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Segunda ley

Enunciado de Kelvin-Planck

Ninguna máquina térmica puede convertir todo el


calor que recibe en trabajo útil. Esta limitación de la
eficiencia térmica de las máquinas térmicas forma la
base para el enunciado de Kelvin-Planck de la
segunda ley de la termodinámica, que se expresa
como sigue:

"Es imposible que un dispositivo que opera en un


ciclo reciba calor de un solo depósito y produzca una
cantidad neta de trabajo."

Es decir, una máquina térmica debe intercambiar


calor con un sumidero de baja temperatura así como
con una fuente de temperatura alta para seguir
funcionando. El enunciado de Kelvin-Planck se puede expresar también como:
ninguna máquina térmica puede tener una eficiencia térmica de 100 por ciento
(Fig. 6-18), o bien: para que una central eléctrica opere, el fluido de trabajo
debe intercambiar calor con el ambiente, así como con el horno.

Enunciado de Clausius
"Es imposible construir un dispositivo que opere en un ciclo sin que produzca
ningún otro efecto que la transferencia de calor
de un cuerpo de menor temperatura otro de
mayor temperatura."

Se sabe bien que el calor, por sí solo, no se


transfiere de un medio frío a uno más caliente. El
enunciado de Clausius no significa que sea
imposible construir un dispositivo cíclico que
transfiera calor de un medio frío a otro más
caliente. De hecho, esto es precisamente lo que
hace un refrigerador doméstico común. El
enunciado establece simplemente que un
refrigerador no puede operar a menos que su
compresor sea propulsado mediante una fuente
de energía externa, como un motor eléctrico (Fig.
6-26). De este modo, el efecto neto sobre los
alrededores tiene que ver con el consumo de
cierta energía en la forma de trabajo, además de
la transferencia de calor de un cuerpo más frío a
otro más caliente; es decir, deja un rastro en los alrededores. Por lo tanto, un
refrigerador doméstico concuerda por completo con el enunciado de Clausius
de la segunda ley.

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