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La televisión, la prensa, avisaban que el Big Mike había sido mal herido en
la guerra de Vietnam. Todos los periódicos, los medios de comunicación
estaban al tanto de las noticias. Las patrullas de rescate fueron a auxiliarlo,
cuando después de mucho tiempo, aun inconsciente, los médicos le dijeron:
Mike hemos hecho lo humanamente posible, olvida que algún día jugaste
fútbol americano, por que tus piernas están completamente destrozadas,
nunca volverás a caminar, si un milagro sucede podrás estar en silla de
ruedas.
Ahora el Big Mike ya tenia una razón para lograr su meta y al pasar los
meses nació su primer hijo. Un pequeño al que le pusieron el nombre de
Little Mike. Ahora ya tenia dos razones para lograr su meta; su esposa y su
hijo. Y poco después ocurrió un acontecimiento que nadie podía creer,
médicos y enfermeras no daban crédito a lo que estaban viendo. Por
primera vez en Little Mike se ponía de pie, el mismo día que el Big Mike
se ponía nuevamente de pie, yendo en contra de la ciencia, yendo en contra
de la tecnología, yendo en contra de la biología, nuevamente el Big Mike se
ponía de pie. Los médicos aseguraban que esto era un milagro. El Big Mike
decía no, no es un milagro simplemente es el deseo de mejorar, el deseo de
salir adelante, de lograr una meta.
Esa tarde la esposa del Big Mike llega corriendo muy asustada. Con el
primero que se encuentra es con el couch. Couch, couch tiene que
ayudarme, a mi hijo lo han atropellado y no se como decírselo al Big Mike
si él era todo para mi esposo, su motivo para vivir. Cálmese señora, usted
vaya a arreglar lo que tenga que hacer, yo me encargo de avisarle al Big
Mike. Poco después el couch manda llamar al Big Mike. Si couch dígame
¿en qué le puedo servir? Te mande llamar por que te tengo una noticia
Mike. Dígame couch. No, no; mejor déjeme adivinar. Me va a dejar en la
reserva en la final de este domingo ¿verdad couch? No Mike, esa no es la
noticia que te tengo. Ya sé couch; me va a dar oportunidad de ser titular,
gracias. La noticia que te tengo no tiene nada que ver con el fútbol
americano, te ruego que tengas mucha fortaleza para escuchar lo que tengo
que decirte.
Eso no es cierto couch, mi hijo no esta muerto, no esta muerto. Por que a
mí, por que a mí, por que no te llevas a los asesinos, a los mal vivientes,
por que te llevas a gente inocente, me hubieras llamado a mí. Mi hijo no,
mi hijo no, a mi hijo no. Couch, couch quiero pedirte un favor. El que
quieras Mike. Este domingo se juega la gran final y quiero que me de la
oportunidad de ser titular. Pero Mike ¿qué no entiendes que tu hijo esta
muerto? Ya lo entendí, ya lo entendí y no quiero que me lo repita, por favor
couch; al primer error me saca del equipo. Mira Mike no lo entiendo, pero
si en eso te puedo ayudar cuenta conmigo. Y cuenta la historia de ese gran
jugador, que ese día que se jugaba la gran final, había una gran euforia en el
estadio de Tampa Florida.
Por tercera vez el Bahía Verde llegaba a una gran final y cuando nombraron
al numero 22 el Big Mike ala cerrada todos se pudieron de pie, muchos en
señal de estimación, otros aplaudían en señal de respeto. Hasta el equipo
contrario aplaudía al Big Mike por que sabían por todo lo que había
pasado. Y cuando salió del estadio fue la locura. El Big Mike agradecía
pero no sonreía.
Y cuenta la historia del fútbol americano que se paraba en el centro del
campo un hombre que alzaba la mirada al cielo y chiflaba, ese hombre era
el Big Mike. Que en ese partido nunca se había visto jugar a una persona
con tanto coraje, como jugo esa vez el Big Mike. Y cuando hizo su primera
anotación todo fue euforia, como consecuencia contagio a sus compañeros
de entusiasmo. Anotaba y alzaba sus ojos al cielo, anotaba y miraba al
cielo. Como era de suponerse el equipo al finalizar el partido resulto
campeón. Todos sus compañeros fueron a abrazarlo y felicitarlo a las
diagonales.
No couch, por que hay algo que usted y muchos no saben. que mi hijo
cuando nació, nació ciego. Por eso no vio el carro que lo atropello. Por eso
cuando le chiflaba para que supiera que estaba ahí, por eso gritaba ya te oí
papi, ya te oí, nunca dijo ya te vi. Y hoy mientras jugaba veía sus ojitos en
el cielo, que me decía: Ya te vi papito, ya te vi, hechale ganas, tú eres el
mejor, da tu mejor esfuerzo papi... ya me voy papi, ya me voy, adiós...
adiós... adiós...