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Luis Gonzalo Cuesta Álvarez 315015

Cátedra Gabriel García Márquez

MACONDO SI EXISTE
Según los medios internacionales y la cantidad de publicaciones emitidas por
diversas personas y entidades tanto públicas como privadas en las redes sociales,
Colombia viene siendo el país más feliz del mundo, desde hace varios años ya
¿cómo es esto posible en un país donde todo nos parece normal? puede que
parezca un chiste, pero la realidad es otra, en Colombia si somos el país más feliz
del mundo y esta connotación viene dada no solo porque como dicen algunos
compatriotas en el territorio “todo nos vale huevo” el significado de ser la población
más feliz del mundo tiene un trasfondo, el cual se puede explicar fácilmente si
recurrimos a la definición de “Realismo mágico” o como Gabriel García Márquez
lo postula en sus obras, somos un territorio macondiano.
Pero pensemos bien, ¿es Macondo realmente Colombia, es Macondo una sola
persona, un departamento/municipio de nuestro país? Si esto me lo preguntan,
tengo varios puntos por argumentar para decir que Macondo no es todo esto, es
todo esto y más, Macondo tiende a ser algo que muchos no imaginamos, pero que
si diariamente vivimos. En lo personal, partiendo desde mis antepasados hace unos
60 años mis abuelos (maternos) contraen matrimonio, 21 años atrás nazco en
Manizales y desde entonces la crianza por parte de mi madre ha sido muy similar
con base en lo que ella tuvo que vivir ( junto con sus otros 14 hermanos) , por lo
cual, para ciertas cosas soy una persona muy cerrada, muy conservadora, pero por
otra parte al ser parte de esa generación “mágica” o “Millenials” soy muy liberal en
otros aspectos y considero que eso es algo que nos distingue de las otras
generaciones pero que también nos da una pizca que sumarle a este mundo
Macondiano. Lo primero que acepté en mi crianza es el hecho de que mis abuelos
son PRIMOS, en esta época esto suena muy loco, tener relaciones más allá de las
familiares con un mismo familiar es de locos, sin embargo hace años no se veía tan
mal esto, o por lo menos esto pensaron mis abuelos Gabriel y Zulma al contraer
matrimonio , si bien cuando me entere de este suceso cuando tenía unos 12 o 13
años por las historias contadas en las reuniones familiares en la época de diciembre
se me hizo bastante normal, todo debido a que algunos de los hermanos de mi
abuela Zulma es decir mis “ Abuelos-Primos-Maternos” también lo hicieron y
algunos de sus hijos también, por lo cual era un suceso normal, pero todo este
enfoque cambio cuando iban pasando los años y cuando adquiría más
conocimientos en el colegio en ese entonces sobre moral, ética , religión y la misma
biología, por suerte, ninguno de mis familiares ha tenido complicaciones de salud
mental a raíz de este cruce de genes entre mis abuelos, lo único que si lo pienso en
este momento se lo debamos a mis abuelos ( en términos de salud ) es la herencia
de complicaciones con la tiroides y con la vista, pues tarde que temprano se ve que
sufriremos ya sea de hipertiroidismo o hipotiroidismo ( pues ya mi madre y una tía
han pasado por tener cáncer de tiroides a raíz del hipertiroidismo y otros familiar ha
sufrido de hipotiroidismo) además de esto todos en mi familia, contando tíos y
primos sufrimos de miopía y astigmatismo desde temprana edad, ir a una reunión
familiar y posar para una foto de recuerdo es algo cómico, pues todos se quitan los
anteojos para mirar la cámara y lo real es que al momento de observar la foto ya
tomada se ve que salvo los que se quedan con ellos puestos están viendo el lente
de la cámara, mientras que los otros están viendo al infinito, pues la miopía es tan
severa que a los 4 o 5 metros ya no distinguimos una persona de una pared. Todo
esto, si bien en mi familia es “normal” me parece un caso macondiano, hoy, en el
2018 se le ve raro a aquellas personas que sostienen relaciones con sus familiares
y desde mi punto de vista hasta apenas hace unos años me era bastante normal, al
día de hoy pienso igual que el resto de la sociedad, pues considero que más allá de
lo ético y moral va el factor de la salud, es bien sabido que en Manizales la mayor
población de la clínica San Juan de Dios ubicada en el barrio Palermo es
proveniente del Norte de Caldas (curiosamente mis abuelos también lo son) y en su
mayoría se debe al hecho de que sostuvieron relaciones entre ellos dando lugar a
generaciones que tristemente acarrearon las consecuencias (en cuanto a salud
mental se refiere). El otro caso es el de mis padres si bien ellos no son primos, ellos
sostienen una relación formal hace cerca de 32 años, la otra cara de la moneda es
que mi papá también sostiene otra relación formal con otra mujer, con la cual tiene
5 hijos , si bien mi mamá conocía esto, ellos siguieron su relación formal y lo más
macondiano del caso es que cuando la otra mujer se enteró de esto, no puso
problema en lo más mínimo y también continuo con la relación formal, lo gracioso
del caso es que desde mis 5 años supe que tenía otros 5 hermanos medios por
parte de mi padre y nunca tuve curiosidad en conocerlos, si bien Abigaíl (como se
llama la otra mujer de mi padre ) supo de la relación con Gloria (mi madre) nunca le
contó a sus hijos el hecho de que ellos tenían 2 medios hermanos más por parte de
mi papá ( Juan Sebastián y yo) hasta que hace cerca de 4 años mi media hermana
Luisa contactó con mi hermano Juan Sebastián y como consecuencia sus otros
hermanos se enteraron de la existencia de nosotros mientras que él y yo ya la
conocíamos, pero como desde pequeños siempre conocimos el hecho de que no
éramos los únicos “niños” de la familia nunca tuvimos curiosidad por conocerlos, si
bien él (Juan Sebastián) después de conocer a mi hermana si mantiene las
relaciones con mis otros hermanos, yo, por mi parte solo he conocido a mi hermana
Luisa y la verdad el poco interés en conocer a mis otros hermanos sigue intacto,
pues me sigue pareciendo normal el hecho de que si de pequeños no nos
conocimos por x o y razón ¿ Por qué me habría de interesar ahora? , ¿Si en la
infancia nunca compartimos ya para qué hacerlo en la adultez cuando ya todos
tienen su vida definida y cuando lo que se haga o deje de hacer no sumará más que
momentos incómodos? O pues al menos este es el pensamiento que tengo, porque
yo sé que mis otros hermanos no piensan así, ni siquiera mis amigos piensan igual
que yo cuando en las charlas salen a flote este tipo de conversaciones, lo primero
que comentan es que estoy loco por pensar que es normal que mis abuelos tengan
15 hijos y que fueron primos y por el hecho de que se me haga normal que mi padre
sostenga una relación en simultáneo con alguien más que no sea mi madre.
Eso en cuanto lo más relevante en un territorio Macondiano, de un habitante del
común, en el país más feliz del mundo, el país del “Sagrado Corazón del niño
Jesús”, un habitante que si no hace más del promedio, también vive experiencias
locas, que en su diario vivir no salen del común para él.
Ahora la otra cara de la moneda, si esto le pasa a un solo habitante dentro de los
más de 45 millones de colombianos ¿Qué le puede suceder al resto? Esta es una
de las preguntas que me hago a diario pues me resulta imposible creer que soy el
único afortunado en tener historias así de poco comunes para platicar con mis
amigos cuando comparto una cerveza con ellos. Como me resulta imposible buscar
45 millones de historias macondianas en el país es más fácil resumir algunas de
ellas, que posiblemente en otro país sean historias de sátira, pero que en el país
más feliz del mundo son primera plana en noticieros y reconocidos periódicos. Una
de las más recientes se dio a conocer el 11 de marzo del presente año, en las
Elecciones legislativas de Colombia de 2018, donde Colombia como territorio
“Social de derecho, organizado en forma de República unitaria, descentralizada, con
autonomía de sus entidades territoriales, democrática, participativa y pluralista,
fundada en el respeto de la dignidad humana, en el trabajo y la solidaridad de las
personas que la integran y en la prevalencia del interés general” [1] en teoría y por
ley debería estar en capacidad de elegir de manera adecuada sus dirigentes de una
manera democrática, pero ¿a quién le vamos a mentir? Es de saber público que la
política en Colombia es un chiste, aquí gana el que más plata invierta en elecciones
y el que más terror dé con “contraargumentos” a los otros candidatos, pero fuera de
este tema ese día fuimos una vergüenza a nivel mundial en temas políticos, pues la
registraduría expidió aproximadamente 15 millones de tarjetones para La gran
consulta por Colombia y otros 15 millones de tarjetones para la Consulta
interpartidista por el cambio sin embargo no contaron con que el número apto de
votantes era casi el doble de esta cifra de tarjetones expedidos, como resultado en
algunas de las grandes ciudades se vieron obligados los jurados de votación a tener
que sacar fotocopias a estos tarjetones, obviamente esta noticia se hizo viral en
cuestión de minutos y Colombia quedó de nuevo expuesto frente al mundo como un
chiste en cuestiones políticas, sin embargo esto tuvo revuelo solo los 2 días
posteriores a las elecciones, porque 1 mes después ya nadie toca el tema en el
territorio colombiano, pues estamos acostumbrados a vivir este tipo de cosas.
Otro claro ejemplo en cuestiones políticas: La numerosa lista de investigaciones
que tiene el ex-presidente Álvaro Uribe, en algunas se le acusa de nexos con
paramilitares, en otras manipulación de testigos, etc. un gran lista para un
“honorario” senador de la república, lo macondiano del caso es que él siempre es el
que pierde y siempre tiene como argumento de defensa “persecución política” [2] y
lo más triste es que en ninguna de estas investigaciones hasta el día de hoy el
implicado tenga que responder por alguno de los delitos acusado.
Pero en lo personal estos son algunos pocos de los motivos que me hacen pensar
que Colombia debería cambiar su nombre de nación y adoptar el nombre de
“Locombia”, pues aquí literal la gente se mata por ser hincha del Once Caldas, del
Millonarios, del América, etc. para algunos está por encima el color de una barra
brava que el mismo derecho a la vida, aquí en este territorio de locos felices, si
alguien padece una enfermedad y es curado le damos las gracias a Dios por
ayudarlo a salir de esto, pero si fallece le echamos la culpa a los médicos y cirujanos.
Este es un país de sátira, aquí las cosas fuera de lo común pasan a diario, estamos
tan acostumbradas a ellas que ya son comunes y cuando algo bueno sucede es
resaltado inmediatamente, en más de una ocasión hemos visto en algún noticiero a
la emisión del medio día que alguien de buen corazón encontró algún monto de
dinero en la calle y por devolverlo es tratado como héroe, sabiendo que esto debería
ser el común de los casos, un país que vivió 54 años en guerra y cuando se ofrece
un plebiscito para aprobar proyectos de ley que lo den por terminado preferimos
votar no, solo porque el Doctor Uribe, “el mejor presidente que ha tenido Colombia
duélale a quién le duela” - como rechistaría cualquier uribista fanático – estaba en
desacuerdo de los términos. En este lugar nos pueden “Mentar la madre” pero si a
los 5 minutos James Rodríguez o Radamel Falcao García hacen un gol en el exterior
somos los mejores amigos nuevamente; en conclusión solo puedo decir que
Macondo si existe y no se encuentra solo en los libros de Gabo, Macondo es
Colombia, un lugar mágico, un lugar donde sucede lo imposible y es tan común que
para nosotros que aprendimos a convivir con ello, un lugar donde somos felices
porque tenemos que aprender a serlo, pues de lo contrario con tantas locuras que
pasan a diario más de uno estaría demente.
REFERENCIAS
[1] Constitución política de Colombia. 1991.
[2] “La encrucijada judicial del senador Álvaro Uribe Vélez”. El Espectador,
redacción judicial, 18 de febrero de 2018.

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