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indígenas
Publicado el 29 de marzo de 2016
Cristina Loayza
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Project Coordinator at UNDP EL SALVADOR
Bibliografía
Chojoj, C. E., & Kaqchikel, M. (2005). Pueblos Indígenas y
Afrodescendientes de América Latina y el Caribe. Chile:
CEPAL.
Gillette Hall, A. P. (2004). Pueblos indígenas, pobreza y
desarrollo humano en América Latina: 1994-2004. Washington:
Banco Mundial.
Una niña indígena en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, México. Gabriel Bouys/AFP/Getty Images
La pobreza más persistente se encuentra en México precisamente entre su población
indígena. A pesar del reciente empoderamiento de estas comunidades por toda América
Latina (con representación política y reconocimiento legal de sus derechos étnicos), la
diferencia de ingresos laborales en la región entre trabajadores indígenas y no indígenas
con un nivel de formación equivalente oscila entre el 27% y el 57%. La discriminación
explica gran parte de esta disparidad de ingresos.
La tasa de pobreza extrema entre la población que habla alguna lengua indígena en México,
según CONEVAL, la agencia responsable de la medición de la pobreza, es del 38%. Este
porcentaje cuadriplica el de la población general clasificada como extremadamente pobre
en 2012, que se situó en el 9,8%. Según esta agencia, solo un quinto de los mexicanos
pueden ser considerados como no pobres, o no vulnerables al riesgo de caer en la pobreza.
Pero para los mexicanos que hablan una lengua indígena, este indicador de bienestar es solo
del 3,5%. Esto significa que el 96,5% de los habitantes indígenas de México son, o bien
pobres porque su nivel de ingresos no cubre necesidades básicas como alimentación,
vestido o costes de vivienda, o bien vulnerables a la pobreza porque carecen al menos de un
servicio público básico como saneamientos, electricidad, sanidad, seguridad social o
escolarización.
La compensación también será determinada por una combinación de otros factores más allá
de la educación, incluidos factores como las habilidades propias de cada individuo o las
diferencias en talento innato. Se producen también diferencias ya conocidas en los ingresos
de un individuo a lo largo del ciclo de su vida; y tampoco sería sorprendente descubrir que
existen algunas diferencias de renta regionales y sectoriales dependiendo de la ocupación o
de la actividad económica. Pero todas estas variaciones de las condiciones laborales pueden
ser observadas y medidas, y por tanto pueden tenerse en cuenta a la hora de medir también
las diferencias de ingresos.
Dado que el talento innato no está distribuido de manera diferenciada a lo largo de grupos
étnicos, si se encuentra una diferencia sistemática residual en los ingresos de pueblos
indígenas y no indígenas (y aislando los efectos de las diferencias en habilidades, capital
humano y otras circunstancias observables), es bastante probable que el diferencial restante
sea producido por la exclusión social y la discriminación. La comparación tiene que
realizarse dentro de un marco contrafactual, calculando cuál sería el ingreso equivalente de
un individuo que es indígena en el caso de que no lo fuera.
Aunque los resultados son bastante preliminares, emergen algunos patrones interesantes. El
único estado que no tiene una diferencia negativa para las mujeres es Aguascalientes. Los
otros estados que no parecen presentar ingresos estadísticamente diferentes para los
habitantes indígenas son Zacatecas, Guerrero y Nayarit. Además, Chiapas, Chihuahua,
Querétaro y San Luis Potosí no muestran una diferencia estadística significativa para las
mujeres. La diferencia salarial para los hombres indígenas es normalmente mayor que para
las mujeres, alcanzando una enorme magnitud en Yucatán. Esto sugiere que en muchos
estados las mujeres no están discriminadas por su estatus indígena, aunque podrían existir
algunas discriminaciones de género. Sin embargo, es importante subrayar que los puestos
más bajos en el caso de las mujeres corresponden a los dos estados con la más importante
producción de petróleo: Tabasco y Campeche.
Los cinco estados que ocupan las primeras posiciones en este ranking de no discriminación
son Aguascalientes, Zacatecas, Distrito Federal, Tlaxcala y, quizá sorprendentemente,
Guerrero. Algunos de los estados más indígenas del país (Oaxaca o Puebla) ocupan puestos
intermedios en el índice. Los últimos cinco son Sonora, Michoacán, San Luis Potosí y, en
último lugar, Yucatán.
https://www.esglobal.org/la-discriminacion-de-los-pueblos-indigenas-en-mexico/
No hace falta viajar tan lejos para darnos cuenta del problema, ya que aún existen pueblos en
la ciudad de México en donde este fenómeno es frecuente y por desgracia no es atendido,
pero es aún más grave el problema que se presenta en los estados del interior de la Republica,
como Oaxaca, Chiapas, Veracruz, por mencionar algunos; estos grupos indígenas, ubicados
en alguna región de la republica que, por lo regular, se encuentra en un área que es de difícil
acceso, al ver las pocas oportunidades que se les brindan deciden, muchas veces, abandonar
su pueblo de origen para vivir en las grandes ciudades, teniendo el sueño y el deseo de que
se les puedan brindar mayores oportunidades de desarrollo sin darse cuenta que lo único que
encontraran y a lo que se deben enfrentar será con algún tipo de discriminación.
Discriminación que sufren en todos los ámbitos,
ya que llegan a la ciudad pensando que podrán ingresar a alguna escuela y continuar con sus
estudios, teniendo esperanza que si en sus regiones la educación es precaria, en la ciudad
podrían recibir una educación de mayor calidad, que si en sus comunidades existe un maestro
o dos para atender todos los niveles de escolaridad que existan en las escuelas , en la ciudad
tendrán un maestro que atenderá a un solo grupo y no tendrán que compartir aula con
compañeros de un grado inferior o superior; emocionados por que por fin ya no tendrán que
viajar 2 horas para poder llegar a tomar clases, dos horas que, si son afortunados, podrán ser
en camionetas que funcionan como transporte dentro de su pueblo, o que si no tienen la
oportunidad, serán dos horas caminando y cruzando veredas y ríos para poder llegar a tiempo
a su escuela y poder tomar una clase. Llegan con tantas ilusiones, sin saber que en la ciudad
podría ser peor el trato, en la ciudad la gente se toma el papel de juzgador y comienza a crear
opiniones y críticas sobre los indígenas, los comienzan a tratar con inferioridad, se tiene la
idea que si es de “pueblo” no tiene el mismo trato que alguna persona que nació en la ciudad,
trato desfavorable que no tienen ningún fundamento, que no existe ningún motivo por el cual
existan distinciones entre nosotros, al final todos somos seres humanos, unos tenemos la
dicha de tener más oportunidades que otros, pero eso no nos hace diferentes, eso no nos da
un grado de superioridad frente aquel que no tuvo oportunidades.
Sin dejar de lado, la discriminación laboral a la que están expuestos por querer tener solvencia
económica un poco más favorable que la que tenían en su origen, tanta es su necesidad, que
no importa el trabajo que tengan que desempeñar y la explotación que tengan que soportar,
son más las ganas de salir adelante que cualquier otra cosa.
Se debe erradicar la discriminación por completo, no solo hacia los grupos indígenas, sino
en general a los grupos vulnerables y aquellos que son catalogados haciendo alguna
distinción sobre ellos, se debe buscar la igualdad entre todos, veamos a nuestro alrededor y
hay que darnos cuenta que no existen diferencias, no debería haber distinción, que en lugar
de discriminación exista unión y solidaridad, exista apoyo mutuo, que dejen de existir
barreras que conlleven a la marginación y exclusión; no dejemos esos problemas a un lados,
busquemos que sean atendidos para que vayan disminuyendo y en un futuro, no tan lejano,
desaparezcan.
Este grupo vulnerable, al igual que muchos otros, está desprotegido, existen marcos de
protección pero no son llevados y aplicados a la realidad, los pueblos indígenas necesitan
más oportunidades para que ellos mismos impulsen el desarrollo de sus comunidades.
https://gradoceroprensa.wordpress.com/2017/05/01/marginacion-en-los-pueblos-indigenas/
Discriminación, injusticia y
pobreza: realidad de Pueblos
Indígenas
10 AGOSTO, 2015| NACIONAL, PORTADA, REPORTEROS| VIEWS: 2967
Los pueblos indígenas son los más olvidados en un país de corrupción, asesinatos y
desigualdad. Pero como cada año en México, se conmemoró el “Día Internacional de los
Pueblos Indígenas”.
Los discursos no dejaron de ser la retórica de una realidad inverosímil; por un lado la
Presidencia de la República, a través de un comunicado, destacó que “en México, nuestra
Constitución reconoce y garantiza el derecho de los pueblos y las comunidades indígenas a la
libre determinación y, en consecuencia, a la autonomía para decidir sus formas internas de
convivencia y organización social, económica, política y cultural”.
Mientras que Max Correa, líder de la Central Campesina Cardenista (CCC), advirtió que en
México las condiciones de vida que enfrentan los millones de indígenas en el país han ido en
detrimento.
Correa destacó que los grupos indígenas se enfrentan a una “ofensiva” de parte de compañías
trasnacionales del sector minero, petrolero o generadoras de energía, que los despojan de sus
territorios para apoderarse de sus recursos naturales, por lo que pidi ó que las leyes mexicanas
se armonicen con tratados.
El reflejo de esta otra realidad, es que cada día llegan más campesinos indígenas a la Ciudad de
México en busca de mejores condiciones para sus familias, o peor aún, dejan en el abandono
sus hogares para emigrar a los Estados Unidos en busca del sueño americano.
Ahora, “nuestros indígenas” como demagógicamente se les ha adoptado, tienen que salir de sus
comunidades sin importar el peligro que corren, ya que pueden morir a manos del crimen
organizado en el intento, ahogados en el Río Bravo¡ o ser presas fáciles de “caza” para los
rancheros estadounidenses.
Incluso la Organización de las Naciones Unidas (0NU), pidió de manera diplomática a los
gobernantes mexicanos, garantizar los derechos y aspiraciones de los pueblos indígenas, tal
como se estableció el 23 de diciembre de 1994 la Asamblea General de la ONU.
Pero tal pareciera que, como siempre, todo se queda en un discurso, pues a pesar de que en
México existe la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CNDPI),
organismo descentralizado de la Administración Públic a Federal, la pobreza continúa en
Michoacán, Guerrero, Chiapas y Oaxaca, como los estados con mayor población indígena.
Estados que, por cierto, también cuentan con el mayor índice de analfabetización, educación de
baja calidad e incluso injusticias sociales y legales a granel, ya que muchos indígenas son
detenidos y consignados debido a que no existe un traductor que los ayude a llevar un proceso
judicial claro.
Al respecto, la CNDPI insistió en que continúa su trabajo con una estructura de diálogo
intercultural e incluyente, orientado a fomentar el bienestar de los pueblos y comunidades
indígenas, para fortalecer su proceso de desarrollo social y económico con respeto y apego a su
cultura y al ejercicio de sus derechos constitucionales.
Pero lo anterior claramente contradice a los datos que reveló este fin de semana Max Correa,
quien destacó que el 31.8% de este grupo poblacional se encuentra en pobreza extrema,
mientras que el 41.4% está en pobreza moderada.
“Situación alarmante, si se considera que México es el segundo país con mayor número de
indígenas en el Continente Americano, sólo después de Perú”, reveló.
Pero la ONU ha reiterado que estos problemas deben abordarse con ur gencia en el marco de la
agenda para el desarrollo 2016, de una manera culturalmente aceptable que se ajuste a las
concepciones y las aspiraciones de los pueblos indígenas en materia de bienestar y desarrollo.
Sin embargo, las acciones gubernamentales a favor de los indígenas sólo se quedan en papel, tal
y como lo señaló este domingo la Presidencia de la República y como se pudo apreciar en otros
estados de la república.
“La Cruzada Nacional contra el Hambre respalda a más de seis millones de personas de origen
indígena”, señala la respuesta de México a la ONU.
Sin embargo, aquí la pregunta es: ¿dónde ocurrió o dónde se aplicó?, porque en México, la
pobreza, el hambre, el analfabetismo y la injusticia, son alugunos de los dogmáticos estigmas
de los pueblos indígenas, pueblos que intentan luchar, sobrevivir y sobreponerse día a día, ante
los constantes rechazos, discriminación y desatención de todas las autoridades del país hacia los
más de 15 millones de ellos.
http://www.siempre.mx/2015/08/discriminacion-injusticia-y-pobreza-realidad-de-pueblos-
indigenas/