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CARRION
TEMA:
ECONOMÍA PERUANA A INICIOS DE LA REPÚBLICA
ALUMNOS:
ARTEAGA VALDEZ, MINDI SUZAN
BRAITHWAITE TENA, ANGELA CARITO
LEZAMETA REQUELME, CESAR
DOCENTE:
LIC. CHANGA HUERTAS, GERARDO
Huacho-Perú
2017
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DEDICATORIA
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INTRODUCCIÓN
Desde la década 40 del siglo XIX los ingleses iniciaron la explotación y comercio del
guano peruano a través de compañías como la Casa Gibas, quienes vendían el guano a
los grandes propietarios terrateniente ingleses, que conformaban una burguesía industrial
emprendedora que requería con urgencia de estos productos para garantizar la producción
de manufacturas de manera óptima.
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CAPITULO I
El sistema de las consignaciones fue una modalidad que estableció el Estado para la venta
del guano, mediante el cual, se entregaba el guano a particulares (nacionales y
extranjeros) para que lo comercien en el exterior a cambio de una comisión. Inicialmente
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se beneficiaron compañías extranjeras y comerciantes y terratenientes peruanos. Uno de
los grandes beneficiarios con este sistema fue la “Sociedad consignataria del guano”
institución que agrupaba a los principales consignatarios peruanos (Pardo, Barreda,
Quiroz, etc). La oligarquía consignataria peruana, identificada según algunos autores con
una incipiente burguesía capitalista nacional, no llegó a tener el carácter revolucionario y
transformador de la burguesía europea o norteamericana, dado su origen latifundista y
aristocrático. Esta oligarquía se fue configurando en una clase intermediaria con el
capitalismo inglés y sentaba las bases para el desarrollo del capitalismo burocrático
peruano al servicio de las metrópolis imperialistas. Asimismo, en el Perú la oligarquía
guanera nunca rompió los esquemas perniciosos de nuestra economía semifeudal, por el
contrario, las mantuvo incólumes, convivieron con él y trataron en lo posible de no
perjudicar los intereses de los latifundistas terratenientes.
Sistema de comercialización guanera aplicado por José Balta luego de su llegada al poder
en 1866, poniendo fin de este modo al antiguo sistema de las Consignaciones del Guano,
establecida por Castilla. Según el Contrato Dreyffus, el Estado le entregaba a la casa
judío-francesa del mismo nombre nuestra riqueza guanera, a cambio de los cual, ésta se
comprometía a pagar a los acreedores de la deuda externa peruana.
¿Qué hizo el Estado peruano con los ingentes recursos de la riqueza guanera?
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En suma, la riqueza producida por el guano no contribuyó al desarrollo integral y
equilibrado del Perú. Significó el desarrollo del Estado centralista limeño y criollo
mediante el fortalecimiento de los aparatos del Estado. Significó profundizar nuestra
relación de dependencia económica-financiera respecto de los grandes centros de poder
mundial, en este caso encarnado por el imperialismo anglosajón. Significó una inyección
financiera para los hacendados costeños, pues ellos fueron los principales beneficiados
por la aplicación de la Ley de Consolidación de la deuda interna y la manumisión de los
esclavos. Significó el aislamiento y la exclusión del indio con los esquemas económicos
capitalistas del siglo XIX. En suma, significó el fortalecimiento de una pequeña élite de
poder en desmedro de las mayorías sociales que jamás obtuvieron beneficio alguno con
la riqueza generada por la explotación de este recurso.
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- Se adquirieron los primeros barcos a vapor: el vapor “Rímac”, la fragata
“Mercedes”, los bergantines “Gamarra” y “Almirante Guisse” y la goleta
“Limeña”.
- Se impulsó el comercio y la navegación, se tendió la línea telegráfica entre Callao
y Lima (1847)
- Canceló la Deuda Externa
- Decretó el Primer reglamento General de Instrucción Pública
- Reunió al Congreso Americanista en Lima para deliberar en contra la política
imperialista de Europa en América
- Se produce el gran debate doctrinario entre los liberales (demócratas) y
conservadores (autoritarios).
- La pugna entre los liberales y conservadores
La lucha entre los grupos de poder se manifestó entre los liberales y los conservadores,
sobre todo a partir de 1848. LOS LIBERALES, estaban ligados al sector de la plutocracia
guanera capitalista (los consignatarios), grandes comerciantes e intelectuales
influenciados por las ideas demoliberales de la burguesía europea y norteamericana.
Carecieron de fuerza para realizar cambios estructurales, ya que su origen aristocrático-
feudal no lo permitía. Sus planteamientos fueron fundamentalmente sintetizados en el
principio de la “SOBERANÍA POPULAR”, que planteaba que todos los ciudadanos
deben participar en política, esto era con el objetivo de lograr el apoyo de la población
campesina y fortalecerse políticamente para lograr sus objetivos económicos. Sus
planteamientos se difundían desde el Colegio Guadalupe y sus principales representantes
fueron:
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1.3. JOSÉ RUFINO ECHENIQUE: 1851 – 1854
- Gobierno de carácter conservador y autoritario.
- Firmó el tratado Herrera – Da Ponte Ribeyro con el Brasil, concediendo territorios
amazónicos al Brasil, además de libre comercio por el Amazonas.
- Se promulgó el Código Civil y Comercial
- Promovió una agresiva política de inmigración europea, porque según las
concepciones racistas y eurocentristas de Echenique al Perú debía venir gente de
“buena raza”, es decir “blancos”. De este modo impulsa la inmigración de
alemanes, austriacos, irlandeses y españoles, aunque sin éxito.
- Adquirió para la marina peruana la Fragata “Apurímac”, las goletas “Tumbes” y
“Loa” y el Vapor “Ucayali”.
- Defendió la soberanía peruana al reivindicar para el Perú la propiedad de las Islas
Lobos frente a las pretensiones anexionistas de ingleses y norteamericanos.
- Se construyó el ferrocarril Tacna-Arica.
- Se produjo el problema de la moneda feble con Bolivia.
- Rebelión de Domingo Elías siendo derrotado en la Batalla de Saraja el 07 de
enero de 1854.
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1.4. SEGUNDO GOBIERNO DE CASTILLA (1854 - 1862)
Castilla llegaba al poder con el respaldo político del sector liberal, pero esta alianza se
debilitará posteriormente al asumir Castilla una posición más moderada. Durante el
segundo gobierno de Castilla hubo dos tendencias bien definidas:
Durante la primera fase liberal, aún en plena revolución contra Echenique, Castilla
decreta una de sus medidas liberales de mayor trascendencia social, esto es, la abolición
del tributo indígena en Ayacucho el 5 de julio de 1854 y la abolición de la esclavitud el 5
de diciembre de 1854 en Huancayo.
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Aplicó como el sistema bimetalista, estableciendo como unidad monetaria el Sol
Bimetálico, de oro y plata.
A su muerte el poder fue asumido provisionalmente por Pedro Diez Canseco su segundo
Vicepresidente, en vista de la ausencia temporal del Primer Vicepresidente Juan Antonio
Pezet, quien se encontraba en Europa. Diez Canseco ejerció el poder hasta el 2 de agosto
de 1863 en que retorna Pezet y asume el mando. Durante el breve mandato de Diez
Canseco, llegó al Perú en julio de 1863 llegó la “Expedición Científica” española al
Callao. Su verdadero objetivo era encontrar en el Perú elementos pro monarquistas que
apoyen su proyecto colonialista e imperialista de recuperar sus antiguas colonias y
despojarnos de nuestra riqueza potencial, esto es: EL GUANO DE LAS ISLAS
CAUSAS:
Ambición de España sobre la riqueza guanera peruana para paliar la aguda crisis
económica en que estaba sumido.
En 1862 sale de Cádiz una expedición científica española a Sudamérica dirigida por el
Almirante Luis Hernández Pinzón. Luego de un año de viaje la expedición llegó al Callao
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en Julio de 1863, pero luego se retira del puerto antes del 28 de Julio. Aunque esta
expedición llega al Perú con la fachada de científica, en el fondo perseguía objetivos
políticos de colonización imperialista sobre nuestro país, que de ser posible lo llevara a
recuperar y restaurar su antigua monarquía colonialista.
- Reacción Peruana
La posición del gobierno peruano frente a esta situación fue negociar en términos
diplomáticos. Frente a esta posición estaba la postura radical de ciertos sectores que
planteaban declarar la guerra a España y recuperar las islas de Chincha. Esta última
posición fue defendida por los ricos consignatarios del guano que tenían grandes intereses
en estas islas. En ese contexto, el gobierno de Pezet se somete dócilmente a las exigencias
españolas firmando el Tratado “Vivanco-Pareja” (27-01-1865), tratado obsecuente y
entreguista que resultó lesivo y perjudicial a los intereses del Perú, dado que estipulaba
la desocupación de las Islas guaneras a cambio del pago de una indemnización de 3
millones de pesos a España, además del recíproco saludo de los pabellones en acto de
desagravio público. Por fortuna, el repudio popular y la oposición de los sectores políticos
y militares presionan evitando la ratificación del Tratado en el Congreso.
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total del régimen. La sublevación tuvo el respaldo económico financiero de los
consignatarios guaneros, plutocracia que estaba siendo perjudicada en sus intereses,
debido a las pretensiones hispanas de apropiarse de lo que representaba la fuente misma
de su poder. Éstos, argumentando patriotismo exigieron una respuesta bélica contra el
invasor, escondiendo en el fondo sus subalternos y mezquinas motivaciones de defender
sus intereses económicos y otorgar préstamos al Estado Peruano para que financiar la
guerra.
Se establece luego de producido el golpe de estado dirigido por Mariano Ignacio Prado,
representante de la oligarquía plutocrática guanera. Se forma un gobierno de marcada
tendencia liberal, conformándose un gabinete presidido por José Galvez Egúsquiza y
bautizado con el nombre de “Gabinete de la Victoria”. Gracias a las gestiones realizadas
por el acaudalado plutócrata del guano Manuel Pardo y Lavalle, el gobierno obtiene un
préstamo de los consignatarios con el propósito de financiar el conflicto; préstamo que se
obtuvo a costa de prolongar por más tiempo las consignaciones.
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1.7. GOBIERNO PROVISORIO DE MARIANO IGNACIO PRADO: 1867 – 1868
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Estado peruano provocó durante los dorados años de bonanza guanera. A fines de la
década de 1860 el guano comienza a perder demanda mundial en el mercado industrial,
debido a que surge una nueva fuente de riqueza: El Salitre, el cual era empleado por la
industria europea para la fabricación de fertilizantes y pólvora. Por fortuna, el Perú era
poseedor de extensos yacimientos de salitre en su costa sur, lo cual despertará las
ambiciones de Chile y del imperialismo británico en su obsesión de controlar y
aprovechar esta riqueza. A pesar de ello, el guano aun tenía importancia económica, pero
era necesario reestructurar la forma de explotarlo y comercializarlo, para que así de este
modo, pueda servir a los intereses nacionales en lugar de particulares.
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El golpe de Estado de los Gutiérrez fracasa porque éstos no contaron con el apoyo de la
marina ni del pueblo, además de tener en su contra a los ex consignatarios del guano,
motivándose por ello su estrepitoso fracaso. Luego de tomar el poder efímeramente, los
Gutierrez soportarán una movilización popular que los sacará del poder, asesinando a tres
de ellos y colgando sus cadáveres en las torres de la Catedral de Lima. Solo Marceliano
salva de morir en manos de la turba excitada y enardecida logrando escapar. De este modo
se frustra el intento militarista de impedir el ascenso al poder del civilista Manuel Pardo,
el cual después de aquietadas las aguas, asumirá el poder el 2 de agosto de 1872.
Entre las obras principales que realizó Balta durante su gobierno podemos señalar a las
siguientes:
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posibilidad de un acercamiento de Argentina a la Alianza, hecho que será frustrado por
la oposición que el Senado argentino le opone al Presidente Pedro Domingo Sarmiento,
además de la estrategia diplomática chilena desplegada para conseguir la neutralidad
argentina. La firma de este tratado “secreto” será tomado por Chile como pretexto para
declararnos la guerra.
Principales obras:
Sucesos Internos
Dos años después de culminado su mandato, Manuel Pardo es elegido Presidente del
Senado, siendo asesinado a balazos por el Sargento de Guerra Melchor Montoya la tarde
del 16 de noviembre de 1878.
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1.11. GOBIERNO DE MARIANO I. PRADO: 1876 - 1879
Durante su gobierno se produjo la nefasta guerra con Chile, conflicto al que nos vimos
arrastrados por nuestra alianza defensiva firmado con Bolivia.
De este modo fuimos sorprendidos por un conflicto que no buscamos y que nos vimos
envueltos por nuestra alianza con Bolivia, aunque es claro que los objetivos chilenos
estaban dirigidos no solo al salitre boliviano sino también al peruano. En pleno conflicto
bélico el Presidente Mariano Ignacio Prado viaja a Europa con el fin de gestionar un
empréstito y realizar adquisiciones de material bélico para afrontar el conflicto y
garantizar la Defensa Nacional; aunque como se sabe, nunca regresó con las tan mentadas
armas, en una explícita traición a la patria.
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CAPITULO II
Fue en ese contexto que Balta llamó al ex-seminarista y periodista de oposición Nicolás
de Piérola para asumir el ministerio de Hacienda. Cabe decir que en esos momentos, casi
ningún político con aspiraciones en la función pública quería asumir la responsabilidad
de tomar decisiones drásticas o impopulares frente a la agobiante crisis económica.
Piérola vio el problema con toda claridad. Los consignatarios nacionales no cumplían sus
contratos con el Estado y retrasaban sus pagos debido a la disminución del precio del
guano en los mercados europeos. Sucedió que los nuevos abonos químicos le hacían una
feroz competencia. Por ello, especulaban con los cargamentos y los almacenaban en los
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puertos esperando el mejor momento para la venta del fertilizante. De este modo, el
Estado no recibía puntualmente sus remesas impidiéndole programar sus gastos.
La solución era fácil pero al mismo tiempo delicado en aplicarse: quitarle el negocio del
guano a los consignatarios y discutir nuevas condiciones con quien ofreciera mejores
dividendos al país. Finalmente Piérola se inclinó por esto. Por ello, el joven ministro, de
apenas 30 años, quien decía no representar a ningún grupo de poder, inició conversaciones
con Augusto Dreyfus. Y el momento llegó.
Para el Perú era un buen negocio pues ya no debía preocuparse por los incumplimientos
de los consignatarios. Además podía equilibrar su presupuesto, programar sus gastos y,
como si esto fuera poco, se olvidaba del problema de su deuda con los acreedores ingleses.
La reacción de los consignatarios nacionales fue violenta quienes basaban su protesta por
ser “hijos del país”. Sus denuncias tuvieron eco en el poder judicial pero el Congreso,
luego de encendidos debates, aprobó las condiciones del Contrato Dreyfus.
De este modo, se pensó orientar el dinero enviado por Dreyfus hacia obras productivas,
especialmente en la construcción de ferrocarriles que, se pensaban, eran la vía segura al
progreso. De esta forma Balta gastó enormes cantidades de dinero en implementar su
política ferrocarrilera. Muchas líneas se construyeron, otras quedaron a medio hacer y las
demás sólo fueron esbozadas en proyectos. Lo cierto es que al final el dinero de Dreyfus
no alcanzó, el estado tuvo que volver a recurrir al crédito externo y afrontar el
incontrolable déficit presupuestal.
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2.2. CUANDO MANUEL PARDO ASUMIÓ LA PRESIDENCIA EN 1872 ESTAS
ERAN LAS CIFRAS DE LA CRISIS:
De otro lado, la deuda interna ascendía a 13 millones de soles. Y como si esto fuera poco,
el pago de los préstamos recibidos en 1870 y 1872 (12 millones y 37 millones de libras
esterlinas, respectivamente) habían absorbido la totalidad de las mensualidades que
Dreyfus quedaba comprometido a remitir al estado en virtud del contrato de 1869. Cebe
mencionar que en 1872 el Perú tuvo el dudoso privilegio de tener la deuda externa más
grande de Sudamérica en el mercado monetario de Londres.
Ese año se declaró la bancarrota financiera del Perú ante la imposibilidad de conseguir
nuevos préstamos y asumir el pago de los anteriores. Esto llevó al civilismo a monopolizar
y nacionalizar el salitre de Tarapacá sin ningún resultado positivo. Este sombrío panorama
no solo originó la quiebra de los bancos de la época, sino la virtual ruina de la agricultura,
la minería y el comercio. La creación de nuevos impuestos y la emisión monetaria no
pudieron maquillar una crisis que hacia 1879, año que estalló la guerra con Chile, se
volvía cada vez más agobiante.
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2.3. EL CONTRATO DREYFUS.
Por medio de este contrato, la Casa Dreyffus & Hnos. se comprometía a adquirir del
Estado peruano dos millones de toneladas de guano de islas, valorados en 73 millones de
soles, que debía abonar a razón de 700.000 soles mensuales; al mismo tiempo se
comprometía a dar al Estado un adelanto de dos millones de soles, comprometiéndose,
además, a cubrir el servicio de la deuda externa peruana, que ascendía a cinco millones
de soles anuales. Fue aprobado por el Gobierno el 17 de agosto de 1869, en medio de una
gran polémica que dividió a la opinión pública. Por entonces gobernaba en el Perú el
coronel José Balta y era ministro de Hacienda Nicolás de Piérola Villena, que fue el
artífice del contrato. Los consignatarios o empresarios nacionales del guano acusaron al
Gobierno de “despojo” e intentaron suplantar por la vía judicial a la Casa Dreyffus. La
Corte Suprema dio la razón a los consignatarios, pero el Congreso de la República zanjó
finalmente la controversia, aprobando y poniendo en ejecución el contrato el 11 de
noviembre de 1870. Sin embargo, Dreyffus no llegó a cumplir a cabalidad todas las
cláusulas del contrato y fue acusado de hacer manipulaciones en desmedro del Estado
peruano. El contrato, tras tener sucesivas modificaciones, fue rescindido finalmente en
1876.
Tras la guerra contra España, que culminó con el Combate del Callao del 2 de mayo de
1866, el Estado peruano quedó sumido en una aguda crisis económica, a consecuencia
del gran desembolso de recursos pecuniarios que había hecho para adquirir elementos
bélicos. El dictador Mariano Ignacio Prado, en comicios fraudulentos, ya que se
realizaron sólo en Lima y Callao, se hizo elegir presidente constitucional del Perú e instaló
un Congreso Constituyente para discutir una nueva Constitución Política, que debía
reemplazar a la del año 1860. En defensa de esta última carta magna, el viejo mariscal
Ramón Castilla se alzó en el sur, pero murió en Tiviliche en pleno desierto el 30 de mayo
de 1867, no obstante lo cual, dejó encendida la chispa revolucionaria. En efecto, en
octubre de 1867 se produjo una revolución en Arequipa, «invocando el cumplimiento de
la Constitución de 1860». La recientemente aprobada Constitución liberal de 1867 fue
quemada en un acto público. También estalló una revolución en Chiclayo, encabezada
por el coronel José Balta, que enlazó con los rebeldes arequipeños.
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Prado, al mando de su ejército, marchó a Arequipa para sitiarla, pero fue rechazado por
las tropas rebeldes. Regresó a Lima y renunció el 7 de enero de 1868.
El general Pedro Díez-Canseco que había dirigido la revolución de Arequipa, entró con
su ejército a Lima, tomó el poder político y convocó al Congreso. Se llamaron a
elecciones populares y salió elegido como nuevo presidente de la República, el coronel
José Balta, el 2 de agosto de 1868.
Cuando Balta asumió el poder, encontró una caótica situación hacendaria. Desde la
década de 1850, el producto que aportaba los mayores ingresos a la hacienda pública era
el guano de islas, entonces de gran demanda en Europa y Norteamérica por sus
propiedades fertilizantes. La venta del guano se basaba en el sistema de la consignación
del guano, que consistía en que el Estado contrataba con ciertos individuos llamados
Consignatarios, para que vendieran al extranjero cierta cantidad de guano. Los
consignatarios cobraban por ello una comisión y luego entregaban al Estado el producto
de su venta. Haciendo así de intermediarios, los consignatarios hicieron suculentas
ganancias. Pero con frecuencia retrasaban la entrega de los pagos al Estado y se quedaban
con dinero que ya no era de ellos, sino público. Se les acusaba además de una serie de
abusos tales como los que fueron denunciados, a fines de 1866, por Guillermo Bogardus:
recargo en los fletes, cobro indebido de comisiones, falta de oportunidad para alzar el
precio del abono, etc.
No obstante, tan fuerte era la crisis económica que el gobierno, al no tener recursos para
pagar sus compromisos internos y externos, se veía obligado a solicitar préstamos a los
consignatarios. Estos otorgaban los préstamos sujetos a intereses usurarios del dos y hasta
del tres por ciento mensual. Aún más, como condición para prestar dinero, usaron la
artimaña de pedir prórrogas de sus contratos, obteniendo mayor cantidad de años en
calidad de consignatarios. De ese modo la caja fiscal se convirtió en prisionera de los
consignatarios. Tal era la espinosa situación que el gobierno de Balta se propuso
solucionar. El Congreso de la República, por su parte, le advirtió que no daría más
prórrogas a los consignatarios, por lo que se hacía inevitable una solución drástica y
radical.
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2.4. INTENTOS DE BALTA Y PIÉROLA PARA SALIR DE LA CRISIS: EL
CONTRATO DREYFUS
Auguste Dreyffus, cabeza de la Casa Dreyffus & Hnos. Era un judío-francés que hacia
1852 se estableció en Lima para comerciar con telas, y gracias a su habilidad en los
negocios llegó a hacer una gran fortuna. Para 1869 era la cabeza de la Casa Dreyffus &
Hnos. con sede en París. Asociado con la Sociedad General de París (poderosa entidad
bancaria), formó una empresa que fue la que suscribió con el estado peruano el Contrato
que lleva de su nombre, que le dio la exclusividad del negocio del guano peruano.
Balta, para salir de la crisis, nombró como ministro a Nicolás de Piérola, político
conservador–demócrata, de apenas 30 años de edad. Había estudiado instrucción media,
Teología y Derecho en el Seminario de Santo Toribio de Mogrovejo de Lima. Se separó
del Seminario en 1860 y se graduó en la Facultad de Derecho de Lima.
El contrato se firmó en París, el 5 de julio de 1869, entre los representantes del Estado
peruano y los de la Casa Dreyffus & Hnos. Este contrato se celebró no en forma definitiva
sino ad referéndum, es decir, con cargo a la aprobación del gobierno peruano. Con algunas
mejoras, éste lo aprobó el 17 de agosto de 1869. Posteriormente, se harían otras
ampliaciones.
Dreyffus se encargaría de cubrir los pagos de la deuda externa, que ascendía a 5 millones
de soles al año.
Para todos los casos de pagos e inversiones se establecían los intereses y primas del caso.
Dreyffus tendría el comercio del guano para los mercados de Mauricio, Europa y sus
colonias (a excepción de Cuba y Puerto Rico).
El precio de venta del guano a Dreyffus quedó señalado dándose un tipo único de S/.
36.50 por tonelada, en vez de S/. 31.00 por tonelada pactada con los consignatarios en
mayo de 1869.
El contrato originó un gran debate en el Perú, sobre las ventajas o desventajas del mismo.
Como era de esperarse, los primeros en alzar su protesta fueron los consignatarios
nacionales (aunque entre ellos había también algunos extranjeros), quienes iniciaron una
querella judicial al Estado por “despojo”, reclamando a su favor el derecho de “retracto”,
esto es, el de sustituirse en igualdad de condiciones a Dreyffus en el contrato, amparados
en una resolución legislativa del año 1849 que mandaba dar preferencia a los nacionales
en los contratos de venta del guano. La Corte Suprema falló a favor de los consignatarios
y en contra del Poder Ejecutivo. Sin embargo, el Gobierno de Balta estaba decidido a
llevar adelante el contrato y fue tajante al señalar que era el Congreso de la República, y
no la Corte Suprema, quien debía decidir si el Ejecutivo había procedido correctamente
o no al aprobar el contrato. Tras un debate vivísimo, donde se lució el ministro Piérola
defendiendo su punto de vista en el recinto parlamentario, el contrato fue finalmente
aprobado por el Congreso el 11 de noviembre de 1870.
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2.6. LOS GRANDES EMPRÉSTITOS DE 1870 Y 1871. LOS FERROCARRILES
Nicolás de Piérola, ministro de Hacienda del gobierno de José Balta, fue el artífice del
Contrato Dreyffus. Años después llegó a ser Presidente del Perú.
El 19 de mayo de 1870 el gobierno de Balta contrató en París, con la Casa Dreyffus &
Hnos., un empréstito por 59.600.000 soles, destinado a la construcción de las grandes vías
férreas de penetración, de la costa a la sierra. El buen éxito que tuvo la colocación de este
empréstito alentó a la realización de otro, que fue pactado también con la Casa Dreyffus,
en Lima, el 7 de julio de 1871, pero solo fue aprobado en 1872. El monto de este segundo
empréstito era de 75.000.000 soles, de las cuales 13.000.000 estaban destinados a la
construcción de otros ferrocarriles y el resto a irrigaciones de la costa.
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En 1879, el Perú, contaba con 1.963 kilómetros de vía férrea. Se duplicó en 5 años la
capacidad ferrocarrilera instalada.
Los ferrocarriles, cuyo rendimiento, en teoría, debía cubrir sus gastos, no resultaron ser
tan productivos; muchos no se terminaron y otros se dañaron. Todo lo cual desembocó
en un gran aumento de la ya enorme deuda pública, y la subsiguiente bancarrota, que
ocurriría poco después.
a) Se echó mano a la explotación y venta del salitre de Tarapacá. Ese producto tenía buen
mercado porque, por ejemplo, comparándolo con el producido en Chile, resultaba de
mejor calidad.
Genera también, una dependencia del deudor frente al acreedor, por lo que los países más
endeudados son los más dependientes.
Como la venta del guano peruano empezó a declinar, primero, por depredación, segundo,
por sustitutos que iban apareciendo usándose en el mercado rural europeo y, tercero, por
deficiente administración, los presupuestos de la República, basados principalmente en
los ingresos gracias a la venta de este abono natural, terminaban siempre con saldos
negativos.
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Esta fue la política “salvadora” que usó, tanto, José Balta, fue diseñada por Nicolás de
Piérola. Mientras los funcionarios gubernamentales estaban ocupados en la danza del
guano, los empréstitos y los ferrocarriles, la población peruana estaba mucho más que
desprotegida; estaba abandonada sobre todo la población de los estratos más pobres. La
falta de servicios elementales de higiene, de salud y educación eran notables.
La “política salvadora” de Balta y de Piérola como ministro hizo que el hombre pobre
tuviera que lidiar con graves problemas de malnutrición, la que se convirtió en caldo de
cultivo de diversas enfermedades y de una mortal epidemia. Entre los gobiernos de
Mariano Ignacio Prado y del de José Balta, se presentó una epidemia de fiebre amarilla.
Fue detectada en marzo de 1868, cuando Lima tenía aproximadamente 100,000
habitantes. Sus efectos fueron impresionantes: hubo días que morían 86; en otros 48
personas (una de las víctimas fue Toribio Pacheco, 1828–1868, distinguido jurista y
diplomático, que fuera el canciller de la República durante la guerra contra España de
1866). Recién en junio la epidemia desapareció. Entre marzo y junio de 1868 habían
muerto, por fiebre amarilla, 4.222 personas; de otras enfermedades habían fallecido,
1.522. Del total de muertos, 779 eran de la misma Lima; 3.170 de otros lugares del país;
y 1.134 “sin definición de procedencia”. Murieron, asimismo, 130 italianos, 89 franceses,
76 chilenos y 23 ingleses.
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CAPITULO III
LOS GRANDES EMPRESTITOS DEL PERU EN EL SIGLO XIX
3. Inicios
En 1840 y 1879 Una de las principales fuentes de riqueza del Perú, fue el guano y el
salitre, además de la agricultura y minería. Los gobiernos despilfarraron los dineros del
estado e hipotecaron el futuro del país a los intereses monopolistas ingleses y franceses.
La función que cumplió el Perú dentro del mercado internacional, una vez más fue la de
ser fuente de materias primas y mano de obra barata. El capitalismo ingles mantuvo, al
interior de nuestra economía, formas pre capitalista de explotación; porque de esa manera,
aseguro al país como semicolonia y fortaleció su potencial comercial e industrial.
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también de la externa. La oligarquía peruana se hizo reconocer cuantiosas deudas
imaginarias aduciendo pérdidas o servicios prestados en la guerra de emancipación. La
deuda en estas condiciones llego casi a 24 millones de libras y en 1862 la deuda externa
rebasaba los 27 millones y medio de libras esterlinas.
Como pueden apreciar, las utilidades del guano y del salitre fueron “gastadas” en sectores
improductivos del país. No estuvo orientada a la estructura productiva del país (industria,
agricultura, comercio, banca, etc.).
Cuando Balta asumió el poder, encontró una caótica situación hacendaria. Desde la
década de 1850, el producto que aportaba los mayores ingresos a la hacienda pública era
el guano de islas, entonces de gran demanda en Europa y Norteamérica por sus
propiedades fertilizantes. La venta del guano se basaba en el sistema de la consignación
del guano, que consistía en que el Estado contrataba con ciertos individuos llamados
Consignatarios, para que vendieran al extranjero cierta cantidad de guano. Los
consignatarios cobraban por ello una comisión y luego entregaban al Estado el producto
de su venta. Haciendo así de intermediarios, los consignatarios hicieron suculentas
ganancias. Pero con frecuencia retrasaban la entrega de los pagos al Estado y se quedaban
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con dinero que ya no era de ellos, sino público. Se les acusaba además de una serie de
abusos tales como los que fueron denunciados, a fines de 1866, por Guillermo Bogardus:
recargo en los fletes, cobro indebido de comisiones, falta de oportunidad para alzar el
precio del abono, etc.
No obstante, tan fuerte era la crisis económica que el gobierno, al no tener recursos para
pagar sus compromisos internos y externos, se veía obligado a solicitar préstamos a los
consignatarios. Estos otorgaban los préstamos sujetos a intereses usurarios del dos y hasta
del tres por ciento mensual. Aún más, como condición para prestar dinero, usaron la
artimaña de pedir prórrogas de sus contratos, obteniendo mayor cantidad de años en
calidad de consignatarios. De ese modo la caja fiscal se convirtió en prisionera de los
consignatarios. Tal era la espinosa situación que el gobierno de Balta se propuso
solucionar. El Congreso de la República, por su parte, le advirtió que no daría más
prórrogas a los consignatarios, por lo que se hacía inevitable una solución drástica y
radical.
Auguste Dreyffus, cabeza de la Casa Dreyffus & Hnos. Era un judío-francés que hacia
1852 se estableció en Lima para comerciar con telas, y gracias a su habilidad en los
negocios llegó a hacer una gran fortuna. Para 1869 era la cabeza de la Casa Dreyffus &
Hnos. con sede en París. Asociado con la Sociedad General de París (poderosa entidad
bancaria), formó una empresa que fue la que suscribió con el estado peruano el Contrato
que lleva de su nombre, que le dio la exclusividad del negocio del guano peruano.
Balta, para salir de la crisis, nombró como ministro a Nicolás de Piérola, político
conservador–demócrata, de apenas 30 años de edad. Había estudiado instrucción media,
Teología y Derecho en el Seminario de Santo Toribio de Mogrovejo de Lima. Se separó
del Seminario en 1860 y se graduó en la Facultad de Derecho de Lima.
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lanzaran sus propuestas. Los comisionados aceptaron la propuesta de la casa judío
francesa “Dreyffus & Hnos.”
El contrato se firmó en París, el 5 de julio de 1869, entre los representantes del Estado
peruano y los de la Casa Dreyffus & Hnos. Este contrato se celebró no en forma definitiva
sino ad referéndum, es decir, con cargo a la aprobación del gobierno peruano. Con algunas
mejoras, éste lo aprobó el 17 de agosto de 1869. Posteriormente, se harían otras
ampliaciones.
3.3. Las Principales Estipulaciones Del Contrato Dreyffus Eran Las Siguientes:
En los meses sucesivos, Dreyffus se comprometía a entregar 700 mil soles cada mes hasta
marzo de 1871.
Dreyffus se encargaría de cubrir los pagos de la deuda externa, que ascendía a 5 millones
de soles al año.
Para todos los casos de pagos e inversiones se establecían los intereses y primas del caso.
Dreyffus tendría el comercio del guano para los mercados de Mauricio, Europa y sus
colonias (a excepción de Cuba y Puerto Rico).
El precio de venta del guano a Dreyffus quedó señalado dándose un tipo único de S/.
36.50 por tonelada, en vez de S/. 31.00 por tonelada pactada con los consignatarios en
mayo de 1869.
El contrato originó un gran debate en el Perú, sobre las ventajas o desventajas del mismo.
Como era de esperarse, los primeros en alzar su protesta fueron los consignatarios
nacionales (aunque entre ellos había también algunos extranjeros), quienes iniciaron una
querella judicial al Estado por “despojo”, reclamando a su favor el derecho de “retracto”,
esto es, el de sustituirse en igualdad de condiciones a Dreyffus en el contrato, amparados
en una resolución legislativa del año 1849 que mandaba dar preferencia a los nacionales
en los contratos de venta del guano. La Corte Suprema falló a favor de los consignatarios
y en contra del Poder Ejecutivo. Sin embargo, el Gobierno de Balta estaba decidido a
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llevar adelante el contrato y fue tajante al señalar que era el Congreso de la República, y
no la Corte Suprema, quien debía decidir si el Ejecutivo había procedido correctamente
o no al aprobar el contrato. Tras un debate vivísimo, donde se lució el ministro Piérola
defendiendo su punto de vista en el recinto parlamentario, el contrato fue finalmente
aprobado por el Congreso el 11 de noviembre de 1870.
Nicolás de Piérola, ministro de Hacienda del gobierno de José Balta, fue el artífice del
Contrato Dreyffus. Años después llegó a ser Presidente del Perú.
El 19 de mayo de 1870 el gobierno de Balta contrató en París, con la Casa Dreyffus &
Hnos., un empréstito por 59.600.000 soles, destinado a la construcción de las grandes vías
férreas de penetración, de la costa a la sierra. El buen éxito que tuvo la colocación de este
empréstito alentó a la realización de otro, que fue pactado también con la Casa Dreyffus,
en Lima, el 7 de julio de 1871, pero solo fue aprobado en 1872. El monto de este segundo
empréstito era de 75.000.000 soles, de las cuales 13.000.000 estaban destinados a la
construcción de otros ferrocarriles y el resto a irrigaciones de la costa.
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Ica y de Salaverry a Trujillo. Se terminó el de Mollendo a Arequipa, iniciado en 1868. Se
iniciaron los trabajos del ferrocarril de Lima a La Oroya y el de Chimbote a Huallanca.
Así los datos: en el año 1861, el Perú contaba con una red ferrocarrilera de 90 kilómetros.
Se llegó al año 1874, con 947 kilómetros. Entre 1861 y 1874, en 13 años, se había
construido una red ferrocarrilera que tenía 10 veces más de extensión.
Incuestionablemente un logro impresionante. Pero la fiebre de la construcción continuó.
En 1879, el Perú, contaba con 1.963 kilómetros de vía férrea. Se duplicó en 5 años la
capacidad ferrocarrilera instalada.
Los ferrocarriles, cuyo rendimiento, en teoría, debía cubrir sus gastos, no resultaron ser
tan productivos; muchos no se terminaron y otros se dañaron. Todo lo cual desembocó
en un gran aumento de la ya enorme deuda pública, y la subsiguiente bancarrota, que
ocurriría poco después.
Frente a la crisis económica que agobia al Perú, Balta opta por enfrascarse en una política
de empréstitos tanto de acreedores internos (consignatarios guaneros) como externos
(Dreyffus y potencias capitalistas europeas) los cual nos pondrá en una situación de
dependencia y vulnerabilidad frente a éstos.
Los fondos obtenidos por estos empréstitos serán destinados a obras improductivas y
onerosas, como es el caso de los ferrocarriles, el cual se convirtió en política de Estado
durante el gobierno de Balta, y al que se le destinó cuantiosas sumas de dinero para su
construcción. En cuanto a la política ferrocarrilera, cabe destacar que, en la construcción
de líneas férreas, sobresale la figura de Enrique Meiggs, ingeniero norteamericano que
llegó al Perú para ponerse al frente de esta misión. La construcción intensiva de
ferrocarriles tuvo como objetivo dinamizar y facilitar el traslado de nuestras materias
primas desde la sierra hacia los puertos de la costa, para de esta manera proceder a la
exportación de éstas y satisfacer la demanda del mercado industrial europeo
prioritariamente.
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a) Se echó mano a la explotación y venta del salitre de Tarapacá. Ese producto tenía buen
mercado porque, por ejemplo, comparándolo con el producido en Chile, resultaba de
mejor calidad.
Genera también, una dependencia del deudor frente al acreedor, por lo que los países más
endeudados son los más dependientes.
Como la venta del guano peruano empezó a declinar, primero, por depredación, segundo,
por sustitutos que iban apareciendo usándose en el mercado rural europeo y, tercero, por
deficiente administración, los presupuestos de la República, basados principalmente en
los ingresos gracias a la venta de este abono natural, terminaban siempre con saldos
negativos.
Esta fue la política “salvadora” que usó, tanto, José Balta, fue diseñada por Nicolás de
Piérola. Mientras los funcionarios gubernamentales estaban ocupados en la danza del
guano, los empréstitos y los ferrocarriles, la población peruana estaba mucho más que
desprotegida; estaba abandonada sobre todo la población de los estratos más pobres. La
falta de servicios elementales de higiene, de salud y educación eran notables.
La “política salvadora” de Balta y de Piérola como ministro hizo que el hombre pobre
tuviera que lidiar con graves problemas de malnutrición, la que se convirtió en caldo de
cultivo de diversas enfermedades y de una mortal epidemia. Entre los gobiernos de
Mariano Ignacio Prado y del de José Balta, se presentó una epidemia de fiebre amarilla.
Fue detectada en marzo de 1868, cuando Lima tenía aproximadamente 100,000
habitantes. Sus efectos fueron impresionantes: hubo días que morían 86; en otros 48
personas (una de las víctimas fue Toribio Pacheco, 1828–1868, distinguido jurista y
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diplomático, que fuera el canciller de la República durante la guerra contra España de
1866). Recién en junio la epidemia desapareció. Entre marzo y junio de 1868 habían
muerto, por fiebre amarilla, 4.222 personas; de otras enfermedades habían fallecido,
1.522. Del total de muertos, 779 eran de la misma Lima; 3.170 de otros lugares del país;
y 1.134 “sin definición de procedencia”. Murieron, asimismo, 130 italianos, 89 franceses,
76 chilenos y 23 ingleses.
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CONCLUSIONES
1. Esto significa que al iniciarse la República, la economía del Perú continuó siendo
dependiente de los aportes obligatorios de la masa indígena. Se supone que uno de los
objetivos de la independencia era la eliminación de ese rubro, sin embargo la realidad
hacía que ese impuesto continuase.
2. Llegó la Era del Guano con la cual se tuvo la oportunidad de poner fin a los distintos
problemas que aquejaban a la nación en aquel entonces; pero la mala administración, los
intereses particulares, la ineficiente política económica (todos estos, quizás, heredad del
virreinato), desaprovecharon la más grande oportunidad de cambiar el rumbo y el
crecimiento del país. En esta Era, se le conoce como la época de "Falaz prosperidad"
porque, aparentemente, fue el auge de la economía del Perú, donde todos se beneficiaron.
Sin embargo, ya que en vez de beneficiarse lo que hicieron es pedir préstamos y préstamos
al extranjero, pues más aun con la crisis económica mundial, el Perú quedó endeudado
más con la deuda externa.
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GLOSARIO DE TERMINOS
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REFERENCIA BIBLIOGRAFICAS
Grohmamn)
REFERENCIAS ELECTRONICAS
http://todosobrelahistoriadelperu.blogspot.pe/2012/02/guerra-del-guano-y-el-
salitre_7573.html
http://todosobrelahistoriadelperu.blogspot.pe/2012/02/prosperidad-falaz-y-crisis-
economica.html
http://pasadodelperu.blogspot.pe/2008/01/inicios-de-la-repblica-en-per.html
https://es.slideshare.net/RonaldMiguelRiveraCueva/era-del-guano
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ANEXOS
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ANEXO N°01
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ANEXO N°02
41
ANEXO N°03
42
ANEXO N°04
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ANEXO N°05
NICOLAS DE PIEROLA
Ministro de hacienda del gobierno de José balta, fue el artífice del
contrato Dreyffus
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