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oportunidad de negocio
Este fruto endémico de excepcionales cualidades nutricionales se puede
establecer sin problemas desde la Región del Biobío a la de Los Lagos, en
zonas con disponibilidad de agua y suelos con buen drenaje.
Martes, 01 de diciembre de 2015 a las 8:30
Los costos
El costo de inversión para establecer una hectárea de murtilla puede llegar a US$ 21.000, es decir,
cerca de $11.655.000. Los costos se repartirían de la siguiente forma:
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Andrea Tapia
La murtilla, fruto endémico del sur del país —considerado una súperfruta por su alto
nivel de antioxidantes, superior al de los arándanos—, era hasta hace pocos años un
verdadero misterio para los productores locales. Al ser un fruto silvestre, no se tenían
conocimientos sobre su manejo agronómico y ni su potencial productivo. Sin embargo,
al descubrirse sus condiciones de alimento funcional y al aumentar la demanda, en el
Inia comenzaron a investigar y domesticar la especie.
“El interés de algunos mercados por la murtilla ha crecido bastante durante los últimos
años, por lo que tiene todo el potencial para transformarse en una buena alternativa
de negocio para los productores locales”, advierte Ivette Seguel, investigadora de
Recursos Genéticos del Inia Carillanca y líder en la investigación de la murtilla en Chile.
La zona ideal
Al igual como ocurre con cualquier frutal, el primer paso antes de establecer un huerto
es elegir el lugar que posea las condiciones edafoclimáticas más adecuadas para el
desarrollo del cultivo. En el caso de la murtilla, la zona ideal para su cultivo se
extiende desde la Región del Biobío a la de Los Lagos.
“Lo más recomendado es plantarla en el borde costero por ser zonas libres de
heladas”, asegura Seguel.
Cabe destacar que la murtilla requiere tener buena disponibilidad de agua para su
establecimiento, especialmente en primavera y verano. La demanda de agua
dependerá de la edad de la planta, su desarrollo vegetativo y estado fenológico. Las
etapas fenológicas de mayor demanda de riego son la floración, cuaja y llenado de
fruto.
Si bien la murtilla se adapta bien a la mayoría de los suelos, es clave que éstos posean
un buen nivel de drenaje, con el fin de evitar que las plantas se asfixien.
Ivette Seguel, recomienda que la plantación no se realice en ningún caso cerca de
predios de manzanos o membrillos, ya que en estos se pueden encontrar plagas, las
cuales pueden resultar letales para el desarrollo de este berry.
Los últimos estudios del Inia han permitido desarrollar dos variedades que en la
actualidad se encuentran disponibles para los productores nacionales: la Red Pearl
INIA y la South Pearl INIA, ambas patentadas en Estados Unidos en 2010 e inscritas
en el Registro Nacional de Propiedad de Cultivares de INASE Argentina el año pasado.
El otro camino, según los expertos, es utilizar material vegetal proveniente de ecotipos
propagados por los mismos agricultores (variedades silvestres), el cual a diferencia de
las variedades desarrolladas por el INIA es bastante castigado en precio por el
mercado.
Más allá de la variedad escogida, lo importante es que el material vegetal o las plantas
que se vayan a utilizar posean entre 1,5 y 2 años, sean sanas, de buena arquitectura y
provengan de viveros establecidos.
La murtilla es una especie alógama (de polinizacion abierta), es decir, requiere ser
polinizada para desarrollar su fruto.
De acuerdo a los expertos del Inia, un huerto de este frutal requiere al menos dos
variedades o genotipos polinizantes para favorecer la polinización cruzada.
El marco de plantación
Una vez decidido el lugar y la variedad que se plantará, los expertos recomiendan
definir la distribución y el marco de plantación del huerto.
De acuerdo a los ensayos realizados en el Inia, lo más recomendado es utilizar un
marco de plantación de 1,2 metros m sobre la hilera y 3 m entre hilera, con un total
de 3.333 plantas por hectárea.
Lo ideal es que el huerto tenga una orientación norte-sur con el fin de que obtenga
una adecuada ventilación y las plantas adquieran una exposición solar uniforme. Esto,
en la práctica, redundará en que la producción se desarrolle de mejor forma.
Una vez decidida la variedad principal y polinizante que se utilizará y definido el marco
de plantación, el productor estará listo para llevar a cabo la plantación.
Para los expertos, lo más importante es realizar el proceso de forma ordenada
llevando a cabo cada una de las labores que se recomiendan a continuación:
1-Trabajar el suelo
La murtilla, a diferencia de otros cultivos, requiere de un suelo que esté bien mullido,
por lo que antes de realizar la plantación se debe pasar una rastra o un arado. Esto,
en gran medida, permitirá que la raíz de la planta pueda desarrollarse de mejor forma,
ya que tendrá mayor facilidad para acceder a los nutrientes del suelo.
Así también, se recomienda realizar un subsolado para eliminar las capas de suelo
compactadas como el pie de arado, siempre y cuando existan señales muy evidentes
de este problema.
2-Plantar
Durante la plantación, Seguel comenta que se debe cuidar que el cuello de la planta
quede a ras de suelo y no se vea expuesto a la humedad, con el fin de evitar la
entrada de enfermedades fungosas.
3-Fertilizar
Según plantean los investigadores del Inia en la cartilla técnica del proyecto Fondef
DO5I10086, se debería aplicar entre 7,5 - 8,0 gramos de P2O5 por planta mediante la
utilización de superfosfato triple, como también 5,3 - 6,6 gramos de K2O por planta
vía cloruro de potasio. Pasada una semana desde la plantación, se debe adicionar 5,3
- 6,6 gramos de N por planta utilizando nitrato de amonio cálcico (CAN 27, Nitromag y
similares).
Los fertilizantes deben ser aplicados en el hoyo de plantación mezclados con tierra, de
tal forma de evitar el contacto directo con las raíces de las plantas.
Asimismo, el nitrógeno debe aplicarse a la ‘taza de plantación’, sin tocar el tallo. Luego
de esta labor, la diferencia existente con la dosis total anual de cada nutriente debe
aplicarse de forma fraccionada, en octubre y diciembre. Se recomienda utilizar CAN 27
(tipo de fertilizante nitrogenado enriquecido con calcio y magnesio), superfosfato triple
y cloruro de potasio en la aplicación de las parcialidades restantes de nitrógeno,
fósforo y potasio, respectivamente, según se recomienda en el mismo documento.
A partir del segundo año en adelante, la fertilización del huerto debe realizarse en
cuatro momentos del año: mayo (después de la cosecha), agosto (receso vegetativo),
octubre (brotación), y diciembre (floración). En huertos de hasta tres años, la dosis
total anual de fertilización NPK sugerida es de 16,2 g de N por planta, 15 g de P2O5
por planta y 16 g de K2O por planta, utilizando nitrato de amonio cálcico, superfosfato
triple y cloruro de potasio, respectivamente. Esta fertilización debe aplicarse de forma
fraccionada en la proporción y épocas señaladas anteriormente.
Nitrógeno 1,3-1,5
Fósforo 0,10-0,12
Potasio 0,64-0,70>
Calcio 1,10-1,20
Magnesio 0,10-0,20
Azufre 0,09-0,11
Sodio 400-600
Aluminio 100-120
Hierro 100-120
Manganeso 400-600
Zinc 6-8
Cobre 4-6
Boro 60-70
Fuente: Cartilla técnica del proyecto Fondef DO5I10086, ejecutado por INIA Carillanca en La Araucanía.
4-Regar
Una vez realizado el trasplante, se debe llevar a cabo un riego hasta que el suelo
quede saturado, con el fin de eliminar los bolsones de aire que puedan quedar en el
hoyo, los que eventualmente podrían afectar el desarrollo radicular de la planta.
Para este frutal, los expertos recomiendan emplear un sistema de riego por goteo
debido a su alta eficiencia en el uso del agua (90%).
Control de malezas
Por lo mismo, Schürch señala que los productores deben tener claridad acerca de este
punto antes de establecer un huerto, ya que no sirve de nada tener una buena
producción si no hay empleados para recolectar los frutos.
El experto dice que durante la cosecha se debe tener cuidado con las rajaduras.
“La murtilla es un fruto muy sensible que al momento de ser extraído de la planta
tiende a dañarse, por lo que esta labor se debe hacer con extremo cuidado. Sin
embargo, eso al final muchas veces termina demorando la labor de los temporeros”,
agrega.
Cabe destacar que la cosecha de este fruto varía según la región del país. En la
Región del Maule y la del Biobío, por ejemplo, se cosecha entre marzo y abril,
mientras que en la de la Araucanía y la de los Lagos se hace entre abril y mayo. En la
Región de los Ríos, en tanto, se puede cosechar hasta finales de mayo.