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PORTAFOLIO
Actividades formativas de los
temas de la Unidad I
AUTOR(A): ANGEL GRABIEL TIMANA CASTILLO
DOCENTE TUTOR: LUZMILA GARCIA
2017
LA ORACION ANTES DE
ESTUDIAR
CONCEPTO
Quiero ser libre has que crea más en la disciplina interior que en la
exterior. Muestra tu bondad ayudándome y yo me esforzaré en
imitar tus virtudes. Amable protector mío, el estudio
frecuentemente me resulta difícil, duro y fatigoso. Tú puedes
hacerlo fácil y agradable.
Amen.
De acuerdo a la Oración aprendí, que antes de estudiar cualquier curso tenemos que tener presente
que sin Dios, no somos nadie, que él es el único que nos da la sabiduría que necesitamos.
Siempre debo tener en cuenta que el existe, así estemos en momentos difíciles él está con nosotros.
Se trata de tomar conciencia en oración ante Dios, en lo que la Iglesia nos enseña, a partir de la
confesión que hacemos por última vez. El fin principal es reconocer y asumir las culpas para
confesarlas sabiendo que Dios nos perdonara.
Me sirve el Examen de Conciencia para que después de reconocer y asumir nuestros errores,
nuestras fallas, tratar de mejorar en el aspecto tanto personal como social y de esta manera
convertirme en mejor persona para mis hijos, para mi familia, para mi comunidad, etc.
LA VIDA EN CRISTO
Todo comienza por la dignidad de las personas, la cuales fue creada a semejanza e imagen de
Dios. Lo que después viene es la gracia de Dios que pone en ti y con su ayuda cada hombre es
libre de hacer sus cosas con el poder del mismo. La conciencia viene de la mano con las
virtudes que tú alcanzas con el pasar del tiempo y que por medio de las oraciones que hacen a
Dios los pecados que a veces cometes se perdonan. Hay que tener presente siempre que hay
normas que seguir por eso Dios hace que nosotros lo obedezcamos en todo.
El pecado es el no querer y no amar a Dios es la desobediencia de las personas ante Dios. Para
eso antes de cometer algún delito o pecado tenemos que pensar si está bien lo que estamos
haciendo.
Tabla de contenido
Me gustaría con este mensaje llegar y animar a todos los que, tanto en el ámbito profesional como
en el de las relaciones personales, «muelen» cada día mucha información para ofrecer un pan
tierno y bueno a todos los que se alimentan de los frutos de su comunicación. Quisiera exhortar a
todos a una comunicación constructiva que, rechazando los prejuicios contra los demás, fomente
una cultura del encuentro que ayude a mirar la realidad con auténtica confianza.
Creo que es necesario romper el círculo vicioso de la angustia y frenar la espiral del miedo, fruto de
esa costumbre de centrarse en las «malas noticias» (guerras, terrorismo, escándalos y cualquier
tipo de frustración en el acontecer humano). Ciertamente, no se trata de favorecer una
desinformación en la que se ignore el drama del sufrimiento, ni de caer en un optimismo ingenuo
que no se deja afectar por el escándalo del mal. Quisiera, por el contrario, que todos tratemos de
superar ese sentimiento de disgusto y de resignación que con frecuencia se apodera de nosotros,
arrojándonos en la apatía, generando miedos o dándonos la impresión de que no se puede frenar
el mal. Además, en un sistema comunicativo donde reina la lógica según la cual para que una
noticia sea buena ha de causar un impacto, y donde fácilmente se hace espectáculo del drama del
dolor y del misterio del mal, se puede caer en la tentación de adormecer la propia conciencia o de
caer en la desesperación.
Por lo tanto, quisiera contribuir a la búsqueda de un estilo comunicativo abierto y creativo, que no
dé todo el protagonismo al mal, sino que trate de mostrar las posibles soluciones, favoreciendo una
actitud activa y responsable en las personas a las cuales va dirigida la noticia. Invito a todos a
ofrecer a los hombres y a las mujeres de nuestro tiempo narraciones marcadas por la lógica de la
«buena noticia».
La Buena Noticia
La vida del hombre no es sólo una crónica aséptica de acontecimientos, sino que es historia, una
historia que espera ser narrada mediante la elección de una clave interpretativa que sepa
seleccionar y recoger los datos más importantes. La realidad, en sí misma, no tiene un significado
unívoco. Todo depende de la mirada con la cual es percibida, del «cristal» con el que decidimos
mirarla: cambiando las lentes, también la realidad se nos presenta distinta. Entonces, ¿qué hacer
para leer la realidad con «las lentes» adecuadas?
Para los cristianos, las lentes que nos permiten descifrar la realidad no pueden ser otras que las de
la buena noticia, partiendo de la «Buena Nueva» por excelencia: el «Evangelio de Jesucristo, Hijo
de Dios» (Mc 1,1). Con estas palabras comienza el evangelista Marcos su narración, anunciando la
«buena noticia» que se refiere a Jesús, pero más que una información sobre Jesús, se trata de la
buena noticia que es Jesús mismo. En efecto, leyendo las páginas del Evangelio se descubre que
el título de la obra corresponde a su contenido y, sobre todo, que ese contenido es la persona
misma de Jesús.
Para iniciar a sus discípulos y a la multitud en esta mentalidad evangélica, y entregarles «las
gafas» adecuadas con las que acercarse a la lógica del amor que muere y resucita, Jesús recurría
a las parábolas, en las que el Reino de Dios se compara, a menudo, con la semilla que desata su
fuerza vital justo cuando muere en la tierra (cf. Mc 4,1-34). Recurrir a imágenes y metáforas para
comunicar la humilde potencia del Reino, no es un manera de restarle importancia y urgencia, sino
una forma misericordiosa para dejar a quien escucha el «espacio» de libertad para acogerla y
DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA II Página 4
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referirla incluso a sí mismo. Además, es el camino privilegiado para expresar la inmensa dignidad
del misterio pascual, dejando que sean las imágenes más que los conceptos las que comuniquen
la paradójica belleza de la vida nueva en Cristo, donde las hostilidades y la cruz no impiden, sino
que cumplen la salvación de Dios, donde la debilidad es más fuerte que toda potencia humana,
donde el fracaso puede ser el preludio del cumplimiento más grande de todas las cosas en el
amor. En efecto, así es como madura y se profundiza la esperanza del Reino de Dios: «Como un
hombre que echa el grano en la tierra; duerma o se levante, de noche o de día, el grano brota y
crece» (Mc 4,26-27).
El Reino de Dios está ya entre nosotros, como una semilla oculta a una mirada superficial y cuyo
crecimiento tiene lugar en el silencio. Quien tiene los ojos límpidos por la gracia del Espíritu Santo
lo ve brotar y no deja que la cizaña, que siempre está presente, le robe la alegría del Reino.
La esperanza fundada sobre la buena noticia que es Jesús nos hace elevar la mirada y nos
impulsa a contemplarlo en el marco litúrgico de la fiesta de la Ascensión. Aunque parece que el
Señor se aleja de nosotros, en realidad, se ensanchan los horizontes de la esperanza. En efecto,
en Cristo, que eleva nuestra humanidad hasta el Cielo, cada hombre y cada mujer puede tener la
plena libertad de «entrar en el santuario en virtud de la sangre de Jesús, por este camino nuevo y
vivo, inaugurado por él para nosotros, a través del velo, es decir, de su propia carne» (Hb 10,19-
20). Por medio de «la fuerza del Espíritu Santo» podemos ser «testigos» y comunicadores de una
humanidad nueva, redimida, «hasta los confines de la tierra» (cf. Hb 1,7-8).
La confianza en la semilla del Reino de Dios y en la lógica de la Pascua configura también nuestra
manera de comunicar. Esa confianza nos hace capaces de trabajar en las múltiples formas en que
se lleva a cabo hoy la comunicación con la convicción de que es posible descubrir e iluminar la
buena noticia presente en la realidad de cada historia y en el rostro de cada persona.
Quien se deja guiar con fe por el Espíritu Santo es capaz de discernir en cada acontecimiento lo
que ocurre entre Dios y la humanidad, reconociendo cómo él mismo, en el escenario dramático de
este mundo, está tejiendo la trama de una historia de salvación. El hilo con el que se teje esta
historia sacra es la esperanza y su tejedor no es otro que el Espíritu Consolador. La esperanza es
la más humilde de las virtudes, porque permanece escondida en los pliegues de la vida, pero es
similar a la levadura que hace fermentar toda la masa. Nosotros la alimentamos leyendo de nuevo
la Buena Nueva, ese Evangelio que ha sido muchas veces «reeditado» en las vidas de los santos,
hombres y mujeres convertidos en iconos del amor de Dios. También hoy el Espíritu siembra en
nosotros el deseo del Reino, a través de muchos «canales» vivientes, a través de las personas que
se dejan conducir por la Buena Nueva en medio del drama de la historia, y son como faros en la
oscuridad de este mundo, que iluminan el camino y abren nuevos senderos de confianza y
esperanza.
1.- Nos indica que Dios está con nosotros en todo momento de nuestras vidas, reconocer nuestros
errores y nuestras culpas con la confianza en Dios sabiendo que vamos a ser perdonados.
2.- Nos está enseñando a prepararnos por medio de la fe, que toda persona humana participe en
las enseñanzas que a diario ocurre entre Dios y la Humanidad.
3.- El hombre ocupa un lugar único en la creación esta hecho a imagen y semejanza de Dios y
nada o nadie ir contra de su voluntad.
4.- El perdón de las ofensas y la reconciliación auténtica, que podrían parecer imposibles tras tanto
5.- Nos da a entender que la dignidad de las personas ordena la vida de cada persona, en el
momento oportuno, practicar el bien y evitar el mal. Juzga también las opciones concretas
aprobando las que son buenas y denunciando las que son malas; es decir, la posibilidad de ver
nuestros propios actos en relación con los planes de Dios.
EN LA COMUNIDAD HUMANA
Lo que paso en la cuidad de Piura sobre el desastre del Niño Costero, dejo a casi toda la
población en un estado de preocupación de ver como esta cuidad que fue tan hermosa se
desboronó en poco tiempo.
1. Vemos que hay relación entre las personas y la sociedad tan solo al ver este
hecho se concretó los esfuerzos para la ayuda a las víctimas de los desastres
naturales que sufrió la Ciudad de Piura.
2. Se establece que en la comunidad se busca que las decisiones se tomen lo más
cerca posible de la ciudadanía ante un desastre lo que sucedió en esta ciudad.
3. Resulta necesario dictar medidas que permitan viabilizar la entrega de los bienes
de ayuda humanitaria de manera oportuna, ante toda la comunidad se vee como
se expresa la solidaridad.
4. La participación de la sociedad, así como las entidades del Gobierno Nacional, y
con la participación de toda la comunidad de Piura se veen involucrados a seguir
apoyando de ser necesario; se ejecutarán las medidas y acciones de excepción
inmediatas y necesarias de respuesta y rehabilitación en las zonas afectadas en
salvaguarda de la vida e integridad de las personas y el patrimonio público.
El nombre de Jesús significa "Dios salva". El niño nacido de la Virgen María se llama
"Jesús" "porque él salvará a su pueblo de sus pecados"; "No hay bajo el cielo otro nombre
dado a los hombres por el que nosotros debamos salvarnos" El nombre de Cristo significa
"Ungido", "Mesías". Jesús es el Cristo porque "Dios le ungió con el Espíritu Santo y con
poder". Era "el que ha de venir", el objeto de "la esperanza de Israel". El nombre de Hijo
de Dios significa la relación única y eterna de Jesucristo con Dios su Padre: Él es el Hijo
único del Padre y él mismo es Dios. Para ser cristiano es necesario creer que Jesucristo
es el Hijo de Dios. El nombre de Señor significa la soberanía divina. Confesar o invocar a
Jesús como Señor es creer en su divinidad "Nadie puede decir: "¡Jesús es Señor!", sino
por influjo del Espíritu Santo". En el momento establecido por Dios, el Hijo único del
Padre, la Palabra eterna, es decir, el Verbo e Imagen substancial del Padre, se hizo
carne: sin perder la naturaleza divina asumió la naturaleza humana. Jesucristo es
verdadero Dios y verdadero hombre en la unidad de su Persona divina; por esta razón él
es el único Mediador entre Dios y los hombres. Jesucristo posee dos naturalezas, la
divina y la humana, no confundidas, sino unidas en la única Persona del Hijo de Dios.
Cristo, siendo verdadero Dios y verdadero hombre, tiene una inteligencia y una voluntad
humanas, perfectamente de acuerdo y sometidas a su inteligencia y a su voluntad
divinas que tiene en común con el Padre y el Espíritu Santo. La encarnación es, pues, el
misterio de la admirable unión de la naturaleza divina y de la naturaleza humana en la
única Persona del Verbo. De la descendencia de Eva, Dios eligió a la Virgen María para
ser la Madre de su Hijo. Ella, "llena de gracia", es "el fruto excelente de la redención";
desde el primer instante de su concepción, fue totalmente preservada de la mancha del
pecado original y permaneció pura de todo pecado personal a lo largo de toda su vida.
María es verdaderamente "Madre de Dios" porque es la madre del Hijo eterno de Dios
hecho hombre, que es Dios mismo. María "fue Virgen al concebir a su Hijo, Virgen al
parir, Virgen durante el embarazo, Virgen después del parto, Virgen siempre" (S.
Agustín, serm. 186, 1): Ella, con todo su ser, es "la esclava del Señor" (Lc 1, 38). La
Virgen María "colaboró por su fe y obediencia libres a la salvación de los hombres" (LG
56). Ella pronunció su "fiat" "loco totiushumanaenaturae" ("ocupando el lugar de toda la
naturaleza humana") (Santo Tomás, s. th. 3, 30, 1): Por su obediencia, Ella se convirtió
en la nueva Eva, madre de los vivientes. El Evangelio de la creación: Los relatos de la
Biblia, ofrece una visión general que proviene de la tradición judeo-cristiana y articula
la «tremenda responsabilidad» del ser humano respecto a la creación, el lazo íntimo que
existe entre todas las creaturas, y el hecho de que «el ambiente es un bien colectivo,
patrimonio de toda la humanidad y responsabilidad de todos». En la Biblia, «el Dios que
libera y salva es el mismo que creó el universo», y «en Él se conjugan el cariño y el
vigor». El relato de la creación es central para reflexionar sobre la relación entre el ser
humano y las demás criaturas, y sobre cómo el pecado rompe el equilibrio de toda la
creación en su conjunto. «Estas narraciones sugieren que la existencia humana se basa
en tres relaciones fundamentales estrechamente conectadas: la relación con Dios, con el
prójimo y con la tierra. Según la Biblia, las tres relaciones vitales se han roto, no sólo
Misericordia de Dios :
Una virtud del ánimo que lleva a los seres humanos a compadecerse de las miserias
ajenas, se trata de una actitud bondadosa que, por lo general, puede mostrar una
persona acaudalada hacia alguien que tenga más necesidades que ella, o a un sujeto que
haya sido ofendido hacia su defensor. Para los cristianos la misericordia es un atributo
divino entendido como tener consideración a algo o alguien, ser amable y saber
perdonar, que los fieles pedimos a Dios para que este tenga piedad por sus pecados y sus
desobediencias.
El tener una relación personal con Jesucristo comienza al momento de darnos cuenta de
nuestra necesidad de Él, admitiendo que somos pecadores, arrepintiéndonos de nuestros
pecados, y pidiéndole que entre a nuestros corazones para ser la autoridad en nuestras
vidas. Dios, nuestro Padre celestial, siempre ha deseado estar cerca de nosotros y tener
una relación personal con nosotros. Lo que un gran número de gente no sabe, ni se da
cuenta, o no le interesa, es que Jesús nos dio el regalo más asombroso – la oportunidad
de pasar la eternidad con Él y Dios el Padre si es que creemos, o confiamos en Él.
“Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo
Jesús Señor nuestro.” Debemos incluir a Dios en nuestra vida diaria, de la misma manera
que lo haríamos con cualquier otro miembro de nuestra familia, solo que éste sería
¡muchísimo más importante que cualquiera! Debemos orarle a Él, leer Su Palabra, y
meditar en sus versos en un esfuerzo por llegar a conocerlo mejor y estar dispuestos
para hacer Su voluntad. Debemos orar por sabiduría, que es uno de los más grandes
bienes que podemos tener.
Benedicto XVI. Carta encíclica. Caritas in Veritae. Jun 29 de 2009. Obtenido de:
http://w2.vatican.va/content/benedict-
xvi/es/encyclicals/documents/hf_benxvi_enc_20090629_caritas-in-veritate.html Análisis
CARTA ENCICLICA DEL SUMO PONTIFICE BENEDICTO XVI A LOS OBISPOS A LOS
PRESBÍTEROS Y DIÁCONOS A LAS PERSONAS CONSAGRADAS A TODOS LOS FIELES LAICOS Y
A TODOS LOS HOMBRES DE BUENA VOLUNTAD SOBRE EL DESARROLLO HUMANO INTEGRAL
EN LA CARIDAD Y EN LA VERDAD La caridad en la verdad, de la que Jesucristo se ha
hecho testigo con su vida terrenal y, sobre todo, con su muerte y resurrección, es la
principal fuerza impulsora del auténtico desarrollo de cada persona y de toda la
humanidad. El amor, es una fuerza extraordinaria, que mueve a las personas a
comprometerse con valentía y generosidad en el campo de la justicia y de la paz. Es una
fuerza que tiene su origen en Dios, Amor eterno y Verdad absoluta. Cada uno encuentra
su propio bien asumiendo el proyecto que Dios tiene sobre él, para realizarlo
plenamente: en efecto, encuentra en dicho proyecto su verdad y, aceptando esta
verdad, se hace libre. Por tanto, defender la verdad, proponerla con humildad y
convicción y testimoniarla en la vida son formas exigentes e insustituibles de caridad.
Por tanto, la caridad es una virtud teologal por lo cual amamos a Dios sobre todas las
cosas y a nuestro prójimo como a nosotros mismos por amor a Dios. Además nos muestra
a la Caridad, como una via maestra de la doctrina social de la Iglesia, sin embargo nos
muestra que han sufrido desviaciones y perdida de sentido, con el consiguiente riesgo de
ser mal entendida, o excluida de la ética vivida y, en cualquier caso, de impedir su
correcta valoración. Asimismo la caridad es comprendida por el hombre en toda su
http://w2.vatican.va/content/francesco/es/encyclicals/documents/papafrancesco_201
50524_enciclica-laudato-si.html
Análisis :
CARTA ENCICLICA LAUDATO SI’ DEL SANTO PADRE FRANCISCO SOBRE EL CUIDADO DE LA
CASA COMÚN
El primer capítulo nos muestra lo que está pasando en nuestra casa: La Contaminación y
el Cambio Climático, afectan cotidinamente a las personas La exposición a los
contaminantes atmosféricos produce un amplio espectro de efectos sobre la salud,
especialmente de los más pobres, provocando millones de muertes prematuras. Se
enferman, por ejemplo, a causa de la inhalación de elevados niveles de humo que
procede de los combustibles que utilizan para cocinar o para calentarse. A ello se suma
la contaminación que afecta a todos, debida al transporte, al humo de la industria, a los
depósitos de sustancias que contribuyen a la acidificación del suelo y del agua, a los
fertilizantes, insecticidas, fungicidas, controladores de malezas y agrotóxicos en
general. La tecnología que, ligada a las finanzas, pretende ser la única solución de los
problemas, de hecho suele ser incapaz de ver el misterio de las múltiples relaciones que
existen entre las cosas, y por eso a veces resuelve un problema creando otros. Considera
además al Clima como un bien común de todos y para todos, además nos dice que el
calentamiento tienen efectos sobre el ciclo de carbono Crea un círculo vicioso que
agrava aún más la situación, y que afectará la disponibilidad de recursos imprescindibles
como el agua potable, la energía y la producción agrícola de las zonas más cálidas, y
provocará la extinción de parte de la biodiversidad del planeta. El derretimiento de los
hielos polares y de planicies de altura amenaza con una liberación de alto riesgo de gas
metano, y la descomposición de la materia orgánica congelada podría acentuar todavía
más la emanación de dióxido de carbono. Asimismo nos muestra el agotamiento de los
recursos naturales Conocemos bien la imposibilidad de sostener el actual nivel de
consumo de los países más desarrollados y de los sectores más ricos de las sociedades,
donde el hábito de gastar y tirar alcanza niveles inauditos. Ya se han rebasado ciertos
límites máximos de explotación del planeta, sin que hayamos resuelto el problema de la
pobreza. Los recursos de la tierra también están siendo depredados a causa de formas
inmediatistas de entender la economía y la actividad comercial y productiva. La pérdida
de selvas y bosques implica al mismo tiempo la pérdida de especies que podrían
significar en el futuro recursos sumamente importantes, no sólo para la alimentación,
sino también para la curación de enfermedades y para múltiples servicios. Las diversas
especies contienen genes que pueden ser recursos claves para resolver en el futuro
alguna necesidad humana o para regular algún problema ambiental. En general nos habla
del deterioro de la calidad de la vida humana y degradación social. El segundo capítulo:
El evangelio de la Creación, nos dice que asi como reconocemos la crisis ecológica,
deberíamos reconocer que las soluciones no pueden llegar desde un único modo de
interpretar y transformar la realidad. También es necesario acudir a las diversas
Bibliografía Utilizada
Benedicto XVI. Carta encíclica. Caritas in Veritae. Jun 29 de 2009. Obtenido de:
http://w2.vatican.va/content/benedict-xvi/es/encyclicals/documents/hf_ben-
xvi_enc_20090629_caritas-in-veritate.html
Coautor (a)
Chimbote, 2017.