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La balanza de pagos considera aspectos como la balanza comercial, entendida esta como la
diferencia entre las importaciones y exportaciones de bienes y servicios, y considera
también la llamada cuenta de capitales. Algunos incluyen aspectos como la cuenta
corriente, balanza de rentas y de transferencias, que al final de cuentas forman parte de la
balanza comercial o de capitales. Todos estos conceptos son registrados en la balanza de
pagos, lo que al final puede dar un resultado positivo o negativo, en la medida en que los
pagos y salidas de divisas sean superiores o inferiores a las divisas y capitales recaudados.
https://www.gerencie.com/balanza-de-pagos.html
2. COLOMBIA OPTIMISTA
De igual manera, la cuenta de capitales evidencia que el país a lo largo de dos decenios ha
atraído Inversión Extranjera Directa y créditos de largo plazo. Este tipo de capitales
tienden a ser productivos, relacionados con el desarrollo de empresas y obras de
infraestructura, no dedicados a financiar el consumo.
Hasta aquí, estas dos evidencias muestran un país optimista con una relación positiva con el
resto del mundo: no hay exceso de importaciones y el país es atractivo para los
inversionistas extranjeros.
3. COLOMBIA AMARGA.
Este déficit no es de mayor envergadura gracias a que los casi dos millones de colombianos
que han salido del país buscando mejores oportunidades, envian remesas que son más
importantes que el valor total de las exportaciones de café. Aunque las remesas se han
reducido con la crisis económica de España y la desaceleración de la economía de Estados
Unidos, su peso sigue siendo muy relevante.
4. A MANERA DE CONCLUSIÓN.
La balanza de pagos no sólo es una herramienta para conocer las relaciones económicas
internacionales de un país. Con los datos que se pueden leer en la información que aporta el
Banco de La República, se ratifican varios hechos que dan a entender la crisis estructural de
la economía colombiana:
– las remesas de colombianos que se han ído del país financian una parte importante del
déficit en cuenta corriente.
http://www.elcolombiano.com/blogs/lacajaregistradora/tag/balanza-de-pagos
Cuenta Corriente
Hasta marzo de 2016, los ingresos por remesas de los trabajadores ascendieron a US$1.163
millones (equivalente a 1,9% del PIB trimestral y 10% de los ingresos corrientes de la
balanza de pagos), registrando un incremento anual de 12,4%.
Cuenta financiera
La cuenta financiera, registró entradas en el primer trimestre del año por US$3,240
millones 5,4% del PIB trimestral.
En los tres primeros meses del año, los ingresos de capital extranjero se estimaron en
US$7.475 millones, cifra inferior en US$1.744 millones a la registrada un año atrás (US$
9.218 millones). Del total, el flujo por inversión extranjera directa (IED) representó el 61%
(US$4,568 millones).
El incremento de la IED se originó principalmente por los mayores aportes de capital
extranjero dirigidos al sector eléctrico (US$2.407 millones), y en menor cuantía por
aquellos destinados al sector de transporte y comunicaciones (US$1.126 millones).
Finalmente, el país recibió desembolsos por préstamos y otros créditos por US$738
millones, contratados tanto por entidades del sector público como del sector privado.
http://www.dinero.com/economia/articulo/resultados-de-la-balanza-de-pagos-en-colombia-
en-el-primer-trimestre-de-2016/224845
Casi un quinquenio después, y tras ser tildados de “Casandras”, la magnitud de dicha
destorcida minero-energética ha resultado de mayor envergadura frente a lo avizorado por
Anif en aquel entonces. Por ejemplo: i) la pérdida de crecimiento potencial ha rondado
cerca de 1,5pp, reduciéndose de valores históricos del 4,5% anual (por quinquenios) hacia
3% (vs. pérdidas proyectadas en aquel entonces de 0,5pp); ii) los faltantes fiscales del
Gobierno Central rondan valores cercanos al 3,5%-4% del PIB (según el propio Marco
Fiscal de Mediano Plazo), donde infortunadamente la Reforma Tributaria de la Ley 1819 de
2016 se estará quedando corta en su cometido de lograr recaudos adicionales de al menos
un 2% del PIB (tan solo llegando al 0,6% del PIB/año), ver Informe Semanal No. 1347 de
enero de 2017; y iii) el faltante externo de la cuenta corriente se deterioró hacia picos del -
6,4% del PIB en 2015 (vs. sus niveles históricos cercanos al -3% del PIB), cuando en
nuestro escenario más estresado estimábamos faltantes del orden del 5%-5.5% del PIB.
Aunque Anif acertó a la hora de detectar los graves problemas que traería la destorcida
mineroenergética, tras una prolongada Enfermedad Holandesa, la verdad es que nos
quedamos cortos en dimensionar la magnitud de esa pérdida de potencial de crecimiento y
la persistencia de los “déficits gemelos”. Tanto el gobierno como el Banco de la República
(BR) han venido pregonando la tesis de un supuesto ajuste “ordenado” en la corrección de
dichos déficits gemelos por parte de Colombia durante 2015-2017. Dicha tesis parece haber
sido aprobada por el FMI y la calificadora Fitch, mas no así por parte de la calificadora
S&P (manteniendo su “perspectiva negativa”) y varios analistas internacionales (así como
localmente Anif). En general, poco se analiza a profundidad en qué consiste la “calidad” de
dicho ajuste externo. Como veremos en esta nota, dicho ajuste externo deja mucho que
desear tanto en sus elementos “por encima de la línea” (déficit de cuenta corriente) como
por “debajo de la línea” (financiamientos en la cuenta de capital). Es claro que (por encima
de la línea) el ajuste se ha centrado en contracciones de las importaciones (cayendo en
cerca del 30% en dólares y afectando seriamente los bienes de capital), en vez de tenerse el
esperado repunte y diversificación exportadora (donde se observa un descenso del 50% del
valor y todavía con elevada concentración en commodities del 65% del total). Y, por debajo
de la línea, se observan preocupantes descensos en los flujos de Inversión Extranjera
Directa (IED), probablemente hacia los US$8.500 millones (3% del PIB) en 2017 frente a
los US$12.000 millones (4% del PIB) de años anteriores, dependiendo entonces de una
peligrosa mezcla de mayor endeudamiento público-privado y de inversión de portafolio de
corto plazo (la cual ya representa el 25% del total de TES emitidos). Veamos esto con
mayor detalle.
Lo anterior ocasionó los mencionados deterioros en la cuenta corriente hacia niveles del -
6,4% del PIB en 2015 (vs. el -3% del PIB histórico), a pesar del efecto “amortiguador” de
la caída en la renta de los factores. Este último rubro redujo sus egresos de valores cercanos
al 4,3% del PIB en el año 2014 al 3,5% del PIB en 2016, producto del colapso en la
repatriación de utilidades al exterior por parte de las empresas extranjeras (reduciéndose del
3,1% del PIB en 2014 hacia el 1,8% del PIB durante 2015-2016, equivalente a reducciones
del -55%). Todo lo anterior implicó pasar de apreciaciones cambiarias cercanas al 3%
durante 2011-2013 a devaluaciones del 7% en 2014 y del 37% en 2015. Gracias a la
flotación cambiaria, la tasa de cambio había regresado en 2016 a valores cercanos a la
Paridad de Poder Adquisitivo, tras desalineamientos del orden del 25% real por cuenta de la
Enfermedad Holandesa.
Dicho ajuste cambiario había contribuido al “expenditure switching/expenditure reduction”
del que hablara Harry Johnson cuando postuló su “enfoque monetario de la balanza de
pagos”. Esta dinámica fue la que contribuyó a explicar en parte la reducción del déficit
externo hacia el -4.4% del PIB en 2016. Sin embargo, ya hemos explicado cómo este no
puede calificarse de “ajuste ordenado”, pues su calidad deja mucho que desear.
En primer lugar, la balanza comercial aún arroja abultados déficits del -3,6% del PIB
(corrigiéndose vs. el -4,8% de 2015), aunque ello aún dista de los superávits observados
durante 2010-2013. En segundo lugar, dicho ajuste comercial se ha focalizado en las
contracciones de las importaciones (-17% en 2016 y -15.6% en 2015) afectando las
perspectivas de modernización agro-industrial del país. Además, las exportaciones no se
han diversificado y continúan entre 40%-50% por debajo de sus valores de 2010-2014.
Dicho de forma franca y sencilla, Colombia está enfrentando una verdadera “crisis
exportadora”. Nótese que el esperado “efecto de alivio” por cuenta del descenso en la renta
de los factores luce agotado, estancándose en un 3.2%-3.5% del PIB. Es decir, si bien el
descenso en la IED (neta de privatizaciones) fue casi uno-a-uno con el de la renta de
factores durante 2014- 2016, un estancamiento prospectivo de la IED pondría mayor
presión sobre el resultado de la cuenta corriente y su descalce respecto de la cuenta de
capitales.
¿Será que los simples vientos del “posconflicto” pueden justificar la duplicación de las
“apuestas” sobre los TES de Colombia, llevando a US$20.000 millones su portafolio en tan
solo dos años? ¿No será más bien que por cuenta del grave deterioro de otros emergentes
Colombia ha aumentado hasta un 25% su participación offshore en TES (superando el 15%
de Brasil y acercándonos al peligroso 30% de México)? En el corto plazo, lo más grave es
que ese capital offshore está borrando la “competitividad cambiaria” que había logrado
Colombia. En efecto, frente a la “crisis exportadora”, uno esperaría haber ganado otro 5% o
10% de devaluación real, pero está ocurriendo lo contrario: hemos venido experimentando
apreciaciones de 10% frente al dólar, perfilándose la TRM hacia niveles desalineados de
$2.850- $2.950/dólar en vez de pisos en valores de $3.100/dólar.
Conclusiones
Hemos visto cómo, a pesar de la retórica oficial del llamado ajuste “ordenado”, las cuentas
externas de Colombia aún exhiben persistentes vulnerabilidades tanto por encima de la
línea (cuenta corriente) como por debajo de la línea (cuenta de capitales). En el primer caso
son particularmente graves: i) la pobre calidad del ajuste al interior de la balanza comercial,
concentrado en contracciones en las importaciones y, en últimas, implicando mayor
desaceleración de la economía; y ii) el agotamiento en los alivios por menores egresos en
renta de los factores, aun cuando la IED (su contrapartida en la cuenta de capitales)
pareciera continuar con su tendencia decreciente.
Todas estas consideraciones han aparecido en los recientes reportes de las calificadoras de
riesgo (aunque algunas de ellas han decidido darle a Colombia el beneficio de la duda en el
outlook de su calificación crediticia). Estos debates también fueron arduos durante las
reuniones de primavera del FMI-Banco Mundial en Washington, los cuales ya tendremos
oportunidad de comentar.
https://www.larepublica.co/opinion/calidad-del-ajuste-en-la-balanza-de-pagos-2015-2018-
2505846
Metodologia: