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EL SECRET^E^NOCKANDO

^ <•! En 1898 en una pequeña


vnla de las Highiands
cocesas. naco ¡a destilería
KNOCKANDO.

KNOCKANDO de la diáingwda
firma de JUSTERINI &BRO0KS
LTD , proveedores de m Casa Real
Británica desde el siglf XVIII

La fecha de destilación
siempre viene impresa
en cada botella de
KhOCKANDO Siendo Tras la destilación se
el resultado de un deía descansar durante
gran proceso en el que largos años en barricas
intervienen unas de roble. Y nunca se
condiciones embotella sin antes
climatológicas ideales, alcanzar el sabor y el
una higrometría color que hacen de
incomparable v una MOCKANDOel whiskv
temperatura perfecta puro de malta con
carácter único.

PURÉ SINGLE
SCOTCHWHIS]
DISTILLED & BOTTLED IN SCOTLA^

terini&Brooks KNOCKANDO posee


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61 ST.JAMES'S STREET HONDOS* SW pnmascon iasquese
elabora La ahumada
fragancia de la turba, la
ligera riqueza déla malta
Sobre una frondosa coíir Via suavdad inigualable
e agua aura de manantial
domina una amplia paño
del rio Spey, donde abun
PROPRIETORS dai como 'esuitado el
truchas y salmones, sef is puro whisky de malta
situada la destilería KNOi KNOCKANDO.

'Cnoc an dhu pequen


colina negra Sena casi

visitar esta famosa desiil


Año VI - Extra Diciembre, 1991 - 900 pías.

I. EL HOMBRE
- Prólogo a una biografía, Domingo del Campo Castel ó
- Mozart: un adolescente eterno, Amoldo iibermon 13
- Consideraciones diagnósticas sobre la enfermedad final de Mozort,
Mory Wbeater 20
Edita
SCHERZO EDIÍORIAl, S A.
C/Morqués de Mondéjar, 1 1 - 2 . ' D
28028-Madrid.
TeléF. [ 9 l | 3 5 ó 7 ó 2 2
. SU TIEMPO
Fax(91|25ó 1864
La época de Mozart, Manuel Martin Galán 32
Presidente de honor
Gerardo Gjeipo de Llano La ciudad, el emperador y el compositor, Rolí Rettberg 58
Mozart o el clasicismo musical, luis Racionero 76
Presiden fe.
José María Queipo de Lio no La masonería en la época de Mozart, José A. Ferrer Benimeli., 79
Director
Amonio Moral
Directa Adjunto I. SU MÚSICA
Javier Alfaya
Redactor je(e La relación con Haydn, JosepM. Vilar i Torrens 88
Enrique Martínez MiU'a El gran teatro de Mozart, Giovanni Carli Bailóla 95
Edición y maqueta' Las Sinfonías y los Conciertos, Enrique Igoa Mateos 101
Arantza Quintanilla Las fronteras del tiempo, José Luis Téllez 107
Consep de Redacción Lo obra para piano, Eva y Paul Badura-Skodo I 17
Javier Alfaya. Roberto Andrade Malde, Domingo
del Campo Castel, Santiago Martin Bermúdez,
Antonio Moral, José luis Pérez de Arteoga, Arturo
Reverter, José Luis Téllez IV. LOS MEDIOS
Coordina este númeio especial'
Enrique Mortinez Miura - Una aproximación al teatro del siglo XVIII o Mozart entre
Díjeno deportada- bambalinas, Víctor Pagan 140
Arquetipo - Los instrumentos de tecla de Mozart, Beryl Kenyon de Poscual 150
Administración: - Mozart y el clarinete, Erich Hoeprich 157
Cnsióbal Andújar [Conrabilidod], Crislino Millel
Idistiibución], Cristina Puerta (suscripciones!
Publicidad:
Doble Espacio V. FAMA Y POSTERIDAD
General Yogue, 10 - 28020-Madrid
Teléis. (91)555 67 6 7 - 5 0 7 11 83 - Este usuario de talentos nos enseña el evangelio: Mozart en los
Fox [911 556 13 07 Países Bajos, Clemens Romijn 164
Imprime- MARTE. SA - Mozarl e Italia, Aliilio Piovano 172
Teléf (91} 472 84 00 - La recepción ibérica de Mozart, Xoan M. Carreira 180
fotocomposición: IUMIMAR, S.A. - Mozarl y la escena musical americana, 17861 850, Jeffrey C. Smilh.. 187
Albosonz, 48-50- 28037-Madnd. - Los comienzos de Mozart en Francia, Marc Vignal 397
Teléf. |91 ] 304 3 0 0 1 - Fax [91 ] 304 95 48
- Mozort en Gran Bretaña, Kenneth Loveland 202
Depósito legal M-41B22 1985 - La interpretación y algunos de sus problemas, Arturo Reverter 209
IS5N-O213-4802
SCHERZO es una publicación de carácter plural y
no pertenece ni esló adscrito o ningún organisrno
público ni privado Lo dirección respeto la libertad
de expresión de sus colaboradores, los tentos fir
VI. APÉNDICES
mados son de exclusiva responsabilidad de los Fir-
mantes, no siendo por tanto opinión oficial de ia - Bibliografía mozartíana, Víctor Pliego de Andrés 220
revista. - Di scografía, Pedro Elias 2 27
N o hubo en ningún momento necesidad de plantearse si SCHERZO dedi-
caba o no algo a Mozari en el año del bicentenario de su fallecimiento.
Fetiches numéricos aparte, esta publicación ha venido ocupándose del
compositor desde su primer número, como por otra parte es obligado no ya
para una empresa editorial, sino pora cualquier aficionado que se interese
mínimamente por la gran música. Recordemos también que SCHERZO organi-
za un Festival Mozart, ya de cierta ¡radición en la vida musical madrileña, y en
otro plano, esta vez de dimensión humana, no se puede olvidar esa Bramo
musical que durante años firmaba un Wolfgang Amadeus tan socarrón como
espantado ante la realidad musical del presente. Su autor, Gerardo Queipo de
Llano, gran amante de lo música de Mozart, no ha podido ver esta edición
especial. Poro él nuestro recuerdo.
Cuando nos dimos cuenta de que un Dosier no bastaba para la figura de
Mozart, nos adentramos en este proyecto, en la confianza de que a pesor de
los miles de libros escritos sobre el músico, aún quedaban caminas, sobre todo
con destino a un público de habla española, que podían ser transitados con
provecho. Hemos pretendido obtener un todo orgánico, y esperamos que lo
conseguido suministre, al menos, información y armas críticas. En concreto,
algunos de los objetivos primordiales consistían en dibu|ar un fondo histórico
nítido, aportarse de la mitologío fácil y atender varios casos de los problemas
de recepción de la música de Mozart.

Enrique Martínez Miura


Coordinador y editor
. EL HOMBRE
ora bien o para mal se conocen muchas
PROLOGO A
P
cosas sobre Mozart, quizá demasiadas. No
es difícil pergeñar una biografía y a poco

UNA BIOGRAFÍA que se acierle puede ser omena y hasla apa-


sionante. Basta prácticamente con transcribir
los documenlos existentes sin que sea necesario pro-
nunciarse sobre la veracidad de su contenido, ni aña-
dir o insinuar posibles soluciones a sus enigmos o
insuficiencias. Es tal a saturación informativa que
Otio Erich Deutsch ha podido escribir una extensa
biografía documental de cerca de 700 páginas en la
que ha sabido reflejar en un espejo de gran objetivi-
dad a Mozart, su familia, amigos y conocidos, su
vida en Salzburgo y Viena, sus viajes y el mundo de
las décadas finales del siglo XVIII.
Y eso que por razones metodológicas ha excluido
sus cartas, documenlos imprescindibles para diseñar
su personalidad, ejemplos de agudeza, acre y des-
piadada, robehisiana se ha dicho con acierto, paro
describir situaciones y personajes, enlazando ideas
con la misma feliz intuición con la que dispone y
ordena los lemas musicales. Constituyen la mejor refu-
tación a eso concepción angélica, empeñada en
reducir su singularidad exclusivamente al terreno musi-
cal aislándolo tajantemente de su contexto vital. Pues
esas cartas son reveladoras no sólo cuando Mozart
se vuelco con apasionamiento y sale a relucir su yo
más profundo en comentarios implacables, o veces
injustos, sobre colegas, cantantes y personajes con
los que se topa, sino también cuando enmoscora sus
senlimientos acudiendo a los giros retóricos extraídos
de los libretos de ópera, seria o bufa.
Es de destacar que esta correspondencia plantea
no pocos problemas interpretativos por lo profusión
de equívocos, juegos de palabras, alusiones indesci-
frables, nombres tachados y lagunas probablemente
provocadas que contiene, sin contar con la presencia
de apócrifos; así califican olgunos la famosa corto a
Da Ponte, en lo que Mozart se declara obsesionado
por la imagen del desconocido que le ha Iransmihdo
el encargo de escribir un Réquiem y que le exige con
insistencia el cumplimiento de lo pactado, en lo que
parece un mensaje del más allá.
La tentación de responder a esos interrogantes es
demasiado grande para resistirla y así se ha acudido
a las más variadas interpretaciones psicologistas,
ideológicas, estéticas, etc. Las falsificaciones y las
más absurdas especulaciones han provocado la sana
reacción de ceñirse a los hechos probados o irrefuta-
bles y el mismo Deutsch se vio obligado a escribir un
ensayo titulado Algunos hlocias en ta biografío de
Mozart, éste breve, pero que desde que se publicó
ya hace cerca de 30 anos, podría muy bien haber
sido completado por nuevos capítulos.
El exceso de información puede ser un método de
ocultación u oscurecimiento de los hechos que son
degradados y atomizados hosta el punto de hacer
ilusoria una visión global. El todo se diluye en lo
anecdólico y las contradicciones resultantes tratan de
salvarse merced a un fácil maniqueísmo No es extra-
ño así que hayan proliferado detractores y defensores
de Leopold Mozart, de Constonze, de Colloredo y
razones no faltan seguramente a unos y otros. Hasta
personajes secundarios del drama -Salieri, el Empe-
rador José II-, se tornan en sus relaciones con Mozart
tan nebulosos como el fantasma del padre de Hamlet
cuyos parlamentos, por cierto, no gustaban a nuestro
músico por excesivamente dilatados. Se ha formado
incluso toda una disciplino destinada o dilucidar la Christian Bach, por no hablar del coso otípico de
naíuralezo médica y causas de la última enfermedad, Gluck o de las actividades empresariales de un
abrumándose can espantable ¡erga al curioso profo- Haendel. Pero el coso de Mozart es ejemplar por la
no que se acerca al temo. violencia de lo ruptura y también porque el éxito ini-
De todos modos hoy que ser indulgente con tales cial de lo aventura va seguido
g del fracaso.
excesos que algunos veces lindan con la charlatane- YY entonces se pone en marcha h todad una lectura
ría y que han rodeado siempre a Mozart, práctico- ideológico desde una óptica moderna. Mozart inició
mente desde su muerte Pues pocos personajes históri- lo rebelión de forma correcto, las circunstancias ha-
cos, y menos músicos, se han visto involucrados, al bían madurado; un camino desde el anclen régime,
margen de su aportación artística profesional en senti- que se califica de feudal con gran ligereza y escasa
do estricto, en tan apasionantes realidades vitales. precisión conceptual, hacia la libertad. Pero par ser
Parece mentira que hayon concurrido en un solo suje- el primero en tamaña empresa, ya hemos visto que
to: infancia precoz, padre absorbente pero decisivo esto es discutible, cual Moisés, no llegó o pisar la tie-
para su formación, viajes muy tempranos par media rra prometida y tuvo que pagar el alto precio del fra-
Europa como niño prodigio, sumisión al yugo de un caso económico y por tanto social. Su sacrificio no
amo implacable y tiránico con posterior liberación, fue sin embargo vano, sino que abrió el surco en el
vida galante y sentimental agitada con omor frustro- que fructificarían iniciativas posteriores, etc., etc. His-
do, matrimonio sobresaltado, amistades libertinas, toria con ribetes de cuento moral que, ol hilo de un
masonería y sus secretos, muerte prematura rodeada enfoque parcial del desarrollo histórico, los apologis-
de toda clase de rumores y medias verdades, en la tas de lo modernidad frente o la oscuridad del régi-
que no falta el adorno musical de un Réquiem escrito men anterior, han repelido una y mil veces en los más
en circunstancias conocidas sólo en parte y abiertos diversos tonos y a propósito de los más variodos con-
o toda clase de conjeturas. textos.
Por momentos, Mozart parece un personaje de fic- Ante tal euforia progresista todas las reservas son
ción, escapado de las páginas sentimentales y mora- pocas, pues del modelo sólo se quieren ver las bon-
lizantes de El viaje de Sofía desde Memel a Sajonia, dades, pasando por alto sus limites y miserias. No
de las perversos sutilezas de Les liaisons dangereu- cabe dudar ciertamente del sentimiento de liberación
ses, del escalofrío de algún relata de E.T.A. Hoff- que había alimeníado Mozart durante años y que
mann, incluso del lealismo de carne y hueso centrado ahora siente plenamente realizado. "Hoy empieza mí
en el dinero y las relaciones sentimentales, eje central felicidad" escribe en la tarde del 9 de moyo de
hasta hoy mismo de lo narración burguesa, sobre 1781, tras una ruplura de hecho, pues la dimisión
todo novelístico pero también de sus secuelas, teatral, nunca llegó a ser aceptada formalmente. Se ha com-
cinematográfico y televisiva. parado su abandono con el de Schiller que en
Mozart puede adoptar la más variada imaginería. 1782, un año después, se fugó muy teatralmente de
Una cumplida estampa del rococó elegante, despreo- los dominios del duque de Württenberg. Pero tales
cupado, cínico, amoral, respetuoso con lo ley y el actitudes respondían a unas ideas y sentimientos aue
oraen externo a cuyo amparo puede desarrollar flotaban en el ambiente. Nadie mejor para resumirlas
me|or la transgresión o el romántico demoníaco, hi- y conformarlas que un filósofo.
perestésíco y mórbido, angustiado por la muerte. Kant, en un opúsculo publicado en 1784, titulado
Puede aparecer revestido con los símbolos del masón Contestación a la pregunta ¿qué es la Ilustración?,
de ideas ilustradas, en busca de una humanidad redi- afirmaba:
mida de su brutalidad por la educación y ol mismo
tiempo con los del conformista ocrítico que acepta la Lo Ilustración es el término de la minoría de edad del
moralidad estrecho y gazmoño del catolicismo aus- hambre debido a su propio culpa. Llamamos minorio de
tríaco de la época. Esta rica y abigarrada esceno- edad a la incapacidad para serviise del propio entendi-
grafío se presta a múltiples simplificaciones y de miento, sin ayuda de otro. Y esta minoria de edad se debe
hecho ha gravitado sobre la valoración de su música, o la propia culpa del hombre si su causa no reside en (o
paro unos delicia y hedonismo en estado puro de folto de entendimiento, sino en la falla de decisión y de
inmediatez, para otros el último y más alto grado de valentía para servirse de él, sin necesidad de oyuda de
nadie. Sapere aude! Ten el valor de servirle de tu propia
trascendencia. inteligencia: tal es por tanto el lema de la Ilustración.

Mozort se atrevió como laníos otros artistas, e inle-


Grandes esperanzas lecluales. Con lodo, en sus cartas se aprecia una
inquina hacia Saizburgo que tal vez vo más allá de
O e ha afirmado muchas veces que el acontecimiento unos deseos de liberación profesional para afectar a
fundamental de la biografío de Mozart, desde una esirotos más profundos. La ciudod hobía sido una
perspectiva puramente histórico, es la decisión de secuela de la reconstrucción barroca de Romo; tres
dejar el servicio musical de una corle para mantener- grandes arzobispos, Wolf Dietrích, Marcus Sitticus y
se como profesional libre vendiendo su música direc- París Lodron, habían transformado una ciudad medie-
tamente al público de una gran ciudad. Esto ocurre val en la imagen arquitectónica que en cierta medida
en 1781 cuando abandona su empleo en lo Corte ha perdurado hasta hoy Para Mozart nada hay en
arzobispal de Saizburgo y se establece de forma per- Solzburgo que se salve:
manente en Viena, haciendo de la capital imperial su
lugar de residencia, de la que sólo se alejara en via- Usted queridísimo amigo sobe muy bien cómo yo detes-
es esporádicos a Praga, Berlín, Leipzig, Francfort. to a Saizburgo y no sólo pof la injusticia con que se ho tra-
le: tado a mi querido padre y a mi, que por si misma es sufi-
lo fue Mozart el primero en abandonar el puesto
Ñ ciente para hacernos olvidar un sitio tal y borrarlo para
seguro en una capillo para ejercer la profesión en lo siempre de nueslro memoria., tengo mucha mayor esperan-
ciudod; otros lo habían hecho, sin ir más lejos Johann za de vivir placentera y felizmente en cualquier otro sitio gO

7
Mozón niño, Oleo atribuido a Pietro Antonio Lorenzoni, hacia
1763,
cree tal vez Usled que quiero darle a entender que Salzbur- Colloredo apoyó los proyectos reformistas de José
go es demasiado pequeño para mi? En ese coso estona II aun en sus Fricciones con la Sania Sede y las Orde-
muy equivocado Ya expliqué las rozones a mi padre. nes religiosas, promoviendo una serie de reformas
Mientras lanío conténtese con mi convicción de que Salz- judiciales y administrativas. Condenado por la histo-
burgo no es un lugar adecuado para mi talento. Ante todo,
no se estima mucno a ios músicos profesionales, además ria por haberse enfrentado a Mozart, tuvo también
uno no iiene ocasión de oír algo, pues no existe aquí ni un diferencias con sus subditos que veían en su política
teatro ni una ópera, y si quisieran lener una ¿quién hoy un peligro para su independencia frente al poder
aqui que sepo cuntar? Durante los últimos cinco o seis años absorbente de Viena. Además, Colloredo, como
la orquesta de Salzburgo fue siempre nca en cosos fútiles y buen ilustrado, estaba obsesionado por los presu-
superfluas pero muy pobre en las necesarias y careció en puestos y la economia, cuyas leyes le exigían medi-
absoluto de lo indispensable y esto es lo que ocurre en el das impopulares, tales como la de suprimir añas más
momento presente... ¿Por qué fueron tan descuidados que larde el Teatro de la Corle; al mismo tiempo se alienó
dejaron escapar a Wyslivecek? jY lo tenían ton cereal la simpatía de aquellos que basaban su subsistencia
Habría sido un bocado sabroso para ellos. No sería fácil
encontrar a uno como él... en pensiones y subsidios a cargo del erario público y
también de los que se sentian identificados con el fas-
tuoso aparato de la Corte anterior.
(Carta de 7 de agosto de 1778 al abate Builinger]
Colloredo en temas estéticos se mostró esnobista,
En corta de 26 de mayo de 1781 clama retros- seguidor de la moda y sus gustos se volcaron hacía
pectivamente contra el provincianismo de su ciudad el estilo galante. Pera dentro de su política de austeri-
natal: dad hay que situar las medidas tendentes a abolir
todo fasto eclesiástico inútil. También en esto coinci-
Confieso que el trabajo en Salzburgo fue para mi una dió con la política imperial, que cristalizó en el Edicto
cargo y que nunca pude acostumbrarme a él. Pero, ¿por de José II de 1783, restringiendo la música religiosa
que? Porque nunca ero feliz. Usted mismo debe convenir llamada figuialiter, es decir con orquesta, en las igle-
ue en Solzburgo, por lo menos para rni gusto, no existe sias. La misa orquestal como género languideció.
3iversión que valga la pena. Me niego a relacionarme con
una buena parte de la gente de aquí y la mayorío de los
Mozart no podía sino deplorar tal política que si litúr-
gica y desde el punto de vista de una austeridad cris-
demás no me consideran bastante bueno. Además no existe tiana era irreprochable, coarlaba su impulso creador.
aquí ningún estimulo para mi talento. Cuando toco o cuan- Así en una carta al Padre Martini de ó de septiembre
do se e|ecuta alguna de mis composiciones es como si el de 1 776 se vierten conceptos que dejan traslucir una
auditorio se compusiese sólo de mesas y sillas [Si por lo queja:
menas hubiera en Salzburgo un teatro medianamente
bueno! Pues en Viena mi única diversión es el teatro.
... nuestro música de iglesia es totalmente diferente de
Mozarl ero consciente de que su capacidad crea- la italiano, va que una misa con el Kyne completo, el Glo-
dora y su afán de ampliar horizontes chocaban con rio, el Credo, la sonata pora después de lo Epístola, el
Ofertorio o Motete, el Sanctus y el Agnus Dei, incluso en los
su situación de empleado, de músico dependiente. fiestas más solemnes cuando oficia el Arzobispo, no debe
En 1772 habió muerto el príncipe arzobispo Sigis- durar más de tres cuartos de hora como mucho.
mond von Schratlenbach, que hablo reinado I 8
años con espíritu paternalista y había favorecido a
os Mozort, como lo prueba la facilidad con que Posición ciertamente poco grata par quien tiene
emprendían viajes, algunos muy prolongados, sin que poner música o textos, por otra parte tan exten-
especiales dificultades. El 14 de marzo de 1772, sos.
tras reñida votación del cabildo, es elegido príncipe
arzobispo el conde Hyeronimus Colloredo j 1732-
1812] miembro de una conocida fomilio de la noble- Los paradojas de la libertad
za austríaca, hijo de Rudolph Joseph Colloredo, vice-
canciller del Imperio ba|o Francisco I. Lo situación de músico libre durará diez años, los
últimos de su vida. Al principio, el éxito le sonríe,
El nuevo arzobispo es todavía un hombre ¡oven, conciertos públicos, clases privadas, negocios con
cuyo carácter es muy distinto al de su antecesor, sin los editores. Las listas de suscriplores para Tos concier-
sus tentaciones a la autoridad arbitraria y patriarcal. tos von creciendo. El mismo ingreso en la Masonería
Por el contrario y frente a la tesis progresista que veía pudo obedecer a la sensación de pertenecer ya a la
en él un típico representante del reaccionarismo más élite de la ciudad. Pudo incluso alcanzar la gran
conspicuo, Colloredo estaba adornado de virtudes satisfacción de que su padre palpase directamente el
burguesas que suscribiría cualquier empresario o triunfo. Sin embargo, éste no es duradero; hacia
empleador modélico de hoy. Riguroso en exigir de 1786 se produce una inflexión que ya había vatici-
los demás y de sí mismo, perteneció a una familia nado el Conde Arco, el de la sacrilega palada,
siempre en los aledaños del poder que conocía los 3uien según cuenta Mozart, en carta de 2 de junio
entresijos de los grandes asuntos de Estado, conscien- e 1781, le habría dicho:
te por tanto de los movimientos externos y subterráne-
os de la historia, lo política y la cultura. Partidario de
a filosofía de las luces, de la Aufklárung; se dice que Creedme, no os dejéis deslumhrar. Aqui en Viena la
en las paredes de su despacho colgaban los retratos reputación de un hombre dura muy poco. Al principio se
cosechan todos los elogios y se gana mucho dinero, ésa es
de Rousseau y Vollaire. Así se explica tal vez la sali- la verdad, pero, ¿cuánto tiempo dura? Al cabo de algunos
da de tono de Mozart en su carta desde París de 3 meses los vieneses quieren algo nuevo.
de julio de 1778 en la que daba cuenta de la muer-
te de Voltaire: "... ese impío archibribón de Voltaire Mozort no fue menos profético en su contestación:
ho muerto como un perro, ¡como una bestia! Tiene su
merecido." Los vieneses son capaces de cambiar en sus gustos.
pero sólo en el teolro y mi especialidad eslá suficientemente 1 808 poro trasladarse a Kassel como maestro de
dentro de lo comente de aquí pata que no pueda sostener- capilla de Jerónimo Bonoparte, lo que le hubiese can-
me por mí mismo. Este es verdaderamente el país del piano vertido en un asalariado en la linea del antiguo régi-
y aun concediendo que los vieneses se cansasen de mí, men Varios nobles austríacos le acordaron una pen-
esto sucederá no antes de algunos años. Mientras lanío
habré ganado tantos honores como dinero. Habrá entonces sión anual de 4.000 florines con la única condición
otros lugares a donde ir. Y quién sabe qué oportunidades de permanecer en Viena escribiendo lo músico que le
pueden presentarse hasta entonces. pareciese bien' de este modo pudo mantenerse
como profesional libre, lo que no es pequeña para-
Extraordinaria lucidez sobre su futuro inmediato doja.
aunque con error de cálculo sobre honores y dinero. En el fondo, este mecenazgo, tanto el privado
En 1784 la lista de suscriplores de uno de sus con- como el institucional ho venido hasta hoy tratando de
ciertos comprende lo más granado de la Viena Josefi- dinamizar un mercado siempre languideciente e insu-
na; la patética lista de suscriptores para un ciclo de ficiente, insuflándole vido por medio de la creación
conciertos de 1789 solamente contiene un nombre, de una demanda artificial justificada con grandes
el barón van Swieten. El declive es un hecho y hay palabras y apelación a valores supremos. Pero osí la
explicaciones para todos los gusios desde el carácter imagen del músico libre que ofrece los frutos de su
veleidoso de los vieneses, siempre en busca de ¡a últi- inspiración y trabajo a la Humanidad en abstracto y
ma novedod, hasta la intranquilidad de la música de con mayúscula queda un tonto desdibujada cuando
Mozart con su continuo suspiro cromático y el exceso no devoluada. Pues en último término el proceso, al
de notas que deploraba José II, frente a la limpia menos en su impulso inicial y creativo, el más impor-
melodía sin complicaciones de Sartí, Paisiello o Mar- tante sin duda, sigue dependiendo de una voluntad
tin y Soler. ajena, a veces caprichosa, sea la del mecenas no
siempre circunscrita o movida por fines artísticos, sea
Robbins Landon cree que el decaimiento gradual la del funcionario que tiene la llave de los presupues-
de los conciertos de Mozart por susaipción hay que tos públicos. £1 fenómeno perturba las supuestas con-
explicarlo en términos más realistas y menos románti- diciones de un trato libre y equitativo y el músico
cos que la creciente folla de contacto y por lo tanto corre el riesgo de caer en el burocratismo cuondo no
de éxito del compositor con el público vienes. La que- en el simple parasitismo.
rro contra el imperio turco estaba desangrando a
Austria, consumía presupuestos astronómicos. Muchos No diremos que este fenómeno se inicia con
de las familias aristocráticas abandonaron sus pala- Mozart pero sí se incuba en el periodo llamado clási-
cios vieneses marchándose a sus fincas en el campo. co en el que le tocó vivir. Y en lodo caso la peripecia
Las grandes orquestas de la nobleza empezaron a mozortiana tiene algo de ejemplar por cuanto lo resu-
desaparecer. El dinero escaseaba y no hay duda de me con vivos colores y hasta con detalles pintorescos
que aquí está uno de los principales motivos de que y llamativos. En la época del barroco había existido
fracasaran los conciertos por suscripción de Mozart. una clase de músicos más o menos independientes,
Todas estas explicaciones encierran seguramente toles los virtuosos viajeros o los compositores de
algo de verdad pero no puede olvidarse que lo ópera que aceptaban encorgos de los lugares más
nueva situación exigía unas dotes de tocto y habili- dispares. Pero lo común era el asalariado Tiio. El cír-
dad ante una competencia feroz, al principio ni culo social que le rodeaba formaba una unidad en la
siquiera templada por el gremialismo, y unas condi- que él mismo se hallaba inserto, cumpliendo una fun-
ciones para ofrecer el producto de modo especia - ción asignada y perfectamente definida.
mente atractivo, que Mozort no tenia, o los tenia en Al romperse eso unidad, el artista gana indepen-
menor grado que algunos de sus competidores. A dencia social y autorresponsabilidad moral pero le es
partir de ese momento el qué iba a ser insuficiente y necesario afirmarse diariamente. Esto es lo que no
cada vez iba a necesitar más del cómo. pudo hacer Mozarl y Otros muchos que han venido
Mozarl no tuvo más remedio oue buscar seguri- iras él confrontados a un destinatario amorfo de reac-
dad y consiguió que el Emperador le nombrase Com- ciones imprevisibles. Pues en esta época se dan tam-
positor de Corte en 1787, sustituyendo o Gluck que bién los primeros síntomas de un divorcio que se hará
había fallecido ese año, aunque con unos ingresos imparable en las modernas sociedades industrióles y
de 8 0 0 florines anuales frente a los 2 . 0 0 0 que que hoy esló más vigente que nunca, y es la ruptura
cobraba aquél. Desde este cargo sólo tuvo que oten- entre la músico y los grandes masas. Insignificantes
der a la composición de piezas de baile que prodigó minorías de mentes elevadas frente a multitudes a las
el último año de su vida. También solicitó el puesto que se distribuyen productos de consumo de bajo
de adjunto al Kapellmeister de la Catedral de San coste y calidad ínfima; división radical entre música
Esteban con la esperanza de suceder al titular Leo- sena y ligera. Las previsiones de la Ilustración, el
pold Hofmann, que sin embargo le sobrevivió, can lo armonioso unísono del arte más elevado y la más
que la iniciativa terminó en naaa. cumplida y pura humanidad, se derrumbaron, el
sueño de un lenguaje universal se había desvanecido.
Es muy ilustrativo esto afanosa búsqueda por artis-
tas libres de un puesto estable que garantízase ingre- Cousa asombra la perspicacia de muchos ilustro-
sos fijos, una cuestión que no es una curiosidad del dos que yo desde el primer momento fueron conscien-
pasado sino que tiene obsoluta vigencia en una tes de lo ruptura, propugnando paro ata|arla progra-
época como la actual de ayudas, subvenciones, mas de educación del pueblo, así Pestalozzi, y en
encargos y en la que la burocracia musical suple esa línea insistieron Schiller, Goethe y Wilhelm von
muchas veces las graves deficiencias de un mercado, Humboldt. E incluso trasplantando el lema político y
distorsionado una y mil veces por razones de simple social de lo nación dividida al ámbito de la música,
supervivencia. Estas contradicciones se dieron no muchos pensadores y teóricos de los últimos años del
sólo en Mozart sino en el mismo Beethoven, quien siglo XvlH abogaron por una educación musical
ante los dificultades económicas quiso dejar Vieno en popular, llegando en algunos casos -J.A.P. Schu'z y

10
C.F. Zelter- a la idea de una música patrocinada por movimiento, Mozori no salió muy bien parado. Cuan-
el Estado. do murió en los primeras horas del 5 de diciembre
Y aquí hay que insistir, frente a comentarios más o de 1791, recuerda AlFred Einstein, su haber se cifra-
menos interesados, en los limites y en los aspectos ba en una suma de 200 florines, más o menos, en
negativos de la liberación cuyo protagonista más efectivo, un mísero mobiliario y uno pequeño bibliote-
conocido fue Mozart. En el momento histórico en que ca cuyo valor se tasó en 23 florines y 4 ) kreutzer.
música y pueblo parecían caminar juntos, dice Frie- Este fue el balance material burgués de la vida de
drich Blume, la música experimentó su más prolunda Mozart.
crisis social cuyos efectos continúan, padeciéndose
hoy, incluso acentuados. Como abanderado del Domingo del Campo

Constanze Mozart, litografío de un óleo de Josepf) Lange, 1789.


Mozan. a la edad de se/s años.

12
Yo es un Olio
MOZART: UN Arihur Rimbaud

ADOLESCENTE Porque hay un complejo de Edipo, algo no se puede


terminar de decir, y poique algo no se puede terminar de

ETERNO decir, hay ijn complejo de Edipo

Jaime Szpilka

¡Mozartl

[último palabra de Gustav Mahler en el momento de


morir, el 1 8 de mayo de 191 1]

uedo confesarlo abiertamente: cuando Enrique

P me llamó paro colaborar en esie número de


SCHERZO dedicado a Mozart tuve una gran
alegría. Alegría reduplicada porque me permi-
tióTiacerlo según mis propias inclinaciones:
desde un bosquejo de reflexión más o menos psicoló-
gico, más o menos cienlífico (ciencia es una palabra
que o veces confundo con los ojos de la Medusa,
paralizándolo todo con su mirado},y, como cabe a
un médico psicoanalista que quiso ser músico y ha
finalizado siendo un melómano insaciable -no un
musicólogo sino un músicoloco- incluir en esto refle-
xión mis propias emociones mi propia subjetividad.
Cosa que le agradezco mucho.
Y no menciono lo de psicoanalista casualmente,
porque irataré de referirme también a algunos aspec-
tos fundamentales de la personalidad de Wolfgana,
Amadeus Mozort, perfil psicológico que me atreveré
a inientat dibujar, dentro de esta breve búsqueda,
consciente que toda aproximación es anémica frente
a la realidad alucinante de su genio. Es como sí e
Olimpo dejara de ser una mansión celestial paro
transformarse en una vulgar colina o el Cielo posara
de ser la inquietante fascinación poética del Absoluto
para transformarse en un remolino de oxigeno y
helio. Por suerte, desde Immanuel Kant, estas aproxi-
maciones son sólo intuiciones más o menas legitimas
pero la cosa en si (perdónenme este desliz terminoló-
gico kantiano] seguirá estando más allá de cualquier
diagrama, invocando la reivindicación continua de lo
plural, de lo diverso y, en el caso de Mozart, de lo
grávido de un personaje que supera todas las intui-
ciones y refracta todos los supuestos saberes. Alguna
vez Paul Celan deió escrito que el ser ínconsiste:
nunca mejor aplicado que a este genio múltiple, ina-
barcable y deslumbrante que fue nuestro músico. Por-
que, ¿cuáles pueden ser los criterios para medir la
conducta y la grandeza de un genio como Mozart?
¿En qué espacio especulativo hay que moverse para
arrimar algo de creíble a la interpretación de su per-
sonalidad? Es fácil y, en algún aspecto seguramente
egitimo, hablar de dos Mozart, de una personalidad
disociado, de una compleja escisión de su mundo
personal, del hombre Mozart paia el que todo fue
humano, demasiado humano, y del músico Mozort,
capaz de llevar su expresión a las cimas más altas
de la creación. De un hombre que a diferencia de
Beethoven, de Wogner o de Mahler, no hizo de su
omnipotencia creadora un verbalismo explícito, cons-
ciente de lo que los siglos venideros deberion o su
genio, sino (¿qué sucede de verdad en el mundo
interno de Mozart?) un prolongado aporte epistolar y
biográfico lleno de contradicciones, de estrategias, na ejercida o negada, de la significación erótica
de minuciosos precauciones, de juegos infantiles, de Eras igual a creación) que suele involucrar dicho
exabruptos coprolálicos, de escatologia erótico per- ¡gomen sublimado y reparatorio. No voy a entrar en
versa, de búsqueda insaciable de afecto. ¿Es posi- detalles -hoy absolutamente prescindibles- pero es
ble, pues, separar al hombre del genio? ¿Es necesa- necesario partir de esta premisa: pocas veces como
rio arrojar al hombre Mozart en los límites paupérri- en el caso de Mozart la presencia poterna ha forja-
mos del sentido común para resaltar su obra inimita- do, eslructurado y diagramado un perfil psicológico
ble, aun a costa de callar sobre su propia vida, filial con tanto comparecencia. Por el contrario, la
como se ha hecho muchos veces? ¿Es necesario sal- presencia de su madre Anne-Mane es significativa
var a Mozart de si mismo, conservándolo inmacula- desde otros aspectos psicológicamente complementa-
do y puro, como si de no contaminar su música se rios que trataremos también de señalar brevemente.
tratara? ¿O lo mejor es intentar buscar lo inalcanza- Pasemos, pues, a nueslra búsqueda, incierta (se trata,
ble: a ese genio único que usó del lenguaje de los repito, de un genio], pero quizá válida, al fin, como
sonidos para decirnos de una mtravida honda, singu- inducción reflexiva.
lar, intransferible, densa, que él no podía expresar de
otra manera y que hizo de su vida anecdótica -salvo Un tópico es, según nueslro diccionario, un lugar
en ciertos puntuales momentos y al final de su existen- común, una vulgaridad o una frase hecha. La historia
cia- una revelación siempre silenciosa, un estremeci- de la música eslá preñada de tópicos pero esa
miento mudo, una historia sin grandeza aparente, misma historia parece estarlo más aún en el sentido
una esquizoídio lúcidamente intencionada? Es un de los tópicos folsos, de historietas ficticias, de impos-
tema ciertamente complicado y las pobres armas de turas deliberadas. Este año 1991 -bicentenano
la reflexión y lo investigación musicológicas y científi- mozortiano- nos ha permitido asistir a un verdadero
cas son meros instrumentos de conjeturas más o derroche en este aspecto. Los que escriben esa histo-
menos potables. Permítanme decirlo de esta otra ria desde siempre (y podriamos mencionar a varios
manera, como una metáfora caprichosa montado en de sus biógrafos] -los falsarios de epopeyas fantásti-
este interrogante narf, quizó sin respuesta: ges posible cas con rumores de historia de Dickens, donde siem-
que convivan en un creador el autor de Aufs Maul pre terminan Iriunfando los buenos puros y castigados
Scheissen ¡K. 560, 1788) -verso que traducido se los malos infieles- han hecho su agosto de enero a
lee como "defecar en la boca"- o el Leck mich im diciembre. Resulto siempre llamativa la necesidad del
Arsch ("Hazte dar por el culo, K 382c, 1782], con hombre por dividir la vida en compartimentos estan-
el autor de la Misa de la Coronación o con el auto; cos, espacios para sentir el bien y espacios para
de los Andantes más con moved ora mente románticos denostar el mol, porque en esa batalla (donde siem-
que dio su época? Más aún: ¿conviven dentro de pre, ¿casualmente?, representamos lo mejor] se juega
Mozarl el autor de Lo broma musical K 522 (su pri- nuestra propia y esquemática visión de la existencia.
mera obra compuesta inmediatamente a la muerte de Nueslra propia y esquemática visión de la existencia
su padre], los cartas a su primita Basle (auténticos - d i g o - porque nueslro miedo a lo desconocida o
shows escatológicos que hicieron las delicias profe- nuestra imperiosa urgencia por evitar interrogantes
sionales de Sigmund Freud cuando Stefan Zweig, más hondos son los que establecen el sislema de
conociendo las inquietudes del descubridor del psico- valores que supuestamente nos ordeno y nos protege.
análisis, se las envió en 1931]; los reprimidos cáno- Con Mozart las cosas no son ni fueron diferentes.
nes -por la censura, ¡ay, que todo lo cuida!- cuyos
títulos y letras aparecen pudorosamente reemplaza- Es siempre mejor visto un ángel niño regordete de
dos en los ediciones oficiales (en un intento de poner ojos ozul pálido, a veces empalagosamenle rococó,
una hoja de parra vaticana como aquella puesta al con corcheas que caen de sus manos tumultuosa men-
Dovid de Miguel Ángel en sus parles viriles] con la te, que un confuso y confundida adolescente -y siem-
finalidad de ocultarlas fuertes expresiones fecales pre genial artista, claro- alucinado por su propia
(fecaI-inmanenies las llamo Hildesheimer) de los origi- música y por las vicisitudes exislenciales de uno per-
nales? sonalidad versátil y dependiente. Es cierto que esta-
mos mencionando al músico que hizo decir a Rossini:
"Beelhoven es el primero, pero Mozart es único. El
¿Conviven, repito, estos aspectos infantiles de único que poseyó tanto arte como ciencia" o que
Mozart con el aulor de uno de los más estremecidos haria exclamar a Wagner -no siempre generoso en
Réquiems de toda la historia del hombre (inconcluso, sus palabras- "En la (listona de todas Tas orles no
coagulado en un momento excepcional de su fiebre hay ejemplo más noble y digno de admiración que el
creadora, ejercicio patético del ser y no ser que de Mozart". O -como nos recuerda Carlos Gómez
Mozart llevaba en sus espaldas) o el autor de esa Amal- el mismísimo Don Pío Baroja, de profesión
ceremonia fundacional del pensamiento masónico lle- lacónico, decía: "Ver un paisaje admirable, escuchar
vado a la música que es La flauta mágica? Pues si. a una mujer encantadora, oír algo de lo que más me
Fáclicamente conviven. Todo es Mozart, pero gusta de Mozart, no me da ganas de dedicarme a la
Mozart, ¿es o no es ese todo?. retórico, sino más bien de callarme". Pero justamente
es en ese pentagrama mozortiano, no siempre galan-
Por eso quiero hacer algunas reflexiones sobre la te o eufórico sino muchas veces delicadamente patéti-
génesis de su persona I idaabasándome en lo que se co, nostálgico, depresivo, donde se han dibujado
desprende de sus cartas -sin sobrecargarlos a uste- muchas corcheas espúreas y muchos semifusas ama-
des con excesivas citas-, de algunas referencias más ñadas. Y en el tema de la relación de Wolfgang
o menos aceptadas universa I mente y de olgunos indi- Amadeus Mozart con su padre Leopold los intrigas y
cios de su carácter y temperamento. as torpezas llegan a su paroxismo y convierten un
Como todos ustedes saben bien, el psicoanálisis vínculo complejo, hondo, misterioso y dialécticamente
octual centra muchas de sus búsquedas en la signifi- grávido, en una película de buenos y malos, en el
cación que la Palabra del Padre tiene para un hijo, escóndalo del filicidio, donde un padre energúmeno
de la palabra ausente o presente, de lo función pater-

14
y dictatorial habría convertido a su débil hijo en un siones -biológica y psicológicamente tan esenciales-
inslrumento de sus ambiciones y en un apéndice de como son los de su relación filial.
• su esquema corporal y psicopático. De esto mañero Hablarnos -como la hacen algunos biógrafos- de
-se supone- algunos biógrafos y musicólogos habrí- un Mozarl que habitado de buenos sentimientos y de
an vengado a Mozart ajusticiando al padre, confun- una capacidad lúdrico fuero de serie se contagió del
diendo sin escrúpulos a Leopold Mozart con un capa- clima del Sturm und diang propio de la época es
taz de estancia o un coronel de caballería. aceptable (y soy de los que creen que su música
Todos los trabajos de investigación -sean o no siguió en muchos momentos ese proceso histórico-cuI-
musicológicos- se basan en el acopio de informacio- lural que habitó la segunda mitad del siglo XVIII y que
nes y reconstrucción de escenas. Pero, es muy impor- anunció el cambio trascendental en el que iba a
tante pora mí -dado que con el pasado no se telefo- verse involucrada Europa) pera querer convencernos
nea, como dijo Albert Einstein- referirme desde nues- que las actitudes rebeldes y aisconformislas de
tra mirada fines siglo XX a ciertas estructuras psicoló- Mozart caracterizan a un pensador adulto liberal que
gicas elementales que se repiten -una vez más- de se olzaba continuamente contra la autoridad (ecle-
una manera singular, claro, en el caso de Mozart y siástica, paterna o imperial) porque no aceptaba fal-
su vínculo como hijo. Un padre que se afirmo a ira- sas jerarquías es, para mí demasiado. He conocido
vés de la ley que él dicta, creyendo en su propia de cerca algunos niveles de vinculación con el pensa-
omnipotencia, declamando ser propietario de la ver- miento liberal de la ideología masónica (Mozarl y
dad, es un padre frecuente en nueslras vidas y no es Leopold fueron masones aestacadosi como paro
justamente España la que desconoce este tipo de per- poder afirmar que la pertenencia a la masonería no
sonalidad. Pero lo que realme1 'e importa es que implica de por sí adultez psicológico ni un diagrama
dicho padre muchos veces no e|erce la función pater- sólido de ideas aperturistas sino solamente, en
na (que es iniciar en el conocimiento, germinar en la muchos casos, el mismo nivel de ingenuidad e ino-
vida, educar y pautar normas de crecimiento, ense- cencia que se testimonia perteneciendo a cualquier
ñar a enfrentar el infortunio]: cuando eso función organización humanisla y, naturalmente, bienintencio-
paterna no es asumida se trata de un podre a secas, nada. Derivar de la pertenencia de Mozart a la logia
montado sólo en su autoritarismo o en el rol que le de Víena un especial cuestíonamiento de la vida
otorga su privilegiado lugar en el engranaje familiar y social y política de la época es -pese a la moda
social. insistente con que esto liende a reafirmarse- una pura
falacia. Es cierto que Mozarl vive en el clima euro-
Cuando un padre ejerce la función paterna, esta- peo que gestará la Revolución Francesa en 1 789,
mos ante un padre verdadero: Leopold Mozart lo fue. que los ideales de ésta coincidían con los ideales
GuÍ2á quiso inculcar en sus hi|os leyes a sangre y masónicos y con el liberalismo europeo, que la bur-
fuego, siempre intentando ser coherente con sus pro- guesía comienza su proceso de ascensión al poder
pias convicciones, pero no fue tiránico ni absurdo ni en sustitución de las aristocracias caducas, que
esperpéntico. Vivió en la encrucijada entre dos rutas Mozart testimonia en su música [esencialmente en sus
del corazón y sufrió en razón ae ello, tanto o más óperas) este fluir novedoso de un mundo que nace
que el mismo Mozarl. En eso encruci|oda entre e frente a otro que muere, que Mozart desenmascara
camino de los bellos utopias y el camino de los con irónico desenfado las debilidades humanas y
pedestres insomnios, Leopold hizo lo que pudo, con con despiadada franqueza los estereotipos sociológi-
su meditación sobria, su áspera experiencia provin cos que sobreviven a toda costa, que las alusiones a
d l , i i dp d p l f
W p dó un nuevo orden social en libertad, igualdad y fraterni-
ciana yy su miiedo la inseguridad. Wolfgang quedó dad se deslizan elocuente y sutilmente en sus obras,
sujeto a ese padre y nunca pudo crecer -¿debo decir pero de allí a dibu|ornos un Mozarl emparentado
psicológicamente?- lo suficiente como para que el con la fiereza de los enciclopedistas o con la capaci-
ejercicio de su derecho a la autonomía fuera muestra dad critica de los filósofos, escritores y políticos de lo
de adultez y ponderación. Es cierto que en algunas época es, insisto, excesivo.
ocasiones se rebeló -musitó sus desacuerdos o, en
otras ocasiones, verbigracia el affaire con el arzobis-
po Colloredo, desaló sus rebeldias adolescentes, aun Aquí sí es evidente que hay dos Mozart: el músico
contra lo opinión de su padre- pero en lo esencia que convoca en sus corcheas todo el siglo XVIII y e
fue siempre un hio que aceptó la Ley Paterna, que hombre aún adolescente que trata de lograr el afecto
obedeció esencia mente, que trató de ser valorada y de sus seres queridos y en ciertos momentos, cuando
elogiado por Leopold usando de lodos las estrategias esa aprobación es vacilante o es negada, se irrita y
psicológicas posibles [algunas de sus cortos hacen enfada, siempre de una manera juvenil, es decir, en
verdaderamente sonreír por lo obvio de su infanli su caso, esquiva, vulnerable, esquemática, muchas
manipulación] y que vivió gran porte de su vida veces fariseo, donde Mozarl es un muchacho daña-
mirando down-up, observando al gran padre, con- do, es decir, un narcisisla herido. Vean un fragmento
templando con su mirada, implorando sus consenti- de lo carta que envía a Leopold cuando esle se
mientos y aceptando aceptar mucho más de lo que opone a su vínculo con los Weber:
realmente aceptaba. •Yo le quiero a Usted mucho, como se puede ver
Soy consciente que tonto Nannerl (su hermano] por el hecno de que, por este cariño, renuncie a
como Aloysa o Constanze Weber como Basle (su pri- todos mis deseos y anhelos, porque sí no fuera por
mita) como Joseph o Mtchoel Hoydn o como Johann Usted, se lo aseguro por mi honor, sin pensar en ello
Christian Boch o Ignaz von Born o Schikaneder o ni un solo momento, dejaria enseguida mi empleo,
muchos más (algunos de los cuales fueron padres daría un gran concierto, lomaria cuatro discípulos y
sustitutivos) son todas importantes presencias en la con toda seguridad, al año de estar en Viena, llega-
vida de nuestro músico pero razones de espacio obli- ría o ganarme mil táleros anuales. Le aseguro que
gan a referirme exclusivamente a sus primeros posos, muchas veces me apena bastante tener que renunciar
sus sustantivas idealizaciones y sus inevitables desilu- a mi propia felicidad».
Leopoldo Mozart, haoa 1765

Visión idealizada de Mozón niño.

16
A lo que agregará cuando Leopold se opone a su es disonante, porque cuestiona el sistema de valores
ruptura con el Arzobispo: conocido y aceptado a troves del penar sublimado
•No puedo ni podré nunca volver de mi asombro de una frustración. Juan David García Bacca lo dice
si continua Usted pensando y escribiendo así. Confíe- así: "las contradicciones musicales son perfectamen-
so que ni por una sola línea de su carta hubiera reco- te audibles, son audibles como desafinos. Oír una
nocido que el autor fuera mi propio podre. Pudo contradicción sonora, producirlo, agravarlo, son for-
haber escrito la carta un padre cualquiera, mos no e mas de desafino. Y más aún cultivarlos y hacerlas
padre bueno, cariñoso, que cuida de su propio sonar a un tiempo". Ese desafino, esa conlradicción
honor y el de sus hijos, en una palabra, no mi podre que el músico debe expresar en semicorcheas y tresi-
Mi buen padre querido, pídame lo que quiera, pída- llos de fusas, esa disanoncio que el artista lleva
me todo menos esto: sólo con pensar en ello tiemblo adentro de sí (arrojando al cesto de los desperdicios
de rabia*. esas muletas de impotencia que reposan en lo trilla-
do o conocido, como hubiera escrito Romain
Estas lineas son realmente elocuentes respecto de Rolland], esa disonancia, digo, lo hace sufrir por lo
las tendencias dependientes y de las candas estraté- que tiene de objelivo siempre inalcanzable, de
gicas (a brocha gorda] que Mozart usaba con su pasión siempre penúltima, pera o su vez lo empuja a
podre. Llego incluso a señalar un par psicológico que modelar la vida de acuerdo o sus necesidades ele-
es elemental de cualquier tratado del género: depen- mentales y psicológicas. El creador crea, valga la
dencia-rabia. Y la muestra es paradigmático de lodo redundancia, un nuevo fondo mediante la formo de
el vínculo, donde la necesidad de ser avalado por su respuesta. Por eso son ellos, los creadores, los
Leapold transforma a Mozari en un hijo perenne, que nos colocan frente a un mundo originalmente
quiero decir, claro, en un adolescente menesteroso. imaginario pero sustancia I mente frente a uno nueva
Orgulloso y precario, Mozart aparece en dicho texto legislación de la vida en si misma. La vida de un
tal como se vive o sí mismo: onsioso de oprobacíón creador es, lo mayor parte de las veces, un auténti-
paterna. En muchos momentos Mozart se dibujo en co contrapunto donde e¡ sueño que quiere corpori-
esla conflicliva: no sólo a través de lo que un psicoa- zarse y la realidad que se opone juegan un verda-
nalista llamaría el lenguaje del inconsciente y sus dero ajedrez melafísico
represiones, sino más bien en aquellos momentos que
denotan un conocimiento tácito de sus objetivos que
podemos copiar en toda su simplicidad o profundi- Regreso a Mozart más concretamente. Es cierto
dad, cuando surgen a la superficie en los llamadas que en el dibujo psicológico que Leopold inscribe en
crisis normales de la vida o en las confrontaciones su hijo hoy de todo, como es natural. Hay egoísmo,
significativas con una persona o con un sistema. Por posesividad, egocentrismo, cálculo, desconfianza.
eso es sólo en su pentagrama donde Mozart trascien- Detrás del desprendimiento y el sacrificio de un
de las limitaciones propias de su ser: allí es mucho padre (que Leopold se encarga repetidamente de
más que un demandante, es un generoso y deslum- nacerlo sober| noy una finalidad de cumplimiento
brante surtidor de belleza. propio, uno ambición personal exclusivo. Justamente,
en esa conlradicción entre el padre que se entrega a
Es cierta. Mozari fue un enorme creador, pero la vida paro darle o su hijo lodo lo que necesita y el
-permítanme esta digresión necesaria- gqué es, de padre que padece de ese afán de posesión se
verdad la creación? ¿Manifiesta alguna vez la ple- juego lo sustancial de dicho vínculo siempre conflicti-
nitud de una vido entregada al orle o sólo es la vo. ¿Debían Mozart y Leopold escopar de él? Toda
fugaz certeza de "brujulear a lo lejos de un imposi- la vida de Mozart está signada por ía presencia
ble", como enfotizaba Calderón? Raramente es lo paterna, que educo, controla, prevé, exige, manipu-
primero: siempre lo segundo. Lo creación, se diga lo la, ordena. Pero ese mismo padre, oculto detrás de
que se diga, no es hija de lo felicidad sino de la una puerta, oyendo a su querido hijo desgranar su
ausencia de ella, de esa carencia esencia!, de ese música, llora de emoción. Sabe decididamente que
espacio vacío y óvido que los psicoanalistas de boy su hijo es un iluminado. Ese mismo padre -conserva-
se obstinan en delinear Se crea para neutralizar una dor y críticísta- es quien cree más que nadie en e
angustia, no para testimoniar una euforia, aunque en deslino memorable de su hijo. Ese mismo padre, aus-
el momento de crear estemos puntualmente satisfe- tero y muchas veces ramplonamente previsor, es
chos o apasionados. Del amor se dice hoy lo quien entrega su vida para que hoy podamos saber
mismo: Aíain Fínkielkraut lo define como sentirse que su hijo nos marcono para siempre con su música
rehén de una ausencia. Quiero dar una imagen inmortal. ¿Se trata de dos podres distintos? Natural-
módica y válida de esta reflexión: una sonata es la mente que no. Mozart podría haber escrito estas
báscula de una ansiedad irreprimible y se inscribe palabras: "Sí, tengo un padre vanidoso, controlador
en ese terrible vacio que hay que llenar can nuestros y autoritario, pero sustituye maravillosamente bien a
deseos, muchos de elfos imposibles. Mozart arde en cualquier dotado maestro, me ayuda a descubrir el
deseos de poner sus manos sobre los escotes de mundo, me vincula con los músicos más importantes
aquella soprano. Si lo intenta y lo consigue, si lo de mi época, se empecina en mostrarme ante reyes y
dama es condescendiente, esa dama y éf harán e mecenas, busca el aplauso en todas las ciudades del
amor, aunque nunca consigan entregarse del lodo o mundo para su niño prodigio, me aplica a una disci-
arrebatarse muluomente lo que soñaron encontrar en plina de estudio que me permite ordenar mis tenden-
el otro. "El amor es la única posesión en la que no cias anárquicas, pero, llegado el momento, me incita
se posee nodo", escribió Paul Valéry. Pero sí ese a componer, me estimula como músico, pone su total
goce deseado se frustro (o porque la dama se niega confianza en mi capacidad creadora y en mi obra,
o porque Mozart no se animo a completar el ade- me quiere mucho -yo siempre quise y pedí que me
man), entonces pondrá las manos sobre el piano y quisieran mucho- y trabaja duramente para que no
escribirá una sonata. En esencia, toda creación par- me falle nada. ¿Puedo dejar de venerar o semejante
ticipa de este diagrama uterino. Por eso un creador padre?"

17
Mozart sufrió de empadramiento porque la perso- que ser dueño de sí mismo. Un artista, dijo Friedrich
nalidad de Leopold era fuerte, poderoso. Y en cierto Nietzsche, no puede danzar encadenado. Mozart
momento necesitó despedrarse, se rebeló, lonzó su liberó su pájaro de aquellas dependencias y aquellos
proclama libertaria, decidió vivir su vida y crear sólo miedos mencionados entregándonos uno música
de acuerdo a los diclados de su genio: en esos -con el alma apaciguada, como escribió Romain
momentos ieopold comenzaba a morir. En ese des- Rolland- que le permitió a él y a nosotros vivir desve-
padromienlo lo sugestivo es que Mozart en ningún lados
momento deja de buscar un padre (siempre el adoles- Un pequeño párrafo respecto de su madre: lo
cente necesitado] y surgen los podres sustitutivos opuesto al podre, Anne-Marie supo crear con su hijo
{papó Haydn, Johann Christion Bach, Ignoz von un espacio de juego, de infantilismo juguetón, de
Born, sus hermanos masones que lo alimentan y pro- permisividad incondicional. Sería largo nablar de
legen) y surgen, además, aquellos personajes que p
ll pero quiero
ella i f
enfatizar ell llenguaje
g j procaz
p li
yy licen-
desde el Comendador a Sarastro nos dicen qué
podre añora siempre Mozart. En cualquier momento cioso de las cartas que se cruzaban, b dd
donde ell ¡¡oven
de su vido es Leopold su imagen de referencia, su Mozarl podía expresar sus más infinitas locuras e
fantasma incanjeable. imaginerías, donde la fijación anal (en el lenguaje
freudiano) y la retórica excrementicia eran una cons-
A sus tres años Mozart compone una canción que tante [cuando Mozarl habla con la madre desciende
se titula Oragnio hgatola, que cania lodos las noches a sus primeros etapas infantiles] y donde en ningún
subido a una silla. El texto d i c e : " O r a g n i a momento surge la posibilidad de un diálogo denso o
figatafa..iigatafa levita...cerámica de un vínculo psicológicamente alimenticio. Anne-
cerémica.. attic, attic, attic. ah, después de Dios Marie es la contrafigura de Leopold: el espacio de la
viene papó". libertad irresponsable, del juego por el juego mismo,
En diversas oportunidades, durante su diálogo de la nostalgia de una infancia siempre presente, de
epistolar, Leopold y Mozart recordarán esta anécdota la imaginación al servicio del humor, la gracia y e
y las palabras que el niño le decía antes de acostar- desparpajo, del duende que no teme decir. Aquel
se: "Cuando seas viejo te protegeré eternamente del adolescente dependiente y versátil también necesita-
viento dentro de un bote, para tenerte siempre cerca ba esa mujer: poco protagonista y depositario fiel.
de mi y continuar venerándote*. Aunque nunca supo valorarla realmente y a la que
abandonó incluso en los momentos de enfermedad
Una sola reflexión más: cuando Mozart comienza final, omnipotentemente negador y narcicista fascina-
a componer, Leopold, que es compositor conocido, do por un París inaccesiole que mientras frustra a
deja de hacerlo. Cuando el hijo comienza a hablar, hijo, mata a la madre.
el podre calla. Leopold es consciente -se diga lo que
se diga, insisto- que es su hijo el auténtico aulor de Pero es la Palabra del Padre la que siembra hon-
una música con la que él ho soñado siempre pero damente en su singular sensibilidad Cuando Mozort
nunca ha podido brotar. No es poco mérito que un puede asumir que su podre no es un dios ni un
padre se maneje en estos altos niveles de lucidez. demiurgo; que es tratado con rudeza, desprecio e
Esa misma lucidez fue la que le permitió advertir a injusticia por la corte de Salzburgo; que necesita que-
tiempo la necesidad de su|etor a su hijo en el marco rerlo pero no sabe cómo; puede, desde esa acepta-
de un exigente profesorado pora evitar su desborda- ción, repito, frente a un padre maltratado y temeroso,
miento natural y torrentoso y que hizo todo lo posible comenzar su propio camino y alejarse - a través de
por encuadrar dentro de la austeridad aquel corazón padres sustitutivos- de esa imogen que teme como
savaje y fogoso expuesto a todas las seducciones y predicción de su propio futuro. Cuando a Papageno
que se llamó Wolfgang Amadeus Mozart. le preguntan quién es, responde, "a Mensch , es
Brion dice que Mozort es el semitono de uno infi- decir, un hombre. Mozart no pudo llegar a hombre
nita delicadeza. Es cierto. Pero en ella se oculta un pero su música inmortal no es más quela compensa-
adolescente tempestuoso un temerario de la sugeren- ción de esa carencia: fue uno de los creadores más
cia, un romántico avant la tettre que sabe que el sen- estremecidos y enormes que ha dado el género
timiento de la grandeza humana, para hacerse rea- humano. Y -pese a que esta aseveración despertará
mente oír, se fia más de la confidencia en voz baja su prurito- quiero decir que detrás de la música de
que de la pólvora arrebolado. Existe uno palabra en Mozart yo siento que algo familiar resuena, en mur-
alemán -sehnsucht-, palabra esencialmente románti- murllo, en sordina, como un violonchelo demasiado
ca, que define este sentimiento: asir lo inasible, aspi- sigiloso, una especie de lamento desconsolado, esa
rar a la plenitud más saturada, llegar al limite de lo especie de insondable secreto que la música de
inefable y saber, allí mismo, que Tiernos frocosodo, Mozart oculta en sí, pero que nunca lermma de reve-
que lo absoluto es inaprensible, que el objeto es lar. Esa música que no se revela totalmente nunca es
imposible, que sólo lo fugacidad de un instante nos la que nos pone en comunicación con nuestras pro-
hoce creer que se puede lograr lo inalcanzable. pias y esenciales emociones y con el universo mismo,
Como lo decía Rilke: "si hemos osado volar como los ensenándonos o vivir, en el sentido más hondo y
pájaros, una sola cosa más debemos saber: caer". metafísico de la palabra. Kierkegaard lo di|O de
Mozart: "a él se lo debo lodo". Deudas como ésta
Ese pájaro inmortal que fue Mozart encerró en si nos justifican ante nueslro propio espejo
mismo un acorde último, siempre misterioso y fugaz,
que nos permite, como dice el poeta, encender el
fuego de lo ilusión todas las mañanas. Paro ello tuvo Amoldo Liberman

18
en sus cuatro plantas espec¡¿izadas
desde un diapasón hasla e
sintgttzgdor.

Todowt másic«

- Arco y cuerao

- Percusión

-^Sonido profesional

- Libros, .pommras

- Material escolar

CDs. discos, cosseltes, videos. ._

Plaza de Isabel II,


00/'0'
28013 Madrid
ohannes Chrysostomus Wolfgangus Theophilus
CONSIDERACIONES
J
Mozart nació en Solzburgo el 2 / de enero de
1756. Incluso pora los cánones de su época

DIAGNOSTICAS fue un compositor prolífico: su producción pasa


de 6 0 0 obras catalogadas que incluyen 41 sin-
fonías, 27 conciertos para piano, 21 óperas e infini-
SOBRE LA dad de composiciones religiosos y camerísticas.
Mozarl posó los diez últimos años de su vida en
Viena, donde falleció el 5 de diciembre de 1791, a
ENFERMEDAD la edad de treinta y cinco años.
En aquella época la esperanzo de vida al nacer
FINAL para la población vienesa era de diecisiete años. De
codo tres nacidos, sólo dos llegaban a cumplir un

DE MOZART* año. Sin embargo, la esperanza de vida a la edad


de veinticinco años era de veintiséis años mós, de
manera que es razonable considerar prematura lo
muerte de Mozart
No se ha llegado a determinar lo enfermedad
final y la causo de muerte de Mozart. No hay regis-
tros médicos de su enfermedad, ni dotas posl mortem.
El certificado de defunción indicó 5calenlurón miliar»,
un término vago indicativo de fiebre con una erup-
ción miliar.
En cartas de la época se han conservado informa-
ciones relativas a la solud de Moza;!, pero algunos
síntomas y datos de interés sólo se registraron muchos
años después. Sin embargo, es posible reconstruir
una historia clínica incompleta (véase el apéndice].
Los antecedentes médicos de Mozort son impor-
tantes para decidir si lo enfermedad final fue una fie-
bre epidémica aguda, ¡al como pensaban sus médi-
cos, o si se trató del episodio final de una enferme-
dad crónica.
Wolfgang y su hermana Mario Anna Nannerl)
fueron exhibidos como niños prodigio por as cortes
de toda Europa. Los detalles contenidos en cartas de
su padre, Leopold Mozart, llevaron a Clem ; a con-
cluir que el prodigio era un niño enclenque y enfermi-
zo, apenas capaz de soportar los rigores de los via-
jes de aquel tiempo. Sin embargo, la moyor parte de
sus primeras enfermedades parecen no haber sido
otra coso que infecciones de las vias respiratorias
altas*.
Hubo también dos enfermedades importantes.
Cuando tenia poco menos de diez años, Mozart
sufrió una enfermedod que puso en peligro su vida;
pudo ser una fiebre tifoidea"1" complicada con un sín-
drome de Stevens-Johnson**. Dos oños después tuvo
viruela. No es probable que ninguna de estas dos
enfermedades afectara la salud posterior del composi-
tor.
Cuando tenía seis años, dos o tres semanas des-
* Lo versión original de este artículo |«Mozorfs las) ¡II- pués de un «catarro' tuvo fiebre, y sobre las espini-
ness. A medical diagnosis») apareció en lo revista británica llas, los codos y las nalgas aparecieron manchas
Journal of the Roya! Sociely oí Medicine [vol. 83. Sept rojas sensibles, algo dolorosos, un poco sobreeleva-
1990, págs 586-589[. El trabajo habia recibido el pre- das, "del tamaño de una moneda de un kreutzer*
mio Fronck Kermode de Cambridge al mejor ensayo pre-
sentado al examen final de licenciatura de medicina en
1988 Obviamente el texto está destinado a médicos, por
la que da por sabidas muchas cosas desconocidas para el ' Es decir, lo que en el lenguaje corriente se denomina
ptorano. En la medida de lo posible he intentado evilar los catorro, resfriado, angina, enfriamiento de garganta, ele.
términos técnicos y aclarar con nolos al pie olgunos aspec- * * En este síndrome aparecen repentinamente zonas
tos para que el texto no sea demasiado abstruso para el de enrojecimiento, ampollas y vesículas distribuidas mós o
lector medio, las notas de la autora corresponden a referen- menos simétricamente en cora, cuello, antebrazos, piemos,
cias bibliográficos y figuran al fcna! del texto. (Nota del fra- dorso de monos y pies y mucosas de los orificios naturales
ductor] (boca, nariz, ojos y región anogenital). Suele bober fiebre y
Aadenbrookes Hospital, Cambridge. Dirección para la sensación de enfermedad grave y puede ser mortal. Su
correspondencia: Dr. M. Wheaier, 56 Beectiwood Avenue, cousa parece ser una infección previa o uno 'eacción alér-
Boltisham, Cambridge CB5 9BG, Reino Unido. gica.
(unos 2-3 cm|. Le atendió el doctor Bernhard, profe- que tuviera un efecto duradero y así las actividades
sor de medicina de lo Universidad de Viera, que musicales de Mozart siguieron adelante. Entre 1780
diagnosticó «una especie de escarlatina*^. Con los y 17V0 Mozart completó un promedio de 27 com-
conocimientos actuóles podemos decir que se trotaba posiciones por año. Franken estima que ¡a mera
de un eritema nudoso. labor de escribir los partituras corresponde a una ¡or-
El eritema nudoso se asocia con hipersensibilidad nada laboral de ocho horas durante todo este perío-
alérgica y ocurre en tuberculosis, sarcoidosis, infec- d o " . Mozart daba además muchos conciertos y lec-
ciones estreptococias y alergia medicamentosa. ciones. Asi no sorprende que a menudo escribiera
Actualmente, en Gran Bretaña la causa más ¡recuente hasta los dos de la madrugada y se levantara de
es la sarcoidosis, rara en niños. En vista del catarro nuevo a las cuatro1"'. Estos hábitos de trabajo sugie-
previo, la couso más probable parece una infección ren una constitución fuerte, no concuerdan con una
estreptococia, pera tampoco cabe descartar la posi- enfermedad crónica debilitante.
bilidad de una tuberculosis que podrió haber genera- Sin embargo, en julio de 1789, a los treinta y tres
do complicaciones posteriores6. años, Mozart comenzó a quejarse en sus cortos de
Poco antes de cumplir siete años y de nuevo o los depresión intermitente, dolores de cabeza y de mue-
diez, el pequeño Mozarl padeció enfermedades asy malestar1. Su productividad musical declinó.
febriles en las que sus pies y rodillas le dolían tanto y Hubo un nuevo aumento de actividad musical en
estaban ton sensibles que era incapaz de caminar. El 1791, el año de su muerte. Mozart visitó Praga para
segundo episodio duró alrededor de diez días. El pri- el estreno de La clemenzo di Tito (compuesta en ¡die-
mero parece que también fue pasajero, ya que Leo- ciocho días!]. Niemetscheck, que le vio en eso oca-
pold lo mencionó sólo cuando el segundo se lo recor- sión, indicó que él músico 'se sentía enfermo y no
dó5. El diagnóstico correspondiente a estos episodios paraba de tomar medicinas; estaba pálido y su
ha sido fiebre reumática" ' c . aspecto era triste, aunque su sentido del humor a
Para el diagnóstico de fiebre reumática actualmen- menudo le hacía gastar bromas o sus amistades*J. A
te se usan los llamados criterios de Jones. Las manifes- su vuelta a Viena, a mediados de septiembre, com-
taciones posibles de lo fiebre reumática se dividen en pletó Lo flauta mágica. «Durante su composición, a
mayores y menores, y para realizar el diagnóstico de menudo quedaba traspuesto y lardaba varios minutos
la enfermedad se requieren dos manifestaciones en recobrar el conocimiento1 '. No obstante, tomó
mayores (carditis, poliartritis, corea, eritema margina- parte en los ensayos, dirigió lo primera representa-
do o nodulos subcutáneos], o una mayor y dos meno- ción y escribió cartas animosas a su esposo Constan-
res (fiebre reumática previa, dolor articular, fiebre, ze, que estaba en el balneario de Badén.
velocidad de eritrosedimentación elevada o proteína En octubre de 1791, cuando Mozart trabajaba
C reactivo positiva, intervalo electrocardiografico P-R en el Réquiem anónimamente encargado, Constanze
prolongado), combinados con olgún indicio de inlec- se alarmo por ía palidez, debilidad y adelgazamien-
ción estreptocócica reciente por estreptococo del to progresivo de su marido13, tanto más cuando éste
grupo A10. En el caso de Mozart sólo hay constancia le confió su convencimiento de que estaba escribien-
de fiebre y dolor articular dos manifestaciones meno- do la músico para su propio funeral y su temor a que
res. Quiza se hubieron delectado otras manifestacio- le estuvieran envenenando. Mozart se quejaba de
nes si hubiera sido posible practicar las pruebas de •un gran lumbago y una postración cada vez
laboratorio pertinentes pero de todas formas no es mayor*' ! . Echándole la culpa ol exceso de trabajo
posible mantener un diagnóstico firme de fiebre reu- provocado por el Réquiem, Constanze le apartó de
mática, porque lo enfermedad duró sólo diez dios este trabajo, y durante algún tiempo su salud pareció
mientras que los casos de fiebre reumática no tratados mejorar. Compuso una cantata para los masones y
habitualmente duran de seis semanas a seis meses. dirigió su estreno. Sintiéndose mejor, Mozort pidió
Más probable parece que los dolores adiculares de continuar el trabajo de composición del Réquiem,
Mozarl tuvieran que ver con una enfermedad vírica pero en pocos días sucumbió a la enfermedad fino!.
como la rubéola o una infección por odenovirus.
Tuvo que guardar cama a partir de finales de
La otra enfermedad conocida de la ¡uvenlud de noviembre de 1791. Nissen, el segundo marido de
Mozart que pudo haber tenido secuelas posteriores Constanze, dijo que los síntomas eran 'hinchazón de
fue una «dolencia grave* a su retomo de Italia, cuan- manos y pies e impedimento de sus movimientos" Pos-
do tenia dieciséis años. Su hermana aludió a esa teriormente *le dieron de pronto muchos vómitos y fie-
enfermedad en una carta, cuarenta y siete años des- bre, y tuvo diarrea*1'1 Tal era «su incapacidad casi
pués. Refiriéndose a un retrato, escribió: «Parece absoluta para moverse» que había que ayudarle cada
enfermo y muy amarillo, como si se hubiera puesto vez que quería sentarse Se puso tan hinchado que
de nuevo como aquello otra vez»'1. Davies ha indica- su cuñada Sophie Haibel le hizo un camisón para
do que esta enfermedad pudo ser hepatitis virica (tipo dormir que podia ponerse por delante, pora ahorrarle
A], pero la fiebre amarilla también era endémica en los sufrimientos de moverse '. En un recuerdo no
la Italia de aquel tiempo'1 '. No es posible un diag- Fechado, Cari Thomas Mozart, el hijo mayor que tenía
nóstico seguro de hepatitis, pero la referencia plantea en aquel entonces siete años, indicó que «pocos dias
la posibilidad de uno afección hepática posterior. antes de que mi padre muriese todo su cuerpo se hin-
chó tanto que era incapaz de hacer el más pequeño
Mozart no sufrió ninguna otra enfermedad de con- movimiento; además habia un hedor propio de des-
sideración hasta septiembre de 1784, a los veintio- composición interna que después del fallecimiento fue
cho años. Durante cuatro días seguidos, a la misma tal que hizo imposible lo autopsia*'1. A pesar de su
hora, tuvo sudoración profuso y accesos de 'cólico debilidad, el día de su muerte cantó lo porte de con-
fulminóme» que acabaron cada vez en vómitos vio- tralto en un ensayo de las secciones finalizadas del
lentos. Su medico diagnosticó 'enfriamiento renal*1'. Réquiem, y luego dio instrucciones a su alumno Süss-
Estos síntomas son compatibles con un cólico nefríti- mayr sobre cómo terminar la obra Estuvo consciente
co. Esta enfermedad breve, pero molesto, no porece
Oleo inacabado realizado par]aseph Lange en V:ena, en / 789.

22
hasta dos horas antes de morir Por la noche le subió ¿Un proceso infeccioso?
la fiebre y el doctor Ciosset le practicó uno sanaría y
pidió a Sophie Haibel que aplicara una toalla fría en La afirmación de que Mozarl fue una víctima más de
su frente. Eslo provocó «un ligero temblor». Mozort una epidemia va a favor de una enfermedad aguda.
perdió el conocimiento y murió dos horas después Von Lobes escribió que «esta misma enfermedad
En resumen, un varón de Ireinta y cinco años que atacó por aquello época a gran número de víeneses,
muere tras una enfermedad aguda de dos semanas y para no pocos tuvo el mismo resultado mortal y los
de duración, caracterizada en piincipio por manos y mismos síntomas que en el caso de Mozart 1 ' . No
pies hinchados y dolorosos. El paciente había estado obstante, incluso con una gran experiencia clínica
febril y luego presentó hinchazón generalizada, debi- como la que tenían los médicos de su tiempo, en
lidad importante, vómitos y diarrea. Puede que tuvie- muchas enfermedades febriles es muy difícil hacer un
ra una erupción. No tenía dificultad respiratoria, ya diagnóstico firme sin determinar el microorganismo
que podía canlar, y se manluvo con plena conscien- causal. Mozart padeció un proceso agudo en invier-
cia hasta muy poco anles de su muerte. no, época en la que se incrementan las defunciones
por causas tanto infecciosas como no infecciosas.
Desde dos o tres meses antes del fallecimiento Además, Von Lobes basó su afirmación sobre Mozart
había estado pálido y se habió quejado de lumba- en información de segunda mano y escribió su infor-
go. Durante uno o dos años había sufrido dolores de me veintisiete años después. Las pruebas de que
cabeza intermitentes y depresión. Mozart sucumbió a una infección epidémico no son
Tenía antecedentes de posible pielonefritis o cóli- abrumadoras. Además, una infección aguda no da
co nefrítico, y en la infancia había tenido un ataque explicación de la depresión y del estado de malestar
de eritema nudoso y, posiblemente, infecciones de 1790.
estreptocócicas, fiebre tifoidea y viruela. Puede haber
tenido fiebre reumática olípica y quizás hepatitis. De las infecciones sugeridas, el tifus y la septice-
La descomposición post mottem fue mucho más mia son improbables, porque Mozarl permaneció
rápida de lo habitual. lúcido casi hasta su muerte La meningitis bacteriana,
una posible explicación del -depósito cefálico», se
excluye por la misma razón.
Hipótesis diagnósticas La fiebre reumática aguda tiene su máxima inci-
dencia en la infancia, pero también puede darse de
r \ pesar de la descripción incompleta de los sínto- forma primaria o recurrente en adultos. Cuando el sín-
mas y de la falta absoluta de signos o resultados de toma de presentación es poliartritis aguda, el comien-
pruebas diagnósticas, se han publicado muchos zo suele ser brusco con fiebre alta y alteración del
intentos de identificación de la enfermedad final. En sensorio33. Igual que en el coso de la fiebre con dolo-
casi todos se habla de infección general, enferme- res articulares que padeció en lo niñez, los criterios
dad cardíaco, enfermedad renal o envenenamiento. de Jones no se satisfacen, pero la fiebre reumática
Las infecciones incluyen "fiebre inflamatoria reumá- aguda podría explicar la hinchazón y el dolor de
tica»''", tuberculosis'5, tifus", fiebre reumática agudo" manos y pies, así como la cefalea y la debilidad. La
!0
, septicemia complicada por insuficiencia renal miocarditis, cuyos efectos pueden incluir insuficiencia
aguda3 y endocarditis bacteriana*. cardiaca con el consiguiente edema pulmonar y sisté-
Tres semanas después de su muerte una nota mico, puede ser mortal en su fase aguda. Bar mantu-
necrológica indicó que -Mozort murió de hidropesia vo que el «depósito cefálico» era un nodulo reumático
cardíaca». Posteriormente se sugirió una enfermedad en el cuero cabelludo, lo cual iría a favor de su diag-
cardíaca' e insuficiencia cardíaca congestiva combi- nóstico de fiebre reumática'. De todas formas, los
nada con enfermedad renal2'. vómitos y la diarrea no son típicos de fiebre reumáti-
ca y lo más probable es que el edema de Mozart no
Autores más recientes han sugerido insuficiencia fuera debido a insuficiencia cardíaca, yo que no
renal crónica de distintas causas; por e|emplo, alo- tenía dificultad respiratoria. Al menos nadie habló de
merulonefritis postestreptocócica' •'-" y pielonefrítis
crónica''. Rapoport pensaba que Mozart tenía poli-
quistosis renal y que murió tras lo ruptura de un aneu-
risma ¡ntracerebral?\ En varias publicaciones recien- * La insuficiencia renal crónica es la incapacidod más
tes, Davies defiende con mucho detalle la existencia o menos total de los riñones para llevar a cobo su función.
de un síndrome de Henoch-Schonlein4 J •!B31*. Su único tratamiento es la diálisis o el trasplante renal Es
Los rumores de envenenamiento del compositor siempre resultado o lorqo plazo de enfermedades -como
i i £ ir i ' j
comenzaron a circular poco después de su muerte. glomerulonetriiis, pielonetrüís, pohquistosis o purpura de
Una publicación musical de la época decía que Henocti-Schoenlein- que lesionan progresivamente el tejido
•como su cuerpo se hinchó después de su muerte, renal. La glomeculoneffitis poslestreptocócica es una enfer-
alguna gente pensó que había sido envenenado» . medad aguda inflamatoria de los glomérulos renales debi-
El mismo Mozart pensaba que le estaban dando da -gtosso modo- al depósito en los capilares renoies de
agua lofano, un veneno lento compuesto principal- sustancias -inmunocompleios- generadas por el organismo
en su lucha contra uno infección previo por estreptococos
mente de arsénico y óxido de plomo. Salieri, un com- La pielonefritis crónica es una infección crónica de lo orino.
positor popular rival, asi lo confesó en su vejez, pero La poliquistosis renal es uno anomalía hereditaria de los
luego se retractó. También se ha sugerido el envene- ríñones, que están llenos de quistes; a menudo hoy otras
namiento mercurial por aulomedicación para la sífi- anomalías congénitas, como aneurismas cerebrales. La púr-
lis ;: : '. pura de Henoch-Schoenlein es un síndrome inflamatorio
vascular en el que suele aparecer uno erupción rojoviolá-
El doctor Closset, médico que atendía a Mozart, cea con urticaria y dolor orlicular y abdominal. Puede alte-
diagnosticó *un depósito cefálico1, cuya interpreta- rar la función renal Este síndrome también parece debido
ción es muy dudosa. Bar consideró que la sangría a ¡nmunocomple[os resultantes de una infección estreptocó-
excesiva contribuyó al desenlace mortal . cica o de otra tipo, o un tratamiento farmacológico

23
su existencia y el hecho de que el enfermo fuera ¿Enfermedad renal?
capaz de coniar la porte de contralto del Réquiem e
mismo día de su muerte índica que su existencia es La aparición insidioso de palidez, dolores de cabe-
muy poco probable. La fiebre reumático merece un za, pérdidas momentáneas del conocimiento, depre-
lugar en el diagnóstico diferencial, pero no debe sión, preocupación por lo muerte y delirios de enve-
encabezar la lista. nenamiento (suponiendo que realmente no estuviera
Del 10 ai 20 % de los casos de endocordilis bac- siendo envenenado], asi como dolor abdominal,
teriana se dan en personas que no tienen lesiones vómitos, diarrea y pérdida de peso podría atribuirse
cardíacas previas" Esta posibilidad merece conside- a enfermedad renal generadora de hipertensión arte-
ración lanío si Mozari habió tenido antecedentes de rial y agravamiento de la uremia durante 1790-
fiebre reumática como sí no. El comienzo insidioso 1791 * . í l lumbago que Mozart sufrió también apun-
de esta entidad -con molestar y anorexia, palidez, fie- la la posibilidad de un trastorno renal. Actualmente la
bre intermitente no muy alta, escalofríos, sudorocíón pielonefritís crónico, la ajomerulonefritis y la poiiquis-
nocturna y cefaleas y dolores articulares frecuentes- tosis son las causas mas comunes de insuficiencia
podría justificar el periodo prolongado de mala salud renal crónica.
previo a la quincena final. Si no se iraía, lo endocar- Fluker atribuyó la lesión renal de Mozart a pieo-
dilis bacteriana es siempre mortal, con una mediana nefrilis crónica resultante de una pielitis aguda a los
de supervivencia de seis meses y uno variación indivi- veintiocho años"'1 Hoy se considera que la pielonefri-
dual amplia, compatible con el curso temporal de la tis crónica se produce a partir de infección y reflujo
enfermedad de Mozart. No obstante, en este caso lo ves i cou rete ral en lo infancia -de los que difícilmente
cousa de edema sería también insuficiencia cardía- quedaría Constancio en este caso-, no de ataques
ca, a lo cual hay que hacer las objeciones yo cita- agudos en lo edad adulto.
das. Además, Mozart presumía de sus manos,
pequeñas y bien formadas, y es probable que é El depósito de inmunocomplejos es la causa más
mismo -o Constanze- hubiera comentado alqo si hobilual de glomerulonefrirís. Es muy fácil que Mozart
hubiera notado la aparición de dedos en polillo de hubiera sufrido una infección por una cepa nefrítogé-
tambor1. La posibilidad de endocarditis bacteriana nica de estreptococo. En niños la glomerulonefritis
es real y no se puede excluir del diagnóstico diferen- postestreptocócica suele causar síntomas sólo durante
cial. unos pocos días, y el 95 % de los veces no genera
afectación renal permanente. La incidencia de afecta-
La tuberculosis ero corriente en los tiempos de ción permanente y progresiva es mucho más frecuen-
Mozari. La posibilidad de tuberculosis pulmonar se te en adultos. Como solo unos pocos serotipos M de
ha descartado por la ausencia de tos, expectoración estreptococos son nefrilogénicos, los ataques repeti-
sanguinolenta o sintamos generales al menos hasta dos de glomerulonefritis postestreptocócica son
1790. Sin embargo, podno trotarse de un caso de raros ". Por lo tanto, si se tratara de una glomerulone-
tuberculosis renal, peritoneal o de ambas localizacio- frilis posle5trepiocócico es poco probable que su
nes. Las vias urinarias consliluyen el segundo lugar causa fuera la infección estreptococia que pudo
más común de reactivación (tras el pulmón] y los sín- causar el eritema nudoso en la infancia y más lógico
tomas aparecen de cinco a veinte oños tras la infec- parece que tuviera relación con una infección en la
ción °. Á los veintiocho años, Mozart presentó sínto- edod adulta. Una glomerulonefritis postestreptocócica
mas compatibles con cólico ureleral causado por puede dar lugar a un síndrome nefrótico que explica-
tuberculosis renal. Esto fue veintiún años después del ría la hinchazón generalizada de Mozart. El síndro-
ataque de eritema nudoso que pudo haber señalado me nefrótico también induce gran susceptibilidad a la
la infección primaria. En la tuberculosis renal a veces infección, lo cual puede ser mortal. La g I orne rulo nefri-
fallan los síntomas generales de tuberculosis, pero tis poslestreptocócico explica bien las ca ráete r i st i cas
puede desarrollarse insuficiencia renal crónico con de la enfermedad de Mozart, pero suele cursar con
uremia. Muchos de los sintamos del último o los dos pérdida de sangre en orina |hematuria], de la que no
últimos anos de vida de Mozart son compatibles con hay constancia.
uremia, la tuberculosis renal no suele producir «hin-
chazón1, pero la peritonitis tuberculosa es causa de La púrpura de Henoch-Schoenlein es una vasculitis
ascitis no doloroso. La artritis tuberculoso afecta cade- multisistémica por inmunocomplejos igA A veces afee-
ras y rodillas más comúnmente que manos y pies, y la aisladamente o los ríñones. Da hematurio en el
lo típico es que sea crónica y monoarticular, a dife- 90% de los casos y pfoduce normalmente uno erup-
rencia de la poliartritis aguda simétrica que Mozart ción purpúrica -especialmente en pies, piernas y nal-
parece haber tenido. Es poco verosímil que el -depó- gas-, artritis y dolor abdominal con hemorragias diges-
sito cefálico* fuero un tuberculomo, que podrió produ- tivas Los niños se recuperan completamente nueve de
cir convulsiones y defecto neurológico focal La enfer- cada diez veces. Es rara en adultos, pero cuando
medad final tampoco puede haber sido meningitis ocurre, en la mitad de ios pacientes evoluciona o insu-
tuberculosa, dada su corta duración y el manteni- ficiencia renal crónica, hipertensión arterial o ambas
miento del sensorio del enfermo casi hasta el final. en un plazo de cinco a diez años . Según Davies,
Por lo tanto, la tuberculosis renal y peritoneo! podria Mozart tuvo su primer ataque de púrpura de Henoch-
explicar muchas de las características de la enferme-
dad final de Mozart, aunque no todos los datos del
cuadro clínico
* Las enfermedades renales a menudo generan hiper-
tensión arterial porque e! riñon cumple una imporlante fun-
ción reguladora de ía presión en el sistema vascular. La ure-
mia es el exceso de sustancias nitrogenadas -principalmente
* O sea, engrosados en los extremos; son típicos de urea- en lo sangre debido o I fallo de la función renal. Ure-
enfermedades crónicos cardiacas o respiratorias. mio es prácticamente sinónimo de insuficiencia renal.

24
Schoenleín postestreptocócica a los veintiocho años. cincuenta y tres años. No hay razón para supone
Los ataques subsiguientes cursaron con síntomas que Mozart tenía poliquistosis renal o aneurismas
vagos: fiebre, dolor articular y dolores de cabeza a cerebrales. No parece verosímil que tuviera alguna
comienzos de 1790. La depresión y los delirios de otra malformación congénila urogenital".
1791 habrían sido resultado de la uremia. El compo-
sitor habría contraído una nueva infección estreptocó-
cica el 1 8 de diciembre de 1791, cuando dirigió su ¿Intoxicación?
caniata masónica. En los ataques recurrentes ae púr-
pura de Henoch-Schoenlein el intervalo entre la infec- La intoxicación por metales pesados -mercurio 0
ción y los síntomas se acorta hasta un período de uno plomo- puede causar síndrome nefrótico y la consi-
a siete días. La enfermedad final de Mozart comenzó guiente «hinchazón*. Sin embargo, la intoxicación cró-
precisamente tres días después del estreno de la can- nica por mercurio genera un temblor muy morcado* y
tata. Las sangrías agravaron la insuficiencia rena . as partituras y firmas de Mozarl no muestran signo
Después de uno semana de enfermedad la hiperten- alguno de temblor ni siquiera a finales de 1791, por
sión produjo una hemiparesia; dos horas antes de o que la intoxicación mercurial parece poco
fallecer, el enfermo tuvo convulsiones y entró en coma. probable''. Tampoco hay constancia de que Mozart
La fiebre olía final se debió a bronconeumonía, que presentara parálisis de la extremidad superior, con
fue la causa inmediata de muerteJ ;e ^ 3 . mano en cuello de cisne, o de la inferior, con píe pén-
Esta reloción parece una interpretación excesiva dulo, como cabría esperar en caso de intoxicación
de los hechos conocidos. En los años 1790 y 1791 por plomo. La intoxicación crónica por arsénico pro-
Mozart tenía problemas financieros constantes y su duce pigmentación irregular de la piel y engrasamien-
popularidad como compositor y como intérprete to de los uñas, mientras que la intoxicación aguda
había decaído. Su mujer a menudo se hallaba indis- genera quemazón doloroso en la boca o en la gar-
puesto e iba o un balneario. En 1 789 Constonze dio ganta y sensación de ardor lagrimal. La enfermedad
a luz a uno niña que murió el mismo mes de noviem- de Mozort no tenía estas características. Los antece-
bre, inmediatamente después de nacer. Los dos hijos dentes médicos no van a favor de esto hipótesis.
anteriores habían muerto iguolmente ol poco de
nacer La desgracio parece una explicación de la
depresión de Mozart tan buena com la uremia. Su Otros diagnósticos
estado mental pocas semanas antes de su muerte,
con ¡deas de envenenamiento y de estar escribiendo La 'hinchazón» del cuerpo pudo ser una ascitis masi-
su propio réquiem parece exigir una explicación. De va, cuya causa es cirrosis, neoplasia, insuficiencia
hecho, Mozort tenia uno personalidad peculiar con cardíaca congestiva o tuberculosis en el 9 0 % de los
tendencias obsesivas e hipomaníacas 3 \ Quizá su casos".
paranoia reflejaba un vaivén exagerado de un esta-
do de ánimo típico de una personalidad ciclotimica. El único dato o favor de cirrosis es el dudoso ata-
que de hepatitis del joven Mozart. No hay indicios
No parece que sea muy razonable atribuir «su de encefalopatía**. Una enfermedad hepática
incapacidad casi absoluta para moverse1 a una parece improbable.
hemiparesia. El lenguaje y lo música están lateralizo- En cambio, una leucemia explicaría un período
dos en lados opuestos del cerebro, y, para dar a de varios meses de palidez progresiva con dolores
Süssmayr indicaciones de cómo completar el de cabeza y fatigo. El dolor espontáneo o provoca-
Réquiem, Mozart debió hacer uso de ambos capaci- do y la hinchazón articular son comunes en la leuce-
dades. Es posible que una hemiparesia coexista con mia y el edema es posible Incluso el dudoso eritema
normalidad del habla (o sentido musical), pero en la de lo «fiebre miliar» pudo referirse o un exantema
fase aguda lo más común es que estén afectados a petequial leucémico. La susceptibilidad a la infección
lo vez el habla y la motricídaa. Por último, el 'tem- es una característica fundamental de la leucemia,
blor» que siguió a la aplicación de toallas frías pare- compatible con una fiebre terminal «epidémica* y
ce una tiritera o un escalofrío más que convulsiones. también con una septicemia masiva que podría expli-
En cuanto a la erupción petequial típica del síndrome car lo rápida hinchazón del cuerpo tras el óbito. Sin
de Henoch-Schonlein, no hay constancia de que se embargo, una leucemia es rara en una persona de
produjera. treinta y cinco años.
Estas críticas no descartan por completo la posibi-
lidad de este síndrome, que tiene la virtud de explicar
todos los síntomas conocidos de los últimos años de Conclusión
vido del compositor. El síndrome de Henoch-Schoen-
lein es secuela de infección eslreptocócica mucho Cn vista de estos datos imprecisos e inciertos, el
más raramente que la glomerulonefritis. De todas for- diagnóstico de la enfermedad mortal de Mozart sólo
mas, hay que considerarlo una entidad importante en puede ser especulativo. Para simplificar al evaluar las
el diagnóstico diferencial. posibilidades diagnósticas, podría suponerse que se
Rappoport mantiene que Mozart padeció políquis-
tosís renal porque su oreja izquierda tenía una defor-
midad congénjia, y a veces las malformaciones de la * De ahí el refrán castellano «temblor como un azoga-
oreja se osocion a anomalías de las vías urinarios^7. do», referida a los intoxicodos por azogue, o sea, mercu-
Sin embargo, no hay asociación demostrada entre la rio.
oreja tipo Mozart y la poliquistosís renal''1, ni antece- * * En la cirrosis hepática el híqado deia de cumplir
su5 funciones depuradoras y las sustancias toxicas que se
dentes a favor de políquistosis en la familia del músi- acumulan en la sangre cousan trastornos de lo función
co. Su hiio menor heredó la malformación ouricular encefálica. Estos constituyen lo llamada encefalopatía hepá-
de su padre, pero murió de carcinoma gástrico a los tica.

25
Mazarí
componiendo el
Réquiem en sus
Últimos días

La víspera de su
muerte Mazan
interpreta con unos
amigos algunos
fragmentos del
Réquiem. Oleo de
Thomas W. Shields.

26
trató de un proceso relativamente común con uno pre- 1 1 . KupFerberg H. Amadeus, a Mozort mosaic. Lon-
sentación más o menos habitual. Pero Mozart era un dres: Robson Books, 1987.
individuo, no uno población. Las características 1 2. Franken FH. Mozarl's Todeskrankheit. forlschr A^ed,
importantes de su enfermedad parecen haber sido 1980; 98 301-302.
palidez progresiva durante algunos meses, lumbago 1 3. Medici N, Hughes R. eds. A Mozarl pilgrimage,
The travel diaries of Vincenl and Maiy Novelío ¡n tne year
al menos de algunas semanas de duración y fiebre, ¡829, 3rdedn Londres: Eulenbera, 1975.
con hinchazón de manos y pies y luego de todo e 14. Niemetscheck F. Life of Mozorf, 1798 (traducción
cuerpo, y mantenimiento del sensorio y de la función de Mautner H, introducción de Hyolt King A| Londres1 Leo-
respiratoria. nard Hyman, 1956.
Desde mi punto de vista, el diagnóstico diferencial 15. Holmes E. Ufe of Mazarí Londres: Chapman &
de la causa de muerte ha de incluir las siguientes enti- Hall, 1845.
dades en orden de probabilidad decreciente1 16. Nissen G. Biographie W. A. Mozarl;s nach Origi-
nalhriefen. Leipzig: Breilkopf, 1828
- glomerulonefritis poste st re ptocócica, 17. Deutsch OE. Mozart a documenlary biography
- púrpura de Henoch-Schoenlein, (translaled by Blom E, Branscombe P, Noble J|. Londres:
- tuberculosis renal y periloneal, Adam & Charles Black, 1965.
- leucemia, 18. Robbins Landon HC. Mozarl's last year. Londres:
- fiebre reumática, y Thames & Hudson, 1988.
- endocarditis bacteriana. 19. Gehrinq F. Wolfgang Amadeus Mozart. Londres:
En los cuatro primeros casos la causa inmediata Sampson Low, 1883.
de muerte probablemente habría sido bronconeumo- 20. Katner W, Pothogrophy of W. A. Mozort. Boehnn-
nía. ger Ingelheim Informo, 1969; 19: 1-28.
2 1 . BokoyJ. Tarcza: Mozart halalan ak oka. O'v Helil,
1906; 1: 233-234.
Mary Wheater 22. RoeC. Quaini Linle Wollqang. Med J Aust, 1 9 7 1 ;
Traducción: José A. Tapia ¡i: 1317-1322.
Publicado con la amable autorización 23. Borroud J. A quelle maladíe a succombé Mozart?
<M Journal of the Royo! Society o l Medicine. Chronique Medicóle, 1905; 1 2 : 7 3 7 . . .
24. Greither AM. Mozorl und die Arzte, sein Krankhei-
ten und sein Tod. Deut Med Wschr, 1956; 8 1 : 121-124,
1. Black W . An arithmeticai and medical analysis o! ¡be 165-169.
diseases and morlolity of the human species, 1789. Reim- 25. Scarlett EP. The ¡llnesses and deoth of Mozart. Arch
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Hanls: Gregg International, 1973. 26. FlukerJL. Mozart his heallh and death. Practitioner,
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College Hospital Gazette, 1959, 37-45. 27. Rappoport AE. Mozart's primary disease and couse
3. Shopiro SI. Medical history of Wdígang Amadeus of death: a múltiple congenital malformalion syndrome
Mozart. Eye car Nose and Throat Monlhly, f9ó"8; 4 7 : 17- bosed on o genetic, clinicol ond paíhologicol study. Abs-
20. tractsXVI IntCongrAcad PatholG 476, 1986.
4 Davies PJ. Mozart's ¡llnesses and death. j R Soc Med, 28. Dovies P|. AAo£art'í ¡llness and death-2. The last
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5. Anderson E. The letters ol Mozart and his famity, 3rd 561.
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7. Bar C. Mozarl: Kronkheit, Tod, Begrobmss. Schriflen- 31 Davies PJ. Mozart's left ear, nephropalhy ond death.
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rev. 2 / 1 9 7 2 32. Kerne' D Mozarts Tod bei Alexander Pushkin. Deut
8. Sakula A. «Amcdeus*: was Mozart poisoned? His- Med I 1969; 20: 743-747.
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9. Davies PJ. Mozart's ¡lineases and deoth-1. The illnes- cine, 1 8 th edn. Fibdelfia, W B Sounders, 1988.
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10. Wetherall DJ, Ledingham J G G , Worrell DA, compendium 2nd edn. Londres: Macmillan, 1979
eds. Oxtotd lextbook oí medicine Oxford: Oxford Univer- 35. Greüher AM. Die Leqende von Mozarts Veigiftung.
sity Press, 1987. Deut Med Wschr, 1957, 82: 928-932.

27
APÉNDICE: «HISTORIA CLÍNICA» DE W.A. MOZART
Enfermedad final

Edad Síntomas y Fuente Diagnóstico Diagnóstico


A. M. duración con lempo raneo moderno

35 Fiebre, sudoroción, íeutsch, Ca enturan mi iar,


dolor ol movimiento, 1965 depósito cefálico, fie-
hinchazón de manos bre inflamatoria reu-
y pies, hinchazón mática.
generalizada, debili- CTMzt
dad, hedor carta no
echado]
Ultimo El gusto de la muerte Haibel,
dia en mi lengua, temblo- 1825
res y como (dos
horas]

Antecedentes médicos

ó 9 «Catarro» L Mzt, carta Catarro ¿Infección respirato-


16-10-1762 ria alta, infección
estreptococia 2

ó 9 Lesiones cutáneas de L Mzt, carta Escarlatina Eritema nudoso


coloración roiza, en 3O-1Q-17Ó2
relieve, de unos 2
cm. de diámetro, en
las espinillas, codos
y nalgas, fiebre de
I I días

ó II Fiebre, pies dolori- L Mzt, carta ¿Fiebre reumática,


dos 15-11-1766 artritis por adenovi-
rus, rubéola, sarcoi-
dosis?

7 I Fiebre, dolor de gar- L Mzt, corta Infección respiratoria


ganta, peligro de 22-2-1764 alta, amigdalitis,
atrogantamiento. 4 anginas
dias

9 II Fiebre, pérdida de L Mzt, carta Fiebre tifoidea, tifus,


peso, sequedad 12-12-1765 infección eslreptocó-
bucal, descamación cica y síndíome de
y ennegrecí miento de Stevens-johnson
los labios, ó sema-
nas.

10 10 Fiebre, dolor de pies L Mzt, carta ¿Fiebre reumática,


y rodillas, insomnio 15-11-1766 infección fodeno) víri-
I Odias ca sarcoidasis?

II 10 Fiebre, delirio. LMzt, carta Viruelas Viruela


Pústulas los días 3- 10-1 1-1767
15. 15 días

ló Aspecto celrino MAMzl, «Enfermedad severa» Hepatitis A/B, fiebre


(¿ictericia?) 1819 amarilla

28
28 Fiebre, cólico, vómi- L Mzt, corta Fiebre inflamatoria Cálculo reno!, pielo-
tos, 4 dios 14-9-1784 reumática nefritis, púrpura de
Henoch-Schoenlein,
gastroenteritis

33 «Enfermo*, depresión W. A. Mzt, Personalidad ciclotí-


carta mica, problemas
12-7-1789 económicos, uremia

34 Depresión intermiten- W. A. Mzt, Lo anterior e hiperten-


te, cefoleo, dolor de cartas abril- sión arierial (?] pro-
muelas, malestar agosto ducida por la enfer-
genera 1790 medad renal

Antecedentes farmacológicos

Uso frecuente de Pulvus Epitepticvs Niger, Polvo de Margrave y otros preparados de botica de composición
desconocida.
No fumador.
Alcohol: bebedor moderado (cerveza, vino, ponche).

Antecedentes familiares

Madre fallecido a los 57 años (enfermedad cardiaca/infección aguda).


Padre fallecido a los 70 (¿enfermedad cardiaca? ¿Consunción?).
5 hermanos fallecidos en la infancia.
Hermana fallecida a los 79 años, «de viejo».

Antecedentes civiles

Casado.
Problemas económicos ++
Hijos: 2 le sobreviven, 4 fallecen en la infancia.

Interrogatorio funcional

Imposible, por supuesto.

Exploración

Varón de estatura baja, poco más de 1,50 m.


Cabezón.
Ojos saltones, narigudo.
Oreio tipo Mozart en el lado izquierdo.
Lobilidad emocional
Pirético.
Pálido.
Hinchado |¿edema? ¿Ascitis?].

Clove
CTMzt Cari Thomas Mozort
LMzt Leopold Mozart
MAMzt Mario Anno Mozart
WAMzt Wolfgong Amadeus Mozart

29
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•c.s

KLAUS TENN
por primera vez en España
en el Festival de Canarias
SU TIEMPO

31
756-179]. Los casi treinta y seis años de la
LA ÉPOCA
1
vida de W.A. Mozart transcurren en una de
as épocas que, en líneas generales gozan

DE MOZART de una valoración historiográfica global más


positiva. Y, ciertamente, no faltan razones
pora ello: la prosperidad económica que se observa
en Europa durante buena parle de la centuria, el
desarrollo y progreso que se vive en los más diversos
aspectos, el pensamiento ilustrado, sus manifestacio-
nes culturales -entre as que ocupa un pnmensimo
lugar la obra del propio Mozart-, las reformas
emprendidas desde los gobiernos en muchos países,
pueden contarse como algunos de los rasgos más
destacados que intervienen en la caracterización
positiva del Siglo de las Luces, de la Ilustración o de
la Rozón, como normalmente es denominado en la
mayoría de los manuales y libros de historia. Pero es,
sobre todo, la proyección en el futuro de todo ello, e
hecho de que pueda ser considerado como pórtico
del mundo contemporáneo lo que confiere al siglo
XVIII lo que podríamos llamar su auténlica buena
reputación hisioriográfico.
En los páginas que siguen trazaremos un cuadro,
necesariamente apretado y simplificado, de la época
de Mozart. Pero antes queremos hacer dos precisio-
nes. En primer lugar, señalar que en más de un
aspecto por tratarse de procesos que se dan en el
tiempo largo habremos de referirnos a lodo el siglo
XVIII, y no sólo a su segunda mitad. Y, por otra parte,
recordar la imposibilidad de encontrar una época sin
supervivencias -a veces, mayores de lo que aparente-
mente pueda parecer- del pasado. Y aunque, por
rozones obvias, se tienda o insistir en los aspectos
que más repercusiones tendrán en el futuro, en e
Setecientos coexisten elementos contrarios y contra-
dictorios, ontícipos lúcidos ¡unto a supervivencias
pesadas, cambios profundos junto a permanencias
no menos profundas, transformaciones y reformas
junto a inercias y continuidades.

El mapa político de Europa en lo época de Mozart

Lo configuración del mapa político europeo del Sete-


cientos -en el que no están todavía firmemente asenta-
das las fronteras entre muchos países- parte, básica-
mente, de tres grupos de trotados internacionales que
liquidan otros laníos enfrenamientos bélicos con los
que se inicia el siglo. Son los tratados de Ulrechl-Ras-
tadt |1713-14], con los que finalizaba la Guerra de
Sucesión Española; los de Karlowitz (1699) y Posso-
rowítz (1718|, que concluyen la guerra austro-turca,
y, finalmente, los de Estocolmo-KTystadt (1719-21),
que ponen fin a la gran guerra del Norte en la que
estaba en juego el dominio del Báltico.
El resultado, en líneos generales, fue como sigue.
Inglaterra -en rigor, Gran Bretaña, desde que en
1 / 0 7 se produjera la anexión de Escocia- fue la
aran beneficiada. Además de ve' reconocida la
dinastía Hannover por Francia -hasta entonces princi-
pal valedora de los pretendientes Estuardo-, adquiría
Gibroltar y Menorca, entregados por España -por lo
que reforzaba notablemente su posición en el medite-
rráneo- y territorios de Acadia, bahia de Hudson y
Terronova (de gran importancia pesquera], cedidos
por Francia. Y, sobre todo, conseguía importantes
ventajas comerciales en la América nispana Francia
conseguía ver aceptada la presencia de un miembro

32
de lo dinastía borbónica en España y apenas sufrió tendria las manos libres para afirmar su hegemonía
mermas territoriales, peto quedaba profundamente en los mares y consolidar sus posesiones coloniales.
agotada por el esfuerzo a que le habió sometido Luis Pero equilibrio de fuerzas no significó paz. Había
XIV -poco después, los intenios de soldar la gran muchos motivos para las fricciones. El rechazo de las
deuda dejada por el monarca darán lugar a la expe- disposiciones de Utrecht por parle de algunos de los
riencia y crisis de Law- y con la derroto final veía per- estados afectados; la eterna pugna entre Austrias y
dida su condición de potencio hegemónica, aunque Borbones; los complejos y contrapuestos intereses
sin pasar a un segundo plano, en el conlinenle. económicos, entremezclados o encubiertos en más
Hacia ya mucho tiempo que no cabio hablar del de una ocasión con cuestiones dinásticas; la mayor
Imperio como unidad política operativo. Aunque con- implicación inglesa (derivada, en parte, de los pro-
tinúa existiendo formalmente o lo largo de todo e pios acuerdos de Utrecht, pero también por ser sus
siglo XVIII, en la práctica no es más que una superes- monarcas electores de Hannover y éste, una avanza-
tructura totalmente vacío de contenido. El emperador, dilla de su comercio en el norte| y de los problemas
un Hobsburgo desde mucho liempo atrás, ejerce de del Este (expansión ruso sobre todo) en los asuntos
hecho su poder sólo sobre un amplio y heterogéneo generales europeos y, finalmente, la pugna por el
conjunto de territorios -la simplificado denominoción predominio colonial constituyen un catálogo -y no
Austria que se les suele aplicar procede de las más exhaustivo- de las causas que provocaron conflictos
importantes de las provincias patrimoniales-, buena bélicos
porte de los cuoles caen fuera de los límites del Impe-
rio -Hungría, por ejemplo- y que ahora va a ampliar, Los Guerras de Sucesión de Polonia (173338),
incorporándose las posesiones europeas cíe la Sucesión de Austria (1740-48) y de los Siete Años
Monarquía Hispánica (Países Bajos y territorios italia- [175Ó-Ó3J fueron los tres conflictos armados más
nos, salvo Siciíia, lo que aumentaba la heterogenei- importantes, además de muchos otros, anteriores y
dad] por el Sudeste, a costa de la decadente Tur- posteriores, de menor trascendencia, y de una situa-
quía. El resto del Imperio estaba integrada por un ción de guerra casi permanente en el centro-este, con
abigarrada conjunto de estados prácticamente inde- una Rusia que busca con tesón salidas al mar, tanto
pendientes, principados eclesiásticos -ése era el por el Báltico como por el Sur -mor Negro- y donde
carácter de Solzburgo natal de Mozarl1-, ciudades la debilidad de Polonia lo convierte en objeto de
libres imperiales... Solo unos pocos de entre ellos - diversos ambiciones exponsionístas. Al no haber un
Sajonia, Baviera, por ejemplo- tenian cierta fuerza, país claramente hegemonico, se suele luchar en coa-
pero ninguno era capaz de discutir el poder de Aus- liciones, que, naturalmente, cambian de componentes
tria .. por el momento: en Utrechi se reconocía a y se modifican -a veces, durante el transcurso de una
Brandenburgo-Prusia como nuevo reino y su creci- contienda- en función de los intereses concretos de
miento y consiguiente rivalidad con los emperadores - cada momento. Asi, por ejemplo, Inglaterra y Auslria
el denominado dualismo alemán- será uno de los constituyen la base del bloque que se enfrenta al de
fenómenos políticos más importantes del siglo. La Francia y Prusia -viejos aliados tradicionales-en la
Monarquía Hispánica yo habia perdido su hegemo- Guerra de Sucesión Austríaca, pero Prusia no tendrá
nía en Europa en el siglo XVII. Ahora, ademas de inconveniente en abandonar la lucha apenas hubo
cambiar de dinastía, pierde sus territorios europeos, conseguido asegurar el control de Silesia, que le arre-
quedando circunscrita a España -ligeramente dismi- bataba a Austria. En la Guerra de los Siete Años, por
nuida geográficamente por las cesiones a Inglaterra- el contrario, Auslria y Francia, rivales desde siglos
y sus posesiones ultramarinas, prácticamente intactas. atrás, se unirán frente a Inglaterra y Prusia. Necesi-
Holanda ve garantizada su seguridad frente a las vie- dad por parte de Auslria de un apoyo frente a Prusia
jas pretensiones de Francia con el establecimiento de y recelo frenle a su anterior aliado -Inglaterra-, que no
una barrera militar al Sur de los antiguos Países Bajos se habia esforzado por asegurarle Silesia, íniereses
españoles. En Utrecht se reconocía también como británicos en Hannover, necesidades financieras por
reino al Ducado de Sabaya, que se incorporaba Sici- parte de Federico II, la precipitación de éste ol lanzar
lia -la cambiará pronto por Cerdeña y se denominará un ataque preventivo fueron, entre otras, las razones
reino de Cerdeña-: Italia veía asi nacer el reino que de esta espectacular inversión de alianzas.
dirigirá, en un futuro aún lejano, el proceso de su uni-
dad. Pero todavía continúa su desmembración políti- Pero -entiéndase lo que sigue en su justa medida-
ca, y su carácter de objeto más que de sujeto de la las guerras en este siglo, aun con su correspondiente
política internacional; serán los intereses de otras carga mortífera y de crueldades cometidas por las
potencias los que determinarán, por e|emplo, el cam- tropas, no van a tener consecuencias tan funestas
bio de manos de algunos de sus estados Y en e para el conjunto de la sociedad como habían tenido
Este, el Imperio Turco comienza su retroceso territorio en algún momento del pasado -la Guerra de los Trein-
y Rusia, la Rusia de Pedro el Grande, emerge con ta Años en Alemania, por ejemplo-. Eran, ante todo,
fuerza en el panorama europeo contiendas entre soberanos, sin que las masas se
identificaran apasionadamente con las causas de sus
monarcas y los enfrenamientos se solían limitar a los
En definitiva, se ha tratado de llevar o la práctica ejércitos profesionales; el aumento de la disciplina y
la política de equilibrio cuya filosofia habia apareci- la mejora del abastecimiento, como consecuencia de
do ya en Westfalia (1648) y fue entonces desbarato- lo evolución de las técnicas y organización militares,
da por la ausencia de una potencia que pudiera ser- tendieron a reducir los desmanes y el pillaje de las
vir de contrapeso a Francia. Las relaciones internacio- tropas. Y la mayor potencia de fuego y capacidad
nales se van a basar en lo sucesivo no en la hegemo- destructiva del armamento hacía que los enfrenta-
nía de un solo país, sino en el equilibrio de fuerzas. miento5 fueran, en cierta manera, calculados y medi-
Francia y Austria (Rusia en el Este] serían los platos de dos: se buscaba la superioridad sin plantear batallas
la balanza en el continente. De esta forma, Inglate- definitivas que pudieran resultar, a la postre, desastro-
rra, la gran inspiradora de esta política de equilibrio, sas para el propio ejército. No obstante, la supera-

33
Lo emperatriz María Teresa con su familia en el Palacio de Schijnbnjnn,

34
ción de las destrucciones que lo Guerra de los Siete papel de Italia en Europa será todavia, ante todo,
Años originó en diversas zonas de Prusia, Sajorno, cultural. El Imperio Turco, ante el empuje ruso, se bate
Bohemia y las Provincias Renanas tardará tiempo y en retirada. Ahora que ya no ofrece peligro, suscita
exigió un esfuerzo especial por parle de sus dirigen- cierta curiosidad cultural y no es raro que Tos sultanes
tes. aparezcan en las obras de ficción tocados de la
Asi pues, los primeros años de la vida de Mozart magnanimidad que se esperaba de los gobernontes
transcurren durante la Guerra de los Siete Años. Preci- ideales .. Y Europa asistirá sin pestañear al brutal
samente, su padre esperará al final de los hostilida- reparto de Polonia, víctima de sus vecinos más pode-
des para emprender su periplo europeo con sus hi|os. rosos, Austria, Prusia y Rusia, ahora si, puestos de
Tras la paz de París (1763) con que terminó esta acuerdo...
guerra, lo Inglaterra de Jorge III (1760-1820) se afir- Pero hay oigo más. Europa no se circunscribe úni-
ma como la primero potencia mundial y a las impor- camente al continente, sino que domina, controla y
tantes cesiones coloniales que consigue de Francia explota en beneficio propio territorios de todas las
añadirá su expansión en la India y la exploración del partes del mundo. La pugna entre los estados europe-
Pacilico. Los problemas con las trece colonias ameri- os se trasladó también almundo colonial. Es más, fue
canas marcarán, no obstante, también el periodo. este mundo colonial el que estuvo frecuentemente en
Francia (reinados de Luis XV, 1715-74, y Luis XVI, el origen de alianzas y guerras. Boste recordar la
1774-92), por el contrario, ha solido derrotada y ve importancia tanto en las colonias, orientales y occi-
prácticamente liquidadas sus colonias, aunque conti- dentales, como sobre el viejo suelo europeo (podría
núa en un primer plano y su influencia cultural en decirse que, desde este punto de vista, tuvo una
Europa no admite paragón. Y comienzan a desarro- dimensión mundial]. Y en el ámbito colonial va a ser
llarse las tensiones ponMco-soc¡ales que terminarán donde se dará la gran novedad: las Trece coionios
provocando el estallido de la revolución. En Austria inglesas de Norteamérica se sublevan Contra su
se suceden los reinados de la emperatriz María Tere- metrópoli (1775] y, apoyadas por Francia y España -
sa (1740-801, José II [asociado al trono desde 1765, una vez más, juntas para intentar debilitar a Gran
reinará en solitario durante la década (1780-90) y Bretaña-, consequirán finalmente la independencia
Leopoldo II (1790-92] Es una época de aplicación (1783)
de medidos reformistas de corle ¡lustrado, mucho más
decididas durante el reinado en solitario de José II. Poco después, la Revolución Francesa vendrá a
Pero, sobre todo, es una etapa marcada por lo rivali- trastocar planteamientos, alianzas y bloques; se desa-
dd l P i , d F d i p II l G dp (¡740 tarán los nacionalismos y la guerra adquirirá un
dad con a Prusia de Federico II el Grande ((¡740- nuevo sentido... Pero eso, sin duda, pertenece ya a
1786) y Federico
d Guillermo
Gll IIII 11786-97],
178697] bajo
b cuyo otra época.
reinado proseguirá el espectacular crecimiento -ejerci-
ta poderoso, aplicación de medidas de tipo mercanti-
lista y una férrea concepción de la sociedad al servi- Los inicios del cambio demográfico
cio del Estado- que culminará un siglo más tarde con
la unificación alemana. Ahora su permanente tensión Uesde el punto de vista demográfico, es uno época
con Austria se explícilará, entre otros momentos, en la de crecimiento de la población (primer balance posi-
Guerra de Sucesión de Baviero (1778-79): respuesta tivo de una serie ininterrumpida ya hasta nuestro días)
de Prusia, invadiendo la Bohemio de los emperado- y en la que, sobre lodo, se están produciendo modifi-
res, a los intentos de José II de anexionarse territorios caciones que no son sino el inicio de la transición del
de Baviera en un intercambio con el heredero de ciclo demográfico antiguo al moderno.
dicho estado, Carlos Teodoro del Palalinado. Un Aunque podríamos introducir algunos matices y
nuevo y posterior intento de anexión de Baviera -inter- modelos de comportamientos ligeramente distintos, e
cambiándolo esta vez por Bélgica- provocará la for- denominado ciclo demográfico antiguo se caracteri-
mación de la Liga de los Príncipes Alemanes, bajo lo zo, en líneas generales, por una natalidad muy eleva-
dirección prusiana, frente al emperador: la infuencia da (en torno al 4 0 por mil), una mortalidad también
de Prusia era ya evidente. La Rusia de Catalina II alta (con unas tasas variables y difíciles de medir, que
(1762-96] lleva a cabo la fijación de su modelo polí- se pueden cifrar entre 25 y 38 por mil)', que periódi-
tico-social interno. En el exterior, su política estará camente aún se elevaba más por la aparición, bajo
marcada por el deseo de control de Polonia y lo diversas formas, de la mortalidad calaslrófica. El cre-
expansión por el Sur o costa de Turquía, lo que se lle- cimiento vegetativo de la población era, por lo tanto,
vará mediante acercamientos alternativos a Austria y débil y discontinuo.
Prusia. Holanda, aliada permanente de Inglaterra en
el plano internacional -salvo en algún momento en La notalídad era muy elevado, pero no se vivía en
torno a 1783- vive un dorado declive. La España de un régimen de fecundidad natural. Una serie de fac-
Carlos III (1759-1788), siempre aliado con Francia tores -sociales unos, naturales otros- la limitaban efi-
mediante los Pactos de Familia -propiciados más por cazmente Ante todo, hay que tener en cuenta que la
a necesidad de ofrecer un frente común de defensa natalidad se producía casi siempre en el seno de
de sus colonias frente a Inglaterra que por razones familias legítimamente constituidas -la natalidad ilegíti-
exclusivamente dinásticas- continúa en un ligero ma era, en general, muy reducida- y el acceso al
segundo plano y un tanto apartada de los circuitos matrimonio no era, ni mucho menos, universal: no era
culturales de la época. Y comenzará, como país exó- raro que proporciones comprendidas entre un 10 y
tico a interesar culturolmente a los europeos. En Ita- un 20 % (incluso más) de mujeres permanecieran céli-
lia ha habido algunos retoques, con lo llegada de bes durante toda su vida. Por otra parte, el matrimo-
Borbones de origen hispano a Ñapóles y Parma; el nio entre adolescentes era una excepción. Normal-
Gran Ducado de Toscana pasó a estar bajo control mente, se solía contraer matrimonio a una edad más
Habsburgo, como ya lo estaba Lombardía. Pero el bien tardía: 25 anos, y aún más, como edad media
de acceso de la mujer al primer matrimonio. Es ¡mpo-
B Papa Clemente XIV

Et Arzobispo Hieronymous Colloredo. Oleo dejohann Michael Gre/ter.

36
sible calcular el Final biológico del periodo de fertili- dades catastróficas que en un corto espacio de tiem-
dad, pero la edad medio femenina en el nacimiento po -a veces, sólo unas semanas- podían anular el cre-
del último hijo rara vez superaba los 4 0 años. El peri- cimiento acumulado incluso durante años. Tres eran
odo fértil efectivo, por lo tanto, auedabo reducido las grandes causas de estas crisis de mortalidad: gue-
sensiblemente. A ello hay que añadir que, si bien era rras, más por sus efectos secundarios y de desarticu-
frecuente tener el primer hijo muy pronto -en más de lación de la vida económica ordinaria que por los
la mitad de los casos nacía antes de cumplirse un muertos en el campo de batalla; crisis de subsisten-
aña del matrimonio-, luego los períodos inlergenési- cias, provocadas por lo efectos de los caprichos cli-
cos -tiempo transcurrido entre dos nacimientos sucesi- máticos en una agricultura de escaso desarrollo técni-
vos- se ampliaba notablemente -de 1 8 a 24 meses co (aunque quiza la muerte por hambre no fue fre-
por término medio-. Y, por último, eran muchos los cuente, sí se acentuaban los efectos de la malnutri-
matrimonios rotos por fallecimiento de alguno de los ción y la vulnerabilidad frente a la enfermedad), y,
dos cónyuges antes de concluir el período de fertili- finalmente, enfermedades epidémicas y, entre ellas,
dad biológico -naturalmente, afectaba a ambos cón- de forma especial, lo peste y el tifus, de ios que ape-
yuges, pero hay que subrayar el terrible azote que nas se conocía más que sus terribles efectos.
pora las mujeres suponían las complicaciones deriva-
das del porto-, aunque era éste un factor en parte No es extraño que en tales condiciones la espe-
compensado por la relativa frecuencia con que los ranza de vida al nacimiento fuero muy reducida -30
viudos -los varones más que los mujeres- contraían años, e incluso inferior; téngase en cuenta que en su
nuevas nupcias. calcula juega un importante papel la mortalidad
infantil- y que aquellos hombres se consideraran
Las familias eran en su mayoría de estructura ancianos antes que en nuestros días: un historiador
nucíeat, es decir; compuestas sólo por padres e hijos francés escribe que una persona-tipo de unos cin-
que ol contraer matrimonio fundan su propio hogar; cuenta años habría conocido a lo largo de su vida
las familias troncales, en las que los hijos casodos "dos o tres períodos de hambre y tres o cuatro de
continúan en el hogar paterno formando una gran carestía y, además, dos o tres epidemias, más el
unidad económico-familiar, se encontraban reducidas sarampión la escarlatina, la difteria y, probablemen-
a áreas muy concretas y limitadas y en el conjunto te, la viruela, que eran males endémicos".
eran minoritarias. Y de lo dicho hasta ahora se dedu- Y este es el panorama que empieza a cambiar -
ce que su tamaño no solía ser excesivamente grande. aunque, ciertamente, no en todos los países europeos
Los veinte hijos de Juan Sebastián Bach -aun teniendo al mismo tiempo ni con el mismo ritmo- en el siglo
en cuenta que nocieron de dos esposas- constituían XVIII. En primer lugar, comienzo a producirse un des-
más una excepción que la regla. La cifra media de censo de la mortalidad catastrófica. Yo hemos indica-
hijos tenidos, teniendo en cuenta muy diversos facto- do que las guerras serían menos delructoras de lo que
res, era de 5 (e incluso menos habían sido hasta entonces. Los progresos que se
que añadir otra elemento que a 7. Y todavía hay están realizando en la agricultura harán que las crisis
hecho, la descendencia familiar: mitaba aún más, de•
las elevodísimas de subsistencia, sin desaparecer, sean menos agudas,
aunque variables, en función de diversos factores al mismo tiempo que mejora lo alimentación -hay que
geográficos, socioeconómicos, etc.- tasas de lo mor- hacer referencia, por ejemplo, al lento y polémico pro-
talidad infantil. Podemos troer a este respecto una greso del cultivo de la patota, que se ira afianzando,
frase tremenda escrita por Ana Magdalena Bach en sobre todo en épocas de dificultades, en la mesa de
su Pequeña crónica: "bondadosas mujeres de la los pobres-. La peste dejará de hacer sus mortíferas
vecindad trataban de consolarme [tros la muerte de apariciones periódicas par causas no bien conocidas,
algún hijo] diciéndome que el destino de todas los entre los que quizá hay que incluir la sustitución de la
madres es traer hijos a este mundo paro perderlos rata negra como parásito doméstico por la ralo gris y,
luego y que podía considerarme feliz si llegaba o sin lugar a dudas, y en lugar destacado, la aplicación
criar la mitad de los que hubiese dado a luz". Por sistemática de medidas preventivas (el gigantesco cor-
Otro parte, incluimos en el cuadro adjunto la recons- dón militar-sanitario establecido durante esle sigla -
trucción de las familias de Leopoldo y Wolfgang A. decretos de 1728, 1737 y 1770- en la frontera
Mozart. Aunque no tienen por qué darse en todos los habsburgo-olomana, por e|emplo, tendrá gran impor-
casos particulares los comportamientos generales y tancia en este sentido]. La última epidemia de peste
cifras medias, sí pueden observarse en ambas fami- en Europa occidental fue la de Marsella de 1720; tra-
lias muchos de los aspectos enunciados hasta aquí, ída desde Siria por el velero Grand Saint Antoine, sus
desde el tardío matrimonio de Ana María hasta el efectos fueron terribles, pero se consiguió frenar su
matrimonio deshecho por la temprana muerte de expansión. Y, en general, la lucha contra la enferme-
Wolfgang. Y son notables en ambos casos, por enci- dad empieza a plantearse más eficazmente, como
ma de todo, ¡os terribles efectos de la mortalidad consecuencia de los adelantos de la medicina y las
infantil. mejoras higiénicas. A título de ejemplo, desde la ter-
cera década del siglo se está practicando, eso sí, en
Mortalidad infantil que se unia a la también eleva- medio de una gran polémica, la inoculación antivarió-
da mortalidad de odulios, causada básicamente por ica y en 1796, Jenner pondrá a punto el auténtico
la permanente subalimentación a que se encontraba remedio, la vacuna. Y por cierto, no estará de más
sometida gran parle de la población [lógicamente, la recordar que Leopoldo Mozarr se negó a someter a
diferencia entre los grupos sociales era grande en sus hijos a la inoculación cuando se lo propusieran en
este ospecto), por la falta general de higiene tonto París, en 1 7Ó4 ("Aquí es la moda general -escribía,
privada como público, y por la ausencia ae una exagerando, sin duaa, Leopoldo-, Yo prefiero poner-
medicina lo suficientemente desarrollada como para me en monos de Dios"). Más tarde, Wolfgang contra-
plantear eficazmente la lucha contra la enfermedad y jo lo enfermedad en Viena, en 1767, aunque, por for-
la muerte. tuna, sin graves consecuencias.
Y periódicamente hacían su aparición las mortali-

37
1.- Familia de Leopoldo y Ana María MOZART:
Nacimiento Matrimonio Edad Defunción Edad
Podre
Leopoldc MOZART 14-11-1719 28 a. 18-5-1787 67 a.
0 1 1 1111 /VAV
Zll ¿1/
Madre.
Ana Moría Pertl 25-1 2-1 720 26 a. 11 m. 3-7-1778 57 a
HijOS:
Edad Interge-
N9 madre nésica Nombre Fecha nacim Defunción Edad
!. 27 a 8m.' JJ. Leopold 18-8-1748 2-2-1749 5m.
2. 28 a lOm Mario Ana K 18-&1749 24-6-1749 6d
3. 29 o. lOm * María Ana N.W 13-5-1750 29-7-1750 2m.
4. 30 o 14m. María Ana W.l. 30-7-1751 29-10-1829 78 a.
5 31 a 15m J.K. Amadeus 4 11 1 752 2-2-1753 2m
ó 33 a. 18m. Fea de Paula 8-5-1754 27-6-1754 1m
7. 35 a. 20 m. J.C. Wolfgang Am. 27-1-1756 5-12-1791 35 a.

II.- Familia de Wolgang A y Constanza Mozart:


Nacimiento Matrimonio Edad Deturoón Edad
Padre
W.A. MOZART 27-1-1756 26o. 5/12/1791 35 a
4-8-1782
Madre
Constanza Weber 5-1-1762 20 a 6 m " 1842 80 o,
H|)OS:
Edad Inlerge-
Ns madre nésico Nombre Fecha nacim. Defunción Edad
I 21 a. lOm. Raímund Leopold 17-6-1783 19-8-1783 2 m.
2 22 a. lOm. Korl Thamas 21-9-1784 31-10-1858 74 a,
3 24 a. 24 m. Johann Thomas L. 16-10-1786 15-1 1-1786 30 d
4 25 a 14 m. Tíieresía 27-12-1787 29-6-1788 ó m.
5 27 a. 22 m. Anna A. 16-1 1-1789 16-11-1789 í.n.
ó 29 a, 21 m. Franz X. Wolfgang 26-7-1791 29-7-1844 53 a,
" Meses cumplidos En todos los casos faltan muy pocos dias para cumplirse un mes más En negnla, hijos que llegan a adultos).

No falta en algunos países cierto descenso de los graciadas, como había ocurrido durante el siglo XVII.
tosas de natalidad -los prácticas anticonceptivas, len- tos comportamientos demográficos se estobon modifi-
tamente, estaban empezando a dejar de ser cosa de cando estructuralmente. Después vendrán, ya en el
uno minoría-, pero aun se mantiene en cotas muy ele- siglo XIX, lo aceleración del descenso de la mortali-
vadas. Por lo tanto, la población europea crece noto- dad ordinaria, el descenso de la fecundidad... La
blemente. Aunque es una de variables de mas revolución demográfica, lo transición al ciclo demo-
difícil medición, se puede estimar que pasa de 1 10- gráfico moderno estaba en marcha.
120 millones de habitantes en 1700 a 1 9 0 en
1 800- Nunca basta entonces había crecido tanto en Las transformaciones económicos
Ion poco tiempo. Inglaterra pasaba, aproximadamen-
te, de cinco o nueve millones de habitantes. Francia L/esde el ounio de visto económico, el siqlo XVIII
se situaba en torno a los veintiséis millones o finales que, en general, es de expansión, va a ser testigo de
del siglo... una serie de transformaciones cualitativos -la llamada
Y prosigue el proceso de urbanización. Las ciuda- revolución agraria, los primeros posos de la revolu-
des continúan absorbiendo excedentes de la pobla- ción industrial- que tendrán hondas repercusiones en
ción rural y crecen hasta alcanzar cifras, hacia el futuro, acelerándose el proceso por el que Europa
1 800, como los 850 000 habitantes de Londres, los se sílúo a la cabeza del mundo.
580 0 0 0 de París, los 4 2 0 . 0 0 0 de Ñapóles, los En el ámbito comercial, los intercambios entre los
230.000 de Vieno o los 215.000 de Amsterdom. Y diversos países europeos, pero sobre lodo, de Euro-
otras 1 3 ciudades de la Europa occidental (entre las pa con el resto del mundo se amplían e intensifican
que se encuentran Madrid y Barcelona) superan los notablemente. Es sin duda el área atlántico la de
100.000 habitantes. ¡Salzburgo era entonces uno mayor importancia. Y en ella se habia establecido un
pequeña ciudad de poco más de 10 000 habitantes comercio triangular que relacionaba Europa, África y
en la que el peso de la corte del príncipe-arzobispo América. África aporta básicamente (además de
era determinante en lodos los aspectos. diversos productos con destino a Europa} esclavos
Pero lo más importante es la proyección hacia e destinados al Nuevo Mundo. El comercio negrero, el
futuro de esa situación. El crecimiento global de la más brutal capítulo del desarrollo del capitalismo
población ya no se vería truncado por épocas des- europeo, experimentará durante este siglo un conside-

38
rabie incremento alcanzando las cotas más olios en que las grandes innovaciones mecánicas en este
sus décadas fina es. De América proceden, en primer campo vendrán más tarde), se atendía o una mejor
lugar, los metales preciosos (oro brasileño y plata selección del ganado (más tarde se hora lo mismo
mexicana) que en su segunda oleada sobre Europa con los semillas) que, por otra parte, se beneficiaba
tendrán un importante efecto dinamizador, aunque no del cultivo de plantas forrajeras y proporcionaba
sin sobresaltos crisis de la 5outh Sea Company ingle- mayor cantidad de obono natural para la tierra, más
sa, por ejempo), de la economía y servirán, ade- materia prima pora la industria y mayor abundancia
más, para financiar la expansión en Asia y el déficit y diversificación de alimento humano... Lo explota-
comercial con este continente. Diversidad de produc- ción agropecuaria terminaba resultando rentable.
tos alimenticios, coloniales y materias primas -azúcar, Afluyeron capitales hacia la tierra, se ampliaron y
café, cocoo, atroz, Índigo, tabaco, madera, algo- mejoraron las tierras cultivadas y el proceso se acom-
dón...- completan la aportación americana. Y Europa pañó de un amplio movimiento de enclosut&s (cerca-
corresponde con productos elaborados de todo tipo, mientos) que permitía innovaciones y experimentacio-
algunos a partir de las materias primos americanos. nes y una mayor integración de lo explotación agro-
En el Otro extremo del mundo, el comercio con Asia • pecuaria. Se favorecía también lo gran propiedad y
citemos entre los productos más destacados de allí se eliminaban los aprovechamientos comunitarios de
procedentes el té y los textiles de seda y algodón- se la lierro: las capas más bajas de la sociedad rural
muestro también crecientemente activo. vieron empeorar sus condiciones de vida, terminaron
siendo expulsadas y hubieron de buscar otros recur-
Aunque este auge del comercio afectará práctica- sos para subsistir.
mente a ¡odos los países occidentales, será Inglaterra
quien termine alzándose con el liderazgo mundial. A Aumentaba y se diversificaba notablemente la pro-
su posición destacado en la América Ibérica (basada ducción, con lo que mejoraba la alimentación en
en el tratado de Melhuen firmodo a principios de general y las crisis de subsistencia, sin llegar a desa-
siglo con Portugal, que le permite un acceso privile- parecer, disminuían sus dramáticos efectos Y se libe-
giado al oro brasileño, y en las cláusulas comerciales raba una mano de obra -aunque no sin traumas- que
de Utrecht, que le aseguraban el monopolio de la podía ser destinada a otras actividades económicas.
introducción de esclavos en las colonias españolas y Se habían puesto las bases para el desarrollo econó-
la participación en el comercio con ellas), une sus mico sostenido.
propios colonias, en constante expansión demográfi- El proceso, como ya hemos señalado, se inicia en
co y obligados por diversas disposiciones de upo Inglaterra, a principios del siglo XVIII y se va asentan-
proteccionista o abastecerse en la metrópoli. Cuenta do en las décadas siguientes. De allí pasará a Fran-
con una tupida y sólida red comercial en Europa y cia en torno a mediados de siglo: poco después
está intensifica nao su presencia colonial en Asia, Y empezará a arraigar en las Trece colonias de Norte-
sus instituciones financieras, en constante desarrollo, américa; llegará a Suiza en los oños ochenta; en Ale-
permitían articular y potenciar ese comercio, así mania y Dinamarca estará asentado en la última
como, naturalmente, las demás actividades económi- década del siglo; en Austria y Norte de Italia, hacia
cas. Londres terminará siendo también el principal 1820...
centro financiero de Europa, desplazando a Amster-
dam (aunque esta capital, junto con París o Hambur- Los cambios afectarán también al mundo indus-
go, por ejemplo, serán también centros destacados). trial. Talleres dispersos y outónomos con escasa capa-
cidad productiva, aplicación cosi exclusiva de ener-
Pero el siglo XVIII llevará a cabo otras aportacio- gía animal e hidráulica, gremios dominando y contro-
nes trascendentales. La agricultura tradicional impe- lando el proceso de producción eran las principóles
rante en Europa absorbió elevadísimas proporciones características de la industria tradicional. No era, sin
de la mano de obra (hasta superiores al 85 por cien- embargo, un panorama completamente uniforme. En
to en determinados países) y, sin embargo, no conse- determinados circunstancias se daban concentracio-
guía sino reducidos excedentes sobre el propio con- nes de trabajadores, empleo de determinados
sumo destinados a lo comercialización. Había, ade- medios tecnológicos y cierta división y especializa-
más, fuertes fluctuaciones anuales en los cosechas, ción del trabajo (en ocasiones, porque las propias
provocados por variaciones climáticos y otros facto- características de la empresa -lo minería, por ejem-
res. Lo aparición periódica de las crisis de subsisten- plo- así lo exigían); pero no ero lo habitual. Por otra
cia era, pues, inevitable y su resultado, una estela de parte, el capital comercial hacía tiempo que habió
enfermedad y muerte y la yugulación de cualquier penetrodo en la esfera de la producción, burlando la
posibilidad de desarrollo económico sostenido. Y acción de los gremios, por medio del verlagssystem,
éste fue el panorama que empezó a cambiar can la por el que un mercader proporcionaba molerías pri-
denominada revolución agraria. La práctica de una mas y pagaba un salario a los artesanos -casi siem-
agricultura intensiva de altos rendimientos en los Paí- pre dispersos- para luego comercializar él mismo el
ses Bajos era ya antiguo. Al aplicar sus métodos, que producto acabado.
se venían estudiando yo desde el siglo XVII, a un país
como Inglaterra, mucno menos densamente poblado La transformación estará en la concentración y
y con moyor disponibilidad de tierras, se conseguirá especialización de la mano de obra (e implantación
aumentar notablemente lo productividad. Los métodos de una fuerte disciplina), la aplicación de adelantos
y técnicas empleados, sucintamente enumerados, fue- tecnológicos, y, como consecuencia el desarrollo de
ron, básicamente, la gradual eliminación del barbe- la producción. Será nuevamente Ingaterra quien pro-
cho pasándose de los cultivos de rotación b¡ o tria- tagonice estos inicios de la revolución industrial. ¿Los
nua a una rotación mucho más lorga y compleja en causas? Como es de esperar, múltiples y compfeia-
la que se alternaban cereales, plantas forrajeros y mente interrelacionadas. Inglaterra tiene una conside-
legumbres (de paso, se introducían o desarrollaban rable demonda interna que se desarrolla o lo largo
nuevos cultivos); se mejoraba también el utillaje (aun- del siglo (crecimiento demográfico y económico¡y
con una agricultura que puede soportar ese creci-

39
Franz Xaver Wolfgang y Cari TTwmos, hijos de Mozari Oleo de Hons Hansea

40
miento (aunque en las últimas décadas del siglo se clero- y en un rercer estada, estado llano o como
observe cierto desajuste entre población y recursos|. quiera que pueda denominarse, en el que se encua-
Está prácticamente libre de aduanas internas y las draba la inmenso moyoria de la población, que no
comunicaciones han mejorado sensiblemente, con lo gozaba de privilegios. No obstante, desde mucho
que se tiende o un mercado nacional integrado. Hay tiempo atrás, al compás del desarrollo de una econo-
que añadir la presión de una demanda exterior, pro- mía capitalista, consideraciones de tipo económico -
cedente de las colonias y de otros mercados europe- la posesión de riqueza, en definitiva- fueron cobran-
os. Hace tiempo que los gremios de|aron de existir, do mayor importancia, imbricándose de forma com-
por lo que no se nacen sentir sus trabas. Existe un pleja en el sistemo estamental y resquebrajando de
Fuerte y difundido espíritu capitalista de empresa, al hecho sus bases. Pero, en general, no se habían
que una organización social mucho más flexible que efectuado modificaciones jurídicas.
la del continente no le pone cortapisas. En este con- Se nocía noble o plebeyo. Se había tratado de
texto, la búsaueda de innovaciones tecnolóqicos justificar esta sociedad del nacimiento de mil formas
i i i • ' i

como medio de aumentar a producción y, por lo distintas, entre otras, recurriendo a criterios raciales:
tanto, el beneficio era lógica (entre los múltiples meio- la nobleza, se había dicho, descenderlo de las anti-
ras que se desarrollan en este campo a lo largo del guos conquistadores bárbaros -Vollaíre ironizaría
siglo destacamos por su trascendencia, entre otras sobre el asunto- y era el nacimiento, en principio, lo
que afectan a la fabricación de textiles, el perfeccio- que determinaba el derecho a disfrutar los privilegios
namiento de la máquina de vapor por Watt, entre pertinentes (fiscales, |urídicos, políticos| que, aunque
1765 y 177Ó). Por otra parle, interviene la agilidad se habían visto disminuidos can el transcurso del tiem-
de la financiación bancaria -por mucho que en algún po -sobre todo, los fiscales- estaban lejos de haber
momento no fuera del lodo efectiva- y esa mano de desaparecido. Pero la noblezo no fue nunca un esta-
obro abundante liberada de la agricultura a que mento totalmente cerrado. Los monarcas siempre
antes nos referíamos y que no puede plantear exigen- podían ennoblecer o los individuos para premiar ser-
cias en cuanto a los salarios... vicios eminentes de diverso tipo. Y quedaban, ade-
más, muchas vías abiertas, más o menos sinuosas,
Después, el incremento de la producción exigiría para el ennoblecimiento, dependiendo siempre de
el aumento de los materias primas, el creciente consu- los países considerados: desde la compra de tierras,
mo de carbón coma fuente de energía paro alimentar títulos o cargos que conferían la condición de noble
las máquinas de vapor, el desarrollo de la industria hasta los matrimonios mixtos entre nobleza y burque-
siderúrgica, entre otros razones, paro mejorar las sia en los que cada una de las partes aportaba (san-
máquinas... Pero lendrá su caro amarga en los gre clara y noble, dorado y vil metal] lo que necesita-
lamentables condiciones de trabajo y de vida, en ba lo otra.
general, que se irán imponiendo a este proletariado
que ahora empiezo su formación. Siempre fueron una minoría. Si exceptuamos
Se estoba sólo en los primeros pasos de la revolu- casos como Polonia o España donde la proporción
ción industrial, de la sustitución del capital comercial era mayor, rara vez sobrepasaban el 2 par ciento de
por el capital induslrial como motor de la vida econó- la población total. Era un estamento heterogéneo
mica. Pero el cambio que anunciaba ero de tal desde muchos puntos de vista, incluyendo el econó-
alcance, que sus consecuencias llegan hasta nuestros mico. Se pueden encontrar cosos que llegan incluso
días. hasta la pobreza -y en algunos países, como España,
En cuanto a las doctrinas económicas, seguían no era del todo roro el noble pobre-. Pera en su con-
vigentes muchas prácticas mercantílistos, sobre todo |unto disponían de una enorme riqueza. Tópicos
as de tipo proteccionista |recordemos en este sentí- como el que atribuye en determinados países como
do, por ejemplo, la regulación de las relaciones Francia y España el 9 0 por ciento de la propiedad
comerciales entre Inglaterra y sus colonias). Pero o de la tierra a la nobleza y el clero son radicalmente
mediados del siglo -la relación con las transformacio- falsos, pero eso no impide que muchos de los nobles
nes agrarios es evidente- se formulaba la fisiocracia (sobre lodo, la alta nobleza} controlaran grandes can-
(por Quesnay, en su Tobleau economique), que consi- tidades de tierra (control feudo-señorial, en muchos
deraba a la agricultura como única fuente de riqueza casos!, protegidas, además por determinados institu-
y propugnaba una mayor liberalizoción de la vida ciones o Figuras legales, [ocurre, por ejemplo, en
económica ('aissez folie, ¡aissez passer). Y en 1776 sociedades tan distintas como Inglaterra, España y
Adam Smílh publicaba lo riqueza de las naciones, los estados alemanes] que tienden a impedir su frag-
donde se hablaba del trabajo como base universal mentación y dispersión. Están también en los circuios
de la riqueza y se formulaba el liberalismo económi- del poder, con cargos lucrativos de muy diversa índo-
co, rompiendo los lazos con las concepciones hasta le en régimen de sem i monopolio. Es más, en Prusia,
entonces imperantes. por ejemplo, ¡a nobleza estaba vinculada al servicio
del Estado en sus caraos públicos. Tierra, derechos
señoriales y cargos públicos constituyen el núcleo de
lo que se consideraban ingresos típicamente nobilia-
Los cambios sociales rios. Teóricamente, decían despreciar las actividades
de la vil burguesía (únicamente en Inglaterra los pre-
L D sociedad europea del siglo XVIII ero extremada- juicios de este tipo eran prácticamente inexistentes.
mente variado pero podemos afirmar que era prácti- Pero directa o indirectamente, muchos de ellos no
camente universal la vigencia de la ordenación esto- vacilaban en participar en el comercio y llevar a
menlal, al menos como telón de fondo sobre el que cabo experimentos industríales. Aunque lambién, ante
se proyecta una realidad más compleja. Criterios, el avance de la burguesía y los. efectos de la infla-
pues, funcionales o abstractos, cuyo origen se remon- ción, cerraron filas trotando de preservar sus privile-
gios y exigieron un mayor cumplimiento de determina-
taba a la Edad Media, dividían al cuerpo social en
dos estamentos superiores y privilegiados -nobleza y
dos privilegios y una actualización de los derechos ses católicos: los obispos ingleses tenían una nutrida
señoriales... representación en la cámara de los lores. Y en Ale-
No hubo ninguna intención por parte de los mania habió principes-obispos que eran gobernantes
monarcas, ni siquiera de los más reformistas, de elimi- temporales de sus territorios. Es casi obligatorio citar
nar lo nobleza. Tampoco los ilustrados, en lineas aquí el caso de Salzburgo. Durante Ta vida de
generales, la atacaron fiontalmente. Aunque solían Mozaft se suceden dos obispos igualmente aristócra-
oponerse teóricamente a las divisiones artificiales de tas el conde Siegmund von Schraitenbach y el conde
la sociedad, centraron sus ataques en los aspectos Hieronymus von Colloredo. Pora lo toma de posesión
más abusivos y prefirieron pedir que se convirtiera en de este último, en 1772, compuso Mozort // sogno di
un grupo verdaderamente útil af Estado. El peligro Scipione. Aunque le recordemos principalmente por
venará de otro frente: de esa burguesía que estaba sus tensas relaciones y su ruptura violenta con Wolf-
creciendo en número y consiguiendo amasar fortunas gong (quien, por cierto, le llamaba en sus cartas "el
inmensos con sus negocios, que emulaba o la noble- gran Mufti"), conviene señalar que fue uno de esos
za en formas de vida, que tiene acceso a la cultura, ejemplos de gobernante ilustrado, sumomente imbui-
que tomaba conciencia de su importancia y que ter- do de su autoridad, que se esforzó por introducir
minará por no creer en otro criterio de ¡erarquización diversas reformas, ounque no siempre bien acogidas,
social que el derivado de las riquezas. Es este fenó- en su principado. Preocupado por la formación de su
meno de la burguesía como clase ascendente el más clero y la extensión del espíritu ilustrado, llegó o nom-
importante del siglo desde el punto de vista social. brar a un discípulo de Kant director del seminario.
Hubo países (Inglaterra, por ejemplo| donde se fue-
ron asimilando dichos criterios y la burguesía partici- Lo vida teológica fue relativamente tranquila -si
paba, a través del parlamento, en lo vida política y exceptuamos las secuelas de la disputa jansenista en
¡ugaba un destocado papel en la vida social. Pero el mundo católico y el pietismo en el ámbito luterano-.
en otros (Francia], la via de integración en el sistema, Pero se esfuerza la tendencia general por porte de
del ennoblecimiento individual por medio de los los poderes públicos a controlar codo vez más las
diversos cauces existentes, utilizado frecuentemente Iglesias. El control prácticamente total se daba en los
con anterioridad para el ascenso, empezaba a poíses protestantes desde la época de la Reforma.
cerrarse (cese de ventas de cargos, reocción nobilia- Los países católicos -sin entrar en cuestiones dogmáti-
ria ..). La toma de conciencio de que eran los bur- cas- acentúan también las prácticas regalistas sobre
gueses quienes verdaderamente sostenían al Estado y su organización temporal. Se pretendía racionalizar
quienes generaban en gran medido el bienestar eco- lo situación, corregir abusos, acentuar el servicio a la
nómico general contrastaba con su relegación a un sociedad y, ante todo, disponer de un eficaz instru-
segundo plano en la ¡erarquización social, con su mento de control ideológico y una vía de difusión de
falta de participación en la dirección de la política la acción política: el pulpito era en muchos ámbitos •
que, sin embargo, les afectaba muy directamente y sobre todo, en el mundo rural- el único medio de
con el disfrute de los privilegios por parle de la noble- comunicación de masas (si se nos permite la expre-
za. Las pretensiones terminarían siendo maximalistas sión) existente
y revolucionarias: suprimir los privilegios de la noble-
za y exigir que se reconociera en erplano jurídico y Aspectos relacionados con el nombramiento de
político a esto clase que ya se había afirmado desde cargos, la formación del clero, la reducción de su
tiempo atrás en el de los hechos. número (sobre lodo, de los que no tenían obligación
de cura de almas], la mejora de su situación econó-
mica (especialmente, lo de los más desfavorecidos] y
Naturalmente, no todos los países contaban con lo exigencia del cumplimiento de sus obligaciones
uno burguesía lo suficientemente desarrollado a fina- postorales fueron los mós frecuentemente atendidos
les del siglo XVIII como para disputar su predominio a por los gobiernos de lo época.
lo nobleza Pero aunque tengan que transcurrir todo- Y se prestó uno especial atención a los órdenes,
via largas décadas de vigor de la sociedad estamen- as que más críticos atro|eron por parte de los ilustra-
tal, el camino histórico estaba trazado dos, que no veían ninguna utilidad en lo vida contem-
Tampoco era homogéneo el estamento eclesiásti- plativa. También hubo reagrupación y cierre de con-
co. A la diversidad existente entre países protestantes ventos leí ingreso en las órdenes contemplativas expe-
y católicos -era más numeroso, rico qlobalmenle y rimentaba un descenso a lo largo del siglo). Aunque
variado en estos últimos- se anadia la derivada de la el acontecimiento de mayor importancia en este
fuerte jerarquización interna y desnivel de recursos campo fue la imposición al popa Clemente XIV por
económicos con ello relacionado. Podríamos decir parle de los monarcas borbónicos [católicos] de lo
que el estamento eclesiástico tenía su propio articula- disolución de la Compañía de Jesús (1773|.
ción en aristocracia, capas medias y bajos. Y entre No vamos o entrar en el análisis, que por fuerza
la cúpula de lo jerarquía y un cura de aldea podio habría de ser complejo, del resto de la sociedad.
haber, en ciertos aspectos, diferencias similares a las Simplemente queremos aludir, por una parte, a la
existentes entre la aristocracia y un aldeano. En vitalidad de las ciudades, donde se suelen concentrar
parte, porque la jerarquía eclesiástica en los países los elementos sociales mós dinámicos y diversos. Y,
católicos -salvo en España e Italia- estaba casi tota- por otra, insistir en un aspecto que atañe al mundo
mente vinculada a la aristocracia. Por ejemplo, en rural prácticamente en toda Europa: lo pervivencio
vísperas de la revolución, la práctica totalidad de los del régimen feudo-señorial. La variedad de sus con-
obispos franceses pertenecían a aquéllo y no habían diciones concretas era grande, aun dentro de un
sido consideraciones precisamente religiosas las que mismo país, pero, en líneas generales, puede supo-
les habion llevado a disfrutar de sus cargos (se dice ner (advertimos que no tienen por qué darse todos
que Luis XVI, refiriéndose o un candidato a la sede estos elementos ¡untos) limitaciones a lo propiedad o
parisina afirmó que "el arzobispo de París, por lo tenencia de lo tierra y sometimiento a diversas exac-
menos, debe creer en Dios"). Pero no sólo en los paí- ciones económicas (su cuantía puede ser irimmo o,

42
por el contrario, muy elevada, según casos y luga- Partiendo de esta concepción básica del poder, e
res], disfrute de monopolios por parte del señor, absolutismo ilustrado presenta diferencias con respec-
qjien, además, solia controlar directa o indirectamen- to al absolutismo clásico del siglo XVII. Por lo pronto,
te la vida municipal y administrar justicia en sus pro- se observa una tendencia o desprenderse de la teo-
pios tribunales. Al este del Elbo hay que añadir, ade- ría del derecho divino como justificación del poder.
más, la pervivencia de la servidumbre que sólo en la Se tiende, por otra parte, a una mayor racionaliza-
segunda mitad de este siglo comienza a ser limitada ción en la organización del estado y en el ejercicio
o abolida. del poder Se busca el fortalecimiento del estado,
Y, finalmente, recordar que se vivía en una socie- pero, al mismo tiempo, se tiende a un notable enri-
dad en lo que una gran porte de lo población dispo- quecimiento de sus funciones, desde la perspectiva
nía de muy escasa capacidad adquisitiva, con lo de que es finalidad del estado procurar un mayor bie-
que podía aspirar a poco más que a cubrir las más nestar y felicidad de los subditos -que, por otra parte,
imperiosas necesidades vitales, y aludir o los numero- repercutiría positivamente en la propia fortaleza del
sos pobfes, mendigos y desheredados que pululaban estado-: en definitiva, estaríamos ante los primeros
por todas partes y tendían a concentrarse en las ciu- pasos, aunque todavía tímidos, del esta do-pro viden-
dades. Leopoldo Mozart hará alusión a los de París, cia.
donde le llamaban la atenciónpor su excesivo núme- Intentar llevar a la práctica esta idea general
ro, en una de sus cartas de 1/63: "No encontraréis requeriría atender a muchas cuestiones y actuar en
fácilmente un lugar que esté ton lleno de miserables y múltiples frentes. Era necesario, ante todo, una
de lisiados como París. Apenas entráis en una igle- amplia tarea de conocimiento de la realidad. Y se
sia, o dais algunos pasos por la calle, viene hacia llevó a cabo una impresionante labor -como nunca
vosotros, con la mano tendida, un ciego, un paralíti- hasta entonces se había realizado- de recogida de
co, un cojo o un hombre cubierto de harapos; o bien dotos de los más diversos aspectos de la sociedad.
veis a un desgraciado al que los cerdos le devoraron Asimismo, se requerió una importante toreo de refor-
la mano siendo niño. Las personas así son multitud, y ma de las instituciones y de la burocracia en aras de
yo estoy asqueado..." la racionalización y el aumento de la eficacia de la
acción administrativa, frecuentemente perseguida
mediante un proceso de centralización. Se precisa-
ba, por otra parte, actuar sobre la misma sociedad,
El absolutismo ¡lustrado
tratando de impulsar lo educación general y de llevar
a cabo una serie de reformas en los planos adminis-
La expresión Despotismo Ilustrado es sonora y está trativo, jurídico, económico y social que fomentaran
profundamente arraigada. Pero conviene ir desterrán- la riqueza nacional a base de fomentar la individual
dola. Nació en el siglo XIX, no sin carga de intención y redujeran las desigualdades existentes.
ideológica y peyorativa, y el sentido estricto del térmi-
no despotismo -poder ilimitado, brutal y arbitrario- no Pero no existe ningún modelo universalmente váli-
se puede aplicar con rigor, como normalmente se do de absolutismo ilustrado. Es más, nadie llevó a
hace, a lo mayoría de las Monarquías europeos -es cobo ninguna formulación teórica del mismo. Lo que
ésto lo forma más extendida- de la segunda mitad del encontraremos será monarcas que, más o menos
siglo XVIII. Debemos hablar más bien de Absolutismo imbuidos de las ideas de su tiempo, y contando con
Ilustrado. Ciertamente, en su forma más pura -de la colaboración de ministros igualmente ilustrados,
hecho, el poder efectivo de los diferentes monarcas trataron de llevar a 'n práctica diversos aspectos de
variaba mucho- el poder absoluto es un poder libre, las concepciones teóricas sobre la sociedad existen-
sin cargas o lazos que le sujeten u obliguen, y se tes, impulsando en sus estados -no hay que insistir
considera superior respecto a normas y leyes, respec demasiado en que éstas son reformas que se llevan a
to al derecho, incluso al creado por el propio estado, cabo desde el poder- medidas que, partiendo de las
pero no significa en modo alguno que lo actuación líneas generales enunciadas fueron muy diversas.
del monarca carezca de norma, sino que su sianífica- José II de Austria, Federico II de Prusia, Catalina II de
do histórico es oue todo acto positivo de legislación, Rusia, Carlos III de España, José I de Portugal -aun-
jurisdicción y administración emana de ese poder y que en este caso sea el marqués de Pombal, su favo-
se apoya en él. Se considera que nada puede cons- rito, quien se tiendo a recordar- protagonizaron otros
treñirle desde fuera, pero en última instancia el poder tantos modelos nacionales, muy condicionados por la
absoluto se encuentra sometido a la ley natural y sus realidad concreta de cada país y otros factores no
mismas características y finalidad le imponen ciertos menos importantes a que luego nos referiremos-. No
límites. Por otra porte, toda sociedad había desarro- es cuestión de ofrecer aquí un catálogo de lodos
llado una serie de mecanismos diversos y de muy dis- ellos. Bástenos con recordar brevemente la acción de
tinto signo que ponían trabas eficoces a la acción del José II de Austria, uno de los más destacados en este
poder. Además, a lo largo del siglo XVIII los cauces aspecto. De sólida formación cultural, asociado por
de manifestación de la opinión público han aumenta- su madre a las tareas de gobierno desde muy pronto,
do y, al menos en determinados países y en condicio- sólo tras la muerte de la emperatriz (1780| pudo apli-
nes ordinarias, no se puede gobernar totalmente de car su programa sin cortapisas, solamente durante un
espaldas a ella. Y por supuesto, el hecho de que el decenio, pero de forma muy intenso. Reforma admi-
poder no pudiera ser arbitrario no quiere decir, en nistrativa, abolición de la servidumbre, ciertas limita-
modo alguno, que durante el siglo XVlll y en la inmen- ciones al poder de la nobleza, tolerancia religiosa,
sa mayoría de los países se hoya debilitado el senti- limitación de la censuro de imprenta, control desde e
do de la autoridad -referido esto a todos las instan- punto de vista temporal y reformo profunda de la igle-
cias del poder que, en última instancia, emanan del sia nocional, incluyendo la supresión de diversas
mismo estado- y su acatamiento y respeto por parte órdenes religiosas y confiscación de sus bienes para
destinarlos al estado y a fines sociales -hasta el extre-
jj • j j i r r r

de la sociedad.

43
En esto época siempre
estuvo presente el
Imperio turco. Grabado
coloreado de
Lóschenkohl.

£/ emperador Leopoldo II.

44
mo de que el propio popa Pío VI, en un gesto sin pre- habían producido en una época anterior y cuyo
cedentes en la época, acudió a Viena para traía' de punto de arranque podríamos situar en el Renacimien-
frenar, sin conseguirlo, la acción del monarca en este to. Muchas de sus raíces se gestaron en Inglaterra;
campo-, son algunos de los más destacados capítulos será, no obstante, en Francia donde se manifieste
de su actuación. Pero ésta no fue totalmente efectiva, con mayor vigor y desde allí, por el gran prestigio e
en paite, por los múltiples resistencias pasivas con influencia de su cultura, se difundirá por los principa-
que topó y, en parte también por su propia concep- les países de Europa occidental.
ción absolutista a ultranza del poder, que le privó de Podemos afirmar, simplificando, que tiene dos
un apoyo social amplio, y terminó provocando inclu- grandes puntos de apoyo. Por una parte, el raciona-
so la sublevación de alguno de sus territorios. lismo de Descartes, que ve al hombre capaz de expli-
Hubo, pues, abundantes resistencias pasivos en car los fenómenos mediante la aplicación del razona-
todos los países que impidieron que muchas de las miento lógico. Por otra parte, el empirismo científico,
reformas emprendidas desde el poder se llevaran a (Copérnico, Galileo, Bocón, Newton pueden ser sus
la práctico de una forma rápida y eficaz. No es difí- hitos fundamentales), capaz, partiendo de la observa-
cil imaginar de qué sectores sociales procedían (oun- ción y la experimentación, de formular las leyes que
que, a veces, eí peso de la tradición haría que la rigen la naturaleza. Un tercer elemento que influirá es
oposición y resistencia viniera de los sectores teórica- efrelalívismo derivado del cada vez mayor conoci-
mente beneficiados). miento que se tiene de sociedades ajenas a las euro-
Pero, sobre todo, no hoy que olvidar que el pro- peas y organizadas sobre bases religiosas y políticas
pio absolutismo ilustrado parte de algunas conlradic- distintos a éstas, lo que motivará una mayor reflexión
ciones básicas. Se pretendía racionalizar el poder y sobre la organización social.
reformar lo sociedad sin afectar ni a la propia estruc- Y así, los philosophes -como se autodenominaron
tura del estado y del poder -sobre cuyo significado, aquellos hombres- esgrimían la rozón como suprema
por otra porte, no se habió articulado ninguna justifi- bandera y guia para encarar la realidad. Racionalismo
cación racional- ni a los fundamentos de la organiza- que llevará consigo un fuerte espíritu crítico frente o
ción social Así pues, el monarca continuaría siendo entorno y. sobre todo, frente a las concepciones here-
la última encarnación del estado, por mucho que se deras del pasado La Enciclopedia definió al filósofo
considerara, como afirmaba Federico II, su "primer como "Un hombre que desprecia la tradición, el con-
servidor", y en su beneficio se planteaban muchas de sentimiento universal, la autoridad y osa pensar por sí
las reformas ¡incluso se frenaron algunas cuando se mismo". Y lo primera y gran herencia de la tradición
vio que podian tener efectos no deseados . Y se que será atacada despiadadamente será la religión
fomentaba la riqueza de los subditos sin por elo que- revelada, y, sobre todo, la iglesia, como la gran sus-
tentadora del pasado y el dogmatismo. Sin embargo,
rer destruir la organización estamental de a socie- no es un movimiento ateo (aunque también hubo ateos,
dad. Se potenciaba el crecimiento de la burguesía, como Helvetius o el barón d'Holbach]. Con frecuencia
pero se le continuaban negando derechos pofiticos y se tenderá hacia una actitud deísta, admitiendo un Ser
los primeros puestos sociales: hacía ya mucno liempo Supremo creador y común a todas las religiones, crea-
que el poder absoluto había negado los derechos dor y ordenador del universo según leyes eternas y que
positivos del pueblo y no había intención de introdu- después dejó de intervenir; no implicaba la existencia
cir reformas en este campo. No había, pues, para de ninguna institución de lo felicidad terrenal, de filan-
una amplísimo copa de la sociedad, posibilidad de tropía y humanitarismo. No falta, por otra parte, una
participar orgánicamente en el gobierno. actitud cristiano que, sin aceptar las críticas a lo esen-
Pero en Europa no todo era absolutismo. En Ingla- cia de la religión, comparte el horror contra la supersti-
terra se estaba practicando un modelo político distin- ción y pretenderá suprimir abusos eclesiásticos y des-
to, con un parlamento consolidado, a través del cua pojar la práctica religiosa de adiciones de dudoso ori-
se participa en la dirección de los asuntos políticos. gen y significado.
Y ese modelo era conocido en Europa. Hubo muchos
ilustrados no comprometidos con los gobiernos esta- Son nombres que, aun manteniendo actitudes poli-
blecidos y las críticas (también de signo y proceden- ticas distintas -hay, por ejemplo, igualmente defenso-
cía diversa y sin estar exentas también de contradic- res de un poder real fuerte y, por el contrario, de un
ciones) no se hicieron esperar. Se difunden amplia- poder más limitado-, rechazan la tiranía y abogan
mente las doctrinas que hablan de separación de por la libertad (aunque sobre la concepción y alcan-
poderes y de pactos sociales... El germen de una ce de ésta hayo entre ellos profundos diferencias). Su
organización política de nuevo cuño, sin duda, en creencia en la igualdad del hombre en el nacimiento
marcho. y el papel básico que la experiencia juega en su for-
mación y desarrollo, traerá la crítica a la artificial
organización social, así como la importancia que se
Lo Ilustración. El mundo de las ideas y de la culrura concede a la educación, o lo difusión de las luces,
en definitiva, -aunque no faltaron discusiones acerco
de cuál debía ser el grado de educación hasta e
Cn el ámbito del pensamiento el siglo XVIII fue de que debía acceder el pueblo- en la consecución de
gran vitalidad. Fue la época autodenominado des una mayor felicidad y progreso de la sociedad, idea
lumiétes en Francia, Aufklótung por los alemanes, ésta del progreso que por primera vez se asienta fir-
Enlightenmenl en Inglaterra, i tumi por los italianos, memente Pero este optimismo no sólo no será com-
de fas luces o Ilustración en España. Y, sin embargo, partido unánimemente por todos los ¡lustrados (Rous-
no produjo el siqlo XVIII un sistema filosófico oriainal. seau, por eiemplo, no lo aceptaba), sino que sufrió
i ii - • i

La Ilustración es un movimiento intelectua que recoge, un rudo golpe o raíz del terremoto de Lisboa de
asimila, sistematiza, divulgo e intenta llevar a la prác- 1755 (recordemos las ironías de Voltaire al respecto
tica -rasgo éste de gran importancia- una serie de en sus obras posteriores al citado suceso).
hallazgos que en los campos filosófico y científico se

45
Con todo, conviene recordar que las actitudes ilus- tando La Flauta Mágica y procurando descargarla de
tradas distaron de conformar un sistema uniforme y su simbolismo y contenido masónicos.
que de|aban un gran margen para el individualismo No es cuestión de ofrecer una larga lista de los
y las propias convicciones. ¿Como encajar por ejem- ilustrados más importantes. Destocamos, no obstan-
plo, en el cuadro arriba expuesto el naturalismo senti- te, a Montesquíeu (1 6 9 3 1 755) -el monárquico y
mental y espiritualista de Rousseau? reformista moderado que, sin embarga, ejercería
Los medios de difusión de la luces fueron varia- gran influencia revolucionaría con su concepción de
dos. La imprenta juego un papel de primer orden, la separación de poderes-, Voltaíre (1694-1778),
mediante la publicación de libros, periódicos, folletos los hombres de la Enciclopedia (1751-72) -ese
y panfletos de todo tipo. No era raro el recurso a la gran compendio divulgador del estado del conoci-
impresión en Amsterdam, donde se gozaba de un miento en la época impulsado fundamentalmente
alto grado de permisividad y la posterior distribución por Diderat (1713-84) y D'Alembert (1717-83)-,
clandestina de algunas publicaciones para burlar la Rousseau (1712-78), el formulador del Contrato
acción de la censura oficial. En cuanto a la prensa, social y precursor del romanticismo o Condorcet
conviene recordar que a finales del siglo había cerca (1743-94) firme defensor del progreso humano y
de 280 títulos en Inglaterra y en Francia en vísperas detractor de los trabas artificiales que se aponen a
de la revolución, 1/0. En Austria la prenso estaba él. Entre los ilustrados italianos destocamos a Cesa-
bastante menos desarrollada, pero cabe citar, entre re de Beccarja por la influencia que su De las deli-
otros periódicos, el Wienet Zeitung, donde, por cier- tas y de las peños (1764) ejerció sobre la conside-
to, se recogen abundantes noticias relacionadas con ración del delito en la sociedad y la administración
las actividades públicas de Mozart. Los salones en de justicia (justicia geográfico y socialmente unifor-
los que, bajo el patrocinio muchas veces de una me, abolición de la tortura, castigo proporcional ol
dama de la aristocracia, se reunión los filósofos y sus delito...). Y en Alemania, al deísta Christian Wolff
seguidores tuvieron también importancia. Abundaron (1659-1754] sucede una evolución hacia el idealis-
en París y la costumbre, al igual que la celebración mo, del que un representante destocado es Emanuel
de academias privadas y la creación de sociedades Kant 11724-1804), divulgador de la Ilustración y
literarias y filantrópicas, se extendió por las principa- creador de un sistema que rompe con la vieja filoso-
les ciudades de Europa. Igualmente, los cafes, surgi- fía. Es la époco que en Alemania y en e! ámbito
dos a finales del siglo XVII, conocieron un gran desa- literario se corresponde con el sentimentalismo de la
rrollo como centro de reunión y discusión. ¿Cómo corriente Stufm und Drang. Las anticipaciones de
olvidar, por ejemplo, entre los cerco de ochocientos Goethe, cuyo Wertber es de 1 774, y de Schiller
cafés parisinos del siglo XVIII, eí Procope, entre cuyos son destacadas aportaciones en este campo.
clientes se contaron Diderot, D'Alembert, Rousseau o
Voltaíre? La masonería (jes necesario aludir o la rela- En el ámbito científico el siglo XVIII fue fecundo,
ción de Mozart con ella?] fue otro de los canales de tonto en el campo de lo investigación, como en el de
difusión. Incluso hubo países en que la Ilustración ero a divulgación. Se difunden los principios de Newton
fomentada desde la misma Corte. Las universidades - y el interés por las ciencias naturales, en cuyo ámbito
con la excepción de algunas alemanas-, quedaron, Linneo había llevado a cabo una primera clasifica-
sin embargo, bastante ai margen de los ideas ilustra- ción cientifíca, se traducirá en la creación de parques
das. zoológicos y jardines botánicos. Por otra porte, se lle-
varon a cabo diversas expediciones científicas por
La adopción de los Luces no fue, sin embargo, todo el mundo [lames Cook) y tanto las matemáticas
mayorilaria, sino todo lo contraría. Será un fenómeno (trigonometría, cálculo diferencial; Euler y Lagrange
minoritario -de él queda excluida, por lo pronto, la como figuras destacados], como la física (descubri-
mayoría ¡letrada-, eminentemente urbano -aunque mientos ópticos y calorímetros; experimentos básicos
puedan encontrarse en ámbitos semiurbanos y aun sobre la electricidad; Celsius, Reamur, Musschenbro-
rurales algunos personas influidas en mayor o menor ek Franklin, Cavendish y Volta como nombres sobre
grado- y no limitado o un solo grupo social: aunque sa ientes) y la química (descubrimiento de determina-
el núcleo de sus planteamientos, sobre todo, sociopo- dos elementos -nitrógeno por Rutherford, oxígeno por
lílicos, se adapta bien al medio burgués, también Priestley- y puesta a punto de la nomenclatura científi-
hubo entre los ilustrados destacados miembros de la ca por Lavoisier| experimentaron un desarrollo nota-
nobleza y del clero. Sus repercusiones en la práctica ble.
dependerán del mayor o menor grado en que las
diversos gobiernos adopten medidas inspiradas por Más difícil resulta dar una visión resumida del
los ilustrados. Pero, en cualquier caso, conviene tener panorama existente en el campo de las Bellas Artes.
presente que los ¡lustrados, o personas de su círculo, Bástenos recordar la evolución del barroco al neocla-
se sirven también de otros medios no citados en e sicismo en la arquitectura y el gusto por los espacios
párrafo anterior para difundir, a veces en actitud cla- amplios y racionalmente ordenados. V en lo que a la
ramente pedagógico, si no la esencia de su pensa- pintura se refiere, nos limitamos a citar a unos pocos
miento, si determinadas actitudes frente a la sociedad contemporáneos de Mozart (aunque él no llegara ni
y a las costumbres heredadas En este sentido, hay siquiera a tener noticio de alguno o algunos de
que añadir el teatro, hablado o contado, como otro ellos): los ingleses Sir Joshua Reynolds (1723-92) y
de los medios de difusión de, al menos, actitudes crí- Thomas Gainsborough (1727-1788); J.B. Greuze
ticas. Es imposible calibrar su repercusión en el públi- (1725-1805) y Jacques-Louis David (1748-1825) en
co en su exacta medida Pero que dicha repercusión Francia o Francisco de Goyo [1746-1828) -sin lugar
existia lo prueban hechos como que en 1 794 y a dudas, el más alto genio que en la pintura conoció
1795, entre las múltiples medidas preventivas adop- el siglo XVIII- en España.
tadas frente a lo posible extensión de la Revolución ¿Tendremos que insistir mucho en el desarrollo
Francesa, se difundieron en Víena folletos reinterpre- experimentado por la música? No vamos ya a refe-
rirnos a las aportaciones de la primera mitad del

46
siglo, dominada por las figuras de J S. Bach 11685- teondo asuntos un tanto escabrosos que, pese a su
1750),. A. Vivoldi (1678-1741¡ y G.F. Haendel hondo raigombre cultural, hobríon chocado con e
(1685- 759 sino que nos centraremos, muy breve- ombienle reinante poco antes (Don Giovanni) o
mente, en a gunas de los más significalivas de la abiertamente críticos con las costumbres sociales
segunda. Fue una época de una aclividad extraordi- imperantes fíe nozze di Fígaro}', dejaba con La flau-
naria, de la que no quedan excluidos los esludios de ta mágica un argumento de fuerte contenido simbóli-
historia de la músico (el padre Martini Burneyl. Por co-ideológico, y no precisamente de exaltación del
su origen geográfico-cullural seguían dominando los poder y de la organización social imperantes, como
compositores de origen italiano. Pero los que han frecuentemente fiabía ocurrido años atrás en lo
dejado inscrito su nombre como représenlalivos de ópera de corte. Y en sus manos los personajes
esle período son alemanes. Limitándonos al mundo cobraban fuerte individualidad, dejando de ser sim-
de habla alemana, donde la música ocupó siempre ples tipos o arquetipos y convirtiéndose en seres
un lugar preeminente, se señala que a mediados de humanos. Efectivamente, se estaban anunciando
lo década de los óchenlo eran cerca de 350 los nuevos tiempos.
compositores que trabajaban en lo corte de alguno
de los múltiples estados o principados, en alguna
ciudad o bien al servicio de algún destacado miem- Para terminar...
bro de la aristocracia Ciertamente, muchos de ellos
eran poco más que hábiles artesanos capaces de
escribir ogradobles melodías dentro de unos cauces Cn 1789, muy poco antes de lo muerte de Mozart,
perfectamente establecidos y trillados. Pero es tam- se iniciaba la Revolución Francesa. Aquellos hombres
bién en este ámbito donde, bajo la protección de arremetieron contra lo que denominaron Anden Régi-
los príncipes electores del Polatinado, se desarrolla me, una eslructura sociopolítica que podía caracteri-
lo brillante escuelo de Mannheim, clave en la evolu- zarse básicamente por tres elementos: monarquía
ción de la sinfonía y de lo propio orquesto (o lo que, absoluta, sociedad estamental y permanencia del
por otro porte, y aunque sea fuera de esle ámbito, régimen feudo-señorial. Eran tres elementos que se
se estaban sumando nuevos y destacados instrumen- repetían en la mayoría de los Estados de Europa
tos, como el piano]; donde C.Ph.E. Bach lleva a occidental y que terminarían también, antes o des-
cabo toda su producción -aunque coartada duranle pués, desapareciendo. La Revolución Francesa se ha
buena parte de su vida por los conservadores gustos tomado durante mucho tiempo como fecha simbólico
de su potrón Federico II de Prusia-; o donde Roydn del inicio de la llamado época contemporáneo. Estas
escribió uno parte considerable de su obra al servi- fechos pueden tener Ionio de verdad como de false-
cio del principe Esterházy. Pero, sobre lodo, se va dad al aplicarlas a la situación concreta de cada
imponiendo con fuerza una nueva forma de ejecu- faís. Pero tienen, precisamente, el valor del símbolo.
ción de lo música, el concierto público, que nos proceso histórico no es uniforme en todos los paí-
habla de una recepción con una base social más ses, pero lo cierto es que o finóles del siglo XVIII en
amplia. Aunque será en Londres donde mayor relie- Europa se estoba yendo hacia un modelo de socie-
ve cobren los conciertos públicos, en vida de dad nuevo y dislinto que, larde o temprano, termino-
Mozarl ya lo suficientemente asentados en las ciuda- ría extendiéndose por todo el continente: se estaba,
des más importantes de Europa. Lo ópera también efectivamente, en los albores de la contemporanei-
habió dejado de ser patrimonio casi exclusivo de las dad. El carácter de prólogo que en este senlido tiene
corles principescos y, junio o los temas de carácter a segunda mitad del siglo XVlll, la época de Mozart,
casi heroico se cullivoban otros de signo burgués. es lo que hemos querido destacar en estas páginas
París habia vivido entre 1752 y 1754 la querelle
des buffons, la polémica originada por la representa-
ción de la que se considera el arranque de la opero Manuel Martín Galán
bufo. la serva padrono, y en lo que, por cierto, los
ilustrados tomaron partido por ello. Gluck iniciaba la 1. Mozarl no puede ser considerado como austríaco
vía del neoclasicismo y emprendía la reforma de la sino en tanto en cuanto Salzburgo se integró, yo después
ópera .. Y Mozart al margen de su gran aportación de lo muerte de su madre, en lo entidod polílica que, tras
en el campo de a música instrumental, llevaba o rjiuchos avalares, terminará dando lugar a lo actual Austria.
cabo contribuciones de primer orden en el campo Él siempre se consideró alemán, es decir, perteneciente o la
de la ópera, elevando el género a cotos desconoci- nación alemana, fragmentada politicamente de hecho,
das hasta entonces. Sin entrar en los aspectos eslric- pero, a salvo diferencias como lo religiosa, con fuerte uni-
lamente musicales, conviene recordar la fijación del dad cultural. Salzburgo fue principado eclesiástico indepen-
género singspiel ¡El rapio en el serrallo, la flauta díenle hasta I 802. En 1 803, en el contexto de las guerras
napoleónicos, pasó o depender del Gion Ducado de Tos-
mágica! por cuanto de contribución al desarrollo de cono. En 1605 se integrada por primera vez en Austria y
la culturo nacional alemana tiene; cómo supo, en cualro años más tarde pasaría a Baviera. En 1816 se
colaboración con el libretista Do Ponte, aprovechar incorporaba, como ducado de Salzburgo, definitivamente a
lo debilitación de lo censura durante el reinado de Austria
José II y renovar los lemas llevados a esceno, plan-
2. Ofrecemos, a lilulo comparalivo, las lasas españolas
de 1988: natalidad, 10,73 por mil; mortalidad, 8,22 por
mil.

47
ENCYCLOPÉDm
ou
DICTIONNAIRE RAISONNÉ
DES SCIENCES,
DES ARTS ET DES MÉTIERS.;
PA% VXE SOClt.TÉ DE CENS DE IETTRES. "

TOME PREMItft.

48
CRONOLOGÍA
Año W.A. Mozart General

1756 - 27 enero. Nace en Salzburgo. Hijo (sépli- - Reversión de alianzas (o revolución diplo-
mo nacido, segundo vivo) de Leopald Mozart mática } e inicio de ¡a Guerra de los Siete Años.
[1719-1787], entonces vicekapellmeister del - Marqués de Pombol (Ió99-17821, primer
príncipe-arzobispo de Salzburgo, y de Anna ministro en Portugal (hasta 1779],
Mona Walburga (de soltera, Pertt] (17201778). - Voltaire (1694-1778). Ensayo sobre las
costumbres y el espíritu de las naciones (revisión
en 1769).
- Primera exposición industrial en Londres.
- Fundoción de la fábrica de porcelana de
Sevres en París.
Música
- FJ. Gossec (1734-1 829) publica sus prime-
ras sinfonías.
- L Mozort: Ensayo de un método profundo
de violin, que será traducido a varias lenguas.
- Muere S. de Albero (1722-56)

1757 - Willíam Pitt el Viejo (1708-78), ministro


inglés del Exterior.
- Se inicia la conquista de la India por
Inglaterra.
Música
- Muere en Madrid D. Scarlotti ( 1 6 8 5 -
1757).
- MuereJ. Stamitz (1717-1757).
- Nace I.J. Pleyel (1757-1831). músico, edi-
tor y, desde 1807, fabricante de pianos.

1758 - Muere Benedicto XIV (papado: 1740-58).


Nuevo Papa: Clemente XIII (1758-6%
- Choiseul (1719-85), primer ministro de
Francia (hasta 1770).
- C Linneo (1707-78): Systema noturoe,
donde cataloga toda la flora y fauna conocidas.
- F. Quesnay (1694-17/4]: Tableou écono-
mique (fisiocracia).
Música
- G.B. Martini (1706-1784) empieza a
publicar la Storio della músico (vol.ll: 1770:
vol.lll 1781).
- MuereJ.F. fasch (1688-1758).

1759 - M. empieza a interesarse por la músico. - Muere Fernando VI de España (reinado:


174Ó-59J. Le sucede Carlos III (reinado: 1759-
1788).
- Expulsión de los jesuítas de Portuga .
- Libertad de imprenta en Francia
- Voltaire: Cándido, o el optimismo.
- Nace M. Wollstonecraft (1759-97], cuyo
Vindication of the Rigbts of Women [ 1792), será
el punto de orranque del movimiento feminista.
Música
- Muere G.F. Haendel (1685-1759).
- Muere C.H Graun (1701-1 759).
- J. Haydn (1732-1809] escribe su I 5 sinfo-
nía. Dos anos más tarde entrará al servicio del
principe Esterházy.

17Ó0 - Comienza a oprender a tocar el clave bajo - Muere Jorge II de Inglaterra (reinado:
la dirección de su padre. 1727-60). Sube al trono Jorge III (reinado: 1760-
1 820)
Música
- Nace L. Cherubini 11760-1842).
1761 - Inglaterra abandona la guerra en el conti-
nente.

49
W.A. Mozari General
- Tercer Poeto de Familia hispanofrancés.
- JJ. Rousseau (171 2-78]: ¿a nueva Eloísa.
- S. Tíssoi [ 1728-97) publica Aviso al pueblo
sobre su salud, divulgando diversos conceptos
sobre medicina e higiene. Otras obras: Lo salud
en las gentes de letras (1 769) y Ensayo sobre las
enfermedades en la gente de mundo ¡1770}.
Música
- G.Ph. Telemann [1681-1767]: El juicio final.

1762 - Primeras composiciones (para clave] de M. - Muere la zarina Isabel (reinado" 1741-62).
- L.Mozart lleva o sus hi|os Q Munich y Paz ruso-prusiana de San Petersburgo. Rusia se reti-
Víena, donde tocan ante Maximiliano III y ro de la Guerra de los Siete Años. El Zar Pedro III
emperatriz M° Teresa, respectivamente. (reinado : en -jul. 1786), asesinado. Le sucede su
esposa Catalina II lo Grande (reinado: 1762-96).
- Rousseau: Emilio y Contrato social.
- R. Mengs (1728-79): Pensamientos sobre
lo belleza.
- J.B. Tiepolo (1696-1770) viene a Madrid
(pinturas en el Palacio Real)
Músico
- C.W.Gluck (1714-87): Oríeoy Eurídice.
- Muere F.X. Geminiani 11687-1762).

1763 - Junto con sus podres y su hermana Maria - Fin de la Guerra de los Siete Años ¡Trota-
Anna ¡"NannerU, 1751-1829), inicia su primer dos de Paris y Hubertsburgo).
viaje por Europa, que durará hasta noviembre de - Voltaire: Trolado sobre la tolerancia.
1766, y durante el que Leopold exhibirá a sus - G. Parini ¡1729-99) comienza a publicar //
hijos, entre otros ciudades en Mannheim, Bruse- Giomo ¡sátira contra la vida maliciosa de los
las, París, Londres, Amsterdam y la Haya. nobles], que pervivirá hasta 1 8 0 1 . Autor de
- M.Haydn (1737-1806}. maestro de con- diversas Odas, una de ellas {l'evirazione} contra
ciertas de Salzburgo. Más tarde sucederá a la costumbre de castrar a futuros cantantes.
Mozart como organista de la catedral. - Creación de la Lotería Nacional en España
por el marqués de Esquilache.
Música
- Nace E. N.Méhul (1763-1817).

1764 - Primera música publicada (en Porís] de M.: - Prohibición de los jesuítas en Francia.
Sonatos pora clave y violín, K Ó y 7. \Oo. ñ v K - Hargreaves (1710-78) idea una máquina
8 y 9 {Op. II). de hilar {jenny). En 1770 pondrá a punto la hila-
- Estancia en Landres (23 ab. 17ó-4-3aq. dora mecánico de varios usos.
17Ó5). - Voltaire: Diccionario filosófico.
- Conoce o J Ch. Boch ¡1735-82). - C Beccaria 11738-94): De ios delitos y de
- Primera sinfonía |K 17). los penas.
- J.J. Winkelmann (1717-68)- Historia del
Alte en la Antigüedad) anteriormente. Pensamien-
tos sobre la imitación de las obras griegas en la
pintura y en la esculturo [ 1 755}.
Música
- MuereJ.Ph. Rameu ¡1683-1764).
- Muere P.A. Locatelli [1695-1764],
- MuereJ.M. Leclair (1697-1764],
- Se inician en Inglaterra los conciertos Bach-
Abel.
1765 - En inglaterra es sometido • un test por D - José II, emperador. En los estados patrimo-
Barrington (17271 800], según el que M. es, niales (Austria), corregente con su madre, M 9
psicológicamente, un niño real Teresa.
- Creación del Banco de Berlín.
- Fundoción de la Sociedad Vascongada de
Amigos del Pais.
- Prohibición de los autos sacramentales en
España.
Música
- Muere el músico español J. Herrando (h.
1700-1765).

50
W.A. Mozart General

1766 - Galimathias mustcum K 32. - Lorena es incorporada a Francia.


- Nueva estada en París. - Motines de Esquilache en Madrid y otras
- Regreso a Salzburgo. ciudades españolas.
- H. Cavendísch (1731-1810] descubre el
hidrógeno. En 1783 realizará el análisis del aire
y en 1784, la síntesis del agua.
- Nace T. Malthus (1766-1834), autor del
Ensayo sobre la población (1798].
Música
- Nace F.X. Süssmayr (1766-1803), el discí-
pulo de M. que completaría el Réquiem.

1767 - la obligación del primer mandamiento, K - Expulsión de los jesuítas de España y sus
35. posesiones.
- Grabmusik (Cántala de lo Pasión), K 4 2 . Música
- Apolo y Jacinto, K 38. - Muere G.Ph Teleman.
- Viaje a Viena. M. contrae la viruela. - Gluck, en el prefacio a la edición de Alces-
te, presenta su manifiesto sobre la relorma de la
ópera.
- Muere en París, envenenado por un plato
de setos, J. Schobert (1740-67).
- Rousseau: Diclionnaire de musique.

1768 - La Finta Semplice, K 5 1 , sobre libreto de - Francia compra Córcega a la república de


C. Goldoni (1707-93], Escrita por encargo del Genova
emperador, no llegó a representarse sino en Salz- - Catalina II seculariza los bienes de la igle-
burgo el año siguiente. sia rusa.
- Bastión y Bastiana, K 50, estrenada quizá - james Cook ¡1728-79) inicia su primer
en casa del médico F.A. Mesmer (1734-1815), via|e a Australia.
uno de los precursores de la moderna psiquiatría. Música
- Primera Misa, K1 3 9 , que dirigirá en - Se establece en España L. Boccherini
diciembre ante la corte imperial. (1743-1805).
- Muere F.M. Veracini (1690-1768).
- Muere N. Porpora [1686-1768].
- MuereJ.M. Nebro y Blasco (1702-68],

1769 - Regreso a Salzburgo (5 enero). - Nuevo Popa: Clemente XIV (1769-74).


- Diversas composiciones religiosas e instru- - J. Watt (1736-1819) patenta su máquina
mentales. de vapor y R. Arkwright (1732-92) su hiladora.
- M., maestro de conciertos de la corte de
Salzburgo (cargo sin sueldo).
- Padre e Tiijo inician un viaje a Italia (13
dic. 1769-28 marz.1771], donde visitarán,
entre otras ciudades, Verona, Mantua, Milán,
Bolonia, Florencia, Roma, Ñápales y Venecia.

1770 - Comienza a llamarse Wolfgang Amadeus. - Caída de Choiseul en Francia.


- Compone diversas anas, sinfonías, obras - Lord North, primer ministro en Inglaterra.
religiosas, su primer cuarteto para cuerda (K - Victorias rusas sobre los turcos.
80) . Música
- M. es nombrado por el Papo Caballero de - Muere Ch. Avison [1709-70).
a Espuela de Oro. - Muere G. Tartini 1692-1770).
1
- M., miembro de la Academia Filarmónico - Rousseau: Pygma ion i(-melodrama
] ]
de Bolonia, patrocinado por el P. Mortini. Nacel.v. Béethoven (1770-1 827).
- Mitridate, Re di Ponto, K 87, estrenada en NaceA. Reicha (1770-1836).
Milán.

1771 - Yo en Salzburga, La Betulio libérala, K 1 18. - Disolución del Parlamento parisino.


- Diversas sinfonías y obras religiosas. - Crimea, conquistada por Rusia.
- Sequndo viaie a Italia (Milán): 13 a a . 1 5 - Abolición de la servidumbre en Saboyo.
dic. 17T\. - F.G. Klopstock(1724-1803]: Odas.
- Ascanio ín Alba, K 1 1 I. Encargo de la - Real Academia Española: Gramática.
emperatriz M s Teresa para la boda de su hijo, el Música
Archiduque Fernando (1754-1806] con Mario - MuereJ. G. Graun (1703-71).
Beatrice d'Este (1750-1829), se estrenó en - Ch. Burney (1726-1814]: The Presen! State
Milán, el I7oct. oí Music in France and llaly.
W.A. Mozart General

- Muere S. Ch. von Schrattenbach (1698-


17711, arzobispo de Salzburgo.

1772 - H. von Colloredo (1732-1812), nuevo - Primer reparto de Polonia, entre Rusia, Aus-
arzobispo de Salzburgo. En las fiestas de cele- tria y Prusia.
bración se interpreto // sogno di Scipione, K - Se publica el vigésimoctavo y último volu-
men de la Encydopédie, comenzada en 1751 y
- Sinfonías ocho), divertí mentas... editada por D Diderot (171 3-84] y J. D'Alembert
- Tercer y útimo viaje a Italia [Verana -breve (h.1717-83]. Seguirá un suplemento de ó vols.
estancia-, Milán); 2 4 oct. 1772-13 marz. (1776-77]. -Nuevo viaje d e j . Cook.
1773. - G E . Lessing (1711 -76)- Emilia Golotti.
- íucto Silla, K 1 35, estrenada en Milán. - J. Priestley [1 733-1804] descubre el oxíge-
- Cuortetos milaneses, K 155-160. no. En 1775, Lovoisier (1743-94] establecerá
sus propiedades.
Música
- J.G. Albrechtsberger 117361 809), organis-
ta déla corte de Vieno.
- MuereJJ.Quantz(1697-1773],

1773 - Exultóte, ¡ubilale. K 165, para el castrado - Boston tea porty (motines contra impuestos
V. Rauzzini (1746-1810] aduaneros] en las coionios inglesas de Nortea-
- Vuelta a Salzburgo. mérica.
- Viaje a Víeno (14 ¡ul.-26 sep.]. - Sublevación de Pugachev en Rusia [aplas-
- Díverlímentos, sinfonías, Cuartetos vieneses tada en 1 7 7 4 ; ejecución de Puqachev en
¡K 168-173]. 1775],
- Primer quinteto (K 174], - Disolución de la Compañio de Jesús por
- Primer concierto pora piano |K 1 75). Clemente XIV.
- Fundación de San Francisco por Ft. Junípe-
ro Serró (1713-84).
Música
- Ch. Burney: The Presen! State oí Music in
Germany, in Netherlonds...
- J. ÍHaydn: Cuartetos 'del so/».

XT7A - Se estreno Thamos, rey de Egipto, K 345, - Muere Luis XV de Francia (reinado: 1723-
cuya música revisaría más tarde. 7A\. Le sucede su nieto Luis XVI (reinado: 1774-
- Música diversa para la corte de Salzbur- 92; ajusticiado 1793).
go, concierto poro fagot {K 191] - Turgot (1 7 2 7 - 8 1 | , inspector general de
- Viaie a Munich: 6 dic. 1774-7 marz. finanzas en Francia.
1775]. - Congreso de Filadelfia [declaración de
derechos de las colonias norteamericanas de
Inglaterra).
- Continúa IQ expansión rusa a costa de Tur-
quía.
- J.W. Goethe (1749-1832]. que en repeti-
das ocasiones mostró su admiración por Mozart,
publica las desventuras de! ¡oven Werther.
Músico
- Muere N. Jommelli (1714-74],
- Muere F.L. Gassmann (1729-74).
- A. Eximeno (1729-1808]: Del origen y de
los regios de la música con la historia de su pro-
greso, decadencia y renovación.
- Se presenta en Madrid el prolifico tonadille-
ro B. Lasema [1751-1827],
- N a c e G , Spontini [1774-1 851].

1775 - En Munich, primeras sonatas para piano [K - Comienzo de la Guerra de la Independen-


279 a 283]. cia de las Trece Colonias. G. Washington (1732-
- Estreno en Munich de La Finio Giordiniera 99), generalísimo de las trapas sublevadas.
K 196, con libreto de R. Calzabigi [1714-95). - Experiencias eléctricas de A. Volta (1745-
- Estreno en Salzburgo de (í Re pastare, K 1826).
208. - Nuevo Papa- Pío VI (1775-99],
- Conciertos pora violín, K 2 0 7 , 2 1 1 , 2 1 6 , Música
218 y 2 1 9 . - J.A. Benda [1722-95] cultiva el melodrama
con Ariodne en Noxos y Medeo.

52
W.A. Mozart General

- Muere G. B Sammartini (1704-75).


- Nace A. Boieidieu (1775-1834],

M76 - Salzburgo. - Declaración de independencia de las colo-


- Serenatas (entre ellas, la Haffner, K250 nias norteamericanas.
d¡vertímentos, conciertos poro piano, obras re - j . Necker (1732-1804], inspector genera
giosas... de finanzas en Francia.
- A. Smith ¡1723-90]: La riquezo de los
naciones.
- Nace E.T.A. Hoffmann (1776-1822], quien,
por cierto, apreciaria mucho la música de M.
- E. Gibbon (1737-94] empieza a publicar
Historio de la decadencia y caída del Imperio
Romano (1776-1788],
- F.M. Klinger ¡ 1 7 5 2 - 1 8 3 1 ] : Sturm und
Drang ¡Tormenta y asaltoj. drama cuyo título
designará el movimiento I itera río-cu I tu rol alemán.
Música
- Ch. Burney: A general histoy of music. (4
vols.. 1776-89],
- J. Hawkins (1719-89): Genero/ History of
Music.
- Comienzan en Londres los Concerts of
Ancienl Music.

\777 - Concierto pata piano «Jeunehomme1, K - El francés marqués de La Fayette se une a


271. las tropas de G. Washington.
- Primera rupiura con Colloredo. - Muere José I de Fbrtugal (reinado: 1750-
- M. inicia un vioie con su madre que le lle- 77). Sube al trono Marta I (reinado: 1777-
vará a Paris (23 sep. 1777-en. 1779). 1807). Caída de Pombal.
- En Mannheim (donde también se detendrá Músico
al oño siguiente, en el viaje de vuelta) se deja - Gluck: Armide, estrenada en Paris.
seducir por la orquesta y los músicos de la corte - S.Erard (1752-1831) funda en Paris su
de KarI Tbeodor Se contaban entre ellos: IJ. casa de construcción de pianos.
Holzbauer (171 1-1783], F.X. Richter (1709- - T. de Iriarte (1750-1791); La música.
1789), CU. Cannabich (1731-17981, G.J.
Vogler (1749-1814]. K. Stamitz (1745-1801],
A. Slamitz (1750-1809) -estos últimos, hijos de
J. Stamilz (1717-57], considerado el fundador
de la escuela-... Le impresionan los melodramas
de Benda. Conoce, además, a la familia
Weber: destacamos entre sus miembros o Aloysa
¡1760-1839) y a la que después será su mujer,
Constanze( 1762-1842).

1778 - Sonatas, cuartetos, arias... - Alianza de Francia con Estados Unidos.


- En París, Sinfonía concertóme, K 297b. - Comienza la Guerra de Sucesión de Bavie-
- Conc. poro flauta y arpa, K 299. ra (1778-79), por las pretensiones de José II sobre
- tes pelits riens, K 299 b. determinados territorios bávaros. (También es
- Sintonía de París, K 297. conocida como guerra de las patatas porque
- Diversas sonatas para piano, durante las hostilidades se extendió su cultivo para
- Muere (3 julio] en París la madre de M. Se evitar la destrucción de cosechas por las tropas).
alojará después en casa de AAadame d'Bpinay - Se decreta el libre comercio desde trece
[ 1726-831 y Meichior von Grimm (1723-1 807), puertos españoles con América.
influyentes personajes del mundo cultural parisi- - Muere J.J.Rousseau.
no. ¡Grimm ejerció también algunos cargos diplo- - Muere Voltaire.
máticos). Música
- Leopold M. consigue para su hijo nuevo - Muere Th. A. Arne 11710-78).
contrato en la corte de Salzburgo. M. inicia el - Se desata en Paris la querella entre piccinis-
viaje de vuelta. tas (de N. Piccini, 1720-1 800) y gluckistas. M.,
pese a las presiones de Grimm, no quiso partici-
par en ella
- NaceF. Sor (1778-1839).
- Empezado a construir dos años antes, se
termina e inaugura el teatro de la Scala de
Milán.

53
W.A. Mozart General

\779 Salzburgo - España se suma o la alianza franco-ameri-


Misa de la Coronación, K 3 17. cana. Infructuoso cerco (hasta 1783] de Gibrol-
Retoco Thamos, K 345. tor.
Serenata del postillón, K 320. - S. Crompton [1753-1827] invenía la hila-
Sinfonía concertante, K 364. dora Mule-Jenny.
- Muere J. Cook en Hawaií [descubrimiento:
dos años antes].
Música
- Gluck: Iphigénie en Tauride.
- MuereW. Boyes 11710-79).
- Muere T Troetta [1727-79],
1780 - Zaide, K 344 (1779-80]. - Muere lo emperatriz M 9 Teresa de Austria.
- Vesperae solemnes de conlessore, K 339. Su hijo el emperador José II, soberano único de
- Viaje a Munich |5 nov 1780-16 morz. Austria 11780-90],
1781). - Liga de la Neutralidad Armada contra la
práctica corsaria inglesa en (a guerra americana.
- Lavoisier descubre la composición del aire.

1781 - Estrena Idomeneo, Ré di Creía, K 3ÓÓ, en - Necker, depuesto tras presentar un informe
Munich. sobre la situación financiera de Francia.
- Gran Pailita, K 3 Ó 1 . - Se intensifican las reformas de José II en
- Marcha o Salzburgo, llamado por Collore- Austria. Abolición de la servidumbre, edicto de
do. igualdad civil entre católicos y no católicos...
- 8 de junio. Violenta discusión y despedida - España recupera Menorca.
del servicio del arzobispo Colloredo por el - Victoria norteamericana de Yorktown.
Conde Arco. - Kant (1724-18041 : Crítica de la razón
- M. Se establece en Viena. pura.
- 24 dic. Competición ol piano con M. Cíe- - JJ. Rousseau: Confesiones (postuma).
menti (1752-1 832) ante José II. - Se estrena en Berlin Beimonl und
Konslanze, de Ch.F. Bretzner [1748-1807], base
del libreto de El rapto...
- Descubrimiento del planeta Urano por W.
Herschel (1738-1822]
Música
- Muere J. Myslivecek [1737-81), llamado il
divino boemo.
- Llega o París G.B. Viotti [1755-1824],
- Nace M. Giuliani (1718-1828).

1782 - Estreno en Viena de El tapio en el Serrallo, - Secularización de los convenios austríacos


K384. . Viaje (ineficaz] del papa Pío VI a Viena para
- Sinfonía Haffner, K 385 para la ceremo- tratar de frenar la política anticlerical de José II.
nia de ennoblecimiento del sazburgués S. Haff- - F. Schiller (1 759-1 805) : ¿os bandidos.
ner (1756-87). - Watt mejora la máquina de vapor.
- Matrimonio con Constanze Weber (4 de - Muere D. Bernouílli (1700-82], autor de
agosto|. estudios sobre fluidos y gases.
- Inicia la Misa en do menor, K 427, que Música
nunca terminaría. - MuereJ.ChBach (1735-1782],
- Muere Metostosio (P. Trapassi] (1698-
1782], uno de los más importantes libretistas del
siglo. Algunos de sus libretos lambién fueron
puestos en música por M.
- Muere Cario Broschi, fonnelli ¡1705-
1782), uno de los más famosos castrati de la his-
toria. Residió en España, ol servicio de los reyes,
entre 1737 y 1759.
- G. Paisiello (1740-18161 estrena en San
Petersburqo /' Barbieie di Siviglia-
- NaceJ. Field |1 782-1S37).
- N a c e N Paganini (1782-1840],

1783 - Primer hijo de M. (17 ¡un.; morirá muy - Independencia de los Estados Unidos de
pronto]. América (Paz de París],
- Conoce a L. da Ponte (1749-1838), libre- - W. Pitt el Joven (1759-1806), primer minis-
tista. tro inglés.

54
W.A. Mozart General

- Sinfonía Linz, 425. - Anexión de Crimea por Rusia.


- L'Oca del Cairo, K422. - Campomanes (1723-1803), presidente del
Consejo de Castilla.
- Creación en España del Banco de San
Corlos (primer banco nacional).
- Hermanos Monigoífier primera ascensión
en globo por aire caliente.
Música
- MuereJ.A. Hasse 11699-83).
- Muere en El Escorial el P. A. Soler (1729-
83).

1784 - Nace su hijo Cari Thomas 11784-1 858), - Muere D. Diderot (1713-84).
uno de los dos que llegó a adulto. - Beaumarchois (1732-99] estrena en París
- Varios conciertos para pio.no (K 4 4 9 o te mariage de Fígaro ou La hite journée [será
4 5 1 , 4 5 3 , 456 459]. prohibida pronto), base del libreto de Le nozze
- ío sposo deluso, K 430. de Figaro. Compone una trilogía con Le bafbier
- En Salzburgo contrae matrimonia la herma- de Seville (1775) y ío mere coupable (1792).
na de M. Música
- Ingresa (14 dio] en la logia masónica Die - A. Grétry (1742-1813): Ricardo Corazón
Wohllaligkeit ¡La Beneficencia!. de León.
- Muere el P. Martini.
- Muere W. F. Bach (1710-84).
- M. Gerberl (1720-93|: Scríptores ecclesias-
tici de Música sacra.

1785 - Publicación de los Cuartetos Haydn |empe- - Liga de los Príncipes Alemanes contra el
zados a escribir en dic. 1782 y que constituirán emperador.
un fracaso! dedicados o J. Haydn, quien había - Tratado comercial entre Inglaterra y Estados
dicho de él. "es el mayor compositor que conoz- Unidos de América.
co en persona 0 de nombre*. - En Rusia se publican los privilegios de la
- Conciertos ¡K 4 6 6 , 4Ó7, 4 8 2 ] y otras nobleza (Carta de la Nobleza).
obras para piano, música masónica... - Ch. A. Coulomb (173Ó-18OÓ): experimen-
- Davidde penitente, K 469. tos; formulación de la ley de Coulomb.
Música
- J. Haydn: ios siete últimas palabras del Sal-
vador en la Cruz, por encargo del cabildo de la
catedral de Cádiz.
- Muere B. Galuppi (170Ó-85).
- J. N. Hummel (1778-1837], alumno de M.
(hasta 1787).
1786 - Estrena en Schónbrunn Der Schauspieldirek- - Muere Federico II de Prusia. Federico Gui-
tor, K 486, junto con Prima la música e poi le llermo II, nuevo rey de Prusia (1 786-97).
parole, de A. Salierí (1750-1825). - Agobiante crisis financiera en Francia.
- Conciertos para piano K 4 8 8 , 4 9 1 y - Reorganización de las logias masónicas en
503. Viena por orden del emperador.
- Estrena en Viena te Nozze di Fígaro, K - Ch.M. Wieland (1733-1813]: Dschinnis-
492, con resultado cercano al fracaso; obtendrá tan.
un éxito resonante cuando a finales de año se Música
represente en Praga. - K.D.v. Dittersdorf (1739-99): Doktor und
- Sinfonía Praga, K 504. Apotbeker. Se dice que cierta vez interpretaron
un cuarteto en Viena J. Haydn (primer víolín), Dit-
tersdorf (2° violín), Mozart (viola) yJ.B. Vanhal
11739-1813] (violonchelo).
- Se estrena en Viena Una coso rara de V.
Martín y Soler (1754-1806).
- Muere el músico austríaco descendiente de
españoles Carlos Ordóñez (1734-86).
- Muere A Socchinj (1730-86).
- Muere M. Canales (1747-86).
- NaceK.M.v. Weber (1786-1 826).

1787 Corto viaje a Praga (enero-ppos. febrero). - Promulgación de la Constitución de los


Muere Leopold Mozart (28 de mayo], Estados Unidos.
M., compositor de cámara de José II, con - Asamblea de notables en Francia para

55
W.A. Mozart General
menor sueldo que Gluck, a quien sucedió. A solucionar la crisis financiera. Petición de convo-
Mozart le sucederá el bohemio LA. Kozeluh catoria de Estados Generales.
¡1747-1818] - Sublevación de los Países Bajos contra Aus-
- Una broma musical, K 522. tria.
- Cuartetos, quinietos, serenatas {pequeña Música
serenata nocturna, K 574)... - Don Giovonni Tenorio de G. Gazzaniga
- Nuevo viaje a Praga en otoño, pora e (1743-1818).
estreno de Don Giovonni, K 527. - Muere Gluck.
- Bella mia liamma. paraj. Duschek (1753- - Muere Cari Friedrich Abel (1723-87).
1824|, esposa de F.X. Duschek [1731 -99) - Beethoven (1770-1827) acude a Viena en
abril con intención de asistir o cióse con Mozart.
- Muere A. Rodríquez de Hita (h. 1724-
1787)

1788 - Concierto para piano 'de la Coronación*, - Muere Carlos III de España. Le sucede su
K 537. hijo Carlos IV [reinado: 17881808).
- Estreno en Viena de Don Giovonni, con un - Necker, nuevamente al Frente de las finan-
resultado muy distante del éxito de Praga. zas francesas.
- Sinbnias n* 39, 40 y 41 (Júpiter}, K 543, - Convocatoria de los Estados Generales.
550 y 5 5 1 . - Crisis de subsistencias en Francia.
- Primera colonia inglesa |de condenados) en
Australia.
- Fundación del periódico The Times en Lon-
dres.
- Kant: Crítica de la razón práctico.
Música
- Muere C.Ph.E. Bach (1714-88)

1789 - Viaje 8 abr.-4 ¡un.) a Berlín y otras ciuda- - Comienza la Revolución Francesa. El Tercer
des, entre elas Leipzig, donde estudiará la músi- Estado se declara único representante del pueblo
ca dej.S. Bach. En Postdom Federico Guillermo [Asamblea Nacional y juramento del Jeu de
II le encarga los que serán Cuartetos prusianos (K Pomme). Toma de La Bastilla. Gran Miedo en el
575, 58<7y 590), escritos en 1789-90, campo. Abolición de los derechos feudales.
- Quinteto pora clarinete, K 581. Declaración de los Derechos del Hombre y del
Cuidadano. Nacionalización de los bienes ecle-
siásticos...
- F. de Goyo (1746-1 828), pintor de cáma-
ra de Carlos IV.
Música
- Muere A. L. Couperin (1755-1789).

1790 - Esfreno de Cosí fon tutte, K 588. - Radicalización de la Revolución Francesa.


- Viaje a Francfort (23 sep. -10 nov.l Abolición de la nobleza.
- Quinteto para cuerdo, K 593. - Muere el emperador José II. Su hermano
Leopoldo II, nuevo emperador (1790-92).
- Muere B. Franklin (1706-90).

1791 - Noce su último hijo, Franz Xaver Wolf- - Intento de huida de Luis XVI. Reconocido en
anq, sequndo de los que lleqaria a adulio Varennes, es devuelto a Paris. Entra en vigor la
f?
•791-1844). H

- Concierto para piano K 595.


y
Constitución Francesa. Asamblea legislativa, con
mayoría republicana. Auge de los clubs.
- Ave verum corpus, K ó 18. Música
- ía (lauta mágica, K 620, con libreto de E. - J. Haydn en Inglaterra, invitado por e
Schikaneder|175T1812). empresario J.P. Salomón (1745-1815). Comien-
- [a clemenza de Tito, K 6 2 1 , para la coro- zo de los SinSonias londinenses.
nación de Leopoldo II como rey de Bohemia. - D. Cimorosa (1749-1801) llega a Viena,
- Concierto paro clarinete, K 622. tras cuatro años en S. Pelersburgo; íf matrimonio
- Reauiem, K 626. segreto, 1792.
- 5 dic. Muere Mozart Entierro en el cemen- - Muere Ch.F.D. Schubart (1739-91), cuyas
terio de S. Marx. Ideas para una estético del arte musical aparece-
rían impresasen 1806.
- Nace G. Meyerbeer (1791-1 864).

Manuel Martín Galán

56
PHILIPS COMPLETE MOZART EDITION

¡¡La Edición Mozart COMPLETA ya a la venta!!

El 5 de Diciembre se conmemora oficialmente


el bicentenario de la muerte de Wolfgang
Amadeus Mozart. En ese momento, la Edición
Mozart Completa, presentada por Philips
Classics, se encontrará disponible en su totali-
dad en los establecimientos especializados.

Esta Edición, que supone el proyecto discográ-


fico más ambicioso jamás presentado, se com-
pone de 180 CDs agrupados en 45 volúmenes,
en una atractiva y unitaria presentación que
incluye 2 atractivas cajas transportables que la
contienen en su totalidad.

Más de 674 obras del genial compositor de


Salzburgo se encuentran en esta Edición, que
incluye sus Sinfonías, Serenatas, Conciertos,
Música para Piano, Música de Cámara, Música
Sacra, Música Vocal y sus maravillosas
Operas... En el volumen 45, «Sorpresas y
Rarezas», se puede encontrar, entre otras curio-
sidades, la primera reconstrucción mundial del
Rondó para trompa K 371, la grabación del Por la compra de l i Coiwcldii C
Quinteto K 452a, cuyo manuscrito se encontró unlesdfl ll-Uiciembre-liMI. otHenta un
Úv ia: "Pequeña Serénala Noclunia" > un
en 1990 y la terminación por parte del musicó- Radlocraetle con ( ompact-Dtsc PfclB(» it
logo Erik Smith del pequeño fragmento K 33B Financiación preferente:
que Mozart niño escribió en una ocasión por la
parte de atrás de un anuncio para un concierto. Canco Mtspüno/lmepicano

Celebre con Philips Classics el bicentenario de Wolfgang Amadeus Mozart (1791-1991)


n la noche del 4 al 5 de diciembre de 1791
LA CIUDAD, EL
E
morio Wolfgang Amodeus Mozart en el núme-
ro 970 de la Rouhensteingasse de Viena, en el

EMPERADOR Y EL primer piso de la llamada Kleines Koiserhaus.


Fiebre miliar agudo era lo denominación que
recibía en el siglo XVÍTÍ una afección cutánea conside-
COMPOSITOR rada por la medicina actual como inofensiva, cuyos
sintomas hablan sido producidos hasta ese momento
por su debilitado cuerpo debido a los sangrías y o la
Impresiones sobre la ingestión de vomitivos, bebidos soladas y sustancias
sudoríficas. En la investigación mozartiana más
reciente se tiende o la hipótesis de una enfermedad
Viena ¡osefinista de febril aguda, probablemente de tipo reumático, sin
descartar la posibilidad de que la terapia fuese todo-

Mozart vía más culpable de lo muerte del paciente que la


propia enfermedad. Los médicos que le trataban
extrajeron al moribundo de dos a tres litros de sangre
en sus últimos doce días de vida.
Partiendo de los datas que poseemos y del cono-
cimiento del ceremonial de exequias habitual en la
época de Mozort, prescrito legalmenle de forma
minuciosa, es posible reconstruir su funeral josefinista:
[El día 7 de diciembre) por la tarde, antes de las tres, el
cadáver fue retirado de la viviendo y conducido a lo cate-
dral de San Esteban pora los funerales. Un cruciferario
avanzaba al frente, al son de una campana; seguía des-
pués un sacerdote. El féretro, cubierlo con una mortaja, fue
llevado por cuatro portadores, vestidos con largos abrigos,
y flanqueado por cualro muchachos con hábito, cada uno
de los cuales sostenía una antorcha. Después, en la capilla
de la Sania Cruz de la catedral, ¡unto a la entrado princi-
pal, tuvieron lugar los honras fúnebres. Una vez terminadas,
el féretro fue sacado de la catedral y colocado en la capi-
lla del Crucifijo, accesible únicamente pof la parte exterior
y que constituye la entrada a la cripta. De esle modo se
puso término a lo habitual ceremonia de funerales. El féretro
sólo podía ser trasladado desde allí al cementerio después
de las seis de la tarde (en verano únicamenle a parlir de las
nueve). En el entierro propiamente dicho no había ya ningu-
na ceremonia ni se hallaba presente ningún sacerdote; sola-
mente el sepulturero con su ayudante. El cementerio de Si.
Marx -construido en 1787, después de haber sido cerrado
y explanado el que se encontraba hasta ese momento en la
actual plaza de San Esteban, una vez demolidas las peque-
ñas casas situadas alrededor de la lapia del mismo- eslaba
emplazodo en el distrito de Landstrasse, a una distancia
aproximada de cuatro kilómetros y medio de la catedral. El
paraje en lomo a Si. Marx estaba en aquella época casi
sin edificar, y el camino -una sencillo carretera- suponía
una hora larga de marcha más allá de las murallas. El trans-
porte de los muertos sólo podía realizarse por la larde, y en
esa época del oño ya había oscurecido después de las
seis Por eso el sepulturero efectuaba e! enterramiento a la
mañana siguiente. Entretanto los ataúdes eran depositados
en un lugar destinado al efecto (debían permanecer abier-
tos por temor a los casos de muerte aparente). Por estas
razones, a partir del traslada de los cementerios fuera de
las murallas los difuntos no eran ya acompañados hasta la
sepultura. El entierro en sí constituía un acto poco respetuo-
so, pues ordinariamente se sepultaba en losas comunes,
colocando |untos en una misma tumbo a cuatro adultos y
dos niños en el orden en que llegaban al cementerio.

Consideraciones de tipo económico y de política


sanitaria fueron los que indujeron al emperador José II
a firmar, el 23 de agosto de 1784, la nuevo regula-
ción legal de los entierros. Se trotaba con ello, por
un lado, de evitar la contaminación de las aguas sub-
terránea y potable de Viena (motivo para ei traslado
de los cementerios fuera de las puertas de la ciudad,
siguiendo el ejemplo francés) y, por otro, de no gra-

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var sin necesidad el reducido presupuesto de ios vie- demasiada comprensión por ía flauta mágica de
neses medíante una excesiva ostentación en sus fuñe Mozart. Es posible incluso que llegase a presenciar-
rales, carente de sentido a juicio del emperador. Las la. El sal del racionalismo en el vestido de Saraslro y
consecuencias de tipo económico - o ecológico, de sus misóginos vasallos: habría sido demasiado
como diríamos hoy- de la sepultura colectiva podrian para un emperador que estaba ocupado precisamen-
también haber sido una consideración del empera- te en organizar las primeras clínicas ginecológicas en
dor. Sin duda el entierro dai ataúd o la incineración suelo austriaco y que había prohibido a las mujeres
habría sido más higiénico. Sin embargo, esto habría de su Imperio el uso del corsé por considerarlo perju-
acarreado, en su opinión, un derroche disparatado dicial para la salud.
de madera y una irresponsable explotación exhausti-
va de su querido bosque vienes. La muerte como insti- Mozar! trabó amistad con Gottfried van Swielen
tución democrática: eí emperador, que exigía para si poco tiempo después de su establecimiento definitivo
mismo un sencillo féretro, sabía de esto más que los
vieneses que protestaban contra su Disposición. Cual- en Viena. El 20 de abril de 1782 escribe a su her-
quier ciudadano tenía derecho al entierro ¡osefinísta mana, que continuaba viviendo en Salzburgo, en las
de tercera clase, con independencia de que sus alle- siguientes términos:
gados pudieran o no pagar de su propio bolsillo los
aaslos devengados por ello. El entierro de Mozart no El barón van Suiten |s¡c|, a cuya casa voy todos los
rúe un entierro de pobres. Fue el enlierro del 85% de domingos, me ha proporcionado todas las obras de Haen-
del y de Sebastian Boch, después de haberlas tocado para
la población de Víena. La tumba de pobres tampoco él. Cuondo Konstanze escuchó los lugas, se quedó total-
habría correspondido a su vida. Mozart no fue e mente prendada. No quiere escuchar nada más que fugas
genio que vivía en la miseria en una buhardilla, de Haendel y de Bach. Como me ha escuchodo en repeti-
como de buen grado nos lo han presentado hasta das ocasiones interpretar lugos de memoria, me ha pregun-
hoy los románticos |o enemigos de Víena], entre sus tado si yo no había escrito todavía alguno. A! responderle
admiradores. Es cierto que las deudas de juego, la que no, me riñó mucho por no haber escrito precisamente
hospitalidad exagerada y el costoso y frecuente trola- lo que es más artístico y bello en la música; no me ha dado
miento de Constanze con aguas sulfurosas de Badén, tregua hasta conseguir que le presentara uno fuga {KV
3v4/388a - el autor), habiendo sido éste su origen. He
le colocaron en apuros económicos. No obstante, escrito expresamente un Andante Maesloso pora que no se
durante sus años vieneses nunca ganó, por término la interprete de prisa, pues si una lugo no es tocada despa-
medio, menos que un alto miembro de la burocracia cio puede ocurrir que el sujeto no sea presentado de forma
¡osefinista. Los estudios biográficos actuales sobre nítida y cloro y, por consiguiente, no produzca ningún efec-
Mozarl han calculado, para el año de su muerte, to. Tengo la intención, con el tiempo y con circunstancias
unos ingresos mínimos de 4.000 gulden. Esto equi- favorables, de componer otros cinco para ofrecérselas al
valdría a 160.000 marcos, aproximadamente. La barón van Suiten, quien, realmente, posee un tesoro musical
última residencia de Mozort en la Rauhensteingasse de gran valor, aunque sea pequeño por su número.
poseía cuatro habitaciones, dos gabinetes cocina y
varías piezas contiguas, además de una habitación
separada para jugar ol billar. Era casi tan lu osa Gottfried van Swieten había llegado a conocer y
coma la viviendo situada detrás de la cotedra de a ornar la música de Johann Sebastian Bach y de
San Esteban (Camesina-Haus] -decorada profusa- Haendel en Berlín (Postdam), donde había sido,
mente con estuco-, en la que Mozar! compuso le hasta 1777, embajador de Austria en lo Corle de
Nozze di Fígaro entre 1785 y 1786 (lugar conme- Federico el Grande. Al regresar a Viena se dedicó al
morativo mozarlíano en la actualidad). Mozart era un fomento de la música autóctona. Al final de su vida
hombre bienhumorado, un sibarita como Giovanni, debía de estar esoecíalmente orgulloso por la traduc-
su héroe hedonisla de Sevilla. "¡Desearía tener todo ción y revisión de los textos de Lo Creación y de tas
lo que sea bueno, puro y bello!", declara en uno Estaciones dejoseph Haydn, a quien Mozart recono-
ocasión en una carta a su amiga la baronesa von cía, con justicia, como único e igual o su lado entre
Waldslátten. Lo consiguió. Cuando en alguna oca- los contemporáneos musicales. En 1785 le dedicó
sión era inminente un verdadero desastre, siempre los seis famosos Cuartetos para cuerda con la hermo-
estuvieron presentes para ayudarle Michael Puch- sa dedicatoria italiana "al mió coro Amíco Haydn".
berg, hermano masón de Mozart y destinatario de Swieten también ayudó a Haydn económicamente:
sus lamosas y tristemente célebres carias de súplica además de diversos presentes monetarios, le rególo
(en el momento de su muerte Mozart le quedó a el carruaje para su segunda viaje a Inglaterra. Se
deber 1.000 gulden), y Gottfried van Swielen, pre- conserva una noto de Swieten a íudwíg van Beelho-
fecto de la biblioteca del palacio del emperador José ven que demuestra que el barón frecuentaba el trato
y presidente de su comisión de esludios y censura, de sus músicos. Cita al joven y prometedoi músico en
uno de los más íntimos colaboradores y promotores su casa de Rennweg con las siguientes palabras: "A
de su programa de reformas. Swieten era masón, al las ocho y media de la tarde con el gorro de dormir
igual que Mozart y Michael Puchberg. El emperador en el bolsillo". ¡Beethoven con el gorro de dormir en
apreciaba la ideología humanitaria y liberal de la la cabeza!: esto puede resultar totalmente inverosímil,
masonería y no veía con malos ojos el hecho de que o incluso blasfemo, para los admiradores del genio,
sus funcionarios participasen en los trabajos de orga- como Mozarl con el taco de billar en la mono o
nización de las logias del país. Evidentemente no se cabalgando a caballo a través de su amada Vieno.
mostró dispuesto a una colaboración personal. Su El genio en estado puro sólo existe en la leyenda...
racionalismo le impedía adherirse a una comunidad
que aspiraba a conseguir sus objetivos emancipado- Gottfried van Swieten se mostró especialmente
res mediante simbolismos ocultos y rituales inteligibles interesado por el oratorio haendeliano y su ejecución
sólo para iniciados No parece que demostrase en reparto completo, es decir, con cantantes, cora y
orquesta, y no en la versión reducida a piano para la
Matinée dominical con Mozart como solista. Con tal
objeto fundó en 1786. |unto con algunos amigos
Viena en un grabado de la época.

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aristócratas, la denominada Geseltschah der asso- de la arquitectura y de la músico (vienesas) en lo
ciierten Cavaliers. La asociación se propuso el fin de obra de Mozart!]
presentar un Oratorio al año como mínimo, bien ante Viena tiene en la actualidad un millón y medio de
un público selecto en el Palois Palfy o en la biblioteca habitantes, una superficie de 414 kilómetros cuadra-
del palacio de Swieten, o bien, con carácter gene- dos y está dividida en 23 distritos administrativos.
ral, en el Teatro Nacional ¡antiguo Burglhealer en la Cuando Mozart -procedente de Munich, donde
plaza de San Miguel) o en el establecimiento de había estrenado su Idomeneo en la Opera del Elec-
Jahn. En el número Ó de Himmelpfoitgasse (primer tor- llega el día 16 de marzo de 178 i a lo antigua
distrito) se encuentra hoy el café Frauenhubei. La sala capítol del Imperio de María Teresa (la iron Lady de
de invitados, con su elegante bóveda barroca, fue en su siglo y madre de José había muerto ton sólo pocos
otros tiempos el salón de fiestas de la casa del prove- meses antes) viven en Viena ("el mejor lugar del
edor de palacio Ignozjahn. Es posible que Mozart, mundo", según Mozort), aproximadamente,
en un dia de noviembre del año 1788, dirigiese allí 200.000 personas en 5.500 edificios, de los que
públicamente, en su propio beneficio (!), la Pastoiol casi uno cuarta parte (!) se levantan alrededor de la
Aás y Galateo de Haendel en instrumentación origi- catedral de San Esteban. Muchos de ellos eran edifi-
nal (el Concentus Musicus y la práctico de interpreta- cios de reciente construcción. Durante el asedio de
ción histórico todavía no se consideraban en aquella os turcos de 1683 habían sido destruidos por com-
época como algo chic] y traducida por el propio pleto los suburbios extramuros de las lanificaciones
Gottfried \an Swieten. No fue esta la única vez que (hoy Ringstrasse) y, en gran parte, el cosco urbano
Mozarl se ocupó del oratorio haendeliano. A instan- (primer distrito). En los diez años posteriores o la
cias de la Cavaliersgesetlschaft dirigió (de nuevo en derrota de los turcos (en 1697, en Zenta, contra las
adaptación propial otras tres obras más del inglés tropas de mercenarios franceses del príncipe Eugenio
nacido en Halle: Messias (1789), Alexondeiiesl y de Saboyo|, y merced al botín que se había arreba-
Caecilienode ¡1790}. Los honorarios por estos trába- tado al enemigo, se produjo en Viena una gran
los resultaron muy positivos para Mozart en una boom constructivo. Bojo los auspicios de los dos
época marcada por la guerra de los turcos y la suble- arquitectos más importantes del barroco austríaco, Fis-
vación de los Países Bajos austríacos. La nobleza y la cher von Erlach ¡iglesia de San Carlos, palacio de
alto burocracia -soportes de lo culturo popular- no Schónbrunn) y Hiloebrandt (palacio de Belvedere), se
mostraron demasiada simpatia por los gastos para levantaron numerosas iglesias y palacios nobiliarios.
las academias privadas de música o Fas veladas Estos últimos o como residencias oficiales en el centro
musicales. También se fijaron límites, cada vez más de la ciudad (en las inmediaciones del palacio impe-
figurosos, al fomento de la cultura nacional, debido o rial) o coma residencias veraniegos en los reconstruí-
la economía de la guerra y a las sangrientas derrotas dos suburbios. En su lugar surgió una capital moder-
(los rebeldes holandeses consiguieron arrebatar cerca na, que, con el comienzo del reinado de José II y
de tres millones de gulden al Tesoro Público austría- casi coincidiendo con los llamados años vieneses de
co). El emperador llegó a pensar incluso en disolver Mozart, llegaría a ser lo que en la actualidad deno-
la ópera italiana. Sólo en la temporada 1 7 8 7 / 8 8 - minamos la Viena iosefinista: una organizada metró-
por consiguiente, todavía antes del comienzo de la poli europea, moderna y liberal, cuyo aire libre se
campaña de los turcos- tuvo que ser subvencionada encontraba fijado, del modo más eficaz, por la
con 80 000 guíden. El emperador, que no llegó a actuación de sus fuerzas del orden El emperador
adoptar semejante medida y que, enfermo de asma y había movilizado 300 soldados de policía para la
hemoptisis, había regresado el 5 de diciembre de seguridad de la población; y con el fin de que los
1788 del escenario de la guerra, presenció Don ciudadanos pudieran dirigirse a ellos en caso de
Giovanni el día 15 del mismo mes. Mozart podio necesidad, les hobía impuesto la obligación de llevar
estar satisfecho de haber encontrado mecenas adine- una placa de identificación. El emperador sabía que
rados en Gottfried van Swieten y su Covaliersgesells- la liberalidad y la tolerancia de un Estado se ponen
chaft, El emperador José abandonó la representación de manifiesto, esencialmente, en la conducta de su
antes de tiempo. El público, cansado de la guerra, se poder ejecutivo. En este punto la Viena ¡osefinista era
mostró muy frío y distante con él. Se desconoce la ejemplar. A su libertad interior correspondía la exte-
reacción de Mozart ante esta descortesía de su rior. La amenaza de Europa Central por los turcos
emperador. En cualquier caso, el respeto que se pertenecía al pasado. El gigante del Bosforo se
había profesado en otro tiempo a un monarca, que, había convertido en un hombre enfermo. Nunca más
al subir al trono, había renunciado a la herencia volvería a acampar un ejército otomano ante las
paterna de 22 millones de gulden en favor del Tesoro puertas de la capital ni devastaría sus suburbios. La
Público, se transformó, paradójicamente, en una frial- compaña turca de 1788 será ofensivo, no defensiva.
dad hostil. Se tratará de la conquista de Belgrado, no de la
defensa de Viena. El enemigo de ayer es ahora la
figura ridicula de hoy. En los escenarios de los teatros
de Europa el turco se convierte en blanco preferido
de las burlas occidentales. Se le presenta -como hace
Mozort en su Ropto en el serrallo- como un salvaje
refinado (¡europeizado, naturalmente!]. Lo musicolo-
sólo el tiempo marca a ios hombres. También lo gía supone en la actualidad que el sorprendente final
hacen sus estructuras mentales y afectivas, sus espe- de lo ópera, planteado de manera prudente, -por
ranzas y aspiraciones en la vida, el espacio en el decirlo asi, el cambio josefinísla: Bassa Selim perdo-
que se mueven: velocidad, movimiento, olores, clima na a Belmonle, el hijo oe su mortal enemigo- procede
y arquitectura (en alguna ocasión alguien ha califica- del propio Mozart, que queria colocar en la figura
do a ¡as fachadas y balaustradas del Barroco como del baja turco un símbolo musical destinado al empe-
música transformado en piedra y denominado a sus
ampulosas escalinatas triunfo de un ritmo petrificado.
¡Sería interesante seguir las huellas de esta dialéctica
radorjosé, el déspota ilustrado en el trono austríaco y ze? jS¡ no por la muerte de su marido, sí, al menos,
mandante de la opera. En defintiva, un bajá que, en por su presunta vida mísera! ¡Si ni siquiera se la vio
cualquier caso, se mostraba mucho más generoso en la catedral de San Esteban durante bs funerales!,
que sus colegas que se sentaban en los tronos de dicen sus detractores de forma velada. ¡Como si
Europa, incluido el emperador. Sea coma fuere, el fuera obligación de las viudas pasear su luto pública-
duetto de los borrachos entre Osmín y Pedrillo (Acto mente!
II, escena 8: Viva! Bacchusi Bacchus vivol]] ofrece
ocasión suficiente para burlarse de las costumbres Con independencia de lo anterior, Mozart amaba
extranjeras. En ¡ulio de 1782 Mozari estrenó la a Constanze sin duda alguna. Sus obras vienesas
ópera en lengua alemana, en el Burgthealer, produ- nacieron en compañía de Constanze y no o pesar de
ciendo una gran satisfacción a su nuevo público vie- ella. Aparte de esto, Constanze tenío bs suficientes
nes. Ello a pesar de tratarse de un público acostum- dotes musicales como para convencer o su marido
brado a los espectáculos poco refinados de los tea-
tros de barrio, verbenas y cacerías de animales. sobre El Arte de la Fuga (ver más arriba). Su matrimo-
nio con Constanze se apoyaba en una mutua atrac-
ción erótica.
¿Cuáles eran los objetivos de este emperador a
que tanto le interesaba la vida de sus subditos, hasta "Amadísima, bonisimo, queridísima", le escribe Mozart
el extremo de preocuparse incluso por su muerte? Un a su mujer -que se había quedado en Viena- desde Berlín
emperador que -al igual que Federico el Grande, su durante su penúltimo viaje de conciertos, "...el jueves me
compañero prusiano y apasionado músico de cáma- voy o Dresde, donde pernoctaré. £1 I de junio dormiré en
ra-, nombró a Da Ponte como su dramaturgo oficial, Praga y el 4 en coso de mi queridísima mujercita. Prepara
con todo esmero tu querido y hermoso nido, pues realmente
pora suceder o Pietro Melostasio, y a Mozart, en mi muchachito se lo merece; se ha portado bastante bien y
1787, como compositor de la corte para suceder a no hay nada que desee tanto como gozar de tu bellísimo
Christoph Willibald Gluck. Un emperador que esta- f . } Imagínate cómo el picaro, mientras te escribo esto, se
bleció las primeras cátedras austríacas paro la higie- sube a hurtadillas a la mesa ( .. Pero yo, sin perder tiempo,
ne y que, como Déspoto de la Razón, prohibió a sus le doy un fuerte papirotazo en a nariz (...) Ahora el bribón
subditos el tradicional reqique de campanas en las abrasa lodovía más y casi no se deja dominar..."
tempestades por considerarlo supersticioso.
Sin duda alguna, ambos se entendían mutuamen-
En el Museo histórico de Viena se conserva un te. Mozart sentía ardientemente la ausencia de Cons-
grabado en cobre que documenta bs acciones del tanze, tanto cuando él estaba de via¡e como cuando
emperador. En él figura escrito: "Depuración de bs ella permanecía en Badén para tomar las aguas,
abusos religiosos", "Abolición de la esclavitud", lugar en el que sometía su pierna ulcerada a un trata-
"Implantación de la tolerancia y de la libertad de miento de baños sulfurosos. El marido vivía angustia-
prensa". Todo esto no fue, por supuesto, en vísperas do, temiendo que "el hueso pudiera resultar afecta-
de la Revolución Francesa. Muchos de estos logros do". Los temores de Mozart no carecían de funda-
se frustraron con la muerte de José. En 1 794 una pre- mento. No debemos olvidar que la dolencia de
sunta conspiración jacobino en Viena acabó con la Conslanze era considerada en aauella época como
imposición de drásticas penas de cárcel y sentencias una enfermedad grave y de muy difícil curación. Ello
de muerte paro quienes habían tomado parte en ella. a pesar de la previsión médico-higiénico de la pobla-
A pesar de que las reformas del emperador no se ción, considerablemente mejorada en el reinado de
realizaron por completo, sin embargo hubo ¡deas José II, que, además fue completada mediante refor-
que, aunque nunca llegaron a materializarse, demos- mas esenciales en el campo de la asistencia social,
traron poseer independencia y energia suficientes de las cuales deben citarse, en primer lugar, las medi-
como para mantenerse vivas después de su muerte. das para la protección de los nijos ilegítimos contra
Entre ellas encontraron especial aprobación por parte la discriminación.
del pueblo la construcción del Allgemeines Kranken-
haus (Hospital público), la fundación del Josephinum,
institución aneja a la clínica destinada a la formación ¿Qué idea tenemos del aspecto urbano de la
de médicos militares, lo implantación de la vacuna- Viena josefinista? Lo que veía Mozart en sus paseos
ción antivariólica y de la enseñanza general obligato- por la ciudad, a pie (en compensación por el mucho
ria, b abolición de la tortura (lodavio bajo María tiempo que debía permanecer sentado por prescrip-
Teresa] y la apertura del Augarten y del Prater, efec- ción del Dr. Barísani| o a caballo, cuando iba de
tuada también en vida de la madre de José, como camino a dar clase de piano a sus alumnos, en la
zona pública de recreo. "Lugar de recreo destinado sala de conciertos en el iglesia, ante el emperador
a todos los hombres por su benefactor", rezaba la o, incluso, cuando comía albóndigas de hígado
inscripción que José había colocado sobre la puerta ¡¡manjar predilecto de Mozart!) en b posada Zum
de entrada del Augarten. A Mozart le gustaba mucho Weissen CWj?en, lugar en el que en una ocasión se
ir a pasear allí con frecuencia, solo o acompañado hospedó cuando era niño prodigio en compañía de
de Constanze y sus hijos. En alguna ocasión se ha su padre y su hermana. En este lugar se encuentra en
acusado o Conslanze de insensibilidad, hipocondrio la actualidad b Opera de cámara de Viena. La histo-
y comercialización de la memoria de su marida. ¡Un ria no sólo es artera, sino también sentimental. En e
mal bicho!, afirmarán de ella con especial agrado caso del edificio en el que murió Mozatt situado en
los admiradores postumos de Mozart, los cuales, a Rauhensteingasse, se presenta de modo prosaico.
como parle negativa de lo figura luminosa del Maes- Allí se encuentran hoy día bs grandes almacenes
tro, necesitaban el clisé de la esposa ¡ncomprensiva Sleffl.
y derrochadora, así como el de la viuda insensible y
capitalista. ¿Por qué no declarar culpable a Constan-
Sería un trabajo laborioso pretender dibujar el
aspecto urbano de la Viena de José II, aunque sólo

62
fuera de forma aproximada. La fotografía no existía encontraba. Asi, entre los numerosos trajes nacionales se
iodavía y las ilustraciones contemporáneas eran bas- veían también muchos caftanes judíos, a pesar de que el
tante imperfectos. El extenso pasaje que se cita más número de los |udios establecidos en Viena siempre había
abajo, extraído de la biografía sobre Mozart de Volk- sido reducido (a proxi moda mente 500]. Sin embargo, había
muchos que venían de fuera sólo para sus negocios. Real-
mar Braunbehrens, recientemente editada en Munich, mente, el caftán no era ya una prenda de vestir prescrita
puede resultar sólo uno primera impresión aproximada, para los judíos, sino una antiguo indumentario que la mayor
que -en otro lugar y en otro marco- podría completarse parte de los judíos vieneses había desterrado hace tiempo,
mediante una historiografía que tuviera la Viena diario las estrellas o los cintas amarillas que en otros tiempos de-
como objeto de su investigación o como centro de gra- bion llevar los ludios también hobian sido suprimidas, igual
vedad y no la Viena de las grandes figuras y los acon- que otro lipo de discriminaciones, por las leyes de toleran-
tecimientos de la época. Se insiste una vez más en que cia. La supresión de la censura tenia, igualmente, su reper-
por Viena debe entenderse aqui esencialmente, e cusión manifiesto en cada esquina. Paro los sucesos y pro-
blemas de actualidad, imaginarios o reales, pequeños folle-
recinto urbano dentro de las murallas, es decir, el pri- tos, hojas volantes, panfletos, revistas y libelos, recién sali-
mer distrito ocrual, rodeado por la Ringstrasse (véase el dos de la imprenta, que ya entonces reflejaba al actual sen-
plano de la ciudad). Aquí se desarrolló la vida de la lido del humor vienes. Asi y todo, el tono sincero natural,
Viena ¡osefinísta. Es un espacio abarcable con la vista. imperante en Viena, se revelaba en este punto con absoluta
Quien lo haya recorrido a pie en alguna ocasión com- libertad. Incluso lo reforma josefinisto de la Justicia lenía sus
prenderá por qué entre las casi 35Ó cartas conserva- repercusiones también en el aspecto urbano En efecto, se
das de Mozart no se encuentra ninguna (para disgusto habió creado una Justicia moderna, obligatoria incluso para
de biógrafos y musicólogos) dirigido, por ejemplo, a los nobles, aunque casi siempre tenía más fuerza la intimi-
Sallen", Da Ponte, Schikaneder a Gottfried van Swieten. dación que la sanción penal. Así, en Hohen Markt se po-
dían ver delincuentes puestos en la picota con un letrero en
¿Para qué iba Mozarr a utilizar el correo paro sus ami- el que se especificaba su delito. Realmente drástica era la
gos y colegas vieneses? Al fin y al cabo se veían dia- condena consistente en dar la vuelta por la calle con la
riamente en la calle, en el café, en el teatro o en la cabeza rapada, siempre encadenado a varios. Semejantes
sala de conciertos. Mozarl necesitaba la proximidad castigos, que se hacían electivos públicamente, podían
de los seres humanos para trabajar. Era un hombre alcanzar incluso a los nobles, dándose el caso de que con-
sociable que temía a la soledad más que o la muerte. des, igual que prostitutas, fueran expuestos al sarcasmo de
Braunbehrens escribe lo siguiente: la multitud con lo escoba en la mano. Difícilmente habría
podido el emperador demostrar con mayor fuerza la supre-
sión de los privilegios nobiliarios.
Se vivía amontonado. En cada edificio vivían, por térmi-
no medio, cosí cincuenta personas A ello hay que añodir
las calles estrechas, por las que circulaban más de 4 0 0 0 Lorenzo Do Ponte judío procedente del ghetto d e
carruajes y coches de todo tipo. Para los peatones debia Venecio, debió quedar fascinado. En sus Memoiren
ser bastante peligroso caminar entre los coches de caballos recuerda su primer encuentro con José II con las
que ibón y venían, y, con mucho frecuencia, ocurrían acci- siguientes palabras:
dentes. Por lo demás, en los lugares más amplios y en el
Graben se amontonaba un gran número de pequeños pues-
'o y cáselas en los que se vendía limonado, helados, hor- A pesar de que todos me hobian dicho quejóse ero el
chata de almendra y dulces. Había, incluso, muchas barra- principe más humano y afable del mundo, no pude evitar
cas de lealro. En medio de todo aquel gentío debia resultar presentarme ante él con un devoto estremecimiento y algo
chocante para cualquier extranjero, en especial, la vesti- de timidez. Sin embargo, su rostro sonriente, su voz agrado-
menta multicolor de los diversos trajes regionales, proceden- ble y, sobre todo, la enorme sencillez de sus modales y de
tes, sobre todo, de las naciones del sudeste europeo y de su vestimenta -en definitiva todo aquello que yo nunca
Turquía los verdaderos vieneses iban siempre vestidos a la hobía imaginado en un soberano-, no sólo me infundió
última moda, dirigida más bien por Inglaterra que por el ánimo, sino que apenas me dejó tiempo para considerar
gusto de París. En la planta baja de la mayoría de los edifi- anle quién me encontraba. . Como persona deseosa de
cios hobío tiendas, cofés, talleres de artesanos, o se encon- saber aue era, me formuló muchas preguntas... Respondí a
traban allí las puertas de entrado a los numerosos establos. todas de forma breve, mostrándose él satisfecho Por último,
Sin embargo, el paso libre no siempre estaba asegurado, me preguntó cuántos libretos hobia escrito, a lo cuol yo
pues en los esquinas se sentaban con frecuencia vendedo- declaré con toda franqueza: ninguno. Majestad'. 'Tanto
ras que ofrecían toda clase de bógatelas. Junto a la entra- mejor -replicó sonriente-, así tendremos una musa virgen'.
das se partían las enormes contidades de leña que cada
vivienda necesitaba como combustible Son difíciles de ima-
ginar los olores de esta ciudad, los ruidos de lo vida calle- ¡Una decisión de consecuencias insospechadas!
jera, el traqueteo de las ruedas de los carruajes sobre el Desembocó en el trio de óperas italianas Mozart-Da
empedrado, el ruido monótono de los cascos de los caba- Ponte, le nozze di Fiqoto, II dissoluto punilo ossio
llos. Todos estos fenómenos constituían y a para los contem- n*
Don f*
Giovonni • Ji'iI
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poráneos un desagradable problema De esta manera, las óperas") y Co$¡ hn tulle.
viviendas situadas en la planta segundo eran siempre las El día 3 de febrero de 1785 debia estrenarse,
más coros, porque, por un lado, uno se seniia relativamente
libre del ruido y del mal olor de lo ciudad, y, por otro, no traducido al alemán, en el Theater an der Wíen de
tenía que subir tres o cuatro pisos cargado con las cosos de Emanuel Schikaneder (más tarde coautor de la (lauto
importancia vital, incluyendo la leña. A veces, ante los mágica y su primer Papageno) le mariage de fígaro
grandes palacios nobiliarios loda la calle se encontraba deBeaumarcnais. El emperador prohibió lo represen-
recubierta con paja, con el fin de que se amortiguara un tación (no el libro, que pudo ser publicado y vendi-
poco el ruido cíe los carruajes por si acaso alguien estaba do) mediante una nota a propósito dirigida a su
enfermo, las calles, que se regaban dos veces ol día para ministro de policio. A diferencia de su hermana
quitarles el polvo, estoban señalizadas y el alumbrado se Moría Antonieta, carente de instinto político, que en
•pagaba o las dos de la madrugada. A ningún extranjero
se le podían escapar los rasgos especifica mente josefinistos abril de 1 784, ¡unto con su real esposo Luis, presen-
que conferian a la ciudad una fisonomía peculiar. La activi- ció en la Comedie Francoise el estreno parisino del
dad reformista del emperador marcó incluso el aspecto discutido opuscule comiqve, José quiso evitar un
urbano, de modo que nadie pudiera olvidar dónde se escándalo innecesario ante sus propios ojos, mostrán-
dose en este punto más déspota que ilustrado. El

63
El emperador José II.

64
motivo evidente se encuentra en un pasaje del texto señor director de orquesta Mozort tocó un concierto en el
suprimido por Da Ponte en su adaptación operística. pianoforte Todo el mundo admiró su orte, tanto en la com-
En el acto V, escena tercera, Fígaro formula su oposi- posición como en la ejecución. Madame tange completó la
ción contra el medie va I-feudal &s primae noctis (ates- sesión con diversas arias.
tiguado sólo de forma a¡slada|, derecho, en suma,
ae Almaviva sobre Susonno (no debemos olvidar que El concierto en el salón de fiestas de Jahn fue la
cuando los protagonistas del pasado esplendor de la última aparición en público de Mo2arl como virtuoso
ópera y del teatro abrazaban fogosamente o toba- del piano. En aquello ocasión interpretó su Concierto
ban besos no hacían otra cosa que ejercer violencia pata piano KV 595, terminado recién temen te y últi-
sobre las damas de su corazón]: mo también de los que escribió. La cantante fue Aloy
sia Lange, nacida Weber, hermana de Constanze y
No, señor conde, usted no lo poseerá. ¿Cree usted que primera Dono Anna en el estreno vienes del Don Gio-
por ser un gran señor es iambién un gran espíritu? ¿Tan vanni. Mozart, que había conocido a Aloysio en
arrogante le hacen la nobleza, la riqueza, el rango y la 1777 -a la sazón de 17 años- en Mannheim, donde
dignidad? Pues, ¿qué ha hecho usted pora merecer lodo trabajaba como cantante en la corte del elector pala-
esto? Únicamente se ha tomado la molestia de venir al tino, se enamoró de ella sin ser correspondido. Des-
mundo. Por lo demás, usted es un hombre totalmente vulgar. pués de su matrimonio con Constonze -amor desen-
Mientras que yo, en lo más oscuro de la masa, luve que gañado no tiene por qué significar odio- se desarrolló
emplear más celo e inteligencia para salir adelante, simple-
mente para poder existir, de lo que todo la aristocracia entre Mozarl y Aloysia una amistad y fecunda rela-
españolo empleó en cien años. Y usted quieie conmigo ción artística, duraderas hasta la muerte. Joseph
Lange, marido de Aloysia actor en el Burglheater y
primer Hamlet vienes, es el autor del famoso óleo ina-
¡Un mensaje evidente! Mozart, que debido a la cabado Mozarl al piano.
prohibición de José reparó en el Fígaro de Beoumar-
chais, se sentirá identificado con él. El trato indigno De los compañeros de Mozart, también músicos,
que hobia recibido del arjobispo Colloredo durante que se encontraban entre el "auditorio integrado, en
sus "años de goleras" salzburgueses, asi como e su mayor parte, por entendidos", figuraba, por ejem-
puntapié que le propinó el conde Arco, permanecían plo, Antonio Salíeri, quien nunca podría haber llego-
imborrables en su memoria. En una carta a su padre do o imaginar que algún día se le acusaría de la
describe un banquete al que asistió el 17 de marzo muerte por envenenamiento de Mozart, a quien, por
de 1781 -un día después de su llegada a Viena- en el contrario, apreciaba en su ¡usto mérito. No obstan-
a común residencia vienesa (Deutschordenshausl de te, es algo que en la actualidad ya no se puede averi-
Colloredo y de "un servidor": guar. De las amigos es probable que estuviera presen-
te María Wilhelmme von Thun. La condesa bohemia
Al mediodía nos sentamos en la mesa. En ella comen raras veces pasaba por alto un concierto de Mozart.
los dos ayudas de cámara del cuerpo y del alma, el señor Ya desde los primero días de su estancia en
interventor, el señor Zetti, el pastelero, dos cocineros, Cec- Viena, Mozart había sido un huésped frecuente y
carelli, Brunetti y un servidor Los dos ayudas de cámara se
sientan a la cabecera de la mesa. Yo, por lo menos, tenqo bien visto, en el palacio vienes del conde Thun, Aquí
el honor de estar sentado delante de los cocineros. En fin, se encontró de nuevo con Franz Antón Mesmer, médi-
pienso que estoy en Solzburgo. En la mesa se gastan bro- co y físico llegado a Viena en 1759 desde Constan-
mas necias y groseras, aunque a mi no me hacen ninguno za y en cuya casa del suburbio vienes tuvo lugar, en
gracia. Yo no oigo nada, pero cuondo debo necesariamen- 1768, el estreno del Singspíel Bastien and Bostienne
te hablar lo hago siempre con la máxima seriedad, y, tan de Mozart, que en aquel momento contaba doce
pronto como he terminado de comer, me marcho. años de edad. Thun, miembro de una logia naturalis-
ta vienesa con la que también Mozarl mantuvo estre-
Mozart, para quien durante loda su vida contó chas relaciones, fue un buen amigo de Mesmer, doc-
más la aristocracia del corazón que la del nacimien- torado en medicina bajo Gerhora van Swieten, médi-
to, habla aquí no como músico, sino como hombre co de cámara de María Teresa y padre de Gottíried,
herido (la ironía de su forma de expresarse permite protector de Mazart (véase más arriba]. Mesmer afir-
ocultarlo sólo a duros penas] o como citoyen, perma- maba la existencia de un fluido vivificador para el
neciendo así dentro del patbos revolucionario de organismo, relacionado con el éter que impregno el
Fígaro. universo. Las enfermedades son otribuibles a los desa-
justes de esle fluido y podrían ser curadas mediante
En el otoño de 1785 obtuvo Da Ponte el permiso magnetopatia valiéndose de líneas magnéticas. Es
del emperador para llevar a cabo la adaptación ope- imposible comprobar si Mozart fue partidario de
rística del Fígaro, que Mozart le había propuesto. estas teorías. De todos modos, en Cosi Ion tutíe
Con ello da comienzo una de las colaboraciones más (1790] se encuentran ciertas reminiscencias del mes-
Fructíferas, conocida en la Historia de la Opera, entre merismo: Despino, disfrazoda de médico, toca ligera-
un autor dramático y un compositor, comparable sólo, mente con la piedra mesmérica la cabeza y el cuer-
quizás, a la que tuvo cien años más tarde -también en po de Ferrando y Guglielmo, aparentemente muertos,
viena- entre Richard Strauss y Hugo von Hofmannsthal. y los resucito (Acto I, escena 16]. Burla escénica o
no, el caso es que Franz Antón Mesmer es considero-
do hoy como uno de los padres de la psiquiatría y su
magnetismo como precursor de la terapia hipnótica
L/el Wiener Zeilung de 12 de marzo de 1791:
El alma del palacio Thun, frecuentado también
El señor Bahr, músico de cámara de Su Majestad Impe- con regularidad (algunas fuentes indican, incluso, que
rial rusa oFreciá el 4 de marzo, en el salón de la casa del
señor john, un gran concierto, logrando el aplauso general todas Tas semanasfpor el emperador José hasta su
por su virtuosismo extraordinario con el clarinete onle el muerte, ocurrida el 20 de febrero de 1790, era la
auditorio integrado, en su moyor parte, por entendidos. El propia condesa. Como antigua alumno de piano de

65
Joseph Hoydn, entendía bastante de música para ser dor medio francés. El Sueño de Europa, la sociedad
una inlerlocutora competente de Mozarl. Además de cortesana del siglo XVIII se aproximó más a él que la
haber puesto su bello pianoforte Stein a disposición político-económica de nuestro época. Mozarl na
de Mozort para la competición que éste mantuvo con sobrevivió a su emperador ni siquiera en dos años,
-o mejor, conira- Muzío Clemenii el 24 de diciembre tiempo suficiente, sin embargo, para utilizar en La
de 1/81 en el palacio imperial, ante el emperador, flauta mágica el vuelo de ensayo de Jean-Pierre Blan-
se ocupó también de realizar los trámites necesarios chard y su via|e en globo sobre Viena el ó de ¡ulío
para el estreno de la primera ópera vienesa de de 1791 (Acto II, escena 18: aparición de los tres
Mozart: £1 rapto en el serrallo IBurqtheater, el 16 de muchachos en un globo cubierto de rosas). José -el
julio de 1782). hijo del duque de Lorena y emperador del Sacro
En agosto de 1781 Mozart escribe a su padre, que Imperio romano-germánico, nacido en Nancy- segu-
se encontraba en Saizburgo, en los siguientes términos: ramente se habría mostrado muy complacido con
este invento aéreo.
Ayer comí en casa de la condeso Thun y mañana volve-
ré a comer con ello. Ha escuchado lo último que he com-
puesto. Al final, me d i p que se atrevía a garantizarme que
lo que he escrito hasta lo lecha gustará con absoluta segun-
dad. No obstante, en este punto no me fio de las alaban- "L muerte es vienesa", afirman sarcásticomente los
vieneses, regocijándose con cualquier entierro lujoso
zas ni de los críticas de ninguna persona antes de que
hayan visto y oido la obra en su con|jnto, sino que obedez- que llega a sus cementerios. El entierro del emperador
co, más bien, a mis propios sentimientos. Sin embargo, de les habría gustado con absoluta seguridad. El día 20
todo esto puede usted deducir qué satisfecha debe estar de febrero de 1790, dos días después del miércoles
para decir algo asi de ceniza, murió José II. Este modesto monarca quiso
ser enlerradon sin pompa ni fanfarrias, en un sencillo
Contemporáneos ilustres frecuentaban el palacio ataúd de modera. Sin embargo, los muertos no se
Thun. Casi todos ellos figuraban entre los conocidos pertenecen a sí mismos, sino a los supervivientes. El
o, incluso, los amigos íntimos de Mozart Junto al ya ceremonial de los Habsburgo fue mós fuerte que la
mencionado Dr. Mesmer se encontraban, entre otros, reformo ¡osefinista. El emperador fue colocado en su
Ignoz Edler von Born, científico y Fundador de la suntuoso ataúd Ten uniforme de gran gala") y expues-
ogia ZUÍ wabren Eintracht (Born es considerado to durante tres días en la capilla del palacio. El Burgt-
como modelo de Sarastro en La flauta mágica; en su heater, donde precisamente había lenído lugar e
honor compuso Mozart, en 1785, la cantota Die estreno de Cos't fon tulle de Mozart, permaneció
Mauíerfreude KV 471}; el conde Lchnowsky, último cerrado. La Corte guardó luto y Ludwig van Beefhoven
mecenas de Ludwig van Beelhoven; el barón Otto compuso una Contato adecuada a taP efecto. Los pen-
von Gemmingen, embajador de Badén en lo corte samientos de Mozart giran en torno a la próxima
de Viena y director de una revista sobre ciencia y coronación -en el otoño, en Frankfurf- de Leopoldo,
orle; y, finalmente Georg Forster, hombre cosmopolita sucesor de José: ie roí est morí, vive le Roi\ No tendrá
y naturalista, nacido en Danzig y muerto en París. A suerte con su nuevo patrón y ocaborá por contentarse
los 1 8 años tomó parte en Ta segunda vuelta a con haber conservado, por lo menos, el puesto de
mundo de James Cook, escribiendo una crónica compositor de cámara. Aunque Mozart, al final, se
sobre ello, que fue el inicio de una nueva formo litera- mostrará escéplico frente a su mezquino emperador,
ria, la descripción de un viaje cienlíf¡comente funda- mientras José esloba agonizondo escribió danzas
mentada. La estancia de Forster en Viena duró sólo para los bailes de carnaval de Viena: su Viena era la
siete semanas. La hospitalidad que le ofreció la con- viena dejóse, la Viena ¡osefinista. Ridiculizado y cari-
desa Thun y que Forster aceptó de buen grado, caturizado por sus subditos, el emperador muere
haciendo uso de ella casi diariamente, es una prue- amargado. Al final le ocurrió como al aprendiz de
ba magnífico tanto de la fascinación de su personali- bru¡o de Goethe. Había despertado a los fantasmas
dad como de la popularidad de sus salones Al igual de la libertad y ahora ya no podio librarse de ellos.
que Mozart, Forster también consideraba a Viena Habia predicado la reforma y, de improviso, se que-
como el "mejor lugar del mundo". Este protestante del ría la revolución. Los periódicos divulgaban las consig-
norte saboreó la atmósfera sensual de la metrópoli nas de lo Revolución Francesa y de la Asamblea
¡osefinista, que, pese a la prohibición de las proce- Nocional: los campesinos, liberados recientemente de
siones y a la supresión de numerosos dias festivos de la servidumbre, exigían radicales programas de
la Iglesia, no cometió el error de Lulero o de sus epí- ayuda económica (que en los oídos de la nobleza
gonos iconoclastas de identificar Reforma con asceiis- terrateniente debían sonar, como es lógica, a confis-
mo o dogmatismo. ¿Cómo habría reaccionado el cación); por doquier se divulgaba el clamor por una
profesor de exégesis bíblica de Wiltenberg si alguien Constitución general. José se tapó los oídos. ¡En ver-
le hubiera dicho que precisamente en Vieno, cenlro dad era ¡lustrado, pero, al mismo tiempo, era también
de la Contrarreforma y de la Guerra de los Treinta un déspota! Para conjurar a los fantasmas, y en contra
Años (1618-48), habría una vez un emperador ba¡o de su propia obro, acabó por reforzar el aparato poli-
cuyo reinado sería derribado un monasterio católico cial y restablecer el espiona|e. Esto no podía resultar
en la vienesa Dorotheergasse, pora erigir, en su del agrado de Mozart. "Si quiere bailar, señor conde-
lugar, una iglesia evongelica-reformada? Era una sito, el guítarrico le tocaré", canta Fígaro |Acto I, esce-
sociedad tolerante que se daba cita en los salones, na 2). ¡Esto es una amenaza! El 14 de julio de 1789
teatros y salas de concierto de lo Viena ¡osefínisla, la Bastilla parisina había sido asaltada por una furiosa
quizás por última vez antes de que el Continente se multitud. El baile comienza...
desmembrara en nacionalidades decididos a aniqui-
larse mutuamente. Da Ponte era italiano, van Swieten
holandés, la condesa Wilhelmine checa y el empero-
RolfRetéerg
Traducción: Florentino Grada Utritlas

66
SER;

CHS7Í16B8 I (8CD) CHS7 63T1S1 (2CD) CHS7 6368S 1 (2CD)

GRANDES GRABACIONES
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HISTÓRICAS DE MDZART
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EMI Odeon 5A, Torrelaguna 64, 28043 Madrid


68
I .CATEDRAL DE SAN ESTEBAN
APÉNDICE I Mozart y Constanze Weber se casaron aquí el
c
i—- / - > i i | / ~ I / ^ | / N '' a ^ c ' e a 9 o s t o de ' 7 8 2 . El 7 de diciembre de
IU L I U U U U 1791 se ceíebroron en este mismo lugar los funerales
por el compositor fallecido.

2.CASA DE LA ORDEN DE LOS CABALLEROS TEU-


TÓNICOS

Residencia de Mozart y del arzobispo Colloredo.


Cuando Mozort, el 10 de mayo de 1781, présenla
su dimisión ol conde Arco, jefe de cocina del arzo-
bispo, es despachado (según el reloto del propio
Mozarl) con un puntapié.

3.CASA DEL PROVEEDOR DE PALACIO IGNAZ


JAHN
(actualmente Himmelpfortgasse ó|

Entre 1788-90 Mozart dirige aquí, por encargo


de la Gesellschafr dei associierten Cavaiiets de Gott-
fried van Swielen, varios Oratorios de Haendel.
Lugar de la última actuación de Mozart el 4 de
marzo de 1791.

4.CAFE ZUM BLUMENSTÓCKL


(actualmente Ballgasse ó)

Punto de reunión de la Vieno ¡osefínisto y lugar


habitualmenle frecuentado por Beethoven. Aunque
Mozarl no menciona el nombre del café en ningún
lugar, es de suponer que frecuentase en más de una
ocasión este local subversivo, que se encontraba sólo
a pocos posos de su viviendo en la Rauhensleingas-
se.

5.KLEINES KAISERHAUS
(actualmente Rauhensteingasse 8]

Vivienda y lugar en el que murió Mozart. Casa


natal de su hijo Franz Xaver Wolfgang (1791-1844).

Ó.KAERNTNERTORTHEATER
(actualmente Café Mozori)

El día 3 de abril de 1781 se interpreta oquí la


Sinfonía París KV 297 de Mozarl, bajo lo dirección
de Giuseppe Bonno. A continuación Mozart toca un
concierto en el pianoforte. Es su primera actuación
público en Víena después de su establecimiento en
esta ciudad.

7. PALACIO PALFFY
(actualmenteOeslerreichhaus]
Lugar de e|ecución de varios concierios de la
GeseTíschab der associirten Covoliers.

8.IGLESIA EVANGELICA-iíEFORMADA
En otros liempos Convento de la Reina. José II per-
mitió la construcción de la iglesia en el solar y, como

69
emperador racional y práctico que era, una institu- también con los libros. Es lo que en la actualidad
ción de préstamo y empeño, el llamado Dorotbeum. denominaríamos edición pirata. El impresor clandesti-
no más famoso de Viena fuejohann momas von Tratt-
ner. Se enriqueció tanto con este negocio que consi-
9.BIBLIOTECA DEL PALACIO IMPERIAL guió hacerse construir la casa más lu|osa de Viena,
admirada en aquellos momentos como monumento
En el salón de gala de lo biblioteca nacional aus- de primer orden
tríaca tuvieron lugar muchos conciertos de la Kova-
liers-Geselhckah de Swielen. En él Mozart actuó con
Frecuencia como pianista y cantante. 18.HOHERMARK1"

Picota.
10.PALACIO IMPERIAL

Aquí tuvo lugar el 24 de diciembre de 1781, en 19. GRABEN


presencia del emperador José II, lo competición entre
Mozart y Clementi. En época de Mozart se celebraba allí un merca-
da semanal de golosinas.
1 1 .PALACIO DE SCHOENBRUNN
20.TOLERANZHAUS
1 2 IGLESIA DE LOS ESCOCESES
Fleischmarkt 18. La casa recibe esta denomina-
El dia 2 0 de agosto de 1 7 8 5 Franz Antón ción por un poema (bastante molo) que se encuentra
Weber, tio de Consianze, contrajo matrimonio aquí escrito en una placa sobre las ventanas del tercer
con Genoveva Brenner. joseph Lange, marido de piso. Dice lo siguiente, en honor a José II: "Esta caso
Aloysia Weber, fue el padrino. Hijo de esle matrimo- pasará, pero no la gloria de José. El nos dio toleran-
nio será Corl-Maria von Weber (1786-1826). El cia y ésta le dio inmortalidad".
compositor del Freischülz es, por lanto, primo de
Mozart en segundo grado.
21 .POSADA ZUM WEISSEN OCHSEN

13.EDIFICIO ZUM ROTEN SABEL Antiguo alojamiento de Mozart con su padre y su


(actualmente Wipplingerstrasse 25) hermana Actualmente sede de lo ópera de cámara
Viviendo de Mozart recién casodo.
22.MINISTERIO DE CENSURA
14.VIVIENDA DE GOTTFRIED VAN SWIETEN Fleischmarkt 19. En su tiempo despacho de Gott-
(octualmente Renngasse 3] fried van Swieten.

1 ¿.VIVIENDA DE MOZART 23.CAMESINA-HAUS


¡actualmente judenplatz 3]
Aquí vivió Mozart entre septiembre de 1784 y
Cosa natal de su primer hijo Raimund Leopold en abril de 1787. En este lugar escribió íe nozze ai
junio de 1783. En agosto del mismo año, mientras Figa¡o. La casa está transformada hoy en día en
sus padres estaban en Salzburgo, murió el niño en la lugar conmemorativo. Su nombre se debe al primer
casa de un ama de cría donde se encontraba para propietario, perteneciente a la famoso familia de estu-
su cuidado. quistas Camesino.

ló.EDIFICIO ZUM AUGE GOTTES 24.CEMENTERIO DE S I MARX


(actualmente Petersplatz 6)

Después de su partida de la Caso de la Orden 25 IGLESIA DEL ORFANATO.


de los Caballeros Teutónicos, ordenada por el arzo-
bispo Colloredo, Mozart se alojo, a principios de Rennweg 9 1 . A los 12 años Mozart compuso una
mayo de 1781, en casa de la señora Maria Caeo- misa solemne para la consagración de la iglesia.
lia Weber, enamorándose allí de su hija Constonze.

26.BURGTHEATER
17.TRATTNERHOF
(actualmente Graben 29-29 A) El teatro fue fundado en 1741. José II lo declaró
Teatro Nocional en 1776. Hasta 1888 se encontra-
Vivienda de Mozart. Lugar de nacimiento de su ba en la plaza de San Miguel. Desde entonces en el
hijo Karl (1784-18581. Al haberse suprimido la cen- edificio concebido por G. Semper y K. Hasenauer en
sura, se tradujeron y reimprimieron en Viena los perió- el Ring (destruido por las llamas en 1944 y levantado
dicos más prestigiosos de Europa, lo mismo ocurrió de nuevo en 1955).

70
APÉNDICE II
Sinopsis (1781-1791)
Mozarf/Historia de la música Historia contemporánea

1781

29 de enero: estreno de Idomeneo en Munich. Reformas de José II; abolición de la esclavitud, liber-
tad religioso (Edicto de tolerancia!.
16 de marzo: Llegado de Mozart a Viena.
8 de ¡unió: Mozari es despedido del servi- George Washington vence o los ingleses en York-
cio del arzobispo Colloredo con lowníUSA].
un puntapié del conde Arco.
Joseph Haydn compone los llamados Cuartetos El organista Friedrich Herrschel, que mediante sus tra-
Rusos. bajos teó rico-mus i cal es desembocó en las matemáti-
cas y en la óptica, descubre el planeta Urono.

Immanuel Kant publica La critica de la razón pura.

1782
Se estreno en Mannheim ios bandidos de Schiller.
16 de julio: Se estrena El rapto en el serrallo
en el Burgtheater de Viena. Aparición postuma de ¿os Confesiones de Jean-jac-
4 de agosto: Boda con Cosntanze Weber en ques Rousseau.
San Estaban.
Muere Johonn Chrislian Boch en Londres.
Primer contacto con Lorenzo Da Ponte en Viena.
Nace Niccoló Paganini en Genova.

1783

19 de agosto: Muerte de Raimund Leopold, pri- Tiene lugar en París el primer vuelo libre, efectuado
mer hijo de Mozort y Constan- por el ser humano, de una aeronave al mando de
ze. Pilótre de Rozier.
Octubre: Ejecución de la Aliso en do
menor en la iglesia de Son En la Paz de Versalles Inglaterra reconoce la inde-
Pedro. pendencia americana.
Ludwig van Beethoven compone tres sonatas para Muerte de Voltaire.
piano.

1784

9 de febrero: Mozart comienza el catálogo Muere en París Denís Diderot, director de la Encyclo-
de su obra. pedie Francaise.

Agosto/septiembre: Mozari enferma; probablemente


cólicos renales.

21 de septiembre: Nacimiento de Cari Tfiomas,


segundo hijo de Mozart y Cons-
ta nze.

14 de diciembre: Ingreso en la logia masónica


Zur Wohlthatigkeit.

Composición de los denominados Cuartetos Haydn,

71
1785

Visito de su podre leopold a Viena. Noce en Milán el escritor romántico Alessandro Man-
zoni ( 1 8 2 4 / 2 5 / promessi sposíj; Giuseppe Verdi
Comienzo a trabajar en íe nozze di Fígaro. compondrá el Réquiem con motivo de su muerte en
1873.
Thomas Altwood, más tarde Fundador y primer presi-
dente de la Phitharmonic Society de Londres, es admi- Invención del telar mecánico.
tido como alumno de piano de Mozart
jean-Pierre Blanchard y J. Jeffries sobrevuelan en
Mozart compone Mouensche Trauer musik y Das Veil- globo, por primera vez, el Canal de la Mancha.
chen (según un texto d e j . W. Goethe).
En el estreno de íe Mariage de Fígaro de Beaumar-
chais, en la Comédie-Francaise de París, se utilizan,
por primera vez, las lámparas de aceite como fuente
de luz. Un inconveniente era la frecuente ruptura del
tubo de cristal, debido al exceso de calor, sobre las
cabezas de los espectadores (en el año 1822 la
Opera de París utilizará el alumbrado de gas, estre-
nándolo ante el asombrado público en la representa-
ción de la ópera de Isonard la lámpara maravilloso
de Alodino {'.}.

1786

1 de mayo: Estreno de íe Noz2e di Fígaro Muere Federico el Grande en Berlín (Postdam).


en el Burgtheater.
18 de octubre: Nacimiento del tercer hijo, Balmat y Paccard escalan por primera vez el Mont-
Johann Thomas Leopold (el niño Blanc.
murió en noviembre del mismo
año]. Ayudo social para los músicos: fundación en Viena y
en Leipzig de cajas de jubilaciones, de viudas y de
17 de noviembre: Se estrena en el Burgtheater la huérfanos.
ópera Una cosa raro, escrita
por Vicente Martín y Soler con Goelhe comienza sus viajes italianos (hasta 1788).
libreto de Da Ponte (la ópera
constituye el mayor éxito de la
época y conquisto rápidamente
los escenarios europeos; Mozart
demuestro su aprecio por Soler
al incluir en Don Ciovanni, en
1787, ó ó composes de Uno
cosa raro: acto II, escena 1 3,
música del banquete)

Nace en Eutin el compositor Cari Mario von Weber.

1787

17 de enero: El Fígaro se representa en Praga Segunda guerra ruso-turca (hasta 1792): se ratifica la
con la asistencia personal de posesión de Crimea, conquistada para Rusia por
Moza 11 Potemkin en 1783.

22 de enero: Mozart dirige el Fígaro en Introducción de la máquina de vapor en la industria


Praga. textil.

4 de abril: Ultima carta conservada de Se redacta la Constitución americano.


Mozort a su padre.
28 de mayo: Muerte de Leopold Mozorl a los Goethe: Ifigenia en Jauride.

72
68 años en Salzburgo. Schiller: Don Carlos.

29 de octubre: Estreno de Don Giovanni en


Praga (Do Ponte, que habia via-
jado a Praqa para los ensayos
en compañía de Mozart, recibe
la orden de regresar a Viena
antes del estreno, para ocupar-
se del ensayo de la ópera Áxur,
Re d'Ormus de Antonio Salierí,
escrita con libreto de Do Ponte;
es posible que Da Ponte pidiera
a su amigo Giacomo Casa no-
vo, que se encontraba entonces
en Praga, que efectuara, en su
lugar, algunas modificaciones
en el libreto de Don Giovanni;
en los obras postumas de Casa-
nova se han encontrado varian-
tes textuales del sexteto de Don
Giovanni Solo, sota ín bulo
loco (acto II, escena 7)
Para suceder a Christoph Willi-
7 de diciembre: bald Gluck, muerto en noviem-
bre, Mozart es nombrado por
José II como músico de cámara
de la corte (Karmermusicus).
Nacimiento de Theresia, cuorto
27 de diciembre: de los hijos de Mozart y Cons-
tanze |murió en ¡unío del año
siguiente).

1788

7 de mayo: Estreno de Don Giovanni en el La segunda guerra contra los turcos (llamada peque-
Burgtheater (versión de Viena). ña) obliga a lomar medidas económicas restrictivos
en la vida cultural. El Karnlnerlor-Theater permanece
En diciembre Catalina II de Rusia ordeno a Martín y cerrado casi todo el oño.
Soler que acuda a San Petersburga paro componer
óperas rusas (!|. Nacimiento de Schopenhouer.

Joseph Haydn compone la Sinfonía Oxford. Muere en Londres el pintor inglés Thomas Goinsbo-
lough.
Luigj Boccherini es nombrado compositor de la corte
enBerlin. Aparece La crítica de la razón práctica de Kant.

1789

Vio|e a Dresde, Leipzig, Postdam y Berlín Primera El 14 de ¡ulio de 1789 una multitud enfurecida tomo
temporada de baños de Constanze. Preocupaciones por asalto lo Bastilla de París (comienzo de la Revolu-
pecuniarias en el verano. Durante el otoño y el invier- ción Francesa).
no Mozart trabo|O en Cosi fon tutfe. En noviembre
nacimiento y muerte inmediata del quinto de los hijos, George Washington es nombrado primer presidente
Anna Moria. de los Estados Unidos. Proclamación de los Derechos
Humanos.

Goyo es nombrado pintor de lo corte en Madrid.

1790

26 de enero: Estreno de Cosi fan (u/fe en el El 20 de febrero muere el emperador José I


Burgthealer.

73
Mayo, junio: Constanze en Badén. Mozart 9 de octubre: Coronación de Leopoldo II como
permanece algunas semanas emperador del Sacro Imperio en Frankfurt.
con Constanze, viojando en el
ínterin, probablemeníe algunos
días en Viena

23 de septiembre: Ultimo gran via|e de Mozart a


Frankfurl, acompañado por su
cuñado, Franz Hofer, y un cria-
do. Goethe: Fausto (un fragmento).

30 de septiembre: Cambio de domicilio de la fami-


lia de Mozart en ausencia de
Wolfgang. Nuevo y último alo-
jamiento: Rauhensleingasse
970, primer piso.

1 0 de noviembre: Regreso a Víena,

14 de diciembre: Comida de despedida ojoseph


Haydn antes de su partida para
Londres,

1791

4 de marzo: Ultima aparición en concierto de Francia se transforma en monarquía constitucional.


Mozart en el salón de fiestas de
Jahn
26 de ¡ulio; Nacimiento del sexto hijo, Franz Fundación de Washington, capital de los Estados
Xaver Wolfgang. Unidos.

Final de agosto: Mozart, en compañía de


tanze y de su discipulo Süssma-
yer, viaja a Praga para el ensa-
yo de Fito.
2 de septiembre: Mozart dirige en Praga la fun- El investigador científico Luigi Galvani descubre la
ción de gala de Don Giovanni. corriente galvánica.
ó de septiembre: Estreno de la ópera seria lo de-
menza di Tito como ópera de la
coronación en el Teatro Nacio-
nal de Praga, con la asistencia
personal del emperador Leopol-
do II y de su esposo. Mozart
dirige en persona.

30 de septiembre: Eslreno de Lo flauta mágica en


el Freihaus-Theater auf aer Wíe-
den de Víena, d i r i g i e n d o
Mozart.

Octubre: Nueva estancia de Constanze


en Badén para tomar las aguas.

18 de noviembre: Mozorl dirige su Pequeña Can-


lata Masónica para lo ¡nuagura-
ción del nuevo templo de la
logia Zur neugekrónten Hoff-
nung.

20 de noviembre: Mozorl cae enfermo.

5 de diciembre: Mozart muere hacia la una de


la madrugada.

74
otra visión de la
ASTREE

I«*lj|. BAM ÍU-ÍKOD*

CU KNWÍ2
PAUL BADURA-SKODA

En el umbral del año


PA(L «ADL'Rt-SKOlM

..... C p . E « a ? . . ;;V:V;'V.V-VlV-V;''•••.'.
la integral de las sonatas
para piano-forte.
El admirable Schantz de
Paul Badura-Skíxia,
CD E8684

I . La versión más vienesa' • ^ ^ p # ^ x ^ ;


LES *iO>ATES
prnu
KORTKPUVI
de los pianistas actuales. 4 S P S S t f
La apasionada - - - - - ^ s —^--
CD E8*S5
BAUI RA-SKODA
de uno de los
mozartianos de nuestro
• " . • • ' • • "•••.•"""t- ' ''•'•'".-•'•ti-i'.'-vi'""'1"•"•"••'.•'•'•".'•••'.•••'.••'.*.'•*;;••'.'••• •'• • - ' • * • . • • ; ' . " '••. '
, tricentenario de Mozart que se ha celebrada
MOZART
E
este año nos ha permitido acercarnos a su
genio por la multiplicación de conciertos y

O EL CLASICISMO programas de radio que propicia nuestro inlri-


gante culto al centenario. Somos una edad
retrospectiva, a pesar de la insistencia en la moderni-
MUSICAL dad y lo vanguardia. Quizás somos lodos esas cosas
a la vez porque aquella rolura que proponían los
vanguardias abstractos y alónales no na convencido
más que a quienes tienen dinero invenido en cuadros
/ a pocos más, muy pocos, capaces de disfrutar con
a música sin melodía ni armonía.
íc
El hecho es que los teatros se llenan para oír a
Wagner v Beethoven, pero no Schoenberg o Stock-
hausen. Por eso volvemos a Mozart. Hasla las ralas
prefieren Mozart, y no lo digo como metáfora, sino
en senlido literal, un psicólogo conduelista de esos
que aún lienen rotones para atormentarlos en prove-
cho de la ciencia, dispuso un pulsador por el cual las
ralas podian oir música dodecafónica y oiro por e
que sonaba Mozari. Parece que no se equivocaban:
querion oir Mozart.
Decía Furtwángler -por cierto gran intérprete de
Wagner y Beethoven, pero no de Mozart, al cual
conviene oír por Charles Münch y Bruno Walter- que
la música de Beethoven sube al cielo, pero la de
Mozart baja del cielo. Beelhoven es un titán, Mozart
es un ángel y no hay nada que hacer, como si una
deidad, que tiene sus motivos, repartiera ol genio a
su antojo. De hecho, la palabra genio, además de
aplicarse a! talante psicológico irritable, quere decir
mensajero de los dioses, ángel, espíritu, como e
genio de la lámpara de Aladino. Un hombre genia
es como un mensajero de los dioses, olguien que
habla con ellos y desciende del Olimpo paro traducir
a nuestro lenguaje y poner a nuestro nivel ciertos
necesarios detalles del esplendor del empireo inmor-
tal, manantial de lodo belleza más allá de las mura-
llas llameantes de este mundo.
Cuando Milos Forman realizó lo película Ama-
deus eludió por completo el tema central de Mozart:
por qué y cómo era genial. Asi como Salieri queda
perfectamente descrito y comprensible en su envidia,
su amor-odio, su laboriosidad mediocre, Mozort es
un tontillo juerguista con risa de imbécil, ocupado en
niñerías que, de repente, escribe música sublime por
un tubo, al parecer conectado con el gramófono de
Caliope, madre de Orfeo y retatarabueld suya.
Genio es el que genera una obra perfecta de
modo natural, como una madre engendra un hijo
-obra maestro de la biología- sin ser consciente de
cómo lo ha hecho. El genio crea la obra maestra
como respira sin interesarse; no puede hacerla de
otro modo. La me|or frase de la película es aquella
en que Mozarl intenta corregir una partitura a peti-
ción de Soiieri y arroja la pluma desesperado, excla-
mando: *No puedo, no puedo, es imposible añadir
nada a lo perfecto* Pero la pregunta sigue ahí: ¿Por
qué el genio?
Lagrange comentaba que Newton no fue sólo el
mayor genio sino el más afortunado 'porque no
podremos descubrir dos veces el sistema del mundo*.
Pora ser genial hay que nacer en el momento oportu-
no,en el centro de un ciclo cultural.
La evolución cultural, por tanto, determina al genio
y no es uniforme: hay fases iniciales de desorrollo,
periodos de crecimiento estable, cimas culminantes,
llanos de continuidod y repetición, desintegración y

76
decadencia. Lo mismo sucede en los ciclos artísticos. lenguaje de los emociones, y todo un mundo nuevo,
La invención y el descubrimiento están en función el de la sensibilidad romántica, se abre ante el incon-
del medio cultural y de lo habilidad mental de ciertos tenible descubrimiento del ámbito de los emociones.
individuos, pero sí no surgen hombres geniales, e Mozart será su cartógrafo, como lo fuera para la
ovonce del proceso culturaTpondrá a lo larga la posi- forma Leonardo y para el temperamento Shakesperae.
bilidad de la invención a alcance de los hombres Parece como si Occidente, al ir cubriendo sus
menos capacitados. Y a la inversa, una vez culmina- necesidades materiales con la técnica, empezara a
do el ciclo cultural, poi más que nazca un genio, no volverse sobre sí mismo paro recrearse en la psicolo-
tendrá ocasión de revelarse como tal; cuando se ha gía y la sensibilidad del hombre. Ese era el camino
trazado un círculo a compás, es imposible mejorarlo. prometedor, el uso civilizado de la técnica: tomada
El genio es aquella persona en cuyo organismo se como intendencia, como seguridad para dedicarse a
produce una síntesis significativa de elementos cultu- refinamiento del hombre interior, de los estados de la
rales. ¿Cómo llega a producirse? ¿Mediante qué suti- mente y los matices de sensibilidad. Esta ero lo posi-
les mecanismos el creador olconzo una nueva síntesis bilidad que abrió el clasicismo europeo y que no se
de elementos preexistentes pero nunca antes percibi- ha realizado todavía porque se ho lomado la técnica
dos ni conexos? Lo ignoramos: hoy por hoy, lo menos como un fin, idealizándola en el materialismo de pro-
descubierto por los investigadores es el acto de des- ducción y consumo.
cubrir; lo peor conocido es el acto de conocer. Se Si la emoción es la expresión más distintiva de
diría que el cerebro se resiste a pensar acerca de sí cada personalidad individual y su lenguaje es la
mismo. música -incluyendo en ella la poesía y la danza-, y
Lo fundamental no puede expresarse en lenguaje sí el desarrollo material empuja en el cultivo de la
lógico, porque trasciende los principios de identidad, sensibilidad personal y emoción individual, entonces
tronsilivídad, causalidad y deducción. Donde los es lógico que las arles -que nutren y cultivan lo sensi-
opuestos se unen y sólo una voga sensación informu- bilidad del hombre tiendan a la naturaleza de la
lable embargo la consciencia, en la soledad sonora músico. Esto naturaleza de la música consiste en
donde ser y no ser se llaman, sólo la música, que fusionar fondo y forma, de modo que el medio es e
está hecho de la materia del sueño, se adentra y es mensaje: la excitación sensorial -el medio o forma-
capaz de explorar la emoción. Con ello !a investiga- su impresión en el cerebro -mensaje o fondo- son
ción del individuo alcanza su penetración más sutil y una solo cosa. No se usan palabras -forma- para
recóndita, reconoce los rincones de la psique infran- depositar significados en el cerebro, ni figuras pinta-
queable al pensamiento lógico. Con la tipología de das, ni esculturas que representan símbolos; en la
lo emoción, el canon del individuo queda completo. música el sonido sóío se représenla a sí mismo y no
comunica ningún significado más allá de la emoción
La músico marca la cumbre del círculo cultural alóaica que logra producir en el oyente.
europeo, músico que pese a denominarse barroca
por errónea asimilación al arte plástico de la época, Cuando Walter Pater formulaba esta famosa leo-
es, en realidad, plenamente clásica y marca el cénit río, no podía imaginar que la tecnología cibernética
del clasicismo europeo. Con Mozart el placer de lo construiría instrumentos arlísticos capaces de modular
cultura europea pasa del ojo al oído; partiendo de lo directamente las sinopsis cerebrales o de afectar sin
forma de Leonardo, que entraba, con la pintura, con mediación de formas sensibles al sistema neurovege-
la vista, posando por la literatura de Shakespeare tativo en que surge la emoción. Todo esto parece aún
que entraba con el teatro, a la imaginación por la ejano, pero las sustancias psiquedélicas han dado
vista y el oído, se llega a Mozart que expresará la un primer atisbo de ello, y la ingeniería genética aca-
emoción inefoble valiéndose de lo música, arte del bará de completarlo.
tiempo, que entra por el oído y en la cual fondo y Si lo cultura moderna persiste en el cultivo de lo
forma se confunden; así como se funden en ello cien- emoción como fuente más abundante y nueva de pla-
cia y arte, par la base matemática, exacta y formali- cer y estímulo cultural, entonces entre los bagajes que
zabfe de las partituras musicales. transporta la tradición humana en su evolución, quizá
Lo emoción es la materia prima y el objetivo de la sea ahora la emoción el instrumento más preciado, el
música, la emoción es flor tardía en el jardín de la más capaz y adecuado para empujar al hombre
evolución de las especies; si realmente existe progreso hacia adelante, más allá, hacia un devenir donde lo
biológico; si tiene algún sentido el devenir humano, la sutil, lo complejo y lo delicado, configurados en refi-
aparición de la emoción -compuesta de instinto e inte- nado matiz, sean lo más deseable. En esta evolución
ligencia, pasión evaluada por juicio, impulso matizo- , el clasicismo europeo establecido por Leonardo,
do por la sabidurio racional-, es el fenómeno más Shakespeare y Mozart posa hacia la naturaleza de
avanzado que se ho desarrollado en el mundo. El la música, y más alió, en un devenir científico que
artista que intuye este parangón del fenómeno huma- escasamente entrevemos, entre el átomo y el sueño.
no, lo comunica a sus semejantes con la usion del
igía que descubre un nuevo mundo. Lo música es el Luis Racionero

77
Recepción de una logia masónica en Viena. Cuadro atribuido a Ignaz Unterberger.

78
n la vido de Mozart el impacto de su genio
LA MASONERÍA EN
E
musical ha sido tan fuerte que ha hecno se
oculten o marginen otros aspectos ideológi-

LA ÉPOCA DE cos que ejercieron también una gran impor-


tancia, incluso en su creación musical, pera
que la historiografía tradicional hobitualmente ignora.
MOZART Me refiero a los lazos que unieron a Mozart con las
corrientes de pensamiento y con los acontecimientos
de su tiempo. Y entre las influencias que ejercieron
sobre Mozart hay una que normalmente se suele ocul-
tar pudorosamente pero que puede resultar interesan-
te conocer e incluso estudiar: lo de la Francmasone-
ría. Porque aunque Mozarl fue un ferviente masón
sólo durante los siete últimos años de su vida, sus
contactos con la Masonería se remontan a mucho
antes. Y si bien es cierto que no se conoce muy bien
lo que la Masonería representó para Mozart y el
papel que |ugó en su creación -pues toda su corres-
pondencia masónica fue destruida por su propia
mujer Conslanze tras su muerte- sin embargo si dispo-
nemos de suficientes datos paro intentarlo.
Por otro lado, Mozart fue testigo privilegiado de la
Revolución Francesa en sus años más decisivos que
coinciden además precisamente con los últimos de su
vido y con los de su pertenencia a la masonería.
Revolución que no pudo ver concluir pues la muerte
sobrevino a Mozart en 1791, un año antes de pro-
clomarse la República en Francia.
Las primeras noticias biográficas de Mozart los
debemos al diplomático danés George Nicolaus Nis-
sen (1761-1826) quien en 1828 publicó uno vida
de Mozart. Níssen se habió casado en 1 809 (a la
edad de 48 años), en segundas nupcias, con la
viuda de Mozart, Constanze Weber. Esto vida de
Mozart es muy rica en noticias sobre la familia, los
estudios, los viajes y la músico de Mozart. Pero la
biografía no dice prácticamente nada de las relacio-
nes masónicas del gran compositor. Las estudios suce-
sivos mantuvieron la misma tónica y manipulación.
Sólo en la segunda mitad del siglo XIX los biógrafos
comenzaron a indagar en este aspecto de la vida de
Mozart.
La primera sorpresa consiste en el hecho bastante
desconocido -incluso de los que se han ocupado de
los intereses mozartianos por la masonería especulati-
va- de que Mozart provenía de una familia estrecha-
mente ligada o la masonería operativa, es decir al
arte d é l a construcción verdadera y propiamente
hablando.
Su tatarabuelo, David Mozart, que vivió de 1620
a 1685, era albañil y maestro de obras en Augusta.
En 1669 construyó el campanario de lo parroquia
de Dilingen, residencia del obispo de Augusta. De
sus cuatro hijos, el mayor murió prematuramente; el
menor se hizo fraile; los otros dos siguieron los hue-
llas de! padre, haciéndose albañiles. Franz fue el
bisobuelo de Wolfgang (su hiiojohann Georg fue su
abuelo]. El otro hermano (1647-1719) alcanzó gran
fama como maestro de obras. Construyó la iglesia de
San Jorge en Augusta y participó en la construcción
de lo casa de los famosos banqueros Fugger (en la
época una de los más poderosas familias de Europa]
siendo elegido Prevoste de la Corporación de los
Constructores de Augusta. Hay que hacer observar
que en la familia de Mozart el oficio de albañil (¡unto
al de encuadernador de libros] se mantuvo hasta fina-
les del siglo XIX.
Pero viniendo a la masonería especulativa o filosófi-

79
ca del siglo XVIII, a la que perteneció Wolfgang zan la arquitectura de los templos, aunque a tales
Amadeus Mozort, el primer biógrafo que insistió expresiones se les dio un sentido simbólico.
sobre esta particularidad de su vida, tan interesante A partir de entonces ya no será la catedral un tem-
como poco conocido, fue Otro Jahn en los tres volú- plo de piedra o construir, sino que el edificio que
menes de su Life oí Mozart, publicada en Londres en habrá de levantarse en honor y glorio del Gran Arqui-
1880. Claro está que este mismo silencio se daba y tecto del Universo será la catedral del Universo, es
se sigue dando con otros músicos célebres de su decir, la misma Humanidad. El trabajo sobre la pie-
época -e incluso posteriores- que también fueron dra bruto destinada a convertirla en cúbica, es decir
masones, como Haydn 1732-1809), quien fue ini- apta a ías exigencias constructivas, será el hombre,
ciado en la masonería e 1 1 de febrero de 1785, a quien habrá de irse puliendo en contacto con sus
iniciativa del propio Mozart, en la logia de Viena semejantes. Por eso cada útil o herramienta de los
Zur Wahren Eintrachl (Lo Verdodero Concordia] y que canteros (la escuadro, el compás, el mollete, la plo-
escribió nada menos que seis sinfonías para la logia mada, etc ) recibirá un sentido simbólico.
Olympique de la Parfaite Estime o Luigi Cherubini
(1/60-1842), quien figura con e grado de maestro En adelante la masonería se convirtió en una aso-
en el cuadro de 1784 de la logia parisina Saintjean ciación basada en una cierta mística ritualista, toma-
de Palesline- o Fronz Liszt [1811-1886) iniciado da en gran parte de sus tradiciones medievales, que
como aprendiz en la logia Zur Einigkeit (La Concor- respetaba y armonizaba todas las religiones monote-
dia] de Frankfurt, en 1841. También fue masón Jan ístas -actitud que suponía la tolerancia religiosa, que
Sibelius (1865-19571 quien Fue miembro de la logia en aquello época era sinónimo de herejía-, y en la
Suomi de la ciudad finlandesa de Jarvenpaá, desde que los masones se encontraban dentro de un
1922 hasta su muerte en 1957. ambiente social en el que se borraban las diferencias
de clases, fortuna y religión, y en el que dentro de un
A estos y otros menos conocidos -como Francois espíritu de fraternidad e igualdad podían dar cauce
Giroust (1738-1799), Friedrich -Heinrich Himmel de un modo especial a la filantropía.
[1765-1814], y Henn-Joseph Taskin (1779-1852)- El denominador común de la masonería del siglo
habrío que añadir tantos otros tenidos como maso- XVIII, en países tan dispares como Austria-Hungría,
nes, y que en algunos casos compusieron músico Italia, Prusia, Portugal, Suizo, Francia, Holanda, Bél-
masónica, pero de los que no se tiene absoluta certe- gica, Inglaterra... es el de una asociación admirado-
za de su pertenencia, como el segundo hijo de Juan ra de lo armonio de la naturaleza, obra del Gran
Sebastián Bach, Cari Philipp Emanuel Bach, quien Arquitecto del Universo, y propagadora de la amis-
compuso música masónica; Beethoven, probablemen- 'ad universal entre los hombres. Ideal vago y atrayen-
te iniciado en una logia de Bonn, y cuya Novena fe que llenaba o los espíritus prerrománticos, y que
Sinfonía está plenamente inspirada en los ideales de permitió a cada uno encontrar en las logias su bie-
la masonería; Berlioz, miembro de una organización nestor, gracias a la tolerancia de los demás.
poramasóníca; Mendelssohn, quien para algunos
autores no hay duda de su pertenencia a la masone- La masonería del siglo XVIII, la que conoció y vivió
ría; Puccini, Salieri, que también compuso música Mozart y su amigo Haydn, dejando de lado las des-
masónica; Wagner, que utiliza mucho el simbolismo viaciones y errores propios de iodo organización que
rosacruz; o más recientemente el trompelista y direc- adquiere una gran difusión, aparece como uno reu-
tor de orquesto Louis Armstrong. nión -por encima de los divisiones políticas y religio-
sas del momento-, de hombres que creían en Dios,
Este querer ignorar a incluso ocultar la pertenen- que respetaban la moral natural, y que querían cono-
cia a lo masoneria de ciertos hombres ¡lustres, cerse y trabajar ¡untos a pesar de la diferencia de
como si esto fuera una lacra [y como todavía ocu- rango social, y de la diversidad de sus creencias reli-
rre, por ejemplo, con un coso tan próximo o giosas, y de su filiación a confesiones o partidos más
nosotros como el Nobel Santiago Ramón y Cajal, o menos opuestos.
iniciado en la Masonería en Zaragoza en la logia Además, el culto del secreto (que procedía de lo
Caballeros de lo Noche n° 68, en el año 1 877^ y necesidad de conservar cuidadosamente los fórmulas
que adoptó el nombre simbólico de Averroes] ha arquitectónicas de la Edad Media), sus ceremonias
sido quizá fruto o resultado del concepto excesiva- complicadas, su gusto por lo simbólico y litúrgico, la
mente negativo de uno asociación que en su ver- dotaba de un incentivo místico que ejercía un pode-
sión del siglo XVIII fue algo bastante diferente a la roso atractivo en una era aún profundamente religio-
imagen decimonónica o de la primera mitad del sa, y que hizo que la afluencia de católicos y ecle-
siglo XX que algunos hístoríodores, políticos y ecle- siásticos fuera masiva en las logias, tanto más que en
siásticos nos han querido dar.
ellas se respetaba la reliqión y en íqual medida la
i' i i i i i ' i
Lo historio de lo masonería moderna se inicia con fidelidad a los principios monárquicos, y a las autori-
la fundación de lo Gran Logia de Londres, el 24 de dades constituidas. Así se explico que se compruebe
junio de 1717 (fiesta de San Juan Bautista, o sí se no sólo la existencia de logias integradas únicamente
prefiere del solsticio de verano), cuando se unieron por sacerdotes y religiosos, sino la presencio de
cuatro logios que ya existían en Londres. Entonces se sacerdotes en la mayor parte de las logias europeos
dio el poso de la masonería medieval de los construc- del momento, en las que figurón obispos, abades,
tores de catedrales (masonería operativo) a la maso- canónigos, teólogos, y toda clase de sacerdotes y
nería moderna o especulativa verificándose un cam- religiosos. Precisamente la primera logia de Viena Zu
bio en la orientación de la hermandad masónica, den drei Kononen fue fundada en 1742 ba|O e
pues, aunque se conservó escrupulosamente el espíri- patrocinio del canónigo y más tarde obispo-principe
tu de lo antigua cofradía, con sus principios y usos de Breslau, conde Schaffgotsch.
tradicionales, se abandonó el arle de la construcción
a los trabajadores de oficio, si bien se mantuvieron Lo masonería se puede considerar, pues, desde su
los términos técnicos y los signos usuales que simboli- nacimiento, como una escuda de formación humana,
como una asociación cosmopolita de hombres dife-

80
rentes por su cultura, religión, ideologías políticas y humanos, buenos padres de familia que saben ser
rangos sociales, pero que coincidían en el deseo sabios educadores de sus hijos... Pues la masonería
común de perfeccionarse por medio de una símbolo- al desarrollar al individuo desarrolla la humanidad.
gía de naturaleza místico o racional, y de la ayuda a En 5Íntensis, la masonería que vivió y conoció
los demás a Iravés de la filantropía y ía educación. Mozart, la masonería de la época de los luces o de
Las Constituciones de Anderson pretenden compro- la Ilustración viene a ser una escuela de formación
meter al francmasón en la construcción de un templo humana basada en el simbolismo, la filantropía y la
de amor o fraternidad universal, basado en la sabidu- educación; y constituye una asociación cosmopolita
ría, lo fuerza y la belleza, que cansliiuyen los tres que busca el bienestar y utilidad de la sociedad por
pilares o las tres luces de dicha organización. Sus encima de las diferencias de lenguas, cultura, reli-
adeptos se consideran hermanos, practican una gión, raza o ideología política.
democracia interna, mantienen un cierto secreto en El fin de lo masonería, a la luz de sus Constitucio-
cuanto a las personas, y adoptan una particular sim- nes consiste en la construcción de un templo de amor
bologia que llega o constituir un auténtico lenguaje o fraternidad universal basado en la sabiduría, en la
dirigido no sólo al entendimiento, sino también al fuerza, en la belleza, en la práctica de la tolerancia
sentimiento y a la fantasía, comprometiéndose a religiosa, moral y política, en la lucha contra todo
practicar la tolerancia, a luchar contra el fanatismo upo de fanatismo y en el ejercicio de la libertad. Por
religioso y contra la ignorancia. Y así lo expresaron lo tanto, el francmasón de la Ilustración estará marca-
algunos filósofos contemporáneos de Mozart, como, do por una doble finalidad: el perfeccionamiento del
por ejemplo, Lessing (1 729-1 7 8 1 | , iniciado en Ham- hombre, y la construcción de (a Humanidad. Doble
burgo e 4 de octubre de 1771 en la oaia Zu den objetivo que está intimamente ligado, pues al desa-
oVef Rosen, y que supo dar a lo masonería alemana rrollarse e! individuo, se desarrolla la Humanidad, a
una ideología espiritualista centrada en especial en troves de un mutuo perfeccionamiento y de una conti-
la tolerancia religiosa, moral y social. Lessing, espe- nua interacción educativa, de la que, en muchas
cialmente en sus Freimourergespróchen [Diálogos cosos, no estaba ausente lo música. Pues ya en las
masones] viene a hacer una verdadera exaltación de primitivas Constituciones de Anderson de 1723 se
la función que la masonería tiene en la formación del recogen cuatro canciones masónicas con su música
hombre. En Ernst und Falk o los Diálogos masones, a saber: íhe Mas'er's Song: or the Hislory ol
Lessing utiliza lo forma, muy en boga en su época, Masonry [Canción del Venerable Maestre: o la histo-
del diálogo. Ernst, francmasón, explica a Falk lo que rio de la Masonería], íhe Warden's Song [Canto del
es esta Orden, sus fines, su razón de ser: compren- Vigilante], The FeliowCroHs'Song [Canción de recep-
sión, tolerancia, amor hacia el hombre... La masone ción de Aprendices].
ría tiende a eliminar las barreras que dividen a los A portir de entonces son muchos los libros del siglo
hombres en razas, clases, religiones... La masonería XVIII dedicados exclusivamente a la música ritual
sabe cuándo el patriotismo cesa de ser virtud y la reli- masónica y a las canciones masónicas, que en
gión se degrada en fanatismo. De ahí que la maso- muchos casos eran adaptaciones de arias de ópera,
nería traba|e por una sociedad mejor. En síntesis -dirá tales como ti Himno ol Sol del acto de los Incas de
Lessing- el deber de la masonería consiste en eliminar los Indios Golonles deJean-Philippe Rameau, transfor-
todo lo que separa a los hombres. mado por un masón anónimo en el Contó pora los
Por su parte, Herder (1741-3 803], iniciado en la hermonos recién iniciados. Tema éste del Sol sobre el
agía A I'Epée, en Riga, ya en 1 7óó concibe la que volverá Mozart en más de una ocasión.
masonería como una combinación de hombres que Sin embargo, no eran tan frecuentes los cantos
reflexionan sobre el bien de lo humanidad y obran colectivos en los trabajos de logia propiamente
en silencio. dichos, utilizándose más bien en los llamados írafao-
Goelhe (1749-1832) perteneció o la masonería ¡os de meso o banquetes rituales que de forma tradi-
durante 52 años, siendo iniciado el 23 de junio de cional se celebraban o la salida de cada tenido o
1780 en la logia Amollo zu den drei Rosen, de Wei- reunión masónico. En las reuniones solemnes, en la
mar. Para él, ser libre tenia mucha importancia; sin ogia, la interpretación musical se hacia generalmente
embargo ^ . lo tenía mucho más e cammor hacia de forma instrumental, o a base de cantatas ejecuta-
perfección del hombre. Tarea, deber y arle difíciles - dos por profesionales. Paro ello, en el siglo XVIII eran
dirá- el de la conducción de la humanidad. De ahí e muchas las loqias que disponian de lo que llamaban
Columna de Armonía, integrada por los músicos en
valor que tienen estos versos de Goethe: función de sus componentes. Así, en la misma época
en que Mozart escribía música masónica para su
Wiils du ttoss wir mit liinein Si quiera formar po^te logia de Viena, encontramos en París logias que dis-
h des hbuj dich bouen De b cosa qje corairui ponian de siete, diez, once y hasta quince y dieciséis
LossesdiígeWen, Sten, Es preciso, piedra, que aceptes instrumentos, entre los que predominan los clarinetes,
Dos wir oich t Que nosotros e ülemcs flautas, fagotes, controba|os, corni di bassetto,
encontrando en algunas logias -como en ía Concor-
La concepción masónica de Fichte (1762-1814] - dia establecida en la propia corte de Versoilles- la
quien el ó de noviembre de 1794 se adhirió a la trompeta y el timbal.
logia Gunther zum stekenden íówen, de Rudolstadl-,
es de sobras conocida a iravés de su obra Filosofía Aunque el encuentro definitivo de Mozart con lo
de la Masonería. Cartas a Constan!. Para Fichte, el masonería fue relativamente tardío, al ingresar en ella
fin de la masonería es formar y educar al hombre. La en 1784, a la edad de 28 años, y fue a partir de
masonería debe elevar a los hombres por encima de entonces cuando escribió sus más célebres composi-
su estado, conviniéndoles en los miembros más útiles ciones musicales masónicos, sin embargo, hay otros
y amables de la sociedad, a saber: sabios no engrei- muchas obras de Mozarl que siendo de inspiración
dos, comerciantes hábiles, jueces buenos, guerreros masónico preceden a su propia iniciación. Pues ya

8,
Los dos he/monos masones a la memoria de los cuales Mozart escribió La música fúnebre masónica.

Portada de la primera edición de la Cantata D¡e Maurerfreude,

82
desde su infancia tuvo ocasión de frecuentar no autobiografía de Haydn en 1776, el cronista de
pocos masones de la sociedad ausiriaca, y de tomar Viena Jonann Pezzl, yjohann Caspar Riesbeck, cuyo
conlóelo con textos literarios masónicos, a los que, libro Bríefe eines reisenden Fronzosen (Cartas de un
por diversas razones, puso música. El primero de francés en viaje), publicado en 1783, contenia viru-
estos, un Lied en fa mayor, An die Freude [A lo ale- lentas críticas sociales, sobre lodo de lo vida de los
gría] [K.53], fue compuesto en diciembre de 1767, campesinos de Eslerháza, en Hungría.
por un Mozort adolescente de apenas doce años de Por lo que respecta a la obra musical masónica de
edad, y está dedicado a la (140 del Dr. Joseph Wolff, Mozart, dejando de lado el simbolismo iniciálico
médico masón, que acababa de salvar a Mozarl de masónico de Tilomas, rey de Egipto, o de ía Flauta
a viruela Mágica -las dos obras de Mozori que pueden consi-
Sin embargo, e! encuentro personal y definitivo de derarse masónicas por excelencia- podríamos Fijarnos
Mozarl con la masonería tuvo lugar en Viena apenas en los textos de algunas cantatas a las que Mozart
siete anos antes de su muerte, siendo iniciado como puso músico para los actos rituales de las logias vie-
aprendiz masón el 14 de diciembre de 1784. nesas que frecuentaba Desde su primera cantata
En Viena la primera logia había sido fundada e masónica An die Freude (A lo alegría) [K5.3] -tema
17 de septiembre de 1742 por los miembros de la sobre el que Mozart volvería más tarde con su Die
ogia Aux Irois squelettes de Breslau, y tomó el nom- Maurerfreude (A la alegría masónico) [K.471]- hasta
bre de Aux Jrois canons. La masonería prosperó en su última cantata Lasst uns mil geschlungnen naneen
los países de la corona de Austria y en la Bonemia y (Enlacemos nuestras manos) -escrita el \5 de noviem-
Hungría vecinas en parle debido al ejemplo dado bre de 1791 es decir, apenas veinte días antes de
por el duque Francisco de Lorena, esposo de la archi- morir- se puede decir que Mozarl refleja en los textos
duquesa (y futura emperatriz] María Teresa. Francisco de sus composiciones masónicas un mensaje de
de Larena era máson desde 1731. Uno bula papa amor, de fraternidad y de sabiduría.
de 1738, que condenaba la masoneria, no fue Asi, la titulado Dir, Seete des Weltalk (A ti alma del
publicada en Austria, pues el duque Francisco de Universo, oh Sol) [K.429] se puede identificar con la
Lorena (futuro emperador) consiguió convencer a fiesta del solsticio de verano o con la ceremonia de
emperador Carlos VI que no la tuviera en cuenla iniciación del primer grado masónico, cuando el
negándole al exequátur- Sin embargo, la masonería aprendiz, después de haber sufrido las pruebas sim-
no conló nunca con la aprobación de María Teresa bólicas, recibe la luz. En un primer coro canta el
ni con la de su hijo José II, que reinó conjunta mente reconocimiento del masón hacia el sol, dispensador
con ella desde 1/65 a 1780, es decir desde la de riquezas y de la luz. Después con un aria de tenor
muerte de su padre Francisco de Lorena (1764] hasta solo se hace una invocación a la naturaleza.
la de su madre, María Teresa (1780).
Para la segunda iniciación masónica, cuando el 7
Las logias austríacas trabajaban en aquel entonces de enero de 1785 Mozort fue elevado al grado de
bajo los auspicios de Grandes Logias extranjeras, compañero, puso a un poema de joseph Ratschky
especialmente la de Zinzerdorf, en Berlín. Pero el 26 Die Gesellen Reise (El víae del compañero] [K.4Ó8]
de marzo de 1781 -cuando José II empezó a reinor en el que se evoca simbó icamente el viaje de la tra-
ya solo- un decreto imperial prohibió lodo tipo de dición de los compañeros: una larga peregrinación
órdenes o asociaciones tanto espirituales como secu- en la que el nuevo obrero se ponía en camino para
lares que estuvieran sometidas a autoridades extranje- adquirir aquí y allá nuevos conocimientos Es el
ras y entregaran dinero a organizaciones externas a grado de la búsqueda del saber y del descubrimiento
la monarquía. Así nació, el 22 de abril de 1784, la del mundo. El texto del ritual exige de los compañe-
Grosse Landesloge von Osterreich (Gran Logia de ros firmeza para caminar por el sendero de lo pru-
Austria). Esta nueva Gran Logia abarcaba siete pro- dencia, y valor poro acercarse a la verdadera luz.
vincias: Austria |con 17 logias]. Bohemia (7 logias], Para el ritual del tercer grado de la masonería, el
Lemberg-Galizia (4 logias), Hungría (12 logias] y los de maestro, Mozart compuso su célebre Maurerische
Países Bajos austríacos (17 logias). Trauermusik (Música fúnebre masónica] [K.477], Es
En Austria, en los años 80, la masonería, además un grado centrado en la idea de la muerte y de la
de ser extraordinariamente popular, se convirtió en el resurrección. El compañero, que va a convertirse en
lugar de encuentro de la élite internacional. Así, por maestro, debe reproducir simbólicamente en su inicia-
ejemplo, la logia Zut wahren Eintracht (La Verdadera ción la muerte y la resurrección espiritual de Híram,
Concordia], fundada en 1781, contaba en 1785, constructor del templo de Salomón. Condenado a
cuando Mozart comenzó a Irecuentarla, unos dos- muerte por la ignorancia, el fanaüsma y la ambición,
cientos miembros, siendo su Venerable Ignaz von es devuelto a (a vida por el saber, la tolerancia y la
Born, eminente hombre de ciencia, escritor y mínera- generosidad. Al mismo tiempo, golpeado fres veces
lólogo. muere para los aspectos material, psiauico y mental
del nombre antiguo, y renoce a una vida nueva, espi-
Las listas que subsisten de las logias vienesas consti- riluolizada, divina El sentimiento que anima la obra
tuyen un impresionante testimonio de la importancia no es una banal resignación ante lo muerte, es la
de la mosoneria en esa época. Allí encontramos los voluntad de convertirse en un hambre nuevo para
nombres de príncipes, condes y barones, numerosos ayudar a construir mejor el Templo; es decir, trabajar
altos funcionarios, oficióles superiores, diplomáticos, para transformar la humanidad por la difusión de fas
escritores, músicos, banqueros y comerciantes. En la luces.
ogia de Mozart, pequeña, pero distinguida, se
encontraron hombres como el príncipe Cari Lich- Pasando por alto otras composiciones masónico-
nowsky, que acompañó a Mozarl en su viaje a Berlín mozartianas, hay una que resulta importante porque
en 1789 y que después se hizo Famoso al convertirse en ella descubrimos un Mozarl comprometido, en
en el protector del ¡oven Beethoven en Viena. Enlre cierto sentido, con la libertad Se Irala de la peque-
os escritores estaban Ignaz de Luco que publicó la ña cantata alemana Die ihr des Unermesslichen

83
Weltalls (Vosolros los que honráis al Creadcx del cuyo título ya es suficientemente expresivo, al igual
inmenso mundo) [K.ó 19], paro tenor y piano, escrita que su contenido en el que se pide que "lo envidia,
en julio de 1 7 9 1 , y posteriormente editada en la codicio y la calumnia sean desterradas para siem-
1792 como apéndice a un libro publicado en Ham- pre de nuestro corazón de masones, y que la concor-
burgo, cuyo autor, Franz Heinrich Ziegenhogen, era dia estreche el lazo que anuda un puro amor frater-
masón y negociante de dicha ciudad. Mozorl está nal". Resulta emocionante ver a Mozart, en el umbral
prestando aquí su colaboración no sólo a un libro, de la muerte, olvidándose de sí y de su angustia lisi-
sino a un proyecto, porque la obra de Ziegenhagen ca, cantando a la fraternidad unido en el trabajo, ya
estaba dirigido o preparar una colonia de jóvenes la presencia de la luz en el ímpetu y en el calor de la
que debía establecerse en Alsacia. Dicha coionio esperanza. Mozart presiente su cercana muerte y lo
pretendió preparar a los jóvenes para la democracia vuelve o manifestar en su Lied fn/acemos nuestras
política con un espíritu inspirado en la pedagogía manos [K.623a], que curiosamente se convertiría en
de Rousseau y en el sentimiento spinozista hostil o el himno austríaco, y aue es el canto del adiós que el
todas las religiones dogmáticas. Hamburgo se había scoutismo tomó de la masonería británica y que se
convertido en la capital de la propaganda prorrevo- canta constituyendo la cadena de unión, cuando los
masones -al terminar la ceremonia de clausura de los
lucionaria en la Alemania del Norte, y el texto del trabajos de logia, sujetándose mano a mano, según
libro de Ziegenhagen estaba muy próximo a eso el ritual, entonaban un breve canto de fraternidad Y
ideología. Por su parle, Alsacia, donde debía fun- el adiós que Mozart hoce cantar o sus hermanos, el
darse el establecimiento pedagógico, en 1791, no que en secreto dirige sin duda o todos los que ama,
era solamente tierra Francesa y revolucionaria, sino nos habla de amor, de trabajo y de fuluro paro termi-
el punto neurálgico de donde saldría lo guerra a los nar con la palabra "luz":
pocos meses. Todo ello hace que tenga especial
interés la colaboración de Mozart en lo empresa de "Hermanos, enlacemos nuestras manos ol terminar
Ziegenhagen ya que nos muestra la primera redac- este trabajo con el sonoro fulgor de nuestra alegría. Y
ción de la Flauta Mágica. Lo cantata empieza con así como nuestra cadena roaea este lugar sagrado,
una llamada a escuchar la voz del "Creador del uni- que estreche a todo el globo terráqueo, con nuestros
verso infinito llámese Jehová, o Dios, o Fu, o Brah- alegres cantos demos gracias al Creador todopode-
ma". Un intermedio enlre el Gran Arquitecto del Uni- roso; la consagración se ha realizado; ¡debe termi-
verso y el "Deus, sive natura" de Spinoza Y a conti- nar también el trabajo al que eslán consogrados
nuación transmite un mensaje de amor a Dios, a su nuestros corazones! Que venerar lo virtud y lo huma-
creación y a la paz eterna, mensaje con el que nidad y aprender el amor a uno mismo y a los demás
Mozart se unía al grupo revolucionarlo de Hambur- sea siempre nuestro primer deber Entonces, y no
go para transmitirlo a lo juventud alemano en el solamente en Oriente y en Poniente, sino también al
Norte y al Sur, brillará la luz".
momento en que componía la ópera de la fraterni-
dad universal. Wolfgang Ámadeus Mozarl fallecía. Con él desa-
Las dos últimas composiciones que Mozart escribió poreceria el representante más importante de la músi-
están dedicadas a sus hermanos los masones. Y ca masónica.
están fechados apenas tres semanas antes de morir.
Una de ellas es El Elogio de la amistad [K.623], José A. Ferrer Benimeli

84
MOZART
en
harmonía mundi
g t t WOLFGANG AMADEUS MOZART

RBKAR secónDO , La Finta Giardiniera, KV 196

^ ^ ^ ^ S ^^•ft Ugo BENEIXI


RTOCAR
I j ^ H k u Joanna KOZLOWSKA

"-•> ' •?*!


^^^H^l^^^^K ElzbieU SZMYTKA
ij^^^^^^^^^^E RussdSMYTHE

^ ^^'ORCHESTREDUTHEATRE
1 | / ROYAL DE LA MONNA1E
SeCONDO
uMil áÍÁ
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Sylvain CAMBRELING

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nnrlnn ¡n muiii
SGCORDO

RIC 066045.47 3CD

C 085Í43 3CD C 055832 2CD

Distribución
h a r m o n i a m u n d i i b é r i c a Avda. Pía del Vertt, 24. 08970 SANT JOAN DESPÍ. Barcelona.
CONCIERTO SEXTO ANIVERSARIO
DE LAREVISTA SCHER2O

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MARÍA BAYO, soprano


Juan Antonio Alvarez Parejo, piano
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MOZART-BRAHMS-R. STRAUSS
Auditorio Nacional de Música. Sala sinfónica
Jueves. 23 de c-nuro de 1992. 19:30 horas

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Su.seripiares: l ) d I? al 21 de diciembre1 1991
Público cu general a partir del H dt1 enero de 1992
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Con e! patrocinio de: v la colaboración del:

FUNDACIÓN MINISTERIO DE CULTURA


nSHiiio M x x r a de Ds Anas esesneas y Se a U É m
III. SU MÚSICA

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L
os nombres de Mozarl y Haydn han estado uni-
LA RELACIÓN
L
dos desde que. o comienzos de lo década de
1780, se conocieron personalmente y trabaron

CON HAYDN amistad. Tal vez lo estoban ya desde antes en


sus propias mentes - a través del conocimiento
aue cada uno de ellos lenia de una parte de la obra
del otro- y también por sus múltiples amigos comunes
como son van Swieten, inspirador de las reorquesla-
ciones de obras de Haendel a cargo de Mozart y
libretista de los últimos oratorios de Haydn, el herma-
no masón Puchberg, o el Abbé Maximilian Stadler.
Esta vinculación ha propiciado comparaciones -por
parte de críticos y público en general- que se inician
casi a la muerte de Haydn y que, sobre todo a lo
largo del siglo XIX pero también parcialmente en el
XX, han sido en detrimento de Haydn, opinión que
no era compartida ni por el mismo Mozarl. A la vez,
sus nombres quedon unidos en multitud de esludios
sobre el período clásico que se suele conocer como
la época de Haydn y Mozart (o veces se les suma
Ludwig van Beethoven], la obra de Rosen sería sola-
mente uno de los últimos ejemplos de esto tendencia.
Fue ésto una reloción de un tipo que -por diversos
motivos- cuento con pocos paralelos en la historia de
la música. Sin duda alguna, hoy que hocer notar que
se trata de una relación entre los dos compositores
que estaban considerados por sus contemporáneos,
casi de una formo unánime, como los más reputados,
consideración que ellos mismos compartían recípro-
camente. Además, afectó de formo considerable a
ambos, tanto en la esfera de las relaciones persona-
es como en el de la producción musical con las con-
siguientes repercusiones -no siempre positivos- en el
terrena estrictamente técnico y estilístico. En definitiva,
se podría considerar ésta como una interacción nor-
ma! enire dos grandes artistas, presidida por el deseo
de emular o superar a su congénere, en una relación
presidido par la admiración mutuo, hecho éste que,
lamentablemente, la diferencia de muchas otras rela-
ciones entre compositores. Finalmente, hay que seña-
lar que se Irala de una relación considerablemente
bien documentada y abusivamente tratada por la his-
toriografía .

Sí bien no hay noticias claras sobre el momento


exacto en que se realizó el primer encuentro entre
ambos, lodos los estudios parecen apuntar uno fecho
que en ningún caso serio anterior a 1781 y Landon:
cree que habría que pensar en algún momento de
1784. Sin embargo, la admiración que Mozart sen-
tía por Haydn serio anterior, incluso, o su traslado a
Víena en 1781. Cabe suponer que cuando Mozart
retoma la composición de obras de músico de cáma-
ra para cuerdos en 1782 después de cinco años de
no haberse dedicado a este género, lo hiciese influi-
do por dos lactores: lo aparición de los Cuartetos de
cuerda Op. 33 de Haydn y la amistad con él. No
obstante, parece poco probable que cuando el día
de San Silvestre de 1782 Mozort completó su Cuai-
teto K. 387, lo pensase ya como el primero de la
serie que posteriormente dedicaría a Haydn; segura-
mente que estas intenciones no tomaron cuerpo hasta
al cabo de un año. La publicación definitiva de esta
serie de seis cuartetos de cuerdo -que tal vez repre-
senten el punto máximo de concreción de esta rela-
ción humana y musical- tuvo luqor a finales de
1785

Mientras tonto, ambos compositores habían ahon-


dado relociones con lo masonería vienesa. Aun cuan-
do los primeros obras masónicas de Mozart se de los números 5, y 2 y 6 respectivamente. Fací -
remontan a 1772-74, es en 1783 cuando el barón mente se puede ver en este hecho no sólo el gusto y
Otto von Gemmíngen establece su propio logia Zui las posibilidades de investigar nuevas soluciones que
Wohlthátigkeit y le invito a formar parte de la misma. Haydn a menudo puso en práctica -y que contagia
Es definitivamente admitido en diciembre de 1784 y a Mozart en esta serie- sino también su intelectualis-
el 1 3 de enero de 1785 consigue el grado de maes- mo aplicado o la composición y su conocimiento de
tro en la logia Zur Wahren Eintracht. Apenas un mes los estilos elevado o aprendido (contrapunto esirictof
más tarde ingresa en la misma Joseph Haydn (1 1 de y medio o de la música instrumental, ¡unto con sus
febrero), seguramente como fruto de sus conversacio- posibilidades de combinación Sin duda sólo su
nes con Mazart, haciéndolo, por su parte, el 16 de ejemplo puede ayudarnos a explicar la actitud de
abril, Leopold Mozorl\ Mozart en los Finales mencionados.
A principios del mismo año -tol vez el primero en Al igual que sus modelos, los cuartetos de Mozart
lo que se refiere o la intensidad de su amistad- se caracterizan "par texturas no meramente concebi-
Mozarl había terminado lo composición de sus seis das como armonía a cuatro voces sino como discurso
cuartetos dedicados a su músico más admirado. El a cuatro voces en el que las ideas musicales se
14 de enero, el mismo día en que daba por conclui- encuentran, en sí mismas, ineluctablemente ligadas al
do el último de ellos, organizó una velada musical en nuevo e integrado tratamiento del medio"8. "En cam-
a que el destinatario de los mismos los pudo oír por bio, no creemos que se puedo considerar una influen-
primera vezJ. El 1 1 de febrero ofreció de nuevo los cia haydmona -como se ha señalado en ocastones-
¡res últimos a su nuevo hermano masón Joseph el hecho de escribir estas obras en cuatro movimien-
Hoydn. Fue en esta ocasión cuando éste se dirigió a tos, puesto que de los 23 cuartetos de cuerda que
Leopold Mozart en los conocidos términos: escribió Mazart, I 8 están estructurados en cuatro
movimientos. Los cinco restantes -en tres- pertenecen
«Os digo ante Dios, y como hombre honesto que al grupo de los conocidos como de Milán y fechados
soy, que vuestro hijo es el más grande compositor en 1772-3.
que conozco, ya sea personalmente o por su reputa-
ción. Tiene gusto y, aparte de esto, los más grandes Para su publicación en Artaria, el autor preparó
conocimientos de composición*"1. en septiembre de 1785 la conocida dedicatoria a
Esto declaración no es sino lo primera de las Haydn -en italiano en el original- en la que se refie-
muchas documeniodas de Haydn con respecto a re a él como "hombre renombrado y el mejor de los
Mozad -incluso mucho después de la muerte de amigos". Asimismo menciona el hecho de que estos
éste- y el vinculo que cierra el círculo entre su tiempo cuartetos "son el fruto de un esfuerzo largo y laborio-
y el nuestro. so" (¡I frutto di una lunga, e laboriosa fótica). Esto se
Tal vez haya influencia de los Op. 17 y 20 que manifiesta en los manuscritos autógrafos en que apa-
habían impresionado a Mozort en los Cuartetos K. recen varios tipos de tinta y papel, así como en las
168 a K. 173 (de 1773) a juzgar, por ejemplo, por múltiples ideos posteriormente desestimadas; concre-
el primer movimiento del Cuarteto K. ¡70 o el Finóle tamente amplías secciones del Finale del Cuarteto K.
del K. }73. pero son los Cuartetos Op. 33 de 387 tuvieron que ser rehechas y se han encontrado
Haydn y los K. 387, K. 421, K. 428, K. 458, K. diversos intentos fallidos de los últimos movimientos
464 y K. 465 de Mozart, con sus similitudes y para- de los K. 458 y K. 464. Por otro lado, estas dificulta-
lelismos, los que constituyen una clara frontera por lo des entran en frontal contradicción con la ideo mítica
que a su influencia mutua se refiere y dejan ya esta- de su divino facilidad para componer. Es difícil enten-
blecido que ésto será especialmente importante en el der que éste sea el mismo Mozart que, unos años
terreno del cuarteto, menos en los de la sinfonía y más larde, escribirlo sus tres últimas Sinfonías en
música vocal, e incluso negativa en el del concierto menos de tres meses. Un trabajo lento y arduo de
para piano y en el de la ópera por lo que a Haydn casi tres años que no debió hallarse exento de dudas
se refiere. a juzgar por este fragmento de la dedicatoria: "Tú
mismo, el más querido de mis amigos, durante tu últi-
Parece fuera de dudas que Mozart con estas com- ma estancia en esta capital me expresaste tu satisfac-
posiciones pretendía emular el Op. 33 de Haydn ción por estas obras (...) tu aprobación me anima
-escritos en un "estilo nuevo y diferente" según el pro- más que cualquier otra cosa". Lo frase de despedida
pio autor- de quien gustaba repetir que había apren- no es menos sincera ni menos emotiva que todo lo
dido el arte de escribir para esto formación camerísti- precedente: "Desde la más hondo de mí corazón
ca que, de hecho, puede ser considerada un invento soy, mi querido amigo, tu más devoto amigo, W.A.
de Hoydn en sus primeras composiciones del género Mozart^.
entre ca 1757 y ca 1 759.
Las relaciones entre ambas seríes, que permiten De algún momento de 1784 data la noticia que
hablar de ínfluencios, aun habiendo cloras afinidades nos brinda el cantante irlandés Michael Kelly'" según
como las de los Minuetos del Op. 33 n e 2 y K. 428 la cual Stephen Storace ofreció una velada de músi-
o os Finales del Op. 33 n9 5 y K. 42), se refieren ca para cuarteto de cuerdo con la participación de
sobre todo a cuestiones formales típicas de Haydn unos instrumentistas verdaderamente excepcionales:
que Mozart incorporo: las relaciones motívicas deta- Joseph Haydn como violín primero, Cari Ditters
lladas dentro y entre movimientos, los contrastes f-p -entonces ya Barón von Dittersdorf- como violín
en el Minueto del K. 465 y el empleo del stile fuga- segundo, wolfgang Amadeus Mozart a la viola, y
to del motete y del ricercar, y de la fugo'' en la músi- Jan Krlilel Vanhal -compositor de más de 1 30 Sinfo-
ca de cámara -Finales de los K 387 y K 464- nías, a menudo en el estilo de Haydn- al violonche-
para producir un efecto de intensificación, un rasgo lo. A pesar de que en esta ocasión Haydn ocupara
casi nuevo en la producción mozartiana anterior a el ugar de primer violín, es conocida su capacidad
este punto. Haydn había usado ya estas técnicas en para tocar casi la totalidad de los instrumentos
sus Cuartetos Op. 20, concretamente en los Finales orquestales, así como su predilección por la viola.

89
QKARTETTI
PER nrr. vtoLitn, VIOLAD

I
11J CJÍgnor

GIUSEFPE HAYDN

Q)a¿' ¿fucC&wcc
WAMOXART
X

¡oseph Haydn. Olso de Tbomas Hardy realizado en Londres en 1791-1792.

90
que compartió con Mozart juntos habian locado en estas simililudes nos conduzcan a poder hablar más
este instrumento algunos de los últimos quintetos bien de interferencias constantes entre ellos que de
mozartianos con Abbé Stadler que es quien aporta la una paternidad o influencia.
noticia". Asimismo Landon acierta a ver algunas relaciones
Precisamente uno de ellos -K. 6)4, compuesto en entre las tres últimas Sinfonías de Mozart y las Sinfo-
abril de 1 7 9 1 - ha sido considerado Frecuentemente nías de París de Haydn. En primer lugar, se Irata de
como uno de los últimos tributos a su admirado maes- las tonalidades utilizadas: mi bemol poro la n° 39 y
tro a quien acostumbraba a Homar amistosamente sol menor y do mayor para las dos ultimas, en orden
con este calificativo o simplemente "Popó" Desde su inverso a las tres primeras de París fnes. 82, 83 y
inicio a cargo de las dos violas por terceras sin 84}. Aun haciendo referencia a abras de este perío-
acompañamiento, hasta el Finale -deudor del Cuar- do se señóla una coincidencia enire el compás de
teto Op. 64, n e 6 de Haydn- pasondo por el movi- 3 / 4 de los primeros movimientos de la Sinfonía n g
miento lento emparentado con el de la Sinfonía ns 39 de Mozart (¡unió de 1 788) y de la ne 85 de
95, y por el trío del Minueto, posiblemente influido Haydn (1785], así como entre el inicio de la Sinfo-
por el de lo Sinfonía n9 88, son muchos los elementos nía n~ 78 [1782) y el del Concierto paro piano y
que nos traen a la mente una presencia implícita de orquesta n9 24 en do K. 491 (1786). También se
lo música de Haydn en esta obra. puso de relieve que en el Réquiem Mozart utiliza
algunos elementos que Michoel Haydn ya hobío utili-
Pero la influencio de la música del mayor de ellos zado en el suyo de 1771 para el arzobispo de Sch-
en su amigo más ¡oven no se limitó, ni mucho menos, faltenbach. También son principalmente obras de este
a estas composiciones de música de cámara. periodo las que brindan a Levy"' algunos ejemplos de
Landon1'1 nos da una lista de obras de Mozait que similares tratamientos de la textura instrumental. Así
reflejan esla influencio, asi como de las suyas propias los solos excepcional mente lorgos en los rondas fina-
que también influyeron en otras de Hoydn, al tiempo les del Concierto para piano K. 503 (de 178ó) o
que lanza bien fundadas conjeturas sobre cuáles son del Trio Hob. XV n 15 (1785), los unísonos orquesta-
las obras de cada uno de ellos que se supone debe- es como inicio del desarrollo de los primeros movi-
rían haber sido conocidos por el otro. Entre las prime- mientos de las Sinfonías n 5 92 (1789) y K 550
ras se encuentran los Finales de los actos II, III y IV de ¡1788) o los inicios de los Cuartetos K. 478 (de
te Nozze di Figaro con reminiscencias de los Finóles 1785-861 y Op 50, ne 4 (1787). También se ha
de los dos primeros actos de la Fedeltó Premíala, señalado la presencia de elementos derivados de
ópera que, podemos creer, Mozart habría estudiado Haydn en obras mozartianos anteriores o su primer
en profundidad; cinco años rnás tarde adopta su encuentro, como la de la obertura de L'incontro
estructura de tonalidades, básicamente en relaciones improvisto (1775) en la de Die Entfübrung aus dem
de tercera -notablemente frecuentes en la globolidad Seroil f 1782), o la de la Sinfonía ns 39 de Haydn en
de la obra de Hoydn- en lugar de los más comunes la K. 183 (1773), ambas en sol menor.
de quinta, en Cosí fon tutte. El Concierto n3 20 paia
piano y orquesto K. 466, compuesto en febrero de
1785, intensifica los aspectos más graves de la tono- Finalmente hacemos notar el cambio temporal de
idad de re menor que Haydn pone en juego en su actitud que su encuentro con Haydn parece comportar
Sinfonía n° 80, con la que Mozart iniciaba uno de con respecto o su manera de planear los procesos
os conciertos de cuaresma que dirigió en la Tonküns- modulantes entre las dos áreas tonales en los movi-
ller Societát de Viena, según un programa elegido a mientos en forma sonala / . Con frecuencia Mozart
principios de aquel año. antecede sus segundos grupos temáticos con un acor-
de sobre V -a menudo seguido de pausa- que tanto
Aún cobría añadir13 los cánones del Minuete y del puede derivar en lo lanificación de e^te grado como
Trio del Quinteto K 406 (de 1788), menos deudores permanecer en la tonalidad inicial. Esta -que se ha
de lo tradición barroca que de Hoydn, y los cosos en venido designando como conc'usíón bifocal- podía
que Mozarl parece aplicar fórmulas predilectas de resultar un sustituto simplificado, no exento de sutilezas,
Haydn, como son los tiempos en forma sonata de de un verdadero proceso modulante. Mientras que
carácter monotemático -con un segundo tema derivo- Haydn casi nunca lo utilizó, Mozart se habría familiari-
do del primero, para expresarlo con más exactitud- zado con él ya en sus primeros viajes a París donde
que se presentan en la Sonata para piano K. 570, ei este procedimiento tenía gran aceptación y lo habrío
Cuarteto K. 590, el Quinteto K. ó 14 o en la Sinfonía aplicado con frecuencia durante toda su vida, excepto
Praga K. 504 (todos ellas compuestas entre 178Ó- en el periodo 1783-86 en el cual dedicó más aten-
90¡, o la tendencia a dar más importancia al Finale, ción a los verdaderos procesos modulantes. Son ejem-
lo que yo queda patente desde lo Sinfonía K. 130. plo de ello el primer movimiento del Cuarteto K. 428,
Sin embargo, no es menos cierto que ésta ero una en donde se establece la nueva tonalidad de un modo
tradición en la que se encontraban inmersos un núme- totalmente polarizado, lo que es infrecuente en su músi-
ro considerable de compositores, entre los que se ca anterior, así como en el primero del Cuarteto K.
hallaban los dos hermanos Haydn. 464, en donde se suceden unos procesos cadencíales
como pequeños dramas armónicos difícilmente imagi-
De un modo similor, otros dos hechos pueden ser nables sin el ejemplo de Hoydn.
considerados como resultado de esta Iradición
común: Por un lado, el abandono por parte de Por su parte, Haydn retoma la composición de
ambas de la composición de música religiosa, lo que cuartetos en 1785 con su Op. 42 -lo que probable-
ocurre hacia 178313, como consecuencia de las res- mente respondía a un encargo procedente de Espa-
tricciones quejóse II impone al uso de la Figuralmustk ña- y sobre todo con los seis que integran su Op.
en el templo. Por el otro, el hecho de que ^durante el 50 que dota de 1786. Si bien Rosen1^ señala que
mismo periodo de tiempo- se observa en sus respecti- las 1 8 cuartetos que compuso entre 1785 y lo muer-
vas producciones un aumento de las composiciones te de Mozart siguen de cerca los de su amigo más
instrumentóles culminadas con un rondó'\ Tal vez ¡oven e incorporan su variedad de registros armóni-

91
eos y su facilidad de fraseo, Landon " pone un énfa- del 1792 también hoce mención de cuan impresio-
sis especial en lo bien que Haydn preserva su perso- nado se enconiraba por esta pérdida11.
nalidad, pese a observar en su Op. 42 y Op. 55 nQ Casi simultáneamente, el hnale de la Sinfonía n°
) algunas derivaciones del K. 387, concretamente 95 constituye su última tentativa de configurar un
en eT estilo fugado del último movimiento y en los movimiento rugado al estilo de la Sinfonía Júpiter en
Minuetos, respectivamente. Esta es, también, la opi- la que se inspira, y elementos de la n~ 98 -especial-
nión de Lowinsky en su análisis de algunos aspectos mente el Adagio- pueden ser igualmente considera-
rítmicos de la obra de ambos autores--: pese a obser- dos como un tributo el admirado amigo desapareci-
var la influencia mozartiana en la construcción ríirnica do.
y Bfraseológica en obras como la Sonara para piano Incluso en 1798 cuando imagino la introducción
n 59 en mi bemol mayoi que data de 1790, e a su oratorio La Creación en do menor como descrip-
vigor e impulso característicos de Haydn se mantie- ción del Caos, en opinión de Choilley" no hace mas
nen intactos. En todo caso, hay que admitir que si que integrarse en una comente de utilización de esta
hubiese habido alguna influencia especial sobre tonalidad para representar la oscuridad y el caos que
Haydn desde 1781 a 1790 ésta habría sido la de se remonta a Rebel (1737), y pasa por Israel en
Mozart, a quien amaba y admiraba, posiblemente Egipto de Haendel y, por supuesto, por el Adagio ini-
más que a ningún otro compositor ', cial del Cuarteto "de tas disonancias" K. 465.
Si bien es difícil afirmar cuántas obras de Mozart ¿Debemos pensar en un tributo o en una simple coin-
conocía Hoydn antes de partir para Londres, en esta cidencia? En todo caso, ambos resuelven el conflicto
lista deberían figurar -además de los seis cuartetos a armónico planteado en do mayor.
él dedicados ylos últimos quintetos que compartió a Niemetschek escribe en 1 798 una biografía de
la viola con su autor- las últimas sinfonías y posible- Mozari ;: sobre la base de los testimonios de Cons-
mente alguno de los conciertos para piano -aprecia- lanze y otras fuentes originales, y se la dedica a
ba en gran manera su forma de tocar-, además de Haydn. En ella queda claro que Haydn mantuvo con-
Cosí fon Míe al menos desde su asistencia, ¡unto con tacto con la viudo de Mozarf después de la muerte
el amigo común Puchberg, a uno de ios ensayos en del compositor y abunda en el extremo de la sincera
casa de Mozart |31 de diciembre de 1789). Tam- admiración que Mozarl senlía por los Haydn, no sólo
bién le Nozze di Fígaro, Don Giovanni y algunas de por Joseph sino también por su hermano más ¡oven
sus misas y moteles. Es igualmente probable que Michael: "Siempre se emocionaba cuando hablaba
ambos hubiesen intercambiado algunas de sus obras de los dos Hayan o de otros grandes maestros (...) Si
anteriores aún inéditos o poco interpretadas. De cual- su esposa quería darle una so'preso especial en una
quier modo, la presencia de Mozart en la vida de festividad familiar, secretamente preparaba una inter-
Haydn debió de ser una conmoción considerable pretación de nueva música sacra de Michael o
-aparte del inmenso placer que la música del más Joseph Haydn"'". A pesar de que ocasionalmente en
joven producía en é l - y motivó que abandonase la sus carias Mozart realizo algunos observaciones gro-
composición de óperas -con una única excepción- y seras sobre Michael, indudablemente estaba impre-
conciertos para piano, terrenos en los que no podía sionado por su trabajo y su influencia es palpable en
competir con el divino Mozart. su Te Deum K. 141 o en la Clemenza di tito.
Cuando en septiembre del 1790 muere el princi- En 1 843 el Allgemeine Teatherzeitung^ publicaba
pe Nicolous Esterházy, el nuevo príncipe no exige de un escrito de Carolíne Pich!er'fi en el sentido de que
Haydn su servicio activo como Kopeiimeister por lo ni Mozart ni Haydn, en su contacto con los demás,
que éste se dirige a Víena. El rey Fernando intenta mostraban ningún tipo de capacidad intelectual extra-
que acepte un puesto en su corte de Ñapóles, aun- ordinaria y apenas ningún tipo de formación inlelec-
que aparece Jo non n Peler Salomón con la propuesta lual, m de educación científica o superior. El comen-
de que Hoydn viaje a Londres en la temporada tario continuaba preguntándose cómo de estas perso-
179i-92, y que, posteriormente, lo haga Mozart. En nas habían nacido músicas que "conmueven profun-
una comida con el empresario londinense los dos damente en lo más hondo del alma". Incluso en
compositores se vieron por última vez, circunstancia aquellos rasgos negativos, que ningún otro comenta-
que es narrada de forma más o menos emoiiva por rista nos ha transmitido, se dio una estrecha interrela-
Griesinger, Dies y Neukomm" ción que favoreció la comparación entre ellos.
Haydn recibe en Londres la noticia de o muerte Finalmente cabe decir que sería temerario afirmar
de Mozart. La impresión que ésta le causó debió de aue el periodo que se obre en 1791 con la muerte
ser honda, y la amistad y admiración que por él de Mozart es el de mayor influencia de su obra
había sentido, decididamente sinceras a juzgar por sobre la de Haydn, asi como también hay que mani-
os comentarios que siempre hizo de su amigo desa- festar que la mulua influencia ho sido sobreañal izada
parecido: "La posteridad no verá en cien anos un y enfatizada de forma abusiva hasta llegar a pensar
talento como éste"-". "La pérdida de Mozart es irre- que cada frase de cinco composes en una obra
parable, jamás mientras viva olvidaré su lorma de mozartiano reflejaba la influencia de Haydn y que
tocar". "Era realmente un gran músico. A menudo he cada nota cromática de paso en una composición de
sido halaqado po' mis amiqos por ser qenial; pero él Haydn tenia su origen en Mozart.
era en mucho superior a mi . t n e e- mundo perdió Como se ha áicho ¡a influencia de Hoydn en
a un maestro de la armonía mucho más grande que Mozart -tal vez su confluencia su interferencia- posi-
yo". "Mozarl es, verdaderamente, un músico eminen- blemente fue sobre todo formal, especialmente impor-
te". "Era un Días en música" "Donde esté Mozart, tante en el cuarteto de cuerda, y estuvo al lado de un
Haydn no se puede mostrar" había manifestado yo cúmulo de técnicas y recursos estilísticos que pertene-
anteriormente para declinar el ofrecimiento de com-
poner para las ceremonias de la Coronación en cían a un acervo común.
1791. En una caria enviada a Puchberg en enero
Josep M. Vilar i Torrens

92
1 Rosen, Ch. El estilo clásico. Haydn Mazarí, Beetho- 16. Levy, Janet M.: Texture as a Sign in Classic and
verh.Madrid, 1986. Eorly Romantic Music. Journol oF ihe Arner^can Musicologi-
2. London, H.C. Robbins: Haydn. Chronicle and cal Sociely. Vol. XXXV. n5 3. Foll 1982 Pp. 482-531.
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4 . Carla de Leopold Mozart a SJ KILO en Si. Gilqen el 18. Rosen Charles: Op cit Pág. lÓOyss.
22.1.1785. ¡ 19. london- Haydn C&W.WI. Pág. 624 y ss,
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Musicale 4e trimestre 1988, pp. 51-57, ger, Viena, 1954. Dies, A.C : Biographische Nachrichten
8. Sadie, Stanley: Mozort. Barcelona: Muchnik, 1985. yon Jospeh Haydn. Vierto, 1810; reedición ds Horst Seeger.
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9. Cortos de Wollgang Amadeus Mozorl. Selección y den hioQí Nach'ichlen von Dies. Viena, 1959. Citado en
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Barcelona: Muchnik, 1986, p. 220. mo año de Mozart. Madrid: Siruela, 1988. Págs. 26-27.
10. Kelly, Michael 1 Reminiscences. Londres, 1826. 23. Carla del 20.1 2.1 791 a María Anna von Genzin-
Págs. 222-225, 227 y ss. ger.
1 1. Sladler fue uno de los interlocutores de Vincent y 24. Landon: Haydn. C á W II, Pág, 7 5 2 . III, Páqs.
Mary Novello. Las noticias y opiniones por él aportadas 58, 113, 121 1 5 4 , 4 1 6 .
aparecen a menudo en Novello, Vincent: A Mozart ftlgn- 2 5 . Chailíey, Jacques: The Magic Flvle, Masonic
mage. Iondíes, 1829. Opera. London: Gollancz, 1972. Pp. 84 y 160
12. Landon, H.C. Robbins: Mozort. Los años dotados. 26. Niemelscheck, F.X.: íeben der k k. Kapellmeisters
1781-1791. Barcelona: Deslino, 1990. Pág. 133 yss. Wolfgang Goltlieb Mozart noch Originolquellen geschrie-
1 3. Sadie: Op. cit. ben. Praga, 1798.
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millan, 1989. 28. Pichler, Caroline: Denkwürdigkeiten aus memem
15. Colé, Malcolm S.: The rondo finóle: evidence of ¡eben. Viena 1 844. Ed. K.K. Biümml. Munich 1915 Cita-
the Mozart-Haydn exchanqe? Mozort Jahrbuch. 1968 pp. do en Landon: Hoydn. C & W. II, Pág. 502, y 1791 El
242-56. último año de Mozart Pág. 49.

i((

Cana de Mazan a Haydn.

93
Escenografía para el Rapto en el serrallo de Julius K Lechner. Beriín. Í884.

F/gurfn de Ezio
Frigeno pora to
Condeso de Las
Bodas de Figaro.
París, 1973.

94
domeneo, Die Entführung aus dem Serail, le
EL GRAN TEATRO nozze di Fígaro, Don Giovonní, Cosí fan tulle,
Die Zoubernóte: seis obras maestros |a las que

DE MOZART parece obligado añadir, al menos, un sépiimo títu-


lo, la Clemenza di Tilo, por su valor, no absoluto
pera si bastante relevante], y otras tontos etapas bien
diferenciadas de la experiencia de Mozart sumo
autoi de leatro. Hemos preferido tal definición en
lugor de aquélla, en muchos aspectos empobrecedo-
ra, de sumo autor de melodramas, incluso si después
resulta evidente que su genio de dramaturgo se desa-
rrolló en el ámbito históricamente determinable, de la
ópera italiana y alemana de finales del XVIII. Pero las
ideas, los fines, los medios que él llevó a la práctica
fueron tales, y tales los resultados obtenidos, que
sobrepasaron sin no obstante vaciar de contenido,
los limites de aquella ópera, trazados por manos
egregias como las de los grandes italianos contempo-
ráneos Uommelli Traetta, PÍccinni y Paisello, en primer
lugar] y de Gluck.
El resultado ya no podrá nunca consistir, simple-
mente, en la resurrección de un dato histórico por
una excepcional personalidad creativa (como sucede-
rá, decenios más tarde, en lo que respecta a Rossini
o Verdi], Las óperas mozarlianas abren interrogantes
ideales y estéticos, plantean problemáticas que pro-
yectan sus larguísimas sombras tanto en el pasado
como en el futuro, reclamando aquellos grandes con-
tenidos del teatro antiguo -el amor, la venganza, la
justicia, la muerte, el más allá; e incluso lo purifica-
ción esotérica por medio de los ritos misteriosos y el
anhelo de alcanzar un estado de inocencia premo-
ral- que el siglo XVIII había recubierto con muchas
manos de tranquilizadores revoques racionales y utó-
picos, y que Don Giovanni y Die Zouberftóte redescu-
bren en todo su perturbador, cotidiano valor mítico.
Además, en la gran trilogía formada por Die Ent-
führung, le nozze de Fígaro y Don Giovanni, que
ocupa en todos los sentidos una posición central en
su parábola de obras dramáticas, Mozart supera,
con mucho, todo lo que hasta ese momento se había
realizado en el teatro musical, en materia de intros-
pección psicológica y de estudio de caracteres. Por
primera vez en su historio casi bisecular, la ópera
conquista un puesto de igualdad, al lodo del máximo
teatro de todos los tiempos, imponiéndose a sí
misma, en lo sucesivo, modelos excelsos y todavía
hoy no superados.
El genio dramático de Mozart estalla en toda su
violencia en Idomeneo, una ópera seria representada
en Munich en enero de 1781 en circunstancias parti-
cularmente favorables (el compositor podía contar
con una de las mejores orquestas de Europa, además
de con una suntuosa puesta en escena y de, al
menos, con tres cantantes de primer orden). Idome-
neo es el punto terminal de una experiencia iniciada
una deceno de años antes en Italia, con éxitos insig-
nes, si se consideran, en especial, las escenas con
garra contenidas en Lucio Silla (Milán, 1772], Uno
experiencia italiana, a partir de ese momento enri-
quecida por la aportación del conocimiento del
drama musical gluckiano y, más en general, francés,
cuyas sugestiones están presentes en la partitura de
Munich, can sus danzos, sus coros y su imponente
grandiosidad.
Pero Idomeneo es también algo completamente
nuevo en el panorama de la ópera europea de aque-
llos años. Tan desconcertante novedad está constituí-

95
da, en primer lugar, por el flujo de energías sinfóni- tado en Europa por su mensoje contestatario del siste-
cas que recorre de principio a fin la partitura, abrien- ma ético-social del antiguo régimen, es emblemática
do en ella horizontes expresivos desconocidos en los de una búsqueda dramática que intenta alcanzar
medios de comunicación usuales del melodrama del altos niveles de contenido dentro de un género, como
tiempo, bosodos esencialmente en el elemento vocal. era el de lo comedia musical que, justo en aquellos
Por el contrario lo poderosa orquesta de Idomeneo años, había alcanzado la cima de su desarrollo histó-
reclamo un tipo de expresividad más complejo e rico gracias, en especial, a la aportación de libretis-
inquietante, el suscitado por b voz de los instrumen- tas como Lorenzo Da Ponte, Giovanní Batlista Casti y
tos, como alternativa a la del canto, y copoz de des- Giovanni Bertati y compositores como Gíovanni Pai-
pertar, al escucharlo, emociones inefables es decir ( siello, Domeníco Cimarosa, Pasquale Anfossi, Vicente
como indico lo etimología griega de la palabral, Martín y Soler, todos trabajando en aquel momento
incomunicables por lo sola voz humana. Es universal- en Viena y bien conocidos por Mozort.
mente sabido que esta potenciación de las nuevas
expresividades inherentes al medio sinfónico, desde Es precisamente Da Ponte el que transformará te
el Beethaven de Fidelio, pasando por Weber, basta manage de fígaro de comedia política en comedia
Wagner, será, en ía sucesivo, la vía maestra por lo humana de conflictos de sentimientos y de sutil análi-
que se adentrará la ópera alemana del período sis psicológico. Adquiere forma así la indispensable
romántico. premiso sobre la que Mozan podrá experimentar su
exploración dramática en un juego dialéctico entre
También Die Entführung ous dem Serait (Viene, comedia y drama y en una refracción continua de
1782) parte inicialmente de un género teatral, e modalidades expresivos, donde lo cómico se convier-
Síngspiel, que se hobia hecho muy popular en aque- te en dramático y el drama exige uno participación
llos años y que había sido favorecido par la político emotiva que jamás excluye una sonriso misteriosa y
cultural de José II, tendente a un teatro de inspiración iberadora.
burguesa, abierto a lo reflexión ideológico y la crítico A decir verdad (y he aquí la razón de la centrali-
de costumbres. Lo tradicional lurquerie del enredo dad creativa de íe nozze de Fígaro) esto ero lo que
(derivado de una literatura teatral de origen francés, ya estaba sucediendo con lo serie de odmirables
de la que es modelo la afortunada ópera cómica de conciertos para piano y orquesto que, ¡usto en aque-
Gluck ía reconlre imptévue, de I7Ó4J se empapa llos años, se suceden ininterrumpidamente y en los
aquí de contenidos ¡deoles gratos o lluminismo, que parece traducirse en términos de pura expresión
como la tolerancia, el respeto por lo persona humana instrumental la puesta en escena y lo dialéctica del
o por lo diferente, la magnánima comprensión, ade- gran teatro mozartiano coetáneo. Puente de esta
mas, se entiende, del elemento patético y novelesco, correlación, la dinámico forma-sonata que, en Le
típico de la nueva sensibilidad burguesa y del gusto nozze di Figoro justifico la estructura de los grandes
por el exótico divertissement. concertantes y de los finales de acto (de modo espe-
El resultado será, también en este coso, el de un cial el que cierra el segundo acto, de excepcional
producto dramático de extraordinaria novedad que duración y articulación] identificándose no sólo con el
funde con la expresión cómica, lo elegiaca y a de tiempo real de los acontecimientos escénicos ¡siguien-
estilo sublime de la ópera serio, desde la cima de do uno lección aprendida de los italianos], sino tam-
una unidad de estilo musical basada en el perfecto bié ld i p i l ó i d i Y
ién con el devenir psicológico de ios personajes. ¡Y
dominio de los medios tradicionales renovados desde qué personajes! gQuién nunca, antes de Mozart,
dentro por sorprendentes energías sinfónicas y sona- había escudriñado o fondo la ambigüedad del amor,
tísticas. La identificación d é l a s más complejas y en la languidez adolescente de Cherublno, en lo
variadas facetos del comportamiento humano con lo doliente resignación de la Condesa, en el caballeres-
moderna dialéctico sonatística es, ohora yo, en Die co orgullo frustrado del Conde, en la inocente sen-
Entführung, uno realidad que sólo espero o íe nozze sualidad de Susanna? Tanta tensión erótica parece
di Fígaro para manifestarse en toda su plenitud revo- descargarse con la furia de una tempestad en Don
lucionaría, comparable a la de la mimesis realista y Ciovann: (Praga, 1787). Punto terminal de un milolo-
al estudio de los caracteres de ¡a gran narrativa die- gema, el del Libertino castigado, nacido, como es
ciochesca, desde Molí Flanders de De Foe al Tristam sabido, de los visceras profundas de lo España
Shandy de Sterne, desde la Manon lescaul de Pré- barroca y que se divulgó posteriormente por toda
vost al Werther goethiano. Lo "obnto coida del aeto» Europa a través de innumerables manifestaciones lea-
como Goethe acertadamente la definirá, se abre, por troles que conjugan la comedía del arte con la e|em-
entero, o esta Sehnsucht -nostalgia, sueño, deseo plarídad del teatro religioso. Pero también esta vez,
que consume-eternízada por la serenata de Pedríllo Mozart hará borrón y cuenta nuevo, volviendo a
ín Mohrenland y por las grandes arias patéticas de comenzar desde el principio. Como perfectamente lo
Konstonze: ei más nuevo y, o lo vez, el más antiguo entendió Kierkegaord, desde aquel fatal 1787, lo
(como el que se liberaba desde lo más profundo del historia de Don Juan y de su mundo se identificará
alma germánica] de sus mensajes espirituales. irreversiblemente con la del anómalo «dramma gioco-
50» compuesto con la colaboración del nenia
Serán íe nozze di Figaio [Viena, 178ó| las que ibretista Lorenzo Da Ponte, si bien está fuera de toda
encauzarán las sorprendentes novedades de esta dra- duda que el drama mozartiano conservará de la anti-
maturgio musical hasta convertirlas en algo más que guo matriz de Tirso de Molino, ol menos, las dos
uno de tantas obras maestras de las que consto el constantes fundamentales que la cultura europea ha
legado creativo mozartiano. Fígaro es, en efecto, reconocida siempre en el gran arle español: el senti-
uno de los arcos portantes de la plena madurez artís- do de la muerte y el de ía justicia, en este y en el
tica del compositor entendida en sentido global, otro mundo.
como b será lo Heroico para Beelhoven, o la Tetralo-
ia pora Wagner. Ya la elección del temo, b come- El estudio de los caracteres, iniciado en Die Ent-
§ ia de Beaumarchois que tanto alboroto habia susci- lührung y llevado a b perfección en Le nozze di Figo-

96
Escenografía de Angelo Quaglio para la escena del cementerio de Don
Giovanni.

figurín de Dafíinger para Sarastro de La flauta mágica Viera / 822

97
ro, se tropieza esfa vez, en su shakespeariano talla- caracteres de los años ochenta y su devastadora fri-
do, con la inquietante, monolítica figura del protago- volización.
nista: más que personaje, fuerza de la naturaleza, La misma extraña pureza lírica es la esencia de
encarnada en una devoradora y siempre inextinguido las mejores páginas de ía Clemenza di Tito, un poco
voluntad de conquista erótica. Bajo su sombra ame- convencido regreso o la ópera seria tradicional, moti-
nazadora, desde el criado Leporello (que mantiene vado por una circunstancia oficial, la coronación
actualizado el catálogo de las conquistas de su (acaecida en Praga en septiembre de 1791] del
patrón] a ía amante despechada Donna Elvira; desde nuevo emperador feopoldo ll como rey de Bohemio.
lo orgulloso y doliente Donna Anna, víctima del últi- El viejo drama de Metostasio, impuesto por el aconte-
mo intento de seducción que costó la vida a su cimiento y retocado con el añadido de concertantes
padre, al enamorado Don Ottavio, o la pareja de y finales de acto (ahora ya indispensables en la eco-
jóvenes esposos campesinos Maselto y Zerlino. nomía dramática del compositor] será la base pora
Entretejida dialécticamente con el poder de un un ópera frágil y discutida, en la que la creación
Eros Ironsgresor de la dimensión heroica, en el curso mozartiona brilla con resplandores intermitentes pero,
de lo ópera se va abriendo paso gradualmente una o veces, como en el extraordinario primer final, inten-
demanda de justicia reparadora que, al Fino!, preva- sísimos.
ece, pero sobre un mundo aue el Libertino, precipita- Obro maestro indiscutible e inmediatamente reco-
do en los infiernos, hobrá dejado marcado por una nocida como tol será, por el contrario, Die Zauberño-
indeleble huello de azufre. te (Viena, 1791] sobre texto de Emonuel Schikane-
En Don Ciovonni, el ansia de comunicoción der; la ópera cuyo éxito dará un vuelco o la suerte
expresiva que caracteriza la producción de los de Mozart, ya próximo a su fin, colocándolo en e
espléndidos años ochenta, alcanza su cima al mismo centro de la atención de una élite musical internacio-
tiempo que el desarrollo y agotamiento del filón de nal, que comienza a apreciar también su producción
oro de los grandes conciertos paro piano y orquesta, instrumental y solicita la difusión de un teatro mayor.
prodigiosa simbiosis de luminosa mundaneidad y de Tras la imposibilidad de continuar más alió en el
¡ntimismo riguroso y no exento de momentos trágicos. camino de la comedia humana (imposibilidad yo evi-
Los años que transcurren entre Don Giovanni y Cosí dente en las abstractas estructuras de Cosí' fan Me y
fan lutte (Viena, 1790) ven marchitarse rápidamente reforzado en las todavía más enrarecidas del rifo)
los éxitos profesionales de Mozart, obligado a bus- esto tercero vio dejada ya entrever como el último
cor en ótanosos y decepcionantes viajes a través de puerto salvador y de consuelo, encuentra finalmente
Alemania del Norte y Francfort, los medios de susten- su resplandeciente realización en el ámbito, esto vez,
to que le faltan en Viena, harto de, o más bien, coda de la ópera alemana, revisada por la fábula de
vez más desorientada por su desenfreno creativo. Corlo Gozzi y de la alegoría masónica.
En medio de esta crisis, Cosi fon tulle marca un El antiguo ímpetu pasional llamea aquí, pero
momento único, en la historia de la ópera bufa, encadenado como uno fiera impotente en las deliran-
género al que formalmente pertenece, sino en la del tes arias de la Reina de la Noche, antagonista derro-
teatro moderno tout court. Es, una vez más, Da Ponte tada de Saraslro, el depositario de un patrimonio de
el que nos narra la historia tierna y cruel de una volares ético-ideológicos que se dan a conocer en la
apuesta y de una tentación, de las aue es director sublime utopía dieciochesca de lo nuevo recreación
Don Alfonso, Filósofo empírico, y ayudante de direc- de la naturaleza humana, basada en los principios
tor la cínica criada Despino, y de las que son, a universales de la hermandad, de la tolerancia, de la
tiempo, actores y víctimas dos parejas de enamora- virtud civil. Conocer y conquistar tales principios será
dos, Ferrando y Dorabella, Guglielmo y Fiordiligi. La a tarea de una parejo de jóvenes enamorados, Tami-
temática y el enredo de Cosi ían lulfe presentan afini- no y Pamino, conducidos a uno especie de proceso
dades con un libreto precedente del propio Da Ponte, de iniciación que, ol tiempo que alude abiertamente
El árbol de Diona, escrito en 1788 paro Martín y a los rituales de aquella masonería de la que Mozart
Soler. En ambos textos se ponen en tela de juicio los era un convencido adepto, se renueva, en el incons-
Grandes Sentimientos del hombre: amor, fidelidad, ciente de su imaginario mundo de Fábulas, en uno
constancia, cuya inconsistencia viene demostrada por especie de camino antropológico de iniciación ado-
el recurso a los vetustas y antirrealistas técnicas de la escente.
comedio del Arte, basados en los disfraces y el inter-
cambio de parejas. Lo multiplicidad de formas de las modulaciones
del léxico (desde el Lied a lo polifonia bochiona,
El juego de la destrucción de los sentimientos desde la ópera italiana a la alemana, desde la
demostrará, al final, que el amor no es más que rela- sacralidad austera a la cordialidad que imita los for-
tivismo sensorial, provocado por la volubilidad del mas populares) ratificadas además por una suprema
azor que mezcla y distribuye como quiere el palo de maestría estilística, fue yo indicoda, en su día, por
corazones de la barajo. Sobre este espantoso vacio Beethoven como característica peculiar de la última
la música del último Mozart se libera con acentos ya obra maestro del teolro mozartíano; y todavía hay,
de paradójica alegría, ya de infinita, desgarradora más que nunca, subsiste como prueba impresiononte
ternura, casi como una sonrisa piadosa que descien- de su insondable grandeza.
do desde lo olto paro contradecir todo lo que se
desarrolla en escena, aludiendo, discretamente, a Giovanni Carli Bailóla
una arcona tercera vía. Iras la gran comedia de (Traducción: Paz Juan)

98
ÍDlí A]] liN liSTADO PURO

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tanto, pero en YAMAHA somos alcanzado hasta la fecha por un Lector
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desarrollos técnicos denominados innovación ocupa un lugar
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Autógrafo aei comienzo de la Sinfonía Paris.

100
¿c
ómo puede el oyente actual -el hom-
LAS SINFONÍAS bre de la tecnología digital y de la
comunicación sin fronteras, el público

Y LOS del rock, del jazz, de la música serial,


electrónica o minimal- acercarse a la
obra de Mozart3 ¿No resulta en exceso arriesgado
CONCIERTOS acometer semejante salto estético y cultural sin inten-
tar al menos recordar las circunstancias que rodea-
ban la creación musical en aquella época? Pense-
mos que el compositor escribe su obra con uno con-
ciencia relativamente clara de la reacción que
puede suscitar en los oyentes de su tiempo, pero lo
que no puede imaginar es la recepción que tendrá
esa obra por parte de los siguientes generaciones.
En cuanto a los aspectos estéticas, funcionales o
sociológicos, las siguientes pinceladas pueden ayu-
dar a comprender mejor el mundo de Mozart, en
comparación con el nuestro:
Aspectos funcionóles: lo mayor parte de la música
compuesta con anterioridad al siglo XIX tiene una
finalidad claramente práctica (litúrgica o cortesana!,
su consumo es inmediato, su reposición -así como la
audición de músicas pretéritas- es infrecuente, y su
olvido suele producirse también en breve tiempo.
Hoy día la mayor parte de la música que se interpre-
ta, se graba, se analiza o se utilizo es anterior a
1950, y la música reciente se difunde más bien en
círculos especializados.
Aspectos estéticos: racionalismo iluminisla, Sturm
und Drang/estructuralismo, semántica y semiología,
muerte del arle.
Aspectos sociológicos, el acceso a la música en
tiempos de Mozart era muy limitado, mientras que en
nuestros días cuaíquier persona tiene la posibilidad
de oír música, lanío en vivo como grabada en disco
o difundida por la radio.
También la Historia ha puesto fronteras entre e
final del Antiguo Régimen, el tiempo anterior a la
Revolución Francesa ¡todavía perteneciente a la Histo-
ria Moderna), y las momentos actuales, que ya han
dejado atrás dos guerras mundiales, la llegada a la
Luna o la Guerra del Golfo Pérsico ¡hechos que figu-
ran en los últimos capítulos de la Historia Contempo-
ránea). Este espacio de tiempo puede resultar un
abismo insalvable, en el peor de los casos, pero tam-
bién puede, por el contrario, proporcionar un caudal
inmenso de información que permita una compren-
sión mucho más completa y equilibrada de las obras
musicales del pasado. Esta es nuestra ventaja..., y
también nuestra responsabilidad.

U n a vez establecida nuestra posición histórica,


enlremos de lleno en el mundo de las sinfonías y de
os conciertos de Mozart, y hagámoslo recorriendo
una especie de arco entre los fríos datos objetivos de
tipo histórico, analítico, instrumental, etc., hasta llegar
a algunas apreciaciones de orden estético o afectivo;
en fin, o la impresión subjetiva.
Como se puede comprobar en el cuadro que cie-
rra este trabajo, el conjunto de las sinfonías y los
conciertos pora instrumento solista se extiende en su
dotación a lo largo de lodo el período que compren-
de la actividad creadora de Mozart, que en su caso
resultó ser casi todo el tiempo que pasó en este
mundo, exceptuando sus primeros cinco años de
vida.

JO,
La mayoría de las sinfonías presento la típica boran los movimientos conclusivos de sinfonias y
estructura en cuatro movimientos (I Allegro; II Andante conciertos, en los que en las frecuentes alternativas
o Adagio; III Minueto con Trío; IV Rnale: Allegro del tempo, e! compás o la tonalidad -ya menciona-
molto o Presto], aunque también es posible la ausen- das más arriba-, ¡unto con la riqueza de la construc-
cia del minueto, lo que produce estructuras simétricas ción, proporciona a menudo acabados ejemplos de
en tres tiempos: rápido - lento - rápido (Sinf. n.° 15- la mejor música del genio de Salzburgo.
17, Sinf. n.Q 38). No obstante, existen alteraciones Las aporlacíones de lo producción sinfónica y
formales significativas, cuales son la unión de dos concertístíca mozartiana a la armonía san muy inte-
movimientos mediante un pasaje de transición (Sinf resantes, y en este sentido hay que comprobar una
n.9 10: unión entre el I y el II mov.). El enlace puede enorme evolución desde la simplicidad galante
llegor a abarcar la sinfonía completa, lo que implico característica de sus primeras obras, hasta la gran
la interpretación sin interrupción de sus movimientos riqueza de los recursos armónicos utilizados en sus
(como es el caso de los tres mov. de que constan los obras posteriores Si bien es cierto que de todas las
Sinfonías n9 23 y n - 26). Algunas sinfonias presen- sinfonías y conciertos sólo dos de cada eslán en
tan además introducciones lentas antes del Allegro tono menor (Sinf. n° 25 y n.B 40, Conc. P n9 20 y
inicial; los caso más famosos son, sin duda, los de n 3 24) - y no otro cosa habría admitido el gusto
las Sinfonías n.- 36, 38 y 39, que tanto peso habrán imperante -, también lo es que existen con frecuen-
de tener en los introducciones lentas de algunas sinfo- cia técnicas armónicas que anticipan claramente
nías de Beethoven. La duronción de las simonías tam- procedimientos propios de la músico romántica,
bién varía, desde los 10 minutos, aproximadamente, como las modulaciones en los desarrollos que con-
que duran las primeras, hasta la casi medio hora ducen a tonalidades muy leíanos (re b menor en el III
habitual en las últimas. mov. del Conc. P n.Q 14 KV 449, h sostenido
mayor en el I mov. del Conc P n9 24 KV 491), si
Los conciertos, por su parte, constan siempre de II mov. de 9
tres movimientos: I Allegro; II Andante o Adagio; III mayor en e1 a Sin/, n 39 KV 9543, do
Finale: Allegro molió o Presto. Son múltiples, sin sostenido menor en e IV mov. de la Sinf. n 40 KV
embargo, las alteraciones estructurales que aparecen 550), ), el cicla modulatorio por terceras, en vez de
en ellos La más frencuente es la inserción -una o por auíntas || mov. del Conc. P. n9 23 KV 488), o
varias veces- de uno o más pasajes de variada lon- los abundantes contrastes armónicos entre secciones
gitud en el III mov., creando un contraste a veces muy como os que se producen en los movimientos fina-
acusado con el lempo, el carácter, la tonalidad, el es con cambios inlernos de los conciertos ya comen-
compás, etc , de dicho tiempo ¡Conc. V. n.Q 3 KV tados |
216, n*4KV218, nQ 5 KV 219; Conc. P. ne 9 KV La instrumentación de las sinfonías y conciertos se
271, n.e 13 KV 387b n9 14 KV 449, n.Q 16 KV basa en una orquesta de cuerda, a la que se añaden
451, n.p 22 KV 482 y n9 24 KV 491). También se en las producciones más tempranas 2 oboes y 2
observo alguna introducción lenta precediendo a trompas. Hacia 1768 aparecen también las trompe-
Finale fConc. V n.9 4 KV 218), asi como un curioso tos y los timbales en algunas obras, y es frecuente la
Adagio que precede a la entrada del solista en el I sustitución de los oboes y las trompas por flautas y
mov. del Conc. V. n9 5 KV2I9. fagotes en los movimientos lentos. Hay que esperar a
Lo forma interna de cada movimiento responde la Sinf. nQ2óKV 161 a II 84} de] 7 7 3 p a r a v e r jun-
en general a los cánones clásicos, aunque también tos a las flautas, oboes, fagotes, trompas y trompetas
en este aspecto se advierte una progresiva evolu- en la orquestación incial, y será en 1778 ¡Sinf. n.9
ción, desde una cierta rigidez en las primeras sinfo- 31 KV 300o [297]} cuando se incorporen los clarine-
nías y conciertas, hacia una libertad y riqueza cado tes. De todas formas, el papel de los instrumentos de
vez mayores en la utilización de los recursos eslruclu- viento se limita generalmente a apoyar a las cuerdas,
rales característicos de su época de madurez. Los y solamente a partir de obras como el Conc. V. n9 3
movimientos inicióles de las sinfonías muestran dos KV21ÓO del Conc. 2P. KV 3 loa (3651 empiezan a
temas que, si en las primeras tienen todavía un cobrar un cierto protagonismo, principalmente en los
carácter muy similar, no tardan en mostrar con el lemas secundarios importancia que aumentará pro-
tiempo una diferenciación cada vez más acusado. gresivamente en as obras de madurez (como se
Los desarrollos pasan de ser meras transiciones entre puede comprobar, por ejemplo, en las cuatro últimas
la Exposición y la Reexposición, a cobrar uno impor- sinfonías]. Como pervivencia del período barroco se
tancia que les convierte cosí siempre en el punto mantiene en algunos conciertos pianísticos tempranos
más alto del orco lensional en el primer movimiento. la práctica de nacer entrar al solista desde el comien-
Prácticamente lo mismo se puede decir de los movi- zo de la obra realizando los acordes cifrados del
mientos iniciales de los conciertos, aunque en este bajo continua
caso se establece yo desde los primeros una estruc-
tura casi invariable que se abre con la introducción Los recursos instrumentales y el tratamiento idiomá-
orquestal, la entrada del solista, etc., hasta llegar a lico de los instrumentos solistas en los conciertos
lo cadencia previa al final del movimiento. Los movi- demuestra un dominio cada vez mayor de las posibi-
mientos lentos en ambos géneros, y los minuelos en lidades técnicas, especialmente en el caso del violín
las sinfonías, no aportan, por lo general, particulari- y del piano. Así, si los dos primeros conciertos para
dades dignos de mención en cuanto a su construc- violín se podrían transcribir con pocos cambios para
ción, salvo el mayor grado de contraste que se apre- flauta u oboe, a partii del Conc. V n.9 3 se encuen-
cia entre los temos, o entre el Minueto y el Trío en e tran ya figuraciones, arpegios y recursos propios del
caso de las sinfonías. Es en los movimientos finales violín. No se puede olvidar -aunque sea un poco
en los que de nueva se manifiesta una notable varie- anecdótico- el empleo del arco col legno (coll arco
dad formal: rondó, forma sonata, minueto y lema al roverscio) en el III mov. del Cofic. V. n.Q 5 KV 219
con variaciones, son los moldes can los que se ela- Los conciertos para piano, sin embargo, desarrollan
yo desde el comienzo una escritura perfectamente

102
•'/ /V///.'/.'ri/:• iii.'trnt/iffi,'

;, A-A i ,\A A A'A A A l \ / A.Xl f .CQXAiVX

-«iw f/ffir -yfatv- -/'x.-for/n/•

/03
característica del teclado: escalas, arpegios, octavas de la Sin!. n.e 38 KV 504, IV mov. de la Sinf. n.Q
partidas, cruces de monos, acordes masivos, ele., 39 KV 543, I mov. de la Sinf. n* 41 KV 55)},
cuya lógica continuación sólo llegará con las obras música luguetona, intrascendente (III mov. del Conc.
pianísticas de Beelhoven. En el caso de los Conc. 2 P. n° 6 KV 238, II mov. de la Sinf. n g 5 KV 22, III
P hay que verificar una sustancial evolución entre el mov. del Conc. para Clarinete KV 622), músico
Conc. 2 P (ó 3P) KV 242 -en el que los pianos dramática (I mov. del Conc. P n.B 20 KV 466
suman sus fuerzas en busca de una mayor sonori- -cuyo comienzo presagia ya la obertura de Don
d a d - y el Conc. 2P KV 3 l o o -que establece un Giovanni-\ y III mov. del Conc. P. n.Q 24 KV 491,
resuello ¡uego imitativo desde el primer momento Los IV mov. de la Sinf. n.° 40 KV 550], pasajes reser-
conciertos para instrumentos de viento abundan en vados, íntimos (c.150-165 del I. mov. del Conc.
los procedimientos habituóles (escalos, arpegios, para Fl. y Arpa KV 297c, e l - 2 7 del II mov. de lo
etc.], y son más bien los procedimientos armónicos y Sinf. n,° 39 KV 543), ejemplos de serenidad clási-
melódicos los que les imprimen su inconfundible per- ca (II mov del Conc P. nB 21 KV 467 II mov. del
sonalidad mozartiana. Conc. P nB 27 KV 595, II mov. del Conc. para
Clarinete KV 6221, pasajes sombríos (Introducción
La melodía es precisamente uno de los fundamen- del I mov. de la Sinf. n* 38 KV 504 el 2. a temo
tos del estilo mozartiano, y en la construcción temáti- del II mov. de lo Sinf. n.e 39 KV 543, multitud de
ca de sus obras, en los giros de sus figuraciones páginas de la Sinf. n.s 40 KV 550¡. etc.
escaiísticas, se pueden ver ya los antecedentes no
sólo de Beethoven, sino incluso de Chopin. El espíritu
que animo las frases de Mozart está presente hasta Enrique Igoa Mateos
en las analogías que se observan entre obras diver-

it'óKV 2J5[«*n> 1776)

DOCUMENTACIÓN
E INDICACIONES
n"«KV JS0(2S-7-l7«
Paro lo realización de este trabajo se ha recu-
rrido a las siguientes obras:
Ui[ Ui U VARIOS' W.A. Mazarí: Neue Ausqabe Samlii-
cher Werke (Nueva Edición de las obras comple-
Cinc P "'2JW1SS 0-5-178t) Í K f n ' i l -.- = r (11-5-17811 W • ' « « » ÍS0IÍS-7-I7I tas).
Kassel, Barenreiter, 1971
Dr. L. R. von Kóchel: Chronologiscb - themotis-
ches Verzeichnis samílicher Tonwerke Wolfgang
Amadé Mozarls (Catalogación cronológico y
sas. Se puede comprobar este hecho en los siguien- temática de las obras de W. A. Mozartl. 8. un-
tes ejemplos: veránderte Auflage Wiesbaden, Breitkopf & Hdr-
*Dónde radica el secreto de la melodía mozartia- tel, 1983.
n a f La dificultad pora responder a esto pregunta se
debe precisamente a que no es una complejidad o 1 . Los números entre paréntesis, en lo
una cuidada ornamentación lo que hay que buscar numeración de las obras, indican numeraciones
en las motivos de sus obras, sino más bien una senci- dudosos.
llez -rayana a veces en la simplicidad- en la que, 2. KV = Kóchel - Verzeíchnis (Catalogación
sin embargo, se dan cita todos los elementos necesa- realizado por Kóchel de la obra de Mozart).
rios pora nacer de ellos permanentes modelos de la Aquí los números entre paréntesis indican anti-
construcción temática: el perfecto equilibrio entre sus guas numeraciones. Anh. = Anhang (Apéndice
componentes, el cambio de dirección en el momento del catalogo),
oportuno, el apoyo ritmico adecuado al movimiento y
a la direccionolidad interválica, la alteración o la 3. Las tonalidades indicadas can mayúscula
ciomati2ación precisas para suavizar o paro desta- son mayores, mientras que las menores se indican
car el paso de un sonido a otro, o la articulación que con minúscula,
unifica y da carácter a los sucesivos periodos de
notas que integran la frase. 4. En la columna "Fecha" del cuadro, com. =
comienzos, med. = mediados, fin = finales.
Y si se trata, por último, de buscar expresión de
afectos, caracteres, emociones, no sería difícil reali- 5. Fl. = flauta, Ob = oboe. Ciar. = clarinete.
zar un inventario completo recorriendo las páginas Fg. = fagot. Trans. = transcripción de uno obra
de las sinfonías y conciertos: músico luminosa (I ajena.
mov. del Conc. para Fl. y Arpo KV 297c [299]), I ó. ® = recomendada. Obro considerada
mov. del Conc. V n.° 1 KV 207, Conc. para Trom- imprescindible para tener una buena visión
pa KV 4 ¡7¡, música vivaz, alegre ¡Conc V. n.B 2 general de las sinfonías y los conciertos de
KV 211, III mov. del Conc. para Trompa KV 447), Mozart.
Sinf. KV I9a¡, música de carácter rítmico, incluso
marcial (I mov. del Conc. V! n.° 3 KV 216, I mov.

104
KV Tono Fecha Observaciones KV Tono Fecha Observaciones

SINFONÍAS CONCIERTOS

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Manuscrito de/ Cuarteto en sol mayor, Kv. 80.

Violmes pertenec/entes a Mozan

106
El color y la voz
LAS FRONTERAS ingún autor antes de Brohms habrá explora-

DEL TIEMPO
N
do el territorio camerístico con la imagina-
ción de que Mozart hace gala; ningún otra
habrá ideado lan ricas asociaciones ¡imbri-
Notas sobre la cas; ninguno, después de él, habrá inaugu-
rado tantos géneros, tantas variedades de música de
solistas sin deudas ni precedentes, sin bases previas
música de cámara sobre las que alzar su edificio magnifico. Lo más nota-
ble: Haydn, contemporáneo, admirador, amigo, músi-
de Mozart co el mos audaz e inventivo que haya visto la historia,
le sirve a! salzburgués como referencia a' rovesáo: ni
os géneros que aquél codifica serán visitados con
absoluto éxito por el autor de Don Giovanni ni, por e
contrario, los que éste inicie tendrán prolongación, ni
copiosa ni inmediato, en los músicos sucesivos. Por lo
demás, Haydn, movido de análogo escrúpulo (hijo
del mucho conocimiento), rehuirá igualmente la ópera,
el concierto o el quinteto de cuerda una vez visitados
los ejemplos de Mozart quien, a su vez, abandonará
la sinfonía y practicará el cuarteto ton sólo por encar-
go |y fragmentariamente: la inacabada serie de los
Prusianos de 1 790] después del singular esfuerzo
supuesto por los seis del Op. 10, dedicados cual se
sabe al maestro de Rohrau A cambio, y con indepen-
dencia de las composiciones escénicas o concertan-
tes, desarrollará el quinteto de cuerda y la sonata violi-
nístico hasta extremos insospechados, pero, sobre
todo, producirá un número inusualmente amplio y
variado de composiciones tan fuera de ioda ortodoxia
como exuberantes de colorido, en los que deposita lo
más refinado de su genio tardío. Y habría que añadir
que, del mismo modo que es casi inútil buscar en la
historia de la música oíros Cuartetos con piano distin-
tos a los KV. 478 y 493 hasta las del autor del
Schicksalslied, también resultaría infructuoso buscar
otra ópera anterior a Cosi Fan tulle en que los instru-
mentos de viento tengan un papel tan singular, estruc-
tural y destacado, dentro de un tipo de escritura que,
casi, podría calificarse como cameríslica con voces,
al menos en lo tocante a su absoluta individualidad
como verdaderos aller ego del sentimiento y del texto
de los personajes (dicho sea, naturalmente con permi-
so de ese portento de lo épico que se llama ¡dome-
neo). De modo que podemos verificar aquí una de las
más ostensibles marcas de fábrica de la música came-
rística mozartiana: su gusto por el juego, la provoca-
ción y la experimentación específicamente (imbricas,
que se vuelca en lo escritura para instrumentos de
nueva invención (el caso paradigmático del clarinete y
de Antón Stadler, su interprete privilegiado) o en la
delicada exploración de mixturas surgidas en virtud
del problema específico planteado por un encargo
concreto (como sucede con el asombroso Quinteto
para gtassbarmonica, flauta, oboe, viola y violonche-
lo KVÓI7, que hiciera célebre a Maríanne Kirch-
gassner, la virtuosa ciega del instrumento de copas de
cristal que recorriese Inglaterra con esa música irreal y
ultraterrena], asociada con una morbidez por entero
vocal en la redacción de las partes aisladas. Nunca
se insistirá bastante en este punto: la cualidad de lo
música instrumental, a partir de la obra de Mozart,
aparece por entero vivificada, expandida hacia una
nueva frontera expresiva por su estrecha dependencia
de una contabilidad explícitamente operística con la
que, y sobre todo o partir de 1781, establece estre-
chísimo diálogo. Es la penetración de ese sentido de

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lo vocal en la músico para instrumentos (en modo Pero la parle del león de este capítulo pertenece
alguno su contrario) la que hace evolucionar el trata- o las casi cuarenta obras [37 sonatas, más dos series
mienlo de éstos de cara al naciente estremecimiento de variaciones de reducido interés) que, a través de
del romanticismo; y en ningún lugar -aparte, natural- un larqo, ppaulatino
a u a o e incesante desarrollo que abarca
mente, de la escena- se frailará me|or representado d 1762
de 1762 (KVÓy
(KVÓ 7) 7) a 1787 ((KV 526 á la
526,, más l KVKV.
ese fenómeno (que viene a ser uno de los goznes de 547 «para principiantes», d de junio del
d l año sucesivo],
la música dieciochesca, desde el Empfindungstil hasta transforman la escritura para violín y piano, de una
lo lase superior del clasicismo tardío), como en lo mera imitación vicaria por parte de aquél de la mano
música de cámara mozortiana. Allí, la efusión inslru- derecha de éste, en un genuino diálogo en pie de
mental constituye la legítima y tornasolada prolonga-
ción de la voz humana en el terreno de una conjetural
significación dilatada más allá de la palabra, y el tim-
a
uoldad entre dos fuentes sonoras equivalentes.
enero prácticamente inexistente en los gustos musi-
cales del momento (el asombroso precedente supues-
bre individual se convierte en verdadero personaje de to por las obras de Sebastian Bach paro clave y vio-
una suerte de dramaturgia abstracta . lín compuestas hacia 1720 era perfectamente desco-
nocido en los días de Mozart] ya que aún a mitad
del XVIII, el violín arrastraba todavía cierta connota-
Dúos ción de instrumento buhonero, cíngaro y bohemio,
como para que lo nobleza, e inclusa la propia bur-
O e ha dicho muchas veces: e secreto radica en que guesía prerrevolucionaria les decir, los posibles clien-
para el autor de Die Zauberflóte ni existen músicas tes de ediciones musicales destinados al consumo
menores ni un trabajo de compromiso se convertirá casero, lo que hoy denominamos músico de cámara
jamás en uno composición de trámite. Los Dúos poro no sin cierta pretenciosidad), lo adoptase como uno
violín y viola (KV 423 y 424] escritos en ocasión de de sus indiscutibles fetiches sonoros. Así, la serie de
la enfermedad de Michael Hoydn, acaecida en las Sonatas paro violin y piano, aun siendo deudora
1783 (como ayuda paro completar el grupo de seis en alguno de sus capítulos de compositores como
urgentemente exigido por Colloredo), son obras de Josepn Schuster y sus duetlos de mediados de los
una invención temática y un acabado de facturo que setenta, representa no sólo uno de los más originales
ponen en evidencia la capacidad mozartiano paro y variados conjuntos de composiciones jamás escritos
interesarse por una forma que no ha abordado pre- paio tales instrumentos antagónicos, sino también un
viamente |ni volverá luego a frecuentar] con la más inigualable testimonio de la propia evolución cons-
fructífero de las curiosidades por el problema del tructiva y estética de su autor desde los formas más
equilibrio sonoro y de la coherencia estructural a él convencionalmenle galantes de los primeros ejemplos
asociada, con sus movimientos lentos de singular (dos o tres movimientos en la misma tonalidad, el últi-
riqueza melódica, sus densos pasajes contrapunlísti- mo de los cuales es el infaltable minuetto tanto en las
cos ocasionales (cuya sonoridad de dobles cuerdas Sonatas parisinas KV. ó al 9, como en las holande-
los convierte en verdaderos segmentos de cuarteto sas, KV 26 ol 3 I, sin más excepción que la KV. ó,
interpolados) y sus imaginativas variaciones en el cuatripartita, verdadera rareza, y más en una compo-
final del segundo dúo: lo que podría ser mera música sición tan extremadamente precoz), hasta lo sobera-
cortesana realizada con destreza se convierte en ver- na expansión de las KV 454, 48 ¡ y 526, en que la
dadero trabajo de experimentación. Algo similar formo-sonola rige y campea de modos diferentes en
cabría decir de obras como los 12 dúos paro dos cada una de sus tres partes y en cuyos majestuosos
•comí di basefto* (instrumento específicamente rela- movimientos intermedios, serenos, meditativos, de
cionado con el ceremonial masónico, especie de cla- insólito audacia armónica, se dibuja ya el rostro de
rinete en la, de menor agilidad, sonido más dulce y Franz Schubert en la deliberada ambigüedad entre el
opaco que el modelo perfeccionado, en si bemol, modo mayor y el menor y sus constantes equívocos
que se acabó imponiendo), catalogados por Kóchel enarmónaos. Mozart abandonorla esta forma a lo
como KV. 487; piezas que, salvo en un caso (la pri- vez que la sinfonía, en agosio de 1787; pero, signifi-
mera, de 32 compases] no rebasan los 16 y que, sin cativamente la primera música que había publicado
embargo, exhiben la más contrastante y desbordada tras su establecimiento en Viena, en la editorial de
imaginación melódica Encniadoros. carentes de Arteria, fue un opus de seis sonatas para violín; las
todo pretensión, compuestos para las reuniones en KV. 296 y 378, ya existentes, a las que añade las
casa de la familia del Conde von Jacquin, hijo del KV 376, 377, 379 y 380, de nuevo cuño, como
botánico y naturalista de idéntico apellido, Mozart una especie de presenlación musical en la sociedad.
no las anotó siquiera en su propio cotálogo; lo que En lodo caso, ni las sonatas de Beelhoven, Brahms o
no les impide ser auténticas |oyas de la miniatura más Schumann [por no mentar a Busoni, Saint-Saéns,
aforística. Y es que los instrumentos de viento siempre Fauré o Franck], hubieron sido posibles sin el prece-
ejercieron el mayor atractivo sobre la fantasía del dente supuesto por este impresionante corpus.
músico salzburgues (una predilección compartida con
Igor Stravinsky]; no olvidemos que una de sus prime-
ras composiciones comerísticas con un instrumento de
viento obbligato, la muy temprana Sonata pata fagot
y violonchelo KV 292 del primer viaje a Munich en Tríos
1 7 7 5 , encargada por el Barón Ihaddeus von
Dürnilz7, ostenta una escritura para tan infrecuente í o r el contrario, el trio con piano era una de las tor-
solista que es un verdadero prodigio en el conoci- mos esencialmente cualificadas de la músico de
bldd á i cámara de la segunda mitad del XVIII. Derivado en
pg primera instancia de la antigua sonata en trio, depo-
miento de sus posibilidades mecánicas y expresivas, sitario de las excepcionales e insólitas creaciones
aunque el acompañamiento violonchelíslico no se haydnianos, esto forma es una de aquéllas a las que
Mozart se acerca con una prevención que, pese a
encuentre a su misma altura.

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sus excelentes logros, no alcanzará a disipar por 542), constituye el único ejemplo de tal organicum
entero cierto cohibido envaramiento; situación muy en todo su catálogo (dejando a un lado tanto la leja-
similar o la ofrecida por lo escrituro cuartetísrica y de na tentativo supuesta por el KV 266. para 2 violines
la que solamente se liberará en uno o dos ejemplos y violonchelo, de 1777, como las siete transcripcio-
de la colección dedicada a Haydn. nes de Bach, KV 404a) y, como en el caso de los
La primera pieza de este grupo [KV. 254, en si dúos citados más arriba, es un trabajo de equilibrio
bemol) no surgirá hasta SJS 20 años, oún en Salzbur- acúsiico y perfección formal sorprendente, amén de
go, con la engañoso calificación de divertimento, una de sus más largas y ambiciosas construcciones
paradójica si reparamos en lo gravedad de su cro- camerísticas: seis movimientos, también con la dispo-
mático adagio central, no viéndose sucedido hasta sición de diveitimento galante (así lo titula el propio
diez años más larde, ya en plena etapa de íe Mozarl, no sin ironíar penetrados empero de un
Nozze di Fígaro, por una serie de tres obras, com- espíritu ya ¡rrenunciobiemente neoclásico.
pletada con celeridad en 1786. La primera (KV
496, nocida probablemente como sonata para
piano a la que se añadieron lueqo las partes de vio- Cuartetos
lín y violonchelo; coso análogo al KV. 564, más des-
provisto de interés en esta segunda ocasión) es noto- >„orno en el caso de los fríos, la sombra haydniona
ble, sobre todo, por la equivalencia de papeles ins- por una parle y la excesiva dependencia para con
trumentales. La tercera {KV. 502) destaca por su los tópicos de lenguaje de un género ya bastante
empecinado monotematismo. Lo central {KV. 498) es divulqado entre los aficionados, por otra, hacen que
una composición sin antecedentes ni sucesores, que i t i r ' i i
lleva lo imaginación y libertad en la combinación lim- los cuartetos sean una de las formas mas abundantes
brico a extremos más allá de toda ponderación, e en la música de cámara mozartiana (veintiséis com-
portentoso Trio Kegelstadt ¡Irlo de los bolos, llamado posiciones) y, simultáneamente, lo de resultado relati-
asi pues, según se dice, fue escrito simultáneamente vamente más envarado o, cuando menos, la que con
con la práctico de este juego, en lo tarde del 3 de mayor dificultad brote del numen de su autor, salvo
agoslol para piano, clarinete y viola dedicado a en tres o cuatro ejemplos aislados y excepcionales. El
Francisca von jacquin, alumno amén de anfitriona y propio Mozart reconoce explícitamente ese esfuerzo
hermana del Barón yo citado que, ¡unto con Stadler y en das ocasiones: en la dedicatoria o Haydn de su
¡al vez el propio autor a la viola' articularían uno de prodigiosa colección del Op. ' 0 ( 1 de septiembre
los más cálidos diálogos de la música para solistas. de 1 785) y en uno cario al ya citado Puchberg del
Obra de una belleza melódica en verdad poco 1 2 de junio de 1790, a propósito de su inacabada
común (pese al hecho de que casi lodo su material serie para Federico Guillermo II de Prusia. De|ando a
proceda directamente del más simple arpegio de un lado los casi irrelevonles ejemplos supuestos por el
tónica), su éxito reposa, en na pequeña medida, en Cuarteto Lodi de 1770 y los tres salzburqueses de
la absoluta equivalencia y el feliz equilibrio de pape- 1772, los restantes tres opus principales de la pro-
es entre los tres instrumentos más heterogéneos que ducción mozortiana a cualro voces surgen como
quepa imoqinar, cuyas sonoridades, empero, se fun- réplica directa a las composiciones haydnianas en el
den y proongan con admirable sabiduría. mismo género- los cuartetos milaneses [KV. 156 a
160, mas el de Bolzano, KV. 155) nacen también en
Dos años más tarde producirá Otro grupo de tres 1772, inmediatamente después de la aparición del
obras que será su última aportación a esta forma: los Op. ¡7, los vieneses de 1773 constituyen la inme-
KV 542, 548 y 564. El segundo, de sobriedad casi diata réplica al Op. 20 y, finalmente, los dedicados
espariana, contrasto con lo exuberancia del primero, al autor de la fedeltá premíala están concluidos en
quizá su más lograda aportación a esta difícil forma, enero de 1785. Ambos compositores se conocieron
de un equilibrio y una comunicativa energía derla- personalmente hacia 1781, y ese año había tenido
mente únicos Como lo es también su tonalidad, mi lugar uno de los acontecimientos más trascendentales
mayor, extrañísima en ¡a obra mozartiana hasta el de la historia de lo humanidad: la publicación del
extremo de ser ésta la única de sus composiciones haydniano Op. 33, la obra en que el estilo clásico
instrumentales escrita en semejante clave [la Sonata alcanza su madurez entera y su total definición.
de violin KV. 304, en mi menor, constituye también Mozart conocía perfectamente la música haydniana
un ejemplo único]. Obra repleta de invención armóni- en tal género; es sobradamente conocida la descrip-
ca, de modulaciones sorprendentes, Fue una de las ción hecha por Michael Kelly de una reunión vienesa
composiciones predilectas de Chopin..., y de su pro- en 1784 en que Haydn y Dittersdorf tañen los violi-
pio autor, que la ejecutaría en Dresden durante su nes, Mozart la viola y Vanhal el violonchelo como
viaje de 1789. para abrigar la más leve duda acerca de que en la
composición del Op. W -dilatado desde finales de
Como en el caso del anterior apartado, debieran 1782 hasta comienzos de 1785- había mucho más
nombrarse ahora oirás composiciones poco conoci- que lo simple elaboración de unas piezas dedicadas
das- el Trío para violin, viola y violonchelo KV. 563, a los aficionados, por muy cuidada que ésta fuese.
contemporáneo de las últimas obras citadas y los 5 Se trata de la primera -y casi único- música mozar-
Divertimenlos pora dos clarinetes ¡o dos 'corni di liano de gran aliento escrito como deliberación y
basetlo'l y fagot, KV. 439b, pentaparlitos estos últi- decisión personal, más olla de sus posibilidades cre-
mos en esquema de divertimenlo, penetrados sin matísticas o profesionales, sin responder a ningún
embargo de una seriedad insólito para esta clase de encargo ni satisfacer otra expectativa que el difícil
música, que anticipo ya algunos de los más espiritua- logro de una maestría a la que la apabullante y pro-
les episodios de Die Zouberflóte En cuanto a la obra digiosa aportación haydniana, creador y mantenedor
para cuerdas en lo tonalidad masónica por excelen- indiscutible del género podio, a ¡a vista de su propio
cia (mi bemol mayor), escnla al parecer paro Micha- autor, poner en tela de juicio. Hay que ver en este
l Puchberg (dedicatorio igualmente del Trio KV.

109
Mozart Oleo del stglo XIX

10
inusitado esfuerzo de composición un verdadero con- sorprendente y opuestamente cita las composiciones
flicto edíplico con un padre simbólico de dimensión más deliberadamente trascendentales con las más
por entera excepcional. Que Mozarl salvó el trance penetradas de la elegante frivolidad propia de la
venturosamente [es célebre la generosa admiración músico de encargo, satisfecha empero con el más
haydniana cuyo enunciado es recogido por Leopold ágil y deslumbrador de los oficios, los Cuartetos
en febrero de 1785) es coso bien sabida Que e para flauta y cuerda KV. 285, 285a, 285b y 298
cuarteto como género se había acabado convirtien- [posterior este último en casi cinco años a los otros,
do para él en oigo más que música, también parece procedentes del Mannheim de 1778 y de la Vieno
obvio. Y en ello hay que buscar, además, una segun- del año siguiente], confeccionados a medida de las
da razón de similar naturaleza: el descubrimiento de capacidades de Ferdinand Dejean5, no sobrepasan
la música de Bach y de Háendel en casa de Gott- una convencional escritura puramente concertante, de
fried van Swieien. Hoydn, en sus años de Sturm und melodía acompañada con preeminencia absoluta
Drong (de cuya intensa sentimenlalidod el KV. 42 I es para el instrumento de viento, aunque su trazo sea
un convincente y apasionado eco], concluirá tres de una pura exquisitez y en algún momento (el adagio
los seis cuartetos del Op 20 con sendas tugas, central en si menor del KV. 285} se alcance la delica-
doble uno, triple otro. El estudio profundo del contra- deza más emotivamente elegiaca. A mayor distancio
punto de Bach (las transcripciones de fugas para expresiva debe citarse el Cuorteto para oboe y cuer-
cuarteto y paro trio son contemporáneos de la crea- da KV. 370 de los dios muniqjeses de Idomeneo,
ción de los Cuatlelos Haydn) enfrenta nuevamente a destinado a oboísta Friedrich Ramm, en donde, y
Mozart con el uso de una herramienta difícil y que, aparte de un brevísimo movimiento lento - 3 7 compa-
en los días del Empfindung (y los posteriores de un ses, en re menor- de belleza excepcional, lo más lla-
rococó que aún coleaba) se habla tenido por obsole- mativo junto con lo escritura ya decididamente meló-
ta. Asi, reivindicar eso herencia, insertarse en la dica de las partes de cuerda, se cifra en la momentá-
legendaria linea nórdica polifónica era, también, pro- nea - I 3 compases-, superposición de ritmos ( 4 / 4
clamarse simultáneo heredero de Papá Haydn: deno- del oboe contra 6 / 8 del ripieno] en el rondó final,
minación, por cierto, que Mozart seria -¡y cuan signi- con un efecto sorprendente y premonitorio'.
ficativamente!— el primero en emplear. La casi mágica
mezcla de forma-sonata y textura fugada en el denso
final del KV. 387, amén de los muchísimos episodios
canónicos (integrados en el esquemo modulante pro- Quintetos
pio de los desarrollos] existentes en estas obras,
sobre ser un real anticipo de Beethoven en una direc- La escritura a cinco voces -la más difícil, desde el
ción que, por otra parle, el propio Haydn explotaría punto de vista de la pura técnica conIrapumística- es
en el Op. 50/4, constituye una declaración de prin- precisamente aquéllo en que Mozart parece moverse
cipios de la nueva estética, un reconocimiento de con más satisfecha desenvoltura: también, el entrama-
paternidad y magisterio y, además, el emocionante do en el que ha producido un mayor, variado e inédi-
testimonio de la conclusión victoriosa de un genuino to conjunto de obras maesfras, asi como la disposi-
filo de tránsito. Así, los portentosos cuartetos del Op. ción final adoptada para sus obras de solistas en
10 contienen un espesor desconocido en casi cual- gran escala. Ya hemos citado lo última (23 de mayo
quier otro composición camerística mozaftiana: pero de 179]) de sus composiciones de cámara, esa
también arrastran el obligado lastre de lo que, en pieza subyugante para copas de cristal y cuatro ins-
cada compás, se está midiendo consigo mismo y con trumentos que, aparte de su obvio exotismo, constitu-
su propio ancestro. ye uno de los experimentos más audaces de lodo el
XVIII; lo prodigioso se cifro en vencer los dificultades
de enfrentar una fuente sonora de dinámicas tan res-
Quizó por ello resulte igualmente significativo que tringidas y timbre tan identificable y penelrante (y agi-
una de sus experiencias menos convencionales lidad tan escasa) con otras cuatro por entero conven-
requiera, sin embargo, el mismo número de intérpre- cionales y lograr un resultado por entero homogéneo,
tes; los ya mentados Cuartetos con piano, nacidos que ampliamente sobresosa el simple perezoso juego
casi a contiuacíón de los Cuartetos Hoydn (octubre concertante para lucimiento de una minusvalia volun-
de I 785 y junio de I 7 8 ó j que, con independencia tariosa, erigiendo una música que ni se parece a
de su inverosímil historia' marcan una de las cimas nada ni tendrá continuación posible. Mozart ha parti-
indiscutibles de la originalidad y perfección cameristi- do de sinuosos juegos arpegiados, en constantes y
ca de todos los tiempos, y en donde las partes exhi- cristalinas modulaciones' lo más adecuado para la
ben un refinamiento de escritura más acusado' músi- frágil geografía de la glosshormonico y lo que, tam-
ca de la más profunda expresión, ocasionalmente bién, mejores posibilidades ofreció, en razón de las
sombrío, cuyas tonalidades nos remiten tonto a su directas resonancias naturales para provocar una
militoncia iluminista [KV. 493, en mi bemol) como a amalgama acústica y tímbrica de efecto hechizante e
su más cualificado Sturm persona , en e caso de inolvidable, logrando así la demostración de algo
KV 478, en sol menor: el tono de la desesperación que se diría tesis o teorema; que la belleza es e!
de Pamina en Die 7auberftóle, de Konslonze en Die resultado de un proceso de coherencia formal en que
Entfukrung, de las Sinfonías KV. 183 y 550 o del sabiduría y esfuerzo colaboran pora encontrar la
Quinteto pora cuerda KV. 5 ' ó . Más alia de su prece- única solución posible de un problema prefijado, Pro-
dente en los Cuartetos paro clave y cuerdas de blema que lleva aparejados requisitos y limitaciones
Joseph Schuster, los obras de Mozart en este terreno que ni deben ignorarse ni transgredirse, sino transfor-
suponen una de las soluciones más inconfundibles y marse en posibilidades. ¡Qué lejos estamos aquí de
atinadas al siempre difícil problema del equilibrio ese ilusorio valor pequeño burgués que llaman liber-
entre teclado y cuerda, por no hablar de su extrema- tad, y qué cercana se hallo esta pieza asombrosa de
do aliento poético. la afirmación strawinskiana según la cual /a verdade-
De este modo, y bajo el mismo epígrafe, se dan
ro libertad creadora solamenle es posible en el con- intimismo ni el equilibrio con otras fuentes sonoras dis-
lexto de la entera aceptación de los condicionamien- pares, tales como el piano o los cuerdas.
tos ! En cuanto al Quinteto con clarinete, ¿qué decir?
Otros composiciones heterodoxas cabe señalar Se afirma que Mozari escuchó por primera vez e
bajo el présenle acápite. Trabajos que parten igual- sonido de semejante instrumento durante su viaje a
mente de un píe forzado que, paradójicamente, Londres, con ocho años, y que fase¡nación
i que le
acaba constituyendo la garanlía misma de su origina- produjo no cesó en toda su existencia. Algo de ello
lidad: el Quinteto pa'a trompa y cuerda KV. 407, e debió suceder, ya que siempre que la ocasión lo per-
Quinteto pora piano, flauta, oboe, clarinete y fagot, miliese lo introdujo en sus obras orquestales, haciéndo-
KV. 452 y el Quinteto para clarinete y cuerda, KV. lo seis años antes que Haydn, cuya situación más ais-
581. La primera, escrita para Ignaz Leuigeb' en la lada le vetaba diseñar libremente su plantilla, la siste-
primavera de 1782, abunda en esas humoradas casi matización del clarinete entre los oboes y los fagotes
rossinianas, cansueludiarias en las composiciones es una de las indiscutibles aportaciones mozartianas a
destinadas al antiguo trompa de la orquesta saizbur- a compacidad de la orquesta moderna. El Quinteto
guesa, establecido en Viena como negociante de (escrito cual es sabido para Stadler, y estrenado en un
quesos casi contemporánea me n le con ef propio tras- concierto benéfico para viudas y huérfanos de músi-
lado mozartiano; pese a su noturaleza encantadora- cos en diciembre de 1789J tiene algo de milagroso,
mente festiva y voluntariamente bienhumorado y frivo- de síntesis inigualable entre todas tas músicas posi-
la, la partitura eslá confeccionada can esmero, lle- bles, vocales, camerísticas, instrumentales, concertan-
gando al estremo de rediseñor el organicum del cuar- tes, polifónicas melódicas, armónicas. Inspirador de
teto acompañante para violln, dos violas (Mozart, algunas otras obras para ton aniiconvencional agrupa-
obviamente, era una de ellas] y violonchelo, lo que ción (Weber, Crusell, Spohr, Brahms, Coleridge Taylor,
permite una nueva y curiosa sonoridad en la que e Max Reger, Hindemílh...], supone un nuevo y trascen-
solitario violin puede dialogar con la trompa con una dental episodio en el proceso de mágica hermandad
cierta paridad. entre los instrumentos de cuerdo y viento, cuya asom-
brosa aleación devuelve un nuevo modelo tímbrico de
[a segunda, de marzo de 1784 está también en sonoridad particularmente aérea y transparente, pro-
el tono representativo de esa fraternidad esotérica en pio del spátstil, en donde la coloración se ofrece
a que Mozart no ingresará hosta diciembre de ese como un cambiante reflejo irisado que no ceso de
mismo año, y en semejante hecho no puede dejar de emerger entre la uniformidad de- la cuerda, pero que
verse un signo obviamente premonitorio, relacionado en momento alguno (salvo en- el primer frío y las dos
con las reuniones en casa de Van Swielen y el ya primeros variaciones del movimiento final) impone su
citado descubrimiento de Bach; esfrenada en un con- preeminencia: resultado admirable, logrado con una
cierto público, con autor a ,piano, escribirá a su fluidez y desposamiento que oculta por entero la natu-
padre que se trata de la mejor obra que, hasta la
lecha, haya escrito en su vida Probablemente, no aleza arriesgadisima de su elección dificil e intrépi-
exagera; la solidez y el ingenio incansable con que da.
las partes instrumentales se mezclan, se oponen, se Pero la genuino afirmación personal, allí donde
responden y se agrupan, de dos en dos, de tres en Mozart se sentirá enteramente dueño de su compro-
tres, de cualro en cuatro, satisface todas las variantes metida materia de un modo sistemático que no eslá
posibles con tal rigor combinatorio que, si no resulta- reñido con la relativa escasez de ejemplos, y no con-
se de ton soberana lozanía, pareciera trabajo gene- dicionado por precedentes ni por la inalcanzable res-
rodo por la directa aplicación de un algoritmo. El ponsabilidad de lograr una insuperable perfección |y
control de los timbres la elección de las tesituras, las ya que antes citábamos el debate edipico, permítase-
articulaciones del color, alcanzan una cualidad que nos ahoro decir que el músico salzburgués no se sien-
roza lo sublime: conviene recordar aquí que, a estas te aquí impelido a trabajar bajo la tiranía de un
alturas, Mozart tiene una experiencia como composi- Ideol-lch, de un Superyó ton irrebatible como el que
tor de serenatas, divertimentos y otras obras para ins- los cuartetos haydníanos representaron) se producirá
trumentos de madera y de metal (a caballo entre la en el terreno enteramente virgen de los Quintetos
compacta sonoridad sinfónica y la depurada escritu- paro cuerda, que tros la primera tentativa, desarrolla-
ra de solistas propia de la música de cámara), que rá de un modo absolutamente singular e inconfundi-
arroja un balance abrumador: siete sextetos para flau- ble. Es sabido que lo primera de tales obras, que
tas, oboes y trompas, dos quintetos dobles (2 oboes, dato de 1773, se compondrá en dos ocasiones
2 clarinetes, 2 cornos ingleses, 2 fagotes y 2 trom- [cambiando el trío y el fino/e de la versión inicial a la
pos], 2 octetos para flautas, oboes, (agotes y trom- definitivo), en la primavera y en diciembre, tras las
pas y uno composición capaz de poner a prueba e cuartetos milaneses en el primer caso, y tras el cono-
oido interno y el sentido acústico de los voces y las cimiento de un quinteto de Michael Haydn en e
masas de cualquier compositor: lo Gran Partita para segundo; en lodo caso, debe constatarse también el
2 oboes, 2 clarinetes, 2 corni di basse'o, 2 fagotes, estudio por parte de Mozart de obras preexistentes
4 trompas y contrabajo. Añadamos, pues, a esta de Ignaz Holzbauer, J.Chr. Bach, Carljoseph Toeschi
serie de quintetos un muy bello y meditalivo Adagio, y Giovanni Battísta Sammartini, de idéntica distribu-
KV. 411, para 2 clarinetes y 3 corni di basetto, pro- ción instrumental. El experimento queda detenido ahí,
bablemente dedicado al ceremonial masónico, y con- y Mozarl no volverá a explorar ese conjunto hasta
cluyamos que nadie antes (ni después) de Mozart ha 14 años más tarde, después de sus dos Opus cuarte-
escrito de manera tan innovadora, copiosa y afortu- tíslicos; alguna trascendencia otorgará el compositor
nada para instrumentos de viento, ni nadie, por la a esta primera tentativa, ya que llevará la obra consi-
misma razón, se habrá hallado en posición tan venta- go a Munich en 1781 y la ofrecerá al dramaturgo
josa para integrar este tipo de sonoridades al refina- Orto von Gemingen Cuando retorne sobre el grupo
do universo de la música de cámara sin transgredir el de cinco instrumentos de cuerda seguirá duplicando
la parle de viola, a diferencia de las obras auguróles histórica: la modulación inesperada al modo menor,
de Boccherini que, violonchelista él mismo, incluía apenas expuesto el primer tema del Quinteto en do
una pareja de tales instrumentos*, la combinación mayor, el repentino y turbador cromatismo que pene-
mozartiana (debida, quizá a su repetidamente seña- tra de modo súbito el rondó conclusivo, o el asombro-
lada predilección por el instrumento de tesitura so dramatismo que provoca la quebradura del fra-
media), resulla más ingrávida y flexible. Por ello es seo, con su anhelante irrupción de silencios, en e
doblemente llamativo que en la primavera de 1787 mmuetto del Quinteto en sol menor, en el límite mismo
transcribiese paro esa combinación (calalagada de la escritura clásica (como bien lo ha descrito
luego corno Quíntelo KV. 406} su cualripartita Sere- Charles Rosen) que, para reconstruir su áulico equili-
nata en do menor KV 388, una de sus obras más brio asi vulnerado preciso inscribir un odagio de háli-
densas, trabadas y dramáticas, concebida original- to cosí desgarrador como proemio del Tinale, son
mente para la robusta sonoridd de un octeto de vien- solamente algunos ejemplos que atestiguan un traza-
to. Casi de un solo impulso (entre abril y mayo de do interno de doble fondo en que la Tormo clásica,
ese mismo año) nacerán también los dos siguientes sin abandonar su idiosincrasia, sirve de vehículo a
piezas maestras, KV. 5Í5 y 516 en los tonalidades lodo un universo expresivo inusitado y que, muy poco
(plenamente antagónicas en su obra] de do mayor y tiempo después, posibilitará la definitiva eclosión de
sol menor, sucesión inversa de la que adoptará en las los lenguajes -yo no más la lengua universal, ningún
dos sinfonías postreras, 40 y 41. Alrededor de cua- retorno posible al mundo sin terrores, al universo de
tro años más tarde completará las dos labores finales la fraternidad perpetua y cósmica- del romanticismo.
de la colección, KV 593 (diciembre de 1790) KV La transformación, el trascendental giro que Mozart
614 (abril de 1791) que, dejando aparte la obra es el primero y quizá el único en intuir, que tomará a
para gíassfiarmonika, serán también sus dos últimas Hoydn a contramono (afanado aún en cincelar la
contribuciones al acervo cameristico; de modo casual perfección absoluta con los cañones napoleónicos
O buscado, las tonolidades respectivas (re mayor y mi literalmente a la puerta de su domicilio] y que Beetho-
bemol mayor) vuelven ahora o reproducir las de las ven procurará obstaculizar con todo el peso de su
dos sinfonías penúltimas 39 y 38, respectivamente. El ciclópeo talento (extendiendo tilánicamente el clasicis-
círculo se cierra olra vez, doblemente, sobre unas mo mucho más olió de sus reales posibilidades), ese
mismas notas fundamentales: si el conjunto sinfónico abismo que se llama Schubert o que se llama Schu-
concluye con un cuarteto de obras entre las que exis- mann, y que, cuando aún le queden a Chopin cuotro
ten obvias interrelaciones, idéntica consideración años de su brevísima existencia, estará recibiendo
cabe efectuar sobre esto doble pareja de quintetos (en 1 844] su primer estatuto teórico de manos de
que vienen a servir de epílogo al diálogo intimisto, Korl Marx, muestro de este modo su significativa y
pese al hiato temporal ya señalado. primera convulsión en esta música -testigo de uno
indiscutible bisagra histórica- que, sin perder un
En lodo caso, ese senlido unitario dimana de una ápice de su transparente y radiante sencillez aspira
doble polaridad simétrico. Por una parte, se trata de ya de modo irrecobrable al definitivo abandono de
reconstruir el sentido del equilibrio y la arquitectura toda posible enunciación versificada.
netamente clásicos asociadas a la formación cuarte-
lística desde una nueva perspectiva instrumental, en
donde las cinco partes deben funcionar como una José Luis Téllez
auténtico superación y relonzamiento de un cuarteto
múltiple, subsumido en una textura de más amplia 1. Se hablo aquí, sobre todo, de la equivalencia
proyección en el sentido de posibilitar su constante estructural de carácter entre la escritura vocal y la instrumen-
rearticulación sobre un modelo en incesante mutación tal en la música de cámaro mozoriiana; la tendencia de
tímbríca y en constante vaivén de densidades, utili- elaborar melodías de traza amplio y tesituras de ámbito
zando este último parámetro como uno verdadero ocasional y relativamente restringido, la frecuencia en el
variable constructiva de nuevo cuño; el uso de las desplazamiento por grados conjuntos... Los parentescos
cinco lineas instrumentales es, en una gran parte de siempre citados entre fragmentas operísticas y cameristicos
los momentos, una modo extremadamente original y evioentes en muchos casos: Deh vieni con el movimiento
ento del Cuarteto KV. 464, Netla bionda egti ha l'usanza y
hábil de mantener una materia cambiante, en cons- el larghetto del Quinteto KV 452, Wenn der Fieude Trónen
tante transformación: un trio que se opone a un dúo, ftessen con el Andante del Quinteto KV. 6 14...I, no constitu-
un cuarteto con dos violas y sin violonchelo que, yen el objeto de! presente comentario.
pocos compases más allá se ha transformado en otro
de distribución convencional, un juego antifonal entre 2. Destinatario de la Sonoro para piano KV 284 y de
tres Conciertos para fagot y orquesta, de los que tan sólo
un grupo agudo y un grupo grave, una escritura con- ha sobrevivido el KV! Ivl, descubierto por Mox Seiffert en
certante con solistas múltiples, voriables y alternativos 1934.
cuando así conviene..., y un meconismo, casi teatral, 3. Recordemos que leopold Mozart había publicado un
para crear tensión acerco del momento de entrada método de violin y era un virtuoso él mismo, y que WolF-
de la quinta voz; juegos desarrollados con una rique- gang era mostrado por su podre como violinista (además de
za incansable y una imaginación combinatoria que pianistal en sus qiros de infancia, exhibiendo una destreza
llevo hasta sus últimas consecuencios la problemático i i i i
equivalente en ambos instrumentos, aunque luego se decan-
tan brillantemente expuesta en lo KV 452, can una tóse hacia el naciente fortepiano y sus nuevas posibilidades
coloración más restringido ahora y, por eso mismo, expresivos; asi, resulla inevitable que ese mismo niño prodi-
muchísimo más depurado. Y en segundo lugar, y casi gio fuese más taide el primero en componer uno música (las
como un directo corolario: la enmascarada y decisi- antedichos Sonatas] que situara ambas fuentes sonoras en
va presencia de las asimetrías, del sentido de la rup- pie de igualdad. Por otra parle, y conociendo lo alición
tura y el desequilibrio, de la controlada irrupción de mozarliana por los timbres mós claramente mórbidos (su
una genuina prosa musical que, derivado del Sturm, formo de explotar el cálido registro grave o registro de cha-
se integra ahora al discurso desde una nueva lectura lumeau en el clarinete es una de Tas mós innovadoras y
expresivos aportaciones a la escritura instrumental de toda la
historia] tampoco cabe extrañorse de su decidida preferen-

13
cío por el requinto de la familia de la cuerda aguda, para el Ó. De dimensión más restringida, pero igualmente lla-
que, en el ámbito sinfónico y destinado con toda probabili- mativo, resulta el episodio del movimiento inicial en el
dad • si mismo, escribiera uno de los más admítanles diálo- Cuarteta con piano, KV. 478 en que, sobre un compás de
gos de loda lo literatura poro sofistas y orquesta: la Sinfonía cuatro partes, se inscribe varias veces una frase de cinco
concertante para violin y violo, KV. 364. negras: las indicaciones de slorzando sobre la primera y
4. Encargados como un grupo de tres por Hoffmeister sexta notas no dejan lugar a dudas sobre el momentáneo
[según afirmo Nissen), solamente se completaron dos, uno choque entre ambos periodos.
délos cuales seria publicado por Arfarla al año sucesivo, ol 7. A propósito de las influencias entre ópera y música
negarse o ello el primer editor por hallarlos en exceso com- de cámara en la obra de Mozart, no puede dejar de seña-
plicados y farragosos Nissen sostiene que Hoffmeister anti- larse oqui la cita, perfectamente explícito, del aria inicial de
cipó o Mozart todo el dinero correspondiente a las tres Belmonle en Die EntíOhiung, que la trompo e|ecuta en su
composiciones, con lo condición de que no compusiera codenzo final del segundo movimienlo.
más obras de ese mismo formato, 8. Lo más profundo sonoridad de esta instiumentación
5. Médico y hombre de ciencia al servicio de la Com- no volverá a adquirir carta de naturaleza en la música de
ponía de las Indias, destinatario igualmente del Concierto cámara hasta la excelsa oportación schubertiana. el Op.
pata flauta y orquesta, KV. 3 13. ¡63, ya en I 628.

Cuarteto de cuerda tocando, en fa poned puede verse el busto de Mozart

14
El mundo en sus manos.
AMSTERDAM ATENAS BIRMINGHA

NHAGUE DUBL1N DUSSELDORF

FRANKFURT GINEBRA HAMUUR

MARSELLA ,-,

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jobann Andreas Stein,
miniatura.

^i^rw.jippti

Autógrafo de fa Sonata en re mayor K. 284.

¡6
k o z a " ' e s u n a piedra de loque de!
LA OBRA PARA i
k A corazón. Si quiero probot o alguien
l \ # 1 q u e r ¡ d ° q u e ' e amo, me pongo ol

PIANO. I Y 1 piano y le loca uno obra de Mozart'.


f T 1 Estos palabras del gran intérprete de
Mozart Edwin Fischer expresan un mensaje esencial.
I. SONATAS Cada nota escrita por Mozarl reflejo su lemperamen-
to, en el que ternura y sensibilidad se mezclan con la
potencio y la virilidad con una riqueza de inspiración
y un dominio precozmente adquirido que sólo se
encuentra en J. S. Bach. Esa capacidad para expre-
sar los pensamientos más profundos vuelve difícil la
bueno ejecución de su música. Las hazañas lécnicas
representan una pobre ayuda Sólo un corazón que
sabe conmoverse puede expresar una música que
comunica lo ternura.Ningún otro compositor clásico
ha escrito un movimiento que lleve la indicación
«amoroso* (Andante de la Sonata en si bemol mayor,
K281}
•Beethoven es magnífico, pero Mozarl es sublime-.
Seria absurdo preguntarse quién entre los dos maes-
tros ha expresado más profundidad en su música. Sin
embargo, varias veces se ha hecho esta pregunta.
Durante mucho tiempo se consideró a Beethoven
como el más profundo. Sus obras encarnaban la
expresión de lo trascendencia y de lo inefable. Por
cierto, el movimiento en forma de variaciones de su
última Sonata para piano opus I I I da la sensación
de un despego de este mundo que supera toda expre-
sión musical normal, así que tanto el intérprete como
el oyente deberían tener la posibilidad de experimen-
tarlo. En cambio, la profundidad de los pensamientos
y de los sentimientos de Mozart es más difícil de cap-
tar. Menos evidente, se aparta de la mirada. No se
Euede enfocar el Misterio Mozarl más que con melá-
iras. Su música puede compararse con una mirada
puesta en los ojos de un niño: insondable.
Las Sonatas de Mozart son pora mí como un
poema de Goethe: se contentan con existir, siendo
difícil creer que hubo una época en que todavía no
existían. La claridad y la ligereza de las creaciones
de Mozart han dado la impresión, muy injustamente,
o unas generaciones de melómanos de que compo-
nía sus obras sin e menor esfuerzo, como canta el
pájaro. En realidad, sus creaciones son lo consecuen-
cia de un trabajo tremendo y de una labor muy
importante. Mozarl analizaba con cuidado las com-
posiciones de los maestros antiguos lo mismo que las
de sus contemporáneos, y procuraba superarse sin
cesar. Joseph Haydn ha reconocido en Mozart mejor
que en lodos esa combinación de un don divino y de
un dominio adquirido, como lo prueba esa declara-
ción hecha a Leopold Mozarl: «Se lo digo delante de
Dios, como persona honrada, su hijo es el mayor
compositor que conozco Tiene gusto y además la
mayor ciencia de la composición» ¡Leopold Mozart
citó estos palabras en uno carta a su hija, escrito en
Salzburgo, fechada el I ó de febrero de 17851.
El hecho de que Mozart se haya dedicado bastan-
te tarde a la composición de las sonatas explica la
infalible coherencia de estilo de la primera serie de
sonatas conservadas. Las sonatas posteriores, como
se podía esperar, abarcan obras de mayor importan-
cia, más largas y de una expresividad más personal.
Pero ya las primeras sonatas revelan un material temá-
tico de una gran diversidad y de una gran belleza.
Haydn, en sus sonatas pora piano, se inclinaba a la
utilización de los temas de una manera más económi-
co que Mozarl, asi que leda la exposición, y por lo estructura es transparente y la sorpresa principal, des-
tanto todo el movimiento, surtía las células que forman pués de un largo desarrollo, estriba en un orden diferen-
el primer tema de una manera secuencia! y por dife- te de los motivos durante la reexposicíón. Particularmen-
rentes tipos de fragmentaciones. Los milagros de te agradables para el oído en la Sonata en do mayar
forma en Mozari son menos fáciles de explicar. K 2/9 1189 al son el Andante lírico y expresivo (cuyo
Hay buenos motivos para pensar que Mozart ornamentación con tresillos anuncia el famosa Andante
habla estudiado las sonaras llamadas Kurzbóck del Concierto K 467 en do mayor) y el Finale vivo y
(Hob. XVI.2 1-2Ó) en el momento en que componía su fogoso muy haydniano. Resulta que el segundo rema
primera serie de sonatas. Las de Haydn habían sido del brillante último movimiento que abre el desarrollo
impresas en 1773, año en que Mozart padre y su presenta analogías ritmicas con el motivo del Finóle de
hí|O Wolfgang pasaron una breve temporada en la Sonoro en fo mayor de Hoydn ¡Hob. XVI.231 y aún
Viena Es posible que hayan dado con un e|emplar más con el temo del Presto de su Sonata en si menor
de estas Sonatas en aquel entonces. Además, a par- {Hob. XVÍ.32). Este es uno de los numerosos motivos
tir de 1763. Michael Haydn vivió en Salzburgo, en que nos íncilan a pensar que Mozart conocía con gran
cuya Corte trabajaba y trabó amistad con los probabilidad las seis sonatas llamadas Kurzbóck.
Mozart. Puede que haya mostrado a Mozart un ejem-
plar de las Sonatas de su hermano. Quizás también
las Sonatas op. ^ de J. Ch. Boch han servido de
modelo a las sonatas para piano del joven Mozart. 2. Sonata en fa mayor K 280 (189 e)
La influencia d e j . Ch. Bach ha sido comprobada a
menudo; seguro que Mozart conocía sus sonatas y I odos los movimientos de esta Sonata tienen un
que le han influido en cuanto al número de movimien- compás ternario, cosa poco habitual en la época de
tos que dar a una sonata y a sus relaciones tonales. Mozarl. El primer movimiento tiene el carácter de un
Minuelo vivo, a pesar de la indicación Allegro assaí.
Se encuentra en él un anticipo de los otros dos movi-
mientos en fa mayor, en tres por cuatro, los de las
Las seis primeras sonatas, K 279-284 Sonatas K 332 y K 547 (hobiendo sido escrita la últi-
ma ínicíalmente para piano y violín). Parece, pues,
La sene de seis primeras Sonatas conservadas fue que unas características de tonalidad y de compás
compuesta de manera casi sequra, en Munich, duran- han podido inspirar la imaginación ae Mozart de
te el mes de marzo de I 775. El mismo Mozart las lla- igual modo. El período del primer tema de la Sonata
maba »las Seis sonatas difíciles» y las ejecutó varias K 280/i, el movimiento rítmico de los corcheas y de
veces durante su gira por Augsburgo, Mannheim y las semicorcheas de los doce primeros compases
París 11777/8). La fecho de composición relativamen- ofrecen un contraste particularmente acertado con los
te tardía de estas primeras sonatas enteramente conser- tresillos de los catorce compases siguientes.
vadas explica que nos encontremos ya en presencia El segundo movimiento de esta Sonata es un Ada-
de obras maestras asombrosas. La secuencia de tonali- gio en fo menor con ritmo de siciliana. Es una de las
dades básicas (do mayor, fa mayor, si bemol mayor, creaciones más hermosas de todo el ciclo. Quizás
mí bemol mayor , sol mayor y re mayor) de las seis haya sido escrito poco líempo después de la compo-
Sonatas lo mismo que una evolución sensible de la vir- sición de la Sinfonía, de juventud, K ¡83 en sol
tuosidad entre la sencillez pianística de la Sonata en menor, que traduce un humor comparable; pero se
do y la relativa dificultad de lo sexta Sonata llamada encuentra en él un parecido más evidente con el
Durnilz, son dos factores que nos llevan a pensar sin movimiento de siciliano, escrito en la misma tonali-
duda que Mozart había proyectado publicar probable- dad, de la Sonata en fa mayor [Hob. XVI.231 de
mente el ciclo acostumbrado de seis sonotos. Para este Haydn y otras similitudes entre las sonatas de los dos
tipo de ciclos, los editores recomiendan vivamente a compositores aparecen conforme se avanzo en el
los compositores que empiecen por una sonata más movimiento En las dos obras, la quejo inicial de la
fácil para acabar con una sonata brillante Quizás siciliana se mezcla en una ardiente melodía, en la
Mozarl no haya podido llevar a cabo tal proyecto de bemol mayor con un acompañamiento de una dulzu-
publicación de un ciclo entero o no haya querido darle ra conmovedora. Pero lo indicación Adagio relacio-
una continuación en los años posleriores. En todo no este movimiento con el estilo más lento y más
caso, la última sonata del ciclo es la única en haber grave de la siciliana (cuyo modelo ya se puede
sido editada cuando vivió Mozart: fue, en cambio, encontrar en el Concierto para clave en mi mayor de
publicada varias veces. J. S. Bach] y subraya también su parentesco con e
movimiento lento intensamente triste del Concierto en
la mayor K 488 que lleva igualmente la indicación
adagio en vez de andante.
1. Sonata en do mayor K 279 (189 d)
El final de lo Sonata, un Presto en 3 / 8 , vuelve a
/\unque los seis Sonatas han sido escritas en la misma establecer el humor alegre del principio. Es también
époco, hay buenos motivos para pensar que al menos muy haydniano, pero más pianístico, más largo y
el Allegro que abre la primera, Sonata K 279 ha sido más rico que la mayor parte de las obras de este
compuesto más temprano Este movimiento difiere de género en Haydn.
los de todas las sonatas siguiente, porque no encierro
grandes temas de introducción característica. En vez de
esto, empieza por una serie de cuatro motivos, de una 3. Sonata en si bemol mayor K 281 (189f)
manera que hace pensar en las técnicas barrocas Los
tres movimientos tienen forma de sonata. El primero, a Oí bemol mayor la tonalidad de la tercera Sonalo
pesar de su ornamentación generosa, no alcanza todo- de ciclo, parece haber sido la tonalidad preferida de
vía la riqueza melódica de los sonatas siguientes; la Mazarí para el piano. Lo utilizará en efecto en tres
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sonotos, en no menos de cualro conciertos y seis las danzas tradicionales austríacas. Estos elementos
sonatas poro piano y violin. Al principio, el tema del folklóricos o populares son relativamente escasos en
primer movimiento introduce un dualismo encantador Mozart pero este movimiento es una excepción muy
entre los tresillos de semicorcheas y los fusas. Este cerco en esto de los Minuetes del Septimino op. 20
movimiento, magníficamente construido, merece ser de Beethoven y de su Sonata op. 49 n 5 2. El final,
ejecutado más a menudo. Y los pianofortes de la un Allegro en 2 / 4 de una brillantez y de un vigor
época de Mozart con su sonido claro y transparente irresistibles, viene a concluir una obra verdaderamen-
y su timbre peculiar parecen prestarse muy bien a la te original y conmovedora.
expresión del delicado enconto de toda lo Sonata. El
segundo movimiento (Andante amoroso) formo parte
de las más bellas obras de juventud de Mozart. 5. Sonata en sol mayor K 283 (189h)
Hace falta tocarlo con un ardor introspectivo, no
como una declaración apasionada de omor. Los sus- La quinto 5ona/o K 283 1189b!, escrita en la tonali-
piros afectuosos alternan con un tierno flujo de dulces dad pastoral y alegre de sol mayor, goza de una
frases melódicas. gran popularidad , ello también innova musical y p¡o-
El Rondo final tiene un ritmo de gavota; rebosa de nísticamente. La diversidad de su invención melódica
viveza y multiplica los efectos de concierto, por ejem- es típicamente mozartiana, como lo es lo forma sona-
plo en lo corla cadencio del compás 43, con la vue- ta claromente definida del primer movimiento. Lo pri-
ta del tema con un acompañamiento de trinos (c. mera idea es una maravilla de invención de acentos
1 14 y s.). El tema del rondó es binario, siendo la folklóricos. El tema de la exposición y su prolonga-
segunda parte una repetición variada en el sentido ción estriban en un intercambio incesante de pregun-
que le daba C.P.E. Bach. Los suspiros de Mannheim tas y respuestas, expresada la última respuesta en un
en la italiana del compás 3 se retoman en el primer ritmo barroco hemiólico (compás de 3 / 2 brutalmente
episodio. El segundo episodio en menor introduce intercalado en un movimiento de 3/4). El trozo de
una pizca de melancolía en la alegría de los aconte- unísono ornamentado que sigue (c. 1 6 / 2 2 ) está
cimientos que, a su vez, se va a perder en el tercero, magníficamente escrito y produce un efecto sonoro
esta vez con un acorde de séptima disminuida, pues- particularmente lucido cuando se ejecuta en los pia-
to con énfasis (c. 102-104). t i movimiento, aue pre- nos de la época de Mozart. Este tipo de efecto de
senta analogías de forma y de tonalidad con los finó- lutti ero uno de los que le gustaban a Mozart y lo usó
les de las Sonatas K 333 y K 570, lo mismo que con también en obras posteriores, como Variaciones
el del Concierto K 238, se acaba con una corto sobre un tema de Gluck K 455 y el Concierto pora
coda espiritual y jovial. piano K 456/1 o la cadencia del Concierto para
piano en sol mayor K 453/1.
El Andante en da mayor no tiene pretensiones,
4. Sonata en m¡ bemol mayor K 282 (189gJ pero sutiles matices de interpretación permiten a las
notas repetidos del tema producir un efecto real. A
Csta Sonata presenta la peculiaridad de abrirse con diferencia del primer movimiento que, o guisa de
un movimiento lento como la Sonata K 33!, en la desarrollo, se contenta con presentar una nueva idea
mayor, sin perder sin embargo la forma de un movi- seguida por una larga transición para la reexposi-
miento de tema y variaciones. Es el Adogio lírico el ción, el segundo movimiento encierro un verdadero
que está construido con forma de sonata. Comienza desarrollo en el sentido académico que cobró este
con un tema expresivo de escritura a tres voces que término en el siglo XIX, con la presentación inicial del
asombra no volver a encontrar en la reexposición y tema para la mano derecha (en re menor y en do
que no vuelve más que en la coda. La expresión es mayor) luego en el registro grave, etc. Un Presto de
tan tierna y tan íntima que este movimiento bien una brillante virtuosidad viene a cerrar esta Sonóla.
hubiera podido ser calificado de amoroso como el En los últimos compases se descubre una broma típi-
Andante de la Sonata precedente. Lo que nuestro camente mozartiana: ha puesto en la partitura la
oído oye como oigo típico de Mozart es en realidad palabra coda; sin embargo, esta coda no tiene nada
una adaptación del Tema y Variaciones de Haydn en que ver con el epílogo elaborado que se espera; se
la misma tonalidad, Hob XVII. 3, compuesto pero no limita a dos acordes conclusivos.
impreso antes de 1774. La melodía y la armonía son
prácticamente idénticas, tan sólo cambia el ritmo.
¿Se trata de una copia inconsciente? Es posible que
Mozart haya visto un ejemplar manuscrito de esta 6. Sonata en re mayor K 284 (205b)
obra que pertenecía ol hermano de Haydn, Michael
Un segundo tema grazioso, comienzo en el compás /Vlozart ha dedicado esta Sonata a un tal Freiherr
nueve. Es esencialmente un motivo binario, sencillo, Thaddóus von Dürnitz, lo que explica que haya sido
que se repite para mezclarse imperceptiblemente con llamada a menudo Sonata Dürnitz. Entre estas seis
el pensamiento que remata lo exposición. El desarro- primeras sonatas es sin duda la mejor, lo más brillan-
llo comienzo de manera espectacular con un acorde te y la que requiere más habilidad técnica. Se puede
de séptima disminuida fuertemente cargado, seguido entender por qué Mozarl. lo quería particularmente y
de dos cortos crescendos. A pesar de su brevedad, que hoya seguido tocándolo él mismo. De esta Sona-
este movimiento nos da un ejemplo del me|or Mozart, ta dijo que producía un efecto incomparable cuando
expresivo y refinado. Viene inscrita una multitud de la tocaba en uno de los nuevos pianofortes de Sfein.
signos e indicaciones con un cuidado meticuloso. Una primera versión del principio del primer movi-
miento redactada en una página y media fue suprimi-
En contraste con este movimiento lento, el siguien- da por Mozart. Empezó a volver a escribir la versión
te es un Minuete vivo cuyo Trío (bautizado Minueto II) definitiva al pie de esta misma página. El material
es relativamente lorgo y se inspira evidentemente en temático de este movimiento de apertura (y en menor
grado, el de los movimientos siguientes) está dispues- moyoria de sus contemporáneos. En este punto, en
to en una escola más amplia, casi más orquestal, lo cambio, se complació en intentar nuevas experien-
que constituye una ruptura con el tono de intimidad cias.
de las primeros sonatas. El efecto de trémolo en los Quizás sea útil, con un breve análisis, probar cuál
composes 13a 16 y las apariciones repelidas al uní- era el modelo de referencia de una forma de allegro
sono del primer temo bien pueden leerse como la de sonata para Mozart, y el primer movimiento de la
reducción de un lulU orquestal. El segundo terna, de Sonata en do mayor K 309 ¡284b¡ es, a este respec-
ínea melódica más flexible, sin acompañamiento en to, un ejemplo ideal paro semejante examen. £1 pri-
su compás de introducción, encierra una cadena des- mer lema tiene un principio carocteristico en marcato,
cendente de primeras transposiciones -fórmula armó- seguido por una respuesta de cinco compases. La
nica muy apreciada en los siglos barroco y clásico cuarta descendente y la sexta ascendente del princi-
(hay trozos idénticos en los temas subsidiarios de la pio forman uno de los motivos predilectos de Mozart;
obertura de la Ifigenia en Táuride de Gluck y el pri- es su procedimiento melódico acostumbrado. Lo utili-
mer movimiento del Concierto italiano d e j . S. Bach]. za a menudo en menor lo mismo que en mayor y
Esto funciona como un Irozo de solo por oposición a muchos temas suyos empiezan con este motivo (por
las introducciones de lutti que siguen en el compás ejemplo el segundo movimiento de la Sonata en la
30. El desarrollo cruza un ciclo de tonalidades meno- mayor K 33} y el Adagio en 5/ menor K540y algu-
res antes del principio de lo reexposición en el com- nos lemas de las Sinfonías K 114, K 124, K 319/11
pás 72. y K 551/11]. Los siete compases del tema principal se
repiten con una ligero variación. Los composes 12 a
Mozart ha titulado el segundo movimiento: Ronde- 2 0 concluyen el período del primer tema con una
au en Polonaise. Se trata pues de una dan2a. Los frase respuesta (3+3 composes]. La transición acude
cuatro primeros compases constituyen una forma de o un nuevo materiol y luego, en el compás 35 ¡des-
diálogo (como el tema del primer movimiento de la pués de 2 compases preliminares] aparece un segun-
precedente Sonata en sol mayor) y Mozari los somete do tema cantabile en la dominante (sol mayor), que
a variaciones con bastante acierto. Acentúa el con- consta dos veces de cuatro compases. También se
traste enire la exposición y la contra-exposición con repite y se encamino hacia un tema de cierre, lleno
indicaciones de dinámica. de vida (grupo conclusivo] que cruzo un trozo de
El último movimiento de la Sonata es una sucesión ornamentación pianística (c. 43) y encierra una mara-
de variaciones alegres que es un regalo pora el pia- villosa reducción de los compases 35 y 36 en el
nista y presenta, hasta la variación en adagio, las compás 45. La exposición se acabo con una codetta
características de una govota. El don especial de de cinco compases. El desarrollo presento primero el
Mozari para la escritura de variaciones se manifiesto motivo de exposición en sol menor y luego las dife-
en él de la maneta más brillante. La impresión superfi- rentes ideas del primer tema son elaboradas. En este
cial de forma difuso no aguanto el examen detalla- modo de aduar, Mozart se refiere mucho más que de
do: no resultaría muy fóctfolvidar una de los doce costumbre o los principios de escuela. Otras dos
variaciones o añadir una. La variación en Adagio exposiciones del motivo del principio nos llevan a la
presenta un interés particular para los especialistas de reexposición en el compás 9 1 . El segundo tema,
Mozart, pues nos proporciona unas ideas de su con- ahora en la tónica, se cruza con su acompañamien-
cepción de la ornamentación improvisada: el autó- to. Estamos frente o una reiteración del principio en
grafo sólo está adornado púdicamente y es proboble una coda que se impone a la fuerza.
que Mozart embelleciera a su antojo el texto durante
la ejecución. Pero una versión ricamente adornada
ha sobrevivido en la primero edición, publicada El segundo movimiento de esta Sonata es un
cuando vivía Mozart; y no cabe dudo de que esta Andante un poco adagio introspectivo. Mozarl había
versión embellecida es obra del mismo Mozart, anunciado en uno corta su deseo de adoptar este
gquién más podría embellecer una músico de manera Andante al genio de la ¡oven pianista Rose Canna-
ton ingeniosa? Esto nos instruye sobre las ideas de bich por quien lo había escrito: 'es una hermosa y
Mozari en cuanto a la ornamentación en general y encantadora joven, lo mismo que este andante. Es
aquí en particular. muy maduro y comedida pora su edod, no hablo
mucho y siempre lo hace con gracia y amabilidad».
Es un Rondo elegante y fluido, de uno duración inusi-
tada el que cierra esto Sonata.
Tres sonatas, K 3 0 9 - 3 1 1 El primer movimiento de la Sonara en re mayor K
311 ¡284c] como la Sonofo dedicóla a Dümitz que
L s dos Sonatas siguientes, K 309 ¡284b) y K 31 1 es anterior (también en re mayor] es un movimiento
1284c) fueron escritas probablemente en Mannheim de brillantes efectos orquestóles; ambas obras rebo-
en 1/77, y son asi más homogéneas, más clásicas, san de una exuberancia de estilo Mannheim. El
que las sonatas anteriores. El primer movimiento de la segundo movimiento podría describirse como un
Sonata K 309 en do mayor es un modelo para ense- movimiento de sonóla que carece de su desarrollo
ñar la estructura de lo forma sonata. En los formas de Su temo de once compases muy cantado, 4+4 (3
sonalo, no más que en las fugas de Boch, ningún 1/2] + 3 (3 1/2) con una nota conclusivo en el
dogma sirve de base para el proceso de composi- compás número doce, precede a un episodio y una
ción, pero coda sonata trae una nueva variación a repetición del temo en una maravillosa voriación en
un principio fundamental. Esto suponia, para Mozarl, re mayor (compás 25) a modo de segundo tema con-
la obligación de conformarse con ciertos esquemas trastante. La reexposición comienza en el compás
sin por ello dejar que le estorbasen su propia libertad 39. Pero ninguna consideración de forma es capaz
de creación. Para estos movimientos de sonatas en de tributar un homenaje o la profundidad de este
tonalidodes mayores, recomendaba lo presencia de movimiento. Bajo las formulaciones aparentemente
un segundo tema distinto en la dominante como la sencillas, se oculta una profunda corriente de emo-

101
Mazan a los catorze años, por Saverio dalla Rosa.

100
ción Entre los contemporáneos de Mozart, Joseph clarísimo las oscilaciones entre la resignación y el
Haydn ton sólo podía a veces emparejar tal riqueza desafío, y la presencia de un único rasgo luminoso
de expresión. El movimiento final es uno de los ron- en la mayor, efímera Fofa Morgaño.
dos de Mozart llamados fondos de caza, en 6 / 8 ,
como se encuentran en sus conciertos para piano
Mezcla de modo brillante lo forma del rondó con la Tres sonatas K 330-332
lorma de la sonata. El segundo episodio en si menor
se asemeja a un desarrolló coronado por una peque- U n a s investigaciones recientes hon establecido que
ña cadencia redactada. la indicación de fecha «París 1778* que llevaban
Sonata en lo menor K 310 (300d¡. Esto Sánala hasta ahora las tres Sonatas siguientes era inexacta,
en la menor abre de repente los puertas de otro y que en realidad fueron compuestas en Viena (o
mundo. Einslein tuvo razón, sin duda, al suponer que Salzburgo) en 1783. Resulto, pues evidente que
la Sonata hablo sido escrito bajo el peso del dolor Mozart las escribió después de tomar ciertas distan-
de Mozart, provocado por la muerte de su madre en cias respecto o su padre y respecto a la Corte de
París. El primer movimiento lleva la indicación Allegro Salzburgo.
maestoso y el tema de introducción es verdaderamen- La Sonata en do mayor K 330 ¡300h) ofrece un
te majestuoso: su ritmo con puntillos se percibió antes contraste total, en muchos aspectos, con la obra que
como marca de majestad. La textura es orquestal en precede. No contiene ninguno morca de melancolía,
su plenitud y el movimiento acompasado de las acor- fuera de la nota de tristeza que domina la parte cen-
des de acompañamiento evoca una grandeza demo- tra del Andante. El primer movimiento es de una ale-
crática y amenazanle. En el primer movimiento alter- gría exuberante. Lo sigue un Andante cantabile ínti-
nan de modo continuo angustia y resignación. En vez mo, con un episodio en menor muy expresivo que
de segundo tema cantabile (a partir del compás 23) encierra una muy bello composición contrapunlística
Mozart ha elegido un movimiento uniforme de semi- en su porte en la bemol. La rica articulación y los
corcheas seguido por un Irozo de contrapunto en dos escrupulosas indicaciones de dinámica traducen la
partes para la mono izquierda (que empieza en el predilección de Mozart por esta Sonata. Señalemos
compás 28). Los cinco compases de la exposición de paso que los cuatro últimos compases de este
recuerdan el ritmo con puntillos del primer tema. movimiento central no aparecen en el autógrafo.
Durante el desarrollo, estalla un temporal. Este trozo Mozart los añadió al entregar lo Sonata al impresor.
es único y sin precedente en las obras para piano ¡Genial iluminación de última hora! Este Andante
de Mozart. Los contrastes dinámicos abruptos crea- viene seguido por un movimiento final alegre y vigo-
dos por la alternancia de los ff y de los pp que roso en forma sonata que lleva la indicación Allegret-
Mozart recomienda aqui, prefiguran los desenfrenos to. Su desarrollo empieza por un tema de acentos fol-
de ios sonólas de Beelhoven. Los dos acordes de klóricos bo|O el cual bien se podría apuntar la letra
séptima disminuida en los composes 126 y 127 gracioso de un canto popular vienes, Unsre Kalz bat
funge kriegt...
intensifican la expresión de lo trágico, que era un sig-
nificado característico de este acorde en el período t o Sonata en lo mayor K 33 I ¡300¡j siempre se
clásico. ha situado entre las obras más apreciadas de
El segundo movimiento de esta Sonata en fa Mozart. Empiezo por un movimiento de tema y varia-
mayor) llevo lo indicación de Andante cantobie con ciones íntimo y elegante que llevo lo indicación
espressione. Este movimiento muy expresivo es esen- Andante grozioso. Así, esta composición se aleja de
cialmente lírico; supone una ejecución con dignidad, la concepción de la sonota habitual: no encierra nin-
pues no se encuentra en él el ardor y lo gracia de los gún movimiento con formo de sonata y se relaciona
movimientos lentos acostumbrados en Mozart, sino con el divertimento. Sin embargo, incluso oquí, los
una pasión dominada. Un segundo tema (compás 15 movimientos von unidos por fuertes afinidades de
y s. recuerda con sus notos repetidas el del Andante melodía y de formo. No es ninguna casualidad si el
de a Sinfonía en la mayor, K 201. El desarrollo final del temo de las variaciones se repite textualmen-
comienza con una elaboración solemne del tema de te al final del Minueto, si el cruzar de las manos del
introducción y se intensifica hasta el paroxímo de los trío del Minueto aparece ya en la variación IV, si la
compases 4 3 9 olra vez es uno de los trozos más tonalidad del final es anunciada en la variación III, y
angustiados de as obras para piano de Mozart que si se encuentran alusiones al famoso final de la mar-
recuerda a este respecto la expresión apasionado de cha turca en lo moyor en los compases 5 y ó de la
a parte central del primer movimiento. Por Fin, la variación allegro. La irregularidad de lo estructura de
reexpo5iáón vuelve a encontrar el tono sosegado del as frases del Minuelo es típicamente mozortiana. Las
primer temo. octavas dobles de los compases 20 o 24 dei trío del
Minueto presentan dificultades poco corrientes en lo
El movimiento final, un Presto, vuelve a encontrar époco de Mozart, quien las usó sólo en esta oca-
o premonición del primer movimiento. Pero en vez sión. Lo fama del encantador Rondo alia turco, o imi-
de presentar el drama con la ayudo de una textura tación de la música turca en su parle en la mayor, no
orquestal, este finale no ofrece más que una impre- es nada usurpada. Aqui Mozart nos da uno primera
sión matizado de lo trágico subyacente. Mozart, a impresión de los efectos obtenidos por lo turco , el
diferencia de Beethoven, ofrecía pocos veces en sus pedal de percusión que se encontrará con frecuencia
obras en menor el desarrollo luminoso de un final en en los pianos vieneses después de 1800. Los prime-
mayor. Pocas veces dejoba que lo alegría pudiera ros pianofortes con pedal de percusión son instrumen-
Superar lo trágico. La mayor parte de sus composicio- tos ideales para interpretar esta Sonóla.
nes en menor vuelven o encontrar el espíritu de su
principio, como es el caso aquí. Este Presto es uno La Sonoto en la mayor K 332 l300k¡ encierro un
de los movimientos más morcados por el desamparo primer movimiento de 3 / 4 , como la Sonata K 280
que hoya escrito Mozart, como lo indican de modo en la misma tonalidad. Los compases de introducción
cantabile preceden una largo frase de respuesta que ducción de una cadencia que utilizo todo el teclado
abarca un venero de ideas melódicos, entre los cua- Icompás 171) en un movimiento de sonata para
es muchas recuerdan a Haydn (compás 13 y ss.). piano es algo bastante sorprendente. Esta cadencia
Este movimiento no es un ejemplo clasico de formo de efectos múltiples solamente se iguala en los con-
sonata o pesar de los punios de referencia principa- ciertos de Mozart; es superior con gran diferencia a
les: la composición tripartita (exposición desarrollo y las cadencias de las sonatas de Haydn o de C.P.E.
reexposición], lo mismo que las grandes líneas de Bach.
esquema tonal. Sin embargo, se encuentra un trozo Unos estudios recientes de Alan Tyson y Wolfgang
borrascoso en re mayor y una modulación en do Plath han establecido con certeza que esla Sonata
menor antes del principio del segundo tema en la fue compuesta en noviembre de 1783 al mismo tiem-
tonalidad normal en do mayor. Ray también otros po que la Sinfonía Unz K 425: el examen del papeí
numerosos detalles que prueban que Mozart se toma- de música les llevó a esta conclusión.
ba libertades en eí tratamiento de la forma de lo
sonata, como el ritmo hemiólico de los compases 04-
5 y el nuevo material temático introducido al empe-
zar el desarrollo. Fantasía en do menor K 475 y Sonata en do menor
K457
El movimiento Adagio, en si bemol, muestra hasta
qué punto Mozart sobresalía en el arte de variar las L^espués de esta obra, Mozart ya no ho escrito
repeticiones y proporciona un ejemplo típico de la sonatas antes de la gran Sonata en do menor K 457
costumbre que tenia de enriquecer la ornamentación de octubre de 1784. Mientras tanto, ha escrito y eje-
durante la preparación de la obra para su publica- cutado Conciertos para piono -cinco seguidos en
ción. Así, los ornomentos aue antes eran probable- 1783 (K 449, 450, 451, 453 y 45ó\- para sus
mente improvisados se volvían impuestos, ya que la conciertos por suscripción en Viena, que tuvieron un
obra se publicaba con lo ornamentación escrita. E éxito rotundo. No es de extrañar, pues, que lo virtuo-
último movimiento es un Allegro assai en 6 / 8 que sidad brillante de la que dependía el éxito de sus
exige más competencia técnica por parle del pianista conciertos pueda encontrarse en sus obras posterio-
que la moyor porte de las sonatas de Beethoven. Esto res. Sin embargo, la Sonata en do menor no sólo se
prueba que Mozart debía ser el mejor pianista de su queda en esto. Nos ofrece uno conmovedora
época manifestación de angustia, un lenguaje radicalmente
nuevo, que permiten situarla al principio de uno
La Sonata en si bemol moyor K 333 ¡315c) nos época. Es la obra que impresionó más profundamen-
llevo hacia nuevos reinos de lirismo. Se puede supo- te a los contemporáneos directos de Mozarl y • sus
ner que esto es una peculiaridad de la tonalidad sucesores, particularmente al ¡oven Beethoven. Si se
escogida por Mozart. El primer movimiento se abre excluye la Sonata (muy distinta] en do menor (Hob.
con un tema cantabile que nadie fuera de él hubiera XVI.20] de Haydn, se puede afirmar que es la prime-
podido escribir. Apuntemos que los compases en ro obra verdaderamente monumental del repertorio
3 / 4 son una variación de lo frase inicial. Un compo- de la sonata. Está concebido paro una acústica de
sitor italiano menor hubiera repetido el primer motivo salas más espaciosas que los salones. Aunque ha
con un grado más bajo. Esto sonarla bien pero no sido escrita en 1784, en el momento en que conocía
podría en absoluto pretender igualar en cuanlo a su apogeo el éxito social de Mozart en Viena, es
belleza el lema de Mozart. La riqueza de los inven- profundamente Irógico. Durante ese año 1784, dio
ciones melódicas y temáticas, aquí, como en la otra más de veinte conciertos en los que ejecutó sus pro-
parte de ¡a Sonata, es simplemente asombrosa. jQué pias obras, llenando siempre aparentemente las
sencillo parece ser en comparación con ella lo estruc- salas; incluso en nuestra época moderna de industrio
tura de la Sonata op. 22 de Beethoven, escrita en lo del concierto, es totalmente excepcional que un vir-
misma tonalidad! Con esto Sonata, Mozorl nos tuoso, y con mayor motivo un compositor virtuoso,
ofrece, por muchos motivos, un anticipo de la divina haga veinte apariciones en una solo ciudad. Sin
duración característica de algunas sonatas de Schu- embargo, fue en esa época cuando la tragedia a la
bert. vez objetiva y subjetiva, se apoderó de Ta vida de
Según lo teoría estética de Daniel Schubart, la Mozarl paro [levarle hasta la muerte en la miseria. La
tonalidad de mi bemol, la del movimiento central, era Sonoro en do menor es la primera de una serie de
lo tonalidad del amor, de la oración y de la intimidad obras trágicas, escritos en tonalidades menores, que
con el Altísimo, simbolizando los tres bemoles la Trini- alcanzara su punto culminante con el Réquiem inaca-
dad. Esta interpretación, por una vez, parece aplicar- bado de 1791
se a este movimiento, Andante cantabile, más solem-
ne y profundo. Tiene forma de sonata y da la impre- Desde los primeros compases, con un tono muy
sión de haber sido concebido como un trío de cuer- afirmativo, el primer movimiento es un grito sostenido
das. El principio del desarrollo es uno de los momen- de protesta que acaba convirtiéndose en un Adagio
tos más atrevidos, con ásperas disonancias que pro- consolador, uno de las inspiraciones más bellas de
ducen ionio más efecto cuanlo que suceden a la Mozart Las similitudes del tema en la bemol mayar
eufonía del trozo anterior. del segundo episodio con el tema de adagio de la
La solemnidad de mí bemol desaparece con e Patética de Beethoven no son, quizás, uno simple
Fínale, un rondó conceriante en si bemol, cuyo humor casualidad. Pero lo trágico de la Sonata de Mozart
|oviol conserva sin embargo uno pizca de gravedad, no se deja contener por este Adagio y vuelve a apa-
cerrando esta bella Sonata de manera bastante con- recer con una fuerza conmovedora en el Rondo final
vincente. Algunos de sus particularidades dejan supo- en que los gritos de lamentación, de protesta, de
ner que se trata de un concierto disfrazado. Uno de terror y de desesperación vienen a ser continuamente
os ejemplos más llamativos es el principio en tulti interrumpidos por unos silencios que los hacen vanos
que precede a la cadencia (compás 1Ó8). La intro- y estériles. Con todo, esta expresión subjetivo no que-

J2zL
brania la formo clásica. La músico de Mozart accede bemol, con un asomo de resignación. Lo escritura
a lo grandeza merced a un orden y una disciplino polifónica es meticulosa y los temas son muy pareci-
interiores que superan la tragedia personal. En esto dos prestándose a la par al contrapunto (ver el princi-
iguala a Beethoven. En el primer movimiento, la pri- pio del desarrollo). La acumulación de notas retorda-
mera exposición al unísono y su respuesta alcanzan, das suspensivas (compases 6 0 al 72] sumió o los
como los temas del Concierto para piano K 491 y músicos en la perplejidad hasta el siglo XIX e incluso
de la Fantasía K 475, una hondura que no podría hoy en día uno no puede más que asombrarse ante
sondear el lenguaje. el suspense dramático de esta composición lineal de
Aunque Mozart escribió la gran Fantasía en do varias voces.
menor -en que mezcla de una manera única el do Después de este Andante, Ma?art no ha escrito
menor lúnebre con un cromatismo demoniaco- seis final, pero ho escogido el Rondo en fa mayor, com-
meses después de componer la Sonata, confirmó la puesto en 178Ó, para cerrar la Sonata. Da cierto
existencia de un lazo entre las dos obras al publicar- descanso; pero a pesar de prolongarse el Rondo con
las junios. Salieron bajo el título; Fantaisie el Sonata uno parle contrapuntistica, en forma de cadencia, y
pour le Forte-Piano, en diciembre de 1785, con una a pesar de un magnífico episodio en fa menor, este
dedicatoria a lo Señora Therese von Trattner. La Seño- momento no tiene la tensión que caracterizo los movi-
ra von Trartner era una alumno de Mozarl y la esposa mientos precedentes, en particular el segundo.
de su rico e influyente propietario. Se dejó creer que Mozarl ha titulado la Sonato en do mayor K 545
la expresión grave de las dos obras temo su origen • Eine kleine klavier-Sonate fur Anfanger* (pequeña
en una historio de amor infeliz. Nada, sin embargo, Sonata para el teclado destinada a los principiantes],
permite comprobar esta hipótesis. cuando apuntó su tema en el catálogo de sus obras,
Esto Fantasía puede considerarse como la compo- el 26 de junio de 1788. La Sonata se conoce de
sición más significativa de Mozart paro piano solo. costumbre bajo el nombre de Sonata fácil y se lo
Como la Sonata en do menor, se abre ol unísono; considera como fácil de ejecutar, y llena de virtudes
como el Concierto en do menor, es cromática. Los pedagógicas. Incluso si esto es cierto, hay que tener
grados cromáticos en torno a la quinto (ío sostenida, en cuenta que Mozart colocaba muy alto sus exigen-
sol, lo bemol] dejan entrever amagos de desgracia dos cuando componio para los alumnos. El tercer
inminente, como en el tema principal del primer movi- movimiento, un rondó, quizás sea el más pueril entre
miento del Concierto. La Fantasía, que parece cons- los tres, y el Andante en sol mayor estriba en uno
truida libremente está sometida a una estructura muy explotación ingeniosa de bajos de Alberli. A pesar
rigurosa. Consta de tres partes, una lenta, una rápida de su evidente raci I ¡dad, este movimiento desvelo una
y de nuevo una lenta, con una vuelta del lema al profundidad sorprendente, sobre todo en el segundo
final. El bajo en cromatismo descendente en los com- episodio escrito en menor.
pases 10 a 16 mantiene armonías atrevidos en
modulaciones casi schubertianas de do menor a si Sonata en si bemol mayar K 570. Numerosas
menor. Las dos partes líricas lenlas son en re y si obras de Mozorl en si bemol mayor destacan por su
bemol mayor, es decir la superlónica de do y su ima- dulce pero negra resignación. Entre ellas, se encuen-
gen inversa. Es interesante noiar que, o causa de sus tra el Concierto K 595, lo mismo que esta Sonata
intensas modulaciones, esia obra no llevo indicacio- para piano K 570. Si se lo compara con la Sonata
nes de tonalidad, pero parece escrita en do mayor. en ¡o mayor K 332, con la que presento enologías
ritmicas, esta Sonata en si bemol mayor carece de
vigor y de vida y, ¿n su principio, lo melodía del pri-
mer tema oscila como un péndulo alrededor de la
Las últimas sonatas tónico, como ocurre en muchas obras tardíos de
Mozarl. Mozart se vale con frecuencia de este con-
trapunto, de una manera elegante. El movimiento no
Oortafa en fa mayor K 533/494. Después de la encierra segundo tema bien definido, pero se parece
composición de lo gran Sonata en do menor, se nota a muchas sonatas de Haydn por su monolematismo.
un cambio en la escritura de las sonatas de Mozart. Cuando el temo inicial empiezo a hacer de segundo
Se hace más sutil y revela uno tendencia más eviden- temo, se enriquece con un contrapunto de notas repe-
te hacia el contrapunto, como en los dos primeros lidas que anuncia el sujeto de lo fuga de la obertura
movimientos de la Sonata K 533 en fa mayor. (El de la Flauta mágica, asi como el tema de las esce-
mismo Mozart añadió más larde el Rondo K 494 nas ulteriores en que sale Papageno. Mozorl el dra-
para dar un tercer movimiento a esta Sonato]. El pri- maturgo tampoco está del lodo ausente en este movi-
mer movimiento se abre de una manera bástanle con- miento lírico: el desarrollo nos precipita bruscamente
vencional; Mozart, sin embargo, hoce que suba cier- y de una manera impresionante en la tonalidad en re
ta tensión en el desarrollo a partir de un materia bemol mayor. Sube la tensión cuando la segunda
bruto muy sencillo. La reexposición proporciono una parte del tema alcanza un registro más elevado
nuevo sorpresa adoptando tonalidades menores dis- amplificándose (compases 84 ai 94] hasta el dulce
tanciadas y añadiendo otro desarrollo contrapuntisti- principio en sol mayor del primer tema en el bajo.
co del lema de introducción.
El segundo movimiento, un Andante, está lleno de La economía temática del primer movimiento y e
resignación y de melancolía, es sin duda el movi- intercambio hábil del material entre las dos manos
miento más importante de la Sonata. Muy diferente algo tienen que ver con Haydn. No es el caso del
del primer movimiento, que carece de aliento, apare- Adagio introspectivo en mi bemol mayor. Expreso
ce cruzado por un largo arco melódico que no dismi- una resignación sin amargura, una despedida subli-
nuye nunca durante eftiempo del primer tema, hasta me, en una música libre de estorbos terrestres. El
lo media cadencia del compás 22. La disonancia movimiento tiene una forma de rondó y su primer
angustiada del compás 2 del tema es rápidamente episodio en do menor tiene lazos eslrechos con el
resuelta, dejando lugar a una cadencia sublime en si trozo en do menor del movimiento central del Con-
cierto K491, siendo una cita casi literal el compás Sonata, estuviera destinado a hacer de tercer movi-
14. El Rondo final, bajo la forma llamada del rondó miento El Finale en rondó es de una concepción más
francés, sin su ritornelo en medio del movimiento, se contrapuntistica de lo que parece a primera vista. Un
parece al motivo de la Flauta mágica en su segun- canon que utilizo el rondó y su contraposición (com-
do episodio. pás 34 y s.j y un canon en la quinta del desarrollo
Sonata en re mayor K 576. La última Sonata para llaman particularmente la atención.
piano de Mozarl, en fe mayor, parece menos aleja-
da de las realidades de este mundo. Se la llamó a
menudo la jagd-Sonata (la sonata de la caza|. Su Los Fragmentos inacabados
armadura, como la indicación de compás de 6 / 8 ,
dan el tono de manera decisiva. En una carta de l o r fin, dos fragmentos de sonatas sin acabar mere-
1789. Mozart escribió a su acreedor Puchberg que cen ser citados: el Allegro en si bemol mayor K 400
pensaba componer seis sonatas sencillas para la Prin- (372a¡ y el movimiento de sonata en so! menor K
cesa Friedenka de Prusia para conseguir dinero. Al 3i2 {590a} El primero ofrece el carácter de una
parecer, ésta es la única que haya acabado y lejos farsa musical En el momento exacto en que se inte
de ser fácil, necesita una excelente técnica de dedos. rrumpe el frogmenlo aparecen bajo un trozo que
Como tantas otras obras de sus últimos años en cobra el aspecto de un recitativo los nombres de
Viena, esta Sonata se caracteriza por una interacción Konstanze y el de Sophie. Acabado el fragmento por
contrapunlística de materiales de una sencillez enga- el padre Stadler, fue escrito sin duda en Viena duran-
ñosa. En su desarrollo, el tema aparece con nuevos te el verano de 1781, época en que Mozart corteja-
principios en canon, primero con espacios de un ba a su futura esposa líonstanze, e intercambiaba
compás (compás Ó3-4] y, más lejos, de medio-com- bromas con ella y su hermanita Sophie.
pás tan sólo (70) hosta alcanzar un paroxismo impre-
sionante con la modulación en fa sostenido mayor El dramático y enérgico Allegro en sol menor K
compás 77) y una vuelta al lema por medio de tona- 312 (590d), cuyos primeros TOÓ compases son
idaaes menores (fa sostenido menor, compás 83; si auténticos, habiendo sido acabado lo demás por un
menor y mi menor), Lo reexposición empieza con e autor desconocido y por Paul Badura-Skoda, es de un
compás 9 9 después de una breve transición. Vuelve registro totalmente distinto. Es un movimiento escrito
a organizar el material de exposición de manera con mono maestra donde reina una gran tensión emo-
realmente mozartiana. cional. Su fecha es difícil de determinar. La séptima
disminuida descendente, al final del tema inicial, nos
El Adagio en la mayor es de clara forma ternaria, recuerda la angustia y ¡a tristeza del Concierto en do
cuyo parte central en la relativa menor es un trozo de menor de 1 7 8 / Sin embargo, la imitación canónica
exquisita melancolía. Puede que Mozart hoya proyec- de la segunda exposición hoce pensar que esta obra
tado inicialmente escribir esta Sonata con cuatro pertenezca a una época posterior. Las investigaciones
movimientos, según lo línea exacta de sus cuartetos actuales la fechan en el verano de 1790.
de cuerdas y de sus sinfonías. Si es así, es probable
que el Minuete fragmentario, K 355 (594a), cuyo Eva y Paul Badura-Skoda
cromatismo y cuya polifonía se parecen mucho a esta Traducción. Jean-Pierre Casletlaní
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EL LIMITE ES SU IMAGINACIÓN
FANTASA
IS
II P I E Z A S Fantasía y Fuga en do mayor, K. 394 (383o)
i bien Mozart denominó esta obra Preludio y

S
Fuga, el título habitual de Fantasía y Fuga es
mas apropiado, ya que la prolongada intro-
ducción en forma de cuasi loccata tiene todas
las características que actualmente asociamos
con el titulo de Fantasía. Aunque interpretada con
escasa frecuencia, es una de las obras para teclado
de Mozart de mayor categoría. Tías una breve intro-
ducción en Adagio, encontramos una atractiva sec-
ción marcado Andante. Pocas veces la palabra
Andante habrá llevado tan claramente implícito e
carácter de movimiento como en esta obra que pide
un lempo bastante vivo para proporcionar la adecua-
da brillantez o los pasajes de virtuosismo y a la sec-
ción o modo de cadencia.
La majestuosa Fuga que sigue, cuyo tema recuer-
da el de lo gran fuga para órgano en la misma tona-
lidad, BWV 545, deJ.S. Bocn, emplea varios recur-
sos polifónicos, como la oumentacion, disminución y
stretta. La atmósfera barroco es bien diferente del esti-
lo galante al que tan habituados estamos en tantas
obras para piano de Mozart. Una carta de éste a su
hermana Nannerl revela algunos aspectos interesan-
tes del proceso creador de la obra, y merece la pena
recordarla:

Viena, 20 de abril de I 782


¡Queridísima hermana!
.... Te envío con esta caito un preludio y una Fugo a tres
voces. La pesado lobor de escribir estas pequeñas nolos
me ha impedido contestar lu corto de inmeaioto, porque no
pude completar antes la composición. Aun asi, es el resulta-
do de uno complicada larea, ya que por lógica el preludio
deberia ser escrito en primer lugar, y la fuga a continua-
ción. Pero yo compuse primero la fugo y lo escribí mienlros
pensaba en el preludio Espero que seos copoz de leerla,
porque la escrituro ¡es tan pequeña I; confio en que gustará.
En olro ocasión te mandaré oigo mejor para plano. Mi que-
rida Constanze es realmente la causo de que esta fuga
hoya visto lo luz El Barón Van Swieten, a quien visito toaos
los domingos, me dio todas las obras de Handel y Boch.
Como ella me ha oído con frecuencia locar fugas improvi-
sadas, me preguntó si alguna v e ; habió escrito alguna, y
cuando le contesté que no, me regañó enérgicamente por
no dejar escritas algunas de mis composiciones en ésia, la
mós artística y musical de los formas musicales, y no cesó
de presionarme hasta que escribí una lugo para ella. Así
que ese es el origen. He marcado mlenciorialmenle Andan-
te moestoso porque no debe ser tocada con excesivo
rapidez, ya que si una fuga no se loca despacio, el oído
no puede distinguir con claridad la aparición del tema y en
consecuencia todo el efecto se pierde. Con el tiempo, y
cuondo tenga una buena oportunidad, pienso componer
cinco mós y presentárselas al Barón Van Swielen, cuyo
Colección de bueno música, si bien no muy abundante, es
de gran calidad Por esta razón le ruego me prometas no
enseñarle esto obra a nadie. Apréndetela de memoria y
lócala No es fácil asimilar una fuga de oído...

Te envía miles de besos lu querido hermano

W.A. Mozort

Es fascinante descubrir que Mozart podía compo-


ner ¡mientras copiaba otra obra! El manuscrito a que
se refiere lo carta debe de haber pertenecido a la
hermana de Mozart y se considera perdido. Existe
sin embargo otro, que perteneció a Constanze y que

'28
se encuentra actualmente en la Bibliothéque Natíona- debe abarcar el amplio abanico de sentimientos y
e de París. La Nueva Edición Mozart' contiene estados de ánimo que subyacen en el origen de esta
pequeñas diferencias en a Fuga entre este manuscri- obro maestra, que demuestra de forma notoria que la
to y la primera edición |póstuma| de 1 800, que muy música llega mucho más olla que lo que las simples
bien pudieran ser correcciones efectuadas por palabras pueden expresar.
Mozart mientras copiaba lo fuga para su hermana. Por consiguiente, cada frase debe ser expuesta
Nannerl ofreció su manuscrito a Breitkopf & Hártel con una profunda expresividad, de forma casi habb-
(ver su carta de 8 de febrero de 1 800), así que es da. Es necesario distinguir las notas importantes de
muy posible que estos editores lo utilizaran en su edi- las relativamente accesorias. Las voces esenciales
ción, en lugar de copiar el manuscrito de Constanze. deben quedar destacadas sobre el acompañamiento,
al que debe quitarse peso, ejecutándolo con la
mayor delicadeza.
Fantasía en do menor, K. 396 (385 f) No obstante, con independencia de la intensidad
expresivo que se dé a la partitura, el intérprete nunca
Esta obra, que reúne el carácter festivo de una ober- debe llegar a estar tenso. El instrumento ha de sonar
tura barroca con la gracia típicamente mozartiana, natural, como sí la pieza careciera de dificultades y
ha quedado incompleta. Sólo los veintisiete primeros la músico surgiera sin esfuerzo. Obviamente, esto es
compases son auténticos. Desde e! compás veintitrés mucho más fácil de decir que de hacer; sabido es
en adelante, comienza una parte, de carácter lúgu- que no hay nada más difícil que la ejecución natural.
bre, paro violin, lo que indica que, Iras la prolonga- "Sans ríen... quí pese ou quí pose" - "Nada de ello
da introducción pianística, la obra era en realidad debe ser pesado ni excesivamente pomposo" (Verlai-
una composición para víolín y piano, posiblemente ne, Arl Poetiquej: O como dijo en cierta ocasión
un Preludio y Fuga, similar a-I fragmento en lo Artur Schnabel: "Mozart: Demasiado fácil para los
mayor/la menor, K. 402 (385 e¡. Como quiera que niños y demasiado difícil para los adultos'. Sigue
la Fantasía está escrita claramente en forma sonata, siendo inolvidable la magistral versión de EdwinTís-
el abate Stadler añadió un desarrollo y una recapitu- cher, que alcanzaba en íguol medida la deseada
lación, ésta muy similar a la introducción, con modu- naturalidad en la ejecución y la necesaria expresión
lación diferente, la labor de completar la obra lleva- y gusto en la interpretación. Hacia el final de lo Fan-
da a cabo por el abate Stadler lleva el sello del tasía, Fischer no dudaba en emplear acentos bastan-
genio y no puede sino sorprendernos. En efecto, te fuertes en determinados climax dinámicos, consi-
mientras su traba|O de conclusión de obras de guiendo un efecto casi beethoven íano. (Mucho de lo
Mozart nos revelo un compositor mediocre, de terce- que luego fue considerado beelhoveniano era en rea-
ro fila, en ésta alcanzó colas similares a las de ql i d d g d l d d M l j
Mozart o Beethoven. Na podemos dejar de sospe- lidad una suerte de legado de Mozarl a joven
char que posiblemente utilizara material original de genio].]
Mozarl. Con buen sentido, suprimió la parte de vio- Otro
O punto que conviene reseñar sobre esta obra,
lín, apenas iniciada, insertando algunas notas en la cuyo manuscrito original se ha perdido, es que fue
partitura de piano solo. Ello ha permitido a los pianis- conocida relativamente tarde en una primero edición
tas ejecutar esta magnífica obra, que de otro modo postuma en Vieno (Bureau d'Arls & Induslie, 1804),
probablemente hubiera quedado ignorada. que además estaba incompleta, ya que acababa en
el compás 9 7 . Los últimos diez composes fueron
publicados por primera vez -sin el más mínimo
comentario, por cierto- en una edición aparecida
Fantasía en re menor, K. 397 (385 g), poco después, de Breitkopf & Hártel ¡Oeuvres com-
compuesta en 1782 (?) pletes, Vol. 1 7, 1 80ó). En la actualidad, se acepta
de forma generalizada que este final fue escrito por
Éberhard Müller, que editó las obras para piano de
La Fanlosío en re menor es uno de esos milagros Mozarl para la citado casa alemana. Sin embargo,
musicales, en que algo de gran profundidad es trans- no es imposible que la página final del manuscrito
mitido can lo moyor economía de medios. La intro- fuera encontrado después de la edición inicial, lo
ducción, con carácter de improvisación, crea un que justificaría la existencia de dos finales dislintos, e
clima de sombrío presagio, y posteriormente se suce implicarla que este segundo también es de Mozart,
den un lamento ( e l 2), una rememoración del destino
mortal del ser humano (memento morí, c. 20), y un Auténtico o no, esle final de la edición de Breit-
motivo que sugiere cierta onsiedad (c.23). Estos kopf & Hártel de 1806 bien puede ser considerado
temas se repiten libremente, con creciente intensidad, uno excelente solución. Tanto desde el punto de vista
culminando siempre en un pasaje descendente, de musical como del expresivo, nos lleva al punto que,
carácter virtuoso y apasionado. La tercera aparición desde el compás 7 1 , Mozart está anticipando con
del tema del lamento (c 45) concluye en un clima de creciente claridad. Tras lo breve y virtuosista coden-
tristeza resignada y sin esperanza. En ese momento, cio después del compás 85, lo Fantasía se encamina
sucede algo inesperado y sorprendente. El rodionte a una rápida conclusión, que aparece finalmente tras
tema en re mayor del Atlegretlo surge como el ave uno última y breve desviación (compases 94-97).
fénix, desde las cenizas de ¡a más profunda depre-
sión (acorde de 7'1 dominante en el bajo|, o modo Otra solución digna de ser considerado es la desa-
de promesa de alivio de la fatalidad y la tristeza. rrollada por Mitsuko Uchida. Inspirada en la forma
cíclica de la Fantasía K. 475, en a que la sombría
Cuando un contenido tan denso es transmitido introducción reaparece al final, la pianista japonesa
con relativamente pocas notas, la dificultad interpreto- repite, a partir del compás 98, la introducción y, con
liva reside en acertar con la importancia y el énfasis algunos cambios en la armonio, lleva el pasaje -y la
adecuado para coda nota. No basta con ejecutar obra- o una conclusión en re menor. Sin embargo, y
lodo con simple corrección musical -el intérprete pese a la indiscutible elegancia que esta nueva solu-

129
La familia Mazan, dej.N. délo Ooce, 1780-81.

130
ción puedo tener, parece sumamente improbable que 12 Variaciones en do mayor sobre "Ah, vous
Mozart pretendiera un final semejante. De hecho, una dirai-je, maman" K. 2ó5 (300e)
comparación con lo Fantasía en do menor revela
inmediatamente una diferencio esencia!. Tal como se O e acepta de forma general que Mozart compuso
ho apuntado en otras ocasiones', en esta última obra esta obra en París, en 1778 utilizando como tema
subyace un presentimiento (o premonición) de lo muer- la conocido conción infantil francesa. El manuscrito
te, y o composición discurre casi totalmente en atmós- existente [incompletol no tiene título y nos deja la
feras más oscuras, ya que los dos únicos episodios en duda de nastahasta aué
qué punto fue realmente la versión
modo mayor -y en tonolidades alejadas de la esen- francesa de esta canción, internacionalmente conoci-
cial- apenas iluminan muy transitoriamente el panora- da, la que Mozart utilizó. Las notas repetidas que
ma. Por el contrario, la fantasía en re menor se basa aparecen en los compases 4 y 20 no concuerdan
fundamentalmente en la equilibrada contraposición de con el texto conocido de esta canción, ni en inglés,
los modos mayor y menor, con las implicaciones de ni en francés ni en alemán. Personalmente, no me
per áspera ad astra o, lo que es lo mismo, de alearía cabe la más mínima dudo sobre la conveniencia de
Iras el sufrimiento. Precisamente tal antítesis es delibe- sustituir las dos negras (50/ - sol, que en el texto canta-
radamente aludido por Mozart en lo Fantasía K. 475, do sonarían ma-ma-man'] por uno blanca.
en la que no aparece ni una sola vez la tonalidad de
do mayor, ni siquiera como modulante. Por consi- La gran altura del arte de Mozarl en el campo de
guiente, nuestro objeción a lo versión de Mítsuko Uchi- a variación quedo patente en esta obra. La variación
da no es tanto puramente musical como simbólico- 2 introduce un nuevo potrón armónico, con sincopas
mu5Ícol o de tipo psicológico. Si una obra contiene y suspensiones, que más larde se repite en las varia-
una determinada trayectoria expresiva, como si se ciones 4, 8 y 9, y en parte también en la 11 y la
fuero del purgatorio al paraíso, no hay razón alguna 12. La variación 5 es de carácter tan sumamente
para modificarla: es claramente un camino de uno delicado que uno se siente tentado a apodarla pom-
sola dirección. Todo esto también tiene relación con el pas de jabón o les petits riens. Las imitaciones polifó-
significado de los modos mayor y menor; en la época nicas de la variación 8 en do menor anuncian el
de Mozarl habían dejado de ser considerados derivo- coral de los hombres armados de Lo ílauta mágica.
dos de los antiguos modos eclesiásticos3. Por ello, La variación 9 es un fugato casi burlón, y la 10 una
cuando tras e! comienzo en modo menor se llega a pieza de bravura lisztiana la variación 11 es un
relativo mayor, como uno liberación, el retorno a la adagio expresivo que resulta un presagio del maravi-
atmósfera inicial resulta convincente sólo en muy raras lloso movimiento lento del Concierto para piano ne
ocasiones. Basto recordar el finol en re mayor del 21 en do mayor, K. 467; la última variación, en fin,
Concierto poro piano K. 466 o el Don Giovanni de es una danza brillante en compás ternario, con una
Mozart, o ejemplos parecidos en la Quinta y Séptima breve pero virtuosista codo.
Sinfonías de Beethoven.

Por todas estas rozones, el ya conocido final en re ó Variaciones en fa mayor K. 398 (41 ó e)
mayor de esta Fantasía en re menor, incluso aun no sobre el aria Salve ru, Domine (De la ópera I
siendo del propio Mozart, es claramente preferible al Filosofi Imagínarü de Giovonni Paisiello),
retorno al modo menor. La otro única alternativa compuestas en Viena, probablemente en 1783/84.
podrió ser un final no temático en re mayor, con
algún pasaje fugado breve o de conclusión brillante. t i hermoso tema de Paisiello, en formo de Zaraban-
(Este ensayo sobre la Fantasía K. 397 es un da rápida, inspiró a Mozarl una de sus más bellas
extracto del Prólogo a la partitura de la citada obra, obras en el campo de lo variación. Los grandes sal-
editada por Paul Badura-Skoda, Paris, 1 9 8 7 , tos en ambos manos contenidos en la segunda varia-
Leduc). ción son una excepción en el estilo pianistico de
Mozorl, y muy bien pueden considerarse un antece-
dente del virtuosismo lisztiano. La variación en fo
VARIACIONES menor con sus delicadas síncopas, tiene b profundi-
dad digna de una obra deJ.S. Bach, y concluye en
una primera y breve cadencia en esfilo de recitativo

E
xiste una injusta tendencia a infravalorar la cali-
dad de las variaciones de Mozart, y sin embar- expresivo La variación 5 retorno o lo tonalidad
go la colección de éstas es tan ilustrativa de su mayor con largos trinos en ambas manos. Otra corto
estilo como cualquiera de las sonólas poro piano o cadencio conduce sin interrupción a la variación final
violín, y desde luego en nado inferiores a la mayoría que también concluye con una cadencia, pero esta
de las de Beethoven. Si bien es cierto que no alcan- vez más largo y elaborada. La obra finaliza con la
zan las dimensiones de las Variaciones Op. 35 u reexposición del lema inicial, sin modificar; en este
Op. 120 (Variaciones Diabellij del compositor de caso Mozart no cambió siquiera el ritmo original.
Bonn, no lo es menos que elio se debe a que Mozarl
no pretendía someter al oyente o contenidos tan den-
sos como los de las citadas obras. En la mayoría de 10 Variaciones en sol mayor K. 455 sobre la arietto
los casos, los variaciones de Mozart, excepto en las
obras de su infancia, se alienen a un patrón bastante Un ser dummer Póbel Meínt (de la ópera cómica Die
uniforme: el tema, siempre reconocible, es elaborado Pilgrime von Mekka de Christoph Willibold Gluck),
en lormas de creciente comple|idad, hasta llegar a fechadas el 25 de agosto de 1784.
una variación en modo menor, otra, expresiva en
Adagio, y una variación final con cadencias libres Estas variaciones son indudablemente lo obra más
añadidas y cambio de compás, por ejemplo de 2 / 4 ambicioso que Mozart compusiera en el género. Al
a 3/4. igual que las variaciones K. 398, éstas también fue-
ron originalmente improvisados en un concierto, de

13,
los Akademie dados por Mozart, que tuvo lugar el Kur! von Fischer no están justificadas'. ¿Quién que no
23 de marzo de 1783. El 29 de marzo de ese ano, fuera Mozart podía haber compuesto algo que
Mozari escribía a su podre: pueda competir con la belleza, dificultad y virtuosis-
mo de las variaciones K. 455 comentadas anterior-
¡Muy querido podre!" mente? En su carta de 9-12 de junio de I 7 8 4 ,
No necesito contarte con detalle el gron éxito de mi Mozari describe su encuentro con Sarti, a quien con-
concierto, porque seguro que ya habrás tenido noticias al sideró «un hombre honesto» y cuenta asimismo cómo
respecto Baste decir que el teatro esiaba a rebosar y con rea izó unas variaciones sobre su arias «que le com-
toaos los poicos llenos. Pero lo que más me alegró fue que placieron mucho1. Parece que a Mozart le gustaba
Su Majestad el Emperador estaba presente y |Si vieros cuan tanto este tema que lo llegó a incluir en la música de
complacido estaba y cómo me aplaudió! Es su costumbre
remitir el dinero con anterioridad ol concierto. De lo contra- la cena en Don Ciovanni, en lo que puede conside-
rio, ohoro contaría con uno suma bastante mayor porque rarse una orquestación del lema tal y como aparece
realmente su entusiasmo no tenia limites. Envío 25 ducados. en estas Variaciones Igual que en las Variaciones K.
455, Mozart escribe una cadencia virtuosista y una
variación intima en Adagio. La inclusión de una varia-
En párrafos posteriores de esta carta, Mozart cita ciones libres dentro de las variaciones, con el empleo
el programa completo del concierto, que incluyó, del Allegro de la misma aria de Sarli como variación
enlre otras cosos, dos conciertos para piano, dos sin- n° 7, introduce una novedad desde el punto de vista
fonías, una serie de arias de concierto y las improvi- estructural. La variación final modifico el compás del
saciones sobre las mencionadas arias de Paisíello y tema, llevándolo a 4 / 4 . Sorprendentemente, no hay
Gluck, asi como una breve fuga, también improvisa- coda alguna al final.
da. Es posible que Gluck estuviera presente en esle
acontecimiento, que sin dudo durarla mucho más que
muchos conciertos actuales. Parece que Mozart, 8 Variaciones en fa mayor K. 613 sobre Eín Weib
como solía hacer en casos similares, escribió de íst das herrlichste Dina (de la ópera cómica
memoria estas improvisaciones poco después de la Der dumme Gártner de Benedikt Schack [?]),
interpretación. No obstante, el manuscrito final de las
Variaciones K 455 lo terminó un año y cinco meses compuestas en Viena, en marzo o abril de 1791.
después, es decir, el 25 de aqoslo de 1784, como
'i I VI -
t i elaborado tema de estas variaciones, con una
puede comprobarse en su cotalogo temático manus- introducción de ocho compases seguida de una
crito. estructura de //edA-B-A, parece haber sido una suerte
Mozart explora de muy diversas formas las gran- de reto para Mozari, que culmino asi el que muy
des posibilidades que el tema ofrece, utilizando bien pudiera considerarse su mejor ocio de variacio-
generosamente la linea descendente del bajo, que nes. El tema tiene una peculiar transición, a modo de
no difiere mucho del tema de los Variaciones Cold- semi-cadencia, entre los compases 32 y 33. Mozart
berg de Bach. La tercera variación comienza con tomó esto como punto de partida (Eingangj para
una cita casi literal de! movimiento en forma de varia- unas variaciones dentro de ios variaciones. la obra
ción de su Sonata para violin y piano en sol mayor alcanza el climax emocional en la variación ó, una
K. 379. La variación 4 está llena de sorprendentes sentida composición en fa menor, y en la siguiente
armonías, la 5, en sol menor, transmite una inespera- variación en adagio. Igual que en otras muchas de
da sensación de tristeza, que queda olvidada inme- sus últimas obras, Mozan emplea abundantemente la
diatamente después, en la variación escrita en modo polifonía, como puede comprobarse en el comienzo
mayor, en la que e tema está rodeado por trinos de a variación 5, en forma de conon. Es una peno
encadenados. La variación 7 contiene numerosas y que esta composición, de gran dificultad técnica, sea
bellas imitaciones en contrapunto. Tras la virtuosista tan raramente frecuentada por los pianistas, porque
variación 8 y una breve cadencia, el arte de Mozart siempre que es bien interpretada, produce una honda
en la libertad de adornos queda demostrado en la impresión en el oyente.
variación siguiente, un Adagio La décimo y última,
con carácter de lo que Beethoven hubiera titulado
Scbeizo. conduce a una cadencia polifónica larga, OTRAS OBRAS PARA PIANO
en cuyo final reaparece el tema en su forma primitivo
con una breve coda añadida. Minueto en sol mayor, K. I (1 e), compueto en
Salzburgo, probablemente en 1761 o 1762.

8 Variaciones sobre Come un agnello K. 460 Foco importa que esto obra sea realmente la primera
(454 a), (de Fra i due litiganti i! terzo gode composición de Mozart o, como sugiere eí nuevo
de Giuseppe Sarti), compuestas en Viena, en I 784. catálogo de Kóchel (probablemente con razón), la
quinta. La torpe, infantil escritura del manuscrito ya
C\ manuscrito de esta obra se ha perdido, y sólo se revela el milagro Mozart. Por donde se mire, ésta es
conoce una edición vienesa postumo de I 803, publi- una composición perfecta, con todo el encanto mozar-
cada más o menos al mismo iíempo que su última iiano. Detalles del genio son, por ejemplo, las hemio-
Sonara para piano, K 576. El musicólogo suizo Kurt as (grupos de dos en dos notas en ritmo de 3 / 4 | en
von Físcher dudó que Mozart fuera realmente el los compases 5-6. La obra es formalmente perfecta,
autor, y recomendó su omisión en la Neue Mozart sin el más mínimo error, lal vez porque papá Leopold
Ausgabe. Por ello, esta obra ha desaparecido de echó uno mano. ¡Incluso el picaro humor de Mozart
casi todas las ediciones modernas, y sólo se encuen- se manifiesta en los saltos cantarínes de octava en e
tra en el apéndice del volumen de la G. Henle Ver- Trio! Parece claro que el minueto debe repetirse tras
log (en las pp. 142-I51 de la edición Mozar) va¡ia- este Trio, ya que de lo contrario la obra terminaría en
tionen íür kiaviet). En nuestra opinión, los dudas de una tonalidad diferente de la inicial.

'32
Pequeña Marcha Fúnebre en do menor K. 453a ta en si bemol mayor, K.. 570. |EI manuscrito se
(Marche Fúnebre del Sig. Maestro Contrapunto) encuentra en la actualidad en la Pierponl Morgan
Librory de Nuevo York).
Cl Manuscrito de esta obro, perdido desde 1954,
estaba incluido en el álbum IStammbuchj de Barbara
Ployer, alumno de MozarI y, según parece, excelente Adagio en si menor, K. 540
pianista, para la que el compositor de Salzbutgo
escribió ef Concieito poro piano K 453, y a la que excepción de la fecho de composición - 1 9 de
también impartía lecciones de contrapunto Esta es marzo de 1788- noda se sabe de la historia que
probablemente lo razón por lo que Mozart escribió rodeó el proceso de creación de esto obro. Probable-
"del Sig. Maestro Contrapunto" en el titulo de una mente Mozart la escribió poro sí mismo, aparente-
pieza que no tiene absolutamente nada que ver con mente en un estado anímico profundamente melancó-
el contrapunto, lo Marcha fúnebre no es realmente ico. Una de las maravillas de este Adagio es que
una composición seria, pero está también lejos de la Mozarf expresó sus más hondos sentimientos en uno
mera parodia. La segunda parte de esta pequeña forma sonata bien estructurada. En cierto modo, la
abra tiene algunos pasajes verdaderamente tristes forma sonata ero pora Mozart algo similar a lo que
que justifican su interpretación. el soneto supone para los grandes poetas: un medio
natural de expresar sentimientos y emociones, y no
una imposición o un estorbo. En esta obra los lemas
principal y secundario se complementan como mari-
Rondó en re mayor, K. 485, compuesta do y mujer: en la exposición ella intenta consolarle, y
el 10 de enera de 1786. en la reexposíción ambos se lamentan ¡untos. Lo obra
termina en clima de resignación, con sonrisos y llanto
Csta encantadora y conocida pieza nos muestro al |la armonía final' en si mayor no libero esta triste
infantil Mozart en la faceta en la que más o menos atmósfera, antes bien, es en cierto modo una acepta-
fue interpretado, en casi todas sus obras, durante el ción de lo misma, aunque el sufrimiento que se expre-
pasado siglo. El tema, que Mozart había empleada sa queda transfigurado por la belleza de melodía y
anteriormente en el movimiento final del Cuarteto con sonido).
piano en sol menor K. 478, es en realidad del menor
de los Bach, Johann Christian, a quien Mozart profe-
só siempre gran admiración. No obstante, el magis-
tral uso de este tema, en todas sus combinaciones y Minueto en re mayor K. 355 (594a o 576b)
armonías, es totalmente obro de Mozart. La pieza
tiene en realidad una forma mixto de rondó y sonata, Csta breve pero maravilloso obro, que auno de
con una deliciosa e inesperada modulación en e forma típicamente mozartiano un estilo elaborado
Final. con el cromatismo y la escritura imitativa, se conoce
sólo a partir de una edición de Molió & Co., Viena,
realizada diez años después de la muerte de
Rondó en la menor, K. 5 1 1 , compuesto Mozart. La versión más reciente del catálogo de
el 11 de marzo de 1787 Kóchel la sitúa, acertada me n le, en inmediato proximi-
dad temporal con la última Sonata para piano, en re
Este Rondó es uno de los obras más importantes de mayor, K. 576. Como apuntó Paul Badura-Skoda
cuantos Mozart escribiera para piano solo. El estilo, hace 25 años, en un artículo publicado en la Neue
teñido de un lánguido cromatismo, y la riqueza de la Zeifschriíl für Musilí', podría de hecho haber sido
escritura lo convierten en una suerte de antecedente incluida en esta Sonata como tercer movimiento. El
de las obras de Chopin. Concretamente, el pasaje o Trio, compuesto por el abale Siadler, es uno pieza
modo de cadencia que sirve de transición entre la simplemente horrible y por tanto no debería ser ejecu-
sección central en la mayor v lo reexposición en la tado. Un Trio más adecuado, citado en el menciona-
menor, muy bien podría haber surgido, nota por do artículo, suena más mozartiano, pero tal vez cons-
nota, de la pluma del gran compositor polaco (si tituye también un intento de algún compositor contem-
bien resulto bastante improbable que Chopin cono- poráneo ¡¿o posterior?) para añadir un Trio apropia-
ciera esto obra). Lo tristezo que subyace en toda la do que permita el habitual Da capo del Minuelo.
composición resulto sobrecoged ora. Las secciones en
do mayor y fa mayor, al igual que lo más largo sec-
ción central anteriormente mencionada, pese a su
carácter de cierta alivio, refuerzan aún más lo domi- Pequeña Gíga en sol mayor, K. 574
nante atmósfera de melancolía. Otra de las caracte-
rísticas destacables de este Rondó es la profusión de O 16 de mayo de 1789, un día antes de abando-
indicaciones dinámicos y de articulación presentes en nar Leipzig Mozart escribió esta breve pero notable
o partitura; en este sentido es la obra para piano obra en el libro de invitados del organista de la
más elaborada de Mozart, ya que en ninguna otra Corte de Sajonio, Korl Immonuel Engel, y añadió las
encontramos tal meticulosidad en las instrucciones de palabras «Zurn Zeichen wahrer ochter Freundschoft,
fraseo y de transición dinámica, de pionissimo a und br. [underlicher] Liebe. Wolfgong Amadé
forte. Esta partitura nos demuestra que MozarI debió Mozort, m.p.*.
ser el pianista con mayor sensibilidad artística en su La maestría contrapuntíslica que demuestra esta
época, y sin duda quiso dejarnos una especie de obra es sencillamente asombrosa. Sin duda Mozart
guía de estilo para otras obras que, tal vez por falla estaba oún influido por varios obras de Johann
de tiempo, dejó sin apenas indicaciones de este tipo, Sebastian Boch que habió estudiado durante su corta
como por ejemplo la Sonata fácil K. 454 o la Sona- visita a Leipzig. Pese o lo seriedad que supone el uso
del contrapunto, la obra tiene rilmo cantable, casi de
danza, y recrea el clima de algunas de las Giqas actualidad existen muy pocos ejecutantes de este ins-
más ligeros de Bach. Sin embaí 30, Wolfgang Ptath trumento, parece razonable interpretar este Adagio
cree, en su prólogo a a edición 3e esla obra corres- delicadamente en un piano moderno, exagerando el
pondiente a la Neue Mazarí Ausgabe, que Mozarl uso del pedal y tal vez ejecutando las repeticiones
se inspiró en la Giga de lo Sutte n~ 8 -colección de uno octava más olla de lo que está escrito, con el fin
1722-deHandel). de imitar de alguna manera el misterioso sonido de
la armónica.

Adagio para Armónica5 en do mayor, Paul y Eva Badura-Skoda


K. ÓT7a[1791) Traducción de Rabel Onega Ba¡ago¡li

La Armónico fue un instrumento relativamente popu-


lar en la época de Mozart y consiste en unos cuen- 1. Nora dei T.: Se refiere a la Neue Mozaíl Ausgabe
cos giratorios de cristal, de disiintos tamaños, que 2 Ver P Badura-Skoda. "A masler lesson an Wozarl's
Fantasy ¡n C minor, K. 475", m; The Piano Quarterly, Wil-
entran en vibración al ser tocados con los dedos minglon/Vermont, Spring 1982.
húmedos. Produce un sonido etéreo, delicado, con 3. Aunque hacia el final del barroco los modos mayor y
tal riqueza de armónicos que resulla difícil determinar menor aún se osocioban con frecuencia a la expresión de
cuál es el sonido fundamental y cuáles los armónicos. alegría y Iristeza, respectivamente (Magníficat o Pasión/, en
El sonido parece surgir de la nada, uno no sabe ciertas ocasiones el modo menor podio traducir felicidad
cuándo surge ni dónde va... (los movimientos finales de obras compuestas en do menor,
por ejempio), y, en cambio, existen marchas fúnebres escri-
El 23 de moyo de 1791 Mozart culminó la com- tas en modo moyo< (en el Soul de Hándel, por ejemplo].
posición de una obra de cámara -un Adagio y un
Rondó en do menor/do mayor, K ó )7, para armóni- 4 En francés en el original
5. Ver Paul y Eva Sadura-Skoda, 'Zur Echreit von
ca, flauta, oboe, violo y violonchelo. Escribió tal obra Mozorts Sarti- Variationen KV. 460», en : Mozart jahrbucb
para la virtuosa Marianne Kírchgassner, artisla ciega 195°, p. 127-139, y K. von Fischer, «Smd die Klaviervo-
que hobía conseguido una sorprendente maestría con rialionen KV. 4 6 0 von Mozart?" en: Mozart Jabrbuch
la armónica. El Adagio K Ól7o parece ser un resul- 1959, p. 140-145.
tado colateral de la obra camenstica mencionada, Ó. N. del T. Se refiere o (os últimos compases de la par-
posiblemente pensado como propina para su concier- titura.
to de agosto de 1791. Tal vez Mozori no fuera cons- 7. 'Ein unbekannles Trio zum D-Dur Menuett von
ciente de la calidad de la obra, porque ni siquiera Mozart?- en: Neue Zeitschrift fcr Musik, 1966, p 468-
consideró la posibilidad de incluirla en el catalogo 472.
temático de sus obros Pero en realidad es sublime. 8. N. del T Ghssharmonica en el original. Literalmente:
Muy rara vez en la historio de la música se ha conse- Armónica de crislal En realidad Armónica simplemente es
guido plasmar la esencia de la serena expresividad un lérmíno correcto, yo que tai denominación se refiere ori-
ginalmente al instrumento ciiado en el texto, y sólo posterior-
con tan pocas y tan simples notas. Dado que en la mente al populor instrumento de viento con los lengüetas.

134
Instituto de Crédito Oficial

AGENCIA FINANCIERA DEL GOBIERNO


N " O.-DoSJír Aniversarios N° I -Dosier Wilhelm N a 2 -Dosier Vicloni de tos N." 1 —Dosier Witold Lutos- .N."
i. 4.-Dosper
•. ^un_i .Música
IUHW m-n
antigua
ftUa . _ . .
:
[fallís, Hidalgo. Schütz, Scariat- Furtwafigier. Ení/evístos Elisa- Angeles Entrevisto* Lazar Ber- awsfcj íntm*s¡o lleana Colnj- £n[/c*rsííi. Teresa Bergan;a. vefano.
verano. Entrevisto
Enoevrstrj Vatlav
Vackav ^4eu-
ti. Berg) Éntreosle Lonn Maa- beth Fint™íirigl(rr A í n f i Batos, man, Victona de los Angeles bas. Homenqte
Homenaje Claudio
Claudi Arrau. Nomenaje: Evguem Mrawiiwky rriarm. Opera OeJ agto JOÍ Jana-
ze-l. Homenaje Qtto Klempe- Votes de oyer y hoy Elisabeth Homenaje Fierre Foyrruer. Voca fe (Jyer y nny: Ham Mol- Grontíe Murray k
tek.
rur Votes de ayer y hoy Bons Bchwarzkopf Hoiriírujjí EriJ Ensayo- Elogio de ti m6*ica lef. Opero de/ sigfo XX Hani
Chr.s1ofí. Opera del sgJo >ÍX Gilelk Ópera oel siglo XX' Paul Opew <Jeí íigto XX Ent'evisia Wemer Henze
Giancario Menotti con Ros Martd * o b ^ R. Slrzíss.

N." 7,-Dosier Agredo Kraus N * S Dosier Maunce Rave" N • 9 - O o f í ' Cari Mana von N." 10 - D o t e r Cien aíV» de N.° I I .-Dosier 5etjpu CeJibida-
Enrrevjsra Chnslopher Hog- Opero del sigla XX Bohuslav £n[/eyrsr(r Ptero Faggoni. ^cüs- Weber EJTIÍPMÍM Franco Zeffire- música espanala Entrevista1 che EwevflWs Ceóld Gasdia.
wooa O ^ v e i t ú í Orquesta Mar[nu Aniversario1 Antonio (ÍCÜ1 L o i nuevos ¿udítonos 1 Esíencs San Fm-pcrsto de AsA Cario Man* G.ulmi. Anñvrsa™> Ra/mond Leppard y Sergiu
RTVE. EnlrEv.sta t o n M A . Caldara Voces dt oye' y hoy Aniversario. Jobinn Hemiann oe Mes^raen Incluye entrevista Giovan-n E^ati'Sia Pergales! Celit-ictache Ariwtrwna.- EOWA
Cena. Música co Jussi Bjoerimg. Entrewsfa: AHre- Schem. i w et ajtw Opera dd s^to X>C Hojnencfje^ Gaipar Cassadó. Fischer vsto por Aifred Brtn-
Josep Soler. Sefge Prokofiev [1} Voces dt Of«" Opeo cW agio XXr Sergei Prt> del
y fiof Enñco C kCjfh&tf (II).

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Lully. Entrevistas: Daniel Baren- lemporinea. Fwevisras Alexis Verfli. Enrre^iAio y Grandes URSS Entrcwnas Hildegard l e m . Entrevista, ¡ott Cohén. Enffívrsfí Pitrre
Doim. G c f l Albr"echt Hwna- Weissenberg. A n l o n i Ros Intérpretes Gutfa* Leonhartít. Bh G d
Gennadi R hdt
Rorhidest- V
Voces d ayer y hoy:
de h Plád
Plácido H
Homenaje: Fd
Federico Mompou,
¡e Eduardo del Pueyo Voces Marbá Grandes "ité'preles Homenaje Gerald Moon? uenski Voces de ayer y hoy Domingo. Müs-cas- pvíéntas A n d r í i Segovia. Aniverscno
d* ayfy hoy Aureliano Pertue Bruno Waller Homenoje1 EIISÍ- Luciano PavaTotli Las úperas de V.valcfi Opera; Alenander Bomdin
AniveTcio Heitor V Ilá-Lohüi. lis' ii^tó XX Befijamin Bntttu

N a IH.-Dos*r Don G«ovanní N. e 19 -Dosier Chnstoph N." lO.-Dovtr Gcarg N ¿i -Dosier La danza en K 22 DoSfír Hans Knap- N " 23 Dosier Geon¿ei BizeL
Oe Mozart. Enírewjsta Jesús Wii:i&ald Glufk. £/i Í j-e vri t a E España Enrrevisin Claudio pertsbusch Eitfevi SJdS. IVO Entremió (ame^ Levne Ope/fl
López Cobos Esrr-enoj Con- Maunce Bejan Musito conJem' Bob v a " Asppi"en. Charles Abbado Oquesrcrt Onquesias Pügoreliíh. Vaclav Nc•ymarin. de/ ÍI£ÍH X>C Peiléas et Mélisan-
fluéncies de Prados. Voces de poiánea $teve Hs-ib Groidíí QuloiE Aniversario: Karnl Szy españolas Grandes "itÁrpr*¡$$. de ou Ch?buss>. Oífn^o.1 Enirr-
ayer y hoy Ría Slwich. ActuO»- intérpretes Nikolaus H a n o n Fitannorfeca oe Vtenar Ajuversorto Vl$ t i ron Anca Alonso.
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nen, Jot* Canta rtaza, Estudio: [Oí Ton Küoprviifi, BernarO Chnnophe Com W « Í Q> ryer interpretes Filarmónica de Gilbert Kaplan, Voces de Oye* p Actualidad: Oaudio Arrau.
De música ^ toreo. A Hartmk. fljccanio Chailly EsD> y boy Montserrat Caballé. Nueva Yorlf-Zubm Mehta hoy Maris hwogLjn E d ó [ i
Vah de* emperador áo. La tnusca contemporánea Muscos toxtoorafei Presenta- La mitaca en Florencia miftica en Rdencia (
holandesa. ción. íffp'Jí1 Leonard Berni
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EmanueJ Bach Enlr E/itrenstüs.1 Yo Vo Ma y sorgski. Enrrevístoi Wl¿dimir Cabezón Lnirvwos Antom de Wagner fmrewíftB Niko- Entrevistas Luciano Pavarotfir
Mauricio Poiiim y * ryita dio Anau MomEn^e I r m g o Ashkenazy. Paala &urchuladze. Ras Maroi EUnbara Hendncte laus Harnoncouri, Zubm Alíred Brendel. Montserrat
Zimerman AníVírso/i 1 Kar Seefncd. Anr-e^ífíin Hans Rol' Francisco Araiza. Estudio Lis y Lucia Valentini-Terram QQH- Mehta. Renata Stotto. Cho- Caballé. Ensoyor La emoción
Aiisco cutE ter. Sinfonías efe Hartmann R*püf- Jos* Carrvas. LtanfrLin.jacquesOgg. Estudio. en la m u s o de MozarL Voces
z Stockhausen EDper Él Cortro de DoannenTz- Las sinfonías de Snoítakovich de ayer y hoy |«sye Norman.
oónMusKiL por Kondradun. EsTudür Zaida de Mozan.

36.-Dosíer Música en N.p 37.-Dos«r: Was<a y litera- N.° 38-DiJSíer La Filie maJ T*J.a 39.' Oosjer La música en N " ^O.-D(Híer Dido y Eneas N ° 4I.-Dos*r Cosí fan lutle
to<T»c a la revoluoún franceii tura. EnírevíSíot Viciar Pablo Gardée. Entreyrsiosj Roger Cataluña. En&evTíroí GnAeppe de PurceH. £rtííe»rstas Lluls de MozanL E/IOWKOE Evgueni
En&evraftf Lonn Maazel icono- Pérez, <raywlof Penderecki. Non-ington, Harry Kupfcr. Smopo'i, Mutila Frem. Opera ClareT. Bngitte Fassbaender. Svetlanov. Cedía Bartoh, Elisa-
grafía mnicoL Antonio Carni- Homenaje1 Ernesto Hilffter. Estudro' rlúsica y fcicoanál.sjs del sigla XX. La muerte de frondes \rttéfprrtt$ Vadav beih Süderrtrüm. Ann&isatfD
cero. Grandes fníÉrp/etes. Car- Estudio: Hoberio Gerhard. Danton d i ^on Fmem Mársico Neumann An^csana Louis Michae< T i p p í t t Educacjón
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IV. LOS MEDIOS

139
UNA Lo efímero del fenómeno teatral sólo permite
hablar de algunos de sus aspectos más con-

APROXIMACIÓN cretos, los espacios, la teorías y las técnicas


construyen fragmentariamente lo que pudo ser
el fenómeno, permite entrever los personajes y
AL TEATRO hasta vislumbrar la figura de Mozart entre
bambalinas.
DEL SIGLO XVIII
O MOZART ENTRE I Referencias generales

l inmenso éxito que obtuvieron la música y e


BAMBALINAS
E
teatro barroco italiano en ledas las naciones
europeas a las que llegaron determinó no
sólo el gusto sino también, y durante un perio-
do muy prolongado, lo entrada, instalación y
promoción de uno nueva industria que no se deten-
dría nunca más: la de la música y el espectáculo de
ópera.
La débil y fragmentaria situación política de la
península italiana la habían llevado al establecimien-
to de un gran número de vínculos familiares con las
casas reinantes del continente. Estas relaciones se
consolidaron con matrimonios, habilualmenle adorna-
dos de grandes celebraciones con las nuevas fórmu-
las de espectáculos creadas en Italia. Muy pronto,
estos productos teatrales fueron exportados y entraron
en todas las cortes; unos, armónicamente, otros, a
saco. Se encargaron de la ocupación un ejército de
artistas y artesanos que trabajan en lodos los aspec-
tos del espectáculo. La costumbre de mandar llamar
a una corle a los técnicos comenzó con el nuevo
género de la ópera; primero fue habitual enlre las ciu-
dades próximas, como en el caso de Monleverdi, y
luego, según pasaban los años, entre corles europe-
as, como en el coso de Cavalli en París o Porporo en
Londres. La práctica que comenzó con los músicos se
extendió al resto de los técnicos y en especial a los
pintores de teatro o escenógrafos que fueron literal-
mente alistados para la conquista de las ricas plazas
cortesanas Pronto avanzaron más que el turco y
obruvíeron grandes triunfos en Paris (Vigaroni), en
Madrid (Lottí) o en Viena fBurnacini), pero en especial
en ias cortes de los príncipes confederados del territo-
rio germano y en lo del propio emperador auslriaco.
Es indiscutible que en la primera mitad del siglo XVIII
el mayor cúmulo de estratagemas lo desplegaban los
mejores milicianos del arte del espectáculo operístico:
los Golli-Bibiena.

Y como las orles militares, los espectáculos conta-


ron con una serie de Iralados para la creación, uso y
disfrute del nuevo producto entre los siqlos XVI, XVII y
y y
xviir.

II. Espacios teatrales y modelos

L/esde sus origenes renacentistas o manieristas la


ópera requirió de recintos o templos dedicados a la
nuevo religión profana del placer. Primero, los salo-
nes hicieron las veces de teatro; en ellos se levonía-
ban escenarios móviles para las celebraciones, aun-
que la sala se mantenía unida al escenario por
medio de peldaños o rampas que permitían el oes-
bordamiento de la fiesta y la confusión enlre la corte
y la ficción teatral. A éstos siguieron salones de teatro

140
que acomodaban o sus espectadores en cinco gra- sino crear una auténtica atmósfera musical coherente
das formando un semicírculo a lo manera clásica. El y continua.
feaíro degli Uffizi de Florencia, el Teatio Farnese de A esta circunstancia hoy que añadir que todas las
Pormo o el íeofro del Pahzzo Barberini de Roma fue- salas dieciochescos, salvo el pétreo Teatro Comunale
ron tres de estos últimos. de Bolonia, eran construcciones de madera, por lo
Pero, aunque el éxito y la demando del espectá- que alcanzaron una excelente acústica. A ello había
culo de la ópera fue enorme, hasta 1637 no se cons- que añadir las láminas de madera que revestían las
truyó el primer teatro creado expresamente para el paredes y el techo, el tapizado del mobiliario y el
género. Obro de Fontana, se trataba de una supues- público que funcionaban como un excelente material
ta copia de los anfiteatros en forma de herradura y fonoabsorbente que eliminaba lodo efecto de rever-
tuvo por nombre Teatro Son Casciano- El nuevo recin- beración innecesaria Por último los lechos debían ser
to doba cabido a una serie de principios que termi- planos, evitando el efecto de eco que crean las for-
mas abovedadas.
naron poi imponerse: as gradas -que habían sido
sustituidas por Chendo en la corte de los Obizzi, en Todas estas y otras muchos indicaciones fueron
Padua, por galerías- terminan transformándose, por recogidas en múlliples trotados teóricos. Pero, en
primera vez, en cómodos palcos privados; aquí par muchos ocasiones, los arquitectos tuvieran que esco-
primera vez se coloca la orquesta delante de la ger entre los requisitos formales y los exigencias
embocadura y es también ésta la primera ocasión en impuestos por las convenciones y privilegios sociales.
que la ópera se convierte en una gestión puramente Prueba de ello es la supervivencia del teatro o 'a
empresarial. Con el San Casciano había nacido e manera italiana, el constituido por cinco galerías de
teatro de pago de la burguesía como contrapartida palcos, un cúmulo de celdillas que sólo lograban
al teatro de ópera de corte. empobrecer la acústica en favor de la privacidad
Llegaron más tarde muchos otros teatros: Teatro aristocrática.
San Moisé, de 1640, Teatro Novissimo, de ! 6 4 1 , o Es curioso recordar equivocadas ideas de la
el más famoso del período barroco en Venecia, e época en cuanto a acústico se refiere. Más de uno
Teatro di SS. Giovanni e Paolo, de 1638, donde se sala construyó extraños dispositivos acústicos para
podían ver por primera vez un gran número de asien- ampliar y dirigir el sonido de la orquesta al público.
tos simétricamente distribuidos con el fin de acoger el Uno de ellos rué una especie de concha o caracol
mayor número posible de espectadores que pagaban con forma semícílíndríca localizada bajo el suelo de
entrados y abonos. a orquesta -posiblemente cuando estaba detrás del
Otra novedad se llevó a cabo en la cardenalicia escenario- y que funcionaba como un embudo que
Roma y de la mano de la reina Cristina de Suecia. La recogía el sonido, llevándolo al escenario y a la
soberana le encargó al mismo arquitecto Fontana un sala. La teoría sostenía que la superficie de la concha
nuevo teatro. Este mostraba en sus planos una ele- reflejaba y reforzaba el sonido orquestal o la vez que
gante forma ovalada truncada en uno de sus extre- el aire que contenía el espacio hocío sonar -como si
mos por el comienzo del escenario. Pero el Teatro de una coja de resonancia se tratara- el suelo de
Tordina, que éste era su nombre, se construyó con la madera1. Más complejo aún fue el sistema empleado
tradicional forma de herradura a pesar de lo cual en el Teatro Nuovo de Parma en el que la sala esta-
treinta años más tarde, en 1695, y bajo la dirección ba dispuesta sobre una gran caja elíptica comunica-
del autor del primitivo proyecto se rehizo el interior da mediante conductos con la orquesto. Uno variante
con la primitiva forma elíptica. Esta será la fórmula de este dispositivo se fabricó con canales de ladrillo
preferida por teóricos y constructores de tealros llenos de agua -que se pensaba que era el mejor
duranle más de dos siglos gracias a lo creencia de conductor del sonido- y que iban del escenario a lo
que se lograba un mejor efecto visual. El Teatro porte posterior de la sala.
Regio, construido entre 1738 y 1740 por Castella-
monte y Alfieri, según el modelo antes citado, apare- Se teorizaron y aplicaron más ideos, pero poco
ció como el ideartanto en la Encyclopédie [1772] se logró, y menos aún cuando estos coliseos creados
de Diderot, como en el Fssaí sur l'architecture théatra- para un público selecto y reducido crecieron desme-
te 11774] de Patte. suradamente por lo masivo afluencia de público. Los
coliseos tuvieron que dar paso a ostentosos salas
como el Teatro San Cario de Ñapóles (1737] de G.
A. Medrana y A. Caresale o el Teatro alia Scob de
III. Prácticas y teorías de la acústica Milán (1778) de G. Piermarini.
No sólo los arquitectos, sino también los composi-
Los arquitectos, por su parte, pensaron continuamen- tores tienen en cuento un espacio. Ellos no sólo crea-
te en las características de las pequeñas orquestas de ron aperos para complacer el gusto del público o
a época y en algunos de los instrumentos que, como para fas características vocales de sus contantes, sino
el clave, eran mucho menos potentes que e! resto, lo también para ser oídas en unas condiciones de espa-
que hacia imprescindible un equilibrio sonoro en la cio muy concretas, aspecto especialmente cultivado
sala. por Mozart.
Durante algún tiempo, el conjunto de músicos estu-
vo detrás de! escenario o en los laterales hasta llegar
a una posición privilegiado delante de la escena y IV. Espacios escénicos e invenciones
separada del patio por una balaustrada o un muro
bajo-. Este lugar, visible para el público y perfecta- O escenario, por su parte, también sufre transforma-
mente audible para cantantes y espectadores obede- ciones paralelas al desarrollo de la sala ganando en
ce a que la orquesta, en la segunda mitad del siglo profundidad y ensanchando la embocadura con pa-
XVIII ya había alcanzado una nueva intensidad sono- cos. Este espacio escénico más próximo al especta-
ra y pretende, no sólo acompañar a los cantantes dor es el único en el que puede moverse un cantante;

141
I. Decorado de Didone
abbandonata de Galuppi (?).
Guseppe Galli-Bibiena.

2. Decorado de Gruseppe Galh-


ñibiena para La nozze di Aurora de
Fux [Viera, Í722J. Grabado dej.j.
Pfeífeí.

3 y 4. Sala del Teatro Regio Ducale de Milán, haaa I 747 Grabado de M.A. Dal
fie. Planta del mismo teatro, atribuida a Piermanm.

142
es el campo de sus batallas vocales convertido en les valió para creor las más hermosas salas de leatro
una especie de amplificador de lo voz con proyec- con forma acampanada, los tratados más importan-
ción hacia la sala. En este espacio convive el cantan- tes y los complicados y fascinantes decorados que
te con los primeros elementos escenográficos: monu- los caracterizó
mentales y desproporcionadas decorados a juzgar Entre los numerosos miembros de esta familia des-
por los reproducciones de la época". Adentrándose tacan: Ferdinando [1657-1743), Francesco [1659-
en la escena, un plano inclinado que se reserva para 1739) y Giuseppe (1699-1757), que entre sus
a perspectiva forzada de la caja óptica con los bas- muchos aportaciones lécnicas incluyen la veduta per
tidores pintados o ambos lados; un terreno prohibido angola o perspectiva de escorzo, contrapartida a la
para los actores que evidenciarían el juego óptico. perspectiva central que ampliaba el efecto óptico a
En la última porte se colocan los telones de fondo todos los espectadores de la sala'. Con esta técnica
pora completar el efecto teatral. se lograban nuevas y variadas posibilidades en la
Todo el escenario era en realidad una compleja escena, desde la perspectiva en diagonal hasta la
instalación de bastidores y estructuras pintadas a diagonal cruzada, pasando por lo complicada plan-
•¡anta o a libro, que se podían mover hacia dentro o la radiada con múltiples puntos de fugo y disposición
tuera arriba o aba|O del escenario por unos canales simétrica [Ilustraciones 1 y 2).
en el plano inclinado. La técnica consistía en un La concepción artística de los Galli-Bibiena fue
cabestrante que por medio de cables tiraba de los esencialmente barroca, pero evolucionó hacia e
carros en los que estoban montados los bastidores, rococó decorativo y el neoclasicismo académico, y
sacando unos mientras introducía otros en escena. abarcó -como estilo internacional que fue- todas las
Todas estas invenciones técnicas se debieron a cortes de! continente aunque su base estable durante
Torelli [ 1Ó08-1678] y no sólo constituyeron un pro- más de medio siglo fue Viena.
greso mecánico, sino también un cambio estético que El año de 1767 marca no sólo el período de
promovía los cambios de decorados durante el desa- cambios y confluencias artísticas en lo que o la músi-
rrollo del espectáculo. ca y a los decorados de ópera respecta. Es el año
Los decorados podían estar pintados o parda- de las reformas de Gluck y ¿te los Galliari, y también
mente construidos, aunque se conservan planos que de la aparición del niño compositor Mozart entre las
permiten hablar de decorados pintados con eslructu- bambalinas del teatro de ópera.
ras que casi se construían; ése era el caso de los La ilustración de la segunda mitad del siglo XVIII
diseños arquitectónicos de Juvarra y los Galli-Bibiena exigió una ordenación clara lógica y de buen gusto
Tai complejidad se compensaba con el hecho de que en cada una de las parles del espectáculo con el fin
un teatro tuviera una serie limitada de decorados de lograr un todo aceptable y digno del público; sin
básicos pora las escenas de las óperas serios que embargo, el elemento grandioso y maravilloso del
solían transcurrir en unos pocos lugares: castillos o que hizo alarde el barroco no desapareció, sino que
palacios, jardines o laberintos, salones o aposentos, se transformó en la vertiente exótica, gótica o fantásti-
grutas o cárceles... En la práctica se recurría a los ca de la escenografía neoclásica, lina de las fami-
almacenes tratando de mezclar los viejos decorados ias que se reclularon en este período como relevo de
o de repintarlos. os Galli-Bibiena fueran los Quaglia [Quaglia, Qua-
Por lo que respecta a la disposición de los basti- lio, Qualia); esta nuevo milicia trabajó durante tres
dores éstos debían disponerse para alternar lodo siglos en toda Europa y con dos ramas de escenógra-
tipo de escenas. Lo más corta tenía dos bastidores fos claramente diferenciadas. La primera -considera-
laterales principales, cuatro pares secundarios y un da como más conservadora- la constituyeron Giovan-
telón de fondo. La complejidad técnica se multiplica- n¡ Mario (h. 1700-h. 1765), que pronto supo con-
ba o partir de ese punto hasta llegar o los 10 ó 12 quistar con arte y habilidad la plaza de pintor teatral
(o mós¡ pares y abarcar todo lo caja del escenario o y posteriormente de arquitecto de los teatros imperia-
•coma ocurría en el Teatro Regio Ducate de Milán- les desde 1754, y Lorenzo [1730-18051, su hi|o,
con los cambios manuales de todos los decorados. que participó junto o su padre y a su hermano Martin
(•1773?] en las representaciones de las óperas de la
Es evidente que en el teatro a lo manera italiano Escuela de Mannheim y tuvo a cargo los montajes de
se pensó más en los efectos acústicos de la sala o la corte del Elector de! Palotinado de Schewelzinger,
técnicos del escenario que en ¡a apreciación óptica Mannheim y Munich, que fueron en su mayoría estre-
del espectador, pues no fue hasta el siglo XVIII que e nos de compositores germanos, bohemios o austría-
decorado simétrico con perspectiva central fue sustituí- cos. Padre e hijo supieran realizar tanto los decora-
do por la veduta per angola de los Galli-Bibiena. dos de las óperas serias de entonces como de los
nuevos géneros cómicos que empezaban a causar
furor en Viena: el drama jocoso, la ópera cómica,
V. Una gran dinastía de arquitectos y escenógrafos bien italiana, bien francesa, y el ballet. También parti-
ert Viena ciparan de las reformas teatrales que protagonizaron
Durazzo, Calzabigi, Angolini y Gluck en los distintos
L n el mapa de una Europa que empezaba o conso- aspectos del teatro de opera; prueba de ello fueron
lidar los principios de su cultura nacional, Italia, por los montajes de Giovonní María para el ballet Don
su parle, se limitaba a producir y vender parle de la Juan 11761) o las óperas Orfeo ed Ewidice (1 762] y
suya: músicas, líbrelos, máquinas, decorados y recin- Telemoco [1765), de Gluck y de Lorenzo, por su
tos teatrales que se crearon para el entretenimiento parte, para ¡domeneo |1781 ] de Mozarl.
cortesano
Los famosos Galli-Bibiena formaron una dinastía En esta última ocasión trabajan conjuntamente el
que dominó el mercado y conquistó las mejores pla- escenógrafo y el compositor para mantener la verosi-
zas de ópera, incluyendo la del propio emperador militud teatral del libreto como lo demuestra la caria
austríaco. El bagaje de estratagemas y de logística que escribiera el joven músico a su padre: 'En la

143
5. Decorado de Fabrizio Gollian
para Ludo Silla, Lugar solitano, I, I.
(Milán, I 772).

6. Decorado de Fabnzio Galliari


para Lucio Silla. Necrópolis I, 3.
¡Milán, 1772).

7 / 8 . Sección longitudinal y Planta del Residenz Tbeater de Munich (1753).


Grabado de V. Funk (haca 177'),

144
esceno oclavo del primer acto, el señor Quoglio ha 4 2 4 a / 4 3 0 ] ambas de 1783). La lista de estrenos
hecho la misma objeción que hicimos nosoiros a queda reducida a sólo 1 8 obras que Mozort pudo
comienzo: esto es, que no conviene que el rey eslé oír desde los bambalinas de los teatros.
solo en el barco>*. Lorenzo, como Cario Galli-Bibie- Conviene, también oqui, emplear los habituales
no (I721-1787| se afilió al método de lo escena- tres períodos creativos del compositor pora ver breve-
cuadro característico de los Galliori, bien con vistas mente este tema. En el primer periodo salzburgués
de paisajes, bien de arquitecturas. 11762-1772] el joven compositor creó siete obras de
lo otra roma de los Quaglio -considerada más muy distinta naturaleza bajo el mecenazgo del prínci-
innovadora o romántica- se componia de dos herma- pe arzobispo Schrottenbach; yo en el segundo, tam-
bién salzburqués (1773-1781), loará representar
nos: Giuseppe (1747-1828] y Giulio (1764-1801), i 3
• i i - a
i " . . ti
sobrinos y discípulos de Lorenzo en Monnheim, entre cinco obras mas, pero ahora bajo e dominio del
1770 y 1777, y en Munich a partir de 1778 y príncipe arzobispo Colloredo, y, por último, el perío-
hasta 1799. Giuseppe tuvo a su cargo los estrenos do vienes (1781-1791) en el que acabó y represen-
muniqueses de dos obras mozartionas: primero el de tó siete óperas -seis pata los teatros de corte y una
Don Giovanni (1 791 ], y luego el de Die Zauberííóle para un teatro de pago'.
|3 793], mientras que Giulio, en Mannheim, escenifi- Durante esto época compone sus primeras obras:
có las mismas obras en 1789 y 1794. un intermedio, dos óperas cómicas italianos, dos ole-
La otra familia de arquitectos o escenógrafos que manas, dos serenólas dramáticos y una trilogía de
completa esta gran dinastía en la Florencia austríaco ópera serio italiana.
es lo de los Galliari: Bernardino (1707-1783], Fabri- Pero desde el aspecto de la representación y de
zio [1709-1790) y Giovanm Antonio [1714-1783], los espectadores en los estrenos mozartíonos existen
Estos tres hermanos formaron un taller que debía dos claras tendencias en ambos períodos: una, la
seguir la tradición bibienesca, pero que a raíz del principal, correspondiente o las funciones de carácter
estreno de Akeste, en 1767, de Gluck, optó por privado y único en los teatros palaciegos de Salzbur-
aproximarse, de forma precoz, al reformismo raciona go y Viena. Y la olra tendencia, un coso excepcio-
con uno nueva visión de la pintura teatral. nal, el de los tres grandes montajes de sus óperas en
La fantasía panorámico de los Gallian logra libe- el teatro de la corte austríaca en Milán, pero con un
rar el fondo de la esceno del habitual y Forzado número de funciones y con un público más amplio
engaño de la perspectiva para sustituirlo con un pai- que antes. En la última etapa se encuentran .as dos
saje pictórico; en primer plano quedarán los famosísimas trilogías del compositor: la italiana y la
elementos de las falsas edificaciones como encuadre alemana y un único drama metastosiano". En esto
de la composición, según los principios de la propor- época las representaciones son pora los teatros de la
ción y la verosimilitud. El taller de los Galíiorí se corte vienesa, en particular, para el Burgtheater. Este
hobía establecido primero como un monopolio en los teatro que fue construido para el entretenimiento de lo
teolros de Turín y Milán; es significativo que fueran aristocracia en 1743, pasó en 1776 -siguiendo las
ellos quienes realizaron todos los decorados del rea- modernas ¡deas de Lessing en su Hamburgische Dra-
fro Regio Ducole de Milán enlre 1742 y 1776, y maturgie- a convertirse en teatro nocional, y durante
posteriormente en Lo Scolo hasta 1782. También esta segunda etapa Mozarl pudo representar -entre
abarcaron el Teatro Regio de Turín y otras muchas 1782 y 1788- tres obras maestras: Die Entfükrung
plazas en París, Berlín o viena. ous dem Serail Le nozze di Fígaro y Cosí Ion tulté'.
Pero osí como lo espléndida corte imperial atraía Como es de lodos sabido el compositor deberá
a los artistas o técnicos del leairo de ópera, la mun- someter su producción musical al tipo de encargo
dana corte mílanesa cautivaba a los nuevos composi- que recibe, a los intérpretes, a las salas y al público
tores que como Hándel, Hasse o Mozort querían pro- que llena los teolros de ópera; otro aspecto relevante
bar fortuna en tierras italianas y gustar ef sabor del es el género lírico escogido, pues los esquemas de la
triunfo de sus óperas. convencional ópera seria contrastaban con los de la
En el imperio vienes de los Habsburgo se habían nueva ópera cómica.
seguido desde muy temprano los modelos italianos, Aunque a veces resulta difícil saber quiénes prepa-
gracias a las prolongadas y fructíferas estancias de raron los decorados y el vestuario paro los eslrenos
los Galli-Bibiena, los Quaglio o los Galliori, pero en de las óperas de Mozart y cómo fueron realizados
París triunfó definitivamente la elegancia y la fantasía los mismos, otras veces se tienen datos o materia
más decorativo que teatral de las obras de Boucher gráfico que ilustra los montajes. Curiosamente es
(1703-1770) y Boquet (-1817); en Madrid el gusto posible tener una visión de conjunto, más o menos
se repartió entre las perspectivas bibienescas de Fon- aceptable, de cómo fueron representadas las cuatro
tona (• 1800] y el estilo más personal de Bottaglioli óperas serias {Mitridale, re ai Ponto, 1770; Lucio
(1725-1790); en Londres se dio una situación pareci- Silla, 1772; Idomeneo, 1781 y Lo clemenza di Tito,
da con las arquitecturas pintadas de Devoto [siglo 1791) y una de sus serenatas teatrales {Ascanio in
XVIII] y los paisajes de Loutherbourg (1747-1812 ó alba, \77\\, pero poco o noda se sabe de los estre-
1814]; en rm con el avance del siglo los principias nos de sus conocidas óperas cómicas del periodo
se fijan, pero os modelos se mulliplican. vienes.
En este tema es importante conocer, tanto la tradi-
ción del pictoricismo teatral de moda, como la icono-
VI Mozart y algunos ejemplos escenográficos grafía constante de la ópera italiana para compren-
der cómo cado género del teatro lírico tiene una
Cl amplísimo catálogo mozartiano se nutre con vein- manera de desarrollar el espectáculo que lo distingue
te títulos de óperas -compuestas entre 1767 y 1791 -, de los otros; es el caso de una obra ostentosamente
de los cuales dos nunca fueron acabados ni represen- heroica como " Belleroionte de Nolfi y Sacrali, esce-
tados (í'Oca del Cairo |K 422] y Lo sposo deluso [K nificado en el fea/ro Novissimo de Venecia en 1642,

145
9. Decorado de Lorenzo Quaglio
para ¡domeneo, Templo III, última
escena(t78l¡.

r- 'í.miiJÜJjffijjjm,^ s
í 'J
10. Plano y perfil del Graftich
Nosütz'sche de Praga (1793). — «™ OarlG^l «=i*-J t
Grabado de Berka y Heger.

11. Asesinato en el Templo (hacia I 790),


Oleo de josef Plavter.

146
en lo que el público asistente tuvo la ocasión de para el Teatro Regio Ducale y sus magnificas lempo-
admirar cómo se ejecutaban, ante sus propios ojos, radas líricas, por esta razón, y aunque fue breve el
los trece cambios de los decorados y se pusieron en período de composición -aproximadamente ocho
funcionamiento varias y complicadas máquinas debi- semanas para una y siete para la otra-, y tanto los
das al ingenio técnico de Torelli. Casi un siglo des- temas como los argumentos y las situaciones escéni-
pués el gusto y las prácticas escenográficas habían cas se repelían una y otra vez en la ópera seria, los
cambiada de forma considerable como queda refle- decorados fueron de los Gallian. Las dos obras Mitri-
jado en la representación de Achille in Sciro de Cal- date | plaza/templo/puerto de mar/oposentos/cam-
da ra y Metastasio, estrenada en el Hoftheaiet de pamen lo/jardín/interior/antesala) y Lucio Sillo (lugar
Víena en 1735, donde sólo se hicieron siete cambios solitario/aposentos/necrópolis/pórtíco/jardines/ca
y una sencilla máquina al final del espectáculo. Es pitolio/antesala/salón¡ tienen ocno decorados en sus
necesario advertir que si el número de cambios dismi- tres actos y la misma tipología de escenas, lo que
nuye con lo reforma e imposición del neoclasicismo permitiría pensar que las pinturas pudieron salir del
de trece, más o menos, o sólo seis u ocho en los dra- amplio surtido del almacén del teatro Pero si esta
mas melastasianos, el catálogo de escenas, bien suposición se puede mantener en el primer caso, en
naturales (jardín, bosque o serva], bien arquitectóni- el segundo no es así; pues para lucio Sillo, Fabrizio
cas (templo, aposento o palacio) se mantuvo invaria- Galliari hizo ocho bocetos. Las escenas ya muestran
ble como los lugares comunes clásicos en el almacén el gusto pictórico por el teatro neoclásico que le
de todo teatro de ópera. caracterizan (Ilustraciones 5 y Ó],
En el caso del catálogo mozartíano se puede La tercera de las obras de Milán es la serenata en
señalar que las primeras trece obras consisten en par- dos actos con un único decorado Ascanio in Alba
tituras pensadas para pocos personajes y con uno [lugar delicioso) y con texto del abate Parini (1729-
ínea argumental claro, además de una orquestación 1799], compuesto para celebrar los bodas del archi-
acorde con as pequeñas salas de os teatros, y en duque Fernando de Hobsburgo-Lorena con la prince-
espectáculos sumamente sencillos y dentro de las tra- sa de Modena, María Ricciarda Berenice d'tste el
dicíones pastoriles y cómicas del momento. Como 17 de octubre de 1771 en el Teatro Regio La obra
botón de muestra servirá la primera ópera jocosa del fue todo un éxito y se repitió tres veces mas. El aspec-
entonces niño compositor; se trata del encargo inicial to del teatro aparece descrito por el propio Parini, en
del emperador José II, aunque nunca pudo estrenarse estos términos: "Todo el decorado en particular la
en Viena. Con libreto del prestigioso Goldoni, La pintura de la escena, se ajustaba a lema y al carác-
finta semplice incluía dos decorados en cada uno de ter pastoril del drama, y daba... un gracioso realce o
los tres actos ||ardín/gabinete/galeria/salita/cam¡- la representación-1". Puede suponerse que los decora-
no en el campo/sala]. Lamentablemente no se con- dos de los Galiiari fueron completamente nuevos en
servan dibujos de estos montajes, pero las ilustracio- esta magna ocasión.
nes de los novelistas O comediógrafos contemporáne- Hasta el estreno de Idomeneo, el 29 de enero de
os, así como de las partituras o libretos mozartianos 1781, dentro de lo temporada del carnaval muni-
pueden dar una idea general de cómo fueron escení- qués, no se conserva otro dato relevante sobre los
ricodas. montajes; esta vez es el escenario del espléndido
Otro tema muy distinto lo represento la trilogía que Residenztheoter de la corte del Palatinado (Ilustracio-
el ¡oven músico compuso en Italia, que significó no nes 7 y 81, el teatro escogido y Lorenzo Quaglio el
sólo su primer éxito ante un público distinto al de las encargado de la producción del eslreno, aunque con
pequeñas salas austríacos o alemanas, sino el prime- toda probabilidad su sobrino Giuseppe participó en
ro ante un gran público y dentro de las temporadas los trabajos. Los dibujos de Quaglio muestran la
de carnavaldel Teatro Regio Ducale de Miíán"J. La monumentalidad del clasicismo y el exotismo recrea-
plaza de la corte austríaca en Milán resultaba apete- do de la época, así como un academicismo correcto
cible pora todos aquellos que deseaban triunfar; en los seis decorados de la obra (aposentos/playo/
Gluck, por ejemplo, fa asedio con sus primeras ópe- aposentos/puerto de mar/jardín/templo]' 1 (Ilustra-
ras serias: Artaserse (1741), Demofonte (1743] y La ción 9].
soíonisba 11744 -probablemente con decorados del La última vez que Mozart aborda la composición
taller de los Ga iari que luego continuaron colabo- de una ópera seria es con lo demenza di Tito para
rando con él durante los años de la reforma vienesa-, la coronación del emperador Leopoldo ti, el 6 de
y Mozart la conquistó consecutivamente tres veces en diciembre de 1791, en el Grafiich Nostitz'scbe de
coda uno de sus viajes a Italia entre 1770 y 1772 Praga. Esta vez los seis decorados del drama melas-
(Ilustraciones 3 y 4). lasiano se repartieron entre Píelro Travaglia ¡aposen-
La primera de las dos óperas serias fue Mitridate, to/atrio con foro romano/aposento], que estuvo al
ré di Ponió, estrenada el 26 de diciembre de 1770, servicio del príncipe von Esterházy entre 1791 y
de Cigna-Santi, y basada en la traducción de Parini 1798 en Oberberg-Eisenstodt, y Preising de Coblen-
de la tragedia de Ráeme Mithridate. El compositor, za (salón/aposento/lugar magnífico], pero aunque
que dirigió las tres primeras representaciones desde se conocen pocos datosparece que se mantuvo en
el clave para deleite del público, alcanzó un gran uno línea próxima a los Galliari, ¡unto al espléndido
éxito con las veintiséis funciones que tuvo la obra. Lo vestuario preparado por Cherubino Babbíno de Man-
segunda ópera, Lucio Sillo, se estrenó otro dia de tua11 (Ilustración 10],
San Esteban -2ó de diciembre-, pero de 1772, y Sólo resta apuntar una hipótesis en torno a la figu-
contó con el libreto de Gamerra, que habla revisado ra artística no italiana más destacada en las últimas
Metasta5¡o. El nuevo título significo otro gran éxito - décadas del siglo XVIII en los teatros imperiales de
con más de veinte funciones- para el ¡oven músico Viena y Praga; se traía del pintor de decorados, losef
austríaco. Platzer o Plazer (1751-1806), que además de deco-
Estos dos óperas fueron creadas expresamente rar los salas fue escenógrafo y pintor de cámara del

147
propio emperador. Para algunos estudiosos Plalzef es 1772. En el sequndo: La finia giardiniera |K 135) de
el escenógrafo de Mozart, ya que cabe la posibilidad 1774; // re postare (K 208} de 1775; Zaide (K 3 3 ó b /
de que se ocupara de los eslrenos de una o varias 344} de 1779 ó 1780 e Idomeneo (K 366) de 1781. Y
en el tercero: Cíe Enrführung ous dem Seroil (K 384) de
obras de las famosísimos trilogías, aunque no existen 1782; Der Schau-.pieldirek.tor ÍK 486} de 1786; Le nozze
datos que lo confirmen. Las obras pictóricas de Platzer di Fígaro |K 492]; de 1786; ll dissoluto punito ossia i! Don
responden o un mundo académicamente ilustrado • Giovanni (K 527), Cosi ían tulle ossia la scuola degli aman-
próximo a la rama innovadora de los Guaglio-, con ti |K 588}, ía clemenza di Tito 1K 6 2 3} de 1791, y por últi-
un espíritu más bien prerromántico (Ilustración 1 1). mo, Die Zauberllóte |K 620] también de 1 791
Los ejemplos antes expuestos sirven para ilustrar la 8. Al repartir el catálogo de óperas mozorlianas por
presencio del gran compositor entre las bambalinas teatros y países tenemos que siete títulos se compusieron
pintadas de los teatros, pero también para demostrar para pequeños solones o teatros cortesanos [Apollo, Bas-
que al menos todas sus óperas serias y una de sus tien, la finta semplice, II soqno, ío finta giordmiero, II re
postare y Die Scnauspieldtrektor; 3 para el Teafro Ducale
serenatas teatrales, por las razones ya vistas, partici- \Milridote Asean ío y lucio Sí//aJ, 3 para el Burameatei [Die
paron del nuevo estilo de picloricismo o ilustración Entfuhrung, Le nozze di fígaro y Cosi fan tulle); 2 paro el
teatral. También se puede avanzar la idea de que sus Gráflich Noslitz'sche [Don Giovanni y ío Clemenza di Trio)
óperas cómicas, tanto por el género, como por lo l para el Freishaus-Theoler ouí der Wieden {Die Zau-
naturaleza de los temos, respiraron el mismo aire de L r flote).
9. El edificio del viejo Burglheater en Michoelerplotz fue
realismo
li y verosimilitud".
iilitd"
el resultado de las reformas que hizo el empresario Sellier
Víctor Pagan en el palacio real en 1743. Era una estructura de madera
proporciona I mente baja, estrecho y alargada; sufrió varias
¡. Véase esta breve relación de tratados: Serlio Tratlalo transformaciones hasta adquirir el aspecto que le dio Anto-
di arcbitettura, 1545; Sabbattini, Pratica di fabrica' scene e nio Galli-Bibiena en 1748. La sola tenia capacidad paro
machine ne'teatrí, 1637; Ferdinando Galli-Bibiena, L'archi- \ 125 espectadores y una rica orna mentación en blanco,
tettura avile prepárala sulla geometría e ndotto alia prospec- rojo y dorado corno puede apreciarse en los cuadros de
tiva, 1711; ídem, Direzione a ' giovani studenti nel disegno Klimt y Málsch.
dell'aichitettura civite, 173) y Giuseppe Galli-Bibiena, 10. El arquitecto del Teatro Regio Ducole fue Giovan
Archilettura e prospetlive..., entre otros muchos. Domenico Barbieri discípulo de los Galli-Bibiena, que en
2. En el famoso grabado de Collot del Teatro degli UHi- esto salo optó por la lorma de herradura con «un ancho de
zi (1617) se représenla al público contemplando ll mondo 26 brazas, largo de 9 0 brazas» y «alto de 38 brazos»; así
d' Ischia pero no se ve la orquesta, lo que hace suponer como por cinco órdenes de palcos y una elaborado deco-
que estaba en la parte posterior del escenario (Uffizzi, Flo- ración pintada por Paito y Lunati. El teatro fue el cenlro cul-
rencia!. En el cuadro de Pannini de la serenata de Metasta- lural no sólo de la corte, sino de toda lo ciudad y alternó
sio, Lo confesa de' Numi [ 1729}, en el Teatro Argentina de espectáculos muy variados: ópera seria, ópera cómica, bai-
Roma aparece la orquesta a ambos lados del escenario les, fiestas y ballets.
con los cantantes (Louvre, Porís), mientras que en el de Olí- I 1. Parini. Descrízíone delle feste celébrale in Milano
viero se plasma una escena de la tragedia metaslasiana per le nozze delle I!. Altezze Reali. ., Milán, 1771
Anace (1740] en el Teatro Regio de Turin con la orquesto 12. El Residenztheater fue construido por F. Cuvilliés en
delante de la esceno (Cívico, Turin]. el palacio que le da nombre en 1753. El elector Maximilia-
3. La idea de la caja de resonancia parte del Troitoto no III quiso un teatro de declamación y de canto con uno
sopia la strufíura de' teatri e scene (1 Ó7ó], de Carini Mofla, exquisita decoración rococó sumamente original y teatral en
y aunque se trata de un concepto equivocado, se mantuvo su concepción. El teatro ha cambiado su emplazamiento,
durante largo tiempo como válido. pero la sola es la misma de lo época de Mozart.
4. En los cuadros de Codazzi 11603-1672} o Canalet- 13 El Gráflich Nostilz'scbe de Praga pasó a llamarse
to [1697-1 766] y en los bocetos dejuvarra (1667-1736] Slándetheater, pero hoy dia es conocido como Tyiovo
o Giuseppe Galli-Bibiena (1696-1757) se puede apreciar Divadlo o Katejon-Tyt Tbealei. Es un magnifico teatro que
esla desproporción enrre los personajes y las estructuras conserva el aspecto original de la sala en forma de herra-
arquitectónicas de los decorados. dura, de los palcos y de toda la decoración.
5. La familia Galli-Bibiena se componía, además de 14. El estreno de Die Zauberflúte en el Jbeater ouf der
Francesco, Ferdinando y Giuseppe, de otros cuatro miem- Wieden en 1 791 por la compañia de Schikanede' es una
bros: Giovanni Mario (1694-1/77), Antonio (1697-1774) excepción en esla última etapa del músico las ingenuas
Giovani Cario [ 1 7 1 0 ó 1713-1760) y Cario ( 1 7 2 1 - acuarelas de Joseph y Peler Schoffer publicadas en el Allge-
1787]. meines Europaisches Journal (1795) contrastan con el sim-
ó. Carta Fechada en Munich el 1 3 de noviembre de bolismo de la obra, pero permiten lene- una ¡dea de cómo
1780. pudo ser representado en un teatro de pago vienes No se
7. En el primer periodo se incluyen: Apollo el Hyacint- conserva ninguna ilustración de la sala de este teotro; sin
hus seu Hyacmthi metamorpbosis |K 38] de 1767; ía finta embargo, la oreve descripción de Castelli da una idea de
semptice (X 4 ó a / 5 1 ] de 1768; Bastien und Bastienne (K cómo era: «Ero tan grande corno el Joseph Stádler Jhealer,
4ób/50) de 1768; Mihidate, ré di Ponió [K 74a/87) de pero sólo tenia dos pisos y pareció una gran cajo
1770; ¿sco-Vo in Alba (K 1 1 1) de 1771; II sogno di Sci- cuadrada... estaba muy sencillamente decorado y tenia
pione (K 1 26] de 1772 y íucío Silla [K 135) también de pocos palcos».

148
MOZART
Legendary Interpretations
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MOZART [jfijfuíjru \fltrrpf«n\iaits


GEORGESZELL

MOZART
ROBERTCASADESUS

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OUR VISION DISTRIBL/HON SONY MUSIC
ara poder disfrutar de la música de tecla de
LOS
P
Mozart no es indispensable que ésta sea
interpretada en un instrumento ontiguo. Sin

INSTRUMENTOS embargo, si queremos entender y apreciar a


fondo lo maestría del compositor en su
empleo de los medios instrumentales, debemos saber
DE TECLA de qué tipos de instrumentos dispuso en las diversas
etapas de su carrera. Aunque solemos pensar en
Mozart como compositor de obros para plano, es
DE MOZART preciso señalar en primer lugar que todavía no hay
constancia de que en su juventud, o sea durante sus
años de peregrinaje por Europa como niño prodigio
y |Oven compositor prometedor, la familia Mozart
poseyera un piano ni de que Wolfgang en aquella
época diera conciertos en público en un piano. En
1763, cuando la familia inició su primera giro ol
oeste del ffin, el padre compró un clavicordio del
renombrado organero y constructor de instrumentos
de leda Johann Andreas Stein de Augsburgo para
estudiar y ensayar durante los via es.
Numerosos autores, del sigo XVI al XVIII, han
subrayado la idoneidad del clavicordio -instrumento
compacto, dulce y económico- como instrumento de
estudio. Su sencillo mecanismo consta de uno lengua
de metal (la tangente] fijado verticalmente cerca del
extremo de una paloneo (la tecla). Ai pulsar el olro
extremo de la tecla, la tangente sube y golpea las
cuerdas. El control del intérprete sobre el sonido es
más directo que en cualquier otro instrumento de tecla
de cuerdas, lo que permite uno interpretación más
sensible en lo que respecta a la articulación y la gra-
duación de matices Incluso se puede conseguir en él
un efecto de vibrato, conocido par el término alemán
de Bebung. Estas cualidades eran muy apreciadas
por C.P.E. Bach y otros compositores alemanes de la
Emphndsamkeit, hasta el punto de que en la segunda
mitad del siglo XVIII el clavicordio tuvo su propio
repertorio y fue reconocido como instrumento autóno-
mo y no simplemente como sustituto del clave, del
órgano o del piano. El propio Mozart no dio de
tocor el clavicordio hasta su muerte. En 1 777, por
ejemplo, dio conciertos de piano y de clavicordio
delante del público de Augsburgo e incluso en el año
! 7 8 9 un artículo apareció e n i o Musikallsche Real-
Zeilung de Speyer en el cual se hadan unos comen-
tarios muy favorables sobre la interpretación de
Mozort en el piano y en el clavicordio durante unos
conciertos que había dado recientemente en Dresde.
Sin embargo, ninguna de sus obras parece haber
sido compuesta específicamente para el clavicordio.

Existen en diversos museos clavicordios que, con


mayor o menor |ustificoción, se relacionan con
Mozort. Así, por ejemplo, el Museo Nacional de
Hungrio adquirió en 1965 un pequeño instrumento
(99X35X1 1 cm.] firmado por Stein y fechado en
1762 que, según se ha sugerido, podría ser el clavi-
cordio de viaje de la familia Mozart. El tamaño redu-
cido es debido en parle a que el instrumento es liga-
do, o sea que un mismo par de cuerdas sirve para
dos notos distintos. Un segundo clavicordio, sin firma,
conservado en Salzburgo, también ha sido identifica-
do como el clavicordio Stein de la familia Mozart.
No eslá ligado y tiene 5 octavas de extensión (fa ' •
fa ' ] y I 38 cm. de longitud. Hay otro clavicordio no
iqado, construido por C.E Frieaerici en 1772 que
i i ii
Iradicionalmenle es considerado como antsgua pro-
piedad de Mozort
A través de lo correspondencia de Leopold

150
Mozart y de anuncios aparecidos en los periódicos Slein y escribió a su padre: "Antes de ver la obra de
contemporáneos sabemos que durante sus estancias Slein, los pianos de Spalh era mis preferidos, pero
en París, Londres y otras ciudades europeas entre ahora tengo que dar la preferencia a los de Stein.
1763 y 1766 el ¡ovencito Wolfgang solía tocar e Los apagadores funcionan mucho mejor... sus instru-
clave y el órgano. En una carta enviada desde París mentos tienen sobre todo la particularidad de incor-
el 8 de diciembre de 1763, Leopold escribió: "Tene- porar un escape... los martillos caen enseguida des-
mos el clave de la Condesa, ya que no lo necesita. pués de golpear los cuerdas... sus pedales, operados
Es un buen instrumento y, como el nuestro, tiene dos por las rodillas, también son mejores que los de otros
teclados". Una acuarela pintada en París por Louis constructores...".
Carrogis de Carmontelle muestra ol pequeño Mozarl Paro comprender bien lodo el significado de este
de 7 u 8 años de edad sentado a un clave grande, comentario debemos repasar brevemente la historia
típicamente francés, y acompañado por su padre y del piano. El primer constructor del que sabemos que
su hermana Nannerl. Los anuncios de las actuaciones llegó a construir con éxito un clavicémbalo che la il
de la familia Mozarl en Londres en 1765 hicieron piano e il forte provisto de martillos (o mocillos] fue el
alusión o la asombrosa interpretación de Wolfgang italiano Bartolomeo Cristofori ("[1731]. El ingenioso
en el clave y a unas obras que iba o tocar en el mecanismo que Cristofori inventó era delicado y sofis-
clave a cuatro manos con su hermana sin mirar e ticado, ya que además de tecla y martillo compren-
teclado, que estaba oculto por un pañuelo. En una día un escape, una palanca intermedia, un atrape o
ocasión tocó el órgano en privado delante de lo amortiguador y un opagador. Algunos de sus instru-
familia real y en otra en público durante un concierto mentos fueron llevados o vendidos fuero de Italia y
de beneficencia. Durante esla misma estancia estrenó llegaron o ser conocidos por unos pocos constructo-
un clave con dos teclados y una extensión de cinco res que en diferentes ceñiros europeos muy dispersos
octavas y media, construido en Inglaterra por el suizo incorporaron el mecanismo de Cristofori a instrumen-
Burkhardt Tschudi |o Shudi] y desuñado al Rey Federi-
suizo incorporaron
tos e diseño. Entre estos constructores figu-
de su propio
co el Grande de Prusia. En años posteriores siguieron raron Silbermann en Sajonia, Pérez Mirabal en Sevi-
apareciendo noticias que relacionaban a Woirgang, lla y van Casteel en Portugal.
directa o indirectamente, con el clave. En 1770, por
ejemplo, su padre encargó un clave a Friederici, pro- El escape, tan importante para el perfecciona-
bablemente el mismo clave grande de dos teclados miento del mecanismo del piano, permite, mediante
de Friederici que se encontraba en posesión de la un muelle, que el martillo vuelva o escape inmediata-
familia Mozart en 1777 Incluso en 1787 Wolfgang mente hacia su posición original, aun cuando se siga
no desdeñó dar un recital en un palacio de Praga en apretando la tecla, evitando así el bloqueo del marti-
un clave transpositor de dos teclados y cinco octavas llo en los cuerdas o un rebote ¡ndeseodo y facilitando
construido en Dresde en 1722 porJ.H. Grábner. Este la repetición de la nota. Sin embargo, en la primera
instrumento todavía se conserva en Praga. mitad del siglo XVIII también vieron la luz otros experi-
mentos con mecanismo de percusión, pero sin esca-
No sabemos con certeza cuándo empezó Mozarl pe ni atrape, algunos de ellos llevados a cabo bajo
a dedicarse con alguna asiduidad al piono. En la la influencia del Pan la león (una especie de dúlcemele
década de los 1760 el piano no era todavía un ins- ampliado] y oíros en un intento de mejorar el clavicor-
trumento muy corriente. La utilización más temprana dio. En Alemania se implantaron unos sencillos meca-
de un piono en un concierto público de que tenemos nismos de empuje ¡Stossmechanikl y de rebote {Prell-
noticias tuvo lugar en 1763 en Viena, según un anun- mechanik}, incorporados frecuentemente en pequeños
cio descubierto hace algunos años por 7o profesora instrumentos de forma rectangular de fácil construc-
Badura-Skoda. Cuando Charles Dibain acompañó en ción: los que llamamos hoy día pianos de mesa. Si
1767 a la cantante Miss Brickler en un concierto en bien estos modelos representaron un paso atrás en e
Londres empleó "un nuevo instrumento llamado piano- desarrollo mecánico y estructural fueron responsables
forte". Si bien el joven Mozarl debió tener ocasión de la difusión y popularización del piano.
durante sus viajes de conocer el piano, sus primeras El mecanismo de empuje, que constaba de un
composiciones para instrumento de teclo estuvieron marlillo y de una tecla provista de un piloto (un peda-
dedicadas al clave. Asi, por ejemplo, el manuscrito cito de madera o un bolón) que daba el impulso ini-
del breve Andante KV la lleva mención "pour le cía fue llevado a Inglaterra por refugiados sajones,
clavecín" y las Sonoras KV Ó-9, KV 10-15 y 'KV 26- donde fue transformado en el mecanismo ingles, en
31, publicadas durante los años 1762-1766, llevan el aue está basado el mecanismo de los pianos
como título "Sonatas pata el clave con acompaña- modernos. En la forma más sencilla del mecanismo
miento de violin". Duranie el período 1767-1773 de rebote, o mecanismo alemán, el martillo estaba
parece ser que Mozart se dedicó fundamentalmente unido a la tecla con una bisagra de cuero. La cabe-
a componer obras vocales y de conjunto instrumental, za del martillo se encontraba en la parte más cerca-
aunque siguió dando recitales en los que incluía na al intérprete, mientras que la cola sobresalía del
improvisaciones. Sin embargo su interés en compo- exlremo posterior de la tecla. Cuando, al pulsar la
ner para un instrumento de teco se reavivó a raiz de tecla, la porte posterior subía, la cola del martillo
su visita a Víena en 1773, y fue a partir de esta pegabo conlra un listón, que funcionaba como un
fecha que sus obras de teclo estuvieron dedicadas a tope, y rebotaba hacía abajo. A medida que la cola
piano. A su regreso a Salzburgo, hacia finales del bajaba, la cabeza subía basto dar contra las cuer-
mismo año de 1773 compuso su primer concierto das. Más tarde, la bisagra de cuero fue suslituida por
original para piano, el KV 175. un eje y un soporte (Kopselj fijado en lo tecla. Fue
precisamente J.A. Stein quien, siguiendo el ejemplo
En 1 777 Mozarl pasó quince dios en Augsburgo, de los instrumentos hechos al estilo de Cristofori,
que aprovechó para visitar el taller del constructor incorporó alrededor de 1773 un escope en e meca-
Slein. Fue en esla ocasión cuando Mozart eogió con nismo de rebote. Este mecanismo fue refinado por los
entusiasmo las grandes cualidades de los pianos de

151
" Fortepiano fabricado por Stein. Augsburgo, ! 775

Leopold, Wolfgang y Nanneii Mozart Acuarela de LC. de Carmonrelle.

152
constructores vieneses y, en su forma definitiva, es salvo en un caso, lo versión manuscrita del Concierto
conocido como mecanismo vienes. Parece, por lo en re menor KV 466. En esta obra aparecen notas
tanto, que el interés de Mozarl por el piano creció a en el bajo aparentemente imposibles de tocar de
medido que los modelos iban adquiriendo una mayor manera satisfactoria: en algunos casos exceden la
precisión y sensibilidad. extensión habitual del teclado de la época; en otros,
Los pianos de cola de Stein se distinguían por su a gran distancia (dos octavas] que separa notas de
igereza, en casi todos los sentidos de la palabra. acordes pertenecientes a la mano izquierda (véanse
Para empezar, su cuerpo de madera pesaba menos los compases 88-90 del primer movimiento) parece
que el de un piano de cola inglés o el de un gron impedir la interpretación fluida requerida por esta
clave alemán de la misma época, y muchísimo música. La solución la encontramos en una carta del
menos que el de un piano moderno. Los martillos Leopold Mozart y en un anuncio de un recital de
eran muy pequeños y ligeras, y la bajada de las Wolfgang, los dos fechados en marzo de 1 7 8 5 ,
teclas también era pequeña. Al ser la pulsación muy sólo un mes después de la composición del Concier-
sensible, el intérprete no necesitaba utilizar tanto la to KV 466. La carta del padre hacía referencia a ein
fuerza y el peso del brazo sino más bien una preci- grosses forte piano pedole (un gran fortepiano peda-
sión y agilidad de los dedos. Al tener el instrumento lero] que Mozart se hizo construir por Walter. Este
sólo dos cuerdas por nota (salvo, a veces, en la últi- piano pedalero -un instrumento independiente de
ma ociaba del tiple, donde había tres] y al actuar sus tesitura grave y con pedales en lugar de teclas- se
apagadores de una forma muy seca y completa, su colocaba debajo del piano de coTa, tenia tres pal-
saniao era menos potente y menos denso que el de mos más de longitud que éste y era increíblemente
los instrumentos modernos o incluso que el de los pesado, según los comentarios del padre. El anuncio
ingleses contemporáneos. En resumen, el sonido esta- del concierto precisaba que Mozart no solamente iba
ba caracterizado por la claridad, y la técnico de la a presentar un nuevo concierto de fortepiano reciente-
interpretación por una articulación muy variada y mente terminado (KV 467) sino que también iba a uti-
detallada. Todas ellas eran cualidades muy idóneas lizar un Forte piano Pedol especialmente grande para
para el estilo clásico improvisar Iphontosierenj. Se ha sugerido que Mozarl
podría haber utilizado el pedalero para otros concier-
El museo del Mozarteum de Salzburgo posee dos tos, aparte del KV 466, para duplicar notas graves
piónos tradicional mente asociados con Mozart. Uno en la octava inferior aun cuando no se requiera espe-
es un instrumento pequeño y curioso que tiene la cíficamente en la partitura, como podría ser el caso
íorma de un arpo horizontal y que incorpora un en el KV 467.
mecanismo muy sencillo sin apagadores. Instrumentos
de esie tipo fueron construidos por J.M. Schmahl de Curiosamente, en casi todos los manuscritos autó-
Ulm durante la década de los 1770. El otra es un grafos de los conciertos para piano de Mozart
piano de cola de cinco octavas, construido por encontramos la palabra cémbalo delante del primer
Antón Walter de Vieno, que fue adquirido por compás, aunque la presencia de crescendos y otros
Mazarí en 1781 y utilizado durante sus años más matices indican claramente el empleo de un piano y
íructiferos. Los instrumentos de Walter, quien pertene- no de un clave. Esta circunstancia puede explicarse
ció a una generación más ¡oven queJ.A. Stein, son por el hecho de que los primeras pianos de cola se
un poco mas sonoros y contienen el mecanismo más conocieron como cembaii, al ser considerados una
sofisticado de la escuela vienesa, ¡unto con varios especie de clave, y se tardó mucho en hacer una
registros y, a veces, una extensión algo mayor (fa~ - clara distinción terminológica entre los dos instrumen-
g tos, sobre lodo en italiano. Por otro lado, la mención
soP). "para piano o clave" que figura en ediciones de las
l instrumento de Mozart tiene un registro de forte
constituido por rodilleras que levantan Tos apagado- obras de Mozarl aparecidas en las décadas de los
res [como en los pianos de Stein) y olro de piano o 1770 y 1780 puede explicarse por razones comer-
moderador que consta de una lira de paño que se ciales de os editores, concretamente para atraer a
interpone entre los martillos y las cuerdas. Este último una clientela más amplía. Hay que tener en cuenta la
registro es controlado mediante un botón situado en mayor flexibilidad que se praclicaba en aquella
el centro del panel encima de los teclas y, al necesi- época en relación con el tipo de instrumento emplea-
tar una mano libre para manipularlo, no debía usarse do para la inlerpretación. La mención "piano o
con lanta frecuencia como ef pedal izquierdo de los clave" no correspondió necesariamente a las intencio-
pianos de cola modernos que, además, actúa de nes originales del compositor.
forma distinta. El piano de Mozart no posee el regis- Al principio de esle orliculo decíamos que no
tro de fago'que se encuentra en algunos otros instru- hacía falta uno interpretación en un instrumento anti-
mentos áe Wolter, ni los registros turcos o militares guo para disfrutar de la música de tecla de Mozart.
-platillo, triángulo timbal, etc.- que fueron incorpora- Sin embargo, esta afirmación puede ser matizada
dos algo más tarde en los pianos vieneses. El famoso añadiendo que, en muchos casos, podemos percibir
Rondo Alia Turca de la Sonofa KV 33 i/300i, por lo mejor el efecto buscado por el compositor si su músi-
tanto, no debió estar acompañado en su estreno por ca es interpretada en un instrumento en buen estado
efectos especiales. Los interpretaciones de esta obra construido según el estilo de la época y del lugar.
que podemos escuchar a veces hoy día, realizadas Hay que subrayar que para una aceptable interpreta-
en instrumentos de principios del siglo pasado provis- ción histórica de las obras de Mozart no es idóneo
tos de una amplia gama de registros 'urcos , tradu- cualquier instrumento antiguo. Un piano de mesa mal
cen perfectamente el espíritu de la obra, aunque su conservado debe ser descartado, y un resonante
uso demasiado entusiasta de estos registros entraña piano inglés de los primeras décodas del siglo XIX,
el peligro de caer en el mal gusto. aun si está en perfecto estado, es menos adecuado
pora interpretar esta música -debido a su sonido
Las obras de Mozarl escritas paro tecla nunca borroso- que un buen instrumento de nuestros días,
exceden una extensión de cinco octavas (fa - fo:)

153
con su mecanismo perfeccionado, en manos de un interpretada al órgano, na fue escrita para un instru-
pianista sensibilizado al estilo clásico*. Las cualida- mento de ledo sino, como el Adagio y Allegro KV
des de frescura, elegancia y sutileza que encontra- 594 y el Andante KV 616, pora un órgono automáti-
mos en la música deMozart corresponden a la estéti- co o de cilindro. Es posible, par otra parte, que la
co del instrumento vienes de finales del siglo XVIII, armónica de cristal de Manarme Kírchgessner, para
cuya claridad también realza la escritura contrapunté- quien Mozart compuso en 1 791 su famoso Adagio y
tico. Al mismo tiempo debemos lener presente que, Rondo KV 617 y otras piezas, estuviera provista en
aun en vida de Mozort, su músico fue interpretado en aquella fecho de un teclado, pero este articulo no es
instrumentos muy variados en aquellos lugares donde el lugar adecuado para Iralar detenidamente de este
no existía un fortepiano vienes- En España, por ejem- fascinante instrumento.
plo, tales instrumentos era rarísimos antes ae 1 800,
de manera que las obras de Mozarl debieron de ser
interpretadas en su época por españoles y españolas Beryl Kenyon de Pascual
en pianos ingleses (entonces de moda en nuestro
país) o pianos españoles de estilo inglés, en clavicor-
* Hummel, muy partidario de los instrumentos vieneses,
dios e incluso en órganos. que se adaptaban a su propio estilo de interpretación,
Si apenas hemos mencionado el órgano es por- caracterizó en los oños 1820 la diferencio enrre los dos
principóles tipos de pianos contemporáneos de la siguiente
que la música para órgano propiamente dicha repre- moriera "La mano más débil puede tocar con facilidad el
senta una laguna en la obra de Mozart, a pesar del piano alemán Este instrumento permite al pianista dotar a
hecho de que en una ocosión el compositor lo llamó su interpretación de lodos los posibles matices de luz y som-
"el rey de los instrumentos" y de que ocupó una bra, hablo cloro e inmediatamente, y tiene un sonido redon-
plaza de organista en la corte del arzobispo de Salz- do y aflautado que en uno sala glande contrasta bien con
burgo entre 1779 y 1781, con la obligación de el de la orquesta que lo acompaño. Sin embargo, no debe-
mos negar a los pianos ingleses los elogios que les son
tocar en la catedral, la corte y a capilla. Las pocas debidos por su solidez y su sonido lleno Ño obstanie, este
obras en las que el órgano desempeña un papel de tipo de instrumento no permite uno pulsación Ion fácil como
solista las tenemos que buscar entre su música vocal el alemán... Gracias al sonido lleno del piono inglés, la
sagrada, por ejemplo, la Miso KV 259, llamada melodía respira un encanta especial y una dulzura armonio-
Orgelsohmesse por el solo de órgano incorporado so. Al mismo liempo he notado que, si bien estos instrumen-
en el Benedictas, y en sus últimas sonatas de iglesia tos suenan con patencia en una pequeño habitación, la
pora conjunto instrumental. Las fugas de Mozart no naturaleza de si, sonido cambia en un süio espacioso y se
están dedicados específicamente al órgano, mientras distingue menos que el nuestro sobre el fondo de un acom-
pañamiento orquestal comple|O..."
que la Fantasía KV 608, que a veces escuchamos

apagador

rfl-
L_
cuerda

escape

muelle

Esquema de los piorws construidos por ¡A. Stein y sus discípulos.

154
Fortepiano fabricado porjobann Andreas Stem. Augsburgo, / 788.

155
Grabado del típico como di bossetto vienes porJ.GH. Bockofen. Leipzig 1603
FOTO: SZPAKOVSKI

é 9

Enciclopedia de Diderot y D'Alamben, 1776. i/ustrooones de un clarinete de cuatro /laves. FOTO: SZPAKOWSKI

¡56
unque existan numerosos formas de acerca-
MOZART
A
miento a la especial relación enire Mozart y
el clarinete, nuesiro atención se ve atroida

Y EL CLARINETE inmediata mente por lo figura de Antón Slad-


ler, el virtuoso que tocaba tanto el clarinete
como el corno di bossetto, el amigo de Mozart, com-
pañero de la logio masónica y, a los ojos de los his-
toriadores, un granujo que le sacaba los cuartos o
Mozarl y que le falló una y otra vez. Es bien sabido,
que Mozart ¡amas escribió obras para solistas ni
música de cámara sin saber antes quién iba a inter-
pretarlas como una manera de adecuar la composi-
ción a lo calidad y carácter de los músicos previstos.
En relación al clarinete, esto nos proporciona muchos
datos sobre el compositor y sobre cómo abordaba su
arle. También nos facilita mucho información sobre
Antón Stadler y el clarinete durante el siglo XVIII.
Cuando uno toca lo música de Mozart para clarinete
con un instrumento de la época, enseguida se sor-
prende por lo intimamente que conocía Mozatt el ins-
trumento. Incluso aunque Mozarl tuviera un conoci-
miento técnico extraordinario de todos los instrumen-
tos de viento, como queda reflejado por ejemplo en
sus lecciones con el compositor inglés Thomas Alrwo-
od (1765-1838], cuando uno toca realmente la músi-
ca de Mozarl con un clarinete del siglo XVIII hecho
de madera de boj y con 5 llaves, se percibe de
inmediato que este saber es mucho más que simple
leoria: es intuitivo, refinado e inspirado. Por lo tanto,
centrémonos en la fuente de gran parte de esto inspi-
ración, Antón Sladler, y en el clarinete en la Viena de
finales del siglo XVIII

A Anión Stadler (1753-181 2) se le puede encon-


trar en el entorno de prácticamente toda composición
importante en lo que Mozarl empleó el clarinete:
desde los años de 1770 hasta la última gran obra
que Mozart acabó poco antes de su muerte, el Con-
cierto paro clarinete KV 622. Como testimonio de la
medida en que se pudiera colificor esto combinación
de mágica, basta con fijarse en una obra como la
Gran rartita KV 36¡ y luego seguir el orden cronoló-
ico de los otras grandes obras con clarinete: las
§ erenalas para instrumentos de viento KV 375 y
388, el Quinteto para instrumentos de viento y piano
KV 452 (Mozart escribió a su padre que éste era una
de las mejores obras que ¡amas habia escrito), el Trío
"Kegelstott" KV 498, los Conciertos para piano KV
482, KV 488 y KV 492, \a Sinfonía ns 39 en mi
bemol mayor KV 543, las óperas, el Quinteto para
clarinete y Cuarteto de cuerda KV 581 (Mozart lo lla-
maba "quinteto Stadler") y el Concierto para clarine-
te. En lo que concierne a los instrumentos de viento,
es indudable que Mozarl escribió más notas paro la
flauta, el oboe, el fagot y la trompo, pero la gran
calidad de las obras paro clarinete las sitúa en un
grupo aparte.
Sesuda obvio que hay aspectos personóles de la
relación de Mozart con Stodler de los que nunca
sobremos nado, e incluso en el supuesto de conocer-
los, no podríamos llegar a una verdadera compren-
sión de la naturaleza de su amistad. Es posible que
Mozart simplemente se sintiera atraído por el compor-
tamiento despreocupado y Iravieso de Stadler puesto
que él poseía esas mismas cualidades. Desde luego,
parece estar cloro hoy en dio para nosotros, que
ambos gozoban muchísimo de la mutua compañía
Stadler, o como Mozart lo llamaba, "Stodla, que fon
sólo es un pequeño asno" tuvo sin duda alguno que

157
aguantar que éste le tomara el pelo a menudo. Por \o. tocó en el estreno de lo Gran Partita KV 361
otro lado, en un plano más serio, ombos eran franc- (¡unto con Stadler); era asimismo francmasón. Gries-
masones, y eslá atestiguado que juntos escribieron un bocher, odemós de ser Constructor de Instrumentos de
ensayo sobre la molería; por ello, uno da por hecho lo Corte Imperial y Real (K.K. Hofinsirumentenma-
que su filosofía personal ero parecida. Hoy en día es cher], era también un buen clarinetista que estuvo al
tarea nuestra el saber apreciar de forma adecuada e servicio de la corte de Esterházy desde 1776 a
gran corpus de música que surgió de la inspiración 1778. Sus corni di bassetto estaban construidos con
que ombos se dieron mutuamente. madera de bo y marfil con llaves metálicas y una
Tomemos por ejemplo las veladas de música de campano melá ica Se han conservado unos 12 ins-
cámara organizadas en casa de Nicliolos Joseph trumentos que se pueden encontrar hoy en día en
von jacquin, el conocido botánico holandés que resi- vahos museos y colecciones privadas.
dió en Viena en los años 1780, cuya hija, Frances- Para nosotros parece obvio actualmente que
co, era una alumna favorita de Mozort y cuyos dos Mozart tenía uno particular afinidad con el corno di
hijos eran buenos amigos de éste. Esta casa fue e basselto, además de con el clarinete, puesto aue lo
lugor en el que se hizo mucha música siguiendo la usa en sus obras más mágicas y profundas: el aria
agradable tradición de la Hausmusik, y fue testigo de de Constanze Traurigkeit ward mir zum Loóse de El
a creación de numerosas piezas para clarinete y rapto en el Serrallo, Marsch der Priester de La 'lauta
corno di bassetto, puesto que Antón y su hermano, mágica, Maureiiscbe Trauermusik KV 477, el fantásti-
Johann Stadler, asistían con frecuencia. Entre las co solo obbligato para corno di basselto del aria de
obras para clarinete escritas por Mozarl poro estas Vitellio Non piu di lioii de Lo clemencia de Tito y por
ocasiones se encuentra el Kegelstatt Trío KV 498 supuesto el Réquiem, en el que los corni di bassetto
(1786] para clarinete, viola y fortepiano. Stadler son los instrumentos de viento más ogudos y dominan-
locaba el clarinete, Mozort la viola y Francesco el tes. El empleo que hace Mozart del corno di bassetlo
fortepiano. Además, es seguro que Mozart también en estas composiciones tiene siempre algo que nos
compuso por esta época los Nottumi, exquisitos pie- remite al ensueño y al otro mundo. Algunas de las
zas para tres cantantes acompañados por tres corni obras mencionadas más arriba pueden estar relacio-
di bassetto, sobre textos de Pietro Metastasio (1Ó98- nados con los masones, y es posible que la forma
1782 . También es bástanle seguro que Mozart com- del instrumento evocara en Mozort asociaciones liga-
puso os Füníundzwanzig Stücke para tres corni di das a la imaginería masónica. En el siglo siguiente,
bassetto con la intención de interpretarlos en la casa Brahms diría después de oír la música de Mozart
de Jacquin Estos 25 movimientos se dividen de para corno di bassetto: "ningún otro instrumento con-
forma nalural en 5 diverttmenti y aunque la partitura sigue imitar la voz humana ae igual manera".
autógrafa se hoya perdido, las ediciones tempranos
y copias han hecho posible el que Marius Flothuis Sin duda alguna, Mozort se encontraba bajo uno
naya reconstruido todos las partes que faltaban, en e constante presión por parte de Stadler para que com-
volumen editado por él para lo Neue Mozarl Ausga- pusiera más obras para el clarinete, lo cual podría
be. Estas piezas resultan extremadamente interesantes explicar la motivación de aquél al escribir las serena-
como obras de su género, y de continuo demuestran tas para instrumentos de viento o las que dio el sobre-
lo sagaz inventiva de Mozart, su humor y su inimita- nombre de Nacbtmus¡que, puesto que desde luego
ble sentido para lo nuevo y dramálico. no consiguió ningún dinero por ellos. La primera ae
las dos fue el Sexteto en mi bemol mayor KV 375,
La preferencia de Mozart por el corno di bassello para 2 clarinetes, 2 fagotes y 2 trompas; una obra
(una especie de clarinete de registro algo más grave, excelente de cinco movimientos escrita en 1 78 I .
afinado en fa -ver pág. 156) nos conduce de nuevo Mozort escribió a su podre contándole cómo una
a Antón Stadler, puesto que Stadler era también un noche seis músicos literalmente le dieron una serenata
conocido virtuoso del corno di basselto e incluso desde el palio de su casa, tocando esta obra: "se
compuso I 8 deliciosas piezas para Irío de corni di interpretó una serenata con 2 clarinetes, 2 trompos y
bassetto basadas en viejos conciones populares, 2 fagotes, los cuales tocaban una Nachtmusique que
melodías de Mozart y en temos propios. Pora infor- yo mismo había compuesto..." Este Sexteto y el Octe-
mación experta sobre el corno di bassetto, realmente to en do menor KV 388 son obras ejemplares para
sobre todo el viento en general, Mozarl no se podrió grupo de viento o Harmonie y establecen el nivel por
haber encontrado en un sitio mejor que en Vieno el cual todos las composiciones poro instrumentos de
durante los años 1780. De hecho, la creación por e viento se juzgarian a partir de entonces. El grupo de
emperador José II en 1782 de lo K.K. Harmonie, una viento de finóles del siglo XVIII y principios del AIX (2
banda real de música con instrumentos de viento (en oboes, 2 clarinetes, 2"fagotes y 2 trompas) represen-
lo que Antón y Johann Stadler tocaban el clarinete) taba una tema importante de entreten i miento y se le
garantizaba un empleo duradero para los mejores podría comparar, quizás, con los diferentes medios
instrumentistas y sin lugar a dudas fueron algunos de electrónicos de que disponemos hoy en día, como
estos los que hicieron escribir a leopold Mozart mien- por ejemplo lo radio o el reproductor de CD. Muy a
tras visitaba Viena, que tuvo "el placer de oír todos menudo era simplemente uno mañero de llevar las
los cambios de los instrumentos con tanta claridad óperas muy conocidas y sinfonías a lugares aparta-
que lágrimas de alegría acudieron a mis ojos" ( l ó dos donde resultaba poco práctico o demasiado
de febrero de 1785). El corno di bossello fue inventa- caro ¡untar uno orquesta o coro Como consecuencia
do por los hermanos Mayerhofer en Passau, ciudad de esto, existía un gran mercado de arreglos para
que se encuentra ascendiendo por el Danubio desde grupos de instrumentos de viento; esta circunstancia
Viena, en los años 1770. El instrumento fue desarro- fe indujo o Mozarl a escribir o su padre poco des-
llado hasta alcanzar la cimo de lo perfección en pués del éxito obtenido en el eslreno de Ote Entfüh-
Viena durante los años 1780 por Theodor Lotz y Ray- rung aus dem Serail (El rapto en el serrollo), que tenía
mund Griesbacher. Lotz, que también era instrumentis- que darse prisa en escribir una versión de la ópera

158
para banda (Harmonie] ¡antes de que alguien lo constructores de instrumentos hoy en día, son bastan-
hiciera y se embolsara as ganancias! Uno de los te diferentes de las del siglo XVIII. En la actualidad,
descubrimientos recientes más excitantes en el campo los características ideales ae un instrumento de viento
de lo investigación mozarliana es el realizado por el son de dos tipos: el sonido debe ser uniforme y
musicólogo holandés Bastiaan Blombert que ha homogéneo, y los instrumentos tienen que poder pro-
desenterrado una copia de lo que muy probablemen- ducir un sonido muy fuerle y muy piano. La fuerza
te es el mismísimo arreglo de Mozart de la ópera a motivadora que se halla detrás de este ideal, reside
la que se aludió en esta carta. Se trata de una trans- indudablemente en la preeminencia creciente del
cripción muy buena, muy superior a aquellas de sus piano, puesto que éste fue el elemento dominante de
contemporáneos y muestra el toque especial para la vida musical en el siglo XIX, que es cuando se
poder ser considerada auténticamente de Mozart. completaron los diseños de los instrumentos de viento
No sin cierto pesar dejamos a un lado estas que tenemos ahora. Sin duda se puede argumentar
obras de Mozart menos conocidas paro clarinete y que el piano es el instrumento más homogéneo y uni-
corno di bassetto, puesto que hemos omitido la refe- forme de lodos. Por otro lado, va a quedar claro que
rencia a algunas de ellas. Sin embargo, es importan- lo que se prefería en el siglo XVIII era todo lo contra-
re discutir un aspecto de la música de Mozart para e rio: una escola desigual y una variedad en la cuali-
clarinete que resulta capital para poder apreciar ver- dad del sonido. Esto resulta especialmente importan-
daderamente la música del siglo XVIII. Como yo se te, pues cada tonalidad tiene una cualidad diferente.
ha indicado antes, el rico legado mozartiano de En los instrumentos de viento actuales toda tonalidad
música para el clarinete tuvo mucho que ver con la suena en esencia igual que cualquier otra, como
influencia de Antón Stadler, ya que su amistad dio pasa en el piano. Este no era el caso en los instru-
lugar a un fomento creativo de resultados espectacu- mentos de viento del siglo XVIII, y el compositor de
lares. Aun siendo muy interesante esta amistad, existe talento, como por ejemplo Mozart, sabía cómo apro-
otra relación más sutil que no carece de significan- vecharse de ello
cia. Se trata de un tercer contribuidor, esencial para
la vida musical tanto del instrumentista de viento Curiosamente en medio de las diferencias que
como del compositor: el constructor de instrumentos. estamos aquí de imitando surge una extraña contra-
Sin dudo alguna, la relación entre compositor, instru- dicción. Mientras buscaban la uniformidad, los instru-
mentista y constructor de instrumentos fue durante el mentos de viento modernos hon perdido uno parte de
siglo XVIII más intima e incluso simbiótica, alcanzan- su individualidad en algún punto del camino. Como
do un nivel desconocido antes de ese siglo y que no sabe cualquier miembro del público de hoy en día,
se volvería a dar otra vez después de Beethoven. resulta fácil al escuchar una orquesta sinfónica, con-
Coda uno de los tres grupos sabia muchísimo sobre fundir una flauta con un oboe, o un fagot con una
el arte de cada uno de los otros, y constantemente trompa. Esto serio imposible en el coso ae los instru-
ejercían su influencia unos sobre los otros. A menudo, mentos de viento del siglo XVIII. Por ejemplo, siempre
un individuo sobresalía en más de un campo: por permanece algo esencialmente oboislico en el oboe
eemplo Mozart compositor y virtuoso del fortepiano. del siglo XVIII que lo distingue de la flauta. Pero luego
E profesor de flauta de Federico el Grande, Johann vienela contradicción: aun cuando exisla esto indivi-
Joachim Quantz (1697-1773|, era conocido por des- dualidad de timbre en un grado tan alto, estos instru-
tacar en los tres campos; como flautista, compositor y mentos empastan de alguna forma mucho mejor entre
constructor de flautas. Antón Stadler traba|ó ¡unto con sí cuando los toca un hábil instrumentista que interpre-
Theodor Lotz construyendo y mejorando la calidad de ta música escrita por un compositor dieciochesco de
lalenlo, que sus copias modernas. Se impone la
necesidad de hacer amplias concesiones al interpre-
los clarinetes y comí di bassetto, lleqando incluso, en tar una serenata mozartiana paro viento con instru-
i i i

un determinado momento, a combinar as característi- mentos modernos para conseguir un empaste de soni-
cas de ambos instrumentos, dando origen un nuevo do, que sea agradable al oído, y un equilibrio diná-
instrumento, el clarinete bassetto, para el cual Mozart mico, que permita a los músicos tocar de una forma
compuso varias obras, entre ellas el Concierto para que sea la adecuada a sus instrumentos. Por supuesto
clarinete y el Quinteto de clarinete. Sin esta especia que es posible, pero desde luego no resulta fácil o
relación, la escrituro para instrumentos de viento de natural como debiera. Todos estos problemas no se
finales del sido XVIII no hubiera podido alcanzar presentan en el caso de instrumentistas de viento sufi-
jamás el ni ver que consiguió, y a causa de la cada cientemente diestros que tocan con instrumentos de
vez mayor especia I izacion en el presente siglo y en viento del sigla XVIII. Poco o poco nos va pareciendo
el pasado, es muy poco probable que se vuelva a evidente que las prioridades de los constructores de
afcanzor. Es debido o esta simbiosis el que en un instrumentos en el siglo XVIII eran bastante diferentes
lapso de tiempo relativamente breve, el clarinete se de las de los constructores actuales. Fijémonos, por
convirtiera en un miembro de pleno derecho de la ejemplo, en un importante factor a la hora de distin-
orquesto Juntos Mozart, Stadler y Lotz crearan la guir el clarinete dieciochesco de! ciármele moderno:
base sobre la cuol el clarinete logró una preeminen- el número de llaves. A lo largo del siglo XIX se le fue-
cia de la que no había disfrutado antes, y desde ron añadiendo más y más llaves para aumentar la
entonces siempre ha formado parte de la orquesta uniformidad de la escala y crear la posibilidad de
sinfónico. locar en tonalidades lejanas. A mediados del siglo
XIX el clarinete disponía de casi 20 llaves, mientras
La conclusión que inevitablemente sigue a este que un típico clarinete de la época mozartiana tenia
tipo de análisis es que para acércanos a la cualidad un total de 5. Extrañamente, parece ser que según la
única y al sensible equilibrio de la música para instru- norma del siglo XVIII, el clarinete moderno representa
mentos de viento del siglo XVIII y de Mozart en parti- uno pérdida de calidad, pues lo irregularidad de la
cular, uno tiene que interpretarla con los instrumentos escala (el resultado de que el instrumento dispusiera
de viento que los compositores conocían. En términos
prácticos, las metas tanto de instrumentistas como de

159
Grabado de F. B'osius de un dannete de
cinco «aves. París, 1800. FOTO: SZPAKOVSKI.

Grabado de X. Le Febre de dannete con instrumentista. París, 1802.


FOTO- SZPAKOVSKl.

160
preferiblemente de menos llaves que de más] ero graves, de tal manera que el rn¡ ya no es la ñola más
deseable. Cuando F.D. Casiilon escribió en 1776 grave, sino más bien el do una tercera por debajo de éste.
para la Encyclopédie de Diderot y D'Alembert, se También utiliza el do sostenido y el re sostenido situados
entre medias con gran facilidad.
quejaba de un clarinetista en Berlín cuyo instrumento
tenía ó llaves en vez de las 4 usuales: 'Ya ha habido
tantos problemas con 4 llaves, ¿qué es lo que pasará Más adelante, en 1796, el editor vienes Johann
con ó?" Algunos años más tarde el nuevo chíinetle Ferdinand von Schónfeld escribió que los hermanos
omnltonique de Ivan Muller con 1 3 llaves Fue recha- Stadler eran no sólo excelentes clarinetistas, sino que
zado por una comisión del Conservatorio de París. también eran muy buenos "con el clarinete basselto\
Prefirieron continuar con el clarinete de ó llaves y se Y para los que hoy en día estamos buscando la
quejaron de lo perdido de carácter y de la falta de manera de reconstruir un instrumento como el que
diferencias cualitativas entre los distintas tonalidades. tenía Antón Stadler, cabe mencionor que en 1801
¡Una sólo se puede imaginar, cuál habría sido la apareció en el Journal des Luxus uñó der Moden (Dia-
reacción anle el clarinete de hoy en día! (ver páqs. rio del Luja y de las Modas| una descripción física
156 y 1 6 0 . del clarinete bassetto de Stadler:
Desde e punió de vista de Mozart y el clarinete,
a forma extrema de la relación única entre composi- El Sr. Stadler, un gran artista que toca varios instrumen-
tor, instrumentista y constructor de instrumentos durante tos de viento... locó en un clarinete con modificaciones de
su propia invención. Estos modificaciones consisten en que
el siglo XVIII se presenta con Mozart, Sladler y Lotz, y el clarinete no continúa en lineo recia hasta el extremo
el Concierto para clarinete en la mayor KV o22. Por abierto como es normal. Aproximadamente en el último
desgracia, quizó debido al habitual descuido de cuarto del instrumento se sujeta un tubo cruzado; desde ese
Stadier, se han perdido el autógrafo del Concierto y punto sale la prominente campana doblada hacia fuera.
el instrumento especial con el que lo tocó (y para el Las ventajas de esta modificación consisten en que el instru-
cual había sido escrito precisamente] Sin embargo, mento gana más sonidos en el registro grave y en la seme-
el continuo trabajo de investigación de las últimas janza que estos sonidos tienen con el sonido de la trompa.
décadas ha sacado a la luz información y pruebas
que han conducido a la reconstrucción de la obra y Es lamentable que no se sepa de ningún clarinete
a la conclusión sorprendente de que Stadler poseía bassetto del siglo XVIII que exista actualmente. Aun-
un clarinete único, hecho por Lolz, con el que se que se han conservado 8 corni di bassetto y un clari-
podían tocar 4 semitonos mas graves que con un cla- nete en si bemol con 5 llaves de Theodor Lotz, no ha
rinete normal. Stadler lo llamaba en anuncios de con- llegado hasta nosotros ningún clarinete bassetio con
ciertos «el recientemente inventado clarinete bajo*, su nombre o con el de cualquier otro constructor de
(en aquella época todavía no se había inventado el instrumentos de viento del siglo XVIII. Quizá sólo exis-
clarinete bajo moderno que conocemos en la octuoli- tió aquél que Stadler tenía.
dad| r y ahora nos referimos a él como clarinete has-
seno puesta que es idéntico al clarinete en la normal, En 1800, el editor Johann Antón André de Offen-
con la excepción de que al igual que el corno di bas- bach preguntó a Constanze Mozart por las obras de
setto (un instrumento del todo diferente en fa], tiene 4 su difunto marido pora clarinete y corno di basserto.
semitonos más en el registro grave. Mozart, con su En su contestación vemos que incluso después de la
gran sensibilidad para ías posibilidades de un instru- muerte de Mozart, Antón Stadler parece haber man-
mento, utiliza repetidamente a lo largo del Concierto tenido una influencia sobre sus asuntos:
estas notas muy graves que no existen en un clarinete
normal, por lo que cuando se escucha la obra toca- Para información sobre obras de este tipo debería diri-
do con un clarinete normal el hecho se convierte en girse al mayor de los Sladle', el clarinetista, que poseía los
una experiencia bastante ¡nsatisfactoria. manuscritos originales de varias de ellas, y que tiene copias
de algunos tríos para corni di basseito que todavía son des-
conocidos. Stadler declara que durante su estancia en Ale-
Como dato curioso, cabe señalar uno serie de mania le robaron su maleta en la que se encontraban estas
referencias al clarinete bassetto a finales del siglo piezas. Otros, sin embargo, me aseguran que la menciona-
XVIII. En 1790, una información publicado en la da maleta fue empeñada allí por 73 ducados; pero creo
revista Musikalisher Korrespondenz de Berlín, afirma- que contenía también instrumentos y airas cosas.
ba que Antón Stadler:
Eñe Hoepñch
ha perfeccionado su instrumento y añadido notas en los Traducción: Luis Gabriel Juretschke

JÓ,
f

Mozart ya lo utilizó, también Amadeus.


"Una singular manera de afinar en Alta
Fidelidad High End o Estado del Arte"
Algunos, sólo algunos, que podrían aspirar a
lo sublime, se conforman con la mediocridad.
¿Y Ud.?

Bruc. 33. Pis Principal


Tel.: (93] 301 75 50 Fai i93) 301 71 16
06010 BARCELONA
Sl>. 394.

ino con noo'cios de/ diorio de wqes de Leopold Mazan.

V. FAMA Y POSTERIDAD
/Ó3
on hombres honestos lo que, en honor
ESTE USUARIO
S
de su soberano y patrio anuncian a
mundo el milagro que Dios hizo nacer

DE TALENTOS en Saizburgo. AA¡ manera de acluor se


la debo o Dios omnipotente, de no ser
asi yo sería lo criatura rnás ingrata.*
NOS ENSENA Hechizado por el lalenio indescriptible de su hijo
Wolfgang, Leopold Mozart decidió transmitir a los

EL EVANGELIO: otros su enlusiosmo por este milagro e irse de viaje


con sus hijos para presentarlas al mundo. Prosiguien-
do asi, seguía la tradición de los músicos viajantes.
MOZART EN LOS Año tras año encontramos a los Mozart en los cami-
nos de Europa, de Pressburgo o París, de Ñapóles o
Londres. Desde 1762 hosto 1775 padre e hi|o esta-
PAÍSES BAJOSban de camino y ausentes de Saizburgo durante casi
siete años. No obstante, los hijos no interpretaban su
músico en ferias o plazas del pueblo sino para la
familia imperial de Viena, para los reyes de Francia e
Inglaterra y en los palacios de la nobleza eclesiástica
y secular en toda Europa. Estando de gira los Mozarl
«sólo lenion trato con la nobleza u oirás personas dis-
linguidas», como lo escribió Leopold. Y en otra parle
dice: «Lo nobleza me interesa mucho.... y siempre
quedan cosas por hacer para que la nobleza se
ponga de mi lado>. En los cortes europeas, Leopold
creia hollar la audiencia cuya percepción añadiría
alguna importancia a su misión. Con esta convicción
la familia Mozart había iniciado una gran gira el 9
de junio de 1763 en Saizburgo, con el fin de llegar
a París a la corte de Luis XV. Del enorme éxito pari-
siense resultó el paso o Inglaterra a la corte del rey
Jorge III en Londres.

«Como los holandeses son un poco groseros»

O ¡ ínicialmente Inglaterra no habió figurado en los


planes de viaje de Leopold, Holanda era un destino
aún menos pensado. Al principio Mozart padre que-
ría ir de Inglaterra directamente a París. Después vol-
verían a casa, pasando por Milán, ciudad de cuya
significación como centro de música instrumental ¡ta-
iana se habia dado cuento Leopoíd en Londres y
Venecia. Leopold puso de lado la invitación apre-
miante del legado holandés -Jan Walraad, conde
Walderen- domiciliado en Londres; para visitar a la
familia del estatúder Orange en La Haya A su amigo
y propietario salíburgués, Lorenz Hogenauer, Leo-
pold le comunicó que lo proposición «le habia entra-
do por un oído y salido por el otro », además decía
que los holandeses eran «un poco groseros*. Preferia
aceptar la invitación del neo mecenas Sir Horoce
Monn para acompañarles a él, a su esposa y a sus
hijos durante una semana en su finca cerca de Can-
lerbury. Pero el legodo holandés persistía y les
mandó un mensaie a los Mozart repitiendo con más
énfasis aún la invitación y rogándole a Mozart padre
que 'cueste lo que cueste fuese a Lo Haya, porque la
princesa (Carolina! de Weilburg, hermana del prínci-
pe [Guillermo V) de Orange, deseaba ansiosamente
ver o ese niño de quien ya había oído y leído
tanto. .*. A Leopold la proposición le gusió tanto que
cedió ante la invitación de la princesa Carolina. A
Hagenauer le escribió: 'Usted seguramente sabe que
uno no puede negarle nada a una mu er embaraza-
da». El primero de agosto de 1 765 a as diez de la
moñona la familia embarcó en Dover para llegar tres
horas y media después al continente. En la fortaleza

164
de Coláis se abrían otro vez las puertas de los pala- La Haya: "Wolferl va bien, y ¡todo el mundo
cios de los aristócratas. Al poco tiempo se continuó e queda alucinado!"
viaje en un coche particular hacia el combativo pue-
blo de Duinkerken, donde el hotel o Sto. Catarina les Cn La Haya del momento de lo visito de los Mozart
dio alojamiento. A pesar de la poco duración de lo había un vivo interés por la música, fuertemente esti-
estancia visitaron o algunos organistas y algún órga- mulado por la familia Orange. Aporte de una com-
no fue tocado por Wolrgang. pañía fija, el Theotre Francais, componías italianas,
Flamencas y alemanas acluaron frecuen¡emente en el
teatro de la calle de Casuaris. Los conciertos públicos
«Un viaje como este no tiene ninguna gracia» tenían lugar más aue nada en el teatro municipal y
en el teatro Oude Doelerr de la plaza Toemoaiveid1.
( N a d o más llegar o Lille el 5 de agosto se intensificó Allí los músicos virtuosos de otros países, o los cuales
la angina de Wolfgang, enfermedad que ya le había pertenecía Wolfgang Mozart desde entonces, expo-
quebrantado en Inglaterra Ello cousó una demora de nían su arte.
cuatro semanas. Leopold también se puso enfermo. El La musicalidad del príncipe Guillermo V de Oran-
mismo, medio enfermo, medio recuperado, quería ge (1748-1806] de 17 años, quien estaba bajo tute-
abandonar la fortaleza lo más rápido posible para la del conde Ludwig von Braunschweig, sólo consta
llegar cuanto antes a la residencio de La Haya. Los por algunos apuntos musicales en un cuaderno de
Mozart no cruzaron la entonces frontera holandesa ejercicios en francés y latín. No obstante, según infor-
hasta el 4 de septiembre y bajaron en el hotel San ma Schubart, la hermana Carolina, princesa de Ñas-
Sebastián de «lo Plazo de Gala*, en Gante, «ciudad sau-Weilburg (1743-1787), ero conocida por su
grande sin alegrías». A pesar de que Leopoid todavía musicalidad. Cantaba excelentemente y en cuanto al
estaba enfermo gozaron el panorama urbano desde instrumento de tecla hasta logró
la torre y escucharon ei carrillón. Se visitaran iglesias g una perfecto
p ejecu-
j

ción d
de l i d i f í l d S h b B
los conciertos difíciles de Schobert, Bach h y
y Wolfgang tocó el órgano de los podres bernardi-
nas (cistercienses). Dos dios después llegaron a Vogler. Dittersdorf dijo que ella tocaba mejor de lo
Amberes. Allí Leopold tomó contacto con el organista que se podio esperar de una dama de su clase. Era
de la catedral Píeler Joseph von den Bosch [1736- ella la que se nabía empeñado en invitar o los
1803), muy conocido como compositor de música Mozart a Lo Hoya.
para instrumento de tecla, al cual Charles Burney
había calificado de progresista en el sentido positivo
de la palabra. También en Amberes, Wolfgang tocó El conjunto musical de la corte
el órgano catedralicio. Admiraron las bolsas comer-
ciales, las academias de pintura, "la linda sala de Cl con unto cortesano, formado por 10 a 10 músi-
conciertos* y el teatro. «Todas las iglesias están reple- cos, de estatuderato de La Haya parece haber sido
tas de cuadros y no se ve más que mármol blanco y excelente. Esiaba bajo la dirección de Christian Ernst
negro». A Leopold le impresionaron sobre todo las Graf (1723-1802) natural de Rudolfstadt en Thürin-
obras de Rubens, su Santo Trinidad, Cristo en el rego- gen, donde había sido compositor de la corte desde
zo del padre celestial en la iglesia carmelita y en la 1 759 y maestro del conjunto cortesano desde 1 762.
iglesia mariana: 'la indescriptible obra del Descendi- Según un contemporáneo suyo, sus numerosas obras
miento de Cristo de la Cruz, y la obro del altar con instrumentóles -también escribió un oratorio Tod Jesw
un retrato del pintor mismo y de su familia» eran muy sonoras pero carecían de emoción. Directa-
mente subordinado a Graf, trabajaba el italiano Gio-
vanni Battista Zingoni, cuyas sinfonías de 1766 le
encantaban ajohann Adom Hilier quien las comparó
«Me encanta su pulcritud» sin vaciloción con los dejohann Christian Bach. Sien-
do el maestro de la princesa Carolina, el italiano
í h fl p l ,d l
Cn vista de las posibilidades de transporte en Holan- tenía mucha influencia en los programas de los con-
da la familia dejóó e coche particular en Amberes y ciertos de la corte. Por iniciativa suya se interpretó
salló en diligencia el 9 de septiembre a las ó y por primera vez en I 766 el Stabal Moler de Pergole-
media de la mañana Atravesar el Canal de Holanda SI.
fue para los niños una repelición excitante del próspe-
ro viaje por el Canal. El 10 de septiembre a los 8 de
la noche llegaron a Rotterdam. La mañana siguiente Aves migradoras
la dedican a pasear por la ciudad Después del pri-
mer encuentro Leopold admitió o su amigo Hage- Los instrumentistas tenían casi todos lo misma nacio-
nauer: "Ahora hay que confesarle que me habría nalidad que el maestra, o sea la alemana. El más
arrepentido si no hubiera visto Holanda. Los ciudades famoso de ellos era sin duda el trompista Spandou
son muy distintas de otras ciudades europeas Nece- quien llegaría o actuar en Londres en 1773. Schu-
sitaría demasiado tiempo poro describirlas, sólo diré bart alobo o Spandau por ser eí primer trompista de
que me encanta la pulcritud (la cual a muchos de su época y por las obras musicales de mérito que
nosotros nos parece exagerado] y tengo que añadir había compuesto para el instrumento. Burney, o su
que me ho gustado mucho ver la estatua de Erosmus vez halogó o Spandou "por la ternura de tono, su
de Rotterdam". En una barco de sirga corrieron eso elegante interpretación y por su habilidad de locar el
larde a toda priso para La Haya donde llegaron instrumento más ogudo de manera que suene como
sanos y salvos a las 7 de la tarde y se establecieron la más tierna voz humana." Las parles para la trompa
en lo posado ¿a Ville de Pans en ía esquina de Flu- I • -—. t • . . . ' ' L * r1 •T

welen Burgwal con Korte Houtstraal1 "Una posada de la obra Galimathias Mvsicum escrita por Wolf-
malisima", según Leopold. gang en la Hoya, son probablemente el resultado
3el encuentro con Spandau. Uno de los violonchelos-

ÍÓJ
El Ayuntamiento de Amsterdam.

loó
tas meiores de la época era Chrjstoph Schetky además personas importantes de lo vida social de La
1 740-1 824) natural de Darmstadl, el cual en primer Haya. Parece que los contoctos de los Mozart con el
ugar habió dado conciertos en Hamburgo, después regente inglés Sirjoseph York (1724-1792), hombre
en La Haya, Londres y Edimburgo. de mucha influencio, diplomático acogedor y amante
Los intérpretes de tecla de la corte de La Hoya de las Bellas Arles, eran los más íntimos.
eran Jean Boutmy (1725 - después de 1782] quien
editó un libro sobre basso coniinuo en 17Ó0 y en
1765 Ó Diveítissements para instrumento de tecla y «Está en tal condición que se ha vuelto totalmente
violin; y luego su colega Louis Gautier, en 1753 pro- irreconocible»
fesor de música de la Universidad de Leyde. Un her-
mano de éste, también asociado a la Universidad de
Leyde, tenia mucha influencia como profesor de baile
D e repente aparecen en el diario de viajes de Leo-
del principe y de ios pajes. En 1759 editó una colec- pold los nombres de tres médicos a os cuales
ción de contradanzas, Anglaises y Francaises, expli- Mozart padre sólo consultó después de quince días
cando las diferentes figuras y posos de baile. Del para la enferma de muerte. Leopold estaba deses-
resto de los músicos del conjunto coriesano hay que perado y los médicos temían por la vida de Nan-
mencionar al contrabajista Grundlach (fallecido des- nerl. "La veía más flaca cada día; estaba en los
pués de 1772| o los músicos P. Keller y Johann Frie- puros huesos. El médico había abandonado toda
drich Weiss (fallecido después de 1782) y sus hijos esperanza. Mi pobre hija más o menos se daba
johann y Ciriacus. Aparte de estos músicos ios cuenta del peligro y senlia su propia debilidad. Yo
Mozart toparon con músicos viajeros u otros que aca- la preparé espiritual mente a que se resignara a la
baban de establecerse en La Hoyo. Antes que nada voluntad de Dios." Y, además de la Santa Comu-
mencionamos ol italiano Francesco Pasquale Rice» nión recibió la Extremaunción del sacerdote porque
(1733-1 800), el maestro del conjunto de la catedral él lo creía oportuno. El médico que gozaba de la
de Como, compositor y conocido teórico de música mayor confianza de Leopold era el profesor Thomas
al cual Leopold calificó de "medio compositor" y Schwencke (1693-1767) médico célebre, profesor
"chapucero'; y sobre todo al oboísta maestro Johann emérito de anatomía de a Universidad de Leyde y
Chistian Fischer de Dresde (1733-1800), quien esta- médico de cámara de la familia de Orange. Su
ba haciendo una gira de conciertos. Este se estable- asistencia fue solicitada por lo princesa Carolina.
cería en Inglaterra en 1768 donde se casaría con Nannerl padeció de una forma grave de fiebre tifoi-
Mary, hija del famoso pintor inglés Thomas Gainsbo- dea y delirante, desvariaba en tres idiomas diferen-
rough. El encuentro con Fischer dejó rostro en las tes. Ello cambió ligeramente la actitud de Wolfgang
Variationen über ein Menuett von Fischer, KV \79 de quien estaba muy triste por su hermana. Después de
1774, uno de las obras de concierto más queridas un período de esperar ansiosamente, Nannerl se
de Wolfgang en el tiempo por venir. restableció, pero el 15 de noviembre Wolfgang fue
afectado por los mismos síntomas y no se recuperó
hasta mediados de enero, Iras de un período peli-
groso de guardar cama. No está completamente
claro qué o quién efectuó la cura de ombos niños.
«El hombre no puede nada contra el destino» ¿Fue acaso gracias a la habilidad de Thomas Sch-
wencke? o, ¿a los misas diversas que Leopold
W o l f g a n g y Nannerl no habrán recogido muchas había hecho decir en Salzburgo? o, ¿ol elixir del
impresiones de ¡as funciones de abono públicas en el famoso curandero Aly, al cual Leopold se había diri-
teatro Oude Doelen de la plaza de Toemooiveld*, ni gido en su desesperación?
de la Comedia Francesa, ni de la Opera, puesto que
ambos niños contrajeron una enfermedad grave.
Nannerl enfermó a los 2 días en La Haya. Como
consecuencia Wolfgang tenía que tocar solo en los 3 El editor Burchard Hummel
actos en la corle, planeados para la semana del 12
a 1 8 de septiembre. Dos veces tocó en elpalacio de k-uando el peligro mortal había cedido, Leopold vol-
a calle Koíte Vooíhoul ante la princesa Coralina, la vió a mencionar en su diario de viajes encuentros
cual dentro de poco darlo a luz a una hija (Guillermo importantes con, entre otros, Willem, conde de Ben-
Luisa, nocido el 28 de septiembre); y una vez ante el linck y señor de Rhoon [ 1704-1774), una de las per-
principe Guillermo V, el cual mandó a buscar a Wolf- sonas más influyentes de la corte de La Haya. A éste
gang en el coche de gala. Es probable que este con- Quirinu5 van Blanckenburg le había dedicado sus
cierto tuviera lugar en el salón de músico del cuarte ediciones de instrumento de tecla y órgano del
del estatúder en el Binnenhof. Pora el 30 de septiem- comerciante reformado. Además de olroslilormóni-
bre se había anunciado un concierto de los 2 niños eos se menciona el comerciante de música y editor
en el Oude Doelen. mencionando los éxitos obteni- Burchard Hummel (1731-1797) cuyas ediciones
dos en las cortes de Viena, Versalles, Londres y La lodavía se consideran las más bellas de esa época.
Haya: "Cualquier pieza que le presenten, la tocará Hummel, natural de Wallershausen en Baja Franco-
allí mismo." Sin embargo, la salud de Nannerl había nia, se había establecido en La Haya en 1748 y
ido empeorando tanto que se temía por su vida. Leo- desde 1 771 era encargado de negocios de lo famo-
pold se vio obligado o cancelar ei concierto. De sa editorial de música de Amsterdam de su hermano
nuevo las noticias en el diario de Leopold nos dan Julius Hummel Hummel editó 2 serie de variaciones
una impresión de los sucesos. Primero menciona a las para instrumento de teclo KV 24 y 25] y las Se/5
personas que asistieron a las actuaciones de Wolf- Sonatas, pora instrumento de tecla y violin ¡KV 26-
gang en la corte de La Haya. Miembros de la familia 3 ¡I, de Mozart durante su estancia en Holanda.
de Orange estaban presentes pero también diplomá- johann Conrad Spangenberg también operaba en ia
ticos de varías cortes europeas, algunos militares y Haya, aunque con menos pasión que Hummel, éste

167
B órgano de Chnstian Mülter en la catedral San Bavo de Haariem, 1762,

Air
¿4Twnú bit'
SixSONATKS VAN Ñ A S SAXJ

Varié pourle CLAVECÍN


CLAVECÍN
J. G.W/NÍOZART

J. i J. woi.rciANit M O Z A S T

Portada de Seis Sonatas para instrumento de tecla y Principio defasSiete Variaciones sobre Guillermo de
vi o Un, O p. IV. Lo Haya, B. Hummeí. Nassau.
más que nada se ocupaba de las ediciones de su ciertos de abono, Hendrik de Hey; además Jan
colega editor de Amsterdam A. Olofsen. Mientras los Rehms quien organizaba conciertos de invierno y un
niños se hobian recuperado tanto que podía anun- tal Schulz, de la mano de quien aparecieron cuarle-
ciarse un concierto publico para el 22 de enero. En tos para instrumento de tecla en 1/80. Por último se
el anuncio redactado por Leopald, se ponía que la menciona a Adam Kreusser ( 1 7 3 2 1 7 9 1 ) , quien
edad de Wolfgang era de 8 años y I 1 meses. En aparte de ser excelente violinista y maestro de con-
realidad, Mozart iba a cumplir entonces los 10 años. cierto, tocaba la trompa. Al hermano suyo, George
Pero como apenas había crecido poi los viajes ago- Anión Kreusser ('743-1810], violinista, viola y con-
tadores, según atestigua también el barón parisiense trabajo, le conocieron los Mozort no sólo en Amster-
M. Grímm, amigo de los Mazarí, Leopold podía per- dam sino también en Bolonia durante un posterior
mitirse el lujo de esle truco de empresario. Algunos viaje.
días después del concierto, la familia partió paro Esle nos dejó un oratorio y una gran cantidad de
Amsterdam. obras instrumentales. El negociante Fronz Kuhiman,
quien envió una caja con las composiciones más nje-
vas de Wolfgang provistas de dedicatorias a Salzbur-
Amsterdam go le regaló a Mozort hijo Sei Sonóte peí ¡I cimbalo
solo de Georg Bendo. De cartas posteriores de Wolf-
/ \ u n q u e la burguesa ciudad ¡anseática de Amster- gang se deduce que Georg Benda, el inventor del
dam no podía competir por oquel entonces en e melodrama nunca deió de ser uno de los ejemplos
terreno cultural con la Residencia de La Haya, la afir- musicales de Mazarí. Poco después del concierto en
mación de Burney de que sólo se oía el sonido de Amsterdam, la familia regresó a La Haya donde a los
campanas y ducados es exagerada. Puesto que ya niños les esperaba una tarea especial.
se podían percibir los principios de la posterior y
pujante vida musical de la ciudad.
Amslerdam tenía un teatro de ópera en el Teatro La Fiesta en honor de la instalación del estatúder
de la calle Keizersgrochf, donde tocaba, bajo lo Guillermo V
dirección de Bartholomeus Rulaffs (1730-1801), una
orquesta de 14 músicos. Ruloffs, quien era violinista, t 8 de marzo de 1766 Guillermo V cumplió 18
organista y compositor, trabajó meritoriamente para años y por lo tonto fue instalodo como estatúder. Ello
el desarrollo de una ópera nocional holandesa y pos- condujo a festividades preciosas en las cuales regen-
teriormente para la asociación de conciertos Félix tes, nobleza, servidores de la corte y burguesía, inten-
Mefitis, fundada en 1777. Se conoce que Antonio taban superarse en poesías de ocasión, libros sobre
Vivaldi trabajó como adaptador para el centenario la historia holandesa, retratos del príncipe, medallas,
del teatro de la ópera de Amsterdam en 1738. Ya monedas conmemorativas, soludos de cañón y la ilu-
que los Mozarl llegaron a Amslerdam en los días de minación de la ciudad. La fiesta duró del 7 hasta el
cuaresma, poco les podia ofrecer el Templo de las 1 2 de morzo.
Musas. En las salas de concierto de lo ciudad, los lla- Entre los admiradores del desfile de las 34 carro-
mados Manege', Oude Doelen y algunos locales zas doradas y emperifolladas bajo escolto de laca-
más pequeños, actuaban con frecuencia virtuosos del yos, recaderos y militares con ocosión de los actos
extron|ero, como el violinista Pietro Locatelli ¡1695- de instalación en eí compleaños de Guillermo, tam-
1 764], quien vivía en Amsterdam. Johann Julius Hum- bién se enconlraban los niños Mozart. Ellos también
mel, el entonces ya famosísimo editor de música, contribuyeron a las festividades. Por orden de la
voluntariamente se puso de empresario para los niños corte, Wolfgang compuso sus Seis Sonatas poro ins-
milagro de Solzburgo. Después de un viaje invernal, trumento de tecla y viotín Op. 4 ¡KV 26-3 I), que son
los abrigos de piel desafortunadamente se habían piezas prepanderantemente puestas en la forma
quedado en París, la familia encontró cobijo en el bipartita del divertimento norítaliano. Fueron dedica-
hotel De Ganden Leeuw" de la calle Warmoesstraat. das a lo princesa Carolina. Aparte de esto compuso
El 29 de enero tuvo lugar el concierto en la sala de
concierros el Monege, donde probablemente se estre- 2 series de variaciones para instrumento de teefa: S
nó, bajo lo dirección de Wolfgang en persona, la variaciones para instrumento de tecla sobre una can-
Tercera Sinfonía en si bemol ¡KV 22) que se había ción holandesa de Christian Emst Grofí (KV 24; la
realizado en diciembre en La Hayo. El dirigir ahora canción se llama: ¡Demos gritos de alegría Bátavosl)
se había convertido en un tercer punto de programa- y 7 variaciones sobre la canción de Willem van
ción de las actuaciones de los 2 niños milagro. Segu- Nassau (KV 24, compuestas en febrero de 1766 en
ramente animado por el éxito de este concierto, Leo- Amsterdam|. Ambas obras fueron editadas inmedia-
pold decidió repetirlo el 2ó de lebrero. En esa oca- tamente por Burchard Hummel en La Haya. Especial-
sión los niños locaron conciertos en instrumentos de mente paro lo princesa Carolina, Mozart adaptó el
léela diferentes, y obras para 4 manos (de las cuales aria de soprano, escrita yo en octubre Conserva'/
una fue seguramente la Sonata en do KV ¡Qdj para Fidele (KV 23}. Es probable que el curioso quodlibet
instrumento de tecla a 4 manos, compuesta en el Gaiimathias Musicum, de 17 partes, se hiciera para
verano de 1765 en Londres], y al final Wolfgang la misma ocasión. Galimathias Musicum es una obra
tocó caprichos, fugas y oirás piezas en el órgano. 0 para instrumento de tecla, 2 violínes, viola, contra-
dio anterior, habian tocado los italianos Pelti y Sarti y bajo, 2 oboes, 2 trompas y fagot ¡KV 32), que con-
además el 5 de febrero había actuado un tal señor liene algunas melodías populares con giros alpinis-
Magolli, lo que significó paro los Mozart un nuevo tas y termino con una fuga sobre la mefodía Wilhel-
encuentro con el belcanto. Leopold también hablo de mus (Guillermo). No se sabe si estas piezas de
los nombres de los músicos y organizadores de con- Mozart Formaban parte de la programación fesliva o
ciertos, entre ellos el violinista y organizador de con- si sólo sonaron como música de mesa, pero se supo-
ne lo primero.

169
Haarlem y Utrecht: la despedida Holonda no hob>a figurado en el plan de viaje de
.'os Mozart, pero sin embargo, y sobre todo debido a
U n aconreci miento fue la aparición de la escuela de la perseverancia de Nannerl, lo familia acudió a
violin de Leopold en la versión holandesa editada Holanda para quedarse allí más de 7 meses. Los her-
por Johannes Enschedé (1 708- í 780). Esta edición, manos dieron conciertos en la Haya, Amsterdam y
titulada: Enseñanza profunda en el tratamiento de! Uirechi. En Holanda, Wolfgang compuso ] 2 obras
dd
violin y Itaducida dl aalemán
del leáá por
p e l organista
g Jb
JJacob d las
de l cuales
l 88 fueron
f did
editados i i ó primoro-
en impresión
p p
Wilhefm Lustig de Groringa, i era ell segundo experi- sa por Hummel. Un re-encuentro entre Mozart y Caro-
mento holandés con imprenta de tipos, un procedi- lina, lo musical y hospitalaria princesa, tendría lugor
miento en el cual no se usaban láminas de cobre gra- a finales de enero de 1778, cuando Mozar! viajó en
badas sino moldes hechos por el grabador profesio- compañía de Fridolín y Aloysa Weber, al palacio de
nal Joan Michael Fleischman. Leopold decía del libro Carolina en Kirchheim-Bolcnden en Baviera y se
que era "excepcionalmente bonito y más bonito aue quedó varios días Allí seguramente recordaron su
el mió. El editor me vino con cara respetuosa y me estancia en Los Países Bajos. Por poco los niños
entregó el libro en compañía de! organista [Henrícus Mozart dejaron la vida en tierra holandesa y no
Radeker], quien invitó a nuestro Wolfgang a locar e hubiesen sido más que notas a pie de página de lo
tan famoso gran órgano de Hoarlem". El libro iba descendencia de Leopold, sin importancia alguna en
dedicado a Guillermo V, al cual Johannes Enschedé, la historio de la música. ¿Fue en efecto la princeso
acompañado por el organista Henricus Radeker, el Carolina quien le salvó la vida a Mozart^ A ella le
organista de la catedral Son Bavo de Haarlem, le dedicó sus Seis Sonatas para instrumento de tecla y
entregó un precioso ejemplar encuadernado en tafile- violin ¡KV 26-31) con las palabras siguientes: "Con
te rojo durante la fiesta de instalación del 8 de marzo la expectativa de tener que de|ar Holanda, sólo
de 1766. puedo pensar en este momento con tristeza. Los virtu-
des de Su Ilustre, Su Majestad, Su Bondad que me
- En efecto, a mitad de abril, los Mozart viajaron a devolvió la vida, la suavidad de Su voz, el placer de
la editorial en Haarlem. Allí Wolfgang tocó el famoso l lh d f l
óraano
g Müll de
de Chrístían Müller d 1738,
1 738, en lal iqlesia
gi l i de
d acompañarla,
p , el honor de manifestarle respeto
p con
San Bavo. A la vuelta se dio un tercer concierto en e mis débiles talentos. Gracias a todo esto me he senti-
Manege en Amsterdam. El 17 de abril se trasladaron do como en mi casa en Su corte. Mi corazón sensi-
a Utrecht donde se celebró un concierto el 21 de ble siempre estará unido con esto."
abril en la sala de conciertos Bijlhouwersgildehuis''
localizada en la plaza Vredenburg. Para esto, e Cíemens Romijn
Collegium Musicum Ultro¡ecUnum, una de las asocia- Traducción del holandés por Chontalle Dupont
ciones de conciertos más antiguos de Holanda, puso y Hannelie¡ Ravensloot
a disposición sus músicos e instrumentos. Si el clave
Rucker, comprado en 1 726 por el Collegium, estaba 1. Dos calles en el centro de La Haya (nota de traducto-
intacto todavía, Mozarl probablemente lo tocó. La ro|.
impresión que tuvo Leopold de los músicos de este 2. "Los viejos fines", trocí.
Collegium se desprende de su diario de viajes, en e 3 "Campo de torneo", 'rod
cual riñe a los músicos Kühner, Gorgij y Winter y les Campo de torneos )trad.].
llama "Capitale Esel""". A Finales de abril, lo Familia Patio trad.
Mozart partió de Utrechi paro abandonar los Países Cana Imperial [trad.].
Ba|os vía Rotterdam, Amberes y Bruselas. Pasaron 7. Picadero (trad.).
por Francia para terminar su viaje curioso de casi 3 8. El león de Ora Itrad ).
años y medio en Salzburgo. 9. Casa del gremio de los hocheros |trod.).
10. Asnos sin igual [trad.).

170
Cada cmo¿i . pwo VIOJO..
Por serv¡(Í67| le iu yido.
MUNDlfOLOR terrece mas de cien iaño y por
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EL TDDlWWIWDOIfflfffl»+A€ÍONÁL
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parentemente un binomio feliz en extremo,
MOZART E ITALIA
A
Mozart e Italia: as! podría parecer al me-
nos a primera vista, y el pensamiento reco-
rre veloz las numerosas llamadas que la
Ventura/Desventura sugiere.
proximidad de estos dos nombres sin duda

o distintas vicisitudes Cierto es que los puntos de tangencia no faltan,


aunque individualizar sus posibles ramificaciones y
evaluar conectamenie su alcance real no es, después
de principios del XIX de todo, tan sencillo.
A pesar de los ríos de tinta que se han escrito
sobre este lema, y de las acertadas investigaciones
que han dejado el verdadero valor de esta relación,
será útil recordar en primer lugar, la importancia his-
tórica de los viajes, que podríamos calificar de ins-
twcción, (aunque esta infeliz locución es demasiado
reduccionista, ya que se trató de algo bien diferente)
que el salzburgues llevó o cabo en sus primeros
anos, llenos de experiencias vitales heterogéneas
pero además fundamentóles para su formación.
Durante los largos y agotadores iours -destinados a
descubrir el perfil musical de la península en sus multi-
formes aspectos-, a los que le sometió su padre Leo-
pold, a veces con una despreocupada inconsciencia
pero previsora, la mente genial y receptiva de niño
prodigio asimiló con una asombrosa rapidez una
gran canlidad de experiencias (artísticas y humanas)
que florecerán brillantemente en los años venideros.
Los peregrinaciones italianas de Mozart estuvieron
marcadas, además, como es sabido, por una frenéti-
ca actividad compositiva, al igual que por unos com-
promisos y circunstancias (algunos de mucha impor-
tancia) de naturaleza mundana, o mejor dicho, que
se encuadraban en lo que hoy denominaríamos relo-
ciones públicos.

La compañía frecuente de cantantes, libretistas,


empresarios, instrumentistas, así como de aquella pin-
toresca y compleja fauna humana que, formada por
los más estrafalarios personajes, crecía exuberante en
el paisaje teatral del XVIII, sin duda debió dejar hue-
llas profundas y surcos indelebles en la experiencia
vital de Mozart.
Como es sabido las estancias mazartianas en Ita-
lia fueron tres: tuvieron lugar durante los periodos
comprendidos, respectivamente, entre diciembre de
1769 y marzo def 7 1 , el primero; el segundo entre
agosto y diciembre de ese mismo 1771, y el lercero,
por último, entre el otoño del 71 y la primavera del
año siguiente.
No es este el lugar más adecuada para detenerse
con amplitud en estas importantes etapas de lo expe-
riencia humana y artística de Mozart y, por otra
parle, el objeta de nuestra breve investigación es e
estudio de la acogida que tuvieron las óperas mozar-
lianas y su conocimiento y difusión en Italia durante
las primeras décadas del XIX, sucesivas a su desapa-
ricion. Pero referirse a acontecimientos tan e|anos,
aproximarse de nuevo a la valiosa cosecha de indi-
caciones, datos e informaciones varias que, sabien-
do buscar, los viajes nos ofrecen, tiene sentido y
encuentro plena |ustificación si tenemos en cuenta
que lambién a través de las experiencias maduradas
al entrar en contacto con la cultura italiana, -y en
algunos aspectos podríamos decir principalmente
gracias a las intensas experiencias vividas en esa
época, -Mozart sentó las bases de su fulgurante
parábola creadora, especialmente pero no sólo, en
lo referente al teatro.

172
Y de hecho las ocasiones, a menudo buscadas de densa en encuentros, conciertos, veladas en el teatro,
una íorma casi espasmódico y propiciadas de las banquetes y exhibiciones en las casas de no pocos
más diversas maneras, para realizar contados más o exponentes de la aristocracia. De lodo eslo, y de
menos provechosos con el variado, contradictorio y o mucho más, queda, como es sabido, agudo testimo-
veces canallesco y despiadado universo del teatro nio por medio de un rico carleo que Mozart mantuvo
italiano, ciertamente no faltaron durante aquellos vía- especialmente con su amada madre, que se hobía
jes constelados por éxitos sinceros unidos a, como quedado en su patrio. Unas cartas, que se nos pre-
siempre sucede, dolorosos desilusiones, amarguras, sentan hoy, al mismo tiempo, como una vivaz crónica
proyectos y sueños quebrantados. de acontecimientos y como un insustituible instrumento
Es suficiente recorrer la cronología de esos tres para comprender exactamente las esperanzas, las
viajes durante los cuales Mozart visitó prácticamente aspiraciones y los proyectos del salzburgués, filtrados
las principales ciudades de lo península, marcadas a troves de una formidable capacidad de valoración
entonces por una floreciente actividad musical, para y de una lucidez crítico que emerge principalmente
darse cuenta de cuánta música Mozart tuvo la posibi- en lo que respecta a óperas, compositores y cantan-
lidad de escuchar ya durante la primera estancia, tes, capaz todavía de impresionar fuertemente, a
nada más pasado el Brennero, permoneció en Trento pesor de algunas ingenuas banalidades más que
y en Bolzono; vinieron entonces las primeras ocasio- comprensibles, especialmente si tenemos en cuenta su
nes de asistir en Verona a uno opero italiana, a lo corta edad.
que le siguió el conocimiento del Demetrio de Hasse Por lo tanto, el feafro como experiencia fundamen-
en Mantua y también, del mismo autor, la Clemenza tal y embriagante de los juveniles viajes italianos de
di Tito, representada en Cremona en enero del 70. Mozarl.
En el viaje hacia Bolonia, pasando por Milán, se
registra el encuentro con Piccinni. En Parma, Mozart Qué importancia tuvo el teatro en la ulterior activi-
escuchó a la célebre soprano Lucrezio Agujari y, dad compositiva de Mozart, -verdadero lugar de
poco tiempo después, al renombrado sopranista elección hacia el que él se sentía profundamente atra-
Manzuoli, cuyo habilidad le impresionó enormemen- ído y al que deslinó, con inmutable pasión y verdade-
te. Florencia y Roma se revelaron igualmente ricas en ro alegría, una considerable producción, aunque no
estímulos; luego llegó el turno de Ñapóles, donde la más importante en conjunto, de sus recursos creati-
Mozart se introdujo, obviamente, con ávida curiosi- vos, a veces cosechando éxitos, y la mayor parte de
dad, en el mundo teatral, entablando relaciones con las veces sufriendo amarguras y desilusiones-, no es
los principales protagonistas del momento, sobre necesario subrayarlo. No por casualidad sus todavía
todo compositores, desde Jommellí hasta Paisiello, infantiles exordios compositivos están ligados al varía-
pero también con cantantes y artistas varios. Mozort do universo teatral, y, particularmente, a lo ópera ita-
remontó entonces la península llegando de nuevo a liano, ya que en pleno siglo XVIII, como es sabido,
Roma, desde donde volvió a Bolonia habiendo reci- Italia gozaba en este sentido de una primacía absolu-
bido, entretanto, el libreto de la ópera Mitñdate ¡e di tamente incontestable, y desuñada a quedar incon-
Ponto, que le había sido expresamente encargada, y Irasiada durante largo tiempo. De hecho toda la
comenzó o poner músico a los recitativos. El episodio parábola creativa de Mozart está sembrada de incur-
bolones relacionado con el encuentro con el docto siones operísticas, puesto que los senderos recorridos
Padre Marlini y el consiguiente ingreso de Mozarl por su ardiente fanlasia desembocaron muchas veces
entre los exponentes de la Academia Filarmónica es en amplios y lujosos claros poblados por los persona-
demasiado conocida como para necesitar cualquier jes más diversos, pero unidos en su común pertenen-
ulterior comentario. Del misma modo, no faltan testi- cia a la esfera del escenario.
monios respecto o las felices representaciones milane- De este modo el ilínerorio operístico mozartiono
sos del Mitfidote (diciembre de 1770\. Antes del defi- -moviéndose desde unos horizontes de matriz entera-
nitivo regreso a Salzburgo, muchos acontecimientos mente napolitana- desde lo precoz Finta semplice,
se suceden todavía en los siguientes tres meses, concebida en 1768 en Víena, verdadera central
durante los cuales Mozarl se detuvo, entre otras ciu- extranjera del canto italiano, conduce después, bien
dades, en Turin, Padua, Venecia y Vícenza, para no pronto, a otros éxitos más significativos, pasando a
citar más que los centros de mayor interés. En cuanto través de las formativas experiencias, citadas más
al segundo viaje, no menos intenso, aunque si mucho arribo, del Mitridole con libreto de Cígna-Santi, del
más breve, tuvo como eje central y principal aconteci- Ascanio, con libreto de Pariní y de Lucio Silla. El 74
miento, la preparación, siempre en Milán, del Asca- fue el turno de la ópera buffa ¿o finta giardiniera,
nio in Albo en el otoño del 7 1 . Un memorable suce- para cuya composición Mozorl se valió áe un libreto
so rodeado de uno serie de otros relevantes compro- del conocido Petrosellini, mientras que en el 75, final-
misos musicales y seguido de los intentos pora encon- mente, se le presentó por primera vez al salzburgués
trar una colocación estable precisamente en Milán, a oportunidad de reveslir de sonidos los versos
con resultados infructuosos y decididamente destina- metostasianos del Re pastare, drama en música en
dos al fracaso. De igual modo la puesta en escena dos actos. Con Idomeneo, re di Creía, trabajo reali-
de una nuevo ópera italiana se encuentra en el cen- zado sobre los más que mediocres versos del abad
tro del tercer viaje, esta vez se trataba de Lucio Silla, Varesco, y encargado expresamente por el teatro de
que se estrenó por primera vez el 26 de diciembre corte de Munich, llegamos o la áulica vertiente de lo
del 72 y se mantuvo en cartel durante más de veinte ópera seria. Después de lo cuol, -dejando de lodo
noches. También esto último estancia en Italia, -pro- en este rápido y muy sumario excutsus, por rozones
rrogada tres meses más y todavía en buena parte obvias, las muy singulares y decisivas experiencias
dedicada a la inútil búsqueda de un puesto de maes- en el campo del Sinqspiel (que, por otro lado y dicho
tro de capilla o compositor de corle a través de una de poso, a partir del juvenil Basíien und Bostienne lle-
red de relaciones y conocidos-, resultó por otra parte varán directamente a las dos obras maestras de lo
madurez, el Rapio en el Serrallo y la Flauta mágica]-

173
Teatro Son Corío de Ñápales.

174
nos encontramos ya con vértices sublimes consegui- das por estos fenómenos, por ejemplo, en lo que se
dos en lo trilogía Formada por Nozze di Fígaro, Don refiere a lo elección de los temas, etc.]. Y, ciertamen-
Giovanni y Cosi fon lutle, verdadero macrocosmos, te, no es el coso de detenerse a enumerar ejemplos
imposible de definirse con una sola palabra en su macroscópicos en este sentido, muchos veces eleva-
totalidad, dadas sus poliédricas fócelas, a no ser con dos a fenómenos de propias y verdaderas costum-
mortificantes y reductoras esquematizaciones. Ade- bres. Mozart ignorado os! pues, e íncomprendido en
más, gracias a lo muy feliz asociación artística que Italia, lo patria del belcanto, por esos valores espiri-
se creó con uno de los más extraordinarios genios tuales, antes incluso que musicales de los cuoles su
literarios del XVIII, Lorenzo Da Ponte, realmente puede producción teatral aparece profundamente impregna-
decirse que, en ese punto, toda la tradición operisti- da, pero que solamente en tiempos recientes el publi-
ca italiana alcanzó una cumbre suprema, que no se co demostró haber comprendido plenamente, habien-
ha vuelto a superor, al menos en esa vertiente, ya do aprendido, finalmente, a apreciar su elevado
que, coma es sabido, el mundo teatral tomó después mensaje artístico.
otros caminos, diferenciándose en gran medido en e
giro de pocas décadas. Las óperas de Mozart, de este modo, no consi-
guieron entrar en el repertorio, a pesar de algunos
Junto al teatro (y sería necesario mencionar de valientes (y desilusionantes] intentos.
nuevo, aunque sólo sea de posada, la desafortunado Eugenio Gara, en un hermoso ensayo aparecido
Clemenza ai Tito\ siempre en un ámbito de tangen- hace ya algunos oños y dedicado expresamente a
cias con el mundo, por así decirlo, del belcanto ita- Mozart y sus aliados italianos, cita como ejemplo un
liana, habría que citar de nuevo aquella miríada de "tímido intento llevado a cabo por el viejo Teatro S.
arios y afines pora voces y orquesta o complejos ins- Pietro de Trieste" poro poner en escena Cosí lan tulle
trumentales que ocupan igualmente uno sección del ya en 1797, valiéndose de la misma protagonista
nutrido catálogo mozartiano cuantitativamente consi- que había cantado en el estreno de lo ópera. Los
derable, con unos resultados, en el plano cualitativo, valientes empresarios "tuvieron que llevarse un gran
generalmente de buen nivel. Pero este no es el lugar susto -observo con argucia el comentador- si espera-
adecuado pora adentrarse en juicios críticos, compa- ron hasta 1815 antes de incluir las Nozze en el
raciones y puntualizaciones, del mismo modo que no repertorio del Teatro Comunale\ Y, de cualquier
resulta oportuno detenerse más de lo necesario en modo, fueron bastante más valientes que los turine-
subrayar las peculiaridades de lo producción teatral ses, que sólo en 1 879 "se decidieron a poner en
de Mozart, dotada, por otro lado, de una amplísima escena el Don Giovanni", mientras que en Ñapóles
y profundo literatura exegélica y musicológica al res- se "empezó en I 809 con la Clemenza di tito",
pecto. seguida más tarde por una "brillante edición" del
Don Giovanni en el 1 2. A pesar de unos intentos tan
Mucho más sencillamente era necesario recordar, esporádicos, hay que señalar que la verdad era, de
ante todo a nosotros mismos, cuántos y cuáles eran cualquier modo, desilusionante, tanto como para
los puntos de contacto existentes realmente entre Italia autorizar plenamente afirmaciones sólo aparentemen-
y Mozart, al menos hasta que éí vivió (aun con la te desconcertantes, como aquellas con las que Gara
generalidad de referencias citadas más arribo como estigmatizó la situación, escribiendo, sin medias pala-
puntos más importantes, casi como uno pro-memoria bras: "después de haber sido en Viena y en Praga
esquemática para el lector, al que desde luego no fal- los más ardientes reveladores del genio mozartiano,
taran ocasiones de más amplías y personales profun- nosotros los italianos hemos ignorado completamente
dizaciones¡. o Mozart. En los córteles de nuestros teatros más
De manera que dadas estas premisas biográficas, importantes, de hecho, hobía sitio para todos: pora
resulta asombroso comprobar cómo, tras la desapori- Orlandi y para Gazzaniga, para Gnecco y pora
ción del soizburgués en 1791, el camino de su p ro-
II II . ' WJ-- -. I '
Curdo, paro Federici y para Mellara; se montaban
ducción teatral en Italia, a despecho de toda previ- obras tituladas // mercato di Monfregoso y L'imposlura
sión verosimil, no hayo sido ni rápido ni, mucho poco dura o Seleuco o a lo mejor Carolina e Filan-
menos, fácil, incluso a veces accidentado. Y o noso- dro, pero para las Nozze y lo Fiauto no había espa-
tros hoy no nos faltan las herramientas paro compren- cio".
der, al menos en parle, las razones de este
fenómeno, ya que la conciencia histórica de los En cuanto o la Scala, el templo máximo de la
acontecimientos musicales italianos de principios del músico teatral en Italia, también aqui, "como ejemplo
XIX pone en relieve claramente cómo una masiva de cómo andaban las cosas, por Mozort no se
acogida del genio teatral mozartiano fuera del todo molestaron demasiado". A lo largo de todo el XIX, de
improbable, principalmente (pero no sólo) por incom- hecho, empezando por el Cosí fon tulte de 1 807
patibilidad de gustos e idealidades. De hecho, a para concluir con el Don Giovanni de 1 8 8 1 , las
pesar de que se hayan efectuado algunos intentas representaciones mozartianas no fueron más de una
piadosos en un pasado relativamente reciente de docena.
edulcorar uno realidad de alguna manera incómoda
y embarazoso, es necesario admitirlo francamente: la No es fácil establecer cuáles fueron las razones,
Italia de mediados del XIX se puede decir que en líne- especialmente si hablamos de un teatro -por ejemplo
as generales ha tranquilamente ignorado, casi por a Scala- que "siempre se ha distinguido por el afán
completo, la producción teatral de Mozart (y no sólo de mejorar el gusto, por la difusión ae lo cultura musi-
éstaj. Y es que el público italiano de la época estoba cal". No cabe duda de que en la base se encuentra
demasiado ocupado en enfervorizarse por fenóme- el mecanismo del teatro empresarial que tenía que
nos de un vacuo virtuosismo canoro que lo moda cuidar, onte todo, los aspectos del éxito inmediato;
imponía, con relativos benjamines, en cuanto o intér- de manera que "esos intrigantes ingeniosos no po-
pretes, in primis, y después en el plano de los compo- dían hacer proyectos previsores, programas a largo
sitores (incluidas las evidentes consecuencias induci- plazo; había a mano un Rossini, de éxito infalible, y
también un Verdi, ¿para qué iban a arriesgarse? Tam-

175
poco les faltaba rozón -concluye el experto- ya que y mucho menos Mozarl, gravemente amputada, casi
lo gente por Mozart, en esa época, no hacio coló como un cotlage de las páginas más sorprendentes,
delante de la taquillo". Y además es necesario men- y esto produjo, comprensiblemente, una sensación
cionar las innegables (pero en verdad no insupera- más bien negativa en aquellos que conocían la
bles] dificultades de ejecución relacionadas con un ópera completa.
material humano -los cantantes de primeros del XIX, De nuevo en la Scalo la apero tuvo un gran éxito
precisamente- que, "una vez llevada a cabo la sepa- en 1871, mientras que las últimas funciones del 81
ración de las arquitecturas vocales dieciochescas", se fueron un verdadero fiasco. Tun'n siguió a Milán paro
encontraba gravemente incómodo al afrontar el reper- la primera representación de Don Giovanni en
torio mozartiano (y en líneas generales, por razones 1815.
más o menos fácilmente comprensibles, no tenía de la ópera se representó mal y sin embargo gustó
hecho interés alguno en afrontarlo con un serio empe- de manera desmedida. Le siguió otra representación
ño). No Faltaron algunos casos aislados, obviamente, en Turín en el 20. bastante mediocre, por lo que sólo
pero en general la realidad era bastante amarga, se representó ocho veces más. En el Carignano, un
también en este aspecto. De cualquier mañero, aun- célebre teatro turinés muy cercano al famoso Regio,
que una cierta cauta difusión de las óperas mozartia- a ópera llegó en 1 828, y de nuevo en el Regio se
nas empezó a tener lugar en Italia hacia 1820, ya presentó Don Giovanni entre 1859 y 1879
que con anterioridad hubo sólo representaciones ais-
ladas aquí y allá, de hecho ninguna ópera se hizo En cuanto a Florencia Don Giovonni se estrenó en
efe coso en la península a lo largo del XIX. 1792, después hobrá que esperar hasta el verana
de 1817. En el Teatro del la Pérgola la ópera fracasó
En cuanto a las preferencias, además, el mayor por unos problemos de representación que la convir-
número de representaciones se centran en el Don tieron según juicios autorizados, en "una bufonada".
Giovanni, seguido a distancia por las otras partituras, Inmediatamente después, y siempre en Florencia, se
mientras que los Singspiele, obviamente, por razones representó en el Teatro Nuovo, ateniéndose más fiel-
de idioma, vacilaron más a la hora de imponerse y mente al dictado textual mozartiano, y obtuvo el éxito
entrar en los repertorios [coso que no se puede decir merecido.
que hoya ocurrido hasta una época muy reciente! El En Florencia se sucedieron a lo largo del XIX,
primero y más lejano intento de poner en esceno el representaciones de diferente calidad, algunas real-
Don Giovonni se remonta a 1792, y tiene lugar en mente flojos y otras más dignas. En cuanto a los
Florencia. Fue importante también la primera repre- periódicos sólo se ocuparon de los aspectos canoros
sentación romana de 1811 de la que quedan noti- y |omás se adentraron en el significado estético de la
cias. Los ensayos, en este caso, fueron bastante ópera. En Bolonia la Ópera fue un clamoroso fracaso,
numerosos, ya que la orquesta no estaba acostumbra- en parte porque se representó con la inserción de
da a la escritura instrumental mozartiana. La ouverlure indignas partes de obras de otros autores, siguiendo
tuvo poco éxito, mientras cjue el dueto entre Donna lo técnica típicamente dieciochesca del pastiche. En
Anna y Oltavio gustó muchísimo, aunque lo conside- Genova gustó poco o nada. De todas las ciudades
raron "un poco duro y tosco para oídos italianos". italianas fue Venecia la que menos atención prestó a
Algunos admiraron la gran expresividad de los recita- Mozart a lo largo del XIX. En el teatro S. Benedetto,
tivos, mientras que otros encontraron graciosos los en 1833, se representó por primera vez cosechando
sucesivos duelos Zerlina-Masetto y Zerfino-Don Gio- un éxito que aumentó considerablemente en las suce-
vanni. El final hizo furor, mientras que el cuarteto de sivos representaciones. Algún crítico de la época des-
conjunto (quarletto d'insieme] tuvo una modesta aco- tacó lo habilidad del público en apreciar a ópera y
gida. Las anas de Don Giovonni gustaron poco. En en recibir correctamente el carácter de la misma.
conjunto la ópera tuvo una discreto acogida, aunque También en los representaciones venecianas el nive
no entusiasmo precisamente fue variado, por razones análogos a las expuestas
anteriormente. Merece la pena destacar un nuevo
En el otoño de 1812, como ya se ha dicho, tuvo descalabro en Roma donde se representó, tras la
lugar la primero representación napolitana. Las fun- prohibición papal, en 1 874, mientras que en otras
ciones fueron numerosas y el éxito bastante conspi- ciudades, como por ejemplo Trieste, el Don Giovonni
cuo. Después, en 1834, llegó al S. Corlo de Nápo- tuvo distinta suerte Muchas veces las representacio-
les Excelentes escenas pero una representación com- nes eran mediocres y los corles arbitrarios estaban a
pletamente inadecuada, ya que se encaró a Mozart la orden del dia.
como si se tratara de ftassíní o de Pacini Alguien
dijo que los cantantes no podían brillar en una opera Si Don Giovanni durante el XIX en Italia no adqui-
semejante y esta afirmación es un exponente de una rió jamás una verdodera popularidad, íe nozze se
bien determinoda realidad, por asi decirlo, sociológi- puede decir que permanecieron ajenas a la maquina-
co. Don Giovonni llegó a la Scala el 17 de octubre ria teatral. Pocas representaciones, concentrados la
de 1814. La acogida en la premiére no fue muy mayor parte en Florencia, Milán y Ñapóles. A la
favorable y el público se mostró más bien frío, pero capital toscana le corresponde el mérito de haber
más larde la opera obtuvo un moderado éxito. El estrenado íe Nozze, aunque la verdad con poco
final del segundo acto fue de mucho agrado y gusta- éxito. En la primavera de 1 81 8 íe Nozze desenca-
ron particularmente los escenos en las que aparece el denaron un notable entusiasmo, sin embargo la parti-
fantasma del Commendatore. Aunque alguien afirma- tura se consideró difícil, lo que mitigó considerable-
ra que poco a poco los milaneses advertían la gran- mente su difusión. En Ñapóles la obro se representa
deza y la calidad de esta músico, no es posible toda- en 1814 y de nuevo en el 16 [Teatro del Fondo!. Los
vía generalizar estos juicios aislados. Pocos años des- napolitanos acogieron bien la obra, pero ías ulterio-
pués, Don Giovonni volvía a los escenarios de Milán res representaciones tuvieron menos éxito a cousa de
en una versión, desafortunadamente, según una mala puestas en escena bastante deficientes. A Ñapóles le
costumbre de la época de la que no se salvó nadie, siguió Milán donde la obra cosechó un mediocre
éxito en La Scab en 1815 Será, precisamente, en ciones mozartianas, excluido el ámbito teatral, para
La Scala donde se represente, 9 0 años después, intentar una valoración seria acerca de la efectiva y
F¡ga¡o y más tarde en el 28 bajo la dirección de real difusión en Italia durante el siglo XIX sería nece-
Strauss. saria una investigación capilar y concienzudo en los
Tampoco Cosí fon tulle gozó de gran difusión en principales centros musicales de la peninsulo, el único
Italia. Citemos la representación milanesa de 1807, modo en definitiva, para obtener datos ciertos e irre-
una vez más amputada vergonzosamente: sólo unas futables. No es, sin embargo, demasiado arriesgado
partes merecieron el aplauso. Después Ñapóles deducir una conclusión, que también en este coso es
(1815), donde se acogió bien la obra, en el 15 fue suslancíalmenie negativa, dado que la inclusión de
el lurno de Turin donde la ópera gustó bastante pese páginas instrumentales mozartianas en programas de
a que la representación no esiuvo a la altura de las conciertos es esporádica y aislada para los primeros
exigencias escénicas. En Turín la obra reapareció en cincuenta años del siglo XIX, incluso en esas realida-
1 8 / 2 : se apreció la música pero el texto fue conside- des musicales, por otra parte vivaces y receptivos,
rado anticuado, un curioso y raro juicio que más de que no fallaron sin embargo en Italia.
un estudioso registra; Florencia acogió Cosí fan tulte Basta con reflexionar sobre la situación estanca-
en 1 874 en el Niccolini donde lo obra luvo un gran da, si no de verdadero asfixia, en la que se encontra-
éxito, tonto que volvió a representarse en 1880. No ba la producción instrumental en Italia, Iros los fastos
sorprende verificar que la ópera que luvo menos éxito borrocos y pre-d iec ¡ócheseos, o causa de la prepo-
en lineas generales en Italia durante el siglo XIX, fuera tencia del teatro -que fagocito hombres y recursos
la flauta mágica. Algunos hablaron de graves proble- durante decenios con omnívora voracidad, catalizan-
mas de montaje en los escenas con sacerdotes, pero do por completo el interés del público-, poro darse
esto no explica el rechazo en la mayoría de los lea- cuenta de cómo obras maestras como la Júpiter, la
tros italianos de la flauta mágica. Soto la obertura se Haffner, el Réquiem, los insuperables Conciertos para
hizo conocida pronto, tanto que se la incluyó en pro- piano, el Concierto para clarinete, Cuartetos, Sere-
gramas conceriístícos a menudo. El 15 de abril de natas y muchas más, por no citar más que algún título
781 ó se representó por primera vez en la Scala y en emblemático, no luvíeron cabida ni vida fácil en lo
1818 hubo un nuevo intento en Florencia. El público tierra de Rossini, Belliní, Donizettí y Verdi. Por lo
mílanés se mostró frío e indiferente. Se desperdicia- lanío, en Italia incluso Mozart para ser del todo jus-
ron unos pocos aplausos para la reina de la noche y tos, tuvo que esperar tiempos mejores y más propi-
Papageno, aplaudidos más en realidad por lo cómi- cios para una serena y articulada recepción de su
co del personaie que por su función en la obra. producción. Y en esto (aunque no sea consolador
Hubo muchos silbidos; en cualquier caso resulta difí- comprobarlo] desgraciadamente Mozorl estuvo en
cil discernir a posteriori si estaban dirigidos a los con- compañía de otros numerosos compositores, los cua-
tantes, al director o quizá a la masonería dados los les, de igual modo, estuvieron casi en cuarentena, a
Iransfondos ideológicos de lo ópera, o a as escenas la espera de una, digamos, completa revalorización,
o al texto. En conjunto, se puede afirmar que ¿a flau- aunque esta terminología sea poco adecuada, ya
ta mág\ca tuvo una escasa acogida. Entre los mílane- que la obro del salzburgués, bien mirado, jomas iuvo
ses, como es lógico hubo división de opiniones, ya necesidad, como es el coso de todos los grandes, de
que las personos cultas no tuvieron dificultad alguna ser revaiorízoda por nadie: es suficiente conocerla y
para reconocer en la partitura esos grandes vaTores estudiarla a fondo para intuir sólo con pocas notas su
que contenía, aunque disuellos de una forma agrada- no común grandeza. Que la omnipresencia después
ble. De todas formas se mostraron igualmente reacios de páginas mozartianas en la caótica e ínflacionista
ante ese tipo de teatro que objetivamente, en esa abundancia de conciertos en la época contemporá-
époco, era muy distinto del tipo de experiencia tea- nea haya que considerarla, en cualquier caso y acríti-
tral común al público italiano medio, poco o nada camente, como un hecho positivo -como se suele
acostumbrado al característico qénero del Sinqspiel, decir hoy, en los iiempos de la cultura de masas a los
que no escapo la música- eslá aún por demostrar.
L I X • Hoy en dio dos tercios, si no más, de la producción
que sin embargo -y por motivos igualmente obvios- mozartiana figuran de hecho en el repertorio de los
hacía furor ya desde algunos decenios en los países principales conjuntos y solistas que actúan en la esce-
del orea germánica. Lo que gustó fue solamente (o na internacional contemporánea y su conocimiento,
cosí} los auetos, en parle las arias de Papageno, y o al menos en teoría, por parle de un público cada vez
veces algo de la parte de Pamina más amplio, compuesto por los asiduos de teatros y
Podríamos continuar en este mismo tono ahondan- salas de conciertos, es un dolo de hecho. Sin embar-
do en los detalles y examinando una por una las ópe- go, surge la duda cada vez más frecuentemente de si
ras y deteniéndose en lo específico de los principales esto significa en la mayoría de los casos una real y
centros ¡foliónos. En sustancia no cambíaria mucho, profunda comprensión del mensaje mozarlíano, un
por lo que parece inútil seguir enumerando fechos, mensaje poliédrico, contradictorio, si se quiere, y
éxitos mediocres, totales fracasos y ausencias llamati- ciertamente profétíco y a veces misterioso.
vas.
La realidad es, en líneas generales, la abocetado
arriba. Podríamos resaltar aún, por ejemplo, las dos Lejos de posiciones snob y pseudointelectuales, en
representaciones (Ñapóles, San Carlos, 1809 y realidad la difusión en masa (amplificada por los
Milán, La Scala, diciembre 1818) de la Clemenza conales discográfícos y concertislicos) de las obras
di Tito. Por otra parle, es fácil deducir que si ésto fue maestras mozartianas revela cada vez más sus estre-
la suerte que corrieron las óperas mayores, en los tra- chos límites, banalizando y pulverizando, paradójica-
bajos de menor peso el rechazo fue más llamativo y mente, esas mismas posibilidades (de por sí positivas)
espectacular. que conlleva la moderno y espesa red de divulgación
En cuanto a lo producción sinfónica, las páginas del mundo de los sonidos. V entonces algunos año-
instrumentales, y en general a las restantes composi- ran épocas de menos difusión cuantitativa, pero

177
quizó caracterizados por un mayor nivel cualitativo desesperonzodoras observaciones, en realidad
de real conocimiento de los textos musicales, quizás cargadas de un tono intencionadamente provocador—,
elitista y reservado a unos privilegiados, pero no por la ardua labor de buscar personales y, esperamos,
eso menos apreciado; ¿es reprochable uno opinión auténticas respuestas, mejor si basadas en un redescu-
como ésta? ¿Se puede calificar de estúpido radicalis- brimiento del gusto de escuchar (o de reescuchor] las
mo re'ro? ¿No nos encontramos quizá noy en presen- páginas mozarlionas de una forma no condicionada
cia de insoportables fenómenos de masa que, iqua y serena, unas páginas destinadas a brillar eternamen-
que ocurría en otros épocas, nos impiden ver cloro te, como relámpagos siderales, independientemente
en el universo musical de todos los tiempos y discernir de las celebraciones, aniversarios o similares.
con calma la obra maestra de la página mediocre
destinada al olvido? Anillo Piovano
Al lector, -del que nos despedirnos con estas Traducción: Teresa Prieto y Beotrice Vtnotti

Beriin

Otomouc

/." Viaje — Salzburgo-Mumdi (I y II. 1762).


2° Viaje — Solzburgp-Viena (IX, 1762-1, 1763).
3" Viaje — Salzburgo-Porfs-Londres (VI. 1763-XI, 1766).
4." Viaje Sofzburgo-Wena (IX, / 76?-/, / 769).

5° Viaje — Safzburgo-kalia (XII, 1769-111, 1771).

178
Laguna c*r*a da Porblornarfall, Utondio, el 17 de moyo de 19&9 P los 13,00 h.

¿ Q U É HORA ES ?

UNA E T E R N I D A D . Apenas

ha contestado y la respuesta ya no es cierta.

Ya no es la hora de hace un instante. Kl

tiempo es una joya invisible. Ei tiempo es e¡

secreto que modela nuestra vida. Nos dedica-

mos a hacer que este secreto sea algo visible.

RAYMOND WEIL
GENEVE
IE T E M P S C N E A I E U R

LLO
Colección
I'na dilección con un caracliT resut llámenle
tnnU'mpiiráneo. extraplano, caía chapada du uro
de IH kies. correa de cocodrilo. MinHTgjhlt a íi) m.
no cora ele ríslica patológica de la musicolo-
LA RECEPCIÓN
U
gía española es la tendencia a obviar ciertos
temas aparentemente menores y dejarlos en

IBÉRICA DE manos de escritores sobre música especializa-


dos en copiar acrílicamente evitando citar la
fuente', siempre impresa, de la que tomón su informa-
MOZART ción. La importante operación mercantil que en 1991
se desarrolla en todo el mundo bajo el pretexto de la
conmemoración del bicenienario de la muerte de
MozarH ho generado varios importantes congresos
internacionales3 que pretenden contribuir al mejor
conocimiento del compositor y de su obra, congresos
de los que va a estar clamorosamente ausente la
representación española. En un país en el cual es
celebrada como acontecimiento la edición no actuali-
zada de viejos libros de divulgación como los del
matrimonio Massin, no faltará la ocasión para que e
ignaro de turno, zurciendo datos ajenos y nunca con-
trastados, logre editar bajo su firmo y por la corres-
pondiente entidad pública un volumen que demuestre
el escular atraso musical de esa España donde según
ellos, la músico de Mozart no fue conocida y apre-
ciada hasta más de setenta y cinco años después de
lo muerte del compositor. Y, es que las cosos de la
historia son muy peculiares y no se conocen hasta
que alguien se molesta en visitar unos lugares llama-
dos archivos y / o leer unos objetos llamados libros.

I . Recepción y difusión del repertorio musical.


El caso Mozart.

Cl estudio de la recepción y difusión de los reperto-


rios musicales es una de las preocupaciones preferen-
tes de las recientes investigaciones sobre historia de
la música y han demostrado ser un poderosísimo ins-
trumento de explicación tanto de los aspectos cuanti-
tativos como cualitativos de dichos repertorios y tanto
para los fenómenos globales como para cuestiones
aparentemente individuales cual aspectos específicos
de uno obra concreta de un compositor determinado.
Es por ello que en el último decenio tanto las revistos
como los congresos de musicología han concedido
amplios espacios a este tipo de estudios que si en un
principio parecían idóneos para el trotamiento de la
música escénica, son actualmente de aplicación habi-
tual a lodos los géneros musicales, como lo demues-
tran, por ejemplo, los resultados obtenidos en el estu-
dio de los trios con piano en los años que transcurren
entre la muerte de Mozart y la de Beethoven1, que
han permitido adorar múltiples aspectos sobre este
repertorio de práctica exclusivamente privada y de
enorme difusión a través de la imprenta musical.
La difusión de la obra mozartíana tiene dos etapas
bien definidas, lo consecuente a las primeras edicio-
nes que se puede dar por terminada hocia 1 82.5, y
a revisión mitificodora que se acostumbra a datar en
el primer centenario de su nacimiento, con la publica-
ción en 1856 del libro de Ottojahn- a la que sigue
en 1862 la del catálogo de Kochel' y la colectánea
de su obra por Hártel desde 1 877. Dejando de lado
el taso especial de alguna de sus óperas -Die Zau-
berílóte y Don Giovonni- que en las adulteradas edi-
ciones ae principios del XIX se mantuvieron en reper-
torio gracias a cantantes como Manuel Gorcía, la
práctica totalidad de la obra mozartiana cayó en e
olvido en toda Europa hasta la década de 1 860 en
lo cuol se despertó un gran interés por sus obras reli-

¡80
qíosos breves, oriqinoles o atribuidas, que alconza- ni desconocido ni poco difundida, antes bien se ha vuello
ron enorme dirusion en ias ediciones parisinas de dominante.
Flaxlond e influyeron notoriamente la composición [2Ó-VI-181Ó] Los portugueses, como todos los europeos
religiosa del momenlo a través de Liszl y Gounod. del Sur, poseen talento e inclinación para la música, pero
Más tarde vendría lo recuperación de su música para sólo para la suyo propia [...] exceptuando aquellos, muy
pocos, que están verdaderamente instruidos en el arte de
piano, de su producción cameristica y del resto de su Tos soniaos, el resto encontraría los sinfonías, oberturas y
obra. cuartelos de Mozart, Beeihoven, A. Romberg, o hasta e!
mismo Hoydn, insípidos, enfadosos y casi antagónicos [ ]
Existe en Lisboa uno -y sólo una- sociedad musicol privada
donde se puede escuchor realmenle música instrumental de
2. La música de Mozart en Portugal calidad, e inclusive excelente, pero la mayor parte de las
veces mal ejecutada; esta sociedad se reúne en caso de
L a reciente publicación del libro Crónicos da vida Herr Klingelhofer, un comerciante alemán que aprecia
musical portuguesa', vaciado de las noticias sobre mucho la música, en especial la de su tierra natal, y él
Portugal publicadas entre 1799 y 1846 por la revis- mismo toca la flauta, si bien muy imperfectamente -como
ta ÁJlgemeine Musikalische Zeitung ha venido o ocurre generalmente con los aficionados de esta tierra, que
demostrar las enormes carencias documentales de la son muy numerosos pero tienen muy pocas capacidades.
historiografía musical ibérica, los propios autores del En su caso oí sinfonías de Krommer, Romberg, André,
Haydn y hasta de Mozarl y las más fáciles de Beeihoven.
libro anotan que aún no se tiene hecho un vaciado el modo en que las oí se desprende de lo antedicho [...En
sistemático de las noticias musicales en los periódicos Oporto. .] Herr Ignotzjoseph Schlegel es lambién un aficio-
portugueses de la época. Gracias a esta fuente ale- nado muy digno de reseña. Toca eLfogo!, el piano y el vio-
mano podemos reconstruir lo actividad de la Socie- lín, pero mejor que nada y preferentemente, toca la viola. A
dade Filarmónica de Lisboa, fundada por Bomtempo él se le debe que allí se oiga de vez en cuando la música
en 1822, fracasado el primer intento de 1814, ol de Haydn, Mozart y Beethoven, aun cuando la ejecución
año siguiente de la creoción de la Royal Fhilhatmo- deje frecuentemente mucho que desear.
nic Society, cuando aún estaba Bomtempo residiendo
en Londres. Hoydn, Mozart y Beethoven están entre [13-XI-I81Ó] Lisboa, 12 de octubre. Desde mi última
carta surgió aquí la oportunidad de ejecutar por primera
los autores programados en los conciertos de la 5. vez^ el mundialmente lamoso contó del cisne de Mozarl, su
Filarmónica, resultando que el público lisboeta cono- Reauiem. Esa oportunidad surgió en virtud del fallecimiento
ció la Quinfa Sinfonía beethoven ¡ano en 1823, diri- de la Reina de Portugal. Fue tocado en dos iglesias direren-
Eída por Bomiempo, y no en 1 879, dirigida por Bar- les en dos días diferentes. Dado que aqui no está permitido
ieri, como se viene escribiendo corrientemente8. Asi- utilizar voces femeninas en la música de iglesia, para las
mismo podemos conocer detalles de los variados partes de soprano fue preciso que nos contentásemos con
conciertos dosmésticos promovidos entre 1816 y algunos malos castrados de la Iglesial Patriarcal. Sin embar-
1 824, por docena y media de personalidades lisbo- go, las voces de contralto, de tenor y de bajo no eran en
absoluto preferibles a las de las sopranos. Cantaban lodos
etas o afincadas en Lisboa, conciertos en que los más o menos desafinados Se intentó que el sopronisla
agrupaciones más frecuentes eran cuartetos y quinte- Angelelli, que canta realmente bien y afinado, cantase las
tos de cuerda, con o sin piano o instrumentos de vien- partes de solo. Pero cuando oyó decir que lambién tenía
to, especialmente la flauta. El repertorio correspondía que tomar parte en los ensayos, renunció. La orquesta, por
al habitual en los catálogos de los grandes editores lo general, tocó bastante bien a pesar de haber tenido sólo
i l í l gd i ó d dos ensayos. Como pormenor, los fagotes algunas veces no
g estuvieron acertados, y en vez de Tos Bajse/fiórner -que
europeos
p e incluía la reducción para grupos de siendo absolutamente necesarios en la obra paro el efecto
cámara
á de sinfonías de Mozart, Beethoven y otros
d pretendido, tuvieron que ser suprimidos por no existir en Lis-
autores. Los conciertos sinfónicos, como los promoví- boa-, se utilizaron cornos ingleses, que lienen una sonori-
dos por Franz Antón Driesel en 1819, son infrecuen- dad diferente, mucho menos solemne y conmovedora. Ade-
tes. más, la obra fue considerablemente abreviada. Por ejemplo
Por desconocer aún el recentísimo trabajo de Bnto la gran, pero sin duda difícil, fuga en soi menor, fue suprimi-
sobre la recepción de Mozort en Portugal, sigo da. La orquesta se componía sólo de 12 violines, 2 violas,
tomando de su libro con Cranmer, la información y 2 violonchelos, 2 contrabajos y los instrumentos de viento
prescritos; había cuatro cantantes en cada voz. [Sigue
reproduzco a continuación, por orden cronológico comentando lo interpretación de Abso/ufóes de leal Morei-
las noticias sobre Mozart en Lisboa a partir de los ra, obra que considera bien escrita pero cuyo estilo operísti-
artículos publicados por Altgemeine Musikalische Zei- co le parece superficial y poco apropiado para la iglesia.
tung: Pone incluso dos ejemplos musicales y concluye:] N o obs-
tante, esta músico fue preferida por muchos a la de Mozart,
[3O-VI-I8O8] En b música instrumental, los menos hábi- justamente por ser aquello que en la ópera se llama agra-
les, en Alemania como en lisboo, gustan sobremanera de dable y que no excluye la propio diversión.
Boccherini y de Haydn, los más hábiles de Hadyn y
Mozart sólo que en Alemania Boccherini liene menos éxito [19-VIII-18 18] Otro corresponsal se quep de la injusticia
y en Lisboa pasa los mismo con Mozort, sobre todo con sus de algunos de los comentarios anteriormente reproducidos y
sinfonías -el motivo, en uno y olro caso liene más que ver no duda en acusar a su autor de indiscreción por haber
con la habilidad de los músicos ejecutantes que con el publicado su opinión sobre cómo Klingelhofer tocaba la
gusto del público. En la sinfonia, Haydn domina casi sin flauta en su intimidad] Las exigencias derautor son exagera-
excepción en los circuios más elegantes. Aquéllos que son das para este local y para sus condiciones musicales. Prue-
educados para el canto artístico prefieren e interpretan. ba ae eso es justamente sus |uicios sobre esos conciertos de
sobre todo, además de alguno de los mejores italianos, el invierno de Herr Klingelhofe', donde en ocasiones las obras
germano-italiano Paer; los más exigentes veneran y admiran de Mozart, Haydn y Beeihoven fueran tocadas todo lo bien
en primer lugar a Mozart. Este, con todo, no es apropiado que es posible pora un conjunto formado por los mejores
para la parte más superficial de nuestros aficionados, y artistas profesionales y aficionados de aquí: o sea por esos
menos aun para aquellos de nuestros cantores y cantoras cuyos nombres refiere el autor elogiosamente en otro local,
que sólo están interesados en sí mismos. Claro que lo a ios cuales se juntaban además, otios [...] Herr Kl. recibía
mismo sucede también en Alemania. La manera francesa de inmediato de Alemania casi toda lo nueva música instru-
de locar, sobre todo los instrumentos de cuerda, no es oqui mental, y dado que las más innovadoras sinlonias de 8eet-
Mozan. Oleo sobre lienzo. Vicente Garda de Paredes. Colección particular.

'82
hoven o de André no agradaron, especiolmenie a la prime- kalische Zeitung, seguimos sin el vaciado de las mis-
ra, e incluso a la segunda o • lo tercera lecturas, se puede mas. Por eso hemos de utilizar otro tipo de fuentes
haber dado el caso de que el autor lengón registrado su |ui- paro poder conocer la aclividad musical del período
cio después de oir una ejecución de esos, que era en reali- y la recepción de un repertorio específico cual es el
dad un ensayo.
mozartiano. Asi, en el coso de Madrid no está de
[29-VIII-! 82 I ] El ¡oven Scolo, que como aficionado toca- más hacer una visita a la Biblioteca Nacional y ver
ba muy bien, entre oíros, los conciertos de trompa de
Mozart, se ausentó hace ya algún tiempo. [...] Hace ya qué partituras de Mozarl en ediciones originales se
muchos años que se tocan en caso de Herr Driesel. una conservan Recuerdo que la modesta colección de
noche por semana, cuartetos, quintetos, ele de Mozart, impresos musicales del XVIII proviene de la predece-
Haydn, Romberg y otros, los cuales han ganado mucho en sora de la B.N., la Biblioteca Real de Madrid y que
perfección en los últimos años. sus contenidos reflejan los guslos de los aficionados
[1-1-1823] [Se refiere al estreno del Réquiem de Bomtem- que, como en el caso lisboeta, gustaban de organi-
po] En conjunto, la música de Bomtempo no deja de tener zar conciertos privados y reuniones semipúblicas en
mérito, lo que no deja de ser reconocido por los conocedo- las cuales se interpretaban las últimas novedades reci-
res, no en vono aquí y alli hace recordar, entre otros, a bidas de los editores europeos. Afortunadamente dis-
Mozarl. Con todo, para el gusto que en genera! aquí reina, ponemos de una publicación"1 excelentemente reali-
no es nada, porque no sueno leatral ni ó la Rossini [Habla zado, que recoge toda la música impresa entre
de la Sociedad Filarmónico...] Cada concierto comienza
habitualmente con una de las grandes sinfonías que Haydn 1700 y co. 1810 que se conserva en los fondos de
escribió en Londres las cuoles son ejecutadas Integramente. a B.N., veintitrés de esas partituras son de W.A
Después de haber hecho algunos ensayos, la ejecución es, Mozart, casi todas ediciones postumas que cito
por lo normal, bastante buena Sin embargo, especialmente según el orden del catálogo y según nuestra actual
en las primeras noches, podio advertirse por los flojos denominación, de no indicar otra coso, son las por-
aplausos que la mayoría del público hubiera preferido tes, la fecha es la de la edición:
mucho más oir oberturas de Rossini Parece que ios aplau-
sos fueron mucho mayores en las últimas noches, en que
éstas fueron tocadas. Al final de lo primero parte y al final Don Giovanni, partitura, ¡ 801 . Don Giovanni, selección
del concierto se locan habitualmenle oberturas de Mozart. y arreglo para cuarteto de cuerda, 1799. D/e Zauherflúte,
[12-1-1825] [El 22-XI-1822 se celebra lo fiesta de Sonta po'tituro para voz y piano, 1 809 Die Zauberflóte, selec-
Cecilia en la Iglesia de los Mártires], Él Réquiem de Mozort ción y arreglo poro 2 clarinetes, 2 trot-npas y 2 fagotes, (3
también había sido ya tocado algunos veces en esto festivi- cuadernos) 1795. Sinfonía K. 550, arreglo para piano o 4
dad, en la cual tienen que tomar parte lodos los músicos de manos, 1814. Concierto paro clave K 175, 1/85. Con-
profesión: además, a los canlantes que hay oqui no les cierto para fortepiano K 451, 1792 Serenata K. 370 a y
gusta la músico de Mozart, probablemente porque no les Dtve/timento K. AnhongC 1701, 1801. Quintetos K.
permite brillar a base de floreos. [El 3O-X-1823 se celebran 406, 593 y 614, 1797. Quinteto K. 515, arrecios pora
en el Loreto las exequias de Pío Vil) 5e cantó el Réquiem de quinteto del Cuarteto K. 478 y Div&rtimento K. 2/1 fa.
Mozarl, pero como es natural, con efecto minúsculo, va 1796. Cuarteto K. 499 y anéalos paro cuarteto de los
que no se utilizaron los cantores de la Capilla Real. Ade- Trios K 498 y K. 502, 1796. Arréalos para cuarteto del
más, el interior de la iglesia estobo enteramente cubierto de Trío K. 548 y de los Quintetos K. 516 y K. 593, 1798.
telo negra, el cual juntamente con un enorme catafalco Cuartetos K. 157, K. 160 y K. 173, 1798. Cuartetos K.
levantado en el centro, apagaba todo el sonido. Lo peor 428, K 458 y K 421, 1792. Cuartetos K. 465, K. 387
de todo es que los canlanles de aqui sólo abren la boca y K. 464, 1791. Cuartetos K. 575, K. 589 y K. 590,
poique es su deber, sobre todo cuando se 'rata de la músi- 1791. Arreglos para cuarteto del irlo K. 564 y las Sonatas
ca de Mozart, ya que casi nunca es apreciado. [ 1 823, la K. 521 y K. 497. 1792 Sonatas poro violín y piano K
fiesta de Sta. Cecilia] Se conmemora a los miembros falleci- 347, K 296 y K. 374 e, 1794. Vaiiaciones para violín y
dos de lo Hermandad, con el Réquiem de Mozart, el cual piano K. 359, ¡790. Tres Tríos K. 454, K. 481, K. 533 +
esta vez, aunque imperfecto, solió bastante mejor de lo que 494, 1799. Gran sonata para piano a 4 monos K. 521,
anteriormente en el Loreto. [Se refiere a la S. Filarmónica]
En cuanto a la músico de orquesta, se tocaron además de 1796.
sinfonías de Haydn, también la de Mozarl en sol menor y
algunas oberturas de este compositor, la Sinfonía en do Por su parte, el archivo del Palacio Real, que con-
menor de Beethoven y uno obertura del mismo, una obertu- serva la músico d e uso en la Corte, guarda otra
ra de Romberg, lo obertura de Sfta'onice de Méhul y algu- colección interesante de obras mozartianas, lamenta-
nas oberturas de Rossini. Todas las noches el señor Bomtem- blemente sin datar, que cito por la denominación
po tocoba un concierto para piano, de su composición, genérica toda vez que el clásico catálogo d e Marce-
con su maestría habitual.
l í á n u está realizado conforme a los usos biblioteconó-
micos d e su época:
Por lo que se refiere a lo Corle, el archivo de Vila
/ Grandes Sinfonías [Tonalidades: 2 en do, en re, en mí
Vicosa'' conserva una partitura manuscrita de Lucio bemol, en sol. N 1 1 y N 9 4]. 4 Sinfonías (Ton. 2 en re, en
Silla y la Biblioteca de Ajuda11 las de Ascanio ¡n fa De "Las bodas de Fígaro"). 8 Quintetos poro cuerda.
Alba, Don Giovanni ¡fragmentos en arreglos para Quinteto pora clarinete y cue'da. Andante de la "Cassa-
trompa y piano), íucío Sillo (Acto 35), Mitndate, Ré tion" paro cuarteto de cuerda. 3 Misas [Ton: en fa, en sol.
di Ponto Sonata para violín y piano y Variaciones De Réquiem). Ave verum a 4 voces con cuarteto de cuerda.
sobre On dolce placeré. Mandina amábile pora ires voces y orquesta. Agnus Dei
para barítono y órgono.

3. La música de Mozart en España Otras fuentes para el estudio de Mozart en


Madrid, son la destruida biblioteca musical de la
LJe5graciadamente no se ha hecho en el caso espa- Casa de Alba que en \927" conservaba al menos
ñol un estudio en las fuentes hemerográficas semen- una edición de Doce Divertimentos a toda orquesta
¡anle al realizado por tirito y Cranmer y a pesar que de nueslro autor y la Biblioteca Municipal, riquísima
yo Pedrell había llamado la atención sobre la presen- en rodos musicoles cuya catalogación científica pare-
ce próxima y que contiene, al parecer, bastante músi-
cia de noticias sobre España en el Allgemeine Musi-

¡83
ca de Mozort origínol y arreglada paro oíros instru- actividad y de la intensidad de la misma.
mentos como b guitarra. Algo mejor conocida es la actividad del Salón
No debe sorprender la realización de este tipo de Filarmónico de A. Coruña, fundado por Marcial Fran-
arreglos, pues eran habituales.. En el archivo del cisco de Adalid y Ramírez de Arelbno (n. Néstores,
Monasterio de Sania Ano15 de Avila, se conservan 1754. m. A Coruña, 19-1-1822], Afortunadamente
interesantes cuadernos de música instrumental perte conservamos prácticamente integra su colección de
necientes al repertorio personal de monjas. En un partituras''' que se acerca al millar de títulos y es más
volumen de música para guitarra figura el vate favori- rica que la de la Biblioteca Nacional. El repertorio
to \K. 606] de Mozarl No es habitual la presencia coincide con el visto hasta ahora: música de cámara
de música de Mozart en los archivos eclesiásticas para cuerda con acompañamiento o no de guitarra,
españoles y cuando figura acostumbro a ser en las piano y flauta, reducciones de óperas y sinfonías
ediciones del último tercio del XIX por Breitkoft, Flax- para estas agrupaciones, pero además hay mucha
land, etc. Destaca en este aspecto El Patriarca b de música sinfónica con evidencia de haber sido fre-
Valencia con treinta y seis partituras impresas en Ale- cuentemente utilizada, interpretando, entre otros, sin-
manía, España y Francia. Sin embargo, tenemos evi- fonías de Beethoven La actividad musical coruñesa
dencias del buen conocimiento de su música por los desde 1768 es importantísima en torno o lo ópera
maestros de capilla, sirva de ejemplo lo polémica de italiana pues es probablemente A Coruña la ciudad
1806-7 a raiz de bs oposiciones al magisterio de la españoa, después de Madrid, en la que este espec-
catedral malagueña. EÍ organista Joaquín Todeo de táculo encontró mayor aceptación y estabilidad,
Murguia defiende la música litúrgica de su lográndose la apertura de un Tealro Público dedica-
momento17: do preferentemente al género. Desde los últimos años
del s. XVIII comienzan a ser frecuentes los conciertos
insirumenlales en el Teatro de los que serán herederos
...y este fuego divino se encuentra indistintamente entre lo que organizaba el circulo de A d a l i d , rico
los Cirnarosa, Poisiellos, en Italia, los Haydn, Gluck, comerciante ultramarino con fuertes implicaciones
Mozort en Alemania, y algunos pocos en España. Veo políticas conslitucionalisto5 e importantes apoyos en
Vmd. la Misa de Réquiem de Mozort ion aplaudida en el estamento militar Conservamos de su colección los
toda Europa; carro también la Aliso de Haydn, Miserere
de Jomelli y el Slobal Moler de Pergolese. siguientes obras de Mozarl:

Se me antojan ser de la época tratada tanto la


Don Ciovonni. le nozze de Fígaro. Reducciones para
reducción manuscrita del Réquiem para cuatro voces cuarteto de cuerda, fres sinfonías para orquesta Dos sexte-
y órgano que se conserva en la catedral de tos para violines. trompas, violonchelo y piano. Sexfero
Orihuela18 como la partitura manuscrita de la misma concertante, para violines, violas, violonchelo y contrabajo.
obra que lo está en la catedral salmantina1'*. Y lo es Gran cuarteto, para cuerdas.
la edición de la Misa K. 192, que custodia el archi-
vo de Aránzazu:o.
Paseemos aún escasísimos datos sobre la creación Conclusión
de sociedades filarmónicas en nuestras ciudades a
semejanza de la londinense de 1813, así como la I arece claro que la interpretación de la música de
actividad musical de los salones burgueses de la Mozarl fue práclica habitual desde los años posterio-
época, en ciudades como Córdoba' , Granada, res a su muerte hasta la desaparición de este reperto-
Mahón, Málaga, Palma de Mallorca, Pamplona, rio cuando los editores van dejando de atenderlo.
Santa Cruz deTenerife" o Tudela. Si como parece, No encuentro sustanciales diferencias entre este tipo
esta actividad existió, no cabe duda de la interpreta- de práctica y el habitual en oíros países europeos en
ción del repertorio mozartiano en sus conciertos el primer cuarto del siglo XIX, la violenta reacción tra-
dada la circulación de las ediciones de sus obras dicionalista tras el bienio liberal afectó sin duda a
camerísücas y sinfónicas. De hecho, sabemos que esta actividad en España, como lo hizo en 1828 en
desde los últimos años del s. XVIII los Conciertos espi- Portugal. Lamentablemente la actividad musical priva-
rituales se convirtieron en un hábito en bs más diver- da y semi-pública en nueslras ciudades está sin estu-
sos ciudades españolas, pero la actividad privada o diar y como hemos visto, sólo poseemos datos aisla-
semi-pública no quedo reflejada en la documentación dos difíciles de ligar. Todo un camino apasionante
administrativa más que cuando origina conflictos para la investigación.
morales o políticos, pera si lo queda en la prensa,
fuente prácticamente no investigada por lo musicolo-
gía española. Por otra parle, parece inseparable este
tipo de actividad filarmónica de la ideología liberal y
la militando constitucionalista. Tal fue el origen de la Xoán M. Carreira
S. Filarmónica de Lisboa y lo es de los actividades
musicales en b casa bilbaína de José Luis de Torres, 1. Como ejemplo tan reciente como lamentable, puede
donde se interpretaba el habitual repertorio camerísti- citarse la sarla de despropósitos históricos que sobre la
co y sinfónico que servían las editoriales europeas danza española incluye el libro publicado por el Ministerio
del momento. En esta Academia filarmónico, partici- de Cultura con ocasión de la visita del Ballet Nacional o
Rusia, libro de gran belleza tipográfica que incluye textos
paba Juan Simón de Amaga y se conocieron las pri- excelentes al referirse a repertorios internacionales relacio-
meras composiciones de su hijo Juon Crisóstomo; la nados con España. Jamás se me alcanzarán los motivos
supuesta primera obra del niño, Nada y mucho, esta- que llevan a nuestros organismos públicos a desprestigiar
ría dedicada a Torres. A pesar de que poseemos ya iniciativas plausibles premiando la ignorancia de presuntos
una monografía de calidad sobre Amaga2-1, los datos eruditos carentes de obra sobre los temos que afirman domi-
sobre la música en casa de Torres son aún confusos e nar.
inconexos si bien es irrebatible la existencia de dicha 2. Aspectos indiscutiblemente positivos son la posibilidad
de adquirir los veinte volúmenes de la Neue Mozart-Ausga-

184
be poí 1.680 D.M. La edición de Bórenreiter en lormato Ajuda, Catálogo de Música Manuscrito. Lisboa, B. de
de 16,8 x 22,5 cm es fruto científico del indiscutible Ajuda, 1958, ss. la 8 de Ajuda conserva la mejor colec-
savoíf toire de la musicología germana y liuto lipográfico ción existente de manuscritos de óperas del s XVIII, en
del no menos indiscutible mal gusto que caracteriza sus copias realizadas por profesionales de la máxima calidad
libros. Aconse|o a los interesados en adquirir la N.M.-A para la Caso Real portuguesa.
que antes de hacer la compra en España hagan el cálculo 1 2. M" Antonia Carrato Mena et. al. Catálogo de impre-
del cambio de moneda pues ciertos distribuidores españo- sos musicales del siglo XVIII en la Biblioteca Nacional.
les parecen desconocer los márgenes razonables del bene- Madrid, Ministerio de Cultura, 1989, Una vez más, el
ficio. Otra novedad, esta vez para fetichistas, es la edición equipo de bibliotecarios de la B N muestra su buen hacer
facsímil del autógrafo del Réquiem, por la Akademische y no se contentan con un trabajo rutinorio sino que proce-
Druck-u. Verlagsanstalt. Se Iraia de tres vollúmenes, los dos den a la identificación de lo edición conforme al RISM A/1
primeros son reproducción exacta de ¡os dos cuadernos en y a la de la obro según nuestra denominación actual. Se
que Mozarl escribió su op. pósluma y el tercero contiene puede adquirir por 50t> pls.
los comenlarios de Günler Brosche sobre la edición, en ale-
mán e inglés. Se publicó esta primavera, al precio de 498 13. José García Marcellán: Catálogo del Archivo de Músi-
DM para quienes lo adquirieron onles del 3 1 de ¡ulio. co de la Real Capilla de Palacio. Madrid, Patrimonio
Nacional, 1938.
3. tnternotionaler Mazart-Konaress 1991. |Viena, 2-6, 14. José Subirá: ío música en la Casa de Alba. Madrid,
febrero, 1991]. Conference of The Royol Musical Associa- 1927.
tion. (Londres, 25-30, aqosto, 1991). 15. Alfonso de Vicente Delgado- Jo Músico en el Monaste-
4. Howard Irving Lee. fhe piano Trio in íondon írom 179I rio de Santa Ana de Avila (Siglos XVI-XVIII]. Catálogo.
lo 1800 Tesis Doctoral, Lousiana State University, 1980. Madrid, Sociedad Española de Musicología, 1989.
lean Gribenski: «Le trio avec clavier á París pendal la Révo- 16. José Climent; Fondos musicales de la Región Valencia-
lution et l'Ernpire». Revue de Musicologie, LXXIII, 2 11987]. no. Real Colegio del Corpus Chnsti, Patriarca Valencia, Ins-
5. Ottojahn: WA Mozart. Leipzig, 1856. 2 9 Ed. 1867. titución "Alfonso el Magnánimo", 1984.
3 3 Ed. 1889-91 l ' E d . inglesa 1882. 1 7. Antonio Martín Moreno: Historia de la música españo-
ó. Ludwig von Kóchel: Chronologisch-lhematisches Verzeich- la. Siglo XVitt. Madrid, Alianza Ed., 1985.
nis sámlhcher Tonwerke Wollaanq Amadeus Mozart. Leip- 1 8. José Climent: Fondos musicales de la Región Valencia-
zig, 1862.1? Ed 1905. na. Catedral de Onhuela. Valencio, Soler, 198Ó. Orihuela
7. Manuel Carlos de Brilo & David Cranmer; Crónicas da tuvo una rica actividad teatral en el último tercio del s. XVIII
vida musical portuguesa na prirrteira melado do sécula XIX. que incluye las representaciones de ópera italiana por los
Lisboo, Imprensa Nacional, 1990. compañías que, con base en Cartagena, se presentaban
8. En el caso de los estrenos españoles de los sinfonías de en los Teatros de Murcia y Palma de Mallorca.
Beethoven parece haberse convertido en dogma de le que 19. Dámaso Garcia Fraile Catálogo del archivo de músi-
tales estrenos tuvieron lugar por Barbieri a partir de 1866 y ca de la catedral de Salamanca. Cuenca, Instituto de Músi-
en Madrid. De nado parecen servir las pruebas documenta- ca Religiosa, 1981.
les sobre la interpretación de eslas sinfonías en diversos ciu- 20. jon Bagues: Catálogo del antiguo Archivo Musical del
dades porluorias españolas y muy probablemente en Madrid, Santuario de Aránzazu Usúrbil, Caja de Ahorros de Gui-
coma repertorio habitual y no como algo extraordinario cuon- púzcoa 1979.
do su autor aún vivía. Para los reconocidos especialistas en 2 1 . La familia del Duque de Rivas había tenido gran prota-
firmar textos ajenos son preferibles los abultados errores de qonismo en la recepción en Córdoba de lo ópera italiana
Pedrell, publicados en francés por Prod'homme y devueltos al in 1768
castellano por Solazar y Subirá, que la evidencia histórica 22. Parece que con anterioridad a la creación de la Socie-
presentada por la investigación de los últimos años. dad de Conciertos por Charles Guigou en 1 830, ya había
9 El estreno lisboeta del Réquiem tuvo luqar, en realidad, una importante actividad concertística en Tenerife.
en 1808. 23 José Antonio Gómez: Juan Cnsóstomo Arriaga ¡I80Ó-
10. José Augusto Alegría: Biblioteca de Palacio Real de 18261 Tesis doctoral en musicología. Un. de Oviedo,
Vilo Vicosa. Catálogo dos Fundos Musicais. Lisboa, F.C. 1990.
Gulbenkion, 1989. 24, Margarita Soto Viso: Biografía de Marcial del Adalid.
1 1 . Mariana Amelia Machado Santos: Biblioteca de A Coruña, 198). mss.

185
WA Mozón.

'86
"Ullirra semana ce lo presen-aciói de lo Harmonicum, des-
MOZART Y LA pués de la cual parirá de es"a ciudad.
'El sr. Paral, agradecido pot el pasada, y deseoso de mere-
ce' un luíuro patrocinio, respetuosamente inlormo o los
ESCENA MUSICAL damas y caballeros de Fllodelfio, que estará tocando
Caballería. Aites marciales, nuica antes ejecutados en los
Estados Unidos y lo tonada patriótica Salve. Columbio, tal
AMERICANA, y como ho sido ensayado por el célebre sr. Goodrich".

1786-1850
ublicodo el 2 de abril de 1812 en The

P
Weekly Auioia, este anuncio periodísiico nos
remonta en el tiempo a una América joven y
de gustos notablemente abigarrados. En la
misma página en que el anuncio del sr. Pardi
aparecía impieso, el lector de la época podía encon-
trar la más vanada propaganda desde invitaciones
para asistir a obras de teatro y ofertas de suscripción
a revistas, hasta una recompensa por b captura o
identificación de un cierto incendiario y una propues-
ta para la venta de un negrito de siete años. No fal-
taban tampoco las amigables recomendaciones pora
que el lector comprase o bien semillas, o bien medici-
nas, o bien vino de Tenerife; ni mucho menos las pro-
mesas de que recibiría premios en pesos españoles,
o las advertencias en torno a la huido de algún escla-
vo, la deí negro Denis, en este caso.
Puesto en esceno a los 7:30 de aquella semana
de abril en el Masque Hall de Fíladelfia, el espectá-
culo musical de sr, Pardi también ejemplifica a una
América distinta, en la cual la entrada a una función
costaba cincuenta centavos [niños admitidos a mitad
de precio] y la audiencia disfrutaba de música militar
y operístico en una misma función. Así, pues, en e
programa de la Harmonicum estaban incluidas no
solamente la Sinlonia militar de Haydn y las marchas
militares de Marchan, Regan y, nuevamente, Haydn;
sino también la obertura de Lo clemenzo di Tito de
Mozart. Tanto la corriente militar como la clásica te-
nían su explicación en el acontecer diario de la
época. Era 1812, el año de la guerra naval Entre los
Estados Unidos y Gran Bretaña, y de la expansión
territorial de los Estados hacia el oeste. De ahí que la
popularidad de las tonadas militares -conocidos y
cantados por los americanos yo desde mucho antes-
aumentase en aquellos días. Y en la que concernía a
la corriente de música clásica, músicos y cantantes-
octores europeos habían estado emigrando en masas
a los Estados Unidos desde los últimos años del siglo
XVIII, atraídos por las promeledoras oportunidades de
empleo en los ambientes urbanos de la costa este. La
recepción y asimilación de la música que estos
extranjeros íraieron consigo a la nación, en particular
de las obras de Mozart, son los tópicos a tratarse en
esle ensayo.

/ \ finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX, la


nación era todavía |oven y carecía de una cultura
establecida. Los americanos no eran indiferentes a lo
música: las parados y el canto entre amiqales en las
i P i
tabernas eran entretenimientos que gozaban a pleni-
rud. Eran, sin embargo, pocos, vivian a grandes dis-
tancias unos de otros, y eslabón enfrascados en ¡nce-

¡87
sanies luchas contra británicos e indios, a quienes ría mayor demanda. En 1 844, el neoyorquino Geor-
estaban intentando desplazar del territorio Según las e Templeton Strong asistió a uno ejecución de la
estadísticas de población de la época -en las cuales § infonía Júpiter de Mozart, pieza que si bien "exce-
se excluyen poblados con menos de 2.500 indivi- lentísima... no encanta tonto como las de Beethoven
duos- América constaba tan sólo de 202.000 habi- [porque] su efecto es mucho menos sobrecogedor y
tantes en 1790, 322.000 en 1 800, y 525.000 en si; transición menos abrupta... la instrumentación es
1810. también menos impresionante". Y al año siguiente,
Durante esas décadas, la escena musical fue bas- Strong calificaría a la Sinfonía Sorpresa de Haydn
tante pobre. Las orquestas y sus directores eran esca- como "floja y aguada en comparación con las en do
sos Había suficientes instrumentos de madero y violi- menor, re mayor o la mayor de Beethoven.
nes, peto hacían falta más violonceüos y contrabajos. Mozart tampoco fue uno de los más populares
Las Funciones con instrumentos de metal dejaban compositores de ópera. La popularidad de El barbe-
mucho que desear. Había al menos un orden consis- ro de Henry Bishop -uno adoptación al inglés de f
tente en los programas, los cuales se abrían y cerra- barbero de Sevilla- condujo a que el Park Theatre de
ban con una obertura. El resto del repertorio estaba Nueva York la representase en cada una de sus tem-
compuesto de arias y tonadas populares, interpreta- poradas, de 1 8 1 9 a 1824. En 1825. con la prime-
das por el canlante; y del concertó, ejecutado por el ra puesto en escena del original de Rossíni, Manuel
músico. Pero con iodo y su consistencia, los progra- García y su compañía inauguraron las represen locio-
mas no dejaban de tener sus limitaciones. A menudo nes de la ópera de bel canto italiana en América, y
las supuestas oberturas no eran otra cosa que un solo de los compositores que adquirirían relativa populari-
movimiento o tiempo musical extraído de alguna sin- dad durante las décadas de 1 830 y 1 840: Bellini,
fonía, o cuando mucho, dos movimientos sinfónicos Donizetti y Rossini.
|uno paia la aperlura y otro pora el cierre]. En cuanto
al resto del repertorio, no ero rara que sólo una parte Tuvo que posar mucho tiempo antes de que
de cada pieza se locase, ni que el título de la pieza Mozart adquiriese tanto reputación como Beelhoven
se quedase sin mencionar. y Haydn. Aún tan tarde como en el período de 1 890
o 1895, una encuesta revela que Mozart ocupaba
Consideradas particularmente crudos, las más una mera décima posición entre las compositores
tempranas ejecuciones de Mozart reflejan algunas de cuyas obras eran ejecutadas rutinariamente por 27
las dificultades recién mencionadas. Asi sucede con de las más prestigiosas orquestas de toda la nación.
una "sinfonía de Mozart" que se tocó en Filadelfia el Y cuatro años más tarde, en octubre de 1899, Philip
ó de octubre de 1789. Según el programa de la lun- Hole tildaba de "exhumación" a la ejecución de la
ción, esta sinfonía no identificado sería "tocada tres Sinfonía n° 25 de Mozart por la Boston Sympnony
veces". Se trataba probablemente no de que la Orchestra. No sería hasta los años 1930 que
pieza se repetiría una y otra vez durante la función, Mozart comenzaría a disfrutar de gran popularidad
sino de que tres movimientos de la misma serían eje- en América, y que la primera biografía del composi-
cutados. tor publicada en la nación haría su aparición
-Mozori de Marcia Davenport, en 1932. Para esa
Mozart, de cualquier manera, no puede contarse época, el intercambio de las corrientes musicales nati-
entre los compositores de mayor popularidad en la vas con las extranjeras se estoba haciendo más mar-
América decimonónica. El honor correspondería a cado que antes, y la escena musical se estaba apro-
Haydn, Beethoven. y -en menor grado- a Haendel. ximando a un alto grado de variedad y excelencia.
En tanto que ya para 1 809 casi 250 ejecuciones de
Haydn habían tenido lugar, las representaciones del Pero en o que concierne a i período anterior a los
trabajo de Mozart durante ese mismo período no anos I 850 Mozarl no fue popular por dos motivos.
alcanzan la docena, mención oparte de las arias En primer lugar, los obras del compositor eran poco
operísticas cantadas ocasionalmente como parte de conocidas y apenas comenzaban a ejecutarse, como
conciertos. Una fuente afirma que las mismas piezas se verá o continuación. Y como se señalase anterior-
del repertorio de Haydn eran repetidas sin cesar por mente, las audiencias y las orquestas no estaban inte-
las no muy diestras orquestas, para beneplácito del resadas o preparadas para disfrutar de uno música
público en general. A las numerosas funciones de tan refinada como !a de Mozart. De hecho, algunas
Haydn también hay que sumar la fundación de la de las óperas mozartianas que tuvieron relativo éxito
Handel and Haydn Society de Nueva York, la cua durante este periodo eran en realidad versiones bas-
se a uto proclamaba "una asociación de individuos tardos, las cuales distaban mucho de preservar la
que se reúnen una vez a la semana en alguna porte calidad y gracia de los originales.
de Chatham Square, con el propósito de practicar
himnos nocionales, duelos, etc.," y de dar tres o cua- Tanto la poca popularidad como el nimio interés
tro conciertos al año Otra sociedad can el mismo en tomo a Mozarl están corroborados en las fuentes
nombre pero localizado en Boston se dedicaba a de la época. Cabe aclarar, sin embargo, que tal
organizar actividades, tales como una competencia apoyo debe aceptarse con un cierto grado de reser-
pora determinar cuál era la mejor pieza de Haydn, va. Además de ser comparativa mente escasa y estar
entre la creación y ios estaciones. Esto incansable dispersa en diversos registros, la información no está
Sociedad Handel y Haydn se fundó el día de Navi- exenta de lagunas y ambigüedades. Esto problemáti-
dad de 1815, y ha pemanecido hasta el presente ca se hace evidente cuando se inspeccionan los
como una parle prominente de la escena música periódicos y revistas musicales de aquel tiempo, ya
bostoniana. que los mismos tenían cortos períodos de existencia.
Por ejemplo, The Euterpead oí Musical Intelligence,
Si bien nunca faltaron aficionados a la música de publicado en Boston porJ.R. Parker, fue inaugurado
Haydn, con el pasar de las décadas su popularidad en 1820 y clausurado en 1823; en tanto que The
decreció, en tanto que el romanticismo de Beethoven Lyre, or The New-York Musical Journal duró tan sólo
y de las oberturas de Cari María von Weber adqui- una temporada, la de 1824-25 Otro aspecto de la
problemálica se refleja en los diarios del abogado y un gran baile en el Orleons Ballroom Por lo demás,
musicófilo George Templeton Strong, los cuoles Haydn continuaba acaparando la atención en la ciu-
cubren desde 1 83Ó hasta tres o cuatro décadas más dad, de tal manera que, fuera de las escasas compo-
larde, y abundan en divertidas y reveladoras anécdo- siciones ya mencionadas y de las óperas que se men-
tas sobre el mundo musical de la época. En términos cionarán más adelante, los únicos trabajos de
generales, las anotaciones de Slrong forman una Mozart que los nuevorlandeses escucharon ¡ueron
rúente utilisima, pero a ratos el lector no puede repri- seis de sus arias de concierto.
mir una sensación de descontento ante \a ocasional Aunque todavia poco ejecutado, Mozart empeza-
negligencia y las ambigüedades de su estilo. Tómese ba a hacerse conocido en los décadas de 1810 y
por ejemplo la ocasión en que Strong asistió a un 1820, cuando su nombre y partes de sus óperas
concierto de lo Orquesta Filarmónica de Nueva York aparecieron en cancioneros, en hojas sueltas, y en
y lo siempre popular Mis. Loder, durante el cual lo algún que otro periódico. Por regla general los pie-
orquesto ejecutó una innambrada sinfonía de Mozart zas se alteraban o simplificabon, y se traducian al
y la intérprete cantó "exquisitamente" -a despecho inglés. Así, pues, el duelo ¿a ci darem ía mano ¡Now
de haber sido "estorbada por la orquesta"- algo" Place your Hanó in mine, Dear¡ y el aria Ah perdona
de la Cíemenza. Todo indica que Loder interpretó al primo aífetto ¡Ah Forgive this Thougtless Error) del
Deh per questo istante, y que la orquesta ejecutó en Don Giovanni circularon en hojas sueltas durante el
realidad El desembarco de Colón, una pieza coral año 1820. Los cancioneros Á Seleclion from the
creada por Benjamín Carr y basada en temas de la Vocal Compositions of Mozort ( 1 8 1 5 - 1 8 2 1 ) y SefecJ
Chmenza. Airs from the celebroled Operas compasea 1 by
Mozort (18'9-1 824) coincidian no sólo en haberse
publicado periódicamente y en haberse impreso en
Filadelfia, sino también en contener piezas principal-
mente del repertorio operístico de Mozort. Y en
Nueva York, el Dos klinget so Herrlich ¡Away with
Meloncnoíyl de ía ilauto se hizo bien conocido
Ustas fuentes provienen no del oeste americano (que durante estos años.
ero todovía salvaje en la primera mitad del siglo XIX),
sino de los ciudades al este del rio Mississippi. Oca- En 1825, el periódico musical neoyorquino The
sionales ejecuciones de las oberturas, sinfonías, ópe- íyre publicó unas anécdotas en las que Mozart y
ras, misas, y el Réquiem de Mozart tuvieron lugar en Hayan se expresaban respeto mutuo, Haydn otorga-
Filadelfia, Nuevo Orieans, Nueva York, Boston, San ba o Mozart el título del "más grande compositor
Luis, y Boltimore. Charleston, en Carolina del Sur, existente" y Mozart respondía despectivamente a un
tuvo también un importante ambiente musicol, pero profesor de Viena, el cual había osado criticar ciertas
los registros del temprano quehacer artístico en esta desavenencias en los cuartetos de Haydn: "derretidos
ciudad son escasos. y fundidas con la intención de crear un solo varón,
El primer trabajo de Mozart que se ejecutase en sus carnes y las míos no olcanzarian para formar a
América fue posiblemente un solo paro pianoforte, un Haydn". Otro artículo discutía la recepción de las
locado por Alexander Reinagle en Filadelfia el 14 de obras de Mozort en Italia, las flojas ejecuciones de
diciembre de 1 786. Reinagle era un caballero inglés las mismas en aquel país; y las dos clases de evalua-
que había desembarcado ese mismo año en Nueva ciones que los italianos habían hecho sobre la músi-
York, ciudad que le pareció falta de cultura Se asen- ca mozartiana, unos "odiándola" y otros reconocien-
tó entonces en Filadelfia, convirtiéndose muy pronto do su posible "genio". El periodista concluía afirman-
en uno de los principales empresarios y artistas de lo do que los italianos preferían a lo música mala, pero
ciudad La segunda ejecución mozartiana fue quizás nuevo, antes que a la que tuviera ya dos o ires años.
un concierta en dúo paro pianoforte y violín, tocado El periódico contenía también una nota en la que se
el ó de octubre de 1789, también en Filadelfia. Ade- exaltaba a Mozart por haber tocada virtuosamente el
más, una supuesto sinfonía de Mozart fue ejecutada violín a sus tiernos siete años Por trivial o excepcio-
ese mismo día, probablemente durante el mismo con- nal que fuese, cada elogio a Mozart que apareciese
cierto. Filadelfia continuó en primer lugar a principios en un periódico neoyorquino contribuía indudable-
del siglo XIX El 17 de noviembre de 1803 los lila- mente a la recepción favorable de sus obras pues
delfinoí escucharon a un trío para dos tenores y como proclamaba el American Musical Journal en su
bajo, una pieza de piano para cuatro monos, y uno primer número "[cjuolquier talento que no se importe
obertura mozartianas. El 7 de febrero de 1804 un tal vía Nueva York ha de fracasar en América".
Mr. Soissons interpretó un concierto poro flauta de
Mozort: exactamente dos semanas más tarde, una Varias orquestas y asociaciones neoyorquinas se
orquesta no identificada tocó la obertura de ios ocuparon de ejecutar durante el período alguna que
bodas de Fígaro. Y durante el año de 1812, Filodel- otra obertura mozartiana. La Handel and Haydn
fia escuchó la obertura de Lo demenza di Tito en tres Society de la ciudad había ofrecido la obertura de
distintas fechas. ía flauta en 1817. como parte de un concierto de
música religiosa en el que no habían podido fallar ía
Nueva Orieans escuchó a Mozart por primera Pasión de nuestro Salvado' (o ías síefe últimas pala-
vez en 1806. La obertura de ía llaulo mágica se bras) de Hoydn y muchas de las piezas de Haendel.
toco en una función a beneficio del músico local La obertura de ía nauta volvió a escucharse durante
Nícolai. Es muy posible que no hubiese flauta alguna un concierto ofrecido por el director de orquesta P.H.
entre los instrumentos tocados durante la función. Una Toylor en el City Hotel [1824], edificio en el que 1 1
sinfonia y la obertura de Fígaro también se tocaron años más tarde la Eulerpean Sociely interpretaría la
alrededor de esie año. La abertura de Lo Floula se obertura de ío cíemenza di Tito. La obertura de ío
repitió una vez más en los próximos 30 años; y la demenza se escuchó asimismo en 1825, junio con
obertura de Don Giovanni se tocó en 1824, durante algunas arias y piezas mozartianas interpretadas par

'89
Lorenzo da Ponte. Oleo de Leinwand.

190
Míss Lydia Kelly, la "eminente nuevo estrella" y sobri- The Social Choir, editado por George Kíngsley y
na del contante y compositor Michael Kelly, quien publicado e". 1 835, dos anos después de que la pri-
contó en el estreno mundial de ías bodas de Fígaro. mera escuela musical americana tuese fundado. Se
También las arias operisticas y de concierto fami- trataba de un popuri de cardones americanos
liarizaron al público con el nombre de Mozar; y, si inglesas, irlandesas, escocesas; y de selecciones
no con las obras completas, ol menos con portes de tomadas de óperas y oíros géneros de música clási-
las mismas. Las arias eran cantados ya como porte ca.
de conciertos abiertos al público en general; ya en Esla combinación de corrientes populares y clási-
actividades íntimas, o los que sólo familiares y allego- cos derivó en dos tipos de entietenimiento operístico,
dos eran invitados. En ¡ 8 3 5 , Signora Marancelli el pastiche y la ópera condensada. El 16 de noviem-
canló el aria de concierto In auesto altar concedí. bre de 1837, un pastiche titulado los dos Fígaros
composición que el American Musical Journal calificó combinó lo me or (o lo peor| de estos entretenimientos
de "agradable" y cantada "con mucho gusto y buen en el Nationa Theatre de Nueva York, el edificio
juicio' En diciembre de 1 842, Madame Olto y la que, construida en 1833, había sido originalmente
Sociedad Filarmónica de Nueva York llevaron al Apo- llamado la Italian Opera Hause. Cantado en inglés,
llo Rooms un espectáculo que incluia el aria de bravu- ios dos Fígaros mezclaba la músico de Las bodas de
ra de El rapto en el Serrallo (entonces conocida como Fígaro de Mozarl con la de El barbero de Sevilla de
Belmonte y Constantia). así como también escenas Rossini. Finalizado e! pastiche, la farsa ios días más
del Oberon de Weber y la Armida de Rossini, Un felices de mí vida y el Gulliver en lillyput de Garrick
año más tarde, el Apollo Rooms sirvió de sede a la fueron puestos en escena.
representación de olra cantante neoyorquina activa
en la época Mrs, George Loder, quien cantó el aria Condensada y traducida ol inglés, otra ópera de
de Sesto Den per questo istante solo de La clemenza Mozort hobía hecho una excepcional presentación
antes de la década de 1 820. Se trataba de El liber-
Olra pieza extraída de una de las óperas mazar- tino ¡Don Giovannij, una famosa pero probablemente
lianas se ejecutó en por lo menos cuatro funciones no muy buena adaptación por Henry Rowley Bishop,
dísiintas durante lo decoda de 1 840. En 1 842, el el compositor británico y director orquestal del Covenl
neoyorquino George Slrong asistió al concierto del Garden. Con los complejos conjuntos, duelos, y arias
bassa ouffo italiano Giuseppe de Begnis, cuyo inter- del original simplificados en gran medida, su adopta-
pretación de "una cosa" de Mozarl resultó ser "una ción fue llevada al Park Theotre de Nueva York en
de las meares piezas de la noche". En ¡843, en un 1817. Las versiones del Don Giovonni siguieron
concierto dirigido por el pianista, organista, tocador representándose ocosionalmente. En 1 827 la ópera
de trombón y maestro de orquesta alemán Henry apareció en una versión bastarda y en compañía de
Timm, Slrong volvió a escuchar la misteriosa pieza, a farsa George Barnwell de Lillo. En 1837 se repre-
esta vez con menos placer "Nunca anles la había sentó en Filaaelfia, en donde su puesta en escena fue
escuchado interpretada de esta manera. Nunca anuncioda como "por primera vez en América en
admiré la pieza en parliculor. pero escuchar a una traducción fidedigna".
Mozart en semejante eslito es una profonación róm-
pante". Slrong oyó por tercera vez el elusivo sexteto De las otras óperas de Mozarl, ía flauta Mágica
mozarliano en una función a beneficio de la Ameri- y ías bodas de Fígaro también fueron representadas
can Fund Society llevada a cabo en 1 848. Esta vez en América ía flauta apareció en lo esceno del Park
su impresión fue la siguiente: "¡Sombras de Mozart! Theatre en 1833, junto con la farsa ¿a versión de
[Por piedad, huyan, dense prisa! Desde la Donna todo el mundo. Por supuesto, lo ópera era una adap-
Anno de Mrs. Loder hasta el Leporello de Novelli, fue tación al inglés de Charles Edward Home, en lugar
un fracaso total". El sexteto en cuestión, interpretado del original.
también 1841 por la compañía británica de Arlhur Pero ías bodas de Fígaro fue la ópera mozoriiona
Seguin. es el Solo, sola, in bu¡o loco de Don Giovan- que los americanos del temprano siglo XIX conocie-
ron mejor, enire oíros rozones porque la popularidad
de El barbero de Sevilla los había familiarizado con
los personajes. En mayo de 1823, la carteiero del
Park Theatre anunciaba las versiones de Bishop del
Fígaro y del Barbero, seguidas del melodrama ía
IV chozo del carpintero. Dos años mar larde, un crítico
comentaba que el Fígaro había tenido mucho éxito
L a documentación más interesante y accesible con- en su representación más reaeme, de nuevo en el
cierne a las más tempranas representaciones de las Park pero esa vez acompañado del melodrama
óperas de Mozart, ocurridas en las décadas de Vanagloria o El sino de Frankenstein. Lo versión tuvo
I 820 y I 830. Anterior a los mismas, el único géne- un par de representaciones más en 1827 y 1828. la
ro de opera conocido había sido la balada operísti- primera ¡unto o uno comedia y lo segunda ¡unto a
ca que, originada en Inglaterra, se había cullivado y uno farsa. Y en 1831 hubo otra función en el Chat-
hecho popular en América. Pero los americanos te- ham's Thealre, la cual fue probablemente producida
nían -y todovia tienen- un gusto por la variedad y la por el New Orleans Theatre.
novedad; de ohi que los óperas pudiesen introducirse Originaria de Nueva Orleans, la compañía itine-
en el país, que se las alterase o abrevíase, y que se rante New Orleons Thealre representó 64 óperas de
las pusiese en cartelera junio a una farsa o un vode- 24 compositores distintos en un periodo de seis años
vil. De ahí también que aún en la década de 1840 (1 827-1833], para un total de 251 funciones reparti-
distinciones como la de música popular-música clási- das enire Nueva York, Filode'lia, Boston, y Baltimore.
ca apenas si se hiciesen, y que cualquier coso que Las representaciones eran en francés, uno de tos dos
se vendiese para cantarse al calor del hogar se con- idiomas hablados en su ciudad de procedencia
virtiese en la músico del momento. Este fue el caso de -Nueva Orleons habió sido originalmente una coló-
nía francesa. Lo Orleons también se salía de lo era de tenor. García cantó el rol principal, que
corriente porque, a despecho de ser una compañía requiere un barítono. Se afirma que García también
americana, representaba óperas completas en lugar dirigió la orquesta, pero esta posibilidad resulla un
de pastiches u óperas condensodas. Fuera de Nueva tanto absurda. Probablemente María contó Zerlina, y
Orleans, el entusiasmo por el grupo parece haber Da Ponte mismo consiguió y pagó -con su dinero y
sido moderado. De acuerdo con un crílíco neoyorqui- el de algunos pupilos- al cantante apropiado pora e
no, los miembros de la Compañía eran buenos músi- rol de Don Ottavio (Un miembro de la compañía,
cos y notables comediantes, pera no pasaban de ser Giovanni Crevelli, ero segundo tenor). Puesto que
actores dramáticos de segunda o tercera clase. Los sabían leer música, los miembros del coro de una
óperas que más representaron fueron las de Francois- iglesia sirvieron de coro de lo ópera.
Adrien Boieldieu, en tanto que su única función de Un periodista que asistió a lo puesta en escena
(as bodas de Figaro fue un fracaso absoluto. narro que García no salía de su agitación en el vano
Fígaro tuvo mayor éxito en el corazón de Nueva intento de mantener a la orquesta y los cantantes sin-
Orleans, en donde el American Theatre lo tuvo a cronizados, hasta que finalmente se había parado en
menudo en cartelera. Abierto por James Caldwell el mismo frente del escenario y, rogando ol público
en 1835, su fundador escogió el Fígaro como la que mantuviese el silencio y la caima, había excla-
primera ópera completa que debía representarse en mado que ero una vergüenza acribillar a una obra
sus tablas. El éxito inmediato de la ópera condu|o a maestra como aquélla. A continuación, los cantantes
que se la repitiese dos dias después, asi como tam- y la orquesta habían comenzado "la opero de
bién al año siguiente. Además, Caldwell llevó triun- nuevo", habían ejercido "mayor control sobre sí mis-
falmente a la escena Don Giovanni y a obras tales • . i i ' -

mos , se habían "esforzado a máximo y habí'i on


i i .

como La judia de Halévy. Caldwell ofreció estas "finalizado alegremente la obra". Por otro lado, quie-
óperas en inglés, pero cualquiera que fuese el len- nes vieron o García en el rol estelar afirmaron que, si
bien fuera del escenario el empresario se afirma que
§euajela audiencia
en que las mismas se interpretasen, los gustos
nuevorlondeso se seguían inclinan- lucio ordinario, durante la función "lució como el per-
do hacía la música popular. Durante una de las fun- fecto Donjuán". A despecho de todos los contratiem-
ciones de Don Giovanni, la renombrada cantante pos y desavenencias, la ópera fue un éxito que Gor-
Madame Feron hubo de cantar cuatro canciones da volvería a representar por tres ocasiones durante
americanas, incluyendo Acércate, te suplico aue te la temporada de diez meses.
arrodilles ante mi (Come Priíhee Kneel lo Mej para Por su parte, Da Ponte intentó establecer una com-
satisfacer así la fuerte demanda del público de can- pañía permanente de ópera en 1832. De ahí que
ciones populares. escribiese e intentase asociarse con el tenor francés
La tarea de enseñar a los neófitos qué era la Giovanni Montresor, a quien aseguró que Rossini y
ópera le había correspondido a las compañías visi- Mozart eron los más importantes compositores de
tantes, no todas los cuales habían tenido éxito. La pri- ópera en América. Da Ponte también sugirió 16 ópe-
mera de ellas fue una compañía de tealro encabeza- ras que la compañía de Montresor podía representar
da por el tenor español Manuel García, quien llegó en América, de las cuales seis estaban escritas con
a Nueva York en noviembre de 1825, a sus 5 0 libreto de Da Ponte mismo. Montresor no représenlo
años. García fue responsable de la primera produc- ninguna de ellas durante su estancia en la nación,
ción operística en italiano representada en América: concentrándose par el contrario en las obras de Ros-
El barbero de Sevilla, en 1 825 y en el Park Thealre. sini, Bellini, y Mercadanle. Sí siguió, sin embargo,
Entre los contantes estuvieron incluidos tonto su espo- os consejos del octogenario en torno a la escasez
sa (Joaquina Stíches] como sus hijos Manuel, Paulíne de músicos a tiempo completo, un dilema con el cua
[más tarde Garcío-Viardot], y María (más tarde Mali- Da Ponte se había familiarizado a través de su rela-
bran) A su llegada, García se encontró con la sor- ción con García y compañía. De ahí que Montresor
presa de que no existían orquestas profesionales tra- viniese acompañado de varios músicos de primera
bajando a tiempo completo. En consecuencia, las clase, incluyendo a dos que tocaban eí oboe y que,
funciones de lo compañía evidenciaban lagunas, por ende, brindaron a los neoyorquinos su primera
toda vez que músicos e instrumentos, iaíes como oportunidad de escuchar el sonido del instrumento.
oboes, trompetas, y timbales, no eran siempre accesí-
El viaje de la compañía de Montresor o Nueva
bles. Para colmo efe dificultades, e empresario espo- York y su temporada en la Richmond Opera House
ñol y sus cantantes también tenían que desempeña; resultaron un desasiré financiero de grandes propor-
labores tras bastidores, ya que no había trabajadores ciones. Una de las fuentes afirma que Montresor no
especializados en el manejo de utilería. tuvo tonto éxito como García porque lo ópera italia-
Lorenza Da Ponte, el anteriormente libretista na ya no era novedad para las audiencias, las cua-
mozarliono que paro entonces estaba viviendo en les preferían de cualquier manera las versiones canta-
América, asistió a una de las funciones de García y, das en inglés
acto seguido, intentó persuadirlo para que represen- En 1833, también Da Ponte incurrió en una consi-
tase Don Giovanni. Según se afirma, Da Ponte le derable pérdida financiera al construir una magnífico
habría expresado a García sus ansias de disfrutar de Italian Opera House a un costo de 150.000 dóla-
la ópera una vez más antes de que me muera". De res. En su año y medio de duración, la Casa ofreció
acuerdo con otra versión de la misma historia, Da a Rossini, Pocíní, y Gmarosa, pero nunca o Mozarl.
Ponte se habría topado con García en un hotel, y Da Ponte murió en 1838, no sin antes quejarse de
García le habría complacido cantándole en el acto que sus libretos para Mozart, Salíeri, Storoce y Mar-
el Ario del champán. tin y Soler no se representaban, mientras que Rossini
Fuera el encuentro como íuese, García prestó prevalecía en todas partes.
atención a Da Ponte, y la compañía representó Don La defunción de Da Ponte y la publicación del
Giovanni el 23 de mayo de 1826. Aunque su voz siguiente articulo en The Musical Review and Record
oí Musicol Science and Inlelíigence |Nueva York) ocu- de 1 846 dejó maravillado a George Strong, quien
rrieron durante el mismo oño: consideró el segundo movimiento de la Binlonia
como "el gran cañón de lo función musical... tan diá-
Después del revelador Iracaso de Da Ponte y Rivifinoli fano y patente, sin tremendos contrastes de luz y som-
[su socio] en su intento de forjar las bases para una compo- bra... nada más que un precioso compás expresado
nía de opero permanente en los Estados Unidos, nos incli- relajada, simple y naturalmente". El 2o de abril de
namos a opinar que no habrá intentos adicionales para 1845 la Filarmónica había optado por tocar la Sinfo-
trasladar esa músico de un clima extranjera a este poís .
[pero con la visita de] la Compañía de La Habano [nos nía n° 40 en sol menor, y la reacción de un miembro
encontramos (rente a) una de las mejores que haya cruzado de la audiencia había sido todavía más entusiasta
el Atlántico .. los acaudalado; melómanos españoles siem- que la de Slrong en 1 84Ó. Richard Grant While elo-
pre han pagado muy bien a los cantantes de opera. giaría la pieza por ser "uno de los trabajos orquesta-
les más perfectamente concebidos y exquisitamente
preparados que existan", con una "intensidad en su
La compañía doria 1 2 funciones de Normo y de patetismo y grandeza que no se le atribuyen [a
otras óperas de Bellini y Donizetti, pero ninguna de Mozart], aunque él bien que se los merece". Y el 9
Mozart. de enero de 1 847, la prestigiosa orquesta sumó a su
Como resultado del crecimiento de la comunidad repertorio la Sinfonía n° 39 en mi bemol mayor, o
alemana en Nueva York, la Germán Opera Com- cuyo Andante Stronq tildó de "brillante", "lleno de
pany fue creada en 1 845. Su propósito era represen- ' < O ll | ^ " I L " I
tar en alemán óperas tales como Don Giovonni, La espíritu , muy rela|ante y, en una palabra, adora-
Flauta mágica, y Der Freischütz de Weber. Después
de una noche de estreno bien concurrida, seguida ble" .
por un puñado de funciones, y a despecho de críti- La Filarmónica también había ejecutado la música
cas consistentemente favorables, la Componía se de cámara de diversos compositores en sus funciones
derrumbó sin haber representado ópera mozarlíono más tempranas, pero el director de orquesta y violinis-
alguna. Simplemente, ni siquiera la audiencia alema- ta U.C. Hill fue el primero en ofrecer un concierto
na estaba interesada. exclusivamente de música de cámara (1843). Su
concierto incluyó música de Beethoven y Ferdinand
La faifa de interés y el repudio hacia la ópera en Ríes, y una pieza de Mozart que, según un especta-
general y hacia la ópera extranjera en particular pro- dor, fue admirablemente tocada". Tuvieron que
venían de tres sectores. Los fundadores de América pasar sies años antes de que otro cuarteto de cuerda
habían sido Puritanos, y muchos de sus descendientes se tocase. El músico y periodista Hermann Saroní pre-
conservaban prejuicios religiosos en contra del teatro. sidió esta función a beneficio de su periódico, el
Aristócratas o de la clase media, la mayoría de los Musical Times. Durante la misma se interpretó no
americanos objetaban que los óperas fuesen canta- solamente música de cámara de Mendelssonn, Beet-
das en un idioma que no comprendían. Y la clase hoven, y Olio Dressel, sino también uno de los cuarte-
media se resentía de que la aristocracia se pudiese tos de cuerda en re menor de Mozart. La función fue
dar el lu|O de ocupar palcos privados en los teatros, un éxito de critica, pero un fracaso financiero. Pocos
en tanto que ellos apenas 5¡ podían costeorse el americanos asistieron, y pocos asistirían a futuras eje-
asiento más modesto. cuciones de una música que era poco popular y que
requería mucha concentración. Aun en el siglo M , e
historiador musical Louís O Elson arguye que "la
apreciación de la escuela...de música de cuarteto de
VI cuerda requiere un alto grado de sofisticación músi-
ca que difícilmente puede esperarse de las masas"
L/urante la década de los años 1840, varias agru- Quizás las masas neoyorquinas conocían y apre-
paciones musicales e instituciones religiosas ejecuta- ciaban mejor la Miso ns 12 y el Réquiem de Mozart,
ron otros géneros de música mozartiana. Algunas de puesto que ambas piezas se habían estado tocando
estas piezas mozarlianas se tocaban completas por de vez en cuando en la Iglesia de St. Peter desde a
primera vez; otras nunca se hablan ejecutado en menos la década de 1 830. Las fuentes enumeran
América: la Misa n~ 12, el Réquiem, la música de tres ejecuciones de la Miso en esta iglesia, una en
cámara, y los sinfonías Este nuevo giro en la recep- 1838 otra en 1840, y la tercera en 1843. Ade-
ción de Mozart fue el resultado del consistente avan- más la Mendeissohn Associotions la tocó para el
ce de lo nación hacia un mundo musical más estiliza- público en general durante su concierto del 7 de
do, asi como también el desembarco de más músicos enero de 1 830, en el Brooklyn Athenaeum.
europeos en las grandes ciudades -en especial, de En cuanto al Réquiem, tanto grupos religiosos
directores de orquesta alemanes- y de una prolonga- como compañías artísticas lo habían ejecutado
da práctico por parte de los músicos nativos. Particu- desde fecha temprana. En ocasiones, lo pieza se utili-
larmente relevantes fueron la buena prensa que las zó pora conmemorar hechos y personajes importan-
orquestas y las obras de Mozart comenzaban a dis- tes. La New-York Sacred Music Society lo e|ecutó en
frutar con mayor consistencia, y la fundación de la 1833, y la función en la iglesia de Si. Peter luvo
Orquesta Filarmónica de Nueva York en 1842. lugar en 1845. Por otra parte, el 1 3 de abril de
A lo largo de la década, la Filarmónica regaló a 1837 el Columbio College había celebrado los cin-
sus audiencias con vorias sinfonías de Mozart duran- cuenta años de su privatización con una procesión
te sus presentaciones en el Apollo Rooms, y las mis- de la facultad y el alumnado, quienes finalmente se
mas parecen haber sido del agrado de los críticos y habían congregado en la capilla de St. John para
del público. En 1 844 la orquesta estrenó en Nueva disfrutar del Réquiem y tal vez de otras piezas cora-
York la Sinfonía Júpiter, pieza cuyo segundo movi- les. Por último, la compañía de ópera de Da Ponte-
miento ofrecieron en 1846, y cuyos Minueto y trío Rivifinoli había ejecutado el Réquiem en el City Hotel
ejecutaron en otro concierto en 1849. El concierto (1 835|; y lo French Opera Company haría otro tonto

'93
,Y

Manuel Garda.

Goacchino Ross/ni, o/eo de Ludwig Nauer.

194
en 1845, como porte de un tributo al entonces recién demos que se ha dado el rol estelar a Beneventano. No
fallecido presidente Andrewjackson. sobemos de nadie más que pueda interpretar un popel ion
Si bien todavía escasas, ejecuciones del repertorio difícil, [esto es], siempre y cuando Signor Benevenlano
deje, aunque sea por una vez, la exageración que echa a
mozartiano comenzaban a tener lugar en otras ciuda- perder el efecto de su hermosa voz
des americanas, alentadas quizás por el incipiente
éxito de las funciones en Nueva York. La Sociedad de
Haendel y Haydn en Boston había presentado la Misa Después de haber asistido a la tan ansiado repre-
n° 12 tan temprano como en I 829, pero la ejecución sentación, el crítico no quedó complacido. El canto y
de la pieza parece haber sido una decisión aventura- la interpretación no habían sido de su agrado, a des-
da y excepcional dentro del repertorio que la Socie- pecho de que:
dad tocaba rutinariamente -de necho, no sería hasta
1857 que volverían a tocar a Mozart, y en eso oca- ... no hay obro alguna que hoyo establecido Ion bien
sión se limitoríon o meras selecciones del Réquiem-. como Don Giovonni la superioridad de la música verdade-
ramente dramálica sobre el eslilo charro y superficial de lo
Boston también fue sede de la primera ejecución a escuela italiana [Es] una obro de arle que no liene parale-
nivel nacional de la Sinfonía Júpiter, a cargo de la Bos- los ni en términos de codo una de sus parles ni en su totali-
ton Musical Society y su director, Henry Schmidt, en dad.
1841. A ésta siguió uno función en 1843 por la Bos-
ton Academy of Music en el Odeon, función que sería Según el critico, Benevenlano se había comporta-
criticada en el Boston Posl. La crítica de uno de los do como un actor "vulgar" y en lo musical había
más importantes periódicos de la ciudad fue, sin sonado "vocinglero y crudo". El critico también
embargo, tan breve como un telegrama: el concierto deploraba que Sanquirico, como leporello, hubiese
había estado bien y las ejecuciones habían sido bue- "compensado con su bufonería lo que le hacía falta
nas. Schmidt y compañía ejecutaron nuevamente la en calidad vocal", y que Bertocci como Zerlina se
Júpiter en 1849, mas en 1 850 se decidieron por la hubiese mostrado apática, tanto en la actuoción
Sinfonía n9 39 en mi bemol mayor. También, en 1 850, como en el canto. Y si bien la Patti (Donna Elvira]
pero en Ballimore, la Germania Musical Sociely locó había "cantfado] correctamente y luefido] comparati-
las Sinfonías Haffner y Praga. Finalmente, la obertura
de Don Giovanni fue escucnada en Saint Louis el 7 de vamente relajada en su papel... la DÍen ejecutada
octubre de 1845 -por la Polyhymnía Orchestra- y lo partitura parecía sentarle como camisa de fuerzo a
obertura de La Clemenza fue ejecutada en el Concert resto de los intérpretes". En cuanto a lo armonía entre
Hall de Boston el 2 de diciembre de 1843. la orquesta y los intérpretes, "no bien se daban la
vuelta los espantados cantantes, cuando abismos y
Durante los siguientes décadas, las obras de precipicios se les presentaban [en el camino], y
Mozart, especialmente las sinfonías y los conciertos, hacia falta la diestra guía de un ducho muletero para
serían interpretadas más a menudo, probablemente o encauzar a un paraje seguro a aquéllos cuyo custo-
consecuencia de las favorables críticos periodísticas dia se le hobía confiado'. Quizás la audiencia no
a Mozarl y a sus intérpretes. Estas críticos habían estuvo de acuerdo; después de todo, Fin ch'han dal
comenzado a aparecer en los años 1840. En 1 841 vino fue repelida durante la función. Mas en lo que
el North American and Daily Advertiser reseñó una concernía al crítico, la primera función había sido en
función de la flauta mágica por la compañía inglesa realidad "el último ensayo". Afortunadamente, el criti-
de Arlhur Seguin, e v a l u a n d o a la orquesta y a co también asistió a la segunda función, lo cual elo-
Mozart de la siguiente manera: gió porque "[t]odos los artistas se movieron con
mayor rapidez, cantaron mejor, y actuaron con más
dignidad .
...[L]o orquesto fue una de las mejores que hoyamos
escuchado en este país y ellos rindieron magníficos concep- En conclusión, para la década de 1 850 las ópe-
ciones de Mozart, el Rafael de la música, con lodo el fer- ras empezaban a ser representadas y criticadas
voi y la delicadeza que él podría haber deseado. No es, como óperas, y uno culturo más sofisticado comenza-
sin embargo, lo dase de música impresionante y fogosa ba a emerger. Aunque Mozart tendría que esperar
que induce a entusiasmo. Su armonía es admirable, pero lo
audiencia, acostumbrada o las apasionadas arias de Belli- todavía un largo tiempo antes de que América lo
ni, parecía lamentar su falta de expresividad. reconociese como uno de los más grandes composi-
lores musicales de todos los tiempos, el sendero
hacia su inmensa fama y prestigio entre los america-
Comentarios apreciativos a una ópera mozartiana nos ya estaba delineado.
aparecieron finalmente el 2 9 de enero de 1 8 5 0 en
el Musical Times:
Jeffrey Clausen Sm'ttb
Estamos esperando ansiosamente Don Giovanni. Enten- Traducción: Ivan Santiago Mercado

195
Wsto de París desde el Puente Reo/. Charles Laurent Grevenbroedt.

1'96
ozón, que estuvo Ires veces en París
LOS COMIENZOS
M
(I 763-1 7 6 4 , I 7 7 6 y I 7 7 8 ] , no ero
totalmente desconocido en Francia cuan-

DE MOZART do vivía. Pero su reputación alli, ontes de


la segundo década del siglo XIX, nunca
fue igual a la de Haydn por diversas rozones que
EN FRANCIA habrío que onoiar, en la mayor porte de los casos,
en el debe de sus contemporáneos. Si las sinfonías
de Haydn, a partir de 1770 aproximadamente, te
nian amplia difusión en París mientras que las de
Mozart no lo serían hasta mucho mós tarde y en un
grado bastante menor, es, entre otros motivos, porque
eran rr\ás numerosas y más vanadas y porque su
autor, por una parte, tenía mós edad (había podido,
aunque muchas veces sin saberlo, ser el primero en
esta parcela desde los inicios del género), y por otra,
no vivía a la sombra de un padre, celoso o veces por
conservar, poro uso exclusivo de lo familia, las obras
de su hijo [el principe Esterházy se mostró al respecto
absolutamente liberal y, además, na hubiera podido
actuar de otro formo). Lo situación no varió hasta
mucho tiempo después. En el Concerl Spiriluei, funda-
do en 1725 y que cesaría sus actividades en 1790
ante el empuje de los acontecimientos revoluciona-
rios, se interpretaron cerca de doscientas sinfonías de
Hoydn (una aislado en I 773, después de manera
regular desde I 777 a I 790), y sólo uno quincena
de Sinfonías de Mozart [de 1778 a 1789). A la
muerte de éste en 1791, únicamente tres de sus sinfo-
nías hobion sido publícodas: lo n.° 31 en re K 297
/París/, por Síeber en Porís, antes de ¡783, y la n.B
33 en si bemol K 3 / 9, al igual que lo n.- 35 en re K
385 IHaffner}, por Arlario en Vieno, en 1785.
Muchas de ellas habían circulado en manuscrito,
pero principalmente en los países germánicos.

Por lo que respecto a los siete Irlos con piono de


Mozart (incluyendo el escrito para viola y clarinete K
498), seis de ellos, no obstante, habían sido publica-
dos en Poris entre 1781 -1782 y 1791, y el séptimo
(K 49&¡ lo seria en 1798. La edición víenesa Artaria
(septiembre de 1785) de los seis Cuartetos Hoydn se
podía adquirir en París a fines de ese año, pero la
primero edición francesa de estas obros no apareció
hasta 1795 (editada por Imbaull). En esta última
fecha, lo situación permaneció estancada. Incluso e
primer acontecimiento de cierta importancia ocurrido
en Porís después de la muerte de Mozart, el intento
de montar ¡as bodas de Figaio en versión francesa,
en la Gran Opera, en mayo de I 793, había sido un
esfuerzo inútil. Bien es verdad que se le había añadi-
do a la ópera de Mozart la casi totalidad del texto
de Beaumarchais, lo que hacía interminable la repre-
sentación. Además, la presencia de un texto hablado
en lugar de los recitativos resultaba chocante. El Jour-
nol género! de France habló sin embargo, de *¡a
soberbia músico de Mozort, distinguido artista, muer-
to hace un año en Viena ol servicio del emperador»,
y el Monileur universel proclamó: 'En suma, esta
obra, de uno longitud excesiva, con muchas supresio-
nes, puede esperar el éxito*. Pero los tiempos aún no
eran los apropiados y no se puede por menos de
comprobar que, hasta 1800, Mozart fue interpretado
muy pocas veces en los conciertos parisinos a pesar
de la multiplicación de la ediciones de sus obras.

El giro decisivo, que anunciaba futuros triunfos,


tuvo lugar en 1 8 0 1 . Aquel año, en efecto, vio la
publicación de las dos primetas biografías en lengua
Francesa del compositor, lo interpretación de los Ms-

'97
terios de Isis [pastiche, o más bien parodia, sacada mayer calculaba permanecer en Paris seis meses. Al
de la Flauta mágico), que tuvo un considerable éxito no poder conseguir la Salle Favatt, se instaló en e
y conmovió, sin duda, las imaginaciones y la tentati- Teatro de la Cité, rebautizado para la ocasión como
va de instalar en París una ópera alemana que tomó Tealro Mozari. Se interpretó el Rapto en el Serrallo
el nombre de Teatro Mozart Las dos biografías no por primera vez en París, en su versión oiiginol (se
eran en realidad más que traducciones-adaptaciones habían dado algunas representaciones en francés en
del alemán; una de ellas, por Cari Friedricn Cramer seplíembre de T798, en el Liceo de las Artes), con
(1752-1807), profesor de filosofía durante mucho Aloysia Lange (de la que aparentemenle nadie resalló
tiempo en Kiel y establecido en París, dadas sus sim- que había sido familiar de Mozart un cuarto de siglo
patías por la Revolución, a partir de los Testimonios y antes) en el papel de Constanza. Resultó un fracaso
anécdotas sobre Mozari publicados en 1798 por artístico y financiero: a la tercera representación del
Johann Friedrich Rochlitz (1769-1842) en el periódi- Rapto la sala estaba prácticamente vacía. Después
co de Leipzig Altgemeine Musikalische Zeitung; la de haber presentado obras de Diliersdorf. Wenzel
otra, por el asacianoj. F. Winckler a partir de la Müller, Süssmayr y Haibel, Haselmayer abandonó, a
Necrológico de Schlichiegroll (1792). Estas dos escondidas, París a primeros de diciembre; es decir,
publicaciones no eran más que una sucesión de al cabo de tres semanas y no de seis meses como se
anécdotas más o menos auténticas, pero la segunda había imaginado, dejando iras de sí una troupe
tenía el mérito de contar, aunque fuero en modo desamparada, abandonada por sus estrellas y que,
breve, la carrera de Mozart, y una y otro contribuye- Finalmente, se vio obligado a solicitar del gobierno
ron a su popularidad en Francia (muchas de estas francés que pagase su v¡a¡e de regreso. Asi terminó
anécdotas fueron vueltas a publicar por el Correspon- este primer intento de aclimatar en París lo ópera en
dance des Amateurs Musiciens, revista publicada en engua alemana: si hubiera triunfado, habría permílí-
París, desde noviembre de 1 802 a abril de 1805). do al público (y también a los periodistas franceses]
conocer a fondo el singspiel vienes de la éooca de
El clan de los Mozartómanos (la denominación Mozart y Haydn.
aparece en la prensa de la época) hizo de los Miste-
rios de 's/s un triunfo en el Tealro de la República y El idioma fue, en efecto, un obstáculo, pero (el fra-
las Artes, el 20 de agosto de 1 8 0 1 , a pesar de las caso] se achacó también a la mediocridad (real o
mutilaciones y Iransformaciones que había sufrido la supuesta) de los cantantes y a la banalidad de los
Flauta mágica. El libro habla sido modificado por libretos («el francés quiere obras y música, y esta últi-
Morel de Chefdeville, director de la entidad y la ma sola no basto»). Pero sobre todo, algunos temían
música arreglada por el compositor checo LouisVVen- que una empresa como aquélla fuese perjudicia
ceslas Lachniíz, parisino de adopción y especialista para el arle nacional, dado que, además, en las mis-
en este género de trabajos. Lachniíz introdujo incluso mas fechas (1 801) se reimplantaba en París la ópera
en la obra algunos pasajes de Haydn, como el inicio italiana. «gNo es extraño que se pretenda imponer a
misterioso de su Sinfonía n9 103 ¡Redoble de timba- los Franceses el abandono de sus obras maestras y
les!. El público, sin embargo, escuchó tres amplios alraerlos a espectáculos s¡n forma y bárbaros, de los
extractos de la partitura original, la obertura entre que no se entiende una palabra y con los que uno se
ellos, y, para muchos, fue un deslumbramiento, como sonrojaría aún más si los entendiese?» (Décade philo-
lo atestigua esto reseño: "Es una música donde se sophique, littétaire et politique, del 1 1 de diciembre
encuentran una energía, un vigor y, al mismo tiempo de 1801). 'Los italianos cruzan los Alpes, los alema-
una melodía celestial». Los compositores franceses de nes pasan el Rhin para ofrecernos su música. Desgra-
moda se dedicaron a crear variaciones sobre las Mis- ciadamente para ellos, tal produelo abunda en nues-
terios de Isis y también testimonio el triunfo alcanzada tro país; es llevar madera al bosque, agua al río...
el hecho de que, durante el período 1801 -1 810, fue Cuando se tiene el Tealro Feydeu, gquíén se atreverá
la ópera que tuvo en París mayor número de repre- a ir al Teatro de la Cité (Teatro Mozaii)?» [jouwal des
sentaciones (68). No obslanie, esta dirección en la Débats del 24 de noviembre de 1801).
Opera de una obia maestra extranjero traducida al
francés, era algo excepcional Por otro lado, no con- Esfas recriminaciones no impidieron que continua-
siguió la unanimidad, porque el clan de los clásicos ra la evolución. Un suceso, considerado porliculai-
reagrupado en torno al crítico oficial Julíen-Louis Geof- mente importante, fue la ejecución francesa del
froy, se enfureció. Réquiem el 21 de diciembre de 1 804 en Saint-Ger-
mam 1'Auxerrcns, por lo orquesta de alumnos del Con-
Las actividades del Teatro Mozart (abierto el 16 servatorio, bajo la dirección de Cherubim. De entre
de noviembre de I 801) suscitaron controversias lodo- las grandes obras corales víenesas, París sólo había
vía más violentas. En un artículo del I de diciembre, escuchado hasta entonces el Stabot Moler ¡después
Pierre-Louis Gingjené saludó como un auténtico acon- de 1781] y, sobre todo, La Creación (24 de diciem-
tecimiento que «un teatro se abra ba|O los auspicios bre de 1800) de Haydn. El Cottespondance des
de este hombre extraordinario y se anuncie como Amateurs Musiaens [ahora llamado Cotrespondance
casi exclusivamente dedicado a hacernos conocer, des Professews et Amateurs de Musique) que en su
en versión original, sus obras maestras, hasta el pré- número del 1 8 de enero de 1 804 había desvelado
senle desfiguradas por las ((aducciones y por uno eje- a sus lectores como, «anécdota sobre Mozaft», la
cución a menudo infiel». Debido ol Iriunfo de los Mis- misteriosa génesis de la obra, les anunció el 30 de
terios de /sis, se había hecho venir a París una troupe octubre su próxima ejecución, antes de dedicarle un
alemana que habla permanecido en Slrasburgo, de detallado análisis a lo largo de nueve números conse-
junio a octubre, representando con notable éxito Don cutivos (del 3 de noviembre al 29 de diciembre).
Juan y la Flauta mágico, y cuyo diiector, llamado También en esta último fecha, al hacer lo reseña del
Haselmayer |de Stuttgart] se habla preocupado de concierto del día 21 en Soint-Germain l'Auxerrois, e
conlratar numerosas vedettes, entre ellas Aloysia periódico recordó que, once años anles en París,
Longe, nacida Weber (la cuñada de Mozart). Hasel- Fígaro había sido 'desfiguiado por completo», y que,
poco después, pata hacer de lo flauta mágica un Acto I, cuolro años antes, en el Journal de l'Empire
• poema soportable*, habió sido necesario cambiar del 5 de mayo de 1812, no había ocultado sus ver-
las formas y darle mucho más extensión... Era una daderos pensamientos: «El outor de este aburrimiento,
imperfección, pero hobía que decidirse por ello o que se hace el amo desde hace algún liempo y
renunciar una vez más a escuchar o música de adquiere derecho de ciudadanía en nuestras concier-
Mozarl. Hasta el presente, pues, no habió sido toda- tos, el culpable, es Mozarl'.
vía ejecutado ninquna obra completo de esie compo- El 5 de diciembre de 1810 apareció en [es
sitor y tol como éria había creado. Le estaba reserva- Tablelles de Polymnie un articulo titulado íe Nozze di
do a una entidad pública, cuya utilidad se manifiesta Fígaro, que reflejaba bastante bien lo diversidad de
codo vez más y que extiende, dia a día, los domi- los problemas y las reacciones de la época:
nios de los conocimientos musicales, al conservatorio
francés, en suma, y o uno de sus directores más dis-
Cuando algunas óperas nuevas lienen un éxilo dudoso
tinguidos, M. Cherubini, dar o conocer una de los o mediocre, la Administración pone de nuevo en carlel íe
obras maestros de Mozart, tal y como había sido Nozze di Figoio, lo que le asegura una bueno recauda-
concebida por este hombre justamente célebre- La ción. Esto ópera es una de las obras maestros de Mozarl.
impresión producida por el Réquiem fue profundo y Reina en ella una abundancia de riquezas armónicas, uni-
duradera, la partitura de orquesta apareció inmedia- das a melodías cuya frescura y pureza hacen desear conti-
tamente después [1805], siempre bajo la supervisión nuamente escucharlas uno vez más Es lal e! encanto que
del Conservatorio, con un importante y elogioso pró- esta ópera nos hace experimentar, que uno se olvida, al
logo que aportaba a los franceses nuevos detalles escucharla, de que este monta|e destruye sus principales
sobre Mozart, obtenidos, en su mayor parle, de la efectos .. Los alemanes escuchan esta música con mucho
placer, pero con calma y sin asombro [os oyentes france-
biografía publicada en Praga en 1 798 (con una ses, por el conirario, parecen escapados de Charenton un
dedicatoria a Haydn) por Niemetschek. entusiasmo fanático se apodera de ellos, sus músculos se
hinchan; realizan, de forma regular, una mueca o una horri-
Pera la suerie no estaba del todo echada y cuan- ble contorsión a cada fióse musicol, exclamando: '¡Ah,
do, en 1805, la Opera de París puso en cartel por esto es soberbiol, ¡Ah, esto es divino!', hasta lal punía que,
primera vez Don Juan (en versión francesa), fue con a menudo, sus exclamaciones ruidosas y convulsivos tapan
un arreólo musical de Kalkbrenner, con un libreto con- IQ VOZ de lo; actores. Los italianos, en general, encuendan
siderablemente transformado y con añadido de esta músico mediocre en lo que respecto a sus efectos.
Cuando descubren en ella un canlo agradable, conforme a
ballets, de tol forma que, en el momento final, las su melodia nacional, maldicen al instante los clarinetes, las
furias volaban por los aires y uno lluvia de fuego flautas, los oboes y toda lo armonio de los vientos que
inundaba la escena. Interpretada una treintena ae viene a perlurbar su disfrute, escondiendo y desnaluralizan-
veces, la pieza alcanzó cierto éxito, pero Geoffroy do la pureza y lo primitiva intención de la Frase musical. ¿A
hizo suyos algunos de los reproches que se le habían quién dav el pleito por ganado en esle singular proceso?
dirigido a Mozart en su época: *Hay demasiado No intenlaremos decidir lo cuestión y... nos limitaremos
música en Donjuán, los concertantes están tan multi- exclusivamente a repetir la opinión que hemos expuesto ya
plicados, son ton plenos y tan fuertes que los oyentes muchas veces. Mozart es [después de Haydn] el primero de
se encuentran, por así decirlo, aplastados bajo e lodos los grandes compositores, pero las riquezas de su
escuelo son como seductoras Irompas para cualquiera que
peso de la armonía... Nosotros tenemos demasiado pretenda imitarlo sin tener su genio.
gusto para soportar estas complicaciones de las par-
tes; nos gusto lo que es natural, sencillo y conmove-
dor, esto es lo único verdaderamente bueno y bello
3ue existe en música', [joumal de t'Empire de los Existe menos documentación, al menos detallada,
íus 19 y 20 de octubre de 1805). Las óperas italia- acerca de la penetración en Francia de las sinfonías
nos de Mozarl en su lengua original no suscitaron en de Mozarl, pero se sabe que durante toda la primera
él reacciones más favorables. La ópera italiana, década del siglo XIX, las de Haydn, en particular sus
reconstituido en 1801 dio las premieres francesas en recientes Londinenses, fueron, con mucho, los más
lengua italiana de le Nozze di Figaio, en I 807; de interpretados en París, primero como ejercicios públi-
Cosí fon tulle, en enero de 1 809 y de Don Govon- cos de los alumnos del Conservatorio, después, en el
rít, en 181 1, y en el Joumal de l'cmpite del 24 de programa de conciertos de lo rué de Cléry, y las que
marzo de 1810, Geoffroy escribió; «Ya anuncien marcaron una etapa decisiva en la interpretación de
una novedad o una recuperación de Mozarl, los la música sinfónica en Francia. La calidad de los con-
maestros de músico esparcidos por esla inmensa ciertos de la rué de Cléry fue alabada incluso en Ale-
capital y casi todos los afiliados o lo secta germánica mania y Austria. De ella se hicieron eco numerosos
hacen retumbar las casas decentes de París con cánli- alemanes que residían en París, entre ellos el composi-
eos en honor de Mozart, y su celo religioso no se tor Jahann Friedrich Reichordt (1752-18141, y en e
detiene hasta que no han convencido aT marido, la Allgemeine Musikalische Zeitung del 10 de febrero de
mujer o lo damisela poro ir a ver la obra maesira del I8U2 se puede leer, de la pluma de un corresponsal
Dios de la músico». En su libro La musique en Fiance parisino: 'Lo ejecución de los sinfonías de rloydn
des Lumiéres au Romantisme i 7 8 9 - 7 830 (París, sobrepasa todas las que he oido en Berlín, Municn o
198Ó), Jean Mongrédien hace resaltar que Félis, Vienav Con respecto o los de Mozart, el mismo
mucho más perspicaz, proclamaría más larde, con periódico del 8 de febrero de 1804 nos dice que se
relación a Fígaro, que 'esta obra maestra inició la habla de ellas con respeto en París, pero que 'todavía
reformo del gusio de la música en Francia e hizo no son degustadas verdaderamente». Al hacer la críti-
comprender a una población ignorante del arte los ca, en mayo de 1 810, de los dos recientes ejercicios
encantos que las riquezas de armonía e instrumenta- públicos de los alumnos del Conservatorio, la Tablettes
ción pueden añadir a bellos melodías*. La Clemenza de Polymnie evocó lo Júpile: (que todavía no era
di Tito fue dirigida en Paris, en italiano, el 20 de conocida por ese nombre) en términos significalivos:
mayo de 1816, pero Geoffroy, tros una audición del 'Mozart hacía los honores del primero de estos con-
ciertos. Su Sinfonía en do ofrece tales riquezas armó-

'99
(lieos, sus efectos son ton científicamente complejos hobía erigido portavoz, y nos muestra cómo el ascen-
que sólo con uno atención faliqosa se logra sequir y so de Mozart en Francia se correspondió con el de
IE ii ii i i la sensibilidad romántica. Geoffroy lo ptoclamó o su
captar los detalles de la orquesto y formarse una idea manera, él que protestó: «El progreso de la instrumen-
del complicodo entramodo que el compositor ha que- tación ha sido funesto pa/a la melodía; nuestras
rido trazar. Lo fugo a cuatro temas que pone fin a esta orquestas matan nuestros óperas». También la música
sinfonía es atendida únicamente por un número muy de cámara tomó partido por ello con lo fundación en
pequeño de conocedores, peto el público, que quiere 1814, entre otros sucesos notables, por el violinista
nacerse pasar por tal, la aplaude con tanto énfasis Pierre Baillot (1771-1842), de las Sesiones públicas
que no llega o comprender absolutamente nada de de música de camaia. Estos conciertos, concebidos
ella». En marzo de 181 1, el mismo periódico habló, con una dimensión abiertamente educativa, en un
sin embargo, y sin otro comentario, de «la bella Sinfo- momento en que la música de cámara pasaba de las
nía en sol menor de Mozart», antes de calificar a manos de los aficionados a las de los profesionales,
Beethoven de «extraño y batraco», y, al mes siguiente, durarían de forma ininterrumpida -y no sin que
escribió: "AAozart y Haydn son y serón siempre el más muchos otros lueran organizados siguiendo su ejem-
rico adorno de estos conciertos. Se viene a ellos para plo- hasta la muerte de Baillot en 1 842, y servirían
escuchar la perfecta ejecución de sus admirables sin- así de nexo con el París de la Sociedad de Concier-
fonias Las de Mozart tienen más viveza y esplendor, tos del Conservatorio (fundada en 1 828 por Habe-
su faclura es de un toque más severo, los detalles se neck para ofrecer el repertorio sinfónico, y en espe-
multiplican mucho más y, a menudo, es preciso escu- cial Beethoven) y con los Mozo/tómanos de la gene-
charlos muchas veces para poder analizarlos Las sin- ración de 1830 como Chopín o Delacroix. Desde su
fonías de Haydn íienen lodos una planificación sensa- primera temporada, de diciembre de 1814 a marzo
ta, elegante y correcta, melodías de pura frescura, de 1815, Baillot hizo escuchar, además de trece
una orquesta siempre clora incluso en los posaos que cuartetos de Haydn, siete obras de Beethoven, una
parecen consagrados exclusivamente a la ciencia... veintena de Boccherini, dos propias y una de Cheru-
Uno se olvida, con frecuencia, de que son sólo instru- bini, nueve de los diez grandes cuartetos de Mozort
mentos los que producen en el almo estos efectos (los seis Cuartetos Haydn y los tres p'usíonos, aunque
mágicos, los que lo embriagan de las sensaciones
más dulces, y creemos asistir a un espectáculo lírico
donde todas las posiones humanas están pintados no el Hottmeisler] asi como los cinco últimos de sus
con este acento de verdad, que sólo puede producir seis quintetos.
vivas emociones-.
Marc Vignal
Texto importante, porque al colocar las sinfonías (Traducción: Paz Juan)
de Mozart, consideradas, sin emborgo, siempre
como mucho más difíciles, cosí al mismo nivel que las I. Noto de Z: Famoso manicomio 'ronces situado en
de Haydn, igualo, en el terreno expresivo, la música lo ciudad del mismo nombre, en el Departamento del Seno
instrumental con la música vocal. Con relación a este [actualmenfe se encuentra en territorio de Saint Maurice!.
último punto, rompía claramente con una cierto tradi- Como locución [•... escapados de...») serio el equivalente
ción francesa, de la que Rousseau en otro tiempo se francés, pot fama, de nuestro Gempozuelos.

Pierre-Augustin Carón de Beaumarchais

200
SINFONÍA CONCERTANTE K3M
CONCERTÓLE KI90
deutsche
harmonía
mundi
í
• * .

HORW CONCERTÓ K 4 4 7
SINFONÍA CONCERTANTE K 297b

í VV.
MOZART
CLABINET CONCERTÓ K 622
OBOE CONCERTÓ K314

A „* _
EDUION
Mourt Edttion. VoL 1
Conceno for Solo Instruments & Orchestra/
Konzert für Soloífistrument & Orchester/
Concertó pour InsirumenisSoIoA Orchestre/
Coocerlo per Slnunenti solisli & ordiestr;i
J. SchrinJer; M. Me Donald
Smiihsoman Thamber Orchestra/
:"•; Kammerorchester/Orchestre de Chambre/
Orehesira da Camera
Mozart Edhion. Vol. 2
Cooeerto for Solo IiisirumenisA Orehesira/
Konzert für Soloinsirument & Orchester/
Concertó pour Instruments Solo & Oichesire/
K2S5 285a-285fc- 296 Concertó per strumenii ?o]isu & oichestra
F. J. Maier, H. Hucke; H. Deinzer.
K. Botzky: W. Lcxuti: H. Crüts
Colle^um Aureum
EINE KLHHE NACHTMUSIK K555 Mozart tdition, Vol. 3
MVERTIMENII K247 * K287 Clarinet Concertó in A. Oboe Concertó in O
Klanneueokonzert A-dur. Oboeiikonzen C-dur/
Concertó pour Garinctic en la majeur.
Concertó pour Hautbois en ut majeur/
Concertó per clannelloiniaraaggiore.
Concertó per oboe in do mageiure
F. J- Maier; H. Deinzer: H. íTucke
Collegiun) Auremn
Moiarl Edidoo, Vol. 4
0 ui n le ts/Quín t e it e/Q u in lett e s/Quxn t el ti
Members of! Müglieder des/Membres de/
Membri del Collegiun) Aureum
Mozart EdHion, VoL S
SYMPHONIES Flute Quanets/Flütenquarteite/
Ouatuors pour FtÚtc'Quarietü per fiauto
lloa.33- 35-HjffiK--30-Unr.
Banhold Kuijken
Members oí/Mñ¿ieder des/Membres de/
Membri del CoUegium Aureum
SYMPHONIES
No». 38 .Fragüe. 39 RONDÓ K373
MozaHEditkHi,VoL6
Divertimenti.
Serenad es/Serenaden/Séré nades/Serénale
Members oí/Mitglicdcr des/Membres de'
Membri del CoUegium Aureum
Mozart Edhion. VoL 7
Symphonies/Svm phonien/
S ympbon ics/Si n fo nie
E J- Maier
^ - . Coücgium Aureum
Motar! Edhion. VoL S
S ym phu nies/Sjwiphonien/
Sy m p honies/Sinfonte
F. J- Maíer
SYMPHONIES CoUegium Aureum
Mozart Edhioii. VoL 9
S>-niphonÍes/Sym phonien/
Symphonies/Sinfonie
F.J. Maier
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ozart visitó Gran Bretaña solamente una
MOZART
EN GRAN
BRETAÑA
M vez y fue cuando contoba nada más que
ocho años. Pero podía haberlo hecho en
dos ocasiones más, y habría sido en
plena madurez. Si hubiese podido aceptar
las invitaciones, el curso de lo historia de lo músico
podía hober sido diferente. Pero el destino no lo
quiso así.
En noviembre de 1790, Mozart regresó a Víena
tras su visito o Francfort para la coronación de Leo-
poldo II. Allí le esperaba uno corto de O'Reilly, direc-
tor de la Opera Italiana de Londres, invitándole a ir a
dicha ciudad y a componer dos óperas. Por alguna
razón, Mazarí no aceptó. Dos óperas más... ¿qué
temas hubiera elegido?
Haydn, liberado de sus veintinueve años de servi-
cio con la familia Esterházy, por la muerte del prínci-
pe Nicolás en septiembre se había mudado a Víeno
y estaba sopesando los ofertas que tenía ante sí. Uno
mañana de diciembre, un extraño entró en sus habita-
ciones con esto brusca presentación: «Soy Solomon,
y he venido a llevarle conmigo a Londres1. Y asi lo
hizo.
Partieron el 15 de diciembre y Mozart, que no
era partidario del viaje, doda la edad de Hayan y su
relativamente limitada experiencia de viojor, exclamó:
•Temo que éste sea nuestro último adiós*.
Salomón sabía que en Haydn tenía un buen filón,
pero, siendo como era un asluto empresario, hacía
planes pora el futuro con mucha antelación. Durante
su estancia en Vieno conoció a Mozorf y le promelió
que, tan pronlo como expirara el conlralo con
Hoydn, él sería el siguiente invitado a sus conciertos
de Londres. Sin embargo, la visita de Haydn a
Londres se prolongó hasta junio de 1792, y por
aquel entonces hacia seis meses que Mozart nabía
muerto Cuando recibió en Londres la noticia, Hoydn
exclamó: "Lo posteridad no verá olro talento igual
hasta dentro de cien años*, a los que H C. Robbins
London, en su valioso libro El último año de la vida
de Mozart, ha añadido: «La posteridad no lo ha vislo
en doscientos».
A pesor de la corta edad que Mozorl contaba,
esta única visita a Londres durante su infancia había
de tener una gran importancia. Fue allí donde escri-
bió sus dos primero sinfonías y también donde reci-
bió la influencia de Johonn Chnstian Boch, lo cua
había de reconocer hasta el final de sus días.
Leopold, Nannerl y Wolfgong salieron de Salzbur-
go para una larga gira de conciertos el 9 de junio
de 1763, deteniéndose en Munich, Augsburg (lugar
de nacimiento de Leopold|, Francfort y Bruselas entre
otros lugares, y llegando finalmente o París, donde
fueron instados a conlinuar a Londres. Salieron en
carruaje hacia Calais el 10 de abril de 1764. Allí
tuvieron que esperar hasta el día 22 para cruzar el
Canal y parece ser que tuvieron una travesía difícil.
Probablemente veian su recibimiento en Londres
como una buena compensación del agitado mor que
tuvieron durante lodo el viaje. Al llegar se olo|aron en
Cecil Court, una pequeña vía de Tránsito ¡unto a St
Martin's Lone, y pronto fueron invitados a presentarse
ante el rey Jorge III y la reina Carlota, ambos aman-
tes entusiastas de lo música. Poco tiempo después
tuvo lugar una segunda visito, durante lo cuol Wolf-
gang interpretó varías piezas a primera vista y acom-
paño a la reina en un aria.
La visita continuó con gran éxito hasta que Leo-

202
pold cayó enfermo. Para acelerar su mejoría la fami- había de escribir en Viena entre el otoño de dicho
lia se trasladó al número 1 24 de Ebury Row, la año y diciembre de 1786], Mozarl rindió homenaje
actual Ebury Street, por entonces un Iranquilo barrio a su amigo de Londres citando un lema de la obertu-
ol lado de Westminster, que hoy en día forma porte ra de lo ópera La Calamita de' Cuori d e j . C. Bach.
casi en su totalidad del distrito Victoria de la ciudad. En varios ocasiones dejó constancia de su inmensa
No se permitió o los niños practicar hasta que admiración porj. C Bach, y, cuando recibió la noti-
Leopold no estuviese bien. Sin embargo, a Wolfgang cia de su muerte, escribió a Leopold: 'Probablemente
nunca le gustó perdei el liempo y llenó sus horas sabrás que ha muerto el Boch inglés. Qué gran pérdi-
ibres componiendo sus dos primeras Sinfonías, K l ó da para el mundo de la música*.
y K ¡9. Cuando Leopold se recobró, se reanudó la Que la música de Mozart estaba firmemente esta-
gira de conciertos. Recibieron más compromisos, blecida en Gran Bretaña en la última década del
entre ellos uno en la Corte, el 25 de octubre. siglo XVI11 se deduce claramente de la promesa de
En principio, Londres no figuraba en el itinerario Salomón de llevarle a Londres, tan pronto como expi-
planeado por Leapold, pero, una vez establecidos róse su compromiso con Haydn, y del afán ae
allí, podion muy bien hacer (entable su popularidad. O'Reilly de que le escribiera dos óperas para la
Cuando el interés empezó a decaer, a principios de Opera Italiana de Londres. Ambos eran empresarios
1765, halló una nueva forma de reavivarlo. Paro musicales y ninguno de ellos hubiera hecho estas
probar que su hijo era único, anunció que estaba dis- ofertas de no estar seguro del éxito. Todo ello hace
puesto a dejar que alguien cualificado para ello exa- aún más sorprendente el tiempo que tardaron las
minara a Wolfgang. grandes óperas mozortianas en cruzar el Canal de la
Entre quienes lo hicieron estaba el honorable Dai- Mancha.
nes Barrington, que decidió examinar a Mozari cien- La primera de las óperas de Mozarl que llegó a
tíficamente. Su opinión era muy respetada, y su dicta- Londres fue la última que comenzó, aunque no la últi-
men eliminó cualquier duda que pudiese haber sobre ma en ser acabado, y ello no sucedió hasta catorce
la genuina naturaleza del talento de Mozart. Como años después de la muerte del compositor. Ja C/e-
resultado de una exhaustiva sesión, durante la cual se menza di Tilo présenlo en Londres al Mozorl teatral e
pidió a Mozart que compusiera e improvisara, 27 de marzo de 1 806, en el King's Theatre de Hay-
Barrington envió a Ea Rayal Society un informe, desta- morket. Tuvo éxito y qozó de popularidad durante
cando su absoluta fe en Mozart y conteniendo multi- I í • I V ' í I

tud de buidos elogios, entre los que «el más extraordi- algún tiempo, si bien esta declino contorme rueron
nario poder de creación* era sólo un ejemplo. conociéndose mejor sus obras maestras y fuera des-
cubriéndose lo lejos de la ópera seria que Mozart
Londres era agradable y atractiva, pero llegó el hobia logrado llevar !a ópera en las obros que prece-
día de partir. Posaron algunos días visitando losluga- dían a la Clemenza di Tilo.
res que aún figuran en el itinerario de los turistas (El Pasaron aún cinco años antes de que Londres las
Puente de Londres, La Torre, la Catedral de San comprendiera, sucediéndose rápidamente tres pie-
Pobló, etc.|, de camino a Dover dieron un rodeo miéres de Mozart. El 9 de mayo de 1811 llegó Cosí
para ver Canterbury y visitar su catedral, y el 1 de fan Míe al Haymarket Theatre que sólo veintiocho
agosio de 1765 lomaron el barco de Cover a dios después, el ó de |unio, dio a paladear o Lon-
Calais. dres Die Zauberílóte. El 18 de junio de 1812 tuvo
Durante su estancia en Londres, Mozart había lugar el estreno de Las bodas de fígaro en el mismo
entrado en contacto con su activa vida musical. Veía, teatro.
escuchaba y aprendía. Influyó mucha en él Cari Frie- El público de Londres tuvo que esperar casi otros
drich Abel, que había sido discípulo de Boch en Leip- cinco oños para ve, Don Giovanni, que el Teatro
zig. Pero aún más importante había de ser la influen- Haymarket puso en escena e! 2 de abril de 1 817. El
cia que en él ejerció el hijo menor de Bach, Johann hecho de que un mes después (el 20 de moyo), c'
Chrislian, veintiún años mayor que Mozart, Covenl Gorden lanzara una producción propia de
J. C. Boch había sido organista de lo cotedral de dicha obra, puede darnos ¡dea del éxito que obtuvo,
Milán, trasladándose a Gran Bretaña en 1762. Allí pero... de ello hablaremos más adelante. El tapio en
habría de permanecer durante el resto de su vida, lle- el serrallo no apareció hasta casi una década des-
gando a ser maestro de música de la familia real. El pués, cuando el Covent Garden la estrenó el 24 de
• Bach inglés*, como se le conocía, era ya muy popu- noviembre de 1827,
lar en Gran Bretaña cuando llegó el ¡oven Mozart y ¿E Idomeneo? Esta fue, de todas las grandes
acogió al muchacho como a un colega. obras para la escena de Mozarl, la que sufrió el
Entre ellos nació una gran amistad. Tocaban ¡un- mayor relraso. Su primera producción británica fue
tos duetos en público, alternándose de modo tan per- una de aficionados, que tuvo lugar en Glasgow el
fecto que (se decía): «No podio detectarse interrup- 1 2 de marzo de 1934, siglo y medio después de su
ción alguna en la música*. estreno en Munich. La primera representación profe-
Uno de los logros más destacados de Johann sional en Gran Bretaña vio lo luz en Glyndebourne,
Chrislian en Londres fue el desarrollo de los concier- en 1951. Fue un acontecimiento brillantísimo, ya que
tos para teclodo, y Mozart, en aquel tiempo, no dirigió Fritz Busch, el productor ero Cari Ebert y la
podía haber aprendido de una fuente mejor. Cuan- puesta en esceno coma a cargo de Oliver Messel,
do, más tarde, él mismo comenzó a escribir concier- mienlras que el reparto incluía a Jurinac, cuya llia
tos para piano, siguió exactamente el modelo apren- gustó mucho, y a Nilsson, cuya Electro no gusto.
dido en Londres. Y lo mismo hizo con las sonatas A medida que Gran Bretaño fue entrando en la
para piano. era vicloriana, Don Giovanni se convirtió en la pági-
En el Andante del Concierto para piano n.° \2, K na más popular del repertorio mozartiano. A pesar
414, de 1782 (que marca el comienzo de esa de lo que sobre ellos se ha escrito, los Victorianos no
memorable serie de conciertos, quince en total, que carecían en absoluto de sentido musical. La reina

203
jokann Peter Sohmon.

204
admiraba todas las arles y el principe regente incluso de niño, comencé o ¡r a los conciertos, a mediados
componía. Pero los Victorianos estaban muy orgullo- de los años 20. Paradójicamente, sin embarao, e
sos de sus supuestas virtudes y, probablemente, una concierto más interpretado en Gran Bretaña durante
velada que acababa con el golán condenado a el siglo pasado fue el Concieito paro piano n.Q 20,
sufrir eterno castigo entre los llamas del infierno resu- K 466, paradójicamente por ser sin duda éste el con-
laba muy atractiva desde su perspectiva moralista. cierto que más perturba el equilibrio clásico con sus
Sea como fuere, Mozart pasó a ocupar un lugar preguntas sin respuesta.
destacado en el repertorio operístico británico. Sin Con el nuevo siglo comenzó una re valorización
embargo, uno se estremece ol pensar cómo deben de Mozart. tentativa al principio, peio ganando
haber sido algunas de esas representaciones. Por impulso paulatinamente. Influyeron en ello varios fac-
ejemplo, el Don Giovonni del Covent Garden de tores, ende los que destaca la llegodo de Sir Thomas
1817, se anunciaba como 'basado en la interesante Beecham. Hijo de un rico industrial y con una escasa
historia de Don Juan e incluyendo la famosa músico formación académico, él mismo casi parecía pertene-
de Mozart'. Simplemente incluyendo... y, por cierto, cer a la época de Mozart. Gran estilista, ingenioso,
qué cantidad de esa famosa música? La opera se excéntrico, amigo de anécdotas y de ademanes
f io como El libertino cosltgodo y en realidad sólo
constituía la mitad del programa. La otra mitad con-
equilibrados, era adorado tanto por los orquestas
como por el público. Cuando en el décimo aniversa-
sistía en Homlet, no precisamente la obra más corta rio de su muerte retransmití pora la BBC un programa
de Shakespeare. Por tanto, cuánta música de Mozart conmemorativo y pregunté a uno de sus músicos cuál
oían, y, por la misma regla de tres, cuánto Shakes- era el secreto de lo viveza de sus interpretaciones,
peare. Cuánto duraban las velados, aun suponiendo me respondió de inmediato1 "Muy sencillo... simple-
que ambos obras fuesen corladas sin piedad Se mente ornaba la música. Muchos no lo hacen». Bee-
hizo otra versión de Don Ciovanni, titulada ía estatua cham expioró y expuso cada detalle, y, poco o
pallante, y la práctica de acoplar Don Giovonni con poco, Mazar! sonó diferente.
uno obra de ¡eatro persistió durante algunos años. Otra importante influencio fue la del profesor
El crítico de Moining Cbronicle hizo esta aguda Edward Dent, cuya producción de lo flauta mágica
observación con respecto a El libertino castigado: poro lo Sociedad Musical de la Universidad de Cam-
•aquellos que esperan encontrar la interpretación pro- bridge, en 1911, arroja una luz completamente nueva
pia de un teatro de ópera quedarán tristemente desi- sobre la ópera. Sus traducciones al inglés de oíros
lusionados». obras mozarlianas se hicieron muy corrientes y tuvieron
El estreno londinense de El rapto apenas se pare- un incalculable efecto en el restablecimiento de Mozart.
ció a una ópera, tal como hoy la concebimos. J. B. Debemos recordar que hosla después de la
Cramer añadió números y había algunos personajes Segunda Guerra Mundial (1939-1945] Gran Breta-
extra, enire ellos un doctor irlandés llamado O'Calaq- ña no tenía compañios de ópera de ámbito regional,
han (pero... ¿qué estaba haciendo él en el harén?). y cuando las excelentes Opera de Gales [nocida en
Cosí fon fute era considerada bastante inmoral y nor- 1946), la de Escocia (1962) y la Opera del Norte
malmente se la representaba después de hacerle cier- 1978] llegaron a dar interpretaciones en lengua
tos ligeros retoques. Sin embargo, Mozart no fue e ocal, los traducciones de Dent fueron inestimables.
único compositor que sufrió mutilaciones. Era la modo A la inspiración de Beecham en la sala de concier-
de la époco. tos siguió una nuevo generación de directores. Entre
Hocer música en casa alcanzó su punto culminan- los instrumentistas, Sir Cl¡fiord Curzon, el mejor pianis-
te en Gran Bretaña durante el siglo XIX. Si bien la ta inglés del siglo XX, llevó a cabo un estudio especial
mayor parte de ella debió de consistir en baladas de de Mozart, y hasta el final de su vida buscó un nuevo
salón, fa música de cámara también floreció, y pode- significado del Concierto pora piano n.° 27, K 595.
mos eslar seguros de que los cuartetos y quintetos de las bodas de Fígaro es la ópera que ha sufrido un
Mozorl ocuparon un importante luqar en el reperto- cambio de aproximación más radical durante el últi-
rio. En esta era, anterior al gramófono y a la radio, mo cuarto de siglo en Gran Bretaña. Habiendo deja-
o gente consideraba una aran suerte poder escuchar do de interpretarse como una simple comedia de cos-
uno orquesta sinfónica profesional, a no ser que vivie- tumbres, se ha destacado su importancia como docu-
ra en una gran ciudad. La eclosión de las orquestas mento revolucionario. Un aran paso en esta evolución
permanentes en las capitales de provincia habia de fue la producción de Michael Geliot pora la Opera
esperar hasta el final de la Segunda Guerra Mundia Nocional de Gales, en 1977, para la cual realizó
Y alíi donde había orquestas sinfónicas y festivales, a una nueva Iraducción al inglés local moderno, muy
los Victorianos les gustaba que su música fuese agra- acorde con el latente resentimiento reinante en el
dable y tranquilizadora, e incluso, si era posible, que hogar de los Almavivo. Esta sigue siendo la produc-
se interpretase en alguno iglesia o asociación espiri- ción más convincente que he visto.
tual, por pequeño que luese.
Numerosos cantantes británicos han contribuido
Mendelssohn era su preferido, y le seguían Gou- en gran medida a la historia de las interpretaciones
nod y Sainl-Saéns. Las cosas mejoraron a linales del mozarlianas en todo el mundo, y ninguno tanto como
siglo XIX, cuando Dvorak acudió en repelidas ocasio- el gales Sir Gerainl Evans, durante largo tiempo el
nes, siendo siempre recibido de modo entusiasta. mejor Fígaro de Salzburgo, y a quien Williom Monn,
En esle clima, el público no era partidario de en su obra ¡os Opeíos de Mozart calificó de «el
escuchar las inquisidoras y escrutadoras interpretacio- Fígaro más destacado de lodo mi vida* y *el perfec-
nes de Mozorl que damos por supuestas hoy. Su to Papageno». Hoy en día. Thomas Alien es un mara-
música se considerabo como un reflejo de la elegan- villoso Fígaro, y otra contante galesa. Margaret Price,
cia, buenas maneras y arado que se suponían típi- una Doña Ana casi definitiva. Después de todo,
cas de linales del siglo Wlll. Recuerdo que todavía Mozart luvo cantantes británicos en su estreno de íe
existia esla aclitud [aunque ya en retroceso] cuando. Nozze di Fígaro |Nancy Storace, como Susana, y e

205
irlandés Michael Kelly en el doble papel de Don Aquellas primeras Bodas de Fígaro inauguraron lo
Basilio y Don Curzio. A la obra Reminiscences de que habia de ser una colaboración histórica enlre
Kelly debemos uno de los mejores relíalos o carbonci- Cari Ebert y Fritz Busch, que establecieron nuevas
llo de la época aue poseemos de Mozart). pautas en la lectura musical y dramática de Mozart,
Pero es en Glyndeboume donde la tradición y en condiciones ideales. Apoyando a Ebert y Busch
mozarliana británico ha sido más artísticamente desa- hubo contantes tales como Willi Domgraf-Fassbaen-
rrollada y más celosamente guatdada. Aunque a sólo der, Audrey Mildmay, Luise Helletsgrübbef, Roy Hen-
80 ki!ómet[O5 del centro de Londres, Glyndebourne derson, Alexander Kipnis, John Brownlee, Mariano
se encuentra en la magnifica campiña inglesa, entre Stabile, Diño Borgíolí. La búsqueda de la perfección
las pliegues de la verdes colinas de Sussex. El terreno estilística continuo siendo la Iónica cuando Glynde-
y la elegante casa de estilo isabelino ¡ueron hereda- bourne se reanudó tras la Segundo Guerra Mundial y
dos por John Chrishe, cuya esposa, la soprano aún sigue siéndolo hoy.
Audrey Mildmay fue una destacada cantare mozar- Este verano, entre e' 2 ! de moyo y el 23 de
tiana de su liempo. Ella le persuadió para que cons- agosto, hubo 74 interpretaciones de seis óperas de
fruyeía en aquel terreno un teatro de ópera, que se la última década de Mozarl. El director Anthony
ha ¡do agrandando de forma gradual y que actual- Whitworth-Jones define o Mozarl como: «el composi-
mente va a sufrir otra nueva ampliación Su primer tor de la casa Glyndebourne". Y en efecto, lo es.
festival comenzó el 28 de mayo de 1934 con ios
bodas de Fígaro, y Mazart ha sido siempre ei centro
de los festivales que tienen lugar cada verano. Kenneth Loveland
(Traducción M." Angeles de Juan)

Don Giovanni representado en Gtyndebowne en í 936.

206
HIDROELÉCTRICA
ESPAÑOLA

T i
o

Los conciertos serán retransmitidos en directo los viernes por RNE-2


a las 20,00 y los sábados por TVE-1 a las 9,30.
Nikolaus Hamoncoutt

208
íaducir o sonidos una partitura escrita, incorpo-
LA
T
rando en la operación todos aquellas indica-
ciones relativas al tempo, ol ritmo o a la diná-

INTERPRETACIÓN mica que su creodor consignó en el pentagra-


ma y conseguir, lo más iielmente posible, un
discurso organizado, adecuadamente articulado y
Y ALGUNOS DE musicalmente inteligible, alcanzar de tol forma eso
que se ha dado en llamar -puede que con poco
acierto, pera es la mejor forma de entenderse- una
SUS PROBLEMAS buena interpretación, es una ardua y espinosa
misión. En pocas actividades del intelecto y del espíri-
tu humónos entra hasta tal punto lo subjetivo. Pocas
están sometidos a criterios temporales y estilísticos
cambiantes. Pocas las que, como ella, alumbran
resultados tan aparentemente contradictorias. Ni
siquiera los propios autores de lo recreado, una vez
hecho su trabajo, tienen (han tenido] totalmente claros
los mecanismos de reproducción, aunque en el ins-
tante de trasladar las notas al papel - o lo que han
llegado tras muchas incidencias- estuvieran seguros
de la lirmeza de su trazo.
¿Cuál es la extraña ambigüedad de la música
que permite que, partiendo de un mismo pentagra-
ma, puedan coexistir, e incluso admitirse coma váli-
das, lecturas y traslaciones sonoras ton dispares, tan
opuestas como puedan serlo, dentro del terreno sinfó-
nico, las de Toscanini y Furtwángler que posón por
ser los respectivos representantes de as denominadas
teorías objetivos y subjetivas? Aunque esto clasifica-
ción seo en el fondo incorrecta por esquemática, por
simplista y, en el fondo, por inexacta. Tanto uno
como olro director partían de un análisis en profundi-
dad de lo escrito y anadian a las meras anotaciones
multitud de hallazgos consecuencia de sus propios
temperamentos, saberes, experiencias y tensiones y
humores internos y externos. Y obtenían texturas, pul-
saciones y expresiones diversas; que se daban la
mana en más de una ocasión eliminando los siempre
peligrosos tópicos: que si el italiano marcaba por
definición un tempo velocísimo, cayera quien cayera;
que si el alemán se demoraba en exceso y modifica-
ba caprichosamente los anotaciones métricos. Que si
aquél venía caracterizado por la sequedad y agresi-
vidad de! sonido; que si éste era amigo de acumular
de manera indiscriminada las masas sonoras en
busco de una densificación del color. Ideas que pier-
den su firmeza e indiscutibilidad cuando se recuerda
que Toscanini dirigió en Bayreuth, en los años treinta,
uno de los Parsifotes más lentos de la historia, supe-
ríof en más de 20 minutos a los más dilatados de
Jochum o Knappertsbusch, y que durante mucho tiem-
po oyentes de todo tipo y condición alabaron la
belleza muelle de su polela orquestal. O cuando se
piensa que Furtwangler electrizó i mplacablemente a
la afición y a lo crítica con versiones literalmente fusti-
gantes de Beelhoven o Brahms en donde costaba
encontrar sonoridades angélicas o elongaciones
untuosas y que era capaz de lanzarse sin paracai-
das, a tumba abierta, en ese insólito -y bastante lógi-
co, por otra parte- Molió allegro, primer tiempo de
la Sinfonía en sol menor de Mozart, lomado con una
fogosidad ejemplar y a una velocidad de vértigo.

Y era precisamente el maestro berlinés quien


ponió el dedo en la llaga al establecer, como prime-
ra piedra de una teoría general de la interpretación,
los limites entre el terreno del creodor y el del intérpre-
te: '(Esle| no puede ni debe abandonarse o los movi-
mientos ínleriores de su alma, sino ejecutar en sus

209
más íntimos detalles lo que otro ha terminado hace serena, apolínea y se reclamaba por ello una perma-
tiempo. Debe, por así decirlo, ir reculando y no, nente contención y un exquisito cuidado para no tros-
como aquél, caminar por delante oponiéndose a la pasar ciertos límites considerados de buen gusto. Fue
marcho natural de todo lo que es vida; debe progre- Wagner uno de los que más contribuyó a que se for-
sar del exterior hacia el interior y no, como el creo- jase esta imagen un tanto des persona I izada al situar,
do', del ¡nlecíar hacia el exterior». Furlwángler, un trente a la intensidad de sentimiento de Beethoven, la
músico que anteponía los valores éticos a cualquier ligereza, la ingenuidad o el candor de Mozarl; algo
otro, que trataba de ir mucho más allá que los sim- que el creador de Tristón e Isolda apreciaba sobre
ples notas y que, intuitivamente, aplicaba fértiles crite- todo en los allegros y que sin duda provenía del
rios fenomenológicos, era lógicamente consciente de viciado entendimiento realizado por lo mente de los
a necesidad de dar con la unidad estructural de la románticos, con Mendelssohn -bienintencionado
obra interpretada que sabia codo vez más precisa y pero deformador- a la cabeza.
cada vez más difícil; "Más precisa porque no es sino
a través de ella que el arfe viviente del pasado
puede llegar a nosotros; más difícil porque nuestra
época está absolutamente desamparada frente a Descubrimiento de una dialéctico
todo lo que está construido, anclado en el pasado.
frente a todo lo que es orgánico y el intérprete, a C Mozart edulcorado, en exceso sentimental, es tan
carecer de tradición instintiva y natural, queda cons- falso como el na'ií, aligerado de peso expresivo. Lo
tantemente reducido a sus propios recursos». Por eso que no quiere decir que Mozart no pueda participar
es hoy más importante que nunca lo visión de conjun- tanto de sentimiento -nunco sentimentalismo- como
to de los elementos aislados, que establecen, a partir de levedad o si se prefiere ligereza -no Irivíalidod-
de su global comprensión, la unidad estructural ansia- no necesariamente exenta de expresión. Porque la
da. Lo que exige, concluye Furlwanqler, «una musica- música del autor que tratamos es de una riqueza y
idad que sobrepasa las posibilidades de la mayoría multiplicidad de contenidos tal que escapa a los
de los intérpretes*. encasillamienlos. Nikolaus Harnoncourt, antiguo
apóstol del nuevo Bach, ha dedicado gran parte de
sus últimos años a investigar y a recobrar diversos
aspectos de la calidoscópica personalidad mozar-
tiana, que luego, no siempre con el mismo acierto,
Recuperar la simplicidad ha trasladado al campo de la interpretación. Y tiene
sin dudo razón el director berlinés cuando afirma que
Oimplicidad, pureza, transparencia o como quiera si la música del salzbutgués resulta tan perfecta es
llamársele. Esa simplicidad que el mismo Furlwangler porque «contiene la plenitud de la vida, del dolor
baulizaba como «goethiana*: simplicidad de lalor- más profundo a la alegría más pura. Expresa los con-
muloción, del enunciado frente a la complejidad de flictos más duros, frecuentemente sin ofrecer salida. El
lo ideo que trata de expresarse. Algo muy definíiorio espejo que nos presenta es muy a menudo terrorífico.
de la música de Mozarl, que aparece ordenada, Esta música es bastante más que bella, es formidable
organizada desde dentro, con un poder de fluencia en el senlido antiguo del término: es sublime, lo ve
extraordinario; como la de Bach. Lo que otorga facili- todo, lo sabe todo». Los contemporáneos de Mozart
dades al intérprete a condición de que éste no se no llegaban a captar, a digerir la carga expresiva,
quede en la mera superficie y sea capaz de leer fuertemente emocional a veces, de su música, aun-
entre líneas y dar con la eslruclura básica. Algo que que no fueron pocos los que acertaron a vislumbrar
posa por una loma de conciencia de las peculiorida- su auténtica profundidad y poesía. Harnoncourl des-
des de la escritura que, por clara que pueda ser, taca, en la generación posterior, la figura del musicó-
esconde complicadas estructuras. Ahí reside la singu- logo y filósofo suizo Hans Georq Nágeli uno de los
laridad y grandeza de la música mozartiana y lo que primeros que supieron entenderla compeja imagen
la hace especialmente difícil para el intérprete (no de fondo que anidaba en el interior de las natas ele-
para el oyente si aquél acierta a desentrañar sus gantemente ordenadas en las partituras mozartianas
valores); la escritura es de meridiana transparencia y y uno de los que propugnaron con más fuerza la
su correspondiente lenguaje no incorpora elementos necesidad de reconocer -y traducir en sonidos- los
realmente nuevos respecto a compositores anteriores, contrastes, la ambivalencia, la ambigüedad y los
ni en el orden armónico, ni en el rítmico, ni en el rela- abismos que descansan en sus estructuras internas,
tivo a la instrumentación. Siendo esto cierto no lo es puestos de relieve, y no siempre vistos o bien vistos,
menos que tales factores son llevados por el salzbur- en multitud de detalles enriquecedores que van cons-
gués al límite, con uno increíble capacidod para pro- truyendo de hecho una dialéctica que explico la ten-
poner soluciones originales a problemas viejos. Una sión y elocuencia del discurso. No hay orden estilísti-
originalidad que proporciona una nueva luz sin trans- co -aunque en más de una ocasión pueda verse o
gredir propiamente una gramática establecida ancla- vislumbrarse el caos (al que sucede inmediatamente
da en autores pretéritos y en una valiosa tradición a el orden]- sino perfecta organización dispuesta para
la que el compositor austríaco re|uvenece. En tal sentí- que la ley de los contrarios alcance la buscada efecti-
do se encuenira lejos de revolucionarios indiscutibles vidad arlistica. La deformación posterior, que llegó a
como Montevetdí o Debussy o de rompedores como su cénit en el periodo poslromántico, limó no pocas
Gluck o Mussorgski, en conjunto -he ahí la gian de las asperezas (algo que tuvo su paralelo en otros
paradoja- menos grandes que él. Lejos quedan hoy compositores como Beethoven, Schubert o Haydn)
los tiempos en los que no se acertaba a ver en definítorias del lenguaje mozartiono y, gracias tam-
Mozart no ya al inventor de un nuevo lenguaje, sino bién a la aparición de instrumentos musicales más
—ni siquiera- al autor estilizado, progresista (o despe- perfectos y dotados de una sonoridad más plena y
cho de un aparente conservadurismo), profundo. Eran suave, corrígió dinámicos, modificó acentos, unificó
épocas en las que su música se tenía por amable,

210
tempí, diíuminó ataques y adensó texturas. Situación • el concepto de tempo es indisoaable del de conti-
que se ha continuado -y se continúa- manteniendo a nuidad 1 . A veces es el propio autor quien da la
lo largo de este siglo y que, aparte lo que de bueno pauta para buscar ese pulso adecuado, al menos en
ha pedido aportar la moderno musicología, ha sufri- lo fundamental; a veces es el intérprete el que ha de
do numerosas variaciones dependientes de lo volun- suplir tales indicaciones de acuerdo con su sensibili-
tad, instinto y genio de algunos notables intérpretes, dad y su mejor entendimiento. Más allá de los crite-
capaces en muchos casos de obtener plausibles y rios fijos, de tempo constante, deducidos de lo pro-
aun grandes resultados a pesar de partir de unos pre- pia letra o anotados por lo mano creadora, existen
supuestos artísticos en buena medida alejados de elementos de variación que ayudan a conseguir la
cuestiones de estilo y de las prácticas musicales pro- continuidad y o decidir las oscilaciones de carácter
pias de lo época del compositor. En los años sesenta expresivo tales como ñtenuti, acceierandi, pió o meno
Rene Leibowitz consignaba a este respecto: *Es sola- mosso, etc.
mente en la hora presente que es posible comprender
ciertas características profundas del pensamiento de Comentaba leibowitz que un compás, es decir,
AAozart, lo que explica la existencia de tradiciones en una división rítmica o métrica, «no constituye más que
la interpretación de sus obras que nos parecen falsas raramente una entidad en si misma, sino que es,
e inouténticas-. Y aun más: 'Tales tradiciones deben generalmente, un elemento subordinado a un qrupo
ser atribuidas o una imperfecta toma de conciencia más vosto, formado por diversos compases». Y esta-
de ciertas dificultades estructurales; resulta que las blecía la diferencia entre tempo objetivo o cronométri-
soluciones aportadas, en lugar de superar estas difi- co -siempre uniforme, de duración global más o
cultades y de resolverlas de manera radical, na menos prefijada- y el tempo subjetivo o vivido -en
hacen más que suprimirlos y evitarlas». constante movilidad (con significaliva aplicación del
rubato] de acuerdo a las leyes de la Hornada fenome-
nología musical. El choque o enfrenlamiento entre
ambas nociones es lo que produce la tensión que
La espinosa cuestión del tempo anima el discurrir de la música . El musicólogo, direc-
tor y tratadista polaco-francés insistía a propósito de
Entre los elementos fundamentales del discurso musi- la de Mozarl, en la necesidad de observar -sin per-
cal es quizá el lempo el más debatido; por tratarse der el norte de la estructura básica- no ya el carácter
del más subjetivo y cambiante, aun en aquellos casos de un determinado pasaje, sino el mismo valor de las
en los que los metrónomos están cuidadosamente ñolas que lo configuran. Así, no era preciso, por
señalados, y por venir estrechamente relacionado -lo seguir una costumbre a veces criticable, ralenlizar o
que no es singularidad suya- con los demás paráme- arrostrar el tempo en una sección más rela|oda y líri-
tros constitutivos del fluir sonoro. Ritmo, dinámica, ca síluada, de formo contrastante, a continuación de
acentuación, articulación fraseo son sus inseparables otra en allegro y de naturaleza más enérgica cuando
compañeros o la hora de resolver acústicamente un no exislía indicación a contrario y cuando los propios
pentagrama. En Mozart todo ello adquiere especial valores de las notas definían sin más el carácter. Algo
significado dada la apárenle libertad derivada de su propugnado, entre otros, por Richard Strauss (que no
estilo y la multiplicidad de acotaciones oneniativas. siempre, en sus actuaciones como director, predicaba
Por lo que se refiere al lempo giusto (pero, ¿existe el con el ejemplo] y que, con referencia concreía o
tiempo justo?], el autor de La nauta mágico no suele Mozart, encuentra ilustración clara en el segundo
indicar con precisión a qué reglas debe acomodarse. tema del primer movimiento de la Sinfonía ng 40 en
Incluso establece sugerencias que pueden mover a sol menor ya mencionada: una frase dulce y contabi-
error. Harnoncourt ha contado, por ejemplo. Iras un le, en valores largos, cuya exposición no parece en
reposo exhaustivo al catálogo, en torno o las cuaren- principio que deba conllevar una retención del
ta clases distintas de Andante: desde el andantino tempo. Para corregir esle error, muy corriente, Leibo-
sostenulo hasta al andante agitólo. Es claro que en witz administraba un remedio que puede considerar-
tiempos del compositor la costumbre, la tradición era se casi una boulade, pero que en el fondo no deja
un armo esencial de la interpretación; factores evolu- de poseer sentido, con las debidas reservos y matiza-
cionados con el paso de los años y que sufrieron ciones, por supuesto. 'Toda música está concebida
modificaciones lógicas al cambiar los gustos, los ins- alia breve", frase enunciada por Erich llor Kahn y que
trumentos y los criterios. La revisión -con sus corres- halla ancho campo de aplicación en lo música del
pondientes vueltas atrás- y las distintas combinacio- clasicismo y del romanlicismo.
nes que, agrupando primero y seleccionando y sinte-
tizando después, pueden obtenerse de una misma
parlitura entran dentro de lo indiscutible libertad inter-
pretativa de la obra de arte, en lodo coso depen- A la búsqueda del acento
diente de unos códigos de comportamiento no siem-
pre fáciles de reconocer y fijar. De entre las muchas /V\ozarl establecía ya se ha dicho, anotaciones en
voces que en relación con la interpretación de la cuanto al carácter del tempo que debían ser interpre-
música de Mozarl y con respecto precisamente a tadas con el mejor criterio; su variedad suponía fre-
tempo han surgido en esle siglo, cómo no escuchar, cuentemente una dificultad o, al menos, la exigencia
por ejemplo la de un director de lo talla del berlinés de estudio y profundización, a lo que muchos intér-
Bruno Walter, hoy ferozmente, y no en todos los pretes no son proclives; o porque no saben o porque
supuestos de modo |usto. discutido. Decia este en su no quieren. Hoy las investigaciones han llegado a un
día aprecíadísimo recreador mozartíano: 'El tempo punto -independiente del destino real y material que
esta intimamente ligado a la expresión». Lo que supo- se dé a sus resultados- de alio interés por lo que res-
ne que toda música tiene necesidad de fluctuaciones, pecta a la acentuación; al uso que ha de darse a sig-
de modificaciones en su acontecer temporal, ya que nos básicos como la ligadura, el punto, el puntillo, e
stoccato, el legato o a la manera que deben articu-

2,
Eiisabeth Schwarzkopfcomo Susanna

Ezio Pinza corno Fígaro en 1937.

212
larse y traducirse las apoyaturas en general. Elemen- más grandes obras maestras. Probablemente ningún
tos imprescindibles en la escrituro, tan expresiva, del otro músico supo canalizar tantas cosos bellas a tra-
músico, y cuyo buen manejo debe en principio ser vés de las cuerdas vocales y el aparato de fonación
fundamental para un correcto acercamiento a su len- que las alberga y las hace vibrar productivo y expre-
guaje. En definitiva, pora tratar de obtener uno inter- sivamente. Todas los reglas del bel canto clásico
pretación fiel, con todo lo que el término tiene de están encerradas en las arias de concierto, en los
relativo y de resbaladizo Recurramos de nuevo a las óperas y en los oratorios mozarlianos, soportes de
conclusiones extraídas por el inquieto Harnoncourt. uno prodigiosa vocalidad, exigente pero siempre
P
Pora élél 'todas
d las idi p
l indicaciones d q Mozart
de M d posible. Cantar Mozort supone, antes que nodo, la
ndicaciones de Mozart no pueden búsqueda por los caminos de la inteligencia y de la
ser comprendidas más que sobre la base de los pre-
supuestos comúnmente utilizados por ios músicos de sensibilidad, no de un sonido intrínsecamente hermo-
su tiempo. No se trato ya de instrucciones interpretati- so, sino de una especial pureza de la línea de canta.
vas -aquéllas que residen en las convenciones-, sino • Uno serie de bellos sonidos -decía la gran mozarlia-
de las que aparecen, completándolas, en los lugares na Irmgard Seefried- es enemiga mortal segura.
en los que el compositor queria obtener un erecto Mozart es ligero y profundo, siempre dinámico, con-
inhabitual o resultar un aspecto preciso*. Para lo que, creto e impalpable al tiempo».
hoy en día, se necesito un análisis que intente este Eslá claro que en el momento histónco-musical vivi-
proceso histórico -algunos lo llaman con cierto des- do por el compositor austríaco no se establecía una
precio arqueológico- y una puesta a punto del instru- diferencia entre los distintas tipos vocales como lo
mental conveniente que sirva, con el juego adecuado que hoy, rizando el rizo, se ha llegado a codificar. A
y la sonoridad deseada, aquellos presupuestos O, lo más se distinguía entre soprano, tenor y bajo.
caso de que se empleen instrumentos modernos (o Aquélla englobaba a las actuales sopranos (con
una orquesta constituida por ellos], establecer las todas sus divisiones: ligera, lírica, dramática, etc.), a
bases de adaptación, nada fáciles. Y ello, natural- las mezzosopranos y a las contraltos. El segundo
mente, atañe al campo de la voz, a sus formas de acogía a los diversos caracteres actuales: ligero, líri-
ataque y a las maneras de afrontar el recitativo co-ligero, liríco puro, etc. En los bajos se encuadra-
secco. En cuanto al número de ejecutantes, no hay ban los barítonos (y sus divisiones] y los outénticos
realmente normas fijos, a no ser las del conocimiento bajos (y sus divisiones] de la hora presente. Parece
y del buen gusto. Mozart utilizó, según los cosos -y claro que las voces de la época reunión, según se
no siempre por necesidades de carácter expresivo-, deduce de lo dicho, valores que ahora sólo encontra-
orquestas y conjuntos del más diverso tamaño. Desde mos divididos en cantantes distintos. Así, no era roro
un pequeño grupo -que hoy nos parece ridiculo- con ver que una misma soprano, Dorotea Bussam, interve-
3 violines primeros y tres segundos en el estreno de nía en los respectivos estrenos de ¡os bodas de fíga-
Don Giovanni hasta los 12 y 1 2 —y lo demás en con- ro, en el papel de Cherubino, hoy asignado usual-
secuencia- de Marídate. Era frecuente en los concier- mente a una mezzo aguda, y de Casi fan Me, como
tos vieneses de tipo benéfico a partir de 1781 el Despina, porte actualmente reservado a las sopranos
empleo de una formación dotada nado menos que ligeras o lírico-ligeras. Lo que puede queier decir
con 20 primeros y 20 segundos. Los conclusiones que, después de todo, no debieran ser tan dispares
que éstos y otros datos, a veces un tanto contradicto- los tipos vocales que han de encarnar a ambos per-
rios, pueden ayudar o extraer no dejan de ser curio- sonajes y que, en definitiva, han de ser abordados
sas y sorprendentes. Como curiosa y sorprendente es por una soprano lírica con diversas capacidades
lo historia cambiante de la interpretación de lo músi- expresivas. Porque -y André Tubeuf lo ha destacado
ca del genio de Salzburgo. en más de una ocasión- para cantar Mozort es
quizá más importante la variación en el color y en la
intensidad -que es lo que puede dar el requerido
carácter a cada criatura músico-escénica- que la dis-
LAS BUENAS INTENCIONES paridad en cuanto al tipo vocal. Asi, tres sopranos no
muy diferentes en principio podrían dar adecuada
relevancia a las tres protagonistas femeninas de

N
ada fácil y, sobre lodo, prolijo resulta la labor
de trazar las lineas maestros de la interpreta- Bodos; Condesa, Susanna y Cherubino. De hecho,
ción mozartiana a b luz de las ¡deas más arri- no sería la primera vez que unas cantantes se inter-
bo esbozadas y citar o aquéllos que las han llevado cambian esios papeles, realmente intercambiables
a la práctica de la manera más adecuada. Por eso con las oportunas reservas.
nos limitaremos en un trabajo como el presente, que,
ógicamente, tiene sus demarcaciones y sus fronteras Tampoco ha de caber dudo de que el canto
y que. a la postre, no pretende más que un acerca- mozartiano -refulgente en los tiempos del compositor,
miento esquemático al tema y ser una ayuda para la oigo adocenado más tarde, con ciertos excesos de
reflexión, a fijar determinados puntos básicos y a sabor romántico, abandonado en buena medida
mencionar los nombres de las figuras más relevantes durante años, recrecido y potenciado primero en la
que los han defendido y, con ello, han extraído lo Opera de Viena, luego en Salzburgo, en Glynde-
mejor de la tornasolada música de Mozart, en las bourne y en Lo Scala, con un indudable esplendor
parcelas vocal y directorial. entre los dos guerras y en la postguerra, hasta princi-
pios de lo sesenta- se halla hoy -como el verdiano o
el wogneríono- en crisis, sobre todo en el capítulo
La voz, vehículo esencial masculino Tenores, por ejemplo. ¿A quién podriamos
citar parangonadle a los Adomberger, Baglioni,
Raaff, Schick coetáneos del autor, o a los Von Palaky,
\Jíuizá sea la voz humana el instrumento más idó- Jadlowker, Touber, Simoneau, Dermota o Wundeilicli,
neo para expresor el complejo mundo interior del estos tres últimos quizá los máximos representantes de
compositor, que escribió para ella algunas de sus

213
Cesare Siepj como Don Giovanni en 1953.

214
lo segundo mitad del siglo? gO equivalente a un can- das en las diversas experiencios recienles -algunas
tante tan sólido y musical, hoy olvidado, como el altamente polémicas- de un Harnoncourt a un Elíot
rumano-húngaro József Retí, fallecido en 1973 a los Gardiner.
48 años? Apenas a un Francisco Araizo coda vez
más despegado del repertorio mozarliano, a un Vin-
son Colé, O un John Aler, a un Kurt Sreit, norteameri- La vida en la batuta
canos de buen nace' pero de instrumentos en exceso
ivionos. faltos de carácter, cortos. Y aún está en acti- IVtuchos han sido y son -y probablemente más los
vo o sus 63 primaveras, el que hubiera podido, de que hubieran querido o que, ol menos, han soñado
haber querido (falta de afinidad}, ser un muy buen con ello- los que se dedican al airaclivo y muy difícil
defensor de los viriles personajes de Ferrando, Tami- juego de lo dirección y pocos los que han morcado
no o Don Oltavio- Alfredo Kraus. caminos, rutas nuevas - o viejas renovadas- por las
Norteamericanos eran algunos de los tenores que circular y susceptibles de enriquecer una tradi-
nombrados. Y norteamericanas son varias de las ción ya muy abundante y preñada de todo tipo de
grandes sopranos de hoy, capaces de otorgar vida, aciertos y errores, a veces nodo fáciles de detectar
sin alejarse demasiado de la pureza de un estilo en un mundo tan conlradictorio y somelido a conti-
siempre amenazado por los excesos veristos y los nuos cambios y o las más fútiles modas como es e
numerosos vicios producidos por la escasez de técni- de lo interpretación. De la correspondiente a la músi-
ca y la despreocupación histórica. Es lo cuerda que ca de Mozart ya se ha dado más ambo, con aporta-
puede sostener aún el pabellón con cierta dignidad. ción de testimonios de algunos reconocidos maestros,
Ahí están Jessey Norman (ya poco dedicada! Edith alguna noticia y se han intentado establecer, cosa
Wiens, Carol Vaness, Florence Quivar, Lella Cuberli, peligrosa en una cuestión lan ambigua e inasible por
Bárbaro Hendricks, Cheryl Studer, Kothleen Battle... lo común, ciertas constantes y no pocas variables.
A su lado las europeas Julio Varady, lucia Popp, Hablábamos muy poco antes de dos directores en
Edita Gruberova. Morgarel Príce; la neozelandesa buena parte dedicados o Mozarl, el alemán Harnon-
Kiri Te Konawa; la italiana Mirella Freni, las españo- court y el inglés Eliot Gardiner. Son sin duda de los
las, aún en la palestra Teresa Berganza y Pilar Loren- que tienen que decir, aunque en el caso del primero,
gar. Y jóvenes como a española Mario Bayo y, en tan uslo y por lo general convincente en la teoría, los
particular, la inglesa Amando Roqcroft y la sueca resu todos prácticos no lleguen a estar siempre acor-
Anne Sofie von Otter. Claro que ¿cómo igualar aque- des con lo que parece quiere pretender. Es lo que
llos años dorados representados -entre las dos gue- sucede con su Don Giovanni o con su Flauta mágica
rras e inmediatamente después de la segunda- por o con algunas de sus versiones de las sinfonías, a
cantantes de la talla mozarliana de Mario Ivogün, veces cargadas de efectos - o efeclismos- no del
Tiana Lemnítz, Elisabeth Rethberg, Elisobelh Grümmer, lodo comprensibles y en las que la transparencia de
Elisobelh Schwarzkopf, Lisa della Casa, la menciona- texturas no se logra al completo y los ataques pueden
da Irmgard Seefried...? No se encuentran en la hasta resultar demasiado fustigantes. Son en todo
actualidad, por otra parte, barítonos de la elegancia caso recreaciones poderosos realizadas por lo que
de un John Brownlee, la gracia de un Ene Kunz, el se refiere a las últimas obras del catálogo con una
verbo de un Gerhard Húscn, la brillantez de un Willi orquesta grande y moderna, la del Concertgebouw
Domgraf-Fassbaender, la sutileza de un Dietrích-Fis- de Amsterdom, que revelan nuevos detalles polifóni-
cher Dieskau de sus años mozos, la fogosidad de un cos y proporcionan una impresionante nervadura y
Eberhard Waechter, aunque no desmerezcan frente a vivacidad -no por definición equivalente a rapidez-
ellos el ya mayor Hermann Prey o los más jóvenes a las partituras, que aparecen asi bañadas por uno
Bernd Weikl, Andreas Schmidt o Thomas Hampson. extraña y contrastante (uz y cuajadas de un halo que
En el campo de los bajos cantantes si bien no existe podríamos calificar -y el mismo Harnoncourt !o hace
una voz para Don Giovanni como lo de Pinza o, en sin rebozo- de romántico. Un romanticismo oleado,
esta parte y en lo de Fígaro, una elocuencia y sen- claro, del que podía llegar o desarrollar W i helm
sualidad como las de Siepi, ni un esmalte y señorío Furtwángler, que aproximaba, en ocasiones de modo
como los de Ghiaurov, tenemos muy buenas mane- geníol, por ejemplo, una Sinfonía 39 al mundo gluc-
ras, linea e inteligencia en el estadounidense Samue Riono, plenamente clásico y suntuoso, por un lado, y
Ramey. Bajos profundos, cosi nada. Desde luego la adentrada en el sentimiento beethoveniono, por e
nada que se aproxime ni de lejos a un Frick o o un otro. Lejos también del más soñador romanticismo,
Talvela si exceptuamos al ya muy trabajado Kurt cargado de trascendente lirismo, lan magistral mente
Molí. No parece que haya hoy otro Sorastro. No cantado, de un Bruno Woller, admirador, amante
pueden dejar de desconocerse, por la relativo nove- hasta el delirio de la música de Mozart. *Es preciso
dad -que se desvanece por falto de instrumentos de haber adquirido la madurez para comprender la
auténtico valor- que suponen las experiencias voca- belleza 1 , decía cuando explicaba la razones de
les -|unlo a las orquestales- llevados a cabo en e haber esperado hasta los cuarenta años pora dirigir
teotrito de la localidad sueca de Drolningholm, la Sinfonía n° 40 en sol menor, eso obra emblemáti-
donde se recreo lo opero mozartiana tal y como se ca que tantos veces ho aparecido en estas reflexio-
supone fue representada en su día, con los medios y nes. Ese sentimiento que onimobo a Walter y que le
tramoyas de la época. El resultado vocal, sin grandes hacía amar esta y otros partituras mozaüianas era sin
propuestas en realidad -ciertos detalles de acentua- dudo el que animaba o Wagner al manifestar, en
ción, algunas ideas rítmicos, mayor velocidad en los opinión conectada con lo que podría estimarse teoría
recitativos-, no es todo lo bueno que fuera de dese- subjetiva de la interpretación: «Si las prescripciones
ar, puede que por la discutible calidad de la batuta son insuficientes, el sentimiento suscitado por la mara-
convocante, lo del diletante Arnold Oestman, en este villosa impronta de eso composición (se refería a una
sentido con ideas de menor alcance que las moslra- mala versión de concierto escuchada a un mol direc-

215
tor de -¡de nuevo!- lo re 40} los debe suplir con cre- riente, elegante, observado desde el ángulo más
ces. La imaginación nos indica lo manera de dar una refrescante y lírico. Estas cualidades no estaban reñi-
interpretación real que corresponda a este sentimien- dos, en la batuta de los húngaros Georg Szell, Fritz
to*. Reíner y Ferenc Fricsay, con la precisión, la exactitud
Este modo de acercarse a la música a través del y el vigor. Los tres, pronto emigrados, dejaron mues-
senlímiento, Ion sujetivo, en este sentido tan romónli- tras sobradas de un arte exquisito, que alcanzó en e
co, contrasta con el acercamiento, mucho más figuro- primero cotos muy altas en su colaboración con
so, pero también sujeto a distintos enfoques y con lia- Robert Casadesus en uno histórica serie de grabacio-
modas a la intervención muy directa sobre la pariiiu- nes de los más importantes conciertos paro piano del
(a, de Gustav AAahler o Arluro Toscanini, que podrían música objeto de estas notas. No sería justo, antes
hallar sus equivalentes en pianistas, asimismo objeti- de darlas por concluidas, olvidarse de nombres tan
vos, como Ferruccio Busoni o Arlur Schnabel. Son señeros, en este campo como en otros, de lo talla de
conocidos los arreglos o correcciones realizados por Schuricht. todo lirismo y contabilidad, de Klemperer.
el autor de La canción de la fierra de pentagramas capaz de edificar arquitecturas de tamaño artístico
escritos por otros en aras, no cabe dudarlo, de una monumental como la de su famosa Flauta mágica y
mayor lógico y comprensión, de una más indiscutible de llevar a sus últimas consecuencias unos presupues-
coherencia. Parece difícil corregir a Mozart, pero é tos pertenecientes a la vieja tradición romántico recre-
lo hizo. Leibowitz alaba la modificación llevada a ados con firmeza, orden y enorme vigor, y Giulini,
cabo en los primeros composes de la obertura de Las con pocos rivales a la hora de explicar, con la más
bodas de Fígaro: supresión de uno de los dos fago- grande riqueza y variedad de acentos, todo el
tes que doblan a los chelos, ampliación a más de un mundo proteico de las óperas napolitanas.
compás (en conlro de lo escrito) de las ligaduras
entre las corcheas que exponen, en pianíssímo, el En el batiburrillo actual, en el que teorías y ten-
tema inicial De esta formo, al tener que cantar los oencias se dan la mono y coexisten de una manera
instrumentistas con un solo golpe de arco, se ven for- que antes nunca se había producido, no es fácil ver
zados a tocar más piano, con lo que se obtiene e claro porque, tanto en unos casos como en otros, no
efecto pretendido por el compositor y que pocas es infrecuente la superchería. Lo resalta incluso Niko-
veces se aprecia. Los pasos de Mohler fueran segui- laus Harnoncourt, tan traído y tan llevado a lo largo
dos por otros grandes directores como Félix Wein- de este trabajo, cuando afirma en relación con el
gartner, un excelente teórico, que no destacó en todo debatido tema de los instrumentos de época (para
caso por su exquisitez como intérprete de Mozart, unos, la panacea; para otros, emanación del mismí-
pera que abrió paso, tras sustituir a aquél en lo simo diablo): 'Debemos huir del fetichismo del instru-
Opera de Viena, a una extensa saga de maestros de mento. Debemos pensar siempre que el instrumento
la batuta, algunos de tan probada vitola mozarlíana no es la música; es sólo una herramienta y debemos
como Erich weiber que unío en grado sumo sensibili- elegir la mejor para la música, pero no como
dad, rigor, fidelidad y genio para desarrollar, sin demostración de un instrumento»1. Por eso él, hace
excesos románticos ni sequedades contraproducen- ya tiempo que, tros su etapa Bach y sus primeros
tes, con un verbo inigualable, la mejor música del escarceos con Mozarl, comenzó, en inteligente acti-
salzburgués. Para la historia han quedado sus Bodas tud, a realizar conciertos también con orquestas nor-
discográficas y en el recuerdo permanecen las trans- males, aunque aplicándoles sus criterios, emanados
parentes recreaciones de algunas de las últimos sinfo- de observaciones, estudios y análisis, algunos de tos
nías. A su lodo fritz Busch, que levantó en Glynde- cuales han sido bosquejados y resumidos en este ya
bourne un estilo luminoso y elegante de teatro mozar- largo trabajo. Y no hay duda de que los resultados,
tiano y dio siempre a sus interpretaciones sintónicas todo lo discutibles que se quiera, que obtiene en la
un esprit y una ligereza tan alejados de la trivialidad música de Mozart, aventajan a los que logran otros
como de lo solemnidad. A ésta era indudablemente menos imoginativos y rigurosos, aun cuanao en prin-
proclive Furtwángler, plagado, sin embargo, de cipio todos busquen la verdad, como puedan ser
maravillosos hallazgos y creador, a su intuitivo modo, Norríngton o Hogwood, que no acaban de rematar
de las bases de una teoría fenomenología que -bien por planteamientos muy esquemáticos el pri-
luego ha llevado a sus postreras consecuencias su mero, bien por un exceso de (buen) decorativismo el
sustituto en Berlín después de la segunda guerra, el segundo- la realización de una interpretación que
genial Sergiu Celíbidache, que, desde su peculiar llegue hasta el meollo y nos muestre descarnadamen-
sentido deltempo y su asombroso dominio del factor te el alma del compositor A excelente nivel se sitúa
agógico, ha logrado una tersura y una fluidez verda- -hay que escuchar su integra! de los conciertos para
deramente insólitas en una música a la que él ve sin piano con Malcolm Bilson- el también citado John
aristas pero dotada de internos y sutilísimos contras- Eliot Gardiner, un músico muy ¡nteliqente y dotado,
tes; por supuesto, menos evidentes que los que habi- menos radical y equi ibrodo que a mayoría y que
tan en las a veces abruptas lecturas de Harnoncourt, acaba de lanzar un tdomeneo ejemplar por muchos
que ya sabemos que ha llegado a Mozort bastante conceptos - c o n instrumentos originales, desde
después (nació en 1929¡ o a los que, de forma más luego-, superior al un tanto salvaje de Harnoncourt
prosaica, más presente, menos poético, pueblan las de hace once años. En el oíio lado, es decir, en el
sólidas estructuras, cargadas de sana energía y vitali- de los directores que se mantienen fieles a los instru-
dad, de un mozartiano famoso como KorI Bohm |a mentos actuales, hoy no puede hablarse de un
quien SCHERZO dedicó el dosier de julio-agosto], mozartiano de pro tan claro como algunos de los
antes mencionados. Los Abbado, Mehta o Maazel,
eficaces y aseodos, brillantes incluso, no cuajan
, , , I l Y i como expertos o identificados al cíen por cíen con e
compañero, en os cases de Mandyczewski, del vie- universo y con la qramática mozartianos, y no han
nésjosef Krips, ocho años más ¡oven, que supo, a su realizado especiales aportaciones a as enseñanzas
modo lleno de finura, quizá demasiado poco com-
prometido y acomodaticio, diseñor un Mozart son-

216
recibidas de su maestro, tampoco relevante e inspi- caso, sus recreaciones en Glyndebourne y algu-
rado en esta músico. Hans Swarowsky. Con mayor nas de sus grabaciones de las principales óperas no
soltura parece moverse, bien que sin eliminar el peli- son para despreciar. Estos son Colín Davis, Simón
gro de un cierto tono epidérmico, el üaliano Riccar- Rattle y Neville Marriner. Del primero recordemos su
ao Mu ti (recipiendario de esencias acuñadas por sus bueno serie de obras líricas y la compostura con la
antepasados De Sabala y Cantelli y muy distinto o que, sin ospovientos y con mucha naturalidad, afron-
su colega y compatriota, arribo reseñado, Giulini, ta cualquiera de las partituras sinfónicas del solzbur-
de mayor fuste dramático). Y cómo negar la huella gués. Del segundo la sorpresa estimulante de su
de dos ya veteranísimos, autores de recreaciones Cas/' fon tulle de Glyndebourne dirigiendo o una
mozartianas de alto nivel: Georg Solti, que se ha excelente orquesta, la del Siglo de las Luces, de ins-
ido haciendo a la música del safzburgués, estilizan- trumentos de época. Brillo, transparencia, claridad
do sus acercamientos, a lo largo de su dilatada polifónica, precisión, incisiva expresión y variedad
carrera y consiguiendo al menos precisos y elocuen- de acentos y dinámicas estuvieron juntos en esta
tes edificios sinfónicos y algunas realizaciones ope- insólita versión de la obra. Una claridad de texturas
rísticas de referencia (Flauta mágica, Bodas!, y Peter y de lineas que suele ser también patrimonio del ter-
Maag, director irregular, pero imbuido del perfume cero de estos directores, si bien su destreza, vitali-
mozarliano desde siempre, que sabe ver con nitidez dad y limpieza se ven a veces seriamente empaña-
el dónde, el cómo y el porqué de un acento, de una das por una suerte de impersonales y genéricos crite-
apoyatura y que contó -en sus tiempos lo hocia- rios de interpretación.
como nadie las frases en allegro y sus variantes Un
holandés y tres ingleses para cerrar este recorrido
urgente. Aquél, Bernard Haitink, es uno de esos Arturo Reverter
directores que no hacen nado mal aunque casi
nunca consiguen un pleno absoluto; en cualquier 1. Entrevisto de F. Gracia y E.M. Miura publicada en el
n? 34 de SCHERZO.

Bruno Walter con K Ettí. M. Slabiie, D. Qanmm y V Lazzan, durante un ensayo en 19ib.

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219
Contenido: I Primeros ñolas necrológicas; 2. Aportaciones
BIBLIOGRAFÍA románticas: Nissen y Jahn; 3. Kóchel, enire la mineralogía y la
musicología; i. Figura y obro; 5. Nuevos impulsos en 195Ó; ó.
Grandes biografías en castellano; 7. Pequeñas biografías en caste-

MOZARTIANA llano; 8. Las cortos de Mozart, 9. Ensayos, 10. Diccionarios, 11.


Mozort en la literatura; 12. Libros ilustrados. 1 3. Mozart en histo-
rietas, 14. Para niños.

a se han publicado unos cinco mil libros dedi-

Y
cados directamente o Wolfgong Amadeus
Mozart, personaje que ademas aparece obli-
gatoria mente en iodos los libros generales de
Historia de la música. La cifra de publicacio-
nes ha crecido considerabiemente a lo largo de este
año en el que se celebro el bicemenario ae su muer-
te, con lo aparición de nuevos estudios y trabajos.
Desde estas líneas pretendo dar olgunas pistos
sobre la bibliografía mozartiono. Por un lado, he
seleccionado los libros históricos, que han tenido tras-
cendencia por sus apartaciones documentóles y cien-
tíficas, y por otro, los que se han publicado en coste-
llano. Pienso sobre todo en los lectores de SCHERZO
y en las posibilidades que tienen de encontrar dichos
libros en las librerios y bibliotecas de nuestro país.
No sólo se han escrito estudios y biografías, sino que
también existen numerosos libros divulgativos y tam-
bién de carácter literario o poético.
La bibliografía mozartiana es muy extensa, sobre
todo en alemán e inglés. Se han publicado biiografí-
os, documentos, estudios iconográficos, epistolarios,
catálogos, cronoíogias, actas de congresos, la obra
musical completa en ediciones críticas, investigacio-
nes sobre las fuentes y sobre diversos aspectos parti-
culares, biográficos, estilísticos o interpretativos.
Muchas de estas cuestiones son técnicas y no intere-
san a efectos divulgativos, aunque son fundamentales
para un conocimiento exacto de la figuro y obra del
genio salzburgués.
Los tareas de investigación y documentación más
importantes las desarrolla el Instituto Intemaciona
para lo Investigación Mozartiana del Salzburgo, que
desde 1955 publico la nueva edición de la oBra
completa de Wolfgang Amadeus Mozart \Neue
Mozart Ausgabe). Lo edición, realizada por Bdrenrei-
ter, se termina este año y ocupo veinte volúmenes que
suman 23.256 páginas. La grabación completa que
está editando Philips ha tomado como base esta edi-
ción. El mismo instituto también edita el Anuario
mozartiano, soco a la luz una serie de volúmenes
dedicados a los documentos de su vida, y publica
todas sus cartas y manuscritos.
Gracias a estos trabajos, después de la celebra-
ción, en 1956, del bicentenorio de su nacimiento,
Mozart se ha convertido en un artista un ¡versa I mente
conocido a través de la difusión discogrófica de su
obra y de las compañas turísticas que utilizan su figu-
ra paro atraer visitantes a Viena y Salzburgo.

1. Primeras notas necrológicas

/Vlozarl consiguió alcanzar una considerable Fama


en su corta existencia. Su menuda persona era tema
de crónicas periodísticos en los gacetillas de todo e
mundo, en las que se dabo cuenta de su prodigioso
talento y sus andanzas. La noto necrológica que el
erudita historiador y bibliotecario Friedrich von Sch-
lichtengroíl (1765-1822) escribió cuando Mozart
murió, es la primera referencia global que existe

220
sobre su trayectoria vital, Schlichtengroll se basó en te importante que también dejó su huella en la mine-
los recuerdos, a veces inexactos, de la hermana de ralogía. Después de realizar estudios en este terreno,
Mozart, Mario Anna Walburga (1751-1829), Non- se aproximó a la músico con el mismo espíritu científi-
nerl, o quien remitió un cuestionario que ella comple- co y taxonómico, y clasificó los obras de Mozart
tó puntualmente. Este sabio caballero tenia por cos- como si fueran una colección de preciosos minerales.
tumbre colecciono; dolos necrológicos de celebrida- La musicologío estaba naciendo en Alemania de lo
des alemanas, mania extraña que hoy hemos de mano del positivismo. En 1905, Paul von Waldersee
celebrar. [1831-1906], un conde mitómano aficionado a
A principios del siglo XIX, en 1803, I.F. Arnoid coleccionor autógralos, reeditó el catálogo Kóchel.
publicó uno breve biografía y un perfil estético del Alfred Einstein (1880-1952) preparó en 1937 una
difunto Mozart. Un poco después, en 1810, publicó tercera edición, totalmente revisado, del catálogo
una Calería de compositores famosos de los siglos Kóchel, del cual se han hecho diversas reimpresio-
XVIII y XIX en la cual trazó un acertado paralelismo nes. Lo sexta edición se hizo en 1964, y en ella
entre Mozarl y Haydn. Stendhal (1783-1842| tam- colaboraron Franz Giegling, Alexander Weínmann y
bién hizo esta comparación en unas consideraciones Gerd Sievers. Existe una séptima edición posterior. En
sobre Metostasio publicadas en 1814, después de 1990, lo editorial Casariego ha publicado una edi-
haber traducido las notas de Schlichtengroll al fran- ción facsímil íntegra, en bitono, del catálogo temático
cés con el seudónimo de Louis Alexandretesar Bom- manuscrito del propio Mozart, que se conservo en
bet. El verdadero nombre de Stendhol era, por otro The Britísh Library. El compositor apuntó en él sus
lado, Henri Beyle. obras desde 1784 hasta tres semanas antes de su
muerte, ocurrida en 1791. La introducción y transcrip-
ción han sido preparados por Albi Rosentnol y Alan
Tyson La edición conmemora el bicentenario de
2. Aportaciones románticas importantes: Nissen y Mozart y el 25 aniversaria de Sintonía.
Jahn

L o primera biografía importante de Woífgang Ama-


deus Mozart no apareció hasta 1828, treinta y siete 4. Figura y obra
años después de su fallecimiento, bajo el título de
Biografía de W. A. Mozart según cortos originales, L/espués de Kóchel, empezó a publicarse definitiva-
colecciones de cuanto acerco de él se ho escrito, mente la obra completa de Mozort en la editorial
con muchos nuevos datos, litografías, hojas de músi- Breitkopf und Harlel. El exacto conocimiento de la
co y un facsímil. La escribió el consejero de estado obra de Mozarl dio lugar o estudios analíticos y esti-
danés Georg Nikolaus Nissen ¡1 761-18261, que se lísticos. Después de Hanslick, los estudios musicales
había casado con la viuda del compositor, Constan- se centroron en la propia forma de las obras antes
ze. Nissen se basó en las cartas familiares que su que en las anécdotas exlernas y biográficas que
mujer conservaba. A pesar de estar bien documenta- rodeaban a su génesis, y que hasta entonces habían
da, esta biografía es en algunos punios parcial y consumido y satisfecho el interés de los eruditos.
anecdótica debido a la influencia personal de Cons- Este nuevo método de aproximarse a lo obra de
tanze. Este interesante trabajo, publicado después de Mozart dio sus mejores frutos a comienzos del siglo
la muerte de su autor, fue el punto de ponido de otras XX, con los trabajos de Théodore de Wyzéwo
biografías posteriores escritas el siglo pasodo. ( 1 8 6 2 - 1 9 1 7 ) y Georqes de Saint-Foix ( 1 8 7 4 -
En 1856, con ocasión del primer centenario del 1954). Cuando murió el primero, este último conti-
nacimiento de Mozart, Otto Jahn (1813-1869), cate- nuó en solitario el análisis estilístico de la obra com-
drático de filosofía clásica y arqueólogo, publicó una pleta de Mozart que ambos iniciaron, y que final-
biografío en Ires tomos, erudita y verdaderamente mente ocupó cinco volúmenes, publicados entre
documentado, ateniéndose a los nuevos criterios cien- 1912 y 1946 bajo el título de Wolígang Amodeus
tíficos que se basaban exclusivamente en los datos Mozort: su vida musical y su obra ¡un ensayo de
positivamente verificables. A pesar de ello, todavía biografío crítica!. Se llegaron a identificar, a partir
hoy un rastro romántico poderoso, yjahn cae en una de una detenida comparación crítica, treinta y cua-
cierto mitificación del biografiado. Su interés por tro períodos evolutivos distintos en lo obra de
Mozatt hobía nacido de sus investigaciones en torno Mozarl. Este estudio fundamental fue publicado en
a Ludwig van Beethoven. Francés y hasta la fecha no ha sido traducido a nin-
gún otro idioma.
Entre 1919 y 1 9 2 1 , Hermann Abert ( 1 8 7 1 -
3. Kóchel, entre la mineralogía y la musicología 1927| revisó totalmente la biografía de Jahn y la
amplió. Está publicada en dos volúmenes escritos en
C n lo segunda mitad del siglo XIX, la música de alemán, cuyo contenido va más olla de una simple
Mozart desaparece poco a poco de los conciertos y revisión. Tras estos Irabajos tan importantes, sólo
se convierte cada vez más en un motivo de estudios cabe destacar el estudio que Alfred Einstein publicó
teóricos y científicos. Uno obro fundamental para los en 1945 sobre la personalidad y la obra de Mozart.
estudios mozartianos es el Catálogo cronológico- Está publicado en inglés, en Oxford Universily Press y
temático de la obra completa de Woífgang Amadeus existen reimpresiones recientes. Sus 4 9 2 páginas,
Mozart que en 1862 terminó de confeccionar Lud- que formón un solo volumen, se reparten en cinco
wig Ritter von Kóchel (1800-1877). Este catálogo se capítulos dedicados al hombre, al músico, a sus
conoce como referencia internacional por su denomi- obras instrumentales, vocales y escénicas. Es un libro
nación alemana, Kóchel Verzeichnis (catálogo bastante analítico que contiene abundantes ejemplos
Kochell, con la abreviatura KV o bien K. Está dedica- musicales. También existe una versión francesa en
do a Ottojahn. Kóchel fue un naturalista relativamen- Desclée.

221
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Portada de la edición impresa por André en 1805.

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222
5. Nuevos impulsos en 1956 Junto a estas dos grandes obras podríamos citar el
Mozart de Wolfgang Hildesheimer (191Ó-1991],
Cl bicentenario del nacimiento de Mozart, celebra- publicado por Javier Vergara (Buenos Aires] en
do en 1956, estimuló la realización de nuevos eslu- 1982, cinco años después de su redacción definiti-
dios e investigaciones. Los aportaciones globales se va. Esta biograíía nace de una conferencia que Hi-
refieren a la publicación de las íuentes, a las que desheimer dictó en 1956 y que fue revisando poste-
antes nos hemos referido, mientras que los estudios riormente, hasta llegara una cuarta versión en 1977.
tienden o ser más concretos y puntuales. Otto Erich A pesar del tiempo transcurrido entre la primera y últi-
Deutsch [1883-1967] ha dirigido la publicación de ma redacción, el texto conserva su frescura y espon-
los documentos e índices, y no publicado en 1961 taneidad original. El autor hace un análisis psicológi-
una magnífica biografío, ampliada más tarde, en co de lo personalidad de Mozar!, y de la forma en
1978. Deutsch es un investigador vienes, autor tam- que ésta se manifiesta a través de su música. Se citan
bién de excelentes trabajos sobre Haendel y Schu- numerosos documentos y cortas, que son comentados
bert, cuya obra completa na catalogado. de forma crítica y amena. Hildesheimer ironiza sobre
a veneración romántica de que fue objeto la figura
de Mozart en otras biografías. El volumen, de 394
páginas, está publicado dentro de una colección
ó. Grandes biografías en castellano dedicada a La música y los músicos. Lamentablemen-
te, carece de una distribución en capítulos y de índi-
L as biografías más importantes de Mozort (Nissen, ces.
Jahn, Abert y Deutsch| no han sido traducidos al caste-
llano. En nuestro idioma sólo podemos encontrar dos Retrocediendo en el tiempo, podemos encontrar
grandes biografías, publicadas recientemente: la de una edición en castellano de lo biografío de Henri
Paumgarlner y la dejean y Brigitte Massin. Esta última de Curzon, traducido y anotado por Eduardo López
es la más completa y reciente. Apareció en francés, Chóvorri, y publicada en 1917 por Manuel Villar en
en 1970, en lo Libraírie Arthéme Fayard gracias o Valencia. El trabajo, que ocupa 265 páginos, está
uno ayudo del Ministerio Francés de lo Cultura y de la dedicado a Théoaore de Wyzéwa. Es muy completo
Comunicación Brigitte Massin (1927] ha realizado y en él se hoce historia de las obras de Mozart. Cur-
programas culturales para lo ORTF, la RTB y Radio zon indica en el prefacio que "lo obra de Mozart es
France, y Jean Massin participó en distintas empresas su vida misma".
editoriales. Hon publicado conjuntamente importantes
trabajos sobre Beelhoven. Su trabajo en torno o Wolf-
gang Arnadeus Mozart se divide en dos partes: Bio-
grafío e historia de la obra. Es un libro muy denso y 7. Pequeñas biografías en castellano
documentado. La versión en castellano de Isabel Asu-
mendi, publicado por la editorial Turner en 1987, Los libros dedicados a Mozart que más abundan en
ocupa 1538 páginas de leira muy menuda. castellano son pequeñas biografías de carácter divul-
gativo y de calidad irregular. La biografía escrita por
Más que una biografío, este libro es una enciclo- Slanley Sadie es una ae las mejores. Está extraída
pedia, lleno de fechas y datos. Este trabajo está fun- del New Grave Dictionary ol Music and Musicians
damentalmente basado en el epistolario y en docu- (1981], uno de las enciclopedias de música más
mentos que se citan literalmente y que se hilvanan importantes y más consultadas del mundo. Stanley
con breves comentorios y aclaraciones Es una gran Sodie es el director de este gran diccionario y e
síntesis, ordenada cronológicamente, de dotos y autor del artículo dedicado a Mozori, que en 1984
documentos. La historia d é l a abra, que ocupo el se publicó en formo de volumen independiente y revi-
segundo libro, es un catálogo cronológico con algu- sado. La traducción al castellano se hizo un año des-
nos comentarios que reseñan los dalos históricos pués, con no mucha fortuna El origen de esta biogra-
documentados que se refieren a cada obra, sin entrar fía, escrita para una obra de consulta, determina sus
en el análisis técnico. El libro sería bastante farrago- coracteríslicas. Ofrece sobre todo un montón de
so, por el gran volumen de información que encierra, datos condensados y elude los aspectos novelescos o
si no fuera por los completos y útiles Índices que con- literarios. La escritura es por lo tanto muy concisa y un
tiene y que lo convierten en una herramienta de con- poco brusca. Es un libro de bolsillo, de 238 póqi-
sulta imprescindible y muy completa. nas, que hace un recorrido cronológico a través de
lo vida y la obra de Mozart en nodo menos que vein-
Bemhard Paumgartner (1887-1971] estudió dere- ticuatro capítulos. Al final, contiene una extensa
cho, pero se dedicó a la música. Realizó una brillan- bibliografía y el catálogo de Mozart según Kóchel.
te carrera como director de orquesta y se consagró a Este libro ha sido publicado por Muchnik Editores
Mozart. Fue cofundodor de los Festivales de SoTzbur- dentro de !a colección New Grove.
go, profesor y director de la Escuela Superior de
Música Mozarteum de Salzburgo y miembro funda- También en 1985 se publicó, dentro de la Biblio-
dor del Instituto Central de Investigación Mozartiono, teca Salvat de Grandes Biografías, la de Mozart
creado en 1931 por la Sociedad Internacional de escrita por Arthur Hutchings (1906), cuya edición ori-
Musicología. En 1927 publicó una biografío de ginal data de 197Ó. Este libro, de 189 páginas, es
Mozori que fue ampliada en ediciones posteriores. un modelo de buen hacer editorial La edición es
Es una biografía cronológica y descriptivo, que se económica, pero sin que ello supongo sacrificar pora
detiene en breves pero interesantes comentarios sobre nada lo calidad. El texto de Hulchings, compositor y
las obras. Belén Bas Alvarez preparó la versión espa- musicólogo inglés, es claro y conciso, contiene muy
ñola que ha publicado Alianza Editorial en 1990, en escasos alusiones a los fuentes y está correctamente
un volumen de 540 páginas. Existe una traducción traducido. E! trato que sa da a la figura de Mozart es
anterior, de Vicente Salabert, publicada en 1957 por un poco literario. Muy parecido a ésta, detallada y
la editorial Vergara. divulgativa, es la biografía de Marcel Brion (Colec-

223
ción Grandes Biografías, Editorial Juventud, 1990, completa con los origínales en facsímil, que publicó
352 págs.|, que se han traducido al castellano trein- en 1942. La edición más importante del epistolario,
ta anos después de que apareciera la primera edi- que incluye no sólo las cartas del propio Mozart,
ción francesa en la Librairie Académique Perrin. sino también los que a él se dirigieran, lo han prepa-
Existen otras biografías de pequeño formato, con- rado Otto Erich Deutsch y Wilhelm A. Bauer en cua-
cisas y divulgativas La de Jeon-Víctor Hocquard tro tomos (1964]. Joseph Heinz Eibl ha publicado
(Antoni Bosch editor, 1980, 192 pógs.) contiene, posteriormente, en 1975, unos índices que facilitan
además de los datos biográficos, un onalisis estilístico enormemente el manejo de este material.
de la producción mozarliana e incluye una discogra- El epistolario completo no Ha sido traducido al
fía preparada por Andrés Lewin-Richler, que ya esto castellano, pera lo biografía de Brigitte yjean Massin
anticuada. Parecida a ésta es la de Jesús Dini Marro- contiene, como he indicado antes, muchísimas citas
quín, que publicó la editorial Daimon en 1985 den- iteróles del epistolario de Mozari. Existe además una
tro de su colección Conocer y reconocer la música traducción parciol de las Cortas de Wolfgang Ama-
de .. Tiene ilustraciones en blanco y negro e incluye, deus Mozari, con selección y prólogo de Jesús Dini,
en 131 páginas, bibliografía, discografía, cronolo- realizada por Miguel Sáenz (Muchnik Editores, 307
gía y un glosario. págs., 1986} La traducción es excesivamente litera
Espasa-Calpe ha editado, en su serie de Clási- y respeluosa con la particular sintaxis y ortografía de
cos de lo Música la biografía de Yves y Ada Rémy Mozart, que era sumamente caprichosa, lo cual difi-
(1974, 131 págs.], publicada originalmente en culta la lectura, pues resulta casi como si leyéramos e
1970 por la Librairie Hachette de París. La editorial manuscrito original. Pienso que debería haberse sacri-
Parramón también tiene una biografía de Mozart en ficado la erudito escrupulosidad del traductor en
su Serie Música y Músicos, escrita por Eduardo José beneficio del carácter divulgativo que tiene esta
y Juan Arnau (1982, 75 págs.}, que comparte el selección.
volumen con Mendelssohn y que es excesivamente
pobre. Reol Musical publicó en 1975 un librillo
sumamente conciso (107 págs., la mitad de las 9, Ensayos
cuales están ocupadas por el catálogo] de Andrés
Ruiz Tarazona, titulada Wolfgang Amoaeus Mozart, r \ demás de los libros genéricos sobre Mozart, exis-
lo inspiración celeste, dentro de su colección Músi- ten ensayos que analizan aspectos concretos de la
cos. vida y la obra de Mozart. Estos estudios, más profun-
Anlíguamenle también se publicaron colecciones dos y detenidos, son escasos y recientes en la biblio-
económicas de biografías de grandes personajes his- grafía en castellano.
tóricos, entre los que se incluía a Mozari. Ediciones H.C. Robbins Landon (192Ó), musicólogo norte-
Atlas publicaba en los años cuarenta una Colección americano especializado en Haydn y en erclasicis-
de vidas (dos al mes), de tipo divulgativo. En 1943 mo vienes, fundador de la Sociedad Haydn, se ha
publicó la vida de Mozart (158 pags.] escrito por dedicodo a estudiar muy detalladamente los últimos
Héctor de Valle, seudónimo de Fernando García años de la vida de Mozart. En 1989, Ediciones
Vela. Por esas mismas fechos, ediciones G.P. de Bar- Símela publicó el trabajo de este autor dedicado a
celona también publicó una serie de biografías bara- 1791. El último año ae Mozart, |284 págs.]. Se
tos tituladas Quién fue... en la cual se tradujo del trata de una crónica muy documentada ae ese últi-
francés la de Mozarl escrita por Roberl Pitrou, que mo año de Mozart, que aclara detalles de todo tipo
ocupa 128 páginas de letra pequeña y apretada. sobre la enfermedad, su viviendo e incluso su ves-
Seíx-Barral también sacaba entonces sus Vidas de tuario, y resuelve definitivamente los misterios y
grandes hombres, donde José Lleonartd escribió la de leyendas tejidos en torno al Réquiem. En este libro,
Mozart, en 121 págs. con alguna foto en blanco y Robbíns Landon reivindica y defiende la figuro de
negro. Constanze, injustamente tratada por la historia en
otras biografías. Robbins Landon reconoce que la
película de Milos Forman le animó a escribir este
libro para deshacer los errores o los que podía
8. Las cartas de Mozart inducir. Este trabajo está muy bien escrito y editado,
y demuestra que la erudición no es incompatible
C epistolario de Mozart es uno fuente inapreciable con la amenidad. La tipografía, generosa, facilita la
de información sobre la vida de este músico. Nissen, lectura. El volumen contiene unos apéndices docu-
el primer gran biógrafo de Mozart, se dio cuenta de mentales muy interesantes. El primero, dedicado a
a importancia del epistolario familiar y en él encontró Un estudio ilustrado sobre el piso y el vestuario de
muchísimos dolos fundamentales. Desde muy niño, y Mozart, escrito por Else Radant, es particularmente
debido a sus numerosas giras, Mozart mantuvo una curioso.
importante correspondencia con sus familiares por
razones puramente prácticas y circunstanciales Se Más recientemente, en 1990, ha aparecido, en
han conservodo unas cuatrocientos cartas escritos por ediciones Destino, otro libro de Robbins Landan que
Mozart, y en ellas se revela su personalidad infantil e se titula Mozart, los anos dorados, 1781-1791 (272
ingenua, al mismo tiempo que optimista y divertida. págs.). Igual que el libro anterior, éste también ho
No sólo son una fuenla inagotable de datos concre- tenido la fortuna de ser traducido ol castellano un
tos, sino que además reflejan el carácter del músico, año después de su aparición. En este trabajo, Rob-
su cultura y sus opiniones personales. bins Landon analiza la estancia Iructífera, pero desa-
Ludwig Schiedermaier publicó en 1914 ¿os cortas fortunada, de Mozart en Vieno, ciudod en la que
de W.A. Mozort y su familia: primera edición critica muere. El musicólogo norteamericano ha reunido una
y completa en cinco volúmenes. Otros tantos volúme- enorme cantidad de detalles significativos sobre los
nes le ocupó a Erich Mueller von Asow lo edición personales y las circunstancias ae esta etapa vital de

224
Mo2ort. Este libro incide más en aspectos musicales cipado diversos colaboradores: Otto Erich Deutsch
que el anterior, aunque se refiere, sobre todo, al con- ha escrito un capítulo dedicado o los retratos de
texto social y cultural que rodeó o Mozart. La edición Mozart, Fnedrich Blume analiza el estilo de Mozart y
es magnífica, tiene unos índices muy completos y las fuentes de sus conciertos, Arthur Hulchings se
odemás unas estupendas y abundantes ilustraciones, encarga de la música de tecla, Donald Mitchell de
algunas en color, que evocan aquel momento históri- as serenatas de viento, Hans Keller de la música de
co en Viena. La versión en castellano es de Javier cámara, Hans Engel de las piezas pora pequeño
Alfaya. Anaya ha publicado este año (1991] otra conjunto instrumental, Jens Peter Larsen de las sinfoní-
libro profusamente ilustrado de Aurelio Pellicano as, H.C. Robbins Landon de los conciertos, Paul
(Milán, 1920). Se titulo Mozart, el joven Amadeus Hamburger de las arias de concierto, y Karl Geinn-
(20ó págs.], y reconstruye, a través del epistolario, la ger de la música religiosa. El libro eslá salpicado de
epopeya personal del niño prodigio que viajó duran- ejemplos musicoles. Siguiendo un esquema parecido,
te cuatro años por la Europa del siglo XVIII. pero abundando más en muy diversos aspectos, Tha-
mes and Hudson ha publicado, en 1990, y también
El panorama de estudios monográficos en caste- bajo la dirección de Robbins Landon, The Mozart
llano se completa con el estudio de Stefan Kunze Compendium. A Guíete to Mozart's Life and Music
dedicado a ías óperas de Mozarl, que ha sido (453 págs.). Esta enciclopedia consta de quince
publicado en 1990 por Alianza Editorial (714 capítulos escritos por especialistas. Trata de aspectos
págs.|. Este trabajo, escrito en 1984, es un estudio biográficos y estilísticos y toca numerosos detalles,
musicol que concibe las óperas de Mozart como históricos y musicales.
teatro a través de la música. Contiene 175 ejem-
plos musicoles y, por lo tonto, está dirigido a lecto-
res con conocimientos musicales. El mismo tema ha
sido objeto de otros estudios importantes, como el 11. Mozart en literatura
de EJ. Denl [ 1 9 1 3 | o e l de Aben (1970). En otros
libros de carácter técnico sobre formas musicales y /Wozart es un personaje no sólo histórico, sino tam-
análisis aparece citodo la obro de Mozart en bién legendario, que personifica al genio y a la inspi-
mayor o menor medida. ración. Desde este punto de vista ha inspirado a poe-
Existe odemás lo publicación de una antigua con- tas y literatos. La obra de Mozart, y en particular sus
ferencia que Roíoel Mitjana dictó en el Ateneo de óperas, ha sido también motivo de una abundante
Madrid el 24 de marzo de 1918 bajo el título de literatura.
Mozart y la psicología sentimental, impresa por los Una novela breve, clásica y deliciosa, es la de
sucesores de Hernando (36 págs.). Sostiene el autor Eduard Moríke (1804-1 875) titulada Mozort, camino
que Mozart fue lo encarnación de la música y dice de Praga (Alianza Editorial Libro de Bolsillo, 1983,
que, "para empezar la imitación del divino maestro", 107 págs.). Esto encantadora y poética recreación
hay que liberar o la música de "lodos esos emplastos literaria de la personalidad de Mozart fue publicada
pictóricos, veristas, pantomímicos y filosóficos que le en 1855 con ocasión del primer centenario y alude
hemos aplicado por fuerza", ya que "ella puede y al viaje que Mozart hizo en el otoño de 1787, junto
debe valerse por sí misma". La postura de Mitjana es a Constanze, para estrenar Don Giovanni en Praga.
antirrománlica y neoclasicista, y se basa en el análi- "Mi propósito en ese relato", escribió Mórike a su
sis crítico de lo psicología de la audición, influida editor, 'era trazor un pequeño retrato moral de
por las experiencias históricas. Rafael Mitjana, diplo- Mozart (el primero de su clase, que yo sepa) en el
mático y musicólogo, escribió lo historia de la músico que, con ayuda de peripecias libremente inventadas,
española para una enciclopedia francesa y descu- pudiera apreciarse sobre todo, de forma viva y con-
brió el cancionero de Uppsola. centrado, sus rasaos más amables. Puedo asegurar
que nunca he hecho otra novela con más amor y cui-
dado". Mórike también dedicó algunos poemas a
Mozart, como ExJrano sueño (1828) y Sólo una vez
10. Diccionarios más en la vida (1 845] Lo novela de Leopoldo Azan-
cot (Sevilla, 1935) que, bajo el titulo Mozart. El
L a Guia de Mozart de Erich Valentín (Alianza Edito- amor y la culpo ha publicado en 1988 la editorial
rial, 1988 239 pags.l es un libro de bolsillo com- Mandadori (275 págs.], se refiere de nuevo al viaje
puesto en forma de diccionario alfabético, onomásti- a Praga, pero presenta un genio torturado y enfermo,
co y temático, que compendia diversos aspectos rela- en un ambiente cruel y opresivo que resulto un poco
cionados con Mozart. Resulta un excelente y práctico inverosímil. La angustia parece ser el lema principal
manual de consulla para el aficionado o melómano. de estas páginas, en las que aparecen descripciones
Contiene más de cuatrocientas entradas con una pormenorizadas de Cosi ron tutte, Don Giovanni, ío
información muy completa y concisa, fácil de mane- flauta mágica y el Réquiem.
jar. Además incluye una cronología y una bibliogra-
fía. Esta guío fue escrita en 1983 por Erich Valentín, En 1 8 3 0 , el escritor ruso Alexander Pushkin
director de la Escuela Superior de Música de Munich (1799-1837), aulor de Eugenio Onegin y Bor¡$
y editor de la revista Acto Musicologica Godunov, escribió unas escenas dramáticas tituladas
H.C. Robbins Landon colaboro desde 1955 con Mozarl y Salieri, inspiradas en una leyenda debida a
o Nueva Edición Mozart y ho dirigido la edición de a locura senil del compositor de la corte vienesa,
dos diccionarios sobre Mozart. Uno es The Mozort Antonio Solíen (1750-1 825), según la cual éste
Componían, publicado en 195Ó por Faber and había envenenado o su rival Mozart por envidia.
Faber (397 pags.). Existen varias reimpresiones pos- Rímski Korsakov empleó esta obra para componer en
teriores de esta enciclopedia que comento práctica- 1 898 una ópera. El texto ha sido traducido al caste-
mente toda la obra de Mozart y que eslá dedicada a llano, en una edición de Aguilar. La aportación litera-
la memoria de Alfred Einstein. En esta obra han parti- ria más impórtame de nuestro siglo sobre Mozart es

225
la obra teatral Amadeus de Peter Shaffer {1977], cen- sabrosas citas y anécdotas. Además de las estupen-
trada sobre todo en la figura del rival Salieri, que se das y abundantísimas ilustraciones, contiene testimo-
configura como antítesis de Mozart, siguiendo las nios y documentos seleccionados con muy buen crite-
huellas de Pushkin. Esla obra teatral fue publicada en rio. Su autor, un francés licenciado en filosofía y
una versión en castellano par ediciones MK con oca- diplomado en musicología, se dedica al periodismo.
sión de su estreno en el Teatro Morquina de Madrid, Ediciones Folio ho publicado este año, 1 9 9 1 , un
el 17 de enero de 1981. En ella se baso la película ¡bro ¡lustrado de Wendy Thompson, titulodo Mozart,
de Milos Forman. retrato de un genio, que hace un somero y completo
Más recientemente, acaba de aparecer una nove- recorrido biográfico a través de 128 paginas. En
la histórica escrita por el historiador Gabriel Jackson, poco espacio y con generosas ilustraciones, presenta
especialista en la guerra civil española y gran aman- todos los datos fundamentales de la peripecia vita
te de la música. Se titula El difunto Kapellmeister de Mozart.
Mozart |Muchnik Editores, 1990, 192 págs ] y
reconstruye los dos últimos años de la vida de Mozart
con un talante lleno de efecto y respeto, que presenta 13. Mozart, en historietas
al protagonista como un auténtico ser rumano. El
libro se atiene a las precisiones históricas, evita las tvxozorl ¡Mo non Uopooj es el titulo de un libro del
leyendas y mistificaciones, y está escrito de forma dibujante y arquitecto Javier Covo Torres (Cartagena,
muy amena, con magníficos e inteligentes diálogos. 1958), editado por Eí Ancora de Bogotá, en 1988
Existe también otra especie de novela histórica, (147 págs.]. Este trabajo pertenece a una colección
narrado en presente, en seis capítulos y con numero- de biografías que tienen la particularidad de estar
sos diálogos, que se deriva de una serie televisada escritas y dibujadas en blanco y negro, en forma de
de TFI realizada por Morcel Bluwal, en una copro- historieta, con mezcla de grabados nistóricos, leyen-
ducción europea en la que también participó TVE. El das, datos y situaciones humorísticas. Hay otras publi-
libro fue traducido del francés por Claro Janes para caciones para jóvenes que alternan el texto con algu-
Plaza y Janes, en 1983, y tiene 271 páginas. El nos láminas en las páginas impares, con viñetas tipo
guión y adaptación está escrito por Béatrice Rubins- comic en blanco y negro como, por ejemplo,
tein y Marcel Bluwal, o partir de lo historia dejean Mozart, un genio precoz de ediciones Toroy (192
Mistler. Los diálogos son de Félicien Morceau y Mor- págs., 1983), con texto de Sotillos y dibujos de
cel Bluwal, y la narración de Francois de Víllandry, Borrel, o Mozort de la Editorial Ferma de Barcelona
Jeon Vermeil yjulie Povesi. (64 págs., 19Ó4], escrito por Florencia de Arquer e
ilustrado por Lolito.

12. Libros ilustrados


14. Para niños
Ediciones Destino publicó en 1961 una Biografió
ilustrada de Mozart (151 págs.], escrita por Erich t i libro de Mozarl, ilustrado por Georges Lemoine y
Valentín y traducida del alemán por Julio Lozano. contado por Christophe Gallaz que ho publicado en
Tiene bonitos grabados y fotografías en blanco y 1990 la Editorial Lumen, es un bello álbum pora niños
negro, una tabla cronológica y un índice onomástico, de 33 págs., muy poético, con estupendas ilustracio-
pero no general El texto que acompaña las ilustracio- nes en color y un breve texto La edición original apa-
nes es escaso. Más moderna, en forma de álbum reció en Ginebra en 1988. La editorial Edaf tradujo en
ilustrado a todo color, es la biografío de Mozart, de 1984 e! libro, originalmente italiano (Milán, 1981),
origen italiano, publicada por la Editorial Debate/ de Paolo Mangía, con ilustraciones de Gianni Renno,
Itaca, en su colección Protagonistas de la Civiliza- para su colección Por qué se hicieron famosos, que
ción (1983, 78 pógs.). tiene un acentuodo carácter escolar (02 págs.). Tam-
El librito de Micnel Parouty (1945) que se titula bién es originalmente italiano el libro infantil titulado
Mozart, amado de los dioses, y que ha sido editado Amadeus de Ibi Lepsky, con ilustraciones de Paolo Cor-
por Aguílar Universal en 1990, es una publicación doni, que ediciones Destino tradujo al catalán en
de características distintas y singulares. Es un peque- 1983, para la serie Serán famosos. Edhaso también
ño libro de bolsillo, de 192 páginas, bellamente publicó tiempo atrás, tal vez en los oños cincuenta,
diseñado e ilustrado a todo color con un magnífico otro libro para los más pequeños, de Waldo Mayo
material gráfico, propio de otro tipo de libros de con ilustraciones en color de André Dugo (41 págs.].
mayor formato. El texto es sumamente conciso pero
esta muy bien redactado y se haya salpicado de Víctor Pliego de Andrés

226
DISCOGRAFIA
^ p ^ s etapas en lo creación mozar- Amadeus BUDB
J I ° Mozart
I liana? La g r a c i a i n f a n t i l , el
I demonismo, la serenidad..., la

G L
allimalhias Musicum, KV 32. Ale- ucio Silla, dramma per música KV
clasificación podría ser exacta, encon- gres ruidos, escalas virtuosistas, 135. Encargado por el Regio Ducal
trándolo de manera inextricable, paso otas de música mecánica de los Teatro di Mnano (el futuro teotro alia
a paso, durante toda la producción campanarios holandeses, orquestacio- Scaia] a un compositor de quince
(toda la vida); es en todo caso el plano nes poco empleadas, alegres llamadas años, ¿iicro Sitia fue escrita duranle el
propuesto en esta guía cronológica. de trompas... A los diez años, Wolf- mes de diciembre de 1772 El público
W para las obras fáciles, celebran- aong es el contemporáneo de Ama- milanés no se equivocó, celebrando la
do el verde paraíso de la infancia, A, deus, el autor de la Broma musical y ópera como una obra maestra. 2 ó
para las obras experimentales de la otras bromas más graves. Los Orpheus representaciones en un mes Algunos
adolescencia eternamente rebelde; M, apoyan esto tesis con brillantez: el Galli- eruditos hon hablado de circo, tal vez
para las obras maestras, también indis- malhias es presentado junto con la refiriéndose al virtuosismo implacable
pensables. Quienes no estén de acuer- Broma y otros naderías {Contradanzas de numerosas arias. Y en efecto, toda
do con estas tres discotecas posibles, y Danzas alemanas), en las cuales se la magia circense aparece en la ver-
podrán con un ligero movimienlo de encuentra (o podemos encontrar] el jar- sión de Harnoncourt (Teldec), las peli-
cabeza transformar ^ D Z O Wolfaangen dín secreto de Mozart: las Danzas K grosos coloraturas son misteriosamente
• • Mozart. 567, la Tempestad, las Maliciosas..• Rabiladas por alegres éxtasis. Otro
son interpretadas con refinado respeta circo viene evocado en esta versión, el
por los Orpheus; otras danzas y contra- circo romano {Morte, morte de Cecilio;
l^Wolfgang danzas con más campechana confian- Del padre ontb'a ditetía de Giunia...];
za por Wiíly Boskowsky |Philips) o con Peter Schreier, ciown enremecedor en
más inocencia por Sándor Végh el dech, admirable tirano en el cantar,
Oinfonía n.s 1, KV ló. A lo edad de (Capriccio|. los Orpheus d i c e n l a no pierde la cabeza entre las no
ocho años, Mozart parece seguir los Bramo musical con ciudadana elegan- menos admirables mujeres, travestidos
consejos de Rav Na|man de Braslav y cia, Nikobu5 Hornoncourl (Concenlus o no. Dulces y estratosféricos duelos
acordarse de su futuro: do re Fa mi, Musicus. Teldecl establece conexiones entre Cecilio |Cecilia Borloli) y Giunia
canta el Andante de la Primera (?) Sin- entre la obra y otras bromas más rústi- (Edito Gruberova); acrobáticos inter-
fonía, ol igual que la Júpiter, última sin- cas (de Biber o Schmelzer, por ejemplo]. cambios entre Cinna ¡Yvonne Kenny] y
fonía. Pero tal vez lo más sorprenderle Christopher H o g w o o d [The Aca- Celia (Dawn Upshaw]. Los nostálgicos
consista en el clima nostálgico de este demy of Ancienl Music. L'Oiseau Lyre] del eterno invierno quedorán confundi-
Andante. lleva el refinamiento (y la coherencia] dos ante la vitolidad presente del canto
"La poesía proviene siempre de la hasto razonables límites, grabando los mozartiono, mientras los puristas más
nostalgia" dice Julio Maruri, poeta en esbozos del Gallirrtalhias Musícum enterados esperan lo versión íntegro
el exilio. (Academy of Ancient Music. (unos cuatro minutos). (con ballstli y lodo] de seis horas de
Christopher Hogwood. t'Oiseau-Lyre). duración.

•/D3/ÍHLÜ O p D |S UOD (j8S S p O4 OWOO)


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oin6is snb -dooy?] sauoisjaA sojninj ap Djadsa o| -uajdujoDui uos so6o|D!p so|| O^ÜOLUDID
ous^si o A (DDSsrj] oiuasas soyo soi sp ;uuaj^ popipiíA ns ojqo O| o uaAianAap |sdi|
| p p i a u i a ^ A iapuaoq5SD.j auiBug 'ddoj -lUjj) J3UUJOW A (OIDJ^) UDDJOf
ua asopupsoq 'oísanrjya opnj 'D|nso3 ojicy^ jod DpoyoduioDO -OL|D5 'Aauuog 'züM^DOjg 'OAOJ
oun ap sandsap ' DJOO gp oJfíaom ojapopjaA ozuo6jag DUD||JOZOUJ pop!|!qisuas DAanu oun uo3
a p DJtsnjDJDZ jap soas sonuituos osajaj^ uo3 zsaija^ UOA|S| ap D| 'u9|SjaA saujjo 'soAisajdxa SDUJ (otiujjad am is A)
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DpoqDj6 an| ¡so jaAoujssn^ ap iiopips uoiaotuaujíjadía '•••|D3OA 'o^ijqujii l a j a d u j a i ^ ap atua^ou; papaAOio
aDouoD as sajojisoclujoD sajj l o d uoooiuswjjadxs I I J O Z O ^ ap JD|nDa; o| o suodo as ([W3 'oioujjarj dd|])
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227
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6UD6
Amadeus JI° Mozart
uinteto con clarinete. KV 581. osí ran tutíe KV 588. Así hacen os últimos cuartetos para cuerda,
Concierto para clarinete KV todos, dice el título, y todos tam- KV 589 v 590 «Prusianos». Casi
Q 622. Misma tonalidad de la C bién, ya que de intercambios de D todos los intérpretes se preocupan
mayor en ambos obras, tonalidad que parejas se Iralo El embrollo provocado por sugerir la desesperanza de Mozart
Mozart asocia ¡Cuarteto KV 464, Con- por los disfraces ha de expresarse en este ano 1790, a través de una
cierto pora piano KV 488} a la emo- vocalmente (como lo indica el hbrettto cierto sensualidad ¡el Italiano) o expre-
ción diáfana, serena, candido tal vez. y las inflexiones melódicas), utilizando sividad (el Amadeus]. El Cuarteto Berg
Espejo ¡nocente de los posiones de ¡según los situaciones) el peculiar acen- (en 1976 para Teldec, y a la espera
Cosí ion tulle, el Quinteto evoco el to de Ferrara. Esta dimensión lingüísti- de su nueva integral. EMI] se mantiene
'soy feliz mas estoy triste", de Melisan- ca (como en Verdi, en Berio...) profun- a una gran distancia del texto musical,
de, o lo quemadura suave (Cortezial. damente ligoda al desarrollo dramático únicamente interesado por el dibujo en
A la suntuosidad sonora de la escuela no ha despertado el más mínimo inte- celosía del contrapunto. ¿Fríos?, los
germana -sonido untuoso, can genero- rés, en ninguna de los interpretaciones. intérpretes se ciñen al acto de Mozort,
so vibrólo- [Karl leisler, Academy of Si. ¿Apatía, falla de tiempo? Siendo lo cuondo estaba dibujando aquel encaje
M a r l i n , Marriner. Philips; Sabine opero más compleja (¿y perfecto?) de musical que le separaba de su vida.
Meyer, Wiener Slreichsextett, EMI|, al Mozart, resulto un poco chocante. .
brillo de la escuela (?) franco-ingleso, añadiremos que muchas célebres ver- Concierto para piano n. B 17 KV
sonido incisivo, vibrato apretado (Jack siones (Koroian, por eiemplo EM1] $95 en sí bemol. Poemo de la alegría
Brymer con Colín Davis o Neville están grotescamente recortadas. La ver- y de lo resignación en la versión de
Merriner. Philips), se podrá preferir el sión de Cantelli |con Schwarzkopf, Guido (Viena, Abbado. DG); poema
sonido no atacado, sino emitido con Meriman. Sciutti. Stradivorius) sigue de la fatalidad y de la contrafalalidad
extraña suavidad por Arirony Pay (The siendo lo mós coherente en cuanto ol en la versión de Curzon con Brillen
Academy of Ancienl Music, Hogwood. equilibrio entre despreocupación y (Decca), quien se acordará del con-
L'Oiseau Lyre], y por Eric Hoeprich angustia; opción recogida por Oslman cierto en Muerte en Venecia.
(Orquesta del siglo XVIII. Brüggen. Phi- (Yakar, Nafé. L'Oiseau-lyre], Para quie- "...un martillo (luz a la deriva]
lips), ambos con corno di bassetto (cla- nes no quieren ni la primera (por anti-
rinete con registro mós desarrollado en canta todo aquello
guo) ni la segunda (instrumentos origi-
el registro grave, instrumento escogido a la velocidad del mundo."
nales!, señalaremos que el plotó reuni-
por Mozart), o por Thea King (como di (Paul Celan)
do por Davis (Caballé, Baker, Gedda,
bassetto moderno English Chamber, Ganzarolli. Philips] es muy equilibrado,
Cuarteto Gabrieli. jeffrey Tate. Hype- y que von Otter, Szmytka (viperina Des-
rion). pina], Alien y von Dam cantan muy
bien..., pero ya se sabe (St Martin ¡n
the Fields. Marriner Philips).
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^ D20 Wolfgang Amadeus JI° Mozart
ivertímenro (Frío) en mi bemol ánones vocales (eróticos y cómi- onatas para piano en si bemol KV
mayor KV 563. Puchberg. Micha- cos). Moría Anna Thekla, Aloisa 570, en re KV 576. Sonatas ambi-
D el Puchberg era el amigo, el com- C Weber, Anna Selina Storoce, S guamente perfectos: temos insignifi-
pañero masón y mécenos ocasional de Con5¡anze... ornados por Mozort cantes manipulados en complejas y
Mozarl, se merecía, pues, b dedicato- como jsobrinas, primas, hijas, madres, bachianas combinaciones; ciencia
ria de la perfecta obra de cámara hermanos, esposos...!, asi lo cuenla el mogislral, y por esto imperceptible
para vioiín, viola y violonchelo. Del compositor en sus cartas (en parliculdr (transpárente|. Si se encuentra a Bren-
divertimenlo tiene la estructura en seis a su prima, María Anna, la Baeslel, del (Philips] perfecto, pero poco origi-
movimientos y poco más: lo tonolidad con un estilo digno del marqués de nal; a Pires [Erato, Denon, DG| ideal,
de mi bemol, la duración |unos cuaren- Sode, su exacto con lem pora neo, y así pero demasiado gentil; a Haebler
ta y cinco minutos!, su factura polifóni- lo cuento en algunos cánones, que |Denon| refinada, pero demasiado edu-
co, sus modulociones refinadas, su generaciones de intérpretes conocieron cada; a Zacharios [EMI] inventivo,
clima inmóvil (Adagio] casi schubertia- en su versión censurada. En el momen- pero demasiado encantador; a la
no, desmienten el título. Kremer. Kash- to de cerrar esto discoteca Mozarl, nin- pion{oforl]i5to Yvette Piveteau (Correré)
kashion, M a , lo tratan alia barroca, gún canon está disponible. He aquí demasiado grave; a Badura Skoda
apoyando el edifico ormónico sobre el algunos títulos: el K 382c, Leck rnich (Astrée) literal, pero demasiado incier-
chelo (CBS]; el Trio Grumiaux (Philips) im Arsch (púdicamente transformado !o; si la doloroso simplicidad de
es más clásico, integrando los timbres por los editores en Lasst hoh..., o sea, Uchida (Philips) les deja en un insopor-
en un sonido redondo y severo. En Alegrémonos]; el K 382d, leck mir den table estado de desnudez, y si por fin
ambas interpretaciones, el Divertimenlo Arsch fein rechl sebón sauber, transfor- el clima de patética disolución produci-
alcanza el nivel de los Cuartetos y mado en un casto Nicbts labt micb do por Arrau (Philips] les impregna con
Quíntelos de la madurez mozartiana. mehr ¡Nadie me consuelal una irreprimible melancolio sólo
Algunos cánones cómicos como quedaría un pianista, sin precedente ni
Caro mío Druck und Schluck serón edi- descendencia posible, Glertn Gould
tados en la colección Mozart de Phi- (CBS]: soñaba con un piano inexislen-
lips. te, que no fuera un filtro entre el com-
positor y el intérprete; con un teclado
de fuego, que quemara los dedos,
para la más grande celeridad.. Una
interpretación de Mozart que confun-
diera polbos (el desear al ser ausente]
con himeras [el desear de manera más
drástica al ser presente|.
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sow so| ap sounBio sojiap A 'popp||d -!|¡nba p opuo[|oxs ' pmusAnt ap SDIUOJ
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Año 1788 Año 1788
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ba haber sido, momentos antes, feliz. un tiempo débil], en cuanto a lo ínter-
'(ÍJÓS4Q3B-PRAGUE Kremer, Phillips, Koshkoshian y M o prefación, el director intuye, como Reb
COHCfBTGEBCJUW OfiCUfi'
(CBS) proponen una interpretación no Ashem, que todos los caminos son de
JOSEFK!
menos cierta que otros- saben que los carne.
deseos son, ya, recuerdos. Krips (Concerlgebouw. Philips) sabe,
El Concierto para piano KV 537, n." como Reb Moset que el amor tiene lo
26, Coronación (paro el emperador voz de lo muerte para el sordo su pro-
Leopoldo) no tiene nada que ver con pia voz. (Nos| descubre, pues, timbres
su Ululo; fue escrito para un concierto y voces inauditas en oirás versiones.
'"itimo, como lo sjgiere su música ama- Harnoncourl expreso, como Miezts-
ble. Sólo un niño escuchando un cuen- che, unos ideas pora los pies, para
to, escribe Messiaen, podría tener la que podamos bailar. Los músicos del
mismo delicadeza. En 1 9 6 8 , Baren- Concerlgebouw (Teldec) no quieren
boim (English Chamber EMI], apenas volver a interpretar a Mozart de otro
salido de la adolescencia, improviso manera; eslán convencidos, como Reb
con esa delicadeza y escoge, agudo Volta, que la muerte es la persistencia
homenaje la cadencia de Su Majes del pasado.
tod Wando Londowska Icuyos ¡nlerpre- Walter (Colombia. CBS) invita a
taciones de abrumador y auténtico música y público a una sesión de músi-
modernismo eslón ohoro disponibles. ca de cámara; osisle a la vida de los
Núms ¡3 y 22, AS Disc|. La parte de notas, y, como Edrnond Jabés, escu-
piano reducida a un mero hilo conduc- cha.
tor se presta a recreaciones y promena- Un libro dedicado al último año de
des' las más lúdicas son propuestas Mozart nos cuenta todo de la vida
por Zacharios (Rodio de Baviera. Zin- doméstica del compositor. Habría tan-
man. EMI) y Bilson (The English Baro- tas otras cosas que escribir sobre el
que. Garainer Archiv]. año 1788...
Cuatro intérpretes son necesarios
para escribir el libro de las preguntas
sobre las tres últimas Sinfonías. Berns-
tein (Filarmónico de Vieno. DG] es el
más coherente en cuanto a la sintaxis
¡por ejemplo en la 40: principio en un
tiempo fuerte (I), melodía entrando en
inv<i
[ | O,l) 'ÜÓ61
oied] ojaua sp ¿¿ |a 'spwspo 'A '
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Amadeus JI°Mozart

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onaras para piono y violín, KV
1
7 Sonatas para orquesta con órga-
no, KV 263, 278, etc. All'epistoV 301 (N. e 18), KV 304 (N. s 21).
Ali'Epistota o Kirchen Sonaten, los Mannheim, París, donde fueron
sonólas para orquesta e intervención compuestas las Sonólas, evocan galan-
vorioble del órgano (desde el simple tería y superficialidad: Clara Hoskil y
continuo hasla el solista concertante] Arthur Grumioux han encontrado en
habían de ser tocadas antes de la lec- ellas un clima de confidencio cuchiche-
tura del Evangelio. Si los primeras da, intentando acallar toda emoción
sonatas parecen cumplir su papel, los impúdico: ningún paso en falso, ningu-
últimos |con el órgano improvisando o na insistencia, los intérpretes no tocón
experimentando! han debido de inquie- tierra |con las Sonatas KV 376, 378,
tar el oído de Monsignor Colíoredo. La 454 y 526. Philips|. Frank Peter Zim-
versión de Elisobelh Ullmann con el mermann no esconde su admiración
Concilium Musicum, dirigido por Paul por Grumioux, como lo pudimos apre-
Angerer (Schotll, podría ser la más ciar (y celebrar| en el IV Festival
CUMPÍ-ETE MÜSUKT KOITION radical: efectivo mínimo, economía de Mozart (integral de las Sonatas con
registración para el magnífico órgano Alexander Lonquich. EMI]. Lo interpreta-
de la Abadía de Altenburg; más fastuo- ción mozartiono dejasho Heifelz sigue
sa (pero no más imaginativo) y sí más congelando el entusiasmo de la critica,
desordenada la versión de lan Watson pero su tiempo llegorá (Sonora K 378,
con la Orquesta Clásica del King's con el Concierto n.s 5 -un poco recor-
Consort (Roben King, continuo y direc- tado- y el Quinteto K 5)6. RCA, eco-
ción Hyperion]. Con instrumentos nómico].
modernos, la perfecta versión de Peter
Hurford y los Amsterdom Mozort Pía-
yers (Decca).

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erenata Posmorn, KV 320; Diverti- erénala n . ' 10 en si bemol, KV
menor KV 310. Primera sonata sin menlo Robinia, KV 3 3 4 ; Sonóla 361 Gran Partíta. Dos oboes, dos
el más mínimo intento de seduc- para piano, KV 333 en si bemol; clarinetes, dos comí di basseto,
ción; al contrario, la violencia caótica, Marchas núms. 1 y 2 KV 335. Seréna- cuatro trompos, dos fagotes, contraba-
lo furiosa emoción de París [donde fue la y DiVer'imertto para el entreten i mien- jo reunidos para un verdadero estudio
escrita) impregnan y sellan la obra. Asi to [iáe quién?] como intentaron hacér- de timbre, color y materia sonora,
la interpreto Glenn Gould (CBS), pero noslo creer las interpretaciones de Xxxx ¡amas oído ontes..., y tal vez tampoco
Mario-Joáo Pires recomiendo otra inter- o de sxx Xxxx>uo<. después. El compositor, consciente de
pretación: "Hay rnás contenido, más N o d o es más falso con el Albíon haber realizado una obra maestra,
momentos d e extraordinaria intensidad Ensemble ( H y p e n o n ) . el conjunto pensaba que en esta Serenata estaba
en esta Sonata interpretado por Dinu Octophoros (Accent] y, sobre todo, |tal lo me'pi de Mozart. Miembros de la
Lipatti, que en todas las sonatas de vez) con la Camerata de lo Academia Orquesto del Siglo XVIII, dirigidos por
Mozart pof otros pianistas. Lipolli no del Mozorteum del Salzburg, dirigida Fians Brúggen, nacen sonar a los ins-
hocia un solo compromiso" (EMI). Si lo por Sándor Végh (varios discos Capric- trumentos de viento como si de cuerdas
dice Pires... cio y Philips): verdadero deseslabiliza- se tratara (Phílipsj El conjunto Octop-
ción del discurso mozarliono codifico- horos [Accent), con un sonido más
Sinfonía n.s 33 en si bemol KV 319. do, los Andantinos y oíros minuetlos recio (gmás vital, más áspero?], resolta
Primero sinfonia que presenta la aparecen trágicos, sombríos y siempre tal vez más la modernidad de la escri-
orquesta como asociación móvil de vitales, en la perfección de lo escritura turo (el cuarteto de clarinetes, o lo
grupos carrieristicos, primera sinfonia mozartiano. melodía del Adagio deslizándose entre
que anuncia el temo de la Sinfonía Los solistas del Salzburg Mozorteum, los instrumentos de madera), las alea-
Júpiter Josef Krips (Concerlgebouw. Phi- Heinz Holliger (oboe) y Auréle Nicolel. ciones timbricas imaginados por
lips] exalta toda la sutilezo de los mil y acompañan el baile de Sándor Végh, Mozarl conciernen o los instrumentos
un detalles desconocidos en todas las y parecen estar de acuerdo con esta utilizados en estas versiones; con instru-
demás interpretaciones. Anos más frase del violonchelista barraco Chris- mentos modernos, el Nelherlands
larde esta misma orquesta declaró lophe Coin: "escuchando el Mozart de Wind encuentra el color muelle de la
haber redescubierto a Mozart con Har- Végh todo es posible". Vladimir Horo- voz humana {Philips], mientras que la
noncourt (TeIdee] witz interpreta la semi desconocida Orpheus (DG) se remonta o los Fuentes
Sonata K 333 con el más puro y auíén- del acto compositivo en un vaivén entre
lico froseo, y efectuando todas las Haydn ¡Sinfonía n " 47) y Mozorl.
repeticiones; añade, por otra parle, ¿Didáctico? ¡Nunca clase magislral fue
que, en todas las épocas, los composi- tan sensual! Klemperer |EMI| exalta el
tores son románticos. ¿Quién lo contra- clima de noclurna encantación, anun-
dirás jGlenn Gould [CBS], tal vez? ciando la Maure'ische Trauermusik.

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BuDBj|OM o z a r t

232
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6UD6J|OMI
^ D 7 O Wolfgang Amadeus lozart
oncierto para piano n.° 2 4 en do as bodas de Fígaro, Opera cómica uarteto de cuerdas, KV 4 9 9 . Trío
menor KV 4 9 1 . Complejidad de KV 492. Algunos criticas, lamentan- con piano, KV 496. Aquel preso
C lo orquestación (la más vanada do su juventud perdida, silúan la
L C tenia que aguantar las cabezas
empleada en un concierto pora piano: edad de oro mozartiona en la década de las victimas para que las SS de
flauta, oboes, clarinetes, fagotes, trom- de lo postguerra (mundial). N o se Auschwitz pudieran disparar más fácil-
pas, trompetos, timbal y cuerdos}, com- puede negar que Irmgard Seefried es mente en las nucas. ¿Cómo soportó
plejidad del contrapunto, asociado con una Susanno admirable [Schwarzkopf, aquello? ¿Observando el comporta-
temos naife, dentro de un clima román- Jurinoc von K a r a j a n . EMI), pero, miento de los humanos delante de la
tico .. |algún que otro quebradero de ¿cómo recomendar esta versión sin los muerte? Pregunta sin respuesta posible,
cabeza para los intérpretes! Gibbons y recitativos y con algunos papeles cari- vacio del final del Trío, soledad del
Brüggen (Philips) adoptan un fraseo caturizados? Lisa della Casa es proba- Cuarteto... a r i d e z d e la polifonía
|casi| romántico, mientras la Orquesta blemente lo más emocionante entre angustiada, desequilibrada, alocada,
del Siglo XVIII, con instrumentos origina- todas las condesas, y la dirección de que resuena en los sonidos ásperos,
les, parece buscar un color, un empas- Erich Kleiber un modelo de moderni- delgados hasta lo transparencia del
te modernos . N o menos qpasionanle dad intemporal, pero Susanna sigue Cuarteto Salomón, del london Forte-
la proposición de Glenn Gould [con siendo una soubrette, Fígaro un ogro, piono Trio (ombos Hyperion].
Vladimir Golshmann, CBS]; con instru- el conde un Leporello (Filarmónica de
mentos modernos reseco todos los tim- Viena. Decco], Otro, crítico (más certe- Sinfonía n.B 38 KV 504 «Praga».
bres para evidenciar la estructura ra| situó a Arnold Oslman en el firma- Gardiner (English Baroque. Phihps]
[armónico y polifónica]. Bilson (The mento mozartiano (L'Oiseaulyre], y, en subraya lodos las citas [¿os Bodas),
English Baroque Soloisls, Gardiner. efecto, el director consigue una versión anuncia el Don Giovanni, su violencia.
ArcTiiv] escoge uno vio intermedia y tal homogénea, con un reparto equilibra- Bernstein (Viena. DG] evoca el imagi-
vez más equilibrada: el número exacto dísimo: los diferencias sociales borra- naiio checo (la Praga fue escrita pora
d e instrumentistas requeridos por das, la frágil condesa (Arleen Auger] los hermanos masones de esta ciudad),
Mozart; no fuerza en ninguna de las tiene como compañera (e igual) a una el laberinto (polifónico) de la ciudad
direcciones propuestas por Gould o Susanno |Barbara Bonney], que imagi- de Kafka, las voces del más allá (los
Gibbons. La sorpresa viene de las namos con la belleza de las mujeres vientos) en la ciudad del Golem. Kríps
cadencias del propio Bilson. El conjun- inteligentes; Fígaro (Salomaa] no es un (Concertaebouw. Philips] es mágico: la
to de las Ires interpretaciones constituye doméstico burro, sino un ¡oven proleta- melancolía schuberliona, lo Hipocon-
un buen acercamiento a lo obra. rio; Hagegard un conde enternecedor drie de Zelenka son vapuleadas con
en su aran de amor. La edad de oro exuberancia, no sólo desde el interior
mozarliana está aquí y ahora. de cado voz, sino en el espacio que
las separa y las une
A mbo juaiqujDj) pisa OUDIIJDZOUI OJO (OQ l'noauou
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ns ap (o^iSpj) opüuas A DIDUSJCKÍSUOJJ o I o?] O|^|i| p oiqo o 1 ua •JDJ (AlUDjy JaUípjDQ \O\a \1\\O\ Bílb
'oijqninba] sapDpipnD SDI ap so^Dniu b q •o¡og L|S!|6ug a ^ J uoj_ u A ^ | a ^ A
as?od (ijnoDuoujou anb opoio souauj] ap pDpSAOu :so6o|p|p so| ua SDI 'uo!|ig ui|O3|0y^ jod
A ioai 'zri|[nbg 'jaiu | s sajqují) so| ap popan6!qoio 'sop sojueiiuau|]ai sol ?opoj UOD sopo)
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ap uopDjaqi¡| ojqo o¡ sp o¡p|sqaj ap -ajdxa soAanu SD| Di|a us A 'ojsanbjo DUISILII '|W3] q
oiuip ia saaioADi (opu3|OiA DJDJ ns jod ojqo oun ap sojdiuala 5O| lod opopiuitsa 'n
japusjdios sp UOLJ auoj so| !sa|q!pnn j § O] 'U |a ua 'ojtss^sjo JaqwoLQ qsi|D
souado 'ouoid so|) ijozcy^ jod opiOina o\ ap oip \a o:>i|qnd |ap pniambui D s6lJíp I[|O5 '(D33aQ) ODSIp OUJSU
ojn^s a OJOIIJD \o opoisaid uopuaio OUJ D| A oiJSpuoDsep ¡3 |gOA|pni|SU!?] SIUDS l /dij| A
-0i(xa ••] (ozzam 'aiuoujop|) SSDOA ap -ajajuí spy^ saisjdiaiui 5O| sp uoisüd ¡a ua ojquioso uos uaiqnasap O[
opuaJajip o| Jod opDiauapiAa sa o l í ] o| A \oDi¡aod anb OIIOIOJO soui uo^ swpuy A ujioqusjDg piuDQ (
•sipod ¡otjaiqo opi|)uo3 |a¡ u o p c p j o| d ap ojqo] sojipnjs ;o| ap uaaip jopaiip anb
"0ijJ!li6a| saui D| 'ipiun\ft/ ep |a ajjua apuaisjip o| ( ^ |OUOpdsDxa D|!IUD|d un
O| a&DDsa [3apia|] | 53 !)|os Gjoaí) -590 ^s| 'otsan
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sna
6UD6
Amadeus ) I ° Mozart

R E M
ondo para trompa, KV 3 7 1 , Con- l rapto en eJ Serrallo, KV 384. La ver- iso en do menor, KV 427 Gran
ciertos para trompa (KV 412, 417, sión de Hamoncourt (Kenny, Schreier, Misa. Obra experimental, mez-
447, 4 9 5 ) , Fragmento, KV 494. Reichmann, Watson, Gamíich. Salmi- clando lo profano con lo religioso,
Música apacible para el amigo Leul- nen. Orquesta Mozart de la Opera de el estilo operístico italiano con el estilo
geb. quien tocaba la trompo para los Zurich. Harnoncourt. Teldec] no ha gusta- vienes, el fugato tradicional de las misas
cazas del principe Grassaíkovich, do nada a la crítico (fuero de estilo, austríacas con el alto estilo contrapuntisti-
cuando su negocio de quesos (el de según Sadie). fuera de lodo estilo, esla co. Ninguna interpretación se ha atrevi-
Leutgeb) le dejaba tiempo. Leulgeb interpretación es una inmensa bofetada do a exacerbar la dimensión de collage
debia de ser un excelente virtuoso en El Rapto no seria, pues, una opereta, de esla obra concebida para celebrar
lodo coso. Seamos categóricos poi como lo quiere una cierta tradición, sino las bodas del compositor con Constan-
una vez, recomendando las versiones un drama profundo (es lo única obra de ze; o tal vez escrita bojo los efectos del
con la Irompa natural (y no la trompa Mozart en la cual un ser dice a otro: "te descubrí míen lo de Bach. Hogwood retie-
con pistones, las sonoridades son quiero"], con sus momentos divertidos, ne lo última hipótesis: fraseo bairoco.
demasiado distintas), y datemos la pre- cómicos, pero nunca ridiculos La digni- claridad polifónica extrema con interven-
ferencia a Brown (Orcheslra of the Age dad de lodos los intérpretes corta lodo ción de un coro de niños lAuger, Dow-
of Enlightenment Kuijken. Virgin}, no intento de bromas verdes (Salieri ya con- son, Ainsley, Thomas, Acodemy of
porque toque mejor que Baumann (y Fundío el serrallo con el harén, imagino- Ancienl Music] Bach eslá también pre-
hasta se puede preferir lo escuela ger- do como lugar de juerga): el serralfo es sente en la versión de Gardiner (Monte-
mana con su sonido más recto, más el lugar del roce ritual ¡sexual y mortal]. verdi Choir, English Baroque. Philips]:
controlado y a la vez más sutilmente Tampoco es buífo la música turca (escu- perfecto equilibrio entre el ¡doble) coro,
coloreado. Baumann, Concentus Musí- chemos el disco de Erguner dedicado al lo orquesta y los admirables solistas
cus, Hamoncourt. Teldec], sino porque Fósil. Auvidis) cuando es interpretado (McNair y AAontague|. Para Harnoncourt
incluye el Fragmento KV 494a, y lo con respeto y con los instrumentos preci- [Laki, Denes, Equiluz, Holl, Concentus
deja en suspenso en medio de la frase sos requeridos por Mo2art. Los cantan- Musicus Wien), la Aliso se sitúa en la
que Mozarl dejó inacabada. tes, rehusando los doblajes habituóles, línea de las grandes obras trágicas de
interpretan los diálogos, para una certera Mozart, donde se confunden sagrado y
P.S (Para quienes insisten en escu-
cohesión dramática. En cuanlo a otras profano: Idomeneo, La ¡bula mágica,
char estas obras con ¡nsttumentos
versiones ya se d i p que Simoneau era el Don Giovanni. . Con instrumentos
modernos]: existe un disco (pésimamen-
tenor mozarliano (en uno reconstrucción modernos, dos versiones se oponen (y se
te distribuido] de Peter Damm con su
de la obra por Beecham, EMI|; que completan]: Fricsay exalta el estilo fervor
orquesta ¡Stoalskapelle de Dresde.
Auger, una heroica Konslanze (Bóhm, religioso, con algún efecto furtwanglericr
Deutsche Schallpbten] que podría supe-
DG~|; Gruberova, inquebrantable (Solti, nolStader, Haeffiger. DG], mientras Gon-
rar a las conocidas versiones del misma
Decca); Popp, qraciosa Blonda ¡Krips nenwein propone ¡y consigue) una Misa
Damm (Si. Paul), Baumann, Civil (St.
Martin) y Brain-Karajan (Philips y EMI).
EMI). camerística (Mathis, Donatfi. EMI].

1 | [ p
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y^ p _ | jod DJ|US OJBA UDU|UJ¡P 'souja|qojd SOLJSILU SO|
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oigou atssnbio oun6uiu anb ¡¡DSSD -uouossj A ozo^)) uo?jauig ojaijon^) p -uajg ap SSUOISJSA SDJ UOS sopoqojo
OJ6S||V] odwai un ua 'otuaiuijAOLU jas enb ;OJ|USIUI 'DDii^apip DI ap o6nA ie soys¡ (uSAOijiaag ap g¡ ÓQ
-jai. p p sowa) ouoo so| sp uapjosap aj6 uoo [gupAo|_j ap?| oíoposjs popisuDí p uo3 'tua^oy Q-^\ puog AUUOQ
-S|O p spsons O)U9|UJ|AOUJ opunBas jap -uodsa O| opuojqi|inba 'siins oun OUJOO -4D5 jouijg iijsajqujOQ p o j '|aasjaujw|
uoiDoyosua D| D 'LJOJSJSA ajuajaijOD A a d | d ] UDA sof pD|snuj u9pn|OAaj 01 sp
-uojqwnisap oun suodojd '(uO|ojD6un|_| -sisi|puo OJ3|J33 ia ód so| :¡^|x
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(s¡q!jjai O| 5S osa A) sizou so| q un ohp ' : D|SOD opo) D pDpiujapouj 01 -s|qDjiujpD- | a p ' s q p pp
anb oun sp spiu • JBSUSAUOD oijpod ap ;od ua 'oAuap o| o oiuot JI ajap as SD| ap losad o o uos] sojo^dopQ oiunl
A'ssjo|duia!a SOUOIJJDZOLU OUJOD íop liQzoyy 3 n b 5OLua)usuiD] •iwaqo.iQ ssu
-uos p p 5S|DU[6!JO sajqiuii so| ap upup
sojsa anb •oponas so| ua |opD||OJjDsap) opozi|nn -ssjd 'sand 'cusd oun ouag '(suDaiJO
q opun6as pja; |JOZO\A; jod opotuaAui UOIDDIJDA wa|sj ap O|iisa oind spm |S us 'zaA
p p DWjp OSOJ6D|!UJ |g '(iwj) UD|DJD)| ap ojuaiwipsooid |a o|uoro us \pgp D| o soiuawniísui so| sopoi oiüd jouu
UOA A BUIIJSSSIQ ap uojsjaA D| ojqo fyy |a) juaAo^jaag o! sopoaipap :¡OD p DI] Dijoijaqji A (10601 A od
otsa ojad opuajajai OUJOD jsuodoid -IUOUJJD A ooiujouip DBJOS ns ap uop 'aiauíjop 'eoqo 'ouojdj oauqujjj
snb oijqou 'uaoissai/V J9 |A !|0 3 P s ! sl | -unj ua sopiqasuoD sDipopuj) sopoj| d :so|n|osqo sapopaAou EOLU
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as ojuona ue 'usiqujoi 'i)3Dg D sop jj ja ue Oídojf p p uo¡sjaA
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234
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