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8.1. EL IMPERIO DE CARLOS V.

CONFLICTOS INTERNOS: COMUNIDADES Y


GERMANÍAS

En 1517 Carlos I llegó desde Gante a hacerse cargo del trono castellano-
aragonés. El soberano no hablaba castellano y vino rodeado de consejeros flamencos.
Además convocó Cortes para votar nuevos impuestos que sirvieran para financiar su
nombramiento como Emperador de Alemania. Por todo ello no fue bien visto ni por la
nobleza castellana, ni por el pueblo.

En 1519 Carlos I salió de Castilla para hacerse con la corona imperial y dejó el
gobierno a cargo de un regente extranjero, Adriano de Utrecht. Este momento fue
aprovechado por una buena parte de las ciudades castellanas que se rebelaron contra
la autoridad del rey, depusieron a las autoridades reales en las ciudades, siendo
sustituidas por comunas formadas por gente de la baja nobleza, del bajo clero,
artesanos y comerciante. A este fenómeno se le ha denominado REVUELTA
COMUNERA O GUERRA DE LAS COMUNIDADES. Primero fue la ciudad de Toledo y
después Segovia, Salamanca, Medina del Campo y otras ciudades. Sus peticiones
eran: que el rey hablara castellano, que el dinero de Castilla no saliera fuera del
reino, que los cargos de gobierno fueran ocupados por castellanos y que se
protegiera a la industria textil.

Tras el incendio de Medina del Campo por las tropas del rey, la insurrección se
generalizó. Los Comuneros crearon en Tordesillas la Santa Junta, un gobierno
rebelde que exigió la retirada de los impuestos aprobados en Cortes, el respeto
a las leyes del reino y la marcha de los consejeros flamencos.

Los Comuneros intentaron sin éxito convencer a Doña Juana (Juana I, madre
de Carlos I), recluida en el castillo de Tordesillas, de que se pusiera al frente de la
rebelión y apoyara a las Comunidades.

La nobleza, que en un principio se mantuvo al margen, comenzó a alejarse de


los comuneros cuando surgieron las primeras revueltas antiseñoriales.

Tras la derrota sufrida en 1521 en la batalla de Villalar (Valladolid) y la


ejecución de los principales dirigentes (Juan de Padilla, Juan Bravo y Francisco
Maldonado), solo resistió Toledo, que acabó capitulando en 1522. La derrota
supuso el reforzamiento de la autoridad real en Castilla.

Por las mismas fechas se produjo en Valencia y Mallorca EL MOVIMIENTO


DE LAS GERMANÍAS: una rebelión de las clases populares contra la oligarquía
urbana, motivada por la crisis económica y las epidemias que asolaban la zona.
Carlos I ordenó a la virreina, Germana de Foix, viuda de Fernando el Católico,
que reprimiera el conflicto, el cual finalizó en 1522.

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