseguir nuestro
objetivo.
Después de saber esto comprenderemos mejor que cuando una monja, o cualquier otro
miembro de cualquier religión, toma por costumbre repetir cierta oración, está haciendo
principalmente dos cosas:
1ª. Trabajar sobre el cuerpo vital de una manera consciente, voluntaria y en favor de su
desarrollo espiritual.
2ª. Que no permite que el cuerpo de deseos le tiente o le lleve a actuar de determinada manera
para satisfacer deseos que estarían en contra del desarrollo que quiere conseguir.
También es importante la repetición de lecturas, charlas, estudios, etc., porque estas
repeticiones tienen un efecto más estable y duradero sobre el cuerpo vital, estos efectos son
precisamente los que después influyen sobre el cuerpo de deseos y la mente, purificando y
elevando su vibración. El resultado es un cuerpo de deseos más grande y brillante y de unos
colores indescriptibles, y una mente más limpia y pura.
Según trabajamos y avanzamos en el cuerpo vital obtenemos grandes adelantos
espirituales porque incluso podemos borrar muchos de nuestros males por medio del
arrepentimiento, (perdón de los pecados) o del ejercicio de la “retrospección”. El Ser humano
debe cambiar su carácter y temperamento por medio de la repetición de las cosas elevadas y
principalmente por la oración, adoración, meditación, devoción, concentración y observación.
Por medio de estos ejercicios es como puede vencer al cuerpo de deseos y así cambiar su
carácter. La oración junto con la retrospección, son quizás, las mejores técnicas para el
desarrollo interno, pero la oración nunca se debe hacer por intereses personales; las lecturas y
rituales de las iglesias cristianas tienen un efecto muy espiritual sobre el cuerpo vital si se
repiten y hacen con devoción. Por esto es conveniente que el aspirante se observe de vez en
cuando, para ver si aún conserva ese “Amor y Aspiración” que debe tener junto al "Fervor”,
para estar seguro de que está trabajando sobre el cuerpo vital para su desarrollo interno.
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Como ocurre con los demás cuerpos, el Ego también debe dominar éste, pero además,
debe controlar su polaridad y vibración transmutándolo hasta el punto de ser un Iniciado pero,
como es obvio, para ello debe haber una preparación. La persistencia en la repetición de
pensamientos y sentimientos elevados es imprescindible para este desarrollo o sensibilización.
Por la persistencia y la devoción trabajamos sobre los éteres inferiores para facilitar su labor
sobre el cuerpo físico y, a la vez, facilitar la desconexión de los otros éteres superiores. Con la
observación y el discernimiento espiritualizamos los dos éteres superiores, y cuando lo
conseguimos, una sola fórmula del Maestro nos hará capaces de desarrollar ciertos poderes.
Cuando el aspirante consigue esto, puede viajar conscientemente al mundo astral y ser
clarividente voluntario, o sea, “ver cuando quiera y lo que quiera”, cosa que no hacen ni
pueden conseguir estos videntes que normalmente se dan a conocer; ellos ven a veces, cuando
se le presenta la imagen, pero no ven lo que quieren ni cuando quieren. Pero el aspirante
espiritual se distingue por otra cosa mucho más bonita, él se convierte en un auxiliar invisible
por las noches mientras su cuerpo duerme y se dedica a ayudar a la humanidad, bien como
protector o bien como colaborador de alguna de las obras que se llevan a cabo por las noches
en los mundos superiores.
Este cuerpo tiene unos centros o vórtices comúnmente llamados Chacras que, como
los del cuerpo astral, son intermediarios para que el Ego pueda transferir las vibraciones o
formas mentales y deseos al cuerpo físico y así utilizar su cerebro. Estos Chacras del cuerpo
vital, están en la superficie y son como remolinos de diferentes colores por los cuales circulan
también las energías de los cuerpos superiores, no cabe duda que el desarrollo de estos
chacras trae consigo un aumento de conciencia y un despertar de poderes. Los dos primeros
chacras trabajan con energías terrenales y solares y no se relacionan con la conciencia. El
tercer chacra es el que adapta la energía solar para repartirla por el cuerpo, éste está a la altura
del bazo. Los demás cumplen una función relacionada con el cuerpo físico, región inferior y
superior del cuerpo de deseos y con la mente. Estos centros vibrantes están comunicados con
los del cuerpo de deseos y se relacionan con las células nerviosas del cuerpo físico; también
se encargan de transmitir las vibraciones que reciben del mundo exterior al cuerpo de deseos
para su desenvolvimiento. Las energías que circulan por este cuerpo son de diferentes colores
y cada una de ellas tiene una función con determinada parte del cuerpo. Hay un tipo de
energía y color (rojo) que se dirige hacia el primero de los chacras, que normalmente estimula
los deseos sexuales, pero que si se estimula sin la debida dirección de un Maestro clarividente
puede hacer que la persona caiga en las peores perversiones. Sin embargo, esa misma energía
la podemos hacer ascender hacia el cerebro por medio de una vida de devoción y de servicio.
Aunque los cuerpos se relacionan entre sí, estos chacras son individuales de los del
cuerpo astral, los cuales capacitan al hombre para viajar y funcionar en el mundo del deseo
con ellos como si fueran los “sentidos”. Es cierto que los centros o chacras se pueden
despertar por diferentes técnicas o yogas, y eso trae consigo cierta actividad con el resultado
de despertar algunas cualidades y capacidades latentes, unas serán buenas y otras malas. Lo
cierto es que, como dicen los verdaderos ocultistas que han investigado los cuerpos y mundos
invisibles, el Ser humano no debería intentar despertarlos hasta que no haya evolucionado lo
suficiente moral y espiritualmente. Dice Leadbeater en “Los Chacras”, que son graves y
terribles los peligros que pueden traer ese despertar, además de los sufrimientos y afecciones
que causan a los vehículos superiores. Hoy, desgraciadamente, hay muchas personas que con
tal de ganar dinero dando cursos, hacen creer que ellos enseñan a despertar esos chacras para
conseguir así desarrollar los poderes. ¡Mucho cuidado! la mayoría de los que dan cursos de
este tipo “no saben lo que hacen”.
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personas han hecho un compromiso ante su propio Espíritu para que, por diferentes ejercicios
y con persistencia, el cuerpo vital pueda ser un vehículo espiritual para el Ego. Estas personas
están dirigidas por los Hermanos Mayores de la Orden Rosacruz y salen del cuerpo físico por
las noches para ir a curar a las personas que lo solicitan, luego, cuando vuelven, unos son
conscientes de su labor y otros no, pero de cualquier forma ellos también trabajan con su
cuerpo vital en esta gran obra.
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También el lenguaje tiene gran importancia, en los primeros pasos del aspirante debe
aprender cuanto antes a controlar sus palabras para no causar dolor, no solamente por la
crítica que hiere, sino también en la forma del lenguaje que puede causar menosprecio, o
fijarse en las debilidades y defectos de los demás. El aspirante debe quitarse todo aquello que
pueda causar dolor a otro, por eso, si intentamos ser una misma vida con la vida de los
demás, nos costará más hacer daño al prójimo; esto es lo que en otras palabras se llamaría “el
deber de evitar herir a nuestros hermanos”. Pero ¡cuidado! Hay otra forma más sutil aún, que
hace que muchas veces no nos demos cuenta del mal de nuestras palabras, esto es por medio
del lenguaje bromista, ridiculizador, o imitador que algunas personas tienen por su falta de
sensibilidad.
Hay otras maneras sutiles de tentar al Ser humano para caer muchas veces, entre ellas
está el orgullo o el poder. Un verdadero aspirante a la vida superior, debe tener bien claro que
no debe tener ningún tipo de orgullo por mucho que sepa y haya adelantado, pero hay más,
porque después de vencer eso, debe tener más cuidado de no tener orgullo de no ser orgulloso
o de ser humilde en pensamiento palabra y obra. Debemos ser humildes, sencillos,
benevolentes, etc. pero el sentido en que lo que hagamos, lo debemos hacer como un deber
por el bien de la humanidad y de nuestra propia evolución interna; la personalidad debe pasar
desapercibida y no llamar la atención. Con el deseo hay que ser más cuidadoso, porque si le
dejamos crecer en las primeras etapas, luego será tarde y nos costará mucho deshacernos de
él. Por lo tanto, el hombre no debe pensar en adquirir conocimiento para tener orgullo y poder,
sino para que ese conocimiento sirva de ayuda al mundo. Después de esto llegaremos a la
siguiente fase en que lo importante es “ser instrumentos de Dios”, debemos ser activos como
los que tienen ambición, pero solamente con el fin de ser un canal para las influencias de
nuestro Yo Superior.
Respecto al trabajo, diré que el aspirante debe ser un vivo ejemplo en el trabajo del
mundo, pero ese ejemplo debe ser perfecto, y para que sea perfecto no debe de haber deseo
por el fruto de la acción. Lo mismo que Cristo trabaja y se sacrifica por la humanidad año tras
año, nosotros también nos debemos llenar de ese mismo Espíritu para trabajar mejor, y no
para nuestra ganancia. Si trabajamos siendo conscientes de que somos parte de Dios, no nos
tiene que preocupar el fracaso, porque sabemos que Dios no puede fracasar. Si a simple vista
parece que algo fracasa podemos pensar que es algo necesario, y por lo tanto, no es un fracaso
desde el punto de vista de Dios. La única duda es si ha sido un error nuestro, pero si lo hemos
hecho lo mejor posible, podemos decir que todo está bien y no tenemos por qué
preocuparnos. Por otro lado, no debe preocuparse el aspirante por que su trabajo sea apreciado
o no, lo importante es que el trabajo se haga y de la mejor manera posible, porque el Maestro
y los Seres que velan por nuestro desarrollo lo reconocerán. Sin embargo, tampoco eso lo
debemos tener en cuenta, el motivo debe ser siempre hacerlo como si fuera para Dios, porque
así es como si fuera para la humanidad, ya que Dios y nosotros somos Uno. Lo que Dios
desea y lo que Él haría, son las cosas que debemos tener como motivos de acción.
Si notamos que en nuestro interior no hay felicidad, debemos buscar el motivo, pero
en la mayoría de los casos es porque no estamos trabajando o colaborando en el Plan de Dios,
eso significa que no estamos haciendo lo suficiente. El estar ocupado en la colaboración con
Dios respecto a la humanidad, nos da felicidad y no nos deja tiempo para las preocupaciones
terrenales, solo el hecho de estar creando pensamientos benevolentes, ya es un medio de
colaboración con el Plan de Dios. El interés por el trabajo debe ser constante porque hay
mucho, de esta manera no tendremos ocios inútiles o infructíferos desde el punto de vista
espiritual.
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Cuando nos ponemos a trabajar de una manera persistente, con confianza y buena
voluntad, y vemos los buenos resultados de nuestro progreso, debemos tener cuidado con los
sentimientos y pensamientos que creamos. Es mejor pensar que somos instrumentos de Dios y
que cumplimos con el deber, que no pensar, “Yo he hecho esta buena obra y obtengo muy
buenos resultados para mi desarrollo”; es preferible pensar: “Me siento feliz de haber hecho
esta buena obra porque sé que servirá de ayuda a alguien”. Pero además de esto, también es
importante que no nos sintamos satisfechos con determinado estado de desarrollo, eso
significaría un estancamiento o paralización. Para que esto no ocurra, debemos estar siempre
pensando de qué manera podemos emprender una nueva etapa o una nueva obra, lo
importante es pretender alcanzar y desarrollar nuevos trabajos y decidirse a ir siempre
adelante para elevarnos en el desarrollo interno. Nunca nos debemos dejar vencer por los
fracasos, las inquietudes y los problemas, que al fin y al cabo, son temporales, debemos
adelantarnos y dirigir nuestra mirada hacia el futuro para decir: “Ya he superado estas
debilidades, ahora soy de esta otra forma pero todavía me quedan estas otras cosas que vencer
y estos otros trabajos que realizar”. Sólo se puede considerar vencido aquél que deja de
intentarlo por medio de la persistencia.
Cuando hablo que superar nuestros defectos para desarrollar virtudes y trabajar por la
humanidad, quiero decir que el pecado de la humanidad es nuestro pecado, porque mientras el
Ser humano sea parte de la humanidad y la humanidad tenga manchas, también las tendremos
nosotros y nos afectarán. Pero esto también implica otro hecho, cuando un hombre cae en
algo negativo, también está haciendo caer a la humanidad, porque él y todos sus cuerpos están
unidos a los cuerpos y vidas de toda la humanidad; este conocimiento nos tiene que dar las
fuerzas suficientes para no ceder a las tentaciones y debilidades. Cada victoria y adelanto
espiritual que hacemos se lo debemos a la humanidad, pero además, nuestro adelanto también
repercutirá en el adelanto de la misma. Los trabajos del Ser humano en la vida así como
después de la muerte, como también el que hacen la infinidad de seres celestiales que existen
en los mundos invisibles, van todos dirigidos hacia el desarrollo individual y colectivo del Ser
humano. Toda la actividad de los mundos se centra en que los individuos adelanten cuanto
antes por medio de sus cualidades y virtudes para que las desarrollen con sus hermanos que
les siguen y que son inferiores.
Una de las cosas en las que tenemos que estar alerta es en la sutil forma de
“separatividad” que nos puede venir por cualquier medio. Una persona con un cargo sobre
otros, otra persona muy inteligente, otra con buenos medios económicos, etc., suelen crear
barreras que separan el aspecto humano entre ellos y los demás, esto puede llevar consigo el
orgullo, la arrogancia y otros aspectos similares. El verdadero Ser humano, la Chispa Divina,
es parte del Gran Todo y hermano de los demás, si Dios -como todas las religiones afirman- es
Amor, nosotros tenemos y somos ese Amor, y los demás también, la única diferencia es que
unos lo manifiestan más que otros o de diferente manera. Cuando sabemos esto y vivimos
positivamente, nos unimos a los demás porque, según está escrito, “Si nos amamos
mutuamente, Dios está en nosotros y Su Amor es perfecto en nosotros,” luego entonces, no
debemos construir ese muro separativo. Debemos tener claro que si nos dejamos llevar por
cualquier forma de separatividad sobre cualquier persona, lo que estamos haciendo es unirnos
a ella por medio del karma. Peor es aún, cuando nos apartamos de otro con horror por su
forma de ser y le respondemos negativamente, porque lo que hacemos entonces es empeorar
su camino con nuestros pensamientos, sentimientos y actitudes. Es cierto que a veces no
podemos ayudar físicamente, pero sí podemos hacer dos cosas: 1ª. Ayudarle con pensamientos
y sentimientos amorosos. 2ª. No crear ni una sola vibración negativa con respecto a esa
persona.
[Escribir texto]
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No nos debe impresionar ni servir de crítica el mal que hace una persona, más bien
debemos responder con comprensión y tolerancia, sabiendo que está en un grado inferior de
desarrollo y que nosotros hemos pasado por ahí o quizás podamos pasar todavía. No nos
hagamos ilusiones de separarnos del “Mal”, esas personas malas somos nosotros mismos y
más que construir muros separatistas, debemos derribarlos y ver de qué manera podemos
ayudar. Las personas verdaderamente buenas están llenas de Amor hacia los que se dirigen o
están en el mal, pues saben que ellos han pasado por ahí, se están identificando con sus
defectos porque saben que los han tenido, pero además, saben que esas personas están
evolucionando a través de la experiencia del mal y después se harán fuertes en el bien. El
hombre puede evolucionar por sus propias experiencias o por las experiencias de los demás.
En el caso que estamos comentando, podemos sacar provecho de ese mal en que han caído
esas personas, pero sin separarnos, debemos aprender de sus experiencias para nuestro propio
desarrollo. Sin embargo, eso no nos debe dar motivo para criticar, ni hacernos pensar que
somos mejores que ellos, más bien debemos pensar: “Me podía haber pasado a mí, lo tendré
en cuenta”.
A menudo comentamos hechos sobre el “Sendero” pero, ¿qué es el Sendero? No es
ningún camino especial que esté en determinado lugar. El sendero le construimos nosotros
mismos cada vez que damos un paso en el dominio y transformación de la personalidad, y
abrimos nuestros sentidos, y la mente en particular, a esa conciencia que nos intenta guiar por
los atajos espirituales. Según el temperamento y carácter de la persona así es el sendero,
puede estar lleno de espinas, de rosas perfumadas o de Ángeles que acompañan; ahora bien
¿Cómo construimos o encontramos ese sendero espiritual?, Valiéndonos de todo lo que nos
rodea y de lo que llevamos dentro. En algún momento utilizaremos la devoción, la religión o
las lecturas litúrgicas, pero otras veces utilizaremos el conocimiento esotérico. El hombre que
trabaja ardientemente está construyendo su sendero.
Debemos saber que ningún medio por sí sólo nos llevará a la meta, todo lo que nos
rodea y que se cruza en nuestro destino nos puede servir y debemos intentar sacar provecho
de ello. Debemos aumentar la devoción, lo mismo que la comprensión y la tolerancia, o
valernos de nuestras propias victorias sobre nuestros vicios y defectos, para no volver a caer
en otros nuevos. El Ser humano que quiere desarrollar su propio sendero, debe vivir su vida
desde el punto de vista espiritual y ha de emplear todas sus facultades y poderes para ello, así
se manifestará lo que el hombre es verdaderamente en su esencia, “Una manifestación de
Dios”.
La persona que controla sus vehículos dos horas al día, está dando grandes pasos, pero
el que lucha con empeño para elevarse hacia su Espíritu, percibe los obstáculos en el sendero
como vibraciones de naturaleza inferior que debe rechazar y apartar a un lado de su camino;
además, siempre está en guardia ante los obstáculos o tentaciones que le puedan hacer perder
el equilibrio. El estudiante fervoroso de la vida interna no puede apartarse de la realidad, debe
ser práctico y firme para aplicar constantemente sus ideales en la vida diaria. Cuando
comenzamos a andar verdaderamente sobre el Sendero de Santidad, nuestro progreso aumenta
a pasos agigantados siempre que continuemos esforzándonos. Hasta aquí se dice que el
hombre progresa en sentido aritmético (2 - 4 - 8 - 16 - etc.) pero parece ser que, como
respondió un Maestro a su discípulo: “Cuando el discípulo pone todas sus energías, voluntad
y amor en conseguir elevarse, su progreso no aumenta en proporción aritmética ni geométrica,
sino por potencias”
MEDITACIÓN
[Escribir texto]
63
CAPÍTULO VI
EL CUERPO FÍSICO
[Escribir texto]
64
cuerpo físico es el último de la constitución septenaria del ser humano, y gracias a él y a sus
sentidos, podemos experimentar en la Tierra para sacar provecho de las experiencias y unirlas
a todas las de las otras vidas. Así obtenemos lo que llamamos “Conciencia”, que es la que nos
advierte cuando hacemos mal porque en otra vida ya hemos sufrido por ello.
El cuerpo físico es, como decía San Pablo, “El Templo del Espíritu -Dios-” y éste lo
necesita para evolucionar. Cada cuerpo es individual como las huellas mismas, porque el
Espíritu construye su cuerpo de acuerdo a sus necesidades de desarrollo y al destino que
traiga para recoger lo que sembró en su anterior vida. Por eso, cada persona tiene el deber de
mantener su cuerpo sano y en plena disposición para ser el instrumento de trabajo del
Espíritu. El alimento, la higiene, el deporte, respirar aire puro y, sobre todo, no ingerir cosas
que perjudiquen y dominen a la mente, son imprescindibles para que este cuerpo viva el
tiempo que está predestinado a vivir; si no es así, envejece y muere antes.
Lo mismo que nosotros nos podemos considerar células físicas que evolucionamos por
medio de una conciencia en un Cuerpo Macrocósmico del cual no conocemos el límite, así
mismo nuestro cuerpo físico es el cuerpo macrocósmico para las células que, con su pequeña
conciencia, están evolucionando en él. Las células nacen, evolucionan y mueren -como
nosotros en este planeta y sistema solar- y para ellas nuestro cuerpo también es infinito. Esto
me lleva a comentar la frase bíblica: “EN Dios vivimos, nos movemos y tenemos nuestro
Ser”, esto significa que nuestros cuerpos invisibles están formados de materia del mundo al
cual pertenecen, y cada uno de nuestros cuerpos está unido a cada uno de los siete mundos de
diferente densidad que existen en este Universo. Cuando llegamos a lo más elevado, al mundo
del cual procede nuestro verdadero Espíritu, nos encontramos con que estamos en el propio
Mundo de Dios, al cual debemos volver a través de nuestro desarrollo interno y de las
posibilidades latentes que de Él tenemos. Si meditamos esto, veremos que esa frase es cierta
como lo es también esta otra: “Dios está más cerca de nosotros que nuestras propias manos”,
lo que significa que la humanidad, aún aparentemente física, tiene en sí mismo y en diferentes
grados de materia, el infierno, el purgatorio, el cielo y al mismo Dios. Según el nivel
espiritual en que nos encontremos, estaremos en uno de esos sitios. Vida tras vida vamos
elevándonos hacia Dios, que es la meta de perfección, pero esto tiene que ser
imprescindiblemente a través del cuerpo físico; por eso hay Santos que dicen que han visto a
Dios, y otras personas que caen en drogas se encuentran como en el infierno o tienen visiones
terroríficas.
Podemos tomar dos motivos importantes de este comentario: 1º. Que necesitamos el
cuerpo físico para evolucionar, y por lo tanto lo debemos cuidar. 2º. Que si lo hacemos así,
estamos colaborando con infinidad de materia sutil y física como las células, para que ellas
también evolucionen a través de nuestro cuerpo. Hay otros muchos aspectos que podrían
servir para comprender lo importante que es el cuerpo físico, pero creo que el lector sabrá
meditar y sacar sus propias conclusiones.
Todos los cuerpos, como todos los mundos, están compuestos de siete grados de
materia pero en el cuerpo físico, aparentemente, sólo hay tres: sólido, liquido y gaseoso La
ciencia ya no considera el átomo como lo más denso de la materia sino que lo considera
energía por que ha conseguido separar sus componentes, además, sigue descubriendo que la
materia se va haciendo más sutil. Así, el cuerpo físico, tiene ése otro cuerpo vital compuesto
de los cuatro grados de densidad de materia para que en total sean siete.
Cuando éste cuerpo etérico se separa a la hora de la muerte, cuando la vida abandona
el cuerpo físico, estos átomos, células y moléculas, vuelven a su estado natural en el mundo
físico para que puedan ser usados en la construcción de otros vehículos. Dependiendo de
nuestro esfuerzo por mantener un cuerpo sano y un estado moral e intelectual espiritualizados,
[Escribir texto]
65
así, esta materia podrá servir -como ocurre con toda la de los demás cuerpos- para la
formación de otros vehículos, cuyos Espíritus estén en ese grado de vibración. Podemos decir
que el esfuerzo que una persona haga para su propia evolución, no sólo le beneficia a él, sino
que también beneficia a otros muchos seres que están evolucionando en los otros mundos.
El desarrollo que pueda conseguir el Ser humano con su cuerpo físico no es suficiente
para hacerse un ser perfecto en la Tierra, pero cuanto más trabaje por su perfección y
mantenimiento, más está facilitando el trabajo evolutivo de los cuerpos invisibles. El cuerpo
físico es nuestro instrumento y lo debemos cuidar y usar para nuestro propio desarrollo, nunca
debemos dejar que los cuerpos nos dominen. El cuerpo debe ser refinado, modelado y
educado para la mejor expresión del Espíritu, y estos aspectos son los que hay que repetir,
fomentar y practicar. El cuerpo físico es fácil de guiar sabiendo que nosotros tenemos poder
sobre la mente y el cuerpo de deseos, por eso podemos inducirle y acostumbrarle a todo lo
más fructífero desde el punto de vista espiritual. Naturalmente que, como el timón del cuerpo
físico está en el cerebro y le gobernamos a través del cerebro etérico del cuerpo vital, si
tomamos cosas que afecten al cerebro y al sistema nervioso estamos impidiendo el poder de
manejar ese timón. Si hacemos esto, estamos impidiendo la expresión de la conciencia, y si
esta conciencia no se expresa, los átomos, células y moléculas del cuerpo físico, pierden el
gobierno que hay sobre ellas de tal manera que pueden manifestarse enfermedades y otros
inconvenientes para la evolución.
Para una buena salud y armonía espiritual es imprescindible cuidar el cuerpo físico y
dominar el cuerpo astral y mental. Recordad que si no hacemos esto, y al contrario,
maltratamos, drogamos, derrochamos su energía y mal alimentamos el cuerpo físico, estamos
formando barreras para el desarrollo y evolución de nuestro propio Espíritu.
Dice Mme. Blavatsky que la ciencia nunca ha estado tan cerca de las enseñanzas
esotéricas como hasta ahora cuando dicen que: “Nuestros cuerpos, así como los de los
animales, plantas y minerales, están completamente formados por seres (bacteria, microbios,
etc.)” Esto es cierto hasta donde la ciencia alcanza con todos sus medios, porque hay
innumerables vidas que aún no han podido -y tardarán mucho- detectar y estudiar. La materia
física es la misma en todos los cuerpos y reinos de la naturaleza, las vidas que lo animan
también; cada partícula orgánica o inorgánica es una vida, cada átomo y molécula son
productores de vida y de muerte para la forma. Estas diminutas vidas son las que forman las
células, y éstas a su vez las moléculas, y así hasta formar el cuerpo físico, pero todo eso se
produce gracias a la “Vida”. Si el hombre no valora la Vida el cuerpo muere, y todos estos
microbios y agentes destructores desintegran la materia y el cuerpo se deshace quedando, por
tanto, el hombre sin vehículo de manifestación y sin posibilidad de desarrollo. La conciencia
de las moléculas y células las hace apresurarse a cerrar heridas, pero si la conciencia del
hombre no está en el cuerpo, eso no se produce. La muerte del cuerpo ocurre cuando la
energía del cuerpo vital se retira y deja a las diminutas vidas en libertad, a partir de ahí, esas
vidas descoordinadas siguen sus propios impulsos, se separan unas de otras y tiene lugar lo
que llamamos descomposición. Entonces ya no tienen coordinación por medio de la
conciencia y dejan de cumplir su misión volviéndose locas, así, estas vidas destruyen la
“Forma” que resultaba de su correlación y organización.
Podemos comprender que el hombre es dueño de su cuerpo, gracias a que “toma
conciencia de él” por medio de sus vehículos superiores, si el hombre no toma conciencia de
su cuerpo no lo puede utilizar para su propio desarrollo pero, ¿Cómo se forma éste cuerpo
físico? Cuando el Ego se encuentra en su “propio hogar”, desnudo y sin ningún cuerpo
todavía, siente la necesidad de volver a renacer para continuar experimentando en la vida
física y así sacar provecho de la misma como desarrollo espiritual. Según el grado de
[Escribir texto]
66
desarrollo o vibración de sus últimos cuerpos, así atraerá la materia -como un imán atrae al
hierro- del mundo mental y astral. Esa materia será la más adecuada para formar los cuerpos
de más elevada vibración que los anteriores, y por este medio están más predispuestos para
sacar mucho mayor provecho de la futura vida física.
Una vez en la región etérica del mundo físico, donde debe formar su cuerpo etérico,
obtendrá la ayuda de los Ángeles del Destino (agentes del karma) Cada cuerpo tiene un átomo
simiente, y este es el que en el descenso del Ego, desde los mundos espirituales hasta el
mundo físico, atrae la materia que está en sintonía con su vibración y es la fuerza que
representa el propio desarrollo que ha alcanzado el Ego a través del renacimiento. De acuerdo
al desarrollo obtenido y al destino que tenga ese Ego en el mundo físico, los Ángeles forman
el cuerpo vital o molde etérico, en base al cual se formará el cuerpo físico. Ese cuerpo etérico
tendrá la formación, calidad, y vibración necesaria para que el futuro cuerpo físico tenga
determinada forma, enfermedades, vitalidad, etc., y le pondrán en la matriz de la madre -ya
elegida karmicamente- para que se forme el futuro cuerpo.
A partir de la fertilización del óvulo y al cabo de pocos meses, el Ego penetra en el
cuerpo de la madre y forma su cuerpo físico. Una vez que nace, aún tiene conciencia de los
mundos espirituales y aún está en contacto con otros seres invisibles, después de un tiempo
comienza a perder contacto con esos mundos y comienza a tomar conciencia de su cuerpo
físico y del mundo donde va a desarrollar y experimentar otra nueva vida.
Cuando pasan 7 años nace el cuerpo vital, a esta edad es muy importante trabajar con
la repetición de cosas elevadas, devocionales y morales sobre el niño. A esa edad, y puesto
que los niños son todo “ojos y oídos”, empiezan a grabar y formar la memoria y el
subconsciente, que es una base importante para toda su vida. Cuanto más se repitan las cosas
buenas, mejor quedan grabadas en este cuerpo y serán la base para las buenas costumbres y
hábitos. A los 14 años nace el cuerpo de deseos, a partir de aquí la persona empieza a sentirse
más mayor, le cambia el tono de voz, le sale el vello en el cuerpo, y comienza a interesarse
por el sexo opuesto, desde ese momento y si no tiene una buena base, se puede dejar llevar
por los deseos, pasiones, sentimientos, etc., por lo tanto, también es muy importante una
buena educación moral, espiritual y sexual. A los 21 años nace la mente, -mayoría de edad- a
esta edad es cuando podemos desarrollar la voluntad, la responsabilidad y el discernimiento;
si ha habido un buen trabajo en los años anteriores esta persona podrá utilizar su cuerpo físico
para alcanzar un gran desarrollo espiritual, podrá hacer del cuerpo un instrumento perfecto
para razonar, vencer los deseos y tentaciones y tener un cuerpo sano.
Estos cuerpos son, al fin y al cabo, la manifestación del arquetipo que formamos en los
mundos espirituales y que es la indicación del desarrollo obtenido hasta ahora por el Ego. Si
nos esforzamos en desarrollar las mejores cualidades espirituales, cuando nos llevemos el
fruto de esta vida, elevaremos la vibración de ese arquetipo y tendremos una vida futura
mucho más elevada en todos los sentidos, porque el fruto de una vida se transforma en mayor
perfección y mejores oportunidades para la siguiente.
Viendo el valor e importancia que tiene el cuerpo físico, alguien se preguntará: ¿Qué
ocurre con las personas que se suicidan y se quedan sin cuerpo físico antes de lo debido? Dice
Max Heindel en sus libros de Preguntas y respuestas: “El arquetipo que formamos con la
ayuda de algunas Jerarquías Superiores tiene una nota-clave o determinada vibración, en base
a la cual vibran los átomos simientes de cada uno de los cuerpos del hombre. Estos, a su vez,
transmiten esa vibración al resto de los átomos que componen los cuerpos para mantener la
forma y el equilibrio”. La diferencia entre un suicidio y la muerte natural está en que a la hora
de la muerte, cuando la vida abandona el cuerpo físico, el Ego se lleva este átomo porque en
él está grabada toda su vida y de ahí es de donde saca su provecho y desarrollo interno; pero
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cuando alguien se suicida, se queda sin cuerpo físico, y sin embargo es como si continuara
viviendo en él. Mientras el cuerpo deba vivir hasta una determinada cantidad de años, el
átomo vibrará, pero al no tener cuerpo físico, el suicida sufrirá por ello en un grado máximo
porque la misión de este átomo, entre otras, es la de mantener la materia unida. Cuando una
persona se suicida y se queda sin cuerpo físico también se lleva el átomo, pero como no era el
momento de su muerte, el arquetipo sigue vibrando y por lo tanto el átomo físico también,
esto causa una sensación similar a “estar vacío”, y esto a su vez, puede compararse a tener un
hambre muy intensa. Echará de menos el cuerpo físico, y aún teniendo materia física a su
alrededor no la podrá utilizar como cuerpo, esto le causa un gran sufrimiento que le durará el
tiempo que dure la vida del arquetipo. Así enseñan las Leyes Divinas a la persona que se
suicida a valorar y cuidar su cuerpo físico y a no escapar de la escuela de la vida. Esto se
gravará en su conciencia de tal manera que en la vida próxima no se le pasara ni siquiera por
la imaginación maltratar su cuerpo físico, además, es posible que incluso tenga miedo a la
muerte.
Es conveniente poner también un ejemplo de lo que ocurre a la persona que se deja
llevar por los deseos de alcohol, drogas, o cualquier cosa de las que dominan al hombre.
Además del efecto que tienen sobre su carácter, nervios y forma de pensar, estos productos,
pasiones y obsesiones llevan a debilitar y a crear desarmonía en todos sus vehículos. Cuando
un hombre alcohólico o dominado por cualquier otra droga, pasa al Mundo del Deseo, siente
la necesidad de continuar consumiendo ese producto, pero como no tiene cuerpo físico, no
puede satisfacer ese deseo y esto hace que sufra tres veces más que si estuviera aquí en la
tierra; se afirma que tres veces más, porque el cuerpo físico amortigua los deseos, cosa que en
el mundo astral ya no ocurre. Cuando en este sufrimiento quieren satisfacer ese deseo no le
queda otro remedio que acudir a donde haya ese producto para intentar compenetrar su cuerpo
astral con él. Por ejemplo, si es alcohol, irá a bares o establecimientos donde se consuma, y
compenetrará los cuerpos de las personas que beben para absorber las partículas o gases fruto
del alcohol que hay en el estómago. A la vez, estimularan el cuerpo astral de esas personas
para que sigan bebiendo, no sacarán gran cosa pero se consuelan. Por esta razón dicen los
verdaderos ocultistas clarividentes que el espectáculo que se ve en estos sitios de alterne es
repugnante.
Con estos ejemplos podemos imaginar el sufrimiento y el dolor que el hombre se
busca a causa de dejarse llevar por el alcohol, tabaco, drogas, sexo, etc. Lo peor de todo, es
que estas personas no pueden elevarse hacia planos más elevados, hasta que por medio del
sufrimiento hayan aprendido la lección de que el Ser humano debe dominar la materia y el
mundo físico y no al contrario. Cuando estas personas aprendan que esa droga no sirve para
nada más que para obstruir su desarrollo y para hacerles sufrir y ya no la echen de menos ni la
necesiten, entonces se ven liberados de esa región del mundo astral y pueden elevarse al cielo.
Ahora nos podemos preguntar ¿Qué sacamos de toda esta clase de vicios que tenemos y que
nos dominan?
El cuerpo físico del niño es elástico y el del anciano rígido, este cambio se produce a
través de los años de vida, pero siempre por medio de todo lo que metemos por la boca. Todo
lo que ingerimos se distribuye por el cuerpo gracias a la sangre, y es la sangre la que muestra
como estamos en general de salud. Si nuestra alimentación es lo más natural posible,
introduciremos en el organismo pocos productos calcáreos y alimentos similares que nos
perjudiquen y nos hagan envejecer antes de lo debido. Lo mismo que la planta se alimenta de
minerales, de otras plantas vegetales, y de insectos -carne-, así mismo hay animales que se
alimentan de carne de animales que ellos matan, otros comen carne y otras cosas que no lo
son, y otros ya ni siquiera comen carne. El hombre, cuanto más salvaje más carnívoro es, hay
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otros que comen carne y vegetales y otros que ya ni siquiera comen carne. Esto demuestra
que la evolución no deja escapar nada y que se muestra incluso en la alimentación de los
reinos de la naturaleza. Esto indica que según el hombre se desarrolla interna y
espiritualmente, irá dejando de comer carne por muchas razones que ahora no voy a explicar.
Cuando esto suceda, el cuerpo físico durará más tiempo y será más flexible y sutil, sobre todo
porque las plantas tienen mucha más vitalidad que la carne y no tienen tantos componentes
que perjudiquen a la salud.
Esta es otra de las razones importantes para cuidar el cuerpo físico, el hombre debería
estudiar y aprender qué productos o alimentos perjudican al riñón, al hígado, al estómago,
etc., para después consumir los que pueda y que perjudiquen menos.
Como ya hemos mencionado, el niño va tomando conciencia física desde que nace y
va descubriendo su cuerpo mientras va perdiendo la conciencia espiritual, la clave es: “tomar
conciencia del cuerpo físico”. Yo he llegado a la conclusión, de que uno de los mejores
métodos para desarrollar esa conciencia, es por medio de la concentración y la meditación
durante y en cualquier momento del día. Esto es que, cuando estemos escribiendo observemos
nuestra mano y veamos cómo se mueve, cómo es, su agilidad, etc.; que si vamos caminando
observemos cómo se mueve nuestro cuerpo, cómo camina, cómo respira, cómo escucha, etc.;
que si estamos sentados en un autobús observemos cómo nuestros ojos perciben las imágenes
de cerca y de lejos, cómo vemos los cuerpos que utilizan los Egos que están evolucionando
como nosotros. Se trata de tomar conciencia de todo lo que hacemos por medio de la
“observación” de nuestro cuerpo y lo que hacemos con él.
“Practicad esto y meditad cómo el Ego percibe todas esas cosas y cómo las puede
dominar y dirigir; observad cualquier parte de vuestro cuerpo y meditad ¿Qué es? ¿Cómo se
ha formado? ¿Por qué está vivo? ¿Cómo hacemos que se mueva?
EJERCICIO DE RELAJACIÓN
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Comienza la relajación por los pies, imagina que los huesos están sueltos, como si no
tuvieran músculos para unirlos, los músculos son tan sumamente suaves y finos que no los
notas... suelta los músculos...aflójalos más...cada vez más...es como si preguntásemos a los
miembros que si están relajados.
Continua por toda la pierna, viendo y sintiendo cómo esa zona se relaja... al principio
parece que la pierna pesa mucho, pero cuando la relajas totalmente parece como si flotara...
afloja los músculos, intenta sentir e imaginar que tus piernas cuelgan del tronco como dos
simples cuerdas... Es importante sentir que los miembros están pesados al principio para
luego, por medio de la imaginación, comprender y sentir que cuelgan o flotan porque no
pesan nada.
Pasa al otro pie y haz lo mismo que antes, imagínate los huesos sueltos, los músculos
muy flojos... que parezca como si los músculos no existieran... Si en estos momentos os
pusieran de pie vuestras piernas se balancearían por su propio peso...intentad
experimentarlo...aflojad los músculos más y más...ya están completamente sueltos.
Antes de continuar, repasa la otra pierna por si se ha puesto tensa. Ahora haz lo mismo
con las manos y brazos, siente que los huesos están sueltos, los músculos relajados y sueltos...
imagina que te levantan el brazo y de pronto lo sueltan y rebotan en el tronco por su propio
peso. Una vez relajados, ya apenas los sientes y parecen dos hilos colgando que se mueven
por la fuerza del aire...el sistema nervioso no te molesta porque está relajado y controlado.
A continuación céntrate en el tronco, imagínate que está muy pesado, está como muy
hundido en el colchón de plumas... suelta todos los músculos del tronco, pero principalmente
la espina dorsal y las cervicales... tu columna debe estar totalmente suelta y floja... los huesos
separados y los músculos como suaves hilos de seda... tus órganos funcionan perfectamente,
tu respiración... los latidos del corazón... ¡Relaja los músculos del abdomen, relaja el corazón,
observa como la sangre muy oxigenada llega hasta el último rincón de tu cuerpo y lo relaja
completamente!
Recuerda que las cervicales deben estar muy relajadas. Da un repaso a las piernas.
Ahora céntrate en la cabeza, suelta la mandíbula... los músculos de la frente... de la
boca... los párpados...los labios...la lengua... la barbilla...Imagina como la sangre fluye y relaja
todos los músculos de la cabeza, los globos oculares quedan completamente sueltos. Relaja
todos los músculos y siente como todas las partes de tu cabeza quedan sueltas, como si
estuvieran separadas.
Ahora olvídate de tu cuerpo, estas en la cabeza. Tú como Ego y por medio de la mente
controlas tu cuerpo, tus emociones, tu sistema nervioso.... Sé tu mismo y no pienses en nada
sólo sé tú, un Ego que es consciente de que tiene varios cuerpos y está relajando su cuerpo
físico... ahora intenta sentir lo que es tu cuerpo...escúchale y sé consciente de lo que
manifiesta...
Ahora que eres el verdadero Ser, tienes que proponerte superar todas las cosas que
entorpecen tu desarrollo espiritual, propóntelo y visualiza cómo lo vas a superar todo cuando
llegue el momento, y como cambias tu punto de vista sobre la vida y el ser humano. Observa
como te haces más servicial y amoroso con todo el mundo.
Este es el mejor momento para proponerte una nueva vida llena de actitudes positivas
hacia todos los seres que te rodean, recuerda que eres un Espíritu, y que en estos momentos
estás en tu propio mundo... el Espíritu te da lo que necesitas para elevarte. Él es Amor y el
Amor lo puede todo....
Relaja tu mente unos momentos más, y cuando te apetezca salir de la relajación da una
respiración profunda y piensa “voy a salir de esta relajación”, a continuación mueve los dedos
de las manos y de los pies... Toma una segunda respiración profunda y sé consciente de donde
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estás, a continuación mueve las piernas y los brazos... toma la última respiración profunda
para mover la cabeza y el resto del cuerpo. Por último, abre los ojos ....
Al principio intentad hacer esto como si te lo estuvieran dictando, luego lo puedes
hacer como te apetezca, pero recuerda que es mejor practicar cinco minutos diarios que dos
horas al mes. Si lo haces tal y como lo he dictado y persistiendo, conseguirás los objetivos
que menciono, y verás que éste ejercicio es muy beneficioso incluso para todos los cuerpos.
Recuerda que tienes que llevar a la práctica los compromisos que haces cuando estás en lo
más profundo de la relajación.
Mi mejor deseos para vosotros es que lo consigáis y lo sepáis utilizar para vuestra
mejora física y espiritual.
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CAPÍTULO VII
EL KARMA
La palabra “karma” suele estar cada día más en boca de las personas que se interesan
por los conocimientos esotéricos, esta palabra significa “acción” y está unida a la Ley de
Causa y efecto y, en cierto modo, a la de Renacimiento. Es muy importante tener claro que el
Ser humano es la causa de todo el bien y todo el mal que existe, tanto en sentido individual
como colectivo. En otras palabras “Cada pensamiento, palabra y obra que el hombre hace,
tiene su efecto sobre él mismo y sobre la humanidad.”
Si hay un “Plan Divino” perfecto, y se debe llevar a cabo hasta su perfección, debe de
haber Leyes Divinas y perfectas que actúen justamente dando a cada uno lo que se merece,
pero siempre con la mejor intención. Si esas Leyes nos deben llevar a la meta de perfección
por medio del desarrollo espiritual, debe ser siempre por medio del Amor, igual que nosotros
queremos guiar a nuestros hijos por el mejor camino y a veces les tenemos que castigar, pero
lo hacemos por su bien y no por caprichos personales. Estamos en un Universo donde rigen
las Leyes Divinas -como en la Tierra rigen las creadas por el hombre- y no las debemos violar,
pero sí las podemos conquistar para trabajar con ellas. Actuando así, no crearemos mal ni
desarmonía en el Universo porque todo mal es el resultado de la ignorancia de estas Leyes, y
más concretamente de la de Causa y Efecto.
Antes de centrarme en el Karma, quiero explicar algo sobre los “Elementales” que
tanto mencionan algunas personas. Todos los mundos están habitados por innumerables
Jerarquías, unos por encima del hombre como son los Ángeles, Arcángeles, Querubines,
Serafines, etc., y otros por debajo y que normalmente les conocemos como espíritus de la
naturaleza -Gnomos, Ondinas, Silfos, Salamandras, etc.- y elementales. Estos seres inferiores
no pertenecen al esquema evolutivo de la humanidad pero, sin embargo, su mundo está
compenetrado por el nuestro, ya que es de materia más sutil, y no nos molestamos unos a
otros en ningún sentido. Es decir, que lo mismo que en una habitación puede haber varios
tipos de alumbrado -vela, fluorescente, bombilla, etc.- y cada uno cumple su misión sin
interferirse para nada, así el mundo físico está compenetrado por otros mundos etéricos, y los
seres que evolucionan en ellos no nos molestan ni perjudican mientras nosotros no nos
metamos en su mundo y entorpezcamos su labor o desarrollo.
Para hablar del karma hay que hablar de los elementales pero, ¿Qué son los
elementales? Los elementales son vidas no individualizadas, -con respecto a nosotros - que no
son conscientes de lo que hacen y están involucionando a través de los mundos como si
formaran parte de la materia de los mismos, con la diferencia de que responden a los
estímulos exteriores para así comenzar a “experimentar”. Por ejemplo: Los elementales del
mundo mental están “menos evolucionados” que los del mundo de deseos, porque éstos ya
han descendido más y han aprendido a responder a los estímulos de nuestros pensamientos y a
[Escribir texto]
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las Jerarquías de ese mundo, y ahora lo están haciendo de igual manera en el mundo astral.
Por esa fase -o similar- ha pasado el Ser humano, y según hemos involucionado hacia la
materia, nos hemos familiarizado con sus diferentes grados de densidad, y hemos empezado a
utilizarla hasta que hemos adquirido el poder de crear formas para poderlas utilizar como
vehículo experimental. Con esta explicación queda claro que hay elementales -vidas- en los
diferentes mundos donde estamos evolucionando, y que estos elementales se sirven de
nuestros pensamientos, deseos y emociones para evolucionar ellos también. Actúan de
acuerdo a las Leyes Divinas y del propio mundo donde están, por eso, cuando hablamos de
cómo la Ley de Causa y Efecto nos devuelve el mal o el bien que hemos hecho, podemos
decir que ellos también intervienen como agentes de esta Ley. Pero como he dicho, no son
inteligentes ni tienen maldad, sólo responden a determinadas vibraciones de la materia y la
utilizan para su propia “evolución”.
Gracias a estos elementales la humanidad es consciente del mundo que le rodea, siente
gracias a que estos elementales transforman las vibraciones exteriores en sensaciones, son
ellos los que hacen que podamos influir a otros con nuestros pensamientos, sentimientos y
deseos. Cuando una persona es consciente y tiene el poder de trabajar en los mundos
invisibles, puede, por medio de su voluntad, ordenarles lo que quiera por medio del lenguaje
del sonido y el color. Estos obedecerán, (aunque seamos inconscientes de ello) todo lo que se
le mande sin discernir entre lo que es bueno y lo que es malo -en este secreto radica la magia
negra, aunque muchas personas hoy la practiquen diciendo que es magia blanca- Por eso,
entre otras cosas, se han ocultado estos conocimientos.
Pongamos un ejemplo de cómo funcionan estos elementales a nivel del trabajo mental
humano. Cuando una persona crea un pensamiento, la vibración de ese pensamiento, atrae un
elemental que está en la misma vibración y utiliza a éste como vehículo del cual adquirirá
experiencia, dependiendo del trabajo o misión que tenga. Si es un pensamiento que va
dirigido contra otra persona, este elemental irá hacia la otra persona e intentará penetrar y
afectar a su cuerpo mental para estimularle o hacerle pensar en el mismo sentido de la forma
de pensamiento que él lleva. Después de esto, el elemental vuelve al creador del pensamiento
y le devuelve -como efecto- el mal o bien que ha mandado, pero engrandecido por el efecto
que haya causado en la persona a quien lo mandó.
De esta forma, el elemental “evoluciona dentro de su involución” utilizando los
pensamientos del hombre como alma y vehículo. Pero, como he dicho, están en todos los
mundos y por lo tanto, están en nuestros propios cuerpos invisibles. Sabiendo esto podemos
llegar a la conclusión de que tienen relación, no solamente con los pensamientos, sino que
también la tienen con el cuerpo emocional. Es decir, que nuestros deseos, sentimientos, odios,
etc. también les sirven para experimentar por medio de esa respuesta vibratoria.
El mundo del pensamiento es el mundo del sonido y el del deseo es el mundo del
color, esto también significa que estos elementales se dividen en multitud de vibraciones de
sonido y color para poder utilizar y responder a los pensamientos y deseos del hombre. Esto
es así, cuando pensamos una determinada cosa, emitimos una vibración en nuestro cuerpo
mental, -que se relaciona con el Mundo del Pensamiento- esta vibración o sonido atrae a un
elemental que esté en esa vibración y éste actúa como un transmisor. Cuando este
pensamiento desciende al mundo del deseo para que se forme el sentimiento, emoción o deseo
adecuado, acude otro elemental del color, -del Mundo del Deseo- que también lo utilizará para
asimilar algo de la experiencia que ese pensamiento tenga. Por eso, los clarividentes que
alcanzan a ver el cuerpo de deseos, ven toda una serie inmensa de colores en movimiento que
indican el estado emocional y de deseos en que esa persona se encuentra. Con esta
explicación llegamos a la conclusión de que el hombre está atrayendo constantemente a estos
[Escribir texto]
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elementales y los está utilizando para manifestarse y para percibir las impresiones del mundo
físico. Hay algo más importante aún, y es que, por medio de ellos estamos sembrando ese
“karma”, bueno o malo, que en su momento nos repercutirá en esta vida o en las próximas.
Si meditamos sobre estas enseñanzas, podemos darnos cuenta del beneficio de ciertos
hechos ya mencionados, como por ejemplo la repetición -nota clave del cuerpo vital-, para
que por medio de su práctica podamos formar un cuerpo mental y de deseos más elevados.
Por este mismo conocimiento llegaremos a la conclusión de que podemos crear un medio
ambiente de paz y armonía en cualquier rincón de la casa, a través de la oración y la devoción,
ya que así atraeremos elementales que se identificarán con esas vibraciones y trabajaran
aumentando la armonía espiritual. Pero también es cierto que si una persona se encierra en
crear pensamientos negativos, lo que está haciendo es formarse una especie de cárcel que no
le permitirá ver la luz -el bien- y no querrá ni que le hablen. Hasta que esta persona no
comience a pensar positivamente para atraer elementales más elevados, no podrá descubrir lo
positivo de la vida y de las personas, porque esa coraza es como un cristal oscuro y sucio
que no le permite ver claramente el mundo real.
Este es un ejemplo concreto de cómo actúa el karma, la persona misma es quien se ha
encerrado en su propio mundo de negatividad y tristeza. Sin embargo, el hombre tiene la
Voluntad como primer aspecto del Espíritu, y es esta voluntad la que le puede sacar del
sufrimiento que ella misma se ha causado. El hombre es libre, y nadie es quién para quitarnos
ese derecho, ni los Ángeles y Arcángeles lo hacen, porque saben que es un derecho universal,
por lo tanto, el que aquí en la Tierra quita la libertad u opera sobre la voluntad de otra persona
para que haga algo que no quiere, no sabe lo que está haciendo y la Ley kármica se lo tendrá
que enseñar.
El hombre puede cambiar su carácter y destino gracias a este conocimiento oculto y a
que puede crear pensamientos y sentimientos espirituales que atraerán elementales
seleccionados por todos sus buenos ideales. Cuando estos se repiten, crecen y toman colores
brillantes que atraerán más materia similar de esos mundos, hasta que el Maestro vea la “luz”
que brilla en la oscuridad y haga acto de presencia. El hombre puede hacer mucho bien a la
humanidad gracias a este conocimiento, porque, no solamente va sembrando bien con sus
buenas acciones y pensamientos, sino que además, puede, de manera voluntaria y consciente,
mandar pensamientos y sentimientos amorosos y desinteresados a otras personas, para
ayudarles a superar muchos problemas. También es esta la forma en que el hombre se crea su
propia atmósfera -aura- espiritual, su templo invisible en el que se refugia para orar y
fortalecerse ante las pruebas difíciles, su espíritu familiar, y incluso el espíritu de patria,
religión, etc.
Si el hombre no pensara no tendría karma, porque cada pensamiento nuevo se queda
marcado en el átomo simiente como base para el karma de su próxima vida. Los animales no
tienen karma porque no están individualizados ni tienen cuerpo mental. El Ser humano es el
único responsable de sus actos voluntarios que nacen en la mente, y por ello, ésta Ley nos da
a cada uno el efecto de cada causa que hacemos aquí en la Tierra. Somos sembradores de
karma y estamos unidos a cada grano -pensamiento, palabra y obra- que sembramos para
recoger el fruto que nos dé. Si cuidamos y sembramos cuidadosamente nuestros granos,
cosecharemos buen fruto que nos vendrá en forma de “buen destino”; si nos descuidamos, no
tenemos derecho a reclamar ni a quejarnos, porque sólo nosotros hemos intervenido en la
siembra. “A mayor conocimiento mayor responsabilidad”, esta es la escuela de la vida, y de
esta escuela nadie puede escapar porque, “cada causa tiene su efecto y cada efecto tiene su
causa.”
[Escribir texto]
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Los Ángeles del Destino (agentes kármicos) no dejan nada al azar, ellos toman nota
exacta de todos nuestros actos, y por eso intervienen antes de renacer para formar ese molde
etérico -cuerpo vital- que tiene que ver con el karma de nuestra futura vida. La grabación que
hacemos en cada vida sobre el átomo simiente, es la base del karma y es lo que nos hace sufrir
después de la muerte en el purgatorio, de estas imágenes grabadas, formamos nuestro cuerpo
para la próxima vida. Así podemos ver claramente que, si creamos causas buenas, estaremos
facilitándonos nuestra estancia en el purgatorio, desarrollaremos cuerpos de más elevada
vibración, y crearemos un destino más fructífero y lleno de oportunidades para nuestro
propio desarrollo y el de la humanidad. Dice Annie Besant que: “Las aspiraciones y deseos
elevados de una vida se convierten en “capacidades” en la siguiente; que la repetición de
pensamientos elevados se convierten en “tendencias”; que la voluntad de hacer cosas se
convierten en “acciones”; que las experiencias se convierten en sabiduría; y que las
experiencias dolorosas se convierten en conciencia; así actúa la ley de Causa y Efecto.”
Cuando el Ego desciende para su nuevo renacimiento en el mundo físico, lleva
consigo los átomos simiente cuyas vibraciones muestran su grado de desarrollo interno. Si en
una vida nos esforzamos por hacer el bien y ser mejores, elevaremos esa vibración y en el
descenso de los átomos-simiente, atraerán materia de más elevada vibración para formar los
cuerpos de la futura vida. Aquí también vemos como actúa el karma, dándonos los vehículos
que necesitamos y lo que merecemos como herramientas para aprender por medio de la
experiencia. Como es natural, según sea la vibración de estos cuerpos, la voluntad, y hacia
dónde dirijamos nuestro interés en la vida, vamos sembrando el bien o el mal. Según sea la
causa, así será el resultado, y por eso podemos decir que si en una vida una persona, aún sin
medios, se esfuerza por servir desinteresadamente, en la próxima vida podrá servir mucho
más; pero cuando no aprovechamos las oportunidades que nos dan para nuestro desarrollo, la
ley del karma nos trae problemas y frustraciones.
En el transcurso del tiempo utilizado en escribir este libro sólo he tenido en mi mente
una intención, que el que lo lea pueda alcanzar cierto desarrollo espiritual por medio de la
práctica de todo este conocimiento. Pienso que es un libro de los que se debe leer durante
cinco minutos y meditar su significado bastante más, haciendo esto, nos daremos cuenta de
que podemos vivir la vida como nosotros queramos, en el bien o en el mal. La persona que se
esfuerza por transformar su carácter, por medio de estar voluntaria y conscientemente alerta
con todo lo que crea en pensamiento, palabra y obra, está creándose un futuro destino lleno de
oportunidades para alcanzar grandes alturas. Sólo tiene que decidirse y ponerse a trabajar, la
Ley del Karma se encargará de darle todo el bien que se merece.
Cuando el hombre transforma lo malo en bueno a través de este conocimiento, está
transformando el mundo y ayudando a la humanidad, pero además está aniquilando su karma.
El conocimiento puede hacer variar el destino, y por lo tanto el karma, no hace falta nada más
que crear “causas buenas” para “neutralizar las malas”; los elementales buenos se encargarán
de cumplir la misión de neutralizar a las vibraciones negativas para que no nos tienten.
Cuando actuamos así, manifestamos el impulso Divino que todos llevamos dentro, y nos
fortalecemos para llegar cuanto antes a nuestra meta. Este conocimiento nos da paz y
confianza ante cualquier problema porque actuamos de acuerdo a estas leyes, cuando uno
colabora con algo, está en el mismo tren y dirección para llegar al mismo sitio. Por medio de
este conocimiento podemos ser colaboradores para la salvación, curación y pacificación del
mundo, pero no hay que olvidar esto, “No os quejéis de vuestro destino, porque vosotros lo
habéis creado como ahora estáis creando el de vuestra futura vida, haced frente a los
problemas con optimismo y de corazón porque sabéis que una vez pasados ya no vuelven.”
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Tened presente que cada deuda que pagamos es fortalecimiento para vencer otra, y recordar
que sólo nuestras obras pueden estorbarnos y sólo nuestra voluntad puede esclavizarnos.
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DIAGRAMA “RENACIMIENTO”
[Escribir texto]
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Este diagrama explica dónde está evolucionando el ser humano en la época actual.
Debemos tener claro que lo mismo que nuestros cuerpos de diferentes estados de materia se
compenetran mutuamente, así mismo, los Mundos están compenetrados de tal manera que
también ocupan un mismo espacio.
El proceso de reencarnación es el siguiente: El Ego, o expresión del Espíritu, está en
las regiones superiores del Mundo del Pensamiento, desde allí desciende, como una vida
reencarnante, y forma una mente, un cuerpo de deseos, un cuerpo vital y un cuerpo físico con
la materia que le corresponde y dependiendo del estado evolutivo y espiritual que tenga.
Una vez compenetrado con el destino futuro que es fruto de sus vidas anteriores, más
las posibilidades de hacer causas nuevas para poder desarrollar más aún sus cualidades y
poderes, el Ego renace en alguna familia con la que ya tiene alguna relación de otras vidas.
En el Mundo físico desarrollamos las cualidades y las virtudes, por lo tanto, también
elevamos –como efecto- la vibración del cuerpo vital, de deseos y mental. De esta forma
evolucionamos, purificamos los cuerpos, y elevamos la conciencia.
Después de la muerte del cuerpo físico nos llevamos la película de nuestra vida –la
que algunos dicen que han visto cuando supuestamente han muerto- nada más romperse el
cordón de plata. A continuación pasamos al Mundo del Deseo para estar algún tiempo en el
purgatorio y tomar conciencia del mal que hemos hecho a los demás. Después pasamos al
cielo donde asimilamos todo el bien que hemos hecho y que nos han hecho, y con estos dos
resultados, que son el fruto de la vida pasada, nos elevamos al segundo cielo en un estado de
conciencia superior. Aquí preparamos la futura vida de acuerdo a las necesidades de
experiencias y a las deudas que tengamos con otros Espíritus, para así ir despojándonos de
ellas y elevándonos cada vez más hacia la perfección.
En cada reencarnación nacemos con el fruto de las vidas anteriores, más el fruto del
sufrimiento del purgatorio, más la propuesta de no caer en los mismos errores –para eso está
la conciencia- más la oportunidad de crear nuevas causas para la elevación del Ego.
[Escribir texto]
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CAPÍTULO VIII
EL PURGATORIO
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-del cuerpo de deseos- que estará de acuerdo y en sintonía con el motivo del invento. Luego le
dará vida en su imaginación para ver como funciona, y por último, lo creará material y
físicamente; entonces, ¿Qué ha hecho este inventor sino plasmar con materia física lo que
estaba en su inteligencia y que no veíamos? ¿Por qué no puede haber una inteligencia cósmica
de donde sale todo y se va materializando con los diferentes grados de densidad de los éteres
hasta que se manifiesta de una forma inteligente aquí en el mundo físico? ¿Por qué no puede
estar incluido el hombre en esa forma de manifestación? ¿Se va a crear todo este Universo
infinito para que el hombre sólo viva una vida? Eso sería como hacer una universidad con los
mejores adelanto técnicos y científicos para mandar a nuestros hijos un sólo día a ella.
La segunda teoría, que podríamos llamar teológica o religiosa, dice que somos almas
creadas por Dios, y que venimos de un mundo invisible. Explica que después de la muerte
volvemos a ese mundo, del cual ya no volvemos nunca más, y que nuestra felicidad o
desdicha en él, depende de como haya sido nuestra actitud en la vida física. Hay quien opina y
asegura que no toda la humanidad se salvará y que sólo serán unos pocos, el resto se perderá o
destruirá
El dios de esta teoría no puede existir, porque si en alguna cosa coinciden las
religiones, es en que Dios es Amor. Si venimos de Dios y es Dios quien pone a cada uno en
una forma de vida -unos en la pobreza y en la enfermedad y otros en la riqueza y en la salud-
¿Cómo pueden decir que Dios salvará a los buenos si es Dios mismo quien les ha dado una
vida feliz sin necesidad de hacer el mal? ¿Cómo puede castigar a unas personas que él mismo
ha puesto en la pobreza, para que se vean inclinados a hacer el mal? Si Dios va a salvar a unos
pocos ¿Para qué ha creado tantos y tantos billones de almas a través de la historia de la
humanidad? ¿Cuáles son los buenos sabiendo que la humanidad está evolucionando en todas
las épocas y, por lo tanto, los recién nacidos serán siempre mejores que los que nacieron hace
cien años? Si Dios mandó a Su Hijo para SALVAR AL MUNDO -salvar a la humanidad- ¿Por
qué solo salvará a unos pocos? Si nosotros que somos imperfectos en nuestras acciones y nos
volcamos rápidamente a auxiliar y salvar a las personas que pueden morir en una catástrofe, y
nos servimos de todos los medios a nuestro alcance ¿Cómo no va a tener Dios un Plan o los
medios suficientes para salvar a toda la humanidad si, como dicen las religiones, Dios es
omnipotente? ¿Cómo se pueden perder o destruir los hijos de un dios Omnipotente?
La tercera teoría es la que facilita las enseñanzas esotéricas y que la podemos llamar
del “Renacimiento”. Esta teoría enseña que el hombre también viene de Dios, y por lo tanto,
tenemos todas Sus posibilidades latentes; dice que por medio de la Ley de Causa y Efecto y
de Renacimiento, el hombre renace una y otra vez para que por medio de la experiencia en el
mundo físico pueda desarrollar esas “posibilidades latentes en poderes dinámicos”; y dice que
vamos evolucionando de una forma progresiva y segura hasta que todos alcancemos la meta
de la perfección sin que nadie se pierda o destruya.
Esto es algo así como comenzar en la guardería - como el hombre salvaje- e ir pasando
por los otros grados escolares para aprender una serie de lecciones en cada clase - o lo que es
lo mismo, en cada vida-, al final, la persona adquiere una carrera, pero a través de muchos
años de esfuerzo y sacrificio. Así desarrolló la humanidad la inteligencia, y por medio de ella
y del renacimiento aprende las lecciones que harán que desarrolle lo que lleva internamente.
De esta forma, ninguna Alma se pierde sino que todos -aunque algunos adelanten más que
otros- alcanzaremos la meta. Si todo evoluciona en esta vida, -como podemos ver en nosotros
mismos ya que no pensamos igual que hace veinte años, ni la humanidad tampoco-, ¿Por qué
no va a existir esa “evolución” para el Espíritu? ¿No dijo San Pablo que teníamos un cuerpo
espiritual y otro material? Y ¿No está escrito que la carne no heredará el reino de los cielos?
Entonces ¿Por qué no admitir que el verdadero Ser humano es un Espíritu, que por medio de
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aprendizaje que harán elevarnos. -esto es como el niño que va al colegio y un día aprende
unas cosas, descansa por la noche, y al día siguiente vuelve para continuar su aprendizaje.
6º. Porque si no volviéramos a la Tierra ¿Qué utilidad tendría la vida? ¿Por qué una
vida de felicidad en un cielo eterno debería ser la recompensa de una buena vida? ¿Qué
beneficio podría producir una buena vida en un cielo donde todo el mundo es ya feliz?
7º. Porque los cuerpos se van haciendo rígidos y si no fuera por la reencarnación nos
cristalizaríamos en la misma vida.
8º. Porque no se construye una escuela tan maravillosa como es el Universo para ir
sólo un día a clase.
9º. Porque la expresión se adquiere en el duro camino de la experiencia personal y la
observación de los actos ajenos razonados y guiados por la luz de nuestra experiencia.
10º. Porque la elección es nuestra, pero mientras tengamos cosas que aprender y
deudas que saldar, tenemos que volver una y otra vez.
Si alguien se pregunta, (puesto que este libro es esencialmente práctico) ¿cómo
podemos aprovechar este conocimiento sobre el purgatorio? veremos dos respuestas:
1ª. Este conocimiento nos advierte del mal que estamos haciendo en esta vida, y que
por lo tanto, tendremos que sufrir en el Purgatorio, si lo captamos como debe de ser,
procuraremos ser más conscientes en lo que decimos, pensamos y hacemos
2ª. Este conocimiento nos ayudará a comprender y sacar más provecho del ejercicio de
la “Retrospección” que mencionaré más adelante. Ahora y con más razón de las que ya he
dado, podemos decir que lo que el hombre es y tiene es el fruto de sus propias acciones, y que
lo que podemos conseguir y desarrollar lo tenemos en nosotros mismos.
Nosotros, como Egos, somos quienes pensamos, nos dejamos llevar por los deseos y
hacemos lo que queremos para bien o para mal; el resto lo hacen las Leyes para enseñarnos el
mejor camino y hacernos ver nuestros errores.
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CAPÍTULO IX
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2º. Para desarrollar y poner en actividad la glándula pineal y el cuerpo pituitario, y así
desarrollar la clarividencia voluntaria que es la que nos permite ver lo que queremos y cuando
queremos.
He dicho que no son tantos los clarividentes que hoy dicen serlo, pero además de eso,
los clarividentes voluntarios son menos aún, y normalmente no dicen que lo sean. Utilizan la
clarividencia para hacer el bien sin pedir o esperar nada a cambio, porque saben que es un
poder divino con el cual no se debe comerciar bajo ningún pretexto. ¿Qué ocurriría si éste
poder estuviera en manos de cualquier persona en la cual sus sentimientos son aún egoístas o
interesados? La naturaleza concede éste poder a las personas que se han esforzado por
entregarse a la humanidad, cuando una persona recibe éste poder está preparado para no
comerciar con él y para utilizarlo de una manera muy responsable.
Los ejercicios de este libro no tienen ningún peligro y llevan a trabajar con el sistema
nervioso voluntario, -el cual trae la clarividencia voluntaria- estos son algunos de los que he
practicado o practico, y creo que pueden ser muy útiles para el desarrollo interno. A la larga
hacen que los vórtices giren en sentido de las agujas del reloj, para que así podamos investigar
en los mundos superiores y ayudar a la humanidad de diferentes formas.
En alguno de los capítulos se menciona que no es conveniente concentrarse en la parte
inferior del cuerpo, y más concretamente en la zona de los órganos sexuales, esto tiene su
explicación. Hay una energía “creadora” que el hombre utiliza con su pensamiento, palabra y
obra pero, además, esa energía es la que utilizamos para procrear. Desde la época Atlante en
que la humanidad estaba totalmente dominada por su egoísmo y sus pasiones, hasta nuestros
días, que gracias al desarrollo de la mente estamos dominando la pasión y la sensualidad
“animal”, esta energía ha sido utilizada para nuestro propio desarrollo y para satisfacer
nuestros deseos sexuales. En estos momentos y gracias al razonamiento y al saber utilizar la
mente para cosas abstractas, místicas, esotéricas, etc., el Ser humano empieza a dejar de
concentrar su mente en esas regiones inferiores del cuerpo, y a elevarla hacia la cabeza y el
corazón. Aquí es donde entra en juego el desarrollo esotérico, es decir, los ejercicios de este
libro y todo el conocimiento expuesto, tratan de mantener la conciencia en el corazón y en la
mente para hacer que esa energía, (normalmente llamada de kundalini), se eleve a estas dos
partes, y así unir el cuerpo pituitario con la glándula pineal para que se desarrolle la
clarividencia voluntaria.
Sabiendo esto es conveniente que dejemos, en lo posible, el abuso y derroche de la
energía sexual, porque esa energía es la que necesitamos para nuestro propio desarrollo. Es
cierto que no todo el mundo está preparado para ello, pero según evoluciona el Ser humano
tendrá que dominar ese vicio, como el alcohólico debe dominar el alcohol. Esto no es fácil
hasta controlar la mente. Si llegamos a dominar y enfocar la mente en otras cosas más
elevadas, no la dejaremos tiempo o no la utilizaremos en pensar en el sexo. El mejor medio es
olvidarse de esa práctica, no pensar en ella en ningún sentido hasta que de una manera
progresiva, lenta y sin tampoco retener el deseo por la fuerza, la controlemos. La repetición de
oraciones, el pensar en algo abstracto o intentar crear mentalmente algo original -una oración,
poesía, etc.- también hace que esa energía no estimule los órganos sexuales. Cuando esta
energía comienza a ascender de manera natural hacia el corazón, como en el caso del místico,
o hacia la mente, como en el caso del intelectual, o hacia ambas partes como en el caso del
ocultista, el hombre empieza a vivir la vida interna. Recomiendo leer el capítulo XVII del
Concepto Rosacruz del Cosmos.
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CAPÍTULO X
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LA RETROSPECCIÓN
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expectativa para contactar con quien está preparado pero mientras el aspirante no prepare ese
momento por medio de estos ejercicios y conocimientos, no podrá enseñarle ni ayudarle a
desarrollar la clarividencia. El aspirante debe trabajar duro y con persistencia -cosa que hoy
cuesta mucho- para espiritualizar los dos éteres superiores del cuerpo vital y así
desconectarlos de los otros dos. Aquí entran y tienen un papel muy importante los ejercicios
de “Concentración” y de “Retrospección” dados por los Hermanos Mayores de la Fraternidad
Rosacruz. Una vez que se consigue esto y con la ayuda de la observación y el discernimiento,
es cuando estamos preparados para recibir las instrucciones oportunas de un Maestro y así
despertar esa percepción espiritual.
Así es, al fin y al cabo, como ponemos en correcto funcionamiento esos “chacras
astrales”, pero veamos qué papel tiene aquí la retrospección, ya que por el día esos centros
están como adormecidos y solamente se ponen en movimiento normal cuando dormimos y
salimos del cuerpo físico para restaurar los vehículos inferiores. Este método hace que esos
centros se pongan en movimiento estando despiertos, para así, y unido a la concentración,
encontremos el equilibrio y seamos conscientes en el Mundo del Deseo.
Para hacer el ejercicio de la retrospección es muy importante estar relajado, por lo
tanto es conveniente aprender a relajarse o, al menos, hacer algún otro ejercicio de
imaginación o visualización que nos llene de armonía y nos equilibre, una vez en la cama, y
un momento antes de la retrospección. Esto podría ser algo así: Hay que relajarse todo lo que
se pueda, después imaginar o visualizar el cuerpo vital un poco más grande que el cuerpo
físico, lleno de puntitos brillantes de un color rosado y en los bordes de azul y oro. A
continuación, imaginad al cuerpo de deseos que se expande algo más, y cuyos colores
preciosos y fuera de lo común, están en constante movimiento. Por último, intentad sentir y
visualizar el cuerpo mental en la parte superior del cuerpo físico, vibrando con un
determinado sonido y relacionándose con los demás cuerpos. Vosotros como Egos, estáis por
encima de todos los cuerpos y los manejáis perfectamente haciendo que haya armonía y
equilibrio. Por eso hay que relajar los vehículos y sobre todo el cuerpo de deseos, para
conseguir que los músculos se suelten y que la sangre circule con toda libertad y sin
obstáculos. En estos momentos es cuando estaréis listos para hacer la retrospección.
El ejercicio de la retrospección trata de revisar los hechos del día en sentido inverso
-desde que nos acostamos hasta el momento de levantarnos- para revisar nuestras acciones y
pensamientos del día. Por un lado, nos debemos censurar y por otro felicitar, dependiendo de
lo que hayamos hecho, pero sobre todo hay que poner un verdadero y profundo sentimiento
de arrepentimiento o contrición. Las imágenes deben de ser claras, porque esto también ayuda
a practicar el discernimiento y la imaginación, la concentración es muy importante para
estudiar una determinada actitud, pero también lo es la observación de las imágenes. Todo
esto tiene como base los hechos del día que acaba de terminar, y por eso es muy importante
también la práctica continua de la observación. Si observamos con atención durante el día, a
la hora de la retrospección recordaremos mejor todos los hechos y actitudes y, además, las
imágenes estarán de acuerdo y en armonía con las del subconsciente mientras transcurre el
ejercicio.
Como ya hemos visto en un anterior capítulo, después de la muerte vamos al
Purgatorio y a continuación al Cielo, para recoger y grabar en la conciencia el fruto de
nuestras acciones, pensamientos y palabras de la anterior vida -excepto cuando hay un
arrepentimiento de corazón y un perdón de los pecados- El fruto del Purgatorio viene dado
por el hecho de sufrir “nosotros mismos” el dolor que causamos a otros, y cuando el
sufrimiento nos hace conscientes del mal y nos arrepentimos, se nos borra el “pecado” y sólo
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nos queda el recuerdo grabado en el átomo-simiente. Así en la próxima vida nos hablará como
conciencia para advertirnos de que no volvamos a caer otra vez en lo mismo.
El ejercicio de la retrospección nos lleva a vivir el Purgatorio y el Cielo en la misma
vida física, o sea, a sufrir cada día a la hora de acostarnos, el mal que hemos hecho a otros y
sentir toda la felicidad de ese mismo día. De esta manera se vive la experiencia purgatorial y
celeste en la misma vida y así ahorramos tiempo después de la muerte para poder utilizarlo en
otras actividades para nuestro propio progreso y el de la humanidad. Las acciones y
emociones que más hay que examinar son:
1º. Las que impliquen emociones fuertes como: venganza, temor, cólera, odio, etc.
2º. Las acciones mediante las cuales intentamos escapar de la realidad y la responsabilidad, o
evadir la experiencia.
3º. Cuando juzgamos a alguien o cuando manifestamos atracción o repulsión por cualquiera.
4º. Nuestra actitud hacia el trabajo y otros deberes, como padre, marido, etc.
5º. Si las palabras que hablamos fueron dichas con verdad o falsamente, si con amor u odio, si
fueron necesarias o no, si pudimos ofender o crear burla, si exageramos o reprimimos,
preguntémonos ¿Hablamos y actuamos en verdad y justamente?
6º. Cómo actuamos respecto al sexo opuesto, ¿Hubo deseo pasional o sensual? ¿Cómo
miramos al sexo opuesto y qué pensamos?
7º. ¿Cumplimos nuestros deberes o protestamos y lo hacemos de mal humor? ¿Lo hacemos
con egoísmo o indiferencia?
8º. ¿Hemos sido bondadosos, comprensivos y tolerantes con los demás?
9º. ¿Comemos para vivir o vivimos para comer y envenenar nuestro cuerpo con cosas nada
puras ni saludables?
10º. Observar la actitud moral en cada escena que visualizamos.
Estas son algunas de las cosas que debemos mirar, por supuesto que hay muchas más,
pero resumiendo los beneficios de la retrospección, diré que son:
1º. Relajación del cuerpo físico.
2º. Desarrollo de un fervor devocional y un reconocimiento intuitivo de la verdad.
3º. Conocimiento de cómo actúa la Ley de Causa y Efecto.
4º. Restauración diaria de la armonía en los diferentes cuerpos con más rapidez de lo normal.
5º. Acortamiento del tiempo que se pasa en el Purgatorio y en el Cielo.
6º. Progreso en el desarrollo del carácter.
7º. Control mental, lo cual tiene que ser resultado de un esfuerzo disciplinado de trazar los
sucesos del día de una manera amorosa y altruista.
Si alguien se pregunta el porqué del sentido inverso de la retrospección, diré que la
explicación está basada en que desde que hacemos la primera inspiración de aire en el
momento de nacer, hasta que hacemos la última a la hora de la muerte, estamos grabando las
imágenes del mundo físico que nos rodea por medio del aire que respiramos y a través de la
sangre que llega al corazón; así quedan impresas en el átomo-simiente que está ubicado en el
ventrículo izquierdo. Por eso, cuando vemos la película de nuestra vida después de la muerte,
vemos primero los efectos y después las causas que hicimos para que ese sufrimiento o
felicidad se manifestara. Por eso mismo, debemos ver primero los hechos de la noche para
terminar con las de la mañana, de esta forma podremos comprobar muchas veces como una
simple palabra puede causar un efecto muy negativo.
El hecho más importante de la retrospección está en que se debe juzgar la persona
misma de una manera imparcial e impersonal como lo hace la Ley de Causa y Efecto,
debemos ponernos en su puesto, pero ¡Cuidado! un sólo y simple repaso maquinal no nos
beneficia en nada, es el sentimiento o “remordimiento”, de sincero arrepentimiento por lo
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cometido, lo que erradica las imágenes del átomo-simiente y lo deja inmaculado. De esta
manera, cuando llegamos después de la muerte al Purgatorio, no tendremos materia astral
-pecados- de las regiones inferiores del Mundo del Deseo y, por lo tanto, no nos tendremos
que quedar allí.
El valor de la retrospección es enorme, es mucho más beneficioso que cualquier otro
ejercicio porque, no solamente nos evita estar muchos años en el mundo astral, sino que una
vez que hacemos el trabajo de restauración y equilibrio de los cuerpos invisibles, podemos
dedicarnos a hacer otras cosas. Con este trabajo incorporamos cada noche un sentimiento de
rectitud en el Espíritu para así aumentar nuestra conciencia y dirigirnos hacia una manera de
pensar y actuar por encima de la humanidad común.
Alguien dirá “Si yo hago algo malo y me arrepiento en el momento también sirve,
¿no?” No es lo mismo, normalmente no tenemos el suficiente tiempo cuando estas cosas
ocurren como para crear un verdadero sentimiento de arrepentimiento de corazón y, por lo
tanto, los beneficios no son los mismos que cuando los examinamos con tranquilidad por la
noche. Además, tampoco es bueno estar todo el día pendiente y dando vueltas a nuestros
errores para criticarnos, porque así lo único que hacemos es impedir el normal desarrollo de la
vida y de las experiencias, y evitar muchas veces que se cumplan las esperanzas. Por el
contrario, el control de los pensamientos, palabras, acciones y sentimientos, sí deben estar
presente para dominar la naturaleza inferior.
Así podemos ver como eludimos el purgatorio, producimos crecimiento anímico y nos
creamos una nueva forma de pensar y actuar que nos beneficia mucho en nuestra vida
cotidiana. También es importante la retrospección porque expulsamos los sucesos y recuerdos
desagradables de nuestra memoria subconsciente, y así, al quedar borrados los errores,
nuestras auras empiezan a brillar. Me estoy refiriendo más bien al “mal”, puesto que es más
importante, pero no hay que olvidar que después del Purgatorio vamos al Cielo, y por medio
de la retrospección también podemos evitar pasar tiempo en esos planos, para pasar cuanto
antes a las regiones superiores donde nuestro desarrollo sigue de muy diferente manera. Por lo
tanto, es conveniente que veamos y examinemos también todo lo bueno que hemos hecho y
nos han hecho para así sentir la felicidad y la dicha. Hay que evaluar tanto las buenas como
las malas acciones para reconocer la intención que había tras de ellas, alavándose una veces y
causando remordimiento en otras, debe haber un sentir profundo y una nueva propuesta cada
noche para no volver a caer en las mismas cosas.
Naturalmente que esto conduce a un gran cambio progresivo de conciencia, así
aprendemos a ver y pensar con el corazón y a sentir con la mente, esto es “vivir en el
Espíritu”, y quien vive en el Espíritu trasciende lo material y la carne. El resultado es una
transformación, una regeneración de nuestras vidas para así dedicarnos, por norma, a la vida
superior y no materialista.
Dice el profeta Isaias. “Laváos, limpiáos, quitad la iniquidad de vuestras obras delante
de mis ojos; dejad de hacer lo malo; aprended a hacer el bien”. “Si vuestros pecados fueren
como la grana, como la nieve serán blanqueados; si fueran rojos como el carmesí, se volverán
como la blanca lana”.
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CAPÍTULO XI
LA CONCENTRACIÓN
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rayos del sol con una lupa. Cuando centramos así nuestra mente aumentamos su poder de
concentración, y cuanto más concentración mayor poder para no permitir que la mente se
desvíe hacia otras cosas.
La verdadera concentración debe ser tal, que nos absorbamos en el objeto o motivo de
tal manera que no nos enteremos ni siquiera de cualquier ruido que haya a nuestro alrededor.
Esto se puede empezar a practicar -aunque no es fácil- intentando leer un libro donde haya
algunas personas hablando, hay que ser capaces de cerrar los sentidos a todas las influencias
externas de tal manera que no tengamos conciencia de nada más que de la lectura del libro.
La concentración llega a unir la naturaleza espiritual del hombre con la del objeto o motivo de
concentración, porque la concentración -profundización- va eliminando lo externo y superfluo
para llegar a lo profundo y verdadero. Con este ejercicio, no solamente obtenemos poder de
concentración, desarrollo de la voluntad, paciencia y persistencia sino que, además, es muy
útil para el desarrollo de la clarividencia. Con este ejercicio “limitamos el campo de atención”
para concentrarnos y tener una visión o percepción más clara, además una conciencia más real
del objeto.
Podríamos decir también, que cuando el hombre trabaja internamente con todos los
medios posibles -lo que intento hacer con este libro-, está trabajando de fuera para adentro,
está penetrando en busca de su Espíritu, y cuando llegue a cierto punto, el Espíritu se
manifestará hacia el exterior, mostrando entonces el aspirante un semblante relajado, sereno y
bondadoso.
La concentración hace que el hombre progrese de menos a más, por ejemplo: De un
amor frío o indiferente, a un amor simpatizante, de éste, a un amor de pareja, de éste otro, a
un amor fraternal hacia una persona que apreciamos de corazón, y de éste último a amar a
toda la humanidad sin distinción de raza, credo, etc. Todo depende del propósito de la
concentración y de la meditación. La concentración nos da la oportunidad de descubrir la
parte infinita y espiritual en lo finito y material, es decir, si no nos dejamos llevar por las
emociones y los sentimientos negativos, por medio de la concentración podemos ver lo más
bello y espiritual de la persona que queremos observar y, si una vez hecho esto manifestamos
Amor, estaremos ejercitándonos para amar a toda la humanidad puesto que todos somos
hermanos.
La concentración es imprescindible para conseguir cualquier meta en la vida, el éxito
se obtiene por medio de la concentración de igual manera que obtenemos mayor grado de
comprensión de un libro cuando nos concentramos en su lectura. El dominio de la mente, los
deseos, emociones y acciones por medio del propósito y de la concentración puede llevar a
cualquier persona a conseguir lo que desea; es más, el progreso -las invenciones- no llegaría a
ser posible si no fuera por la concentración de la mente sobre el motivo deseado para extraer
algo nuevo. Todos los estudiantes de ocultismo, maestros espirituales y cualquier persona que
estudie la evolución del hombre o la Cosmogénesis, entre otros, pueden observar lo
beneficiosa que es la concentración. Todos la han utilizado y recomendado como la mejor
manera para sacar más provecho de su estudio y para el desarrollo interno. ¿Qué es la oración
o la repetición de un mantra sino la concentración de la mente sobre una determinada frase? y
sin embargo, eso hace fluir del interior de la persona un sentimiento inexplicable que
llamamos “fraternidad, amor, etc.”
La concentración en “Amor” nos puede hacer olvidar el “odio” hacia otra persona, así,
si nos concentramos en pensamientos y sentimientos positivos anularemos las emociones y
los sentimientos negativos. Si la persona practica los ejercicios y conocimientos de este libro
con concentración llegará a cambiar de carácter y de hábitos, luego entonces, hasta en eso nos
puede servir la concentración. Dice Annie Besant, que el estudiante de ocultismo “Debe
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una determinada línea de actuación que se relaciona con nuestro propio desarrollo. Por lo
tanto, es conveniente tener claro lo que queremos desarrollar o conseguir para ir polarizando
nuestra mente hacía ese campo. A la hora de escoger el motivo de concentración es preferible
hacerlo sobre algo positivo de una persona cualquiera o de nosotros mismos, esto es una
manera de no aumentar el deseo por lo material. Si además, es un ser fuera de lo común -un
ideal elevado- aprovecharemos la concentración para que nazcan sentimientos elevados sobre
la humanidad; es preferible esto que no permitir a la mente deambular de un sitio para otro.
Para que haya triunfo externo tiene que haber trabajo interno, el triunfo se obtiene
dependiendo de lo que se busca y de cómo se busca.
La concentración es la esencia y la base de todo conocimiento, porque si no hay
concentración no hay toma de conciencia, el hombre pierde mucha energía por medio de sus
creaciones mentales innecesarias y absurdas, sin embargo, si concentra su mente en todo lo
que hace, ahorraría energía y sacaría más provecho de las experiencias. El hombre
concentrado comete muchos menos errores que el que no lo es, porque es él mismo quien
actúa, y de la otra forma son sus sentimientos y pensamientos los que obran libremente.
Dicen los yoguis de la India que el yoga sirve para unir al hombre con Dios, bien, pues
la concentración sirve para eso. Es como utilizarla para ir perforando en lo material hasta
descubrir el Espíritu que hay en la forma, es controlar los sentidos y la mente y enfocar la
voluntad hacia el Espíritu.
Hay varios procesos para concentrar la mente:
1º. Controlar la mente para evitar la intromisión de lo externo y así no perjudicarnos
en nuestra búsqueda.
2º. Absoluta sinceridad en pensamiento, palabra y obra.
3º. Profundizar hacia la esencia del motivo de concentración.
Si hemos trabajado con los ejercicios y el conocimiento dado, nos habremos dado
cuenta que estamos cambiando interiormente, somos más sensibles a lo espiritual y humano, y
estamos descubriendo un mundo nuevo. Al comenzar la práctica de la concentración, nos
daremos cuenta que algo se revela y nos hace más difícil este ejercicio porque no admite la
disciplina mental, aún así, seremos unas personas más relajadas y serenas, llenas de calma,
bienestar y seguridad interna. Esto es sólo el principio, debemos practicar durante el día los
ejercicios que podamos, porque todos ellos nos llevan a contactar con nuestro Espíritu o, al
menos, a ver la vida desde otro punto de vista. No debe de cesar el anhelo, el esfuerzo ni el
ardor, la práctica debe de ser constante sobre cualquier cosa que estemos haciendo. La
meditación, la observación, la contemplación, la adoración etc., son pasos hacia la
iluminación del Ser, pero esto no se consigue si no hay voluntad y concentración.
Sabemos que los hábitos se adquieren por medio de la repetición, si queremos crear
hábitos espirituales por medio de la concentración debemos desarrollar la persistencia y la
paciencia para el desarrollo de los mismos y para destruir los malos hábitos que ya tenemos
adquiridos. Es conveniente elegir unas determinadas horas del día para hacer todos estos
ejercicios y así practicar, siempre que podamos, la concentración. También es conveniente
hacerlo siempre en el mismo sitio, -sillón, habitación, etc.- porque ese hábito nos facilitará
mucho el ejercicio; de hecho, el día que no le hagamos nos lo recordará el Ego y lo echaremos
de menos.
Hay quien le gusta hacer estos ejercicios con algún motivo alentador de tendencia
espiritual o mística, pero es aconsejable tener en cuenta lo siguiente:
1ª. No carguéis la habitación de cosas extrañas o raras, tenedla sencilla y con cosas
naturales
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2º. Si utilizáis incienso procurar utilizar el que utiliza la iglesia -es una fórmula propia
que tienen desde hace siglos y tiene muy buen efecto- o, si utilizáis otros, procurad que sea el
de Benjuí, Olívano o, como último recurso, el de Sándalo.
Estos inciensos armonizan y equilibran la atmósfera, crean un ambiente espiritual y
devocional y atraen elementales que están en esa misma vibración positiva, por lo tanto, no
ocurre como con los otros inciensos que atraen otros elementales que estimulan otros deseos
inferiores y poco recomendables.
Los motivos para la concentración pueden ser muchos, algunas personas elegirán
frases abstractas o mantrans incomprensibles, otros elegirán una simple palabra u oración
cuyo significado le haga sentir algo bello y espiritual dentro de ellos mismos. Pero de un
modo u otro, al crear un sentimiento o emoción fuerte y por medio de la repetición, nos
introduciremos en tal y profundo estado de concentración que adquiriremos el poder de
conectarnos o desconectarnos cuando queramos. De todas formas, es conveniente comenzar
con ejercicios simples, como por ejemplo, concentrarse en una semilla para que por medio de
la imaginación creativa, veamos cómo de esa semilla se forma una flor que a su vez echa más
semillas similares.
Este ejercicio es el segundo más importante que da la Fraternidad Rosacruz para que el
aspirante al Discipulado llegue a desarrollar la percepción espiritual o clarividencia. Este
ejercicio lleva al aspirante a “obligar al cuerpo de deseos a realizar el mismo trabajo dentro
del cuerpo físico, mientras éste está completamente despierto, positivo y consciente, como
cuando aquél está fuera durante el sueño o en el estado post-morten”.
Como ya vimos cuando hablé de los chacras o vórtices, éstos son una especie de
sentidos para el cuerpo de deseos, como lo son los del cuerpo físico para el mundo físico,
pues bien, la concentración trata de ponerlos en movimiento de una manera consciente. Esos
chacras están en su mayor movimiento después de la muerte y cuando dormimos, y por eso
somos conscientes en el mundo astral. Pero cuando volvemos a entrar en el cuerpo físico casi
se paralizan y, por lo tanto, perdemos esa conciencia del mundo astral y adquirimos la de
vigilia. Así llegamos a la conclusión de que la clarividencia se adquiere por medio de
“despertar conscientemente” ese movimiento pero de tal manera que no haya ningún peligro
para el cuerpo físico.
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fuertes en el cuerpo físico para que, poco a poco y con persistencia, se desarrolle la total
clarividencia.
Los motivos deben ser, siempre que se pueda, de naturaleza elevada, abstracta y de tal
forma que haga a la persona salir de su mundo mental rutinario y le lleve fuera del tiempo y el
espacio. Dice Max Heindel “No hay mejor fórmula que los cinco versículos del Evangelio de
San Juan. Tomándolos como base, sentencia por sentencia y una mañana tras otra, a su debido
tiempo darán al aspirante una percepción admirable del principio de nuestro universo y del
mérito de la creación. Una percepción que está más allá de cuanto podemos aprender en los
libros”
“Después, -sigue aconsejando Max Heindel- de mantener la concentración durante
cinco minutos, es conveniente que expulsemos la imagen o idea sobre la que estamos
concentrados, para dejar la mente en blanco y relajarla, hasta ver si nos viene o penetra algo y
se muestra en ese vacío. Así, cuando se desarrolla el poder de traer a la visión interna alguna
cosa, estaremos capacitados para observar e investigar cualquier cosa de los mundos
invisibles”. Cuando conseguimos esto nuestra aura brilla y atrae la atención de un Maestro,
Éste será quien nos enseñe a funcionar conscientemente en el mundo de deseos y a
defendernos de los peligros que hay en él.
“Recordad que a mayor evolución mayor humildad y sencillez en la forma de vida, se
trata de pasar desapercibido y no mostrar lo que somos o tenemos por encima de las personas.
Si alguna vez conseguís esta clarividencia, no lo contéis -es fácil que la perdáis- no la
utilicéis para beneficio propio ni para curiosear nada, solamente debe ser usada para ayudar a
la humanidad y de una manera amorosa y desinteresa. Podréis investigar en los mundos
ocultos, pero procurad que el conocimiento que saquéis sea para darlo como ayuda a las
personas que lo necesiten o lo busquen. Si lo utilizáis para ver los cuerpos invisibles de
alguien, que sea para advertirle de una enfermedad o para ayudarle de cualquier otra forma.
El aspirante debe mirar todo cuanto le ocurre durante la concentración como una cosa sagrada
y debe guardarlo estrictamente para sí mismo”.
CAPÍTULO XII
LA MEDITACIÓN
La meditación es un método práctico por medio del cual nos ponemos en contacto con
las regiones superiores del Mundo del Pensamiento. Gracias a la meditación, la personalidad
se une a su Yo Superior y éste, desde su propio mundo, influye en los vehículos inferiores de
diferentes formas. Cuando conseguimos esto, podemos darnos cuenta que nuestra conciencia
nos habla de cosas nuevas, y nos manda “imágenes” que reflejan los arquetipos de ese mundo,
y del cual no mucha gente tiene contacto consciente.
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La meditación eleva al hombre más allá del Mundo del Deseo, si en este mundo
practicamos la adoración y la oración por medio de la meditación, nos elevamos a lo abstracto
a través del conocimiento y la comprensión. El místico dice que medita en Dios, pero su
meditación está centrada en el cuerpo de deseos de donde sale su devoción, fervor y oración,
por el contrario, el ocultista no se centra en su cuerpo de deseos ni en su corazón, sino que por
el conocimiento y la imaginación medita en las regiones de la mente para superar su
naturaleza emocional. El verdadero ocultista tiene que aprender a sentir y meditar de tal
manera que esté centrado en el corazón y la mente, o sea, pensar con el corazón y sentir con la
mente. Es cierto que se alcanza los mundos espirituales por dos caminos, uno es el camino de
la fe -del místico que no necesita ninguna explicación razonada- y otro es el camino del
intelecto, por medio del cual buscamos lo Divino y espiritual en todas las cosas de una forma
razonada y comprensiva.
Está escrito que “En Dios vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser”, si nosotros
somos parte de Dios y estamos en Él, tiene que haber algún medio para contactar con Él. Uno
de ellos es la meditación, porque gracias a ella llegamos a unirnos a nuestra alma individual e
inmortal y cuando esto ocurre, comprobamos que ya no existe en nosotros el concepto de un
Dios externo. La meditación hace que nuestras creencias sean comprobaciones y que las
teorías sean experiencias probadas. Dice Alice Bailey en su magnífica obra “La Luz del
Alma”: “Por medio de la meditación, desaparece gradualmente lo que oscurece la Luz y,
cuando la conciencia se refleja en la instancia espiritual, entonces se obtiene la percepción del
Yo”. Por lo tanto, podemos asegurar que la meditación es un proceso ordenado por medio del
cual el hombre se puede unir a Dios, es parte de los métodos naturales que necesita el Ser
humano para evolucionar y, a su vez, es el medio de transformación y reorientación de las
fuerzas mental, emocional y física para revelar al verdadero Yo.
La meditación hace que obtengamos conocimiento espiritual por medio del
conocimiento común y del cuerpo mental, digamos que nuestra mente se expande por medio
del conocimiento y la meditación hasta llegar a obtener Sabiduría. Este es el resultado de la
relación entre la personalidad y el Alma, el Alma tiene directo control sobre el cerebro físico y
así se purifica el cuerpo de deseos y termina por manifestar el amor divino en lo material. De
esta manera, dos diferentes vehículos se unifican y forman un sólo cuerpo armónico cuya
fuente de energía espiritual es el Yo Superior. Como consecuencia de todo esto se desarrollan
los poderes del Alma de una manera natural según el dios interno domina y dirige sus
vehículos.
Con la concentración enfocamos la conciencia sobre un objeto o tema determinado
para aumentar el poder de visualizar correctamente; para practicar la meditación tenemos que
tener en cuenta los siguientes elementos principales:
1º. Nosotros como pensadores voluntarios (Yo Superior)
2º. La mente como instrumento que necesitamos utilizar.
3º. Lo que vamos a meditar
4º. El impulso o energía que ponemos y que traerá un efecto.
Lo ideal es llevar una vida equilibrada, moral, emocional y mentalmente, porque en la
meditación el instrumento físico que utilizamos es el cerebro, y éste es la avenida del cuerpo
de deseos y del mental, por esto debemos observar y transformar los sentidos inferiores para
equilibrarlos y ponerlos en sintonía con el Yo Superior. Así el sentimiento personal debe ser
desechado para fortalecer y mantener la mente con una firme voluntad en la Luz de la verdad
que ya comenzamos a captar.
Para practicar la meditación es necesario tener un gran anhelo de superación espiritual,
pero no es necesario pensar que para meditar se necesita algo especial, pues no es así. Todos
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5º. Concentrarse sobre las palabras “Dios tú me ves” ( No debe permitirse a la mente
vacilar cuando se concentra en la significación)
6º. Se termina diciendo la afirmación final: “Hay una paz que a toda comprensión
trasciende; reside en el corazón de quienes viven en lo Eterno. Hay un poder que todas las
cosas renueva, es el que vive y se mueve en quienes saben que el Yo es uno.”
Aunque parece ser que es una meditación para principiantes, también es cierto que
debe dar unos muy buenos resultados, pero hay que tener en cuenta dos cosas en cualquier la
meditación:
1ª. Que este proceso no debe ser un trabajo frío y rutinario
2ª. Que la mente debe estar “activa y ocupada con las ideas” y no en el esfuerzo por
estar concentrado.
También hay que tener en cuenta que como la meditación está basada en un objeto o
motivo, es conveniente definir alguna línea de actuación, esta puede ser:
1ª. Meditar sobre la naturaleza de la forma.
2º. Sobre la cualidad.
3º. Sobre el propósito
4º. Sobre la vida que anima esa determinada forma.
La meditación es un acto creativo de uno mismo, porque con la ayuda de la
concentración hacemos que salga al exterior el Yo Superior. La persona que no tiene
concentración ni medita tiene poco dominio sobre sí mismo y, por lo tanto, se deja llevar por
las circunstancias de la vida y por su cuerpo de deseos. Quien tiene capacidad de
concentración y quien medita comprende y lleva a la práctica los más elevados conceptos de
la vida, porque por medio de meditar sobre ellos alcanza un alto nivel de comprensión. Hay
que tener claro que la meditación no es atraer algo a nosotros, sino elevarlo para alcanzar el
pensamiento y el sentimiento más claro sobre ese motivo desde el punto de vista espiritual. Es
decir, que es más provechosa cuando la hacemos sobre los asuntos de la vida, para así corregir
y enriquecernos con el fruto de la misma y añadir nuevas propuestas más elevadas para el
futuro.
Meditar es “obstruir las actividades exteriores y mantener el pleno fluir de la energía
consciente”. Para conseguir esto debemos dejar de enfocar nuestra atención en el cuerpo
físico y olvidar -durante la meditación- todos los problemas y cosas que nos puedan
entorpecer emocionalmente. A la vez, debemos elevar la conciencia hacia lo sutil y abstracto
para que las ideas y sentimientos elevados ocupen nuestra mente siempre que podamos, de
esta forma podemos hacer que:
1º. Podamos captar algo elevado de los mundos superiores.
2º. Nos elevemos en alas de la aspiración hasta llegar al reino de lo Divino, desarrollar
el carácter en sentido positivo, y fijar en él las cualidades o virtudes que deseamos.
Dice E. Wood en uno de sus libros prácticos que “Si una persona no se quiere
complicar en la meditación, medite en su ser interior”. Este es un buen principio para llegar a
desarrollar esa frase tan conocida en el mundo del ocultismo que dice: “Hombre conócete a ti
mismo”. Para conseguirlo, debemos profundizar tanto en ese ser interior que nos debemos
olvidar totalmente de nuestro cuerpo físico y mejorar y transformar la forma de la mente.
Primero hay que dar la forma y después ocuparnos del crecimiento para así tener verdadero
poder y libertad para acabar con lo inferior y poder desarrollar el amor. Debemos ser francos
con nosotros mismos y definir muy claramente nuestros propósitos para así poder fijar los
medios que necesitamos para alcanzar la meta fijada. Si aún somos muy materialistas e
interesados, debemos trabajar sobre esa faceta y reconocer que es así para ir directamente
hacia ella y transmutarla. Recordar que la eficacia de la meditación no se obtiene cuando hay
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división de opiniones en nosotros mismos ni conflictos con los deseos, sino cuando
alcanzamos la paz interna.
Si queremos conocernos a nosotros mismos por medio de la concentración,
deberíamos comenzar por meditar en nuestros propios cuerpos. Por ejemplo, podemos
meditar en esta frase: “Yo no soy ello”, o sea, meditar por qué nosotros no somos el cuerpo
físico, el emocional y el mental, con esto veremos que no somos nuestras emociones,
pensamientos, ni hábitos, sino que son nuestros cuerpos y su expresión. A continuación
deberíamos meditar en la frase: “Yo no soy tu” viendo que la manifestación en sentimientos,
deseos, costumbres, etc., forman lo que podría ser una personalidad, y así entender que ese
“yo” tampoco somos nosotros mismos porque nosotros les podemos usar y cambiar como
ocurre con los cuerpos. Por último, nosotros, como conciencia, nos identificamos con el
verdadero Yo, y es entonces cuando decimos: “Yo soy Yo”, porque esa conciencia somos
nosotros mismos y no nos podemos cambiar, alterar ni reducir. Para conseguir esto, es
imprescindible utilizar la voluntad para discernir y percibir la naturaleza interior de las cosas,
esta práctica se debería fomentar a todas nuestras actividades diarias para aumentar el poder
de la voluntad, del amor y del pensamiento.
Tanto para la concentración como para la meditación, es imprescindible que tengamos
la mente bajo el control de nuestra voluntad, para que no se desboque y ande de un lado para
otro, si la dejamos actuar a su antojo poco provecho conseguiremos de ella. El mundo ha
llegado a ser lo que es gracias al dominio mental que algunas personas hicieron para así
conseguir cierto progreso en los muchos aspectos de la vida, por lo tanto, bueno es que
empecemos a hacer que la mente se vuelva hacia el interior y que no se pierda por el exterior.
Hay algunas cosas que el aspirante debe tener en cuenta en la meditación. Como ya he
dicho, dependiendo de lo que meditemos así estimularemos el cuerpo de deseos, por lo tanto
hay que tener mucho cuidado con lo que elegimos para meditar. No es conveniente elegir
cosas que nos exciten, de alegría, llanto, tristeza, etc., la meditación debe ser serena y
relajada, y para ello hay que saber con qué tipo de energía estamos trabajando. Otra cosa sería
estar atento a lo que meditamos, imaginamos o visualizamos para no dejarnos llevar por esas
imágenes y para grabar correctamente en el cerebro el resultado de la misma. Mas adelante
estudiaremos un ejercicio en el cual juega un papel muy importante la visualización, como
ejemplo pondremos a Cristo, pero ahora veremos algo al respecto. Cuando una persona se
pone a meditar sobre un personaje elevado, místico o cualquier otro similar, debe tener
cuidado con lo que visualiza para no dejarse llevar por el personaje mismo como si
verdaderamente le hablara o le dijera que haga tal o cual cosa. Hay que tener en cuenta que
estamos trabajando en la región etérica del mundo físico y no en la región de los arquetipos
del mundo mental, que es donde verdaderamente están estos seres espirituales, por lo tanto
esas imágenes son creaciones nuestras. Sin embargo, es cierto que se nos puede presentar
alguna imagen de ese mismo ser, creadas y mantenidas vivas por las mentes de otras muchas
personas; en este caso, vendrían gracias al principio de polaridad.
Algunas personas escriben sobre hechos que en estos ejercicios les ocurren, o ven,
para contarlas como algo muy especial y otros van más allá y escriben libros y dan
conferencias diciendo los maravillosos contactos que tienen con maestros, y llegan incluso a
mostrar cierto orgullo y complejo de superioridad. Esto no puede ser cierto, cuando un
Maestro enseña a un elegido es porque está preparado y no cabe en él el más mínimo orgullo
ni nada parecido, pero además, está lo suficientemente preparado como para no contar nada,
ya que es uno de sus deberes como discípulo. Otros casos en los que no hay que fiarse ni
tomárselos muy en serio, es cuando una persona recibe un mensaje en la meditación a modo
de inspiración o por cualquier otro medio. Hay que meditar mucho sobre lo que significa ese
[Escribir texto]
102
mensaje y para qué sirve -si es que sirve para algo útil - estos suelen ser catastrofistas, para
decir algo sobre alguien, o para crear orgullo o engañar a la persona que lo recibe. Es muy
conveniente meditar sobre estos resultados, los Maestros tienen un trabajo relacionado con
toda la humanidad en común, y no pierden el tiempo en hacer algo en sentido personal, luego
entonces, no pueden ser ellos. Pero, además, un Maestro no diría las cosas que normalmente
cuentan estos supuestos contactados.
Sobre los Ángeles casi no merece la pena decir nada, quien sepa verdaderamente
quiénes son los Ángeles comprenderá que un Ángel no puede tener un contacto con un cuerpo
físico, ni mucho menos coger a un Ser humano como instrumento para enseñarle o inducirle
para que haga determinadas cosas. Los Ángeles están por encima de la humanidad y su labor
con nosotros no es esa, porque para eso están los Hermanos Mayores y Maestros de diferentes
grados de iniciación. Algunas personas llegan a contactar con el Mundo del Deseo o con el
mental, pero al fin y al cabo, es lo mismo para lo que se refiere a los contactos o aún peor,
porque pueden contactar con arquetipos o imágenes creados por otros y que se han hecho muy
fuertes y poderosas a través de los años y siglos. Estos arquetipos o imágenes les pueden dar
mensajes bonitos, pero si se meditan y se tiene un conocimiento serio sobre todas estas
materias se puede comprobar que tienen muy poca credibilidad. Otros sacan de sus
subconscientes toda una serie de grabaciones que ellos mismos hicieron hace años, y de esta
forma también puede sentirse engañados. Resumiendo, muchas personas se pueden engañar a
sí mismos por medio de la meditación visualizada y concentrada, pero además, y esto es lo
peor de todo, es que luego engañan a otros -ignorantemente- por medio de sus escritos,
conferencias, etc. Esos, al fin y al cabo, tienen disculpa, pero cuando quienes escriben saben
-que los ha habido, hay, y habrá- que no existe ningún contacto sino que todo es fruto de su
imaginación creativa, esos quizás no sepan el mal que están haciendo y el karma que se están
creando.
Naturalmente que como todos estamos evolucionando por muy diferentes caminos,
necesitamos de todos los medios a nuestro alcance, por lo tanto, habrá personas que les sea
útil todos estos mensajes y por medio de ellos cambien su carácter y se hagan mejores
personas pero, ¿Qué necesidad hay de dejarnos llevar por fantasías o cosas poco serias de
unos supuestos contactados, clarividentes y personas similares? Estas cosas tienen su utilidad
si solamente cogemos -por medio de la meditación y un razonamiento lógico- la parte útil
que nos puede ayudar en nuestro desarrollo interno, de lo demás debemos pasar totalmente
¿Por qué creernos que una determinada persona ha contactado con un extraterrestre, Ángel o
Maestro que le dicta todas esas cosas -a veces absurdas- para formar una agrupación de
elegidos o para fomentar una supuesta misión en la Tierra? ¿Qué importancia tiene eso? ¿No
tienen esos seres otros medios? Ya son muchos los casos (y abusos) que ha habido donde las
personas han puesto sus ilusiones y dinero para que, al cabo de pocos años, esa agrupación de
elegidos y contactados desaparezca.
Tengo que decir que estos ejercicios mentales pueden hacer que un día cualquiera
determinada persona pueda recibir una enseñanza o profecía totalmente seria y verdadera,
pero eso no ocurre tanto como dicen muchas personas que les pasa a ellas, además, suelen
diferenciarse bastante de todo lo mencionado anteriormente. Según Alice Bailey, hay otros
peligros que pueden surgir por medio de la meditación, aconseja que si surgen problemas de
insomnio, nervios, dolor en la cabeza, sensación de plenitud o vibraciones que molestan en la
cabeza etc., debería abandonarse temporalmente la meditación para luego comenzar por
practicarla no más de quince minutos diarios. Otras personas - ocurre más en las mujeres-
sienten ansiedad, irritabilidad o ganas de llorar, esto es por su naturaleza emocional; hay otros
casos que pueden traer más problemas, pero he de dejar bien claro que nunca se debe meditar
[Escribir texto]
103
sobre temas relacionados con el sexo, ni nada que nos pueda llevar a actuar de una manera
inmoral o en contra de las leyes sociales. Por último, aconsejo no meditar en la parte inferior
del cuerpo, plexo solar y órganos sexuales, estos centros son más peligrosos de lo que muchos
piensan. Es preferible meditar sobre cosas abstractas para elevarnos a la cabeza, o sobre cosas
relacionadas con el Amor místico, el altruismo, la sabiduría, el servicio, o una simple oración;
aunque parezca que no, el trabajo interno siempre será más provechoso. Hablando de
oraciones, voy a recomendar una oración para que meditéis sobre ella - además de repetirla a
menudo- intentad meditar sobre el significado de cada una de sus frases, y preguntaros: ¿Lo
llevo a la práctica? ¿Cuántas veces? ¿Cómo y con qué sentimiento lo hago? ¿Lo puedo
practicar constantemente? ¿Qué beneficio puedo hacer con ello a otros? etc. Esta es una
oración muy bonita en su verdadero significado y nos puede ser muy útil para nuestro
desarrollo espiritual.
¡ Dios mío!
“Ayúdame a servir a los demás,
y a ver el bien en todo mal;
para hacer todo con Amor,
y ser tu instrumento de Paz”
¡A Tus pies me arrodillo para que sea Tu voluntad!.
MEDITACIÓN
[Escribir texto]
104
que haber una Voluntad Universal que ha creado todo lo que vemos y que no vemos, y si hay
una Voluntad, tiene que haber Algo que no sabemos Quién o Qué es, pero que “Es”. Por lo
tanto, eso es la fuente de donde nace la manifestación para que haya actividad, así es que,
vosotros tenéis que ser parte de Él o Ello porque tenéis en vosotros mismos todo lo que Él
tiene o manifiesta.
Esto es sólo una pequeña base para que empecéis a meditar, con la práctica podréis
estar hasta varias horas, porque este tema es inmenso y abstracto y por su medio podéis
elevar la conciencia, quien le guste podrá disfrutar con él y además profundizar mucho más en
todo lo mencionado. Espero que así sea.
CAPÍTULO XIII
LA OBSERVACIÓN
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CAPÍTULO XIV
EL DISCERNIMIENTO
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CAPÍTULO XV
LA CONTEMPLACIÓN
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aspecto o parte espiritual y etérica. He dicho que no es necesario que meditemos, pero
tampoco digo que no se haga, porque la meditación nos puede ser de ayuda para llegar a esa
parte espiritual. Sin embargo, la meditación debe ser a modo de introducción a la
contemplación, o sea, que meditemos un corto tiempo y sin poner mucho esfuerzo para que
sea superficial; cuando comprendamos que por la meditación nos hemos acercado a la parte
espiritual, entonces debemos dejar la meditación y practicar la contemplación.
La contemplación es una etapa superior de la mente, ya que con ella penetramos a
través de la forma y contactamos con el Espíritu que está en los mundos espirituales.
Pongamos un ejemplo: Una persona que sea muy devota elegirá una imagen que le despierte
los mejores sentimientos espirituales como motivo para la contemplación, entonces se pondrá
a contemplar la imagen con devoción, adoración y todos los mejores sentimientos hasta llegar
al más completo olvido de sí mismo; intentará penetrar esa imagen hasta encontrar algo nuevo
y vivo y cuando lo encuentre sentirá una especie de éxtasis espiritual. Esta sería
aproximadamente la contemplación de un motivo de devoción o de una persona de tendencia
mística. Como es lógico, la contemplación tiene muchos motivos para practicar dependiendo
si la persona es de tendencia religiosa o intelectual pero, de una forma u otra, hay que tener
siempre en cuenta lo siguiente:
1ª. Que no debemos dejar de enfocar la atención sobre el motivo hasta olvidarnos del
cuerpo físico y de todo cuanto nos rodea
2ª. Que la mente debe estar activa y expectante continuamente y no dejarla decaer
hacia cierto grado de pasividad.
Para esto es bueno hacernos a la idea de que tenemos que concentrar y alcanzar un
punto muy profundo en ese motivo de contemplación, esta idea debe estar muy clara.
Si no hay actividad e intención de “profundizar hasta encontrar” mientras
contemplamos, no conseguiremos mucho. Se trata de elegir un motivo, y por medio de todo lo
que le rodea y que se relaciona con él, llegar a su principio mismo de manifestación. Cuando
nos hemos servido de todos los elementos de la misma naturaleza que el motivo tiene para
llegar a lo más profundo del mismo lo dejamos e intentamos llegar al verdadero arquetipo que
se encuentra en las regiones superiores del mundo del pensamiento. Dicho de otra forma,
cuando la atención ha abandonado todos los elementos complementarios, la mente se mueve
con todo su poder, como si no existiera otra cosa que ella misma, en dirección al Espíritu
interno de lo que hayamos elegido. Si continuáramos con el ejemplo anterior diríamos que
cuando el devoto se vale de imágenes o del conocimiento que tiene sobre un determinado
personaje místico y llega a profundizar tanto en la vida de ese personaje que ya no puede
continuar profundizando más, entonces es cuando debe centrar su voluntad de contemplar en
la imagen y no pensar en nada más, sólo debe contemplar y esperar. Entonces y con la
práctica, será cuando aparezca la parte espiritual que está más allá de la mera imagen material.
Hay ocultistas que aconsejan que la contemplación se practique de tal manera que la
persona no se sienta separada del motivo para que no haya sentimiento de separatividad y sí
de relación entre el motivo y la persona. Esto es difícil, pero no imposible, porque debemos
identificarnos de tal manera con el motivo que debemos olvidarnos de que existimos y de que
estamos separados de ese motivo de contemplación; así nos introduciremos y seremos uno
con su naturaleza abstracta o arquetípica. Hay quien ha comparado este ejercicio con nuestra
actitud cuando en la oscuridad o en un día de niebla, esforzamos nuestra vista para penetrar y
conseguir ver lo que nos oculta. Cada persona meditará en lo que más le plazca, pero hay que
tener presente siempre que hay que agotar las posibilidades hasta llegar al principio. Cuando
contemplamos un ser viviente, es bueno que comencemos por ver su naturaleza física, que
luego pasemos a su aspecto emocional, y -si es una persona- por último, veamos su aspecto
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“La adoración es la
común unión del Alma con el Espíritu”
CAPÍTULO XVI
LA ADORACIÓN
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112
desarrollo moral, mental y espiritual. Pero también hay que decir que obtener poderes no es lo
más importante, eso nos tiene que dar igual, la única preocupación que debemos tener es ser
cada día mejor y mejores servidores de la humanidad, haciendo esto y practicando los
ejercicios, podemos asegurar que estamos actuando bien en todos los sentidos.
La devoción es un complemento o fase de la adoración y, por hacer alguna mención
sobre ella, diré que cuando sentimos o tenemos devoción por algún ideal o ser elevado nos
ayuda a subyugar los instintos animales. La devoción, como actitud emocional, pasiva y no
intelectual, la suelen escoger como línea a seguir las personas de tendencia mística, y según la
intensidad emocional y la persistencia en los ejercicios, así llegan a desarrollar y acelerar la
vibración de la materia de su cuerpo emocional hasta alcanzar ese éxtasis religioso del cual
nos habla Sta. Teresa de Jesús.
El místico profundiza tanto en el amor religioso que la devoción resultante le hace
sentir la “Verdad” sin necesidad de buscar explicaciones razonables. Estas personas viven por
la fe y no tienen un mundo muy amplio para trabajar lo que sienten ni para explicar nada, la
parte intelectual apenas influye en su vida, ellos sólo viven internamente y no piden ni
necesitan explicaciones, sólo viven por la fe y el amor. El problema es que (en comparación
con el ocultista) no saben cómo trabajar mentalmente para mejorar a la humanidad porque no
razonan ni tienen los conocimientos de los ocultistas, sienten pero no practican el
discernimiento apenas. Lo ideal es que “sientan” y “razonen” para ver cómo pueden utilizar
sus sentimientos para beneficio del prójimo. Lo mismo ocurre con el intelectual, si no siente,
si no desarrolla los sentimientos de compasión y fraternidad, no podrá hacer algo
inteligentemente útil para el bien de la humanidad. Por esto, como ya he dicho “debemos
pensar con el corazón y sentir con la mente”.
[Escribir texto]
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CAPÍTULO XVII
LA ORACIÓN
La oración fue enseñada por las Jerarquías Superiores a la humanidad como medio
para elevar su naturaleza interna a través de puros y elevados pensamientos. Ésta ha sido
usada desde que el ser humano cayó desde su naturaleza espiritual a lo pasional y al egoísmo,
y por eso fue dada con la intención de que tuviéramos un medio para pedir ayuda a Dios a
través de esas Jerarquías. El propósito de la oración es que el devoto pueda conectar con los
planos superiores.
A través de la evolución humana hemos podido comprender que cuando comenzamos
a utilizar la mente no existía la religión, la humanidad se guiaba por las emociones y el
egoísmo y era capaz de dar la vida por defender a los suyos; en aquella época éramos casi
insensibles a las vibraciones espirituales. Las Jerarquías que entonces guiaban a la humanidad
decidieron que nos tenían que ayudar para que el Espíritu, (como naturaleza superior) pudiera
adquirir dominio sobre la inferior, y entonces sometieron a la personalidad al “miedo”. Esto es
lógico, si nos hubieran dado una religión de amor -que es la religión del futuro- no lo
hubiéramos comprendido como tampoco lo comprendería un hombre primitivo en nuestros
días. Así nos enseñaron que había un Dios fuerte y poderoso que tenía poder sobre la
naturaleza, y que le debíamos temer. Más adelante nos enseñaron que había un Dios "dador”,
que si le obedecíamos nos iría todo mejor, y que si no le obedecíamos nos mandaría toda clase
de calamidades. A continuación nos enseñaron la ley del “sacrificio”, y como éramos
tremendamente egoístas y materialistas y nos costaba mucho sacrificar nuestras posesiones,
nos convencía lo que nos decían que si sacrificábamos algo de nuestras pertenencias Dios nos
las devolvería multiplicadas. Por último nos enseñaron que hay un cielo y que si le queremos
[Escribir texto]
114
alcanzar tenemos que sacrificarnos nosotros mismos y no nuestras propiedades, es decir, que
debemos sacrificar la naturaleza inferior, la personalidad, y aquí es donde nace la fe de que
algún día alcanzaremos el cielo.
La fe es la que nos abre el camino para la comunicación con Dios y con la naturaleza
superior que nos da vida y poder, la duda, sin embargo, nos deprime y ciega; la fe y la
esperanza nos animan y la duda y el escepticismo deprimen y entristecen. Por eso, debemos
tener claro que la fe nos abre el camino hacia la espiritualidad y hacia el conocimiento de la
verdad. Esta fe debe ser como la de un niño, que sin conocimientos y sin punto de vista sobre
nada, no se pone a razonar para encontrar respuestas a sus dudas, es una fe ciega pero natural
y sin ningún tinte de fanatismo. La fe no debe ser ciega ni irrazonable, sino que debe ser un
estado mental abierto, tranquilo y sin prejuicios. En todos estos pasos a través de la evolución
humana, la humanidad ha utilizado la oración de muy diferentes maneras pero hoy que hemos
vencido el egoísmo que nos hacía orar para recibir o intercambiar cosas con Dios debemos
practicar la oración como medio de abrir un camino hacia Dios y para estar en perfecta
armonía con Él.
Se puede considerar que cada acto es una oración que hacemos y que bajo la ley de
Causa y Efecto nos traerá los resultados correspondientes. Cuando persistimos en una misma
línea de acción es como si orásemos y, por lo tanto, en su momento vendrá la respuesta. Esta
es al fin y al cabo la base de la oración, con la diferencia de que la verdadera oración debe ser
hecha consciente y voluntariamente para que alcance los mundos espirituales y recibamos la
mejor respuesta.
Como sabemos, el cuerpo vital, cuya nota-clave es la repetición, es el asiento donde se
forma la memoria y donde grabamos todos los hechos de nuestra vida, éste es el mecanismo
para la oración y por eso está escrito debemos “orar sin cesar”. Hay muchas personas que no
admiten el beneficio de la oración y su ayuda porque dicen que el hombre no puede cambiar
las Leyes Divinas, pero eso no es correcto porque no debemos pensar que todas las
circunstancias de la vida están sometidas a la fatalidad; el hombre tiene libre albedrío para
practicar la iniciativa.
El valor de la oración viene dado por el pensamiento que ponemos en ella, es decir,
que aunque parezca que la oración es un conjunto de palabras que no pueden alcanzar al
Espíritu, el pensamiento es el encargado de dar significado o crear la idea para que una vez
creada podamos sentir en el corazón. La oración debe ser clara, sencilla y concisa, no hacen
falta palabras o frases inútiles o pomposas, cada palabra debe tener su objetivo para despertar
una idea y conmovernos interiormente, nos debe hacer reflexionar; si no es así, de poco nos
servirá. Por eso se dice que: “La verdadera oración científica es uno de los métodos más
poderosos y eficaces para encontrar la gracia delante de nuestro Padre y recibir la inmersión
de la Luz espiritual, la cual alquímicamente transforma al pecador en santo y le envuelve con
el velo dorado del luminoso Cuerpo-Alma”. Pero no nos engañemos, con la oración
solamente no podemos conseguir ese Cuerpo-Alma (cuerpo espiritual futuro de la humanidad)
Si no dedicamos las 24 horas del día, tanto despiertos como en sueños, a actuar de manera que
nuestros pensamientos, palabras y obras sean una oración para la iluminación y santificación,
nuestras plegarias no alcanzaran el Reino de Dios y, por lo tanto, no recibiremos Su
bendición.
La oración nos permite abrir un canal para que la Vida y la Luz Divina puedan fluir
hacia nosotros -como un interruptor que permite fluir la corriente eléctrica cuando se acciona-
Si oramos por motivos mundanos, lo contrario al amor y a la ley del Bien Universal, nuestras
oraciones serán inútiles. Debemos quitarnos de la cabeza que cada vez que nos acerquemos a
nuestro Padre sea para pedirle algo ¿Cómo actuaríamos si tuviéramos un hijo así? El aspirante
[Escribir texto]
115
sincero nunca pedirá bienes materiales, sino más bien iluminación espiritual con la más
elevada intención de utilizarla para beneficiar a la humanidad. Cuando nos acercamos al
Padre con alabanza y adoración nos ponemos en un estado receptivo que nos acerca a nuestro
ideal y en el que podemos experimentar un descenso de la Gracia del Espíritu sobre nosotros.
Cuando hagamos esto, aprenderemos de una manera directa que la oración es un poderoso
método que debe ser usado para perfeccionar nuestra capacidad de reconocer la Luz Divina.
La oración continua y de corazón es muy útil incluso para obtener el perdón por los
males que hemos causado a otros, además, perdonando a los que nos han ofendido (para
eliminar los malos sentimientos) purificamos nuestros cuerpos etéricos. Esta oración continua,
hecha conscientemente y de corazón, nos eleva al Trono de Dios para ofrecernos a nosotros
mismos como sacrificio. Sentarse en silencio y cerrar la puerta a lo material y la petición
hecha por simples palabras no dan resultado. Cuando oramos fervorosamente y con tal
sinceridad que nuestros sentidos externos se calman y cierran, y cuando la oración es
inegoísta, es cuando el Poder Divino de Dios nos manda sus bendiciones de muy diferentes
maneras.
La oración no debe ser un ejercicio mental sin sentimientos, se necesita cierta
cantidad del sentimiento apropiado para que tenga efecto y pueda alcanzar su destino, debe
haber un intenso fervor para que sea efectiva. El amor, la riqueza, el poder y la fama son las
cosas más deseadas por la humanidad, pero eso es en una fase inferior y más material a la que
debe desear el verdadero aspirante espiritual. El aspirante a la vida superior debe transformar
el amor egoísta en nobles aspiraciones, aquéllas que son del alma y abrazan a todas las
personas sin distinción de raza, credo y religión. La riqueza que debe desear es la de la
abundancia de oportunidades para servir a los demás; el poder que debe desear es el que sirva
para elevar a la humanidad y, la fama que debe desear no debe ser ninguna, o en todo caso la
que aumente la capacidad de enseñar por cualquier medio, la verdadera Luz que pueda dar
consuelo a los corazones dolorosos.
Las personas que estamos ocupados en el trabajo del mundo pensamos a menudo que
estamos alejados e impedidos para orar por tal razón, pero si hacemos todas las cosas como si
fueran para Dios y somos cuidadosos veremos que estamos orando siempre y que con el
tiempo se nos presentarán otras grandes oportunidades que jamás hubiéramos soñado.
Debemos cultivar un anhelo de unión que haga que nuestros pensamientos estén siempre
dirigidos hacia Dios, como cuando dos enamorados se vuelven a encontrar después de algún
tiempo sin verse y se produce ese “éxtasis” entre ellos. Esta es una preparación absolutamente
esencial para la oración, y si volamos hacia nuestro Padre de la manera indicada, la Luz de
Su Presencia, y la dulzura de Su Voz, nos enseñará y nos acariciará más allá de nuestras más
ardientes esperanzas.
Una de las cosas que concurren en la oración es el lugar donde se hace, cada oración
ya hablada o en meditación, cada canto de ruego, las lecturas litúrgicas, etc., si son hechas por
un lector cuidadosamente preparado que ame y viva lo que lee, derrama sobre el lugar de la
oración la Gracia del Espíritu. De este modo y con el tiempo se construye un templo invisible
alrededor del lugar físico, el cual, en los casos de una congregación de devotos, se hace tan
bello que trasciende todo lo imaginable. Este templo -que debe construir el aspirante a la vida
superior- no es un montón de piedras, sino una “cosa viviente” con un sonido peculiar que
proviene, a modo de poema, de los corazones de los devotos, místicos y todas las personas
buenas. Es un lugar maravilloso que vibra con la Fuerza Divina y es de inmensa ayuda para
los fieles, porque auxilia en el ajuste de las caóticas vibraciones del mundo y las impregna
con su aura como una verdadera “Casa de Dios” para que se logre la adecuada actitud para la
oración. De esta forma se ayuda a sí mismo el aspirante al Trono de la Gracia Divina, allí
[Escribir texto]
116
ofrece su oración, plegaria y adoración que, en amorosa respuesta, recibirá una nueva
bendición espiritual que vendrá directamente del Padre.
Es cierto que no todo el mundo tiene la facilidad de tener un espacio para dedicarle
como templo de oración, y por eso dijo Cristo que cuando necesitemos o queramos orar nos
recojamos dentro de nosotros mismos. Por eso podemos orar en cualquier sitio, aún así, creo
que todos podemos crear éste templo en cualquier rincón de nuestra casa. No importa cómo
sea ésta, lo importante es la separación invisible que nosotros creamos con nuestras oraciones
porque, en ese espacio, podemos recibir la Gracia de Dios. Hay que tener en cuenta que una
vez construido el templo debemos mantenerle con nuestras oraciones, ya que si no lo hacemos
así se desintegrará. Cuando nos dirijamos a éste santuario nuestro Espíritu debe volar hacia
delante, como si pretendiera arrastrar a nuestro lento cuerpo y sentir anticipadamente las
delicias que nos tienen reservadas. Debemos olvidar todo lo demás para sólo dejar lugar a los
pensamientos reverentes que debemos mantener durante el camino. Ésta es una experiencia
real de quien ama verdaderamente a Dios, si no tenemos este Espíritu lo podemos cultivar y
conseguir por medio de la oración.
Las invocaciones usadas para pedir cosas materiales entran de lleno en la magia negra,
tenemos la promesa de “Buscad primero el Reino de Dios y Su Justicia y todas las demás
cosas se os darán por añadidura”. Cristo puso el límite cuando enseñó “Danos hoy nuestro pan
de cada día”, tanto si es para nosotros como si es para los demás, debemos guardarnos muy
bien de traspasar este límite en la oración. Aun cuando oremos por bienes espirituales
debemos evitar que se manifieste algún sentimiento egoísta en nuestra plegaria porque
destruiría nuestro crecimiento anímico. Más aún, si amamos a Dios por las alegrías que
experimentamos en la dulce comunión con Él, somos tan egoístas como las multitudes que
seguían a Cristo porque les había alimentado. De todo esto puede surgir la siguiente pregunta
¿Cuál debe ser el motivo de la invocación y la oración? La respuesta es: “Alabar y Adorar”.
Tampoco es necesario que la invocación, ya sea hablada o mental, sea mantenida durante
todo el tiempo que dure la oración, cuando por medio del Amor y de la Aspiración,
impulsados por la intensidad de nuestro deseo nos hemos acercado al Trono de nuestro Padre,
llegará un momento dulce, aunque en silenciosa comunión, más delicioso que cualquier otro
estado imaginable. Este momento es análogo a la felicidad de dos enamorados que pueden
estar sentados uno al lado del otro sin romper el silencio, que se hallan poseídos de demasiado
amor para exteriorizarlo, un éxtasis que trasciende en mucho el estado aquel en que las
palabras que se dicen les sirven de entretenimiento. Así también es el clímax final, cuando el
alma “descansa” en Dios con todos los deseos satisfechos por tal sensación de comunión
expresados por las palabras de Cristo: “Mi Padre y Yo somos Uno”. Cuando se ha alcanzado
esta gradación, el Alma ha probado la quintaesencia de la alegría que causa la plegaria u
oración y no importa cuán sórdido pueda parecer el mundo o cuán triste sea el destino al que
tenemos que hacer frente, el Amor de Dios que sobrepasa toda comprensión es una panacea
para todo.
Es muy conocido el hecho de que nada de valor se alcanza sin esfuerzo, todo lo que un
hombre lleva a cabo otro hombre también puede hacerlo, y si empezamos a cultivar la fuerza
de la invocación en armonía con las Leyes espirituales especificadas anteriormente, llegará el
día en que cosecharemos unos resultados que ni siquiera nos podemos imaginar.
Cuando practicamos la oración mística en la que nos encontramos cara a cara con
Dios, cuando todo está en calma en nuestro interior, la voz silenciosa nos habla desde adentro
y se manifiesta en nosotros para que experimentemos la unidad que hace innecesarias las
palabras; en ese momento sentimos en nosotros lo que Dios mismo siente. Cristo nos enseñó
la más sublime oración que pueda ser expresada en palabras, y sin embargo, el verdadero
[Escribir texto]
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devoto no necesita ir más allá de la primera palabra “Padre”, no quiere pedir nada, porque
tiene la promesa de “Dios es mi pastor, nada me faltará”. Hay un ejemplo que podría expresar
más exactamente esta actitud, esto es, “Un perro fiel mirando con muda devoción a la cara de
su amo, toda su alma reflejándose a través de sus ojos con gran amor”. Así mismo, y aún con
más intensidad, le sucede al verdadero místico que mira al Dios interno y lo proyecta en su
Ser con una adoración silenciosa. De esta manera podemos orar intensamente sin cesar al
mismo tiempo que trabajamos con gran celo en el mundo.
En el Padrenuestro que enseñó Cristo hay siete oraciones distintas y separadas, una
para cada uno de los siete principios del Ser humano y cada oración está particularmente
adaptada para promover el adelanto de ese principio al cual se refiere, esta oración es única
como Cristo mismo.
EL PADRENUESTRO
“PADRE NUESTRO QUE ESTAS EN LOS CIELOS” Esta frase indica a quién va
dirigida la oración, -a Dios, que es Padre, Hijo y Espíritu Santo-
Las tres siguientes oraciones nos ponen en adoración ante Dios, para alcanzar la
exaltación espiritual que necesitamos para pedirle por nuestros cuerpos inferiores.
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Las tres siguientes peticiones las hace nuestro Espíritu a Dios -trino- para que atienda
las necesidades de nuestros cuerpos inferiores.
“DANOS HOY NUESTRO PAN DE CADA DÍA” El “Espíritu Divino” pide al primer
aspecto de Dios -al Padre- por su contraparte material el “cuerpo físico”.
“LÍBRANOS DEL MAL” Por último y más importante, hacemos, como un “Triple
Espíritu” que somos, la oración por la mente, que es la intermediaria entre lo espiritual y lo
material y es la mejor herramienta para acelerar nuestro propio desarrollo interno.
“AMEN” Es como una humilde petición o sentencia para que todo lo anterior se
cumpla.
OTRAS ORACIONES
ORACIÓN ROSACRUZ
“No pedimos más luz, ¡oh Dios!, sino ojos para ver la que ya existe;
ni cantos más dulces, sino oídos para percibir las melodías actuales.
No pedimos más fuerza, sino el modo de utilizar la que ya poseemos;
ni más amor, sino habilidad para convertir el ceño en sonrisa.
No pedimos más gozo, sino poder apreciar su radiante presencia que nos circunda
para compartir con otros lo que ya tenemos de valor y alegría.
No pedimos más dádivas, amado Dios, sino solamente sentido para hacer el mejor uso posible
de los dones preciosos que ya hemos recibido de Ti.
Haz que dominemos todos los temores, que conozcamos todas las alegrías,
que seamos los buenos amigos que deseamos ser;
danos medios para enseñar la verdad que conocemos,
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que amemos lo puro, que busquemos lo bueno, que elevemos poderosamente a todas las
almas para que vivan en armonía a la Luz perfecta de la libertad.”
PLEGARIA ROSACRUZ
“Acrecienta mi amor por Ti ¡Oh Dios! Para poder servirte mejor cada día.
Haz que las palabras de mis labios y las meditaciones de mi corazón sean gratas a Tus ojos,
Señor, mi fuerza y mi redentor”
PETICIÓN
“Señor ayúdame a vivir cada día de una forma totalmente inegoísta,
de modo que cuando me arrodille ante Ti para orar,
mis plegarias sean siempre para el bien de los demás”
ANTES DE DORMIRSE
“Dios Mío, de todo corazón te pido,
que esta noche mientras mí cuerpo descansa dulcemente en sueños,
puedo yo trabajar fielmente en la viña del Señor,
ya que mi Espíritu no necesita descanso”.
[Escribir texto]
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CAPÍTULO XVIII
AUTOPROGRAMACIÓN
En sentido general, trata de resolver de antemano lo que nos puede suceder, por medio
de tomar una resolución positiva y repetir el ejercicio todos los días. Si tenemos un problema
con una persona, nuestra resolución nos debe llevar a terminar de una manera amistosa con
ella, para ello debemos prevenir nuestra actuación de acuerdo a cómo ella puede actuar
respecto a nosotros. Es muy importante seguir el plan seriamente trazado porque le hemos
hecho por la mañana cuando tenemos la mente y el cuerpo astral en calma. También es muy
importante que nos programemos incluso en lo que pensamos, cuanto más nos visualicemos
con buenas actitudes, palabras y pensamientos respecto a la persona o problema más estamos
fomentando dentro de nosotros esa línea a seguir. En la autoprogramación debemos crear
imágenes de ayuda, buenos sentimientos y palabras de consuelo hacia la otra persona. Es
importante que seamos sinceros en el momento de la autoprogramación para que ésta sea
correcta y para que nos veamos en su puesto y seamos optimistas para solucionar el problema.
Resumiendo, debemos ver lo que va a ser todo nuestro día, parándonos especialmente
en los problemas con personas o cosas para su estudio, meditación y creación de imágenes
llenas de buenos sentimientos hasta ver que ese problema se soluciona. Pongamos un
ejemplo: Un problema con un compañero de trabajo. En este caso tenemos que visualizarnos
junto a él creando buenos sentimientos y pensamientos y, por supuesto, no creando otros
malos como lo veníamos haciendo. Con esta práctica solamente ya estamos haciendo dos
cosas: 1ª.- No nos estamos creando un mal destino con esa persona, y 2ª.- Estamos borrando y
transformando lo malo que teníamos en nosotros mismos por lo bueno y nuevo que estamos
practicando. Después debemos continuar la visualización y programación de manera que nos
veamos como mandamos -en forma de luz- todo lo mejor que le podamos dar y ver cómo
penetra en su aura para después compenetrar su cuerpo de deseos, mental y físico, donde llega
al corazón y le despierta buenos sentimientos hacia nosotros. A continuación pasaremos a
visualizar un encuentro en el que, de alguna manera, nos hablamos de una manera sencilla,
relajada y amigablemente. Así podemos continuar con otras muchas cosas más, lo importante
[Escribir texto]
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es que no continuemos creando malos pensamientos ni sentimientos contra él, porque esto
anulará el trabajo y el buen efecto de este ejercicio.
Alguien dirá que hay personas que no admiten volver a tener esa amistad, yo les digo
que en la mayoría de los casos -si se quiere y se desea de corazón- sí se puede conseguir,
aunque cueste y sea un proceso lento. Lo importante, además de repetir estas visualizaciones
durante algún tiempo, es que luego, en la vida real, lo intentemos porque si no lo hacemos así
nuestra programación no nos ayudará en nada. Este ejercicio lo recomiendo más bien para
superar problemas personales y para cambiar nuestra manera de actuar en determinadas
circunstancias. También lo debemos practicar por la mañana recién despiertos, quiero decir
que debemos empezar a visualizarnos desde el momento en que nos despertamos para, a
continuación, ver cómo actuamos, pensamos y sentimos en todo momento, pero sobre todo
en determinados sitios y con determinadas personas con los que podamos tener
inconvenientes. Quien no pueda o no le guste hacerlo por las mañanas también lo puede hacer
sentado en la tranquilidad de su casa durante el día.
Al crear este ejercicio me he basado en el conocimiento de que, antes de renacer el
Ego en un cuerpo físico, visualiza lo que va a ser su vida futura y colabora y se compromete
a llevarla a cabo con toda su buena voluntad sabiendo, además, que lo adverso que tenga
serán deudas pendientes que debe intentar superar por el bien de su propio desarrollo.
Con este método debemos prevenir los problemas que nos pueden surgir para crear de
antemano la línea de actuación que debemos tener en esos momentos. Si normalmente somos
alterados mental y emocionalmente, debemos visualizarnos en ese justo momento y con esas
mismas personas de una manera relajada y controlada. Debemos programar cómo vamos a
actuar, para que, por medio de la repetición de este ejercicio, actuemos así en ese preciso
momento, ya que nuestro Ego nos lo recordará. Pongamos un ejemplo: Si somos una persona
de las que se inquieta y enfada cuando conduce y no aguanta los atascos de la circulación
porque siempre lleva prisa, entonces debemos visualizarnos en nuestro coche con un
sentimiento de comprensión y tolerancia respecto a los demás conductores. Debemos pensar
que lo que algunos hacen lo hemos hecho nosotros, o lo podemos hacer aún; que si
estuviéramos en su puesto actuaríamos igual que ellos y no nos gustaría que se metieran con
nosotros; debemos visualizarnos conduciendo con una sonrisa en los labios, tranquilo y
relajado porque sabemos que el enfado no nos lleva a ningún sitio; debemos visualizarnos
cediendo el paso a otros que a su vez lo agradecen; debemos visualizarnos, en fin, todo lo
positivo que podamos imaginar con la seguridad de que, cuanto más lo repitamos, más fuerza
tendrá el arquetipo que estamos creando para recordarnos -nada más montar en el coche-, que
tenemos que actuar así en todas las circunstancias.
En el caso de que en la vida real no podamos solucionar el problema por culpa del
rechazo de la otra persona, no nos tiene que preocupar, porque nosotros estamos cumpliendo
con las Leyes Divinas. Es un deber humano terminar la vida en paz con todas las personas,
para así no tener deudas pendientes con ellas para otra vida, por lo tanto, si nosotros
intentamos arreglar una situación de todo corazón y no nos admiten, nosotros nos libramos de
ese mal como causa, y será el otro el que deba hacerlo frente como tal. Pero eso sí, no
miremos esto con alegría o desprecio, sino más bien con pena de que un hermano se está
creando un karma que no le traerá nada bueno.
En estos casos es bueno sentirse un foco de Luz que alumbre allá donde estamos, esto
nos predispone a ir con una buena y espiritual intención. “Visualizad cómo durante todo el
día, y particularmente ante esas situaciones, tenéis un aura de luz muy grande y brillante; ved
como rodeáis con vuestra aura a esas personas hasta ver cómo cambian todos los aspectos del
problema; pensad que sois amor, y como tal, sois instrumentos de Dios para solucionar el
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CAPÍTULO XIX
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falta. De cualquier forma, ese Ser será tan elevado, real y perfecto que estaremos convencidos
de que en nuestros momentos de decaimiento y superación, Él nos enviará su rayo de Luz y
esperanza siempre que lo necesitemos.
Por todo esto, es conveniente que elijamos un modelo muy especial, él será la base de
nuestras acciones, será el motivo para tomar la iniciativa para reemplazarle en todas sus
funciones y hacer que nuestras acciones sean una réplica exacta de la suya. Naturalmente
nuestra actitud debe ser íntegramente activa y consciente en todos los acontecimientos que se
produzcan, debemos prestar una gran atención hacia el desarrollo de los hechos para ser
conscientes de todas y cada una de las experiencias de la vida. Debemos vivir plenamente
integrados en sentido físico, emocional y mental para que, gracias a todo esto, podamos
introducir más Luz en los vehículos inferiores y así redimirlos de substancia gravitatoria o
kármica, a la vez que les sometemos progresivamente a las pruebas que nos llevarán a ser
Discípulos de un Maestro.
Esta práctica está basada en el hecho de que el hombre necesita puntos elevados o
metas, para acelerar su evolución y no rezagarse en el camino, y quedarse sin aspiraciones. El
hilo que nos debe unir a ese ideal debe ser el del Amor, la admiración y la adoración, porque
quien es capaz de amar y admirar dispone de una de las mayores fuerzas resultantes de la
humanidad. Otra cosa importante es que ese ideal o modelo debe despertar en nosotros amor y
estímulos de nobleza para amar lo grande y prescindir de lo pequeño, este Ser debe ser un
auxilio y motivo de inspiración en nosotros, por eso y entre otras cosas, he elegido para este
ejemplo a Cristo, que es el más grande y evolucionado Ser que ha pisado la Tierra.
Yo aconsejo hacer este ejercicio de una manera imaginativa durante un tiempo antes
de llevarlo a la práctica, por supuesto, siempre de una manera persistente. Por las mañanas al
despertarnos, o en momentos de relajación y paz interna, debemos concentrarnos para crear y
visualizar la imagen de Cristo, esta debe ser bella, humilde, sencilla y sobre todo, llena de
Luz y Amor. Debemos trabajar mentalmente con ésta imagen hasta compenetrarnos con ella
como si empezáramos a cambiar gracias a su influencia. Nos podemos servir de lo que
queramos e incluso intentar hablar con ella - a veces nos habla-, pero sobre todo, es necesario
tener siempre presente que es el más elevado emblema del Amor y del Sacrificio. Una vez que
nos familiarizamos con Él lo suficiente como para tener la confianza de que vamos a
conseguir que Él actúe en nuestro nombre, pasaremos a la acción.
Pasar a la acción es tenerle siempre presente, es saber que Cristo pensará por nosotros,
sentirá por nosotros y hablará por nosotros. Esto es algo así como estar preguntándonos
constantemente ¿Cómo hablaría Cristo en mí puesto en este momento? ¿Cómo actuaría Cristo
ahora que tengo que hacer esta determinada obra? ¿Qué pensaría Cristo de esto que acabo de
ver o que me acaban de hacer? Este trabajo nos llevará a actuar poco a poco en Su Nombre, o
mejor dicho, permitirá que Cristo mismo nos guíe ante todas estas situaciones. Con la práctica
veremos cómo cualquier cosa, por muy pequeña que sea, la haremos en Su puesto e
intentaremos sentir lo que Él sentía en los momentos de soledad y meditación. Debemos
intentar comprender lo que pasaba por su cabeza respecto a los humanos y sus actitudes;
debemos actuar como Él actuaba siempre pensando en que estaba sacrificándose para la gloria
de Dios Padre; debemos intentar comprender y sentir los conceptos que Él tenía sobre la
comprensión, tolerancia, bondad, fraternidad y altruismo; debemos, por fin, permitir que sea
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Él el que, compenetrándonos con Su Espíritu de Vida, nos ilumine y nos guíe en todas
nuestras actuaciones momento a momento.
Sé que no es fácil, pero también pienso que, junto a la retrospección y como
complemento de ella, es el mejor ejercicio de los que he practicado y explicado en éste libro.
Si conseguimos llevarlo a la práctica, aunque sólo sea una hora, comprobaremos lo
beneficioso que es para nuestro Espíritu. Si persistimos -y lo debemos hacer-, conseguiremos
imitarle por mucho más tiempo, y comprenderemos lo grande y maravilloso que es éste Gran
Espíritu, y el gran sacrificio que hizo y está haciendo por la humanidad. Pero, además,
estaremos haciendo que nazca en nosotros mismos el niño Cristo que toda la humanidad debe
desarrollar. Con éste ejercicio podemos llegar a lo más elevado que podamos imaginar, sólo es
necesario intentarlo y no dejar de persistir en ser el emblema de Amor que fue Cristo.
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CONCLUSIÓN
Es bueno adquirir conocimiento, pero hay que tener cuidado de no dejarnos llevar por
él y engañarnos a nosotros mismos respecto a su uso. “El conocimiento engríe y el Amor
edifica”, si el conocimiento no nos sirve para hacernos mejores y ayudar a la humanidad, de
poco nos puede valer, porque para Dios y para nuestro desarrollo no significa nada. El
conocimiento debe ser llevado a la práctica y ser utilizado para enseñar a quien esté
preparado para recibirlo, si no es así, es como si una persona que se hace el mejor matemático
del mundo no enseña sus conocimientos ni los utiliza para el bien de la humanidad. Este
conocimiento debe ser filtrado por el corazón para poder mostrar que nuestros sentimientos
profundos están unidos a él y listos para su uso.
El hombre debe vivir y evolucionar en el mundo, no puede recluirse, así es que, lo
ideal es que aprovechemos este conocimiento para acelerar nuestra evolución. El
conocimiento debe ser vivido para convertirlo en sabiduría, y haciendo esto es como
ayudamos a la humanidad y nos hacemos mejores servidores del mundo. Todavía hay
personas que muchas veces dicen ¿Por qué tengo que hacer yo eso si lo puede hacer otro? La
respuesta esotérica más correcta sería “El que quiera ser el primero que sea el último y el
servidor de todos”. Cristo es el Iniciado más elevado de los Arcángeles y, sin embargo, vino a
enseñarnos el único y verdadero camino que hay que seguir: “El servicio amoroso y
desinteresado a los demás”, éste es el camino más corto para alcanzar nuestra meta de
perfección; luego entonces sería conveniente preguntarnos ¿Por qué no lo hago yo en vez de
dejar que lo haga otro? Si me gusta que me consuelen en mis momentos de decaimiento y
tristeza ¿Por qué no hacerlo yo cuando otros lo necesitan? Si me gusta que me sirvan y
ayuden ¿Por qué no puedo ayudar y servir yo? ¿Por qué no hacer yo a otros lo que me
gustaría que me hicieran a mí? Si otros han cambiado su carácter, temperamento, forma de
vida y han elevado su moral y espiritualidad por medio del conocimiento esotérico, ¿Por qué
no lo puedo conseguir yo?
Es correcto atender a nuestros deberes materiales y responsabilidades, pero también es
cierto que podemos dedicar quince minutos diarios a nuestro propio desarrollo interno y
prestar atención a nuestra actitud y forma de actuar en nuestra vida cotidiana. Esta es la mejor
manera de cambiar nuestro carácter y forma de ver la vida, pero acordaros que el servicio
amoroso o un sentimiento benévolo en todas nuestras actitudes, es imprescindible para ir
elevándonos día a día. También es cierto que hay muchas personas que pueden decir: “yo
sirvo todos los días”, quizás sea así pero, ¿Estas sirviendo porque es tu deber laboral o porque
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es algo que te gusta? ¿Te esfuerzas por servir en lo que no te gusta? Seamos sinceros y no nos
engañemos, no pongamos pretextos absurdos para no sacrificarnos y obtener mejor desarrollo,
debemos ser conscientes de que nuestra elevación espiritual no la podemos comprar ni nadie
puede actuar por nosotros para conseguirlo.
Tenemos dos elecciones:
1ª.- Ir dando vueltas alrededor de la montaña hasta llegar a su cima -como meta para la
perfección espiritual-
2ª.- Coger el camino más corto, empinado y recto que nos lleva a esa misma cima,
pero que nos evitará mucho sufrimiento y pérdida de tiempo.
El desarrollo interno espiritual se obtiene gracias a cambiar todas nuestras actitudes
(en pensamiento, palabra y obra) y en tener un esfuerzo continuo en servir allá donde
podamos. Esto requiere sacrificio, pero según recorremos el sendero vamos descubriendo esa
Luz y esa Verdad que nos confortará de nuestros esfuerzos y nos dará la Paz que necesitamos.
Cuando nos consagramos a la vida superior comenzamos a regenerarnos, y esta misma actitud
hace que demos de lado a todas nuestras malas costumbres, esto a su vez, hace que veamos la
vida desde otro punto de vista más elevado y que comencemos a sentir en nuestro interior lo
que es la verdadera Vida del Espíritu.
Si queremos hacernos verdaderos servidores del mundo e imitadores de Cristo para
acelerar nuestro regreso al Padre debemos empezar cuanto antes a dominar nuestros cuerpos,
pero sobre todo, a tener nuestra mente vuelta hacia el interior y siempre dirigida hacia lo
bueno y bello de la vida. Debe quedar claro que nuestro cuerpo mental está compuesto de la
materia del mundo mental de Dios -Mundo del Pensamiento-, que nuestro cuerpo de deseos
está compuesto de la materia del cuerpo de deseos de Dios -Mundo de Deseos-, y así
sucesivamente. Entonces y sabiendo esto, debemos comprender que nuestra primera meta
debe ser purificar todos esos estados de materia y elevar su vibración por medio de: Ver lo
bueno en todas las cosas; hacer todo como si fuera para Dios; imitar a Cristo; desarrollar
ideales elevados para trabajar en una determinada línea; etc. Esto sería algo así como si
tuviéramos que purificar y hacer de nuestro cuerpo físico un cuerpo sano, empezaríamos por
hacer deporte, no fumar, no beber alcohol, tener la moral alta, los pensamientos positivos, la
alimentación sana, etc. Eso mismo, deberíamos hacer con nuestra mente, deseos y
sentimientos. Si queremos elevarnos, debemos empezar a trabajar para la purificación de los
cuerpos de tal manera que nos acerquemos -despacio pero sin pausa-, a la vibración o
perfección que tienen estos mundos -Cuerpos de Dios-
El hombre no puede dar de lado su propio destino ni su meta final, todos somos hijos
de Dios y como tal, tarde o temprano todos debemos volver a nuestro hogar. En este recorrido
somos libres de actuar bien o mal, pero según actuemos así será nuestro camino, lleno de
espinas o llano y cómodo de andar. Las Leyes son justas y sólo nos dan lo que merecemos y
lo mejor para nuestro propio desarrollo, si trabajamos “con” ellas, emprenderemos
rápidamente el camino de regreso. Está escrito que “Dios es Luz, si caminamos en la Luz
como Él está en la Luz, tendremos comunión unos con otros” ¿Qué es caminar en la Luz sino
actuar de una manera amorosa y desinteresada? También es Luz todo lo que intentemos
beneficiar a los demás; todo lo que nos salga del corazón; todos nuestros sentimientos de
ayuda, de oración, de altruismo, de compasión, etc.; todo eso y más es estar en la Luz.
Alguien puede pensar que eso es muy difícil de hacer pero la verdad es que todos podemos
estar de alguna manera en la Luz. Otro paso, quizás algo más elevado, es el que indican estas
otras frases bíblicas: “Si nos amamos mútuamente, Dios está en nosotros y Su Amor es
perfecto en nosotros”; “Dios es Amor y quien permanece en el Amor, permanece en Dios y
Dios en él”. Es conveniente meditar sobre el significado de estas frases, meditando
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del planeta. Por todo esto, yo os pido, “Actuad como una Luz en la oscuridad a la cual
puedan acudir otros que andan ciegos por la vida.”
CONTRAPORTADA
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