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Una actualización del enfoque de "gráficos múltiples" para la evaluación preliminar del
comportamiento de excavación en el túnel de roca
G. Russo
Ingeniería Geodata (GDE), Corso Bolzano 14, Turín, Italia
Traducido por Alex Pastorini Cerda, estudiante Ingeniería Civil De Minas, Universidad Andrés Bello;
Curso: Geomecánica II
Concepción, Chile, 2018.
Abstract
El llamado enfoque de "gráficos múltiples" o “ábacos múltiples” es una herramienta útil para la
evaluación preliminar del comportamiento de excavación en el túnel de roca, así como para
seleccionar racionalmente el tipo de sección de soporte predefinido en la cara del túnel, durante
la fase de construcción. De forma simplificada pero racional, los posibles fenómenos de
deformación típicos (peligros) para el efecto túnel en la roca se identifican a través de la
cuantificación, en una secuencia lógica de, estructura (1), resistencia (2), competencia (3) y
capacidad auto-soportante ( 4) de un macizo rocoso. Basado en este análisis preliminar, el diseño
del túnel puede enfocarse en los problemas potenciales detectados, implementando con el detalle
requerido los métodos más adecuados de análisis y cálculos. En este trabajo, se resumen las bases
fundamentales del método y se presentan algunas consideraciones nuevas.
1. Introducción
El enfoque de " gráficos múltiples " (Russo, 2008) es una herramienta útil para la evaluación
preliminar del comportamiento de excavación en el túnel de roca y, como se ha experimentado
(Antolovic et al., 2013; Decman et al., 2013 Filipovic et al., 2013; Kontrec y Constandinidis, 2013;
Palomba et al., 2013) para seleccionar la clase de soporte que se aplicará en la cara del túnel sobre
la base de los criterios de diseño predefinidos.
En particular, el llamado '' gráfico múltiple de GDE '', presentado en la Fig. 1, es un gráfico de 4
sectores basado en la secuencia lógica de los pasos de ingeniería en la Tabla 1.
En la siguiente sección, se resumen las bases técnicas de cada ecuación, señalando los
antecedentes relativos de cada sector. Al mismo tiempo, se remarcan algunas consideraciones
nuevas.
2. El gráfico múltiple de GDE
Como se mencionó anteriormente, el gráfico múltiple está compuesto por 4 sectores (Figura 1),
cada uno de ellos finalizado para una cuantificación fácil de usar de las propiedades
correspondientes presentadas en la Tabla 1. El primer gráfico está en el cuadrante inferior derecho
y el progreso es en el sentido de las agujas del reloj a través del sistema.
El Gráfico I (cuadrante inferior derecho en la Fig. 1) estima la estructura de Masa de Roca (GSI) en
función del Volumen de Bloque de Roca (Vb) y las Condiciones de Unión (jC).
Cuando la masa rocosa puede tratarse razonablemente como un continuo equivalente, con
propiedades geomecánicas isotrópicas, las características geoestructurales de las masas rocosas
pueden expresarse mediante un "índice de tejido" (Tzamos y Sofianos, 2007), que puede definirse
como una función escalar de dos componentes: estructura de la roca y condición de la
articulación. En el presente caso, el índice de tejido de referencia es el GSI (Hoek et al., 1995) y su
estimación se obtiene por el método propuesto por el autor (Russo et al., 2007; Russo, 2009).
Este nuevo método para calcular el GSI se ha desarrollado teniendo en cuenta la equivalencia
conceptual entre GSI y JP (Parámetro de unión) del sistema RMi (Palmstrom y otros, 1996;
Palmstrom, 2000), considerando que ambos se usan para reducir la escala de resistencia de la roca
intacta (σc) a la resistencia de la masa rocosa (σcm). De hecho, de acuerdo con los dos sistemas,
tenemos:
donde s y a son las constantes de Hoek-Brown (Hoek y Brown, 1980; Hoek et al., 2002).
Por lo tanto, JP debe ser numéricamente equivalente a sa y dado que para masas rocosas
inalteradas (Hoek et al., 2002) uno tiene:
Con base en dicha correlación, se puede hacer una estimación cuantitativa "robusta" del GSI,
definiendo los parámetros concurrentes a la evaluación de JP, es decir, el volumen del bloque (Vb)
y el factor de condición conjunta (jC). Una representación gráfica de la correlación descrita se
presenta en la figura 2.
El sector I del gráfico que se muestra en la Fig. 1 se deriva de las ecuaciones anteriores. La
cuantificación del Factor de condición conjunta (jC) se basa en tablas publicadas (véase, por
ejemplo, el sitio web de Palmstrom www.rockmass.net, donde se puede encontrar un tratamiento
completo del método RMi). Siguiendo la sugerencia de Palmstrom (2000), también se informan
algunos valores típicos de jC en el gráfico para una evaluación preliminar rápida.
Finalmente, se debe tener en cuenta que el uso del enfoque descrito (GRS) no se recomienda en
masas rocosas complejas y heterogéneas, como un flysch, donde las tablas específicas propuestas
por Marinos y Hoek (2001) pueden ser una referencia más oportuna para calculando el GSI.
Fig. 1. El gráfico múltiple de GDE para la configuración preliminar del comportamiento de excavación. Notas: (*) Solo
para la región susceptible de descascarillar/roca batida para rocas frágiles [IF = (σc/σt)> 8]; de lo contrario, se produciría
una falla de tipo cortante; las dos nuevas líneas que señalan la intensidad esperada del fenómeno frágil se explican en la
Sección 2.4. (**) El aplastamiento implica deformaciones pronunciadas dependientes del tiempo y está asociado a rocas
con baja resistencia y alta deformabilidad: de lo contrario, se producen deformaciones plásticas prevalentes (no
dependientes del tiempo), frecuentemente asociadas a la espeleología; exprimir también depende de la longitud de la
zona propensa potencial: dado un posible '' efecto de pared '' (Anagnostou y Kovari, 2003), para zonas cortas incluidas
en rocas de buena calidad, es más probable que ocurra un comportamiento de espeleología. Símbolos: σc, σcm =
intacto, resistencia de la masa rocosa (= σc*s^a); jC = factor de condición conjunta, Vb = volumen del bloque; c =
densidad de masa rocosa.
Tabla 1
Marco lógico adoptado para la identificación de los peligros de la excavación.
Teniendo en cuenta las referencias citadas, los límites inferiores de dicha región se han
tomado a favor de la seguridad como coincidentes con los valores de GSI y σc (MPa), ambos
correspondientes a 60.
Es importante observar que una suposición simplificada sobre el estrés in situ original se
adopta aquí al considerar un valor de k = 1, donde k es la relación entre las tensiones
principales horizontales y verticales in situ.
En consecuencia, para un túnel circular uno tiene σh = 2γH, con γ = densidad de masa rocosa
(valor supuesto = 0.025 MN / m3) y H = sobrecarga. En el caso de k ≠ 1 y/o γ ≠ 0.025 MN/m3
una aproximación razonable puede consistir en calcular la tensión tangencial máxima σhmax =
(3σ1-σ3) y luego dividir el resultado por 2c (es decir, por 0.05), para deriva la sobrecarga
ficticia que origina el mismo σh = σhmax para k = 1 y γ = 0.025 MN/m3. En consecuencia, el
punto de clasificación se trazará como referencia a la sobrecarga ficticia correspondiente.
Como se presentó más adelante (Fig. 5), en tal clasificación se identificaron originalmente
cuatro clases (a/b, c, d, e/f) (Russo et al., 1998) en función de la deformación radial en la cara
de excavación (δo) y la extensión normalizada de la zona plástica alrededor de la cavidad
(Rp/Ro). Se consideraron dos distinciones adicionales: (1) en el caso de la respuesta elástica
(es decir, las clases a/b), la clase "b" indicaba una masa de roca discontinua propensa a la
inestabilidad de la cuña; (2) la clase '' f '' se asoció a condiciones de colapso inmediato de la
cara del túnel.
En la Fig. 3, se muestran los resultados de 2000 iteraciones por el método de muestreo Latin
Hypercube, así como la mejor curva de interpolación para la relación IC-δo.
Además, el estado combinado del 2do se han analizado los parámetros implicados en la
clasificación de GDE (es decir, δo y Rp/Ro) y se han evaluado finalmente las líneas de
correlación aproximadas informadas en el gráfico.
Dada la incertidumbre relacionada, la correlación reportada en el gráfico múltiple refleja solo
las condiciones más probables para la variabilidad paramétrica asumida en el cálculo
probabilístico.
Con la misma lógica de la Fig. 4, algunos de los principales peligros para la tunelización están
consecuentemente delimitados en el nuevo gráfico reportado en la Fig. 5.
El término espeleología se utiliza aquí para identificar el colapso gravitacional genérico de partes
de la masa rocosa altamente fracturada de la cavidad y/o la cara del túnel. Por lo tanto, dada su
muy pobre capacidad de autosuficiencia, el mayor riesgo de espeleología está asociado a las clases
RMR más desfavorables.
Los términos "grave" y "muy grave" se han asociado a las clases de GDE ''d'' y ''e'',
respectivamente. Al considerar también el tipo de medidas de estabilización aplicadas, pueden
relacionarse aproximadamente con las correspondientes clases de contracción basadas en δf
propuestas por Hoek y Marinos (2000), si se incorpora en el último término también el grado
"extremadamente severo".
“desprendimiento menor=
“grave sobrevuelo”
El potencial de falla de la cuña rocosa se asocia principalmente a masas rocosas buenas (justas)
sometidas a condiciones de estrés relativamente bajas, es decir, cuando la respuesta a la
excavación está dominada por la resistencia al corte de discontinuidades y debe producirse una
falla "translacional" (Bandis et al., 1997). Análisis adicionales detallados, por ejemplo, utilizando
métodos de equilibrio límite, deberían verificar la posibilidad efectiva de inestabilidades
cinemáticas.
Fig. 4. Esquema conceptual para un escenario general del comportamiento del sobre-excavación de suelo.
Fig. 5. Esquema de clasificación de GDE del comportamiento de excavación (Russo y Grasso, 2007; Russo, 2009).
En el caso de que los valores de RMR (Bieniawski, 1984; Bieniawski, 1989) no estén disponibles
para la aplicación del gráfico múltiple, puede ser útil considerar el procedimiento descrito a
continuación.
El RMR resulta por la suma de las siguientes clasificaciones:
r4 = condición de discontinuidades
De acuerdo con Tzamos y Sofianos (2007), los parámetros r2, r3 y r4 representan el componente
geoestructural de RMR y su suma es, por lo tanto, conceptualmente equivalente al GSI (''índice de
tejido''). En consecuencia, dado que los posibles rangos de variabilidad son de 8 a 70 y de 5 a 100,
respectivamente, se puede derivar la siguiente ecuación aproximada:
o, más en general:
En la Fig. 6, la fiabilidad de la Eq. (9) se verifica mediante los datos recopilados con n. (257 + 188)
mapeos de caras realizados en dos túneles cruzando rocas volcánicas / ígneas (montañas andinas),
actualmente en construcción.
En consecuencia, como lo señala la Eq. (10), teniendo en cuenta que GSI y σc son conocidos, el
RMR puede evaluarse razonablemente estimando los dos parámetros restantes (r5 y r6), es decir,
la condición de agua subterránea esperada (para el túnel debajo del nivel freático,
frecuentemente relacionado con el condiciones geostructurales y luego a la GSI misma) y la
corrección de las orientaciones de las discontinuidades con respecto al avance del túnel,
respectivamente.
Nota: los símbolos rojos señalan los casos que caen en la región " Susceptible a
desprendimiento/estallido de roca" en el cuadrante II y, por lo tanto, están efectivamente sujetos
a dicho peligro si se los somete a una sobrecarga excesiva.
Parece racional que en el desarrollo del diseño estructural algunas medidas de mitigación
específicas estén asociadas a los diferentes tipos de peligros y la intensidad relativa. Por lo tanto,
el dimensionamiento de las medidas de estabilización y la consiguiente composición del tipo de
sección de soporte se derivan de la selección de las acciones de diseño más adecuadas (Russo y
Grasso, 2006), ya sea de antemano o durante la excavación del túnel. En la figura 8, como un
ejemplo, se enumeran y combinan algunas medidas de mitigación típicas para garantizar los tipos
de sección más adecuados para cada peligro geomecánico esperado.
Siguiendo la misma lógica, en la figura 9, los diferentes tipos de sección de los sistemas de soporte
se localizan en el gráfico múltiple, cubriendo el campo de aplicación correspondiente en el 4º
cuadrante.
Durante la fase de construcción, los principales parámetros geomecánicos se definen en la cara del
túnel y, en consecuencia, se identifica el tipo de sección de soporte a aplicar (ver el ejemplo en la
figura)
Se ha ilustrado una actualización del enfoque de "múltiples gráficos" para la estimación preliminar
del comportamiento de excavación de las masas rocosas y, en consecuencia, de los peligros
probables para la construcción de túneles.
A pesar del carácter preliminar de la predicción, que implica algunas suposiciones simplificadas
(por ejemplo, túnel circular en masa rocosa homogénea/isotrópica, modelado continuo
equivalente, k = 1, ...), el método descrito puede ser una herramienta útil, ya sea en el primeras
fases de diseño, para una identificación rápida de escenarios críticos potenciales y para realizar
análisis de sensibilidad, y en la fase de construcción, para la selección del tipo de sección de
soporte adecuado en la cara del túnel sobre la base de los criterios de diseño predefinidos.
Sobre la base de dicho análisis preliminar, el diseño del túnel puede centrarse en los problemas
potenciales detectados, implementando con el detalle requerido los métodos más adecuados de
análisis y cálculos.