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1.1 INTRODUCCIÓN
La leche y sus derivados mantienen un papel importante en la alimentación humana. Este tipo de
productos alimenticios contienen cantidades importantes de los principales grupos de nutrientes.
Así, además de vitaminas y minerales, son especialmente ricos en proteínas y calcio de fácil
asimilación, por lo que no pueden ser fácilmente desplazados ni sustituidos por otros productos en
la dieta.
Desde que el hombre descubrió el ordeño hace más de 6000 años, comenzó a domesticar a los
animales a fin de usar la leche de los mismos como alimento. Parece que en primer lugar, fue
empleada la oveja, seguida de la cabra y más tarde de la vaca. La leche, y los diversos productos
lácteos que a partir de ella se obtienen, han estado y están presentes en la mayor parte de las
civilizaciones y las culturas. Así, en determinadas culturas se consume la leche procedente de
camella, búfala, etc. En nuestra cultura, sin embargo, la leche más utilizada como alimento es la
leche de vaca y, en menor medida, la leche de cabra y de oveja.
La leche materna es el único alimento proporcionado por la naturaleza capaz de satisfacer los
requerimientos nutricionales del recién nacido durante el primer periodo de su vida, periodo en el
cual su alimentación no puede ser sustituida por ningún otro alimento. Tras este periodo, todos los
animales mamíferos excluyen la leche de su alimentación habitual, excepto el ser humano quien, a
lo largo de los años, y gracias al nacimiento de una nueva ciencia, denominada Lactoiogíd, y al
desarrollo de la industria alimentaria, ha aprendido a transformar la leche, tanto para conservarla
durante más tiempo, como para modificar sus formas de consumo. Así, la leche se puede
deshidratar, fortificar, homogeneizar, pasteurizar o incorporar microorganismos a fin de elaborar
productos con diferentes características organolépticas y nutritivas. Si bien la variedad de estos
productos derivados es muy amplia, en general, la leche de vaca es la que principalmente se
destina a la fabricación de leches de consumo humano, nata, mantequilla, leches fermentadas,
batidos, helados y postres; las leches de oveja y cabra, por su parte, se destinan,
fundamentalmente, a la elaboración de quesos.
1.2 DEFINICIÓN
Desde un punto de vista biológico, la leche es el producto de la secreción de las glándulas
mamarias de las hembras de los mamíferos, cuya función natural es la alimentación de las crías
recién nacidas en sus primeros meses de vida. Según la legislación la denominación leche natural
se reserva exclusivamente para el producto íntegro, no alterado ni adulterado y sin calostros, del
ordeño higiénico, regular, completa e ininterrumpida de las hembras mamíferas domésticas sanas
y bien alimentadas. En este capítulo, salvo cuando se indique otra cosa, el término genérico
"leche" se utiliza para designar a la leche de vaca.
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1.3 CLASIFICACIÓN
La leche puede ser clasificada según diversos criterios:
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• Por su valor nutritivo
- Leche entera: También denominada completa; contiene todos los nutrientes y pro-
porciona un contenido mínimo en materia grasa no inferior al 3,5%.
- Leche semidesnatada: Se elimina parcialmente el contenido en grasa para situarse según
la legislación entre el 1,5 y el 1,8% de materia grasa de la leche de origen. Como
consecuencia, el contenido de vitaminas liposolubles A, D y E es inferior que en la leche
entera.
- Leche desnatada: Se reduce la materia grasa a un porcentaje de un 0,50%. Así, en este
producto, la concentración de vitaminas liposolubles se detecta a nivel de trazas.
- Modificadas lípídicamente: Se trata de leche a la que se elimina la grasa de la leche de
origen y se introduce en su lugar grasa vegetal insaturada, más adecuada para la prevención
de enfermedades cardiovasculares.
- Leche enriquecida: Se añaden sales minerales o vitaminas. Las formas más conocidas
son la leche enriquecida en calcio o la leche desnatada enriquecida en vitaminas A y D.
- Leche adicionada de aromas, estimulantes o ambos: Se modifica mediante la adición de
sustancias aromáticas y estimulantes autorizados.
- Leche con bajo contenido en lactosa o en sodio: Se diseña para personas con
intolerancia a la lactosa o que deben seguir una dieta pobre en sodio. Por su presentación
comercial
- Leche evaporada y leche concentrada: Se obtienen mediante eliminación parcial de su
agua de constitución. La leche concentrada es leche natural pasteurizada, a su vez entera,
desnatada o semidesnatada. La leche evaporada, en cambio, es leche parcialmente
deshidratada que contiene en peso, al menos un 7,5% de materia grasa y, al menos, un 25%
de extracto procedente de la leche, y en cuya composición puede haberse añadido leche en
polvo, nata o ambos productos. La elevada temperatura empleada durante el tratamiento
térmico se traduce en un ligero color tostado. Como consecuencia de este fenómeno de
pardeamiento se producen pérdidas de aminoácidos (sobre todo lisina) y de vitaminas (ácido
fólico, B1 B6, y B12).
- Leche condensada: Se obtiene mediante deshidratación parcial de la leche, entera,
semidesnatada o desnatada, a la que se le ha añadido sacarosa y cuyo contenido en peso es
de al menos, un 8% de materia grasa y no menos de un 28% de extracto seco total
procedente de la leche. La leche condensada suele ser sometida únicamente a un tratamiento
de pasteurización, debido a que su elevado contenido de azúcar permite evitar el crecimiento
bacteriano y prolongar largamente su vida útil. Esta menor intensidad de calentamiento
aplicada hace que las pérdidas de nutrientes en la leche condensada sean menores que en la
leche evaporada o concentrada. La leche condensada se caracteriza por su sabor dulce,
textura espesa y elevado valor energético, así como por su fácil transporte y la posibilidad de
ser reconstituida con agua.
- Leche en polvo: Producto seco obtenido por eliminación del agua de la leche (contenido
máximo de agua en el producto final del 5%). Antes del proceso de pulverización, la leche
líquida es sometida a un tratamiento térmico, al menos de pasteurización. A pesar de que la
deshidratación sea bastante eficaz, la leche entera en polvo tiende a adquirir sabores
extraños, sobre todo debido a la oxidación de los lípidos. Por este motivo, este tipo de leche
no tiene la importancia comercial que presenta la leche desnatada en polvo (contenido
máximo en materia grasa 1,5%), la cual sirve como ingrediente de otros productos lácteos.
Por el contrario, la leche en polvo constituye un alimento ideal para su transporte a largas
distancias debido al poco volumen que ocupa.
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• Leches fermentadas
Las leches fermentadas son preparados lácteos, en cuya elaboración, la leche, por acción de
microorganismos específicos, es sometida a un proceso fermentativo que permite conferir
características sensoriales específicas a los productos, a la vez que se prolonga su tiempo de
conservación. En este proceso, parte de la lactosa es transformada en ácido láctico por
acción de microorganismos seleccionados. La formación de ácido láctico produce una
acidificación y, en muchos casos, la coagulación del producto. Además, la actividad de estos
microorganismos origina fenómenos de proteolisis y lipolisis, ayudando de esta manera al
desarrollo de las características nutritivas y organolépticas propias de las leches
fermentadas. El bajo pH de la leche acidificada inhibe el crecimiento de microorganismos
perjudiciales prolongando así la vida útil del producto. Actualmente existe un gran interés
por las leches fermentadas, gracias a sus potenciales efectos beneficiosos sobre la salud, lo
que ha llevado a un incremento de la variedad de productos disponibles y de su consumo por
todo el mundo. Las leches fermentadas pueden clasificarse en dos grupos:
- Leches fermentadas acidificadas: Se produce ácido láctico por fermentación de la lac-
tosa. El producto más conocido de este grupo es el yogur (Streptococcus thermophilus y
Lactobacillus delbrueckii subsp. bulgaricus), aunque actualmente se ha visto en parte
suplantado por otras leches fermentadas tales como Leber (Egipto), Labneh (Oriente
Medio), Tarto (Hungría), Mazún (Armenia) y Skyr (Islandia), procedentes de otros países en
cuya elaboración intervienen microorganismos de otro tipo.
- Leches fermentadas ácido-alcohólicas: Por acción de las bacterias y las levaduras que
fermentan la lactosa, se produce ácido láctico, alcohol etílico y dióxido de carbono. El
ejemplo más característico es el Kéfir (Cáucaso). Otros productos semejantes son el Koumis
(Asia Central y Rusia) y el Fuli (Finlandia).
1.4 ESTRUCTURA
La leche es un líquido opaco, de color blanco marfil determinado por la dispersión y absorción de la
luz por los glóbulos de grasa y las micelas de caseína. Desde un punto de vista físico presenta el
doble de viscosidad que el agua y se caracteriza por ser una mezcla homogénea, pero muy compleja
de diferentes sustancias (lactosa, grasa, proteínas, sales, vitaminas, enzimas, etc.) distribuidas en un
medio acuoso dispersante formando tres fases:
• Emulsión de la materia grasa bajo forma de glóbulos.
• Suspensión coloidal de proteínas ligadas a las sales minerales.
• Disolución verdadera del azúcar característico de la leche, la lactosa, vitaminas hi-drosolubles,
proteínas solubles y sales en solución.
Todos sus componentes se encuentran relacionados entre sí. Su proporción cuantitativa determinará
el equilibrio o bien la desestabilización de la leche. La Tabla 1.1 recoge las principales características
físico-químicas de la leche en su estado natural.
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1.5 COMPOSICIÓN
No todas las leches de mamíferos son iguales (véase la Tabla 1.2). La composición físico-química de
la leche puede variar dependiendo de factores como la edad, la raza, el estado de lactación, la
alimentación, las condiciones higiénicas, el estado de salud del animal, etc.
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Cuantitativamente el elemento más abundante es el agua, presente aproximadamente en un 87-88%.
El resto de los componentes de la leche constituyen lo que se conoce como el extracto seco total
(EST) y representa un 12-13%. Restando al EST el contenido en grasa obtenemos el extracto seco
magro (ESM), que expresa el contenido de la leche en materia seca libre de grasa y supone
aproximadamente un 9%.
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Hidratos de carbono
El hidrato de carbono característico de la leche es un disacárido, la lactosa (D-galactosa+
+D-glucosa). Constituye el componente mayoritario del extracto seco magro de la leche, y el único
glúcido libre que existe en cantidades importantes en casi todas las especies. Su concentración varía
desde contenidos traza en la leche de canguro hasta valores de 65-70 g/1 en la leche de mujer. En la
leche de vaca suele encontrarse en concentraciones comprendidas entre 45-50 g/1. Algunas
características importantes de la lactosa son:
En el intestino, tanto su hidrólisis como su absorción se realizan de forma lenta, por lo que
producen un efecto de saciedad.
Tiene un poder edulcorante bajo (su sabor dulce es seis veces menor que la sacarosa); en la
leche, además, su sabor dulce se ve enmascarado por la caseína (el suero, al carecer de
caseína, tiene un sabor dulce más intenso).
Cristaliza fácilmente, propiedad de interés en la elaboración de helados y leche condensada.
Presenta una solubilidad baja comparada con otros azúcares.
Es sensible al calor.
Es muy estable a la acción de los enzimas.
Muchos microorganismos metabolizan la lactosa como sustrato y producen compuestos de
interés organoléptico y nutritivo en una gran variedad de productos lácteos.
Además de la lactosa, en la leche existen otros hidratos de carbono como glucosa y galactosa libres,
hidratos de carbono neutros (polióxidos a base de lactosa y fructosa), nitrogenados
(n-acetilglucosamina y n-acetilgalactosamina) y los ácidos (ácidos siálicos).
Materia grasa
La materia grasa de la leche se encuentra distribuida en la leche formando una emulsión de glóbulos
grasos esféricos con un diámetro que, en función de la especie, raza, periodo de lactación, etc. oscila
entre 0,1 y 10 mieras, lo que posibilita una hidrólisis rápida por parte de los enzimas digestivos.
Cada glóbulo está formado por una película superficial de naturaleza lipoproteica, la membrana, y
por un núcleo central, compuesto principalmente por triglicéridos (saturados e insaturados), aunque
también contiene colesterol y vitaminas liposolubles.
Los principales componentes de la membrana lo constituyen proteínas de estructura similar a las
globulinas, fosfolípidos y triglicéridos de alto punto de fusión. La presencia de fosfolípidos en la
membrana favorece la dispersión de los glóbulos evitando su agrupamiento o coalescencia.
Asociadas a la capa externa de esta membrana se encuentran muchos de los enzimas con actividades
importantes para las propiedades de la leche. Esta membrana puede ser atacada fácilmente por
microorganismos, acciones mecánicas o cambios de temperatura favoreciendo la unión entre los
glóbulos grasos, permitiendo la formación de una capa de grasa en la superficie de la leche.
Los lípidos suponen el 99% de la materia grasa total y están constituidos fundamentalmente por
triglicéridos (98,5% de los lípidos) y otros lípidos simples como, mono y diglicéridos (0,4%) y
ácidos grasos libres (0,1%), así como un 1% por lípidos complejos como lecitinas, cefalinas y
esfingolípidos. Aproximadamente el 75% de las ácidos grasos de los triglicéridos son saturados, un
21% monoinsaturados y un 4% son poliinsaturados.
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La materia grasa contiene además una fracción insaponificable (1%) que está formada por
sustancias de la materia grasa que no reaccionan con el NaOH o KOH para dar lugar a la formación
de jabones. Entre ellas destacan los carotenoides, tocoferoles, esteróles (constituyen el 0,3-0,4% de
la grasa de la leche) y las vitaminas liposolubles A, D y E.
Vitaminas y minerales
En la leche están presentes todas las vitaminas en diferente proporción. Las vitaminas hidrosolubles
se encuentran en la fase acuosa (suero). Las vitaminas liposolubles (A, D, E, K) están asociadas al
componente graso de la leche. Cuando se reduce total o parcialmente el contenido de materia grasa
en las leches de consumo las vitaminas liposolubles se ven reducidas en la misma proporción.
El contenido vitamínico de la leche va a depender del periodo de lactación del animal, así como de
su alimentación y salud. Mientras la cantidad de riboflavina, vitamina B12, tiamina y vitamina A
pueden considerarse elevadas, las cantidades de vitamina C y D son relativamente bajas.
Los minerales de la leche sólo constituyen una pequeña parte de las sustancias que contribuyen al
extracto seco. El calcio y el fósforo son los minerales mayoritarios de la leche. Se encuentran
principalmente asociadas a las micelas de caseína en estado coloidal y su digestibilidad es alta, lo
que hace de la leche una importante fuente de calcio. Otros minerales presentes en la leche son
magnesio, potasio y sodio, cloro y azufre. En cantidades menores se encuentran el cobre, hierro,
boro, manganeso, zinc y yodo.
Las alteraciones a las que puede verse sometida la leche, desde que se ordeña hasta que se trata
tecnológicamente en la industria, así como durante la obtención y conservación de productos
derivados, pueden afectar al valor nutricional y a las características sensoriales.
Alteraciones durante la manipulación y almacenamiento de la leche
Durante el ordeño, aunque la leche se recoja en buenas condiciones y proceda de animales sanos, si
no se conserva de forma correcta, los microorganismos procedentes de la ubre pueden proliferar
produciendo ácido láctico con el consiguiente descenso de pH.
La refrigeración de la leche tras el ordeño es una medida que permite ralentizar la proliferación
microbiológica. No obstante, existen microorganismos (psicrotrofos) capaces de crecer a
temperaturas de refrigeración, por lo que no se recomienda conservar la leche refrigerada durante
largos periodos de tiempo (no más de 48 horas). Los microorganismos psicrotrofos pueden llegar a
liberar lipasas y proteasas termorresistentes, provocando importantes alteraciones de la leche
(lipolisis y proteólisis). Estas alteraciones dan lugar a graves problemas tecnológicos, así como a
defectos en los productos lácteos derivados.
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presentan modificaciones significativas únicamente cuando las temperaturas superan los 100 °C.
Así, a estas temperaturas elevadas se ven afectados procesos como el de coagulación (disminución
del poder estabilizante y reducción de la capacidad de fijación del calcio, entre otros fenómenos). La
degradación de los azúcares sigue un curso muy similar al de la caramelización (temperaturas
superiores a 175 °C), pero estas reacciones tienen lugar a temperaturas sensiblemente más bajas
(120 °C) y a pH próximo a la neutralidad; así, en 20 minutos, se puede producir oscurecimiento y la
leche presenta un sabor "a cocido".
Igualmente, por interacción entre la lactosa y la caseína, aparecen compuestos de Maillard.
Mientras que las vitaminas liposolubles y algunas hidrosolubles como la biotina, ácido nicotínico,
ácido pantoténico y riboflavina son relativamente termoestables a los procesos citados, otras
vitaminas como las del complejo B, ácido fólico y tiamina, presentan pérdidas importantes de hasta
el 15%.
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Otros derivados lácteos: Hay una gran variedad de otros productos lácteos con gran
aceptación en el mercado, como son las natillas, flanes, mousses, petit sulsse, arroz con
leche, batidos, etc. Desde un punto de vista nutritivo estos productos son importantes en la
dieta y la industria tiende a diversificar la oferta del mercado creando productos nuevos
reduciendo no sólo las calorías, sino el contenido en grasa.
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Bibliografía
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