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Existen dos grandes sistemas de persecución penal estatal: el seguido por los países
de origen anglosajón -que recepta el principio acusatorio-, y el seguido por los
países de tradición continental -de marcado tinte inquisitivo. La diferencia
principal entre estos dos modelos de realización de la justicia penal tiene su origen
a partir de la aparición del principio de persecución penal publica.
El rol que hasta ese momento cumplía la víctima pasó a ser desempeñado por el
funcionario público encargado de perseguir. "La caracteristica fundamental del
e,yuiciamiento acusatorio reside en la división de los poderes ejercidos en el
proceso. por un lado. el acusador. quien persigue penalmente y ejerce el poder
requirente. por el otro. el imputado. quien puede resistir la imputación, ejerciendo
el derecho de defenderse. y. finalmente, el tribunal. que tiene en sus manos el poder
de decidir".4 Por otro lado. "la caracteristica fundamental del e,yuiciamiento
inquisitivo reside en la concentración del poder procesal en una única mano. la del
inquisidor, a semejanza de la reunión de los poderes de la soberanía (administrar.
legislar y juzgar) en una única persona, según el régimen político del absolutismo".
Función
Facultades de la defensa
COMPETENCIA
ORGANIZACIÓN JUDICIAL
INSTRUCCIÓN
Acción pública
Acción Privada
Facultad de denunciar
Art. 174. - Toda persona que se considere lesionada por un delito cuya
represión sea perseguible de oficio o que, sin pretender ser lesionada,
tenga noticias de él, podrá denunciarlo al juez, al agente fiscal o a la
policía. Cuando la acción penal depende de instancia privada, sólo
podrá denunciar quien tenga derecho a instar, conforme a lo dispuesto
a este respecto por el Código Penal. Con las formalidades previstas en
el capítulo IV, del título IV, del libro primero, podrá pedirse ser tenido
por parte querellante.
Requisitos denuncia:
Obligación de denunciar:
Prohibición de denunciar
Vista fiscal
Art. 182. - Cuando la denuncia sea hecha ante la policía o las fuerzas
de seguridad, ellas actuarán con arreglo al artículo 186.
Función:
Requerimiento de instruccíón
Iniciación:
VICTIMA Y QUERELLA
BRUZZONE: Por mi parte, quisiera señalar que si bien, como lo hace Pastor, no
considero que el derecho a querellar en causas de acción pública surja del texto
constitucional, al encontrarse legalmente prevista la facultad de la víctima de
intervenir en el proceso como parte acusadora junto con el fiscal, en principio, no
podría verse limitada a lo que proponga esa otra parte, como, por ejemplo, se
encuentra normativamente establecido en el Código Procesal Penal de la Nación,
donde su intervención tiene carácter adhesivo, siendo insuficiente la capacidad
recursiva que se le reconoce para llevar adelante la función asignada.
Brevemente: si legalmente se reconoce la facultad de actuar como parte
querellante, ese reconocimiento debe extenderse, incluso, a dotarlo de los atributos
y remedios correspondientes para obtener una pena.
Si bien el período que discurre entre 1889 y 1921 es aquel en donde se consolidó
a nivel nacional, la posibilidad de que el querellante ingresara autónomamente a la
etapa de plenario, y donde no se registran mayores precedentes de la CSJN debido
al criterio invariable de no considerar materia federal lo atinente a la interpretación
del derecho procesal (6), fue con la entrada en vigencia del actual Código Penal
donde se generaron, en lo que a este tema se refiere, dos líneas de discusión que,
con sus particularidades, en cierta medida se mantienen hasta el presente y que
hacen al reparto de competencias legislativas previsto en el texto constitucional.
Por un lado, con carácter general, la de la usurpación de funciones en la que
habría incurrido el Congreso Nacional al regular desde la ley sustantiva lo
atinente al ejercicio de la acción penal y, por otro, el relativo a determinar si
por haberse establecido el principio de oficialidad en su art. 71 se había
abolido la figura del querellante.
que generó uno de los precedentes más importantes de la Corte Suprema sobre el
tema que estamos analizando: el fallo "Maresca"(9), que suele ser citado en el
sentido de que la Corte desconoció la posibilidad de actuación al querellante. Ese
precedente se había originado en la necesidad de dar respuesta a la jurisprudencia
del tribunal platense, anterior al plenario de 1960 que la modificó (10), y que se
apoyaba en la tesis Jofré. En lo que aquí interesa se debe recordar que la Corte
declaró mal concedido el recurso por no tratarse de una sentencia definitiva, obiter
dictum, aclaró porque se consideraba que no existía cuestión federal. Se explayó de
la siguiente manera:
"(..) aún en la hipótesis de ser definitiva la resolución en cuestión, no
llenaría el requisito señalado en el art. 15 de la ley número 48 para la
procedencia del recurso extraordinario. Faltaría, en efecto, la relación directa
e inmediata entre la garantía del art. 18 de la constitución que se dice
desconocida y el punto controvertido de falta de acción, pues el principio de la
inviolabilidad de la defensa en juicio destinado a proteger a los procesados
contra enjuiciamientos arbitrarios, ninguna vinculación tiene y
consiguientemente no protege a quien dentro del litigio asume o pretender
asumir el rol de querellante y no de acusado"(11).
La claridad de lo dicho por la Corte exime de realizar mayores comentarios; si
lo que el recurrente pretendió en esa oportunidad fue equiparar su situación, como
pretenso querellante, invocando la garantía de la defensa en juicio de sus derechos,
la Corte descartó esa posibilidad. Y precisando esta cuestión, el fallo continúa de la
siguiente manera:
"(...) cuando esta Corte, precisando el concepto de lo que debe entenderse por
procedimientos judiciales a los efectos del artículo 18 de la Constitución, ha dicho
que son formas substanciales en materia criminal la acusación, defensa, prueba y
sentencia, no ha entendido pronunciarse respecto de las formas de la primera en el
sentido de que en el ejercicio de las acciones ha de darse necesariamente
intervención al acusador particular o de que ella ha de concurrir con la del
Ministerio Público, pues cada una de estas creaciones legales y las demás que
puedan concebirse, son en absoluto extrañas a la garantía del artículo 18
citado, que sólo requiere para subsistir, la existencia de una acusación
respecto del procesado sin atender para nada al carácter público o particular
de quien la formula o la prosigue".
principio.
Recordemos que el dictamen del Procurador General, Agüero Iturbe, propició el
rechazo del recurso extraordinario por no haber cuestión federal (25); lo que la
Corte no compartió, ya que su mayoría sostuvo que: "(...)en autos existe cuestión
federal suficiente para habilitar la instancia extraordinaria, en la medida en que se
han puesto en tela de juicio el alcance del art. 18 de la Constitución Nacional y la
decisión ha sido contraria a la pretensión que el recurrente sustentó en él (art. 14,
inc. 3°, de la ley 48" (Considerando 6°).
Como se advierte de lo expuesto, la Corte Suprema no ha consagrado un
derecho constitucional a querellar, ni tampoco lo ha derivado de los tratados
incorporados al texto constitucional en 1994, sino que si ingresó en el análisis
de la cuestión planteada fue por la interpretación constitucionalmente
incorrecta (26) que se habría hecho de los derechos que la ley le reconoce al
querellante, con apoyo en la garantía del debido proceso legal.
VI. La capacidad de rendimiento de "Santillán"
La "capacidad de rendimiento" de ese precedente se hizo notar en decisiones
posteriores de tribunales inferiores, donde se consideró que esa posibilidad, aunque
no es idéntica en su justificación y consecuencias, se extendía a los otros
momentos del proceso donde el impulso de la fiscalía era necesario. Es decir: de lo
resuelto para el momento de los alegatos al concluir el debate (art. 393, CPPN), se
consideró que también debía reconocerse la posibilidad de impulsar
autónomamente el caso a la etapa de juicio (art. 346, CPPN), así como
respecto del inicio de la investigación (art. 180, CPPN) (29).
Si alentamos la intervención de la víctima en el proceso es porque consideramos
que es "la mejor representante de los intereses del grupo" (41) para hacerlo, a
efectos de lograr la reparación que se persigue más allá de las soluciones punitivas
que el derecho penal nos presenta. Pero también debemos asumir que al admitirla,
por ese motivo, la obtención de la pena es una consecuencia inherente al
ejercicio que se le reconoce cuando toda instancia de conciliación fracasa
Para concluir, que el pueblo, los legos, intervengan en la administración de
justicia es un anhelo constitucional para el momento de la solución final del caso
todavía incumplido. Que puedan intervenir en el proceso penal instando los
procedimientos y proponiendo o criticando cursos de acción, si bien no
reconoce rango constitucional, a esta altura de nuestro desarrollo cultural como
país, colabora en canalizar la venganza privada por vías razonables y
determinadas; incluso para obtener una pena.
Lo que debemos lograr es encontrar un justo medio, para discutir primero desde
los extremos y llegar a alguna conclusión que, seguro, no nos va a satisfacer, pero
nos permitirá seguir discutiendo, aprendiendo y equivocándonos para mejorar.
Por su parte, la tesis reflejada en "Marcilese" -voto del juez FAYT, que coincide
con su voto disconforme en "Mostaccio"- consiste en que el pedido absolutorio
del fiscal no imposibilita el dictado de una condena, dado que el fiscal no
puede desapoderar al tribunal del ejercicio de la jurisdicción ni forzar al
tribunal a adoptar determinada decisión y que no se ven afectadas ni la
imparcialidad ni la defensa, pues el tribunal ha condicionado su actuación a la
formulación de un requerimiento fiscal de elevación a juicio.
ETAPA PREPARATORIA
Además, dejé sentado que una ínterpretación literal del art 215 de ese cuerpo
legal conduce a la conclusión de que la ley no exige que exista auto de
procesamiento para requerir el juicio de un sujeto en esos casos, que tramitan
en los términos del art 196, CPPN (arta. 212 y 213 del mismo cuerpo legal), con
lo cual resulta perfectamente posible solicitar la elevación ajuicio de las
actuaciones sin contar con el dictado previo de tal interlocutorio. Ello, en
virtud del distinto ámbito de aplica- • dónde dicha norma respecto del art. 346,
CPPN (8)
En este sentido, consideró que el control judicial que habilita el art. 349, CPPN
no es suficiente, pues 'el auto de elevación a debate no resulta apelable (art.
352)", con lo cual el auto de procesamiento se erige 'como forma eficaz de
lograr un control de la actividad persecutoria"
"sólo a través de la apelación de ese acto que el CPPN vigente brinda una
alternativa al Imputado para que su situación de mérito sea revisada..."
Sostuvo que el párr. 2 del art. 215, CPPN establece que debe haberse dado
oportunidad al imputado de ser oído en declaración, y el párr. 3, que
'inmediatamente después [el fiscal] comunicará su dictamen al juez de
instrucción", lo cual indica que el fiscal puede presentar su requerimiento de
sobreseimiento o de remisión a juicio sin necesidad de solicitar auto de mérito
en los términos del art. 306
Entiendo que en las causas que tramitan en los términos del art. 196, CPPN la ley
no exige que el juez de instrucción haya dispuesto el procesamiento del imputado
para llevar el caso ajuicio, b) Esta interpretación no elimina la posibilidad de dictar
medidas cautelares durante el proceso, ni vulnera las garantías de la doble
.-------------------------------------MEDIDAS DE COERCIÓN--------------------------
Detención. Requisa. Secuestro. Allanamiento
Toda medida de coerción... representa una intervención del Estado -la más
rigurosa- en el ámbito de libertad jurfdica del hombre, fundamentalmente las
que se utilizan durante el procedimiento, pues se aplican a un individuo al cual,
por imposición jurfdica, se lo debe considerar inocente. Por ello, con razón, se
expresa que cualquier medida de coerción lesiona, por definición, alguno de los
derechos fundamentales reconocidos al hombre por la Constitución
Las medidas de coerción para que sean legitimas deben estar destinadas a la
aplicación del derecho material y la búsqueda de la verdad, que son los
objetivos del derecho procesal penal, la finalidad del proceso penal debe ser
procesal no puede ser una finalidad material. TODA MEDIDA DE
COERCION DEBE SER IDONEA-PROPORCIONADA-LEGAL-
NULLA ACTIO SINE LEGE (no hay medida de coerción sin ley previa):
bruzzone (teoría general de las medidas de coerción)
La nulla coactio sine lege no es otra que la formula propuesta hace 40 años por
EBERHARD SCHMIDT , busca constatar si la medida de coerción o de injerencia
se encuentra prevista en la ley procesal, con qué alcance o para qué supuestosl2,
Así como e! Derecho penal, con carácter general, sólo debe ser Utilizado
como ultima ratio para la resolución de los conflictos sociales, también las
medidas de coerción deben ser el último recurso y no la regla a seguir en lo
que hace al proceso penal.
1) Tiene que estar prevista en la ley (nulla coactio sine !ege); 2) que el órgano
que la está dictando en ese momento determinado, es e! competente para
disponerla; 3) que la medida sea necesaria; 4) que la medida es idonea para el
fin que se persigue; y 5) por último, que la medida sea proporcional, teniendo
en cuenta los inteteses afectados.
Estas medidas de coerción pueden ser probatorias exlusivamente (no solo son
coercitivas de algún derecho o garantía sino que también son probatorias) o
asegurativas de los fines del proceso. Tambien pueden ser reales (las que
afectan al patrimonio Ej embargo) o personales (afectan a la persona EJ.
Prisión preventiva).-
REQUISA:
El art. 230 del C.P.P.N. establece que es un juez quien debe ordenar las
requisas personales. Sin embargo, como excepción a dicha regla, el arto
184, inc. 5°, del C.P.P.N.establece que la policía podrá disponer de las
requisas urgentes con arreglo al art 230 dando inmediato aviso al órgano
judicial competente.
URGENCIA: El'art. 184, inc. 5°, establece como requisito para las requisas
personales sin orden la existencia de "urgencia". Acertadamente, la C.N.C.P.,
Sala l, ha dicho en los fallos "Dorrego", "Vicente" y "1i"otti": "... la urgencia
para proceder a la requisa debe estar guiada por la posibilidad de
descubrir pruebas que ante la demora a la espera de la orden pudieran
desaparecer". CONTROL JUDICIAL POSTERIOR: De la última parte de esta
norma surge la necesidad de que, con posterioridad a la requisa realizada por
personal policial, exista un control judicial sobre el cumplimiento de los
distintos requisitos que ésta exige. Es requisito ineludible para la validez de la
requisa la confección de un acta en presencia de dos testigos (arts. 230 y 138
del C.P.P.N.) en la que deben indicarse claramente los motivos que fueron
tenidos en cuenta para realizar la requisa, las razones de urgencia
existentes y el modo en que ésta se efectuó. Uno de los puntos que debe ser
controlado por el juez es que la existencia de los motivos haya sido previa a
la realización de la requisa, no pudiendo utilizar como parámetro para evaluar
LEY 23950 ART. 1 Inciso 1º.– Fuera de los casos establecidos en el Código de
Procedimientos en Materia Penal, no podrá detener a las personas sin orden de
juez competente. Sin embargo, si existiesen circunstancias debidamente fundadas
que hagan presumir que alguien hubiese cometido o pudiere cometer algún
hecho delictivo o contravencional y no acreditase fehacientemente su identidad ,
podrá ser conducido a la dependencia policial que correspondiese, con noticia al
juez con competencia en lo correccional en turno y demorada por el tiempo
mínimo necesario para establecer su identidad, el que en ningún caso podrá
exceder de diez horas. Se le permitirá comunicarse en forma inmediata con un
familiar o persona de su confianza a fin de informarle su situación. Las personas
demoradas para su identificación no podrán ser alojadas junto ni en los lugares
destinados a los detenidos por delitos o contravenciones".
ALLANAMIENTO:
ART. 224: Debe haber motivos para presumir que hay cosas vinculadas con el
delito o que se puede detener a un imputado, solo puede ordenarlo el juez por
auto fundado y se debe especificar cual es el objetivo puntual de dicho
allanamiento. Puede ir el propio juez o puede delegar en el Fiscal o Fuerzas de
Seguridad. La orden de allanamiento de justificarse de forma previa, no puede
jusitificarse la misma por lo que surja del resultado del allanamiento.
4°) Voces provenientes de una casa o local anunciaren que allí se está
cometiendo un delito o pidan socorro.
En igual sentido. Maier señala que la decisión del Estado "de someter al
individuo a un juicio público, tomada sin fundamentos suficientes, lesiona al
individuo imputado en su honor y Iibertad".