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LEY ORGANICA DE ADMINISTRACIÓN FINANCIERA Y CONTROL

ENSAYO CIENTIFIO
CADUCIDAD Y PRESCRIPCIÓN

Autores:

 Sharon Lisette Bolaños Tello


 Paúl Ariel Morales Armijo

Docente:

Ing. Eduardo Faz Cevallos, Mag.

“El secreto del éxito es hacer de tu vocación tus vacaciones”. Mark Twain.
Resumen
La caducidad es una figura de introducción reciente, de aquéllas cuyo funcionamiento
no siempre satisface al operador del Derecho, este ensayo explora los orígenes de la caducidad
para, luego, examinar el estado de la recepción de la institución; con estos antecedentes, se
pretende proponer un tipo jurídico de caducidad adecuado a nuestro Derecho. Sustancialmente,
se difiere del concepto tradicional de caducidad, al sugerir la adopción de la distinción entre
aquélla impuesta a propósito de derechos disponibles, y la impuesta respecto de derechos
indisponibles, además, se afirma que sólo son elementos esenciales del concepto la declaración
de oficio y la imposibilidad de interrumpir el plazo de caducidad. Con esto, la figura de la
caducidad puede recibirse en forma fiel a su elaboración original y adecuada a nuestra cultura
jurídica y la prescripción que es un modo legal y constitucional de extinguir las obligaciones.
El tiempo y la inacción del titular del derecho afectado constituyen sus condiciones básicas,
declarada la prescripción, la obligación se transforma en natural; se fundamenta en aspectos de
orden público y social vinculados con la necesidad de seguridad jurídica. La prescripción
extintiva se la alega generalmente como excepción al momento de contestar la demanda, más
se la puede deducir como acción y aún como incidente.

Palabras claves: caducidad, prescripción, interrupción, declaratoria, plazo.


Introducción

La caducidad y la prescripción son dos figuras jurídicas que guardan ciertas semejanzas pues ambas tienen
como efecto la extinción de un Derecho. Sin embargo debido a que cuando en el derecho se dice que algo
caduca o prescribe, tiene una gran importancia conocer las diferencias entre una figura y otra

Dentro del ámbito tributario es muy común oír hablar de la prescripción y de la caducidad fiscal, pero es muy
común que se mal interpreten sus significados o se utilicen dichas palabras incorrectamente, ya sea por
comodidad en su uso o por ignorar lo que significa en materia tributaria.

La prescripción y la caducidad son algunos de los modos de extinción de las obligaciones tributarias, por esa
razón es importante tener claro que es una obligación tributaria. En la Legislación Fiscal Federal, no existe
una definición formal de la obligación tributaria o contributiva, pero si existen elementos que permiten
definirla

La obligación tributaria se puede conceptualizar como el vínculo jurídico en virtud del cual el Estado llamado
sujeto activo, exige a un deudor llamado sujeto pasivo o contribuyente el cumplimiento de una prestación
pecuniaria, excepcionalmente en especie. De esta definición se desprenden 3 elementos:

 Un sujeto activo que siempre es el Estado a través de sus diferentes órdenes de gobierno: Federal,
Estatal y Municipal.
 Un sujeto pasivo que siempre es el contribuyente.
 El objeto de la obligación, que consiste en una obligación pecuniaria, a cargo del contribuyente
excepcionalmente en especie.

Ahora que tenemos de una manera más clara la definición de obligación tributaria, podemos entrar de lleno a
conocer algunas de sus formas de extinción, que en este caso son la prescripción y la caducidad.
Desarrollo
Caducidad
Definición
La caducidad es una figura jurídica que opera en diferentes ramas del derecho, al
respecto Cabanellas (2009) manifiesta caducidad:
Lapso que produce la extinción de una cosa o de un derecho. Pérdida de la
validez de una facultad por haber transcurrido el plazo para ejecutarla;
efecto que en el vigor de una norma legal o consuetudinaria produce el
transcurso del tiempo sin aplicarlas, equiparable en cierto modo una
derogación tácita.
Bajo este concepto la caducidad se trata en primer lugar de un término “acelerativo”
dentro del cual debe cumplirse el acto, por cuanto con la caducidad se impone al titular
de la situación jurídica una carga de perentoria observación del término para el ejercicio
especifico del derecho, el derecho se pierde si no se ejercita en la forma prevista dentro
del término. En segundo lugar se encuentra su carácter perentorio, la cual denota dos
cosas, por un lado el hecho de que se trata de un término cuyo inútil transcurso produce
la extinción del derecho y por otro lado denota la rigidez e improrrogabilidad del
término”. La caducidad presupone transcurso del tiempo (plazo legal), inercia del titular,
lo que daría como resultado un derecho caduco.

La caducidad se distingue de la prescripción porque no es susceptible a interrupción


ni suspensión, es declarable de oficio, también porque con la caducidad de pierde el
derecho de acción en cambio con la prescripción solo se pierde el derecho, ejemplo claro
es que si un acreedor reclama un derecho prescrito y la parte no pone la excepción de
prescripción, el proceso se realiza con toda normalidad. A manera de conclusión
considero que estas figuras son muy importantes para generar seguridad jurídica ya que
los administrados deben de hacer efectivos sus derechos en un tiempo determinado por
ley.

La caducidad se define como la extinción del derecho a la acción por el transcurso del
tiempo. La caducidad de la acción es la pérdida del ejercicio de la acción por no hacerla valer
en un tiempo perentorio, es decir, es una causa extintiva de derechos, es una figura mediante la
cual, ante la existencia de una situación donde el sujeto tiene potestad de ejercer un acto que
tendrá efectos jurídicos, no lo hace dentro de un lapso perentorio y pierde el derecho a entablar
la acción correspondiente.
La caducidad es la extinción de la instancia procesal porque las partes no actúan dentro
del proceso; el abandono del proceso de las partes es sinónimo de falta de interés jurídico y por
ello ese proceso debe terminar, quedando las cosas en el estado en que se encontraban antes de
la interposición de la demanda. Puede ser de origen legal, judicial o convencional; consiste la
caducidad en el fenómeno procesal de declarar extinguida la acción por no incoarse ante la
jurisdicción competente dentro del término perentorio establecido por el ordenamiento jurídico
para ello.

La caducidad es una institución jurídico-procesal a través de la cual, el legislador, en uso


de su potestad de configuración normativa, limita en el tiempo el derecho que tiene toda persona
de acceder a la jurisdicción con el fin de obtener pronta y cumplida justicia. Su fundamento se
halla en la necesidad por parte del conglomerado social de obtener seguridad jurídica, para
evitar la paralización del tráfico jurídico; En esta medida, la caducidad no concede derechos
subjetivos, sino que por el contrario apunta a la protección de un interés general.

Como se observa, la caducidad es reconocida como una institución jurídico-procesal que


no protege intereses subjetivos sino que salvaguarda intereses públicos; se constituye como un
requisito del proceso que impide el ejercicio de la respectiva acción e impone al juzgador la
obligación de decretarla oficiosamente, cuando se percate de su ocurrencia; y, finalmente, por
su naturaleza pública no puede ser objeto de suspensión, interrupción o renuncia, La caducidad
está inspirada en el propósito de asegurar la realización de cierta conducta dentro de un lapso
determinado, ya sea porque el hecho en sí sea deseable, o bien porque quiera limitarse su
verificación a dicho período temporal.

Fundamento según la Contraloría General del Estado

Caducidad de las facultades de la Contraloría General del Estado: La facultad que


corresponde a la Contraloría General del Estado para pronunciarse sobre las actividades de las
instituciones del Estado, y los actos de las personas sujetas a esta Ley, así como para determinar
responsabilidades, caso de haberlas, caducará en “siete” años contados desde la fecha en que se
hubieren realizado dichas actividades o actos.

Se producirá la caducidad de la facultad para resolver los recursos de revisión de una


resolución original, o de reconsideración de una orden de reintegro, cuando hubiere transcurrido
un año desde la notificación de la providencia respectiva y no se hubiere expedido la resolución
que resuelva los recursos. En tal circunstancia las resoluciones originales materia de tales
recursos quedarán firmes. “La Contraloría General del Estado se pronunciará en el plazo no
mayor a tres años, respecto de la declaración patrimonial juramentada en los casos de los
ciudadanos elegidos por votación popular, presentada al término de sus funciones”.

Naturaleza

La caducidad, aunque guarde ciertas semejanzas con la prescripción, es una institución


diferente, es un modo de extinción de ciertos derechos en razón de la omisión de su ejercicio
durante el plazo determinado por la ley o la voluntad de los particulares, tiene la caducidad un
fundamento jurídico distinto al de la prescripción, ya que si bien ambas instituciones tienen
como objetivo asegurar la estabilidad y certeza de las relaciones, la primera persigue esa
certidumbre de una forma mucho más enérgica y acentuada, buscando eliminar toda duda
acerca de la existencia del derecho respectivo, para lo cual se considera esencial que los mismos
se ejerciten indefectiblemente dentro de los plazos establecidos.

Se prescinde en principio del hecho subjetivo de la inercia del titular, e incluso,


encontrándose interesado el orden público se admite su declaración de oficio. La prescripción
extintiva, la cual es tema de nuestro interés, en cambio preserva directamente el interés privado
del deudor y con ello indirectamente el orden público, pues afianza la paz social.

Es que, la caducidad opera en un ámbito mucho más amplio que la prescripción,


comprendiendo sin excepción a cierta clase de derechos, mientras que la prescripción afecta
sólo ciertos derechos dotados de acción.

Con relación a aquellos derechos en los que opera la caducidad, la oportunidad de su


ejercicio constituye una circunstancia esencial. En efecto, existen ciertos derechos que no
otorgan opción a su titular respecto del tiempo, sino al contrario, caducan cuando no se ejercen
en un término fijo. Nacen con una limitación en el tiempo, de modo que no se pueden hacer
valer después de transcurrido el plazo respectivo; no podía ser de otra forma ya que la ratio iuris
de este instituto es la necesidad de consolidar decisiones, en autos de carácter administrativo,
otorgándoles firmeza, atento a la seguridad jurídica y al interés público en juego, como
consecuencia de ello, contrariamente a lo que ocurre con la prescripción, la caducidad puede
ser declarada de oficio de modo tal que puede ser dictada aun cuando no hubiera sido solicitada
por ninguna de las partes.

Declaratoria de la caducidad
En todos los casos, la caducidad será declarada de oficio o a petición de parte, por el
Contralor General o por los Tribunales Distritales de lo Contencioso Administrativo, según se
hubiere presentado el reclamo como acción o como excepción, esto de acuerdo al art.72 de la
Ley Orgánica de la Contraloría General del Estado.

Así pues la Caducidad es establecida en el derecho tributario como una acotación a la


actividad de fiscalización que realiza la administración tributaria para la determinación y
verificación de las obligaciones tributarias formal y sustantiva, su aplicación genera efectos
para ambos sujetos de la relación jurídica tributaria, lo que deviene en un estado de certeza
jurídica para beneficio de éstos, ya que puede ser aplicada a favor o en contra de cualquiera de
los sujetos que intervienen dicha relación

Prescripción

Definición

De acuerdo al Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia Española, el


termino prescripción significa el “modo de extinguirse un derecho como consecuencia de su
falta de ejercicio durante el tiempo establecido por la ley.”

El autor Nicolás Coviello (2001), considera a la prescripción como “un medio por el
cual a causa de la inactividad del titular del derecho prolongado por cierto tiempo, se extingue
el derecho mismo.”

A su vez, Gutiérrez y González (2002), señala que la prescripción es:

La facultad o el derecho que la ley establece a favor del deudor para excepcionarse
válidamente y sin responsabilidad, de cumplir con su prestación, o para exigir a la
autoridad competente la declaración de que ya no se le puede cobrar en forma
coactiva la prestación, cuando ha transcurrido el plazo que otorga la ley para hacer
efectivo su derecho
Para el derecho administrativo, de acuerdo a Martínez Morales podemos establecer que
la prescripción es: “un medio de adquirir derechos o liberarse de obligaciones en virtud del
transcurso del tiempo, conforme a las modalidades que fije la ley”.

Así también la prescripción es la figura jurídica en virtud de la cual se extingue la acción


que acompaña a una obligación, debido al transcurso del tiempo y a la inactividad del acreedor.,
De esta manera, al producirse la prescripción el acreedor pierde su acción para exigir el
cumplimiento de la obligación, pero la obligación subsiste; cabe señalar que se está haciendo
referencia específicamente a la prescripción extintiva y no a la prescripción adquisitiva que es
aquella en virtud de la cual un poseedor obtiene el derecho de propiedad sobre un bien por la
posesión continua durante un determinado tiempo.
La prescripción se produce por el transcurso del tiempo y por la inactividad del acreedor;
esto es porque la prescripción se produce cuando se cumple el plazo establecido por ley para
tal efecto, pero siempre que durante dicho plazo el acreedor no hubiera ejercido los mecanismos
destinados al cobro de la obligación, y es que la prescripción existe como un mecanismo de
seguridad jurídica y como una sanción al acreedor por su inacción en exigir el cumplimiento de
sus derechos. Por una parte, la prescripción le brinda seguridad jurídica al deudor y a terceros,
al determinar que el deudor no podrá ser forzado a cumplir la obligación prescrita. Y por otro
lado, se sanciona al acreedor por haber permitido que transcurra el plazo de prescripción sin
haber ejecutado los mecanismos destinados al cobro de su derecho.

Fundamento según la Contraloría General del Estado

Prescripción del cobro de obligaciones y del ejercicio de las acciones: Las


obligaciones nacidas de responsabilidades civiles culposas de que trata esta ley, prescribirán en
diez años contados desde la fecha en que la determinación confirmatoria de la responsabilidad
civil culposa se hubiere ejecutoriado y será declarada por el Contralor General, de oficio o a
petición de parte, o por los Tribunales Distritales de lo Contencioso Administrativo; por vía de
impugnación o por vía de excepción al procedimiento de ejecución coactiva. Las obligaciones
civiles originadas como consecuencia de la comisión de delitos de peculado, cohecho,
concusión y enriquecimiento ilícito, establecidos en sentencia judicial ejecutoriada, serán
imprescriptibles. Mientras se sustancia la impugnación de la predeterminación civil culposa o
se sustancia y falla sobre el recurso de revisión, según el caso, se interrumpe el plazo de
prescripción establecido en el primer inciso de este artículo.

Interrupción de la prescripción
La prescripción del cobro de obligaciones se interrumpe por el reconocimiento expreso
o tácito de la obligación por parte del deudor o por la citación legal del auto de pago. La citación
con el auto de pago no interrumpirá la prescripción, cuando la ejecución coactiva hubiere dejado
de continuarse por más de cinco años, salvo que la suspensión hubiere sido ordenada por
decisión judicial.

Por tanto, la interrupción de la prescripción supone la constatación de cualquiera de las


causas legalmente establecidas que determinan la imposibilidad de consolidar ésta, de tal forma
que se pierde el tiempo de prescripción transcurrido y que volverá a comenzar a correr una vez
cese la causa que motiva la interrupción. Siendo, en definitiva, sus causas las de la reclamación
judicial o extrajudicial del acreedor y cualquier acto de reconocimiento del derecho del acreedor
por parte del deudor, a las que debe añadirse la del ejercicio de la acción penal ante los
Tribunales del correspondiente orden jurisdiccional.

Naturaleza

Para entrar al estudio, siquiera exterior, de la naturaleza de la prescripción, se impone,


previamente, diferenciarla de las instituciones afines (caducidad, preclusión), con las cuales,
erradamente, se ha confundido en ocasiones. Respecto de la Caducidad, si bien ambas pueden
identificarse en cuanto a sus efectos (anulación de un derecho), tienen marcadas notas
distintivas que bastan a diferenciarlas.

Márquez Caballero las establece con claridad cuando dice:

la prescripción tiene siempre su origen en la ley; la caducidad puede tenerlo


además en el negocio jurídico privado; en la prescripción el derecho nace con
duración indefinida, y sólo se pierde cuando media negligencia en usarle; en la
Caducidad, en cambio, se trata de que para determinadas relaciones jurídicas, la
ley, o la voluntad particular, preestablecen un término fijo, dentro del cual puede
promoverse la acción para su efectividad, de modo que, expirando el plazo, está
ya no es ejercitable en forma alguna, en la caducidad no se produce la extinción
del derecho por el transcurso del tiempo, sino que el transcurso inútil del tiempo
impide su adquisición. Esto da a entender que en la prescripción extintiva, la
pérdida de un derecho la ocasiona el silencio de la relación jurídica, en la
caducidad, su no ejercicio; la prescripción afecta directamente a la acción la
caducidad hiere directamente el derecho.
Es el modo de liberarse de una obligación por no haber pedido su cumplimiento
durante el tiempo fijado por la ley, o bien la extinción de una deuda, por no haber
usado de su derecho el acreedor contra el deudor en el tiempo señalado por la ley”. La
prescripción presupone, la existencia de un derecho que podía ejercitarse, la falta de
ejercicio o inercia del titular, el transcurso del tiempo que señala la ley y que el
beneficiario la reclame (excepción de prescripción).
Conclusiones

 La prescripción, no es una forma que hace que los deudores, logren en sí sus fines, sino
que se debe entender como una figura jurídica necesaria para el mantenimiento de
seguridad jurídica, ya que la prescripción no es en sí la extinción de un derecho, sino la
extinción de la acción del reclamo judicial de la deuda fiscal pendiente; es decir ya no
es posible accionar legalmente contra un deudor tributario, formalmente encausado y
determinado en cuanto a su correspondiente adeudo, media vez haya prescrito el plazo
para hacerlo; pero si el deudor voluntariamente extingue la obligación, mediante el
pago, este es válido porque la deuda sigue vigente y no ha desaparecido ni legal, ni
formalmente de la vida jurídica.
 La Caducidad es establecida en la ley orgánica de la Contraloría General del Estado
como una acotación a la actividad de fiscalización que realiza la administración
tributaria para la determinación y verificación de las obligaciones tributarias formal y
sustantiva, su aplicación genera efectos para ambos sujetos de la relación jurídica
tributaria, lo que deviene en un estado de certeza jurídica para beneficio de éstos, ya que
puede ser aplicada a favor o en contra de cualquiera de los sujetos que intervienen dicha
relación.

Bibliografía
Cabanellas, G. (2009). Diccionario Enciclopédico de derecho usual. Argentina: Heliasta.

Coviello, N. (2001). Derecho de las Obligaciones. México: Cajica.

Gonzáles, E. (2003). Generalidade de la Prescripción. Madrid: Montecorvo.

Parejo, L. (2004). Manual de derecho administrativo. Barcelona: Ariel.

Romano, S. (2000). Fragmentos de un diccionario jurídico. Buenos Aires: Ecoediciones.

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