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Textos filosóficos ll
Según Crisipo y los estoicos existe una clara diferencia entre las representaciones
y lo representado. Mientras que lo representado es aquello que se genera a partir
de las cualidades de las cosas que se aprehenden con los sentidos, las
representaciones son lo que se genera en el alma a partir de lo representado y
causa un impacto en ésta. De manera similar ocurre con la imaginación y lo
imaginado, pues la imaginación es una afección del alma que, a diferencia de la
representación, no proviene de ningún representado, sino que se genera de una
manera vana. Lo imaginado, en cambio, es aquello que se construye a partir de la
imaginación, llevando a los hombres a actuar de manera extraña.
Para sacar la mayor utilidad del lenguaje, Crisipo considera que se deben
agrupar las cosas que comparten el mismo género y atribuirles las mismas
posibilidades. También, respecto al lenguaje, se afirma que éste está
necesariamente ligado al contexto, pues cuando no se considera éste último, sólo
se emiten palabras sin sentido. En cambio, cuando las palabras se colocan
cuidadosamente en el lugar apropiado, es cuando propiamente se puede hablar
de leguaje. Para esto es fundamental la consciencia, porque es lo que articula las
palabras y el contexto, o sea, aquello a lo que éstas se refieren.
Respecto a los juicios, Crisipo dice que existe una clara diferencia entre el
juzgar bien o perjurar y el hacer un juicio verdadero o falso. La diferencia consiste
en que los juicios pueden ser verdaderos o falsos desde el momento en que se
emiten, pues estos solamente se basan en las reglas lógicas. En cambio, sólo se
puede hablar de perjuicios o de buenos juramentos únicamente cuando se ha
cumplido el tiempo al que se remiten estos juicios, pues ellos más bien tienen que
ver con la realidad.