Enfermería y Salud Mental

Módulo 2
 ARTÍCULO ORIGINAL

INCIDENCIA, CARACTERÍSTICAS CLÍNICAS Y TRATAMIENTO

DE LA ENFERMEDAD DE ALZHEIMER CON SÍNTOMAS
DEPRESIVOS: DATOS DEL REGISTRO DE DEMENCIAS
DE GIRONA
ORIOL TURRÓ GARRIGA1 Y JORDI LLINÀS REGLÀ1,2
1Registro de Demencias de Girona (ReDeGi), grupo de investigación en Envejecimiento, Discapacidad
y Salud del Instituto Biomédico de Girona (IdIBGi). Institut d’Assistència Sanitària. Salt (Girona).
2Unitat de Valoració de la Memòria i les Demències. Hospital Santa Caterina. Institut d’Assistència Sanitària.

Salt (Girona).

RESUMEN
El objetivo fue determinar la incidencia del diagnóstico de enfermedad de Alzheimer de inicio con síntomas
depresivos (EA_Dep) y analizar sus características.
Se realizó un estudio transversal con datos procedentes del Registro de Demencias de Girona (2007-
2014), que incluyen la identificación diagnóstica de enfermedad de Alzheimer (EA) según los criterios de la
cuarta edición del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-IV) y sus características
clínicas y sociodemográficas. También se obtuvo el consumo farmacológico durante el año del diagnóstico.
Se analizaron 2643 casos con diagnóstico de EA, de los cuales, 261 fueron EA_Dep (9,9 %; intervalo de
confianza [IC] del 95 %: 8,7-11,0). Los pacientes con EA_Dep fueron más jóvenes que los demás casos de
EA (77,9 frente a 80,5 años; U de Mann-Whitney = 227 789; nivel de significación estadística [p] < 0,001).
Las variables que incrementaron el riesgo de diagnóstico de EA_Dep fueron: ser mujer (odds ratio [OR] =
1,754; IC del 95 %: 1,255-2,451), inicio previo a los 65 años (OR = 0,951; IC del 95 %: 0,933-0,970), pre-
sentar antecedentes personales de depresión (OR = 2,933; IC del 95 %: 2,204-3,904) y ser derivados desde
un centro de salud mental (OR = 2,909; IC del 95 %: 1,539-5,500). El tratamiento antidepresivo más fre-
cuente fueron los inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina (ISRS); el uso de antidepresivos
de acción dual fue mayor en los casos con EA_Dep.
El diagnóstico de EA_Dep presenta características diferenciales respecto al conjunto de pacientes con EA
que deberían tenerse en cuenta cuando aparecen síntomas depresivos en adultos mayores.

Palabras clave: enfermedad de Alzheimer; depresión; síntomas psicológicos y conductuales; demencia; tra-
tamiento antidepresivo.

Rev Enferm Salud Ment. 2016;5:5-14 5

doi:10.5538/2385-703X.2016.5.5
© Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual.
TURRÓ GARRIGA O ET AL.
INCIDENCIA, CARACTERÍSTICAS CLÍNICAS Y TRATAMIENTO DE LA ENFERMEDAD DE ALZHEIMER CON SÍNTOMAS DEPRESIVOS:
DATOS DEL REGISTRO DE DEMENCIAS DE GIRONA

INTRODUCCIÓN La depresión geriátrica es un síndrome hetero-

géneo que incluye diferentes condiciones patoló-
En el estudio realizado por el Dr. Alois Alzheimer con
gicas (depresión menor frente a mayor, de inicio
la paciente Augusta D., más allá de los hallazgos
precoz frente a tardío, depresión vascular frente a
microscópicos tan representativos de la enferme-
no vascular o la depresión como síndrome de dis-
dad de Alzheimer (EA) y que han generado múlti-
función ejecutiva). Todos estos trastornos están
ples estudios anatómico-funcionales, en el curso
asociados a la presencia de síntomas depresivos,
clínico, se describen también manifestaciones psi-
pero muestran diferencias según las característi-
quiátricas como delirios de celotipia, agitación psi-
cas clínicas, los factores de riesgo, la estructura
comotriz y síntomas depresivos1. Estos síntomas fue-
cerebral, las alteraciones funcionales, el curso clí-
ron los responsables de la clasificación inicial de las
nico y la respuesta al tratamiento. Es posible que
demencias seniles como psicosis seniles2.
cada uno de estos tipos de depresión comprenda
Los síntomas neuropsiquiátricos asociados a las
diferentes riesgos de desarrollar demencia. No obs-
demencias presentan una prevalencia que oscila
tante, se ha constatado que la depresión en la
entre el 60 y el 80 % de los casos, y más del 80 %
demencia incrementa la incapacidad funcional 6,
de los pacientes presentará uno o más síntomas a
la frecuencia de trastornos alimentarios7, la mor-
lo largo de la enfermedad3. Para la descripción de
bilidad psicológica de los cuidadores8, el deterioro
estos trastornos o síntomas, se ha consensuado la
cognitivo9, el deterioro de las actividades cotidia-
denominación síntomas psicológicos y conductua-
nas10, el ingreso en centros geriátricos10 y la mor-
les asociados a las demencias (SPCD)4. Una defini-
talidad11. La depresión, sin embargo, puede no tener
ción que engloba los trastornos sensoperceptivos,
una gran influencia en la evolución del deterioro
las alteraciones del contenido del pensamiento, los
cognitivo12, pero la demencia con depresión con-
trastornos del estado de ánimo y las alteraciones
lleva unos mayores niveles de alteraciones funcio-
de la conducta, que cada vez son más reconocidos
nales y de conducta, lo que confirma que la depre-
como elementos fundamentales del síndrome de
sión per se es una fuente complementaria de
demencia y con repercusiones clínicas tan impor-
incapacidad.
tantes como el propio deterioro cognitivo5. Aunque
El objetivo de este estudio fue determinar la inci-
los síntomas cognitivos son los que tradicionalmen-
dencia del diagnóstico de EA con síntomas depresi-
te han identificado al síndrome de demencia, los
vos (EA_Dep), analizar las principales característi-
SPCD van adquiriendo cada vez más importancia
cas diferenciales y describir el consumo de fármacos
en el proceso diagnóstico por las connotaciones clí-
antidepresivos en el momento del diagnóstico.
nicas, sociales y terapéuticas de las demencias en
general y de la EA en particular. Los trastornos psi-
cóticos y los trastornos del estado de ánimo son los
principales trastornos asociados a la EA, siendo la
METODOLOGÍA
apatía y la depresión los síntomas más frecuentes
y, a menudo, preceden a la aparición de los trastor- Diseño, área geográfica de
nos cognitivos2. referencia y población estudiada
Estudio transversal de pacientes con EA proceden-
tes de los datos recopilados por el Registro de
Demencias de Girona (ReDeGi) entre 2007 y 2014.
Correspondencia: O. Turró.
El ReDeGi registra datos demográficos y clínicos de
Correo electrónico: oriol.turro@ias.cat los nuevos casos de demencia diagnosticados en

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los hospitales del sistema de salud pública de la
Región Sanitaria de Girona (RSG). La RSG se encuen-
tra en el noreste de Cataluña y tiene una superficie
de 5517 km2, una población de 740 212 habitantes
(según datos Instituto Nacional de Estadística a 1
de enero de 2014) y una densidad de población/km2
de 134,2 habitantes.
Procedimiento de registro y variables
registradas
El ReDeGi registra los casos incidentes de demen-
cia utilizando criterios estandarizados para la defini-
ción de caso, siguiendo las directrices propuestas
por el Centro para el Control y Prevención de Enfer-
medades. Los principios metodológicos y la estruc-
tura funcional de los ReDeGi se han expuesto ante-
riormente13. Los diagnósticos se basan en los criterios
para el diagnóstico de demencia descritos en la cuar-
ta edición del Manual diagnóstico y estadístico de
los trastornos mentales (DSM-IV)14. También se regis-
tran características sociodemográficas (edad, sexo,
residencia, estado civil, escolaridad) y clínicas (ren-
dimiento cognitivo en el Miniexamen del Estado
Mental [MMSE]15; la afectación cognitiva, funcional
y conductual mediante la Blessed Dementia Rating
Scale [BDRS]16, y el grado de intensidad de la demen-
cia mediante la escala Clinical Dementia Rating
[CDR]17), los factores de riesgo vascular (hiperten-
sión arterial, diabetes mellitus, dislipidemia) y los
antecedentes psicopatológicos (depresión o psico-
sis) que ocurren antes del diagnóstico de la demen-
cia. La información recogida cumple los requisitos
de confidencialidad establecidos por la legislación
española.
Información sobre el consumo
farmacológico
Esta información se obtuvo del cruce de la base
de datos ReDeGi con la de la Unidad de Farmacia
de la RSG del Servicio Catalán de la Salud (SCS).
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Esta base de datos contiene todos los medicamen-
tos prescritos por los profesionales del SCS que han
sido dispensados en farmacias. La identificación
de los pacientes se registró mediante el código de
identificación personal incluido en su expediente
médico y se establecieron los fármacos antidepre-
sivos siguientes, según la codificación anatómica
terapéutica y química (ATC). Se diferenciaron tres
grandes grupos de fármacos: los inhibidores no
selectivos de la recaptación de monoaminas (INSM),
los inhibidores selectivos de la recaptación de la
serotonina (ISRS) y otros antidepresivos (OAD). La
trazodona se excluyó del análisis de los antidepre-
sivos por su elevada utilización para el control del
ciclo circadiano de sueño-vigilia y otros trastornos
de la conducta18.
Análisis de los datos
Se realizó un análisis descriptivo de las variables
utilizando medidas de tendencia central y disper-
sión para las variables cuantitativas, mientras que
se calcularon las frecuencias absolutas y relativas
para las variables cualitativas. Las características
clínicas y demográficas entre los pacientes según
el diagnóstico se compararon mediante la prueba
de la χ2 para las variables categóricas y compara-
ciones de medias para las variables continuas. La
normalidad se comprobó mediante la prueba de
Shapiro-Wilk. Se ajustó un modelo de regresión
logística binaria para detectar las principales varia-
bles relacionadas con el diagnóstico de EA_Dep.
Los resultados se expresaron como números abso-
lutos y porcentajes, medias, desviaciones están-
dar (DE) y los IC del 95 %. Se consideraron prue-
bas estadísticamente significativas aquellas con
un valor de significación estadística (p) < 0,05. El
procesamiento y análisis de los datos se realizó
con el paquete estadístico SPSS (IBM SPSS
Statistics for Windows, Version 22.0. Armonk, NY:
IBM Corp.).
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RESULTADOS de edad fue de 80,4 años (DE = 6,5; rango: 51,8-

Descripción de la muestra
del estudio e incidencia
de la enfermedad de Alzheimer
con síntomas depresivos
En el período de 2007-2014, el ReDeGi registró un
total de 3202 diagnósticos nuevos de EA, de los cua-
les, se obtuvo información del consumo farmacéu-
tico de 2643 (84,5 %), que se analizan en este estu-
dio. De estos, el 67,5 % fueron mujeres y la media
101,0). El 68,5 % de los diagnósticos se realizaron
en la fase leve de la enfermedad (CDR 1) (IC del
95 %: 66,7-70,3); el 24,3 %, en fase moderada (CDR
2) (IC del 95 %: 22,7-25,8); y el 7,2 % restante fue-
ron en fase grave (CDR 3) (IC del 95 %: 6,2-8,2).
En el momento del diagnóstico, el 71,6 % de los
casos (IC del 95 %: 69,8-73,7) vivía en el propio
domicilio y solo un 4,3 % estaba ingresado en un
centro (IC del 95 %: 3,8-5,4). Las restantes carac-
terísticas clínicas y sociodemográficas se presen-
tan en la tabla 1.

Tabla 1. Descripción de la muestra de estudio

Valores

Sexo (mujer), n (%) 1788 (67,5)

Edad, años (DE) 80,4 (6,5)
Grupos de edad, n (%)
<65 años 115 (4,4)
65-75 años 616 (23,3)
75-85 años 1558 (58,9)
>85 años 354 (13,4)
Residencia, n (%)
Domicilio propio 1857 (71,6)
Domicilio familiar 617 (23,8)
Ingresado/a 119 (4,6)
Estado civil (con pareja), n (%) 1206 (45,6)
CDR, n (%)
Leve 1805 (68,5)
Moderado 641 (24,3)
Grave 189 (7,2)
Antecedentes familiares, n (%) 731 (30,3)
Antecedentes personales, n (%)
HTA 1414 (57,6)
DM 452 (18,4)
DLPM 849 (34,6)
Depresión 532 (21,7)
Psicóticos 15 (0,6)

CDR: Clinical Dementia Rating; DE: desviación estándar; DLPM: dislipidemia; DM: diabetes mellitus; HTA: hipertensión arterial.

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En cuanto al diagnóstico, la mayoría (80,0 %) cum- Diferencias entre los subtipos

plía criterios del DSM-IV-TR de EA de inicio tardío
sin complicaciones (EA_nc); (IC del 95 %: 78,4-81,5).
Del resto, el 4,4 % (IC del 95 %: 3,6-5,2) fueron casos
con debut de los síntomas antes de los 65 años (pre-
seniles). Un 9,9 % (n = 261) del total de los casos
fueron diagnosticados de EA con sintomatología
depresiva (EA_Dep) (IC del 95 %: 8,7-11,0), de los
que 24 eran de inicio precoz, y un 6,9 % (n = 183)
de EA con sintomatología psicótica (IC del 95 %: 5,9-
7,9), con 5 casos de inicio precoz.
de enfermedad de Alzheimer
Los casos con diagnóstico de EA_Dep no presenta-
ron diferencias significativas en la valoración cogni-
tiva (MMSE) respecto a los casos de EA_nc (U de
Mann-Whitney = 270 850; p = 0,843), pero sí la pre-
sentaron en las actividades de la vida diaria (tabla 2).
El diagnóstico de EA_Dep fue más frecuente en
mujeres (χ 2 = 21,3; grados de libertad [gl] = 1;
p < 0,001) y también fueron significativamente más

Tabla 2. Estudio comparativo de las características clínicas según el diagnóstico

PRESENIL SENIL

EA_nc EA_Dep EA_nc EA_Dep

MMSE, media (DE) 19,8 (5,1) 18,9 (5,5) 18,01 (5,4) 18,2 (4,8)

BDRS, media (DE)

Cognitivo 2,6 (1,5) 2,9 (1,6) 3,6 (1,6) 3,1 (1,5)*
Funcional 0,3 (1,4) 0,1 (0,4) 0,8 (1,6) 0,6 (1,3)
Conductual 2,7 (1,8) 3,8 (1,8)* 2,7 (1,8) 3,0 (1,6)*
Años de evolución de los síntomas†,
3,3 (2,6) 3,3 (2,0) 2,5 (1,7) 2,5 (1,6)
media (DE)

CDR, n (%)
Leve 77 (89,5) 18 (75,0) 1444 (68,5) 187 (79,6)*
Moderado 6 (7,0) 5 (20,8) 501 (23,8) 40 (17,0)
Grave 3 (3,5) 1 (4,2) 163 (7,7) 8 (3,4)
Antecedentes familiares, n (%) 37 (43,0) 10 (41,7) 619 (29,8) 65 (28,0)

Antecedentes personales, n (%)

HTA 30 (34,9) 7 (29,2) 1242 (58,9) 135 (57,2)
DM 15 (17,4) 4 (16,7) 384 (18,2) 49 (20,8)
DLPM 24 (27,9) 11 (45,8) 723 (34,3) 91 (38,6)
Depresión† 21 (24,4) 15 (62,5)* 393 (18,7) 103 (43,6)*
Psicóticos 2 (2,3) 1 (4,2) 11 (0,5) 1 (0,4)

* p < 0,05 intragrupos; †: intergrupos; BDRS: Blessed Dementia Rating Scale; CDR: Clinical Dementia Rating; DE: desviación estándar;
DLPM: dislipidemia; DM: diabetes mellitus; EA_Dep: enfermedad de Alzheimer con síntomas depresivos; EA_nc: enfermedad de
Alzheimer no complicada; HTA: hipertensión arterial; MMSE: Mini-Mental State Examination.

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jóvenes que los casos de EA_nc (77,9 años frente a
80,5 años; U de Mann-Whitney = 227 789; p < 0,001).
En la distinción entre los diagnósticos seniles y pre-
seniles, se observa que las principales diferencias
se mantuvieron en la alteración de la conducta, sien-
do los casos con EA_Dep los que mayor puntuación
presentaron. En los casos seniles, se mantuvo un
menor deterioro valorado con el apartado cognitivo
de la BDRS (U de Mann-Whitney = 176 495; p = 0,015).
La derivación a las unidades hospitalarias de diag-
nóstico de demencia procedía, mayoritariamente,
de atención primaria (87,9 %), indistintamente del
subtipo diagnóstico. Del total de casos derivados de
los centros de salud mental (CSM), el 59,3 % fue-
ron diagnósticos de EA_Dep.
Consumo de fármacos antidepresivos
El 46,6 % de los diagnósticos de EA consumieron
fármacos antidepresivos en el año del diagnóstico
(IC del 95 %: 44,7-48,5). En la tabla 3, se presenta
el consumo por subtipos de fármacos. Como era de

Tabla 3. Frecuencia de consumo de fármacos antidepresivos

Global EA _nc EA_Dep

Fármacos antidepresivos*
n (%) n (%) n (%)
N 2461 (100) 2200 (89,4) 261 (10,6)
Inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina
Citalopram 426 (16,1) 313 (14,2) 92 (35,2)
Paroxetina 185 (7,0) 139 (6,3) 31 (11,9)
Escitalopram 159 (6,0) 113 (5,1) 32 (12,3)
Sertralina 143 (5,4) 103 (4,7) 28 (10,7)
Fluoxetina 90 (3,4) 69 (3,1) 17 (6,5)
Fluvoxamina 05 (0,2) 5 (0,2) 0 (0,0)
Inhibidores no selectivos de la recaptación de monoaminas
Amitriptilina 52 (2,0) 42 (1,9) 7 (2,7)
Dopamina 16 (0,6) 12 (0,5) 2 (0,8)
Imipramina 04 (0,2) 4 (0,1) 8 (0,4)
Maprotilina 03 (0,1) 3 (0,1) 0 (0,0)
Nortriptilina 02 (0,1) 0 (0,0) 1 (0,4)
Doxepina 01 (0,05) 1 (0,05) 0 (0,0)
Otros antidepresivos
Trazodona 476 (18,0)† 377 (17,1) 42 (16,1)
Venlafaxina 110 (4,2) 67 (3,0) 34 (13,0)
Mirtazapina 85 (3,2) 60 (2,7) 21 (8,0)
Duloxetina 47 (1,8) 33 (1,5) 11 (4,2)
Mianserina 08 (0,3) 8 (0,4) 0 (0,0)
Bupropión 07 (0,3) 2 (0,1) 3 (1,1)
Reboxetina 01 (0,05) 1 (0,05) 0 (0,0)

* En 306 (24,8 %) casos, consta haber cambiado de fármaco antidepresivo a lo largo del año diagnóstico; †222 casos (8,4 %) consumieron
fármacos antidepresivos y trazodona.
EA_Dep: enfermedad de Alzheimer con síntomas depresivos; EA_nc: enfermedad de Alzheimer no complicada.

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esperar, los casos con diagnóstico de EA_Dep pre-
sentaron mayor consumo de antidepresivos que los
casos de EA_nc (el 85,1 % frente al 42,4 %; χ 2 =
170,8; gl = 1; p < 0,001).
El consumo de estos fármacos fue superior en
las mujeres (χ 2 = 21,3; gl = 1; p < 0,001), en los
casos más jóvenes (U de Mann-Whitney = 773 247;
p < 0,001) y en los pacientes preseniles (χ2 = 8,8;
gl = 1; p = 0,003). Los casos con demencia leve pre-
sentaron mayor consumo (48,8 %) que los casos
con demencia moderada y grave (42,6 % y 39,7 %,
respectivamente; χ2 = 11,8; gl = 1; p < 0,001). En
la figura 1, se presenta el consumo de los grandes
grupos de fármacos antidepresivos según la edad
de inicio de los síntomas y el subtipo diagnóstico.
Los antecedentes de depresión fueron significati-
vamente mayores en los casos con posterior diag-
nóstico de EA_Dep (χ 2 = 96,1; gl = 1; p < 0,001),
aunque no se hallaron diferencias significativas res-
pecto a los demás antecedentes recogidos.
La trazodona fue prescrita en el 17,0 % de los casos
(IC del 95 %: 15,5-18,5), sin diferencias entre los
casos de EA_Dep y EA_nc (χ 2 = 0,2; gl = 1; p =
0,671), pero sí se observó un mayor consumo en
los casos con sintomatología psicótica (31,3 %).
Factores de riesgo de enfermedad de
Alzheimer con síntomas depresivos
El modelo ajustado de regresión logística binaria con-
firmó que el diagnóstico de EA_Dep estaba vincula-
do, principalmente, a ser mujer (odds ratio [OR] =
1,754; IC del 95 %: 1,255-2,451), al inicio precoz
(OR = 0,951; IC del 95 %: 0,933-0,970), a presen-
tar antecedentes personales de depresión (OR =
2,933; IC del 95 %: 2,204-3,904) y ser derivado des-
de un CSM (OR = 2,909; IC del 95 %: 1,539-5,500).
DISCUSIÓN
El objetivo de este estudio fue determinar la frecuen-
cia del diagnóstico de EA_Dep predominantes y ana-
lizar las principales características. De los resulta-
dos obtenidos, se puede destacar la concurrencia

Figura 1. Comparativa de la frecuencia relativa de consumo

según el subtipo de fármacos

INSM ISRS OAD INSM ISRS OAD

* *

68,2 47
*
34,1

30,9
23
13
9,1
4,2 2,7 7,6 2,8 2,6

EA con síntomas depresivos EA no complicada Preseniles (<65 años) Seniles (≥65 años)

*p < 0,05; EA: enfermedad de Alzheimer; INSM: inhibidores no selectivos de la recaptación de monoaminas; ISRS: inhibidores
selectivos de la recaptación de la serotonina; OAD: otros antidepresivos.

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de la depresión con el diagnóstico de EA, ya sea como
síntoma que predispone a la enfermedad o como
síntoma asociado a ella, según se desprende del
número de casos que recibían tratamiento antide-
presivo. También fue relevante la mayor incidencia
de diagnósticos de EA_Dep en los pacientes prese-
niles y la asociación de los antecedentes persona-
les de depresión al diagnóstico de EA_Dep.
Numerosos estudios han demostrado que la pre-
sencia de depresión es uno de los principales fac-
tores de riesgo para desarrollar demencia19-22. Un
estudio de metanálisis reciente ha concluido que la
depresión a edades avanzadas se asocia significati-
vamente al riesgo de desarrollar tanto demencia en
general como EA y demencia vascular específica-
mente23. El mayor nivel de síntomas depresivos pre-
vios al diagnóstico se ha asociado a la incidencia de
deterioro cognitivo leve (52,2 %) y de demencia
(17,9 %), además de a un rápido declive cognitivo
después del inicio de la demencia24.
En nuestro estudio, la incidencia del diagnósti-
co de EA_Dep fue del 9,9 % de los nuevos diag-
nósticos realizados en la atención especializada,
con un leve incremento (11,4 %) al analizar solo
los casos en fase leve o inicial. Aunque no se obser-
varon diferencias en el MMSE, sí hubo, en los casos
con diagnóstico EA_Dep, un mejor rendimiento cog-
nitivo y una mayor presencia de los trastornos de
la conducta en la BDRS. La depresión es un factor
de riesgo de demencia y puede, además, ser uno
de los principales síntomas de inicio del deterioro
cognitivo24.
En nuestro estudio, el consumo de fármacos anti-
depresivos durante el año del diagnóstico fue supe-
rior al de otros estudios sobre depresión en la EA y
mucho mayor que en los estudios de población ancia-
na sin demencia20,24-26. Si bien la gran mayoría de
casos con diagnóstico de EA_Dep consumía fárma-
cos antidepresivos en el momento del diagnóstico,
un consumo tan elevado de estos fármacos en los
pacientes con EA podría denotar dificultades para
el manejo de la depresión en la vejez, su diagnósti-
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© Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual.
co o el adecuado tratamiento de sus síntomas27. Los
ISRS fueron el principal tratamiento administrado,
tanto en los casos con diagnóstico de EA_Dep como
en los casos de EA_nc.
Los ISRS han sido recomendados por la admi-
nistración como fármacos de primera elección en
pacientes ancianos, por su forma de dosificación
más sencilla y porque permiten iniciar tratamientos
con dosis terapéuticas, lo que hace menos frecuen-
te la necesidad de ajustar la dosis. Por otro lado,
tienen un diferente perfil de efectos secundarios,
en general, mucho más benignos, y resultan mucho
más seguros tanto en su uso terapéutico como en
caso de sobredosis28,29. En los pacientes con diag-
nóstico de EA_Dep, se observó un incremento del
consumo de fármacos duales (recaptación de nor-
adrenalina y serotonina) como la venlafaxina o la
mirtazapina, que, en el caso de la mirtazapina, apor-
ta un mayor efecto sedante y promueve el apetito,
lo que puede resultar interesante en pacientes con
demencia30. Finalmente, cabe poner de relieve el
mínimo uso de los fármacos tricíclicos, con mayor
efecto anticolinérgico, como la imipramina o la nor-
triptilina31.
Una de las principales limitaciones de este estu-
dio es que el ReDeGi no registra el diagnóstico de
depresión, por lo que no se especifica el tipo de depre-
sión que presenta o ha presentado el paciente, así
como el tiempo de evolución de los síntomas depre-
sivos, ni del consumo farmacológico. Por lo tanto,
no se ha podido determinar si el consumo de fár-
macos antidepresivos es anterior o posterior al diag-
nóstico de demencia, al tiempo de evolución, a los
antecedentes o la dirección en los cambios de tra-
tamiento. Tampoco es posible garantizar el consu-
mo real de dichos fármacos antidepresivos, ya que
los datos son relativos a los fármacos retirados de
las farmacias con la cobertura del Sistema Nacional
de Salud.
Nuestro estudio sugiere que podrían ser identifi-
cados como pacientes con EA aquellos con antece-
dentes de depresión que, sin causa aparente, ini-
Rev Enferm Salud Ment. 2016;5:5-14
doi:10.5538/2385-703X.2016.5.5

INCIDENCIA, CARACTERÍSTICAS CLÍNICAS Y TRATAMIENTO DE LA ENFERMEDAD DE ALZHEIMER CON SÍNTOMAS DEPRESIVOS:
cian en la vejez un nuevo episodio depresivo. Por
otro lado, los pacientes en seguimiento en los CSM
por clínica depresiva recurrente, que presentan un
nuevo episodio en la edad adulta-mayor, sin facto-
res de riesgo vascular y con mala respuesta al trata-
miento farmacológico habitual deberían ser consi-
derados como casos con alto riesgo de enfermedad
neurodegenerativa de inicio con síntomas depresi-
vos32. Ya que la depresión puede ser un factor de
riesgo modificable para prevenir o retrasar la demen-
cia, debería incrementarse su atención para una
detección precoz en diferentes dispositivos asisten-
ciales26.
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 ARTÍCULO DE REVISIÓN

REVISIÓN DE TRATAMIENTOS EFICACES

EN LA ESQUIZOFRENIA
M. PAZ CASTILLO ALARCÓN1, MARTA BELLIDO CUÉLLAR2 Y ALBERT VENTURA GONZÁLEZ3
1Psiquiatra. 2Psicóloga clínica. 3Psiquiatra interno residente.
Institut d’Assistència Sanitària (IAS). Salt (Girona).

RESUMEN
La esquizofrenia es entendida como un cuadro psiquiátrico crónico y altamente discapacitante. La calidad
de vida se ve afectada en el plano social, laboral y familiar, generando graves consecuencias en el sujeto
que lo padece, en los familiares y en las personas que lo rodean.
El propósito de esta revisión es el análisis de la literatura de 2000 a 2016 con relación al manejo de la
esquizofrenia en fase aguda y de mantenimiento, tanto con antipsicóticos como con terapia psicológica.

Palabras clave: esquizofrenia, tratamiento farmacológico, tratamiento psicológico, eficacia, terapia combi-
nada.

INTRODUCCIÓN La calidad de vida se ve afectada en el plano social,

La esquizofrenia es entendida como un cuadro psi-
quiátrico, crónico y altamente discapacitante1. En
la esquizofrenia, a pesar de las variaciones de la evo-
lución en cada paciente, se observan los siguientes
síntomas: ideas delirantes, alucinaciones, compor-
tamiento desorganizado (síntomas positivos) y apla-
namiento afectivo (síntomas negativos).
Correspondencia: M. Bellido Cuéllar.
Correo electrónico: bellidocuellar@gmail.com
laboral y familiar; la esquizofrenia genera consecuen-
cias en el sujeto que la padece, en los familiares y
en las personas que lo rodean2,3.
Durante cientos de años, los investigadores supu-
sieron que la esquizofrenia exigía cierta forma de
intervención biológica, de manera coherente con
la concepción de Kraepelin de la demencia precoz
como una enfermedad cerebral. Durante la déca-
da de 1930, se probaron terapias biológicas nove-
dosas como la terapia de coma por insulina, la psi-
cocirugía y la terapia electroconvulsiva (TEC). Con
la aparición de los primeros psicofármacos —y, entre

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CASTILLO ALARCÓN MP ET AL.
REVISIÓN DE TRATAMIENTOS EFICACES EN LA ESQUIZOFRENIA
ellos, los primeros neurolépticos—, la década de
1950 supuso un gran avance en el tratamiento de
la esquizofrenia.
Los pacientes con una respuesta insuficiente, ade-
más de una concepción biopsicosocial de la esqui-
zofrenia basada en el modelo de vulnerabilidad-estrés,
favorecieron la aparición en la década de 1970 de
tratamientos familiares y de los entrenamientos en
habilidades sociales e instrumentales. En la década
de 1990, se consolidaron estas dos modalidades de
intervención y se desarrollaron las terapias cogniti-
vo-conductuales para el tratamiento de síntomas
psicóticos residuales.
La calidad de vida se ve afectada en
el plano social, laboral y familiar; la
esquizofrenia genera consecuencias
en el sujeto que la padece, en los
familiares y en las personas que lo
rodean
Los estudios revelan que el seguimiento de las
recomendaciones científicas es bajo y que persis-
ten hábitos de prescripción de dudosa utilidad y arries-
gados4. Por eso, es importante tener en cuenta las
recomendaciones de los expertos en la materia en
cuanto a las pautas de tratamiento2.
El propósito de esta revisión es el análisis de la
literatura de 2000 a 2016 con relación al manejo
de la esquizofrenia en fase aguda y de mantenimien-
to, tanto con antipsicóticos como con terapia psi-
cológica, además de la revisión de las guías clíni-
cas internacionales de referencia. Para ello, se realizó
una búsqueda en las bases de datos de PubMed,
PsycINFO, UpToDate y ScienceDirect, en inglés y
español.
Dada la complejidad del abordaje integrador, se
explican por separado tratamiento farmacológico y
psicológico.
16
© Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual.
TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO
Debe descartarse la etiología orgánica de la clínica;
esto incluye la realización de una historia clínica del
proceso, incluyendo antecedentes somáticos y anam-
nesis. Además, comprende una exploración neuro-
lógica completa y una prueba de imagen (tomogra-
fía axial computarizada craneal).
Previamente a la administración de neurolépti-
cos, es necesario realizar un examen físico en el
que se recojan el índice de masa corporal, la ten-
sión arterial, la circunferencia abdominal, el peso,
la frecuencia cardíaca y las alteraciones del movi-
miento: extrapiramidalismo, que comprende la aca-
tisia, el parkinsonismo, las distonías y las discine-
sias. El objetivo es poder monitorizar la evolución y
evitar el síndrome metabólico. Se recomienda tam-
bién la realización de una analítica con determina-
ción de iones, función renal y hepática, hemogra-
ma con fórmula leucocitaria, glucosa, colesterol y
perfil lipídico, y función hormonal tiroidea y prolac-
tina.
Eficacia del tratamiento
Los antipsicóticos son los fármacos de primera línea
del tratamiento para la esquizofrenia5. Existe evi-
dencia científica de que reducen de forma signifi-
cativa la sintomatología positiva, así como la sinto-
matología negativa.
La clozapina es el tratamiento antipsicótico que
ha demostrado ser más efectivo en la esquizofre-
nia. No existen diferencias significativas entre el res-
to de antipsicóticos de primera y segunda genera-
ción en cuanto a resultados clínicos5.
¿Que antipsicótico elegimos?
Depende de las características del paciente, la res-
puesta clínica, la tolerabilidad y los efectos secun-
darios. También dependerá de cómo se encuentre
este en el momento de la administración, cambian-
do el fármaco y la dosis en diferentes situaciones.
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Categoría de antipsicóticos
Primera generación o típicos: el primer antipsicóti-
co fue la clorpromazina; todos los antipsicóticos pre-
vios a la clozapina son considerados clásicos.
Segunda generación o atípicos: el primero en ser
descubierto en 1958 fue la clozapina; todos los paten-
tados posteriormente se incluyen dentro de los atí-
picos.
A nivel de potencia antipsicótica, no existen dife-
rencias significativas entre los de primera y segun-
da generación, aunque existe una mejoría en el extra-
piramidalismo y la hiperprolactinemia con los de
segunda generación, que son mejor tolerados.
Pautas de administración
Es necesaria la individualización y personalización
del tratamiento. La Food and Drug Administration
estadounidense ha determinado unas dosis máxi-
mas5,6. Deben ser usados en las dosis mínimas efec-
tivas, reduciendo, así, los efectos indeseables que
suelen ser dependientes de la dosis5. En el caso de
la agranulocitosis por clozapina, no existe esta rela-
ción, pudiendo aparecer una agranulocitosis grave
con dosis bajas del fármaco.
Manejo de los antipsicóticos
Se debe mantener una dosis estable de fármaco
durante, por lo menos, un período de dos a seis
semanas para poder determinar su eficacia o inefi-
cacia.
El tiempo de prueba del fármaco depende de varios
factores:
• La mejoría es mucho mayor en las primeras sema-
nas, por lo que el hecho de mejorar de forma más
lenta en las semanas posteriores no significa una
ineficacia del tratamiento.
• Si la mejoría en las primeras dos semanas es míni-
ma o nula, es de esperar que la respuesta final al
tratamiento sea una respuesta inadecuada.
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CASTILLO ALARCÓN MP ET AL.
REVISIÓN DE TRATAMIENTOS EFICACES EN LA ESQUIZOFRENIA
La clozapina es el tratamiento
antipsicótico que ha demostrado ser
más efectivo en la esquizofrenia
Ajustaremos la dosis de fármaco de forma pro-
gresiva y en función de la tolerancia del paciente. Si
se sobrepasan las dosis máximas recomendadas,
habrá que monitorizar los efectos indeseables y usar
el fármaco durante un tiempo máximo de tres meses,
tras los cuales, habrá que reducir la dosis.
Nos plantearemos un cambio de antipsicótico
cuando hay una pobre mejoría clínica en relación
con el nivel de efectos indeseables o en caso de psi-
cosis resistente al tratamiento7.
El cambio puede realizarse con dos estrategias
distintas. En el caso de que el paciente no presente
elevado riesgo de exacerbación de la sintomatolo-
gía, se puede hacer una transición cruzada entre
los dos fármacos. En los pacientes con alto riesgo,
se debe mantener el primer fármaco hasta llegar a
dosis completas del segundo y, una vez alcanzado
este nivel, se puede disminuir el primer fármaco en
unas dos semanas.
No existe mala tolerancia a la retirada de antipsi-
cóticos, exceptuando la clozapina y la clorpromazi-
na, con las que se puede experimentar un síndro-
me colinérgico, por lo que deben reducirse de forma
progresiva en una o dos semanas. Aunque se reco-
mienda la monoterapia, se puede añadir un segun-
do antipsicótico en casos de una respuesta subóp-
tima5. Por lo general, suele usarse una combinación
de clozapina con otro neuroléptico, que, actualmen-
te, suele ser el aripiprazol.
Manejo de los primeros episodios
Los primeros episodios presentan mejor respuesta a
dosis bajas de tratamiento, aunque, en contraparti-
da, suelen comportar mayores efectos secundarios
(1-3 mg de risperidona, o 10-15 mg de aripiprazol).
17
CASTILLO ALARCÓN MP ET AL.
REVISIÓN DE TRATAMIENTOS EFICACES EN LA ESQUIZOFRENIA
Se recomienda el uso de fármaco en la dosis míni-
ma efectiva para cada paciente, reduciendo, así, la
aparición de esos efectos, que harán mucho más
difícil la adherencia. No se recomienda el uso como
primera elección de la olanzapina y la clozapina,
por el aumento de peso, la resistencia a la insulina
y el cambio en el perfil lipídico que suelen provo-
car. Además, la clozapina puede causar agranulo-
citosis.
En referencia a la duración del tratamiento, hay
estudios como el PORT (Patient Outcomes Report
Team) en los que se recomienda un tratamiento de
base indefinido para los pacientes diagnosticados
de un primer episodio psicótico5, basando esta afir-
mación en una mejoría del pronóstico, al evitar las
recaídas.
A nivel farmacológico, los únicos tratamientos
que han demostrado ser efectivos han sido los anti-
psicóticos. Se ha intentado el tratamiento con anti-
depresivos, agonistas glutamatérgicos y anticoli-
nérgicos como la rivastigmina, el donepezilo y la
galantamina, pero ninguno de ellos ha demostrado
ser eficaz en este aspecto5.
Otros abordajes en el tratamiento de
los síntomas resistentes
Un 33 % de los pacientes con esquizofrenia no tie-
ne una respuesta adecuada al tratamiento antipsi-
cótico. Definimos como resistencia al tratamiento la
no respuesta al tratamiento con dos antipsicóticos
distintos en la dosis máxima tolerada dentro del inter-
valo terapéutico en un período mínimo de tiempo
de seis semanas5,7.
El abordaje farmacológico recomendado es el uso
de clozapina. Se ha demostrado que, en compara-
ción con antipsicóticos de primera generación, un
25 % de los pacientes presentan mejoría de los sín-
tomas negativos y positivos7.
La TEC se ha demostrado eficaz en el tratamien-
to de la psicosis resistente en combinación con clo-
zapina, no siendo eficaz en monoterapia.
18
© Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual.
En el abordaje de la sintomatología alucinatoria
de tipo auditivo, la estimulación magnética trans-
craneal es más eficaz que la TEC.
En sintomatología negativa o depresivo-ansiosa,
los principales fármacos usados son los inhibidores
de la recaptación de la serotonina, siendo la fluoxe-
tina el más efectivo; también adrenérgicos α2 como
la mirtazapina y la mianserina, noradrenérgicos como
la reboxetina, y tetracíclicos como la trazodona, sien-
do este último uno de los más efectivos junto a la
fluoxetina7.
También es posible el uso de potenciadores como
la lamotrigina o el topiramato. En los síntomas nega-
tivos, se pueden usar moduladores de los recepto-
res NMDA (N-metil-D-aspartato)8,9.
Antipsicóticos inyectables de liberación
prolongada
En los últimos años, los esfuerzos en el tratamiento
de la esquizofrenia pasan en gran parte por la adhe-
rencia al tratamiento; esto ha hecho que aparez-
can las formulaciones de liberación prolongada. Se
administran de forma intramuscular y se liberan de
forma progresiva durante períodos de entre 15 y
45 días, dependiendo del fármaco. En España, se
comercializan la risperidona, el palmitato de pali-
peridona, el aripiprazol, la olanzapina, el zuclopen-
tixol, la flufenazina y el haloperidol. Existen varias
publicaciones 8,10-12 que comparan el uso por vía
oral, en relación a la liberación prolongada; en ellas,
se demuestra que esta segunda vía se muestra más
efectiva en cuanto a disminución de hospitalizacio-
nes y número de recaídas por abandono del trata-
miento.
TERAPIAS PSICOLÓGICAS
Las principales estrategias de tratamiento se han
desarrollado basándose en el modelo de vulnerabi-
lidad-estrés, que hace referencia a la interacción
entre factores estresantes y la vulnerabilidad bioló-
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gica para producir la psicopatología. Los tratamien-
tos psicológicos combinados con la farmacoterapia
que han mostrado ser eficaces para el tratamiento
de la esquizofrenia podemos agruparlos en cuatro
categorías.
Intervenciones familiares
psicoeducativas
Se han desarrollado diferentes modelos de interven-
ción familiar, que, aunque no son homogéneos en
sus intervenciones, todos incluyen, en diferentes
combinaciones: psicoeducación, técnicas de solu-
ción de problemas, apoyo familiar e intervención en
crisis.
«Entre los modelos que más han destacado, pode-
mos encontrar (a) el paquete de intervenciones socio-
familiares de Leff (Kuipers et al., 1992; Leff et al.,
1982); (b) el modelo psicoeducativo de Anderson
(Anderson et al., 1986); (c) las intervenciones cog-
nitivo-conductuales de Tarrier (Barrowclough y Tarrier,
1992; Tarrier y Barrowclough, 1995); y (d) la tera-
pia conductual familiar de Falloon (Falloon et al.,
1985; Falloon et al., 1993)»13.
Las intervenciones familiares, combinadas con
medicación antipsicótica, han probado ser eficaces
en la reducción de la carga y emoción expresada
familiares, en la sintomatología clínica, en las recaí-
das y en las rehospitalizaciones14,15. Los resultados
indican una escasa eficacia de intervenciones bre-
ves, informándose de la conveniencia de interven-
ciones con una duración óptima en torno a los dos
años, con apoyo posterior13.
Entrenamiento en habilidades sociales
El entrenamiento en habilidades sociales ha sido
una técnica que se ha utilizado para trabajar el fun-
cionamiento social de los pacientes con esquizofre-
nia, y para entrenar habilidades de afrontamiento
ante factores estresantes que pueden desestabilizar
al paciente.
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CASTILLO ALARCÓN MP ET AL.
REVISIÓN DE TRATAMIENTOS EFICACES EN LA ESQUIZOFRENIA
Los tratamientos psicológicos
combinados con la farmacoterapia
que han mostrado ser eficaces para
el tratamiento de la esquizofrenia
podemos agruparlos en cuatro
categorías
Los diferentes modelos comparten una técnica
común que incluye instrucciones, role-play, ensayo
conductual, feedback y reforzamiento.
Los esquizofrénicos son capaces de adquirir y
generalizar habilidades sociales que mejoran su fun-
cionamiento interpersonal, siempre y cuando no ten-
gan síndrome deficitario. El entrenamiento en habi-
lidades sociales produce un impacto positivo sobre
medidas conductuales de las habilidades sociales,
sobre la asertividad autoevaluada y sobre la tasa de
altas hospitalarias, obteniendo resultados más modes-
tos sobre la tasa de recaídas (Benton y Schoroeder,
1990)13. Sin embargo, el entrenamiento en habili-
dades sociales parece ser eficaz solamente en com-
binación con otras formas de terapia15.
Respecto a la fase de la enfermedad en la que
es más eficaz el entrenamiento en habilidades socia-
les, los resultados indican que es eficaz en todas
ellas. Sin embargo, el entrenamiento debe adap-
tarse al nivel de tolerancia al estrés y las limitacio-
nes del procesamiento de la información de cada
paciente, siendo recomendable una duración pro-
longada13.
Tratamientos cognitivo-conductuales
para delirios y alucinaciones
Las terapias de corte cognitivo-conductual son las
únicas diseñadas específicamente para el abordaje
de las alucinaciones y los delirios, y tienen por obje-
tivo entrenar a los pacientes en técnicas para el mane-
jo de sus experiencias psicóticas, reestructurar las
creencias sobre estas y dar sentido a sus síntomas.
19
CASTILLO ALARCÓN MP ET AL.
REVISIÓN DE TRATAMIENTOS EFICACES EN LA ESQUIZOFRENIA
En la actualidad, existe una gran variedad de tera-
pias cognitivo-conductuales aplicadas a la psicosis,
que están manualizadas y cuentan con soporte expe-
rimental que avala su eficacia: (a) terapia cognitivo-
conductual para la psicosis (Fowler et al., 1995);
(b) terapia conductual de Kingdon y Turkington
(Kingdon y Turkington, 1994); (c) terapia cognitiva
para delirios, voces y paranoia (Chadwick et al., 1996);
(d) estrategias de potenciación del afrontamiento
para alucinaciones y delirios (Yusupoff y Haddock,
1998; Yusupoff et al., 1996; Yusupoff y Tarrier, 1996);
(e) terapia de cumplimiento (Kemp et al., 1997)13.
La terapia de cumplimiento pretende mejorar la
adherencia al tratamiento farmacológico y desarro-
llar un adecuado nivel de insight. Las restantes tera-
pias tratan de reducir la angustia provocada por los
síntomas psicóticos residuales y la repercusión emo-
cional asociada, así como ayudarles a comprender
su enfermedad para que participen de forma activa
en la regulación del riesgo de recaídas y de la inca-
pacidad social que genera la esquizofrenia.
Respecto a la eficacia de las intervenciones cog-
nitivo-conductuales, en general, los hallazgos más
consistentes indican beneficios significativos en la
reducción de la gravedad y cantidad de los sínto-
mas psicóticos, fundamentalmente, de los positi-
vos, aunque también de los negativos, específica-
mente, la anhedonia; en la mejora en el cumplimiento
del régimen farmacológico; en la disminución del
número de recaídas y la disminución de síntomas
residuales en las recaídas, y en el tiempo de estan-
cia en la unidad de agudos13.
Paquetes integrados multimodales
Los tratamientos multimodales se caracterizan por
un enfoque múltiple, tratando de mejorar el funcio-
namiento tanto de las habilidades cognitivas como
de las habilidades sociales de los pacientes esqui-
zofrénicos. El primer paquete con este fin fue la tera-
pia psicológica integrada (Brenner et al., 1992; Roder
et al., 1996), conocida como ITP, que «es un pro-
20
© Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual.
grama grupal de terapia cognitivo-conductual para
la esquizofrenia, que integra el tratamiento neuro-
cognitivo y social-cognitivo con la rehabilitación psi-
cosocial»16. La ITP consta de cinco subprogramas
que están ordenados jerárquicamente y que se ense-
ñan de manera secuencial, ya que se basa en el
supuesto de que los déficits básicos en el funciona-
miento neurocognitivo afectan a los niveles más altos
de organización de la conducta. Estos subprogra-
mas son: diferenciación cognitiva, percepción social,
comunicación verbal, habilidades sociales y solu-
ción de problemas interpersonales.
«Las investigaciones indican que la ITP es supe-
rior al solo entrenamiento en habilidades sociales, a
la socioterapia o terapias de apoyo en grupo en redu-
cir la desorganización psicótica y en mejorar las habi-
lidades de solución de problemas cognitivo-socia-
les, así como en el procesamiento atencional
temprano»13. La ITP produce mejorías altamente
significativas en neurocognición, psicopatología y
funcionamiento psicosocial15. La utilización de los
subprogramas sociales desde el principio de la inter-
vención reduce el elevado nivel de arousal de los
pacientes esquizofrénicos y produce una mejora en
las habilidades básicas del procesamiento de la infor-
mación13.
CONCLUSIONES
Es importante descartar un origen orgánico de la
sintomatología psicótica; para ello, es fundamental
una buena exploración clínica y la realización del
diagnóstico.
En cuanto al tratamiento farmacológico, este se
basa en el uso de antipsicóticos, siendo los de elec-
ción los de segunda generación, por su mayor tole-
rabilidad. La dosis en fase aguda será la mayor
tolerada por el paciente; en cambio, en fase de
mantenimiento, la mínima eficaz, para una mayor
tolerancia a los efectos indeseables. Es necesario
un control de estos efectos, especialmente, del
síndrome metabólico.
Rev Enferm Salud Ment. 2016;5:15-21
doi:10.5538/2385-703X.2016.5.15

La adherencia al tratamiento puede mejorarse con
los antipsicóticos con formulaciones de liberación
prolongada. No existe evidencia por el momento de
que sean más efectivos que los de vía oral.
En caso de sintomatología resistente, la clozapi-
na es el único que ha evidenciado una mejoría res-
pecto al resto. Se pueden usar otros tratamientos
como la TEC, la estimulación magnética transcra-
neal, o la potenciación con lamotrigina. Y, en caso
de patología comórbida, como depresión y ansie-
dad, son de difícil diagnóstico, respondiendo bien a
la fluoxetina, la trazodona y la mianserina.
Respecto a las terapias psicológicas con eficacia
avalada en el tratamiento de la esquizofrenia, encon-
tramos cuatro tipos: intervenciones familiares psico-
educativas, entrenamiento en habilidades sociales,
terapias cognitivo-conductuales para delirios y alu-
cinaciones y paquetes integrados multimodales. Los
tratamientos psicológicos han mostrado eficacia a la
hora de favorecer la adherencia al tratamiento, en la
reducción de los síntomas psicóticos residuales, la
prevención de recaídas, la mejora de las relaciones
interpersonales y la adquisición de habilidades nece-
sarias para una vida independiente, así como en la
reducción del estrés y de la carga familiar.
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21
 LA OPINIÓN DEL EXPERTO
ESPECIALISTA EN LA AYUDA A LAS PERSONAS CON
PSICOSIS
ESCUCHADORES DE VOCES: UN CAMBIO
DE PARADIGMA PARA LA ESQUIZOFRENIA
El fenómeno de escuchar voces o
experimentar otras percepciones
inusuales siempre ha existido, pero
se le ha atribuido explicaciones y
funciones distintas dependiendo
de la época y de la cultura en la
OLGA RUNCIMAN
que ocurría. Oír voces se ha inter-
XXXXXXXespecialista en la
Psicóloga
XXXXXXXXXXX
pretado como un don divino o se
ayuda a las personas con
XXXXXXXXXXXXXXX
psicosis. ha demonizado como símbolo de
Slotsvænget. Kongens Lyngby lo oculto, mientras que hoy en día
(Dinamarca). se considera un síntoma de una
de las enfermedades mentales más
graves: la esquizofrenia. La psiquia-
tría académica contempla la esqui-
zofrenia como una enfermedad
biogenética cerebral crónica que
debe tratarse con neurolépticos.
Pero ¿está en lo cierto?
El Movimiento Internacional de
Escuchadores de Voces (HVM, por
las siglas en inglés de: Hearing
Voices Movement) ha puesto en
tela de juicio esta concepción,
pero, para entenderlo, es necesa-
rio repasar brevemente la historia
del modelo de la recuperación
(recovery).
Correspondencia: O. Runciman.
Correo electrónico: orunciman@gmail.com
22
© Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual.
El enfoque de la recuperación
surgió al mismo tiempo que el
movimiento por los derechos civi-
les, en la década de 1960, y a
menudo se le asoció al movimien-
to antipsiquiatría, a pesar de que
este último fuera un movimiento
de intelectuales1, no de pacien-
tes. Sin embargo, el mero hecho
de que algunas personas diagnos-
ticadas de esquizofrenia se estu-
vieran recuperando por completo
de algo que no se consideraba
posible planteaba un desafío a la
psiquiatría. Uno de los aspectos
fundamentales de este desafío lo
constituye apuntar a desentrañar
el significado de los relatos per-
sonales, ya que, si la locura cobra
sentido, resulta difícil mantener el
modelo médico como solución via-
ble para los supuestos esquizofré-
nicos, pues dicho modelo se basa
en que la locura carece de senti-
do2,3. El HVM cuestiona esta idea
de la falta de sentido abriendo
espacios para las interpretaciones
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La HVN ha creado una sólida tradición de apoyo
mutuo donde las personas se encuentran en un
lugar seguro y comparten experiencias
alternativas de lo que significa el
malestar psíquico, así como ofre-
ciendo la posibilidad de agencia
y empoderamiento, algo que la psi-
quiatría tradicional, con su enfo-
que biogenético, no consigue
lograr. ¿En qué consiste el HVM,
entonces?
LA RED DE
ESCUCHADORES DE
VOCES
La Red Internacional de Escucha-
dores de Voces (HVN, del inglés
Hearing Voices Network) existe
desde hace más de 25 años y se
encuentra en 30 países, de los que
España ha sido una de las incor-
poraciones más recientes. La HVN
se inspira en las innovadoras inves-
tigaciones del Prof. Marius Romme
y la Dra. Sandra Escher, quienes,
a raíz de su trabajo, abogaron por
una aproximación radicalmente
nueva y un profundo cambio de
perspectiva sobre los síntomas tra-
dicionalmente asociados a la esqui-
zofrenia: oír voces. Estas manifes-
taciones se habían considerado
síntomas de una enfermedad bio-
lógica con etiología genética, sin
embargo, Romme y Escher esta-
blecieron que las voces tenían sig-
nificado y cobraban sentido si se
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© Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual.
ESCUCHADORES DE VOCES: UN CAMBIO DE PARADIGMA PARA LA ESQUIZOFRENIA
analizaban conjuntamente con los
acontecimientos vitales traumáti-
cos que las provocaban4,5. Ellos y
otros investigadores6-9 señalan que
hasta el 75 % de las personas que
oyen voces han sufrido alguna
experiencia traumática relaciona-
da con esas voces.
La HVN es un influyente movi-
miento colectivo que critica abier-
tamente los roles relacionales de
la psiquiatría tradicional del
«paciente receptor pasivo» y el
«clínico experto dominante» y ha
creado, en su lugar, espacios don-
de personas de muchas discipli-
nas trabajan conjuntamente para
lograr entender mejor a las per-
sonas que escuchan voces, tie-
nen visiones o experimentan
sensaciones táctiles y otras per-
cepciones sensoriales. La HVN ha
creado una sólida tradición de
apoyo mutuo donde las personas
se encuentran en un lugar segu-
ro y comparten experiencias, «sin
la amenaza de la censura, la pri-
vación de libertad o la medicación
forzosa, consecuencias todas ellas
del acto de sincerarse en los esce-
narios de la psiquiatría tradicio-
nal»10. Asimismo, la HVN ha desa-
rrollado, investigado y publicado
sus propias metodologías, técni-
cas y narrativas al margen de la
psiquiatría para ayudar a quienes
RUNCIMAN O
tienen problemas con las voces,
las visiones, etc. Una de estas
publicaciones, el libro Living with
voices [Viviendo con las voces]
(2010)11, una antología de 50 rela-
tos de personas de muchos paí-
ses distintos que oyen voces y que
han aprendido a convivir con ellas
aceptándolas, subraya varios
aspectos clave:
• Las voces son una estrategia de
supervivencia que indican la
existencia de problemas pasa-
dos o presentes utilizando, a
menudo, un lenguaje metafóri-
co para representar las emocio-
nes disociadas del yo y que
cuentan historias sobre acon-
tecimientos que suelen ser des-
agradables y que, atacándola,
protegen la identidad de la per-
sona.
• Los traumas por abusos sexua-
les, negligencia emocional, mal-
trato físico o acoso escolar son
un tema predominante y resul-
ta evidente que estos aconte-
cimientos desempeñan un
papel esencial en el desarro-
llo de creencias/experiencias
inusuales.
• La recuperación no consiste en
deshacerse de las voces, sino
en entender sus mensajes y
modificar la relación con ellas,
de forma que puedan resultar
útiles y dejar de ser tan dañinas.
• Curiosamente, otro de los datos
que se extraen de estos 50 rela-
tos es que la recuperación solo
fue posible al margen de la psi-
quiatría.
23
RUNCIMAN O
ESCUCHADORES DE VOCES: UN CAMBIO DE PARADIGMA PARA LA ESQUIZOFRENIA
Así pues, con la HVN, la locu-
ra se sitúa en un contexto en el que
puede ser comprensible, lo que
contradice a quienes consideran
estas experiencias irracionales o
síntomas de un fenómeno bioló-
gico subyacente. Por lo tanto,
dependiendo de la perspectiva
desde la que se interpreten los sín-
tomas típicamente adscritos a la
esquizofrenia, pueden aparecer o
desaparecer diferentes realidades;
de ahí lo interesante de adoptar
la perspectiva de las realidades
múltiples. Aunque la psiquiatría
es capaz de definir los síntomas
que se atribuyen a la esquizofre-
nia, su incapacidad para relacio-
narlos de una manera convincen-
te con esta enfermedad la obliga
a tener que resolver continuamen-
te estas incoherencias, lo que hace
que sus suposiciones resulten poco
claras y discutibles12.
CASOi
Peter tenía 27 años cuando se
puso en contacto conmigo en un
estado de gran angustia. De hecho,
estaba tan angustiado que, al prin-
cipio, su lenguaje me resultaba
incomprensible, porque las pala-
bras y las frases que pronuncia-
ba estaban desordenadas. Todo
lo que pude decirle tras el primer
encuentro fue: «No sé lo que te ha
pasado, pero te creo». Sin embar-
go, decirle que le creía resultó ser
iPeter no es su nombre real; se han modificado los hechos para preservar el anonimato.
24
© Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual.
un punto de inflexión, ya que,
antes de eso, se le había someti-
do a muchos tratamientos psiquiá-
tricos forzosos y sus intentos de
comunicarse se habían interpre-
tado como un síntoma de la esqui-
zofrenia.
Desde el punto de vista de la psi-
quiatría, Peter cumplía los criterios
para ser diagnosticado de esqui-
zofrenia. Oía voces, tenía ideas
delirantes, porque hablaba de sig-
nos o códigos que estaban escri-
tos en las paredes de la ciudad,
que se emitían en la televisión o
que le comunicaban por teléfono,
y expresaba todo esto a través de
un velo de pensamientos, discur-
so e inferencias desorganizados.
Había perdido su red de contac-
tos sociales previa y el único con-
tacto social que le quedaba eran
sus padres. Se determinó que no
tenía conciencia de la enfermedad,
porque se negaba a aceptar que
fuera esquizofrénico. Todo ello de-
sembocó en múltiples períodos de
tratamiento forzoso y, durante los
cinco años anteriores a conocer-
le, se consideró que cada vez esta-
ba más afectado por la enferme-
dad, dado que sus habilidades
comunicativas se habían vuelto
progresivamente más desorgani-
zadas. La psiquiatría es el discur-
so hegemónico en la sociedad y
ostenta el poder de definir e inter-
pretar la realidad. No obstante,
aunque, a todos los efectos, Peter
concordaba con lo que la socie-
dad define como esquizofrénico,
su historia seguía oculta, sin com-
probar si encajaba en la narrativa
psiquiátrica de la esquizofrenia.
Así, cuando lo conocí cinco años
después de que se convirtiera en
un paciente psiquiátrico, se había
encerrado en un mundo propio lle-
no de miedo, voces y mensajes
que necesitaban descodificarse.
¿Qué fue lo que empezó
a ayudar?
Una de las hipótesis primarias del
HVM es que las voces, delirios, etc.
tienen significado y son contextua-
les. Romme y Escher han desarro-
llado la entrevista de Maastricht,
cuyo objetivo principal es ayudar
a descubrir a quién representan
las voces y qué problemas simbo-
lizan. La guía para la entrevista
también sirve de orientación, por
ejemplo, a los profesionales de
enfermería no tan experimentados
en hablar sobre las voces, de for-
ma que puedan trabajar conjun-
tamente con la persona que escu-
cha voces para encontrar el
significado y los puntos en común.
Sin embargo, en el caso de Peter,
la entrevista de Maastricht no resul-
taba adecuada, porque se encon-
traba demasiado ansioso y desor-
ganizado.
Durante los primeros encuen-
tros, Peter hablaba sin parar y, con
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el tiempo, dejó de estar tan agita-
do, mostraba más claridad y apa-
recieron tres temas principales.
1) Estaba convencido de que tenía
sida y de que había una conspi-
ración para mentirle, aunque los
resultados fueran invariablemen-
te negativos. 2) Tenía una misión
que le había dictado su voz domi-
nante: «El Mensajero». Debía des-
cifrar el código para ayudar a toda
la humanidad, pero, si lo desci-
fraba incorrectamente, sucederían
cosas terribles. 3) Quería estar con
la gente, pero, en el momento en
que esto ocurriera, «El Informador»
les contaría a través de los medios
de comunicación que era gay o
pedófilo y la gente le despreciaría
y le rechazaría.
Peter estaba aterrado ante la
idea de estar muriéndose de sida
y esta era la principal fuente del
miedo; era el primer problema que
debía abordarse. Diseñó un plan
para asegurarse de que no se
pudieran falsificar los resultados
cuando le hicieran análisis, ocul-
tando su identidad para que las
pruebas fuesen anónimas. Una vez
Peter se convenció de que no tenía
sida, sus niveles de ansiedad dis-
minuyeron considerablemente y
pudo empezar a hablar sobre su
«misión», sus voces y el miedo a
que la gente le odiara y le despre-
ciara porque las voces les conta-
ran cosas de él a través de los
medios de comunicación.
Poco a poco, fue capaz de
hablar sobre una vida llena de trau-
mas. Dos hombres que eran ami-
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© Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual.
ESCUCHADORES DE VOCES: UN CAMBIO DE PARADIGMA PARA LA ESQUIZOFRENIA
Las voces son una estrategia de supervivencia que
indican la existencia de problemas pasados o
presentes utilizando, a menudo, un lenguaje
metafórico para representar las emociones
disociadas del yo
gos de sus padres habían abusa-
do sexualmente de él desde una
edad muy temprana. Estos abu-
sos cesaron cuando empezó a ir
al colegio, pero allí fue víctima de
acoso escolar y, aunque cambió
de colegio en repetidas ocasiones,
solo hubo uno en el que era popu-
lar y tenía amigos. A los 12 años,
fue brutalmente violado por un
hombre. No se lo contó a nadie;
en lugar de eso, se convenció de
que moriría de sida a los 22 años.
A esa edad, no murió, sino que se
volvió «loco».
Curación
Gradualmente, Peter descubrió
que «El Mensajero» era el hom-
bre que le había violado. Lo des-
cubrió mientras se enfrentaba a
la violación. Ocurrió algo muy sig-
nificativo: Peter se dio cuenta de
que aparentemente había dicho
algo, una palabra o palabras, que
hicieron que el hombre detuviera
inmediatamente el violento abuso
y se fuera a preparar una taza de
té para cada uno. Peter se encon-
tró en la extraña situación de estar
tomando té y charlando en la coci-
na de aquel hombre. Peter creía
RUNCIMAN O
que había sido culpa suya, que él
era el responsable, porque, si
hubiera descifrado el código y
hubiera encontrado las palabras
mágicas, habría podido impedir
que le violara. Cuando a los 22
años no murió de sida, apareció
«El Mensajero»; esta vez debía des-
cifrar un nuevo código y encon-
trar las palabras que salvarían a
la humanidad o la condenarían:
una enorme y aterradora respon-
sabilidad.
Peter fue capaz de relacionar
a «El Mensajero» con el violador
asociando las similitudes. Estaba
convencido de que se habría podi-
do salvar si hubiera sabido qué
palabras clave habrían detenido
la violación, y no haber sabido nun-
ca lo que dijo exactamente le lle-
nó de culpabilidad, responsabili-
dad y vergüenza. Eso significaba
que ahora tenía la misión de des-
cifrar el código, pero, al estar dis-
frazada de misión para salvar a la
humanidad, no había podido rela-
cionarla con el trauma al que había
estado expuesto. Esto estaba ínti-
mamente relacionado con el tema
expresado por la otra voz a la que
él llamaba «El Informador». Poco
a poco, Peter fue capaz de afron-
25
RUNCIMAN O
ESCUCHADORES DE VOCES: UN CAMBIO DE PARADIGMA PARA LA ESQUIZOFRENIA
tar el hecho de que era gay, pero,
dado que sus únicas experiencias
con los hombres habían sido los
abusos sexuales a través de la vio-
lación y la pedofilia, no podía iden-
tificarse con ser gay, ya que eso
significaría que él era también un
abusador sexual. Así pues, «El
Informador» representaba este
devastador problema de identidad:
era gay, algo inaceptable para él.
Pudo modificar su relación con esa
voz cuando empezó a asistir a las
reuniones de un grupo de escu-
chadores de voces, donde cono-
ció a otras personas que también
habían sufrido abusos sexuales,
incluido un hombre que, como él,
era gay y también tenía problemas
de identidad.
Actualmente, Peter trabaja de
mecánico a tiempo parcial y tiene
amigos. Todavía oye voces y, a
menudo, siente que su mundo está
lleno de signos, pero ya no está
asustado. Ve estas experiencias
como elementos positivos en su
vida, ahora que les ha encontra-
do el significado y las entiende.
Los médicos, al insistir en que
estaban ante un fenómeno deno-
minado esquizofrenia, creían que
estaban ayudando a Peter cuan-
do abordaban su caso desde ese
punto de vista. El negarse a reco-
nocer que sufría esquizofrenia se
interpretó como un signo de enfer-
medad y se le sometió a tratamien-
to de forma forzosa. Muchas per-
sonas asocian el hecho de recibir
medicación inyectable de mane-
26
© Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual.
ra forzosa a la violación, que es lo
que le sucedió a Peter. Se vio en
la situación de intentar encontrar
las palabras —el código— para
detener lo que le estaba pasando,
expresándose de una manera que
respaldaba lo que la sociedad
dominante entiende por esquizo-
frenia y que tuvo como resultado
la administración de más trata-
mientos. Perder el lenguaje cohe-
rente le garantizaba que no diría
el código erróneo, pero, a los ojos
de la psiquiatría tradicional, era
claramente un esquizofrénico.
CONCLUSIÓN
Es de esperar que el sistema psi-
quiátrico evolucione y que los psi-
quiatras, las enfermeras y otros
profesionales vayan siendo cada
vez más conscientes del impacto
que los traumas y otras vivencias
tienen en la psique. Escuchando
las historias de las personas, ayu-
dándoles a encontrar el significa-
do y a entenderlo, y contextuali-
zando los síntomas, se puede
cambiar profundamente no solo
la vida del paciente, sino también
el propio papel como cuidador pro-
fesional.
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Rev Enferm Salud Ment. 2016;5:22-26
doi:10.5538/2385-703X.2016.5.22
 CASO CLÍNICO

TRASTORNO POR DÉFICIT DE ATENCIÓN E HIPERACTIVIDAD

EN ADOLESCENTES. ABORDAJE DE ENFERMERÍA
DESDE LA CONSULTA DE ATENCIÓN PRIMARIA
RAÚL GARCÍA VALLEJO
Enfermero de familia. Centro de Salud Campamento. Madrid.
Profesor asociado. Departamento de Enfermería. Facultad de Enfermería, Fisioterapia y Podología.
Universidad Complutense de Madrid.

INTRODUCCIÓN de expertos proclaman el importante papel que debe

El trastorno por déficit de atención e hiperactividad
(TDAH) es un cuadro sintomático tremendamente
heterogéneo, que se caracteriza por una atención
lábil y dispersa, y una impulsividad e inquietud motriz
exagerada, sin carácter propositivo. Se calcula que
afecta al 5-10 % de los niños en edad escolar, y cons-
tituye un motivo de consulta frecuente tanto en aten-
ción primaria (AP) como en especializada (psiquia-
tría infantil o neuropediatría). Dicho cuadro repercute
no solo sobre el rendimiento escolar, sino también
en el óptimo desarrollo evolutivo del niño, tanto a
nivel cognitivo como de relación con la familia e inte-
gración con el resto de niños de su edad. Asimismo,
puede tener importantes consecuencias a largo pla-
zo, ya sea por el fracaso escolar y social derivado
de un mal manejo del TDAH y sus posibles trastor-
nos comórbidos, ya por la persistencia del trastorno
en la adolescencia (en el 40-70 % de los casos) o
en la edad adulta (30-65 %)1,2. Diferentes grupos
Correspondencia: R. García Vallejo
Correo electrónico: rgv_33@hotmail.com
desarrollar la enfermera de AP en el proceso inte-
gral de la atención a pacientes con TDAH3,4.
PRESENTACIÓN DEL CASO
Mujer de 15 años, natural de Madrid. Diagnosticada,
en un centro privado, de TDAH (subtipo inatento) a
los 8 años. Desde entonces, ha estado siguiendo un
tratamiento multimodal: farmacológico (metilfenida-
to de liberación prolongada en dosis de 54 mg/día),
psicológico y de apoyo familiar. Toma la medicación
habitualmente sin mostrar oposición hasta el momen-
to. Las terapias psicológicas han sido diversas a lo
largo del tiempo, pero hace años que no va al psi-
cólogo ni psiquiatra (no han tenido buenas expe-
riencias/resultados). Tiene apoyo constante de la
unidad familiar (padre y madre), pero múltiples con-
flictos con su hermano de 13 años. Acude al centro
de salud de zona irregularmente. En julio de 2015
(14 años), acude con su madre a consulta a deman-
da de enfermería por deterioro llamativo del rendi-
miento académico. Refiere mayor dificultad de con-

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TRASTORNO POR DÉFICIT DE ATENCIÓN E HIPERACTIVIDAD EN ADOLESCENTES. ABORDAJE DE ENFERMERÍA DESDE LA CONSULTA
DE ATENCIÓN PRIMARIA
centración que en años anteriores y que la relación
con sus iguales ha empeorado, llegando en el últi-
mo año de instituto a estar prácticamente aislada.
Comenta haber sufrido conatos ocasionales de agre-
siones verbales y menosprecio, sin que se pueda
considerar acoso, pero expresa que preferiría cam-
biar de centro escolar y ambiente habitual.
Actualmente, no tiene ningún amigo/a significativo.
VALORACIÓN DE ENFERMERÍA
Se realiza la valoración según los patrones funcio-
nales de Gordon (tabla 1).
DIAGNÓSTICO Y PLANIFICACIÓN
Se utiliza la taxonomía NANDA5 para los diagnósti-
cos enfermeros, la clasificación de criterios de resul-
tados NOC5 y la clasificación de intervenciones enfer-
meras NIC5. En la tabla 2, se presentan los principales
diagnósticos enfermeros realizados. Ha habido con-
28
© Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual.
sultas intermedias de seguimiento no reflejadas en
el artículo.
EVALUACIÓN DEL PLAN DE CUIDADOS
Y RESULTADOS
La paciente accedió a visitar a un nuevo psicólogo
durante el verano y a acudir a consulta de enferme-
ría cada 15 días. En ese tiempo, valoró diversos cen-
tros educativos y decidió, voluntariamente, escoger
un colegio en modo internado de lunes a viernes.
Refiere que la experiencia, en estos seis meses, está
siendo muy positiva. La rutina diaria, la ausencia de
distractores (móvil, ordenador, televisión), la asun-
ción de diferentes responsabilidades y el estableci-
miento de nuevas amistades han conseguido mejo-
rar el rendimiento académico y aumentar su
autoestima. Seguirá asistiendo a sesiones con el psi-
cólogo y a consulta del centro de salud en períodos
no lectivos. Se recomienda continuar practicando
todas las habilidades trabajadas en consulta.
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TRASTORNO POR DÉFICIT DE ATENCIÓN E HIPERACTIVIDAD EN ADOLESCENTES. ABORDAJE DE ENFERMERÍA DESDE LA CONSULTA
DE ATENCIÓN PRIMARIA

Tabla 1. Valoración de enfermería

– Alérgica al polen, a las arizónicas y al polvo.

– Consciente de su trastorno y de las limitaciones que provoca.
Percepción-manejo de – Adherencia al tratamiento farmacológico.
la salud – No consumidora de sustancias tóxicas.
– Buena higiene personal.
– Vacunación correcta.

– Bien nutrida; ingesta adecuada; horarios regulares.

Nutricional-metabólico
– Índice de masa corporal: 22 kg/m2.

Eliminación – Sin alteraciones.

– Realiza zumba dos veces por semana.

Actividad-ejercicio – Le gusta mucho leer y dibujar. Escribe cuentos.
– Constantes y electrocardiograma dentro de la normalidad.

Sueño-descanso – Sin alteración. No sufre insomnio por la medicación.

– Miope. Lleva gafas y lentillas.

– Gran dificultad para la concentración en el estudio y para la organización/limpieza
Cognitivo-perceptivo
de sus enseres personales.
– Labilidad emocional moderada.

– Baja autoestima.
Autopercepción- – Solicita constantemente la aprobación de sus actos.
autoconcepto – Ocasionalmente, muestra comportamientos ansioso-depresivos.
– No tiene problemas con su imagen corporal.

– Buen apoyo familiar en los padres.

– Conflictos habituales con el hermano menor.
Rol-relaciones – Facilidad para entablar los primeros contactos, pero ninguna amistad consolidada
y mantenida a lo largo del tiempo.
– Buena relación con el profesorado. Buen comportamiento.

– Menarquia: 12 años. Menstruación regular.

Sexualidad-
– Adecuada información sexual en el colegio y la familia.
reproducción
– No tiene conductas de riesgo. No usa anticonceptivos.
– Situaciones de posible estrés por mala relación con los compañeros de clase
Tolerancia al estrés y por malas calificaciones.
– Sin medicación específica.

Valores-creencias – No practica ninguna creencia religiosa.

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TRASTORNO POR DÉFICIT DE ATENCIÓN E HIPERACTIVIDAD EN ADOLESCENTES. ABORDAJE DE ENFERMERÍA DESDE LA CONSULTA
DE ATENCIÓN PRIMARIA

Tabla 2. Diagnósticos de enfermería y planificación

Desesperanza (00124). C/d: pasividad; claves verbales de contenido pesimista. R/c: estrés de larga duración;
prolongada restricción de la actividad que crea aislamiento.

Calidad de vida (2000). Indicadores:

– Satisfacción con el concepto de sí mismo. PI: 2 PA: 4 PD:4
– Satisfacción con el estado de ánimo general. PI: 2 PA: 4 PD:5
– Satisfacción con las condiciones sociales. PI: 1 PA: 3 PD:4
Equilibrio emocional (1204). Indicadores:
– Muestra concentración. PI: 1 PA: 3 PD: 4
– Muestra un estado de ánimo sereno. PI: 2 PA: 4 PD: 5
NOC – Refiere capacidad para realizar las tareas diarias. PI: 2 PA: 4 PD: 4
Esperanza (1201). Indicadores:
– Establecimiento de objetivos. PI: 2 PA: 4 PD: 4
– Expresión de confianza. PI: 1 PA: 3 PD: 4
– Expresión de optimismo. PI: 1 PA: 3 PD: 4
Toma de decisiones (0906). Indicadores:
– Identifica las consecuencias posibles de cada alternativa. PI: 1 PA: 3 PD: 4
– Escoge entre varias alternativas. PI: 2 PA: 4 PD: 5

Apoyo emocional (5270). Actividades:

– Animar al paciente a que exprese sus sentimientos.
– Apoyar el uso de mecanismos de defensa adecuados.
– Comentar la experiencia emocional con el paciente.
Apoyo en la toma de decisiones (5250). Actividades:
– Proporcionar ayuda en la toma de decisiones.
– Ayudar al paciente a identificar las ventajas y desventajas de
cada alternativa.
– Servir de enlace entre el paciente y la familia.
Clarificación de valores (5480). Actividades:
– Animar al paciente a hacer una lista de lo que es y no es
importante en la vida y del tiempo que ocupa en cada aspecto.
Dar esperanza (5310). Actividades:
NIC – Ampliar el repertorio de mecanismos de resolución de
problemas del paciente.
– Desarrollar un plan de cuidados que implique un grado de
consecución de metas desde las más sencillas hasta las más
complejas.
Potenciación de la socialización (5100). Actividades:
– Ayudar al paciente a que aumente la consciencia de sus virtudes
y sus limitaciones en la comunicación con los demás.
– Utilizar el juego de roles para practicar las técnicas de
habilidades y técnica de comunicación mejorada.
Presencia (5340). Actividades:
– Escuchar las preocupaciones del paciente.
– Mostrar una actitud de aceptación.
– Permanecer en silencio, si procede.

Continúa

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DE ATENCIÓN PRIMARIA

Tabla 2. Diagnósticos de enfermería y planificación (cont.)

Baja autoestima situacional (00120). C/d: expresiones de inutilidad; conducta no asertiva. R/c: falta de
reconocimiento; fracasos; rechazos; cambio en el rol social.

Adaptación/ajuste psicosocial: cambio de vida (1305).

Indicadores:
– Establecimiento de objetivos realistas. PI: 2 PA: 4 PD: 4
– Identificación de múltiples estrategias de superación. PI: 1 PA: 3 PD: 4
NOC – Expresiones de aficiones recreativas. PI: 3 PA: 5 PD: 5
Autoestima (1205). Indicadores:
– Aceptación de críticas constructivas. PI: 2 PA: 4 PD: 5
– Descripción de éxitos escolares. PI: 1 PA: 4 PD: 5
– Nivel de confianza. PI: 1 PA: 4 PD: 5

Aumentar el afrontamiento. Actividades:

– Animar al paciente a identificar sus puntos fuertes y sus
capacidades.
– Animar al paciente a desarrollar relaciones.
– Ayudar al paciente a desglosar los objetivos complejos en pasos
pequeños manejables.
Potenciación de la autoestima. Actividades:
– Ayudar al paciente a identificar el impacto que tiene el grupo de
similares sobre los sentimientos de su propia valía.
– Ayudar al paciente a reexaminar las percepciones negativas que
tiene de sí mismo.
– Facilitar un ambiente y actividades que aumenten la autoestima.
– Fomentar el aumento de responsabilidad de sí mismo, si
NIC procede.
– Proporcionar experiencias que aumenten la autonomía del
paciente, si procede.
– Recompensar o alabar el progreso del paciente en la
consecución de objetivos.
Reestructuración cognitiva. Actividades:
– Ayudar al paciente a identificar los factores estresantes
percibidos, situaciones, sucesos e interacciones con otras
personas que contribuyen al estado emocional negativo.
Potenciación de la socialización. Actividades:
– Animar al paciente a cambiar de ambiente.
– Fomentar las relaciones con personas que tengan intereses y
objetivos comunes.
– Fomentar la sinceridad al presentarse a los demás.

Continúa

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Tabla 2. Diagnósticos de enfermería y planificación (cont.)

Afrontamiento inefectivo (00069). C/d: solución inadecuada de los problemas; mala concentración;
expresiones de incapacidad para el afrontamiento. R/c: falta de confianza en la capacidad para afrontar la
situación.

Superación/afrontamiento de problemas (1302). Indicadores:

– Busca ayuda profesional de forma apropiada. PI: 1 PA: 5 PD: 5
– Identifica múltiples estrategias de superación. PI: 1 PA: 5 PD: 5
– Refiere aumento del bienestar psicológico. PI: 1 PA: 4 PD: 5
NOC Soporte social (1504). Indicadores:
– Evidencia de voluntad para buscar ayuda en otras personas. PI: 1 PA: 5 PD: 5
– Refiere relaciones de confianza. PI: 1 PA: 3 PD: 4
– Refiere una red social estable. PI: 1 PA: 3 PD: 4
Toma de decisiones (ya desarrollado).

Asesoramiento (5240). Actividades:

– Ayudar al paciente a identificar el problema o la situación
causante del trastorno.
– Ayudar al paciente a identificar sus puntos fuertes y reforzarlos.
– Favorecer la expresión de sentimientos.
NIC
Aumentar el afrontamiento (ya desarrollado).
Apoyo en la toma de decisiones (ya desarrollado).
Apoyo emocional (ya desarrollado).
Potenciación de la autoestima (ya desarrollado).

Deterioro de la interacción social (00052). R/c: déficit en las formas de fomentar la reciprocidad (habilidades).

Riesgo de soledad (00054). Factores de riesgo: privación afectiva; aislamiento social.

C/d: características definitorias; PA: puntuación actual (6 meses después); PD: puntuación deseada (a conseguir en 12
meses); PI: puntuación al inicio; R/c: relacionado con.

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32 Rev Enferm Salud Ment. 2016;5:27-32

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© Editorial Glosa, S.L. Autorizado el uso en el ámbito académico o docente según lo previsto por la Ley de Propiedad Intelectual.