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TEORIA DEL CASO

RESOLUCION DE CASO

Analizaré el comportamiento de ANTONIO CASTILLO de acuerdo con los hechos


probados que seguidamente se describen. Procederé a su calificación jurídica y a
la determinación de la responsabilidad penal. De apreciarse la concurrencia de ésta,
procederé a la determinación e individualización de la pena a imponer, así como de la
responsabilidad civil si fuera el caso.

HECHOS PROBADOS:

Sobre las 22.20 horas del 22 de agosto de 2007, se encontraban CARLOS MOSTACERO
junto con KARINA ALVA. y otros amigos en la puerta del bar “El Sardinero”, de
Trujillo, tomando unas cervezas, y en un momento dado, al reírse aquél, se dio por
aludido el acusado ANTONIO CASTILLO que estaba también allí, y tras preguntarle a
CARLOS M. de qué se reía, se entabló una discusión entre ambos en la que se insultaron
e incluso llegaron a empujarse, procediendo en un momento dado ANTONIO C. al
retroceder dos o tres pasos y sacando una pistola semiautomática, marca parabellum
9mm, que llevaba dentro del pantalón, y que no ha sido localizada, le disparó una sola
vez a las piernas, tras lo cual se dio a la fuga en una motocicleta. CARLOS M. sufrió
lesiones por arma de fuego tanto en el miembro inferior derecho como en el izquierdo,
tardando en curar 105 días, sufriendo, entre otras secuelas, cojera del miembro inferior
derecho y atrofia de la musculatura del miembro inferior izquierdo”.

SOLUCION:

1. En primer lugar habría que considerar que el comportamiento consistente en


disparar, llevado a cabo por ANTONIO C. constituye acción, puesto que cuando
realiza éste comportamiento, está consciente y no se encuentra condicionado
físicamente de manera necesaria. No concurre ninguna causa que excluya la acción
como el acto reflejo, la fuerza física irresistible o el estado de inconsciencia.

2. Una vez confirmada la existencia de acción, pasamos analizar la descripción que de


dicha acción hace el Código penal. Es decir, pasamos a analizar la tipicidad de dicha
acción. El tipo penal en el que se podría subsumir el comportamiento realizado
por ANTONIO C. Es el del delito de lesiones.

En sede de tipicidad, distinguimos entre dos planos, la objetiva y la subjetiva.


Dentro de la Tipicidad objetiva, se debe tener en cuenta que el delito de lesiones es un
delito de resultado, en la medida en que el tipo penal que lo regula exige la presencia
de un comportamiento, en este caso, disparar, y de un resultado, el menoscabo en
la salud física del sujeto que requiera para su curación asistencia facultativa y
tratamiento médico quirúrgico. Comportamiento y resultado suceden en momentos
cronológicos diferentes y son conceptualmente distintos. Por ello hay que
comprobar que el primero fue causa del segundo. Es preciso analizar en primer
lugar la relación de causalidad entre el disparo y el menoscabo en la integridad física
que sufre CARLOS M. A efectos de confirmar este nexo causal, se debe utilizar la teoría
de la equivalencia de las condiciones. Según esta teoría un comportamiento se puede
considerar causa de un resultado si suprimido mentalmente, hace desaparecer el
resultado tal y como este en concreto se produjo. En este sentido, si suprimimos el
disparo que ANTONIO lleva a cabo, el resultado consistente en el menoscabo de la
salud física de CARLOS no se habría producido, así como tampoco se habrían
producido las secuelas consistentes en atrofia muscular y cojera.

Confirmada la relación de causalidad es preciso analizar la imputación objetiva.


Se trata de averiguar si el resultado (menoscabo de la integridad física y secuelas)
es objetivamente imputable al comportamiento consistente en disparar. A tal efecto hay
que determinar si la acción consistente en disparar introduce un peligro
jurídicamente desaprobado. Semejante circunstancia se da, toda vez que disparar
un proyectil a una persona en una de sus extremidades introduce un peligro
penalmente relevante al menos para su integridad física. Lo segundo que hay que
comprobar a efectos de confirmar la imputación objetiva, es la previsibilidad objetiva
del resultado (menoscabo en la integridad física y secuelas) llevando a cabo la
acción de disparar. Este juicio de previsibilidad objetiva se realiza desde la perspectiva
se puede afirmar que un hombre medio colocado en la posición de quien va a disparar
a otro en la pierna, concebiría como objetivamente previsible que la integridad física de
ese otro se viera menoscabada y también que el disparo pudiera objetivamente provocar
secuelas como atrofia muscular y cojera.

Así pues se cumple el tipo objetivo del delito de lesiones, respecto del cual,
ANTONIO, sería el sujeto activo pues es el quien realiza la acción típica de modo
directo. Sería autor material conforme a lo establecido en el Codigo. El sujeto
pasivo sería CARLOS ya que es el titular del bien jurídico que es la integridad física. El
delito está consumado puesto que se ha realizado el resultado que exige el tipo penal.
En atención a los medios empleados, concretamente la pistola, sería de aplicación
el tipo agravado de lesiones.

Confirmada la tipicidad objetiva, debemos analizar la subjetiva. El delito de


lesiones es cometido por ANTONIO a título doloso. Es decir que él es consciente de
que está disparando a Carlos y le quiere disparar. Deteniéndonos en el análisis del
ánimo específico que inspira el comportamiento de agente activo, se puede afirmar
que se trata de un ánimo de lesionar y no de matar. En este sentido los hechos no se
podrían considerar como constitutivos de tentativa de homicidio, aunque usa un medio
de suma peligrosidad como es la pistola, sólo dispara una vez y a un órgano no vital.

3.- Una vez que hemos constatado la existencia de una acción típica pasamos a
comprobar si además es antijurídica. Para ello debemos comprobar si concurren causas
de justificación, como son la legítima defensa, el estado de necesidad y el ejercicio
legítimo de un deber o derecho. Es preciso afirmar que no concurre ninguna de dichas
causas de justificación. Cabría pensar que la conducta de ANTONIO podría estar
amparada parcialmente en la legítima defensa. No obstante, hay que desechar esa idea
puesto que el primer requisito de la legítima defensa tal y como establece el
Código penal es la existencia de una agresión ilegítima por parte del sujeto, en este caso
CARLOS, que sufre la lesión. En este caso no existe agresión ilegítima por parte del
sujeto pasivo pues los empujones y los insultos que le dirige a ANTONIO se producen
en el seno de una riña mutuamente aceptada. Es él, quien disparando reacciona de
manera completamente desproporcionada y sin respetar las condiciones de la riña.

4. Confirmada la antijuricidad habría que analizar la culpabilidad. Para ello


debemos considerar si ANTONIO es consciente del carácter antijurídico de su
comportamiento, es consciente de lo prohibido de su comportamiento. Es de todo
punto inverosímil que un sujeto considere que en el contexto en que se sucedieron
los hechos, le esté permitido disparar a otro con una pistola en la pierna y causarle
lesiones.

Confirmado el conocimiento de la antijuricidad pasamos a analizar la imputabilidad


de ANTONIO, siempre en sede de culpabilidad. Y concluimos que es imputable
pues, de acuerdo con los hechos probados, no concurre en él ninguna causa que
le impida comprender la ilicitud, ni comportarse de acuerdo con dicha comprensión.

5.-En conclusión el disparo de ANTONIO sobre la pierna de CARLOS provocando el


menoscabo en la integridad física de éste, constituye un delito doloso y consumado de
lesiones. Se trata por tanto de una acción típica, antijurídica y culpable de la que debe
responder ANTONIO CASTILLO a título de autor, respecto de quien no concurren
circunstancias modificativas de la responsabilidad penal. Se trata asimismo de una
acción punible, es decir, susceptible de ser castigada con la pena que para la misma
prevé el Código penal, dado que el tipo delictivo aplicable (el del artículo 147.1 en
relación con el 148.1º) no exige condiciones objetivas de punibilidad ni resulta de
aplicación al caso ninguna excusa absolutoria.

6.- Confirmados estos extremos pasamos a determinar e individualizar la pena. Al estar


la infracción consumada y haberla realizado el responsable a título de autor, Pena por
Delito establecido en el artículo 148, es decir, la pena de prisión de 2 a 5 años. Ello
porque tal y como dispone el artículo 61, cuando la Ley establece una pena, se
entiende que la impone a los autores de la infracción consumada.

7.- En materia de responsabilidad civil, es preciso advertir que el artículo 116 señala
que toda persona criminalmente responsable de un delito o falta lo es también
civilmente si del hecho se derivaren daños o perjuicios. Tal es el caso de ANTONIO a
quien hemos considerado penalmente responsable como autor del delito de
lesiones, causante del daño corporal que tardó en curar 105 días y dejó como secuelas
la atrofia muscular y cojera de una extremidad inferior.

La tenencia de la pistola por parte de éste podría ser constitutivo de un delito de


tenencia ilícita de armas. Si bien, de acuerdo con los hechos probados la pistola no
ha aparecido y tampoco se dice en ningún momento que Antonio careciese de la
correspondiente licencia. Por estos motivos y en base al principio in dubio pro reo,
entiendo que no existe base probatoria para condenarlo por el delito de tenencia ilícita
de armas.

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