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Los derechos económicos, sociales y culturales (de siglas

DESC)

son los derechos humanos socioeconómicos, que se diferencian de los


derechos civiles y políticos. Los Derechos económicos, sociales y
culturales se incluyen en la Declaración Universal de los Derechos
Humanos de 1948 (DUDH) y se desarrolla su protección en el Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC)
de 1966. Ejemplos de estos derechos incluyen el derecho a la
alimentación, el derecho a la vivienda, y el derecho a la salud.

Según la teoría de Karel Vasak acerca de las tres generaciones de


derechos humanos, estos derechos se consideran como derechos de
segunda generación,1 y la teoría de los derechos negativos y positivos
considera que los DESC son derechos positivos.

Para Karl Marx las clases sociales

pueden entenderse de dos formas, sea como: 1) grupos de individuos


que se definen por una misma categorización de sus formas de
relacionarse con los medios materiales de producción (particularmente
la forma de obtención de sus rentas), o 2) una conciencia de clase
entendida como la creencia en una comunidad de intereses entre un
tipo específico de relaciones socioeconómicas. La doctrina marxista
intenta descubrir la objetividad de la existencia de las clases
(clasificaciones) socialmente relevantes a través de la formación de
intereses subjetivos yuxtapuestos y en contraposición a otros grupos
de intereses comprendidos en forma similar.4 Las clases sociales
aparecen entonces como dualidades antagónicas en un contexto
histórico de conflicto cuyo eje central es el materialismo histórico. De
ese enfrentamiento mediado por la historia surge la lucha de clases
que es la manifestación misma del conflicto de los intereses
económicos de los individuos.

Marx destacó que, a diferencia de todas las anteriores sociedades de la


historia de Occidente con múltiples grupos de clases antagónicas, en la
moderna sociedad capitalista la repartición desigual del capital se
simplifica en la formación de dos grandes clases caracterizadas por
esta "distribución": el proletariado y la burguesía. Esta última por su
función social originaria dispondría del capital físicamente, esto es:
económicamente, y por ende de los medios de producción. Le sería
propio a esta clase el modo de producción denominado capitalismo y
su apoyo teórico, el liberalismo, comprendido como su epifenómeno
ideológico. El marxismo, en tanto teoría y explicación causal de la
realidad, ha llegado a autointerpretarse como la ideología de la clase
proletaria, pero esto llevó a una paradoja de autorreferencia por la cual
la misma noción marxiana de clase y de "ideología de clase" se vuelve
la reificación de esta clase particular, noción que es a su vez parte de
la doctrina y cuyo criterio de verificación (el éxito en el proceso
histórico) se vuelve inverificable. Otras corrientes marxistas han
entendido su pensamiento sociológico como un criterio objetivo y
universal de análisis de la realidad testeado por su carácter
progresista, o bien en términos políticos como un programa filosófico
de acción revolucionaria.

Max Weber

El primer concepto de la teoría del contrato social y de la teoría de Max


Weber,
ofrece dos variantes de Estado como una asociación. En ambas el
Estado coincide con
la sociedad y difiere de la institución de gobierno. El Estado, así, surge
como resultado
de un acuerdo hecho por individuos (contrato social) o por un grupo
que se impone
sobre otros grupos sociales (Weber). El segundo concepto fue
representando por Hegel,
que propuso el Estado como una dimensión abstracta abarcando otras
dimensiones de la
sociedad. Aquí la díada Estado-sociedad civil adquiere significado.
Finalmente, el
Estado tiene ha sido también conceptualizado como un aparato
separado de la sociedad,
operando a través de sus instituciones gubernamentales,
administrativas y coercitivas.
Esta es el abordaje de los pensadores marxistas clásicos.
La mayoría de los autores clásicos usaron una de esas nociones de
manera
consistente. Sin embargo, algunos de ellos y otros tendieron a mezclar
nociones
diferentes. De esta manera, nos enfrentamos con un rompecabezas
semántico cuando
aparece el término Estado. El objetivo de este artículo es volver
explícitos los diferentes
modos por lo cuales el Estado puede ser conceptualizado.

La teoría social de Pareto se basa en los siguientes principios:

La sociedad se basa en los sentimientos de simpatía mutua entre los


hombres que están conectados con unidades sociales.
Los hábitos se imitan, pero no se puede explicar como nacen. Son tan
inexplicables como los tabúes, la moral y la religión. Deseo de
uniformidad.- no deriva de la simpatía, sino de la imitación.
Es un error que la ciencia lleve a absolutos y leyes necesarias e
inmutables. Se limitan a descubrir uniformidades (algo constante en
hechos concretos) que se llaman leyes.
La experiencia objetiva es el único juez que admite la ciencia. Su
campo es muy pequeño y no admite que se le invada. La ciencia se
halla limitada a la observación y a la experiencia. Hay que distinguir
entre proposiciones verdaderas y útiles.
Los actos del hombre en sociedad dependen de su estado psicológico,
según se pude observar.
Pareto demuestra la imposibilidad de dar reglas objetivas respecto a
que tipo de Estado es preferible para una sociedad. Tampoco da una
idea clara de lo que es la decadencia. La historia puede ser por ciclos u
ondulaciones.

Talcott Parsons

Parsons pertenece al paradigma estructural-funcionalista, uno de sus


principales objetivos a lo largo de su carrera académica fue el de crear
un marco teórico de la acción unificado en ciencias sociales. Si bien no
es considerado fundador de ningún paradigma, se le puede considerar
como la vertiente sociológica del funcionalismo canonizado en la
escuela británica de antropología por figuras como Bronislaw
Malinowski o Alfred Reginald Radcliffe-Brown.
Podría decirse que su preocupación estuvo centrada en la sociedad en
su conjunto. La preocupación más característica de los autores del
siglo XIX era analizar esta totalidad según sus “modos” y según sus
“tipos”. Entonces, la sociología del siglo XIX construía tipologías,
clasificaciones, de formas de ser de la sociedad. Pueden mencionarse
algunos ejemplos
Saint-Simon clasifica a la sociedad en “sociedades militares” y
“sociedades industriales”. Lo mismo hace H. Spencer.
A. Comte clasifica a las sociedades según sus famosos estados como
de la producción de conocimiento, sociedades teológicas, sociedades
metafísicas y sociedades positivas.
É. Durkheim clasifica a las sociedades según sus modos de solidaridad,
sociedades de solidaridad mecánica y orgánica.
James clasifica a las sociedades según el modo de ser de cada
localidad ya sea, más o menos, cargadas de sentido subjetivo o unidas
por lazos emocionales, y a esto lo llamará “comunidad funcional”, o
que se caracterice por lazos más impersonales, más fríos, más
mecánicos, y a esto lo llamará “sociedad”, así que clasifica a las
sociedades en “comunidad” o “sociedad”.

Movilidad social
La movilidad social esta vinculada a la teoría de las clases sociales y a
la teoría de la meritocracia y consiste en los movimientos o
desplazamientos que efectúan los individuos, las familias o los grupos
dentro de un determinado sistema socioeconómico.

Existen dos formas de movilidad social:

la horizontal y la vertical. En su otro significado, quiere decir en qué


medida el logro socioeconómico se hereda.
La movilidad horizontal es el paso de los individuos o de los grupos de
un grupo profesional, de una rama industrial a otra, de un círculo
ideológico a otro, sin que esto implique la alteración del estatus social
(por ejemplo, un obrero de la construcción que pasa a ser obrero
industrial, o un ejecutivo de una empresa de automóviles que pasa a
ocupar un puesto de ejecutivo en un banco). Esta movilidad horizontal
se da también transgeneracionalmente, cuando los individuos
pertenecientes a una familia cambian de profesión con respecto a sus
ascendientes (el hijo de un campesino que emigra a la ciudad para ser
obrero de baja cualificación), siempre y cuando este cambio no
implique un cambio en el estatus socioeconómico de la familia en
general.
La movilidad vertical puede ser descendente o ascendente. Se refiere
al cambio de una clase a otra. Un obrero de baja cualificación que
promociona a un puesto superior de obrero cualificado o de capataz; o
el hijo de un campesino que accede a estudios universitarios y se
convierte en médico o abogado, ascienden (ascenso social), en cambio
un accionista afectado por un crash bursátil, un rentista afectado por la
inflación o un trabajador cualificado que pierde su puesto de trabajo y
se ve obligado a un subempleo, tienen un movimiento descendente,
desciende de una clase superior a una inferior (descenso social).
Idealmente, las sociedades deben tender a tener una mayor movilidad
social. Esto significaría que las personas que se esfuercen y tengan los
méritos (de ahí la asociación con el concepto de meritocracia) puedan
mediante este proceso mejorar su calidad de vida y subir en la escala
social. En cambio, una sociedad con baja movilidad social genera
pocas esperanzas de progreso para sus miembros, pues las personas
tienden a retener el estatus social de sus antepasados sin importar su
esfuerzo personal.
En ambos tipos de movilidad, la educación es un factor esencial.
Cuando se inicia desde una posición desfavorable, la educación es
generalmente la manera más segura de lograr ascender social y
económicamente. Los grupos que se encuentran en una posición
favorable y a los cuales no les conviene movilizarse hacia abajo,
utilizan la educación para perpetuarse, por lo cual es muy difícil para
los grupos menos favorecidos poder acceder a esta educación e
intentar llegar a un nivel superior en la escala social.
Según otros estudiosos, como Roberto Gargarella, otra herramienta
esencial de la movilidad social es el Derecho. Este, a través de la
formulación de normas jurídicas que lleven a la formulación de
políticas públicas, puede ser una herramienta que incremente o
disminuya la movilidad social. Al promover reformas institucionales
que influyan en el desarrollo de grupos históricamente relegados, se
puede incrementar la movilidad social de estos y romper con el peso
del pasado sobre ellos. Ejemplos de esto son la inclusión de curules
especiales en los parlamentos para representantes de grupos
desfavorecidos, o la acción afirmativa en lugares de trabajo o de
estudio. Viéndolo desde un punto de vista negativo, el Derecho
también puede hacer todo lo contrario, que es promover desde las
normas el mantenimiento del statu quo socioeconómico, o generar una
movilidad social que no corresponda a los méritos, al darle preferencia
a grupos minoritarios sólo por el hecho de serlo, sin importar sus
méritos para poder pedirlo.
Estudios sobre movilidad social[editar]

“La movilidad social implica, un movimiento significativo en la posición


económica, social y política de un individuo o de un estrato. Pero
generalmente lo que se estudia es la movilidad individual, pues el
cambio en la posición de los estratos tiene que ver más con la
evolución o el desarrollo social, que no debe confundirse con la
movilidad social. Los estudios sobre la movilidad se basan en el hecho
de que los sistemas de estratificación del mundo moderno no son
rígidos y permiten el paso de un individuo de un status o de una clase
a otro.”
De Las Clases Sociales en Las Sociedades Agrarias de Rodolfo
Stavenhagen (Pagina 26-27)
La movilidad social es un elemento central de la composición de las
sociedades capitalistas y sus elementos de análisis preponderantes
son la estructura y la acción. La crisis de los paradigmas industriales
unió las tendencias sociológicas weberianas y marxistas en análisis
cruzados sobre movilidad social y estratificación. A medida que las
sociedades se complejizan, aumenta la división social del trabajo
(división del trabajo) lo que favorece el escenario para una mayor
desigualdad social en una disfunción entre el discurso de posibilidades
y su efectiva realización (Goldthorpe/ Erikson). Los análisis sociológicos
empíricos sobre la materia indican además que en el tercer mundo, o
los países en desarrollo, se da un principio anti-capitalista en el cual las
elites/clases altas se cierran progresivamente creando un conflicto
teórico en el cual, a nivel de estudio de estratificación, se vuelve a una
condición social pre-moderna (castas de privilegio, redes de
adquisición de status, etc). En estos países, los dos puntos centrales de
movilidad social (educación y trabajo) se ven afectados por un doble
proceso de privatización de lo público y desmantelamiento de la
capacidad estructural de generación de empleos.
En Estados Unidos y parte de Asia, los patrones de movilidad social
intergeneracional son más cortas en promedio, sin embargo, es de
mayor alcance en cuanto los logros de la movilidad ascendente. En
Europa, debido al peso del Estado, existe una mayor complejidad en el
análisis, pero se sigue la tendencia de aumentar el grado de
competencia entre clases sociales, un tema relativo a la estratificación
social.
Recientemente se ha demostrado que existe una correlación negativa
clara entre movilidad social y desigualdad económica. Gran parte de
esos resultados han sido compilados en metaestudios como,
Desigualdad: Un análisis de la (in)felicidad colectiva de Wilkinson y
Pickett.

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