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NOTAS SOBRE DOS CUESTIONES EPISTEMOLÓGICAS

EN FERDINAND DE SAUSSURE

Osvaldo Beker
UBA, UNLU, UCES
obeker@hotmail.com
Eje: Teorías, epistemologías y metodologías

“Toda la biografía intelectual de Saussure puede


condensarse en la afanosa rectificación de los
conceptos lingüísticos existentes, en la formación
de otros nuevos y sobre todo en la busca de su
coordinación sistemática.”
(José Sazbón1)

“Le fait que Saussure n’a rien écrit sur la


linguistique générale et n’a donc pas donné une
forme définitive à sa pensée est bien connu.”
(Rudolf Engler2)

INTRODUCCIÓN

¿Qué se sabe de Saussure? ¿Qué es lo que, en general, se conoce del lingüista suizo
Ferdinand de Saussure? Seguramente se recuerda de manera constante (fastidiosamente
constante, por cierto) que es “el padre de la lingüística”. Quizás, en realidad esto es
bastante frecuente en numerosos círculos académicos, mucho se recuerde el nombre del
libro que desde mediados de la segunda década del siglo veinte lo hizo célebre, el Cours
de Linguistique Générale. Se conocerá su teoría lingüística, sus postulados sobre la
lengua, su díada sempiterna (el significado y el significante) que se transforma en las
páginas del Cours... en otras díadas (conceptuales y ejemplificadoras), su noción de

1
Sazbón, José (1976). Saussure y los fundamentos de la lingüística. Buenos Aires: Centro Editor de
América Latina.
2
Engler, Rudolf (1995). La forme idéale de la linguistique saussurienne. In T. D. M. a. S. Sugeta (Ed.),
Saussure and linguistics today. Roma: Bulzoni.

1
signo lingüístico, su postulado sobre el valor, la arbitrariedad, la sincronía, la diacronía,
las relaciones sintagmáticas y asociativas, la relación entre los signos dentro del
sistema; se sabrá acaso que los verdaderos posibilitadores para poder leerlo se llamaban
Charles Bailly y Albert Sechehaye, discípulos y colegas del propio Saussure. Esto es, en
líneas generales, dato más, dato menos, lo que se conoce del ginebrino. Pero (y aquí
corro el albur de establecer una hipótesis un poco arriesgada en el caso de que no sea
así) poco se sabe del resto del Cours... a no ser por esos pasajes canónicos, fragmentos
passe partout que contienen los conceptos arriba enumerados y que son aludidos en los
estudios sociales, psicológicos, lingüísticos, semiológicos, entre algunos otros.
Lo que definitivamente se desconoce por todos lados es que el Cours... constituye una
generación última de intentos por construir una teoría sobre la lingüística. Que el
Cours... es el último eslabón de una serie de producciones que fueron progresando,
ajustándose, modificándose, resintiéndose, paulatinamente. Se ignora que la biblia de la
lingüística prístina es el resultado de un continuum de versiones que fueron cambiando
sensiblemente (tanto en términos formales como de contenido: en esta explicitación
parentética adopté una metodología de clasificación bien saussureana), de una labor
progresiva, nada unidireccional, y que vieron en sus marchas y contramarchas
numerosas omisiones, expansiones, reducciones, ilustraciones y acotaciones. Émile
Benveniste dice que “vemos hoy a Saussure muy distinto de cómo sus contemporáneos
podían verlo”3: yo agregaría que aun hoy, cuando transitamos los primeros años del
siglo veintiuno, desconocemos buena parte de la obra en conjunto del lingüista. Y
desconocemos además que Saussure estimó sus conceptos en reiteradas oportunidades,
rectificándose o glosándose. El propósito del presente trabajo es hacer un especial
hincapié en dos nociones considerando la existencia de similitudes y divergencias entre
los cuatro escritos indirectos que quedan de Saussure: las Conferencias de Ginebra, el
Segundo Curso, el Tercer Curso y el Curso de Lingüística General4.

3
Benveniste, Émile. (1963). Saussure après un demisiècle. CFS (20), 7-21.
4
Las versiones que manejo en este trabajo son las siguientes: Para las Conferencias de Ginebra, el
manuscrito 3283 de la clasificación de la Universidad de Ginebra, N 1.1 según la rotulación de Robert
Godel; para el Segundo Curso: Saussure, Ferdinand de (1957). Cours de linguistique générale (1908-
1909); Introducción (según notas de estudiantes). CFS (15), 3-103. (Presentado y publicado por Robert
Godel); para el Tercer Curso: Saussure, Ferdinand de (1993). Saussure´s third course of lectures on
general linguistics (1910-1911). Exeter: Pergamon Press; y finalmente para el Curso canónico: Saussure,
Ferdinand de (1945) Curso de Lingüística General, Buenos Aires: Losada, con la traducción, prólogo y
notas de Amado Alonso.

2
CIENCIA

En la primera de las tres conferencias en la Universidad de Ginebra, Saussure sostiene:

Si l’étude linguistique de plusieurs langues ou d’une seule reconnaît pour son but final
et principal la vérification et recherche des lois et des procédés universels du langage,
on demande jusqu’à quel point ces études ont leur place dans une Faculté des Lettres,
ou si elles n’auraient pas une place également convenable dans une Faculté des
Sciences?

Evidentemente, Saussure, no bien comienza con sus variaciones germinales lingüísticas,


pone en juego la necesidad de postular el rango de estos estudios. Sylvain Auroux5
advierte que si la ciencia se debería definir por alguna característica principal, ésta es la
de la posibilidad de ser contrastada. La autora es penetrante: “...il faut conclure que la
linguistique générale est une discipline empirique, c’est à dire une discipline dont les
assertions sont falsifiables.” Esta necesidad, la de definir a la lingüística en tanto
ciencia, se desprende de un obsesivo intento de ordenamiento que adopta la velocidad
de lo paulatino (a sabiendas que en la voz de Saussure se percibe el pasaje progresivo
por distintos niveles argumentativos). La disposición de los elementos a debatir es
siempre clara, justa, precisa. Pues bien, imponerle un estatus a la lengua implica
ubicarla con relación a una dimensión epistemológica. Saussure echa por tierra
definitivamente la idea que tiene que ver con la intención de vincular al estudio de la
lengua con una ciencia natural (nada en absoluto relacionado con una ciencia física): el
debate sobre esta consideración, dice Saussure, ya se presenta como agotado, acabado,
“bien clos”, por lo cual se presentaría como una tarea vana pasar a formar parte de esa
cadena polémica. Saussure circunscribe el estudio de la lengua a una ciencia histórica y
no deja lugar a dudas de que así sea a partir de la férrea seguridad con que lo afirma.
Todo en la lengua es histórico: por eso es que se solicita que el estudio de la lengua se
dé en el seno de la Facultad de Letras. La lengua es, entonces, un objeto de análisis
histórico y no de análisis abstracto: no se conoce, a modo de ilustración, un pueblo (con
una correspondiente exhaustividad) si no es que también se conoce su propia lengua.
Más adelante, siempre en esta primera de las tres conferencias en Ginebra, Saussure
reafirma y corrobora –insiste- que “la science du langage revendique le titre de science
5
Auroux, Sylvain. (1988). La notion de linguistique générale, en Histoire Épistémologie Langage, 10-11,
CNRS/Université Paris 7.

3
historique” más allá de que la lengua no sea comparable a ningún otro objeto de estudio,
a ningún otro objeto de investigación. Toda metáfora que se arriesgue en relación a ella,
por consiguiente, será altamente engañosa: la lengua tiene una naturaleza bien
particular. Por lo tanto, la metodología que se ha de seguir debe ser distinta, pero rígida:
ese es el resultado de la incomparabilidad del fenómeno de la lengua.

Saussure, en ciertos pasajes, a todas luces, reflexiona del mismo modo que lo hace un
epistemólogo. Si el lenguaje no fuera un objeto importante, su existencia no tendría una
razón de ser. Si lo es, entonces la lingüística deberá desarrollarse. Estas instancias
reflexivas no aparecerán luego en el Cours... :

On peut seulement demander à chaque science aspirant à se faire reconnaître d’avoir un


objet digne d’une attention sérieuse, c’est à dire un objet qui joue un rôle incontestable
dans les choses de l’Univers, où sont compris avant tout les choses de l’humanité; et le
rang qu’occupera cette science sera proportionné à l’importance de l’objet dans le grand
ensemble des études.

Se llega inclusive a aseverar que la lingüística podría convertirse en una ciencia más útil
que otras; para eso, en consecuencia, habría acordar en que el objeto de estudio sea
importante a la luz del rótulo científico.

El Segundo Curso de Lingüística General abre ya con la idea de la dificultad


representada por la lengua y por la ciencia correspondiente que la estudia, dificultad
habida en el método, en su principio y en el conjunto de investigaciones porque el
principal objeto de estudio, la lengua, “no es un objeto fácil” a pesar de constituir una
entidad tan cotidiana y frecuente. Quizás allí, aventura Saussure, la dificultad: en la
cercanía que no deja ver, que abruma por su evidente proximidad. Aquí insiste Saussure
(como lo hiciera en las Conferencias de Ginebra) en la particularidad de la lengua, en su
peculiaridad que la convierte en un objeto inclasificable e incomparable.

En este segundo curso la lingüística es englobada:

4
Debe existir entonces una ciencia de los signos más amplia que la lingüística (sistema
de signos: marítimos, de ciegos, de sordomudos y finalmente lo más importante: ¡de la
escritura misma!).

La lingüística necesita ser insertada dentro de una ciencia madre, una disciplina que ha
de denominarse “semiología”, ciencia de los signos en general, ciencia que hasta donde
escribió Saussure no había sido abordada correspondientemente pero que necesitaba ser
estimada de forma inmediata. Pues bien, a partir del mismísimo instante en el que la
lingüística solo tiene que ver con los signos lingüísticos, será una ciencia que dependa
de la semiología en la medida que se constituya en uno, y solo uno, de los sistemas de
signos posibles. Si bien, por consiguiente, la lingüística se encuentra subordinada ante la
ciencia de la semiología, abarcativa, englobadora, la lengua ocupará un papel primordial
ante los distintos tipos de sistemas sígnicos. Saussure hace hincapié en que la
semiología deberá ser estudiada a partir de entonces ya que su dominio (su alcance) es
bien extenso puesto que alcanza todos los lenguajes en que reine la arbitrariedad. Más
adelante, en este Segundo Curso, Saussure plantea la necesidad de considerar las
unidades mínimas de la misma manera en que se las considera desde cualquier ciencia.
Las unidades mínimas en la lingüística deben, en principio, ser constituidas a diferencia
de casi todas las demás ciencias en donde ya están ahí, están dadas. En otras disciplinas,
como la botánica la zoología, las unidades mínimas se presentan a primera vista (son,
entonces, unidades concretas): no habría necesidad de elaborarlas desde el intelecto,
esto es, “no hay necesidad de una operación del espíritu”. La cuestión de las unidades
mínimas ni siquiera es planteado en las demás ciencias. Por el contrario, en la
lingüística no son evidentes sino que necesitan ser elaboradas y desde esa elaboración
habrá que contemplar la oposición de los signos dentro del sistema. Ya que, entonces, la
oposición constituye básicamente la operación otorgadora de valor de los signos
lingüísticos, habrá que considerarla permanentemente puesto que sin su pertinencia no
habrá consecuentemente unidades mínimas. En la misma líneas de sentido, Saussure
agrega que

5
...las unidades de las otras ciencias tienen caracteres comunes y esenciales mucho más
importantes que estas diferencias. Las otras ciencias pueden estudiar lo general en el
individuo dejando de lado los caracteres que los diferencias de otros. En la frase todo es
diversidad y si se desea encontrar algo común, será necesaria la complejidad, es decir:
métodos complejos y se llegará a la palabra que no se buscaba en forma directa.

El Tercer Curso de Lingüística General (1910-1911), tomado según los cuadernos de


Émile Constantin, enfoca muy escuetamente cuestiones epistemológicas a juzgar por el
excesivo tratamiento de los aspectos estrictamente lingüísticos (fundamentalmente de
nociones vinculadas con el nivel fonológico) en sus largas páginas. No obstante, al
principio de este texto se roza, ayudándose de contados datos, ciertos postulados
básicos, ciertos presupuestos vinculados con el concepto de ciencia:

The course will deal with linguistics proper, not with languages and language. This
science has gone through phases with shotcomings.

El paso siguiente es dar cuenta de esas tres etapas conflictivas, arduas y complejas, de
difícil clasificación: la gramática, la filología y la comparatística para luego sí dar una
definición asaz completa de los que representaría un estudio científico de la lengua (que
sea satisfactoria y que se distinga de los pasos parsimoniosos establecidos antes de ese
momento):

...a scientific study will take as its subject matter every kind of variety of human
language: it will not select one period or another for its literary brilliance or for the
reknown of the people in question. It will pay attention to any tongue, whether obscure
or famous, and likewise to any period, giving no preference, for example, to what is
called a “classical period”, buy according equal interest to so-called decadent or archaid
periods.

6
Perspectiva ahistórica, atemporal, los argumentos se van desarrollando paulatinamente
con el unívoco objetivo de instalar un modo preciso de indagación científica: la
sincronía. Una de las tareas primordiales de la lingüística será la de definirse, la de que
pueda llegar a cobrar una identidad, en tanto se cubra de parámetros autónomos, de
modo tal que se vuelva independiente de toda otra disciplina científica, gracias a la clara
determinación de sus postulados básicos, de una rigurosa postura metodológica y de un
ordenado manejo de sus herramientas. Que se vuelva autónoma significaría que deje de
depender de otros dominios del conocimiento humano y que logre crear un espacio
cómodo de sus nociones sistémicas. Para ello, el recorte temporal se volverá
indispensable por cuanto se pretende un estudio de la lengua en sí misma (la Lengua,
con mayúsculas) y no caer en una recopilación de las variantes e invariantes entre
distintas lenguas, procedimiento que vuelve histórico al estudio que se desee encarar.
Por último, dice Saussure, una vana tarea sería la de ser exhaustivos en la comparación
de las lenguas ya que solo se tomaría como corpus para dicha investigación una mínima
porción de ellas, una parte ínfima de todas las lenguas que han tenido existencia.

El clásico Cours... repasa (como el tercer curso) también, ya en su primer capítulo, esas
tres etapas por las que ha transitado el estudio de la lengua: la gramática, la filología y la
comparatística. Periplo historicista por los vaivenes por donde se ha ubicado a la
lingüística, tiene aquí, sin embargo, y este es el instante en donde se puede llegar a
percibir la maduración del pensamiento saussureano, una salvedad de tinte
epistemológica con motivo de ciertas falencias del pasado:

Pero, desde el punto de vista metodológico, el conocer esos errores no deja de tener su
interés; las fallas de una ciencia en sus comienzos son la imagen agrandada de las que
cometen los individuos empañados en las primeras investigaciones científicas, y
nosotros tendremos ocasión de señalar muchas de ellas en el curso de nuestro
exposición.

7
Más allá del célebre segundo capítulo –en el que se predice cuáles son las tareas de una
lingüística-, se corrobora en el Cours... la necesariedad que consiste en la consideración
de la semiología, “una ciencia que estudie la vida de los signos en el seno de la vida
social”, por lo cual he aquí una forma de pensar totalmente cercana a la que había
aludido antes en el Segundo Curso. La lingüística es solamente una parte precisa de esa
ciencia general. Tal subordinación no quita que ella se constituya en el modelo más
acabado de entre todos los sistemas de signos, a los que servirá de timón en sus
derroteros particulares.

En el Cours..., por último, Saussure pone en discusión un procedimiento divergente


entre distintas ciencias. La lingüística (a este punto ya se han dado las características
fundamentales del signo lingüístico: su constitución en forma de díada), a diferencia de
la mayoría de las otras ciencias6 –piénsese en la astronomía, la geología, la historia, o la
ciencias de las instituciones políticas- trabaja con pares, con binomios, con dualidades,
con conceptos construidos de a dos: el significado y el significante representan una clara
ilustración de lo que se está hablando, o la necesidad de obtener el valor de un signo
lingüístico a partir de tres operaciones definidas (relacionar, oponer, negar):

Para las ciencias que trabajan con valores esta distinción es una necesidad práctica y, en
ciertos casos, una necesidad absoluta.

Obsesión distributiva, rigurosidad científica, desarrollo conceptual: el término “ciencia”


supone metamorfosis, reformulaciones, glosas o ejemplificaciones a lo largo de los
cuatro escritos saussureanos. La distinción langue/langage opera del mismo modo.

6
Marina Yaguello, en “Ah, vous faites de la linguistique!”, en Alice au pays du langage (Pour
comprendre la linguistique), Paris, Seuil, 1981, dice que “la linguistique est une science diaboliquemente
difficile où, malgré tout ce qui a été fait, presque tout reste à faire (en sémantique particulièrement), dont
l’objet même et la finalité constamment se dérobent, dont la plupart des concepts restent flous et
controversés.” La lingüística, a todas luces, desde donde se la mire, se vuelve particular, especial y por lo
tanto merecerá ser considerada de igual forma.

8
LENGUA/LENGUAJE

En el Cours..., siempre se advierte, se refiere, se parafrasea, se alude o se produce, en


cualquier caso, un acercamiento de índole descriptiva. Saussure afirma:

Pero ¿qué es la lengua? Para nosotros, la lengua no se confunde con el lenguaje: la


lengua no es más que una determinada parte del lenguaje, aunque esencial. Es a la vez
un producto social de la facultad del lenguaje y un conjunto de convenciones necesarias
adoptadas por el cuerpo social para permitir el ejercicio de esa facultad en los
individuos. Tomado en su conjunto, el lenguaje es multiforme y heteróclito (...). La
lengua, por el contrario, es una totalidad en sí y un principio de clasificación.

La distinción ostenta la determinación de precisar las diferencias. Vocablos cercanos


fonéticamente (menos en español que en francés), se parte de la intención de establecer
un claro límite de campos entre ambos. O, más bien, la inclusión de un término dentro
de otro sin que ello represente una subordinación en el tratamiento de sus definiciones.
Del lenguaje se desprende la lengua7 y, por consiguiente, la posibilidad de su estudio: la
lingüística. A su vez, en su momento correspondiente, se le endilga a la lengua la
cualidad de convertirse en la norma de las restantes manifestaciones del lenguaje a
partir del instante en el que la estima como la única posibilitadora de ser susceptible
autónomamente. La lengua ocupa el prístino lugar entre los hechos del lenguaje ya que
es pasible de asaltarla gracias a un principio clasificador, ordenador, dentro de un
conjunto más vasto que se perfila como inclasificable. La capacidad del hombre
(facultad humana, para ser más exactos terminológicamente) de construir una lengua –
en tanto sistema de signos distintos que encuentra su correlato en distintas ideas- nada

7
Béatrice Turpin, no bien comenzado su artículo (“Discours, langue et parole dans les cours et les notes
de linguistique générale de F. De Saussure”, en Saussure aujourd’hui, Vol. Numéro spécial de LINX, pp.
301-312, Paris: Université de Paris X-Nanterre), asegura que “la langue est un système serré. La théorie
doit être un système aussi serré que la langue. De là la nécessité de définir les termes, de leur assigner un
espace de valeur, de les organiser les uns par rapport aux autres”. Por lo tanto, Turpin confía ya en la
separación de lengua y lenguaje sin que ello signifique que no haya que establecer relaciones de serie
entre ambos conceptos.

9
tiene que ver con el lenguaje que, si bien contenedor, no permite comprendérselo en la
medida que no se vincula en absoluto con lo construido. La lengua y el lenguaje, por
otra parte, presentan una vinculación tajante en tanto que la primera hace la unidad del
segundo. Para que ello tenga lugar, es necesario situarse ante un acto individual, y no
social, y de allí Saussure abreva en las distintas caracterizaciones de la lengua, su más
preciado objectum. Entre ellos, vale efectuar una referencia a que la lengua representa
“un objeto bien definido en el conjunto heteróclito de los hechos del lenguaje” o que “la
ciencia de la lengua no solo puede prescindir de otros elementos del lenguaje, sino que
solo es posible a condición de que esos otros elementos no se inmiscuyan” o que
“mientras que el lenguaje es heterogéneo, la lengua así delimitada es de naturaleza
homogénea”: id est, se deja bien en claro la tajante distinción que hay entre ambos
conceptos amén de que se extraiga uno de ellos desde el otro.

Muy otro es el tratamiento de esta díada en las Conférences à l’Université de Genève ya


que poco había entonces de desarrollo al respecto. Más bien, se trataría de un gesto
iniciático, embrionario, como resultado de la manipulación de estos fenómenos. Como
se trataría de un modo hipotético a una serie de conceptos apenas considerados, poco
estimados, pero que, no obstante, posee dentro suyo un minúsculo estado espiritual
pasible de ser expandido o reformulado con el transcurso del tiempo. En las
Conférences, se diría, hay un Saussure completamente divergente. Corrijo: es el mismo
Saussure; un Saussure, acaso, en sus tempranos pasos reflexivos, que apuntalaba lo que
iba a decir dos décadas más adelante en su Cours... . En las Conférences, Saussure
instala un presupuesto y es el que implica que el hombre tiene exclusivamente la
facultad del lenguaje. Esta no es la única aseveración inmadura. Hay otras. Como
cuando afirma que el lenguaje es la generalización del estudio de las lenguas. O como
cuando dice que va a poner en planteo si es necesario estudiar el lenguaje antes que las
lenguas particulares –en una crítica dirigida claramente a los filósofos. No hay
distinción para los componentes de la díada y, lo que resultaría un caso extremo, en
reiteradas ocasiones se los homologa:

Le langage, ou la langue, peut-il donc passer pour un objet qui appelle par lui-même
l’étude? Telle est la question qui se pose. Je ne l’examine même pas.

10
Langue et langage ne sont qu’une même chose; l’un est la généralisation de l’autre.
Vouloir étudier le langage sans se donner la peine d’en étudier les diverses
manifestations qu’évidemment sont les langues, est une entreprise absolument vaine, et
chimérique... .

...il n’y a pas de séparation entre l’étude du langage et l’étude des langues, ou l’étude de
telle ou telle langue ou famille de langues; mais que d’un autre côté chaque division et
subdivision de langue représente un document nouveau, et intéressant au même titre
que tout autre, pour le fait universel du langage.

Lengua y lenguaje, vistos como conceptos sospechosa, peligrosamente emparentados,


como dos nociones confundibles entre sí, casi intercambiables, una como representación
expandida de otra, como su expansión a partir de una sumatoria. No hay, en principio,
para Saussure, en estas Conférences..., un intento directo de establecer una separación
de aguas entre estas dos categorías: sus objetivos están encauzados hacia otros senderos,
hacia otras cuestiones a los que presta una mayor relevancia.

En el Tercer Curso..., Saussure no deja de lado esta cuestión aunque su tratamiento sea
bien particular. Para empezar, se evidencia una firme decisión de trabajar la
diferenciación existente entre lengua y lenguaje en el momento en que enuncia en
distintos oportunidades que se encargará de eso a su debido momento de modo tal que
se pueda recorrer un pulcro camino metodológico (una clara argumentación expositivo-
explicativa). Se deduce, entonces, la maduración que ha experimentado este planteo,
tanto que se sabe de antemano en qué instante ha de formulárselo. De manera muy
similar a lo que más tarde trabajará en el Cours..., Saussure comienza por definir al
lenguaje y para ello le endosa el rótulo de “facultad humana”: la facultad del lenguaje
articulado. Hay otra facultad, dice Saussure, absolutamente ligada, que viene de afuera:
es la lengua. Mientras que la lengua es forzosamente social, el lenguaje no lo es. La
lengua presenta la suposición de que todos los individuos tienen la capacidad de hacer

11
uso de sus órganos. Cuando se piensa en separar la lengua del lenguaje8, debe pensarse
simultáneamente en separar todo aquello ligado a lo social de todo aquello relacionado a
lo individual y separar lo que es esencial de lo que es accidental.

Se ve, a todo esto, la imperiosa necesidad de dejar establecida la diferencia para


continuar con su labor:

By distinguishing thus between the language and the faculty of language, we see that
the language is what we may call a “product”... .

Una vez definidas las dos concepciones, Saussure podrá entonces seguir adelante con su
largo discurso, no tanto ni tan bien ordenado como en el Cours..., focalizando en la
lengua, gracias a su pertinente desmembramiento del lenguaje, gracias, al fin y al cabo,
del establecimiento de una operación clásicamente saussureana: la restricción.

En el Segundo Curso, de la misma manera, Saussure afirmaba:

La lengua es entonces un conjunto de convenciones necesarias adoptadas por el cuerpo


social para permitir el uso de la facultad del lenguaje en los individuos. La facultad del
lenguaje es un hecho distinto de la lengua pero que no puede ejercerse sin ella.

Un par de párrafos más arriba hacía referencia a la distinción entre lo social y lo


individual, aspectos que se vinculan respectivamente con la lengua y el lenguaje. Nada
más. Eso es todo lo que se le dedica a la cuestión en este Segundo Curso. El estilo
escueto no debería llamar la atención: este es el segundo escrito que queda,
indirectamente siempre, de Saussure: la maduración se estaba produciendo pero no se
8
Hay una visión sobre Saussure que lo define como experto ordenador que, para dar cuenta de un
concepto en principio necesita desligarlo de otros como para luego sí tener la facilidad de avanzar en él.
“On retrouve ici, soit-il dit par parenthèse, la démarche classique de l’ensignement saussurien, qui
consiste à partir d’une approche intuitive des problèmes pour leur donner ensuite leur expression et leur
solution théoriques...”. Amacker, R. (1975) Linguistique saussurienne. Genève: Droz

12
llegó aun a la construcción segura de una ruta argumentativa en el marco del estudio de
la lengua.

CONCLUSION

Hoy en día está poniéndose cada vez más de moda una rama original del estudio de la
lingüística: la genética. Su objetivo principal apunta a la consideración de las
generaciones pretextuales de un escrito determinado de manera tal que pueda llegar a
dilucidarse una serie de manifestaciones del orden textual, discursivo, cognitivo, entre
otros. De un acercamiento analítico de tal tipo se podrían constatar los retrocesos,
vaivenes o mejoramientos de versiones previas a un texto que se supone acabado. Es
una cadena, cuyos eslabones ponen en juego saberes o universos de discurso
yuxtapuestos. Los eslabones y el resultado final se necesitan, recíprocamente, en la
medida en que la existencia de unos depende de la existencia del otro. Los eslabones
actúan a la manera de los indicios o gérmenes que señalan o preparan la posibilidad de
un texto completo. La cadena de los distintos escritos (indirectos) que quedan de los
cursos dictados por Ferdinand de Saussure presenta interesantes peculiaridades. En lo
que respecta a su trabajo sobre una temática ordenadora por excelencia, esto es, el
tratamiento de la capacidad científica en los estudios de lingüística, Saussure atraviesa
distintas etapas, todas poseedoras en común de una obsesiva dedicación a una
clasificación rigurosa y a una necesidad de respaldarse siempre bajo cánones
organizados. A lo largo de esos eslabones (Conferencias de la Universidad de Ginebra,
Segundo Curso, Tercer Curso y Curso de Lingüística General) se da la presencia
sempiterna de un imperativo preciso: que la lingüística sea soportada
correspondientemente por leyes rotuladoras científicas posibilitadoras de la
experimentación de un recorrido pautado, claro, predeterminado, correcto.

La distinción entre lengua y lenguaje9, por su parte, no es siempre clara. Desde el


tiempo que va de las Conférences de Genève al Segundo Curso se produce un corte
abrupto, una modificación radical provista por un paulatino proceso de maduración que
9
A este punto me gustaría recordar las palabras de Roland Barthes en relación a la comparación, a la
analogía, operación sempiterna chez Saussure: “Todopoderoso, el principio de la analogía tiene, sin
embargo, en Saussure, una causa: deriva del estatuto del signo; en la lengua, el signo es ‘arbitrario’,
ningún vínculo material une el significante y el significado, y esta arbitrariedad tiene que ser compensada
por una fuerza de estabilización, que es la analogía”. Barthes, Roland (1986). La aventura semiológica.
Barcelona: Paidós. Ciertamente, la díada, la analogía, la necesariedad de comparar de modo tal que se
logre el valor para seguir avanzando en el discurso argumentativo es algo constante en la literatura
saussureana.

13
muestra su mejor estado, por cierto, en el Cours... más allá de que el Segundo Curso y
el Tercer Curso postulen ideas primigenias sobre la cuestión.

He aquí un trayecto diverso: un par de cuestiones que nacen, se desarrollan y se


consolidan de modo divergente y que hacen a una mejor comprensión, más nutrida, más
acabada y más filológica de la obra de Saussure.

BIBLIOGRAFÍA

Amacker, Réné (1975). Linguistique saussurienne. Genève: Droz.


Auroux, Sylvain. (1988). La notion de linguistique générale, en Histoire Épistémologie
Langage, 10-11, CNRS/Université Paris 7.
Barthes, Roland (1986). La aventura semiológica. Barcelona: Paidós.
Engler, Rudolf (1995). “La forme idéale de la linguistique saussurienne”. In T. D. M. a.
S. Sugeta (Ed.), Saussure and linguistics today. Roma: Bulzoni.
Sazbón, José (1976). Saussure y los fundamentos de la lingüística. Buenos Aires:
Centro Editor de América Latina.
Turpin, Béatrice (1992), en VVAA, Saussure aujourd’hui, Vol. Numéro spécial de
LINX, pp. 301-312, Paris: Université de Paris X-Nanterre.

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