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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE SINALOA

FACULTAD DE ESTUDIOS
INTERNACIONALES Y POLÍTICAS
PÚBLICAS

LICENCIATURA EN ESTUDIOS INTERNACIONALES

Materia: Conflictos Internacionales

Título: Influencia Política del grupo Talibán en Afganistán

Autor: Dominik Vincent Latsch

Profesor: Ernesto Sánchez Sánchez

Culiacán, Sinaloa

15.12.201
ÍNDICE
JUSTIFICACIÓN....................................................................................................................... 2
EL ASCENSO DEL GRUPO TALIBÁN .................................................................................. 3
LA CLASIFICACIÓN DEL TERRORISMO POLÍTICO DEL GRUPO TALIBÁN .............. 5
LA LEGITIMIDAD DEL GOBIERNO AFGANO Y LA PARTICIPACIÓN DEL GRUPO
TALIBÁN EN LAS NEGOCIACIONES HACIA UN FUTURO AFGANISTÁN ................ 10
CONCLUSIÓN ........................................................................................................................ 13
REFERENCIAS ....................................................................................................................... 14

1
RESUMEN

En el presente ensayo se argumentará que se puede considerar al grupo Talibán como


un actor político que goza de gran influencia dentro del sistema político afgano y en su futuro
desarrollo como Estado-Nación basado en valores democráticos y que pone obstáculos a la
consolidación democrática en Afganistán a través del uso de la violencia que comúnmente
conocemos como terrorismo. Sin embargo hay que tomar en cuenta que la noción del
terrorismo puede variar a grandes rasgos, dependiendo del punto de vista, por lo cual no es
una tarea fácil determinar qué acto se debe considerar como acto de terror y cuál no.

Palabras claves: Grupo Talibán, Terrorismo, Consolidación democrática, desestabilización


democrática

JUSTIFICACIÓN

En lo personal es importante realizar esa investigación, porque me brinda nuevos


conocimientos relevantes para mi educación superior con un enfoque internacionalista. En
cuanto a la institución esta investigación es importante para la Universidad Autónoma de
Sinaloa porque brinda nueva información sobre un tema poco estudiado, además propicia un
acercamiento de los jóvenes universitarios con los proyectos científicos con los cuales están
poco familiarizados y puede servir como base para nuevas investigaciones relacionadas con el
Medio Oriente y Asia. Para el ámbito social es importante, porque los objetivos, métodos de
acción e influencia política del grupo Talibán son entendidos solamente por una pequeña parte
de la sociedad a pesar del gran interés que le prestan los medios de comunicación como la
televisión, el internet, la radio, etc. A la vez tiene una gran importancia para el ámbito
internacional, porque grupos que sobre todo en el mundo occidental se consideran como
extremistas, como el Talibán, toman un rol cada vez más importante dentro del sistema
internacional y con ello significan un riesgo para la seguridad internacional cada vez más alto,
como hemos podido observar el 11 de septiembre del 2001 en el atentado contra los torres
gemelas en Estados Unidos.

2
INFLUENCIA POLÍTICA DE LOS TALIBÁN EN
AFGANISTÁN

EL ASCENSO DEL GRUPO TALIBÁN

Los primeros días de abril de 2014 son históricos para Afganistán. Por primera vez en
toda su historia se ha llevado a cabo un cambio de poder a través de elecciones democráticas.
Podemos decir, sin embargo, que aún Afganistán está lejos de ser una democracia
consolidada. Una razón de ello es el grupo Talibán.

El movimiento del grupo Talibán tuvo su inicio en los primeros años de los años 90 al
crear una organización compuesta sobre todo por fugitivos y veteranos pastunes afganos de la
guerra contra la Unión Soviética. Poco después de la guerra, diferentes agrupaciones
muyahidines luchaban entre ellos por el poder, lo cual culminó en una guerra civil. Pakistán
había apoyado a dichos grupos, con la finalidad de obtener una influencia en la futura política
de Afganistán. Sin embargo, con las continuas luchas dentro de los grupos muyahidines, se
mostró que estos no pudieran ser un compañero adecuado para Pakistán. Por ello, el servicio
secreto pakistaní Inter-Services Intelligence (ISI) inició un programa de reclutamiento y
empezó con la construcción de una fuerte milicia para tomar la función de aliados del ejército
pakistaní. Así Pakistán se pudiese asegurar cierta influencia en las decisiones políticas del
futuro gobierno afgano. Por tanto, se puede decir que en su inicio los Talibán habían sido
sobre todo una herramienta de la política exterior pakistaní.

En pocos años los Talibán lograron ocupar y conquistar grandes partes de Afganistán.
A pesar de que las agrupaciones muyahidines se habían unido bajo la presión de los Talibán,
no pudieron detenerlos y fueron obligados a pasar Kabul a las manos de los Talibán en 1996.
El mismo año se proclamó el Emirato Islámico de Afganistán, bajo el liderazgo de Mulla
Mohammed Omar. El nuevo gobierno era autoritario con ciertos rasgos totalitarios y estaba
basado en la aplicación del derecho islámico, la Sharia. Cualquier oposición fue oprimida
brutalmente. El emirato de los Talibán solamente fue reconocido por Pakistán, Arabia Saudí y
los Emiratos Árabes Unidos. Por lo tanto, las relaciones diplomáticas se reducían a estos tres
Estados.

3
Con la invasión estadounidense en 2001 el Estado talibanes fue destruido, y los
sobrevivientes del grupo Talibán lograron escapar a Pakistán donde se pudieron reorganizar
para formar un frente contra los invasores. A partir de 2005, el grupo Talibán ha podido
recuperar una gran parte de su fuerza por varias razones. La razón más importante era la
nueva situación política en Afganistán. La élite política del nuevo gobierno era en grandes
rasgos incompetente, corrupta y ociosa frente los problemas, sobre todo con la cuestión de la
construcción de una fuerza de seguridad. Aparte de ello, Pakistán volvió a empezar con sus
viejas políticas y empezó a apoyar a los Talibanes de nuevo a recuperar su fuerza (Steinberg:
2011).

Tras la caída del Emirato Islámico de Afganistán, se ha hecho el intento de remodelar


el sistema político de Afganistán. El principal objetivo de la comunidad internacional ha sido
un restablecimiento de la soberanía plena de Afganistán, su reconstrucción tras un tiempo de
conflicto largo y la modernización con un modelo político occidental en la región, es decir, un
sistema político basado en valores democráticos. Sin embargo, se puede decir, al observar la
situación actual de Afganistán, que dichos objetivos aún no se han podido cumplir de una
manera satisfactoria. El conflicto dentro de Afganistán permanece con una alta intensidad,
soluciones políticas se estancan y problemas sociales siguen agudizándose. (Ruttig: 2014)

En el presente ensayo pretendo responder la pregunta principal ¿cómo el grupo


Talibán puede poner obstáculos a la consolidación democrática en Afganistán? Sobre todo en
los últimos años los Talibanes han tomado una posición radical y violenta como actor.

Entonces mi respuesta hipotética consiste en que el grupo Talibán pone obstáculos a la


consolidación democrática a través de generar un conflicto político que emplea al terrorismo
como método principal, creando así una desestabilización democrática. Por tanto, el objeto de
estudio consiste en la relación de las dos variables terrorismo y desestabilización democrática,
ya que el terrorismo genera una desestabilización democrática en Afganistán. El periodo de
estudio inicia con la caída del Emirato Islámico de Afganistán en 2001 hasta las elecciones
electorales en abril 2014.

4
LA CLASIFICACIÓN DEL TERRORISMO POLÍTICO DEL GRUPO TALIBÁN

Antes de estudiar el fenómeno del grupo Talibán como actor político es importante
estudiar el escenario donde se reproduce, ya que el lugar donde se lleva a cabo la acción
política puede ser de importancia geoestratégica. Afganistán es un país que goza de grandes
cordilleras poderosas tanto en extensión como altura. Al noroeste, el macizo de las montañas,
llamadas Pamir, hace frontera con China y Tayikistán y se prolonga hacia el este a Pakistán.
Al oeste, las montañas de Parapamisus lo separan de Irán y Turkmenistán. Debajo de este
último país se ubica Uzbekistán, que cierra las fronteras septentrionales de Afganistán con el
rio Amu Darya. Finalmente, hace frontera en el sur con Pakistán, quedando divididos por las
cordilleras Taba-kata y Chagai, y los desiertos de Margow y Kass. Pero también el interior del
país es bastante montañoso, sobre todo por la cadena del Hindu-Kush con alturas mayores de
5000 metros. Como resultado de esta diversidad geográfica, Afganistán tiene alrededor de 25
millones de habitantes de muy distintas etnias, con lenguas distintas, siendo los pastunes los
más numerosos (Rodríguez: 2010) y, como veremos más adelante, son las zonas montañosas
que son de importancia geoestratégica para el grupo Talibán.

Desde que los Talibanes lograron recuperar su fuerza en 2005, han cambiado su
estrategia notablemente. Empezaron a utilizar acciones militares mucho más complejas y
refinaron sus estrategias. Iniciaron a utilizar minas antivehículos contra coches militares, y
atentados suicidios contra las fuerzas de seguridad afganas, pero también y sobre todo contra
la propia población civil. A partir de los inicios de 2006, las fuerzas militares
estadounidenses, británicas, canadienses y holandeses empezaron a estar bajo mucha presión,
ya que el índice de ataques suicidios se había quintuplicado en comparación de 2005. El
grupo Talibán habían logrado recuperar grandes zonas en Afganistán, incluso aumentó sus
ataques en la capital Kabul. Entonces la estabilización de Afganistán se convirtió en un
objetivo cada vez más difícil (Steinberg: 2011).

Por lo tanto se puede decir que la táctica del grupo Talibán ha cambiado: es cada vez
más frecuente el uso del terrorismo como método principal para lograr una desestabilización
democrática en Afganistán. Pero antes de clasificar las acciones de los Talibanes como actos
terroristas, se debe aclarar y definir el término terrorismo. Como nos dice el autor Armando
Borrera Mansilla (2004), definir el concepto de terrorismo es un asunto complejo y difícil en
las ciencias sociales. El autor afirma que la razón de ello es que

5
“es muy difícil evitar las inferencias de la moral en la definición científica. Y es muy
difícil […] porque el terrorismo es, fundamentalmente, un problema moral”.

Esto se debe sobre todo a los horrores que acompañan a los actos violentos y las
reacciones emocionales que se generan con ello, y por el contexto ideológico en el cual se
mueven estos actos. Por ello, las apreciaciones y opiniones sobre los actos pueden ser muy
divergentes. Es decir, lo que para un individuo refleja una acto terrorista, para otro puede ser
un acto de un luchador por la libertad. Una idea muy parecida nos muestra el autor Michel
Wieviorka (1992), quien afirma que definir el termino terrorismo puede ser una tarea difícil
ya que, dependiendo del campo donde uno se encuentra, lo que para unos es un terrorista, para
otros es un combatiente de la libertad o un resistente de “los otros” y en bastantes casos el
actor político (en este caso el grupo Talibán) se mantiene dentro de un espacio político
determinado, o bien busca penetrar en él, a través del terrorismo, valiéndose en el
consentimiento de una base social, una nación o una comunidad en cuyo nombre hace el uso
de la violencia, por lo cual sus actos pueden gozar de cierta legitimidad, y con ello el
“terrorista” se convierte en un “combatiente de la libertad” o un “resistente de los otros”.

Borrera Mansilla concluye que una definición de terrorismo debe envolverse a los
elementos objetivos, con las cuales se permite diferenciar un hecho violento. El principal
elemento es el propósito de la acción. Se toma el ejemplo de un asesinato, que puede ser un
acto terrorista o no. Si es un acto por pasión, no es lo mismo si el propósito es él de generar
miedo en una comunidad que se pretende controlar. Esta idea puede ser confirmada con una
idea parecida que nos brinda el autor Peter Waldmann (1992), quien señaló que lo que les
interesa a los terroristas no es tanto el efecto destructor de sus ataques, sino el shock psíquico
que logran con ello. Además de ello, hay que resaltar que aquel actor que emplea el
terrorismo no tiene la esperanza de derrocar al gobierno por un asesinato en sí, sino lo que
pretende es que su acto sea imitado por otros con la finalidad de provocar una ola de
violencia, la cual conlleva una desorganización del aparato estatal (Miranda: 1988). Visto eso,
se puede decir que es el propósito de la acción que nos permite establecer cuándo una
violencia es un acto de terror y cuándo no lo es. Tomando en cuenta ello, el Borrera Mansilla
nos plantea una definición de Grand Wardlaw:

“El terrorismo político es el uso, o la amenaza de uso, de la violencia por parte de un


individuo o grupo, lo mismo si actúa a favor o contra la autoridad establecida, cuando esa
acción pretende crear una angustia extremada o efectos inductores de miedo sobre un grupo

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seleccionado y mayor que el de las víctimas inmediatas, con el propósito de obligar a este
grupo a que acceda a las demandas políticas de los perpetradores.”1

Esta definición, establecida por Grand Wardlaw nos sirve entonces para darle un
significado al término “terrorismo (político)”. A la vez podemos relacionar esta definición con
el terrorismo por parte del grupo Talibán, ya que efectivamente se trata de un grupo violento
que actúa contra la autoridad establecida creando angustia extremada tanto en la población
como también en el gobierno.

Una vez establecida una definición de lo que es el terrorismo, hay que tomar en
cuenta que existen diferentes tipos de terrorismo. Para poder clasificar el terrorismo en
diferentes categorías, se debe primero establecer una diferencia entre los términos
“terrorismo” y “terror”. El terrorismo es motivado políticamente, con el miedo como factor
esencial de desintegración social, en donde la finalidad es la de romper lazos sociales y
solidaridades entre las autoridades y los gobernados, mientras el terror puede ser utilizado
para fines delictivos y personas que caen bajo la definición de otros delitos. Así que el terror
no constituye per se, terrorismo (Borrera Mansilla: 2004).

Ahora bien, en su ensayo Borrera Mansilla retoma las ideas de Wilkinson (1974) quien
en su obra “Political terrorism” establece una diferencia entre diferentes tipos de terrorismo.
El terrorismo político, criminal, psíquico y de guerra. Aquí se analizará el caso afgano con las
categorizaciones acerca del terrorismo de Wilkinson, con la finalidad de poder categorizar al
grupo Talibán dentro de un marco conceptual. El terrorismo político se define como el uso
sistemático de la violencia para alcanzar fines políticos. El terrorismo criminal es aquel donde
los actores utilizan actos de terror con la finalidad de adquirir ventajas materiales. El
terrorismo psíquico tiene fines religiosos, místicos o mágicos y el terrorismo de guerra es
aquel cuya finalidad consiste en paralizar al enemigo o reducir su capacidad combativa con el
propósito final de destruirlo.

En el mundo contemporáneo el más frecuente y más importante tipo de terrorismo es


el político. Por ello, Wilkinson ha elaborado tres subcategorías de este tipo de terrorismo. El
revolucionario, el subrevolucionario y el represivo. El terrorismo revolucionario es aquel que
trata promover la revolución política, como una reforma social profunda, un cambio de la

1
Esta definición fue publicada originalmente en la obra “Terrorismo político” por Grand Wardlaw (1986),
publicado en Madrid por Ediciones Ejército, p.57

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forma estatal o un cambio de gobierno. En otras palabras, he aquí donde se pretende modificar
actitudes y conductas políticas a través del deterioro de los lazos entre las autoridades y los
gobernados. Este tipo de terrorismo cuenta con cuatro atributos:
1. es un fenómeno de grupo, no individual;
2. las acciones se justifican a través de una ideología o un programa
revolucionario;
3. el grupo cuenta con líderes que son capaces de movilizar personas que estén a
favor de su proyecto o ideología;
4. creación de estructuras institucionales alternativas a las existentes con la
finalidad de contar con propios instituciones para la ejecución política y la
codificación de la conducta de sus miembros.

Aparte de estos atributos existen dos características que puede tomar el terrorismo
revolucionario: la estrategia prevalente, que se basa en la ejecución de actos de terror como
herramienta única de los terroristas. Este fenómeno se ve sobre todo en países desarrollados
donde los actores terroristas no son capaces de organizar otras formas de insurgencias como
por ejemplo las guerrillas. Un ejemplo de ello puede ser las acciones de la RAF en Alemania.
Sus acciones se basaban más que nada en el uso de la violencia y así socavando el supuesto
monopolio del uso de la fuerza por parte del Estado. Por otro lado existe la táctica auxiliar, la
cual está combinada con otros tipos del uso de la violencia como por ejemplo el combate. Este
tipo de terrorismo se lleva a cabo sobre todo en zonas rurales como se muestra por ejemplo en
Afganistán. Diferenciar el terrorismo revolucionario entre estrategia prevalente y táctica
auxiliar es importante sobre todo para la decisión por parte del Estado cómo actuar ante este
desafío. Si el terrorismo es una estrategia prevalente de un grupo, la competencia será
básicamente policial. Pero si es de táctica auxiliar, las medidas serán militares y policiales al
mismo tiempo.

El terrorismo subrevolucionario tiene fines más limitados y precisos. Por ejemplo un


cambio de una determinada política pública, contrastar decisiones de algunas instituciones del
Estado o el castigo a ciertos funcionarios. Un ejemplo de esta forma de terrorismo puede ser
Colombia. Las acciones delincuenciales del narcotráfico bajo el liderazgo de Pablo Escobar y
el Cartel de Medellín obtuvo un alcance político. No se pretendían cambios revolucionarios,
sino se intentó paralizar al poder judicial y la Policía Nacional en su acción contra el negocio
del narcotráfico, a través del uso de la violencia.

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El terrorismo represivo es aquel cuya finalidad se concentra en detener la acción de
individuos, grupos o partidos. Este terrorismo puede ser privado o estatal. Cuando es estatal
emana sobre todo de Estados que no cuentan con un control democrático y pueden así utilizar
sus servicios de seguridad para reprimir a los opositores políticos o contener enemigos
externos (Wilkinson: 1974).

Si tratamos de relacionar el grupo Talibán con los diferentes tipos de terrorismo


podemos ver que los Talibanes toman un lugar dentro del terrorismo político, porque quieren
alcanzar un fin político, él de establecer un Estado musulmán que esté basado en los
principios del derecho islámico, la Sharia, esto, a través del uso de la violencia ya que
predomina la creencia que el Islam es la única verdadera religión, mientras todas las demás
religiones son bárbaras y malas. Aparte de ello los Talibán siguen una doctrina que la
democracia es un sistema político malvado y valores como la libertad o la tolerancia son
ajenas de su religión y que todos los verdaderos musulmanes deben ser extremistas porque el
profeta Muhammad había sido uno y organizaciones musulmanas e islámicas que intentan
proyectar una imagen moderada son traidores y apóstatas. (Laqueur: 2003). Es un terrorismo
revolucionario, porque se intenta lograr un cambio de la forma estatal y de gobierno y se trata
de llevar a cabo una reforma social profunda, de acuerdo con lo establecido en tal derecho
islámico. Aparte de ello sabemos que el movimiento Talibán es un fenómeno de grupo, sus
acciones se justifican a través de una ideología, conocida como el fundamentalismo islámico
o yihadismo, cuenta con líderes que son capaces de movilizar una gran cantidad de personas
(Mulla Mohammed Omar) y han creado estructuras institucionales alternativas como hemos
visto antes durante la instauración del Emirato Islámico de Afganistán. Finalmente, los
Talibán aplican un terrorismo basado en una táctica auxiliar, ya que el uso de la violencia no
se concentra solamente en actos de terror como los atentados (suicidas), sino también en el
combate directo entre los cuerpos de seguridad nacionales e internacionales, tanto policiales
como militares.

Sin embargo, antes de mostrar ejemplos de uso de violencia por parte de los Talibanes,
hay que dejar claro que existen otros grupos radicales que laboran de maneras parecidas o
iguales, sin pertenecer estrechamente al grupo Talibán. Como ejemplo nos puede servir Al-
Qaida, ya que no constituyen un solo grupo. Incluso las relaciones entre el grupo Talibán y
Al-Qaida estaban dañadas al final de 2001, ya que muchos talibanes culparon a Al-Qaida
haber provocado la invasión estadounidense, después del atentado del 11 de septiembre. Así
que Al-Qaida no constituye el brazo armado de los Talibán, sino brinda meramente apoyo a
9
los Talibanes al brindarles Know-how terrorista y quizás forma y presta asesinos suicidios
(Steinberg: 2011).

Como ya mencionado antes el grupo Talibán había logrado recuperarse a partir del
2005 después de su caída por la invasión estadounidense en el año 2001. A partir de 2005 los
Talibanes han extendido los actos terroristas a gran parte de Afganistán y los atentados
suicidas de ellos son muy frecuentes, un fenómeno que tiene una tendencia al alza. Mientras
que en 2003 solamente se ha contado un solo atentado suicida, esta cantidad aumentó en 2005
arriba de 25 y más de 100 en 2006, lo cual dio el inicio a una verdadera ola de uso de la
violencia como actor político. Una razón de ello pueden ser las frustraciones de personas
radicales que no han podido sentir satisfacción respecto a la mejora de las condiciones de vida
pero también el gran sentimiento de odio por las intervenciones militares extranjeras. Vale
resaltar que los actos violentos se dirigen sobre todo contra la propia población y no contra los
extranjeros (Reinares: 2008). Visto ello, se puede llegar a la conclusión que el grupo Talibán
está menos interesados en debilitar las fuerzas militares extranjeras que recuperar influencia
sobre la población otra vez, y finalmente, el poder político.

LA LEGITIMIDAD DEL GOBIERNO AFGANO Y LA PARTICIPACIÓN DEL


GRUPO TALIBÁN EN LAS NEGOCIACIONES HACIA UN FUTURO AFGANISTÁN

La amenaza más grande contra la legitimidad y el poder del nuevo gobierno de Karzai
consiste en la nueva y rápidamente creciente insurgencia, que se ha expresado sobre todo en
ataques suicidios y ataques contra instituciones educativas que han aumentado drásticamente
hasta la mitad de 2006. Este nuevo levantamiento de los Talibanes muestra que realmente no
habían sido vencidos en 2001, y aún más importante, el grupo Talibán no había sido
reconocido como una parte implicada en las deliberaciones de Bonn.2 Lakhdar Brahimi, jefe
del equipo negociador de la ONU, afirmó que el gran error del Acuerdo de Bonn era él de no
tomar en cuenta a los Talibanes en las negociaciones. En vez de ello, lo acordado en Bonn fue
una expresión de una paz de los vencedores.

2
La comunidad internacional planificó el futuro del Afganistán pos talibán en dos conferencias celebradas en
Bonn: en 2001, cuando se sentaron las bases del proceso político de la posguerra, y en 2011, al establecer el
compromiso de cooperación internacional con el desarrollo y la seguridad del país. En esos diez años, la
comunidad internacional ha mantenido el apoyo político y financiero al Gobierno del Presidente Karzai. (Gob.
De España, Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación).
10
Es por eso que en los últimos años, tanto Karzai como el presidente afgano actual
Ghani han expresado la importancia de buscar la conversación con el grupo Talibán. En una
visita reciente que realizó Ghani a Berlín con la finalidad de debatir la situación actual de
Afganistán expresó que

“tenemos que diferenciar entre los talibanes, que son un fenómeno afgano y aquellos,
que forman parte de las redes terroristas internacionales. Cada Talibán, que acepta, que
primero que nada es afgano, tiene el derecho de ser escuchado y el derecho de expresar sus
preocupaciones. Tiene el derecho de hacer propuestas y participar en la creación de
soluciones”.

A pesar de ello, el grupo Talibán empezó a fragmentarse retirándose a sus aldeas,


áreas remotas o lugares cerca de la frontera con Pakistán donde ha podido reorganizarse, por
lo cual son estas zonas que obtienen mayor importancia geoestratégica para los Talibanes. A
pesar de que algunos de ellos habían aceptado las paces formales con el gobierno, varios de
ellos solo habían hecho las paces aparentemente para reorganizarse para volver a entrar en
acción en un futuro. El lento ritmo de la reconstrucción, la corrupción y un trabajo
generalmente pobre por parte del gobierno son factores que explican por qué el grupo Talibán
puede encontrar grandes cantidades de reclutas, sobre todo en las zonas rurales. Aparte de
ello, uno de los fenómenos más importantes es el hecho de que los llamados Equipos de
Reconstrucción Provincial (PRT) por parte de la OTAN no ha hecho el intento de encontrar
un compromiso político con “el enemigo”, sino que asume que dicho enemigo será derrotado
por la fuerza o marginado a largo del desarrollo (Surke: 2006).

Dicho esto, no cabe duda que grupos radicales como el grupo Talibán generan un
conflicto político que emplea al terrorismo como método principal para desestabilizar la
consolidación democrática en Afganistán, lo cual significa un gran peligro a la inestabilidad
política dentro del país e incluso la consolidación por parte del grupo Talibán puede significar
una amenaza de seguridad de la comunidad internacional. Evidencia de ello es la caída de las
torres gemelas en Nueva York el 11 de Septiembre de 2001.

Leonardo Molino, profesor de ciencias políticas en la Universidad LUISS en Roma,


nos brinda una definición acerca de la consolidación democrática. Según este autor, la
consolidación democrática es

11
“el proceso de reforzamiento, afirmación, robustecimiento del sistema democrático,
encaminado a aumentar su estabilidad, su capacidad de persistencia y a contrarrestar y
prevenir posibles crisis”. También ha indicado lo siguiente: “la consolidación de la
democracia es la ampliación progresiva de la aceptación de aquellas estructuras y normas
para la resolución pacífica de los conflictos, un conocimiento cada vez mayor en la
aceptación y el apoyo al compromiso institucional, el reconocimiento de la bondad de la
fórmula de la “incertidumbre limitada”, o bien, en una palabra, progresiva ampliación de la
legitimidad del régimen”. (Morlino, 1989, p.7)

Si tomamos en cuenta esta definición se puede llegar a la conclusión que el gobierno


afgano perderá la legitimidad de su régimen al no ser capaz de consolidar la democracia en su
país. Aparte de ello, el mismo gobierno no ha logrado aumentar su estabilidad y la capacidad
de persistencia y a prevenir posibles crisis en un futuro, lo cual puede significar una mayor
base para el crecimiento del grupo Talibán como actor político violento.

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CONCLUSIÓN

Como ya se había mencionado al principio es difícil definir el concepto terrorismo. Y


por ello puede ser difícil definir si los actos del grupo Talibán pueden ser determinados como
actos terroristas de una manera generalizada. Si lo vemos desde una vista occidental, basada
en valores democráticos, entonces sí. Pero los Talibanes también tienen bastantes seguidores
dentro de Afganistán, quienes podrían ver a ellos como luchadores para liberar a Afganistán
de los invasores occidentales como EUA y para instaurar un sistema político basado en la
aplicación de la Sharia. Lo que si se ha podido mostrar es el hecho de que el grupo Talibán es
un actor político que genera un conflicto político al hacer uso de la violencia con la finalidad
de desestabilizar el proceso democrático afgano. Sin embargo, queda la duda si los actos se
pueden clasificar universalmente como terrorista, pues depende del punto de vista desde que
se vean y evalúen tales actos. Hay que resaltar que el uso de la violencia por parte de los
Talibanes se rige sobre todo contra la propia población, con el objetivo de recuperar y
consolidar su influencia sobre ella y poner barreras a la consolidación democrática en
Afganistán.

Respecto a esta consolidación democrática se puede concluir que hoy en día es imposible una
democracia en esta región sin los islamistas, ya que la exclusión total de ellos pudiera poner
en peligro la sostenibilidad y la legitimidad del proceso democrático que se está llevando a
cabo en Afganistán. El simple intento de excluir a los islamistas pusiera en peligro la paz y la
consolidación democrática, por lo cual es esencial reducir su aislamiento en este proceso al
minimizar las barreras a la inclusión. Así que se debe permitir que otros actores políticos
como el grupo Talibán tengan la oportunidad de organizarse y participar en el proceso político
afgano, cosa que ha fallado en las conferencias de Bonn. Fomentar la participación de los
grupos ideológicamente contrarios a la democracia, incluso de los radicales, puede contribuir
a reducir los incentivos para el uso de la violencia como herramienta principal con la finalidad
de lograr una desestabilización democrática. Entonces el objetivo no debe ser la victoria
militar sobre los Talibanes afganos, sino él de llevar a cabo una estrategia para estabilizar
Afganistán como precondición para un proceso de reconciliación y reintegración amplio e
integral del grupo Talibán.

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REFERENCIAS

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alcances de un fenómeno elusivo”, en Revista Criminalidad, Bogotá, Vol.47, pp. 95-
100, en línea en:
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en Revista de Ciencia Política, Chile, Vol. X, N°2, pp. 68-69
 MORLINO, L., (1989): “Consolidación democrática. Definición, modelo, hipótesis”,
en Revista española de investigaciones sociológicas, Nº 35, 1986 , págs. 7-62, Madrid
 REINARES, Fernando (2008): “Estrategia terrorista talibán” en El País, España, en
línea en: http://elpais.com/diario/2008/11/10/espana/1226271606_850215.html
[consulado el 02.06.2014]
 RODRÍGUEZ GIMÉNEZ, Jose L. (2010) “Las misiones en el exterior de las Fuerzas
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konflikte/155323/afghanistan [consultado el 15.05.2014]
 STEINBERG, Guido (2011): “Taliban“, Alemania: Bundeszentrale für politische
Bildung, en línea en:
http://www.bpb.de/politik/extremismus/islamismus/36377/taliban [consultado el
15.05.2014]
 SURKE, Astri (2006): “Cuando más es menos: contribuir a la construcción del Estado
en Afganistán”, Madrid: FRIDE, N°26
 TAGESSCHAU (2014): “Afghanistans Präsident besucht Berlin”, en línea en:
http://www.tagesschau.de/inland/ghani-in-berlin-101.html [consultado el 04.12.2014]
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internacional de sociología, España, ser.3:2, p.121
 WIEVIORKA, Michel (1992): “Terrorismo y violencia política” , en Revista
internacional de sociología, España, ser.3:2, p.169-178
 WILKINSON, Paul (1974): “Political Terrorism”, Londres: Macmillan

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