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ELEMENTAL, WATSON
Lecturas iniciales
• El suicidio perfecto
• Comprensión lectora
PÁGINAS DE TEORÍA
• El relato policial
• El policial clásico o de enigma
• El policial de suspenso
• El policial negro
MEDIOS
• La crónica periodística
Lengua
• Lenguajes especializados
SUICIDIO PERFECTO
• Hablar difícil
• Textos para muchos vs. textos Abelardo Marcón tenía full de reyes, an y desaparecían por los corredores
para pocos pero tuvo que suspender la partida como fantasmas de entrecasa.
• Oraciones bimembres y porque lo llamaban por teléfono. Era
unimembres. Verbos su tío Osiris: ''Venite para el rancho. "Ahora mismo", le había dicho, y
impersonales Sí, ahora mismo. Te necesito". Su voz Abelardo Marcón trepó a su automó-
NORMATIVA sonó más trémula y atiplada que vil, malhumorado, pensando que,
• Otra vuelta de B o V nunca. Seguramente, pensó Abelar- como otras veces, quizá también
do, le habría dado un nuevo ataque, ahora fuese una falsa alarma. Aun-
una de esas crisis que lo hacían tem-
Taller de escritura que tampoco debía ser tan pesimis-
blar como una gelatina pero que no ta... El llamado había sido hecho con
• Narración y descripción.
acababan de matarlo, no, ¡qué lo iban una urgencia tal y a hora tan des-
Uso de tiempos verbales a matar! Estos viejos duran una eter- acostumbrada (las 11 de la noche)
nidad, máxime si como en este caso que cabía suponer que el tío estuvie-
Integración constituyen el único obstáculo entre se nomás con un pie en el féretro.
TÉCNICAS DE ESTUDIO una tremenda fortuna y un sobrino Abelardo se relamía porque había
• Bxxxxxa impaciente. visto el testamento (el tío, inocente,
El rancho era en realidad una man- se lo mostró antes de enviárselo al
sión sibarítica, rodeada de jardines abogado) y se veía ya convertido en
en que ondulaban cuidados senderos un gentleman de verdad, de los que
de grava y de estanques con plantas tienen yate, bóveda y caballos de ca-
acuáticas y peces de colores. Ermita- rrera, y de los que toman el candeal
ño y silencioso, allí vivía el viejo Osiris en la cama. Sonrió. Las ilusiones y
los interminables años de su vejez, ciertos recuerdos aventaron su mal-
entre raudos sirvientes que aparecí- humor...
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La cuestión de la tía Gervasia, sin ir A las 11 y media Abelardo detuvo su ronroneo de un motor alejándose.
más lejos. Aquello había sido tomado coche ante la puerta de la residencia Solo entonces Osiris tuvo la certeza
como un accidente y la policía ni si- de su tío Osiris. de encontrarse completamente a so-
quiera entró en averiguaciones que las. Había ordenado las cosas de ma-
no fueran las de rutina. La vieja ama- nera que esa noche no quedase na-
neció muerta y el médico de la casa, ***
die en su rancho, nadie excepto él y
un tal Espíndola, diagnosticó infarto y este era el momento. Eran las 11
no se habló más del asunto. Abelar- —¿Algo más, señor? menos cinco de una fea nochecita de
do hizo desaparecer el frasquito de otoño en que los relámpagos golpea-
las grageas azules, se puso luto y llo- —Nada más por hoy, Gastón, gracias.
ban las ventanas como latigazos.
ró a más no poder. Era un escollo —¿Apago la luz, señor?
Fue entonces cuando el viejo tomó el
menos en su marcha hacia la heren- —No, Gastón, deje. Voy a leer un poco teléfono que tenía junto a la cama y
cia, pensó entonces, puesto que la antes de dormir. llamó a su sobrino. Su vocecita ape-
tía, que era fuerte como un roble, ya
—Buenas noches, señor. nas había rasgado la bruñida super-
no contaba.
ficie del silencio. "Te necesito". Y el
Aún ahora, a varios meses de su —Buenas noches, Gastón.
sobrino: "Bien. Iré en seguida". Cal-
muerte, Abelardo se sentía orgulloso Desde la amplia llanura de su lecho, culó que no llegaría antes de veinte
de su obra y solapadamente se burla- el viejito vio desaparecer al sirviente minutos. Entonces hizo otras dos
ba y se atusaba el bigotito cuando al- tras la puerta del dormitorio. Luego llamadas.
guien, en la biblioteca del club, se re- escuchó su siseante marcha a través
—¿Hola, doctor? ¿Viene usted a apli-
fería a la imposibilidad de cometer el de la escalera y en seguida el rítmico
crimen perfecto. "Un crimen perfecto taconear a través del gran salón de carme la inyección? ¿Sí? Bien, doc-
no lo puede cometer un criminal, pero la planta baja. Después el chasqui- tor. Lo espero. Estaré con mi sobrino.
sí un hombre honesto", deducía él. do de las cerraduras y más tarde el Y de inmediato la otra.
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—¿Gastón? Oh, es una suerte que ya nado, y luego, calmosamente, son-
haya llegado. Lamentablemente olvi- riendo casi, con beatífica serenidad,
dé darle una carta que debe poner en se hundió la hoja en el vientre e hizo
el correo. Haga el favor de venir por un tajo a través.
ella. Sí, eso es, la encontrará en un
"Por lo menos no moriré de cáncer",
cajón de mi escritorio.
ironizó, y como en arenas movedi-
Al colgar el tubo, el viejo tropezó con zas, fue hundiéndose en una dulce
el retrato de su mujer. Hacía exacta- modorra.
mente cinco meses y catorce días
que Gervasia se había marchado
para siempre. Desde el retrato ella le ***
sonreía... Osiris se dijo que a partir
de entonces había empeorado bas-
—Estoy cansado, amigo de tener que
tante. Ya no podía mover la pierna ni
soportar historias absurdas con pre-
el brazo, y a veces hasta le costaba
tensión de coartadas y razonamien-
articular palabras. Su mal se afian-
tos reñidos con la lógica o, más bien,
zaba poco a poco y aunque Espíndola
sustentados en una lógica infantil...
lo negase ("la ética profesional lo
Es mi oficio, claro, pero créame, igual
convierte en un tonto, querido Espín-
uno termina por aburrirse de tanta
dola") él sabía que a breve plazo, un
bobada que oye. Los criminales de
mes a lo sumo, ya no podría dejar la
hoy, como los argumentistas de cine,
cama. Sosteniendo el retrato entre
ya no tienen qué decir... ¿y uno está
sus manos huesudas, jadeó unas
obligado a soportarlos? ¿Por qué?
palabras:
El inspector Bernardo Tórtora había
—Gervasia... Con tu último aliento terminado de leer la carta que Gas-
me has confiado el más terrible se- tón retiró la noche anterior del escri-
creto... Ahora mi espíritu rebosa de torio de su patrón. Estaba dirigida a
venganza... No, no; tal como te lo un detective privado y en ella Osiris
he prometido a nadie revelaré la pedía informes sobre la vida de Abe-
causa de tu muerte... Aquella no- lardo Marcón, "pues presumo —de-
che... Abelardo... Aquellos comprimi- cía— que es un libertino de la peor
dos... —La boca del viejo se abrió calaña, cosa que deseo confirmar".
como una desesperada trampa de
oxígeno—. Tu secreto morirá conmi- —Cuando llegué a la casa encontré
go, Gervasia, pero juntos haremos al doctor Espíndola, que habitual-
justicia... mente aplicaba inyecciones al señor,
llamando por teléfono a la policía
Osiris hurgó debajo de la almohada —había declarado el sirviente.
hasta dar con un fino estilete, una
obra de arte en marfil labrado y ace- —Y cuando poco antes llegué yo
ro que había comprado en la India, —explicó el médico—, el sobrino sa-
muchísimos años atrás, y que era el lía precipitadamente de ella.
orgullo de su colección. (Hasta Abe- Abelardo no hizo más que argumen-
lardo, a quien nada importaban es- tar tonterías cuando el inspector
tas cosas, se sintió atraído por su Tórtora lo interrogó en su oficina del
belleza la vez que el tío insistió en destacamento.
mostrárselo.)
—En efecto —dijo, y el inspector se
Rezó un instante, aunque estaba atoró con el cigarrillo, tosió y lloró
persuadido de que no sería perdo- sin ganas—; salía de la casa para ir
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a la seccional y hacer a mi vez la — Yo no he sido.
denuncia.
Tórtora se revolvió en su asiento.
No era una buena coartada, eviden-
—¿No? ¿y quién? Usted es la única
temente, y menos para despistar a
persona en la tierra que tenía interés
un sabueso como él, con veintitantos
en que el tío pasara a mejor vida...
años de repartición y, como alardea-
Además, aparte del tío mismo, no
ba con sus subordinados, capaz de
había nadie más que usted en ese lu-
descubrir al culpable con solo sentir-
gar a la hora de la puñalada.
le el olor. Cuando paró de reírse hizo
entrar al doctor Espíndola. —¡Yo llegué después! —exclamó
—Cuando usted entró al dormitorio, Abelardo—. Uno segundos antes que
¿qué vio? —A Osiris en su cama, el médico.
muerto. Todavía no había —Vamos... De acuerdo con lo que
coagulado la sangre de su vientre. está diciendo, la única hipótesis
aceptable sería entonces la del sui-
—Habría muerto hacía un instante.
cidio... Pero nadie se suicida un ra-
—Eso es; no más de cinco minutos. tito después de llamar al doctor
El inspector volvió a encararse con para que le cure las nanas... Y por
Abelardo. otra parte, ¡eso de hacerse el hara-
kiri...!
— Ya lo ve... Reconozca que el error
del viejo fue avisarle lo del testamen- Se abrió la puerta y entró un oficial.
to... El dinero es una fiebre de la ju- Traía un sobre y dentro de él el estile-
ventud, como el sarampión, y usted te de marfil y acero y un informe del
sucumbió a ella. Eso es todo. laboratorio. Bernardo Tórtora lo leyó
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dos veces y luego sonrió maliciosa- El inspector lo volvió a la realidad con
mente, levantó la vista y escrutó las una burla.
facciones de Abelardo, que temblaba —Qué... ¿Tiene alguna otra coartada?
088_01_41027
como si ahora a él le hubiera dado
una crisis. Abelardo no pudo evitar sentir un
Foto autor cierto desprecio por su sagacidad y
—Aquí me dicen que en el puñal es- unas ganas locas de refregarle por
Ver Laura si se
tán sus impresiones digitales —dijo la nariz todo cuanto el tío había esta-
consigue esta foto
por fin con voz pausada. do callando durante cinco meses y
Abelardo Marcón sintió un frío reco- catorce días. Prefirió callar. Se pre-
rrerle la espalda y un estremeci- guntó, en cambio, cómo el viejo ha-
miento y en seguida una ola de fuego bría descubierto su maniobra, lo de
subirle a la cabeza. Recordó de pron- Gervasia, puesto que lo habría des-
to con cuánta solicitud, días atrás, el cubierto para concebir tan sutil ven-
P
tío le había enseñado el arma y había ganza. Y no halló respuestas.
Norberto Firpo
insistido en que la tuviera en sus ma- Bernardo Tórtora se echó encima su
Nació enxxxxxxx.
nos. "Fíjate, fíjate el peso" , le había perramus, tocó un timbre y apareció
Sus obras más importantes son “xxxxx”. dicho. Y recordó también que la em- un agente.
H puñadura estaba ligeramente untada
en una sustancia pringosa y que lue- —Lléveselo, Farías —dijo—. Mañana
go, cuidadosamente, el viejo la había la seguimos...
envuelto en un pañuelo. Fue enton- En suma: desde aquella partida sus-
ces, esa vez, cuando estampó sus pendida, ya no hubo más póker para
impresiones. Abelardo Marcón.
Norberto FIRPO
Si bien durante la década del ’30 del funden y valoran este tipo de literatu- (Londres), sino también el modelo del
siglo pasado, el público argentino ra. Por ejemplo, Jorge Luis Borges y detective tradicional (parecido a Sher-
recibía con agrado la llegada de los Adolfo Bioy Casares fundan y dirigen lock Holmes). Gracias al concurso
relatos policiales, la producción de en 1944 la colección de relatos poli- empezaron a surgir detectives con ca-
autores nacionales era bastante es- ciales, “El Séptimo Círculo” de la edi- racterísticas más autóctonas, en es-
casa y aislada. De esta época, vale torial Emecé. Esta colección logra un cenarios reconocibles. Entre los auto-
destacar Enrique Anderson Imbert gran éxito y ayuda a difundir la litera- res que publicaron allí, podemos
y a Leonardo Castellani como auto- tura policial, fundamentalmente, mencionar: Rodolfo Walsh, Adolfo Pé-
res dedicados al género en ese mo- porque está dirigida por dos escrito-
rez Zelaschi, Manuel Peyrou, Velmiro
mento. res muy reconocidos.
Ayala Gauna, María Angélica Bosco,
La época de esplendor de la literatu- Por esos años también se publica en Syria Poletti y Norberto Firpo.
ra policial argentina se ubica entre el país una revista llamada “Vea y
Como vemos, el autor de “El suicidio
los años ’40 y ’50. Durante este perí- Lea”, la cual organizó tres concursos
odo el público lector de policiales se de cuentos policiales. Una de las cláu- perfecto” participó de este período
amplía en nuestro país pues incorpo- sulas del concurso establecía que la de auge del policial en la Argentina y
ra a un importante sector de la clase acción de los cuentos debía desarro- publicó algunos de sus cuentos en la
media. Además, este género empie- llarse dentro del territorio nacional revista “Vea y Lea”. Sin embargo, el
za a tener una mayor consideración e argentino. Esto marcó mucho la pro- cuento que elegimos aquí apareció
interés por parte de la crítica y de los ducción de la literatura policial en por primera vez en Tiempo de puña-
intelectuales. Esto se debe, en gran nuestro país, pues no solo cambió los les, un libro que publicó junto con el
parte, a que prestigiosos autores di- escenarios típicos de los policiales escritor Horacio Martínez, en 1964.
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05
Comprensión lectora
3. ¿En cuántas partes se divide el texto? ¿Qué personajes aparecen en cada una
y en qué lugares transcurre la historia en cada caso?
4. La narración de los hechos se presenta desordenada, pues no se cuentan en
el orden en que fueron ocurriendo. Escribir la sucesión de hechos en forma
cronológica.
5. ¿Qué relación tienen Abelardo Marcón y Osiris? ¿Qué delito comete Abelar-
do? ¿Cómo? ¿Por qué?
6. Osiris planea inteligentemente su venganza. ¿Qué acciones lleva a cabo para
lograr su objetivo?
7. ¿Qué otros personajes aparecen en el cuento y qué función cumple cada uno
en el plan de Osiris?
8. ¿Qué indicios, declaraciones y pruebas permiten acusar a Abelardo?
9. ¿Por qué podemos decir que Osiris es al mismo tiempo la víctima y el verdu-
go de Marcón?
10. Explicar el título de este cuento.
11. Reescribir de manera resumida la primera parte del cuento con un na-
rrador de tipo protagonista; en este caso el narrador será Abelardo.
12. Reescribir la segunda parte, también en una versión resumida pero cam-
biando nuevamente el tipo de narrador por uno que sea protagonista; en
este caso, Osiris.
13. ¿Qué versión del cuento te gusta más? ¿La original, que tiene narrador
omnisciente en tercera persona o la tuya con narradores protagonistas?
Justificar tu respuesta.
EXTRANJERISMOS
En el cuento que leíste aparecen algunos extranjerismos, do) y préstamo (cuando se lo modifica de alguna manera). Por
como “gentleman”, “full”, “póker”, “hara-kiri”, “perramus”. ejemplo, la palabra “camping” es un extranjerismo puro y la
En algunas ocasiones es necesario recurrir al uso de alguna palabra “fútbol” es un préstamo pues ha sido adaptado a la fo-
palabra de otra lengua sin traducirla, sobre todo cuando se nética y escritura del español y sometido a la regla de tildación
aparecen nuevas tecnologías o conceptos. correspondiente.
En algunos casos, la palabra permanece igual que en su len- Es importante aclarar que lo deseable es utilizar extranjeris-
gua original; en otros se la adapta, según las reglas y la pro- mos solo en los casos en que no exista un equivalente en la
nunciación de la lengua adoptante. Por eso se distingue entre propia lengua.
extranjerismo puro (cuando no se adapta el término adopta-
1. Determinar qué tipo de extranjerismos 2. Listar extranjerismos de uso corriente 3. ¿Es siempre necesario recurrir a
son los que aparecen en el cuento (puros o en nuestra lengua. esos extranjerismos que listaste? En
préstamos). Justificar. caso de no ser necesario, ¿con qué
palabra española podrías referirte a
lo mismo? ¿Qué opinás del uso de ex-
tranjerismos?
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05 PÁGINAS DE TEORÍA
El relato policial
Detectives o policías, delicuentes ocultos, delitos encubiertos y
muchas pistas falsas son algunos de los elementos que surgen en
nuestra mente cuando pensamos en este tipo de relatos.
P
El policial negro
En estos relatos el detective no descifra solamente los misterios de la
trama, sino que encuentra y descubre a cada paso las relaciones so-
ciales que existen en el mundo del crimen: la corrupción, el poder
político y económico vinculado al delito, las relaciones mafiosas, etc.
1. Escribir un texto comparando el policial 3. ¿Dentro de qué tipo de relato policial 5. ¿Qué tipo de detective es Bernardo
clásico con el policial negro. Utilizar las si- ubicarías este cuento? Justificar. Tórtora, según la caracterización
guientes expresiones: en cambio, por el 4. El enigma de este cuento no es el típico. presentada en estas páginas? ¿Por
contrario y a diferencia de. ¿Qué incógnita funciona como enigma en qué se equivoca?
2. Identificar en “El suicidio perfecto” los este caso?
componentes básicos de todo relato poli-
cial: delito cometido, criminal, motivo, víc-
tima, detective.
91
05 MEDIOS
La crónica periodística
No todo lo que se escribe en los diarios y periódicos corresponde al
mismo género. Se pueden encontrar muy habitualmente noticias
pero también existen otros tipos, como la crónica.
P
92
MEDIOS 05
SOCIEDAD
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05 OTRA VUELTA DE TEXTOS
La cuestión del “crimen perfecto” siempre fue una preocupación para los autores del género policial. El escri-
tor Ricardo Piglia manifiesta al respecto: "El crimen perfecto es la utopía del género policial pero es también
su negación. Un crimen tan bien ejecutado que jamás se descubre es el horizonte al que aspiran los textos (o
sus lectores) y, sin embargo, sabemos que esa expectativa será fatal y resignadamente, frustrada".
Es muy interesante la lista de las soluciones que los autores del policial han inventado para resolver todos los
casos, aun los que parecen no tener solución. El texto y los lectores buscan el crimen perfecto pero, a pesar
de este deseo, siempre se halla una solución. Esto ocurre porque el crimen perfecto es invisible y por lo tan-
to no se lo puede reconstruir. Sus huellas no llevan a ningún lado y de esta manera no podría existir el rela-
to y mucho menos, la literatura policial. Como otra explicación a este fenómeno, Piglia afirma: “…el género
viene a resolver un conflicto que la sociedad no puede resolver porque siempre habrá crímenes sin solución".
Para seguir pensando este tema, es interesante la lectura del siguiente fragmento de la novela Crímenes
imperceptibles del escritor argentino Guillermo Martínez.
Salimos por Cornmarket Street y le señalé a Seldom un suficiente paciencia podía ser puesto al descubierto.
afiche en una de las carteleras comunales que ya había Ninguna de las alternativas que analiza lo convencen: ha-
visto antes en la entrada de la Biblioteca Bodleiana: era cerla matar por otro, simular un suicidio o un accidente,
el anuncio de una mesa redonda en la que participaran el etc. Llega entonces a la conclusión de que debe propor-
inspector Petersen y un autor local de novelas policiales: cionarle a la policía otro culpable, uno que sea obvio e
¿Existe el crimen perfecto? El título de la charla hizo de- inmediato y que cierre la investigación. El crimen perfec-
tener a Seldom un instante. (…) to, escribe, no es el que queda sin resolver sino el que se
resuelve con un culpable equivocado.
—Crímenes perfectos... Hay un libro con ese mismo títu-
lo que yo consulté cuando trataba de establecer las ana- —¿Y la mata finalmente?
logías de la lógica con la investigación criminal. El libro
—Oh no, ella lo mata a él. Descubre una noche el diario, tie-
pasaba revista a decenas de casos nunca resueltos. El
nen una pelea terrible, ella se defiende con un cuchillo de
más interesante, para lo que buscaba, era el de un médi-
cocina y logra herirlo mortalmente. Al menos esto es lo que
co, Howard Green, que llegó a la formulación para mí
le cuenta al tribunal. El jurado, horrorizado por la lectura
más precisa del problema. Quería matar a su esposa y
del diario y las fotos de los hematomas de su cara, dictami-
escribió un diario minucioso, verdaderamente científico,
na que el homicidio fue en defensa propia y la declara
sobre todas las posibles ramificaciones adversas. No di-
inocente. Es por ella en realidad que el crimen figura en
fícil, concluía él, matarla de una manera en que la policía
el libro: muchos años después de muerta unos estudiantes
no pudiera culpar definitivamente a nadie. Proponía ca-
de grafología demostraron que la letra en el cuaderno del
torce formas diferentes, algunas realmente ingeniosas.
Dr. Green era una imitación casi perfecta, pero sin duda no
Lo que era mucho más difícil era librarse a sí mismo
pertenecía a el. Y descubrieron también este pequeño deta-
para siempre de cualquier sospecha. El peligro principal
lle fascinante: el hombre con el que se casó ella discreta-
para el criminal, sostenía, no era la investigación que pu-
mente poco después era un copista de ilustraciones y obras
diera hacerse de los hechos hacia atrás —eso podía
antiguas de arte. Me gustaría saber quién de los dos fue en
siempre solucionarse borrando o confundiendo rastros
todo caso el que redactó el diario: es una impostación ma-
con una preparación suficiente del crimen— sino las
gistral del estilo científico. Fueron increíblemente audaces
trampas sucesivas que podían tenderle hacia adelante.
porque el diario, que se leyó durante el juicio, decía y reve-
La verdad, escribió en términos casi matemáticos, es fé-
laba línea por línea lo que ellos habían hecho. Mentir con la
rreamente única: cualquier apartamiento de la verdad es
verdad con todas las cartas sobre la mesa, como un acto
siempre refutable. Él sabría en cada interrogatorio lo que
de ilusionismo con las manos desnudas...
había hecho y cada coartada en la que pensaba tenía
Crímenes imperceptibles (fragmento)
inevitablemente un elemento de falsedad que con la Guillermo MARTÍNEZ
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05
Este texto es un clásico de la literatura policial, pero nunca está de más refrescarlo, habida cuenta de la
vitalidad del género, que anualmente cuenta con numerosos escritores y lectores. Fue publicado por S.S.
Van Dine en The American Magazine, en septiembre de 1928.
El relato policial es una especie de juego intelectual Es más, llega a ser un acontecimiento deportivo. Y
para escribir historias policíacas hay unas leyes muy definidas, quizá no escritas, pero obligatorias; y
cualquier maquinador de misterios literarios que se precie trabaja sobre esta base. Lo que aquí sigue es
una especie de credo, basado en parte en la práctica de todos los grandes escritores de historias policial,
y en parte en los impulsos de la honrada conciencia del autor. Presentamos algunas de las reglas a modo
de ejemplo:
• El lector y el detective deben tener las mismas oportunida- • Debe haber un único detective. Reunir los talentos de tres
des para solucionar el problema. Todas las pistas deben o cuatro policías para la caza al bandido sería no solamente
enunciarse y describirse con todo detalle. dispersar el interés y perturbar la claridad del razonamien-
to, también tomar una ventaja injusta sobre el lector.
• El autor no debe emplear frente al lector trucos distintos de
los que el propio culpable emplea frente al detective. • El culpable debe ser una persona que desempeña un papel
más o menos importante en la historia, es decir, algún perso-
• La verdadera novela policíaca está absenta de cualquier in-
naje que el lector conozca y que interese. Acusar del crimen,
triga amorosa. El amor sería, en efecto, distraer la atención
en el último capítulo, a un personaje que acaba de ser presen-
del lector sobre el mecanismo del problema puramente inte-
tado o que desempeñó en la trama un papel poco importante,
lectual.
sería por parte del autor, reconocer su incapacidad de medir-
• El culpable nunca debe descubrirse bajo la presión del pro- se con el lector.
pio detective ni de ningún miembro cualquiera de la policía.
• El autor nunca debe elegir al criminal entre el personal do-
• Descubrir al culpable debe venir determinado por una con- méstico, como criados, crupieres, cocineros u otros. Sería una
secuencia de deducciones lógicas y no por casualidad, por ac- solución demasiado fácil.
cidente, o por confesión espontánea.
• Debe haber un único culpable, sin tener en cuenta el núme-
• En toda novela policíaca es necesario, por definición, a un ro de crímenes cometidos.
policía. Ahora bien, este policía debe hacer su trabajo y debe
• Las sociedades secretas, mafias, sectas… no tienen lugar
hacerlo bien. Su tarea consiste en reunir las pistas que le con-
en la novela policial. Hay que distinguir la novela de aventuras
ducirán hasta el culpable. Si el detective no llega a una con-
o la novela de espías de la novela policial.
clusión satisfactoria por el análisis de las pistas que reunió,
no solucionará el problema. • La solución al enigma debe aparecer de forma clara pero
ambigua durante la trama. Quiero decir que, si el lector relee
• Una novela policíaca sin cadáver, no existe. Hacer leer tres-
el libro una vez solucionado el enigma, verá que, de algún
cientas páginas sin ofrecer un asesinato sería mostrarse de-
modo, la solución saltaba a los ojos desde el principio, que to-
masiado exigente frente a un lector de novela policíaca.
das las pistas permitían desvelar la identidad del culpable.
1. Explicar con tus palabras las siguientes ideas de Ho- 2. Determinar qué objetivo persigue Howard Green y por
ward Green: qué desiste de llevarlo a cabo.
• El crimen perfecto no es el que queda sin resolver sino el 3. ¿Por qué podemos decir que la Sra. Green sí llevo a
que se resuelve con un culpable equivocado. cabo el crimen perfecto? ¿Cómo lo logró?
• El peligro principal para el criminal no es la investigación 4. ¿Cuál es el “crimen perfecto” que logra realizar el tío
que puede hacerse de los hechos hacia atrás sino las tram- Osiris en el cuento de Norberto Firpo, “El suicidio per-
pas sucesivas que pueden tender hacia adelante. fecto”?
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05 LENGUA
Lenguajes especializados
Las distintas situaciones comunicativas influyen en la forma de los
mensajes. Dentro de las situaciones comunicativas, obviamente, es-
tán los participantes. Algunas veces, los participantes pertenecen a
profesiones u oficios muy especializados.
Observen con atención los siguientes textos:
CLARIBIOTIC 500
COMPRIMIDOS
SUPLEMENTO CASH
96
LENGUA 05
Hablar difícil
Como se explicó anteriormente, es habitual que los participantes de
las conversaciones estén vinculados o ejerzan ciertas profesiones. En
esas profesiones, muchas veces se utilizan términos muy específicos
(conceptos científicos, por ejemplo) que no todos podemos entender.
Claro que estos registros se utilizan entre pares, es decir, entre espe- Foto de dos médicos
cialistas con una misma formación y/o ocupación. hablando o fotos de caji-
tas y prospectos de me-
En algunos casos, sucede que estos registros funcionan a la manera dicamentos.
de los sociolectos, estableciendo identidades comunes y excluyendo SIRVE ESTA FOTO?
posibles interlocutores. El caso de los suplementos económicos de los
diarios, muchas veces, es un ejemplo de este proceso: se trata de ar-
tículos “para todos” que no todos podemos comprender. Si nos sen-
timos interesados en un tema, en seguida lo abandonamos porque
percibimos que hace falta “saber más” para entenderlos. También
este fenómeno sucede a menudo con los registros vinculados al mun-
do de la medicina. (explicaciones de médico a paciente, prospectos
de medicamentos, informes de estudios, etc.)
1. De los textos del comienzo ¿cuáles están 3. Encuesta sociolingüística: • Comparar los resultados con los de
dirigidos al “gran público” y cuáles están • Entrevistar a por lo menos cinco profesio- tus compañeros. ¿Hay coincidencias?
destinados a “colegas”? ¿Son adecuados nales. Pedirles que elijan y definan por lo ¿En qué difieren las respuestas?
para el “gran público? ¿Por qué? menos tres conceptos propios de su activi- • Elaborar en grupo un informe utili-
2. ¿En qué situaciones comunicativas sentís dad. Pueden grabar, tomar nota o pedir las zando los datos que obtuvieron de las
que se utiliza un registro especializado? respuestas por escrito. encuestas.
Pueden ser situaciones orales o escritas.
97
05 LENGUA
A B
P.N.V.
S.S. Adverbial S.S. P.N.V.Adverbial
98
LENGUA 05
Es importante distinguir que existen oraciones bimembres con verbo
o sin verbo conjugado. Cuando analizamos una oración uni-
membre, la encerramos entre corche-
Además, existen oraciones cuyos constituyentes no pueden dividirse tes y le colocamos O.U
en dos partes.
Si las oraciones que pueden analizarse es porque se llaman bimem-
bres.
Ejemplos:
Nevó toda la noche. Hacía mucho frío.
Un viento enfurecido entre los árboles.
Dos de estos ejemplos tienen verbo y el otro, no. Sin embargo, las
tres son oraciones unimembres.
¿Cómo puede ser si antes dijimos que todos los verbos tenían perso-
na? ¿Esa persona no es el sujeto?
Hay algunas formas verbales y algunos tipos de acciones que no tie-
nen ningún sujeto posible: ¿quién puede ser el actor de llueve? En
todo caso, somos víctimas –mojadas— de la lluvia. Si no, probemos
conjugar el verbo llover o nevar: ¿yo lluevo?
1. ¿Verdadero o falso? Las oraciones con verbo copulativo puede El jardín estaba lleno de yuyos.
transformarse en unimenbres El antiguo esplendor resultaba difícil
Las oraciones con sujeto tácito son unimembres
Las construcciones sustantivas forman oracio- 2. Convertir las oraciones bimembres en de imaginar
nes unimembres unimembres y viceversa. Hacía calor.
Las oraciones con predicado no verbal son bi- Las puertas, rotas y despintadas. Teníamos mucho trabajo por delante.
membres Los techos, descascarados.
Las oraciones con verbo copulativo son uni- Había muchas reparaciones pendientes.
membres
99
05 NORMATIVA
11. El pretérito imperfecto de los verbos 12. Todas las palabras que derivan de
que en infinitivo terminan en –ir vivo
15. Después de cu-, ta- o tur- 16. Después de ol- y de lla, lle, llo, llu.
19. Los prefijos ab-, ob-, sub- 20. Después del prefijo ad-
2. Memo-test
Unir con flechas cada palabra con la regla que explica el uso de B o V. Es- N° de regla Ejemplo
tudiar las de este capítulo y repasar las del capítulo 4. ¡No vale mirar!
1 escribían
3. Completar con la tildes que faltan, las B y las V
2 omnívoro
• Ser ir la cena antes de las nue e es casi imposi le.
Ol idate de reci ir isitas de este modo. 16 obtusos
100
TALLER DE ESCRITURA 05
Narración policial.
Usos tiempos verbales
En este taller trabajaremos nuevamente con el texto narrativo para
abordar un aspecto que suele ser problemático: el uso de los
tiempos verbales.
Todo texto narrativo se relata en lo que se denomina un “tiempo
base”. Lo más frecuente es que este sea el pasado aunque a veces
se usa el presente. Cualquiera de las dos formas es válida pero lo
que no es correcto es alternar tiempos verbales sin una justificación
precisa.
P
PROPUESTA DE TALLER
1. A partir de las siguientes indicaciones (leerlas todas antes • Sospechosos: secretaria, vicepresidente, contador per-
de empezar), armar el borrador de un cuento policial. sonal.
• Tiempo base del relato: pasado. • Posibles motivos del crimen: inventar un motivo para
cada sospechoso, según tu criterio.
• Tipo de narrador: en tercera persona, interno, testigo
(puede ser el ayudante del detective). • Culpable: a elección del autor del cuento pero justifican-
do lógicamente, mediante indicios y declaraciones, la reso-
• Crimen: asesinato que aparenta un suicidio.
lución del enigma.
• Víctima: presidente de una empresa internacional.
2. Caracterizar y describir a cada uno de los sospechosos (te-
• Enigma: identidad del asesino. ner en cuenta las causas que imaginaste para convertirlos
• Arma homicida: revólver. en posibles asesinos).
• Lugar y tiempo: oficina de la víctima, cerrada por dentro 3. Imaginar y describir al detective y su ayudante.
con llave, fuera del horario laboral (imaginar ciudad y épo- 4. Integrar a la narración todas las descripciones.
ca en que ocurren los hechos).
5. Releer, corregir y pasar en limpio.
• Pistas: la víctima era zurda, había terminado de meren-
6. Titular de manera atractiva.
dar, el arma tenía silenciador, el tipo de cerradura es de
las que se traban al cerrar la puerta.
101
05 INTEGRACIÓN
LECTURA Y ANÁLISIS
102
05
TEORÍA
6. ¿Cuándo surge el género policial? ¿Cuáles son los distintos 11. Escribir la crónica periodística que podría haber salido sobre
subgéneros? ¿Qué características tiene cada uno de ellos? la muerte de Osiris relatada en el cuento “Suicidio perfecto”
7. ¿Cuáles son las principales características de la Crónica policial? de Firpo. (Releerlo previamente).Incluir los siguientes ele-
mentos: testimonio del doctor Espíndola, testimonio del sir-
8. ¿Explicar qué son los extranjerismos y dar dos ejemplos. viente Gastón, detalle descriptivo del fino estilete de marfil y
9. ¿Qué diferencia hay entre registros especializados y registros acero de la Indica y de la sustancia pringosa de su empuña-
coloquiales? Dar ejemplos. dura, relato de la muerte de Gervasia, retrato del inspector
Bernardo Tórtola, comentario del periodista.
12. Consultar el capítulo sobre Descripción y retrato. Releer los
PRODUCCIÓN ESCRITA fragmentos anteriores sobre detectives. Inventar un nuevo
detective y realizar un retrato sobre él, empleando la mayor
10. Escribir un cuento policial utilizando como comienzo el frag- variedad posible de recursos lingüísticos.
mento anterior de “El collar” de Peyrou. Utilizar los recursos
aprendidos sobre este género y las nociones sobre uso de tiem-
pos verbales en la narración (página de taller de escritura).
LENGUA
Intercalar en el medio el siguiente fragmento, también
extraído de ese cuento: 13. Analizar sintácticamente:
I. El inspector Agostini, encargado del caso.
“La dama abrió la puerta y avanzó en la pieza junto con II. Era un hombre incrédulo y curtido.
el inspector. De ambas gargantas se escapó un grito de III. Suicidio perfecto.
asombro. ¡El collar había desaparecido! El inspector
IV. En el cajón, la prueba del delito.
volvió sobre sus pasos y encargó a sus dos subalternos
V. La pulcritud de su ropa, casi increíble.
que no dejaran salir a nadie. Su orden era una precau-
ción inútil, pues nadie había entrado ni salido de la pie- VI. Los crímenes de Andalucía.
za después que ésta quedara cerrada y con vigilancia. 14. Buscar tres palabras con B y tres con V en los fragmentos
Luego cerró nuevamente la puerta y junto con Floren- anteriores y explicar su respectiva regla ortográfica.
cia revisaron todos los rincones. La ventana que daba
al patio interior estaba cerrada y el alambre colocado
por el inspector no había sido tocado.”
Existen distintos tipos de textos de gran utilidad para buscar Una vez identificadas las fuentes que nos resultan útiles, de-
información y estudiar. En ellos la información está organizada beremos realizar diferentes operaciones para “trabajar” o
siguiendo algún criterio que el lector conoce y que le facilita la “procesar” esa información. Algunas de estas actividades
búsqueda, por ejemplo las entradas por orden alfabético. son: subrayado de ideas principales, subtitulado de párrafos,
Los textos para buscar información, más conocidos son: los elaboración de resúmenes, etc. (ver recuadros de “Técnicas
atlas, los diccionarios, las enciclopedias generales, y las es- de estudio de otros capítulos).
pecializadas, los libros de texto, los manuales. Estos mate- Las enciclopedias recopilan información dispersa sobre dife-
riales pueden encontrarse publicados en papel o en un so- rentes temas y los explican. Pueden ser universales, si abar-
porte digital, en casa o en la biblioteca. En todos los casos, can todos los temas; o especializadas, si solo comprenden te-
hay que asegurarse de que se trate de una publicación seria, mas de un área en especial.
ya que no todas son confiables. Es preferible consultar con un
Los diccionarios nos ayudan a resolver distintos tipos de du-
experto acerca de la confiabilidad de la fuente consultada.
das con respecto a la búsqueda y selección de palabras que
También es importantísimo tener en claro qué se busca y qué leemos o debemos usar cuando estudiamos, principalmente,
se espera encontrar, ya que cualquier actividad de indaga- buscar el significado de una palabra, controlar ortografía y
ción que iniciemos nos va a poner en contacto con infinidad aclarar dudas gramaticales (por ejemplo, acerca del género
de fuentes que deberemos saber si responden a lo que bus- de una palabra).
cábamos para entonces poder seleccionar o descartar.
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