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Regimen Procesal Penal Resumen Primer Parcial

Derecho (Universidad de Buenos Aires)

Su distribución está prohibida | Descargado por Yesica locampo (yesigirll@gmail.com)


lOMoARcPSD|2403022

REGIMEN PROCESAL PENAL

Principios de legalidad y oportunidad

Existen dos grandes sistemas de persecución penal estatal: el seguido por los países
de origen anglosajón -que recepta el principio acusatorio-, y el seguido por los
países de tradición continental -de marcado tinte inquisitivo. La diferencia
principal entre estos dos modelos de realización de la justicia penal tiene su origen
a partir de la aparición del principio de persecución penal publica.

El rol que hasta ese momento cumplía la víctima pasó a ser desempeñado por el
funcionario público encargado de perseguir. "La caracteristica fundamental del
e,yuiciamiento acusatorio reside en la división de los poderes ejercidos en el
proceso. por un lado. el acusador. quien persigue penalmente y ejerce el poder
requirente. por el otro. el imputado. quien puede resistir la imputación, ejerciendo
el derecho de defenderse. y. finalmente, el tribunal. que tiene en sus manos el poder
de decidir".4 Por otro lado. "la caracteristica fundamental del e,yuiciamiento
inquisitivo reside en la concentración del poder procesal en una única mano. la del
inquisidor, a semejanza de la reunión de los poderes de la soberanía (administrar.
legislar y juzgar) en una única persona, según el régimen político del absolutismo".

La adopción de la forma acusatoria. supone necesariamente que la investigación


preparatoria recaíga en manos del Ministerio Público Fiscal. ya que esto se infiere
directamente de su función requirente -función exclusiva del Ministerio Fiscal-.

Fue el principio de la verdad histórica incorporado por el sistema continental, el


que determinó los aspectos fundamentales de todo el régimen de justicia penal, y
estableció la necesaria adopción del principio de legalidad procesal. En otras
palabras. si en un determinado sistema de persecución penal lo que se busca es una
verdad histórica -los hechos tal cual sucedieron en el mundo-las partes no podrán
apartarse de ella. para "convenir" otros hechos,

Es posible encontrar una relación entre el principio de legalidad y las teorias


absolutas o retributivas de la pena, ya que la aplicación de la pena como un
imperativo de justicia que excluye cualquier fin de carácter utilitario. II Por otra
parte, el principio de oportunidad puede emparentarse con las teorias relativas de la

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pena, ya que éstas justifican el ejercicio de la persecución y la aplicación de la


pena como medios para obtener determinado fin -prevención especial o general

El principio de legalidad de la persecución penal -también conocido como


obligatoriedad del ejercicio la acción penal- consiste en el deber, impuesto
legalmente al fiscal (y a cualquier funcionario encargado de esa función), de
perseguir todos los delitos que llegaren a su conocimiento, y la prohibición de
suspender esta persecución una vez iniciada. De esta manera, el principio de
legalidad procesal interpretado en su alcance más abarcativo, no sólo excluye
toda discrecionalidad por parte del Ministerio Público, sino que otorga al
desistimiento del fiscal, al dictamen de sobreseimiento, o al alegato de
absolución valor no determinante a efectos de la decisión tomada por el
tribunal. 13 ((( A partir de este concepto, vale la pena recordar cómo regula
nuestro Código Procesal Penal el control de los requerimientos concIusivos del
fiscal. Así, el arto 348 del Código Procesal Penal de la Nación -C.P.P.N. o Código
Procesal establece que si el juez no está de acuerdo con el requerimiento del
fiscal de no elevar a juicio la decisión recaerá en la Cámara; frente a la
disposición fiscal de desestimar la denuncia. cuando se considere que el hecho
denunciado no constituye delito o no se pueda perseguir. si bien el Código no ha
previsto control alguno (el juez que no acuerde con el fiscal deberia confiar en la
posible apelación del querellante -si es que existe-), la jurisprudencia de Casación
ha aplicado analógicamente el arto 348.)))

Con respecto al encuadre normativo, vale la pena aclarar que nuestra


Constitución no impone la adopción del principio de legalidad ni del de
oportunidad. La Constitución Nacional sólo impone condiciones para el
ejercicio del poder punitivo del Estado, pero de ningún precepto surge que
ante todo anoticiamiento de la posible comisión de un delito, se deba perseguir
y castigar penalmente. La elección del principio de legalidad se deriva del
Código Penal---C.P.-, el que en su arto 71, establece: "Deberán iniciarse de
oficio todas las acciones penales..."; del Código Procesal Penal de la Nación,
que en su arto 5° dispone: " La acción penal pública se ejercerá por el
Ministerio Fiscal, el que deberá iniciarla de oficio siempre que no dependa de
instancia privada. Su ejercicio no podrá suspenderse, interrumpirse ni hacerse
cesar, excepto en los casos expresamente previstos por la ley.".
Correlativamente, el art 274 C.P. prevé una sanción para el caso de

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incumplimiento de este deber. Así, determina: "El funcionario público que,


faltando a la obligación de su cargo, dejare de promover la persecución y
represión de los delincuentes, será reprimido con inhabilitación absoluta de seis
meses a dos años, a menos que...". Si bien, a simple vista, nuestra legislación
adopta lisa y llanamente el principio de legalidad procesal, el giro de la norma
de procedimiento excepto en los casos expresamente previstos por la ley..."
habilitaría una eventual adopción del principio de oportunidad.1?

FUNDAMENTO del PRINCIPIO DE LEGALIDAD: Son el principio de


igualdad ante la ley y el principio de legalidad material. Estos principios
utilizados como fundamento determinan que sea la ley -y no la decisión particular
de órganos encargados de la persecución penal- la que establezca cuándo una
persona debe ser sometida a una pena y cuándo no, evitando así, toda posible
desigualdad. 18

CRITICA Y ARBITRARIEDAD EN LA SELECCIÓN; El principio de legalidad


choca en la práctica con un obstáculo insalvable: es imposible fácticamente
investigar y perseguir todos los casos que ingresan al sistema penal. Por ello, los
mecanismos de selección existen aunque estén prohibidos, y peor aún,
funcionan informalmente. Para decido en palabras de Maier: "los juristas
sostienen, especulativamente, el principio de legalidad, como criterio de justicia
rector de la persecución penal, y la práctica concreta selecciona de diversas
maneras los casos a tratar v el tratamiento que reciben ya dentro del sistema,
aplicando criterios de oportunidad". En función de esta limitación de hecho, se
impone necesariamente la implementación de mecanismos informales de
selección. Esta selección, justamente por ser informal, resulta irracional y
arbitraria, llevando a una aplicación desigual del Derecho penal; por otra parte,
al no permitir control alguno, no es posible conocer el criterio aplicado en esa
selectividad.

PRINCIPIO DE OPORTUNIDAD: La idea de implementar el principio de


oportunidad dentro del sistema continental surge con el fin de legitimar la
racionalidad o para, al menos, "blanquear" la selectividad; contribuyendo, de
esta manera, a la eficiencia real del sistema. En otras palabras, el principio de
oportumdad busca "descongestionar" con algún criterio predetermin~do la

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administración de justicia, que se ve desbordada por el numero de causas penales


que llegan a su conocimiento.

Hoy, una definición clara de lo que se entiende por principio de oportunidad es la


que nos ofrece Maier: "la posibilidad de que los órganos públicos, a quienes se
les encomienda la persecución penal, prescindan de ella, en presencia de la
noticia de un hecho punible o, inclusive, frente a la prueba más o menos
completa de su perpetración, formal o informalmente, temporal o
definitivamente, condicionada o incondicionalmente, por motivos de utilidad
social o razones político-criminales". La posibilidad de otorgar discrecionalidad a
los fiscales, se puede justificar por diversas razones. En primer lugar, el fin
utilitarista que se persigue al buscar descomprimir el sistema se relaciona con
teorías utilitarias de la pena, en particular con la teoría de la prevención general
positiva; ésta procura -a través de la imposición de la pena- reafirmar bienes y
valores convencionalmente admitidos al seleccionar qué conflictos serán
presentados públicamente para su juzgamiento. Por otra parte, se puede justificar
su implementación por razones político-criminales utilitarias; como "la
descriminalización y criminalización de comportamientos, o el intento de derivar
comportamientos punibles hacia formas de tratamiento del conflicto y soluciones
extrapenales (diversion)". Por último, y no por ello menos importante, la atribución
de facultades discrecionales al fiscal resulta acorde con la tendencia general de
otorgarle mayor protagonismo al Ministerio Público en la realización del Derecho
penal. 28

CRITICAS AL PRINCIPIO DE OPORTUNIDAD: Hay juristas que consideran


que mediante su implementación se vulneraría el principio de legalidad sustancial.
Sostienen que la discrecionalidad atribuida a los fiscales -esto es, por ejemplo, la
posibilidad que tendrían de no iniciar la persecución penal o de modificar en
cualquier momento el contenido de la imputación- impediría que el ciudadano
pueda prever las consecuencias jurídicas de su conducta. Esto repercutiría en
forma negativa en la seguridad jurídica y en la legitimación de la pena desde la
perspectiva de la prevención general. Otra de las críticas sostiene que la aplicación
del principio de oportunidad significaría dotar al fiscal de funciones
jurisdiccionales, funciones que están reservadas constitucionalmente sólo al
Poder Judicial. Quienes sostienen esto, observan que en los casos en los que se
permitiese al fiscal decidir archivar la causa sin que sea necesaria la posterior

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confirmación judicial, éste tendría en sus manos tanto la función acusadora


como la juzgadora. Así, se violaría el principio de división de poderes,
fundamento básico de un Estado republicano de Derecho. Otro de los más
conocidos cuestionamientos que se han formulado contra el principio de
oportunidad, considera que mediante su implementación se violaría el principio
de igualdad. Esta afirmación se infiere como consecuencia del trato diferente
que eventualmente el fiscal -discrecionalmente- podría otorgar a personas
involucradas en causas similares.

La instrumentación del principio de oportunidad sólo será posible si se


implementa, a su vez, la investigación preliminar a cargo del Ministerio Público,
no como excepción a la instrucción jurisdiccional -como lo es actualmente de
acuerdo con el C.P.P.N.- sino como principio general.

EJEMPLOS EN LOS Q SE APLICA EL PRINCIPIO DE OPORTUNIDAD: i)


Arrepentido Aunque el nuevo CPPN no prevé este instituto, en esta categoría
podemos ubicar al arrepentido o "testigo de la corona", a quien el Estado, a cambio
de información útil, le reduce el castigo o hasta prescinde de él, siendo ello una
manifestación del principio de oportunidad. Vale aclarar que en la legislación
nacional se lo contempla en los casos de narcotráfico (art. 29 ter, ley 23.737),
terrorismo (ley 25.521) y secuestros extorsivos (ley 25.742), siendo que también
otros Códigos Procesales provinciales lo prevén, proyectándolo a escenarios más
amplios: así, el Código de Mendoza, art. 26, inc. 5º (52); el Código de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires, en su art. 199, inc. f) (53), y el de La Rioja, en su art.
204 bis, inc. 6º, agregado por ley 8661/2009 (54). ii) Agente encubierto También
aparece bajo esta concepción la figura del "agente encubierto", respecto de quien el
Estado renuncia anticipadamente a penar actos delictivos que eventualmente pueda
cometer durante su gestión, en concesión al principio de oportunidad y que ha sido
receptado en la Ley de Estupefacientes 23.737 (art. 31 bis

INVESTIGACION DEL MINISTERIO PUBLICO FISCAL

Según vemos, la necesidad de que la investigación preparatoria quede a cargo del


ministerio público se infiere directamente de su función requirente: como se ha
señalado, resulta artificial que el fiscal deba acusar sobre la base de elementos

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probatorios que él no ha recogido, careciendo de toda posibilidad de selección


con relación a ellos; igualmente inadmisible es la inversión de roles imperante,
pues "el fiscal, que debería investigar, sólo puede controlar lo que el juez
investiga; y éste, que sólo debería controlar la investigación, la realiza
personalmente" .

La instrumentación del principio de oportunidad sólo será posible si se


implementa. a su vez. la investigación preliminar a cargo del ministerio público. no
ya como excepción a la instrucción jurisdiccional. sino como principio general.

Artículo 120 CN.- El Ministerio Público es un órgano independiente


con autonomía funcional y autarquía financiera que tiene por función
promover la actuación de la justicia en defensa de la legalidad de los
intereses generales de la sociedad en coordinación con las demás
autoridades de la República.

Está integrado por un procurador general de la Nación y un defensor


general de la Nación y los demás miembros que la ley establezc

Función

Art. 65. - El ministerio fiscal promoverá y ejercerá la acción penal en


la forma establecida por la ley.

Art. 69. - Los representantes del ministerio fiscal formularán, motivada y


específicamente, sus requerimientos y conclusiones; nunca podrán remitirse
a las decisiones del juez; procederán oralmente en los debates y por escrito
en los demás casos.
Art. 348. - Si la parte querellante y el agente fiscal solicitaren
diligencias probatorias, el juez las practicará siempre que fueren
pertinentes y útiles y, una vez cumplidas, les devolverá el sumario para
que se expidan, conforme al inciso 2 del artículo anterior.

El juez dictará sobreseimiento si estuviere de acuerdo con el


requerido. De lo contrario, sea que no esté de acuerdo con el
sobreseimiento pedido por el fiscal o sea que sólo el querellante
estimara que debe elevar la causa a juicio, dará intervención por seis
(6) días a la Cámara de Apelaciones. Si ésta entiende que corresponde

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elevar la causa a juicio, apartará al fiscal interviniente e instruirá en


tal sentido al fiscal que designe el fiscal de Cámara o al que siga en
orden de turno. (SE DECLARO INCONSTITUCIONAL)

Facultades de la defensa

COMPETENCIA

ORGANIZACIÓN JUDICIAL

INSTRUCCIÓN

Acción pública

Art. 5° - La acción penal pública se ejercerá por el Ministerio fiscal,


el que deberá iniciarla de oficio siempre que no dependa de instancia
privada. Su ejercicio no podrá suspenderse, interrumpirse ni hacerse
cesar, excepto en los casos expresamente previstos por la ley.

Acción dependiente de instancia privada

Art. 6° - La acción penal dependiente de instancia privada no se podrá


ejercitar si las personas autorizadas por el Código Penal no
formularen denuncia ante autoridad competente.}

Acción Privada

Art. 7° - La acción privada se ejerce por medio de querella, en la


forma especial que establece este Código.-

Facultad de denunciar

Art. 174. - Toda persona que se considere lesionada por un delito cuya
represión sea perseguible de oficio o que, sin pretender ser lesionada,
tenga noticias de él, podrá denunciarlo al juez, al agente fiscal o a la
policía. Cuando la acción penal depende de instancia privada, sólo
podrá denunciar quien tenga derecho a instar, conforme a lo dispuesto
a este respecto por el Código Penal. Con las formalidades previstas en

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el capítulo IV, del título IV, del libro primero, podrá pedirse ser tenido
por parte querellante.

Requisitos denuncia:

Art. 175. - La denuncia presentada ante la policía podrá hacerse por


escrito o verbalmente; personalmente, por representante o por
mandatario especial. En este último caso deberá agregarse el poder.
En el caso de que un funcionario policial reciba la denuncia en forma
escrita comprobará y hará constar la identidad del denunciante.
Cuando sea verbal, se extenderá en un acta de acuerdo con el
Capítulo IV, Título V, del Libro I.

En el caso que la denuncia sea presentada ante la fiscalía o el juez la


misma deberá ser escrita; personalmente, por representante o por
mandatario especial. En este último caso deberá agregarse el poder,
debiendo ser firmada ante el funcionario que la reciba, quien
comprobará y hará constar la identidad del denunciante.

A los fines de comprobar su identidad, el denunciante podrá presentar


cualquier documento válido de identidad.

Obligación de denunciar:

Art. 177. - Tendrán obligación de denunciar los delitos perseguibles


de oficio:

1°) Los funcionarios o empleados públicos que los conozcan en el


ejercicio de sus funciones.

2°) Los médicos, parteras, farmacéuticos y demás personas que


ejerzan cualquier rama del arte de curar, en cuanto a los delitos
contra la vida y la integridad física que conozcan al prestar los
auxilios de su profesión, salvo que los hechos conocidos estén bajo el
amparo del secreto profesional.

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Prohibición de denunciar

Art. 178. - Nadie podrá denunciar a su cónyuge, ascendiente,


descendiente o hermano, a menos que el delito aparezca ejecutado en
perjuicio del denunciante o de un pariente suyo de grado igual o más
próximo que el que lo liga con el denunciado.

Denuncia ante el juez:

Vista fiscal

El fiscal cinsunscribe el hecho, lo delimita

Art. 180. - El juez que reciba una denuncia la transmitirá


inmediatamente al agente fiscal. Dentro del término de veinticuatro
(24) horas, salvo que por la urgencia del caso aquél fije uno menor, el
agente fiscal formulará requerimiento conforme al artículo 188 o
pedirá que la denuncia sea desestimada o remitida a otra jurisdicción.

Sin perjuicio de lo dispuesto en el párrafo anterior, el juez de


instrucción que reciba una denuncia podrá, dentro del término de
veinticuatro (24) horas, salvo que por la urgencia del caso fije uno
menor, hacer uso de la facultad que le acuerda el artículo 196, primer
párrafo, en cuyo caso el agente fiscal asumirá la dirección de la
investigación conforme a las reglas establecidas en el título II, del
libro II de este Código o pedirá que la denuncia sea desestimada o
remitida a otra jurisdicción.

La denuncia será desestimada cuando los hechos referidos en ella no


constituyan delito, o cuando no se pueda proceder. La resolución que
disponga la desestimación de la denuncia o su remisión a otra
jurisdicción, será apelable por la víctima o por quien pretendía ser
tenido por parte querellante.

Denuncia ante el agente fiscal:

Art. 181. - Cuando la denuncia sea presentada ante el agente fiscal,


éste procederá conforme a lo dispuesto en el segundo párrafo del

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artículo 196 o requerirá la desestimación o remisión a otra


jurisdicción. Se procederá luego, de acuerdo con el artículo anterior.

196 2° párrafo: En aquellos casos en los cuales la denuncia de la


comisión de un delito de acción pública sea receptada directamente
por el agente fiscal, o promovida por él la acción penal de oficio, éste
deberá poner inmediatamente en conocimiento de ella al juez de
instrucción, practicará las medidas de investigación ineludibles,
cuando corresponda, solicitará al juez de instrucción que recepte la
declaración del imputado, conforme las reglas establecidas en la
sección II de este título, luego de lo cual el juez de instrucción
decidirá inmediatamente si toma a su cargo la investigación, o si
continuará en ella el agente fiscal.

Denuncia ante la policía o las fuerzas de seguridad:

Art. 182. - Cuando la denuncia sea hecha ante la policía o las fuerzas
de seguridad, ellas actuarán con arreglo al artículo 186.

Actos de la policía judicial y de las fuerzas de seguridad

Función:

Art. 183. - La policía o las fuerzas de seguridad deberán investigar,


por iniciativa propia, en virtud de denuncia o por orden de autoridad
competente, los delitos de acción pública, impedir que los hechos
cometidos sean llevados a consecuencias ulteriores, individualizar a
los culpables y reunir las pruebas para dar base a la acusación. NO
SON DENUNCIA FORMAL PERO DA LUGAR A UNA
INVESTIGACION

Si el delito fuera de acción pública dependiente de instancia privada,


sólo deberá proceder cuando reciba la denuncia prevista por el
artículo 6.

Art. 186. - Los encargados de la prevención, comunicarán


inmediatamente al juez competente y al fiscal la iniciación de
actuaciones de prevención. Bajo la dirección del juez o del fiscal,
según correspondiere, y en carácter de auxiliares judiciales, formarán

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las actuaciones de prevención que contendrán: 1°) Lugar y fecha en


que fueron iniciadas. 2°) Los datos personales de quienes en ellas
intervinieron. 3°) Las declaraciones recibidas, los informes que se
hubieran producido y el resultado de todas las diligencias practicadas.

Atribuciones, deberes y limitaciones

ART 184 MUY LARGO BUSCAR en el parcial

Requerimiento de instruccíón

Art. 188. - El agente fiscal requerirá al juez competente la instrucción,


cuando la denuncia de un delito de acción pública se formule
directamente ante el magistrado o la policía y las fuerzas de
seguridad, y aquél no decidiera hacer uso de la facultad que le
acuerda el primer párrafo del artículo 196.

En los casos en que la denuncia de un delito de acción pública fuera


receptada directamente por el agente fiscal o éste promoviera la
acción penal de oficio, si el juez de instrucción, conforme a lo
establecido en el segundo párrafo del artículo 196, decidiera tomar a
su cargo la investigación, el agente fiscal deberá así requerirla.

Art. 69. - Los representantes del ministerio fiscal formularán, motivada y


específicamente, sus requerimientos y conclusiones; nunca podrán remitirse
a las decisiones del juez; procederán oralmente en los debates y por escrito
en los demás casos.

EL REQUERIMIENTO TIENE QUE ESTAR MOTIVADO, SI


NO ESTA SE DECLARA LA NULIDAD DEL MISMO (EL JUEZ
EFECTUA UN CONTROL NEGATIVO DE LEGAIDAD, SI VE
QUE EL DICTAMEN ES ARBITRARIO E INFUNDADO PUEDE
DECLARAR LA NULIDAD)

El requerimiento de instrucción contendrá:

1°) Las condiciones personales del imputado, o, si se ignoraren, las


señas o datos que mejor puedan darlo a conocer. 2°) La relación
circunstanciada del hecho con indicación, si fuere posible, del lugar,

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tiempo y modo de ejecución. 3°) La indicación de las diligencias útiles


a la averiguación de la verdad. El fiscal cinsunscribe el hecho, lo
delimita

Iniciación:

Art. 195. - La instrucción será iniciada en virtud de un requerimiento


fiscal, o de una prevención o información policial, según lo dispuesto
en los artículos 188 y 186, respectivamente, y se limitará a los hechos
referidos en tales actos.

El juez rechazará el requerimiento fiscal u ordenará el archivo de las


actuaciones policiales, por auto, cuando el hecho imputado no
cosntituya delito o no se pueda proceder. La resolución será apelable
por el agente fiscal y la parte querellante.

Art. 196. - El juez de instrucción podrá decidir que la dirección de la


investigación de los delitos de acción pública de competencia criminal
quede a cargo del agente fiscal, quien deberá ajustar su proceder a las
reglas establecidas en la sección II del presente título.

En aquellos casos en los cuales la denuncia de la comisión de un


delito de acción pública sea receptada directamente por el agente
fiscal, o promovida por él la acción penal de oficio, éste deberá poner
inmediatamente en conocimiento de ella al juez de instrucción,
practicará las medidas de investigación ineludibles, cuando
corresponda, solicitará al juez de instrucción que recepte la
declaración del imputado, conforme las reglas establecidas en la
sección II de este título, luego de lo cual el juez de instrucción
decidirá inmediatamente si toma a su cargo la investigación, o si
continuará en ella el agente fiscal.

Art. 285. FLAGRANCIA - Habrá flagrancia si el autor del delito fuera


sorprendido en el momento de intentarlo, cometerlo, inmediatamente
después, si fuera perseguido o tuviera objetos o presentase rastros que
permitieran sostener razonablemente que acaba de participar de un delito.

-----------------------FALLO VILLANUEva y FALLO


QUIROGA------------------------------

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VICTIMA Y QUERELLA

FALLOS SANTILLAN/ PRECEDENTE OTOVAL/ LEY 27372-----------------

NO CITAR A SANTILLAN EN EL 346 (CITAR STORCHI O BERSTEIN)

BRUZZONE: Por mi parte, quisiera señalar que si bien, como lo hace Pastor, no
considero que el derecho a querellar en causas de acción pública surja del texto
constitucional, al encontrarse legalmente prevista la facultad de la víctima de
intervenir en el proceso como parte acusadora junto con el fiscal, en principio, no
podría verse limitada a lo que proponga esa otra parte, como, por ejemplo, se
encuentra normativamente establecido en el Código Procesal Penal de la Nación,
donde su intervención tiene carácter adhesivo, siendo insuficiente la capacidad
recursiva que se le reconoce para llevar adelante la función asignada.
Brevemente: si legalmente se reconoce la facultad de actuar como parte
querellante, ese reconocimiento debe extenderse, incluso, a dotarlo de los atributos
y remedios correspondientes para obtener una pena.
Si bien el período que discurre entre 1889 y 1921 es aquel en donde se consolidó
a nivel nacional, la posibilidad de que el querellante ingresara autónomamente a la
etapa de plenario, y donde no se registran mayores precedentes de la CSJN debido
al criterio invariable de no considerar materia federal lo atinente a la interpretación
del derecho procesal (6), fue con la entrada en vigencia del actual Código Penal
donde se generaron, en lo que a este tema se refiere, dos líneas de discusión que,
con sus particularidades, en cierta medida se mantienen hasta el presente y que
hacen al reparto de competencias legislativas previsto en el texto constitucional.
Por un lado, con carácter general, la de la usurpación de funciones en la que
habría incurrido el Congreso Nacional al regular desde la ley sustantiva lo
atinente al ejercicio de la acción penal y, por otro, el relativo a determinar si
por haberse establecido el principio de oficialidad en su art. 71 se había
abolido la figura del querellante.

III. La recepción de la tesis Jofré en la jurisprudencia de la Corte (FALLO


MARESCA)
Es importante destacar que así como en la ciudad de Buenos Aires la
jurisprudencia no solo no se hizo eco de la postura de Jofré, sino que le confirió
facultades autónomas de intervención permitiéndole ingresar en solitario al
plenario, otras cámaras federales no siguieron igual criterio. Ese fue el caso de la
Cámara Federal de La Plata. La jurisprudencia de ese tribunal, precisamente, fue la

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que generó uno de los precedentes más importantes de la Corte Suprema sobre el
tema que estamos analizando: el fallo "Maresca"(9), que suele ser citado en el
sentido de que la Corte desconoció la posibilidad de actuación al querellante. Ese
precedente se había originado en la necesidad de dar respuesta a la jurisprudencia
del tribunal platense, anterior al plenario de 1960 que la modificó (10), y que se
apoyaba en la tesis Jofré. En lo que aquí interesa se debe recordar que la Corte
declaró mal concedido el recurso por no tratarse de una sentencia definitiva, obiter
dictum, aclaró porque se consideraba que no existía cuestión federal. Se explayó de
la siguiente manera:
"(..) aún en la hipótesis de ser definitiva la resolución en cuestión, no
llenaría el requisito señalado en el art. 15 de la ley número 48 para la
procedencia del recurso extraordinario. Faltaría, en efecto, la relación directa
e inmediata entre la garantía del art. 18 de la constitución que se dice
desconocida y el punto controvertido de falta de acción, pues el principio de la
inviolabilidad de la defensa en juicio destinado a proteger a los procesados
contra enjuiciamientos arbitrarios, ninguna vinculación tiene y
consiguientemente no protege a quien dentro del litigio asume o pretender
asumir el rol de querellante y no de acusado"(11).
La claridad de lo dicho por la Corte exime de realizar mayores comentarios; si
lo que el recurrente pretendió en esa oportunidad fue equiparar su situación, como
pretenso querellante, invocando la garantía de la defensa en juicio de sus derechos,
la Corte descartó esa posibilidad. Y precisando esta cuestión, el fallo continúa de la
siguiente manera:
"(...) cuando esta Corte, precisando el concepto de lo que debe entenderse por
procedimientos judiciales a los efectos del artículo 18 de la Constitución, ha dicho
que son formas substanciales en materia criminal la acusación, defensa, prueba y
sentencia, no ha entendido pronunciarse respecto de las formas de la primera en el
sentido de que en el ejercicio de las acciones ha de darse necesariamente
intervención al acusador particular o de que ella ha de concurrir con la del
Ministerio Público, pues cada una de estas creaciones legales y las demás que
puedan concebirse, son en absoluto extrañas a la garantía del artículo 18
citado, que sólo requiere para subsistir, la existencia de una acusación
respecto del procesado sin atender para nada al carácter público o particular
de quien la formula o la prosigue".

FALLO OTTO WALD : No obstante para llegar a lo que se resolvió en "Otto


Wald", debe quedar claro que lo que posibilitó el cambio —más allá del criterio
que se pudiera tener sobre la intervención de la víctima en procesos de acción
pública— fue la adopción por parte de la Corte de la doctrina de la gravedad

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institucional, y ello porque respecto de esos delitos la solución siguió siendo la


misma, a punto tal que, por vía de principio, el recurso extraordinario
deducido por el querellante, con miras a la obtención de una condena
criminal, era considerado improcedente. Es en "Toculescu"(17) donde si bien la
Corte revocó el sobreseimiento dispuesto, dándole razón a la querella, lo hizo
invocando la doctrina de la gravedad institucional consagrada por primera vez en
el conocido precedente "Jorge Antonio"(18), pero reiterando que por vía de
principio el recurso extraordinario deducido por el querellante, con miras a la
obtención de una condena criminal, era improcedente, doctrina que sería
puntualmente cuestionada por el Procurador Lascano.
Fue por ese motivo que, al dictaminar en el caso "Cincotta"(19), también frente
a un recurso interpuesto por una querella respecto de un delito de acción
pública, Lascano se ocupó puntualmente del tema solicitando a la Corte que
reviera su posición en ese sentido. En realidad, y como fuera resuelta la cuestión
de fondo con remisión a "Toculescu" y, por ende, a "Jorge Antonio", lo
trascendental de ese caso es cómo queda por primera vez fijada una posición que,
pocos años después, produciría un giro en el tema dejando de la lado la doctrina
mencionada. Este es el momento del verdadero quiebre en la materia y, sin
dudas, el antecedente más importante hasta ese momento, pero con proyección
al presente. Dice expresamente Lascano que estima "aconsejable la revisión de la
mencionada doctrina", reflexionando a continuación que el repaso de los
antecedentes de la Corte en la materia, le permitían concluir que era dudoso que
surgiera de ellos un criterio definido, asentado sobre bases firmes, ya que la
doctrina de las últimas decisiones que se habían adoptado no parecía encontrar
apoyo en aquellos precedentes, donde se limitaban a afirmar que lo relativo a las
condiciones requeridas para ingresar como querellante particular en una causa era
de orden común y procesal, así como de toda otra cuestión que se originara en el
trámite de la querella.
Dijo Lascano en esa oportunidad:"En cambio, el punto resuelto en Fallos: 219:317
(21) es más complejo. Se trataba allí de la denegación del carácter de
querellante al particular damnificado, y éste impugnaba dicha denegación,
con fundamento en la garantía constitucional de la defensa de los derechos en
juicio. La pretensión esgrimida, por tanto, se basaba implícitamente en la idea de
que existe un interés legítimo del ofendido por un delito en la sanción penal del
ofensor, único medio a través del cual se obtiene un verdadero
restablecimiento del equilibrio roto por la lesión de los bienes tutelados por el
derecho criminal. En otros términos, debería mirarse la persecución de la
sanción penal como un modo necesario de restauración del derecho
desconocido por el delito, de manera que negar al damnificado la posibilidad
de actuar como querellante era privarlo llanamente de la defensa en juicio de

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aquel derecho en lo que él poseía de más esencial".


"Sin embargo, del mismo fallo resulta reconocida la distinción entre dos
hipótesis que naturalmente se presentan respecto del tema: una, la de que el
legislador no haya autorizado la intervención del damnificado como querellante, y
otra, la de que sí lo haya hecho".
"En el primer caso podrá decirse que, resuelto de tal manera un punto discutible,
sobre el cual no existe ningún precepto constitucional expreso o implícito, la
solución dada por el legislador no puede, lógicamente, ser dejada de lado por los
jueces, lo que es igual a afirmar la inexistencia de relación directa entre la
pretensión sustentada por la víctima del delito y la garantía del art. 18 de la
Constitución".
"En cambio, si la intervención del damnificado ha sido acordada expresamente
por el legislador, parece evidente que el problema de su legítimo interés por la
sanción ha sido zanjado en forma positiva por la voluntad de la ley, sin que los
jueces puedan privarlo, entonces, arbitrariamente, es decir, sin fundamento legal,
de su intervención en el proceso. Por consiguiente, la cuestión que originaría tal
actitud judicial no sería de orden común, sino que, por el contrario, daría lugar a un
verdadero agravio constitucional".
Así llegamos a "Otto Wald"(22), donde la Corte modifica su criterio en el
sentido propuesto por Lascano —aunque aquí el Procurador era Marquardt— y en
el Considerando 1°, haciendo expresa la cuestión planteada, dice que:
"(...) en tal sentido esta Corte no comparte, en su actual composición, las
limitaciones afirmadas en los pronunciamientos mencionados (23), pues considera
que todo aquel a quien la ley reconoce personería para actuar en juicio en
defensa de sus derechos está amparado por la garantía del debido proceso
legal consagrada en el art. 18 de la Constitución Nacional, sea que actúe como
acusador o acusado, como demandante o demandado; ya que en todo caso
media interés institucional en reparar el agravio si éste existe y tiene
fundamento en la Constitución. No se observa, en efecto, cuál puede ser la
base para otorgar distinto tratamiento a quien acude ante un tribunal
peticionando el reconocimiento o la declaración de un derecho —así fuere el
de obtener la imposición de una pena— y el de quien se opone a tal pretensión,
puesto que la Carta Fundamental garantiza a todos los litigantes por igual el
derecho a obtener una sentencia fundada previo juicio llevado en legal forma,
cualquiera sea la naturaleza del procedimiento —civil o criminal— de que se
trate".
De esta forma, la doctrina de que, por vía de principio, el recurso de la querella
en causas de acción pública era inadmisible cuando se perseguía la condena, fue
dejado de lado y, hasta el presente, nunca más se utilizó por lo menos, por vía de

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principio.
Recordemos que el dictamen del Procurador General, Agüero Iturbe, propició el
rechazo del recurso extraordinario por no haber cuestión federal (25); lo que la
Corte no compartió, ya que su mayoría sostuvo que: "(...)en autos existe cuestión
federal suficiente para habilitar la instancia extraordinaria, en la medida en que se
han puesto en tela de juicio el alcance del art. 18 de la Constitución Nacional y la
decisión ha sido contraria a la pretensión que el recurrente sustentó en él (art. 14,
inc. 3°, de la ley 48" (Considerando 6°).
Como se advierte de lo expuesto, la Corte Suprema no ha consagrado un
derecho constitucional a querellar, ni tampoco lo ha derivado de los tratados
incorporados al texto constitucional en 1994, sino que si ingresó en el análisis
de la cuestión planteada fue por la interpretación constitucionalmente
incorrecta (26) que se habría hecho de los derechos que la ley le reconoce al
querellante, con apoyo en la garantía del debido proceso legal.
VI. La capacidad de rendimiento de "Santillán"
La "capacidad de rendimiento" de ese precedente se hizo notar en decisiones
posteriores de tribunales inferiores, donde se consideró que esa posibilidad, aunque
no es idéntica en su justificación y consecuencias, se extendía a los otros
momentos del proceso donde el impulso de la fiscalía era necesario. Es decir: de lo
resuelto para el momento de los alegatos al concluir el debate (art. 393, CPPN), se
consideró que también debía reconocerse la posibilidad de impulsar
autónomamente el caso a la etapa de juicio (art. 346, CPPN), así como
respecto del inicio de la investigación (art. 180, CPPN) (29).
Si alentamos la intervención de la víctima en el proceso es porque consideramos
que es "la mejor representante de los intereses del grupo" (41) para hacerlo, a
efectos de lograr la reparación que se persigue más allá de las soluciones punitivas
que el derecho penal nos presenta. Pero también debemos asumir que al admitirla,
por ese motivo, la obtención de la pena es una consecuencia inherente al
ejercicio que se le reconoce cuando toda instancia de conciliación fracasa
Para concluir, que el pueblo, los legos, intervengan en la administración de
justicia es un anhelo constitucional para el momento de la solución final del caso
todavía incumplido. Que puedan intervenir en el proceso penal instando los
procedimientos y proponiendo o criticando cursos de acción, si bien no
reconoce rango constitucional, a esta altura de nuestro desarrollo cultural como
país, colabora en canalizar la venganza privada por vías razonables y
determinadas; incluso para obtener una pena.
Lo que debemos lograr es encontrar un justo medio, para discutir primero desde
los extremos y llegar a alguna conclusión que, seguro, no nos va a satisfacer, pero
nos permitirá seguir discutiendo, aprendiendo y equivocándonos para mejorar.

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La mayoría de la sala I de la CNCP ha confirmado en Bernstein (14) lo que


otros tribunales ya tienen dicho sosteniendo que el acusador particular se
halla legitimado "para actuar de esa forma en solitario, desde el comienzo de
la causa penal, o en la etapa de juicio, sin que sea necesaria la intervención del
Ministerio Público Fiscal". La misma postura han tomado tanto la sala III (15) y
como la sala IV (16).
El máximo tribunal penal de la Nación, entonces, parece haber acogido un
criterio inequívoco sobre la autonomía de la querella en el proceso, independencia
que incluso se ha extendido en la faz recursiva al pretenso querellante (17).
Los interrogantes sobre qué puede hacer el querellante en el proceso actual ya
han sido respondidos en El derecho a la venganza (legal) y sus límites (25). Como
dijimos, hoy la querella puede actuar en soledad desde el inicio hasta el final
del proceso penal, no necesita del fiscal para ningún acto. Está capacitada para
(1) recurrir un sobreseimiento y obligar la intervención de la Cámara de
Apelaciones, de la Cámara de Casación y hasta de la Corte Suprema; pedir la
clausura del sumario y excitar la elevación a juicio habilitar una condena mediante
una acusación en el juicio oral y eventualmente recurrir una absolución.
Se trata de todos actos de persecución que la ley habilita y que obligan al
pertinente órgano jurisdiccional a decidir sobre su procedencia aún en los
casos que el fiscal no haya acompañado la pretensión del querellante.
Trátese de un acusador público o privado, en todo momento se cumplirá
con la máxima de la Corte Suprema respecto de que el debido proceso exige la
observancia de las formas sustanciales del juicio relativas a la acusación,
defensa, prueba y sentencia dictada por los jueces naturales (28). Tan así es que
en el caso Del Olio (29) la CSJN ha ratificado que "la exigencia de acusación,
como forma sustancial en todo proceso penal, salvaguarda la defensa en juicio del
justiciable, sin que tal requisito tengo otro alcance que el antes expuesto o
contenga distingo alguno respecto de carácter público o privado de quien la
formula".
La aceptación de la querella autónoma ayuda además a la necesaria y demorada
introducción legislativa del principio de oportunidad.
Ya existen antecedentes legislativos que admiten la renuncia tácita a la acción
penal, véase por ejemplo la suspensión del juicio a prueba y el art. 16 de la ley
penal tributaria. Otro ejemplo inequívoco de extinción por pago se da en el caso de
la pena de multa..
Por otro lado, la vigencia de la querella autónoma no debe afectar el principio
de igualdad de armas. Es notoria la desigualdad que se genera, en perjuicio del
acusado, cuando conviven en un mismo proceso además del fiscal numerosos

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querellantes no unificados o, más grave aún, que representan simultáneamente el


interés del mismo sujeto pasivo.
En este punto aparece como excesivo que un imputado se vea obligado a
defenderse de una víctima que actúa representada por numerosos apoderados que
actúan en forma independiente aunque con el mismo móvil persecutorio.

El código levenne no preveía la figura de la querella, lo que perjudicaba a los


abogados que querellaban y por presión del C.P.A.C.F se incorporó un proyecto
para que se prevea la figura de la querella, luego la jurisprudencia fue adecuando
esa incorporación de la querella al código levenne que no la preveía.-

QUE PASA EN EL REQUERIMIENTO DE INSTRUCCIÓN (346) SI EL


FISCAL NO REQUIERE PERO LA QUERELLA SI???? FALLO BLANCA
AVILA/ ESCORCESE/ DIEREZ/ GARCIA ROSA
HOY EN DIA LA POSTURA DESINCRIMIANTE DEL FISCAL NO TIENE REVISIÓN, POQUE EN EL FALLO
QUIROGA SE DECLARO INCONSTITUCIONAL EL SEGUNDO PARRAFO DEL ARTICULO 248

La reciente doctrina de la Corte Suprema de Justicia de la Nación establecida en el


fallo "Mostaccio" 1 importa el abandono por ese tribu. nal de la fijada hace poco
menos de dos años en "Marcilese"2 y"el regreso a "Tarifeño"3, "García"4,
"Cattonar"S y otros6, que consideraban que el juzgador no puede válidamente
condenar al imputado si el acusador requirió la absolución en ocasión de
formular sus conclusiones al finalizar el debate (art. 393, párrafo primero, del
Código Procesal Penal de la Nación), dado que ello implicaría contrariar las
formas sustanciales del juicio: acusación, defensa, prueba y sentencia

Por su parte, la tesis reflejada en "Marcilese" -voto del juez FAYT, que coincide
con su voto disconforme en "Mostaccio"- consiste en que el pedido absolutorio
del fiscal no imposibilita el dictado de una condena, dado que el fiscal no
puede desapoderar al tribunal del ejercicio de la jurisdicción ni forzar al
tribunal a adoptar determinada decisión y que no se ven afectadas ni la
imparcialidad ni la defensa, pues el tribunal ha condicionado su actuación a la
formulación de un requerimiento fiscal de elevación a juicio.

El hecho de que el tribunal esté imposibilitado de condenar con motivo de este


temperamento del fiscal no significa que esa imposibilidad derive del desistimiento
o renuncia a la acci6n. Requerir la absolución al final del debate no significa

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retractación de la acci6n penal. La imposibilidad de condena no deriva de una


supuesta renuncia a la acción penal, sino -como hemos visto- de la afectación a
la defensa que supondría una condena sin que previamente se le otorgue al
imputado la posibilidad de refutar la valoración del resultado del
procedimiento probatorio en sustentq de la culpabilidad qu.e debe explicitar
cI-órganó ."' de la acusación.

BLANCA AVILA: El fiscal desestima y la querella recurre, se toma la norma


del 348 y 346 y se las contrapone con el 180 (que dice que la desestimación es
apelable por la querella), llegando a la revisión cámara que le dice al fiscal que
recurra igual y se lo aparta. Esto es una contradicción porque se lo aparta
pero se le pide que acuse igual

ETAPA PREPARATORIA

Claro está, desde la noticia de un hecho que, én principio, ameritaría la realización


de ese juicio, hasta su efectiva concreción, deben necesariamente sentarse las bases
que permitan llevarlo a cabo (esto es, arribar a cierto grado de probabilidad de que
un hecho específico, que se inscribe dentro del catálogo de conductas prohibidas
por el Código Penal, es atribuible a una persona dada). Es esta la actividad
preparatoria que el nuevo Código Procesal Penal regula en el título 1
(precisamente, "Etapa preparatoria"

Conforme lo señala el propio Código, la etapa preparatoria "tiene por objeto


establecer si existe o no mérito suficiente para abrir un juicio respecto de una
o más conductas con relevancia jurídico penal".

PROBLEMA CON EL ART. 215 SE PUEDE ELEVAR A JUICIO UNA


CAUSA DELEGADA POR 196 SIN QUE HAYA AUTO DE
PROCESAMIENTO? PLENARIO BLANC

EL AUTO DE PROCESAMIENTO ES APELABLE, PERO EL AUTO DE


ELEVACION A JUICIO ES INAPELABLE, POR LO QUE, SI SE
CONSIDERA QUE NO ES NECESARIO EL AUTO DE PROCESAMIENTO
PARA ELEVAR LA CAUSA A JUICIO EN LOS CASOS DELEGADOS EN
FISCALIA POR 196, SIGNIFICARIA UN agravio a la garantía de igualdad

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ante la ley, en la medida en que 'sea que la dirección de la Investigación quede


en cabeza del juzgador o que éste la confie al respectivo fiscal.., el imputado
cuenta con la expectativa de no superar la etapa preparatoria, a todo evento,
mediante la apelación del auto de procesamiento y su revisión por la alzada'.
(pato)

Art. 215. - En el supuesto que el juez de instrucción conceda (artículo


196, párrafo primero) o autorice continuar (artículo 196, párrafo
segundo) al representante del ministerio fiscal la dirección de la
investigación, éste reunirá los elementos probatorios respecto de los
extremos de la imputación penal, en su caso, correrá vista al
querellante (artículo 347), luego de lo cual expedirá en los términos
del inciso 2) del artículo 347.

En ningún caso, podrá requerirse la elevación a juicio, bajo pena de


nulidad, sin que el imputado haya prestado declaración o que conste
que se negó a prestarla.

Inmediatamente después comunicará su dictamen al juez de


instrucción. Si éste no está de acuerdo con el mismo, se procederá
según lo establecido por el párrafo segundo del artículo 348.

En caso contrario, dictará el sobreseimiento o se procederá conforme


a los artículos 349 y siguientes de este Código.

Art. 215 bis. - El Juez no podrá disponer el archivo de las causas en


que se investigue el delito previsto en el artículo 142 ter del Código
Penal, hasta tanto la persona no sea hallada o restituida su identidad.
Igual impedimento rige para el Ministerio Público Fiscal.

Además, dejé sentado que una ínterpretación literal del art 215 de ese cuerpo
legal conduce a la conclusión de que la ley no exige que exista auto de
procesamiento para requerir el juicio de un sujeto en esos casos, que tramitan
en los términos del art 196, CPPN (arta. 212 y 213 del mismo cuerpo legal), con
lo cual resulta perfectamente posible solicitar la elevación ajuicio de las
actuaciones sin contar con el dictado previo de tal interlocutorio. Ello, en

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virtud del distinto ámbito de aplica- • dónde dicha norma respecto del art. 346,
CPPN (8)

Deduje, además, que la prescindencia del auto de procesamiento en la práctica


se traducida en una Instrucción más rápida y, a la vez, más garantizadora de
la imparcialidad del juzgador, toda vez que no debería adoptar una decisión
anticipada sobre la existencia del hecho y la responsabilidad que en el mismo
le cupo al justidable.

PLENARIO BLANC: La voz cantante de la opinión que se impuso en el plenario


la llevó el voto del juez González Palazzo. El mencionado magstrado hizo hincapié
en que el art. 346, CPPN erige como condidón imprescindible para correr vista
a las partes querellante y fiscal sobre el mérito de la instrucción, que 'se haya
dispuesto el procesamiento del imputado', lo cual asegura "el acceso a una
segunda instancia revisora'.

En este sentido, consideró que el control judicial que habilita el art. 349, CPPN
no es suficiente, pues 'el auto de elevación a debate no resulta apelable (art.
352)", con lo cual el auto de procesamiento se erige 'como forma eficaz de
lograr un control de la actividad persecutoria"

Esta ausencia de control por parte de la Cámara de Apelaciones de la decisión


de llevar el caso a juicio supone, desde la perspectiva del Dr. González Palana, un
agravio a la garantía de igualdad ante la ley, en la medida en que 'sea que la
dirección de la Investigación quede en cabeza del juzgador o que éste la confie al
respectivo fiscal.., el imputado cuenta con la expectativa de no superar la etapa
preparatoria, a todo evento, mediante la apelación del auto de procesamiento
y su revisión por la alzada'.

En su voto concurrente la Dra. Catucti añadió que '...un análisis oontextual de la


normativa involucrada demuestra claramente que la prestación de declaración
indagatoria requiere la resolución de la situación procesal del imputado.., y, a su
vez, el art. 346 del Código citado dispone categóricamente que el
requerimiento de elevación a juicio sólo podrá concretarse cuando el juez
hubiera dispuesto previamente el procesamiento del encartado'. ', y recalcó la
trascendencia del auto de procesamiento, por su función, en cuanto a que 'estabiliza

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la imputación respecto de determinada persona, atiende a fijar el suceso sobre el


que posiblemente versará la etapa contradictoria'

"sólo a través de la apelación de ese acto que el CPPN vigente brinda una
alternativa al Imputado para que su situación de mérito sea revisada..."

PASTOR señala que auto formal de procesamiento no tiene una función


relevante, dado que se trata de una decisión intermedia sobre el mérito que
anticipa jurisdiccionalmente los elementos de la acusación focal. De esta
manera, por los demás, compromete la independencia de criterio del juez que
luego tendrá a su cargo la etapa crítica de la instrucción y la decisión sobre la
instancia del imputado de resistencia a la elevación ajuicio' (28). ( ESTA ES LA
POSTURA MAYORITARIA DEL PLENARIO, DICE QUE NO SE PUEDE
ELEVAR SIN PROCESAMIENTO)

LA OTRA POSTURA QUE DICE QUE SI SE PODRIA HACER:, afirmó que no


sólo la omisión del dictado del auto de procesamiento no vicia ninguna
garantía sino que, por el contrario, disponerlo vulnera las garantías de
defensa en juicio -por violación al contradictorio- e independencia e
imparcialidad del juzgador. Sostuvo que ya sea por medio de una interpretación
literal, ya sea por una sistemática del art. 215, CPPN, se arriba a la conclusión de
que no debe dictarte el auto de procesamiento en los sumarios que tramitan en
los términos del art 196, CPPN, siendo, además, esta exégesis 'la más adecuada
a fin de asegurar la garantía de imparcialidad del juez y acelerar la etapa de
la instrucción".

Sostuvo que el párr. 2 del art. 215, CPPN establece que debe haberse dado
oportunidad al imputado de ser oído en declaración, y el párr. 3, que
'inmediatamente después [el fiscal] comunicará su dictamen al juez de
instrucción", lo cual indica que el fiscal puede presentar su requerimiento de
sobreseimiento o de remisión a juicio sin necesidad de solicitar auto de mérito
en los términos del art. 306

Entiendo que en las causas que tramitan en los términos del art. 196, CPPN la ley
no exige que el juez de instrucción haya dispuesto el procesamiento del imputado
para llevar el caso ajuicio, b) Esta interpretación no elimina la posibilidad de dictar
medidas cautelares durante el proceso, ni vulnera las garantías de la doble

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conforme, igualdad ante la ley y de armas. c) Por el contrario, la exégesis que


defiendo permite asegurar que cada uno de los órganos que participan del proceso
penal mantengan su actuación dentro del marcotrazado por la Constitución
Nacional; evita conferirle al Poder' Judicial la facultad de alterar la base táctica por
la que el; fiscal pretende acusar, trasladando la discusión acerca de si un asunto
debe ser llevado a juicio a la fase procesal diseñada para tal fin -la intermedia-.
Ello trae aparejado que las medidas de coerción se adopten a pedido de parte y
previa chance de contradicción por parte de la defensa, lo cual resulta mucho más
respetuoso de las garantías de imparcialidad y contradictorio. d) Siendo lo
anterior así, no sólo puede prescindirse del dictado del auto de procesamiento
en los casos de instrucción delegada por opción,. sino que haced° es
obligatorio, en aras de garantizar un proceso contradictorio y evitar el
avasallamiento del art. 120, CN

.-------------------------------------MEDIDAS DE COERCIÓN--------------------------
Detención. Requisa. Secuestro. Allanamiento

la coerción procesal puede definirse corno toda restricción impuesta al ejercicio


de derechos personales o patrimoniales del imputado o de terceras personas,
durante el curso de un proceso penal, tendiente al resguardo de sus fines -el
descubrimiento de la verdad y la actuación de la ley sustantiva en el caso
concreto-, o a la prevención inmediata sobre el hecho concreto que constituye
el objeto del procedilnient02.

Toda medida de coerción... representa una intervención del Estado -la más
rigurosa- en el ámbito de libertad jurfdica del hombre, fundamentalmente las
que se utilizan durante el procedimiento, pues se aplican a un individuo al cual,
por imposición jurfdica, se lo debe considerar inocente. Por ello, con razón, se
expresa que cualquier medida de coerción lesiona, por definición, alguno de los
derechos fundamentales reconocidos al hombre por la Constitución

Las medidas de coerción para que sean legitimas deben estar destinadas a la
aplicación del derecho material y la búsqueda de la verdad, que son los
objetivos del derecho procesal penal, la finalidad del proceso penal debe ser
procesal no puede ser una finalidad material. TODA MEDIDA DE
COERCION DEBE SER IDONEA-PROPORCIONADA-LEGAL-

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NECESARIA (NULLA ACTIO SINE LEGE: PRINCIPIO DE


PROPORCIONALIDAD EN MATERIA PROCESAL

NULLA ACTIO SINE LEGE (no hay medida de coerción sin ley previa):
bruzzone (teoría general de las medidas de coerción)

La nulla coactio sine lege no es otra que la formula propuesta hace 40 años por
EBERHARD SCHMIDT , busca constatar si la medida de coerción o de injerencia
se encuentra prevista en la ley procesal, con qué alcance o para qué supuestosl2,

Esta teoría busca otorgar contenido a la fundamentación de la motivación de las


medidas de coerción para asi establecer si responden a los fines que persiguen o
si esos fines pueden ser alcanzados por otros medios no tan evasivos para no
alterar el equilibrio que debe respetarse entre los interés en juego. Lo que se
propone, en realidad, es un método para evitar la arbitrariedad y no caer en el
peligro que supone la adopción mecánica de esta clase de decisiones, que,
permanentemente, son efectuadas al calor de la instrucción de un caso, pero que
requieren del mismo grado de análisis y prudencia que para el dictado de otras,
supuestamente, de mayor entidad o más trascendtntes a los fines del proceso en el
sentido de concretar el Derecho penal en la aplicación de la pena.

A efectos de la imposición de una medida de coerción se debería seguir un


procedimiento similar al que utilizamos para concluir en la imposición de una
pena o una medida de seguridad. Por ejemplo, si hablamos de tipicidad, a la hora
de ingresar en el análisis de una conducta delictiva también debemos poder hablar
de tipicidad procesal o, más precisamente, de los tipos de las medidas de coerción.

La razón de ser de las medidas de coerción (o de injerencia) reside en


brindarle a los órganos del Estado encargados de la averiguación o
persecución de los delitos los medios necesarios para poder cumplir con los
fines del proceso. Aunque se podrían poner en crisis, digamos que esos fines
son: la averiguación de la verdad y el cumplimiento del derecho material. Si la
medida no cumple con alguna de estas finalidades no se justifica.

Para poder establecer si la medida es correcta desde un punto de vista


objetivo aparte de constatar que se encuentra prevista en la ley y que el

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órgano que la realiza es competente, tambien debe determInarse SI e


organo subjetivamente se encontraba en condiciones de hacerlo, Es decir,
corroborar que lo que objetivamente se realiza reconoce correspondencia
subjetiva. Esto es, también tiene que estar justificada subjetivamente la
decisión de poder hacerlo.

Así como e! Derecho penal, con carácter general, sólo debe ser Utilizado
como ultima ratio para la resolución de los conflictos sociales, también las
medidas de coerción deben ser el último recurso y no la regla a seguir en lo
que hace al proceso penal.

Las medidas de coerción se deben ir aplicando de manera gradual y en


relación al fin que se persigue, por lo que para evaluar una medida de coerción
se debe evaluar lo siguiente:

1) Tiene que estar prevista en la ley (nulla coactio sine !ege); 2) que el órgano
que la está dictando en ese momento determinado, es e! competente para
disponerla; 3) que la medida sea necesaria; 4) que la medida es idonea para el
fin que se persigue; y 5) por último, que la medida sea proporcional, teniendo
en cuenta los inteteses afectados.

DIFERENCIA Y RELACION ENTRE MEDIOS DE PRUEBA y MEDIDAD


DE COERCIO:

EL cogido procesal nos propone un sistema aberto en materia de prueba La


prueba en materia procesal es NUMERUS APERTUS (prueba abierta, es
decir, cualquier prueba que pueda ser corroborada técnicamente es valida
siempre que no afecte derechos) y las medidas de coerción son NUMERUS
CLAUSUS (solo pueden aplicarse aquellas que están previstas en la
legislación, no cualquiera).-

Siempre que la medida probatoria ponga en crisis derechos y garantías de


manera directa nos encontraremos, en realidad, frente a una medida de
coerción o de injerencia y, como tal, no es posible utilizarlos sin
limitaciones.

Estas medidas de coerción pueden ser probatorias exlusivamente (no solo son
coercitivas de algún derecho o garantía sino que también son probatorias) o

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asegurativas de los fines del proceso. Tambien pueden ser reales (las que
afectan al patrimonio Ej embargo) o personales (afectan a la persona EJ.
Prisión preventiva).-

REQUISA:

CON ORDEN JUDICIAL: ART 230

SIN ORDEN JUDICIAL: ART 230 BIS

1) La requisa personal es una medida de coerción procesal mediante la cual se


examina el cuerpo de una persona o el ámbito de custodia adherente a
aquél. con el fin de secuestrar cosas relacionadas con un delito, que se
sospecha están ocultas en dichos ámbitos.
2) La requisa personal es reglamentaria del derecho constitucional a la
intimidad, contemplado en distintos instrumentos internacionales (art. 75,
inc. 22, de la C.N.) y en los arts. 18 y 33 de la Constitución Nacional. La
C.N.C.P. no ha relacionado estos conceptos en ninguno de los fallos
reseñados.
3) En la mayoría de los casos, la requisa personal implica una restricción a la
libertad ambulatoria, siendo, en consecuencia, reglamentaria de este
derecho. La C.N.C.P. tampoco ha analizado este problema en los fallos
comentados.
4) Esnecesaria una orden de requisa para buscar cosas relacionadas con un
delito que se sospecha que una persona lleva sobre sí (en su cuerpo o entre
sus ropas), consigo (bolsos, valijas, etc.) o en aquellos vehículos de
transporte en los cuales se desplaza pero para los que no es necesaria una
orden adicional a la de detención para que el individuo pueda ser apresado.
(La C.N.C.P., Salas n y IIL ha entendido, en cambio, que sólo es necesaria
una orden de requisa para buscar cosas que una persona lleva sobre sí. Los
objetos que la persona lleva consigo o en los vehículos en los cuales se
desplaza quedarían sometidos. en principio, a la discreción policial.)
5) Para que la policía pueda realizar una requisa urgente sin orden judicial es
preciso que existan "motivos suficientes", en los ténninos del arto 230 del
C.P.P.N.Estos motivos deben ser hechos objetivos de los cuales pueda

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inferirse lógicamente, con cierto grado de sospecha, que una persona


lleva en su cuerpo cosas relacionadas con un delito.( Distintos fallos de la
C.N.C.P., Sala l, han cuestionado los requisitos recién mencionados,
entendiendo que las requisas urgentes sin orden no exigen la existencia de
"motivos suficientes" y que, aun cuando así fuera, éstos deben ser definidos
como presunciones, lo que también implica, por otro camino, la
desaparición del requisito.)
6) La urgencia es la única excepción que autoriza la realización de una
requisa sin orden judicial (art. 184, inc. 5, C.P.P.N.).(Sin embargo, la
C.N.C.P., Sala IL ha creado una excepción no contemplada por el C.P.P.N.:
la flagrancia. La creación de dicha excepción es violatoria del derecho
constitucional a la intimidad.)
7) Por último, la existencia de "motivos suficientes" debe ser previa a la
realización de la requisa, no pudiendo utilizarse como parámetro para
evaluar la validez de ésta que, con posterioridad a su realización, se
hayan descubierto cosas relacionadas con un delito.

LA LEY 23950 EXIGE QUE NO BASTA CON QUE LA PERSONA NO


TENGA DOCUMENTO SI NO QUE DEBE HABER INDICIO DE
DELITO

La coerción procesal puede definirse corno toda restricción impuesta al


ejercicio de derechos personales o patrimoniales del imputado o de terceras
personas, durante el curso de un proceso penal, tendiente al resguardo de
sus fines -el descubrimiento de la verdad y la actuación de la ley sustantiva
en el caso concreto-, o a la prevención inmediata sobre el hecho concreto
que constituye el objeto del procedilniento

La requisa personal es una medida de coerción procesal (es una medida de


coerción real porque recae sobre objetos materiales y no sobre las personas.)
mediante la cual se examina el cuerpo de una persona o el ámbito de custodia
adherente a aquél, con el fin de secuestrar cosas relacionadas con un delit04 que
se sospecha están ocultas en dichos ámbitos

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La requisa no tiene un fin en sí misma, sino que tiende a garantizar la


efectivización de una medida coercitiva principal: el secuestro de cosas
relacionadas con el delito

La intimidad es una esfera de la persona que está exenta del conocimiento


generalizado por parte de los demás. En tal sentido, el derecho a la intimidad
puede definirse como la facultad que tiene todo ciudadano para decidir qué
aspectos de su vida (o esfera) privada y familiar expone o no a la percepción
pública. Considero que tanto las cosas que una persona lleva sobre sí -sea
en su cuerpo o entre sus ropas- como consigo -por ej., un bolso- se
encuentran amparadas por el derecho a la intimidad.

El art. 230 del C.P.P.N. establece que es un juez quien debe ordenar las
requisas personales. Sin embargo, como excepción a dicha regla, el arto
184, inc. 5°, del C.P.P.N.establece que la policía podrá disponer de las
requisas urgentes con arreglo al art 230 dando inmediato aviso al órgano
judicial competente.

URGENCIA: El'art. 184, inc. 5°, establece como requisito para las requisas
personales sin orden la existencia de "urgencia". Acertadamente, la C.N.C.P.,
Sala l, ha dicho en los fallos "Dorrego", "Vicente" y "1i"otti": "... la urgencia
para proceder a la requisa debe estar guiada por la posibilidad de
descubrir pruebas que ante la demora a la espera de la orden pudieran
desaparecer". CONTROL JUDICIAL POSTERIOR: De la última parte de esta
norma surge la necesidad de que, con posterioridad a la requisa realizada por
personal policial, exista un control judicial sobre el cumplimiento de los
distintos requisitos que ésta exige. Es requisito ineludible para la validez de la
requisa la confección de un acta en presencia de dos testigos (arts. 230 y 138
del C.P.P.N.) en la que deben indicarse claramente los motivos que fueron
tenidos en cuenta para realizar la requisa, las razones de urgencia
existentes y el modo en que ésta se efectuó. Uno de los puntos que debe ser
controlado por el juez es que la existencia de los motivos haya sido previa a
la realización de la requisa, no pudiendo utilizar como parámetro para evaluar

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la validez de ésta que, con posterioridad a su realización, se hayan descubierto


cosas relacionadas con un delitos6.

NULIDAD DE REQUISA: En efecto, ante una requisa personal realizada


por la policía sin orden judicial, el tribunal. debe determinar si aquélla se
adecuó o no a las disposiciones de los arts. 184, inc. 5°, y 230 del C.P.P.N.64,
Si no hubo tal adecuación, y si dicha irregularidad es susceptible de
provocar una nulidad, ésta debe ser declarada por el tribunal, aun desde el
inicio de la instrucción, confonne a las reglas establecidas en los arts. 168 Y 170
del C.P.P.N. . Por otro lado, si el tribunal entiende que es necesario realizar
medidas de prueba para detenninar la adecuación o no del acto a las
disposiciones de los arts. 184, inc. 5°,y 230 del C.P.P.N.,así puede ordenarlas,
ya sea en el incidente de nulidad formado a instancia de parte o antes de
detenninar si corresponde o no declarar la nulidad de oficio. Tampoco es
necesario, entonces, esperar hasta el debate para realizar estas medidas.

DETENCION (FALLOS GARAY / FERNANDEZ PRIETO/PERALTA


CANO)

DETENCION CON ORDEN JUDICIAL: ART. 18 CN establece que debe


haber orden escrita, fundada y emanada por autoridad competente.

DETENCION SIN ORDEN JUDICIAL: Art. 284. - Los funcionarios y


auxiliares de la policía tienen el deber de detener, aún sin orden judicial:

DETENCION POR PARTICULARES: Art. 287. - En los casos previstos en los


incisos 1, 2 y 4 del artículo 284; los particulares serán facultados para practicar la
detención, debiendo entregar inmediatamente el detenido a la autoridad judicial o
policial.

1°) Al que intentare un delito de acción pública reprimido con pena


privativa de libertad, en el momento de disponerse a cometerlo.

2°) Al que fugare, estando legalmente detenido.

3°) Excepcionalmente a la persona contra la cual hubiere indicios


vehementes de culpabilidad, y exista peligro inminente de fuga o de

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serio entorpecimiento de la investigación y al solo efecto de conducirlo


ante el juez competente de inmediato para que resuelva su detención, y

4°) A quien sea sorprendido en flagrancia en la comisión de un delito de acción


pública repri mido con pena privativa de libertad.

LEY 23950 ART. 1 Inciso 1º.– Fuera de los casos establecidos en el Código de
Procedimientos en Materia Penal, no podrá detener a las personas sin orden de
juez competente. Sin embargo, si existiesen circunstancias debidamente fundadas
que hagan presumir que alguien hubiese cometido o pudiere cometer algún
hecho delictivo o contravencional y no acreditase fehacientemente su identidad ,
podrá ser conducido a la dependencia policial que correspondiese, con noticia al
juez con competencia en lo correccional en turno y demorada por el tiempo
mínimo necesario para establecer su identidad, el que en ningún caso podrá
exceder de diez horas. Se le permitirá comunicarse en forma inmediata con un
familiar o persona de su confianza a fin de informarle su situación. Las personas
demoradas para su identificación no podrán ser alojadas junto ni en los lugares
destinados a los detenidos por delitos o contravenciones".

Artículo 5º DEL ESTATUTO DE LA PFA - DECRETO-LEY Nº


333/58. - Son facultades de la Policía Federal para el cumplimiento de
sus funciones:

1.- Detener con fines de identificación, en circunstancias que lo


justifiquen, y por un lapso no mayor de veinticuatro (24) horas, a toda
persona de la cual sea necesario conocer sus antecedentes.

5. - Requerir de los jueces competentes de la Nación, autorizaciones


para allanamientos domiciliarios con fines de pesquisa, detención de
personas o secuestros. La autorización judicial no será necesario para
entrar en establecimientos públicos, negocios comercios, locales,
centros de reunión o recreos, y demás lugares abiertos al público, y
establecimientos industriales y rurales en los que sólo se dará aviso de
atención.

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ALLANAMIENTO:

ART. 18 cn: El domicilio es inviolable, la ley determinará en que casos se podrá


proceder a su ocupación.-

ART. 224: Debe haber motivos para presumir que hay cosas vinculadas con el
delito o que se puede detener a un imputado, solo puede ordenarlo el juez por
auto fundado y se debe especificar cual es el objetivo puntual de dicho
allanamiento. Puede ir el propio juez o puede delegar en el Fiscal o Fuerzas de
Seguridad. La orden de allanamiento de justificarse de forma previa, no puede
jusitificarse la misma por lo que surja del resultado del allanamiento.

Art. 224 CPPN. - Si hubiere motivo para presumir que en determinado


lugar existen cosas vinculadas a la investigación del delito, o que allí
puede efectuarse la detención del imputado o de alguna persona
evadida o sospechada de criminalidad, el juez ordenará por auto
fundado el registro de ese lugar.

El juez podrá proceder personalmente o delegar la diligencia en el


fiscal o en los funcionarios de la policía o de las fuerzas de seguridad.
En caso de delegación, expedirá una orden de allanamiento escrita,
que contendrá: la identificación de causa en la que se libra; la
indicación concreta del lugar o lugares que habrán de ser registrados;
la finalidad con que se practicará el registro y la autoridad que lo
llevará a cabo. El funcionario actuante labrará un acta conforme lo
normado por los artículos 138 y 139 de este Código.

En caso de urgencia, cuando medie delegación de la diligencia, la


comunicación de la orden a quien se le encomiende el allanamiento
podrá realizarse por medios electrónicos. El destinatario de la orden
comunicará inmediatamente su recepción al Juez emisor y
corroborará que los datos de la orden, referidos en el párrafo anterior,
sean correctos. Podrá usarse la firma digital. La CORTE SUPREMA
DE JUSTICIA DE LA NACION o el órgano en que ésta delegue dicha
facultad, reglamentará los recaudos que deban adoptarse para
asegurar la seriedad, certidumbre y autenticidad del
procedimiento. (Párrafo incorporado por art. 5° de la Ley N°
25.760 B.O. 11/8/2003)

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Cuando por existir evidente riesgo para la seguridad de los testigos


del procedimiento, fuese necesario que la autoridad preventora
ingrese al lugar primeramente, se dejará constancia explicativa de
ello en el acta, bajo pena de nulidad.

Si en estricto cumplimiento de la orden de allanamiento, se encontrare


objetos que evidencien la comisión de un delito distinto al que motivó
la orden, se procederá a su secuestro y se le comunicará al juez o
fiscal interviniente. (Si hay una extralimitación de las fuerzas de
seguridad se puede solicitar la nulidad del procedimiento, ya que el
estado no puede aprovecharse de una actividad ilegal llevada a cabo
por el mismo. Pero hay ciertas excepciones a este pcpio general,
como la “doctrina de descubriemiento inevitable”, es decir, voy a
buscar documentos pero en la mesa del living esta llena de falopa,
esta doctrina autoriza a su secuestro// La otra excepción es la
“Supresión mental hipotética” ¿????? )

FUNDAMENTACION DE LA ORDEN: en el fallo MINAGLIA se


discute si en la orden de allanamiento debe esta aclarado el objetivo
puntual del mismo o si basta con que surja de expediente, la corte
rechazo el recurso y determino como valido el allanamiento porque los
objetivos sugian del expediente)

ALLANAMIENTO SIN ORDEN JUDICIAL (ART. 227 CPPN) (caso


fiorentino/ventura)

Art. 227. - No obstante lo dispuesto en los artículos anteriores, la


policía podrá proceder al allanamiento de morada sin previa orden
judicial cuando:

1°) Por incendio, explosión, inundación u otro estrago se hallare


amenazada la vida de los habitantes o la propiedad.

2°) Se denunciare que personas extrañas han sido vistas mientras se


introducían en una casa o local, con indicios manifiestos de ir a
cometer un delito.

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3°) Se introduzca en una casa o local algún imputado de delito a quien


se persigue para su aprehensión.

4°) Voces provenientes de una casa o local anunciaren que allí se está
cometiendo un delito o pidan socorro.

5°) Se tenga sospechas fundadas de que en una casa o local se


encuentra la víctima de una privación ilegal de la libertad y corra
peligro inminente su vida o integridad física (artículo 34 inciso 7 del
CODIGO PENAL DE LA NACION). El representante del MINISTERIO
PUBLICO FISCAL deberá autorizar la diligencia y será necesaria su
presencia en el lugar. (Inciso incorporado por art. 6° de la Ley N°
25.760 B.O. 11/8/2003)

INOCENCIA / ENCARCELAMIENTO PREVENTIVO

ETAPA INTERMEDIA (348)

Si respetamos el modelo acusatorio de enjuiciamiento criminal que nos


viene impuesto por el programa constitucional, esa tarea debe recaer sobre
el Ministerio Público FiscaJI. criterio que ha sido fuente de la reforma de un
número importante de códigos procesales penales en la regi6n2. Sin embargo,
varios ordenamientos de forma, emre ellos el nacional, conservan aún la
rémora inquisitiva de poner en cabeza de un juez la labor de instruir en el
sumario, aunque el embate doctrinario contra tal decisión legislativa, en
especial en los .últimos tiempos, basado fundamentalmente en la violación a la
garantía constüucional de la imparcialidad judicial que implica que el
mismo órgano que invesdga adopte decisiones de neto corte jurisdiccional

JURISPRUDENCIA A FAVOR DEL CONTROL

¿debe controlarse el mérito sustantivo de la investigación fiscal al momento de


decidirse si el caso va a juicio? Siempre ha generado enconadas opiniones la
cuestión de si el temperamemo desincriminame propuesto por el Fiscal debe ser
sometido a contralor jurisdiccional o no. Las encendidas discusiones generadas
en torno a la constitucionalidad del artículo 348 del Código ProcesalPenal de la
Nación, sólo zanjadas, al menos jurisprudencialmente, por el fallo CSJN

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"Quiroga"5, asi lo demuestran. Pero si el fiscal decide llevar el caso a juicio, se


enfoca la cuestión de modo diferente. No hay dudas que deben ser
controlados los aspectos formales -por emplear un término tal vez arbitrario
para englobar un grupo de situaciones de por sí disímiles- del intento fiscal. Es
decir, debe controlarse: si el fiscal era competente para investigar; si al
conducir la pesquisa, ha incurrido en vicios que ameriten la nulidad de alguno
o algunos actos o, en su caso, de la totalidad de la investigación; si se excedió
en el plazo que la ley establece para completarla; si la acción está
prescripta; etc. Ahora, la cuestión de si el fiscal cuenta o no con pruebas
suficientes para llevar el proceso a debate oral y público ¿es susceptible de
control jurisdjccionaJ o basta la sola voluntad del fiscal para que el caso
vaya a juicio? Esa es la pregunta que intentaremos responder en este trabajo

En el CPP CABA, el problema es que, al momento de regular la etapa


intermedia, frente al requerimiento fiscal de elevación a juicio, solo prevé
como mecanismo de defensa a los efectos de intentar impedir dicha
elevación, la interposición de excepciones en audiencia oral. Y al analizarse
las posibles excepciones (art. 195), encontramos que, la del inciso c que
establece la de "manifiesto defecto en la pretensión por atipicidad, inexistencia
del hecho o falta de participación criminal del imputado respecto de la conducta
descripta en el decreto de determinación del hecho o en el requerimiento de
juicio", las restantes se limitan las habituales cuestiones de forma.

En igual sentido. Maier señala que la decisión del Estado "de someter al
individuo a un juicio público, tomada sin fundamentos suficientes, lesiona al
individuo imputado en su honor y Iibertad".

"la instrucción tiene una primera finalidad (eliminar juicios injustos e


inutiles... Por la autoridad de la justicia y todavía más por el individuo
sospechado. interesa que ningún juicio se incoe a la ligera. La investigación
preliminar resulta así el medio de verificar y descartar las denuncias falsas
o umn-arias (... ) constituye un filtro que suministra una verdadera garanda de
jusricia"28.

JURISPRUDENCIA EN CONTRA DEL CONTROL

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"la investigación penal prepararoria sólo es eso, 'pn:paratoria'; la


pregunta sobre la culpabilidad o inocencia del imputado -la cuestión
central de todo procedimiento penal- sólo puede ser. dirimida en el
conecxro del juicio público, conforme a los medios de prueba allí
presenLados, 'conrrolados y debaridos"30,

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