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Villa Negra

Alfredo Jaramillo

El niño Stanton
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Jaramillo, Alfredo
Villa Negra.
1a ed. - Buenos Aires : El niño Stanton, 2010.
48 p. ; 18x12 cm. (Poesía / 7) I

ISBN 978-987-24036-7-6

1. Poesía Argentina. I. Título


CDD A861

Fecha de catalogación: 23/06/2010

© Alfredo Jaramillo, 2010


© El niño Stanton, 2010

El niño Stanton
elniniostanton@yahoo.com.ar
www.elniniostanton.blogspot.com

Editor: Gerardo Jorge

Diseño gráfico: Carlos Mux

Impreso en Argentina

Imagen de portada: Ignacio Iasparra, s/título, 2002, fotografía analógica.

No se permite la reproducción total o parcial de la obra, tanto del interior


como de la portada, por cualquier vía y de cualquier modo, sin el permiso del
editor.

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Villa Negra

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para Gonzo y Bombo Imantado

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Lo último que supe fue que andabas por la calle
esquivando el agua que se junta cuando llueve
pensando en las cosas que perdiste
(las llaves, la gomita del pelo, una novia)
hacía frío como ahora
y se juntaba hielo sobre el pavimento.
Me contaron que rompiste una vidriera
y te pusiste a calcar ahí
el dibujo de tu paranoia.
Cuando la ciudad se derrumbó vinieron las patrullas
en el escaparate encontraron la sombra
de un caballo impresa en carbonilla.

9
Un sol de cáñamo
mantiene la pava
a temperatura ideal

¿Qué tengo que hacer ahora?

¿Poner un tronco en la calle,


asaltar a los conductores?

¿Voltear al inválido, tapar


los caños de escape, hacer
como si no escuchara?

10
No sé si esta siesta
va a lograr que el tiempo se detenga o se alargue
evitando que vuelva a despertar
preocupado por la quietud de la luz en la ventana
y tampoco el cielo va a dejar de ponerse
rosa allá en el borde lejano, y más azul
hacia el centro, justo encima nuestro
si elijo dormir esta siesta y levantarme nada va
a dejar de moverse, pero ¿y si construyo
el día y la noche a mi antojo, y el sueño
es un portón pesado y negro que empuja
el mundo a algún lugar fuera de mí? O la expansión
de una onda plástica, como un fuego tibio que viene
y lleva y desintegra las formas de las cosas, una ola
que arrasa las obligaciones, los contratos
de hombre a hombre, los muebles, las cartas
que el amor elige escribirse, de repente
se demoran los trenes que jamás van a parar
los chicos saben que hoy
no van a dejar de cabalgar
van a darle, van a darle, van a darle
van como un tren hacia el muro donde está
el graffiti del genoma rancio que los hace hablar
así, despierto de un sueño aprendido al calor
de un ruido que era aluminio en su origen y después
fue llanto, la primera cosa que vi no sé qué fue
la joda afiebrada de mis hermanos, el esfuerzo
de mis padres, lo que sea que me haya empujado
las piñas de la década pasada, el vaso roto, el club
de amigos, todo puesto ahí
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sin poder siquiera fingir que alguna vez
esta canción se acaba.

12
Una placa de nieve se desprende en algún lado
pero es como si el ruido llegara desde adentro.

Arboles caídos y ceniza


se amontonan en la playa como huevos de tortuga.

El río baja agrio, desde lejos


un toro hacer tronar el picadero.

13
Julio, Juan y Julián
están en la cama
oliéndose la herida
quejándose de su trabajo
mirando por el pulmón del edificio
piensan en bengalas
y dibujan una flecha en el vapor.

14
Carlos, Claudio y Carmine
flashean con los autos
los tunean.

Salen a pintar las paredes del barrio


con un aerógrafo y el humo de sus mentes.

Los domingos descansan y piden a Dios


que los saque del lío en el que están metidos.

15
Dos días, siete meses, veinticinco años:
no recuerdo haber tenido nada, ni una radio encendida
que informara las noticias del día, el clima, y aún así
presté atención a los colores del cielo
para ver si llegaba o no la lluvia, algo
que se lleve el ruido de las calles
dejándonos a oscuras pensando
si la ropa tendida va a estar siempre húmeda
si esa manera de llorar en la cama es tu misa, ya no sé
qué va a pasar con nosotros
en la arena caliente de la tele me di cuenta
que si esta primavera llegó, de a ráfagas y temblando
no es por culpa del incendio del planeta:
es que fuimos siempre así
antes de que los árboles taparan la calle
hasta bien alto ahí donde los cables se rozan
y hacen que la boca se tuerza
como una raíz deforme.

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Como una ballena encallada en la playa
siento la lengua muerta.

Hay que picanear


al cetáceo dormido
hasta que se arrastre y vuelva al mar
para que vaya, vea y venza
a lo que está por venir.

17
Hoy es Yom Kippur.

Podría estar en la orilla del mar


dándole fuego a este pescado
y de paso miraría el vaivén
de las olas que vienen y van.

Sin embargo estoy acá


ahumando mi casa
a veces me detengo y miro a los chinos
fumar en las puertas de sus negocios.

Sé que mis pies no van a tocar la arena


que el ruido del agua está lejos
y no se oye desde acá.

Quizá necesite una canción que hable de cabalgar


o esa otra que cantábamos sobre una alondrita
a la que desplumábamos, lara la.

18
Este humo de porro pesado
hundiéndose en la carne de la culpa
me hace pensar en la mano antigua
que una vez abrió el oceáno en dos.

Si no le echo agua
a este saco de té
el desierto va a ensancharse
el camello va a tener sed
y el fuego va a prender los cardos.

La palmera no va a agitarse
la cabra no sabrá
volver a la madriguera
el viento le sacude las orejas
no escucha la caída de las piedras
por eso espera

a que amaine el viento para volver a casa


a que suene la arena contra la tela
a que explote su fe contra la montaña.

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Ahí está el pasto común
donde los paseantes hunden sus pensamientos.

Creció el último verano, al punto de que sentados


no se ve más el estanque de los patos.

Largas contemplaciones primaverales


no quedaron fotos, jamás hubo muebles
fueron unas perfectas vacaciones en el vacío.

La misma gente de siempre que sale a trotar


otros que llegan a vender.

El pobre camina cansado, busca


una sombra en la que echarse a llorar.

20
Se acerca el viejo astronauta
con su gorra de los Marlins

dice que trae


un mensaje del pasado
dice que trae
un mensaje del espacio:

el mapa
del mundo
se enrolla
formando
un agujero
que sirve
para mirar
el más allá.

21
Hoy estamos aburridos
nos quedamos en casa
guardamos los palos
no salimos a romper.

22
Pasó mucho tiempo
y las cosas que antes parecían estar bien
(la ropa en su lugar, el piso limpio
las hojas escritas de apuro, la altura justa
del mapa en el que marcamos el punto
de partida) ahora se ven turbias.

Convertido en una sombra


escapás al ritmo del suelo
que se mueve siempre
acá y allá.

Un día el movimiento para


tocan la puerta y vas, como la esposa
de un soldado en el frente, abrís:
llegó una carta, te encontrás
con una foto de tu suerte.

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Escuchando una y otra vez
esa canción que llega desde Villa Negra
soplando lo que hay
para saber qué está por venir.

“Estuve encerrado
en tu caja con forma de corazón
durante semanas”.

A miles de kilómetros de distancia


tras las húmedas montañas del Oeste
llega la voz de un muerto que canta.

“Ey, esperá
que tengo una nueva queja
no me tengas siempre en deuda
por los consejos que me das”.

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El borde deshilachado de una camisa
cobre desperdiciado en la basura
el cuello hinchado de gritar que por favor
alguien detenga el motor, que se corten
las correas de la Máquina de Dios.

25
Cuando se acabe la sidra
tu mente se va a poner espesa.

Cuando se acabe la culpa


vas a zurcir tu emblema
en todas las remeras que guardás
desde la época del bardo.

Ahora estás un poco tonto


o tal vez un poco mareado
de ir y venir por tu cabeza
oliendo la piel de una raza amarga
a la que un día te enseñaron a abrazar.

¿Qué hacés contando los días


que faltan para ahorcar tu herencia
como hace la perra con el cachorro enclenque
salido de su propia panza, sin dudar
mandando al muere una parte suya
permitiendo que la especie repita
las manías de la emoción, los trámites
de dar algo a cambio?

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A ver esos del rincón
que se pongan a brillar
a ver quién va más atrás
con el recuento de sus días
que esta noche hay que poner
a rebotar el salón, ahora
que empezamos a olvidar
el diseño de la ropa de verano
el cielo se pone fluorescente
no se echen para atrás
que los campeones del disturbio
están empezando a temblar.

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Pescado crudo, corazón podrido
la historia más idiota del mundo: un chico
con una camiseta que dice “Cuba `59”, el coro de la yuta
en las cabezas de los que iban a fiestas hace unos años
se metían bien adentro maravilla, el diálogo zumbaba
creyendo que se iba y se venía por el oro de un año infinito
nunca se iba a terminar, nunca pasaron las horas, nunca
encontraron la forma de acunar este crecer y verse oliendo
la basura que cruje igual en todos lados, como una herida
en las burbujas de un vaso veo mi cara, las de mis amigos
las noches, los viejos durmiendo en el cemento frío
los chicos dándole brasa a un asado enfermo, recordando
las veces que durmieron puestos afuera, las veces
que hicieron que alguien llorara por ellos, el miedo de alguien
que deja a su chica sola, en un mundo tan grande
tu chica sola.

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Ahora las cosas parecen más serias
aprendiste que mover la mano
agita el aire alrededor, mirar el cielo
no hace que las nubes lleguen más rápido
odiás lo peor de vos y sin embargo
seguís usando la cabeza, qué terror
adónde vas a moverte ahora que está oscuro
y viene el invierno y tenés que irte de casa
a quién vas a llamar cuando la puerta se cierre
con quién vas a pasar las próximas horas.

29
¿Sabés un día la herencia del quilombo
que inventamos reventados en la pista
va a pedir que devolvamos
gota a gota la saliva que invertimos
en hacer que fuera fácil
salir rápido de acá?

30
El que se fue de la ciudad
ahora vuelve cambiado.

Adriancito y sus amigos


fueron a lo del recién llegado
para ver cómo las moscas
no lo dejaban dormir.

Lo alumbraron con linternas y se asustaron


cuando vieron que había gusanos
en los huecos de los ojos.

Los oídos sanos, sin embargo


para escuchar el ruido
que hacen las cosas cuando se acaban.

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Que hacés leyendo a Dylan
qué hacés corrigiendo con un palo
tus mentiras escritas en el suelo
qué hacés pescando en tu arroyo seco
si tu boca de tormenta está drenando
la basura, el descontento y es un bardo
lo que se oye desde lejos
dame una manzana amarga o dos
vamos a transformarlas en flores.

32
Encerrado
abriendo y cerrando los ojos
un mecanismo por default

martirio de lunes por la mañana


el peso de la lluvia
no es igual al peso de la culpa

se es un cristiano mal hecho


toda vez que se actúa con codicia
en las reuniones de viernes.

Tirado en la cama podés preguntarte


si el costo de encender las luces de la casa
implica admitir que este minuto es tuyo
o si la gota de lluvia que golpea el vidrio
va a terminar por romperlo y llenar
tu vida con los chicos
que todo pueblo se traga.

33
Esos fierros que buscás
bajo las alfombras que recubren las mentes ajenas
para qué los querés si vos soñás
con tener un Dios tatuado en la espalda
y en tu lista imaginaria de victorias no hay
lugar para berreos del prójimo.

34
No se siente ninguna vibración en el aire
apenas el cabeceo de un auto que lleva gente dormida.

Escribiste en un cuaderno lo que sigue:


“pájaros negros mirando el desierto
desde los cables de alta tensión”, después
tiraste el papel por la ventanilla y te dormiste.

“Estaban antes de nosotros”, dije


y también van a estar después de que muramos.

Te criaste en esta tierra, ¿qué te sorprende?

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Tener todo
y aprender a andar con nada
las cosas que tenés adentro
un día te van a matar.

Armaste una canoa pensando


que ya es hora de irse
retirarse del mundo tal
como te lo dieron.

Dan ganas de subir una montaña a ver ciervos


escuchar los gritos de alguien que se pierde en el bosque
devolver con demora la señal.

Ahora escribís y entendés


que la música enciende las luces de la calle
golpean preguntando por tu nombre
pero te callás y querés
dejar un legado
una vertiente que traiga agua limpia
pensás en abrir la agenda
invitar un trago a los chicos
dejar las cosas que viste hasta ahora
sentir el peso de tus órganos
hacer que el ruido
se vaya de acá.

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Tranqui hoy

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TRANQUI HOY

para El Oficinista

La historia empezó con unas bailarinas búlgaras


hundidas en el fondo del mar, haciendo piruetas con
los peces
el poema decía “atención / que es madrugada y viene el mar /
que los peces están fríos y no paran de cantar / bailarinas búlgaras
bailarinas búlgaras hasta el final”, y después
nunca siguió
como miles de otras cosas, hace poco sin más
pensaba en otro que iba a hablar sobre Monrovia
le iba a poner “Chica de Monrovia”, relataría la vida
de un soldado desnutrido que fumaba Camel 10
muriéndose de ganas de hacerse una operación
de cambio de sexo
algo que nunca se escribió, por otro lado
como ese poema que empezaba “estaba perdido allá
camino a Tulsa”, ¿de dónde salió? ¿quién
lo vio venir? ¿cómo llega la inspiración?
¿a la noche, en un rapto, incitada por dos
botellas de nafta, media naranja, una
cucharada de odio?

Como el viento que borra el paso de la culebra


la memoria es agresiva con algunas vibraciones:
en el Valle están inundando un pueblo
en tu barrio se preparan para faenar el pasado
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este domingo, a tu novia ni la invitás
a comer a casa de tus padres, mejor
salir a poner unos caños al cine
o en las colas del subte
para que los chicos sin hambre sigan
sin hambre, para que las nenitas
que andan en jumper fumando a escondidas
sientan la excitación de las armas
y de la primavera en flor que llega
siempre a tiempo para el amor, qué
cabeza el ritmo desolador del verso
en la poesía contemporánea, el basismo
arruinó el paraíso terrenal que tanto trabajo
nos costó a mí y a mis compañeros
construir durante largos años
rosqueando de noche y día entre paredes
flacas de una universidad estatal, era
un neverland flasherísimo ver al Gerar
y a toda esa banda pinchar teléfonos
rodeados por la niebla pesada de las chacras.

Si hubiéramos sabido para qué


crecer, para qué empezar a meternos
cosas por todos lados, con tal
de pasar a estar estimulado
con otra cosa además de la edad
que de un día al otro cambia, hasta que
empezás a sentir
la respiración densa del salario
soplándote la nuca, las mitades
de mes super loco a las siete
olvidándote de tu flia, ni sabés
que estás por perder más
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de lo que estás ganando con tu risa demente
rodeado de chicos flacos
vestidos en galerías oscuras
donde unas viejas arman
el frente más amplio de la historia.

Así empiezan todos los viajes: en una punta


y después terminan en cualquiera
el sonido del abandono está viniendo
desde abajo de la cama, los muertos
desfilan en la plaza esta mañana, vamos
a ver cómo los padres alzan a sus chicos
encima de la multitud sonriente
para ver el despliegue, suenan cañonazos y nadie
corre pensando en estrategias para olvidar
las cosas a las que les dijeron chau.

Ahora estás tomando cosas para sentirte especial


estás hurgando tu cerebro con un hisopo
dinamitando el córtex
para ver qué sale y qué no
para ver qué dura y qué no
bajando el submarino
hasta el centro de tu pecho
para ver si esta fosa tiene fondo
mientras arriba todos cocinan
sus huevos, preparan su nesquik
y hacen que la vida sea
el baile de siempre.

Es tan fácil escribir esto


no hay nada fuera de la duda
basta un cuerno antiguo
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encontrado debajo de las piedras
tocarlo, bajar al pueblo
y en el jugo sucio del secreto encontrar
el desequilibrio que impone
la verdad y la forma entre nosotros

Esta es una canción que llega desde el cielo


debajo del magma caliente de la herencia
entre los ríos de los baños de boliches donde cantan
los chicos y las chicas libres de la nación:

TRANQUI HOY

para el perro que mea en la calle y construye su imperio


para el chico que besa a su novio y siente el calor
para Héctor que rema en el río
para los pibes que riman en chino
para los animales que mueren en la ruta
para tu dealer padrino de bodas
para esas canciones que encienden la radio
para los dinosaurios de mi provincia
para Juancito loco de pala
para tu hermana que estuvo en Zapala
para el linyera que grita en la calle

TRANQUI HOY

en las nurseries y en los crematorios


en la nouvelle que escribe el sepulturero
escrita a sangre en los ratos libres

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TRANQUI HOY

esta va por los malos viajes


va por el humo de los meses que se fueron
va por lxs chicxs que están confundidos
por los que no pueden dormir de noche
por los que saben que va a llegar el carguero de la luz

TRANQUI HOY

esto es lo que estabas esperando


una brisa caliente que te azote
barro del diablo en las manchas del día
negro asfalto que refleja a medias
la cara del porvenir.

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Índice

Villa Negra........................................................................Pág. 5
Tranqui hoy.....................................................................Pág. 37

45
46
Títulos de la colección Poesía Argentina

1 – Eva Lamborghini / Los conciertos del año


2 – Mariano Blatt / Increíble
3 – Francisco Bitar / Negativos
4 – Martín Rodríguez / Para el lado de las cosas sagradas
5 – Carlos Godoy / La temporada de vizcachas
6 – Francisco Bitar / El olimpo
7 – Alfredo Jaramillo / Villa Negra

Títulos de la colección Traducciones

1 – John Ashbery / Una canción de cuna arregla todo

Próximos títulos

Leónidas Lamborghini / Las metamorfosis


Augusto de Campos / Caja blanca - Caixa branca
Ricardo Carreira / Poemas y dibujos
Carlos Godoy / La construcción
Francisco Bitar / Ropa vieja: la muerte de una estrella

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Se terminó de imprimir en julio de 2010
bajo el cuidado de El niño Stanton
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