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Colección
"Nuevo Pensamiento Administrativo"

EL LADO INHUMANO
DE LAS
ORGANIZACIONES
r,

1
,
Fernando Cruz Kronfly
Ornar Aktouf
Rafael Carvajal Baeza
(Editor)

Universidad
del Valle

Facultad de Ciencias de la Administración


Cali,2003
Universidad del Va Ue
Rector: lvlin Ramos Calderón

Comité Editorial
Facultad de Ciencias de la Administración

Diego Israel Delgadillo Rodrfgu.:z


Helisario Moreno
Edgar Varela
Rafael Carvajal Bacz.a
(Coordinador Editorial)
Fernando Cruz Krontly

Asisten!(' Comité CONTENIDO


Luz Deysi Gallo Rui z

-~
t'.(htado por ~ Facullad de Ciencia~ de la Administración
Calle 48 No. 36-00
EdifiCiO 124
Presentación

La presencia de lo inhumano e n la cultura y en las


9

Conmutador: 554 2466 organizaciones 15


Cali. Colombia
Fernando Cruz Kronfly

La Administración de la excelencia: De la deificación


del dirigente a la cosificación del empleado 65
Omttr Aktouf
Colección "Nuevo Pensamien to Administra tivo"
De lo inhumano y lo humanizable en las relaciones de
El lado inll11mano de las orgtUiizacionts subordinación. Filosofía, historia y sociología del human ismo
en la empresa de negocios 97
O Fernando Cruz Krontly, Ornar Aklouf. Rafael Carvajal Baeza
2003 Rafael Carvajal Baeza

Primera edición: Noviembre de 2003


300 ejemplares

ISBN: 958-670-276-6

Diseño e impresión:
Anes Gráficas del Valle Editores-Impresores Ltda.
Tel.: (57) (2) 3332976
Cali, Colombia
2003

Queda prohibida la reproducción, total o parcial, sin la autorización escriUI de los autores.
FERNANIXICRUZ l<RONI-l.Y

12\ Arendt, Hannah, Op, Cit, apg. 9.


13- Jgnatieff, Michacl: Op. Ci4 pag. 53
14- [gnaticff. Michael: Op. Cit, pag. 53

LA ADMINISTRACIÓN DE LA EXCELENCIA:
DE LA DEIFICACIÓN DEL DIRIGENTE A LA
COSIFICACIÓN DEL EMPLEADO*

Ornar Aktouf
Profesor H EC Montréal, Canada

" Ustedes se complacen en eswblecer leyes


pero se complacen aun más quebrantándolas".
"No ven sino sus sombras, y sus sombras son leyes.
¿Y este reconocimiento de las sombras no equivale
a inclinarse para trazarlas sobre la tierra ?
''Sólo ustedes sabrán que el justo y el desposeído
forman un solo hombre erguido en el crep1ísculo,
entre la noche de su yo pigmeo y el dfa de su yo divino ".
Kbalil Gibran, El profeta

' Tomado de Cabier de Recherche No. 93-48. Octubre,l993.


Traductora: Isabel Cristina Tenorio
Especialista e n traducción. Profesora asistenle. Escuela de Ciencias del Lenguaje.
Universidad del Valle.

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ÜMAR AKTOUF L A ADMINISTRACIÓN DE LA EXCELE!'ICIA: Di;; LA I)ElACACIÓN OELDIRIGE.'\IE .••

Resumen nemos un abanico en el que se han visto, a través de las épocas, paroxismos
de grandeza y miseria humana. Ahora bien, este poder arquetípico, ¿le ha-
A partir de las afirmaciones básicas, implícitas o explícitas, expuestas bría faltado poco para dejar algunas marcas en otras esferas de poder, con el
por la corriente denominada "adminitración de la excelencia" (cuya obra fin de convertirse, él también, en un arquetipo de nuestros días; el arqueti-
crucial sigue siendo ln search ofExcellence de Pcters y Watcrman), el autor po del gerente, del dirigente de una organización, y para retomar a C. Pe-
intenta mostrar que en dicha corriente hay, más que nunca, un culto a la rrow (1979), ,en este mundo que se ha convertido en un mundo de organiza-
gerencia, al líder, que le lleva a una verdadera "deificación·· y que respon- ciones? ¿Será que nuestros dirigentes empresariales se comportan, sin sa-
de, en la literatura y en las prácticas administrativas corrientes, a una "cosi- berlo, como monarcas de las organizaciones, puesto que aunque no se quie-
ficación" del empleado. ra, toda fo rma de poder experimenta la tentación del poder absoluto? Al
Para sustentar su argumentación, el autor utiliza tanto los resultados de respecto son muchos Jos ejemplos que se pueden citar, desde Howard Ru-
sus propias investigaciones empíricas como los paralelos efectuados por gues basta Geencn, pasando por Krupp y JJcnry Ford l, para ilustrar algu-
ciertos teóricos entre e l poder del director de la empresa y el poder absoluto nas facetas monstruosas de la búsqueda compulsiva del poder absoluto,
(en especial el de tipo monárquico). Sugiere, en particular, que los dilemas cuya actuaJización se da mediante la organizacióo, como objeto de alimen-
vividos por ciertos reyes de las tragedias shakespearianas tienden a dar una tación de los fantasmas, mucho más que como " herramienta de produc-
aclaración bastante válida para comprender la fonna cómo las organjzacio- ción" (Kct_z de Vries y Miller, 1985; Enriquez, 1983; Pagcs, 1979; Míller,
nes están dirigidas con base en los poderes " fantasmáticos" poderosos y 1992; Cbanlat, 1993). Además, Jos casos sobre el manejo de las PYMES
con frecuencia destructores. que conducen a la quiebra rápida y wtal, debido a la obsesión del poder-
control de los patrones, abundan en la literatura gerencial de las pequeñas
empresas y sus famosos panoramas de tres o cinco años, a pesar de que,
Introducción evidenteme nte, muchos otros factores fuera del comportamiento de los j e-
fes pueden explicar clichas quiebras.
Me llama mucho Ja atención la relación que se establece entre la posi- ¿Cómo puede el poder incitar a realizar actos suicidas, a la inconscien-
ción de poder (el dirigente), la deificación de sí mismo, los fantasmas de cia cegadora del peligro mortal? Muchos reyes (Luis XVI sería una especie
omnipotencia y la ilusión de inmortalidad, mediante los términos que utili- de punto culminante) dieron ejemplo en todas las histori as ele las dinastías
·~-- zan varios empleados en diferentes organizaciones objeto de un estudio que reinaron sobre nuestro planeta. ¿Tendría esto algo que ver con el cnce-
que realicé en los años 80 (Aktouf, 1986, 1988, 1990). Los empleados cali- guecimien to que han mostrado tantos dirigentes de inmensas organizacio-
ficaban a sus dirigentes, claro está que a manera de broma, de faraones, de nes occidentales (como las del sector del automóvil, de la electrónica, etc.)
dioses sobre la tierra, de "personas que se creen descendientes de un ser ante el peligro mortal que vino, entre otros orígenes, del Sur-Oriente Asiá-
ex traterrestre". Solo con el pasar de los años y con la lecLUra de autores tico? (Morgan, 1989). ¿Tendría esto que ver también , guardando las pro-
como Becker (1973) , Sievers (1986), Ketz de Vries y Miller (1985), Enri- porciones, con este movimiento irresistible de "republicanismo" de las em-
qucz ( 1983, 1989, l 990) comencé a orientarme hacia una exploración teó- presas que intentan acercar Jos reyes a los súbditos mediante formas de
rica más sistemática de este fenómeno. gestión llamadas "participaLivas", equipos semi-autónomos, calidad total,
Además de las numerosas referencias a la mitología griega, a la filoso- etc., en las que el capital humano y su contribución inteligente y cómplice
fía (ontología), a la metafísica y, en particular, a l psicoanálisis y al existen- se convert.iJían en el factor preponderante de la guerra de la productividad?
cialismo, a las que inevitablemente remite esta reflexión, quisiera hacer (Sernler, 1993). Si fuera así, ¿por qué entonces tantos fracasos? ¿Por qué
énfasis en una en especial: la referencia a la forma que se podría c alificar de tanta mala voluntad y lentitud para dar el cambio? ¿Por qué tanto atraso
"arquetipo" del poder, es decir la de ser rey (Berle, L957). Desde el poder con relación a los términos de vencimiento fijados, tantas dificultades para
absoluto de las repúblicas, pasando por las monarquías parlamentarias, te- hacer que el dirigente y el empleado se conviertan en estos "socios" tan

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ÚMAR AKTOUF LA ADMiNISTRACIÓN DE LA EXCELENCIA: DE LA ObWICACIÓN OF.L DIRIGENTE..

dc.:seados, compromeúdo!> en una uvenrura considerada cada vez más como colaboradores 1979). Por supuesto que no se trata en absoluto de entrar a
una avenrura común? Mediante la exploración de los peligros, paradojas y reaJizar un debate filosófico o metafísico, sobre la cuesuón bien delicada y
dilemas sobre eJ arquetipo de todos los poderes absolutos que el hombre ha milenaria del "ser" y de la existencia. Sin embargo, será necesario hacer unas
ejercido sobre sus semejantes, el arqueúpo de los reyc!>, me propongo plan- cuantaS incursiones rápidas de tipo abstracto y especulativo, con el úruco fin
tear una forma de explicitac16n de algunas razones profundas por la cuales de ubicar bien la paradoja existencial del hombre, antes de entrar a tratar
se presenta esta situación en la gran mayoría de las organizaciones occiden- una de las modalidades ancestralmente privilegiadas, para damos la ilusión
tales de nuestros días. Uno de Jos grandes maestros de todos los tiempos en de poder salvamos de ciJa; del poder, su ejercicio, sus fantasmas.
la m<Jtelia, William Shakcspcare, aunque él mismo sería el primero en sor- Tomemos algunas fórmulas célebres para ilustrar esta paradoja cuyo
prcnderse, podría ayudarnos a comprender bien Jas facew::. ocultas de nues- fundamento reside en el hecho de que el ser humano es esa criatura particu-
tros poderes organizacionales actuales, mediame los puntos de apoyo que lar, que está condenada a vivir con una conciencia clara, evidente y perma-
ofrece la disección meticulo!>a, y magistral, de Jos poderes reales que se nente de su propia muerte: "El hombre es un dios provisto de ano" (E.
evidencian en varias de sus tragedias. Becker, 1973); "La vida está hecha con el devenir, al igual que la materia
Empezaremos por el análisis de los fundamentos y los dilemas de la eslá hecha con el vacío "(J.-P. Sartre, 1945); "El hombre no tiene esencia,
condición existencial (como arquetipo) del poder real, empleando ciertas su esencia es su acción" (Hegel, 1966). También se sabe cuánto y de qué
rie7.as maestras de Sbakespear~;. Luego, en un segundo momento, exami- manera insistieron los filósofos de la antigüedad (sin mencionar a los teólo-
naremos los riesgos y las profundas encrucijadas relacionadas con toda gos y a los fifósofos teólogos) sobre el hecho de que el hombre sería, en el
posición (y en particular, la del dirigente de una empresa) en la que amena- fondo, una especie de "dios decepcionado", "arrojado" en el tiempo, para
za el absolutismo: deificación, omnipotencia, ilusión de inmortalidad, etc., marcar mejor su expulsión de la eternidad, es decir de la divinidad y de la
para pasar, en un tercer momento, a proponer soluciones para el punto muerto inmortalidad. En esto reside toda la cuestión de la contingencia y de la no-
aparente en el que se encuemra la gerencia de la excelencia (Pages, 1979; necesidad del ser del hombre frente al Ser absoluto, del que no puede tener
Au~rt y de Gaulejac, 1992). Las soluciones encontradas en el análisis de la idea, o la noción, si no aceptando la negación de ser sí mismo como ser:
Jos fundamenros de diferentes sistemas concretos y eficaces evidencian un es el no-ser del hombre Jo que fundamenta la idea de Ser absoluto que
"republicanismo" administrativo más real (en el que el "capital hwnano" transciende Jos individuos y el tiempo.
está situado realmente a ese nivel de contribución y de participación con- Sabemos que una de las grandes " inquietudes" expresadas por Hegel
junta) que lo que el lenguaje de la "excelencia" pretende atribuir desde (t966) era la de la alienación mediante, para retomar su propia fórmula, "la
ha¡,;e más de un decenio. pérdida del hombre en el mundo de los objetos". Esta cosificación es evi-
dentemente el colmo de la perdición, ya que el úllimo atributo de la trans-
I.De la paradoja del ser del hombre a) mito de la divinidad cendencia en el hombre, su "libre albedrío" de "individuo", estaría así ne-
del rey y del dirigente de una empresa gado en beneficio de una "extrañeza hacia sí mismo", por su propia degra-
dación a un estatus de "casi-objeto", o de objeto abandonado a un determi-
A lo largo de los últimos diez años, en las doctrinas y los hechos, la nismo exterior a sí, destinado a estar sometido a la ley que rige el orden de
administración de la excelencia, ha llevado, taJ vez en defensa propia, a una los objetos. Para no entrar en detalles, basta con recordar la famosa parábo-
forma desconocida hasta entonces, de deificación-heroificación del diri- la del maestro y del esclavo en la que, si uno no conoce el momento de la
¡:;cllic (ver por ejempio, Autrement, 1Y~~) cuyo alcance parece no tener otra "negación de la negación" de su ser genérico ("negación" temporalmente
similitud que con la dcspersoniJicación y cosificación proporcional del impuesta por la necesaria sumisión al orden de los objetos) mediante el
empleado (Aubert y de Gaulejac, 1992). Ante esta situación no se puede acto "auto-creador" de trabajo, que permite "contemplar" el reflejo de su
dejar de formular el interrogante fundamental sobre la relación del "ser" propia "racionaHdad" en la obra "creada", entonces la alienación y la "pér-
del individuo con esta deificación y la alienación concomitante (Pages, y dida del hombre" se instalan. Este es, según la expresión hegeliana (com-

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ÜMAk AKTOUF LA A OM I N I STRACIÓ~ DE LA EXCELLNCIA: DE LA DeiFICAC IÓN DEL UIRIGENTE . •.

prendiéndola de manera muy simpl ificada), e n cierta medida el meollo de función de su cuerpo terrestre, o en fusió n de su cuerpo político-celestial
la-angustia ex.istencial a la que el hombre siempre ha tratado de encontrar (el cual, recordemos, no muere nu nca con relación a la ley puesto que se
solución y lo ha hecho, de la manera más apropiada a su naruraleza de ser transmite, a otro cuerpo, después de hecha la renuncia). Asf se realjza- y
imaginador: mágico-místico, metafísico o fantasrnático. legitima -la suprahumanida.d de la institución real "cuerpo político angeli-
Ha<;ta el siglo de las luces, de las ciencias y del racionalismo pos•uvis- cal" cuyos "miembros" son los "súbditos" del reino. Se trata de la inmor-
ta materialista triunfante, al menos en Occidente (Saul. l993), el medio talidad conferida al''individuo Rey en tanto que Reyt'-
privilegiado para tratar esta angustia era esencialmente el orden religioso: El elememo principal que hace que estas nociones sean mteresantes es,
realizar, como lo diría Eliade (1982), ritos y rituales (actos concretos) en claro está, Ja cuestión de la estrecha e incuestionable relación que dichas
los momentos y los lugares apropiados (además bien concretos) que hacen nociones estab lecen con el poder, Ja naturaleza de ótc. su legitimidad, su
que todos y cada uno participen en la vida del milo fundador (que remite al ejercicio y sus efectos. Shakespeare, a propósito de esto. abre una vía parti-
Ser absoluto) y que, al mismo tiempo, dan la posibilidad de acceder a una cularmenie rica en exactitud y en profundidad mediante la autopsia muy
parte de su "sacralidad", y por ende, simbólicamente, a una paree de su detallada a la que algunas de sus tragedias someten los desgan·os de la
dimensión atemporal y trascendental. Ese es el precio que vale la ilusión de i nsoportable ubicuidad ex istencial de los reyes destrozados entre su "yo
participar en la eternidad: pasar una buena parte de su vida "aprendiendo a hombre'' y su "yo dios". Los destinos patéticos de un R icardo II o de un
oiitlJ morir". Pero cuando, al igual que Jos reyes, no se puede pretender alcanzar Lear constituyen testimonios impresionantes de la inextricable y dolorosa
la legitimidad del trono sino cuando se está, por necesidad, por encima de interdependen."cia entre el poder, los fan tasmas de la omn ipotente deifica-
la condición humana común, ¿cómo conciliar su propia "condición huma- ción por un lado, y la mortalidad y las relaciones (terrestres) consigo mis-
na'' con esta necesidad de transcendencia con relación a lo común? ¿Cómo mo y con sus semejantes, por el otro lado. El rey Ricardo ll, derrotado por
vivir esta suprahumanidad desde la cond ición de humano? ¿Cómo justificar un sobrino que había sido injustamente acusado y desposeido, para luego
la perennidad encarnada en la persona real, y su participación en el Ser Abso- regresar com o conquistador al territorio de Inglaterra, tuvo que constatar
luto, mediante la afirmación de la permanencia de la institución real , por con gran humillación, la excesiva vanidad del hombre del "cuerpo real",
encima ele las personas y del tiempo? Se sabe que las dinastías chinas reci- para despoj arse así mismo de los "oropeles" (corona, cetro, etc.), de la apa-
bían un mandato del cielo, los faraones eran hombres dios, los reyes de Fran- rente deidad inmortal de su condición de Rey. Enrique V se lamentó, recor-
cia lo eran por "derecho divino", etc. Pero la palma de la proeza juridico- dando la trágica suerte de sus ancestros, de que al Rey se le prohibiera
_rnetafísica recae, sin duda, en la hazaña realizada por los juristas de la realeza hacer cosas que hicieran que la vida del último de súbditos fuera sencilla y
británica bajo los Tudor, a partir del siglo XV, mediante lo que es conveniente serena: la tranquila limpidez de no ser más que un "cuerpo natural", bien
llamar "la ficción de los dos cuerpos del Rey" (Kanrorowicz, 1989). resguardado de las ilusiones de la inaccesibi lidad de un cuerpo divino, so-
Esta ficción, ejemplo único en Ja vida del Occidenre monárquico, daba metido, de hecho, "al murmullo del primer idiota que pasara". El rey Lear,
a los reyes británicos la capacidad excepcional de poseer dos cuerpos: el de creía ingenuamente que cediendo a sus hijns los bienes y los medios que
la majestad real política que transciende a la persona física del monarcn materializaban el estatus real, podía tener un fi nal de "simple padre", vi-
(que reina temporalmente) y el de la persona "natural" que vi ve y mucre, viendo bajo la hospitabdad benévola de cada uno de sus hijos. Pero Lear
aunque sea rey. Este cuerpo "celeste e inmortal" tiene el don de transmitirse también quena conservar los signos y los símbolos de su "cuerpo real":
a otra persona física (el sucesor) cuando el rey- en forma de cuerpo huma- quería seguir siendo tratado como Rey y tener una corte y un aposento real.
no terrestre - mucre. Y no estamos hablando de motir sino de renunciar. El Rechazado y abandonado a los destrozos de una tempestad devastadora, se
cuerpo fa lible (sujeto a la muette, a los sufrimientos y a los defectos de los dio cuenta hasta que punto su cuerpo real y celestial habría sido tratado
simples morta les) renuncia a su cuerpo infalible y eterno, el cuerpo divino mejor si hubiera podido disponer de los insLrumentos materiales para la
Y real. Mientras el rey está vi vo, estos dos cuerpos están fus io nados y un i- demostración y el ejercicio del poder. Dichos instrumentos le habrían, pre-
dos en su persona que actúa, de acuerdo a las circunstancias, ya sea en cisamente, permitido arreglar los e rrores cometidos por sus hijas ingratas y

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ÜMAR AKTOUF LA ADMINISTRACIÓN DE l.A F.XCELENC\•\: DE LA f)FIFICACIÓN DEL DIRIGENTE ...

de esta forma, hacer "justicia" y merecer el amor y el respeto "ganados" y a que se preocupa por el btenestar de todos y por Jos medios para hacer que
los' que se hacía acreedor por el cumplimiento de sus deberes de Rey. A. los menos favorecidos tengan acces9 a dicho bienestar. Mucho antes de
Berle (1975) propone un paralelo interesante entre las dos formas de abso- Jean Rosr.and,lbn Khaldoun había comprendido que el nivel de elevación y
lutismo del poder representadas por los reyes, en particular los normandos de estabilidad de una Civilización "se mide por la manera como dicha civi-
y los bntánicos, por un lado, y por los jefes de lao; empresas modernas, lización trata a los más débiles". Pero, al m1smo tiempo que el soberano
proptctarios o no, que toman, en despliegue de completa soberanía (sobre tiene la obligacjón de garantizar justicia y equidad, el soberano (o el deten-
todo en el contexto del neoliberalismo y del no intervencionismo de los tor del poder) debe ser accesible, prever y hacer aplicar mecanismos que
Estados). todas las decisiones que les ·'place" tomar. Este nuevo poder ab- lo hagan susceptible de interpelación, que le hagan llegar, sin distorsio-
soluto, umdo al derecho de propiedad, que se ejerce de acuerdo con atribu- ne!>, las solici tudes, las críticas y las quejas de los seres mas humildes entre
tos y modalidades muy cercanos a los arquetipos, estaría sometido a condi- sus administrados. Los emperadores chinos eran ·'vigilados" en este senti-
ctones y riesgos semejantes, cuando no idénticos. Para resumir. la tesis de do por ··censores" que velaban por la buena intc:rpretación y por la aplica-
Serie, que yo retomo a cuenta propia, plantea que todo poder absoluto, ción del "mandato celestial". Mas cercano a nosotros, Berle muestra de qué
real o corporativo, se encuentra amenazado de autodestrucción puesto manera los reyes normandos y luego los reyes ingleses, pemútieron, me-
que no tiene ningún contrapeso que le haga frente, cuyo objetivo es precisa- diante la fórmula " ¡Haro!" (derivada de la interjección: "¡Ah! ¡Rollon !",
mente lim1tar el absolutismo y así, mediante la moderación que le impone. del nombre gel duce (caudillo) y rey Rollon, predecesor de Guillermo el
convertirlo en algo más hu mano. Por lo tanto, a este tipo de poder es nece- Conquistador) , que se hiciera un reclamo de justicia directa por parte de
sario anteponer mecanismos que pennitan la interpelación, la exigencia de cualquier súbdito que sintiera la necesidad de hacerlo, ante la misma auto-
hacer j usticia y de dar cuenta, lo cual produciría como resultado obligar a ridad suprema. Parece que éste es e l origen de la " ley de equidad" inglesa,
que se adopte un comportamiento de acuerdo a un cierto sen tido del bien y también por extensión, de Ja Curia Regís (Tribunal del Rey), y además,
común, a reparar Jos daños (causados por el poderoso o por otros podero- s in duda alguna por vías muy directas, de la famosa ficción de los "dos
sos). En esta perspectiva j usticia y poder irían de la m ano¡ de lo contrario cuerpos", puesto que hubo necesidad a partir del siglo Xlll (Berle, 1957,
se instala el totalitarismo, d ando lugar a intrigas, revueltas, d1srurbios, en p.50) de fijar en un lugar preciso esta capacidad de hacer un llamado a la
una palabra, al caos. Esto fue lo que observó Ibn Khaldoun ( 1978), el gran "conciencia del Rey" (que hasta ahora, se trasladaba con la Curia Regís, de
historiador y sociólogo del siglo XIV - aunque poco conocido - del África acuerdo con los desplazamientos que el Rey hiciera). Fue en Wetsminster
; del norte, quien ello cuenta de un ciclo de tres generaciones que llevaron donde se ubicaron los tribunales ingleses de la jurisdicción de equidad para
ineluctablemente al derrocamiento de las dinastías arabo-beduinas. De he- "fijar" l a posibilidad de hacer el llamado a la conciencia del soberano. El
cho, tras una primera generación que conquistó y consolidó el poder, la Tribunal del R ey y el Canciller (portador-depositador que encarnaba la con-
segunda y la tercera se preocuparon por vivir en el lujo y dilapidar las ri- ciencia del Rey) fueron sin duda, por su ubicación próxima a Westrninser,
quezas del reino, anres de pasar a expropiar a sus súbditos, lo que dio lugar un tipo de prefiguración de la continuidad de la instancia transce.ndental
al comienzo del proceso de revueltas y de destrucción, como preludio de que representaba la justicia real, s in necesid ad de la presencia del cuerpo
una núeva dinao;tía. físico del Rey (pero con Ja presencia de lo que sería su cuerpo político
Este enfoque de Ibn Khaldoun. se acerca de manera muy singular a lo celestial).
que se desprende de las obras de Sbakespeare y deJ análisis que hace Berle: Sin embargo, los dramas que viven los reyes puestos en escena por
hay que tener cuidado al utilizar la fuerza y los medios que confiere el Shakespeare muestran bien que estar dotado de este cuerpo celeste presu-
poder para gara ntizar u n mínimo d e justicia y de equidad , un mínimo pone una dolorosa renuncia: una prohibición a la condición humana, en
de red istribución de las riquezas y de la seguridad de los s úbditos. Lo cuanto a la simplicidad y la reciprocidad de la relación con sus semejantes,
cual implica, entonces, un mínimo de preocupación y de comportamiento espejos indispensables de la humanidad de cada quien. De esto se arrepien-
"ético" por parte de los que detentan el poder, es decir. un comportamiento te Enrique V cuando exclama:

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ÜMAR AKTOUF LA ADMINISTRACIÓN DE LA EXCF.t.FNCIA : L>l. LA OEIFICACIÓN DEL DIRIGEt\IE...

" ¡Oh, dura condición. gemela deJa grandeza! Ser mOlivo del mur- más cruel que la de los de más mortales" y esto es aún más dramático si
mu llo del primer tonto que pase ( ... ) ¡A cuánta felicidad infinita de- vemos que, en el ejemplo del rey Le.ar, la-; fuerzas que se empecinan en
ben renunciar los reyes y de la que gozan mntos particulares! ¿Qué desrituirlo han sido generadas de manera deliberada por su propia volun-
tipo de divinidad eres tú que sufres más por los dolores monales que tad. es decir, que los instrumentos de la potencia de su cuerpo político han
tus propios adoradores?'" {IV, I 254, sq.). sido transferidos a manos que los utilizan para matar este mismo cuerpo
político (cuerp~ del que tenía la ilusión de conservar Jos súnbolos, los atri-
Para Kantorowicz ( 1989, p 35) se u-ata ·'del aspecw humanamente trá- butos y los privilegios in abstractO. por así decirlo).
gico de la gemelidad real lo que Shakespeare ha resal tado··, ya sea en las En un análisis detallado de Hamlct y del rey Lear, Yves Bonnefoy ( 1978)
lamentaciones de EnriqUt.: V pensando en Ricardo ll, o e n relación a este llama precisamente la atención sobre los dos términos.uti !izados por Shakes-
último quejándose des u propia traición, en ramo que cuerpo natural . con su peare en momentos muy inte nsos de cada una de dichas obras: readiness
cuerpo político ele Rey: (estar listo) y ripeness (madurez). Hamlet en el momento de aceptar la pe-
"Mis ojos están llenos de lágrimas, no puedo ver... Y sin embargo lea con Laerte dice: "The readiness is al/"; y Edgar, hijo del duque de Glo-
ven un montón de traidores. Y si vuelco mi mirada hacia mí, me ucestcr, hacia el fi nal deJa tragedia exclama: "Ripeness is all". Para Bon-
siento traidor como los demás: puesto que he dado el consentimien- nefoy (p.20) readiness y ripeness re miten sin Jugar a dudas a la idea de
to de mi alma para examinar el cuerpo sagrado de un rey'' (JV,l, 244 "prepararse" y de "madu rar·" para la aceptación de la muerte. Ese es e l
sq .). destino y la sabiduría ante los que el hombre no tiene otra opción que la de
..
:
aceptar. Aceptar de manera sabia, lúcida y a~umida su estatus de simple
E n e l pasaje (llJ,ll, 155 sq.) que evoca para Ricardo la larga tragedia de mortal es la solución al dilema existencial humano. Pero esta solución im-
todos los reyes sometidos al suplicio de su destino: plica tomar un doloroso camino, tal y como es encarnado por las angustias
"(... )contemos la triste historia de la muerte de los reyes ( ...) Puesto con Jas que se llevan a cabo readiness y ripeness de acuerdo con el arqueti-
que en el mismo círculo de la corona que reposa sobre las s ienes de po del hombre dios: el Rey. Pero existen otras condiciones para esta sabia
un rey, la muene tiene su corte( ...) inspirándolo de egoísmo y vani- lucidez cuyas bases, se podrían resumir, e n aceptar someterse a un míni-
dad, con la idea de que esta carne que sirve de sopone a nuestra vida mo d e obligaciones con relación a sus semej antes, fonnas éstas privile-
es u n cobre impenerrable!" giadas para poder llevar a cabo la confmnación de nuestra identidad exis-
tencial. Para los reyes y los detentares del poder absoluto o casi absoluto, se
Se percibe claramente la idea de que Ricardo Il se da dolorosamente trata de la obligación d e utilizar el poder en sentido d el bien y dar la
cuenta de que: oportunidad de rendir c uentas m ediante el ej ercicio de actos que garanti-
"no solamente la humanidad de un rey se impone a la divinidad de cen la justicia y la equida d . La omnipotencia y los poderes abs olutos sólo
la corona y la mortalidad a la inmortalidad, sino algo peor aun( ... ) el son viables y duraderos en la medida en que son conciliables con lo huma-
rey sufre una muenc más cruel que la de los demás mortales" ( Kan- no; es decir, que estén siempre dispuestos a escuchar los Uamados de "su
rorowicz, p. 39-40). conciencia", dispuestos a no estar ajenos a las preocupaciones de los mas
humildes, decididos a hacer que todo lo que es tá bajo su jurisdicción sea
Volvemos otra vez a esta angustia del ser-no-ser que estamos condena- j us to y eq uitativo. Votveremos ·sobre esce aspecto, pero recordemos que
dos a inscribir en nuestro modo de vida como human os; pero, para decirlo este contrapeso, o contrapoder, necesario para l.a interpelación constante
de alguna manera, con una cierta desproporción en relación con la " trá- de l poder esta blecido, es la condición misma para la perennidad y para la
gica gem elida d' ' del Rey : es el carácter inevitablemente i lusorio del cuer- humanidad-sabidu ría-desalienación de los que Jo poseen (es el testimonio
po sagrado, inmortal y la gran pérdjda que acom paña a la conciencia de esta li teral de algunos dirigentes que han logrado su propia "desmitificación",
ilusión De donde se desprende e l hecho de tener que "someterse a una muerte como B. Lemaire [Aktouf, L99 1b) o R. Semler, 1993). Tamb ién veremos

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ÜMAR AKTOUI' LA ADMINISTRACIÓN LlE LA EXCELENCLA: DE LA I>EiriCACIÓN DEL DIRIGENTE ..•

que es uno de los aspectos que pennite lograr un aumento de la productivi- mortalidad y de la dualidad corporal, de la misma forma que los reyes in-
dad en las empresas de hoy. Claro está que la relación entre las condiciones gleses. Este hecho tiene. en primer l';lgar, sus razones histórica<; y diacróni-
de los reyes con sus dos cuerpos, y las de los dirigentes y los jefes de em- cas cuyas manifestaciones y fundamentos socioculturales siempre han mar-
presas no es tan evidente corno pudiera parecer a primera vista, pero, como cado a la administración. No olvidemos que la llamada administración "an-
bien Jo precisa Berle (p.47), "De los duques (y los reyes) normandos a los glosajona'·, ampliamente domjnante (o tal vez monopolística) durante los
directores de las sociedades anónimas ... (existe) el poder que es un fenó- dos primeros t::rcios del siglo XX, nació, materialmente, en Inglaterra, para
meno permanente (y que), a pesar de sus limites, es en lo esencial absolu- expandirse, doctrinal y teóricamente, en los Estados Unidos. Estos princi
to". ¿Quién podría negar esta afirmación cuando pensarnos en la despro- pios fundadores están lejos de ser despreciables para el asunto que aquí nos
porción de los poderes que tienen los jefes de algunas de nuestras gigantes- atañe, puesto que el gerente es de hecho cJ beredero (al igual que los trata-
cas empresas o insti lUciones? ¿Podemos incluso pensar e n los patronos dos y las teorías de la administración) de todo Jo que animó (y justificó en
propietarios que tienen "todos los derechos" sobre la forma de manejar "su su actuar) al "capitali!.mo industrial" angloamericano de los siglos XVIU y
propiedad", cualquiera que sea el tamaño de ésta? Asi pues, no es necesario XIX. Para resumirlo en unas cuantac; palabras, digamos que se trata de una
pensar únicamente en los Geenen, Ford, Margan, Hugues, Hoover y otros hábil mezcla, y muy oportuna, de elementos del puritanismo calvinista, de
K.rupp, para encontrar ejemplos de la desproporcionada ilusión de omn1po- la "mano invisible" smithiana, del darwinismo y del spencerismo. La adop-
tencia inmortal y del dilema de los reyes (Ketz de Vries y Miller, 1985; ción del Prayer Book como base dogmática del anglicanismo será, ya se
Margan, 989; Miller, 1992). Este es precisamente el tema de nuestra segun- sabe, más adelante el nudo calvinista para la futura ética protestante que
da parte: ¿cómo y con qué efectos los jefes de las empresas y. de manera tratará Weber ( 1964). El amalgama de la vocación, la predestinación y el
global, los gerentes logran manejar la mezcla detonante de angustia exis- éxito individual, nos muestra señales concretas de su éxito-elección-pre-
tencial, destino de todo humano, y de poder casi absoluto o absoluto? destinación, por el hecho de tener éxito en su "vocación sobre la tierra"
(Braudel. 1980, 1985; Weber, 1964). Este es el nacimiento del individualis-
11. El fantasma de la omnipotencia y el mito fundamental mo como "'valor", cuando hasta entonces era considerado casi un pecado, e
del gerente: obstáculos estructurales para la personificación incluso a veces un pecado (Lo que sí es cierto - o casi- para el confusionis-
del empleado y la asociación cooperativa mo, al igual que, de manera más o menos clara, para el luteranismo y el
catolicismo). Ahora bien, este individualismo no sólo ya no es un defecto
Uri 1izo el término "estructural" puesto que me parece (al igual que para ni un pecado, sino que va a ser justificado, reforzado e incluso glorificado,
-' la acepción del término en economía) que los fenómenos que se van a tratar mediante la sedimentación ideológica sucesiva de elementos específicos
están sujetos a la diacronía y a los fundamentos de las relaciones que se escogidos de Cal vino, Smith, Darwin y Spencer. El primero de estos auto-
establecen entre los agentes implicados en las comunicaciones intra e inte- res (sobre todo en su versión puritana "exportada'' a los Estados Unidos)
rorganizacionales. La elección de este vocablo también remite desde lueao b •
aporta el elemento de la elección divina que se revela en el éxito (enrique
a la idea de que se trata de fenómenos profundamente arraigados en las cerse); el segundo, la mano invisible como absolución casi divina de todas
mentes, en las "estructuras·· (posiciones, elementos y relaciones en las or- las injusticias, las desigualdades, las miserias e inequidades; el tercero. la
ganizaciones y los sistemas sociales) y en la duración; por lo tanto no son idea bien seductora de la "selección natural" como complemento de la "elec-
susceptibles de ser compre ndidos ni tratados de acuerdo a enfoques que ción" hecha por Dios: y por último, el cuarto, la convicción de contribuir
:.úiu comemplarian las moda!Jdades, las apariencias y las coyunturas. Se (cuando uno es elegido y seleccionado) al desarrollo de las sociedades más
trata de fundamentos y de principios fundamentales. Comencemos por tra- evolucionadas.
tar de comprender en qué medida, de qué manera (a un nivel, desde luego, Aquí ya hay elementos para producir una inflación megalómana de
más fantasmático que jurídico-politico), los dirigentes de una organización muchos egos y para alimentar todas las montañas de teorías hagiográficas y
también caen en Ja inmensa trampa ilusoria de la omnipotencia, de la in- glorificadoras del liderazgo y del ··espíritu empresarial". Una buena parte,

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ÜMAR AKTOUF LA ADMINISTRACIÓN DI LA f:.XCELENCII\ . IJL I..A OI:.JFICAOÓN OU. UIRIGENrf ...

o tal vez la totalidad, deJa literatura adminis trativa tradicional no es más presente trabajo sobre la profunda y tenaz. "deificación-hemificación" de
que un verdadero culto al "individuo excepcional", al ..héroe" {etimológi- Jos dirigentes, sobre todo en el contexto de los Jugares donde nace y se
camente emr-dios), al ''creador'', al ''hacedor" de organi1.acrones de todo expande la administración, es decir en los Estados Unidos. Como ya ¡0
upo {hoy convertrdo en esLrella por todos los medios de comunrcación, vimos, el caldo de cul tivo estaría conformado por el amalgama que va des-
despué:o. de las facultades de administración). Esta literatura permite tam- de Cal vino a Spencer, pasando por Smrth y Darwin, aunque existen ot1 os
bién dar un fundamento, duradero y profundo, a la idea que la humanidad fundamentos para dicha deificación, de lo-; cuales nos limitaremos a enu-
c:o.ta dotada de algunos individuos excepcionales que llevan e n sí {de mane merar lo ese nc•al, aunque se corra el nc~go de simplificar la teoría o de
ra casr rnnata) el fenómeno ··empresarial", es declf el pnvilegro de ser, de hacer un salto epistemológicamente JUMII •cado.
encamar mediante un "don", en mkrocosmos, el conJunto de atnbutos que En primer lugar, no me parece totalmente incongruente establece r un
forman una organizacrón y hacen que ésta funcione. Atributo~ que se cxte paralelo entre el cuerpo polftico mortal del rey inglés y la identificación
riori.am y se materializan mediante la "creación", luego el "lanzamie nto" y encamación del d irigente (sobre todo del propietario) en "su" organi/a-
después la "administración" de la empresa o empresas. En esto consiste el ción, siendo ésta una inmanencia inmortal ya que transciende a sus miem-
''mrto gerencial fundamental " del que habla Sievers (1986), mJtO que con- bros. (Por demás, todos los libros de administntción retoman con ahínco Ja
vierte rll geren te en un demiurgo creador- organizador (un dios) que puede famosa fórmul a de Fayol e n la que el dirigente sería el "cerebro" del "orga-
Y sabe administrar solo. Esta heroificación - deificación del gerente está nismo social" que es la empresa, mientraf. que los empleados serían los
lejos de ser una figura de estilo y menos aún una exageración. ¡Los invito a "miembros", los "órganos"). De esta forma, (Sievers, 1986) los gerentes se
pensar por un momento en la fórmula - lan codiciada en la mentalidad confieren transcendencia e inmortalidad mediante su identificación con la
empresarial - del "hombre que se hace a sí mismo"! ¿,Qué podría ser m as organización y la instancia que posee el saber y el poder de administrarla,
dcificante, de hecho, que su "auto-creación", sumada a la "creación" de puesto que "organización" e " instancia omnrpotente de gestión" transcien-
una e m presa, de e mpleos y de riqueza? Es casi de masiado para ser verdad, den ambas a la simple condición del humano mortal que corresponde al
Y al respecto les invito a la lectura de un artículo publicado en el periódico que "es obj eto de administración". La construcción fan tasmática de la om-
The Wa/1 Srreer Joumal (semaJla del 22 de marzo de 1993) c uyo contenido nipotencia y de la inmortalidad se encuentra en eJ carácter tanto inmortal
fue retomado por le Courrier lntemational (25 de marzo de 1993, p. 26- como demiúrgico de la mseparable dualidad "organización-gestión''. Pero
37) e n el que se plantea nada me nos que revivir a Henry V en la persona como se sabe, no existe una ide ntificación sin una proyección; el dirigente
....... d e l:tccoca, el director de la C brysler; a Agamenon en James Duth no puede "ser la organización" y el "gerente que gerencia" si no existen
director de Beatrice Food; a Carl Von Clausewitz en M ichaeJ Quinian: otros a los que se les niegue de entrada estas posibilidades. Se trata por
en la dirección de McDonald's; Cordelia, la hija (heroína) del Rey Lear supuesto de los subalternos y, en panrc ular, de Jos empleados. reducidos -
en la figura de Chjristie Hefner, a la cabeza de Playboy; a U lises en para dejarse organizar y dirigir - al estado de objetos pasivos, dóciles e
Kenncth Olsen, d e Digital Equipment. ¡Estos paraJe los tan incongruen- intercambiables. Esto llega hasta el punto de convertirlos en vacíos cultura-
te~ Y tan reveladores - proviene n del Hartwick College, donde se ha pro- les ambulantes, desprovistos de valores (buenos) y de c reencias (buenas),
puesto tratarlos en forma de estudio de casos (con conferencias y animado- puesto que, en la administración de la excelencia, se repite ad nauseam que
res patentados) en las universidades y en las empresas del territorio norte- e l dirige nte líder está all í para, entre otras tareas principales, construir, cam-
amcr!cano! El artículo revela también que univers idades como !Jarvard y biar; remodelar, inculcar mitos, símbolos, c reenci as, valores y cul turas, y
Stanl ord contemplan hacer Jo mis mo, al incluir a " los clásicos en los cu rsos además, por supuesto, organ izar y administrar (Deal y Kcnnedy, 1982; Pe-
de adm inistración" (y esperemos - aunque yo no me opondría, s ino todo lo ters y Watc rman, 1983, Schcin, 985).
contrario, a la lec tura de ' ·Jos clásicos" e n las facultades de administración Todo ocurre entonces de esta manera: a la omnipotencia-inmortalidad
- que se haga de manera diferente al modelo adoptado en Hartwick). Todo (participac ión fantasmática del Ser absoluto) deJ jefe, debe corresponder
esto es, como convendrá el lector, muy significativo para cJ contenido del una cosificac ión necesaria, un vacío existe ncial, un "no-ser-no persona"

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ÜMAR At<10U~ LA At>MINISlRAOÓ'- 01 LA 1-.xn.u,NCIA : m . LA ot.tFJCACtóN OEL DJRtaEN-!U...

por el lado del empleado. Este úlümo abdica ante el tiempo y la uuli.ca- Hoover y Geenen u otros Ford 1 y Howart.l Hughe.s (Kctz de Vries y Mtller,
c1ón de éste (por lo tanto a cualquier ·'modalidad de ser" con relac1ón a la 1985; Miller, 1992; Mitroff y Paucpant, 1990). Morgan ( 1989) plantea. tam-
organización) y Jos deja en la-. manos del que organiza y dirige. Esto e~ bién en este sentido, profundas razones para el enceguecimiento de los cons-
entregar su propia libenad, su libre albedrío de sujeto y, por extensión, su rructores de automóvtles norteamencanos ante la "amenua" japonesa, du-
destino a una fom1a de ser genérica propta del hombre: al trabajo, como rante tantos años: su" "organuaciones" no podían dejar de ser gratificantes,
acto creador y auto-creador entre todos, puesto que es el modelador de su poniéndolas antt: la evidencia maceptable de que producían carros que es
entorno y de c;u yo. Con esto el fantasma de la omnipotcncta dcmiúrg1ca }' taban cada vez más del>actualizados y eran menos aceptados p<.lr el público.
aUiodclficantc del dingeme se vuelve más grande puesto que se le confiere Si agregamos a este cuadro la "analidad" incontestable (Morgan. 1989,
(después de todo lo que le agrega Calvmo, Smith y Darw1n mtcrpuestos), eh V) que acompaña al modo de ser or~ani7.acional (y forzosamente, a la
mediante la administración de la excelencia, un papel mucho más gran- personalidad de la mayoría de lo~ que se convierten en dirigentes), llega-
dioso, el del creador de lo "sag•·ado" en la empresa. el hacedor de los mos a descubrir un<~ dunens16n suplementaria (escondida) de la naturalet.a
m1tos, los símbolos, las creencias, Jos valores, las culturas, los credos, etc. del trabajo de la mayoría de los gerentes organizacionales, que es curiosa y
Pero anal icemos los fenómenos que ioterv1enen a todo lo largo de este preocupante. Ellos tienen que concretar, en lo cotidiano. una relación con
proceso en la persona del dirigente. La identificación con la organiLacíón los demás que está fundamentada casi exclusivamente en el modo de dar,
se hace forzosamente sobre un modelo (atrevámonos a decirlo sin hacer recibir, corttar, controlar, clasificar, v1gilar. ordenar, domtnar, estandarizar,
mnguna alu:-.ión obligatoria a una ··escuela" o discrepancia psicoanalíttca archivar, conservar (Cuando se revisan los síntomas del carácter anal obsc
en particular) en el que el objeto organización se fastasma como "objeto sivo descritos, en espec.al, por Abraham [1970], es sorprende ver la proxi-
bueno", u objeto que. en la medida de lo posible, es s istemáticamente midad, o tal vel. la concordancia total - de dichos síntomas, con lo que
gratificante. De lo comrario, ¿de qué sirve ser el jefe? Grallficarse por mucho-. manuales de administración plantean como rasgos de la personali-
intermediO de una organiz<1ción es generar y mantener toda una gama de dad del líder). Desde la autosuficiencia, la obsesión por el orden y el tiem-
hechos, gestos y signos concretos que garantizan una co~ificación. una v1da po, las cifras, el control, Jo escrito, la previsibilidad, la dominación, hasta el
"teal" para el fantasma de la omnipotencia y la inmortalidad, es decir, todo autoritarismo, pasando por la posesividad compulsiva. ¡estos aspectos in-
lo que hace que uno sea concretamente el que "planifica, organiza, decide, cluyen casi todo! Pero, i.qué hay de extraordinario en todo e.<;to, cuando se
controla" La organización, desde el punto de vista de su Jefe. no podría sabe que uno de los padres fundadores de la administración del que hcmo<.
componarse como objeto frustrante o desilusionador (incluso aunque se hablado, F. Taylor, era un buen caso de neurosis anal obsesiva? (Kakar,
tratara de una :-.ubdi visión de la organización, es decir, de una sucursal, un 1970). Todo esto seria en cierta medida d ivertido, si no se tratara de meca-
depanamcnto o un servicio). Vemos aquí, sin dificultad, cómo se van perfi- nismos que ocasionan sufrimientos, daños considerables y la destrucción
lando peligrosac; e inquietantes situaciones en el funciOnamiento de dicho de organizaciones completas (y a menudo de todo un sector indu.stnal. de
proceso: enfrentamientos, degeneración, reacciones, transfiguraciones de una región completa, de una economía, de una comumdad). (Pauchan y
lo real, censuras y autocensuras, búsqueda sistemática de chivos expiato- Mitroff, 1992). En mis investigaciones de campo, tuve la oportunidad de
rios, cte. E.l "Jefe" tolera cada vez menos, en la medida en que se van con- encontrar y "observar" un patrón que estaba convencido y aftrmaba - cuan-
solidando sus fantasmas, y que "su'' organización se comporta de manera do, en realidad, no sucedía nada - que cada mañana dedicaba uoa o dos
dife rente a "sus vis iones" y a sus deseos; por Jo tanto será necesario eli- horas a visitar "sus" talleres para rlnr«P- ruPnr~ di!! áni~o del:! ge:1te", p:u-~
mmar todo Jo r¡tw rnNil' rnmr:1r!2dc o decep:::lon<.lilo v ; u~..iu::.u, uemro de "enterarse de Jos problemas de cada uno", pero nadie, ninguno de sus cola-
poco, todo lo que no glorifique a la dirección. Ya conocemo~ cómo funCIO- boradores inmediatos, desde su secretaria, pasando por los jefes de los ta-
na el mecanismo: refuerzo de la megalomanía de Jos dirigentes hasta el lleres, se había atrevido a hacerle comprender que lo que sucedía, de mane-
delirio y la locura colectiva, hasta la autodestruccíón meticulosa. Los ejem- ra excepcional, ¡no era una regla puesto que él no escuchaba ni se encontra-
plos al respecto abundan y van desde los Napoleon y los l litler, hasta los ba, de hecho, con casi nadie! Como muchos me lo confesaron: "No se le

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ÜMARAKTOUF LA ADMINISTRACIÓN OE LA EXCELENCIA: DE LA DEIFICACIÓN DEL OIRIGF.NTE ...

podía contradecir". Pero el hecho es que este jefe creía conocer a s us cm- sino que son tratados, más que a manera de reyes, con "saJarios" que, en los
pl~ados, sus talleres y sus máquinas. Es fácil imaginar las consecuencias E~tados Unidos, lleg~ a l os 80 millopcs de dólares y osci lan entre lo 50
desagradables que puede ocasionar tal convicción cuando llega el momen- mJilones para los pres1dentes generales de las empresas más "prestigiosas"
to de tomar decisiones, de "adm.injstrar", de arbitrar. en resumidas pala- [Le Monde , mayo 7 de1991 ]). Por supuesto que si a cualquier representante
bras, de interpretar en uno u otro sentido lo que sucede en el campo de la del establishment (establecimiento) norteamericano se le pregunta sobre
producción. este aspecto, re~ponderá de manera invariable que estos "grandes líderes"
E l panorama termina siendo, convengamos en eso, un panorama som- son "talentos", "genios", "estrellas" o "números uno", a quienes es conve-
brío e inquJet.anle: fantasmagoría demiúrgica, omnipotencia e inmortali- niente dar una remuneración a la aJlura de lo que son (aunque, de manera
dad, un estatus de dirigente según e l pnncipio del placer y de la organiza- tímida algunos medios norteamericanos comienzan a preocuparse por esto,
ción como objeto gratificante, aoalidad obsesiva, choques y reaüdades trans- como es el caso, por ejemplo, del articulo titulado "Pago a ejecutivos: com-
figuradas, racionalizaciones colectivas autorcforzadas (el famoso "group- pensaciones de altos directivos, algo fuera de control", publicado en Busi-
ihink" sobre el que insiste tanto Janis, 1972). Pero desafortunadamente. ness Week, marzo 30 de J992, p. 52-58).
convengamos también que esto corresponde aJ precio que se ha tenido que Entre más se eleve al dirigente por las nubes- simbólica y material-
pagar por haber dejado que se expandiera este "universo de organizacio- mente- más se relega al empleado al plano de ''insumo''. de "factor de
nes'', que llegó a convertirse en el Occidente industriaJizado. Estas organi- producción",_es decir a la condición de objeto que se puede tallar a gusto
zaciones de Occidente, verdaderos terrenos de poderes absolutos, crearon propio (la ún ica forma para que un presidente general se gane, en período
unos semidioses a los que todo nuestro ·'sistema" (exceptuando taJ vez a de recesión crónica, un salario de 80 millones es a cond ición de que cada
los Escandinavos y a los Alemanes) contribuye a glorificar y deificar todavía año contribuya a engrosar las fiJas de los desempleado con un número cada
más. ¡El resultado es que llegamos literalmente a lo opuesto de la dulce vez mayor). H e ahí una bella contradicción que la administración de la
armonía que los promulgadores de la empresa de "la excelencia" procla- excelencia busca- en vano - resolver desde hace más de una década me-
man y desean con frenesí. N uestras organizaciones son más que nunca uni- diante una pirueta pseudo humanista (Aktouf, 1992) que hace del trabaja-
versos divergentes y polarizados en los que los empleados son, por un lado, dor, por un lado, el objeto necesario para hacer valer al líder campeón,
Ufl! '
•;r;;. objeto de un discurso adulador e hipócrita (el "precioso capital humano fuen- héroe, leyend a viviente, y por el otro e l cómplice comprometido y entusia<;-
te de la calidad total") y por el otro, tratados como fuente de la regulación ta de la empresa de Ja "excelencia", en la que ~e le pide constantemente que
..... indermida de los niveles de ganancias (o de déficits) a corto plazo. haga pmeba de "buena" aculturación a los valores de los que sólo pueden
En oa·as palabras, los "empleados embajadores", así llamados apasio- ser "fijos" (inmortales) porque él, el trabajador, es " variable" (mor-
nadamente por Peters y Waterman (1983), no sólo están, diez años más tal). Este "insumo" (este "recurso humano", como tanto se le llama) no
tarde, lejos de ser tratados como "min istros plenipotenciarios", sino que puede en ningún caso ser admitido al Olimpo de los inmortales, puesto que
además son utilizados, más que nunca, como "carne de ganancias"; casi en sus atributos y existencia se basan e n el estatus de costo variable e inter-
toúos los paises avanzado¡¡, el PIB per cápita, la productividad y la produc- cambiable de dicho recurso humano. No sólo es un simple y vulgar mortal,
ción aumentan (gracias a las nuevas tecnologías) mientras que el desem- casi infrahumano (puesto que está despojado de visión, de concepción , de
pleo y la pobreza golpean más a los trabajadores y los empleados medios. reflexión, de ideas. de saber, de decisión, de (buena) cultura, de (buenos)
E l empleado costo variable (cuya utilización varia de acuerdo a las canti- valores, de credo) sino que además, es una no-persona, una no-existencia,
dades producidas y los resultados fi nru1cieros) es siempre la condición ne- desde el p unto de vista administrativo, puesto que como "costo-recur·so"
cesaria para mantener a los dirigentes como "cos tos fijos" (quienes, no es fo rzosamen te "obj eto d e gestión ", heteronomo y pasivo, o tal vez iner-
solamente no son considerados dentro de los gastos de producción, como el te. Incluso e.<; el que, en estos tiempos de crisis económica, se encuentra
caso de los empleados llamados "mano de obra directa" - lo cual tiene l a más neurálgico que todos los dem ás objetos de gestión: el gerente será con-
ventaja de poder mantener sus posiciones y privilegios a como dé lugar - siderado más "heroico" entre más " racionalice", "reduzca los gastos", "des-

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pida'', "tome decisiones difíciles" '·haga producir" siempre más "con me- organización como pumo de apoyo para mantenerse en estado permanente
nos recursos". Recursos que al mismo Liempo, en la administración de la de héroes super ocupados, llenos de trabajo, es decir. en una palabra, ¡en
excelencia, están convidados a "participar", a contribuir a la innovación, a 1i
estado de no lucidez! Basta con leer descripción de Mintzgerg (1984) ele
la "calidad lotal", a movilizarse en el marco de los derroteros trazados, la<> estas "personas fuera de lo común", que se precipitan de un problema a
estrategias, la visión-misión. la cultura y valores definidos totalmente por o1ro, de un rol a otro. de una decisión a otra, que van de reun ión en reunión,
fuera de los recursos, por los líderes genios todo poderosos. Esta es una para darse cuenta que los gerentes de los que se habla aquí se encuentran en
situación, desde el punto de vista existencial, mucho más insoportable que estado permanente de "agitación browniana", de no lucidez, de no echar
la del empleado, reserva de energía muda del taylorismo con el que se con- para atrás en ningún caso (ver M ilroff y Paucham, 11990], en donde, al
tentaban. hasta entonces, de hacer obedecer, puesto que Jo que ahora se le igual que lo que digo aquí, el "busyness" ha reemplazado al "business").
pide al empleado es que repita, que "j uegue'' a una adhesión y participe Utilizo a sabiendas los términos "no lucidez" puesto que, por un lado, la
haciendo como el loro, aprendiendo a decir "lo que los jefes quieren escu- palabra acuñada por la lengua inglesa, "workabolism", expresa de manera
char", sabiendo que con cualquier cosa que se haga o se diga, "todo se muy pertinente que se trata de un proceso cercano al producido por el uso
decide desde arriba" ... (Linhart, 1991, Ak.LOuf, 1991 a y 1992). Sabiendo de una droga (y por lo tanto la evasiva de sí mismo que representan todas
que la condición de sujeto, de humano como persona, pasa p or la instan- tao; drogas). Por otro lado, es muy conveniente observar cómo se materiali -
cia del yo, en la que debe decir y decirse como " locutor libre", no es difícil zan (se "cosifica", diría Sievers) mediante el apilamiento de carpetas, clasi -
constatar la despersonificación flagrante de que es víctima el empleado. ficadores acuinulados, maletines repletos, teléfonos ocupados, reuniones
De hecho, hasta ahora, la tradición industrial no le ha reservado más que la multiplicadas, los signos concretos de su omnipotencia, de su estatus de
obligación de callarse y de obedecer (en la producción taylor-fordista) o de ''héroe" y de demiurgo. Todo esto, convengamos en ello, ayuda de manera
jugar a ser el tonto que consiente una seudo-participación en Jaque sólo se singular a negar o a sublimar su angustia existencial.
le invita a participar en el detalle más ínfimo (según Margan (1989), el Este es el círculo vicioso destructor : el gerente de la excelencia sólo
87% de los empleados de base de sectores completos de la industria y de puede llegar a ser una suprapersona (héroe, semidiós, inmortal) cuando Jos
los servicios tratan con mayor complejidad e l hecho de desplazarse del do- demás miembros de la organización, en particular los empleados de base,
micilio al trabajo que el hecho mismo de hacer el trabajo). De ahora en son no-personas. Al ig11al que la víctima hace existir al victimario, el colo-
adelante, con los adeptos de la cultura empresarial, compañeros obligados nizado aJ colonizador, la no-persona hace a la supraperson~ El discurso
de la excelencia, el empleado debe sencillamente creer que repetir las "for- de la excelencia pretende, por supuesto, hacer de todos unas suprapersonas.
mas de hablar" que se producen por fuera y por encima de él constituyen su Con el pretexto de aplicar Jos principios que se derivan de este discurso, he
propio discurso. ¡No se trata sólo de una alienación. sino de la obligación visto a gerentes, discípulos de Peters y de Waterman, tratar de convencer a
de jugar a creer que u no ignora que está siendo alienado! (Un autor una recepcionista de que "ella es el miembro más importante de toda la
como R.O. Laing [1970], entre otros, mostró de manera clara los daños empresa puesto que ella es el primer contacto con el cliente" . Este es un
psíquicos causados por las situaciones de colusión y de "doble limitación" discurso que no parece preocuparse por la alarmante inocencia que mani-
en Jas que se invita a "jugar a no ver que se está jugando el juego"). Es, fiesta, ni por las contradicciones que todos los hechos conc retos implican
mejor dicho, a un juego de locos a Jo que invita la administración de la para sus calmantes afirmaciones (diferencias monstruosas de salarios y de
excelencia, ya que la deificación y omnipotencia de los dirigentes héroes privi legios, despidos masivos, trabajo precario, compresiones de todo gé-
r~quiere, para s u prop1a conservac1ón, mantener en estado d e d ependen- nero). Pero el efeclo más dañino de este círculo vicioso es que, para poder
cia e infantilización a los ejércitos de "impotentes", no-individuos, que hacer frente a su propia angustia existencial, el empleado de base, que no se
remiten, debido a su misma impotencia, todos los problemas, decisiones y libra de ninguna manera de la absurda ontología del destino humano, no
asuntos difíciles (estratégicos, críticos, neurálgicos) hacia "arriba". Solo de tiene otra alternativa que. por decirlo de alguna manera. con tribuir a su
esta forma, los miembros de este nivel "superior" pueden servirse de la propia cosificación comp ortándose y haciéndose tratar como objeto.

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Es la única salida a su angustia puesto que la otra salida, la de ser admi tido ¿A dónde nos llevará la administración de la excelencia? Los daños y
al Olimpo de los andaviduos.le está estructuralmente (en el sentido explica- los cosLos humanos que ha generado son bastante considerables (Sprouse,
do antes) prohibada. De esta forma, un "objeto" no se fonnula la pregunta 1992: Aubert y de Gaulejac, 1992) y su fracaso como factor de re.concilia-
del sentido de su destino o del sentido de su muerte; una no-persona no ción, participación conjunta, complicidad entre dirigentes y dirigidos, entre
tiene que vivir las a ngustias de las preguntas metafísicas de una perso- capital y trabajo es rotundo. Pero en lo-; medios administrativos se persiste,
na; el refugao en la condición de objeto, en estas circunstancaa\ es una tabla se mantiene la cabeza debajo de la arena. <.Por qué? ¿Cómo salir de esto? A
dcsalvacaón. f:.sto me contestaron muchos obreros como respuesta a la pre- manera de conclusión qui~acra invitarlos a coos1derar algunas hipótesis.
gunta de sa querían ser ascendidos para convertirse en jefes. "No, porque apertUras e ilustraciones concreta.\ sobre "adminil>traciones diferentes··.
queremos do amar de noche"; no, porque "no queremos vivar con los nervios
de punta todo eltaempo''; no, porque "nos negamos a hacer el trabajo l\Ucio, Conclusión: Finalidades negociadas, acciones liberadas y
por los grandes jefes". E:-to también le comunicaron a Daniclle Linhaat resultados compartidos: la organización como un espacio de
( 1991) c uando algunos, dentro de un contexto de administración por equi- existencia y de palabra
pos, le confesaron. " Nosotros estarnos aquí para trabajar y no para adminis-
trar. Ellos son los que administran" (p.l74). Es bastante significativo constatar, coloquio tras coloquio, que desde
En c uanto a la participación-movilización, las respuestas típicas sor- el momento e n que se aborda la prl.!gunta del cambio de la empresa occi-
prenden por la claridad: "a los que les pagan por eso se las arreglan con los dental desde un ángu lo un poco radical, se escuchan voces tanto perento-
problemas de la e mpresa"; "¡a mi que me dejen en paz, mi trabajo, las rias como escépticas, que llaman a la utopía, al s ueño, al genocidio cu ltural
cinco. y hasta luego!": "De todas formas, hacen como si no escucharan"; disimuladamente manejado por la invasión creciente del "modelo japonés".
"todo está previsto con antelación"; "los verdaderos responsables son inac- De hecho, hoy más que nunca, le empresa y la administración de la exce-
cc~ ibles ... entonces, que no nos pidan nada" (Aktouf, 1986 y 1990). Tales lencia quieren revolucionar sin hace r la revolución. Si no, ¿qué significa
proposicaones provenientes de los obreros abundan en los trabajos de auto- esta alucinante huida hacia lo ritual y lo sambólico que, sin cesar, propone
res que han "visatado" el terreno industrial, desde Simonc Wei l ( 1964) a la ideología de la excelencia? No es otra cosa que el rechazo a ver el pro-
Robert Lanhart (1978), hasta Beynon (1973) y Terkel (1976) o mcluso D. blema de la productivadad (nortearnen cana, en particular) como es real-
Lmhart ( 199 1) y M. Sprouse {1992). Pero. para mi, todos expresan un su- mente: una brecha matenal gagantesca, y que no para de agrandarse, entre
fnmaemo fundamemal: no bay lugar, en la gran mayoría de casos, e n la los dirigentes y los dirigados (por ejemplo, fuera del articulo publicado en
base de la pirámide orgaoizaciooal, para personas que sean traudas y Business Week, citado antes, la revasta Fortune de diciembre 4 de 1989, se
admitidas a actuar como personas. Para colmo, se aprovecha de esto refiere a esto como el "motivational gap" brecha motivacional-, mostran-
para reforzar la idea de que una parte de la humanidad (los empleados de la do cómo en los Estados Unidos, los angresos de los gerente~ aumentaron e n
base) "no está hecha para el re1o" o "no le gusta participar" (Laurin, 1973). un 200% aproximadamente. en los últimos veinte años, mientras que los de
También ha habido, y a(an hay, una corriente (la de Simon 1973 a y b) que los empleados sólo aumentaron e ntre un 20% y un 50 %).
aboga por la "actualización" de la persona del trabajador "fuera de la cm Cuando se sabe que e n los "modelos rivales" (rcnano,japonés), se brinda
presa", puesto que lo que la empresa necesita "es su parte productiva". El una capacitación, fom1ación pcrmnnente, en la empresa, a todos los em-
hombre (no-héroc-dcmiúrgico) busca por fuera de las organizaciones, huir pleados y para ello se dedican en promed io 20 horas al año (contra 2 en los
cada vez más a su despcrsonlficación, para intentar, cueste lo que cueste, Estados U nidos); cuando se sabe que un preside nte general entre cuatro, en
reconstituirse "en otra parte"; Mintzberg da testimonio de esto, de manera Alemania, comenzó su carre ra como obrero; cuando se sabe que eo Japón
sorprende nte, en uno de s us últimos libros (1989). no se bace ningún nombramiento por nepotismo (familiar o político); cuan-
do se sabe que un obrero japonés de 45 años y padre de tres rujos puede
ganarse tres veces el salario de un joven ej ecutivo soltero (con la misma

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ÜMARAKTOLI LA ADMINISfRACIÓN DI LA EXCELENCIA: Of LA OEIFICACIÓN DEL DrRIGENTr: ...

especialización en una de las grandes universidades), uno puede medir parencia, al ejemplo, a la interpelación, a la equidad, a la ética, al sentido
fácilmente la verdadera naturaleza y amplitud de la brecha que separa las del bien común, aJa posibilidad de !~amar constan temen le su conciencia.
administraciones de tipo norteamericano de las de tipo germano-japonés. Esto representa un cambio radical, peor aún, una revolución, puesto que lo
¿Por qué seguir insistiendo sobre lo simbólico culmral, en el apego qui- más difícil del cambio se opera a nivel de la transformación de estatus e
mérico a la organización mediante la búsqueda, tanto mágica como des- identidad, es decir a nivel del trato del empleado como persona y ya no
encarnada, entre el yo y el ideal organizacional? (Pagés y colaboradorc1., como objeto. Para eUo existen varias vias y el primer paso es aceptar bajar-
1979). Seamos claros, siempre se ha tratado de salvaguardar a cual- y
se, simbólica materialmente, del pedestal de suprapersona en el que se
quier precio el statu quo, es decir, cambiar las actitudes y los comporta- encuentra dingiendo a los demás. El segundo es establecer una relación
m•entos de los empleados. sin cambiar nada del orden establecido, del con Jos verdaderos atributos que lanutología atribuye al héroe: rransgreclir,
modo de producción y sobre todo, de la redistribución de las riquezas para el bien de sus semejantes y corriendo el riesgo de perder la vida, los
producidas. tabúes que los simples mortales no pueden transgredir: aceptar con una
El empleado debe continuar siendo tratado como "insumo" y como mente totalmente lúcida, la idea de su muene y hacer demostraciones con-
costo, con la única diferenc1a de que con la excelencia se pone a "golpear- cretas de esto mediante actos efectivamente heroicos; por último al igual
se, a sí mismo como herramienta de producdón y a auto reducirse como que Júpiter disfrazado de Anfitrión, darse cuenta de que para merecer el
costo financiero. La dirección de la excelencia se niega obstinadameme a amor y el apego de los humanos (como Ale mena) es necesario resignarse a
cambiar el costo por la inversión para todo lo relacionado con el empleado, endosar la condición mortal. Pero la administración de la excelencia invita
se niega a formarlo, capacitarlo, valorizarlo, bonificarlo, etc.. algo que es a los dirigentes a una form a de heroísmo muy distinta, y tal vez opuesta,
completarneme diferente, por supuesto, ¡a la lóg1ca de la ganancia máxima centrada e n el individualismo, el culto, heredado de las amalgamas Calvi-
a corto plazo! no-Darwm que ya hemos VISto. Más que nunca. la empresa debe ser una
Se trata de una mano de obra cada vez más angustiada, frustrada, sufri- aventura colectiva y común, en Ja que los jefes tengan tantos, o tal vez
da, sub-capacitada y sometida a un doble disc urso pennanenle. Se trata de más, deberes como derechos, y en particular el de ser Jos garantes de la
Lodo, menos de una mano de obra cómplice, entusiasta y dispuesta a movi- justicia, de la equidad y de la seguridad, en un entorno en el que el lugar de
li7..arse para '·sobrepasar'' los objetivos. Sabe que gracias a las nuevas técni- cada quien está "garantizado" con y ya no "contra" el del otro. Dicho de
cas se produce siempre más teniendo menos necesidad de ella (ver dossier otra forma, se trata de pasar de un universo organizacional en el que predo-
sobre la división del trabajo, Le Monde diplomatique, marzo 1993). Pero minan la analidad obsesiva, el egoísmo, el elitismo, el fantasma de la omni-
donde el zapato aprieta, es que en la mano de obra reside la capacidad de potencia demiúrgica, el orden y el control , a uno muy distinto en el que
innovación y perfeccionamiento permanente (el famoso "Kaizen"), base dominan la oralidad (los círculos de calidad no son más que espacios de
indispensable para el mejoramiento de la relación calidad precio y por Jo palabra multiplicados), el interés por el otro, Ja reciprocidad y simetrla en
tanto, para el éxito y Ja supervivencia de toda empresa hoy en día. También las relaciones, la interpelación de todo tipo, la "bulla", el respeto de cada
se vuelve indispensable pensar realmente en convertir a cada empleado en uno como persona. Creo que así se pueden resumir los fundamentos co-
un cómplice, socio, responsable, comprometido e interesado. Pero para ello munes de los sistemas de administración que mejor funcionan (renano,
se requieren unas condiciones que la admintstración de la excelencia no japonés, escandinavo, quebequés, con empresas como Cascades, Desjar-
puede ver, puesto que son condiciones muy amenazadoras para el statu <lins y muchas otras): el respeto y la satisfacción del empleado y del cliente
quo: los dirigentes, cualquiera que sea el "alto" puesto que ocupen, deben en primer lugar, los dividendos de l accionista vienen después. Serrara
actuar como simples mortales e ntre los mortales. El poder absoluto del que de un giro completo de perspectiva y de lógica al que estamos invitados, y
quieren conservar todos los atributos y los "oropeles" los sitúa en los mis- el resultado es implacable: un empleado y un cliente seguro, satisfecho, y
mos dilemas que Ricardo 11 oLear: si quieren lograr la adhesión de su respetado son las mejores garantías de satisfacción de Jos accionistas y de
personal y la perennidad de las organizaciones, estan condenados a la trans- la longevidad de la empresa.

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ÜMAKAKTOUF LA AoMl.'-IISTRACIÓ~ DF. LA !i.XCELE.NCJA: DE LA DEIFlCAOÓN DEL DIRIGENTE ...

La administración de la excelenc ia tiene todo el interés en dejar de cada uno son un simple y falible mortal, comenzando por el p residente
cólwertir en "vedettes'' a los superhombres dirigentes, para poder propiciar general propietario (Aktouf, 199 L b; Aktou[, Bédard y ChanlaL, 1992;
una a p ropiación colectiva de las organizaciones, mediante una gran repar- Semler, 1993).
tición en la que todos tendrían acceso a los atributos relacionados con el Sin embargo, es conveniente darse cuenta de que no basta con "decre-
estatus de sujeto que puede actuar, pensar, decirse, reflexionar, decidir, ad- tado" o "desearlo" para pasar del fantasma de la inmortalidad a la sabia
ministrar, gerenciar, ejercer su libre albedrío y utilizar su palabra. Todo esto aceptación de 1~ idea de la muerte, ni tampoco con comportarse de confor-
no puede darse en medio de una monstruosa convivencia entre super- midad con Jo que incumbe a tal estatus. A mi manera de ver, sería necesario
hombres e infra-humanos. La tarea más urgente es des-deificar al tl.iri- actuar sobre dos terrenos al momento de hacer el movimiento para que
gente y re-person_ificar al empleado, dentro de un ambiente en el que se nuestros dirigentes, prisioneros de sus fantasmas, recuperen el estatus de
negocien, se comprendan y se acepten las finalidades y las estrategias, ba- simples mmia\es: el terreno de la empresa en sí y eJ de las facultades de
sándose e n una acción cotidiana liberada, descentralizada y auto-organiza- formación de los futuros "jefes". A nivel de la empresa (y Ca."cades y otros
da. La repartición equilibrada, abierta y transparente de los actos adminis- Tcmbec o Jobnsonville-Saussage pueden ser la prueba, ver Aktouf. 1992),
trativos y de los resultados del esfuerzo común, es una condición indiscuti- ningún "patrón·• tiene ya la opción de no darse cuenta que sin Ja coopera-
ble. ción y la ayuda voluntaria activa de cada persona, no puede hacer nada.
Los famosos "propiedad-obligación" y co-admjnistración del "modelo Eslo obliga a_adoptar actitudes y comportamientos más humildes, más re~ ­
renano" y Jos "Wa, Riogi, Ié-Amaé" del "modelo japonés" no son más que, pctuosos con relación al otro, con el fin de obtener la c~laborac~ó~. Esta
en el fondo, formas de yugular las tentaciones de adoptar comportamientos humildad, este respeto, pasa por hechos concretos, matenales, cottd1anos y
demiúrgicos y omnipotentes, haciendo de la empresa un lugar de solidari- vividos. El dirigente acepta (como Bemard Lemaire de Cascadcs o Staycr
dad, de "condición humana" compartida, de autoridad aceptada, sometida de Jonsonville-Saussage) y admite que no sabe tocio, que no puede hacer
a la interpelación, benévola y conferida, encargada sobre todo de velar por todo y que e l último de sus empleados también es u na persona apta para
el respeto de la eq uidad tanto materia l como existe ncial. Creo firmemen- pronunciarse sobre la administración de la organización, au~que sea para
te que esto también explica, completamente, o en gran parte, el éxito y Ja dar "su punto de vista" sobre lo que le hacen hacer. La renunc1a al fantasma
originalidad de las formas adminisLratjvas que se gestaron en Québec, en de la omnipotencia y de la inmortalidad no puede darse mediante un proce-
donde muchas empresas (grandes como Cascarles con un total de 8000 so lógico racional, sino mediante un doloroso trabaj o de "despojamiento"
empleados y 65 sedes en tres conti nentes; o no tan grandes, como una serie de sí mismo, de renuncia a privilegios, a signos relacionados con el estatus
...~de PYMES de regiones típicas como la Beauce o Estrie, o en Brasil, como y otros "oropeles" del cuerpo divino, al igual que los reyes de Shakespeare,
el famoso caso de Semco en donde son Jos empleados quienes e ligen a sus dramáticamente llamados a su humanidad. Volver a ser mortal entre los
jefes) están teniendo éxito con u na administración más de convivencia, de mortales, para nuestros jefes de las organizaciones, implica ante todo re-
"reunión", con complicidad, repartición y transparencia en torno a todo lo nunciar a cosas concretas y materiales; renunciar a las informaciones ex-
que conforma la vida organiz.acional. Un cierto resurgimiento de los valo- clusivas, al secreto, a los privilegios exclusivos, al lujo injustificado, a los
res arisrotelo-thorrúslas parece de hecho relegar a un segundo plano el indi- ~alarios escandalosos, a las primas indebidas, a las ventajas múltiples, al
vidualismo y la omnipotencia mística del "empresario". Se constata que monopolio de las decisiones. De esta forma es como los Ricardo II, l~s
en los actos cotidianos (puertas abiertas, acceso a los altos d irigentes para Lear y los 1-lenry V logran soportar el insoportable d ilema de la "geme!J-
quien lo quiera y cuando lo quie ra, escuc ha sistemática, cuestionamiento d<td" de su cuerpo: el despojo, doloroso, ele los atributos externos vmcu la-
y autocríticas de los '·jefes" en la medida de lo necesario, repartición, dos al "cuerpo real" y la combinación "readiness-ripeness" 1igada ~la ~ea­
transparencia), la organización se convierte en un espacio d e cabida para Jización de imprescriptibles deberes que acompañan a todo podC:r s1 qu1~re
la palabra concedida a todos. Se convierte también en un lugar de apro- mantene rse legítimo y no destructor. Esto significa un a garantta de~ b1en
piación vivido y actuado sobre un modelo comunitario, donde todos y común y de la justicia, es decir, ¡estar re vestido de una aparente, Y fugaz,

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ÜMAR AKTOUF LA ADMINISTRACIÓN DE LA EXCELENCIA: DE LA DEIFICACIÓN DEL DIRIGENTE ...

trascendencia respecto a los mortales sólo para estar a un mejor servi- Aktouf, O. (1990). "Le symbolisme et la culture d'entreprise -Des abus
cio'f)e estos mismos! El dilema de los reyes golpeados por el destino de conceptuels aux lecons du terrain ", pans J.-F.- Chanlat (éd.) L'individu
Shakespeare sólo se logra superar a este precio: el doble cuerpo sólo se dans l'organisation, les dimensions oúbliées, Québec-PAris: PUL-ESKA,
puede vivir humanamente cuando el cuerpo real se pone al servicio de la p. 553-558.
juslicia y de la armonía entre Jos mortales, a los que debe dar cuenta cons- Aktóuf, O. (1991 a). "Parole, productivilé et travail: une étude de cas et une
tantemente (¡Haro! y Curia Regis), aún cotTiendo el riesgo de su propia perspective comparée", Actes du 3° Colloque en communication organisatio-
negación. nelle, Départament de commurtication, Université de Montréal, p. 9-27.
Por otro lado, a nivel de las facultades de administración, ya es hora de Aktouf, O. (1991 b). "Adhesion et pouvoir partagés: le cas Ca<>cades", Gé-
que dejemos estos c ultos increíbles y la glorificación del dirigente, el em- rer et Comprendre, Annales des Mines, no 23, p. 44-57.
presario, el líder, etc., quien es presentado (en la tradición anglo-americana Aktouf, O. (1992). "Management and Tbeories of Organizations in the
a la que hicimos referencia antes) como un individuo excepcional, muy 1990s: Toward a Critica! Radical Humanism?", Academy of Manage-
por encima del común de los mortales. Eso vimos con el ejemplo de Hart- ment Review, Vol. 17, N° 3, p. 407-431.
wich (podríamos agregar otras tantas universidades, prestigiosas o modes- Aktouf, O., R. Bédard et A. Chanlat (1992). "Management, éthique catho-
tas) en donde, por sobredosis de "método de estudio de casos", se hace que lique et esprit du capitalisme: l'exemple québécois", Sociologie du tra-
cada día (durante dos años en los programas de Master en Administración vail, N° l, p. 83-99.
de Empresas), o tal vez varias veces al día, los futuros dirigentes se las den Aube1t, N. et V. de Gaulejac (1992). Le coCa de l'excellence, París: Seuil.
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los atributos, las cualidades, los dones, los derechos, etc. del dirigente son septembre.
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