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Pasqual Pastor Gordero. (1993). Aula de Innovación Educativa. [Versión electrónica].

Revista Aula de Innovación Educativa


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La secuenciación de contenidos en educación musical

Pasqual Pastor Gordero

La educación musical en Primaria se propone suscitar una experiencia viva y directa de la música que permita descubrir
qué es, para qué sirve, conocer cómo se construye y funciona su lenguaje, su valor de uso social, y disfrutar de ella a
través de la escucha inteligente y de la praxis interpretativa.

Este encuentro con la música abarca una gran variedad de contenidos: conocimientos del lenguaje musical, formación
auditiva, práctica vocal-coral e instrumental, audición musical activa, interpretación e invención, análisis y uso de
partituras, etc.

Esta gama de contenidos se traduce en una gran diversidad de experiencias didácticas y de modalidades de acción. Pero, a
la vez, nos advierte de algunos de los riesgos en los que puede incurrir la educación musical: la fragmentación de sus
contenidos y/o la polarización de su enfoque formal a favor de una de las modalidades de intervención.

El desarrollo curricular de la educación musical plantea, por ello, la necesidad de satisfacer una doble exigencia: por una
parte, la de concretar un plano operativo de organización general del proceso de enseñanza-aprendizaje que refleje la
interacción de los contenidos en el marco de una estructura orgánica, y por otra, la de propiciar la construcción de
itinerarios de trabajo capaces de responder a la diversidad del alumnado con cuya cooperación se ha de producir la
experiencia viva y participativa de la música.

http://www.grao.com/imgart/images/AU/A016087U.gif - Cuadro 1

Esta propuesta de secuenciación de los contenidos de la educación musical (consultar cuadros que aparecen a lo largo del
artículo) se ha ido configurando a lo largo de la experimentación llevada a cabo en una red de centros de la Comunidad
Valenciana. La reflexión sobre la praxis (los agujeros negros, las polarizaciones, etc.) ha llevado a la formulación de esta
propuesta fruto de una serie de decisiones teórico-prácticas tomadas en torno a los aspectos siguientes: conceptualización
del área de conocimiento, variables de la selección y organización de los contenidos, secuenciación por ciclos.

La educación musical como adquisición y uso de un lenguaje

La música como lenguaje

La música es una manifestación constitutiva del ser humano, una forma particular de contenidos cognoscitivos, emotivos,
estéticos, sociales y culturales de la experiencia humana.

Para el que la compone, para el que la interpreta o para el que simplemente la escucha, la música se revela como una
organización inteligente de la realidad pensada sub specie sonora, la forma de pensar el mundo con los sonidos. Es una
construcción mental, un sistema de representación simbólica, llevada a cabo a partir del sonido como materia prima,
mediante la selección y organización formal de sus elementos en estructuras de significado. Por analogía con el lenguaje
hablado-escrito, se dice del sonido musical que configura un sistema, altamente formalizado, dotado de un vocabulario,
una morfología y una sintaxis propios. Aunque, como es obvio, el lenguaje musical escapa a la concreción
denotativa-informacional que caracteriza a otros lenguajes.

La consideración de la música como lenguaje permite situarse en la doble perspectiva de la experiencia estética: una, por
medio de la cual cada organización sonora musical concreta se revela como un conjunto de significados, como una forma
peculiar de expresar y/o de expresarse; se refiere a qué dice esta música, qué tipo de "discurso" construye, qué funciones
de uso social desempeña. Otra, superpuesta y derivada de la anterior, fruto de la indagación y el análisis de los
componentes estructurales (morfosintácticos) de la obra; responde a cómo está dicho musicalmente, qué materiales
emplea, cuáles son sus procedimientos de organización.

De la experiencia sonora a la música. El sonido como objeto de conocimiento

Las niñas y los niños sienten una curiosidad natural por descubrir el mundo que les rodea. Y es el caso que el medio natural
y social en el que viven es sonoro. Sea como agentes o como pacientes, esta dimensión de la realidad impregna su
experiencia humana física, psíquica y mentalmente. La educación musical es un espacio para el desarrollo de una "cultura
de la escucha" en la que el silencio, el sonido y el ruido se convierten en objeto de conocimiento y en valores
socioculturales en la relación con los otros.
El universo sonoro no es sólo algo que está ahí, envolviendo al niño, fuera de él. Es también el resultado de sus acciones,
de su interacción con la realidad. El movimiento de las cosas y las acciones humanas dejan siempre unas huellas
peculiares, los sonidos. Cada sonido es un fenómeno físico, una vibración mensurable; pero constituye, a la vez, la señal de
una presencia, susceptible de representar un movimiento o una acción, de ejercer la función de signo, de símbolo.
Vibración y signo, materia y pensamiento, naturaleza y lenguaje... cada sonido nos cuenta una pequeña historia: la imagen
auditiva de las cosas.

De ahí deriva la satisfacción que siente el niño al producir sonidos, al descubrir su habilidad exploratoria con los objetos, al
punto de emplearlos como material de sus juegos. A menudo su interés rebasa el aspecto físico del sonido. El placer de
escuchar y de producir sonidos le lleva a convertirlos en material simbólico, sintiendo cómo ellos consiguen despertar en él
efectos psicomotores, psicoafectivos y mentales. A veces, incluso, desarrollando juegos sonoros mediante construcciones
fantásticas de carácter narrativo o descriptivo, tejiendo con ellos redes de significado. El sonido se convierte para el niño en
objeto de conocimiento y elemento mediador de su experiencia y de la imagen del mundo que va construyendo.

http://www.grao.com/imgart/images/AU/A016088U.gif - Cuadro 2

http://www.grao.com/imgart/images/AU/A016089U.gif - Cuadro 3

¿No es ésta, precisamente, la tarea que desarrollará el músico? La selección del material acústico y de unas formas
concretas de organización del sonido presuponen, por parte del compositor y del intérprete, una transformación del sonido
físico en material simbólico, en elemento de mediación psíquica y mental.

Los contenidos de la educación musical. Variables de organización

La educación musical toma como punto de partida esta experiencia inicial del niño con el fenómeno sonoro musical. Su
desarrollo radica en la progresiva capacidad de penetrar en el mundo de la música.

La primera variable de organización de los contenidos son los elementos constitutivos de la música. Pertenecen a la fuente
epistemológica del currículum: la música como área de conocimiento. Comprende:

- El ritmo (duración, pulsación, medida, esquema rítmico, tempi, células rítmicas, fraseo, polirritmia, etc.).

- La melodía (registros, intervalos, series, escalas, ámbitos, tonalidad, modo, motivos, fraseo, diseños, etc.).

- El timbre (sonoridad, cuerpo, instrumentos, agrupaciones instrumentales, clasificaciones, etc.).

- La armonía (funciones tonales, acordes, cadencias, etc.).

- La dinámica (fluctuaciones de intensidad, expresión, etc.).

- La forma (elementos de la forma, formas elementales, en la música tradicional, clásica, pop, etc.).

La planificación de estos contenidos requiere una forma de organización lineal basada en criterios lógicos de gradualidad,
en la medida en que la propia estructura de los conocimientos del lenguaje musical va marcando unos grados de dificultad
de aprendizaje. Esto no quiere decir que el desarrollo de estos contenidos en el aula esté determinado por este esquema
lógico de organización. La secuencia de desarrollo de los contenidos viene determinada por la conjugación de esta variable
(fuente epistemológica) con las otras dos siguientes (materialización de las fuentes psicológica, pedagógica y didáctica).

Otros contenidos derivan de los diferentes modos como podemos tratar -y de vérnoslas- con la música: escucharla,
producirla y/o concebirla (en el doble sentido de crearla y de pensarla). Son procedimientos de trabajo, estrategias de
aprendizaje. Se trata, en fin, de propiciar una experiencia musical en el niño mediante la emulación de los mismos roles y
procedimientos que emplea el músico: la escucha inteligente del melómano, el análisis del crítico musical, la recreación
(juego y arte) del intérprete e, incluso, la invención imaginativa del compositor. Es la compenetración y recurrencia cíclica
de momento productivo, la práctica (explorar, interpretar, improvisar) con el momento reflexivo (escuchar, analizar,
comprender).

El conjunto de estos ámbitos de la educación musical ejerce la función de segunda variable de organización de los
contenidos.

El proceso de desarrollo de la musicalidad se inicia con el reconocimiento auditivo de los elementos y de las organizaciones
del sonido musical: ritmo, melodía, dinámica, timbre, armonía y forma (ámbito preceptivo). El ámbito cognoscitivo
desarrolla la capacidad de relacionar las estructuras morfosintácticas de la música con los contenidos semánticos,
revelando su intencionalidad comunicativa. La práctica musical (vocal-instrumental) activa una serie de habilidades
sensomotoras de precisión y control interpretativo (ámbito técnico). Por su importancia para el desarrollo de la musicalidad
se incluye, como un ámbito específico, la educación de la capacidad de inventiva musical y la improvisación
vocal-instrumental (ámbito ideativo). Completa el ciclo el conocimiento y uso funcional de la representación escrita de la
música (ámbito notativo).

Cada uno de estos ámbitos comprende el conjunto de los contenidos de la primera variable, es decir, de los elementos
constitutivos de la música. Pero en cada ámbito se abordan desde una óptica diferente, correspondiendo cada uno a un
conjunto de habilidades y/o procedimientos musicales distintos. Estos ámbitos sugieren una constelación de experiencias
didácticas de actividad individual y en grupo, tales como escuchar, bailar, conocer, cantar, tocar algún instrumento,
inventar melodías y canciones, etc.

http://www.grao.com/imgart/images/AU/A016090U.gif - Cuadro 4

La voz, el movimiento y los instrumentos son medios expresivos musicales; sus manifestaciones son el canto, la danza y la
interpretación musical. No obstante, ejercen, además, una función didáctica, la de servir de elementos mediadores, o
recursos didácticos, de los procedimientos que comprende cada uno de los ámbitos: audioperceptivo, cognoscitivo, técnico,
ideativo. La mediación de la voz, el movimiento y los instrumentos, favorece la experimentación -con y el conocimiento- de
los elementos constitutivos del lenguaje musical: ritmo, melodía, armonía, forma, agógico-dinámica, tímbrica, notación. En
este sentido se entienden como tercera variable de organización de los contenidos.

El plano operativo de organización de los contenidos resulta, pues, de la articulación de las tres variables:

1. Elementos constitutivos del lenguaje musical.

2. Ámbitos de la educación musical.

3. Elementos mediadores: voz-movimiento-instrumentos.

A partir de este plano de organización se pueden elaborar itinerarios de trabajo para todo un ciclo o etapa, o itinerarios
más cortos, como unidades didácticas o actividades concretas.

El proceso de elaboración de los itinerarios es el fruto de las decisiones concretas que se tomen respecto a cada una de las
tres variables. Unas veces, el punto de partida es la decisión del ámbito, que delimita la modalidad de acción que se
prefiere desarrollar; le sigue la selección del contenido concreto del lenguaje musical que hay que abordar, especificando el
grado de dificultad, en función de los conocimientos previos del alumnado; la elección de uno o más de los elementos
mediadores concreta definitivamente la actividad o actividades que se van a desarrollar. Otras veces puede partirse de un
contenido concreto del lenguaje musical, elegir el ámbito, decidir el elemento mediador.

Hemos hablado de:


Educación
Secuenciación de contenidos
Educación musical
Música
Pedagogía
Educación primaria

Dirección de contacto

Pasqual Pastor Gordero


Programa de educación musical. Consejería de Cultura, Educación y Ciencia de la Generalidad Valenciana.

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