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Narraciones libes del lector sobre texto

La lectura es una actividad solitaria, silenciosa, de descubrimiento, de recreación


del lenguaje escrito. Leer es volver presente un pasado y, por lo tanto, se convierte
en un viaje hacia el conocimiento y la verdad; al mismo tiempo puede sernos útil en
la inacabable tarea de comprender al mundo, al hombre, a uno mismo. La lectura
implica, por una parte, una competencia, un aprendizaje del sujeto que ejecuta el
acto y, por otra, es la razón que justifica en mayor medida la puesta en práctica de
la imaginación, ya que en todo acto de lectura siempre apelamos a ella y es ella la
que nos permite hablar del papel activo, (co)creador, (co)elaborador del lector ante
la obra.

En todo acto de lectura subyacen dos situaciones: a) una práctica lingüística y, b)


una actividad directamente relacionada con el quehacer humano, con las
motivaciones, las experiencias y la vida personal, pues es un aprendizaje que se
construye y se conquista paso a paso desde el momento en que el sujeto descubre
y redescubre nuevos mundos, nuevos saberes. De este modo, la recepción
individual se encuentra mediada por los acontecimientos vivenciales y por diversas
recepciones que determinan, en gran medida, las motivaciones hacia la lectura.

La lectura se transforma en una actividad hermenéutica si se realiza interrogando al


texto y si deja a éste responder, porque le permite al lector la construcción de
interrogantes que hace extensivos al grupo social: lo individual y lo colectivo;
entonces se interceptan en todo acto lector. Leer un texto es descifrar su significado;
al mismo tiempo es agregar de acuerdo con una perspectiva personal una
interpretación. En otras palabras, todo texto se caracteriza por su organización
interna y su codificación múltiple. En el caso específico de la lectura literaria, la
participación del lector se modifica, en la medida en que el universo de la obra es
un universo inventado, (re)creado, ficcional en una palabra. De allí que la figura del
lector se hace indispensable para construir el texto. La lectura literaria, que
denominamos comunicación literaria,2 es una forma particular de comunicación
entre el texto y el lector y puede estudiarse en dos niveles de análisis: a) entre el
emisor ( autor implícito) y un lector "virtual" y, b) entre el texto y el receptor.
Tenemos, por lo tanto, al menos dos situaciones que se presentan
permanentemente en forma simultánea: la extratextual, en la que se lleva a cabo la
comunicación literaria entre un emisor-autor y un receptor-lector y la intratextual,
entre un emisor-narrador-personaje y un receptor-narratario-personaje.
Sustantivos según posesión
Son llamados así debido a la variación que presentan al ser poseídos.
Ejemplos:

Sustantivos agregativos
Son aquellos que al momento de ser poseídos,
agregan una parte al final del sustantivo. Estas
partes pueden ser: -el, -il.
Ejemplos:

Sustantivos invariables
Son aquellos sustantivos que cuando se poseen, conservan la misma forma que
cuando están en su forma suelta o absoluta.
Ejemplos:

Sustantivos siempre poseídos


Son aquellos que cuando se les menciona, siempre van poseídos.
Mencionarlos sin una posesión gramatical resulta ilógico o inaceptable
para el hablante. Esta posesión generalmente es de tercera persona
singular, aunque en muchos casos las otras personas lo pueden hacer.
Ejemplos:

Sustantivos usualmente no poseídos


Se les llama a estos de esta manera puesto que dentro de la lógica del pensamiento
maya no se pueden poseer.

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