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11ª Semana

Principales sentidos del Concepto


Concepto significa diseño, imagen, construcción o símbolo, concepción, idea u opinión
expresada, caracterización. Es la formulación de una idea o una
imagen a través de palabras.
El término concepto tiene origen del latín conceptus, del
verbo concipere, que significa algo concebido o formado en la
mente, y es considerado una unidad cognitiva de significado.
El concepto es aquello que se concibe en el pensamiento acerca
de algo o alguien. Es la manera de pensar sobre algo, y consiste
en un tipo de evaluación o apreciación a través de una opinión
expresada, por ejemplo, cuando se forma una idea o un concepto
bueno o malo de alguien.
Un concepto es un símbolo mental, una noción abstracta que
contiene cada palabra de un lenguaje o un idioma y que
corresponde a un conjunto de características comunes a una clase de seres, de objetos o de
entidades abstractas, determinando cómo son las cosas.
Concepto también es el crédito, el juicio o la opinión que se le tiene a alguien o algo, y se
trata de algo claramente subjetivo.
Concepto y Definición
El concepto expresa las cualidades de una cosa o de un objeto, determinando lo que es y su
significado e importancia. Sin embargo, definición y concepto no son sinónimos, el concepto
es mucho menos preciso y más particular, porque es una opinión, mientras que la definición
es una descripción universal de algo.
Las palabras en diferentes idiomas tienen el mismo significado porque expresan el mismo
concepto. Por ejemplo, el concepto de gato puede ser expresado como cat en inglés, chat en
francés, gato en portugués, gatto en italiano, katze en alemán, etc
Concepto en Filosofía
En filosofía, el concepto consiste en una representación mental y lingüística de un objeto
concreto o abstracto, siendo para la mente el propio objeto en el proceso de identificación,
clasificación y descripción del mismo.
En su máxima abstracción, cuando el contenido conceptual se hace independiente de
cualquier experiencia concreta y expresa únicamente su universalidad el concepto adquiere
una formalidad que adquiere el valor lógico de una clase. Mediante tales conceptos formales
clasificamos las cosas y ordenamos el mundo.
La ciencia procura expresar sus conceptos mediante un lenguaje formalizado que se ajusta a
un contenido determinado y concreto sin equivocidadalguna. También se les
llama ideas cuando se pretende señalar ese carácter universal como algo objetivo y no
meramente subjetivo.

Así, tenemos conceptos:


 De emociones: (afectos)
 De valores: (morales, estéticos)
 De concepto formal, es decir de propiedades formales o sintácticas como
funciones lógicas y matemáticas: (conjunciones y operaciones lógico-matemáticas).
 De Ciencia cuando son definidos y reconocidos por la comunidad científica
como Saber.
 Técnicos cuando obedecen a una finalidad práctica de la acción con respecto a fines
concretos de utilidad, como normas y protocolos.
 Sociológicos y culturales
 De cualquier otra índole.

La personalidad creativa

En la última década, Gardner (1993), afamado estudioso de la inteligencia, ha definido la


creatividad como la cualidad de una persona para
resolver problemas regularmente, para entregar
ideas o productos novedosos que terminan por
aceptarse en su respectiva cultura.
Por su parte, Romero (1994) reconoce a la
creatividad como una actividad original que
produce más de una solución a un problema.
La creatividad supone, entonces, un
comportamiento original o nuevo, no
convencional, y además con una utilidad práctica. Podría decirse que una de las
características distintivas de la humanidad es precisamente su capacidad para desarrollar
cosas nuevas, rasgo que la ha hecho evolucionar como especie y progresar como civilización.
Aquí se asumirá una definición de creatividad surgida de los estudios más conocidos sobre
el tema, aquella que la entiende como el proceso gracias al cual una persona resuelve un
problema de modo original, con una solución –o varias de ellas- desconocida hasta ese
momento, y generando una utilidad o producto también novedoso.
Ahondando más en el tema, la creatividad se entiende como proceso y como producto. Esto
es, como forma peculiar, interna, subjetiva y por ende desapercibida para el espectador, que
una persona tiene de analizar y elaborar situaciones y, de otro lado, como conjunto de
resultados objetivos y tangibles del actuar de una persona considerada creativa (Marín, 1980;
Novaes, 1973).
Ser creativo significa, para recapitular, ver la realidad de forma diferente, peculiar, de modo
distinto a los demás. Una persona creativa es aquella que puede descomponer una situación
o problema de forma opuesta a la mayoría y que, a la vez, producto de ese análisis singular,
halla respuestas o modificaciones novedosas.
Dicha solución sólo se considerará realmente creativa si resulta útil y productiva, si acarrea
más beneficios que los procedimientos anteriormente usados.
Algunos escépticos señalan que es ésta una entidad inabordable o incognoscible, imposible
de restringir a determinados parámetros. Es fruto, dicen, del azar, de circunstancias especiales
e impredecibles. Responde más al chispazo sorprendente y repentino que a la voluntad o
intención de las personas dotadas de ella.
No obstante lo dicho, existe ya una literatura que analiza la personalidad de los sujetos
creativos.
Esta vía ha surgido ante lo inseguros que aún resultan los llamados tests de creatividad. Según
concluye Gardner (1993), uno de los más célebres estudiosos del tema actualmente, los
llamados tests de creatividad no son completamente válidos. Nada garantiza que quien salga
airoso en una de estas pruebas, lo sea efectivamente en la vida práctica o real.
Hacia fines del siglo diecinueve surgió el interés por estudiar al detalle las vidas de las gentes
brillantes, notables por su intelecto y sus obras. Los primeros trabajos sobre estas personas
se deben a Francis Galton, Havelock Ellis y Cesare Lombroso.
Es ya en los años cincuenta del siglo XX que el tema reaparece con otro cariz, es decir,
desprovisto de prejuicios racistas, que caracterizaron a los autores decimonónicos. En el
Berkeley Institute of Personality Assesment se empieza a estudiar la biografía de artistas y
científicos destacados. El objetivo es hallar denominadores o rasgos comunes (Barron, 1976).
En jerga psicológica, se asume un enfoque nomotético, aquel que busca establecer leyes
generales.
En años recientes, el estudio prolijo de sujetos creativos ha sido encabezado por Howard
Gruber, Dean Simonton y Howard Gardner (1993, 2001). Es así como parece haberse llegado
a un perfil del individuo creativo.
Varios son los perfiles de la persona creativa que se han expuesto. Gowan, Demos y Torrance
(citados por Romero, 1994) presentan su propia lista de rasgos: curiosidad, espíritu
inquisitivo; originalidad de pensamiento y de acción; independencia de obra y pensamiento;
fértil imaginación; inconformismo; captación de relaciones desapercibidas para los demás;
fluidez de palabras y acciones; constancia en sus acciones y aprecio por la complejidad.
Sólo resta aludir al vínculo entre creatividad e inteligencia. De acuerdo a los entendidos, las
personas más creativas no son siempre las de más alta inteligencia. Si bien resulta
indispensable contar con cierto nivel de inteligencia superior para ser creativo, los hechos
muestran que buen número de personas de inteligencia normal promedio hacen gala de ideas
ingeniosas y creativas. Aunque parezca curioso, también hay personas inteligentes y muy
poco creativas.

Factores que limitan la creatividad

El Condicionamiento Clásico
El máximo exponente de este paradigma fue Pavlov y su perro (que en realidad eran varios).
El fisiólogo diseñó un experimento en el que cada vez que se presentaba comida al animal
esta se acompañaba del sonido de una
campana, tras varios ensayos el perro
llegaba a salivar solamente con el estímulo
auditivo, y de comida nanai.
Nuestra mente se dedica continuamente a
asociar estímulos y respuestas. Da igual si
la respuesta que estamos dando dejó de ser
útil hace años, nuestro cerebro seguirá
reaccionando de forma poco adaptativa
sin que nos enteremos.
La respuesta condicionada (Salivar en presencia de la campana pero sin comida) dejaba de
ser emitida tras varios ensayos en los que no se presentaba comida. Es decir, el perro volvía
a aprender que una campana no quita el hambre. No obstante si el estímulo incondicionado
(Comida) aparecía a veces, la asociación se hacía más fuerte.
Tenemos un día a día lleno de asociaciones fuertes que nos impiden tener un pensamiento
divergente que fomente la creatividad.

El Condicionamiento Operante
Siguiendo la tradición de experimentar con animales, nuestro querido amigo Skinner eligió
una paloma para demostrar sus teorías. En este caso demostró que si aparece un refuerzo tras
la emisión de una conducta el sujeto experimental tenderá a repetir dicha conducta. Si por el
contrario aparece un castigo tras un comportamiento el sujeto tenderá a inhibirse.
En nuestra vida diaria tenemos multitud de eventos que funcionan como premio y como
castigo. Y sin darnos cuenta, dichos eventos modifican nuestro comportamiento sin que nos
demos cuenta. Un ejemplo, el sueldo a final de mes. ¿Quién en su sano juicio querría
madrugar un lunes por la mañana? Pues nadie, pero somos como palomas picoteando
interruptores para que nos caiga la comida.
¡¡Salgamos de la jaula!!

Aprendizaje Vicario
Nuestro amigo Bandura desarrolló este modelo de aprendizaje y lo que dice básicamente es
que los seres humanos también aprendemos por observación. Modificamos nuestras maneras
de actuar en función de lo que vemos en los demás.
Si nuestro amigo del alma ha montado un negocio en internet y le va de maravilla, es probable
que nuestra percepción sobre el emprendimiento online cambie. También es probable que si
vemos que esta actividad le reporta grandes beneficios (Un premio como un castillo) nosotros
nos lancemos a la aventura también. Si por el contrario se arruina y pierde su casa, podremos
desarrollar miedo a emprender online sin haber experimentado la situación
Son solamente tres procesos que influyen drásticamente en tu toma de decisiones y en tu
capacidad de planificación. Si no los tenemos en cuenta nuestra capacidad para ser creativos
se puede ir al traste. En próximos post veremos cómo reprogramarnos e ir desarrollando toda
nuestra potencialidad.

Bloqueos
Los bloqueos perceptivos son obstáculos que restringen nuestra capacidad para percibir el
problema en sí mismo, o la información necesaria para abordarlo. Como es bien sabido,
nuestros ojos pueden inducirnos a error cuando observamos ciertas figuras. Nuestras
percepciones no siempre son precisas.

Los bloqueos emocionales limitan nuestra libertad para investigar y manipular ideas. Afectan
a la comunicación de nuestras ideas a otras personas. Estos bloqueos también se denominan
barreras psicológicas y son los más significativos y persistentes entre los obstáculos a la
innovación. El temor a la novedad es una característica común a muchos individuos en los
países desarrollados.
Los bloqueos culturales se configuran a partir de la exposición a ciertos patrones culturales.
La cultura de las naciones industrializadas expulsa el sentido del juego, la fantasía y la
reflexión sobre uno mismo sustituyéndolos por el valor de la eficiencia, la eficacia y el hacer
dinero. Tabúes y mitos son los bloqueos predominantes del comportamiento creativo.

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