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Guía rápida para elaborar un plan de

trabajo exitoso
Por Luis Lopez

¿Qué queremos, qué tenemos y cómo


vamos a conseguirlo? Esta es la base para
redactar un plan de trabajo exitoso.
Independientemente de que se trate de
proyectos específicos o líneas estratégicas
de la compañía, cualquier acción aprobada
por la empresa requiere, antes de su puesta
en marcha, de la elaboración de este
documento.

El plan de trabajo nos permite establecer cuáles son los objetivos que queremos
conseguir en un determinado periodo de tiempo, los problemas a los que nos vamos a
enfrentar y la metodología que usaremos para ello, definiendo aspectos como el
presupuesto disponible, los recursos humanos asignados o la cronología prevista para su
desarrollo.

Sus usos en el sector empresarial son múltiples. Aunque es habitual emplearlo en la


búsqueda de financiación procedente de inversores o entidades bancarias hasta que
obtenemos los recursos económicos necesarios, una vez que contamos con el
presupuesto y la aprobación de la compañía, su principal razón de ser es la
planificación de cómo vamos a ejecutar el conjunto de iniciativas, sirviendo como
guía de trabajo para los propios empleados implicados en su ejecución, o para explicar a la
dirección de la organización en qué tareas estamos inmersos.

Contenido del plan de trabajo


Para elaborar un correcto plan de trabajo no basta con que desglosemos el
presupuesto o detallemos las funciones y plazos con los que debe cumplir cada
miembro del equipo. Este documento deberá contener los siguientes aspectos:
 El período de ejecución del proyecto.

 Los objetivos que se pretenden conseguir con la iniciativa.

 Los obstáculos que hay que resolver para su consecución.

 Los recursos necesarios, tanto humanos como materiales para su desarrollo.

 La estrategia para superar las limitaciones y llevar a cabo del trabajo.

En cuanto a su redacción, lo más aconsejable es seguir un hilo argumental a lo largo de


todo el documento, que haga entender fácilmente al lector en qué consiste el proyecto, a
qué se enfrenta y cómo se logra ejecutarlo.

También conviene incorporar los siguientes consejos:

 Tener en cuenta a quién nos dirigimos. Si, por ejemplo, vamos a presentar el
plan de trabajo ante posibles inversores, el lenguaje y -sobre todo- el mensaje que
tenemos que transmitir debe ser muy distinto que en el caso de que lo estemos
explicando al equipo de trabajo. Por eso, es recomendable que, sobre el
documento base, realicemos distintas versiones en función de las diferentes
audiencias.

 Revisarlo. Las circunstancias cambian y no podemos caer en el error de


mantenernos aferrados al plan inicial. Todo lo contrario. Si queremos lograr los
objetivos marcados, será muy beneficioso que revisemos nuestras primeras ideas
constantemente y las vayamos adaptando a las exigencias del momento.

Un plan, como un árbol, debe tener ramas para dar frutos. Un plan con
un único camino es perfecto para acabar siendo un palo liso. Sir Basil
Liddel Hart. ‘Pensamientos sobre la guerra’ (1944)

 Ser realistas. Presentando unas estimaciones y proyecciones alcanzables no solo


propiciaremos el éxito del proyecto, sino que también nos ayudará a convencer
sobre la procedencia de la iniciativa al resto de miembros de la empresa,
trabajadores, jefes o inversores.

 Justificarlo. En el plan de trabajo no basta con explicar qué vamos a hacer, sino
que también es necesario que argumentes por qué podemos hacerlo. Podemos
incorporar estadísticas, datos y gráficos para respaldar nuestro proyecto con más
fuerza.

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