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1.

Concepto de Motivación
La palabra motivación deriva del latín motivus o motus, que significa
‘causa del movimiento’. La motivación puede definirse como «el
señalamiento o énfasis que se descubre en una persona hacia un
determinado medio de satisfacer una necesidad, creando o aumentando
con ello el impulso necesario para que ponga en obra ese medio o esa
acción, o bien para que deje de hacerlo»
La motivación es un estado interno que activa, dirige y mantiene la conducta.

2. Entrevista Motivacional
Se trata de una forma concreta de ayudar a las personas para que
reconozcan y se ocupen de sus
problemas potenciales y presentes.
Intenta ayudar a resolver la ambivalencia y hacer que una persona progrese a
lo largo del camino del cambio. Para algunas personas, esto es todo lo que
realmente necesitan. Una vez que se desbloquean, dejan la inmovilización de
los conflictos motivacionales y recuperan las habilidades y recursos que
necesitan con el fin de llevar a cabo un cambio duradero. Todo lo que
necesitan es un empujón relativamente corto en su motivación.
En la entrevista motivacional, el terapeuta no asume un rol autoritario.
La responsabilidad para el cambio se deja a manos del individuo
Nuestros pacientes son siempre libres de aceptar nuestros
consejos o no. Esto evidentemente no significa que los terapeutas no tengan
utilidad o no sean capaces de
poder ayudar. Por el contrario, algunas investigaciones indican que los
terapeutas ejercen un sorprendente
grado de influencia sobre el hecho de si sus pacientes cambiarán o no.
El terapeuta busca crear una atmósfera positiva para el cambio. El objetivo
global consiste en aumentar la motivación intrínseca del paciente, de manera
que el cambio surja de dentro más que se imponga desde fuera
La entrevista motivacional emplea una variedad de estrategias, algunas de las
cuales surgen de la terapia centrada en el paciente. No obstante, la entrevista
motivacional actúa con una
idea clara del objetivo que se debe alcanzar, cuenta con estrategias y
habilidades concretas para alcanzar
dicho objetivo, y un sentido claro de la temporalización a la hora de intervenir
de una forma concreta en
momentos determinados.

3. Cinco principios generales de la Entrevista Motivacional


3.1. Expresar la Empatía
Mediante una escucha reflexiva adecuada, los terapeutas intentan
comprender los sentimientos y perspectivas de los pacientes sin juzgar,
criticar o culpabilizar. Es importante hacer notar aquí que la aceptación
no es lo mismo que el acuerdo o la aprobación. Es posible aceptar y
comprender la perspectiva del paciente pero no estar de acuerdo con
ella. Una actitud de aceptación tampoco prohibe al terapeuta que difiera
de los puntos de vista del paciente. La actitud crucial es una escucha
respetuosa del paciente con un deseo de comprender sus puntos de
vista.
Un terapeuta empático busca responder a los puntos de vista del
paciente de una manera
comprensiva, global y (dentro del punto de vista del paciente)
válida.

3.2. Crear una discrepancia


Esto implica, ciertamente, en al menos un sentido del término,
«confrontar» al paciente con una realidad no placentera. La pregunta es
cuál sería la mejor manera de realizarlo. Un segundo principio general
de la entrevista motivacional es, por lo tanto, crear y potenciar, en la
mente del paciente, una discrepada entre la conducta actual y unos
objetivos más amplios.
Una forma más general y, creemos, mejor para comprender este proceso es
simplemente si lo consideramos como una discrepancia entre donde uno está y
donde uno querría estar. Esta forma se podría provocar a partir de una
concienciación de los costes de la conducta actual. Cuando una conducta se
cree que está en conflicto con objetivos personales importantes (tales como k
propia salud, el éxito, la felicidad familiar o una autoimagen positiva), el cambio
ocurrirá con una cierta probabilidad.
La motivación para el cambio se crea cuando las personas perciben una
discrepancia entre su conducta actual y sus objetivos personales más
importantes
Un objetivo de la entrevista motivacional es el de crear una
discrepancia —hacer uso de ella, aumentarla, y amplificarla hasta que
se supere el apego que la persona
tiene por la conducta presente—. Las estrategias de la entrevista
motivacional buscan hacer eso dentro del
paciente, más que centrarse principalmente en las motivaciones
externas (por ejemplo, presión por parte
de la esposa, amenaza de desempleo, o controles judiciales). Esto
supone aclarar los objetivos importantes
que tiene el paciente, y analizar las consecuencias reales o potenciales
de su conducta actual y que entran
en conflicto con dichos objetivos. Cuando se hace de una forma
adecuada, la entrevista motivacional
cambia las percepciones del paciente (de la discrepancia) sin crear un
sentimiento de que se le está
presionando o coaccionando.

3.3. Evitar la Discusión


Un tercer principio importante de la entrevista motivacional es que el
terapeuta evite discutir, y las confrontaciones cara a cara. La situación
menos deseable, desde este punto de vista, es la del terapeuta que
discute con el paciente a fin de convencerle que tiene un problema y de
que necesita cambiar mientras que el paciente defiende un punto de
vista opuesto
La entrevista motivacional no es confrontativa; su objetivo sería aumentar la
concienciación de los problemas y la necesidad de hacer algo con ellos. Un
observador casual de este enfoque de consejo, sin embargo, no lo calificaría
como «confrontativo». Un terapeuta con experiencia en un seminario que
estábamos impartiendo lo denominó «una confrontación suave»
Defender con fuerza una posición (por ejemplo,
«Usted tiene un problema y debe cambiar») provocará una
oposición y defensividad por parte del paciente.
Como hemos dicho en la primera parte, la resistencia por parte
del paciente se ve fuertemente afectada por
la forma en que el terapeuta responde, y la resistencia durante el
tratamiento predice un fracaso para
cambiar. Por estas razones, el objetivo general en la entrevista
motivacional es evitar los enfoques que
provocan una resistencia por parte del paciente. Cuando la
resistencia surge, el terapeuta cambia las
estrategias.

3.4. Darle un giro a la resistencia


La entrevista motiva-cional no es un combate;
no se trata de ganar o perder. El paciente no es un oponente al
que se deba vencer. De todas maneras la
mejor manera de definir esto es que se trata de cómo darle un
giro a la resistencia. Ya veremos en el capítulo
8, por ejemplo, cómo las razones que da un paciente se pueden
girar o cambiar levemente a fin de
crear un nuevo momento para el cambio. El objeto que se mueve
no es un cuerpo, sino una forma de
percepción. El paciente empieza eliminando las percepciones
presentes, y descubre (si el terapeuta, el
«maestro», es habilidoso) que éstas aparecen bajo una forma
diferente.
Existe también un elemento de gran importancia en lo referente al
respeto que merece un
paciente. ¿Qué podemos hacer con un problema, si de todas
maneras la decisión última la tiene el paciente?
La resistencia y la ambivalencia no son cosas opuestas; el
terapeuta las reconoce como naturales y
comprensibles. El terapeuta no impone nuevos puntos de vista u
objetivos. Más bien, el paciente es invitado
a considerar la nueva información y se le ofrecen nuevas
perspectivas para hacerlo. «Tome lo que quiera y
deje el resto», es el tipo de consejo permisivo que define este
enfoque. Es un enfoque con el que resulta
difícil entrar en conflicto.
En la entrevista motivacional, el terapeuta también genera
preguntas o problemas al paciente. El
trabajo del terapeuta no es el de proporcionar soluciones para
todo. Actuando de esa manera, de hecho, se
consigue que el paciente abandone todas las ideas semejantes a
«Sí, pero...». Se considera que el paciente
es una persona capacitada, con conocimientos e ideas
importantes para solucionar sus propios problemas.
Darle un giro a la resistencia, por lo tanto, incluye el hecho de
implicar al paciente de forma activa en el
proceso de resolución de sus problemas.

3.5. Fomentar la autoeficacia


la autoeficacia se refiere a la creencia que tiene una persona
sobre su
habilidad para llevar a cabo con éxito una tarea específica. La
autoeficacia es un elemento clave en la
motivación para el cambio . Un terapeuta sigue los cuatro principios
anteriormente citados, y convece a una persona de que tiene un serio
problema. Si, a pesar de ello, la persona no tiene esperanza alguna de que
logre cambiar, entonces no harán ningún esfuerzo y las tácticas del terapeuta
serán en vano.
Un objetivo general de la entrevista motivacional es el de
aumentar las percepciones
de los pacientes sobre su capacidad para hacer frente a los
obstáculos y tener éxito en el cambio
La entrevista motivacional no fomenta la esperanza de que el
terapeuta cambiará al paciente.

4. Estrategias de la Entrevista Motivacional

 Realizar Preguntas Abiertas: Este tipo de preguntas estimulan


al paciente para que sea él quien más hable y, de esta manera,
comience a analizar sus propios problemas y exprese sus
razones para realizar el cambio deseado. No sólo ayudan a iniciar
el tema de conversación y proporcionar oportunidades para
utilizar otras estrategias, sino que también se pueden utilizar para
explorar los objetivos o los valores personales que guían al
paciente en su decisión.
 Escucha Reflexiva: Es una de las habilidades fundamentales de
la entrevista motivacional. El profesional responde a lo que dice el
paciente. El profesional intenta comprende y deducir lo que el
paciente realmente quiere decir y se lo devuelve o refleja de
nuevo por medio de una afirmación.
La escucha reflexiva tiene tres funciones primordiales:
 Asegura que el profesional ha entendido lo que quiere
decir el paciente.
 Disminuye la resistencia del paciente.
 Anima al paciente a hablar sobre sus razones para querer
el cambio.
 Afirmar: Es necesario afirmar y apoyar directamente al
paciente durante todo el proceso. De esta manera, se potencia su
autoestima y sentido de autoeficacia y, por otro lado, también
ayuda a construir una buena relación entre el profesional y el
paciente.
 Resumir: De una forma periódica une y refuerza todo lo
que se ha dicho que el profesional considera más importante,
muestra al paciente que se le ha escuchado con atención y le
anima a seguir progresando.
 Provocar afirmaciones automotivadoras: Integra y guía
el uso del resto y es la que realmente puede ayudar a resolver la
ambivalencia ya que facilita el poder crear una discrepancia en el
paciente. Todas las afirmaciones automotivadoras se deben de
retornar al paciente haciendo uso de la escucha reflexiva o de
resúmenes, de esta manera, el paciente es capaz de escuchar de
nuevo sus propios comentarios.
5. Trampas que se debe evitar.
Hay varias trampas que interfieren rápidamente en el progreso del
paciente hacia el deseo del cambio. Son maneras de encarar la
entrevista que generan resistencias en el paciente:
 Pregunta-Respuesta. Significa formular preguntas que el
paciente responde con frases cortas y simples. Implican una
interacción entre un experto activo y un paciente pasivo y no
facilita la reflexión y elaboración por parte del paciente. Se evita
con preguntas abiertas y escucha reflexiva. Como norma general
conviene evitar el formular tres preguntas abiertas seguidas.
 Confrontación-Negación. Es lo más frecuente y la trampa que
más interesa evitar. Cuanto más enfrentemos al paciente con su
situación, él se volverá más resistente y reacio al cambio con
respuestas del tipo "No creo que sea tan serio el problema porque
olvide cosas cuando bebo".
 Trampa del experto. Ofrecer, con la mejor intención, respuestas
y soluciones al paciente llevan, a éste, a asumir un rol pasivo
totalmente contrario al enfoque de la EM.
 Etiquetaje. Clasificar a un paciente por un hábito con etiquetas
que, a menudo, acarrean un cierto tipo de estigma en la gente
("Eres alcohólico"). Los problemas se pueden analizar sin
necesidad de poner las etiquetas que provocan resistencias
innecesarias.
 Focalización prematura por lo que al sanitario le parece más
importante mientras el paciente desea hablar sobre otros temas
que le preocupan y que son más amplios. Es importante evitar
implicarse en una lucha sobre qué tema es más apropiado para
iniciar la entrevista y el empezar con las preocupaciones del
paciente facilita la tarea. Si intentamos centrar rápidamente el
tema, por ejemplo en una adicción del paciente, éste se
distanciará y se pondrá a la defensiva.
 Culpabilización. Desaprovechar tiempo y energía en analizar de
quién es la culpa del problema pone al paciente a la defensiva. La
culpa es irrelevante y conviene afrontarla con reflexión y
reformulación de las preocupaciones del paciente.

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