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HEPATOTOXICOS
Una lesión hepática aguda es la que evoluciona en menos de tres meses; si las anomalías
bioquímicas persisten durante más tiempo, la lesión se considera crónica6. La lesión
hepatocelular (citolítica) por fármacos carece de características específicas, manifestándose
igual que una hepatitis aguda vírica: incremento notable de las transaminasas y hallazgos en la
biopsia de necrosis (predominio centrolobulillar) asociada a infiltrado inflamatorio (la presencia
de eosinófilos indica la etiología tóxica). La retirada del fármaco suele comportar una rápida
mejoría, con recuperación completa en uno a tres meses. Rara vez acontece una hepatitis
fulminante o subfulminante, con un riesgo de mortalidad próximo al 90%. En otras ocasiones el
curso de la reacción tóxica puede ser más insidioso y progresivo, evolucionando a una hepatitis
crónica e, incluso, a cirrosis1,5.
Los fármacos que generan lesión hepática pueden actuar como: a) hepatotoxinas intrínsecas,
es decir, produciendo toxicidad predecible, dependiente de la dosis y reproducible, o b)
hepatotoxinas idiosincrásicas, originándose toxicidad no predecible, no dependiente de la dosis
ni reproducible.
HEPATOTOXINAS INTRÍNSECAS
Suelen causar lesión a través de sus metabolitos tóxicos, que pueden ser radicales libres
(producen peroxidación de lípidos de membrana), moléculas electrofílicas (se unen
covalentemente con proteínas del hepatocito) u oxígeno activo (también produce peroxidación).
La forma se origina por un mecanismo directo o indirecto. a) la hepatotoxicidad directa implica
una alteración de la membrana celular y de las organelas a través de la peroxidación de lípidos
de membrana, causando la necrosis hepatocitaria. El daño es usualmente citolítico, pero puede
ser colestásico si la necrosis afecta principalmente al epitelio biliar. El tetracloruro de carbono
actúa (necrosis zonal 3 y esteatosis) por este mecanismo, y b) las hepatotoxinas que producen
daño por un mecanismo indirecto ocasionan distorsión de moléculas esenciales o el bloqueo
selectivo de vías metabólicas fundamentales para la integridad celular. El daño hepático puede
ser citotóxico (necrosis o esteatosis) o colestásico (interferencia selectiva con la excrección de
sustancias a los canalículos biliares).
HEPATOTOXINAS IDIOSINCRÁSICAS
Producen lesión hepática de forma impredecible, no ligada a la dosis. Afecta tan sólo a una
pequeña proporción de pacientes tratados y puede estar mediada por idiosincrasia
inmunológica o metabólica. La inmunológica depende de la hipersensibilidad tras un período de
exposición fijo de una a 5 semanas. Se suele asociar a fiebre, eritema cutáneo y eosinofilia, así
como a linfocitosis con formas atípicas. En la biopsia hepática se aprecia un infiltrado
inflamatorio granulomatoso con abundantes eosinófilos. La reexposición al fármaco condiciona
una recidiva temprana. En cuanto a la metabólica, no se asocia a manifestaciones de
hipersensibilidad. Tampoco se reproduce tempranamente tras la reexposición, ya que depende
de una acumulación determinada de metabolito tóxico.
El hepatocito es la célula diana principal del efecto tóxico de los medicamentos, pero cualquier
célula hepática (epitelio ductal, endotelio) puede resultar afectada de forma aislada o
conjuntamente con otras, originando distintos síndromes hepáticos agudos o crónicos.
HEPATOTOXINAS INTRÍNSECAS
Suelen causar lesión a través de sus metabolitos tóxicos23, que pueden ser radicales libres
(producen peroxidación de lípidos de membrana), moléculas electrofílicas (se unen
covalentemente con proteínas del hepatocito) u oxígeno activo (también produce peroxidación).
La forma se origina por un mecanismo directo o indirecto5,16,23: a) la hepatotoxicidad directa
implica una alteración de la membrana celular y de las organelas a través de la peroxidación de
lípidos de membrana, causando la necrosis hepatocitaria. El daño es usualmente citolítico, pero
puede ser colestásico si la necrosis afecta principalmente al epitelio biliar. El tetracloruro de
carbono actúa (necrosis zonal 3 y esteatosis) por este mecanismo, y b) las hepatotoxinas que
producen daño por un mecanismo indirecto ocasionan distorsión de moléculas esenciales o el
bloqueo selectivo de vías metabólicas fundamentales para la integridad celular. El daño
hepático puede ser citotóxico (necrosis o esteatosis) o colestásico (interferencia selectiva con la
excrección de sustancias a los canalículos biliares).
HEPATOTOXINAS IDIOSINCRÁSICAS
Producen lesión hepática de forma impredecible, no ligada a la dosis5,16. Afecta tan sólo a una
pequeña proporción de pacientes tratados y puede estar mediada por idiosincrasia
inmunológica o metabólica. La inmunológica depende de la hipersensibilidad tras un período de
exposición fijo de una a 5 semanas. Se suele asociar a fiebre, eritema cutáneo y eosinofilia, así
como a linfocitosis con formas atípicas. En la biopsia hepática se aprecia un infiltrado
inflamatorio granulomatoso con abundantes eosinófilos. La reexposición al fármaco condiciona
una recidiva temprana. En cuanto a la metabólica, no se asocia a manifestaciones de
hipersensibilidad. Tampoco se reproduce tempranamente tras la reexposición, ya que depende
de una acumulación determinada de metabolito tóxico.
El hepatocito es la célula diana principal del efecto tóxico de los medicamentos, pero cualquier
célula hepática (epitelio ductal, endotelio, células de Ito) puede resultar afectada de forma
aislada o conjuntamente con otras, originando distintos síndromes hepáticos agudos o
crónicos.
NEFROTOXICOS
Hay ocasiones en que la absorción fraccional de agua excede a la del fármaco, lo que provoca
un aumento en la concentración luminal del mismo. La entrada del fármaco en la célula y su
transformación en metabolitos activos se facilita por mecanismos como el transporte iónico y el
metabolismo de la célula renal.
Una sustancia neurotóxica puede ejercer su efecto sobre la célula renal bien de forma directa
(por unión a la membrana plasmática o captación celular), bien de forma indirecta (por
liberación de mediadores vasoactivos y producción de isquemia).
NEFROTOXICIDAD DIRECTA
La unión del tóxico a las membranas también puede originar la activación de las enzimas
asociadas a ellas. Así, podríamos destacar: La fosfolipasa A2, cuya activación induce las
síntesis de eicosanoides y de factor activador de las plaquetas (PAF). La fosfolipasa C, que
induce la liberación de inositol trifosfato (IP3) y de diacilglicerol (DAG) a partir de PIP3. La
fosfolipasa D, que favorece la liberación de DAG. Los aumentos intracelulares de IP3 activan la
salida de Ca2+ del retículo sarcoplásmico, aumentando de esta forma los niveles de Ca 2 +
citosólico libre.
es la formación de metabolitos intracelulares altamente reactivos, como son los radicales libres
de oxígeno, cuyas implicaciones biológicas han sido descritas. Los radicales libres formados
durante las reacciones oxidativas por oxidasas asociadas al citocromo P-450 y las xantino
oxidasas (radicales hidroxilo, superóxido y peróxido de hidrógeno) pueden generar moléculas
muy inestables a partir de fármacos y pueden reaccionar químicamente con macromoléculas
celulares como proteínas y ácidos nucleicos, produciend o daño celular por modificaciones
covalentes .
Así, el metabolismo del ácido araquidónico por ciclooxigenasas o hidroperoxidasas pueden co-
oxidar fármacos como el Acetaminofeno – paracetamol- , produciendo radicales libres en la
médula renal ; este proceso puede jugar un importante papel en la nefropatía por analgésicos.
Existen diversos mecanismos a nivel intracelular cuya función es disminuir los efectos adversos
de estos radicales libres. Así, las enzimas superóxido dismutasa y catalasa aumentan la
conversión del radical superóxido en agua y oxígeno molecular, y la glutatión peroxidasa
reduce el peróxido de hidrógeno. Es difícil establecer si la producción de radicales libres y la
disminución de su eliminación por el riñón es causa o efecto del daño celular.
Los agentes nefrotóxicos inducen un aumento del calcio citosólico libre ([Ca 2+]c) por dos
mecanismos fundamentales: inducen un aumento de la permeabilidad de la membrana al
mismo y disminuyen tanto la recaptación de calcio por el retículo sarcoplásmico como el
bombeo de calcio al exterior , al haber una disminución del ATP celular. Ambos procesos están
mediados por la Ca2+/ATPasa.
El aumento de los niveles de [Ca2+] produce además otros efectos, como la activación de
gelsoína, que disuelve la red de actina o la activación del complejo calcio-calmodulina que
favorece la desagregación de microtúbulos.
El calcio, además, potencia el daño inducido por los radicales libres, de los que hemos hablado
con amplitud anteriormente.
Nefrotoxicidad indirecta Ya hemos comentado anteriormente que en muchos casos una parte
sustancial del efecto tóxico que inducen también una reducción notable del FSR. En la mayor
parte de los casos en que esto ocurre, el efecto del tóxico no es directo sobre el músculo liso
vascular, sino que está mediado por la liberación de factores vasoconstrictores (PAF, Ang II,
endotelina) o por la inhibición de factores vasodilatadores (NO). Con respecto a la liberación de
factores vasoconstrictores, la liberación de endotelina parece mediar las alteraciones renales
que ocurren tras la administración de ciclosporina o tras la isquemia renal. Esto se ha
demostrado en modelos de nefrotoxicidad inducida por contrastes iodados.Sin embargo, datos
de nuestro laboratorio han demostrado una producción glomerular aumentada de NO en ratas
tratadas con gentamicina.
Fármacos:
BIBLIOGRAFÍA