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PRINCIPIOS GENERALES.
Los principios generales del derecho penal internacional son:
1. El Derecho Penal Internacional es el conjunto de normas jurídicas penales que
regirán verdaderas situaciones de derecho internacional, es decir, de los Estados
como sujetos de la comunidad internacional en los casos de los delitos cometidos
por los Estados, como las guerras de agresión.
2. Es el que tiende a hacer efectivo el principio universalista con el objeto de hacer
más eficaz la lucha contra la delincuencia en el orden internacional.
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3. Es la parte del derecho que, al fijar el ámbito espacial de validez de las normas,
entra en relación o conflicto con normas de otro Estado.
El derecho penal internacional considera las cuestiones que surgen en materia de ley
aplicable a relaciones jurídicas que pueden estar sometidas a más de una legislación
represiva.
EXCEPCIONES.
Este principio no es absoluto, existen excepciones al rigor de las leyes penales,
fundadas en razones jurídicas, y de cortesía y prácticas internacionales. Las principales
derivan de la calidad personal y funcional del sujeto del delito o del lugar en que el
hecho ha sido cometido.
Por la calidad personal y funcional del sujeto que comete el delito:
1. Jefes de Estado: en virtud del principio de igualdad de los Estados en el orden
internacional, es práctica común de los países civilizados que cuando el jefe de uno
de ellos llega oficialmente al territorio de otro Estado, se lo considera a él, a sus
familiares y a su séquito, exentos de todas sus leyes y especialmente de las de
carácter represivo.
2. Representantes Diplomáticos: los ministros, embajadores, enviados
extraordinarios, representan a su país en el extranjero; para el debido cumplimiento
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Corresponde la aplicación exclusiva de la ley penal del Estado en cuyo territorio ha sido
cometida la infracción: así como en el interior del país la pena tiene que ser anterior al
delito, en la esfera internacional no es posible sujetar al reo a un derecho que no
conoce y que tal vez está expresado en una lengua que ignora. Dentro de los límites del
territorio, la ley penal se aplica al autor del hecho, con presindencia de su nacionalidad,
domicilio o residencia y de la pretensión punitiva de otros Estados. Este sistema tiene
las respectivas excepciones que hemos mencionado anteriormente: Jefes de E,
Diplomáticos, Fuerzas Armadas con autorización, Buques y Aeronaves, etc.
A la concepción absoluta del sistema territorial se le formulan las siguientes objeciones:
a) Existen ciertos crímenes como los de lesa humanidad que afectan a toda la
humanidad y cuya represión es ejercida por cualquiera de los Estados afectados.
b) El nacional de un Estado que hubiera delinquido en otro y luego se refugiara en su
propio Estado, escaparía de toda represión.
REAL.
Propugna la competencia penal exclusiva del Estado cuando sea nacional el interés
vulnerado por el delito. Por lo tanto, todo hecho que agrave los intereses públicos del
Estado, a sus nacionales o a los que considere súbditos, puede y debe ser juzgado por la
ley y los tribunales de dicho Estado. Por ejemplo, el delito de falsificación de moneda
cometido en el extranjero, pero que afecta el interés del Estado cuya moneda se
falsifica. Este sistema, después del territorial, es el que más importante función
desempeña en la defensa del orden jurídico nacional, y son numerosos los casos de
aplicación positiva del principio en las leyes y tratados. En su órbita, conviene distinguir
tres situaciones:
1. Delitos a distancia: la acción delictuosa, o una parte de ella, tuvo lugar en un Estado,
pero el delito se consuma en el territorio de otro. La doctrina considera tales
hechos como cometidos en el territorio donde se consuma, por lo cual resulta
irrelevante que el Estado desde el cual se cometieron los considere o no punibles.
2. Delitos que afectan al Estado: se trata de delitos cometidos en territorio extranjero
que afectan la seguridad, economía o crédito de un Estado. Ello hace que la
comisión de tales hechos determine el inmediato ejercicio de la potestad punitiva
del Estado donde se produce el efecto del evento dañoso. Se trata de una categoría
de delitos que determina la competencia de la nación afectada, se encuentre o no el
reo en el territorio.
3. Otros efectos: el delito se comete en país extranjero, es decir, allí se consuma, pero
produce en otro Estado efectos indirectos, que no constituyen el evento mismo. Por
ejemplo la bigamia.
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PERSONAL.
En su faz “activa” pretende que cada Estado juzgue a sus nacionales, cuando lleguen
voluntaria u obligatoriamente a su territorio, por los hechos u omisiones punibles que
hayan cometido en país extranjero, aplicándoles la ley nacional. Este sistema concuerda
con el derecho reclamado por casi todos los países de no extraditar a sus propios
súbditos a un país extranjero, en que se les acusa de haber perpetrado un delito,
porque sería injusto que se negara la extradición y no se los castigara luego en su
patria. Esta tesis es tan extrema que algunos partidarios de la misma la restringen.
Algunos afirman que el delito cometido por un nacional en el extranjero es sólo punible
si consiste en la violación de una ley civil, sancionada con pena y obligatoria para el
individuo en todas partes. Otros suponen que la víctima sea asimismo un nacional.
Otros sólo se refieren a delitos de cierta gravedad, por ejemplo, a los crímenes; o
exigen que el hecho sea considerado delito tanto en el lugar de ejecución como en el
del castigo.
En su faz “pasiva” sostiene que el país competente para castigar al delincuente es aquel
cuya nacionalidad ostenta la víctima supuesta del delito. Sus adversarios objetan que
no existe motivo alguno para sustraer la competencia al país donde el delito se
cometió. También se lo critica por las dificultades en la producción de prueba y porque
en los delitos complejos, por coparticipación de agentes, instigadores, encubridores,
etc., de distinta nacionalidad, pese a existir un solo acto criminal, indivisible, sería
juzgado por distintos tribunales y penado por distintas leyes.
UNIVERSAL.
Según él, cometido un delito, cualquier Estado que aprehenda al delincuente es
competente para juzgarlo por aplicación de sus propias leyes, porque el delito afecta a
la humanidad. Este sistema pretende que se ha llegado a un grado tal de convicciones
jurídicas y de solidaridad entre Estados, en relación a la tutela de los bienes jurídicos,
que prescindiendo de las calidades personales del agente y del lugar de comisión, el
delito afecta a la humanidad y cualquier Estado que capture al delincuente está
facultado para juzgarlo y condenarlo.
La aceptación de este sistema conduce a la extraterritorialidad del Derecho Penal, ya
que permite que el delito se califique y la pena se gradúe de acuerdo a las previsiones
legales de los Estados comprometidos. Son varias las críticas que se le hacen:
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MIXTO.
Es la combinación de los anteriores, seguido por la mayoría de las legislaciones, es por
eso que admite gran diversidad de matices. El Código Penal Argentino ha adoptado este
sistema, ya que se advierte la presencia de los sistemas de la territorialidad, real y,
parcialmente, de la nacionalidad. El art. 1 dispone: “Este Código se aplicará:
1) Por delitos cometidos o cuyos efectos deban producirse en el territorio de la Nación
Argentina, o en los lugares sometidos a su jurisdicción (principio territorial y real);
2) Por los delitos cometidos en el extranjero por agentes o empleados de autoridades
argentinas en desempeño de su cargo.
El principio personal tiene escasa aplicación, se advierte en la ley de extradición. El
principio universal se refleja en la mayoría de los delitos iuris gentium como la piratería,
trata de blancas, comercio de esclavos, tráfico de estupefacientes, genocidio.
Indivisibilidad: implica que los integrantes de la asociación ilícita que tiene como fin
cometer delitos en distintas partes del mundo, deben ser juzgados por los tribunales
del país en que aquella se constituyera.
DELITOS INDIVISIBLES.
Son aquellos que constituyen un solo hecho material y psicológicamente o los que se
producen mediante actos íntimamente entrelazados entre sí, como por ejemplo el
contrabando, la injuria, el homicidio de un lado a otro de la frontera, etc. Para la
doctrina penal más autorizada, esta clase de delitos tiene que suponerse realizada,
internacionalmente, en el lugar donde se consuman, produciendo o intentando
producir sus efectos definitivos. En este sentido, el Tratado de Montevideo de 1889
establece: “Los hechos de carácter delictuoso perpetrados en un Estado que serían
justiciables por las autoridades de éste si en él produjeran sus efectos, pero que sólo
dañan derechos e intereses garantidos por las leyes de otro Estado, serán juzgados por
los tribunales y penados según las leyes de éste último”.
Expulsión de extranjeros.
Es una medida defensiva que los Estados tienen el derecho de adoptar frente a
extranjeros indeseables. En nuestro país su inconstitucionalidad fue planteada ante la
Corte Suprema sobre la base de que el Presidente de la República no puede ejercer
facultades judiciales y que son tales las que le otorga la ley; sin embargo la Corte
interpretó que se trata de medidas de policía y declaró la constitucionalidad de la ley.
e) PRESCRIPCIÓN.
La prescripción de la acción y de la pena de los delitos se juzgarán por los jueces y
tribunales con arreglo a las leyes del Estado al que corresponde el conocimiento del
delito (TM 1889 y 1940).
Los delitos de lesa humanidad son imprescriptibles.
NATURALEZA.
Si el asilo es “facultativo”, si es un derecho del Estado, resulta evidente que puede
ejercerlo o no según le parezca, y que, correlativamente, el perseguido por motivos
políticos carece del derecho de exigir un amparo que depende de la voluntad del
Estado requerido.
Si el asilo es “obligatorio”, si es un deber del Estado, entonces el perseguido político no
puede ser rechazado. Se funda en que por su fin humanitario es un derecho natural.
CLASIFICACION.
Asilo Diplomático.
Se concede exclusivamente a los perseguidos por motivos o delitos políticos y por
delitos políticos concurrentes en que no proceda la extradición. No se concede a reos
de delitos comunes, ni a los acusados de delios políticos que, previamente, estuvieren
procesados o hubieren sido condenados por delitos comunes y por los tribunales
ordinarios y tampoco a los desertores de las fuerzas armadas.
Lugar: Se concede en embajadas, legaciones, buques de guerra, campamentos o
aeronaves militares. Los jefes de misión podrán recibir asilados en su residencia, en el
caso de que no viviesen en el local de las embajadas o legaciones.
Derecho y obligaciones: el agente diplomático o comandante que concede el asilo debe
comunicar inmediatamente los nombres de los asilados al gobierno del Estado ante el
cual está acreditado, quien podrá exigir que el asilado sea puesto fuera del territorio
nacional en el más breve plazo. El jefe de la legación podrá exigir a su vez las garantías
(salvoconducto) para que el refugiado salga del país.
Mientras dure el asilo no se permitirá al asilado practicar actos que alteren la
tranquilidad pública.
Asilo Territorial.
El refugio concedido de conformidad con el Tratado es inviolable para los perseguidos
por motivos o delitos políticos, no es obligatorio para el Estado que lo otorga a admitir
indefinidamente en su territorio a los refugiados. La calificación de las causas que
motivan el refugio corresponde al Estado que lo concede.
Deberes de los refugiados: el Estado que refugia debe impedir que los refugiados
realicen en su territorio actos que pongan en peligro la paz pública del Estado del que
proceden.
Los jefes de misión pueden (o deben) conceder asilo, cuando no existan “causales de
exclusión”, conforme a los principios consagrados en el Derecho Internacional. Son
causales de exclusión:
a) La inculpación o procesamiento por un delito común.
b) La condena por un delito común, sin haberse cumplido la pena.
c) La deserción, a menos que los hechos fundamentales de la petición sean
claramente políticos.
Estas causales deben reunir, además, condiciones procesales y temporales. Las
condiciones “procesales” se sintetizan en la garantía del “debido proceso” ante
tribunales ordinarios y competentes. Las condiciones “temporales” consisten en que la
causal de exclusión debe ser anterior a la solicitud del asilo.
Por lo tanto, pueden obtener asilo:
1) Los delincuentes políticos.
2) Los delincuentes comunes:
a) Cuando no exista inculpación o proceso por delito común;
b) Cuando se haya dictado condena por delito común y se hubiera cumplido
la pena;
c) Cuando no concurren las condiciones procesales y temporales (tribunal
ordinario y competente, proceso regular y anterioridad temporal).
3) Los desertores.
4) Los perseguidos por motivos políticos, sociales, religiosos, gremiales o raciales:
puede ocurrir que un individuo no haya cometido ningún delito, ni exista contra
él orden de detención o auto de procesamiento; no obstante su vida, su libertad
o su seguridad corren peligro inminente por la persecución o amenaza de bandas
populares, de turbas o grupos organizados sobre los cuales las autoridades
locales ya no ejercen el control.
CESACION.
El asilo cesa:
1) Por haber transgredido el asilado las reglas de conducta impuestas durante su
permanencia en la legación.
2) Por renuncia del asilado a permanecer en el recinto diplomático.
3) Por su salida del país al ampao del salvoconducto.
En este último caso, el asilo se transforma, generalmente, en refugio territorial en el
Estado cuya representación diplomática concedió el asilo o en un tercer Estado que
debe admitir en su territorio al asilado, previa manifestación expresa.
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CESACION.
El refugio cesa con el abandono voluntario por parte del interesado del territorio del
Estado receptor, o con su entrega al Estado requirente, previo trámite de la extradición.
FUNDAMENTO.
Se han dado varios fundamentos a la institución:
a) Utilidad y conveniencia social;
b) Deber de moralidad política;
c) Derecho puramente formal derivado de los tratados;
En cambio, la comunidad jurídica internacional, que es el resultado y garantía de la
coexistencia de los Estados, les impone derechos y deberes recíprocos, entre ellos el de
asegurar el imperio del derecho y la justicia en materia represiva, lo que exige que se
admita la extradición, con o sin tratados, en nombre de principios superiores de
solidaridad jurídica universal.
NATURALEZA.
Una corriente extrema dice que es una “obligación moral”, ya que la extradición es un
acto de soberanía del Estado de refugio, que puede entregar o no al individuo
requerido.
En un polo doctrinario opuesto, se la considera una “obligación jurídica”, de carácter
imperativo, pues si el Estado rehusara la extradición de un delincuente, se haría
cómplice de su crimen.
Una posición intermedia ha dicho que así como no debe existir un derecho de asilo
absoluto, tampoco debe admitirse una obligación absoluta de extradición. Si no hay
tratados internacionales, la justicia del Estado de refugio debe tener la facultad de
decidir la entrega, pero respetando los principios generales del derecho.
Según la doctrina moderna no se discute su “naturaleza jurídica”, ya que es “el medio
por el cual los Estados se ayudan recíprocamente, con el fin de asegurar el ejercicio de
su poder punitivo, en el ámbito de la comunidad internacional”.
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CONDICIONES.
La extradición está sujeta a una serie de condiciones referentes a:
RELACION INTERNACIONAL.
Se establece generalmente por tratados, por costumbre internacional o por ley
nacional sobre la base de la reciprocidad.
El principio de reciprocidad está consagrado en la Ley de Extradición ley 24.767, en el
art. 3, que establece: “En ausencia de tratado que la prescriba, la ayuda estará
subordinada a la existencia u ofrecimiento de reciprocidad”.
En la práctica la condición de reciprocidad es estipulada en los tratados. En la
legislación argentina está regida por los Tratados, la ley de extradición y por las
disposiciones de los códigos de Procedimiento Penal.
Si hay tratado de extradición las normas a seguir se ajustarán a sus previsiones y si no lo
hay se aplicarán las disposiciones nacionales sobre la materia.
En ausencia de tratado la extradición será pedida u otorgada por la vía diplomática, y el
Poder Ejecutivo Nacional, con vista al Procurador General, resolverá lo que
corresponda. Si la resolución fuese negativa, devolverá la requisición al gobierno o juez
de que proceda, con copia del dictamen del Procurador General.
CALIDAD DE HECHO.
En principio, todo hecho reprimido por la ley penal y que sea delictivo para las leyes de
ambos países puede dar lugar a la extradición. Según el art. 6 de la ley 24.767: “Para
que proceda la extradición de una persona, el hecho materia del proceso deberá
constituir un delito que tanto en la ley argentina cuanto en la del Estado requirente
tenga una pena privativa de libertad con mínimo y máximo tales que su semisuma sea
al menos de un año”.
Si un Estado requiriese una extradición por varios delitos, bastará que uno de ellos
cumpla con esta condición para que la extradición pueda ser concedida respecto de los
restantes”.
Los tratados y costumbre internacional reconocen las “excepciones”. La apreciación del
carácter de las excepciones corresponde al Estado requerido:
1. Escasa gravedad de la pena aplicable (menos de 1 año).
2. Naturaleza de ciertos hechos, es decir hacen improcedente la entrega los delitos
de carácter privado, como calumnias e injurias, y los delitos de carácter político.
Para calificar el delito político objetivamente se tiene en cuenta la naturaleza del bien
jurídico contra el cual el hecho se dirige. Por ejemplo, contra el orden gubernativo
existente en una nación. Subjetivamente, el carácter político de un hecho deriva
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fundamentalmente del móvil que ha guiado al sujeto. Por ejemplo, la serie de hechos
comunes que compaginan el delito de rebelión, adquieren carácter político por el
pensamiento político que ha sido su móvil.
Nuestra legislación no contiene ninguna distinción. La ley excluye tanto los delitos
políticos como los conexos, al igual que la mayoría de los tratados celebrados sobre la
materia. En definitiva la calificación del carácter político de los delitos debe quedar
librada a la interpretación de los jueces, que la harán en cada caso apreciando las
circunstancias, hechos, móviles y demás elementos constitutivos.
CALIDAD DE LA PERSONA.
Casi todos los tratados sobre extradición consagran el principio de no entrega del
nacional, es decir la nacionalidad del reo es una restricción a la extradición.
PUNIBILIDAD.
Para que proceda la extradición se requiere el cumplimiento de una serie de
condiciones vinculadas a la punibilidad, lo cual implica un amplio análisis y aplicación de
la ley extranjera hecha por la autoridad judicial del país requerido:
1. La acción o la pena no deben estar prescriptas, de acuerdo a la ley del país
requirente.
2. La orden de detención o la sentencia deben ser emanadas de tribunal competente
del país requirente.
3. La pena aplicada debe pertenecer a la categoría de penas que según las leyes del
país requirente correspondan al delito en cuestión.
ESPECIALIDAD.
Este principio impide que el país requirente juzgue al delincuente o le imponga penas
por delitos diferentes de los que motivan la extradición.
PREFERENCIA.
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Art. 16: Si varios Estados reclamaren a la misma persona por distintos delitos, el
gobierno determinará la preferencia valorando, además, las siguientes circunstancias:
a) La mayor gravedad de los delitos, según la ley argentina;
b) La posibilidad de que una vez concedida la extradición a uno de los Estados
requirentes, éste pueda, a su vez, acceder luego a la reextradición de la persona
reclamada hacia otro de tales Estados.
Art. 17: Sin perjuicio de la preferencia que el gobierno determine, podrá dar curso a más
de un pedido.
En tal caso, la concesión de la extradición preferida tendrá los efectos de una
extradición autorizada.
PROCEDIMIENTO.
En materia de extradición, el procedimiento plantea problemas con respecto:
1. La autoridad de conocimiento: la doctrina se inclina a confiar este aspecto a la
autoridad judicial, fundada en que la extradición es una relación de justicia; y los
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tratados establecen que el pedido de extradición debe ser formulado por la vía
diplomática.
2. La autoridad de decisión: sobre este aspecto existen tres sistemas:
a) Administrativo, que atribuye la facultad de decisión al Poder Ejecutivo;
b) Judicial, que le atribuye facultad a los tribunales;
c) Mixto, que le confiere facultad al Poder Ejecutivo, asesorado por los
tribunales.
El Tratado de Montevideo de 1889 adopto el sistema mixto, y el de 1940, no ratificado,
el sistema judicial.
3. Las formalidades: en cuanto a los requisitos que debe reunir el pedido de
extradición, no hay uniformidad sino por lo que hace a ciertos aspectos, tales como:
a. acompañarse con pruebas y recaudos referentes al hecho imputado;
b. constar con precisión el sujeto reclamado, filiación o datos que puedan
establecerla, exposición del hecho y sus circunstancias que lo rodean;
c. incluirse copia de las leyes aplicables, así como de las leyes referentes a la
prescripción de la acción o de la pena.
4. Facultad de la autoridad requerida: la autoridad competente del país requerido
necesita formar juicio sobre una serie de materias atinentes al fondo y a la forma
del pedido de extradición y que pueden tornarlo improcedente, a saber: a) por
defectos de forma; b) por defectos de fondo; c) falta de identificación del supuesto
culpable; d) prescripción del delito o de la pena; e) procesamiento en el país por los
mismos hechos o pena impuesta y cumplida por la misma razón.
Terminada la sustanciación judicial, si la extradición es procedente, el tribunal lo
hará saber al Poder Ejecutivo para que entregue al delincuente; si es improcedente
y el requerido estuviese detenido, se ordenará su libertad y se hará saber al Poder
Ejecutivo.
La entrega se hace subordinada a ciertas condiciones, fundadas en razones de
justicia, lealtad o humanidad, por ejemplo, con la regla que prohíbe imponer al
entregado la pena de muerte; o que negada la extradición de una persona, no se
puede volver a pedir por el mismo delito.
5. Prisión preventiva: El Tratado de Montevideo de 1889 establece que cuando los
gobiernos signatarios considerasen al caso como urgente, podrán solicitar por vía
postal o telegráfica, que se proceda administrativamente al arresto provisorio del
reo, así como a la seguridad de los objetos concernientes al delito, y se accederá al
pedido, siempre que se invoque la existencia de una sentencia o de una orden de
prisión y se determine con claridad la naturaleza del delito castigado o perseguido.
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