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TABLA DE CONTENIDO

CAPITULO I
TITULO I
COMPETENCIA DESLEAL

DEFINICIÓN DE COMPETENCIA DESLEAL


DIFERENCIAS ENTRE LA COMPETENCIA DESLEAL Y LA LIBRE COMPETENCIA
ANTECEDENTES HISTORICOS DE LAS NORMAS CONTRA LA COMPETENCIA DESLEAL

OBJETO DE LA LEY DE COMPETENCIA DESLEAL


ÁMBITOS DE APLICACIÓN DE LA LEY DE COMPETENCIA DESLEAL
Ámbito objetivo de aplicación
Ámbito subjetivo de aplicación
INTERPRETACIÓN DE LA LEY DE COMPETENCIA DESLEAL
DERECHO DE LA COMPETENCIA
Las prácticas comerciales restrictivas
La competencia desleal propiamente dicha
FUNDAMENTOS DE ESTA LEY
ACTOS DE COMPETENCIA DESLEAL
Actos de desviación de la clientela
Actos de desorganización
Actos de confusión
Actos de engaño
Actos de descrédito
Actos de comparación
Actos de imitación
Explotación de la reputación ajena
Violación de secretos
Inducción a la ruptura contractual
Violación de normas
Pactos desleales de exclusividad
ACCIONES PARA PROPONER LA COMPETENCIA DESLEAL
Acción declarativa y de condena
Acción preventiva o de prohibición
MEDIDAS CAUTELARES
PRESCRIPCIÓN DE LAS ACCIONES DE COMPETENCIA DESLEAL
LA LIBRE COMPETENCIA
LA COLUSIÓN EMPRESARIAL

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TITULO II

PROPIEDAD INTELECTUAL
¿QUÉ ES LA PROPIEDAD INTELECTUAL?
¿Qué son los derechos de propiedad intelectual?
¿Por qué debe promoverse y protegerse la propiedad intelectual?
¿Qué ventajas ofrece la propiedad intelectual al público en general?
¿QUÉ ES UNA PATENTE?
¿Por qué son necesarias las patentes?
¿QUÉ ES UNA MARCA?
¿Qué derechos confiere la marca?
¿QUÉ ES UN DISEÑO INDUSTRIAL?
¿QUÉ SON EL DERECHO DE AUTOR Y LOS DERECHOS CONEXOS?

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CAPITULO I
TITULO I
COMPETENCIA DESLEAL

DEFINICIÓN DE COMPETENCIA DESLEAL

En Colombia tenemos que el tema de la competencia desleal, se regula por la Ley 256 de
1996, el artículo 7o de la citada ley, inciso segundo, dice que en concordancia con lo
establecido por el numeral segundo del artículo 10 bis del Convenio de París, aprobado
mediante la Ley 178 de 1994, se considera que constituye Competencia Desleal:

"Todo acto o hecho que se realice en el mercado con fines concurrenciales, cuando resulte
contrario a las sanas costumbres mercantiles, al principio de la buena fe comercial, a los usos
honestos en materia industrial o comercial, o bien cuando esté encaminado a afectar o afecte la libertad
de decisión del comprador o consumidor, o el funcionamiento concurrencial del mercado”

En nuestro concepto la definición que redacta el legislador de tumo acusa demasiada


complejidad, pues es, un principio de redacción de la ley, que la misma debe ser clara, simple
y entendible fácilmente por el administrado, sin necesidad de tener que mediar la investigación
y consulta de la terminología utilizada, pues ello le resta capacidad introductiva en el ámbito
social, la lleva al difícil terreno de lo no comprensible y se cae necesariamente en el aún más
peligroso campo de lo interpretativo.
"Para la legislación española ocurre lo contrario, la Ley 3 a de 1991 que regula la competencia
desleal, en nuestro concepto es tan breve como clara y muy entendible y la define en su artículo 5 o así:
"Se reputa desleal todo comportamiento que resulte objetivamente contrario a las exigencias de la buena fe”

DIFERENCIAS ENTRE LA COMPETENCIA DESLEAL Y LA LIBRE COMPETENCIA


Es fácil advertir, cómo se presenta hasta en círculos de orden legal relativamente bien
estructurados, una confusión entre estos dos conceptos, pues bien, la diferencia entre estos dos
pilares que defienden en últimas la sana competencia y su protección en el entorno del mercado,
procurando finalmente eso, la protección de los mercados y particularmente del consumidor final,
estriba en que las legislaciones de competencia desleal procuran la defensa del empresario que
se ve afectado particular e individualmente, por la conducta impropia y desleal de otro
comerciante o empresario, aquí la protección se erige en pro de la defensa de un interés o
intereses particulares.
Pero en las legislaciones de la libre competencia, lo que está en juego es la protección de un
mercado, de un sector relevante de la economía y ello comporta por ende, la procura de la
protección de los intereses colectivos de la comunidad en general y hasta de una política de
Estado, aquí el tema en discusión afecta necesariamente el interés público.

ANTECEDENTES HISTORICOS DE LAS NORMAS CONTRA LA COMPETENCIA DESLEAL

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Los tratadistas de la materia coinciden, como el profesor BERCOVITZ1 en determinar que fue
en las postrimerías del siglo XIX, cuando con el auge de las políticas del liberalismo económico,
fungidas sus raíces después de la Revolución Francesa por cuanto ella trajo consigo la
denominada libertad de industria y de comercio, es decir la libertad de competir, libertad que
en épocas anteriores no se daba por la rígida implantación de los gremios, tenemos pues que,
en Francia surge la protección contra la competencia desleal, en ejercicio de la jurisprudencia,
basada en la interpretación del Código Civil francés por la responsabilidad extracontractual
establecida en su artículo 1382.

OBJETO DE LA LEY DE COMPETENCIA DESLEAL

La citada Ley 256 de 1996, establece como su objeto, garantizar la libre y leal competencia
económica, mediante la prohibición de actos y conductas de competencia desleal, en beneficio
de todos los que participen en el mercado, ello en concordancia con el numeral 1, del artículo
10 bis del Convenio de París.

ÁMBITOS DE APLICACIÓN DE LA LEY DE COMPETENCIA DESLEAL

La misma ley ibídem decide que para su aplicación se tendrán en cuenta dos ámbitos de
aplicación, el ámbito objetivo y el ámbito subjetivo, los cuales consisten en lo siguiente:

Ámbito objetivo de aplicación


Se refiere aplicar la ley a los actos o comportamientos descritos como competencia desleal,
cuando se realicen en el mercado y con fines concurrentes.
Esta disposición trae a su vez una presunción para determinar la finalidad del acto
concurrencial, y ello se da cuando éste, por las circunstancias en que se realiza se revela
objetivamente idóneo para mantener o incrementar la participación en el mercado de quien lo
realiza o de un tercero.

Ámbito subjetivo de aplicación


En este ámbito se aplica la ley tanto a los comerciantes como a cualquier participante del
mercado, no supeditándose a una simple relación de competencia entre el sujeto activo y el
pasivo en el acto de competencia desleal.

INTERPRETACIÓN DE LA LEY DE COMPETENCIA DESLEAL

Como lo habíamos anunciado una normatividad tan compleja, requiere de directrices de


interpretación en aquellos eventos que siendo resultantes de su aplicación, se deriven vacíos

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e imprecisiones propias de la misma interpretación y en donde se debe intervenir para su
adecuado saneamiento interpretativo
En este orden de ideas el artículo 6° de la ley ibídem, prescribe que para estos eventos se deberá
acudir a los principios constitucionales que rigen la actividad económica, a la iniciativa privada
libre, siempre que se enmarque dentro de los límites del bien común; y competencia económica,
libre y leal pero responsable.

DERECHO DE LA COMPETENCIA

Concepto hoy por hoy de particular interés, el derecho de la competencia se ha erigido por sí
solo como una parte importante del derecho comercial moderno y para entenderlo debemos tener
en cuenta dos aspectos como son:

Las prácticas comerciales restrictivas


En donde prima como referente de protección primario el mercado del Comercio, este es el bien
jurídicamente tutelado o protegido y encarna un interés público, por ende de general importancia
para el entorno social.
Estas prácticas se regulan en Colombia además de la citada Ley 256 de 1996, mediante la
circular única (10) de 2001, en su Título VII, Capítulo 1, que trata de la promoción de la
competencia y la Libre Competencia Ley 1340 de 2009.

La competencia desleal propiamente dicha


Se defiende a los comerciantes en sus interrelaciones, se procura que la competencia entre
comerciantes esté reglada por normas que defiendan la libertad para competir y la igualdad de
condiciones que garantice a los participantes poder competir sanamente.
Estas prácticas se regulan en Colombia además de la citada Ley 256 de 1996, mediante el
Decreto 1080 de 1996 y el Decreto 2591 de 2000, por medio del cual se reglamentan
disposiciones del Acuerdo de Cartagena.

FUNDAMENTOS DE ESTA LEY


.
La filosofía y espíritu normativo de estas disposiciones especiales persiguen que el
comerciante, como todo profesional, esté obligado a ajustar su conducta a claras normas de
lealtad comercial y solidaridad gremial.
Los fundamentos mismos de la profesión se afectarían seriamente si su comportamiento
pudiera fundarse en un arbitrario sentido de libertad, de ahi que surjan en consecuencia dé
aquellas prácticas las sanciones tanto de contenido disciplinario, como aquellas que
procuran el resarcimiento de daños y perjuicios ocasionados con dichas prácticas desleales,
ello sin perjuicio de las sanciones de orden penal en las cuales pueda quedar comprometido

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el causante, si en su accionar igualmente desbordo el delicado límite de nuestra justicia
represiva.

ACTOS DE COMPETENCIA DESLEAL

Por regla general existe la prohibición general consagrada en el artículo 7 de la ley ibídem,
así:
Quedan prohibidos los actos de competencia desleal. Los participantes en el mercado
deben de respetar en todas sus actuaciones el principio de la buena fe comercial
Estos actos se determinan así:

Actos de desviación de la clientela


Es considerada desleal toda maniobra engañosa (contrariando las sanas costumbres
mercantiles o los usos honestos en materia industrial o comercial) que tenga como propósito
desviar la clientela de la actividad, prestaciones mercantiles o establecimientos ajenos.

Actos de desorganización
Es considerada desleal toda maniobra tendiente a desorganizar internamente la empresa, las
prestaciones mercantiles o el establecimiento ajeno.

Actos de confusión
Toda conducta que propenda por crear confusión con la actividad prestaciones mercantiles o el
establecimiento ajeno.

Actos de engaño
Es concretamente inducir al público a error sobre la actividad, prestaciones mercantiles o
establecimientos ajenos.
COMENTARIO: La Superintendencia de Industria y Comercio, mediante Concepto 1059023 de
junio 28 de 2010, precisó la procedencia de iniciar simultáneamente acciones de carácter penal
y administrativa ante esta Superintendencia, por actos de publicidad engañosa y los
correspondientes perjuicios que dicha práctica puede generar.
A su vez, el Consejo de Estado precisó, que la publicidad engañosa es sancionable aunque
quien la difunda no haya obtenido un provecho económico adicional o ganancias
representativas por comunicarla, en efecto, el Estatuto del Consumidor sanciona la transmisión
de marcas, leyendas y propaganda comercial que no correspondan a la realidad o induzcan a
error sobre la naturaleza, el origen, la fabricación, los componentes, los usos o los precios de
los bienes o servicios ofrecidos. (C.E. Sentencia 25000232100020020059801, agosto 25 de
2010. Ponente María Claudia Rojas).

Actos de descrédito
Es difamar la actividad de la competencia, prestaciones mercantiles o establecimientos ajenos,
es una de las más típicas y usuales prácticas de competencia desleal, desacreditar la

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competencia y sus productos, en la legislación española se le conocen como actos de
denigración.

Actos de comparación
Es la comparación pública de la actividad, prestaciones o establecimiento ajeno, con los de un
tercero cuando aquella se refiera a extremos que no sean análogos, relevantes ni comprobables.

Actos de imitación
Puede imitarse, la simple imitación no se censura, lo censurable es la imitación es exacta y
minuciosa, cuando se causa una confusión o engaño en el público con la imitación, acerca de la
procedencia empresarial de la prestación o comporte un aprovechamiento indebido de la
reputación ajena, se incluyen las imitaciones de iniciativas o estrategias cuando con ellas se
persiga impedir u obstaculizar la afirmación del competidor en el mercado, excediendo lo que
pueda considerarse normalmente como una respuesta natural del mercado.

Explotación de la reputación ajena


Es el aprovechamiento en beneficio propio o ajeno de las ventajas de la reputación
comercial, industrial o profesional adquirida por otro en el mercado.

Violación de secretos
Se considera desleal la divulgación o explotación, sin mediar la autorización de su titular,
de secretos industriales o de cualquier otra especie de secreto empresarial, igualmente
adquirir secretos por medio del espionaje o actividades análogas, es aplicable la
normatividad de esta ley, aun sin mediar los requisitos del ámbito objetivo.

Inducción a la ruptura contractual


Se considera desleal, la inducción a trabajadores, proveedores, clientes y demás obligados,
a infligir los deberes contractuales básicos que han contraído con los competidores.
Igualmente inducir o influenciar para que se produzca la terminación de un contrato, siempre
que este acto reporte un provecho indebido o sirva para eliminar la competencia.

Violación de normas
Se considera desleal prevalerse en el mercado de una ventaja competitiva adquirida
mediante la infracción de leyes. La ventaja ha de ser significativa.

Pactos desleales de exclusividad


Se considera desleal pactar en los contratos de suministros cláusulas de exclusividad,
cuando dichas cláusulas tengan como objeto o electo, restringir el acceso de los
competidores al mercado, o monopolizar la distribución de productos o servicios, excepto

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las industrias licoreras cuando estas sean de propiedad de los entes territoriales.

ACCIONES PARA PROPONER LA COMPETENCIA DESLEAL

Contra los actos de competencia desleal, el afectado puede interponer por vía judicial las
siguientes acciones a saber:

Acción declarativa y de condena


El afectado por actos de competencia desleal puede acudir ante un juez para que mediando
decisión en sede de instancia, se declare la ilegalidad de los actos realizados y en consecuencia
se le ordena al infractor salir al saneamiento de lo causado e indemnizar los perjuicios causados
al demandante. El demandante podrá solicitar en cualquier momento del proceso, que se
practiquen las medidas cautelares consagradas en el artículo 31 de la presente ley.

Acción preventiva o de prohibición


La persona que piense que pueda resultar afectada por actos de competencia desleal tendrá
acción para solicitarle al juez que evite la realización de una conducta desleal que aún no se
ha perfeccionado, o que la prohíba aunque aún no se haya producido daño alguno.

MEDIDAS CAUTELARES
En efecto, la Ley 256 de 1996, regulatoria de las conductas de competencia desleal, remite al
Código de Procedimiento Civil el tratamiento de las medidas cautelares, la cual se constituye
en una herramienta tan poderosa como necesaria, en el claro entendido que su prosperidad
permite detener aquella conducta de deslealtad comercial que desarrolla un comerciante,
lesionando los intereses de otro empresario o de un grupo de aquellos, es igualmente una
medida de presión al infractor y da cierta tranquilidad en el libre ejercicio del legal mercado
competitivo.

PRESCRIPCIÓN DE LAS ACCIONES DE COMPETENCIA DESLEAL

Las acciones de competencia desleal prescriben en un término de dos años contado desde el
momento en que el legitimado tuvo conocimiento de la persona que realizó el acto de
competencia desleal y en todo caso, por el transcurso de tres años contados a partir del momento
de la realización del acto.
Quiere decir que existen dos términos para promover las acciones judiciales contra el infractor
de la competencia desleal, el primero se cuenta desde que se tiene identificado el infractor y el
segundo de tres años desde el momento mismo de la realización del acto.
Pero que sucede cuando son actos de realización sucesiva, en nuestro concepto debe contarse
es desde que se tiene conocimiento de tal conducta e interponer las acciones legales so pena
que las mismas prescriban en el tiempo.

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LA LIBRE COMPETENCIA
Existe el concepto de la protección a la libre competencia reglado en el Estatuto de la Unión
Europea, en Norteamérica y en otras latitudes, los fundamentos de la libre competencia se
crearon igualmente con el liberalismo económico devenido a nuestras raíces legislativas después
de la Revolución Francesa 1789, por cuanto a posteriori de dicho suceso histórico de tan
significativa y particular importancia se consagró en 1791 mediante la famosa Ley CHAPPELIER
que aboliera los gremios de la época, defendiendo el derecho a participar en el mercado y a
competir libremente, ello no era otra cosa, que el reconocimiento a la libertad de la industria y
del comercio, el reconocimiento de la igualdad para que cualquiera pudiera ejercerlo y
constituirse en empresario, sin necesidad de tener que pertenecer a gremios, por cuanto esta
conquista de pensamiento defendía al comerciante individualmente considerado y no a su grupo
o agremiación en donde su autonomía y soberanía personal se encontraba diluida, el decir de la
Asamblea Nacional Francesa, era que los gremios atentaban contra la libertad individual que era
uno de los estandartes de la Revolución Francesa.

Es claro que, en la libre competencia, el empresario tenga que dar di día una dura batalla para
defender su puesto en el mercado comercializand 3 cada vez mejor sus productos y
controlando sus costos y líneas de producción mejor que como lo hacen sus competidores,
de ahí que, en ocasiones pueda surgir la idea de que la mejor salida sea eliminar la
competencia para él, lo cual si bien lo puede favorecer como empresario es atentatorio contra
la ley de consumo, la economía de mercado y conspira contra los derechos del consumidor
final.
La legislación protectora de la competencia en todo el mundo decide luchar contra el peligro
de los pactos restrictivos que procura imponer la competencia y obliga a su efecto contrario,
es decir, a la resultante de la obligación de competir libremente para el beneficio de los
consumidores, existe pues, tanto el derecho a competir libremente para el empresario, como
a su vez su obligación de competir de acuerdo a las reglas ideales para una adecuada
economía de mercado.

LA COLUSIÓN EMPRESARIAL

La colusión es una de las formas más claras de perjudicar la competencia, se entiende por
ella la práctica por medio de la cual varias empresas se ponen de acuerdo para no competir,
o competir coordinadamente en perjuicio del consumidor final, o igualmente para restringir la
competencia, estas son las conocidas comúnmente como las colusiones empresariales
entendiéndose entonces como las practicas coordinadas entre empresas en perjuicio de otras
empresas y del consumidor final, tácticas que resultan atentatorias a la adecuada economía
de mercado y al sano tráfico económico de bienes y servicios.

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TITULO II

PROPIEDAD INTELECTUAL

¿QUÉ ES LA PROPIEDAD INTELECTUAL?


La propiedad intelectual se relaciona con las creaciones de la mente: invenciones, obras
literarias y artísticas, así como símbolos, nombres e imágenes utilizados en el comercio. La
propiedad intelectual se divide en dos categorías: La propiedad industrial, que abarca las
patentes de invención, las marcas, los diseños industriales y las indicaciones geográficas. El
derecho de autor, que abarca las obras literarias (por ejemplo, las novelas, los poemas y las
obras de teatro), las películas, la música, las obras artísticas (por ejemplo, dibujos, pinturas,
fotografías y esculturas) y los diseños arquitectónicos. Los derechos conexos al derecho de autor
son los derechos de los artistas intérpretes y ejecutantes sobre sus interpretaciones o
ejecuciones, los de los productores de fonogramas sobre sus grabaciones y los de los
organismos de radiodifusión respecto de sus programas de radio y televisión.

¿Qué son los derechos de propiedad intelectual?


Los derechos de propiedad intelectual se asemejan a cualquier otro derecho de propiedad:
permiten al creador, o al titular de una patente, marca o derecho de autor, gozar de los beneficios
que derivan de su obra o de la inversión realizada en relación con una creación. Esos derechos
están consagrados en el Artículo 27 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, que
contempla el derecho a beneficiarse de la protección de los intereses morales y materiales
resultantes de la autoría de las producciones científicas, literarias o artísticas. La importancia de
la propiedad intelectual se reconoció por vez primera en el Convenio de París para la Protección
de la Propiedad Industrial (1883), y en el Convenio de Berna para la Protección de las Obras
Literarias y Artísticas (1886). La Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI)
administra ambos tratados.
¿Por qué debe promoverse y protegerse la propiedad intelectual?
Por varias razones imperativas. En primer lugar, el progreso y el bienestar de la humanidad
dependen de su capacidad de crear e inventar nuevas obras en las esferas de la tecnología y la
cultura. En segundo lugar, la protección jurídica de las nuevas creaciones alienta a destinar
recursos adicionales a la innovación. En tercer lugar, la promoción y la protección de la propiedad
intelectual estimulan el crecimiento económico, generan nuevos empleos e industrias y
enriquecen y mejoran la calidad de vida. Promover un sistema de propiedad intelectual eficaz y
equitativo puede contribuir a que todos los países exploten el potencial de la propiedad intelectual
como catalizador de desarrollo económico y de bienestar social y cultural. El sistema de
propiedad intelectual ayuda a establecer un equilibrio entre los intereses de los innovadores y el
interés público, creando un entorno en el que la creatividad y la invención puedan florecer en
beneficio de todos.
¿Qué ventajas ofrece la propiedad intelectual al público en general?
Los derechos de propiedad intelectual recompensan la creatividad y el esfuerzo humano, que
estimulan el progreso de la humanidad. He aquí algunos ejemplos: las multimillonarias industrias

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del cine, la música, la edición y la informática, que hacen que la vida de millones de personas
sea más agradable, no existirían sin la protección del derecho de autor; sin las recompensas
previstas en el sistema de patentes, los investigadores e inventores no tendrían incentivo para
seguir creando productos mejores y más eficaces para los consumidores; los consumidores no
comprarían productos o servicios con toda confianza si no existieran mecanismos fiables y de
alcance internacional para proteger las marcas y combatir la falsificación y la piratería.
¿QUÉ ES UNA PATENTE?
Una patente es un derecho exclusivo concedido sobre una invención – el producto o proceso
que constituye una nueva manera de hacer algo, o propone una nueva solución técnica a un
problema. El titular de una patente goza de protección para su invención; la protección se
concede durante un período limitado, que suele ser de 20 años.
¿Por qué son necesarias las patentes?
Las patentes constituyen un incentivo porque representan un reconocimiento a la creatividad y
dan la posibilidad de obtener una recompensa material por las invenciones comercializables.
Esos incentivos alientan la innovación que, a su vez, mejora la calidad de la vida. ¿Qué tipo de
protección ofrece la patente? Una invención protegida por patente no puede ser fabricada,
utilizada, distribuida ni vendida con fines comerciales sin el consentimiento del titular de la
patente. Por lo general, incumbe a los tribunales imponer las medidas necesarias para hacer
respetar los derechos que las patentes confieren y sancionar las infracciones a ese respecto. Del
mismo modo, un tribunal puede invalidar una patente impugnada por un tercero. ¿De qué
derechos goza el titular de una patente? El titular de una patente tiene derecho a decidir quién
puede –o no– utilizar la invención patentada durante el período en el que está protegida.

El titular de la patente puede conceder a terceros una autorización o una licencia para utilizar la
invención con sujeción a las condiciones establecidas de común acuerdo. El titular puede
asimismo vender el derecho sobre la invención a un tercero, que se convertirá en el nuevo titular
de la patente. Cuando expira la patente, la invención pasa a pertenecer al dominio público; ya
no está protegida por patente, es decir que el titular deja de tener derechos exclusivos sobre la
invención, que estará disponible para su explotación comercial por terceros. ¿Qué función
desempeñan las patentes en la vida cotidiana? Las invenciones patentadas están presentes en
todos los aspectos de la vida humana, desde la luz eléctrica (patentes de Edison y Swan) hasta
las máquinas de coser (patentes de Howe y Singer), pasando por los instrumentos para obtener
imágenes por resonancia magnética (patentes de Damadian) y el iPhone (patentes de Apple). A
cambio de la protección por patente, los titulares tienen la obligación de divulgar la información
sobre sus invenciones, a fin de enriquecer el cuerpo total de conocimientos técnicos del mundo.
Este creciente volumen de conocimientos públicos estimula la creatividad y la innovación. Así
pues, las patentes no sólo dan protección al titular sino que son fuente de información e
inspiración valiosa para las futuras generaciones de investigadores e inventores. ¿Cómo se
obtiene una patente? El primer paso para obtener una patente consiste en presentar una solicitud.
La solicitud de patente contiene, por lo general, el título de la invención, así como una indicación
sobre su ámbito técnico
¿QUÉ ES UNA MARCA?

La marca es un signo distintivo que indica que ciertos productos o servicios han sido elaborados
o prestados por determinada persona o empresa. Su origen se remonta a la antigüedad, cuando
los artesanos reproducían sus firmas o “marcas” en sus obras artísticas o en los productos de

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uso corriente. Con los años, las marcas han evolucionado hasta configurar el actual sistema de
registro y protección de marcas. Gracias a ese sistema, los consumidores pueden identificar y
comprar un producto o un servicio que, por sus características y calidad – indicados por su marca
exclusiva – se adecua a sus necesidades.
¿Qué derechos confiere la marca?

La protección de la marca garantiza a su titular el derecho exclusivo a utilizar la marca para


identificar sus productos o servicios, o a autorizar su utilización por terceros a cambio del pago
de una suma. El período de protección es variable, pero el registro de la marca puede renovarse
indefinidamente previo pago de las tasas correspondientes. Incumbe a los tribunales imponer las
medidas legales para hacer respetar la protección de las marcas y, en la mayoría de los sistemas,
sancionar toda infracción en ese ámbito. En términos generales, las marcas promueven la
iniciativa y el espíritu empresarial en todo el mundo, recompensando a sus titulares con
reconocimiento y beneficios financieros. La protección de marcas impide también que los
competidores desleales, como los falsificadores, utilicen signos distintivos similares para
designar productos o servicios de inferior calidad o distintos. El sistema da a las personas con
aptitudes e iniciativa la posibilidad de producir y comercializar productos y servicios en las
condiciones más justas posibles, facilitando de esa forma el comercio internacional.
¿QUÉ ES UN DISEÑO INDUSTRIAL?

Un diseño industrial se refiere a los aspectos ornamentales o estéticos de un objeto. Un diseño


industrial puede consistir en características tridimensionales, como la forma o la superficie de un
artículo, o características bidimensionales, como la configuración, las líneas o el color. Los
diseños industriales se aplican a una amplia variedad de productos de la industria y la artesanía:
desde instrumentos técnicos y médicos a relojes, joyas y otros artículos de lujo; desde
electrodomésticos y aparatos eléctricos a vehículos y estructuras arquitectónicas; desde
estampados textiles a bienes recreativos. En la mayoría de las legislaciones se establece que
para gozar de protección un diseño industrial debe ser nuevo u original y no funcional. Ello
significa que el carácter de un diseño industrial es esencialmente estético y que la protección no
abarca los rasgos técnicos del artículo al que se aplica; sin embargo, esos rasgos pueden quedar
protegidos por patente.
¿QUÉ SON EL DERECHO DE AUTOR Y LOS DERECHOS CONEXOS?

La legislación sobre derecho de autor contempla la protección de los autores, artistas y demás
creadores por sus creaciones literarias y artísticas, denominadas, por lo general, “obras”. Los
“derechos conexos” constituyen un campo estrechamente relacionado con el derecho de autor y
abarcan derechos similares o idénticos a los que éste contempla, aunque a veces más limitados
y de más corta duración. Los beneficiarios de los derechos conexos son: los artistas intérpretes
y ejecutantes (a saber, los actores y los músicos), que tienen derechos sobre sus
interpretaciones o ejecuciones; los productores de fonogramas (por ejemplo, discos compactos),
que tienen derechos sobre sus grabaciones sonoras; y los organismos de radiodifusión, que
tienen derechos sobre sus programas de radio y de televisión. Entre las obras amparadas por el
derecho de autor cabe destacar las siguientes: novelas, poemas, obras de teatro, documentos
de referencia, periódicos, publicidades, programas informáticos, bases de datos, películas,
composiciones musicales, coreografías, pinturas, dibujos, fotografías, obras escultóricas, obras
arquitectónicas, mapas y dibujos técnicos.

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