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Subjetividad e historia GUATTARI Y ROLNIK

Subjetividad: superestructura —ideología— representación versus producción En lugar de


ideología prefiero hablar siempre de subjetivación, de producción de subjetividad.+

El sujeto, según toda una tradición de la filosofía y de las ciencias humanas, es algo que
encontramos como algo del dominio de una supuesta naturaleza humana. Propongo, por el
contrario, la idea de una subjetividad de naturaleza industrial, maquínica, esto es,
esencialmente fabricada, modelada, recibida, consumida. Las máquinas de producción de
subjetividad varían. En los sistemas tradicionales, por ejemplo, la subjetividad es fabricada por
máquinas más territorializadas, a escala de una etnia, de una corporación profesional, de una
casta. En el sistema capitalista, la producción es industrial y se da a escala internacional.

Todas estas cuestiones de la economía colectiva del deseo dejan de parecer utópicas a partir
del momento en el que dejamos de considerar la producción de subjetividad como un caso
particular de superestructura, dependiente de las pesadas estructuras de producción de las
relaciones sociales; a partir del momento en el que consideramos la producción de
subjetividad como materia prima de la evolución de las fuerzas productivas en sus formas más
«desarrolladas» (los sectores de vanguardia de la industria). La materia prima del propio
movimiento que anima la actual crisis mundial, esa especie de voluntad de potencia
productiva que revoluciona la propia producción a través de las revoluciones científicas y
biológicas, a través de la incorporación masiva de la telemática, de la informática y de la
ciencia de los robots, a través del peso cada vez mayor de los equipamientos colectivos y de
los medios de comunicación de masas. Si los marxistas y progresistas de todo tipo no
comprendieron la cuestión de la subjetividad porque se encerraron en un dogmatismo teórico,
esto no es lo que ha sucedido con las fuerzas sociales que hoy administran el capitalismo. Estas
fuerzas han entendido que la producción de subjetividad tal vez sea más importante que
cualquier otro tipo de producción, más esencial que el petróleo y que las energías. Es el caso
de Japón que no tiene petróleo, pero tiene — ¡y cómo!— producción de subjetividad. Es esta
producción la que permite a la economía japonesa afirmarse en el mercado mundial, hasta el
punto de recibir la visita de centenares de delegaciones patronales que pretenden «japonizar»
las clases obreras de sus países de origen.

Tales mutaciones de la subjetividad no funcionan sólo en el registro de las ideologías, sino en


el propio corazón de los individuos, en su manera de percibir el mundo, de articularse con el
tejido urbano, con los procesos maquínicos del trabajo y con el orden social que soporta esas
fuerzas productivas. Si eso es verdad, no es utópico considerar que una revolución, una
transformación a nivel macro político y macro social, concierne también a la producción de
subjetividad, lo que deberá ser tomado en cuenta por los movimientos de emancipación. 17

No considero que haya una teoría o una cartografía general de la forma en la que son
semiotizadas esas problemáticas. Este punto es fundamental, pues la representación teórica e
ideológica es inseparable de una praxis social, inseparable de las condiciones de esa praxis: es
algo que se busca en el propio movimiento, incluyendo ahí los retrocesos, las re apreciaciones
y las reorganizaciones de las referencias que fueren necesarias. Desde mi punto de vista, es la
condición para que elementos de apreciación como los orixás del candombe sean tomados en
consideración en el modo de cartografía, de semiotización, de comprensión de las
problemáticas en Brasil.

Todo lo que es producido por la subjetivación capitalística —todo lo que nos llega por el
lenguaje, por la familia y por los equipamientos que nos rodean— no es sólo una cuestión de
ideas o de significaciones por medio de enunciados significantes. Tampoco se reduce a
modelos de identidad o a identificaciones con polos maternos y paternos. Se trata de sistemas
de conexión directa entre las grandes máquinas productivas, las grandes máquinas de control
social y las instancias psíquicas que definen la manera de percibir el mundo. Las sociedades
«arcaicas» que aún no se han incorporado al proceso capitalístico, los niños aún no integrados
en el sistema o las personas que están en los hospitales psiquiátricos y que no consiguen (o no
quieren) entrar en el sistema de significación dominante, tienen una percepción del mundo
completamente diferente de la que se acostumbra a tener desde la perspectiva de los
esquemas dominantes. Eso no quiere decir que la naturaleza de su percepción de los valores y
de las relaciones sociales sea caótica. Corresponden con otros modos de representación del
mundo, sin duda muy importantes para las personas que se sirven de ellos para poder vivir,
pero no sólo para ellas, su importancia se podría extender a otros sectores de la vida social en
una sociedad de otro tipo.

No contrapongo las relaciones de producción económica a las relaciones de producción


subjetiva. Me parece que, al menos en las ramas más modernas, más avanzadas de la
industria, se desarrolla un tipo de trabajo al mismo tiempo material y semiótico. Pero esa
producción de competencia en el dominio semiótico depende de su confección por el campo
social como un todo: es evidente que para fabricar un obrero especializado no existe sólo la
intervención de las escuelas profesionales. Existe todo lo que pasó antes, en la escuela
primaria, en la vida doméstica, toda una suerte de aprendizaje que consiste en habitar la
ciudad desde la infancia, ver televisión, en definitiva, estar inmerso en todo un ambiente
maquínico.

En realidad, la producción de un bien manufacturado no se restringe a una esfera, a la esfera


de la fábrica. La división social del trabajo implica una cantidad enorme de trabajo asalariado
fuera de la entidad productiva (en los equipamientos colectivos, por ejemplo), y de trabajo no
asalariado, sobre todo el trabajo hecho por las mujeres. Aquello que llamé producción de
subjetividad del CMI no consiste únicamente en una producción de poder para controlar las
relaciones sociales y las relaciones de producción. La producción de subjetividad constituye la
materia prima de toda y cualquier producción. La noción de ideología no nos permite
comprender esta función, literalmente productiva, de la subjetividad. La ideología permanece
en la esfera de la representación, cuando la producción esencial del CMI no es sólo la de la
representación, sino la de una modelización de los comportamientos, la sensibilidad, la 18

percepción, la memoria, las relaciones sociales, las relaciones sexuales, los fantasmas
imaginarios, etc.
La producción de subjetividad se encuentra, y con un peso cada vez mayor, en el seno de
aquello que Marx llama infraestructura productiva. Es algo muy fácil de verificar. Cuando una
potencia como Estados Unidos quiere implantar sus posibilidades de expansión económica en
un país del llamado Tercer Mundo, comienza, antes que nada, a trabajar los procesos de
subjetivación. Sin un trabajo de formación previa de las fuerzas productivas y de las fuerzas de
consumo, sin un trabajo sobre todos los medios de semiotización económica, comercial,
industrial, las realidades sociales locales no podrían ser controladas.

La problemática micro política no se sitúa en el nivel de la representación, sino en el nivel de la


producción de subjetividad. Se refiere a los modos de expresión que pasan no sólo por el
lenguaje, sino también por niveles semióticos heterogéneos. Por lo tanto, no se trata de
elaborar una especie de referente general interestructural, una estructura general de
significantes del inconsciente al cual se reducirían todos los niveles estructurales específicos.
Se trata de hacer exactamente la operación inversa, que a pesar de los sistemas de
equivalencia y de traducibilidad estructurales va a incidir en los puntos de singularidad, en los
procesos de singularización que son las raí- ces productoras de la subjetividad en su pluralidad.

Todos los fenómenos importantes de la actualidad implican alguna dimensión del deseo y de
subjetividad

Algunos de los fenómenos religiosos que se están dando actualmente —como aquello que
reúne al pueblo de Afganistán en su lucha contra el opresor soviético o lo que está sucediendo
en Irán— no pueden ser explicados únicamente en términos de ideología. En mi opinión, se
trata de procesos de constitución de la subjetividad colectiva que no son el resultado de la
sumatoria de las subjetividades individuales, sino de la confrontación con las maneras con las
que hoy se fabrica la subjetividad a escala planetaria.

Estamos embarcados en este proceso de división social general de la producción de


subjetividad y no hay vuelta atrás. Pero, por eso mismo, debemos interpelar a todos aquellos
que ocupan una posición docente en las ciencias sociales y psicológicas, o en el campo del
trabajo social, todos aquellos cuya profesión consiste en interesarse por el discurso del otro.
Se encuentran en una encrucijada política y micro política fundamental. O hacen el juego a esa
reproducción de modelos que no nos permiten crear salidas a los procesos de singularización
o, por el contrario, trabajan para el funcionamiento de esos procesos en la medida de sus
posibilidades y de los agenciamientos que consigan poner a funcionar. Eso quiere decir que no
hay objetividad científica alguna en ese campo, ni una supuesta neutralidad en la relación,
como la supuesta neutralidad analítica.

En realidad, esas teorías sirven para justificar y legitimar la existencia de esas profesiones
especializadas, de esos equipamientos discriminadores y, por lo tanto, de la marginalidad de
algunos sectores de la población. Las personas que, en los sistemas terapéuticos o en la
universidad, se consideran simples depositarias de un saber científico o simples canales de
transmisión del mismo, sólo por eso, ya hicieron una opción reaccionaria. Sea cual sea su 19
inocencia o su buena voluntad, ocupan efectivamente una posición de refuerzo de los sistemas
de producción de la subjetividad dominante.

Para el profesional de lo social, todo dependerá de su capacidad de articularse con los


agenciamientos de enunciación que asuman su responsabilidad en el plano micro político.

Cualquier revolución a nivel macro político concierne también a la producción de subjetividad.

Subjetividad: sujeto (individual o social) versus agenciamientos colectivos de enunciación En


lugar de sujeto, de sujeto de enunciación o de las instancias psíquicas en Freud, prefiero hablar
de «agenciamiento colectivo de enunciación». El agenciamiento colectivo no corresponde ni a
una entidad individuada, ni a una entidad social predeterminada.

La subjetividad es producida por agenciamientos de enunciación. Los procesos de


subjetivación o de semiotización no están centrados en agentes individuales (en el
funcionamiento de instancias intrapsíquicas, egoicas, micro sociales), ni en agentes grupales.
Esos procesos son doblemente descentrados. Implican el funcionamiento de máquinas de
expresión que pueden ser tanto de naturaleza extra personal, extra-individual (sistemas
maquínicos, económicos, sociales, tecnológicos, icónicos, ecológicos, etológicos, de medios de
comunicación de masas, esto es sistemas que ya no son inmediatamente antropológicos),
como de naturaleza infrahumana, infrapsíquica, infrapersonal (sistemas de percepción, de
sensibilidad, de afecto, de deseo, de representación, de imagen y de valor, modos de
memorización y de producción de ideas, sistemas de inhibición y de automatismos, sistemas
corporales, orgánicos, biológicos, fisiológicos, etc.).

Toda la cuestión está en elucidar cómo los agenciamientos de enunciación reales pueden
poner en conexión esas diferentes instancias. Está claro que no estoy inventando nada: esa
posición puede aun no estar verdaderamente teorizada, pero, con certeza, está plenamente
en acción en todo el desarrollo de la sociedad.

Producción de subjetividad e individualidad Sería conveniente disociar radicalmente los


conceptos de individuo y de subjetividad. Para mí, los individuos son el resultado de una
producción en masa. El individuo es serializado, registrado, modelado. Freud fue el primero en
mostrar hasta qué punto es precaria esa noción de totalidad de un ego. La subjetividad no es
susceptible de totalización o de centralización en el individuo. Una cosa es la individuación del
cuerpo. Otra la multiplicidad de los agenciamientos de subjetivación: la subjetividad está
esencialmente fabricada y modelada en el registro de lo social. Descartes quiso unir la idea de
subjetividad consciente a la idea de individuo (unir la conciencia subjetiva a la existencia del
individuo) y hemos estado envenenándonos con esa ecuación a lo largo de toda la historia de
la filosofía moderna. No por eso deja de ser verdad que los procesos de subjetivación son
fundamentalmente descentrados en relación con la individuación

Podría citar otros ejemplos. En el modo de subjetivación del sueño, es fácil constatar una
explosión de la individuación de la subjetividad. En el acto de conducir un automóvil, no es la
persona en tanto individuo, en tanto totalidad egoica la que lo está conduciendo; la
individuación desaparece en el proceso de articulación servo mecánica con el automóvil. 20
Por lo tanto, fundar sobre otras bases una micro política de transformación molecular pasa por
un cuestionamiento radical de esas nociones de individuo, como referente general de los
procesos de subjetivación. Parece oportuno partir de una definición amplia de subjetividad,
como la que estoy proponiendo, para, en seguida, considerar como casos particulares los
modos de individuación de la subjetividad: momentos en los que la subjetividad dice yo, o
superyó (ego o superego), momentos en los que la subjetividad se reconoce en un cuerpo o en
una parte de un cuerpo, o en un sistema de pertenencia corporal colectiva. Pero ahí también
estaremos delante de una pluralidad de abordajes del ego y, por lo tanto, la noción de
individuo va a continuar expandiéndose.

El lucro capitalista es, fundamentalmente, producción de poder subjetivo. Eso no implica una
visión idealista de la realidad social: la subjetividad no se sitúa en el campo individual, su
campo es el de todos los procesos de producción social y material. Lo que se podría decir,
usando el lenguaje de la informática, es que, evidentemente, un individuo siempre existe, pero
sólo en tanto terminal; esa terminal individual se encuentra en la posición de consumidor de
subjetividad. Consume sistemas de representación, de sensibilidad, etc., que no tienen nada
que ver con categorías naturales universales.

Parto de la idea de una economía colectiva, de agenciamientos colectivos de subjetivación


que, en algunas circunstancias, en algunos contextos sociales, pueden individualizarse. Para
ilustrar eso, tomemos el ejemplo particular y obvio del lenguaje. Ferdinand de Saussure fue
uno de los primeros lingüistas que estableció el carácter fundamentalmente social del
lenguaje, su carácter de hecho social que se encarna en lenguas y agentes individuados. Está
claro que no son dos individuos, un emisor y un receptor, los que inventan el lenguaje en el
momento en el que están hablando. Existe el lenguaje como hecho social y existe el individuo
hablante. Lo mismo ocurre con todos los hechos de subjetividad. La subjetividad está en
circulación en grupos sociales de diferentes tamaños: es esencialmente social, asumida y vivida
por individuos en sus existencias particulares. El modo por el cual los individuos viven esa
subjetividad oscila entre dos extremos: una relación de alienación y opresión, en la cual el
individuo se somete a la subjetividad tal como la recibe, o una relación de expresión y de
creación, en la cual el individuo se reapropia de los componentes de la subjetividad,
produciendo un proceso que yo llamaría de singularización. Si aceptamos esa hipótesis, vemos
que va más allá de la circunscripción de los antagonismos sociales a los campos económicos y
políticos, la circunscripción del objeto a la lucha por la reapropiación de los medios de
producción o de los medios de expresión política. Es preciso entrar en el campo de la
economía subjetiva y no restringirse al de la economía política.

Frente a ese sistema de mediación intrínseco a los procesos de deseo por el lenguaje, pienso
que es necesario elaborar otra concepción de lo que es efectivamente la producción de
subjetividad, la producción de enunciados en relación a esa subjetividad. Una concepción que
no tenga nada que ver con postular instancias intrapsíquicas o de individuación (como en las
teorías del ego), ni instancias de modelización de semióticas icónicas (como encontramos en
todas las teorías relativas a las funciones de la imagen en el psiquismo). Un ejemplo de estas
últimas es la teoría freudiana: Freud quiso construir una economía social de la subjetividad a
partir de los sistemas de identificación y de toda la problemática de los ideales del ego. 21
No es verdad lo que dicen los estructuralistas: no son los hechos de lenguaje ni los de
comunicación los que producen subjetividad. La subjetividad es manufacturada como lo son la
energía, la electricidad o el aluminio. Un individuo es el resultado de un metabolismo biológico
del cual participan su padre y su madre. Podríamos ver las cosas de esa manera, pero, en
realidad, la producción del individuo ahora depende también de la industria bioló- gica y hasta
de la ingeniería genética. Y es evidente que, si esa industria no se hubiese lanzado en una
carrera permanente para responder a las oleadas de virus que atraviesan regularmente el
planeta, la vida humana habría sido destruida. Es el caso de la expansión del sida que lleva a
una caza del tesoro de inmenso alcance, a una carrera permanente para encontrar la
respuesta. Actualmente, el perfeccionamiento y la producción de respuestas inmunológicas
forman parte de la creación de la vida en este planeta.

No existe una subjetividad del tipo «recipiente» donde se colocarían cosas esencialmente
exteriores, que serían «interiorizadas». Tales «cosas» son elementos que intervienen en la
sintagmática de la subjetivación inconsciente. Son ejemplos de «cosas» de este tipo: cierta
manera de utilizar el lenguaje, de articularse con el modo de semiotización colectiva (sobre
todo de los medios de comunicación de masas); una relación con el universo de las tomas de
corriente eléctrica, en las cuales uno puede electrocutarse; una relación con el universo de
circulación en la ciudad. Todos éstos son elementos constitutivos de la subjetividad.

El individuo, a mi modo de ver, está en la encrucijada de múltiples componentes de


subjetividad. Entre esos componentes algunos son inconscientes. Otros son más del dominio
del cuerpo, territorio en el cual nos sentimos bien. Otros son más del dominio de aquello que
los sociólogos americanos llaman «grupos primarios» (el clan, el grupo, la banda). Otros,
incluso, son del dominio de la producción de poder: se sitúan en relación con la ley, la policía e
instancias de género. Mi hipótesis es que existe también una subjetividad aun más amplia: es
lo que llamo subjetividad capitalística.

Sería conveniente definir de otro modo la noción de subjetividad, renunciando totalmente a la


idea de que la sociedad, los fenómenos de expresión social son la resultante de un simple
aglomerado, de una simple sumatoria de subjetividades individuales. Pienso, por el contrario,
que es la subjetividad individual la que resulta de un entrecruzamiento de determinaciones
colectivas de varias especies, no sólo sociales, sino económicas, tecnológicas, de medios de
comunicación de masas, entre otras.

GUATTARI. Un hecho subjetivo es siempre engendrado por un agenciamiento de niveles


semióticos heterogéneos. El engendramiento histórico de las modelizaciones del inconsciente
corresponde a un fenómeno de inmensa transformación de los modos de territorialización
subjetiva. Algunos modos de referencia subjetiva o modos de producción de subjetividad
fueron literalmente barridos del planeta con el ascenso de los sistemas capitalistas. Se puede
decir que existe un movimiento general de desterritorialización de las referencias subjetivas.
Hasta la Revolución Francesa y el romanticismo, la subjetividad permaneció ligada a modos de
producción territorializados —en la familia extensa, en los sistemas corporativos, de castas, de
segmentación social— que no reconducían la subjetividad operativa al nivel específico del
individuo.
La noción de responsabilidad individuada es una noción tardía, así como las nociones de error
y de culpabilidad interiorizada. En cierto momento, se asistió a un confinamiento generalizado
de las subjetividades, a una separación de los espacios sociales y a una ruptura de todos y cada
uno de los antiguos modos de dependencia. Con la Revolución Francesa, no sólo todos los
individuos se volvieron de derecho, y no de hecho, libres, iguales y hermanos (y, perdieron sus
adhesiones subjetivas a los sistemas de clan, de grupos primarios), sino que también tuvieron
que rendir cuentas a leyes transcendentales, leyes de la subjetividad capitalística. En esas
condiciones, fue necesario fundar el sujeto y sus relaciones sobre otras bases: la relación del
sujeto con el pensamiento (el cogito cartesiano), la relación del sujeto con la ley moral (el
numen kantiano), la relación del sujeto con la naturaleza (otro sentimiento con respecto a la
naturaleza y otra concepción de naturaleza), la relación con el otro (la concepción del otro
como objeto). En esa deriva general de los modos territorializados de la subjetividad se
desarrollaron no sólo teorías psicológicas referentes a las facultades del alma, sino también
una reescritura permanente de los procedimientos de subjetivación en el campo general de las
transformaciones sociales.

Los sistemas de modelización presentes en las concepciones de la organización de las luchas


sociales están relacionados con los sistemas de modelización del psiquismo. Basta pensar en
los tipos de producción subjetiva engendrados por el movimiento obrero, a través de la II
Internacional, del leninismo o del maoísmo. Tal vez se trate de algo mucho menos palpitante
que las expresiones ficcionales del sentimiento, pero sin duda alguna nos remiten a un modo
de expresión que no tiene nada que ver con referirse directamente a la evolución de la
subjetividad burguesa.

De algún modo, las producciones artísticas y científicas proceden de agenciamientos de


enunciación que a la vez atraviesan no sólo las instituciones y las especialidades, sino además
países y hasta épocas. Hay siempre una suerte de multicentrismo de los puntos de
singularización en el campo de la creación. Esto no impide que haya, en un momento o en
otro, un individuo creador o una escuela —pero siempre es retomado por un phylum de
producción que se cruza con otro phylum. Sólo en la cabeza de lxos generales y de los
déspotas de la cultura existe la idea de que se pueda planear una revolución, aunque ésta sea
cultural. Por esencia, la creación es siempre disidente, transindividual, transcultural

Ibáñez- El cómo y el porqué de la Psicología Social.

La psicología social es una disciplina que estudia cómo los fenómenos psicológicos están
determinados y conformados por procesos sociales y culturales. Desde el nacimiento de la
psicología social se perfilan dos grandes perspectivas: la psicología social psicológica (PSP) y la
psicología social sociológica (PSS). La primera admite que es posible proporcionar definiciones
diferenciadas tanto de los fenómenos psicológicos como de los sociales, admite que entre
estos fenómenos hay relación, pero que es de mera exterioridad y, finalmente, mantiene que
es posible utilizar los métodos de las ciencias positivas para analizar esta relación y encontrar
leyes generales que la regulen. La segunda sostiene que lo psicológico y lo social son una
suerte de tejido sin costuras, por lo que resulta difícil poner un límite que marque dónde
empieza un fenómeno y dónde el otro. En consecuencia, la relación que se postula entre
procesos psicológicos y sociales es de mera interioridad y se apuesta por el uso de métodos
interpretativos para entenderla.

Como disciplina científica y campo de estudio con identidad propia, su origen se localizaría en
la segunda mitad del siglo XIX en Europa. Lo que encontramos en etapas previas son
reflexiones pertenecientes al ámbito del pensamiento o filosofía social. Algunas cuestiones
centrales que hay que considerar en tales reflexiones son:

1) Si la persona, en tanto que individuo, es única o idéntica a los otros.

2) Si la persona es producto de la sociedad o, a la inversa, la sociedad es una función

de los individuos que la componen.

3) Si la relación entre individuo y sociedad es un problema con sentido o la expresión

de una ideología latente.

4) Si la naturaleza de los seres humanos es egoísta y necesita de procesos de

socialización o si los seres humanos son sociales por naturaleza.

5) Si las personas son agentes libres o están determinadas por fuerzas sociales y

culturales.

La dimensión social - Para llegara reconocer el peso que tienen las circunstancias en nuestra
propia manera de ser, fue necesario elaborar, primero, la constatación de que las personas, a
pesar de ser cada una única y diferentes entre sí, presentan un amplio conjunto de
características comunes según pertenezcan, por circunstancias de nacimiento o por
circunstancias de la vida, a una u otra de las diferentes comunidades que coexisten en la
sociedad. También fue necesario llegar a la constatación de que las creencias y las maneras de
ser de las personas son de un tipo o de otro según los usos y las costumbres que imperan en
las sociedades respectivas.

La separación entre lo social y lo psicológico - Nadie duda de que el ser humano es un ser
plenamente social que necesita la presencia y las aportaciones de los otros para poder
desarrollarse satisfactoriamente. Este entorno social, cambiante a medida que la persona se va
desarrollando le marcará profundamente y configurará progresivamente su propia manera de
ser. No existe ningún consenso en el grado en el que la dimensión social incide sobre los
procesos psicológicos y todavía menos en la manera en que esta 5

incidencia se produce.

Hay muchos que consideran que existen, sin embargo, dos realidades bien diferentes: la

realidad psicológica, por un lado, y la realidad social, por el otro. Se trata de la idea de que la
parte psicológica es primera y constituye la materia básica, mientras que la social viene
después y alimenta la psicológica con contenidos concretos y dándole formas particulares.
El impacto de los estímulos sociales sobre los procesos psicológicos - La idea de que hay dos
realidades bien diferenciadas, la psicológica y la social, y que conviene estudiar, por lo tanto, el
impacto de lo social en lo psicológico ha sido tan influyente que merece que la presentemos
aquí detalladamente.

A raíz de varios experimentos se ha llegado a la conclusión de que los factores sociales inciden
no sólo en la percepción, sino también en el resto de procesos psicológicos que configuran el
ser humano. La idea según la cual los factores sociales impactan en los procesos psicológicos
está en la base de una concepción de la psicología social que la sitúa como disciplina
complementaria de la propia psicología. Según esta concepción, la psicología estudia los
procesos psicológicos básicos que se dan en el individuo, mientras que la psicología social
estudia la manera como estos procesos psicológicos se ven afectados por los fenómenos
sociales.

La intersección entre sociología y psicología -

La psicología social se situaría, por lo tanto, en la frontera que separa la psicología y la

sociología. Más concretamente, se ha considerado que la psicología social se sitúa en la

intersección entre estas dos disciplinas. En el espacio delimitado por la intersección se

encuentran los fenómenos psicológicos demasiado cargados de determinaciones sociales para


que la psicología los pueda analizar debidamente, y los fenómenos sociales demasiado
cargados de determinaciones psicológicas para que la sociología los pueda analizar
debidamente; es decir, los fenómenos cuyo estudio es competencia de la psicología social.

La fusión entre lo social y lo psicológico - Cada día hay más psicólogos que se alejan de esta
concepción anterior y que que cuestionan la supuesta separabilidad de lo social y de lo
psicológico. Por otro lado, la importancia creciente que se ha concedido al lenguaje en el
desarrollo de la persona ha contribuido decisivamente a difuminar la separación entre lo
psicológico y lo social. El lenguaje es un objeto eminentemente social, que se presenta al
mismo tiempo como un producto y como un elemento constitutivo de la cultura en la cual se
desarrolla la persona. Pieza clave para el desarrollo del pensamiento, el lenguaje es aquello
que proporciona al niño las categorías que le servirán para estructurar la percepción del
mundo, para estructurar la afectividad, para desarrollar las relaciones con los otros.

El lenguaje y el mundo -

A la vez que subraya el carácter convencional del lenguaje, esta cita del antropólogo Benjamin
Lee Whorf enfatiza el papel que ejerce el lenguaje en nuestra construcción de la realidad.
"Disecamos la naturaleza siguiendo unas líneas trazadas por nuestra lengua materna. Las
categorías y los tipos que aislamos del mundo de los fenómenos no los encontramos en la
realidad, allí [...] sino que, al contrario, el mundo se presenta como un flujo de impresiones
calidoscópicas que nuestras mentes tienen que organizar, y eso, 6
en gran medida, significa que los sistemas lingüísticos de nuestras mentes lo tienen que
organizar. Desmenuzamos la naturaleza, la organizamos en conceptos y le adscribimos
significados, y lo hacemos de esta manera, en gran medida porque estamos ligados a un pacto
para organizarlo todo de este modo: convenio que se mantiene estrictamente dentro de
nuestra comunidad idiomática y que se codifica en los patrones y en los modelos de nuestra
lengua. Ni que decir tiene que este pacto es implícito e informulado, pero sus términos y sus
cláusulas son absolutamente obligatorios y no podremos decir nada a menos que suscribamos
todos los datos de organización y clasificación que el mencionado pacto decreta como
vinculantes y las aceptemos enteramente."

La construcción social de lo psicológico - El lenguaje lo social está directamente presente en el


desarrollo mismo de los procesos psicológicos y, más generalmente, es por medio de la propia
relación con los otros como lo social interviene desde el primer momento en la construcción
de los procesos psicológicos. Psique y sociedad no son dos realidades independientes, sino que
constituyen un todo inextricablemente entrelazado.

Hay muchos problemas con los que tropezamos si no contestamos que el lenguaje está dentro
y fuera de nosotros. La comunicación es posible porque disponemos del lenguaje, porque está
instalado dentro de nosotros igual que el resto de capacidades que tenemos y porque
podemos utilizar esta capacidad para construir desde dentro de nosotros todos los enunciados
que emitimos hacia los demás. Pasa lo mismo con lo social: está dentro y fuera de nosotros al
mismo tiempo. Desde esta perspectiva, el objeto que define la psicología social como disciplina
deja de ser el estudio del impacto que tienen los factores sociales en los procesos psicológicos
y pasa a definirse como el estudio de la construcción social de los procesos psicológicos.

La genealogía de la psicología social - Los antecedentes: Vico y los significados compartidos -


Muchos psicólogos sociales coinciden en situar el inicio de la psicología social hacia mediados
de siglo XIX y algunos ven en la obra del filósofo francés Auguste Comte, padre del positivismo,
las primeras definiciones de la disciplina. Pero también se pueden tomar otros puntos de
referencia y, por nuestra parte, nos parece que la obra del filósofo italiano del siglo XVIII
Giambattista Vico. Él desarrolló una serie de conceptos que serán clave para la psicología
social: la idea según la cual las sociedades presentan una dimensión histórica ineludible: se
constituyen, evolucionan y cambian en el transcurso de la historia.

Vico, Giambattista (Nápoles, 1668-1744) - Filósofo italiano, autodidacta, fue profesor de


retórica en la Universidad de Nápoles. Convirtió el racionalismo en un historicismo, al
presentar la razón como una realidad que actúa por sí misma con una inagotable fecundidad
creadora. El propósito de su gran obra Principiodi una scienza nuova d'intomo alla comune
natura delle nazioni (1725) era mostrar el fundamental papel agente de las ideas en la historia,
que es el lugar de realización del hombre, y buscar en ella el verdadero conocimiento de la
naturaleza humana. Vico insistió, también, en el carácter construido de la sociedad. Para él, la
sociedad es un producto puramente humano que resulta de la actividad desarrollada por los
individuos.

Conocemos mejor lo que hemos construido nosotros mismos - Vico investigó la manera en que
se iban constituyendo las significaciones compartidas que constituyen el 7
fundamento de una sociedad y sin las cuales no sería posible la interacción entre los que la
integran; como se constituyeron los primeros significados compartidos a partir de las
reacciones comunes que tenían los seres humanos ante los acontecimientos naturales.

La formación de la psicología social en la Europa del siglo XIX - Es la segunda mitad del siglo XIX
se entrevén dos grandes orientaciones: una centrada en el individuo y en los determinantes
innatos de las conductas sociales y la otra centrada en las grandes colectividades humanas y en
los determinantes culturales de las mencionadas

conductas.

En el marco de la primera de estas orientaciones se enfatizan los instintos sociales que

empujan al individuo a desarrollarse como ser social, buscando el contacto con sus congéneres
(instinto gregario) y aprendiendo las pautas del comportamiento social (instinto de imitación).
La otra orientación pone el acento en los factores culturales que regulan la socialización de las
personas y que marcan la vida social, prestando una atención muy particular a la
sedimentación de la historia de los pueblos en sus lenguas, en sus creencias y en sus
tradiciones culturales. Es, por ejemplo, desde esta segunda perspectiva desde donde Wilhelm
Wundt desarrollará a finales del siglo XIX y comienzos del siglo xx una obra importantísima y
voluminosa sobre la psicología de los pueblos.

El desarrollo de la psicología social en los Estados Unidos - La psicología social psicológica (PSP)
tendrá un importante desarrollo en Estados Unidos durante el siglo XX y que influirá a partir de
este momento sobre la psicología social desarrollada en otros lugares del mundo.
Paralelamente a la PSP, se desarrollará, también en Estados Unidos, una psicología social
sociológica (PSS) más próxima a los planteamientos de

Wundt, pero que no alcanzará un grado de difusión parecido a los de la PSP y quedará

circunscrita básicamente al ámbito de la sociología. Mientras que en la primera de estas dos


orientaciones se toman los fenómenos sociales y los individuos como unidad de análisis y se
estudian sobre todo la conducta social y el impacto de los estímulos sociales en los procesos
psicológicos, en la otra orientación se toman la interacción social y la dimensión social como
unidad de análisis y se estudian sobre todo las características de la vida colectiva y su
repercusión en la configuración social de las personas.

También se manifiestan diferencias metodológicas: mientras que la PSP recurre con frecuencia
a la experimentación en laboratorio o a diseños experimentales en situaciones naturales, la
PSS se inclina por los estudios de campo, la observación sistematizada y la recogida de datos
en situaciones de la vida cotidiana. La separación y a veces el enfrentamiento entre estas dos
perspectivas se ha atenuado después de la importante crisis por la que pasó la PSP a finales de
los años sesenta. Como consecuencia de esta crisis, parte de la PSP se ha acercado a los
planteamientos de la PSS y ha desarrollado una tercera vía que intenta superar la división
disciplinar entre psicología y sociología restituyendo a la dimensión social toda la importancia
que tiene en el análisis psicosocial y rescatando el papel fundamental del lenguaje en la
construcción de los fenómenos psicológicos. Esta tercera vía ha recibido el nombre de
psicología social construccionista (PSC). La rapidísima exposición de la genealogía de la
psicología social que acabamos de leer nos ha hecho sobrevolar en pocos párrafos más de dos
siglos de historia hasta desembocar en el momento actual. Es necesario 8

remontamos, ahora, a los inicios de la disciplina para ver más detenidamente cuáles fueron los
grandes temas que solicitaron la atención de los primeros investigadores y que favorecieron la
progresiva constitución de la psicología social.

Los temas fundacionales: instintos sociales, imitación, sugestión y fenómenos

colectivos -

1) Los instintos - En la segunda mitad del siglo XIX, época en la que la psicología social fue
tomando forma, la influencia de los escritos de Darwin era muy importante. Este hecho explica
que, por analogía con lo que pasa en el resto de especies animales, la psicología social prestara
una gran atención, igual que toda la psicología, a la cuestión de los instintos e intentara
explicar la conducta de los seres humanos en términos de diferentes instintos sociales que
mueven a las personas. Detrás de cada fenómeno psicosocial se buscaba el instinto que lo
producía. De aquí viene que se hable del instinto gregario para explicar que las personas
tienden a buscar la compañía de sus semejantes, del instinto agresivo para dar cuenta de la
hostilidad interpersonal o intergrupal, y del instinto altruista para explicar la solidaridad entre
las personas, etc.

2) La imitación - Otro de los grandes temas fundacionales de la psicología social es el


fenómeno de la imitación. La observación de la conducta de los niños conduce a los primeros
psicólogos sociales a ver en el fenómeno de la imitación la explicación de la manera en que los
seres humanos aprenden a desarrollar las conductas consideradas como "normales" y
deseables en su sociedad. Se trata, en realidad, de un primer intento de explicar el fenómeno
de la socialización.

El interés por la imitación permaneció durante muchos años en la psicología social, pero fue
dejando paso, poco a poco, a planteamientos más sofisticados en términos de aprendizaje
social.

3) La sugestión - Mediante la sugestión se pretende explicar la manera como las personas se


moldan al contexto social y acaban reproduciendo sus características sometiéndose a las
indicaciones y a las exigencias de los otros; es decir, en definitiva, a las exigencias de la
sociedad.

En los primeros estudios sobre la imitación, el papel desarrollado por el adulto es

esencialmente pasivo: se limita a figurar como un modelo que el niño intenta imitar con más o
menos acierto y es en esta facultad de imitar donde descansa la posibilidad misma del proceso
de reproducción social. Tomar en consideración la sugestión invierte los papeles, ya que es el
adulto quien pasa a tener el rol activo mientras que el niño se convierte en un receptor pasivo
de las influencias ejercidas por los que lo rodean. Pero el resultado es el mismo. Con el
fenómeno de la sugestión, lo que se estudiaba, sin que quedara explícitamente formulado, era
la manera como la sociedad consigue imponer las pautas de actuación socialmente
establecidas sin que las personas sean realmente conscientes de esta imposición y así puedan
conservar, por lo tanto, el sentimiento que las asumen para ellas mismas.

4) Los fenómenos colectivos - El estudio de los fenómenos colectivos dio lugar a la


preocupación por conocer las producciones colectivas de los pueblos, como las tradiciones
culturales, las peculiaridades lingüísticas, los mitos y las creencias colectivas, los hábitos de
todo tipo. 9

Como parte del interés por los fenómenos colectivos, también se manifestó una notable

preocupación por estudiar las conductas de las masas. Gustave Le Bon, desarrolló un

influyente tratado sobre la psicología de las masas en el que intentaba dilucidar los

mecanismos psicológicos que intervenían en las actuaciones colectivas. En este tratado, Le Bon
atribuía a las masas un efecto de despersonalización de los individuos que los impulsa a liberar
los instintos más primarios. Convertido en un ser anónimo, el individuo se deja influir con
mucha facilidad por los estados anímicos y las conductas de las otras personas presentes en la
masa, y también por las consignas y las actuaciones de los líderes que emergen en la confusión
de las congregaciones masivas.

Las grandes orientaciones teóricas de la psicología social - Hemos visto en el capítulo anterior
que la psicología social nunca ha sido una disciplina unitaria y homogénea, sino que durante
mucho tiempo coexistieron dos psicologías sociales, la PSP y la PSS, y una tercera psicología
social que se creó después de los años setenta, la PSC.

Intentaremos dar cuenta ahora de las principales orientaciones que podemos encontrar en las
diferentes psicologías sociales.

El interaccionismo simbólico - El IS nació de los trabajos de George Herbert Mead a comienzos


del siglo XX y se asienta sobre tres premisas básicas: Herbert Blumer define de la manera
siguiente el interaccionismo simbólico: "La expresión 'interacción simbólica' hace referencia,
sin duda, al carácter peculiar y distinto de la interacción, tal como se produce entre los seres
humanos. Su peculiaridad reside en el hecho de que estos seres humanos interpretan o
'definen' las acciones ajenas, sin limitarse únicamente a reaccionar. Su 'respuesta' no se
elabora directamente como consecuencia de las acciones de los otros, sino que se basa en el
significado que otorgan a estas acciones. De esta manera, la interacción humana se ve
mediatizada por el uso de los símbolos, la interpretación o la comprensión del significado de
las acciones del prójimo. En el caso del comportamiento humano, tal mediación equivale a
intercalar un proceso de interpretación entre el estímulo y la respuesta."

1) La importancia de los significados: el ser humano no actúa tanto con relación a las
supuestas características objetivas de los objetos con los que se relaciona, como sobre la base
del significado que atribuye a los mencionados objetos. Es fundamental, por lo tanto, conocer
cuál es la interpretación subjetiva que una persona hace de una situación si queremos
entender su conducta en esta situación.

La creación de los objetos - "El hombre vive en un medio simbólico tanto como en un medio
físico y puede ser 'estimulado' a actuar tanto por símbolos como por estímulos físicos. Un
símbolo se define como un estímulo que tiene un significado aprendido y un valor para la
gente, y la respuesta del hombre al símbolo se hace en términos del significado y valor que
tienen, en lugar de en términos de la estimulación física de los órganos sensoriales. Por poner
un ejemplo sencillo: una 'silla' no es simplemente una colección de estímulos visuales,
auditivos y táctiles, sino que significa un

objeto en el que la gente puede sentarse. Si uno se sienta en ella, el objeto responderá

dándole asiento. Tiene un valor para este propósito. Un significado es equivalente a una

definición' acertada' de diccionario, que se refiere a la manera como la gente realmente utiliza
un término en su conducta. El valor es la atracción o la repulsión aprendida que siente hacia el
significado. Un símbolo es un acto incipiente o condensado en el que las etapas posteriores,
que implican tanto elementos de sentido como de valor, ya están implicadas en la primera
etapa. De la misma manera que el símbolo 'silla' implica el 10

confort físico, la oportunidad de hacer ciertas cosas que se hacen mejor estando sentado y
otros resultados parecidos de sentarse en una silla, hay que entender, como Mead señala, que
el lenguaje no simboliza simplemente una situación o un objeto que ya existe; hace posible la
existencia o la aparición de esta situación o este objeto, ya que es parte del mecanismo
mediante el cual la situación o el objeto se crea. Arnold M. Rose

2) La importancia de la interacción social: los significados no los traen los objetos en sí

mismos, sino que emergen a partir del intercambio y de las relaciones con las otras personas.
Es en la interacción con los otros donde se forja nuestra forma de interpretar la realidad.

3) La importancia del carácter activo de la persona: cuando decimos que los significados se
forman mediante nuestra relación con los otros, no decimos que son los otros quienes nos
indican o nos transmiten estos significados, sino que somos nosotros mismos quienes los
elaboramos, aunque para hacerlo sea necesaria la interacción con los otros. En efecto, la
persona ejerce un papel activo, seleccionando, transformando, negociando los significados
adecuados en función de las acciones que pretende desarrollar en las diferentes situaciones.

A partir de estos supuestos básicos, se han desarrollado en el pasado y se desarrollan

actualmente muchas e interesantes investigaciones sobre una extensa gama de fenómenos


psicosociales, como la construcción de la identidad social. En el marco de la PSP reseñaremos
ahora tres orientaciones cuya influencia ha variado según las épocas: la orientación
conductista, la orientación psicoanalítica, la orientación cognitiva.
El socioconductismo - La definición de la psicología que proporcionó ]ohn Broadus Watson, el
padre del conductismo, fue adoptada por algunos investigadores en el estudio del
comportamiento social: "La psicología desde el punto de vista conductista es una rama
experimental puramente objetiva de la ciencia natural. Su objetivo teórico es la predicción y el
control de la conducta. Las formas de introspección no son parte esencial de sus métodos, ni el
valor científico de sus datos depende de la disposición con la que se prestan a sí mismas a
interpretación en términos de conciencia. El conductista, en los esfuerzos por obtener un
esquema unitario de la respuesta animal, no reconoce ninguna línea divisoria entre el hombre
y la bestia. La conducta del hombre, con todo su refinamiento y su complejidad, forma
solamente una parte del esquema total conductista de investigación."

La orientación conductista recoge, de hecho, un conjunto muy diversificado de teorías, a veces


bastante contrapuestas, pero que tienen en común una misma insistencia sobre la necesidad
de estudiar los comportamientos observables de las personas y de explicados en función de
unos fenómenos que sean también observables. Así, por ejemplo, el conductismo considera
que, para predecir la conducta que desarrollará una persona, hace falta conocer, por una
parte, las características concretas de la situación en la que se encuentra y conocer, por otra,
la experiencia previa que haya tenido la persona con estas características o con características
similares. La idea básica es que, mediante estas experiencias previas, la persona aprende a
establecer determinadas relaciones estables entre las características de una situación
(estímulos) y las conductas adecuadas a dichas características (respuestas). Es comprensible
que, a partir de estos supuestos, los conductistas interesados en la psicología social hayan
dedicado muchos de sus esfuerzos a dilucidar los procesos de aprendizaje social mediante los
que las personas consiguen desarrollar las pautas de comportamiento adecuadas a su vida
social.

La orientación psicoanalítica - La orientación psicoanalítica se inspira obviamente en las


formulaciones de Sigmund Freud para explicar los fenómenos psicosociales. El propio Freud
desarrolló importantes análisis psicosociales sobre la constitución de los grupos sociales, las
relaciones interpersonales y los fenómenos de liderazgo. Sus seguidores también realizaron
contribuciones importantes a la psicología social, estudiando, por ejemplo, la formación del
autoritarismo como rasgo de personalidad. Sin embargo, la principal aportación del
psicoanálisis a la psicología social no proviene tanto de las investigaciones realizadas por los
seguidores de esta corriente teórica como de las huellas que las formulaciones de Freud han
dejado en los conocimientos de todos los psicólogos sociales y en el conocimiento culto en
general.

"En la vida de un individuo, el otro ejerce el papel de un modelo, de un objeto, de un socio o


de un adversario; o sea que de alguna manera la psicología individual es también desde el
inicio una psicología social" Sigmund Freud

La teoría de la Gestalt y el sociocognitivismo - Mucho antes de que se produjera la revolución


cognitiva en psicología, la psicología social prestaba ya una atención particular a los procesos
cognitivos y participaba de unas formulaciones de indudable carácter cognitivista. Esto se
debe, posiblemente, al impacto que tuvo la teoría de la Gestalt, o la teoría de la forma, en
psicología social, y también a la dificultad de analizar las relaciones interpersonales sin hacer
intervenir en ello atribuciones de intenciones, interpretación de significados, representación
del otro u otros aspectos de carácter escasamente conductual y fuertemente mental. La
orientación cognitiva se centra en el estudio de los procesos inferenciales que caracterizan el
pensamiento humano y, en el campo de la psicología social, analiza el impacto que tienen los
factores sociales en los mecanismos y en los resultados de la actividad intelectiva. A partir de
los años sesenta esta orientación teórica ha ido suplantando poco a poco la influencia que
tenían las orientaciones conductistas, y se ha convertido en la principal orientación de la
psicología social convencional.

En el campo de la psicología social esta formulación se traduce de la siguiente manera:

"El estudio de la cognición social hace referencia a la manera como las personas dan cuenta de
las otras personas y de sí misma. Se centra en la comprensión que tienen las personas de la
vida cotidiana [...] Se refiere, por lo tanto, a la manera como las personas piensan sobre el
mundo social [...]." Susan T.

El socioconstruccionismo - "El construccionismo social se propone básicamente dilucidar los


procesos mediante los que las personas consiguen describir, explicar y, en definitiva, dar
cuenta del mundo en el que viven [...]. Los términos en los que se comprende el mundo son
artefactos sociales que resultan de los intercambios, siempre históricamente situados, entre
las personas. Desde el construccionismo se considera que los términos de esta comprensión
no provienen automáticamente de las características propias de la naturaleza, ni tampoco de
nuestra conformación genética. Son el resultado de un proceso activo y cooperativo que se da
en la relación interpersonal [...]. Desde esta perspectiva, la investigación social ya no corre el
riesgo de limitarse a ser una actividad secundaria, preocupada solamente de elaborar las
implicaciones sociales de los fenómenos psicológicos más fundamentales [...] el núcleo
explicativo de la acción humana deja de ubicarse en las interioridades de la mente para pasar a
situarse en la estructura y el proceso del intercambio humano. Las explicaciones ya no se
formulan aludiendo a un determinado estado o proceso psicológico, sino considerando las
relaciones entre las personas."

La PSC retoma, en buena medida, las premisas del interaccionismo simbólico (IS), concede
gran importancia a la dimensión subjetiva de la realidad social, a los significados y a la
consideración de la actividad del individuo. Pero esta orientación acentúa todavía más el papel
que ejerce el lenguaje en la formulación de la realidad psicológica, a la vez que extiende la
consideración del papel del lenguaje a las teorías elaboradas por los psicólogos y muestra
cómo inciden las convenciones puramente lingüística s en los conocimientos que elaboran las
ciencias humanas y sociales.

El construccionismo social pone atención en el hecho de que la realidad social y todo aquello
que la compone se construye literalmente mediante las prácticas sociales concretas que
desarrollan las personas y los colectivos en la vida cotidiana. Al mismo tiempo, la realidad
social construida por estas prácticas revierte en ellas mismas y define el marco de posibilidad.

Esta dependencia entre el marco social que incide sobre nuestras actividades y las actividades
que inciden, a su vez, sobre la conformación del marco social ha sido teorizada por el sociólogo
Anthony Giddens con el nombre de dualidad estructural. La insistencia en el papel constructivo
de las prácticas sociales desemboca inmediatamente en el reconocimiento de la historicidad
de lo social, ya que éste emerge de unas prácticas que se modifican necesariamente en el
transcurso de los acontecimientos sociales. Dicho de una manera lapidaria, nuestras
costumbres producen cosas y estas cosas modifican las costumbres que las han producido.

Desde esta perspectiva que va adquiriendo una influencia creciente en la psicología social,
queda claro que, cambiando las costumbres, los seres humanos tienen la posibilidad de
cambiar a la sociedad que resulta y cambiarse ellos mismos.

¿Para qué sirve la psicología social?- Cuando se hace la pregunta sobre la utilidad práctica que
pueden tener determinados conocimientos científicos, aparece, inmediatamente, la gran
dicotomía entre investigación básica e investigación aplicada. "[...] La investigación básica
apunta y se dirige hacia la acumulación de conocimiento en torno a algunos principios
fundamentalmente de la conducta, mientras que la investigación aplicada pretende
suministrar alguna ayuda a la solución de un problema."

Sin embargo, no siempre es fácil de mantener esta diferenciación en el campo de las ciencias
sociales y humanas. El influyente psicólogo social Kurt Lewin aseveró una vez, con gran acierto,
que "nada es más práctico que una buena teoría". Si esto es efectivamente así, y nos
inclinamos a pensar que lo es efectivamente, se difumina la frontera entre las actividades que
conducen a elaborar conocimientos y las actividades enfocadas a resolver problemas prácticos
de la vida cotidiana. Esta difuminación se hace todavía más patente si consideramos, junto con
Lewin, que es por medio de la intervención activa en la resolución de problemas prácticos
como se pueden constituir determinados conocimientos teóricos. El propio Lewin un
planteamiento que, con el nombre de investigación/acción, incitaba a los psicólogos sociales a
involucrarse en la resolución de los problemas sociales para hacer avanzar, de esta manera, el
conocimiento teórico.

La intervención en los problemas sociales - A pesar de estas consideraciones, se puede


mantener una diferenciación entre el ámbito de las aplicaciones del saber y el ámbito de la
producción del saber, aunque sólo sea para dar cuenta de la mayor o menor implicación del
psicólogo social en los problemas concretos de su sociedad.

Aceptando, con las reservas mencionadas, la distinción entre lo básico y lo aplicado, no hay
duda de que la psicología social se preocupó desde los primeros momentos no sólo de
producir conocimientos sobre los fenómenos psicosociales, sino también de diseñar los
instrumentos para poder intervenir en la realidad social y contribuir a resolver algunos de sus
problemas. Así, por ejemplo, se ha manifestado una preocupación prácticamente constante a
lo largo de toda la historia de la psicología social para facilitar la reducción de la hostilidad
entre los grupos humanos y para atenuar los fenómenos de discriminación que nacen de los
prejuicios sociales.

Si nos detenemos un momento para pensar quiénes somos cada uno de nosotros, podemos
recorrer un largo camino que va desde las definiciones más generales según las cuales somos,
por ejemplo, seres vivos o somos seres humanos, hasta las definiciones más particulares que
nos sitúan como individuos absolutamente irrepetibles, con un nombre propio y una historia
de vida que nos diferencia del resto de seres humanos. Pero entre estos dos extremos hay
muchos niveles intermedios: también somos hombres o mujeres; heterosexuales,
homosexuales o bisexuales; niños, jóvenes o viejos; catalanes o gallegos; anarquistas o
conservadores; culés o periquitos; etc. Es decir, pertenecemos, sea por elección o por
circunstancias o por ambas cosas al mismo tiempo, a una multitud de categorías y de grupos
que contribuyen a hacer que seamos precisamente quienes somos. De la misma manera que
nuestras relaciones interpersonales transitan por episodios de colaboración y de apreciación
mutuas y por episodios de competición y de conflicto, también las relaciones entre los grupos
transitan por momentos de armonía y momentos de tensión que desembocan a veces en
enfrentamiento s violentos que salpican diariamente las páginas de los diarios.

El conflicto entre los grupos- "No se puede dudar de que las diferencias culturales y físicas
observables entre grupos facilitan las reacciones discriminatorias hacia los miembros ajenos al
grupo. Es innegable que estas diferencias ejercen un papel en la hostilidad y los prejuicios
entre grupos, pero esta etapa del conflicto entre grupos ha demostrado que no hacen falta
diferencias culturales, físicas o económicas para que surjan conflictos entre grupos, actitudes
hostiles e imágenes estereotipadas de los miembros ajenos al grupo."

Los psicosociólogos han intentado conocer los mecanismos que conducen al enfrentamiento
entre los grupos para poder articular, a partir de este conocimiento, los procedimientos
susceptibles de reducir los conflictos. Una de las observaciones más interesantes es que, si se
establecen relaciones de competición entre los grupos, aunque sea sobre la base de
actividades puramente lúdicas, pronto se fortalece la cohesión interna de los grupos y pronto
se desarrollan descalificaciones y prejuicios mutuos que multiplican las ocasiones de fricciones
y de agresiones.

Por ejemplo, si se asigna, aunque sea puramente al azar, a los niños de un campamento a
diversos grupos, y se da un nombre y unos signos distintivos a cada grupo y se les hace
participar en juegos competitivos, con ganadores y perdedores, veremos aparecer muy
rápidamente reacciones de solidaridad de los niños con los miembros de su propio grupo y
reacciones de hostilidad hacia los niños de los otros grupos. Una manera de romper este clima
consiste en proponer unas metas que ningún grupo pueda alcanzar para sí mismo, sin la
participación de los otros grupos. Es lo que el psicosociólogo Muzafer Sherif llamó las metas
supraordenadas.

Objetivos compartidos- "Nuestra definición de meta supraordenada pone énfasis en el hecho


de que es inalcanzable para un grupo aisladamente: así, no tiene ningún significado más que
una 'meta común'." Otro psicólogo social, Henri Tajfel, demostró que ni siquiera era necesario
introducir una relación competitiva para que naciera la hostilidad entre los grupos. Basta crear
el sentimiento de pertenencia a un grupo para que se desarrollen mecanismos de
discriminación que favorecen a los miembros del propio grupo y que perjudican a los
miembros de los otros grupos. Escomo si, por el simple hecho de poder pensar en términos de
"ellos" y de "nosotros", ya fuera imposible de evitar favorecer a "los nuestros" y descalificar a
"los otros".
Una manera de romper esta propensión consiste en cruzar las categorías de pertenencia; es
decir, multiplicar las circunstancias en las que una parte de los que antes formaban el fronteras
trazadas por las pertenencias grupales. Los ejemplos que hemos dado no agotan ni mucho
menos las múltiples formas de intervención que ha diseñado la psicología social para mitigarla
hostilidad intergrupal.

Las aplicaciones de la psicología social- Los conocimientos que ha establecido la psicología


social tienen un campo de aplicación tan extenso que aquí difícilmente podemos ir más allá de
una simple enumeración de algunos temas. Por ejemplo, los conocimientos sobre la dinámica
de los grupos humanos permiten incidir sobre el fortalecimiento de la cohesión de los grupos,
o decidir cuáles son los modelos de liderazgo más adecuados a los objetivos que se marquen
los grupos, o indicar qué mecanismos de toma de decisión pueden ayudar a conseguir los
mejores resultados.

Por su parte, los estudios sobre la influencia social han permitido diseñar las actuaciones más
adecuadas para persuadir a las personas a adoptar puntos de vista más de acuerdo con las
normas de una convivencia social que no discriminen a aquellos que son diferentes de la
mayoría (racismo, estereotipos, prejuicios, etc.), aunque también se pueden utilizar, y
lógicamente se utilizan de hecho, para convencer a la gente de que tal marca es mejor que la
otra o de que tal candidato merece más confianza que tal otro.

En otros ámbitos, las investigaciones sobre los fenómenos colectivos han proporcionado
indicaciones para intervenir sobre los efectos del pánico que adquiere consecuencias de
gravedad extrema cuando se produce en situaciones de gran amontonamiento o para actuar
en el seno de las poblaciones que, muchas veces por causas naturales (terremotos,
inundaciones, etc.), se encuentran en situaciones dramáticas.

Finalmente, los conocimientos acumulados sobre las relaciones interpersonales permiten


ayudar a mejorarlas y desactivar las agresiones, lo que favorece la atracción entre los
individuos o suscitando los comportamientos de ayuda mutua. No hay que decir que también
se pueden utilizar para manipular a los otros con la finalidad de satisfacer intereses
particulares.

El conocimiento de la realidad social y los efectos del saber Psicosocial - Estas aplicaciones de
los conocimientos psicosociales, junto con muchas otras que no tenemos tiempo de relatar
aquí, han ido favoreciendo poco a poco la constitución de nuevos campos del saber que han
integrado aportaciones de otras disciplinas y que han diversificado considerablemente el mapa
de las especializaciones posibles. Por ejemplo, se han ido formando especialidades como la
psicología social de la educación, la psicología jurídica, la psicología de las organizaciones, la
psicología ambiental, la psicología política o la psicología cultural, entre otras

No querría concluir este tema sin llamar la atención sobre una cuestión de carácter general
que permite matizar la separación, aparentemente tan clara, entre los conocimientos teóricos,
por un lado, y las aplicaciones concretas de dichos conocimientos por otro. Hay una diferencia
fundamental entre los conocimientos que producen las ciencias sobre los fenómenos naturales
y los conocimientos que versan sobre los fenómenos humanos. La Luna, por poner un ejemplo,
continuará imperturbablemente su movimiento elíptico alrededor de la Tierra con total
independencia del hecho de que conozcamos las leyes que lo gobiernan o no. Nuestro
conocimiento no incide de ninguna manera sobre este fenómeno y lo único que podría incidir
en él eventualmente serían determinadas aplicaciones de este conocimiento.

No obstante, no pasa lo mismo con nuestro conocimiento de los fenómenos humanos. Si una
persona se entera de que su conducta obedece a una influencia u otra, porque así lo ha
establecido el conocimiento producido por los psicólogos sociales, esta persona puede tomar
las medidas oportunas para que dichas influencias no tengan los efectos esperados, y
contradecir, de esta manera, las leyes establecidas por la psicología social. Por ejemplo, una
persona puede haber aprendido, estudiando los trabajos del psicólogo social Stanley
Schachter, que los individuos buscan preferentemente la compañía de los que participan del
mismo estado de ánimo. Esta tendencia afiliativa se puede observar cuando al finalizar un
examen los estudiantes esperan que salga la lista de notas. Aquellos que sienten una
determinada euforia porque están convencidos de que lo han hecho bien tenderán a juntarse
con los que tienen el mismo sentimiento, mientras que los que experimentan una ansiedad
elevada porque piensan haberlo hecho mal, buscarán la compañía de los que estén en las
mismas condiciones. Ahora bien, al salir del examen, la persona que ha leído la obra de
Schachter puede decidir buscar la compañía de los que participan del estado opuesto al suyo e
invalidar, de esta manera, el conocimiento elaborado por Schachter. Eso se puede hacer
deliberadamente como en el ejemplo que acabamos de dar, pero en la mayoría de los casos el
conocimiento que hemos adquirido de las ciencias sociales y humanas afecta a nuestra
conducta sin que ni siquiera seamos conscientes de ello.

Dicho de otra manera, lo que aquí decimos es que el mismo conocimiento producido por los
investigadores puede engendrar efectos sobre el fenómeno estudiado, sin que haya que
recurrir a ningún procedimiento de aplicación. El psicólogo social Kenneth Gergen ha
desarrollado las implicaciones de esta característica peculiar de los saberes psicosociales que
él denomina Enlightenment ('Ilustración') y que tendrían que incitamos a reflexionar sobre la
responsabilidad de los investigadores en ciencias humanas y sociales, no sólo en cuanto a los
tipos de aplicaciones en las que pueden dar lugar los conocimientos que producen, sino
también -y sobre todo- en cuanto al conocimiento que son capaces de producir.

MÓDULO 2
LA TEORIA SOCIAL DEL INTERACCIONISMO SIMBOLICO: ANALISIS Y VALORACION CRITICA.

Julio Carabaña.

La idea de política que se halla en el trasfondo del pragmatismo en general es la del


liberalismo, y su intención política es la de fundamentar la armonía del individuo con la
sociedad. Ello implica:
a) Individualismo: en el sentido de que la libertad es ante todo libertad individual.
b) Antideterminismo: necesario para que esta libertad tenga sentido y posibilidad.
El individuo es concebido como activo frente al ambiente y este como moldeable por el
individuo; y viceversa. La relación entre ambos es de interacción y mutuo flujo. Se quiere
superar asi todo dualismo y todo monismo. El monismo, en cuanto se distingue espíritu de
materia y se señala su independencia. El dualismo, en cuanto amos se media, subrayándose su
interdependencia.

La última razón que rige esta dialéctica de mediación entre individuo y ambiente es la mutua
adaptación.
La categoría fundamental de esta mediación es la categoría acción: ella supera el dualismo y la
sustanciación unilateral de uno de los principios opuestos en el monismo.
El nulo mas fuerte de esta filosofía, es que el significado de una idea, objeto o concepto es la
conducta que provoca: el espíritu se relaciona en términos de acción con el mundo.

La teoría de la verdad es una especificación suya: la verdad es la relatividad del conocimiento y


de la percepción a determinados propósitos vitales.
Mundo y hombre son concebidos entonces como procesos. El mundo es constituido por la
percepción y por la acción del individuo. El espíritu es la sucesión de laS acciones y estados de
conciencia del individuo. Ninguno es sustancia.

En el hombre, el habito media entre la razón y el instinto. Lo característico de la conciencia es


la capacidad de interrumpir el proceso del arco reflejo e inhibir la respuesta.
De ahí que los hábitos puedan adaptarse a la realidad cambiante, pues mediante la conciencia
se supera la mera causalidad biológica del instinto y del arco reflejo (S-R).
El modelo inicial de esta concepción es la investigación científica.
El habito se concibe sobre la imagen de la hipótesis, que es cambia si la realidad la contradice.
Y la verdad es sinónimo de la no contradicción por el suceso real de las expectativas o
predicciones, según las cuales hemos organizado la conducta en la vida o en el laboratorio.

El liberalismo democrático encuentra su expresión en el interior de Mead de anclar la


racionalidad del individuo en la racionalidad de la sociedad. Psicología Social de Mead se
propone dotar de una base científica a su convicción liberal y optimista.

La psicología social se define como “el estudio de la experiencia y conducta del organismo
individual o persona como dependiente del grupo social al que pertenece”. Se trata de explicar
la interacción de la persona y el grupo social:
a) Explicando la Genesis de la persona en la interacción
b) Explicando la acción de la persona sobre el grupo
El método de esta psicología ha de ser tan objetivo como el de Watson, sin por ellos renunciar
al espíritu. “todo lo que sucede en el cuerpo es acción. Puede ser acción demorada, pero no
hay nada… que pueda ser comparado a un estado estático” el espíritu es un momento del
proceso de interacción con el mundo.
Acto y Actitud.
Un acto es un impulso que mantiene el proceso vital mediante la selección de ciertas clases de
estímulos que necesita. De tal modo el organismo se crea su ambiente. El estímulo es la
ocasión para la expresión del impulso. Los estímulos son medios, la tendencia es la cosa real. A
diferencia de la respuesta que sigue a, y depende, del estímulo, el acto selecciona los estímulos
y controla -inhibe, demora, transforma- la “respuesta”, que asi es acción.

El acto se define como la totalidad de los aspectos internos y externos de una acción. No es
una simple respuesta, sino una adaptación activa del organismo respecto al medio.
Al comienzo del acto hay ya una organización determinada de actitudes, equivalente a una
cierta disposición del sistema nervioso central. En esa organización de actitudes esta ya
previsto el curso posterior de la acción. El estimulo la pone simplemente en marcha.

La acción inteligente de un organismo proviene de la estructura de sus hábitos.


Todo esto se da ya a nivel prelingüístico: lo importante es la acción y las disposiciones a la
acción como conjunto inseparable.
Las actitudes se muestran corporalmente en gestos, los cuales, en principio, no expresan la
actitud, son solo sus concomitantes físicos. Estos concomitantes físicos solo expresan la actitud
cuando otro asi lo interpreta.

Un acto social es una unidad de interpretación entre dos organismos. Hay que concebir el acto
social como una unidad en que los diversos actos individuales se complementan y adquieren
sentido unos por referencia a otros.
Un gesto es “el comienzo de un acto social que es estímulo para la reacción de otro individuo”.
El gesto se asocia al acto subsiguiente, los dientes del perro con su agresión.
Los otros organismos reaccionan al gesto. Esta reacción es, en principio, el sentido del gesto.
El gesto se convierte en símbolo significante cuando provoca en el que lo produce la misma
reacción que en el alter, al menos implícitamente; es decir, cuando el que produce el gesto
“sabe” la reacción del otro, y modifica su conducta según esta reacción.
El gesto vocal es particularmente adecuado para producir esta misma reacción en el que lo
produce, pues lo oye también. Pues tiene la particularidad de ser percibido externamente por
el mismo que lo produce; según esto, el rugido podría asustar también al que ruge.

El gesto simbólico es reflexivo: implica la capacidad de suspender la reacción, de tener una


reacción implícita. La idea, el saber del organismo, es acción demorada o suspendida. El que
ruge no huye, por ello, de su propio rugido.
Al producir en el productor la misma reacción que en el álter aquel adopta la actitud de este.
Es el mecanismo de la asunción de roles, que aparece asi por primera vez en su forma más
simple.
Con el lenguaje (símbolo significante) aparece la inteligencia reflexiva, el pensamiento, el
espíritu. Las significaciones son algo externo y social que el individuo aprende. El pensamiento
es una internalización de la interacción, de la reacción objetiva que se aprende, y asi el símbolo
tiene la misma significación para todos y se hace general.
Inteligencia reflexiva es la influencia sobre la propia acción que el conocimiento de la reacción
del otro posibilita.

Lo que el lenguaje permite, por tanto, es un continuo auto condicionamiento: el


condicionamiento se produce ahora en el interior del organismo y por el sujeto mismo.
Un símbolo es universal cuando produce la misma reacción en todos. La universalidad de los
símbolos define al “otro generalizado”. La universalidad de la razón es la universidad de
reacciones a ciertos símbolos, de modo que todo concepto es asi una
“institución” social.

“Self”

La conciencia de la propia experiencia no es aun conciencia de sí; lo característico de la


persona es su reflexividad, el ser un objeto para si pero si llegamos a la conciencia de nosotros
a través de las actitudes de los demás, la persona es un reflejo de la estructura de las actitudes
de los demás. La persona es una estructura social que surge de la experiencia social y que es
objeto para si misma porque es reflejo de esta experiencia.
La persona -el si mismo- es asi diferente:
a) Del organismo: el organismo puede actuar inteligentemente sin la reflexión, como ocurre en
la conducta mecánica habitual, es decir, en la conducta regida por hábitos.
b) Del espíritu (min): el espíritu es esencial a la persona, condición de su constitución. Pero la
persona es mas que él, pues se constituye por la capacidad de verse desde los potros, de
integrar las perspectivas de los otros en un objeto para si misma. El espíritu nace con la
comunidad de significados de los gestos, comunidad con la que estos se transforman en
símbolos, y es consciencia de si en cuento consciencia de los otros.

Por ellos, la génesis de la persona tiene lugar a través del lenguaje en cuanto mecanismo de la
reflexividad. Momentos básicos son el juego y el deporte.
- JUEGO: reflexividad era adoptar la actitud de otro, asumir el rol del otro. Asi el niño juega a…
madres, médicos o indios.
- DEPORTE: adopta las actitudes de varios otros en su organización como conjunto expresado
en las normas que se producen cada vez o para siempre.
Lo que lo distingue del juego es:
a) La complejidad
b) La fijeza de los papeles
c) La existencia de normas
d) La integración para una meta definida
- OTRO GENERALIZADO: es la organización de la actitud de todos los otros, las normas o
modelos de organización mas generales y abstractos. Asi la persona se convierte en reflejo de
la sociedad global.
- YO Y MI (I AND ME): la persona era algo esencialmente cognitivo: la adopción de las actitudes
o de los papeles de los otros, organizada según ciertas pautas de abstracción y tipificación: la
organización de las actitudes de la persona es reflejo de la organización de las actitudes de los
otros. Esta organización es el “me” “I” se emplea en ingles como sujeto de la acción. “el I es la
reacción del organismo a las actitudes de los otros, y el “me” es la serie de actitudes
organizadas de los otros que adopta uno mismo. Las actitudes de los otros constituyen el me
organizado, y luego uno reacciona hacia ellos como un I.

Dentro del “me” están también los objetos naturales, cuyas reacciones también
internalizamos: la naturaleza queda socialmente constituida.
La persona es entonces el acto social -todo inseparable- internalizado, al que el organismo
reacciona: el I se introduce asi en el me. Ser persona implica reconocer a los demás y ser
reconocido.
Principio de individuación: aunque la persona es la internalización del acto social, se distinguen
unas de otras porque lo reflejan desde diferentes perspectivas. La persona, un me con la
organización de la comunidad a la que pertenece, es también una parte especial de la
comunidad, es el cauce de manifestación del I.
El me es la forma del yo dentro de la cual ha de reaccionar la persona, es el cauce de
manifestación del I.
El I es el elemento innovador y reorganizador.
Resumiendo: el individuo es miembro de un grupo social y es también individuo creador, es el
principio creador. Las relaciones entre I y me han de ser de armonía -el I expresándose en el
sentido del me- pero también superándolo. El valor de una sociedad ordenada es esencial para
nuestra existencia, pero también tiene que haber campo para la expresión del individuo
mismo si se quiere que exista una sociedad satisfactoriamente desarrollada. El me sin el I es
puro ritual inerte; el I sin él me seria movimiento ciego.
Sociedad.

¿Cuál es esta sociedad en que surge la persona?


La sociedad humana tiene dos polos:
a) Polo fisiológico: el hombre, como los animales, tiene impulsos que solo puede satisfacer con
sus semejantes: sexo, paternidad y vecindad.
b) Polo institucional: las instituciones, o conjuntos de reacciones idénticas de los otros, con las
que surge el lenguaje simbólico y que controlan la realización de los instintos
El animal controla el medio mediante la sensibilidad selectiva y el carácter propositivo. El
hombre lo determina mediante la mano: habla y mano van unidas, y la especie humana
construye asi su mundo

INSTITUCIONES. La comunicación constituye a la sociedad al construir a la persona, hace


posible la adopción de los papeles de los otros.
Una institución es un conjunto de actitudes y reacciones comunes.
Un dirigente es el que adopta los papeles de toda la comunidad, haciendo que su experiencia
sea la experiencia total de la comunidad. El líder es un producto del grupo que
se encuentra en armonía con el grupo. Es la conciencia del grupo. La comunicación es tan
universal como la sociedad y viceversa.
La educación es el proceso de hacerse persona, de incorporarse una serie de reacciones
generales, es decir, de incorporarse las instituciones.
Asi, el yo es el organismo que reacciona a y en una situación aprendida y captada como social
(me).
Estos contenidos de la comunicación, que hacen de ella un campo de relaciones
progresivamente mas general, son la religión, la economía y la democracia.
Religión: fusión del “me” con el yo en la buena vecindad universal, que impulsa a extender la
situación social haciéndola universal. “la persona, en tales circunstancias, es la acción del “yo”
en armonía con la opción del papel de otros por el “mi””.
En la economía la comunicación tiende a la universalidad: cualquiera que quiere intercambiar
es reconocido como igual.
Religión y economía, como expresión de la universalidad, culminan en la democracia, cuya
ética es la del imperativo categórico de Kant: reconoce a los demás y será reconocido.
Religión y economía tienen carácter tendencialmente universal, lo mismo que el lenguaje.

La expresión política de esa universalidad acaba siendo la democracia que una el sentimiento
de la igualdad entre todos.
No hay contradicción entre igualdad y diferenciación funcional: quizá la haya al principio, pero
con el tiempo la explotación debería desaparecer y cada uno poder realizar su I dentro y a
través de mí.
Religión y economía no son inmediata, sino potencialmente, universales: no radica su
universalidad en una idea abstracta, sino en la misma dinámica de su proceso.
Religión y economía no están en contracción (sino aparentemente>) como lo material y lo
espiritual. Las actitudes son distintas entre sí, pero lo económico acaba implicando a lo
religioso.

CONFLICTO. En sentido amplio, todos los impulsos son sociales; en sentido estricto, los hay
asociales. Los individuos adquieren conciencia de sí más fácilmente desde la oposición a los
otros. Pero esos impulsos son reprimidos por el sistema legal, y encauzados mediante la
competencia, convirtiéndose asi en funcionales.
En una sociedad compleja los conflictos no son entre los impulsos, sino entre las respectivas
personas o personalidades, cada una con su estructura definida. Gracias al espíritu que
reflexiona o hace un objeto de si mismo, el individuo acaba solucionando el conflicto,
reconstruyendo o reorganizando la estructura social en que se encuentra, y por ende su propia
personalidad. Asi, las relaciones entre la reconstrucción social y la de la personalidad son
reciprocas, e internas u organizas.
El conflicto, en definitiva, es necesario en toda fase creciente especialización funcional.

LA VERSION SOCIOLOGICA DEL PRAGMATISMO: LA ESCUELA DE


CHICAGO
Miranda M.

LA FACETA SOCIOLOGICA DEL PRAGMATISMO. LA ESCUELA DE


CHICAGO

En palabras de Sánchez la escuela de Chicago se propuso desarrollar una teoría comprensiva


de lo social. Se trataba de hacer una ciencia social empírica, pero no estadístca, contribuyo a la
superación del predominio de una filosofía moral reformista de base protestante, y a la
confguración de una disciplina cientfca especializada.
La “Chicago Sociology” es la primera gran escuela de Sociología de los Estados Unidos que
domino.
Allí tuvo su origen una rica y diversa tradición de investgación empírica en su mayor parte
relacionada con la nueva y rápida expansión urbana del centro de Chicago y los problemas
sociales que dicha expansión trajo consigo.

LA CIUDAD COMO CONTEXTO


La industrialización se producía en plena vigencia del capitalismo puro y duro. Surgieron los
primeros sindicatos y grupos polítcos que trataban de representar los intereses de los recién
llegados. En
1886, cien mil trabajadores se declararon en huelga y celebraron la primera manifestación del
Primero de Mayo. Chicago se había convertdo en el centro del movimiento sindical
estadounidense.
En los días sucesivos tuvieron lugar otras movilizaciones y entre ellas los anarquistas se
convirteron en el enemigo a batir y por extensión, todos los inmigrantes se convirteron en
peligrosos agitadores colocadores de bombas y el sindicalismo en un virus peligroso, resultado
de ideologías extranjeras ajenas a los valores tradicionales de la sociedad norteamericana.

Cuando el gran Colossimo fue asesinado en 1920 Johny Torrio asumió el mando supremo del
hampa de Chicago. Durante su reinado setenta y cinco cervecerías, algunas de ellas de su
exclusiva propiedad, funcionaron a pleno rendimiento. Con la ayuda de Al Capone los negocios
de Torrio fueron aún mucho más viento en popa.
En 1925, la situación empeoro para toda la industria ilegal, Torrio se fue defnitvamente de
Chicago y Capone se vio ascendido a lo mas alto de la pirámide.
Es este contexto en el que empieza a investgar obert Park, sus intereses eran las conexiones
del poder polítco y fnanciero con el delito, incluyendo la especulación del suelo. Park y
profesores del Departamento tenían ante si un autentco laboratorio sociall una ciudad
industrial en progresivo crecimiento acelerado donde sin buscar mucho se podían encontrar
todos los problemas sociales, la miseria, el desempleo, la prosttución, el crimen organizado, las
casas de juego, la corrupción polítca y policía… y por otro lado los Centros de Trabajo Social.
Solo en este contexto se puede entender el trabajo desarrollado con las famosas monograoas
y el hecho de que casi cien años después, Chicago siga siendo quizá la ciudad mas estudiada
desde el punto de vista de las Ciencias Sociales.
En poco más de una década los miembros del Departamento elaboraron algo más que una
fotograoa de semejante ciudad-laboratorio social.

INFLUENCIAS RECIBIDAS
Una de las característcas distntvas del Departamento fue su estrecha relación con la religión.
Esta vinculación religiosa explicaría para algunos, al menos en parte, su interés por la reforma
social y también el tono moral que abunda en sus escritorios y la defensa de los ideales
comunitarios, frente a la depravación y el vicio que se acumula y hace visible en las grandes
ciudades y la falta de control social, dada la masifcación, que permite conductas no deseadas
que se protegen en el anonimato. La existencia de lo que llamaron las “religiones morales” fue
un objeto constante de preocupación y de investgación.

Otra hipótesis para explicar el especial interés por los problemas sociales y la reforma social
tendría que ver con el proceso de especialización que habría llevado los estudios clásicos y
humanístcos a cierta decadencia mientras que fuera de la Universidad ejercían reformadores y
trabajadores sociales presionando para la intrusión de la Sociología en las universidades
americanas.
Wirth plantea lo que él llama el complejo de Cenicienta de la Sociología. Según este autor los
sentmientos de los primeros sociólogos de Chicago oscilaban entre los delirios de grandeza y el
complejo de inferioridad. Al ser los últmos en llegar al campus universitario no tuvieron otra
alternatva que ocupar los espacios libres que otras disciplinas más establecida das
despreciaban u olvidaban. Eso explicaría que las líneas de trabajo con los chicaguenses
tuvieran que ver desde el principio con el estudio de la pobreza, la delincuencia, el crimen, la
enfermedad, el desempeño la
prosttución y otras patologías sociales.

El contexto social, económico y polítco en el que el Departamento nace infuye también en la


orientación que ha de tomar. Hannerz afrma que dada la procedencia de los reclutas de la
nueva disciplina procedían de campos mas establecidos y que ello explica la presencia de dos
tendencias: una flosooa social especulatva, que teorizaba en gran escala sobre las bases de la
sociedad humana y el progreso social y un movimiento de investgación social,
conceptualmente débil pero sobremanera preocupado por reunir datos sobre los rasgos
indeseables de la sociedad industrial en desarrollo.

La Sociología en Estados Unidos surgió en una atmosfera de reforma social, hasta el punto de
que a los sociólogos de los primeros tempos les resultaba dificil distnguirse de los socialistas.
Otros han relacionado el desarrollo de la Sociología en Chicago con la Economía. También en
esta disciplina había dos representantes de la Sociología económica que al principio estuvieron
vinculados al Departamento de Sociología y por otro lado estaban los herederos de la tradición
propiamente liberal heredero de la tradición de la economía polítca escocesa. Al imponerse
esta segunda tendencia, la escuela neoclásica de economía de Chicago, los sociólogos al
contrario libre el camino para sus líneas de investgación.
Pues bien, en Chicago no triunfo el darwinismo social. Los pragmatstas habían dejado su huella
abiertamente hostl a los darwinistas.
- Pragmatismo: doctrina flosófca según la cual el único medio para juzgar la verdad de una
doctrina moral, social, religiosa o cientfca consiste en considerar sus efectos práctcos
- Darwinismo: es una teoría social que defende que la teoría de la evolución de Charles
Darwin tene aplicaciones sociales en comunidades humanas G. W. Stocking plantea que lo que
se impuso fue una especie de neolamarckismo, es decir, la idea de que la conducta de los seres
humanos no hunda principalmente sus raíces en la herencia, y por lo tanto estaría
predeterminada por factores biológicos, sino por el contrario está más relacionada con el
medio social, de manera que las conductas individuales son inseparables de las condiciones de
vida en las que los individuos se desenvuelven. La conducta paso asi a adquirir una posición
central en íntma relación con la infuencia de las insttuciones sociales sobre los sujetos. El
neolamarckismo de los sociólogos de Chicago hizo prevalecer el peso de la sociedad sobre la
herencia, la cooperación sobre la lucha, la centralidad de la polítca sobre la guerra social de
razas y clases.
Fueron los pragmatstas los que infuenciaron fundamentalmente las posiciones adoptadas por
los profesores de Chicago.

LAS FIGURAS DEL DEPARTAMENTO Y SU RELACION CON EL


TRABAJO SOCIAL.

Simmel fue un teórico de la Sociología un tanto atpico. Lo que más se conoció de su obra fue
su trabajo sobre fenómenos en pequeña escala, especialmente la acción y la interacción
individual, aunque también se había planteado los grandes temas que obsesionaban a Marx y
Weber. Simmel adquirió fama por su análisis, derivado de la flosooa kantana, de las formas de
interacción (ej. El conflicto) y de los tipos de Inter actores (ej. El extraño). Para Simmel una de
las grandes tareas de la Sociología era la comprensión de la interacción entre la gente. Sin
embargo, era imposible estudiar el gran numero de interacciones de la vida social sin disponer
de algunas herramientas conceptuales.
Fue asi como nacieron las formas de interacción y los tpos de Inter actores. Estas aportaciones
serian fundamentales para el desarrollo del interaccionismo simbólico.
- Interaccionismo simbólico: corriente de pensamiento microsociológico que se basa en la
comprensión de la sociedad a través de la comunicación. Este analiza el sentdo de la acción
social desde la perspectva de los partcipantes.
En la “filosofía del dinero” Simmel se plantea que la economía monetaria que esta surgiendo a
fnales del XIX, se separa del individuo y le domina. En el mundo moderno la cultura y el
conjunto total de sus diversos componentes se expandía y, a medida que lo hacia la
importancia del individuo decrecía.
Centro su atención en el estudio de las interacciones entre los individuos. Ante el fenómeno de
la nueva urbe estudio las mutaciones en la conciencia de las personas en las ciudades y bajo el
impulso de la modernidad. Desde el punto de vista del individuo, explica Simmel, la ciudad es
una gran masa de gente, de objetos y de sucesos. El habitante urbano es fácilmente sobre
estmulado, surge en él una acttud apátca como estrategia de supervivencia. La gente de las
ciudades aprende a responder de forma selectva no atendiendo a mucho de lo que pasa a su
alrededor.

Cuatro puntos que a juicio de Small unían a los sociólogos del momento según unos acuerdos
que fueron formulados en 1906 en la primera reunión ofcial de la American Social Science.
1- Aceptan el objetvo de investgar las leyes de la conducta humana que se asemejan a las
invariantes leyes naturales que gobiernan los fenómenos fisicos y orgánicos.
2- Identfcan el cambio social como evolución social y lo interpretan como un progreso hacia
una sociedad mejor.
3- Contemplan tal desarrollo humano ascendente como un desarrollo sujeto a aceleración
mediante una intervención humana directa capaz de mejorarlo que recurre al conocimiento de
las leyes sociológicas.
4- Finalmente, conciben la sociedad y la conducta social en tanto que realidades consttuidas
por la conducta individual y partcularmente enfatzan las motvaciones de los individuos en la
asociación.
Estos acuerdos suponen alguna innovación respecto a la Sociología europea, el abandono de la
preocupación central por el capitalismo, entre otros. De este modo, la cuestón social se
metamorfoseo en problemas sociales.
Lo que esta claro es su vinculación con el Trabajo Social. El Departamento se nutrió de esa
estrecha vinculación. Los chicaguenses eran conscientes de que el problema de las mujeres
estaba incluido en la agenda de la reforma social pero la mayoría de ellos se interesaron mas
por los problemas urbanos que en mejorar el estatus de las mujeres. La producción intelectual
de las mujeres estaba minusvalorada -hasta 1920 no consiguieron el derecho a votar en las
elecciones- y preferían que se dedicaran a papeles más femeninos, como sucedía también en
el caso de la enfermería.

EILIAM ISAAC THOMAS

Uno de los primeros miembros del Departamento de Sociología de la Universidad de Chicago,


en 1895 paso a formar parte del Departamento ya como profesor. En contra de una tendencia
presente en la Sociología americana que Hannerz denomina como filosofía social especulativ a
uue teoriaa a en gran escala so re las ases de la sociedad humana y el progreso social, Thomas
insista en la necesidad de investgación cientfca sobre cuestones sociológicas.
Thomas se mostro partdario del uso de “documentos personales”l diarios, cartas y
autobiograoas, y por supuesto encontró una gran fuente de información en los relatos que
contenían las historias psiquiátricas y las historias sociales elaboradas por las trabajadoras
sociales.
Una de las aportaciones mas interesantes para el Trabajo Social es lo que el llamó el “defnición
de la situación”.
Los animales superiores, y el hombre en partcular tenen la posibilidad de no obedecer a una
estmulación porque ha tenido experiencias negatvas respondiendo de determinada manera en
ocasiones anteriores o porque la regla de uso en esta situación ha sido modifcada. Llamaremos
a esta facultad poder de inhi ición dice Thomas. Por tanto, la respuesta del ser humano no está
condicionada por estmulos exteriores sino también por el mismo, por otras causas que vienen
del interior.
Y concluye Thomasl hay pues siempre rivalidad entre la defnición que un individuo hace
espontáneamente de una situación, y la que la sociedad a la cual pertenece pone a su
disposición.

Asi pues el individuo siempre tene la posibilidad de hacer su propia definición de la situación y
actuar en consecuencia. Para el Trabajo Social las consecuencias de esta idea fueron
importantesl tan importante es la realidad, la situación del sujeto o del grupo o de la
colectvidad con la que se interviene vista por el propio profesional como el punto de vista del
protagonista. Aun mas lo importante para posibilitar un cambio no es tanto la visión del
profesional sino la del propio sujeto.
La otra consecuencia era evidente, no se pueden construir tpologías y clasifcaciones de
problemas, con los correspondientes protocolos de intervención, por que tales métodos
olvidan eso que se ha dado en llamar el punto de v ista del actor y sin el cual la intervención
desde el Trabajo Social se convierte en una respuesta burocrátca y sin sentdo.

ROBERT PARK

Se incorporo al Departamento en 1913, cuando tenia 50 años, al principio con un contrato


provisional.
Park entendía la ciudad como un mosaico muy ordenado de diferentes regiones, incluyendo
los distritos industriales, las comunidades étnicas y las áreas del vicio. Las llamadas “áreas
naturales” evolucionaban unas en relación con otras formando asi una ecología urbana. Para
Park, las ciudades funcionan como organismos sociales vivos, verdaderos caleidoscopios
humanos.
En su estudio señalaba las variadas característcas de los barrios. Todos estos diferentes barrios
debían ser descritos y entendidos. Pero al mismo tiempo, el gran cambio que trajo el
urbanismo fue
una creciente división del trabajo, la cual servía para destruir o modifcar el tipo de
organización social anterior, que se basaba en factores como el parentesco, la casta y los
vínculos locales.
La división del trabajo creaba un nuevo tpo de hombre racional y especializado…, o mas bien,
varios tpos, pues cada ocupación ponía su propio sello en las personas.

Park entiende la vida de la ciudad como algo mas que una unidad económica, geográfca y
ecológica es un área cultural caracterizada por su peculiar tpo de cultura.

LAS FAMOSAS MONOGRAFIAS

A fnales del XIX y principios del XX, las trabajadoras sociales se ocupan fundamentalmente de
la pobreza. Lejos estaban aun los discursos que intentan generalizar a toda la población sus
servicios profesionales. En el terreno del Trabajo Social se debate entre las explicaciones
morales o la culpa iliaación de las v íctimas, -la pobreza es la consecuencia de
comportamientos erróneos o desviados de los individuos- un discurso que venia del XVIII, y,
por otro lado, la concepción de que la pobreza es un problema social, que afecta a una gran
parte de la población y que es consecuencia de la industrialización, del nuevo modo de
producción y de los mecanismos del mercado.
Para la Escuela de Chicago la pobreza no es un problema en si mismo, sino una consecuencia
de las nuevas condiciones sociales, de las circunstancias del mercado de trabajo, de los
procesos migratorios del campo a la ciudad y entre contnentes. Es a la vez una consecuencia
del proceso urbano, de la vida en la gran ciudad con sus secuelas de individualismo,
aislamiento, desaparición de las redes sociales que en sus lugares de origen protegían a los
individuos con la consiguiente pérdida de vínculos de solidaridad y reciprocidad. Y por últmo
de la ausencia de polítcas sociales inspiradas en la ciencia que supongan reformas sociales que
garantcen a los individuos unas condiciones de vida dignas en un marco polítco de un sistema
democrátco perfeccionado que inunde todos los rincones de la vida social.
Las teorías sobre la pobreza de la Escuela de Chicago, se derivan de su concepción ecologista
de las ciudades que se concreta en tres puntosl
1- El hacinamiento de los pobres en comunidades aisladas.
2- En general, la pobreza se relaciona con grupos de inmigrantes europeos recién llegados, y es
vista como un estadio en su proceso de individual.
3- En general, la pobreza se relaciona con grupos de inmigrantes europeos recién llegados, y es
vista como un estadio en su proceso de integración a la cultura norteamericana.

“THE HOBO” DE NELS ANDERSON (1923)

El Ho o era un trabajador migratorio, en general nacido en los Estados Unidos, que se movía
por el país sin seguir ningún plan fjo. Era un tpo de trabajador que formo parte de la segunda
frontera norteamericana que se movía hacia el Oeste con aproximadamente dos décadas de
retraso respecto de la primera frontera, tras los ferrocarriles. Era un tpo de trabajar que existió
en la segunda mitad del XIX y en los comienzos del XX y que se movía entre Chicago y el Oeste
de los Estos Unidos.
Su característca esencial era ser un obrero emigrante. Esto signifcaba varias cosas
- No tenía un empleo fjo, sino que trabajaba de manera discontnua en diferentes sitos.
- Encontraba trabajo en empleos estacionales
- Exigía poblaciones obreras móviles capaces de desplazarse largas distancias para encontrar
trabajo en empleos intermitentes, desarrollar tareas diferentes en lugares a menudo muy
alejados los unos de los otros y soportar modos de vida sobre la alternancia de periodos de
trabajo y de paro.
No se trataba de un grupo poco signifcatvo la cifra podía elevarse a 30.000 en periodos de
prosperidad y 75.000 en periodos de recesión económica, y en el periodo de un año entre
300.000 y 500.000 hombres pasaban por la ciudad, dada su situación estratégica en la red de
ferrocarriles y era un magnifco lugar para recoger información y decidir su próximo viaje en
búsqueda de trabajo.
Chicago era como el cuartel general de los ho os, la primera agencia norteamericana de
colocación, la verdadera bolsa de mercado de trabajo temporal.
En el invierno de 1921-22, dice Anderson, había veintcinco misiones en los barrios donde
Vivian los ho os.
Múltples organizaciones, además de la acción religiosa realizada por el Él Ejercito de la Salud y
los Voluntarios de América esta lece tres tpos de misiones
1- La misión local implantada que es propietaria de sus edificios o beneficiara de un alquiler a
largo plazo. Estas misiones son subvencionadas por ciertas iglesias o por un consejo de
administración compuesto por hombres de negocios con mas o menos renombre a nivel local.
Este tpo de misión local distribuye limosnas en forma de alimentos, ropas o camas para los sin
hogar. Se diferencian sin embargo en sus métodos y también en su polítca de asistencia. Unas
proporcionaban ayuda a cualquiera que se le pidiera sin hacerles preguntas, otras perderían
ayuda únicamente a aquellos que estaban dispuestos a trabajar o a los que eran incapaces de
ejercer un trabajo manual.

Únicamente el borracho era sistemátcamente expulsado de la misión. En este tpo de misiones


a menudo se encuentra el tpo de misionera mas favorecido porque es remunerado con un
salario fjo además de cobrar comisiones.
2- Las misiones nacionales itnerantes pueden tener su cuartel general en Chicago o en
cualquier otra metrópoli con delegaciones en las ciudades vecinas. Estas organizaciones son
generalmente fnanciadas por las cuestaciones que realizan apelando a la generosidad pública.
Los empleados son nómadas que cambian de ciudad en ciudad y también de misión en misión
a menudo proceden del campo y a través del trabajo misionero en el medio urbano
encuentran el medio de manifestar su deseo de aventura y de reconocimiento social.
3- La misión local “salvaje” de naturaleza más o menos eomera que hace su aparición con
ocasión de ciertas crisis tales como situaciones de aumento del paro. Utlizando la crisis como
pretexto para reclamar fondos en favor de los parados funcionan durante un periodo y cuando
las condiciones han mejorado, desaparecen. Los empleados, atraídos para algunos meses de
servicio, se asocian a otra misión.

Thasher subttula su trabajo como “un estudio sobre 1.313 bandas en Chicago”. De la
monograoa de Thasher se concluía que el fenómeno de las bandas debía ser estudiado en
relación con su habitaba mas próximo. En la ciudad existría una zona interstcial entre los
barrios de negocios y las zonas industriales se trataría de barrios residenciales en decadencia,
estos eran los mas propicios para la aparición de las bandas. Para el las bandas eran una
manifestación de la desorganización social que lleva consigo el conficto cultural entre distntas
naciones y razas reunidas en un mismo lugar, y que están en contacto con una civilización que
les es extraña y en buena medida hostl. Las pandillas se formaban entre iguales.

El grado de organización de las bandas no era iguall


Tipo difuso: algunas bandas tenían escasa conciencia de pertenencia o de solidaridad entre
sus miembros que se reunían al azar, pero sin ningún tpo de estructura ni de liderazgo.
Tipo solidifcado: también había muy consolidadas con un alto grado de lealtad entre sus
miembros, generalmente en relación con la intensidad y extensión del conficto en el que
estuvieran inmersas, estas llegaban a ser muy fuertes y peligrosas, tanto mas cuento mayor
rechaza suscitasen a su alrededor. A veces tenían rasgo de una sociedad secreta.
Tipo convencionalizado: otro tpo de banda era menos confictva que se organizaba alrededor
de alguna actvidad lúdica como un club de atletsmo, o un salón de baile. Estas se alejaban de
las actvidades delictvas y podían alcanzar el reconocimiento social como una entdad
socialmente aceptable.

“THE GHETO” DE LOUIS WIRTH (1928)

Wirth en la primera mitad de su monograoa se dedica a explicar que signifca el fenómeno de


gheto en Europa. Al principio el gueto era una concentración de judíos en un barrio
determinado, que ellos realizaban de manera totalmente voluntaria. Con el paso de los años la
separación judíos/no judíos se insttucionalizo creándose una autentca frontera entre los
barrios que se fundamentaba en la diferencia étnica. El gheto tenía una autonomía notable en
lo que respecta a sus asuntos internos, y desde el exterior se tendía a verlo como una
comunidad unifcada, a la que se responsabilizaba colectvamente de la conducta individual de
algunos de sus integrantes.
Los funcionarios de la sinagoga eran los encargados de recoger todos los impuestos y pagar la
suma global que se les exigía.
Las insttuciones propias de tpo religioso, lega, educatva y de benefcencia crecieron de manera
que había una red que los conectaba entre si pero que al mismo tempo los aislaba del mundo
exterior.
Wirth señala la diferencia entre Europa occidental y la oriental. En el primer caso los gheto
estaban en trance de disolución lo que signifcaba una mayor integración de los judíos a la
sociedad, mientras que en el segundo estos seguían mirado hacia su interior y marcando
diferencias con el resto de la sociedad en la que Vivian. Esta diferencia explicaba en parte al
menos la situación del gheto en
Chicago.
Durante décadas los judíos emigrantes que recalaron en Chicago procedían de la Europa
Occidental y no tenían ningún interés en marcar diferencias respecto a los demás, sino por el
contrario en integrarse ene l modo de vida y en las insttuciones norteamericanas. Esto
explicaba que no había en Chicago un barrio judío identfcado como tal. No todos los judíos, sin
embargo, Vivian en el gheto de hecho, hacían lo mismo que el resto de los emigrantes en los
llamados barrios interstcialesl cuando alcanzaban un mayor nivel de ingresos y una mejor
posición social cambiaban de barrio y se establecían en donde su economía les permita, sin
tener demasiado en cuenta la procedencia étnica de sus vecinos. De esta manera el lugar de
residencia resulto ser un indicador preciso del tpo de judío que vivía en ella y obviamente del
nivel de prosperidad económica que había alcanzado.
Para la Escuela de Chicago el termina gheto signifcaba segregación y pobreza.
Se aplicaba a las áreas urbanas en las que vivía la población mas empobrecida lo que signifcaba
en general, además de los negros, inmigrantes europeos que trataban de buscarse con muchas
difcultades, una vida mejor en la sociedad americana. Para los de Chicago, el gheto era un
“área natural” mas, del mismo tpo que la cintura negra, o la Pequeña Italia. No eran solo judíos
los que buscaban a sus semejantes como vecinos.

Cada grupo hacia su propia vida, relacionándose con los demás lo necesario.
El gheto, en sentdo amplio, es un lugar que se forma como consecuencia de la segregación
además de ser un procedimiento por el cual el grupo segregado defende su cultura y su
identdad frente al resto de la sociedad.

La concepción del gheto de Park y Wirth lleva implícita dos ideasl


1. la primera concede cierto protagonismo, actvidad e iniciatva al grupo étnico residente en el
gheto, que va a ser visto como una población actva con un cierto protagonismo frente al grupo
culturalmente dominante.
2. La segunda implicaría que la “normalización”, la salida del gheto, la asimilación y superación
de su posición subordinada, pasa por la aceptación e integración en los valores de la sociedad
americana olvidando los propios.

“THE GOLD COAST AND THE SLUM” (LA COSTA DE ORO Y EL


BARRIO BAJO) DE HARVEY W. ZORBAUGH (1929)

No se trataba pues de conocer la realidad por mero afán cientfco, sino que este estudio, como
el resto de monograoas que se elaboran en la misma factoría, tene la voluntad de que sirva
para mejorar y hacer mas efcaz la intervención. Se trata pues de una sociología-antropología
aplicada, al servicio de la reforma social. Desde este presupuesto la relación entre los
investgadores y los que trabajaban en primera línea no podía ser más intensa. Lo que
Zorbaugh hizo en esta monograoa fue comparar dos zonas de la ciudad a las que llamo la
Costa de Oro y el Su ur io, dos zonas anexas en el Near North Side de Chicago.
Zorbaugh distnguió entre seis áreas naturalesl
1. La Costa de Oro
2. La zona de pensiones
3. La Bohemia
4. La zona de negocios abandonados y la zona de diversiones de la calle North Clark
5. El barrio bajo
6. La pequeña Sicilia
Lo mas frecuente era que los urbanistas de Chicago estudiasen a los pobres, los forasteros o
los mas o menos carentes de reputación. El capitulo sobre la Costa de Oro es una excepción.
Los Cuatrocientos tenían ciertamente un sentmiento de comunidad y además de comunidad
exclusiva, donde no era fácil acceder a los recién llegados. Según el autor lo que unía este tpo
de gente no era un sentmiento de comunidad vecinal, puesto que descubrió que muchos de
ellos tenían sus intereses profesionales y económicos en otros lugares, e incluso pasaban
grandes temporadas en otras ciudades e incluso en Europa. Lo que les unía era su sentmiento
de elite, de casta. Compartan un territorio convertdo en barrio de moda en el que tenían una
casa en la que vivir durante la temporada del año en la que era más fácil la vida social.
Según se pasaba hacia el barrio bajo se observaba el descenso en el sistema de clases sociales.
Por
ultmo se llagaba al barrio mas bajo, habitado por las sucesivas oleadas de emigrantes.
Zorbaugh identfco allí a miembros de hasta veintocho nacionalidades diferentes. Aplicando el
marco teórico de la Escuela a la que pertenecía este barrio se defnía por su desorganización
social.
La ultma parte descripta por el autor es la Pequeña Sicilia, conocida por otros como “pequeño
inferno”. Se habían concentrado allí los italianos y sobre todo los de origen siciliano. Este era
un caso claro de “área natural”. A la manera de los judíos del gheto, los habitantes de esta
zona de la ciudad organizar su vida social según los códigos culturales de la terra a la que
procedían. Las normas de convivencia estaban determinadas por un código social
mediterráneo en el que por ejemplo, son característcas las intensas lealtades familiares, un
estricto control sobre las mujeres, la idea del honor y de la vergüenza… al ser una colectvidad
volcada a si misma estaba mal visto recurrir a la policía, lo que imponía de hecho una regla de
silencio de la que se benefciaban los más fuertes y los que optaban por hacer su propia carrera
dentro de las estructuras del crimen organizado.

Consideraba que la era de los escarbadores en vidas ajenas y los setlements houses ya habían
pasado y que la nueva polítca social era una mezcla de voluntariado, organizaciones y
fundaciones de caridad y el movimiento de estudio de la comunidad que debía proveer de la
información de las ciencias sociales que serviría de base para las reformas sociales.
Enfoque cientfco y protagonismo de las clases situadas en la cúspide de la pirámide social, esa
era la mezcla que proponía el autor.

THE TAXI-DAANCE HALL, DE PAUL G. CRESSEY. 1932

Los Salones de baile solían estar localizados en la zona de pensiones, aquella en la que el
anonimato era casi total. Cressey se mostró interesado en describir lo que sucedía en el
interior de esos establecimientos entendiendo que se trataba de un mundo distnto, con su
vocabulario propio sus peculiares actvidades e intereses y sus propios sistemas de vida. en tal
institución se podía distnguir tres gruposl
- Los propietarios
- Las chicas (taxi-dancer)
- Los clientes
especto a los clientes, Cressey tuvo más difcultades para describirlos por su gran variedadl
desde hombres de negocios y de los estratos sociales más altos hasta hobos.
Lo que parece que nadie discute es que en el Departamento de Sociología de Chicago tuvieron
su origen una serie de conceptos y teorías que más tarde fructfcarían, aun después de que los
profesores mas signifcatvos se desperdigaran por diferentes universidades y lo que se conoció
más tarde como Escuela de Chicago empezara a perder infuencia ante el peso del
funcionalismo sociológico y el empuje de Harvard.

La tesis central de este trabajo es que entre la Escuela de Chicago y los primeros pasos del
trabajo social como profesión y como disciplina no solo hubo una intensa relación, sino que a
partr de esta relación el trabajo social se confgura como disciplina y no solo como profesión,
aprovechándose del intercambio de experiencias y de ideas.
Los de Chicago van a aportar teoría social con la que orientar las intervenciones y lo que es
mas importante, con la que proporcionar identdad a la disciplina. Que las teorías del yo
ampliado de
Mead se consttuyeran en la piedra angular de Trabajo Social según la afrmación de ichmond
signifca que fue allí donde encontraron una solución teórica al problema que provocaba mayor
polémica e incluso el enfrentamiento entre las organizacionesl las causas de la pobrezal
responsabilidad individual o etología social.
La infuencia pragmatsta trajo al Trabajo Social un horizonte utópicol la hermandad universal
entre los hombres, el ant evolucionismo que determino otra nota característca que
proporciona identdad a la profesión y a la disciplinal la proclamación de unos valores, de unos
principios étcos que, aunque se han ido formulando con mayor claridad años después y
adaptándolos a una realidad cambiante.
La democracia “radical” que ha de inundar todos los espacios de la vida social, la importancia
concedida a eso que se ha dado ha llamar “el puto de vista del actor” y como este “defne la
situación”, el énfasis en la perspectva microsocial a la hora de elegir el objeto de análisis y la
preferencia por las técnicas cualitatvas… son otras tantas aportaciones que merecerán en el
futuro proyectos de investgación específcos.
El nacimiento del Trabajo Social tene lugar en un momento en el que se cree que todo es
posible, que el ser humano ha tomado las riendas del futuro y puede construir una sociedad
mejor y un mundo mas humano. Las Ciencias Sociales habrían de estar al servicio de ese
proyecto.

LA INFLUENCIA DE GEORGE HERBERT MEAD EN LAS BASES


TEORICAS DEL PARADIGMA CONSTRUCTIVISTA.
Jordi M. Monferrer

¿Por qué el pensamiento de Mead no ha sido reconocido por la historia “oficial”, en la misma
medida que otros representantes de la psicología? Se puede decir que hay dos tipos de
explicaciones: aquellas centradas en la singularidad y dificultades de acceso a la obra de Mead,
y aquellas otras relacionadas con las particularidades de las ciencias sociales y con el peculiar
estatus de la psicología social dentro del entorno de nuestra disciplina.

LA PROYECCION TEORICA DE LA OBRA MEDIANA.


Su impacto ha quedado relegado en psicología a fundador de la escuela del
interaccionismo simbólico.
Lo que Mead dejara planteado con su obra es una teoría de las relaciones entre individuo y
sociedad, fuertemente enlazada en la tradición filosófica pragmatista, que parte de considerar
la existencia de una “realidad simbólica” distinta de una probable “realidad neutral” y
susceptible de creación y transformación. Sus estudios anticipan una visión epistemológica que
cuestiona que es o no científico por medio del consenso significativo, y el criterio de
objetividad social del lenguaje y la naturaleza simbólica de la sociedad, dejan de ser objetos de
especulación filosófica, volviéndose accesibles al análisis empírico.

Tras la muerte de Mead el interaccionismo simbólico se expande por las universidades


norteamericanas. Hébert Blumer reconoce en el primer capitulo de “El interaccionismo
simbólico: perspectiva y método”, su fu lamentación teórica en la obra de Mead.
Su punto de partida se sostiene en tres sencillas premisas: el ser humano orienta sus actos
hacia las cosas en función de lo que estas significan para él; el significado de estas cosas surge
como consecuencia de la interacción social; y los significados se manipulan y modifican
mediante un proceso interpretativo desarrollado por la persona al enfrentarse con las cosas
que va hallando a su paso. Blumer subrayara que la objetividad social no debe disociarse nunca
de la subjetividad de los actores. El enfoque metodológico que se deriva de estos
planteamientos para la psicología consiste en la aplicación de un paradigma interpretativo,
según el cual “el investigador debería enfocar el mundo a través de los ojos del actor”, y no
suponer que aquellos que el observa “es idéntico a lo que el actor observa en la misma
situación”
El objetivo básico de esta disciplina ha sido estudiar la conducta o comportamiento de un
conjunto de individuos, en los que la acción de cada uno esta condicionada por la acción de los
otros. De ahí que la influencia interaccionista se haya concretado en que, dentro de su espacio
conceptual, lo “social” se refiere directamente a la interacción en tanto que el
comportamiento humano siempre implica a otros. Mead en su “teoría de los roles” plantea el
concepto “Role-talking”, a partir de su razonamiento de que el individuo se convierte en un yo
en el proceso de desempeñar un rol, de desempeñar el rol del otro en una situación de
interacción.
El interaccionismo simbólico ha tenido también la relevancia de haber sido considerada la
primera teoría comunicativa de la sociedad. Su gran aportación es haber puesto de manifiesto
la importancia del lenguaje y la comunicación como factores
antropogénicos esenciales.
La sociología fenomenológica de Alfred Schütz plantea el individuo como actor que reproduce
su entorno a partir de sus interacciones cotidianas. La reflexión vuelve a centrarse aquí en las
relaciones intersubjetivas bajo el ángulo de la interacción. Supone volver a hablar de la
relación entre el yo y el otro, no tanto en la línea de reflexión antropológica de construcción de
identidades y alteridades, cuanto como punto de partida para la construcción social de la
realidad.
El concepto de intersubjetividad mediano: el encuentro por parte del sujeto de otra conciencia
que va constituyendo el mundo en su propia perspectiva.
Si nos centramos ahora en los enfoques que destacan como la realidad es construida por el
sujeto, podemos diferenciar dos corrientes teóricas, constructivismo y construccionismo.
- Constructivismo: parte del marco teórico de la Gestalt y del socio cognitivismo, y se centra en
los procesos de construcción individual de la realidad a partir de las estructuras perceptivas o
cognitivas.
- Construccionismo: se sustenta en la teorización ligada directamente al interaccionismo
simbólico, la etnometodologia y la teoría del acto social y del otro generalizado de Mead.
Ambas corrientes trabajan bajo un mismo paradigma teórico, aglutinan una amplia variedad
de propuestas teóricas que tratan de explicar la permanente (re)construcción social de la
mente

La teoría de las representaciones sociales de Serge Moscovici- Mora

Hablar de la Psicologia es, de entrada, un asunto difícil debido al inevitable encuentro con una
disciplina científica versátil y en construcción. Cuando se aborda lo que ha sido denominado
como Psicología Social, este problema se matiza aún más por la inclusión de los elementos
ideológicos de lo aparentemente subjetivo.
En este sentido, resulta interesante estudiar uno de los modelos relativamente recientes en
Psicología social: las "Representaciones Sociales", de Serge Moscovici.
Si se agrega además que dicha propuesta teórica esboza un planteamiento metodológico
interesante y renovador dentro del análisis del sentido común y de lo cotidiano, podrá
valorarse como una explicación útil en el estudio de la construcción social de la realidad.
En este escrito se describe y analiza el modelo de las representaciones sociales desde el punto
de vista del propio Moscovici, así como desde la perspectiva de investigadores que han
trabajado en esta línea, procurando apuntar algunas notas acerca de la teoría como su
metodología.
Se consultaron principalmente fuentes bibliográficas para estructurar de manera temática este
planteamiento, mediante la síntesis mas o menos literal de diversos textos.
Basado en el trabajo de tesis de licenciatura en Psicología en la Universidad de Guadalajara,
México, este documento fue escrito en colaboración con la psicóloga Martha Elba Lares
Gutiérrez y puede considerarse como una introducción al pensamiento de Serge Moscovici
para aquellos interesados en la investigación de las representaciones sociales, así como para
quienes resulta atractiva la teoría dentro de las ciencias sociales contemporáneas.

Siempre que se hace referencia a la Psicología, se consideran sus inicios a partir de la


instauración de esta disciplina como ciencia experimental. El dato más conocido habla que fue
en 1879 con la fundación del Instituto de Psicología en Leipzig, cuando inicia la Psicología como
ciencia experimental de laboratorio, correspondiendo a Wilhelm Wundt dicho mérito.
Wundt era un pensador alemán que dictaba cátedra de filosofía en Leipzig, enfatizando en
problemas psicológicos que hasta entonces eran resueltos mediante la especulación. Motivado
por ese problema, se dio a la tarea de instalar un laboratorio de Psicología experimental en el
que, utilizando métodos derivados en gran medida de la fisiología, trataba de abordar
problemas psicológicos. De esa manera, la Psicología dejaba de ser materia de especulación
dentro de la filosofía para iniciar su historia como ciencia experimental.
Conviene señalar que alrededor del proyecto del Instituto se publicaron algunas revistas bajo
la dirección del propio Wundt. Entre 1873 y 1874 apareció su Grundzüge der physiologischen
psychologie, que fue tomada casi como texto de la nueva ciencia psicológica que construía. Al
fundarse el laboratorio de Leipzig se crea el órgano oficial de la Psicología experimental, los
Philosophische Studien, que aparecen publicados entre los años de 1881 y 1904.
Atraídos por la nueva ciencia, por sus métodos y por las cátedras dictadas por Wundt, un
considerable número de estudiantes del extranjero -especialmente norteamericanos- estuvo
en Leipzig aprendiendo todo lo posible con el propósito de fundar laboratorios en sus
respectivos países. De manera tangencial pueden mencionarse los nombres de algunos de
dichos estudiantes quienes
más tarde aportaría ideas a la incipiente Psicología: Hall, Cattell, Wolfe; Pace, Scripture, Angell;
Titchener y Witmer, especialmente.
Sin embargo, según dice Robert Farr (1983), estos académicos muy probablemente no fueron
sensibles a los aspectos filosóficos y culturales de la tradición alemana de la investigación y
regresaron a sus países impresionados más bien por los deslumbrantes instrumentos utilizados
por la Psicología experimental alemana. Miopía científica que generaría el posterior auge de la
Psicología de laboratorio, individual y de tipo conductista, favorecida por el positivismo de
Mach y de Avenarius y por la particular manera de interpretar la idea de Wundt por parte del
gran difusor americano de esta Psicología, Titchener, y de su discípulo Boring, autor de la ya
clásica obra A History of Experimental Psychology.
Las preocupaciones de Wundt no estaban totalmente ubicadas en su proyecto de Psicología
experimental, sino que a la par iba construyendo modelos de explicación de otros fenómenos
a los que no se respondía en su laboratorio. Señala Farr (1983) que Wundt, desde principios de
1862, el el prefacio de su Beiträge zur Theorie der Sonneswarhnemung, se propone llevar a
cabo tres tareas: la creación de una Psicología experimental, de una metafísica científica y de
una Psicología social.
En consecuencia, Wundt establecía una distinción entre Psicología experimental y Psicología
social. Al asignarle un lugar a cada una de ellas, siguiendo la distinción básica alemana entre
ciencias naturales y ciencias sociales, diferencia por un lado a la Psicología fisiológica y
experimental y por el otro, a la social o etnopsicología: la völkerpsychologie.
La ciencia de laboratorio de Wundt tenía como idea metodológica central la experiencia de la
persona que brindaba el reporte introspectivo, siendo necesario acudir a otras formas 31

que dieran cuenta de fenómenos más complejos en donde el individuo no podía ser fiel testigo
por su implicación en el proceso. Desprende, por tanto, una metodología apropiada para los
procesos cognoscitivos superiores del hombre: la interpretación de los productos de la
experiencia colectiva. Los diez volúmenes de su Völkerpsychologie, publicados entre 1900 y
1920, fueron el intento de estructurar esta tendencia.
Buscó trazar la evolución de la mente en el hombre, consciente de la importancia del lenguaje
en este proceso y en su relación con el pensamiento y sus producciones. Influenciado por las
observaciones de Lazarus y de Steinthal sobre los pueblos; por Herder y su noción de cultura; y
por Hartmann en su idea acerca de lo inconsciente en la colectividad; Wundt siguió a Darwin
en su análisis de la evolución del gesto animal para desembocar en la dirección del habla y del
lenguaje humanos.
Echando mano de las versiones antropológicas a las que tenía acceso, Wundt parte del análisis
de la acción humana. Debajo de ese nivel de acción deliberada y voluntaria existe un primitivo
movimiento de impulso que implica expresiones afectivas espontáneas y que generan
respuestas de otros individuos. Aclara Kurt Danziger (1980) que existe una respuesta mimética
innata a las expresiones de otros por lo que es posible la transferencia de los estados mentales
del individuo. Según Wundt, este mecanismo de “comunicación de gestos” proveía las bases
indispensables de la vida social, sin la cual, los individuos humanos nunca podrían empezar a
entenderse.
Esta comunicación de los gestos origina productos culturales con existencia concreta: el
lenguaje, proporciona un medio para la operación de la actividad cognoscitiva superior; los
mitos, surgidos de esa base dan forma a la capacidad humana para imaginar; y las costumbres,
enmarcan la referencia dentro de la cual operan las opciones individuales y la voluntad. Con el
tiempo, estos productos culturales van cambiando regular y lentamente de tal suerte que,
para Wundt, la observación del proceso permitía hacer inferencias acerca de lo subyacente en
la Psicología de los individuos, que pudieran contrastarse con sus hallazgos de laboratorio.
Como puede deducirse, estas aportaciones de Wundt influyeron más de lo que se supone en
buena parte de los pensadores de este siglo. Robert Farr (1983) menciona entre otros a
Malinowski, Saussure y Mead; a Thomas, Durkheim, Boas y Freud. Además, es observable su
influencia en una amplia diversidad de ciencias sociales. Dentro de la Psicología alienta a dos
vertientes fundamentales, a saber: 1) la tradición de Mead con el interaccionismo simbólico en
la sociología estadounidense; y 2) a través de Durkheim, la investigación sobre
representaciones sociales por parte de Moscovici.
En conclusión y siguiendo a Pablo Fernández Christlieb (s.f.a), es posible decir que, junto con
Le Bon y Tarde, Wundt construye con su Psicologia de los pueblos el basamento de la
Psicología social en este siglo y particularmente de la Psicologia colectiva.
Siguiendo con la incipiente teorización acerca del espacio disciplinar de la Psicologia social que
Wundt inaugurara, surge un movimiento filosófico en Norteamérica con fuertes implicaciones
en la pedagogía, la comunicación y la propia Psicologia: el pragmatismo. Con William James,
pero más concretamente con John Dewey y George Herbert Mead, el pragmatismo se define
como una filosofía de la acción.
En su crítica al modelo del arco reflejo que supone como objeto la formulación de relaciones
causa- efecto entre estímulos ambientales y reacciones de organismos, John Dewey propone
un entredicho que busca diluir ese mecanismo causal: es la acción del propio individuo lo que
determina la relevancia de los estímulos dentro del contexto delimitado de la misma acción.
No es una reacción organísmica refleja sino una decisión activa la que proyecta los actos de los
individuos. Con esa aportación, Dewey critica la solvencia teórica de los modelos psicológicos
simplistas que aparecían como la novedad en los primeros decenios del siglo XX.
Este pragmatismo -que suele confundirse inexactamente con el utilitarismo-, intenta una
superación del dualismo cartesiano, según apunta Hans Joas (1987). Al desarrollar el concepto
de acción, queda transformada toda la relación entre conocimiento y realidad:
El concepto de verdad ya no expresa una correcta representación cognoscitiva de la realidad,
sino un aumento del poder para actuar en relación con un entorno.(Joas, 1987 p. 118)
Esta influencia del pragmatismo en la sociología se hace más decisiva al establecerse la Escuela
de Chicago, como una vía de realización de esta filosofía social, encabezada por Dewey y
Mead. En este ambiente, Mead empieza a integrar en un cuerpo teórico las ideas de Royce
sobre la colectividad, y las ideas de Charles S. Peirce acerca del signo, para entablar el diálogo
con un concepto fundamental dentro de la Psicología social: la intersubjetividad.
George Mead basa su Psicología social en una esmerada lectura de Darwin y de la
etnopsicología de Wundt, escudriñando desde el gesto animal el proceso evolutivo de la
comunicación humana. Si Wundt realza el papel del lenguaje como catalizador de la relación
del hombre con su colectividad y con la cultura como su producto, Mead aborda a la
comunicación en esta forma de interacción.
Inicialmente, rechaza analizar el espacio interior de los individuos planteando la pertinencia de
un espacio de realidad en las mediaciones; un espacio interactivo no biológico sino social que
es percibido en términos de significaciones, puesto que su materia es el símbolo. Mead toma
como unidad de análisis lo que denomina el acto social. Aquí, el símbolo y su significado son
propiedad de la situación interactiva, no están fuera. Cabe decir que la existencia de tal
significado no implica necesariamente la consciencia del mismo, puesto que ello sólo se
consigue a través de la simbolización.
El argumento básico de Mead es que en este espacio interactivo radican los símbolos y sus
significados, por lo que sólo ahí puede formarse el espíritu (Mind), conformado en el proceso
de la comunicación. Los individuos no existen como tales sino como la persona (Self), cuyo
tamaño abarca su espacio social teniendo a la sociedad (Society) como fondo. En
consecuencia, Mead enfatiza dos características de esta interacción: a) quien se comunica
puede comunicarse consigo mismo, y b) esta comunicación crea la realidad.
Ampliando acerca del habla significante, Mead puntualiza:
Cuando hablamos del habla significante, queremos siempre decir que el individuo que escucha
una palabra emplea, en cierto sentido, esa misma palabra con referencia a sí propio. El
proceso de dirigirse a otra persona es un proceso de dirigirse también a uno mismo, y de
provocar en sí la reacción que provoca en el otro. (citado en Fernández Christlieb, s.f.b p. 59)
En consecuencia, Mead coloca a la intersubjetividad dentro de lo que llama conversación
interior, el pensamiento, constituido por tres interlocutores: el Yo, el Mí y el Otro:
El Yo que actúa, que se aparece, que emerge de repente y sin aviso; el Mí, que constituye el
percatamiento de lo que hizo el yo; y el Otro, que es el bagaje de criterios con que cuenta el mí
para evaluar los actos espontáneos de ese yo... por eso el otro de Mead es otro Generalizado,
que corresponde a la colectividad, a la realidad social, a la comunicación en la cual el yo y el mí
existen.(Fernández Christlieb, s.f.a, p. 15)

En síntesis, el mí supone asumir el punto de vista colectivo con respecto a uno mismo, y el otro
generalizado es la gran colectividad con la que uno se relaciona y que tiende a ser
interiorizada: la sociedad crea a los individuos. Parafraseando a Carlo Donolo (1981), puede
decirse que gracias a esa “reflexividad” de la experiencia a través del lenguaje, el individuo se
relaciona con su propio pasado, asume la actitud de los otros respecto a sí mismo y se integra
al proceso social en forma dinámica.(cfr. Martín-Baró, 1983 pp. 123-124)
Todas esas reflexiones hechas por Mead y manejadas en sus cátedras, serían publicadas de
manera póstuma (en 1934) en un libro titulado Mind, Self and Society, editado por la prensa de
la Universidad de Chicago y bautizadas por Herbert Blummer como interaccionismo simbólico.
A manera de recapitulación, pueden acotarse las aportaciones más significativas de Mead a las
ciencias sociales, incluyendo a la Psicología:
a) Enfatiza la noción de una realidad simbólica distinta de una probable realidad natural;
susceptible de creación, de transformación y de destrucción.

b) Anticipa la visión epistemológica que cuestiona lo que es o no científico por medio del
consenso significativo y el criterio de objetividad científica como una construcción simbólica.

a) Su análisis de la sociedad contempla la posibilidad de la incorporación total del individuo a


un universo de razón, actividad consciente y voluntaria, hacia una esfera pública no restrictiva
(v.g. los teóricos de la Escuela de Frankfurt y de la teoría crítica, como Habermas).

b) La naturaleza social del lenguaje y la naturaleza simbólica de la sociedad, dejan de ser


objeto de especulación filosófica haciéndose accesibles al análisis empírico.

Las lagunas que George Mead dejó dentro de sus supuestos teóricos, han dado pie a muy
diversas disciplinas: sociología fenomenológica del conocimiento (Schutz, Berger y Luckmann);
etnometodología (Garfinkel); teoría de las representaciones sociales (Moscovici). Tal y como
Berger y Luckmann (1967) han señalado al referirse a su deuda teórica con Mead, eslabonar
esta sociología del conocimiento sugiere la posibilidad de la existencia de una Psicología
sociológica, es decir, una Psicología social con perspectiva sociológica y una notoria
preocupación por lo simbólico, por su papel en lo colectivo y por la construcción social de la
realidad.
Émile Durkheim, uno de los fundadores de la sociología científica, visitó entre 1885 y 1886
varias universidades alemanas, entre las cuales se encontraba la de Leipzig donde Wundt
dictaba sus cátedras y tenía su laboratorio de Psicología experimental. El rigor con que Wundt
realizaba sus experimentos, así como el hecho de que contara con una publicación oficial de su
propio laboratorio, fueron motivos para que Durkheim se mostrara interesado en esas
propuestas tanto de la Psicología experimental como de la etnopsicología.
Al igual que Wundt, Durkheim (1898) estableció diferencias entre las representaciones
individuales y las representaciones colectivas, explicando que lo colectivo no podía ser
reducido a lo individual. Es decir, que la conciencia colectiva trasciende a los individuos como
una fuerza coactiva y que puede ser visualizada en los mitos, la religión, las creencias y demás
productos culturales colectivos. Al respecto, Ignacio Martín-Baró señala:
Una sociedad mantiene su unidad debido a la existencia de una conciencia colectiva. La
conciencia colectiva consiste en un saber normativo, común a los miembros de una sociedad e
irreductible a la conciencia de los individuos, ya que constituye un hecho social. (Martín- Baró,
1985 p. 33)
Fundamentado en su visión teórica, Durkheim se atreve a hacer la diferencia entre sociología y
Psicología: a la primera le correspondía analizar todo acerca de las representaciones colectivas
y a la segunda lo propio de las representaciones individuales. En consecuencia, Durkheim
(1895) definía el campo de la Psicología social argumentando que debía estudiar cómo las
representaciones sociales se llaman y se excluyen, se fusionan o se hacen distintas unas de
otras. Sin embargo, estrecha el ámbito de estudio de la Psicología poniendo en la mira de la
sociología una buena cantidad de fenómenos que atañían más a una especie de Psicología
social o colectiva.
Tuvieron que pasar varias décadas para que Serge Moscovici retomara estos planteamientos y
desarrollara una teoría en Psicología social con marcada tendencia sociológica cuando el
común denominador de las investigaciones en Psicología era lo individual, por la influencia
norteamericana. Con su teoría de las representaciones sociales, Moscovici integra en una
Psicología social las aportaciones de diversas disciplinas, dentro de un contexto europeo de
rápida expansión.

SERGE MOSCOVICI
La teoría de las representaciones sociales

Concepto básico sobre lo que son las representaciones sociales según Moscovici:
Sistema de valores, nociones y prácticas que proporcionan a los individuos los medios para
orientarse en el contexto social y material, para dominarlo..un corpus organizado de
conocimientos en un grupo o en una relación cotidiana de intercambios, liberan los poderes
de la imaginación.
En cuanto a sus orígenes teóricos, cabe señalar tanto la separación entre representación
colectiva y representación social, como la distinción entre los conceptos de actitud y
representación.

Moscovici señala que lo que diferencia las actitudes de las representaciones sociales son el
hecho de que las actitudes hacia un objeto de la realidad social son en cualquier caso, el
resultado de representaciones previas sobre dicho objeto.
Desde este punto de vista, las representaciones sociales construyen el estímulo al tiempo
que determinan la repuesta, las diferencias entre las actitudes y las representaciones sociales
se refieren, precisamente, a la concepción dominante en la psicología social psicológica que
considera a las actitudes como disposiciones psíquicas que se encuentran en el individuo.
En tercer lugar, la teoría de las representaciones sociales ha sido presentada por Moscovici
como una alternativa a la psicología social cognitiva tradicional,
La teoría de las representaciones pretende ser una recuperación de la dimensión social y
simbólica del conocimiento como objeto de estudio de la psicología social. Las
representaciones sociales comparten, por tanto, 3 características fundamentales como son:
1) su formación en la interacción social,
2) el hecho de que sean siempre representaciones de algo o de alguien y,
3) finalmente que tengan un carácter simbólico.
Las representaciones sociales pueden ser definidas como: una forma de conocimiento
específico, el saber del sentido común, cuyos contenidos manifiestan la operación de procesos
generativos y funcionales socialmente caracterizados.
En el sentido más amplio designan una forma de pensamiento social. Las representaciones
sociales constituyen modalidades de pensamiento práctico orientadas hacia la comunicación,
comprensión y el dominio del entorno social, material e ideal.
El propósito de las representaciones es el de transformar aquellos aspectos de la realidad
que nos son extraños o nos perturban en un conocimiento de sentido común conocido y
manejable
El surgimiento de esta teoría data de 1961 en París luego de varios años de estudios, Serge
Moscovici presentó por primera vez en su tesis doctoral titulada “El psicoanálisis, su imagen y
su público, la noción de representación social”. El estudio versó sobre la manera en que la
sociedad francesa veía el Psicoanálisis, mediante el análisis de la prensa y entrevistas en
diferentes grupos sociales.
A lo largo de los años el concepto ha evolucionado, sin perder su esencia. De esta manera se
pueden definir como: sistemas cognitivos en los que es posible reconocer la presencia de
estereotipos, opiniones, creencias, valores normas que suelen tener una orientación
actitudinal positiva o negativa.

Se constituyen, a su vez, como sistemas de códigos, lógicas clasificatorias, principios


interpretativos y orientadores de las prácticas, que definen la llamada conciencia colectiva, la
cual se rige con fuerza normativa en tanto instituye los límites y las posibilidades de la forma
en que las mujeres y los hombres actúan en el mundo.
En otras palabras pudiera considerarse como la teoría de la que las personas y grupos
obtienen una lectura de la realidad y además, toman una determinada posición en relación a
ella.
Esta categoría proveniente de la sociología pero de la cual se ha empoderado la psicología
social se erige como alternativa viable para la investigación de cualquier fenómeno que se de
en la sociedad. Los métodos para identificar la representación social de un objeto determinado
varían según la consideración del investigador.
Por mencionar algunos nos podemos encontrar con la asociación libre de palabras, entrevista,
cuestionarios para determinar conocimientos y actitudes sobre el objeto, dibujo, grupos
focales, etc.
La representación social no es una intermediaria sino un proceso que hace que concepto y
percepción sean intercambiables puesto que se engendran recíprocamente.
El campo de investigación de la teoría de las representaciones sociales ha ido expandiendo su
estudio a diferentes aspectos de la vida social, como la enfermedad mental, la inteligencia,
desempleo, la transformación del conocimiento científico – conocimiento reificado, en la
terminología utilizada por moscovici- en conocimiento consensuado de carácter práctico
continúa siendo un aspecto central del estudio de las representaciones sociales
Algunos psicólogos sociales han destacado que la definición de representación social debería
ser más precisa, de forma tal que permita una delimitación clara de su campo de estudio.-
Las representaciones sociales son sistemas cognitivos: prejuicios, estereotipos, creencias,
valores, normas
etc. Se constituyen en sistemas de códigos, valores, lógicas clasificatorias principios
interpretativos, sentido común. Se estudian para entender la dinámica, interacciones
determinantes de las prácticas sociales. Desentrañar y cuestionar núcleo figurativo,
transformar las practicas sociales.

MÓDULO 3

La construcción social del socioconstruccionismo: retrospectiva y perspectivas- ibañez

A lo largo de estos últimos años la orientación socioconstruccionsita se ha afianzado de


manera muy notable en el seno de la psicología social, y esto se evidencia de multiples formas.
Valga como botón de muestra el volumen ya considerable alcanzado por las publicaciones
generadas desde esta orientaión, o el importante número de investigadores/as que se
reclaman de ella en distintos países. Valga también el hecho de que nadie, en la disciplina,
puede pasar por alto su existencia y que no haya otra alternativa que la de estudiarla y
conocerla, con mayor o menor detalle, aunque sea para problamar que convieen ignorarla.
Pero lo más llamativo es quizás que algunos de sus presupuestos están influyendo, y se van
incoporporando aunque sea en dosis homocopaticas en el seno de las demás orientaciones.
Se habló de una nueva orientación que pugnaba por abrirse un espacio en la psicología social.
Hoy esa ya ha perdido su aura de no verdad, y pertenece a la historia reciente de la misma.
También se habló de una orientación alternativa hoy el socioconstruccionismo ha abandonado
los márgenes de la disciplina para situarse a una distancia de sus núcleos centrales que, sin ser
del todo cercana, tampoco aparece como desmesurada. Aunque sesa anecdótico resulta
llamativo por ej: que el último congreso nacional de psicología social se haya celebrado bajo un
lema que reza “construyendo encuentros”.

Repaso histórico- sus antecedentes se hayan en el fuerte cuestionamiento interno al que fue
sometida la propia disciplina hacia fines de los 60 y 70, en el periodo de la crisis de la psicología
social. Se desarrolló entonces un doble cuestionamiento de los principales supuestos
metodológicos, teoricos y también prácticos de la disciplina. La primera vertiente de este
doble cuestionamiento, que podríamos calificarlo como nuncia de la asunción acrítica de los
postulados positivistas y neo positivistas por parte de la disciplina. La segunda vertiente, de
naturaleza más política se dirigía a la nula implicación social y a la escasa utilidad practica de
las aportaciones realizadas por la investigación psico sociológica.
El cuestionamiento político conectaba muy directamente con el clima contestatario que se
había extendido por numerosos campos universitarios, así como con una agitación social que
encontraba en la juventuda uno de sus principales protagonistas, y con el inicio de una
profunda recomposición de los movimeintos sociales.

A principios de los 80, la intensa actividad crítica desarrollada en los años anteriores
desemboque finalmente sobre unas propeustas mucho más elaboradas que prefiguran ya el
construccionismo social.
Kenneth Gergen en las formulaciones de estas propuestas publica un libro de un rigos
epistemológico y de una densidad filosófica poco habitual en el ámbito de la psicología social,
que testimonia de la seriedad y de la solidez de la nueva agenda que se estaba elaborando.
Bien es cierto que la expresión construccionismo social aún no se utiliza en ese libro para
denominar la propuesta teorica que en él se presenta, y que será preciso esperar a la
publicación en 1985 de un sonado articulo “the social construccionist movement in modern
psychology”.
El socioconstruccionismo no habría conseguido consolidarse, ni presentaría las características
que lo definen actualmente si el clima intelectual de fines de los 70 y principios de los 80 no
hubiese estado marcado por un conjunto d eaportaciones que, pese a su diversidad,
presentaban un inequívoco aire de familia. Me estoy refiriendo a Foucault, a los desarrollos del
segundo giro linguistico protagonista por la escuela de Oxford, por otra parte, pero también al
resurgir del pragmatismo de la mano de Richard rorty, así como el auge del post
estructuralismo, sin olvidar la constitución del paradigma de la complejidad, ni tampoco la
creciente atención prestada a la discursividad y a los planteamientos post modernos. Es decir,
en definitiva, a la construcción de un contexto intelectual que permitió enriquecer
considerablemente la segunda teórica inicialmente propuesta por el construccionismo social,
al mismo tiempo que facilitaba su aceptación por parte de quienes, dentro de la disciplina, se
mostraban sensibles a una o varias de las mencionadas aportaciones contemporáneas.
El acierto consistió en privilegiar la dimensión instituyente del socioconstruccionismo por
encime de su dimensión instituida, o su carácter de proceso en desarrollo por encima de sus
carácter de producto más o menos acabado. Simple diferencia de énfasis, si se quiere, pero
diferencia de énfasis, si se quiere, pero diferencia consonante con las propios supusetos
epistemológicos que nutrían al construccionismo social y que inducía a pensar esta orientación
mediante la metáfora de un archipiélago más o menos disperso en lugar d erecurrir a la
me´tafora de un macizo constinente teórico.
Tras mucho es correcto atribuir al socioconstruccionismo los siguientes resultados y efectos:
- El haber conseguido alentar una permanente incisive sensibilidad critica en relación a los
diversos procedimientos de auto legitimación aritulados por las Corrientes tradicionales y
dominantes de la psico. Social. Cuando esta sensibilidad critica se nutre ademas de un fuerte
bagaje de conocimientos epistemológicos y filosóficos, se torna muy difícil no solamente
desembocar dichos procedimientos sino también argumentar convincentemente la propia
aceptabilidad de los mismos.
- El haber forzado, ensachándolos considerablemente, los espacios de legitimación de la propia
disciplina, para así dar cabida a metodologías de investigación a planteamientos teóricos, y a
intereses investigadores que no hace tanto tiempo habrían sido vehementemente
descalificados. Gracias en parte al socioconstruccionismo, los grados de libertad de los que se
dispone para producer conocimientos legitimos en psico. Social se han incrementado
notablemente.
- El haber contribuido a tornar mas permeables las fronteras disciplinarias, impulsando flujos
de intercambio con la sociología, etc.
- El haber realizado aportaciones substantivas en la investigación de un amplio conjunto de
fenómenos psicosociales, entre los cuales solo mencionare ej: la identidad, subjetividad,
discriminación o las relaciones interpersonales.
- El haber elevado el grado de sensibilidad hacia la dimension política de las diversas prácticas,
de investigación u otras, que se desarrollan en y desde la propia psico. Social.
- El haber constituido una importante red de soporte de publicaciones susceptible de acoger
los textos que no encajan en los parametros estándar de la disciplina.

Una de las principales debilidades del construccionsimo social proviene de aquello mismo que
le ha dado parte de su fuerza y que ha realizado el interés que presenta. Me estoy refiriendo a
su flexibilidad a su carácter abierto y a su configuración como un movimiento más que como
una doctrina teórica dotada de una fuerte coherencia interna. En efecto, la capacidad que ha
tenido, para acoger en su seno formulaciones y planteamientos tan diversos, ha generado
variso efectos problemáticos. Primero el adquirir poco a poco cierta apariencia de cajón de
sastre, donde casi todo tiene cabida.
La propia especificidad de las diversas orientaciones que conforman el socioconstruccionismo
genera unas tensiones entre ellas que cuestionan la cohabitación en un mismo marco teórico y
amenazan con hacerlo estallar en islotes inconexos.
Otra debilidad de aquello mismo que hizo su fuerza, me refiero a su rápida y fuerte
consolidación en el seno de la disciplina y a su reconocimiento como na de las corrientes
legítimas de la psico. Social.
No faltan argumentos para considerar de forma eminentemente crítica las actuales
limitaciones del socioconstructivismo, la primera se relaciona con el énfasis que supo poner el
construccionismo social sobre la incuestionable importancia del lenguaje, y sobre la naturaleza
discursiva de una entidades y de unos fenómenos psicológicos que convenía des-naturalizar,
des-esencializar y arrancar a la supuesta interioridad del individuo. El problema radica más
bien en que la necesaria atención prestada al ámbito de la discursividad no haya ido de la
mano de un igual interés por el campo, amplísimo, de las prácticas de carácter no discursivo.
Se han dejado de lado los objetos que ejercen sus efectos por medio esencialmente no
linguisticos tales como con el cuerpo, tecnologías, etc, esta parcialidad no es grave porque nos
haya privado de ciertos conocimientos sobre objetos interesantes sino porque por decirlo de
alguna manera, ha desequilibrado el socioconstruccionismo haciéndose olvidar la importancia
de las codiciones materiales de existencia. No solo se ha ignorado aquello que actúa con
independencia del discurso, sino que se le ha invisibilizado con todas las consecuencias que se
desprenden de este tipo de operación.
La segunda línea tiene que ver con la incapacidad, las resistencias para extraer las
consecuencias explícitamente políticas de sus propios presupuestos y para desarrollar una
intervención en el plano teórico y en el de las prácticas, que estauviece en consonancia con el
carácter insoportable de las condiciones de existencia que nuestro modelo de sociedad
impone a la inmensa mayoría de los seres humanos y con la insoslayable urgencia de construir
un mundo distinto.

LA PSICOLOGIA SOCIAL COMO DISPOSITIVO DESCONTRUCCIONISTA Ibáñez.

1. EN DEFENSA DE PENELOPE
Si fuera preciso elegir un personaje emblemátco para simbolizar la psicología social, no dudaría
en rescatar, desde los textos griegos, la venerable fgura de Penélope, empeñada en deshacer
por la noche la labor que había realizado durante el día
El autor usa tres tpos de argumentos.

EL primero en orden ontológico: se basa en la propia naturaleza de los fenómenos sociales. La


realidad social no es independiente de las practcas humanas, consttuye precisamente un
resultado de esas practcadas.
Tiene consecuencias sobre el tpo de conocimiento que podemos construir acerca de ella. Este
reconocimiento no deja otra opción mas que la de resaltar la insoslayable dimensión histórica
de los fenómenos sociales. Todos los fenómenos sociales son producciones históricamente
situadas, y por lo tanto sin cambiantes con las épocas. La modifcación de los fenómenos
sociales resulta inevitable si se piensa que las practcas humanas que los consttuyen presentan,
la peculiaridad de ser unos procesos que crean en el transcurso de su desarrollo las condiciones
para su propia transformación.
Por otro lado, el conocimiento que elabora la psicología social sobre sus objetos de estudio no
es un conocimiento que cambia, al igual que los conocimientos de otras ciencias, únicamente
porque se hace mas preciso, sino que es un conocimiento que también es cambiante porque
cambian las característcas de los objetos sobre los que se versa.

A semejanza de lo que le ocurría a Penélope el psicólogo social construye conocimientos que


será preciso de hacer algún tempo después de que hayan sido construidos.
Los fenómenos sociales no solo son históricos porque cambian con el tempo y porque son
relatvos al periodo histórico en el que se manifestan, sino que son intrínsecamente históricos
en el sentdo de que tenen memoria. Las característcas presentes del fenómeno no son
independientes de su genealogía, o lo que es lo mismo, su forma actual resulta de las practcas
sociales y de las relaciones sociales que lo fueron consttuyendo.
Ciertos fenómenos sociales consttuyen “no acontecimientos” en la medida en que son
literalmente invisibles en un periodo histórico dado, y estos “no acontecimientos” solo se
transforman en auténtcos acontecimientos a la luz de los desarrollos que ocurren con
posterioridad. Este fenómenoes bien conocido y no encierra en sí mismo ninguna difcultad,
pero se torna problemátco por el hecho de que el curso de la historia social no esta
estrictamente determinado y que toma en cada momento uno de los varios caminos que el
pasado hace posible.
La genealogía de un fenómeno social cambia a medida que se producen acontecimientos
posteriores, si para conocer un fenómeno es preciso conocer su genealogía, y si esta es
cambiante, entonces también debe ser cambiante el conocimiento del fenómeno.
Los objetos que deben dilucidar los psicólogos sociales no pueden dar lugar mas que a un tpo
de conocimiento incompleto, no estrictamente formalizable, y a unos contenidos que están
marcados con una fecha de caducidad muy cercana al momento mismo de su elaboración.

El segundo en orden epistemológico: contempla las característcas del conocimiento que


producimos sobre los fenómenos sociales.
Entre todos los cientfcos quizá sean los psicólogos sociales, junto con los sociólogos, quienes
deberían tener una conciencia más aguda del carácter sociohistórico situado de las categorías
de pensamiento a las que recurren para dar cuenta de la realidad. Los conceptos, los análisis y
las teorías que utlizamos para dar cuenta de la realidad social forman parte, ellos mismos, de
esa realidad. El conocimiento que podemos producir en un periodo histórico dado es
dependiente del entramado sociocultural que caracteriza ese periodo. Ningún investgador
social puede pensar la sociedad en la que vive desde fuera de ella misma, tene unas
consecuencias que no son en absoluto triviales. Tanto la ausencia de un meta-nivel desde el
cual poder valorar el grado en que nuestras explicaciones de los fenómenos sociales se limitan
simplemente a reproducir los principios épocales, asi como la imposibilidad de transcender los
limites de la “forma de vida” o de “la tradición” en la que esas explicaciones adquieren sentdo,
contribuyen a acentuar el carácter “provisional” de las explicaciones que construyen los
análisis de lo social.

A partr del momento en que se reconoce que el saber sobre la sociedad esta en la sociedad, es
preciso abandonar a la creencia, a todas luces infundada, en una supuesta “objetvidad” de los
saberes psicosociales. El planteamiento neopragmatsta, que vincula la aceptabilidad racional
de un conocimiento con los criterios consensuados en el seno de una comunidad cientfca
partcular, cobre a partr de aquí una mayor credibilidad.
El hecho de que los conocimientos psicosociales sean “interiores” a la sociedad en la que se
formulan produce a su vez dos consecuencias ineludibles:
1- Esos conocimientos son intrínsecamente provisionales, puesto que ninguna forma
sociocultural es invariante.
2- Esos conocimientos deben ser permanentemente deconstruidos para poder hacer aforar las
determinaciones socioculturales implícitas que vehiculan de forma acrítca.
En el plano de la ontología, los objetos de conocimiento de la psicología social son objetos
eminentemente históricos, y que, en el plano de la epistemología los conocimientos
psicológicos también son intrínsecamente históricos.
A diferencia de lo que ocurre en el ámbito de los fenómenos naturales, cuando se entra en el
ámbito de los fenómenos sociales, el nivel epistemológico se convierte en una fuente de
producción ontológica.

En efecto, la combinación entre la dimensión simbólica de la realidad social, por una parte y
por otra, la dimensión “agencial” del ser social, se traduce por lo que Gergen ha llamado el
efecto de “ilustración”, es decir, por el hecho de que los conocimientos producidos acerca de
un determinado fenómeno social revierten sobre ese fenómeno, modifcándolo. Los conceptos
que uno utliza para pensar en la propia identdad, pasan a consttuir esa identdad. Lo que
sabemos infuye sobre nuestra percepción de la realidad que, a su vez, nuestra percepción de la
realidad incide sobre nuestras actuaciones. No es únicamente nuestra percepción de la
realidad social la que se ve afectada por los conocimientos producidos, sino la propia
naturaleza de esa realidad social. En otras palabras, no es el nivel fenológico sino el nivel
propiamente ontológico el que queda parcialmente consttuido por los saberes a los que
recurrimos para conceptualizarlo.
Esto desemboca sobre varios aspectos paradójicos:
1- Parece que cuanto más preciso y acertado consiga ser un conocimiento, más rápidamente
deberá ser abandonado. Un conocimiento “aproximatvo”, o que tolere un cierto margen de
imprecisión, seguirá siendo válido, aunque el fenómeno explicado sufra ciertas modifcaciones.
2- Parece que cuanto mayor sea el reconocimiento cientfco que se preste a un determinado
conocimiento, cuanto mayor sea su éxito, más rápidamente dejara de ser cálido.
El efecto de ilustración tiene una consecuencia de orden polítco, o normatvo, que los
psicólogos sociales no pueden eludir. Si es cierto que los conocimientos “cientfcos” que se
inyectan en el tejido social transforman la realidad social, entonces el productor de esos
conocimientos adquiere una responsabilidad polítca evidente. No queda otra alternatva para
la investgación social más que abandonar toda creencia en una supuesta “neutralidad” del
conocimiento cientfco.

El tercero se sitúa en la intersección de los dos primeros: se apoya en la peculiar relación que
tenen entre si los fenómenos sociales, por una parte, y su conocimiento por otra
Un argumento de tpo trascendental: no es que el psicólogo social se encuentre simplemente
ante la necesidad contngente de deshacer lo que hace, sino que debe deshacerlo si pretende
contribuir a la elaboración de una psicología social acorde con los únicos “intereses” que
permiten justfcarla.
A partr del momento en que se reconoce que el interés por la predicción y el control no
pueden sustentar el proyecto de conocimiento psicosociológico, tanto por razones ligadas a su
objeto de conocimiento como por razones de tpo normatvo, queda claro que conviene susttuir
la razón instrumental por una racionalidad basada en la comprensión y la dilucidación de la
realidad social. En este sentdo se hace imprescindible establecer como tarea prioritaria el
análisis critco de todas las evidencias que estructuran el tpo de entendimiento de lo social que
caracteriza a nuestra época, y en torno a las cuales se organiza nuestro funcionamiento
cotdiano como seres sociales. El psicólogo social debe recurrir a la deconstrucción sistemátca
como método básico para producir conocimientos relevantes en el marco de su disciplina

2. LA AGENDA DE LA “NUEVA PSICOLOGIA SOCIAL”:

PRESUPUESTOS EPISTEMOLOGICOS.
Hace ya algún que la concepción heredada de la racionalidad cientfca, y su traducción
especifca en el marco de las ciencias sociales, ha dejado de ser razonablemente defendible,
dejando paso a una concepción resuelta y radicalmente postpositvista. Aunque el análisis
critco nunca deba darse por concluido, ya ha pasado el tempo en que este consttuía una
exigencia prioritaria. La batalla contra el positvismo ya esta ganada en el plano conceptual y su
derrota en el plano practco esta asegurada a medio plazo.
Aunque la “nueva psicología social” se enfrenta con muchos problemas de difcil solución, han
alcanzado ya una serie de logros sólidamente establecidos que consttuyen puntos de no-
retorno, a partr de los cuales pueden y deben desarrollarse las nuevas líneas de investgación.
Asi, por ejemplo, ya no se puede ignorar la dimensión hermenéutca de los hechos sociales,
como tampoco se puede pasar por alto la dimensión hermenéutca de las explicaciones que
ofrecen las ciencias sociales. Otro ejemplo: si bien se puede discrepar profundamente del
análisis realizado por Michel Foucault sobre las relaciones de poder, ya no puede pensarse
sobre el poder como se pensaba antes de este.

En el plano epistemológico, la fuerza de los argumentos a favor de una concepción


norepesentacionista del conocimiento cientfco hoy parece poco rebatble. No solo esta claro
que las tesis sobre la “verdad como correspondencia” son incapaces de resolver la aporía de
un supuesto acceso independiente a la realidad, sino que tenen serias difcultades para asumir
plenamente las consecuencias de dos cuestones frmemente establecidas: la dimensión
construida de los hechos cientfcos, por una parte, y la osmosis parcial entre enunciados
observacionales y enunciados teóricos, por otra. Peros i esto fuera poco, la imposibilidad de
que el conocimiento cientfco pueda trascender en la últma instancia las constricciones que le
imponen tanto el lenguaje “natural”, como las “preconcepciones” que conforman una
tradición cultural determinada. Estos signifcan que por lo menos algunas de las condiciones de
posibilidad y de las condiciones de inteligibilidad del conocimiento cientfco son, en defnitva,
de naturaleza social y, por lo tanto, histórica. Se justfca la necesidad de susttuir la flosofa del
conocimiento cientfco por una sociología de dicho conocimiento. Una sociología preocupada
por la naturaleza “intrínsecamente” social del conocimiento cientfco y de las practcas que lo
construyen. La adaptación de una perspectva norepesentacionista sitúa a la ciencia sociales, y
partcularmente a la psicología social, en una posición estratégica para dar cuenta de la
naturaleza de la ciencia.
Una de las consecuencias que tene la reinserción de la ciencia en el seno de los fenómenos
sociales es la de hacer insostenible cualquier tentatva de fundamentar la supuesta neutralidad
del conocimiento cientfco. Si el conocimiento cientfco en general pierde sus atributos de
neutralidad es evidente que, con mayor motvo, el conocimiento cientfco social debe ser
necesariamente considerado en sus dimensiones normatvas.

3. LA AGENDA DE LA “NUEVA PSICOLOGIA SOCIAL”:


PRESUPUESTOS ONTOLOGICOS.

Pasando ahora a un plano ontológico se puede destacar los siguientes aspectos como puntos
irreversibles a partr de los cuales debe avanzar la psicología social postpositvista:
a) Reconocimiento de la naturaleza simbólica de la realidad social: esto no signifca que la
realidad social se agota en su dimensión simbólica, sino simplemente que esta dimensión es
insoslayablemente consttutva de los fenómenos sociales. No es la naturaleza del objeto sino el
tpo de relación en el que este objeto esta prendido quien le confiere su dimensión social, y
esta relación es de naturaleza eminentemente simbólica. Lo social no aparece hasta el
momento en que se consttuye un mundo de significados compartdos entre varias personas. Es
este fondo común de signifcaciones el que permite a los individuos investr a los objetos con
una serie de propiedades que no poseen “de por sí”, sino que son construidas conjuntamente a
través de la comunicación y que se sitúan, por lo tanto, en la esfera de los signos.

Una importante consecuencia es que lo “social” es distnto de lo “colectvo”, e incluso de las


relaciones interindividuales, asi como de las actuaciones conjuntas. Un abuso del lenguaje es
cuando se habla del carácter social y ciertas especies animales, o de las conduces sociales de
los animales.
Podemos encontrar en las especies animales, tanto conductas colectvas como estructuras
relacionales, pero nada de todo esto es propiamente social en sentdo estricto. Por su
vinculación con la dimensión simbólica y con la construcción y circulación de signifcados,
queda claro que cualquier cosa que denominemos social está íntmamente y necesariamente
relacionada con el lenguaje y con la cultura. Esto implica que lo social no radica en las
personas, ni tampoco fuera de ellas, sino que se ubica precisamente entre las personas, es
decir, en el espacio de signifcados del que partcipan o que construyen conjuntamente.

Lo social se construye efectvamente, al igual que los signifcados y la intersubjetvidad, en la


interacción entre las personas. La interacción es tan solo una condición, necesaria pero no
sufciente para que emerja lo social.
El reconocimiento de la importancia que tene el signifcado exige de alguna forma que la
psicología social agote las posibilidades del enfoque hermenéutco y disponga de una teoría de
la signifcación.
Una teoría que conozca y asuma sus propios límites. En efecto, lo propio del signifcado es que
no puede ser apresado en una formalización precisa y rigurosa, puesto que varía en función de
los contextos en los que se construye y puesto que remite a un conjunto abierto de otros
signifcados que lo defnen tanto de forma diacrítca como de forma aplicatva.
Lo simbólico tene la capacidad de consttuirse en fuente de producción de la realidad. Es por
ello por lo que se puede afrmar, que uno de los problemas polítcos fundamentales en la
actualidad es precisamente el acceso de los medios de producción simbólica de la realidad.
También es por esta razón por la cual los conocimientos elaborados por las ciencias sociales
tenen la capacidad de revertr efcazmente sobre las propias característcas de la realidad,
modifcándolas.

Si la realidad social no tuviera una dimensión simbólica, y si los simbólico no tuviera la


capacidad de generar realidades, no tendría sentdo hablar de un “efecto de ilustración” en el
sentdo de Gergen.

b) Reconocimiento de la naturaleza histórica de la realidad social: la idea según la cual la


sociedad consttuye una producción humana que se modifca a través del tempo es ella misma
una idea que ha sido producida en un periodo sociohistórico determinado. Sin embargo, nos
encontramos ante la situación paradójica de unas ciencias sociales que, aun dando por
supuesto el carácter histórico de las sociedades, han desarrollado por lo general un enfoque
ahistórico de la realidad social.
Reconocer la naturaleza histórica de lo social no se limita a considerar que las sociedades
tenen una historia, sino que tenen unas implicaciones mucho mas profundas que afectan tanto
al plano ontológico como al plano epistemológico
En el plano ontológico signifca que los fenómenos sociales, las practcas sociales, las
estructuras sociales tenen “memoria”, y que “lo que son” en un momento dado es indisociable
de la historia de su producción. La genealogía de los fenómenos sociales esta presente en ellos
mismos.
Todo fenómenos sociales en cierta medida “sui generis”, idiosincrásico y concreto, referido a
una sociedad partcular, y, por lo tanto, inapresable desde las exigencias de la racionalidad
positvista.
Este ultmo punto enlaza con el segundo de los planos, el plano epistemológico. Las
consecuencias de una plena asunción de la historicidad se lo social, son también múltples. En
primer lugar, o bien se acepta la idea de que lo que determinadas practcas sociales producen
bajo el nombre de conocimiento cientfco no forma parte de la realidad social, o bien tenemos
que aceptar que el propio conocimiento cientfco presenta una dimensión histórica, en un
sentdo que va mas allá de simplemente referencia a las modifcaciones que acontecen a lo
largo del tempo.
En segundo lugar, el hecho de que los fenómenos sociales no solo tengan memoria, sino que
tengan también un
“futuro”, una evolución de sus característcas presentes, invalida cualquier procesamiento de
conocimiento que no tome en cuenta el carácter procesual de esto fenómenos. Mas
concretamente, la idea de que se pueden tratar los fenómenos sociales como productos es
una simple ilusión nacida de una operación arbitraria que consiste en “cerrar” la perspectva
temporal del fenómeno y en extraerlo artfcialmente de sus condiciones temporales de
existencia. El tjeretazo que se da al tempo permite tratar un fenómeno social como si fuera un
“objeto” estable, un “producto” o una
“cosa”, con lo cual se satsface obviamente a las exigencias del ideal de inteligibilidad positvista,
pero al mismo tempo se cambia irremediablemente la naturaleza, o la identdad, del fenómeno
investgado.

c) Reconocimiento de la importancia que resiste el concepto y el fenómeno de la “refexividad”:


de todos los califcatvos con los cuales se ha dejado advertr la palabra “animal” para designar la
propiedad distntva del ser humano entendo que el mas adecuado es el que lo califca como
animal refexivo. Es la capacidad que tene el ser humano de romper la distnción objeto/sujeto y
de fundir ambos términos en una relación circular lo que posibilita la construcción de la
naturaleza social de ese mismo ser humano. El sujeto es capaz de tomarse a si mismo como
objeto de análisis por un espacio intersubjetvo sin los cuales la dimensión social no podría
consttuirse como tal.
El bucle recursivo que cierra el “yo cognoscente” sobre el “yo conocido”
consttuye en últma instancia la condición de posibilidad de lo social.
Pero no basta con aceptar que el ser humano sea un ser dotado de refexividad, es preciso
asumir todas las implicaciones que esto conlleva.
En primer lugar, el hecho de que, gracias a la refexividad, el ser humano sea capaz de
desarrollar actuaciones estratégicas. Paradójicamente es porque el sujeto puede antcipar, o
predecir, los efectos que sus manifestaciones provocaran en los demás por lo que se quiebra el
concepto mismo de predictbilidad. Los conocimientos que el individuo va construyendo acerca
de si mismo en el transcurso de sus interacciones con los demás, modifca esas interacciones, lo
cual modifca a su vez el conocimiento y si… se establece de esta forma un proceso de
reconstrucción permanente, e interdependiente, de la persona y de su contexto relacional,
según una dinámica y unas modalidades que son difcilmente inteligibles desde una perspectva
positvista.
En segundo lugar, la refexividad debe extenderse a las propias ciencias sociales. Tanto la
psicología social “que disciplina” consttuida en un momento sociohistórico determinado, como
los conocimientos que produce y las practcas concretas de los investgadores que trabajan en
su campo, forman parte de la propia dimensión social que la psicología social se propone
precisamente dilucidar. La psicología social debe, tomarse a si misma como objeto de análisis,
y es quizá porque empezó a hacerlo por lo que estallo la famosa crisis que la sacudió tan
profundamente.

d) Reconocimiento de la “agencia humana”: la reactualización de la discusión acerca del


carácter internacional de las conductas humanas iniciada por los seguidores de Witgenstein,
obligo a profundizar en la cuestón del tpo de causalidad que media entre las conductas y las
intenciones, poniendo de manifesto la relatva autodeterminación de sus conductas por parte
del propio agente que las realiza. El reconocimiento del carácter intencional de la conducta
dibujada de esta forma un concepto del ser humano como agente capaz de consttuirse en
fuente de determinación ultma de sus propias conductas, es decir capaz de autodirigir sus
conductas con base en unas decisiones internamente elaboradas.

El hecho rompe todas las posibilidades de formular una explicación de sus conductas desde el
principio del determinismo causal universal, asumido por el positvismo como una de las
condiciones de posibilidad de la propia explicación cientfca. La relatva autonomía del ser
humano obliga a aceptar la idea de que pueden darse casos en que ninguna condición sea
ontológicamente sufciente para producir un efecto, es decir, que existen casos en los cuales,
estando reunidas todas sus causas, un efecto puede producirse o no. El ser humano presenta
unas propiedades que lo excluyen del tpo de objetos susceptbles de ser tratados desde los
supuestos de las ciencias galileo newtonianas, es decir, desde el ideal de inteligibilidad de la
ciencia moderna que ha inspirado hasta el presente a las ciencias sociales.

e) Reconocimiento del carácter dialectco de la realidad social: esta claro que nos es más fácil
“ver” y pensar en términos de objetos que en términos de relaciones. De ahí quizá la tendencia
que tenemos a consttuir como categorías ontológicamente independientes unas
entdades que solo pueden existr en virtud de sus relaciones reciprocas y a representarnos bajo
la forma de objetos lo que en realidad tene la forma de un entramado de relaciones. De ahí
también que se hayan conceptualizado como realidades ontológicamente independientes el
individuo por una parte y la sociedad por otra, dando lugar al estéril debate entre el
individualismo metodológico y el holismo sociológico.
La concepción dialéctca de la realidad social enfatza especialmente dos aspectos: la naturaleza
relacional de los fenómenos sociales y el carácter procesual de estos fenómenos.
No tene cabida la dicotomía ontológica entre individuo y sociedad, ninguno de los dos
términos es defnible con independencia del otro. Se trata de un proceso de mutua
construcción, en el que las causas y los efectos intercambian contnuamente su estatus. La
dicotomía entre un espacio exterior, la sociedad, y un espacio interior, el individuo, en el que
se encontraría internalizadas las característcas de la sociedad, no es de aceptar.
Por otra parte, el énfasis que pone la dialéctca sobre el carácter procesual de los fenómenos
nos lleva a considerar que, lejos de estar consttuidos de una vez por todas, los objetos sociales
se encuentran en un proceso de constante devenir, de contnua creación y recreación, de
constante reproducción y transformación. Reencontramos de esta forma la dimensión
histórica de la realidad social.
El concepto de “dualidad estructural” que da cuenta del carácter simultáneamente
estructurado y estructurante de la sociedad y de las practcas sociales, debe unirse, a la
concepción según la cual es en el proceso mismo de su desarrollo donde se va confgurando
cualquier denomino social de una forma que no se encuentra enteramente predefnida por
las condiciones antecedentes.

f) Reconocimiento de la adecuación de la perspectva construccionista para dar cuenta de la


realidad social: aunque el realismo ingenuo ya no sea aceptado por nadie, se sigue cayendo en
las trampas del lenguaje, y se sigue atribuyendo el estatus de categorías naturales a ciertas
entdades por el mero hecho de que forman parte de nuestro vocabulario. La asunción del
punto de vista construccionista exige una acttud de duda metódica ante cualquier atribución
de realidad a los fenómenos u objetos cuya existencia parece estar sólidamente acuñada en
nuestro lenguaje. Se puede afrmar que una de las tareas fundamentales de la psicología social
consiste precisamente en poner de manifesto el papel que desempeñan las construcciones
culturales y las convenciones lingüístcas en la generación de una serie de “evidencias” que se
imponen a nosotros con todas las fuerzas de las “cosas misas”.

Dar cuenta de esos fenómenos exige, por lo tanto, que se de cuenta de tres cuestones:
1- Acotar el papel, mas o menos predominante según los casos, que desempeñan las
convenciones lingüístcas en su producción.
2- Dilucidar la naturaleza del proceso mediante el cual los procesos discursivos tenen la
capacidad de engendrar, aunque sea parcialmente, los objetos sociales.
3- Especifcar el mecanismo mediante el cual confundimos las propiedades de nuestra forma de
hablar de las cosas con las propiedades de las propias cosas.

4. ASPECTOS PROBLEMATICOS DE LA “NUEVA PSICOLOGIA


SOCIAL”
La tensión epistemológica que enfrenta a la concepción realista del conocimiento y a su
concepción neopragmatsta es relevante. Se discutrán unas cuantas característcas de ambas,
que las hacen atractvas y a la vez problemátcas.
Con independencia de que el realismo epistemológico consttuye la única postura que implica
necesariamente un realismo ontológico, es decir, que garantza una tesis cuya negación no
puede tomarse seriamente en consideración, también presenta la ventaja de ser compatble
con una creencia profundamente arraigada en el sentdo común y cuya verdad practca se
impone a un niño en cuanto se quema por primera vez.
Las cosas son como son con independencia de lo que podamos imaginar acerca de ellas: en el
ámbito de la realidad social nuestra imaginación tene una efcacia causal, las cosas son, en
parte, el resultado de la forma en que las vemos. No solo porque los efectos que producen en
nosotros dependen en parte de la representación de la forma en que las vemos. No solo
porque los efectos que producen en nosotros dependen en parte de la representación que de
ellas tenemos, sino mucho mas radicalmente, porque lo que de ellas pensamos y decimos
forma parte de lo que son “realmente”. Esto plantea un problema para el realismo, y aunque
el realismo es compatble con la afrmación de que lo simbólico también es real, no estoy
seguro de que para evitar el problema planteado mas arriba, se pueda considerar como
satsfactoria la solución que pasa por restringir el alcance de la proposición inicial mediante
la especifcación de una serie de excepciones.

El criterio de aceptabilidad del conocimiento cientfico es que de cuenta de la realidad tal y


como es, por lo menos bajo una de sus descripciones posibles. El problema es que esta
argumentación pone sobre un pie de igualdad las teorías “acertadas” y las teorías que son
“falsas” pero que conducen, sin embargo, a predicciones acertadas y a consecuencias
práctcas efcientes.

Una concepción realista de la causalidad (poder generatvoo es necesaria para sostener con
legitmidad ciertos factores causales intervienen en una situación, aunque estos no produzcan
ningún tpo de efecto manifiesto. Parece que la concepción realista de la causalidad tenga
efectvamente una capacidad dilucidadora en relación a ciertas situaciones en las que cualquier
otra concepción produciría efectos enmascara dores. Todos sabemos que la supresión de los
efectos no signifca que se haya suprimido sus causas: la erradicación represiva de las protestas
publicas no signifca que las causas del descontento popular no sigan estando presentes.
Por su parte el neopragmatsmo también formula una serie de proposiciones que suscitan una
adhesión de principios.

La producción de conocimiento cientficos debe entenderse como una practca social


partcular que presenta las mismas propiedades sustantvas que cualquier otra practca social
(historicidad, inserción en un contexto sociocultural partcular, etc.o parece razonable aceptar
el supuesto de que toda época tene su peculiar economía de la verdad y que la ciencia no es
sino la forma que toma la producción de los “efectos de verdad” en un periodo histórico
determinado. También paree aceptable, situar la ciencia en su condición de ser una practca
social entre otras que puede y debe ser analizada sin mas miramientos que los que se toman
para analizar las otras practcas sociales. El problema está en saber si el tpo de racionalidad
sobre el que descansa la empresa cientfca, presenta o no, en lo que tene de fundamental, unas
característcas que son escasamente sensibles a las variaciones históricas. Se trata de saber si
los criterios de la racionalidad son susceptbles de variación histórica o si tene una
fundamentación más básica que radica, en la estructura misma del cerebro humano.
Los criterios de aceptabilidad de un conocimiento cientfico se construyen mediante el dialogo
racional que se desarrolla en una comunidad social partcular, la comunidad
cientfica. Sin embargo, la confanza que depositan los neopragmatsta en las virtudes del
“dialogo racional” no parece plenamente consecuente con el reconocimiento de la dimensión
intrínsecamente social del conocimiento cientfco. Se subestma de forma considerable el papel
que desempeñan las relaciones de poder en el funcionamiento de las comunidades cientfcas.
Es difcil pensar en un “dialogo racional” no parece plenamente consecuente con el
reconocimiento de la dimensión intrínsecamente social del conocimiento cientfco.
Se subestma de forma considerable el papel que desempeñan las relaciones de poder en el
funcionamiento de las comunidades cientfcas. Es difcil pensar en un “dialogo racional” que sea
efectvamente puramente racional y que no se encuentre mediatzado por argumentos que se
expresan en términos de grupos de presión o de estrategias de control de un dominio cientfco
especifco.

Toda pretensión de descubrir un principio fundamenta ultmo para dar cuenta a la naturaleza
del conocimiento cientfico consttuye una operación de poder orientada a restringir la
capacidad de decisión de las comunidades sociales: Consiste en rechazar toda pretensión de
“fundamentar” el conocimiento cientfco en principios o en categorías que trasciendan el
ámbito de las practcas sociales concretas.
En efecto la formulación de una fundamentación ultma de la “verdad” cientfca implica que los
criterios de aceptabilidad del conocimiento se sitúan por encima de las decisiones racional y
consensualmente elaboradas por esas comunidades sociales que son las comunidades
cientfcas. La única vía practcable es entonces la de la sumisión y el acatamiento a un principio
que nos trasciende.
No deja de ser inquietante que el realismo, por una parte, y el neopragmatsmo por orea,
reproduzcan en cierta medida el movimiento cíclico que caracteriza desde la época griega
hasta hoy el pensamiento sobre el conocimiento, y el énfasis puesto sobre el “sujeto” del
conocimiento.
El realismo se enmarca en la tradición que privilegia el papel desempeñado por las
característcas del objeto en la conformación del conocimiento “valido”, mientras que el
neopragmatsmo acentúa el papel desempeñado por el otro polo. La nueva psicología social
debería enmarcarse en una perspectva que supere la tensión entre la atención prestada
preferencialmente al objeto o al sujeto del conocimiento, y formular un planteamiento que no
se limite a postular la “interacción sujetoobjeto” sino que consiga disolver la dicotomía entre
ambos términos.

5. ANDEMUN A LA AGENDA DE LA “NUEVA PSICOLOGIA SOCIAL.

La nueva psicología social apunta a un planteamiento que se trata concretamente del


reconocimiento de que la realidad social consttuye un sistema autoorganizatvo con todas las
consecuencias que esto implica a nivel ontológico y epistemológico.
Los sistemas autoorganizatvos se caracterizan básicamente por su propiedad de eludir el
segundo principio de la termodinámica con ase en una serie de mecanismos internos que
generan por si mismos procesos negantropicos. No hay autoorganización posible si no es a
través de la presencia simultánea de fuerzas antagónicas y de elementos mutuamente
incompatbles, es decir, que un sistema que no produce errores y su funcionamiento no puede
nutrirse precisamente de esos errores es incapaz de realizar por sí mismo cambios internos
negantropicos.
Una de las característcas mas interesantes de los sistemas autoorganizatvos radica en la
impredecibilidad de los cambios efectvos que experimentara el sistema.
Esta imprevisibilidad proviene de su sensibilidad a las infuencias aleatorias y de la existencia de
evoluciones que responden a ecuaciones no lineales con distntas soluciones igualmente
posibles.
Si tenemos en cuenta las característcas de los sistemas autoorganizatvos parece bastante
obvio que las sociedades presenten a nivel ontológico una serie de propiedades que las
insttuyen como sistema autoorganizatvo. Citadas a contnuación:

La sociedad ni es diseñada, ni es regulada por arte y magia de un agente o de una voluntad


que le sea exterior. Tampoco se encuentra dotada desde su inicio de un programa que
encierre las instrucciones para su funcionamiento y evolución
La sociedad se mantene, por defnición, en un estado alejado del equilibrio, es decir, alejado
de la entropía máxima.

La sociedad evoluciona históricamente hacia una mayor complejidad, y esta evolución social
consttuye un proceso irreversible.

Existen razones de principios que imposibilitan el conocimiento preciso de la evolución de la


sociedad. Hasta el momento, la importación hacia el campo de las ciencias sociales de
conceptos que provienen de las ciencias naturales no ha resultado fructfera. Es comprensible
por lo tanto que se manifesten ciertas retcencias ante la idea de inspirarse ahora en la
dinámica de los sistemas metaestables para desarrollar una nueva psicología social. Estas
retcencias no están justfcadas.

1. Por que no es el hecho en si mismo de haberse inspirado en las ciencias naturales lo que ha
sido negatvo para las ciencias sociales, sino el hecho de que las analogías que se han utlizado
estuviesen construidas a partr de conocimiento naturalistas de corte positvista.
2. Son las propias ciencias naturales postpositvista las que pugnan hoy en día por una
superación del absurdo espacio entre ciencia y flosofa, o entre ciencias de los objetos
naturales y ciencia de los objetos sociales.
Es necesaria una nueva alianza entre las ciencias del hombre y las ciencias de la naturaleza. La
psicología social postpositvista debe situarse en el corazón mismo de esta nueva alianza, y el
estudio de los sistemas autoorganizatvos puede consttuir el mejor camino para conseguirlo.
La única forma en que la nueva psicología social puede ser consecuente consigo misma
consiste en aplicarse a deconstruir sin tregua sus propios postulados.

NUEVOS DEBATES, NUEVAS IDEAS Y NUEVAS PRACTICAS EN LA PSICOLOGIA SOCIAL DE LA


ERA “POST-CONSTRUCCIONISTA” Lupicinio Íñiguez.

Puede afimaise que la Psicología oocial contempoiánea dominante ha peidido cualquiei inteiés
poi el debate intelectual. Ha sido el Constiuccionismo social quizá la única coiiiente que se ha
eiigido como uno de los inteilocutoies en los debates contempoiáneos de la Filosofa las
Ciencias oociales.
En los años ochenta del siglo pasado, este tpo de peispectia se coniieite en ieiulsiio en un
contexto disciplinai maicado poi una oitodoxia heiedeia del positiismo.
Después de mas de ieinte años ¿aun mantene el constiuccionismo la misma caiga de iebeldía?
O poi el contiaiio ¿estamos delante de una nueia foima de oitodoxia?
En todo caso, se tiata de mantenei en peimanencia una peispectia ciitca en Psicología social. Lo
que habiía que hacei seiia peiflai un panoiama donde aun tengan cabida apoitaciones que
subiieitan el caiáctei insttuido obbetio de las ciencias sociales paitendo del posicionamiento de
que la autoiidad cientfca es la autoiidad con ma oi podei a la hoia de bustfcai el
mantenimiento de un oiden social, de legitmai oidenes sociales con efectos de subeción
dominación de las
peisonas.

EL PUNTO DE VISTA SOCIOCONTRUCCIONISTA

La ciítca fácil, que ha dominado desde el inicio, lo iidiculiza desde la estiambótca idea de que
su esencia misma no es solo que afime que todo es una constiucción social, sino, sobie todo,
que es una constiucción lingüístca.
No se puede ofiecei una defnición única de “constiuccionismo social”. Mas bien, se puede
detallai cieitos elementos supuestos que, iistos en conbunto, podiían iepiesentai esa
“peispectia” o “moiimiento”.
oi ha algo que se puede identfcai como caiacteiístca piincipal, esta sin duda es su posición
ciítca.
Podiíamos decii que los elementos que defnen una posición constiuccionista son:
Antiesencialismo: las peisonas el mundo social somos el iesultado, pioducto, de piocesos
sociales específcos.
Relativismo: la “Realidad” no existe con independencia del conocimiento que pioducimos
sobie ella o con independencia de cualquiei desciipción que hagamos de ella.
El cuestionamiento de las verdades generalmente aceptadas: el contnuo cuestonamiento
de la “ieidad”, poniendo en duda sistemátcamente el modo como hemos apiendido a miiai el
mundo a miiainos a nosotios mismos.
Determinación cultural e histórica del conocimiento y el papel conferido al lenguaje en la
constitución social: la iealidad se constiu e socialmente los instiumentos con los que se constiu
e son discuisiios.
Algunas caiacteiístcas que han sido útles en la empiesa constiuccionista que cieo pueden sei
todaiía útles en el futuio. La histoiicidad de nuestio conocimiento el caiáctei inteipietatio del
sei humano.
En primer lugar, hay que extraer consecuencias del carácter histórico del conocimiento. El
sentdo de la histoiicidad que el papel de las ciencias de sus obbetos no se ieduce a una
piopuesta de explicación lineal de la consttución del piesente, abie la posibilidad de pensai el
piesente, peio también la de constiuii futuios distntos.
Enfocai genealógicamente el estudio de un obbeto de conocimiento nos peimite compiendei
nuestio piesente, iesaltando al mismo tempo que su repetición no es olligatoria en el futuro.
En segundo lugar, hay que subrayar el carácter interpretatio del ser humano. Ningún pioceso
social, específcamente ni la Ciencia ni el subeto pueden daise sin inteipietación, pues nuestio
conocimiento del mundo de nosotios/as mismos/as esta iinculado a la inteipietación que
iealizamos desde el maico lingüístco cultuial en el que nos desenioliemos.

¿EN QUÉ SE HA EQUIVOCADO EL CONSTRUCCIONISMO?

Iñiguez consideia que algunos supuestos consttutios del constiuccionismo pueden manteneise.
Otios deben atendei a las ciitcas que se la han hecho en los últmos años. Pueden asumiise
peispectias nueias. Y, fnalmente puede ie-haceise la agenda polítca paia adaptaila a los nueios
desafos que plantea las nueias foimas de estiuctuiación oiganización social contiibuii a la
constiucción de un modo más esto más igualitaiio.

APERTURAS Y EFERVESCENCIAS. ELEMENTOS DE TRANSITO HACIA UN PAISAJE POST-


CONSTRUCCIONISTA.
La sociología del conocimiento cientfco, la epistemología feminista la noción de defoimidad,
son posiciones en estos debates que pueden sei apioiechadas en la empiesa de mantenei una
Psicología oocial ciitca. La iiqueza de la epistemología feminista iadica en su claio
posicionamiento de ciítca social.

PERFORMIDAD

Una de las ciitcas al constiuccionismo ha consistdo en atiibuiile un cieito idealismo lingüístco.


No ha pioblema en ieconocei que al enfatzai la impoitancia del lenguabe la natuialeza discuisiia
de las piactcas sociales, el socioconstiuccionismo ha contiibuido a iesocializai, desnatuializai
despsicológica al indiiiduo a los piocesos psico-sociales. Peio seguiamente eso también le ha
lleiado a desentendei lo que podiía sei llamado “piactcas no lingüístcas”. Quizá se ha ignoiado
en demasía el efecto de obbetos mateiialidades que geneian sus efectos utlizando medios
estiictamente lingüístcos.
La emeigencia del llamado “pensamiento queei” específcamente el enfoque de la defoimidad
de Judith Bultei, a uda a subsanai este pioblema a abiii un campo nueio de inteiés, cual es la
subbetiación las piáctcas de subbetiación a ofiecei nueios elementos en una agenda polítca
iadical.
Judith Bultei ha peiflado la noción de defoimidad. ou planteamiento iiene a ieiolucionai las
nociones de identdad, subbetiidad piáctcas de subbetiación que se ilustia en su
análisispiopuesta en toino a la pioducción peifoimatia de la identdad sexual. La identdad es
una constiucción social, efectiamente, peio una constiucción que debe entendeise como un
pioceso abieito a constantes tiansfoimaciones iedefniciones.

La cuestón no es si todo es constiucción social o si todo se constiu e discuisiiamente, poique


cuando se plantean las cosas asi, se esta negando la fueiza consttutia de la peifoimance. Lo
que Bultei esta pioponiendo es una noción de constiucción que implica una especie de “iuelta”
a la mateiia. Procesos de materialización que se estabiliza a traiés del tempo para producir el
efecto frontero, de permanencia y de superfcie que llamamos materia. Paialelamente, la
constiucción no es iista como un acto único o como un pioceso de tpo causal iniciado poi un
subeto del cual se deiiien efectos. Mas bien, la constiucción “no solo se realiza en el tempo,
sino que es en si mismo un proceso temporal que opera a traiés de la reiteración de normas”

EL MANTENIMIENTO DE UUNA PSICOLOGIA SOCIAL CRITICA

Rediseñai la caba de heiiamientas paia una “iefundación” de una peispectia ciitca. En este
sentdo, pietende sei una contiibución mas a una peispectia que ha sido etquetada algunas
ieces como “Psicología Social critica”
Una psicología social crítica seria la consecuencia de un continuo cuestionamiento
problematización de las prácticas de producción de conocimiento por tanto tiende a recoger la
mayor parte de las características que he enunciado, es decir, la historicidad del conocimiento,
el carácter interpretativo del ser humano, un punto de vista construccionista, las aportaciones
de la epistemología feminista del conocimiento situado, la eclosión de los estudios sociales de
la ciencia la tecnología, la defoimidad, etc.

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