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Técnicas y métodos de análisis de suelos

El análisis de suelos es una herramienta fundamental para evaluar la fertilidad del suelo,
su capacidad productiva y es la base para definir la dosis de nutrientes a aplicar. Para que
el dato analítico reportado por el laboratorio sea útil, es imprescindible realizar un
adecuado muestreo de suelos, ya que en esta etapa es donde se define la exactitud de los
resultados del análisis de suelos. En este artículo se presentan y discuten los principales
beneficios del análisis de suelos y los pasos para realizar un adecuado muestreo de suelos
para diagnóstico de fertilidad.

Los análisis de suelos constituyen la herramienta más eficiente para conocer cuál es la
disponibilidad de nutrientes del suelo o propiedades edáficas variables en el tiempo y en
el espacio. También son elementos complementarios interesantes y útiles de estudios de
aptitud productiva del suelo, donde, además de las características variables mencionadas,
interesa conocer las propiedades permanentes, que permiten definir la capacidad de uso,
información central para la planificación de los cultivos y las rotaciones. A continuación
de mencionan algunos de las principales contribuciones de los análisis de suelos al
manejo de la fertilidad de suelos y fertilización de cultivos.

 Determinación de disponibilidad de los nutrientes en el suelo y la probabilidad de


respuesta a la fertilización.
 Definición de dosis de nutriente a aplicar en modelos de fertilización.
 Estimación de dosis de enmienda para corrección de suelos (e.g. aplicación de yeso
en suelos sódicos, aplicación de calcita o dolomita en suelos ácidos o acidificados).
 Monitoreo de variables de fertilidad (e.g. salinidad-sodicidad en lotes regados,
mapeo de nutrientes para manejo sitio-específico, etc.).
 Caracterización y/o delimitación de ambientes para el manejo diferenciado de
insumos, como complemento de la descripción y clasificación de los suelos a
través de calicatas, pozos de observación y otras herramientas como las imágenes
satelitales y mapas de rendimiento.

¿Cómo realizar un buen muestreo de suelos?

Un plan de muestreo implica definir los siguientes aspectos:

 Objetivo del muestreo


 Equipamiento
 Intensidad de muestreo
 Profundidad y época
 Rotulado y acondicionamiento
Objetivos del muestreo

Los objetivos del muestreo de suelos pueden ser muy diversos. Algunos ejemplos son:

 Diagnóstico de fertilidad (determinación de dosis de nutrientes para fertilización).


 Definición o caracterización de ambientes, integrado a otros estudios como la
observación y descripción de perfiles (calicatas, pozos de observación) y/o
imágenes satelitales, mapas de rendimiento, etc.
 Monitoreo de variables de fertilidad (e.g. MO, pH, CE, P Bray 1, etc.).

Equipamiento

Los implementos de muestreo nos deben permitir tomar una muestra de suelo en las
profundidades de interés. En los barrenos metálicos es importante considerar que las
puntas estén afiladas, para facilitar el funcionamiento y corte del suelo. En suelos que
están duros (e.g. suelo seco, horizonte B2t muy arcilloso, etc.) puede ser útil disponer de
un martillo con maza de goma que permiten golpear el barreno en el extremo, sin dañar el
metal.

Intensidad de muestreo y representatividad de la muestra

La intensidad de muestreo es la cantidad de submuestras que debemos tomar para estimar


el verdadero valor de la propiedad de interés, con una adecuada exactitud. El verdadero
valor de la variable no lo conocemos (valor “poblacional” de la variable) y por ello lo
estimamos a través de una muestra compuesta, producto de la mezcla de una cantidad de
submuestras (“piques”). La diferencia entre el valor muestral y el verdadero valor que
tiene la variable edáfica se denomina error de muestreo. Cuanto menor sea el error de
muestreo, mayor será la exactitud del dato analítico. Si quisiéramos determinar el
“verdadero valor” de la variable deberíamos realizar un muestreo muy intensivo,
equivalente a lo que se hace en un censo poblacional, operativamente complicado y
costoso. Por lo tanto, debemos tomar una cantidad de submuestras lo suficientemente
grande como para que la muestra compuesta obtenida, permita aproximarnos de un modo
aceptable al verdadero valor de la variable en el lote o ambiente muestreado.

La intensidad de muestreo se definirá en base a la variabilidad de la propiedad estimada


(cuanto más variable será necesario tomar más muestras) y al “error tolerado” que
estamos dispuestos a asumir para el propósito del muestreo. Cuestiones operativas como
restricción presupuestaria o de disponibilidad de tiempo, también pueden ser aspectos
considerados para determinar la cantidad de submuestras a tomar por muestra compuesta.
Sin embargo, es importante definir una mínima intensidad de muestreo que garantice una
adecuada exactitud del dato analítico. En la Tabla 1 se presentan valores orientativos de
cantidad de submuestras a tomar en diagnóstico de fertilidad de suelos agrícolas.
Tabla 1. Intensidad de muestreo, profundidad y épocas para diferentes variables edáficas.

Intensidad
Variable Profundidad y época Observaciones
(submuestras)
En suelos afectados por sales, las
0-20 cm. Época intensidades pueden ser mayores y
MO, pH, CE 20-25
variable según objetivo. también puede ser útil medir a
diferentes profundidades.
Es posible estimar la capa 40-60
0-20, 20-40 y 40-60 cm.
Nitratos 20-25 cm midiendo el contenido de
Presiembra.
nitratos de 0-20 y 20-40 cm.
En los últimos años se está
observando una elevada
variabilidad del P en el suelo. La
Fósforo Bray 0-20 cm. Presiembra u
30-40 intensidad consignada es
1 otros momentos.
orientativa, ya que hay pocos
estudios de variabilidad en lotes
en siembra directa.
La intensidad consignada
corresponde a unidades de
muestreo homogéneas en cuanto a
tipo de suelo y cobertura. En caso
Humedad
10 0-100 cm (mínimo) de observase diferencias en
gravimétrica
distribución de rastrojos, tipo de
suelo, etc. puede ser necesario
muestrear en diferentes partes del
lote.

Las unidades de muestreo, deben ser, idealmente, lo más homogéneas posibles en cuanto
a tipo de suelo y relieve (topografía), de modo de manejar menor variabilidad y obtener
una muestra de suelo que nos permita obtener un dato analítico más exacto. Si bien la
superficie correspondiente a una unidad homogénea de muestreo puede variar entre zonas
de acuerdo a la heterogeneidad de los suelos y su ubicación en el paisaje, podemos
mencionar como superficie de referencia un máximo de 50 ha.

Si por ejemplo se muestrea un lote que tiene posiciones más elevadas y más bajas, pero se
pretende diagnosticar la oferta de nutrientes del lote en forma global, se debería muestrear
en áreas que consideremos representativas, evitando tomar, por ejemplo en áreas bajas
(e.g. suelos halo-hidromórficos), no sembradas o con una aptitud productiva muy inferior
al resto del lote. La pregunta que nos debemos hacer cuando muestreamos áreas de este
tipo es: ¿esta zona del lote o ambiente, es representativa o es atípica?. Si la respuesta es
que es atípica, no debemos muestrearla, salvo que nos interese específicamente conocer la
aptitud o fertilidad de ese ambiente de menor aptitud.

Profundidad y momento de muestreo

En términos generales, si el muestreo de suelos incluye nutrientes móviles en el suelo


(e.g. nitratos o sulfatos) el muestreo se debe hacer lo más cercano a la siembra, dejando
tiempo como para enviar las muestras al laboratorio, donde pueden requerir una semana o
un poco más, depeniendo del laboratorio y las determinaciones solicitadas. Cuando los
nutrientes presentan poca movilidad en el suelo, el momento de muestreo es más flexible
(Tabla 1).

Rotulado y acondicionamiento

El acondicionamiento de las muestras es un paso importante, ya que errores en esta etapa


pueden alterar el contenido de nutrientes de las muestras, y por lo tanto las decisiones que
se tomen en base a los mismos, serán erróneas. Los errores más comunes, que debemos
evitar son:

 Guardar las muestras en bolsas de fertilizantes o agroquímicos (que pueden


contaminar las muestras).
 Dejar las muestras expuestas al sol (e.g. en la caja de la camioneta). Cuando se
evalúa nitratos es necesario mantener las muestras refrigeradas y enviarlas al
laboratorio con envases como los utilizados para vacunas.
 Colocar los rótulos en contacto con el suelo. Si se humedecen o ensucian, dificulta
la identificación de las muestras.
 Utilizar en los rótulos frases que luego no recordamos a qué se referían. Se
recomienda siempre utilizar el número o nombre del lote y la profundidad a la que
se tomó la muestra, como mínimo de información. Luego agregar datos que
faciliten la interpretación del reporte del laboratorio.

http://www.fertilizando.com/articulos/Analisis%20de%20Suelo%20-
%20Herramienta%20Clave.asp
¿Qué parámetros del suelo debo analizar y cada cuándo?

 Parámetros del suelo invariables: con una vez hay suficiente


 La textura del suelo:

La textura indica la proporción de partículas de diferente tamaño que hay en el


suelo. De forma familiar hablamos de suelos gruesos, suelos finos, suelos con
mucha arcilla, etc.

Como agricultor seguro que sabes el tipo de textura que tienes en cada parcela
de tu explotación. Aun así, realizar un análisis de textura te puede dar
información extra y ayudar a los técnicos a asesorarte mejor en temas como
manejo del suelo y fertilización.

A nivel técnico-científico las texturas se dividen en cuatro grandes grupos


según la proporción de arcillas, limos y arenas de los suelos. Las categorías
son: suelos arcillosos, suelos arenosos, suelos limosos y suelos francos
(ninguna fracción predominante). Puede haber también suelos entre dos
categorías, por ejemplo, suelos franco-arcillosos.

 El pH del suelo: la estabilidad es la clave


El pH es un parámetro químico que indica si una materia es ácida o básica. La
escala de resultados va de 0 a 14. Siendo los suelos de pH 7 neutros, los de más
de 7 básicos y los de menos de 7 ácidos. Como más próximo a 0 es el valor
más ácido es el suelo y como más próximo a 14 más básico.

El pH afecta a la disponibilidad de nutrientes y al crecimiento de los cultivos.


Los suelos con pH muy extremos no son fértiles ya que no hay nutrientes
disponibles para las plantas.

 Parámetros poco variables: una vez cada cinco años


 Materia orgánica: la clave para un suelo fértil

La materia orgánica es clave para tener un suelo fértil y productivo. La materia


orgánica del suelo son aquellos compuestos del suelo que son orgánicos. A
grosso modo se puede saber si un suelo tiene mucha materia orgánica
observando el color: los suelos oscuros suelen tener más materia orgánica.

La materia orgánica afecta muchas propiedades del suelo y aumenta la actividad


biológica. Ayuda a hacer disponibles los nutrientes del suelo para la planta,
mantiene el pH del suelo estable y reduce el riesgo de erosión.

Hay diferentes acciones que se pueden llevar a cabo para incrementar o


disminuir la materia orgánica de un suelo. Por esto es interesante analizarla de
forma periódica. Cada 5 o 10 años, por ejemplo. Estos análisis son
especialmente interesantes si se hace alguna acción para aumentar la materia
orgánica, como la aplicación de estiércol o la siembra directa.

En la tabla se puede ver cómo interpretar los resultados de materia orgánica del
tu suelo. Para tener un suelo fértil y de calidad interesa tener un nivel medio o
alto. En la mayoría de zonas agrícolas de España los suelos tienen un nivel bajo
o muy bajo de materia orgánica del suelo.
 Conductividad eléctrica: saber la salinidad de tus suelos

Como sabes los cultivos no crecen correctamente en suelos salinos. De hecho,


en zonas muy salinas del Valle del Ebro es necesario hacer riego localizado
frecuente para lavar las sales de la zona de las raíces en frutales.

Los suelos se pueden salinizar debido a aguas con muchas sales disueltas y falta
de buen drenaje. Esto sobre todo ocurre en regadíos de zonas áridas. Por esto es
importante calcular en el riego una fracción de lavado.

En zonas de secano con una sola medida de la conductividad puede bastar. En


regadío, es un parámetro que puede variar. Por esto es interesante hacer análisis
periódicos cada 5-6 años.

 El fósforo: la clave del crecimiento

Como sabes el fósforo es uno de los macronutrientes que requieren los cultivos
para crecer correctamente. Según la humedad, la temperatura del suelo y el tipo
de raíces del cultivo este podrá interceptar más o menos fósforo del suelo.

Por este motivo la interpretación de las análisis de fósforo son complejas. Según
las zonas y los cultivos existen distintas tablas de interpretación. La tabla
siguiente es una referencia general para interpretar los resultados en España.
Aun así si quieres ser más concreto puedes buscar información referente a tu
zona y cultivos.

El fósforo es poco móvil en el suelo, por eso realizando un análisis cada 5 años
es suficiente para saber qué nivel tienes en tus suelos.
 El potasio: una producción de calidad

El potasio es otro de los macronutrientes necesarios para el correcto desarrollo


del cultivo. El potasio se ve modificado por varias técnicas agrícolas como:
fertilización mineral y/o orgánica, manejo del suelo, quitar los residuos
vegetales que son ricos en potasio, etc. Aun así, es un elemento poco móvil en el
suelo. Por este motivo realizar análisis de control cada 5 años es suficiente para
saber si dispones de los niveles correctos en tus suelos y poder planificar la
fertilización.

El potasio tiene gran importancia en la calidad del producto final. En este punto
no son solo importantes las carencias sino también los excesos de potasio. Que
el árbol disponga de potasio suficiente aumenta el nivel de azúcares en la fruta
pero un exceso de este está relacionado con podredumbres en la fruta. En los
cereales aumenta la lignificación y produce una paja de más calidad.

En la tabla siguiente se puede ver los parámetros para interpretar análisis de


potasio.

 El nitrógeno: maximizar el rendimiento

El nitrógeno es el principal macronutriente. Como agricultor seguro que estás muy


preocupado para asegurar que tus cultivos no sufran carencia de nitrógeno.

En el suelo se encuentra nitrógeno en muchas formas distintas. Algunas son


accesibles para los cultivos mientras que otras no. El nitrógeno nítrico es la
fracción de nitrógeno directamente asimilable por las plantas. El nitrógeno
amoniacal es también asimilable por las plantas siempre y cuando anteriormente se
transforme a nítrico. Estas dos fracciones de nitrógeno son las que se analizan en
un análisis de nitrógeno del suelo.

En general la parte amoniacal es muy pequeña, por eso con analizar el nitrógeno
nítrico suele ser suficiente. Con esto ya se puede planificar la fertilización.

El contenido de nitrógeno en el suelo es muy variable tanto en el espacio como en


el tiempo. La lluvia, el manejo del suelo, la fertilización y el manejo de residuos
entre otros afectan directamente al contenido de nitrógeno nítrico del suelo. Por
eso, los niveles a salida de invierno después de un invierno lluvioso pueden ser
radicalmente distintos a los niveles del otoño anterior.

Por este motivo se recomienda hacer como mínimo un análisis de suelo al año. Este
análisis se puede hacer antes de la siembra o a la salida de invierno. Si se realiza
antes de la siembra es posible calcular el nitrógeno disponible a salida de invierno
sabiendo parámetros como: necesidades del cultivo, fertilización aplicada,
temperatura y precipitaciones, etc. Si se analiza a la salida del invierno se asegura
aportar en cobertura los nutrientes necesarios aunque el abonado de fondo se haya
realizado “a ciegas”.

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