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Septiembre 22 de 1993
PORQUE SOY TAN DISCRETO
1 La misma utilización que hago aquí (allí, arriba) de la primera persona del plural es
sintomática de lo afirmado. Puede revelar, por ejemplo, un enmascaramiento del yo en la
facilidad gregaria de lo plural o de lo impersonal, de lo colombiano, del partido, de la
familia, de la secta, y aún de la humanidad, etc.
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2 Según mis diarios fue Simón Brainsky y está registrado el 10 de mayo de 1992 :
"Narcisismo y violencia: Brainsky atribuye al narcicismo la violencia en Colombia.
Incapacidad para salir de su propio interés. Oír o contemplar al otro" . Diarios, 1992, pagína
193.
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¿En qué sentido, pues, podría decirse que el colombiano sea narcisista y que
en ese síndrome se esconda o una propensión a la violencia o una
manifestación de ese ser violento? ¿Por qué el argentino, que parece
narcisista, no es sin embargo violento y como se demostró en el célebre
partido de fútbol del 10 de septiembre exhibió una cierta grandeza, que es
aquella que se manifiesta en la derrota?
Tal vez la respuesta arroje la clave para descifrar esa especie de oxímoron 2
Pues aquí difiere sin embargo el análisis sociológico frente al enfoque clínico
del psicoanálisis o a la psiquiatría, tal como aparece en la causación del
psicoanalista citado . Porque el narcisismo del colombiano, o por mejor decir
el yo aherrojado del colombiano, el yo contenido en la domesticidad de sus
fantasías, no es causa, aunque lo causado puede a la vez trocarse en causa
en una especie de círculo vicioso, sino manifestación de la violencia, o
mejor, modalidad subjetiva de aquellos factores responsables de la etiología
de la violencia en Colombia: que no son otros que los autoritarismos de
distinto signo, concomitantes con una reducción de la libertad que sin
embargo no produce ley u orden alguno duradero.
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4 Merton , Robert K. Ver el apartado "Sadismo social y eufemismo sociológico", en "Las
perspectivas de ' los de adentro' y 'los de afuera' ", en La Sociología de la Ciencia.
Investigaciones teóricas y empíricas. Madrid, Alianza, 1973. Tomo I, p. 194 "El término '
sadismo social' alude a las estructuras sociales organizadas de tal modo que infligen
sistemáticamente dolor, humillación , sufrimiento y profunda frustración a grupos y
estratos particulares" .
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Pese a todos los avances más bien formales de nuestra democracia, ésta
todavía es autoritaria 5
, conserva rasgos hereditarios propios de la
monarquía de la que procede nuestra frágil república , se mantiene gracias
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5 De ello son muestra el excesivo poder del ejecutivo, en detrimento de los otros poderes,
pese a todas las reformas; la ausencia de un sistema de gobierno y oposición transparente;
la escasa independencia del poder de la opinión; el desconocimiento del poder basado en
el saber, etc.
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6 Aunque no se ha consagrado el poder hereditario, de hecho éste ocurre con frecuencia.
Cuando López Michelsen alude a la "Estirpe calvinista de nuestras instituciones políticas",
debiera ponerse muy en duda el hecho de que hubiéramos imitado hasta la asimilación los
modelos sajones de la democracia. Acaso su contrincante, Alvaro Gómez Hurtado pudiera
contradecir demostrando, como lo hizo en su libro, La Revolución en América, que la
herencia hispana no cejó. Y contra los dos habría que advertir que nuestro sistema político
es un híbrido, de democracia formal y de dejos de virreinato, o, por lo menos, de sociedad
estamental (y aún en algo, de castas), o, en los términos de Antonio García, de "sociedad
señorial".
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Pero dada nuestra propensión escolástica, sería quizás hora de aceptar que
somos actores, comediantes acaso cuando más nos creemos trágicos. De
nuevo, la sabiduría sociológica nos obligaría a este reconocimiento: me
refiero a la escuela del interaccionismo simbólico que muestra hasta qué
punto la sociedad hoy en día tiende a ser estética o dramática, porque
puede ser pensada en términos de escena.
Y LA ANULACION DE LA VOZ
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¿Por qué nos gusta tanto el mimo, que ha llegado a ser el más popular acto
callejero? El mimo nos refleja. Es nuestro modelo porque expone nuestra
asombrosa capacidad de imitación, tan propia de la relación del esclavo
frente al amo.
Pero también se podría sugerir que otra expresión del arte ha seducido a los
colombianos de un tiempo a acá: es la del ventrílocuo. Arte maravilloso
porque aquel que habla con el poder de camuflar la voz casi en las entrañas
crea la ilusión de que quien lo hace es otro, un muñeco que se anima de
vida con la expresión ajena. Somos en buena medida los muñecos que
hablan lo que otros han dictado con sus vísceras, con sus pasiones, con sus
pulsiones, con sus deseos, con su libertad.
¿Qué hay en ello que podamos relacionar con el narcicismo, cuando éste nos
parece en apariencia que es la exaltación del yo?
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Y esas regresiones - es la tesis - son dictadas por las represiones. Por los
miedos. Por la organización colectiva de un terror que no por ubicuo y sutil
es menos terrorífico. Por una violencia lábil. O por una inseguridad frente a
la vida o a la subsistencia, inseguridad asociada no sólo a la cercanía de la
muerte o al desamparo, sino al estar distante del poder, percibido como
una oportunidad de refugio o de sobrevivencia y en especial al poder que
se sustenta en el Estado o en la clase social, vistos como la lista telefónica
de los conocidos o de los amigos.
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7 Verso de "El muro" de Una presente Ausencia. Libro de poemas, inédito, 1991.
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Y sin embargo toda esta aparente paz es la paz de los sepulcros, es la paz
producida por el miedo, es la paz de los fantasmas, la paz de quienes
deambulan como muertos cuando están vivos. Porque la aparente
unanimidad se produce a costa del desconocimiento del otro, de una
ignorancia o de una desatención que se parecen a un asesinato simbólico o
a una anulación imaginaria . El narcicismo y aún el mimetismo nacional
fuerzan a que el más próximo, el hermano, el vecino, el conciudadano, sean
los más ajenos, como si lo lejano se acercara y lo cercano se desplazara .
Pues la metáfora es apenas una glosa a lo que pasa, por ejemplo, en Bahía
Solano donde es más fácil comunicarse con Sidney o Paris, que hacerlo con
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8 Del libro de poemas: El verbo Itinerante. Inédito, 1989.
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Acandí o Quibdó. Pero ello, a la vez, no es más que una paráfrasis de lo que
sucede cuando el vecino o el próximo llegan a ser objetos de
desconocimiento o de indiferencia, cuando no de odio.
Pero los miedos y las regresiones narcisistas se tragan la voz y hasta la risa
y en general la catarsis (incluso la del llanto) y con ello nos restan esa
gracia asociada a los músculos simpáticos, por lo cual no es raro que en los
medios intelectuales, como también ocurre en los campos, sea alta la
frecuencia de padecimientos por úlcera o dispépsia . Y por esa contracción
de las entrañas, todo el cuerpo sufre de un encogimiento atroz que está
asociado a la falta de libertad y por tanto a la sofocación de la belleza.
Así pues no conviene ser como las momias chibchas que parecen vueltas al
principio uterino en la noche de la muerte. Y para no ser muerto en vida
narro mi experiencia o mi búsqueda sociológica, ya que una efemérides de
un cuarto de siglo nos pone en trance de anamnesis y de anagnórisis, es
decir, de memoria y de reconocimiento.
Y esa experiencia puede ser descrita como la lucha contra la fatalidad. Una
imagen dará cuenta de ese agonismo que es parecido a la lucha de Jacob
contra el ángel. Narro como si fuera un diario, el diario que he llevado
desde hace treinta años ( y que sea motivo):
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Corral. Sí, tal fue el motivo del primer encuentro y lo será de los otros dos.
Hace cerca de tres años. Bus o chiva entre Cartagena y Turbaco. A lado y
lado de la vía corrales de ganado. Corralejas. Toros. Miedo. Agonismo.
Fatalidad. Fascinación por la muerte. Pambelé es saludado en un paso por
los viajeros del bus y los comentarios aluden objetivos a su degradación:
que había malgastado su plata , que habían intentado rehabilitarlo y que
seguía en lo mismo, que estaba vuelto un guiñapo.
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9 El Espectador. Los mil protagonistas del siglo XX. "Cervantes Reyes, Antonio. Colombia
(1945- ...) Boxeador. Más conocido como Kid Pambelé, fue el primer campeón colombiano
de boxeo profesional, oriundo de San Basilio de Palenque, antiguo pueblo de negros
africanos del departamento de Bolívar, fue ídolo nacional durante varios años. De violenta
pegada como ambas manos, conquistó la corona mundial Salter ligero (140 libras de peso)
con la Asociación Mundial de Boxeo, el 28 de octubre de 1972 en ciudad de Panamá frente
a Alonso Peppermint Frazer, panameño, noqueándolo en el décimo asalto. Es el boxeador
colombiano que más ha participado en peleas de campeonatos mundiales en 23 ocasiones.
Perdió la corona de las 140 libras ante Aaron Pryor, de los Estados Unidos, en 1980. Su
estilo de boxeo era depurado y se le calificaba como un esgrimista del tinglado. Sin
embargo, la potencia de su pegada le permitió sobresalir como un noqueador nato. Efectuó
espectaculares combates frente a peleadores de gran fama como Nicolino Locche, de
Argentina; Lyon Furuyama, del Japón; Carlos María Jiménez, de Argentina: Shinichi Kadota,
de Japón; Esteban de Jesús, de Puerto Rico; Hoct Thompsohn, de Australia; Fernando
Montilla, de República Dominicana".
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junto o próximo a mí, a pie, solo y acaso esta vez no necesitaba mendigar
el reconocimiento.
Una sociedad casi funeraria. Pero, ¿no estábamos frente a la plaza de toros?
Es decir, ¿junto a los corrales, cerca a las corralejas?
A la noche, sobre esta meditación debí llamar a Juan Manuel Roca y decirle
que me dictara un extraordinario pasaje que describe como no lo haría
ningún sociólogo el problema del mimetismo y del desagarramiento de la
identidad nacional. Copié el texto que es tomado de Nacionalidad para
armar. Dice:
Como sucede con toda dramaturgia, desde los novelones hasta las
telenovelas y aún en las mejores las novelas, ya se sabe quién es la
víctima, quién es el victimario y quiénes son los testigos. Más aún, se sabe
que el drama concluye con la tragedia de la inmolación. Pero lo que no se
sabe es cómo y cuándo y eso es lo que nos retiene. Presos pues de la
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ECCE HOMO
Si hablo de él, de ese fantasma, por primera vez en voz alta, aquí y ahora,
es porque relatar su infortunio, semejante al de Pambelé, tiene una
significación histórica y sociológica. Él fue un desertor de aquello que
Antioquia representó para el país en el primer tercio del siglo. ¿Cómo un
descendiente directo del padre de Félix Restrepo, quien fuera el que más
propugnó por la liberación de los esclavos, decidió hacerse o se hizo
esclavo casi un siglo después de la Constitución de Cúcuta? ¿Cómo un
sobrino de uno de los fundadores del Banco de Bogotá optó o se dejó llevar
de modo anticipado por el destino de Pambelé?
1
10Uribe Uribe, Rafael. "El mayor Flagelo Nacional", en Obras Selectas. Bogotá, Imprenta
Nacional, 1979, tomo segundo, 287-294.
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Allí advertía Uribe Uribe -como lo había hecho años antes Mariano Ospina
Rodríguez a sus hijos - sobre los peligros de la "homicida literatura" y en
particular sobre el riesgo mortal de la poesía. Como intérprete del ethos
antioqueño, incitaba a los jóvenes a dirigir sus energías hacia empresas de
progreso.
1
11 Verso del poema: "La Gruta Simbólica", en El Verbo Itinerante. Inédito. 1987.
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12Una de las primeras novelas urbanas, pese a que transcurre en la selva, porque como he
sostenido en otros textos, esa selva es una transposición de la ciudad percibida, distancia
que explica el éxito de la novela frente al inmediatismo más bien pobre de Osorio Lizarazo,
por ejemplo en Casa de Vecindad.
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Cartucho. Murió de morfina allí y puede por lo menos decirse que fue
fundador de esa miseria de los miserables o de los desechables.
Es un acertijo ético que en todo caso esperaría una respuesta para la cual
hoy, en las condiciones de la sociedad actual, quizás no alcanzan los
medios, porque quizás no se estime como relevante la pregunta.
Uno de ellos, ese que aquí se llama yo, decidió entablar un diálogo
imposible con aquel fantasma que muriera en 1924. El diálogo propio de la
"sociedad de los poetas muertos". Un diálogo en el que, como Orfeo, para el
rescate del alma del abuelo, que es el prototipo del alma de mendigos y
desechables, ha de descenderse hasta los mismos infierno , con el riesgo de
quedar desgarrado en el intento, si no se halla la Ariadna o la Beatriz - es
decir, el amor - que condujeran a Dante de aquellas profundidades hacia el
Paraíso.
Habría que añadir a aquel enigma inicial otro propio de la infancia, donde se
tejen todos los fantasmas, como es el que mi hermano mayor en un año y
compañero de juegos se rezagaba año tras año en la vida por una
incapacidad que yo no podía saber en la infancia que era congénita.
Tal vez si hubiera sido como Caín hubiera sido más apto para un mundo que
exige agresividad o por lo menos una afirmación sin mengua del yo. Pero
los miedos y las culpas producían una especie de parálisis tan terrible como
la que veía en la abuela materna que había sido alguna vez telegrafista y
liberal de agitación de plaza y que entonces era llevada en andas como
cualquier Amfortas que hubiera perdido por quién sabe qué culpas a la
comunidad del Santo Grial.
Pienso que la orientación mística hacia una búsqueda como la del Grial
surgió de esos misterios de la infancia, lo mismo que la vocación poética y
una preocupación por la justicia, marcada por la moral y en especial por la
moral religiosa en esa encrucijada de la vida que es la del inicio de la edad
de la razón, en los siete años.
LA AVENTURA SOCIOLOGICA
Por supuesto, Camilo Torres Restrepo fue la causa decisiva para que
estudiara sociología. Fui voceador de El Frente Unido y ví en aquel sacerdote
la encarnación de esa fusión entre búsqueda religiosa, justicia social y
escritura. Tanto más era atractiva su figura, cuanto que había podido
instaurar una academia basada en un diálogo libre con comunistas y con
protestantes, con vocación nacional. De su trágica muerte no me he
recuperado, como pienso que ha sucedido con la sociología y con muchos de
mis coetáneos.
Pero de nuevo habría que admirar a Estanislao Zuleta cuando hacía el elogio
de la dificultad. Porque la dificultad forma el carácter y dicta la
perseverancia.
Hoy creo que prolongar el modelo ideado por Darío Mesa sería paralizar a
una sociología que más que asimilar la teoría está urgida de un mayor
volumen de investigaciones específicas y de trascender las parroquiales
fronteras de una formación unidisciplinaria.
En todo caso hoy miro el largo peregrinaje de 23 años desde que salí de
aquella escuela con cierta serenidad. Una alquimia muy compleja de
describir en poco espacio se ha debido producir entre la búsqueda religiosa,
aún incompleta como es toda búsqueda religiosa, la poesía y la escritura (el
oficio de la noche), el estudio crítico de la sociedad, el oficio académico y
otros oficios prácticos que he desempeñado como Quijote que sale de su
casa y regresa a ella apaleado (y a veces, para ser también apaleado allí por
haber salido, pues otro vicio del narcicismo es la endogamia y el temor a la
separación) , todos ellos referidos a la ideación de un futuro.
Diré de modo muy breve que desde 1979 tracé de un modo más bien
intuitivo el programa de trabajo que me permitiría atar tantos cabos sueltos:
el estudio de la cultura, pues a ella se refieren la religión, la ciencia, la
poesía, aún la planeación social, el arte, la paz, la educación, la universidad
y el carnaval.
paródica para acentuar el tema que trataba bajo esos apartados, a saber, el
del dilema de imitación o autenticidad, o el de narcicismo y amor a sí
mismo, pero también para justificar, de un modo quizás osado, lo insólito de
la narración de una experiencia vital e intelectual.
Ese mismo espíritu dionisíaco es el propio del carnaval, fenómeno que junto
con la sociología de la religión forma el mapa actual de mis
investigaciones.
El mundo del futuro será ético y científico en la medida en que sea, como
tiende ya a ser, estético.
Para las ciencias sociales ahí existe un reto inmenso, siempre que salgan a
la calle y a la plaza y se hermanen con el arte y con la poesía.
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